IGLESIA DE DIOS Departamento de Correspondencia

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Publicación ID: 1406TYM

La visión de las 2,300 tardes y mañanas En el capitulo 8 del libro de Daniel se encuentra una profecía asombrosa. ¡Daniel no la pudo entender! Fue sellada a la comprensión humana "hasta el tiempo del fin". Por Herman L Hoeh

H

a llegado el momento de revelar una profecía asombrosa, pero relativamente desconocida, que es para el “tiempo del fin'', ¡el siglo 20! ¿Sabía usted que el libro de Daniel fue sellado, su significado hecho incomprensible para la humanidad hasta estos últimos días? "Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin... pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán" (Daniel 12:4,9-10). El capitulo 8 de Daniel contiene una profecía de vital importancia para nuestros tiempos. En el versículo 26 se le ordena a Daniel: "...y tú guarda la visión, porque es para muchos días", es decir, para un futuro lejano. Daniel “estaba espantado

a causa de la visión, y no la entendía”(versículo 27). Dios dispuso que esta profecía fuese incomprensible para los hombres hasta el tiempo del fin. Las fechas de la profecía Nótese el factor tiempo de la profecía. Corre el tercer año del reinado de Belsasar, rey de Babilonia, lo que corresponde aproximadamente al año 550 AC. Daniel se encuentra en Susa, en la provincia de Elam (Daniel 8:1-2), cuando se le aparece esta visión: "Alcé los ojos y miré, y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después. Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder; y hacia conforme a su voluntad, y se engrandecía" (versículos 3-4).

¿Qué simboliza, pues, este misterioso "carnero"? Dios mismo revela la explicación en el versículo 20: ''En cuanto al carnero que viste, que tenia dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia”. El carnero simboliza el Imperio Medo-Persa, que destruyó a Babilonia en el año 539 AC. y reinó hasta el año 331 AC. Pero este es apenas el comienzo de la profecía. Leamos el versículo 5: “Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrio venia del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabrio tenia un cuerno notable entre sus ojos". ¿Qué representa este segundo símbolo? "El macho cabrio es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tenia entre sus ojos es el rey primero" (versículo 21). Estos símbolos fueron revelados a Daniel quien, bajo inspiración, los incluyó en las Sagradas Escrituras con el fin de hacer comprensible para 1

nosotros hoy el importantísimo factor tiempo en esta profecía. Nótese el paso del tiempo de un versículo a otro. El carnero (Imperio Medo-Persa) surgió en el año 539 AC. y duró hasta el 331 AC. Le siguió el Imperio Grecomacedonio con su primer gran rey, Alejandro Magno (versículos 6-7). Este acabó de conquistar a los medos y los persas en el año 331 AC. Lo anterior es muy importante. Ya para el final del versículo 7 vemos que la historia ha seguido su curso desde el año 539 AC. hasta el tiempo de Alejandro Magno. Continuemos ahora con el versículo 8: "Y el macho cabrio se engrandeció en sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo". Recuérdese que el gran cuerno de este macho cabrio representa al "primer rey" del Imperio Grecomacedonio, Alejandro Magno. Pero ese gran cuerno es "quebrado" súbitamente. Alejandro Magno murió de repente a causa de una fiebre en Babilonia en el año 323 AC. Tenía aproximadamente 33 años de edad. La segunda parte del versículo 8 nos dice: "...y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo", o en un lenguaje más moderno, hacia los cuatro puntos cardinales. La correspondiente interpretación aparece en el versículo 22: "Y en cuanto al cuerno que fue quebrado [muerte de Alejandro Magno], y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantarán de esa

nación, aunque no con la fuerza de él". Muerto Alejandro, sus generales repartieron el reino entre sí. Ya en el año 301 AC. este versículo de la profecía estaba consumado, pues el reino se hallaba dividido en cuatro partes: el sur ‘(Egipto) bajo Tolomeo’el norte y el oriente (Siria) bajo Seleuco, el noroccidente (Tracia) bajo Lisímaco y el lejano occidente (Macedonia) bajo Casandro. Más tarde, en el año 281 AC., Seleuco derrocó a Lisímaco y tomó el control del norte. Desde entonces, las dos áreas predominantes del imperio fueron el "reino del sur", gobernado por los tolomeos, y el "reino del norte", que era dominio de los seléucidas. (Las luchas entre estos dos reinos, hasta nuestros tiempos, se describen en la profecía de Daniel 11). Repasemos el transcurso del tiempo en la profecía de Daniel 8. Esta comienza con el Imperio Medo-Persa, que duró hasta el año 331 AC. En seguida surgió el Imperio Grecomacedonio con su primer rey, Alejandro Magno. En el año 323 AC. murió Alejandro a la edad de 33 años. Su imperio se dividió en cuatro partes principales (versículo 22), ninguna de ellas con el poderío del imperio original de Alejandro. El paso del tiempo hasta el fraccionamiento del imperio en cuatro partes nos lleva hasta el año 301 AC. Por lo tanto, ¡el resto de la profecía tiene que ser posterior a esta fecha! Una profecía para el tiempo del fin Leamos el versículo 9: "Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur,

y al oriente, y hacia la tierra gloriosa". Aquí un "cuerno pequeño" aparece saliendo de una de las cuatro divisiones del imperio de Alejandro. ¡Dicho cuerno pequeño no pudo haber surgido antes del año 301 AC. porque antes de esa fecha el imperio no se había dividido aún en cuatro partes! Léase de nuevo. "Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño". Más adelante la profecía revelará de cuál de ellos salió. Las actuaciones de este cuerno pequeño en el escenario mundial necesariamente ocurren después de la muerte de Alejandro Magno y después del fraccionamiento de su imperio (año 301 AC.). Ahora llegamos a la parte culminante de esta pasmosa visión. A Daniel se le advirtió: "...la visión es para el tiempo del fin" (versículo 17). El momento histórico aparece nuevamente en el versículo 23: "Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo..." ¿Qué o quién es este "cuerno pequeño"? El “cuerno pequeño” He aquí la explicación que nos da la Biblia misma "...se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. Y su poder se fortalecerá... y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana" (versículos 23-25). Esta profecía es para los últimos tiempos. El cuerno pequeño simboliza "un rey", un gobernante que surgirá "al fin del reinado de éstos" (versículo 23), no en seguida del fraccionamiento 2

del imperio de Alejandro sino "al fin'' de los gobiernos humanos. Como hombre mortal que es, el "cuerno pequeño" se enfrenta al Príncipe de los príncipes, ¡a Cristo en su segunda venida! La profecía, pues, se refiere a un poderoso gobernante mundial que se enfrentará a Cristo y será destruido en forma sobrenatural: "No por mano humana", sino por una intervención divina en los acontecimientos del mundo. La Biblia misma nos dice que el "cuerno pequeño” se refiere a un gran dirigente que estará gobernando al momento de la venida de Cristo. Aparecerá en el escenario mundial cuando las transgresiones o pecados de la humanidad hayan llegado a su máximo (Daniel 8:23). “Y [el cuerno pequeño] se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó. Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. Y a causa de la prevaricación le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó" (versículos 10-12). ¿Qué es el "continuo sacrificio" y dónde está el “santuario”? Dos opiniones Una opinión citada por la mayoría de los comentaristas bíblicos es que Antíoco Epífanes, quien murió en el año 164 AC., fue el "cuerno pequeño". En efecto Antíoco prohibió el continuo sacrificio entre los años 167 y 164 AC. Profanó el templo colocando en él una imagen y ofreciendo sangre de cerdo en el

altar. Quemó cuantos pergaminos de la ley pudo conseguir y buscó destruir la verdad. Pero no con ello cumplió la profecía del “cuerno pequeño”, salvo, quizá a manera de precursor. Antíoco Epífanes murió en el año 164 AC. Por tanto, no puede ser el "cuerno pequeño" ya que éste representa a un gobernante que estará viviendo cuando Cristo regrese, un gobernante que surgirá en el “tiempo del fin'', cuando la transgresión humana y el sufrimiento lleguen a su punto culminante, y que peleará contra Cristo ¡Antíoco Epífanes realizó su papel en la historia más de 2,000 años antes del cumplimiento de esta profecía! Por tanto, no puede ser el "cuerno pequeño". Otra opinión corriente sostiene que el "santuario" no está en la tierra sino en el cielo, que es el trono de Dios. Según este concepto, el continuo sacrificio es la obra que Cristo viene cumpliendo en el cielo como sumo sacerdote. ¿Es esta la explicación bíblica? No es un santuario celestial Veamos la explicación que da la Biblia, comenzando en Daniel 8:11: "Aun se engrandeció [el "cuerno pequeño"] contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra". Este versículo, escrito originalmente en hebreo, tiene dos traducciones posibles al español: "Y por él fue quitado...", es decir, por el cuerno pequeño, como aparece en la versión de Reina Valera; o bien: “de él fue quitado..." (del príncipe de los ejércitos). Ambas versiones pueden ser correctas. Por tanto,

veamos qué es lo que este versículo quiere decir. El continuo sacrificio será quitado y el santuario será echado por tierra. Ahora bien, si el continuo sacrificio fuera la obra cotidiana de Cristo en el cielo, como sostienen algunos, entonces un hombre mortal (el "cuerno pequeño") ¡tendría poder para intervenir en el cielo y detener la obra de Cristo! Además, si este "santuario'' estuviera en el cielo, dicha persona tendría el poder de echar por tierra el trono mismo de Dios en el cielo, pues éste sería el "santuario". ¡Esto es imposible! Ningún hombre puede impedir que Jesucristo realice su obra en el cielo. Ningún hombre, ningún gobernante, ni siquiera el diablo mismo, puede echar por tierra el trono de Dios y profanar su santuario. ¿Cuál es, entonces, el significado de esta profecía para hoy? La respuesta está en la Biblia "Entonces oí a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado". (Daniel 8:13-14). Ni siquiera a Daniel le fue dado entender cuál era este misterioso espacio de tiempo. ¡Esta es una profecía para nuestros tiempos... para el siglo 20! Hubo intentos por explicar esta profecía antes de que llegara el tiempo dispuesto por Dios para revelarla. Quienes 3

suponen que el "santuario" está en el cielo, afirman que la visión de las 2,300 tardes y mañanas comenzó en el año 457 AC. y terminó en el 1844 DC., y que las 2,300 tardes y mañanas equivalen a 2,300 años. Además, alegan que el "santuario" que fue echado por tierra, es decir el Lugar Santísimo (el trono de Dios) en el cielo, había de "purificarse" a partir del año 1844. ¿Es cierto que las 2,300 tardes y mañanas comenzaron en el año 457 AC.? El octavo capitulo de Daniel contiene la respuesta. El Imperio Medo-Persa (simbolizado por un carnero) dominó al mundo hasta el año 331 AC. Entonces fue conquistado por Alejandro Magno, quien murió en el año 323 AC. Y CUYO imperio fue fraccionado en cuatro partes en el año 301 AC. De una de estas divisiones surgiría el "cuerno pequeño" en el tiempo del fin. ¡Sería este cuerno pequeño el que quitaría el continuo sacrificio y echaría por tierra el santuario! Por lo tanto, la actuación del cuerno pequeño durante 2,300 tardes y mañanas había de comenzar después de la división del imperio de Alejandro en cuatro partes. La fecha 457 AC. se adelanta más de siglo y medio a esta división; por consiguiente, no puede ser el comienzo de las 2,300 tardes y mañanas. La fecha 457 AC. da comienzo a otra profecía distinta, aquella de las "setenta semanas" en Daniel 9:25. La profecía de las 70 semanas se refiere al primer advenimiento de Jesucristo y no tiene nada que ver directamente con la profecía de Daniel 8. La profecía de Daniel 9 no explica la visión de las 2,300 tardes

y mañanas. A Daniel le fue explicado el significado de las 70 semanas (ver el versículo 23), pero no el de las 2,300 tardes y mañanas (capitulo 8, versículo 27). El significado de la profecía del capítulo 8 estaba sellado, vedado al entendimiento humano hasta el tiempo del fin. Por otra parte, el cuerno pequeño había de quitar el continuo sacrificio durante 2,300 tardes y mañanas. Las fechas 457 AC. a 1844 DC., ¿acaso señalan una época en que se quitó algún continuo sacrificio en el cielo o en la tierra? ¿Hubo alguna autoridad religiosa, algún rey o sucesión de reyes que haya impedido la ofrenda del continuo sacrificio durante 2,300 años? ¿Derribó alguien el santuario de Dios entre los años 457 AC. y 1844 DC.? ¡Desde luego que no! Los judíos siguieron ofreciendo el continuo sacrificio casi ininterrumpidamente desde los tiempos de Esdras y Nehemías hasta que fueron expulsados de Jerusalén en el año 70 de nuestra era. Pero se dice que el santuario no estaba en la tierra sino en el cielo. Ciertamente, el santuario terrenal era una representación del celestial, o trono de Dios. Pero, ¿qué rey o potencia ha echado el trono de Dios por tierra durante 2,300 años? La última parte de Daniel 8:13 dice que el "santuario" será "pisoteado". ¿Acaso el santuario celestial de Dios ha sido pisoteado por algún reino o potencia por 2,300 años? ¡De ninguna manera! La Biblia misma demuestra que esta sensacional profecía nada tiene que ver con un santuario celestial y que no fue

cumplida entre los años 457 AC. y 1844 DC. ¿Qué significa, entonces, esta profecía? Las tardes y mañanas ¿Por qué se llama esta profecía la “visión de las tardes y mañanas" en Daniel 8:26? Porque no se refiere a un lapso de 2,300 días de 24 horas cada uno, sino que se refiere a tardes y mañanas: ¡al sacrificio de la tarde y el de la mañana! Según el versículo 11, el cuerno pequeño quita el continuo sacrificio, y éste se ofrecía diariamente por la tarde y por la mañana (ver Levítico 6:9,12). En otras palabras, lo que la profecía dice es que se dejarían de ofrecer 2,300 de estos sacrificios de tarde y mañana. Puesto que el continuo sacrificio se ofrecía dos veces diarias, el lapso es de 1,150 días. En un periodo de 1,150 días se ofrecerían exactamente 2,300 sacrificios. En la obra judaica Comentario de Soncino, por el Dr. Judá J. Slotki, se explica que "el número se refiere al número de veces que serán omitidas las ofrendas, las cuales normalmente se ofrecían dos veces diarias, dando así un periodo total de 1,150 días”. Cumplido este lapso de 1,150 días, el santuario será “purificado". ¡Esta profecía de 1,150 días fue cumplida en forma preliminar por Antíoco Epífanes, pero su cumplimiento final, que durará 1,290 días, vendrá en el futuro (ver Daniel 12:11). Lo ocurrido al continuo sacrificio en tiempos de Antíoco Epífanes (167-164 AC.) fue sólo un tipo de lo que ha de ocurrir en el futuro. Los hechos inicuos de Antíoco Epífanes, quien profanó 4

el antiguo santuario, aparecen descritos en Daniel 11:31. Nótese en Daniel 11 que el tiempo del fin apenas comienza en el versículo 40: "Al cabo del tiempo..." Se refiere a esta generación, casi 2,000 años después de los días de Antíoco Epífanes. Por lo tanto, aún no ha llegado el momento cuando el continuo sacrificio sea quitado y el santuario pisoteado, puesto que habrá de tener lugar en el "tiempo del fin". Tan formidable profecía se cumplirá pronto. ¡Es hora de que despertemos ante los acontecimientos mundiales y que desechemos las fábulas y tradiciones iniciadas hace más de un siglo! Es hora de que creamos lo que la Biblia dice. ¡Es hora de que pidamos a Dios sabiduría y le imploremos que nos guíe y nos revele su verdad!

Fuente: EL MUNDO DE MAÑANA Marzo 1986

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