Relatos de un Subversivo

Robin Rodriguez

RELATOS De un SUBVERSIVO (Segunda parte)

Puerto la Cruz, Venezuela, Febrero, 2006

Relatos de un Subversivo

Presentación

Robin Rodríguez Celular: (58+416) 484-7157 E-mail: [email protected] Publicado: Febrero 2006 Hasta el año 2000 fui el Secretario General de Bandera Roja (BR) en Anzoátegui. Me desligué de esta organización debido a diferencias con los hermanos Puerta Aponte y por alianzas realizadas con sectores políticos que han causado mucho daño al país; por lo tanto, las revelaciones hechas en este escrito no comprometen la opinión de este partido político.

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Entre las responsabilidades asumidas en BR, destacan la de formar parte de la retaguardia del Frente guerrillero Américo Silva (FAS) en este estado luego de la masacre de Cantaura; responsable de la célula obrera en el Zulia (desde la clandestinidad) y posteriormente de la estructura militar en esta región. Desde el 19861989 integré el equipo para la instalación de un nuevo frente guerrillero en Lara, Yaracuy, Falcón y Portuguesa, bajo el mando del comandante Ruperto (Francisco Jiménez) y algunos de los sobrevivientes de la masacre de Cantaura. Durante el 1990-1994 fui el responsable de la estructura legal en Anzoátegui y segundo al mando de la estructura clandestina, luego de la desmovilización del FAS fui electo Secretario General de BR y pasé a ser invitado permanente de la Comisión de Organización Nacional. Mi participación en los levantamientos cívicos-militares del 92 queda claramente expresada en este escrito. En la actualidad me dedico a la producción de radio, asesor de imagen y a la realización junto a un grupo de profesionales de estudios sobre la situación política y social del país. Políticamente me ubico entre los que no comparten la manera de gobernar de Hugo Chávez, pero aspirando un cambio desligado de las cúpulas del pasado. Robin Rodríguez CI: 8.344.011

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Indice Una generación admirable Fugas espectaculares Guerrilleros en rueda de prensa Algunas operaciones de la guerrilla Aquel basurero Balance de la masacre de Cantaura Enseñanzas de la guerra Años de agitación Venezuela cambió Aquel 4 de febrero La crisis se profundizó Aquel 27 de noviembre Jugada maestra El chiripero en el poder Desmovilización de la guerrilla Hugo Chávez y los generales La caída de AD y COPEI Aquel 11 de abril Hechos importantes

5 11 17 21 29 33 43 49 57 69 79 89 99 101 107 111 119 125 135

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I. Una generación admirable:

En febrero de 1959 AD, COPEI y URD concretaron la alianza establecida el 31 de octubre de 1958 en la quinta Punto Fijo de Rafael Caldera (conocido como el pacto de Punto Fijo), al conformar el gabinete de Rómulo Betancourt con dirigentes de estas organizaciones; a la vez que desarrollaron una política de aislamiento del Partido Comunista de Venezuela (PCV), a pesar que formó parte de la Junta Patriótica para el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez. Algo similar se dio a lo interno de Acción Democrática, en contra de los líderes que pugnaban por el desarrollo de un gobierno verdaderamente democrático y al servicio de los intereses de la nación.

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Según versiones de Simón Sáez Mérida: “El gobierno provisional de Larrazabal-Sanabria (desde el 23 de enero del 58 al 13 de febrero de 1959) fue diferente, porque no inscribió sus políticas al anti-comunismo ni a las servidumbres de la guerra fría; además de garantizar unas elecciones presidenciales transparentes”. Sáez Mérida fue un insigne revolucionario que fundó el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) el 9 de abril de 1961 y durante la dictadura fungió como secretario general de AD en la clandestinidad. Pero sostenía que: “Bastaba con leer el libro de Rómulo Betancourt PENSAMIENTO Y ACCION editado en México durante el 1951, para ubicar su modelo de país, cuyos ejes eran el anti-comunismo,

subordinación

a

la

política

norteamericana, enganche iracundo en la guerra fría, disolución de la Junta Patriótica, de los frentes unitarios clandestinos, el autoritarismo y el aplastamiento del movimiento de masa”.

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La represión a una

manifestación

pacífica de

desempleados el 4 de agosto de 1959 que trajo consigo 4 manifestantes muertos y 19 heridos, y el decreto del 28 de febrero de 1961 que creaba al Cuartel San Carlos como departamento de procesados por rebelión militar, eran claros ejemplos de lo afirmado por Sáez Mérida. Fabricio Ojeda, quien fue el presidente de la Junta Patriótica (alianza de AD, PCV, COPEI y URD),

terminó

asesinado el 21 de junio de 1966 por los cuerpos militares, bajo el mando de sus antiguos aliados en la lucha contra la dictadura. Mientras que Simón Sáez Mérida, Domingo Alberto Rangel, Trino Barrio, Américo Silva, José Manuel Saher (hijo del gobernador de Falcón en ese entonces), Lino Martínez (ex ministro de Chávez) , Argimiro Gabaldon (hermano del ministro de sanidad de Betancourt), Héctor Pérez Marcano, Moisés Moleiro y otros, eran perseguidos por sus antiguos compañeros de Acción Democrática, bajo la orden ¡Disparen primero y averigüen después!.

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El desacuerdo con las políticas de Betancourt y sus aliados, se extendió en el estamento militar, originando que el 26 de junio de 1961 se produjera un levantamiento cívico-militar en el cuartel Pedro Maria Freites de Barcelona, a este hecho se le conoció como el BARCELONAZO, que por cierto, ese día fueron fusilados dentro del cuartel 19 de los insurgentes por orden del gobierno. Luego vinieron los levantamientos cívicosmilitares de Carúpano el 4 de mayo de 1962 y el de Puerto Cabello el 2 de junio de ese mismo año; acentuándose así la represión bajo el mando del flamante Ministro de Relaciones Interiores Carlos Andrés Pérez. A partir de ese momento, el PCV y el MIR manejaron la tesis de la lucha armada como camino para sacar a los traidores del poder, influenciados por el entusiasmo generado en el continente, por el triunfo del Movimiento 26 de julio en Cuba a través de acciones guerrilleras. Independientemente

de

la

derrota

de

los

revolucionarios en los año 60, quizás por su visión 8

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inmediatista en la búsqueda de la toma del poder; es significativo que en estos jóvenes no prevaleció el interés individual, a la hora de decidirse la ruptura con un partido que estaba en el poder (AD y URD en el caso de Fabricio Ojeda), defendieron sus riesgos

políticos

ideales

por encima

de

los

o personales, siendo esto un hecho

digno de resaltar, mas aun cuando hoy en día vemos complicidad con la corrupción o con malas política públicas, de muchos que se hacen llamar revolucionarios o bolivarianos. En ese entonces, el 32% de la población tenia su asentamiento en zonas rurales, a diferencia de la actualidad que se ubica en el 14%; sin embargo su principal error histórico fue el de dejarse aislar del movimiento de masas, pero aun así fue una gesta digna de admiración, por el arrojo y el amor a los intereses de la población mas allá de sus necesidades personales. Los intereses de los dos primeros gobiernos (Betancourt y Leoni) quedaron claros, cuando observamos 9

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que del total de las inversiones extrajeras en el 1968, el 78% se ubicaron en la extracción de petróleo y otras materias primas de esta fuente energética y no en la industrialización del país como vía para nuestro desarrollo integral, trayendo consigo la continuidad de la deformación del aparato productivo, con secuelas como el desempleo o la economía informal; siendo está unas de las críticas que motivaron el origen al Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) como otra división de AD, el 10 de diciembre de 1967, bajo la dirección de Prieto Figueroa y Salón Meza. A la vez que reprimían salvajemente a los revolucionarios, desarrollaron una falsa reforma agraria como acción populista, y le garantizaban a los consorcios extranjeros la dependencia de la nación a la importación de los bienes de consumo. De cada 159 litros de petróleo (un barril) son sustraídos mas de 2.300 derivados de mucha importancia para la comercialización mundial, por lo tanto, en este tipo de relación económica los grandes beneficiados eran las transnacionales.

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II. Fugas espectaculares:

El 18 de enero de 1975 se desarrolló la operación “Jesús Márquez Finol” (con integrantes de PRV y BR) dirigida por Tito González Heredia, que consistía en la toma de las inmediaciones del Cuartel San Carlos, con intención de atacarlo en caso que fuera necesario, ya que en la casa N°20-1, propiedad del músico Víctor Cuica, emergerían debajo de la tierra 23 revolucionarios que escaparían a través de un túnel. Ocho años antes (febrero de 1967) se había producido la fuga de Guillermo García Ponce, Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez, pero aquel túnel a diferencia de este, se había construido desde una casa ubicada en un costado del cuartel.

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Luego de tomada la casa, la angustia aumentaba puesto que los fugados no aparecían, hasta que en el segundo cuarto de la residencia comenzó a sentirse un ruido debajo del piso, utilizando estetoscopios, fueron ubicados y se empezó ha romper el concreto, cuando de pronto aparecieron Emperatriz Guzmán Cordero (BR), Carlos Betancourt (BR), Pablo Hernández Parra (BR), Pedro Rojas,

Carlos

Araque Càrcamo, Ramón Morales

Rosis (PRV) Asdrúbal Guzmán Cordero (BR), Vicente Contreras Duque (BR), Rafael Uzcategui (ahora del PPT), Dimas Petti (PRV), Francisco Prada (PRV), Gabriel Puerta (BR), Ali Torres (ahora DISIP), Marcos Tulio Croque (ahora DISIP), Quintín Moya (PRV), Marilu Rojas (PRV), Marcos Ludeña y otros. En varios carros con rumbos diferentes, los recién liberados fueros desalojados del lugar; al cabo de un tiempo los miembros de Bandera Roja se incorporaron al Frente Guerrillero Antonio José de Sucre (FAJS) para garantizar la seguridad, este campamento estaba ubicado en la cercanía de Cantaura, el mismo donde se 12

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desarrollaron los combates que dieron origen a la conocida masacre de Cantaura el 4 de Octubre de 1982. Entre las anécdotas de esa fuga, se encuentra la noticia de la muerte de la mamá de Emperatriz Guzmán Cordero (Chepa), originándole un estado depresivo por estar privada de su libertad para poder acudir a su entierro; situación que motivó que el pabellón de presos políticos de sexo masculino (la mayoría de los procesados por rebelión militar), solicitaran a la dirección del cuartel, el pase temporal de Chepa ha este pabellón, accediendo el director al petitorio; fue en ese instante que ella se enteró de la existencia de

un plan para fugarse el día siguiente,

además de revivir su alegría porque le informaron que la muerte de su mamá era falsa. En 1976 se efectuó en la guerrilla el 4to pleno nacional de cuadros, donde Carlos Betancourt y Pablo Hernández Parra revivieron una tesis planteada por ellos el 20 de enero de 1970 en las zonas montañosas de Onoto (día y lugar donde se constituyó Bandera Roja), que 13

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consistía en la profundización de la operatividad armada y subestimaban la labor comenzada en el seno de las masas por los Comités de Luchas Populares (CLP) desde el 1974, como brazo legal de esta organización insurgente. La influencia de Betancourt en la mayoría de los combatientes del Frente Guerrillero Antonio José de Sucre (FAJS), dio origen a la primera división de BR y la perdida de la mayoría de su estructura militar. Se trataba de 80 combatientes con alta capacidad operativa, entre los que se encontraban José Noguera Figueroa, Wilfredo Figueroa, Norberto Antonio Rebánales, Vergenis Veracierta, y Alirio Rebánales. El 10 de Mayo de 1977 en las montañas de Monagas, se constituyó el Frente Guerrillero Américo Silva (FAS), bajo el mando de Pedro Veliz Acuña y Emperatriz Guzmán Cordero. La primera acción militar que dio a conocer al FAS se realizó el 6 de agosto de ese mismo año, cuando en una operación combinada con los 13 presos políticos de la cárcel de la Pica, fue tomada una garita desde afuera, 14

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mientras que los revolucionarios presos, lograban someter algunos de los guardias. Entre los evadidos se encontraban Roberto Rincón, José Luis Domínguez, Jovito Fautino Lugo, Francisco Jiménez (Ruperto), Antonio Arias, Luis Calma, Andrés Cova Mata, José Noguera (gente de Betancourt), el catire Ramón Morales Rosis (quien había sido recapturado luego de la fuga del San Carlos) y otros dos que eran del PRV comandado por Douglas Bravo.

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III. Guerrilleros en rueda de prensa

El domingo 1 de julio de 1979, los periodistas y reporteros gráficos Ernesto Rodríguez (El Tiempo), Augusto Hernández y Javier Conde (El Nacional) y Carlos Colina Yánez junto a Álvaro Pérez (Correo del Caroní); llegaron al stadium 23 de Enero de Maturín, donde fueron embarcados en una furgoneta

con rumbo al encuentro

con la plana mayor del Frente Américo Silva, integrada por Jovito Fautino Lugo, Pedro Veliz Acuña, Gabriel Puerta Aponte y Roberto Rincón. Con esta rueda de prensa, la comandancia del FAS, buscaba salirle al paso a la campaña desarrollada desde el gobierno de Luis Herrera Campins, en torno al fracaso de la lucha armada; ya que destacadas figuras de la izquierda

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que no se habían acogido al proceso de pacificación de Rafael Caldera en el 1969, como Douglas Bravo, Julio Escalona y Carlos Betancourt, estaban deponiendo las armas y desmovilizando sus estructuras militares. Estas estructuras eran el Partido Revolucionario de Venezuela (PRV) encabezado por Douglas Bravo; la Organización Revolucionaria (OR) dependiente de la Liga Socialista al mando de Julio Escalona, Fernando Soto Rojas y Marcos Gómez; en cuanto al Frente Guerrillero Antonio José de Sucre, lo dirigían Carlos Betancourt, Pablo Hernández Parra, Vergenis Veracierta, entre otros. Quebrar la voluntad de combate de las fuerzas adversarias es uno de los principios aplicados en el arte de la guerra, y este era el objetivo de la propaganda del gobierno, ya que avizoraban un proceso de recensión económica y la acción combinada de los revolucionarios de las luchas legales desde los sindicatos, asociaciones vecinales y organizaciones de profesionales, con la operatividad de brazos armados que fungieran de 18

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referencia político-militar; significaba la posibilidad en términos de pocos años, del asalto al poder por parte de la izquierda. En nuestro continente existía una gran expectativa por el triunfo de los Sandinistas en Nicaragua el 19 de julio de 1979; en El Salvador y Guatemala aumentaba el auge guerrillero, hasta el punto que el 10 de octubre de 1980 se funda el Frente Farabundo Martí para Liberación Nacional (FMLN) producto de un proceso de integración de varias fuerzas guerrilleras en El Salvador, y el 7 de febrero de 1982, se conformó la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG). “No somos fanáticos de la violencia, si hemos recurrido a la lucha armada es porque en ese terreno nos han conducido las clases dominantes, debido a la bestial represión que han desatado contra los disidentes de las políticas entreguistas de las cúpulas del bipartidismo y algunos sectores económicos”, eran parte de las declaraciones de los guerrilleros. A estos comentarios 19

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podemos agregarle la forma vil en que fue acribillado por la Guardia Nacional, el joven Enrique Rodríguez (de la Liga Socialista) cuando se encontraba pintando una consigna en la calle Maneiro de Puerto La Cruz, el 1 de noviembre de 1977. A esta lista de atropellos, podemos citar la muerte por tortura de Juan Bautista Sánchez (del PCV) durante los años 60 en la cuidad del Tigre; la emboscada a Jesús Márquez Finol el jueves 1 de marzo de 1973 en la avenida Libertador de Caracas; el asesinato del periodista Fabricio Ojeda (de URD) el 21 de junio de 1966, cuando se encontraba detenido en una celda de los servicios de inteligencia militar; el fusilamiento y desaparición de Trino Barrio junto a Víctor Soto Rojas (del MIR) luego de ser detenidos cerca de la población de Altagracia del Orituco; la muerte por tortura de Jorge Rodríguez (Liga Socialista) el 25 de julio de 1976; el mutilamiento de la lengua y desaparición del dirigente estudiantil Noel Rodríguez en junio de 1973 o el asesinato de Alberto Lovera (PCV) apareciendo su cadáver el 27 de octubre de 1965 flotando en el Morro de Lechería. 20

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IV. Algunas operaciones de la guerrilla

El FAS recibió duros golpes con la captura de Pedro Veliz Acuña el 16 de julio de 1980 y por la muerte de Jovito Fautino Lugo el 10 de diciembre de ese mismo año; sin embargo, la primera comandancia fue asumida por Roberto Rincón, Enrique Márquez segundo al mando, Emperatriz Guzmán Cordero la tercera jefatura y Alejandro Velásquez Guerra (el Camarita) la cuarta comandancia. El 22 de noviembre de 1981 siendo las 3:15 de la madrugada, 30 efectivos del FAS tomaron por asalto el puesto de la Guardia Nacional de Santa Maria de Ipire del estado Guarico; luego de someter a los militares lograron 21

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sustraer

6 FAL, 1 sub-ametralladora UZI, 2 pistolas 9

milímetros y 5 granadas. Entre los guerrilleros estaban, Carlos Hernández Anzola, Enrique Márquez, Sor Fanny Alfonso, Francisco Maíz y dos camaradas de seudónimos Monasterio y Marcano (Ahora labora en la gobernación de Guárico). La intención de esta operación político-militar era evitar bajas de parte de la Guardia Nacional, pero se produjo la lamentable muerte de José Flores González (GN), puesto que en plena toma, el camarada Marcano presentó un ataque de epilepsia, cuestión que generó cierto desconcierto entre los tomistas y el guardia Flores González trató de recoger su arma del suelo para disparar contra los subversivos, situación que ameritó la detonación de las armas. El 18 de diciembre de 1981 otro destacamento guerrillero, toma la comandancia de policía de San Félix de Caicara y ese mismo día someten la comandancia

de

Aragua de Maturín; en ambas operaciones sustraen 2 22

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sub-ametralladoras Walter y 7 armas cortas, siempre respetando la integridad física y moral de los funcionarios policiales. El 23 de abril de 1982 en el crucero de Boca de Tigre (vía a Bergantín), dos efectivos de la DISIP en compañía de Dionisio Valdez (residía en Querecual) ametrallaron un nova de color blanco donde se desplazaban Sor Fanny Alfonso, Enrique Márquez y el chofer de apellido Acosta. Sor Fanny presentó varios impactos de balas y Enrique recibió una ráfaga que le rozó la cabeza; los atacantes pensaron que lograron asesinarlos, optando por retirarse en búsqueda de refuerzo, pero al regresar se encontraron que los guerrilleros habían huido. El 12 de mayo de 1982, el Batallón de Cazadores Pedro Zaraza Comandado por el general Armando Carrillo y la DISIP bajo las ordenes del comisario Argenis Lander, montaron un cerco a la altura del kilómetro 27 (cerca de Barbacoa), en vista que desde el hato “Las Balas”

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propiedad de Bogdan Ludovicki había surgido la información de la presencia de guerrilleros en el lugar. Mientras tanto, el campamento guerrillero acantonado en el área, bajo el mando de Roberto Rincón, se disponían a las seis de la mañana ha enviar la patrulla de reconocimiento (compuesta por dos guerrilleros) que explorarían las zonas adyacentes al campamento, como parte de la rutina de toda guerrilla para detectar fuerzas enemigas. Cerca del campamento se produjo el encuentro entre la patrulla de reconocimiento y unos efectivos de la DISIP, los guerrilleros efectuaron varios disparos sin recibir respuesta; esto hizo suponer que se aproximaba un cerco de gran escala, ameritando un rápido desplazamiento del lugar. Al cabo de unos minutos lanzamiento

de

morteros

comenzaron

el

y granadas hacia los

insurgentes, en aras de aterrorizar o desarticular al mando, objetivo que no lograron, puesto

24

que

los

insurgentes

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aplicaron el

arte del engaño en el combate, para luego

contraatacar. En medio de un fuerte combate, hicieron ver que se dirigían hacia atrás (zona montañosa), pero aplicaron el movimiento del caballo en el juego de ajedrez, logrando colocarse en la retaguardia de las fuerzas atacantes. Todo esto se facilitó con la captura del efectivo de la DISIP Carlos Acosta Isturiz a quien le exigieron que revelará la contraseña de sus aliados, respondiendo ¡Pico y pala!. A partir de ese momento, los guerrilleros gritaban ¡Pico y pala! cada vez que se encontraban con grupos de la DISIP o del ejercito, haciéndoles creer que se trataban de las fuerzas al servicio del régimen. En este enfrentamiento, perdieron la vida los camaradas Francisco Maíz de 30 años (el Choco) y Degliz Salazar (22 años), al igual que el subinspector de la DISIP León Griman y el detective Leonel Piña; además de resultar heridos los funcionarios Juan Anzola, Félix Piñate y Orangel Tirado. 25

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En cuanto al detective capturado en combate, el jueves 17 de junio de ese mismo año fue dejado en libertad sano y salvo, en la cercanía de la sede de la antigua PTJ de Puerto La Cruz, pero anestesiado y bien arropado. El sábado 19, apareció un comunicado del FAS en el diario El Tiempo, donde se informaba sobre la liberación del detective Carlos Acosta Isturiz. Con esta acción se resaltaba la capacidad operativa de la guerrilla, su intención de enfrentar a las cúpulas del régimen no así a los hombres y mujeres del pueblo que por una u otra razón defendían sus institucionalidad; además, este comunicado evitaría que la DISIP ejecutara a este funcionario, para continuar la campaña de guerra sucia contra los revolucionarios. El 1 de agosto de 1982, las poblaciones de Bergantín y Santa Inés fueron tomadas por el FAS, realizando mítines entre sus pobladores y desarmando a los funcionarios policiales. Entre los participantes en estas 26

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acciones, se encontraban Rubén Castro Bastidas, Carlos Alberto Zambrano, Jorge Luis Becerra y Domingo Alonso Carrasquel. Toda esta operatividad, se desarrolló en un cuadro económico en que el ingreso al país por venta de petróleo descendía considerablemente; siendo que en ese momento las divisas petroleras representaban el 60,33% de nuestro presupuesto

nacional,

lo que

traía

con

sigo,

la

disminución de los gastos públicos y por ende, mas calamidades de la población. Cuadro comparativo del presupuesto nacional, en miles de millones de bolívares:

Año

1981

1982

Proyecciones para 1983

Presupuesto 94.864

81.959

77.811

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Este cuadro evidenciaba que entre el 1981-1983 tendríamos un presupuesto disminuido en un 18%; esto sin contar con la drástica devaluación de nuestra moneda, aquel viernes 18 de febrero de 1983 (viernes negro) que fue de un 74% al pasar de 4.30 a 7.50 bolívares por dólar. Las luchas por razones sociales o reivindicativas, comenzaban ascender; además que existía la presencia de los revolucionarios (de varias organizaciones) en gremios estudiantiles, sindicales y profesionales. Esto explicaba la presencia de Asdrúbal Guzmán Cordero (fugado del San Carlos) y Francisco Jiménez (fugado de la Pica) en el estado Zulia, junto a experimentados

cuadros

estados Lara, Falcón,y zonas andinas; puesto

en los que ya

tenían el personal designado para la construcción de un nuevo frente guerrillero entre occidente y los andes.

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V. Aquel basurero

Cada vez que observo a seres humanos escarbando en la basura en búsqueda de algo de comer o unas hojalatas que vender, me trasporto al año 1981 cuando apenas tenia 14 años de edad y me toco presenciar en el basurero de Puerto La Cruz, ubicado en las cercanías de la comunidad de Colinas de Valle Verde; como un niño peleaba

con

unos

zamuros

por

unos tequeños

descompuestos que alguien había lanzado en aquel nauseabundo lugar. Yo vivía el Las Charas y mi familia se sustentaba apenas con 5 bolívares diarios, pero nunca imaginé que pudiera existir una pobreza mas profunda que la nuestra. Ese repugnante espectáculo, torturaba mi mente cada vez

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que escuchaba que estábamos entre uno de los países mas ricos del mundo. Recuerdo que a comienzos del 1983, Carlos Carias (natural de Santa Fe, estado Sucre) me contactó para servir de retaguardia de los 18 sobrevivientes de la masacre de Cantaura y de varios dirigentes que eran perseguidos para ser detenidos o asesinados por sus actividades revolucionarias. Siendo el episodio del basurero, una de las razones para convertirme en un subversivo y enfrentar a las cúpulas de AD y COPEI. Carias una vez me manifestó que Francia, Inglaterra, Japón y otros países considerados desarrollados, poseían una superficie territorial menor al nuestro, a la vez que no contaban con las riquezas energéticas y naturales que la providencia nos había dotado, o la ubicación geográfica que nos colocaba en un punto estratégico para el desarrollo económico de cualquier nación.

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En ese entonces el activismo era intenso, desde ser el custodio de un FAL, una INGRA, una THOMSON y una sub-ametralladora HK; nos tocó recolectar víveres, captar amigos que facilitaran sus vehículos para el traslado de materiales o personal; también tuvimos que contactar casas para reuniones clandestinas de la célula obrera y del secretariado político, como máximo organismo en el estado, sin embargo el análisis de la situación política, económica y social estaba entre las tareas diarias, como parte de nuestra formación política y teórica. En una de esas reuniones me tocó fungir de seguridad, sembrando y regando “un escuálido jardín”, todo en función de vigilar los alrededores de aquella casa. A la hora del almuerzo, pude hablar con Julio Rojas (EL TUCAN), quien era de Maracaibo pero se encontraba en Anzoátegui en atención puesto

de la estructura clandestina,

que buena parte de la dirección regional estaba

detenida y él presentaba problemas de seguridad en su región.

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Luego de comentarle mi indignación por lo visto en aquel basurero, me dijo en tono suave pero firme: “Transformar esa dura realidad, es la razón principal de nuestra lucha, estamos llamados a no desmayar y mucho menos olvidarnos de esas cosas cuando logremos conquistar el poder”. Lamentablemente aquel joven maracucho perdió la vida en un trágico accidente automovilístico en el sector de Puente Amarillo y Carlos Carias murió de forma extraña, cuando realizaba trabajos clandestinos en Sidor en 1987. Lo triste de todo esto, es que muchos de nuestros camaradas de lucha

hoy

en día ocupan cargos de

ministros, alcaldes, diputados, concejales y en algunos de los trenes ejecutivos de gobernaciones; sin embargo seguimos viendo como aumenta

la

mendicidad y los

buscadores de sus sustento escarbando en la basura.

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VI. Balance de la masacre de Cantaura

Recuerdo que en agosto de 1986, se realizó un balance político-militar de los acontecimientos de Cantaura; fue en un campamento guerrillero ubicado en las cercanías de la población de San José de Guaribe del estado Guárico. La mayoría de los 18 sobrevivientes participaron en dicha reunión, entre los que se encontraban: Alirio Quintero Paredes (el gocho Mariano), Zaida (hermana de una de las masacradas), Andrés Eloy Salazar, Juanito, Redondo, Chelo y Boscan. El documento publicado por la Comisión Nacional Militar a cargo de Rogelio Sierra, establecía que la 33

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represión es un hecho político, por lo tanto la intensidad y los métodos aplicados, responderá siempre a las necesidades políticas del régimen. En vista que la oportunidad de avanzar o vencer en una lucha, puede estar determinada

por

algunos

hechos,

tendencias

o

condiciones; indudablemente que la situación política, económica y social expuesta en episodios anteriores, nos demuestran que la operatividad de la guerrilla representaba un peligro, porque significaba una referencia de organización militar para los sectores descontentos de la población; mas aun cuando la totalidad de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN) respondían a cabalidad a los intereses de las clases dominantes. La identificación de las FAN con el régimen implantado desde el 1959, quedó demostrada durante el periodo 1962-1982,

cuando PROVEA estableció en sus

investigaciones que durante ese tiempo se produjeron 50 mil detenciones, 10 mil torturados y mil desaparecidos; puesto que esta bestialidad respondía de la 34

Escuela

a los

manuales

de Las Américas con sede en Panamá

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(pero dirigida desde los Estados Unidos), donde se formaron la mayoría de nuestros oficiales, incluyendo a muchos que hoy en día se llaman revolucionarios o bolivarianos. Entre los errores cometidos por la comandancia del FAS, se encontraba la excesiva confianza en su capacidad combativa, producto quizás de las indiscutibles victorias obtenidas durante las operaciones ya señaladas, violando uno de los principios de la conducción militar que establece que lo emocional no debe prevalecer a la hora de tomar decisiones. A pesar que tenían 3 días instalados en el campamento donde se produce la masacre, desde hacía un mes estaban en las inmediaciones de Cantaura y según los sobrevivientes, durante ese tiempo fueron vistos por cazadores, obreros petroleros y hasta por un gringo que supuestamente paseaba en una casa rodante.

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Esto representaba otra falla, puesto que la movilidad constante a distancias considerables es una de las armas que cuenta siempre una fuerza irregular, ya que no posee cuarteles, ni el personal suficiente para presentar un combate en gran escala. Siendo una zona de árboles ralos (pequeños) y contaban con un personal que podría cubrir un campamento de 70 metros cuadrados, no era la zona mas idónea para resistir un bombardeo, las pocas trincheras existentes eran poco profundas y la mayoría de los presentes no contaban con el adiestramiento requerido para un combate de esa magnitud. Norberto Antonio Rebánales fue el traidor que lograron infiltrar en las filas del FAS antes de la masacre, luego que contactó con un camarada de apellido Salazar que lo conoció en el Frente Antonio José de Sucre (FAJS) en años anteriores.

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Era un niño cuando se incorporó al FAJS en la zona de San Mateo, al igual que José Noguera Figueroa, Vergenis Veracierta (el gordo Darío), y otros guerrilleros que optaron por seguir a Carlos Betancourt y Pablo Hernández Parra en su decisión de dividir a Bandera Roja en el 1976; sin embargo fueron traicionados por ellos, cuando de manera secreta, estaban negociando su acogida a la pacificación promovida por Luis Herrera Campins. La pérdida de perspectivas y la poca capacidad de análisis político, quizás fue el factor que incidió para que estos jóvenes se reagruparan en función de realizar operaciones financieras con fines personales, recibiendo duros golpes por los cuerpos policiales. Pero el esbirro Henry López Sisco, tuvo la habilidad de quebrarlos moralmente, a través de otros delatores del movimiento revolucionario como Benigno Rodríguez, Marcos Tulio Croquer y Manuel Tirado Tirado, ofertándoles trabajo en el grupo base de la DISIP (estructura clandestina de este cuerpo policial); creemos que fue así, como estos señores 37

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comenzaron aborrecer lo que antes eran (revolucionarios) y pasaron a formar parte de los torturadores y delatores de sus antiguos camaradas. En cuanto al bombardeo, se informó que fueron 17 detonaciones realizadas ese día (algunas cayeron fuera del campamento), pero la primera (5:45 AM) se produjo en el árbol mas grande del lugar, que era donde se encontraba la cocina, allí salen heridos 7 compañeros, el de mayor gravedad fue uno que perdió la mano; luego del ataque de los dos aviones Camberra y los dos Broncos con bombas de 200 libras, vino el ametrallamiento con punto 50 de helicópteros artillados. Es sabido que la aviación es poca efectiva en la lucha anti-guerrillera, puesto que existe una distancia considerable entre las posiciones (lugar que cuida cada quien), a la vez que existen trincheras naturales por la topografía del terreno y las protecciones de los árboles; sin embargo el efecto psicológico fue determinante, logrando desarticular la capacidad de respuesta del mando cuando 38

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se produce dos ordenes diferentes en medio del bombardeo de parte de Roberto Rincón y Enrique Márquez. La vanguardia al mando de Márquez y el grueso bajo el comando de Rincón, implementaron en las primeras de cambio, dos tácticas de combate diferentes, trayendo como consecuencia que la retaguardia, bajo la dirección de Alejandro Velásquez Guerra (el único comandante sobreviviente) optará por asumir un rumbo distinto. En vista que la mayoría de los fallecidos, murieron en las cercanías del crucero de Campo Mata, esto hace presumir que habían optado por el mismo plan de escape utilizado en el combate de Barbacoa el 12 de mayo de ese mismo año (el caballo del ajedrez); siendo que las leyes de la guerra establecen que no se debe repetir de manera seguida la misma táctica, puesto que el adversario en sus reflexiones, analiza los movimientos ejecutados por su contrario en enfrentamientos anteriores; siendo quizás,

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Robin Rodriguez

esta la explicación de porque esa era la zona donde el cerco estaba bien reforzado. Entre los combatientes de menor experiencia, se dio el caso que uno había perdido el arma y luego de rendirse, fue fusilado sin piedad alguna, 11 de los cadáveres presentaron tiros en la nuca o en la boca, demostrando que fueron rematados al caer heridos. El grupo de Alirio Quintero Paredes y César Salazar, logró capturar con vida a 4 soldados

al mando del

capitán (EJ) Jesús Ávila Paolini; pero este oficial no cesaba en su agresividad, tratando de desarmar en dos ocasiones a uno de los guerrilleros heridos; cuestión que los motivó a fusilarlo, a diferencia de los soldados que fueron liberados sanos y salvos. Ante la historia, hay que dejar claro que Jesús Ávila Paolini, no fue fusilado por su condición de oficial, si no hubiese mantenido la hostilidad, y la realidad militar hubiese sido otra para aquellos jóvenes que trataban de 40

Relatos de un Subversivo

romper un cerco de 1.500 efectivos, respaldados con helicópteros y aviones de guerra, este joven oficial gozara de vida; por lo tanto le rindo homenaje al igual que Antonio José Lira (funcionario de la DISIP caído en combate) y a los 23 camaradas masacrados. Los sobrevivientes fueron sometidos a 3 días de combate, durante el lunes 4 de octubre tuvieron 10 enfrentamientos con emboscadas colocadas en varias lomas en forma de media luna. Gracias a

obreros

petroleros y campesinos del municipio Simón Rodríguez, lograron salir de la persecución, ya que la orden del alto gobierno era de exterminio total. Debo reconocer los pronunciamientos públicos, hechos en contra de la masacre y las persecuciones política de ese entonces, por parte de los concejales Raúl Zapata y Francisco “Fraso” Solórzano (del MAS en ese momento); de los diputados Moisés Moleiro (MIR), David Nieves (Liga Socialista), Carlos Rodríguez Rauseo (MAS); de los dirigentes políticos Héctor Pérez Marcano, José 41

Robin Rodriguez

Vicente Rangel, Teodoro Petkoff, Teodoro Guevara y Radames Larrazabal. Además de la asociación

de

profesores de la UDO- Anzoátegui a cargo del profesor Pedro Guzmán Garrón y los dirigentes

estudiantiles

Bernarda Benítez, Arnoldo Rojas, Valentín Guzmán e Irán Aguilera. Honor y gloria a los caídos en Cantaura: Roberto Antonio Rincón Cabrera, Emperatriz Guzmán Cordero, Sor Fanny Alfonso Salazar, Ildemar Lorenzo Morillo, Rubén Alfredo Castro Bastita, Antonio Maria Echegarreta Hernández, Nelson Antonio Pacin Collazo, José Manuel Núñez, Maria Luisa Estévez Arranz, Carlos Alberto Zambrano Mira, Enrique Márquez Velásquez, Eumenedis Ysoida Gutiérrez Rojas, Carlos Jesús Hernández Anzola, Mauricio Tejada, Carmen Rosa García, Beatriz Del Carmen Jiménez, Baudilio Valdemar Herrera Veracierta, Jorge Luis Becerra Carrasquel, Luis José Gómez, Eusebio Ricardo Martel Daza, Julio Cesar Farias Mejias. 42

Relatos de un Subversivo

VII. Enseñanzas de la guerra

Durante el 1979-1983, el gobierno logró ejecutar una razzia represiva, capturando importantes cuadros políticos y militares en Anzoátegui, Sucre, Monagas, Zulia, Guárico Aragua, Bolívar y Caracas; entre la lista de detenidos estaban: Asdrúbal Guzmán Cordero, Gabriel Moreno, Armando Díaz, Manuel González Meller, Gabriel Puerta, Pedro Veliz Acuña, Oswaldo Arenas Palencia (asesinado a mediados del 1983 con un tiro en el estómago en la cárcel de la Pica), Virgilio Giunta, Omar Yaguaraima, Lesbia Salazar, Ramón Erasmo Guzmán, Efraín Salazar (hermano de César Salazar), América Salazar, Nelson Romero Celiz, Ramón Zuniaga (diagramador del diario El Metropolitano), Arturo Moreno, German Blanco, Antonio Arias, Italo Figueroa, Francelis Barreto, Carlos

López,

Carlos

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Robin Rodriguez

Rodríguez, Guanique,

Rafael Juan

Pablo

Venegas, Juan Tamoy,

Dick

Miranda, Eduardo Solórzano,

Miguel Pizarro y una lista que hacia un total de 300 prisioneros políticos. Los guerrilleros y La militancia de Bandera Roja se ubicaba en cinco mil en todo el país, pero en Cantaura murieron un importante número de cuadros militares y los presos políticos (al final quedaron 74) representaban la mayoría de los dirigentes nacionales y regionales, tanto de la estructura clandestina como la legal, puesto que los Comités de Luchas Populares (CLP) fueron considerados por el tribunal militar como instrumentos subversivos, a pesar que funcionaban desde el 1974 en actividades públicas y legales. Ante esta situación, muchos de nosotros tuvimos que asumir cargos de dirección y responsabilidades desde la clandestinidad para la reconstrucción de esta organización política y otros la reactivación del FAS; entre los que puedo nombrar: Rogelio Sierra, el gocho Daniel Hernández (ahora 44

Relatos de un Subversivo

del MVR), José Guariguata, Enrique Méndez, Fez, Lanza, Julio Rojas, Andrés Cova Mata, Víctor Sánchez (ahora del MVR), Rafael Castillo, Edgar Maestre, Gallegos, Rubén González (Tacoa), Andrés Eloy Salazar, Hipólito Luna, Rafael Vegas (ahora del MVR), Hilario Caraballo (ahora del MVR) Francisco Jiménez (Ruperto), Alejandro Velásquez Guerra, Alirio Quintero Paredes, Juan Carlos Rivero (ahora director del INCE), Miguel Vásquez, Redondo y una larga lista de venezolanos que no nos detuvimos pese a la persecución y calamidades vividas. Desde mi punto de vista, fue correcta la combinación de las formas de luchas legales y militares (guerrilleras); sin embargo creo que la dirigencia no logró desenvolverse entre situaciones contradictorias como parte de la sabiduría que debe tener todo guía político. El gobierno logró recabar pruebas para ilegalizar a los CLP, de igual manera los cuadros que asumieron la reconstrucción del FAS y los que reorganizamos a BR en las ciudades, cometimos el error de asumir un excesivo 45

Robin Rodriguez

clandestinísimo; cuestión que violó el principio que establece que la clandestinidad es una condición impuesta por

circunstancias concretas, por lo tanto, los

revolucionarios no podemos desligarnos del movimiento de masas bajo la excusa de la represión, ya que no somos un grupo de conspiradores que actúan sin necesidad de valorar los intereses o inquietudes de las masas. Aislar a los revolucionarios de las masas es uno de los objetivos de las clases dominantes, sobre todo cuando existía la experiencia de los años 60, que pese a la fuerza de las estructuras del MIR y el PCV, o el gran número de combatientes en las guerrillas, la lucha armada terminó siendo vista por el pueblo como un conflicto desligado de él. En la conducción política de las masas, no se puede promover nunca las cuestiones militares en primer plano. La violencia armada como vía establecida para la toma del poder, tenia que ser el resultado de un proceso, ya que en el predominio de determinada forma de lucha (sea pacífica 46

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o violenta) debe considerarse las fortalezas del adversario; las tendencias de la situación económica-social; la conciencia política de la población, y debe darse un exhaustivo análisis de nuestras fuerzas y la capacidad para avanzar en la conquista del poder. Así como Rosa Luxemburgo y Carlos Liebknecht de Alemania, cometieron el error histórico de convocar durante el 1918 a una insurrección armada sin antes madurar todas las condiciones requeridas, facilitando su fusilamiento y el aplastamiento de los sectores revolucionarios, lo cual permitió que la vanguardia política del pueblo alemán fuera asumida al final, por sectores con intereses distintos a la población (Adolfo Hithler). Creo que en Venezuela cometimos el mismo error, ya que no solo se masacró a los jóvenes en Cantaura o las cárceles se llenaron de prisioneros políticos, sino que se perdió la posibilidad de conducir las luchas del pueblo hacia una verdadera revolución.

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VIII. Años de agitación

Durante mi estadía en el estado Zulia (julio 1983 al 1986), llegué a coordinar una estructura que se dedicaba a labores de inteligencia, resguardar armas, entrenar una unidad urbana adscrita a la dirección regional, movilizar personal con problemas de seguridad y captar casas o vehículos para casos especiales; pero en vista que presentaba problema de seguridad; fui dotado de una identidad falsa y trasladado bajo la responsabilidad de la Comisión Nacional Militar. Durante el 1986-1989 formé parte de los camaradas destacados en Barquisimeto, entre los que se encontraban, Francisco Jiménez (Ruperto) quien era el responsable de este equipo, Alejandro Velásquez Guerra (el camarita),

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Andrés Eloy Salazar (sobreviviente de Cantaura y oficial del FAS); y otros que nunca contacté de manera directa. El objetivo de dicho equipo, era el de retomar la instalación de un nuevo frente guerrillero, entre los estados Zulia, Lara, Falcón, Yaracuy, Portuguesa y Trujillo; en vista que este proyecto había sido suspendido a raíz de la masacre de Cantaura y la obligatoria tarea de reconstruir el FAS. En tres años teníamos montado todo el mapa militar, desde la ubicación de las fuerzas militares y policiales, exploración de zonas y una red de recursos (casas, vehículos, depósitos, etc). Entre mis responsabilidades en el nuevo frente guerrillero

(que no llegó a instalarse)

estaba el de formar parte de los comisarios políticos, con rango de oficiales pero atendiendo principalmente la formación política-ideológica de los combatientes que se integrarían a este proyecto: que representaba un punto clave en la guerra popular prolongada como vía para desalojar del poder a las cúpulas seudo- democráticas. 50

Relatos de un Subversivo

En oriente se había reestablecido la cadena de mando del FAS, dado a la incorporación de nuevos combatientes y oficiales provenientes de todo el país, entre los que se encontraban: Hipólito Luna, Carlos Alberto Cumana (de Puerto La Cruz), Juan Tamoy (de Bolívar), Jaime Lugo Acaban (de Bolívar), Orlando Zunico Martínez (de Guárico), Wladimir Lugo, Patricio Díaz y Edgar Blanco Paraguan. En 1987 varios de los prisioneros políticos habían sido liberados, conformándose con ellos un nuevo frente de lucha pública y legal, llamado la Unión de Jóvenes Revolucionarios (UJR) bajo la dirección de Germán Blanco; instancia que permitió unificar la influencia que teníamos en el sindicato de la electricidad de Caracas, los tribunalicios, Suttis, en el magisterio, pero principalmente en el movimiento estudiantil. La UJR fue una verdadera escuela de cuadros y líderes que se foguearon en un momento de mucha movilización popular; Jhojanson Espinoza, Carlos Novo 51

Robin Rodriguez

(ahora del MVR), Elías Jaua (ahora ministro de Chávez), Luis Figueroa (ahora ministro de Chávez), Nigel Barrolleta (ahora del PRV), Orlando Brito (ahora del movimiento La Jornada), José Gregorio Noriega, Nelson Moreno (alcalde de Puerto La Cruz), Andrés Eloy Guzmán entre otros, que se convirtieron en líderes estudiantiles que encausaron sus luchas hacia la búsqueda de un cambio en el poder, como parte de nuestra línea política de ese momento. En el seno de la estructura clandestina bajo la dirección del gocho Daniel Hernández (ahora del MVR) y la Comisión Nacional Militar al mando de Rogelio Sierra, debatíamos

un

documento

llamado:

“Legalidad,

clandestinidad y lucha de masas”; puesto que existía una especie de culto a la clandestinidad, o de trabajo especializado (clandestino o militar) que imposibilitaba la incorporación de todos los cuadros al trabajo de organización y conducción del gran torrente humano que se incorporaba a la lucha callejera.

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Relatos de un Subversivo

A pesar que en la elección presidencial de 1988, el bipartidismo obtuvo 6.842.039 votos y el triunfo de Carlos Andrés Pérez generó una gran expectativa en la población; 25 días después de la toma de posición, se produjo el estallido social del 27 de febrero de 1989. En ese momento no existía una conciencia en las masas sobre la necesidad de la toma del poder, por la carencia de una vanguardia lo suficientemente fuerte o con un liderazgo reconocido capaz de dotarlas de dichos elementos de análisis. A diferencia de los años 60, la mayoría de la izquierda venezolana había perdido la vocación de poder y limitaban su accionar político solo en campañas electorales. La formación basada en la lealtad a la institucionalidad por encima del pueblo mismo, se puso de manifiesto por parte de las Fuerzas Armadas Nacionales (FAN) y demás cuerpos represivos del Estado (principalmente en el

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Robin Rodriguez

ejercito), cuando Carlos Andrés Pérez y el ministro de la defensa Italo del Valle Alliegro aplicaron el PLAN AVILA. Este macabro plan, forma parte de los manuales de la Escuela de Las Américas, ya que esta diseñado con fines de enfrentar acciones insurrecciónales. Cuando se aplica en todo el territorio se conoce como PLAN SOBERANIA, sin embargo el Plan Ávila consiste en la toma por parte del ejercito en coordinación con otros componentes, de puntos estratégicos de Caracas , parte de Miranda y Vargas; aplicándose cuando una situación de insubordinación de masas sobrepase la capacidad de control de las policías o de la guardia nacional. El genocidio cometido contra el pueblo y las palizas dadas a los ciudadanos durante los toques de queda, dejó al descubierto la falsa democracia existente en Venezuela. Desilusión que se manifestó en las elecciones regionales realizadas a finales de 89, con una abstención de un 60% y gobernaciones como Aragua, Bolívar, Carabobo, Anzoátegui y Amazonas que fueron ganadas por figuras no 54

Relatos de un Subversivo

identificadas con el bipartidismo; hecho político-electoral digno de considerar en la exploración política comenzada en la población.

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Relatos de un Subversivo

IX. Venezuela cambió

Bajo el principio que establece que cada situación histórica concreta amerita un análisis concreto, en agosto de 1990, los cuadros clandestinos, militares y los adscritos al frente legal, generábamos intensos debates, puesto que estábamos ante un momento de gran viraje histórico en nuestra visión de lucha popular prolongada, como vía para la toma del poder. Otros sectores políticos, económicos, religiosos y militares (no revolucionarios) comenzaban ha manejar la posibilidad de salir del gobierno de CAP y del bipartidismo. El descontento de sectores burgueses (propietarios de medios de producción) era porque estaban afectados por las políticas neoliberales que beneficiaban principalmente

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al sector

financiero

o

monopólico

(la

verdadera

oligarquía) encarnados en nuestro país en la Asociación Bancaria y Venamchan (cámara venezolana americana de comercio); situación que nos obligaba a considerarlos. Desde ese entonces, Fedecamaras, Pro-Venezuela, Fedeindustria y otros gremios de empresarios que agrupaban a grandes, medianos y pequeños productores nacionales del campo y la ciudad, fueron incluidos en nuestra lista de aliados para los cambios que se avecinaban. Dirigentes como Raúl Matos Azocar (de Acción Democrática), Reinaldo Cervini (Pro-Venezuela), Mario Moronta (iglesia Católica), e intelectuales como Arturo Uslar Pietri, José Antonio Cova, Maza Zavala, Juan Liscano, Francisco Miere y una larga lista de figuras representativas, integraron los nuevos nombres que pugnaban por un cambio de rumbo.

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Relatos de un Subversivo

En mayo de 1991 el comandante general de ejército, general Carlos Julio Peñaloza, presentó la denuncia ante la Comisión de Defensa del antiguo Congreso Nacional, por la estafa a la FAN de 6 millones de dólares, donde estarían involucrados el entorno mas intimo del presidente CAP. Al escándalo de la repotenciación de los 70 tanques AMX-30 del ejército o de las 6 fragatas existentes en la armada, se unía al malestar del componente aviación por las compras dudosas de repuestos. En todos estos casos eran mencionados Orlando García (jefe de seguridad de CAP), el vicealmirante Héctor Jurado Toro (ministro de la defensa) y la amante del presidente Cecilia Matos. Dejar nuestros planes de lucha guerrillera y aliarnos a los militares no fue tarea fácil, puesto que eran las mismas fuerzas armadas formadas con Escuela

de Las

persiguieron

y

los manuales

de la

Américas, los que en el pasado

torturaron

a nuestros

camaradas (en

teatros de operaciones), estaban 3 de los pilotos que bombardearon a los jóvenes en Cantaura, los que 59

Robin Rodriguez

participaron el en el Plan Ávila que asesinó a la población el 27 de febrero, entre los que se encontraban Jesús Urdaneta Hernández, Luis Pineda Castellano, los 35 miembros del grupo CETA de la PM (comandado por Freddy Bernal) o la gente de Felipe Acosta Carle (muerto cuando disparaba contra la población civil el 27 de febrero); además de Ramón Rodríguez Chacín (ex ministro de Chávez) que tenia responsabilidad directa en la matanza de 14 pescadores en El Amparo (el 29 de octubre de 1988); sin embargo eran los aliados que nos imponían las circunstancias históricas. Variar nuestra línea de lucha guerrillera, compartir en la conspiración con sectores burgueses y la unidad con los militares, fueron parte de las razones que esgrimieron un grupo de camaradas para no participar en los preparativos insurrecciónales, llegando en algunos casos en sabotear algunas tareas en Caracas; hasta que se separaron definitivamente.

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Relatos de un Subversivo

Entre estos camaradas estaban el gocho

Daniel

Hernández, José Guariguata, Rafael Vega (ahora secretario de gobierno en Anzoátegui) Alejandro Velásquez Guerra (el camarita), Gallegos y otros que curiosamente hoy en día forman parte del gobierno de Chávez. A pesar de estas diferencias, los sigo considerando unos revolucionarios que deben demostrar su integridad política, moral e ideológica para darle un vuelco a este proceso seudo revolucionario, reformista y populista. En la FAN comenzaron agruparse sectores descontentos por la orden de utilización de las armas contra el pueblo durante los sucesos del 27 de febrero y por la corrupción reinante

en las

altas esferas del

gobierno y el alto mando militar; llegó un momento que teníamos contacto con 24 grupos dentro el estamento militar, pero en la medida

que la crisis política se

acentuaba, muchos de ellos se fueron articulando. A finales de 1991 se habían integrado 4 grandes grupos, cada uno con planes y una visión diferente sobre los cambios a realizar. 61

Robin Rodriguez

Tomando en cuenta, que la audacia política se manifiesta con iniciativas concretas, surgió la propuesta de un Gobierno de Salvación Nacional (otros lo llamaban de emergencia nacional), en el cual se recogía las aspiraciones de los sectores económicos, militares, religiosos y políticos. La división existente entre los grupos que conspiraban en la FAN, nos obligó a tener planes militares diferentes en caso que alguno decidiera lanzarse. En cuanto a los dirigentes políticos comprometidos a la idea de un levantamiento cívico-militar, estaban Enrique Ochoa Antinch (hermano del ministro de la defensa, nombrado en Junio de 1991), Henry Vivas (era del MAS, ahora es diputado del MVR), Duoglas Bravo (de Tercer Camino y pieza clave en la relación con algunos de los militares), José Carrasquel y Roberto Hernández (PCV), Fernando Soto Rojas (Liga Socialista), Otto Van Del Velde (MPDIN), Eutoquio Contreras ( secretario de organización del MEP), Pablo Medina y Aristóbulo Isturiz de La Causa R. Este 62

Relatos de un Subversivo

ultimo, tenia el compromiso de respaldar el golpe públicamente desde su condición de diputado, al igual que lo harían sectores de la iglesia, empresarios y gremios de diversos signos; todo en función de darle piso político y social al gobierno que surgiría de este levantamiento. En el plan político, se estableció que CAP, su paquete económico y la oligarquía financiera (Asociación Bancaria y Venamchan) serian los enemigos a enfrentar; esto explica la participación de algunos empresarios adscritos a Fedecamaras en estos planes insurrecciónales. Las incontables movilizaciones y acciones de protesta que desarrollamos teniendo a la cabeza la Federación Unitaria de Estudiantes Universitarios (FUVE), significaron parte de las razones para que el fracaso militar del 4 de febrero, terminara convirtiéndose en victoria política. Es falso que fueron los militares insurgentes los que despertaron a la población a la búsqueda de un cambio político. Hugo Chávez lo que hizo fue simbolizar nuestros esfuerzos y sacrificios, a través de aquel “Por Ahora” en el 63

Robin Rodriguez

espacio concedido en las medios de comunicación durante su rendición. Recuerdo que varios funcionarios del gobierno de Ovidio González, siempre fungieron como saboteadores de las asambleas y las acciones de protestas que realizábamos, para crear las condiciones del golpe de estado.; entre los que se encontraban Rafael Vásquez, que luego fue presidente de la Asamblea Legislativa por el MVR y el comisionado de asuntos vecinales de la gobernación, Ángel Rodríguez quien luego llegó a la Asamblea Nacional por este mismo partido. El capitán José Pérez Fernández (hoy alcalde de Barcelona), quien trabajaba en el área de seguridad de Puertos de Anzoátegui, nunca asistió a los contactos que nos habían establecido desde Caracas, por lo tanto no participó en ninguna de las tareas relacionadas con el golpe.

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Relatos de un Subversivo

Muy diferente fue la actitud de Euclides Maldonado (ASOVEDA), Maria Elena Odreman (Presidentadel colegio de bioanalistas), Juan Bautista Díaz (Presidente del colegio de Médicos), Jesús Olivier, Juan Guaramaima, Vicente Romero,

Raquel

y

Libis Torres (FENATEV), Vicente

Rodríguez (ahora diputado de PODEMOS), Eva Chacón (ahora del MVR), Nigel Barrolleta (ahora del PRV), Luís Figuera (MVR), Hilario Caraballo (MVR),Orlando Brito (ahora de LA JORNADA), Nelson Moreno (alcalde de Puerto La Cruz), Nelson Carreño (Liga Socialista), Esteban Díaz (dirigente vecinal), José “Cheo” Martínez (de Las Charas), Ali Bompart (dirigente vecinal), José Figueroa (Movimiento 4 de Octubre), Carlos Ramos (MVR), Felipe Salazar, Andrés Urbaneja, Teresa Gómez (ULB), Ramón Figuera (teólogo evangélico), Simón Rivero (MVR), Fernando Acevedo (ahora de PODEMOS), Pedro Negron, Uvencio Farias (directivos de Unión Las Delicias), Félix Acevedo (ASOTRAM), Aníbal Alvarado (estudiante), José Benedetto y una lista interminable.

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En cuanto al panorama internacional, el movimiento revolucionario no se encontraba en su mejor momento, producto de la derrota electoral de los Sandinistas en Nicaragua durante el mes de febrero de 1990; por otro lado el frente Farabundo Martì para la Liberación Nacional de El Salvador abría espacio para la desmovilización de sus fuerzas militares, llegando a un tratado de paz el 16 de enero de 1992. De igual manera, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en torno a Rusia, se desintegró el 3 de diciembre de 1991 a través de la Perestroika que tenia como ejes centrales, la remodelación del mecanismo económico socialista y la renovación general de la superestructura de esa sociedad. A pesar que nosotros nunca supeditamos nuestra lucha a los intereses del bloque soviético, como lo hizo Cuba y muchos partidos comunistas en el planeta (que fueron subsidiados por ellos); la debacle de un régimen que lo habíamos caracterizado al igual que el Che Guevara (él lo hizo en el 1964) como social-imperialista; nos afectaba enormemente, puesto que la propaganda mundial de 66

Relatos de un Subversivo

nuestros detractores ideológicos, ubicaban que socialismo era la Unión Soviética. Todo esto facilitó que otros sectores no revolucionarios (los militares) ocuparan un importante espacio en la vida política del país. Otro aspecto importante a valorar, es que el bipartidismo había bajado de 93 a 43% de popularidad y en enero de 1992, Mercanalisis revelaba que el 52% de los ciudadanos, tenían la expectativas de que en ese año que comenzaba, existiera progreso económico, mas fuentes de empleos, bienestar general y mejoras en el sistema de salud. Necesidades y deseos que no se veían reflejadas en el paquete económico de CAP, ya que tenia un 74% de rechazo. De allí que fue correcta la propuesta de la renuncia del presidente como contribución a una salida pacífica a la crisis política, económica, social, moral y militar; táctica que permitió el aceleramiento del desgaste político del gobierno y la alta popularidad que luego adquirió el levantamiento del 4 de febrero. 67

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Todas las luchas de la población se concatenaron a la crítica del paquete económico (aumento de la gasolina, aplicación del IVA, etc.), siendo un factor determinante en la desmoralización política de las bases de AD y COPEI. Explicando así que a pesar que tenían el 43% de popularidad, CAP no recibió respaldo de masas.

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X. Aquel 4 de febrero

El lunes 3 de febrero a las 5 p.m., me correspondió despedir del Terminal de Puerto La Cruz con destino al hospital Universitario de la UCV, a los camaradas Alcides Rondón, Leobaldo Nieves, Omar Rodríguez (mi hermano), Orlando Brito, José Zacarías y otros, que serian encuartelados y armados con la idea de reforzar al MBR200. El MBR-200 era el movimiento con militares de menor jerarquía, puesto que el grupo A1 (con mayor fuerza) estaba al mando de Lucas Rincón Romero (segundo de la promoción 1972), el Movimiento 5 de Julio bajo el mando del coronel Francisco Visconti Osorio (segundo comandante del grupo de caza de la aviación) y Gruber

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Odreman (para el 27 de noviembre era el Sub-inspector general de la FAN); además del grupo encabezado por el general Carlos Santiago Ramírez, que presentaba molestia por no ser ascendido a ministro de la defensa en el 1991. A Nigel Barrolleta y a mi, nos correspondía trasladar a uno de los destacamentos guerrilleros hacia Barcelona, entre este grupo estaba Jaime Lugo Acaban, Juan Tamoy (ex-preso político), Edgar Blanco Paraguan, Jesús Sotillo y otros que no conozco sus nombres. Según los resultados del levantamiento en Caracas, nos correspondía tomar el puesto de la guardia nacional en el peaje de Mesones y en caso de fracasar el golpe, nos correspondía ubicarnos en un punto estratégico en las montañas de Bergantín (por el caserío El Francés) donde recibiríamos a otros camaradas en función de reagrupar la fuerza y esperar el pronunciamiento de los otros movimientos, con los que Chávez no quiso coordinar el 4 de febrero. Ante la rápida rendición de Chávez, optamos por irnos con este destacamento al mando de Lugo Acaban y Juan 70

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Tamoy. Por radio rumbos nos enteramos que los camaradas Humberto Lezama, Luís Valderrama (hermano del diputado Jesús Valderrama) y Ramón Yaguaramay (ahora del MVR), habían sido detenidos en la Urbina con unas armas. En ese entonces el ejercito venezolano tenia 34.500 efectivos activos, seguido de la Guardia Nacional con 24.000, la Armada 11.000, la Aviación 7.000 y la Disip 14 mil

funcionarios en nominas. El plan de ataque del

MBR-200 consistió en la toma del Zulia, Carabobo, Aragua y Caracas; a pesar que en la capital contaban con el respaldo del batallón Ayala, Codazzi y el grupo Rivas, tenían la necesidad de transportar parte de la fuerza acantonada en Maracay; esto explica porque al oriente del país nos correspondió enviar personal civil hacia Caracas. También explica porque el teniente Jesús Suárez Chourio (Promoción 1986, hoy es jefe de seguridad de Chávez), tuvo que alquilar varias unidades autobúseras en el Terminal de Maracay, para trasladar al personal de las 71

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Brigadas de Paracaidistas Antonio Nicolás Briceño (al mando de Chávez) y la José Leonardo chirinos (al mando de Acosta Chirinos).

Por otra parte el comandante Jesús

Urdaneta Hernández se encargaría del control de Maracay junto al comandante Miguel Ortiz Contreras. Estos cuatro oficiales habían sido ascendidos en junio de 1990, al cargo de tenientes coroneles, Chávez venia de una corta estadía en el batallón de cazadores de Maturín, Ortiz Contreras de Barquisimeto, Urdaneta de Maracaibo y Acosta Chirinos de la V división de selva en Amazonas. Varios tanques Dragón 300 (de los 100 que tenia el país) y 214 efectivos del ejercito tomaron Miraflores bajo el mando del Capitán Antonio Rojas Suárez (promoción 1982); 16 oficiales y 280 soldados al mando del comandante Joel Acosta Chirinos les correspondió la toma del comando general de la aviación con sede en La Carlota; a la vez que 48 efectivos tomaron la Casona, bajo el mando del capitán (Ej) Carlos Rodríguez Torres, el

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Relatos de un Subversivo

teniente Calatayud Pedra y los sub-tenientes Carregal Cruz y Cabrera Landaeta. El Codazzi y el grupo Rivas, les correspondía la toma del ministerio de la defensa y la comandancia general del ejército con sede en Fuerte Tiuna, este ultimo objetivo no lograron cumplirlo, puesto que el teniente coronel (Ej) Luís Pineda Castellano (de la promoción de Chávez) lo imposibilitó; sin embargo en el estado Zulia, Valencia y Maracay habían logrado todos sus objetivos en las primeras horas. La Brigada Blindada de Valencia, fue controlada por los capitanes Luís Valderrama, Antonio Martínez Alonso, Jiménez Giusti y Arteaga Páez; con los tanques AMX-13 (hay 36 en el país) y con Scorpion- 90 ligeros (tenemos 50 en total) tomaron la comandancia general de la policía, el peaje de la autopista Valencia Puerto-Cabello, el comando del destacamento 20 en Tocuyito, el CORE 2 de la guardia nacional, el aeropuerto y el cuartel José Laureano Silva.

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En Maracaibo, el comandante Arias Cárdenas junto al mayor (Ej) Fernando Viloria y el capitán Moisés González López como jefes del grupo de Artillería Misilistica 103 “José Gregorio Monagas” acantonado en el cuartel el Libertador. Tomaron la casa destacamento 35 de

del

gobernador,

el

la guardia nacional, las cabeceras

del puente sobre el lago, la base aérea Rafael Urdaneta, la sede de la Disip y el cuartel de comando de guardacostas; además de desarticular a la policía del estado al mando del coronel (GN) Belisario Landis, con la toma del parque e imposibilitar el desplazamiento de las 120 patrullas. Entre 10 y 12 batallones (el ejercito tenia 120 batallones) estaban al mando de los insurgentes, mientras que existían 5 mil civiles acuartelados en varios puntos de Caracas que no recibieron las armas ofrecidas en el plan cívico-militar. La captura del presidente falló mas por razones de torpeza ya que CAP se retiro del lugar en un carro particular. A esto debemos agregarle 74

que en Caracas,

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Valencia, Maracay y Maracaibo, las tomas a los cuarteles considerados leales al gobierno, fue desde afuera (sin desarmarlos o desarticulándoles sus mandos) significando un control superficial; hasta el punto que luego de la rendición de Chávez, muchos de los capturados se convirtieron en los captores de los insurgentes. El esquema operativo que se implemento ese día, nos demuestra que Hugo Chávez se sentía extremadamente confiado en la toma del poder (un grave error a la hora de desarrollar alguna estrategia militar), hasta el punto que no existía planes alternos a la hora de algunos tropiezos. A pesar que contaba con una fuerza significativa a su mando y cuando sabia de la existencia de otros movimientos en la FAN que podrían sumarse a la rebelión, la rendición fue muy rápida. Si bien no se concretó la toma de Fuerte Tiuna y de otras unidades de importancia militar, no hubo la obstaculización de las vías para evitar el desplazamiento de las fuerzas adversarias. 75

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El sectarismo hacia el resto de los movimientos insurgentes dentro de la FAN, daba a pensar que existía temor que militares con mayor rango (Lucas Rincón, Santiago Ramírez o Visconti) asumieran la conducción del levantamiento. El incumplimiento en la entrega de las armas a los civiles, nos hacia pensar que estábamos ante un caso similar al 23 de enero de 1958, cuando el PCV y los sectores revolucionarios de AD, fueron execrados por Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jovito Villalba, luego de ser piezas claves en el derrocamiento de Pérez Jiménez. De los 300 oficiales y suboficiales detenidos en Fuerte Tiuna, 136 fueron pasados al Consejo de guerra Permanente, a la vez que el gobierno negaba constantemente, la participación de Tercer Camino o Bandera Roja en el golpe ya que los militares insurgentes carecían de una estructura política que recogiera los frutos de aquel “Por ahora” que logró exponer en el momento de su rendición. 76

Relatos de un Subversivo

Otro episodio histórico, lo representó el oportunismo mas rastrero que he podido observar en toda mi vida; cuando el diputado Aristóbulo Isturiz, muy diferente a los discursos de los diputados Jesús Farias (PCV) o Fabricio Ojeda (URD) en momentos del Carupanazo (4/5/1962) o el Porteñazo (2/6/1962); había decidido votar junto a AD y COPEI sin discusión alguna, a favor de la suspensión de las garantías constitucionales, pero luego de escuchar la intervención de Rafael Caldera, donde dejaba entrever oportunistamente cierta simpatía hacia las razones de los insurgentes; el diputado Isturiz decidió salvar su voto y plegarse a lo expuesto por Caldera. Luego de evaluar los acontecimientos, decidimos que la estadía en la guerrilla había terminado y nuestro papel era en la ciudad para preparar las condiciones para nueva acción cívico-militar.

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Robin Rodriguez

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Relatos de un Subversivo

XI. La crisis se profundizó

El viernes 7 de febrero de 1992 el Instituto de Oficiales de Situación de Retiro de la FAN (de junio de 1991) encabezados por el general de división (EJ) Jacobo Yépez Daza, se pronunciaron públicamente en contra de las frases del diputado David Morales Bello “Muerte a los golpistas” y en cierto sentido se solidarizaban con las razones morales de los militares insurgentes. Entre estos oficiales estaban 4 generales de división, 14 generales de brigadas, 4 contralmirantes, 20 coroneles, 4 capitanes de navío, 4 tenientes coroneles, 6 mayores, 2 capitanes, 2 tenientes y un sub-teniente. Por otro lado se convocó el 10 de marzo al cacerolazo mas estruendoso que se haya realizado en el país (hasta

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Robin Rodriguez

en las lujosas mansiones); nuevamente los civiles pasamos hacer la punta de vanguardia de las acciones de calles, a la vez que nos preparábamos para el nuevo levantamiento. La organización decidió la militarización de todos nosotros, teniendo a los destacamentos guerrilleros como centro de entrenamiento de la nueva estructura militar que adoptamos para poder organizar a los civiles; además que desarrollaban operaciones encubierta (sin atribuírsele a la guerrilla) en la búsqueda de recursos de todo tipo. No solo pasamos a coordinar planes con los tres grupos restantes en la conspiración, sino que nos preparábamos para enfrentar un golpe de derecha encabezado por el comandante general del ejercito, el general Pedro Remigio Rangel Rojas, Oswaldo Sujo Raffo (Inspector general de la FAN), el vicealmirante Radames Muñoz León (Jefe del estado mayor conjunto) y el coronel Raúl Salazar, quien había sido edecán de Luis Herrara Campins y siempre se reportaron informaciones sobre su actuación en preparativos de golpes fascistas. 80

Relatos de un Subversivo

La existencia de tantos grupos y de signo diferentes en la FAN, era el reflejo del vació de poder existente, no solo se daba porque el pueblo no quería seguir gobernado por los de siempre, sino que los sectores dominantes no podían gobernar a la vieja manera, por la falta de cohesión, una crisis social y económica creciente, falta de credibilidad de su dirigencia y una población que estaba en la calle esperando un cambio de rumbo; de allí el impacto del “POR AHORA”. Para garantizar el accionar entre los civiles y militares, nos toco estructurar militarmente a las personas fuimos reclutando. Una escuadra

que

la conformaban 7

personas con su respectivo comandante (un sargento), un pelotón lo integraban 3 escuadras dirigido por un teniente; una compañía eran tres pelotones (dirigido por un capitán) y un batallón con tres compañías mandados por un teniente coronel. A esto le agregamos los pelotones tácticos de combates, conformados por reservistas que habían prestado servicio en unidades elites de la FAN. 81

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Cada jefe de pelotón tenia que reclutar su personal en zonas circunvecinas a su residencia para facilitar el funcionamiento regular de la cadena de mando, que también operaba para las movilizaciones y protestas realizadas en ese entonces. En Anzoátegui teníamos tres planes diferentes; reforzar a los 4 suboficiales que estaban en la Base Área de Barcelona para controlar el estado; recibir las armas por helicópteros luego que grupos de la marina tomarán la comandancia general de la armada, o de desarrollar acciones de agitación en los barrios y universidades en caso que fuera un golpe de derecha. A través de los aliados de la Base Área, se contactó con el coronel (GN) Ulises Rodríguez Gil quien se había comprometido con la entrega de armas de la comandancia general de la policía, y se hizo un sondeo entre los jefes policiales y militares de la zona, donde se nos informó que el general (GN) Miguel Aparicio Ramírez señaló que

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Relatos de un Subversivo

mantendría una actitud neutral en las primeras horas, en caso de realizarse un golpe de estado. En este general no confiamos, porque teníamos informaciones que era gente de Radames Muñoz León; mientras tanto revisábamos todos los días el diario Ultimas Noticias y El Nacional porque de aparecer el anuncio de la muerte del señor Aristóbulo Martínez Cova, que

teníamos

que

significaba

prepararnos porque estábamos en

alerta roja. Pero el sectarismo y quizás la ambición de poder, seguían afectando la unidad cívico-militar; en vista que el “Por ahora” del 4 de febrero creó la sensación de que Hugo Chávez era el líder de todos los sectores descontentos dentro de la FAN, comenzó una política mediática en torno a su figura, además de alimentar la falsa idea que era el máximo líder de la conspiración. Todo esto se vio reforzado con algunos espectáculos mediáticos que montó desde la prisión, como fue el caso 83

Robin Rodriguez

del sábado 4 de marzo de 1992, cuando el teniente (EJ) Raúl Álvarez Bracamonte se llevó unas armas del Fuerte Tiuna. Bracamonte era de la promoción 1987 , venia de la misma camada de sub-oficiales de

Diosdado Cabello

(numero 2 de esa promoción), Jessi Chacon (numero 12) y José Gregorio Vielma Mora. En todos estos jóvenes Chávez tenia una gran ascendencia desde la Academia Militar, donde fue el jefe del departamento de deporte durante el 1980-1981; Jefe del departamento de cultura en el 1982 e instructor militar el periodo 1983-1984; de allí el termino “mis hijos” cada vez que se refiere a ellos. Fue en la Academia Militar de Venezuela (AMV), donde Chávez logró articular el MBR-200; esto explica porque fueron jóvenes que se graduaron entre el 19811987 los que lo acompañaron el 4 de febrero, excepto Arias Cárdena (del 1974) y cuatro de la promoción 1975 (incluyéndolo a él). Entre los oficiales de menor graduación se encontraban Ronald Blanco la Cruz y Carlos Guyon 84

Relatos de un Subversivo

Celis (promoción 1981), Antonio Rojas Suárez del 1982, Luis Valderrama del 1983, Francisco Ameliach y Pedro Carreño del 1984, Jesús Suárez Chourio del 1986, Diosdado Cabello, Jessi Chacon, José G Vielma Mora y Eliécer Otaiza del 1987. Las contradicciones de Lucas Rincón y Visconti con Chávez, se acentuaron con la captura de Bracamonte y la revelación que posteriormente hizo del golpe planeado para el sábado 11 de julio de ese año; sumándose un nuevo espectáculo mediático (o vedette como los llamaba Visconti) cuando el teniente Eliécer Otaiza desertaba del ejercito con el eslogan ¡Yo tengo las armas de Bracamonte!, todo en aras de alimentar la idea que Chávez y el MBR-200 eran los cabecillas del nuevo levantamiento. El coronel al que Chávez hace mención en el libro “Habla el comandante” escrito por Agustín Blanco Muñoz, que tenia un plan para asesinarlo en componenda de Bandera Roja (BR), no es otro que Lucas Rincón Romero. Se trataba de una intriga para desvirtuar el liderazgo de 85

Robin Rodriguez

otros movimientos existentes en la FAN, lo curioso es que este señor fue el primer jefe de la casa militar que él nombró luego de ganar la presidencia en el 1998. Otro hecho curioso, es que los jefes del nuevo levantamiento, no querían a Chávez ni de prefecto en el pueblo mas apartado del país; mas aun cuando le manifestó a nuestro emisario (el profesor Carlos Texeira) en su visita a la cárcel, que la junta de gobierno ya tenia nombres y apellidos y eran los del 4 de febrero (nombres que desconozco). A pesar de su soberbia y la campaña en contra de BR, fue esta organización la que defendió su nombre para que formara parte del consejo consultivo de la nueva junta de gobierno a instalarse luego del 27 de noviembre, puesto que era una referencia para la población que no podía dejarse fuera del nuevo poder. Chávez y varios de los integrantes del MBR-200, indicaban que no se podía confiar en Bandera Roja por su condición de Marxistas-Leninistas y que la lucha por el 86

Relatos de un Subversivo

socialismo o el comunismo había que combatirla, siendo esta la misma campaña desarrollada por el gobierno, a los comandantes de guarniciones y cuarteles, en aras de evitar la unidad cívico-militar. Sin embargo en todas las luchas no dejamos de exigir la libertad de los militares del 4 de febrero. Basta leer las declaraciones de Chávez y del resto de los integrantes del MBR-200 en esos días, para ubicar que las motivaciones de su alzamiento, se centraba en el malestar de la FAN por la corrupción y la aplicación del Plan Ávila a raíz de la rebelión de la población el 27 de febrero. Por ningún lado aparecía un proyecto de país diferente a la estructura del capitalismo, en el aspecto económico,

planteaban

la

aplicación

de

una

economía de guerra, tal como lo contemplaba la constitución del 61; entre otros aspectos que demuestran que se trataba de un movimiento de tipo nacionalista, pero carentes de propuestas para transformar la situación del país.

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Robin Rodriguez

Entre estos episodios y las cosas que quieren hacer ver ahora hay una gran diferencia, a la vez que nos reafirman que los hechos históricos como el 4 de febrero, hay que analizarlo en su conjunto. De igual manera se refirma que “Todos jugamos un papel en la historia, pero no siempre de nuestro papel dependen los desenlaces históricos”; puesto que a los revolucionarios y los civiles nos quieren borrar de todo este proceso, utilizando todos los medios del poder, para pasar como unos libertadores predestinados para el país.

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Relatos de un Subversivo

XII. Aquel 27 de noviembre

El 26 a las 4 de la tarde, nos reunimos en la calle 13 de Guaraguao, donde se habló del video de los generales y que esperábamos en la zona montañosa de Querecual (vía Bergantín) 2000 armas que vendrían en helicópteros. Todos salimos acuartelar a nuestro personal y prepararnos para las operaciones; el distintivo era un trapo blanco que cambiaria de lugar cada tres horas y a los carros teníamos que pintarle una cruz con pintura fosforescente para ser distinguidos por los aliados de la aviación. Juan Rojas, Carlos Ramírez, Eva Chacón (ahora del MVR), Pedro Negron (ahora del PCV), José Figueroa (Movimiento 4 de Octubre), Uvencio Farias (Unión Las Delicias) y Ciro Ramírez fueron parte de los vehículos que

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Robin Rodriguez

tenia para buscar mi personal, en sus casas o sitios de trabajos,

la cadena de mando funcionó a la perfección

porque a las 11 de la noche ya teníamos a todo el personal acuartelado en varios sitios de la ciudad. Mi responsabilidad era Puerto La Cruz y me correspondía de llegar las armas, cerrarle el paso al CORE 7 con camiones del aseo urbano y autobuses que teníamos ubicados, además de coordinar con algunos aliados dentro de la PM para tomar la zona policial numero 2 y la antigua PTJ. Entre mi equipo para las acciones militares, estaban Ignacio Figueroa, Adeliz Guerra, José Sifontes (ahora del MVR), Omar Rodríguez (Guarimomo) José Cheo Herrera entre otros. Para la acción agitativa estaban Alcides Rondón, Esteban Díaz, José Cheo Martínez, Fernando Acevedo, Nelson Moreno, Luis Figuera y una larga lista de luchadores sociales de ese entonces. Pero esto se imposibilitó porque las armas no llegaron, a desarrollar operaciones menores. 90

obligándonos

Relatos de un Subversivo

Por la delación del capitán de corbeta Manrique Padrón y del teniente coronel (EJ) Salvador Escobar, los oficiales encargados de entregarle las armas a los civiles, ya estaban presos. El capitán de corbeta Diego Hernández Guzmán, quien era el jefe del grupo de operaciones especiales de la armada, no pudo tomar la comandancia general de la armada y de esta operación dependía las armas del oriente del país. El encargado de capturar a CAP ya estaba preso, al teniente coronel Miguel Madrid Bustamante, comandante del batallón Villapol también estaba detenido; la fuerza al mando de Lucas Rincón se retiró de las operaciones alegando que se había enterado de la delación y Raúl Isais Baduel ya había

decidido

no participar junto

al

general Santiago Ramírez y otros comandantes porque aspiraban ser los jefes del alzamiento y Gruber no se lo permitió.

91

Robin Rodriguez

Como los delatores desconocían los nombres y la participación de la aviación en el golpe, esto permitió que entre los 500 oficiales detenidos, no llegaran al general Francisco Visconti y su gente, quien había logrado concentrar a su personal de confianza en Maracay (incluyendo los 4 que estaban en Barcelona), bajo la coartada de los preparativos del aniversario numero 72 de la Fuerza Área Venezolana que seria el 10 de diciembre. Visconti había sido ascendido en junio de ese año al grado de general y nombrado jefe de logística del estado mayor conjunto de la FAN. Las bases Sucre y El Libertador fueron tomadas por los insurgentes, mientras que “los soldados” que capturaron y custodiaron al general Francisco Paredes Niño, eran integrantes de Bandera Roja, disfrazados de soldados. Mientras que 4 Broncos, 3 mirage, 2 T2d y varios tucanos surcaban el cielo de Caracas, de pronto uno informó “estoy sobrevolando el gallinero” (la DISIP) y Visconti respondió ¡Dale con todo!. En vista que la 92

Relatos de un Subversivo

infantería no respondió, porque estaban detenidos y otros chorreados por la delación, fue lo que motivó el ataque a Miraflores, ya que en los planes iniciales esto no estaba planteado. Se informó que de los 180 pilotos de combate que tenia el país, 113 estaban comprometidos con el golpe (63%), eso significaba que los aviones de combate existentes

en

el

país

se

quedaron

sin

experimentados. En ese entonces el parque de

pilotos aviones

de guerra se distribuían en 15 Mirage, 18 F-16 tipo A, 6 Cazas Bombarderos F-16 tipo B, 28 Broncos, 14 VF-5A, 20 T-2D, 43 Tucanos, 20 T-34 Mentor, entre otros. Ante el fracaso del golpe y la orden de CAP de asesinar a los golpistas al igual que el 2 de junio de 1962 cuando ordenó bombardear a Puerto Cabello originando 400 muertos y 700 heridos, Visconti en medio de una balacera optó junto a 93 oficiales de la aviación de retirarse en un hércules C-130 (Venezuela tenia 5) con destino al Perú, siendo escoltado por el

F –16 piloteado por Luis 93

Robin Rodriguez

Reyes Reyes. Uno de los pilotos de los Broncos, el teniente (AV) Asdrúbal Gutiérrez y el Capitán (AV) José Martín Rincón al mando de seis oficiales fueron detenidos el 28 de noviembre luego de aterrizar en Caicara del Orinoco. Algo verdaderamente aberrante, lo representó la toma del canal 8, además que no se justificó las muertes de los vigilantes José Guillermo Rueda y José Manuel Vega Caballero; la destrucción del video de los generales e integrantes de los 4 componentes, para colocar el mensaje de Hugo Chávez significó un factor de confusión en varias unidades comprometidas en el golpe, llegando a decidir su retiro en las acciones de artillería que les correspondía cumplir. El capitán Valera Rumbo, el teniente Jessi Chacón y su hermano el teniente de fragata Arne Chacón, nos dieron un golpe en golpe ordenado por Chávez. Esto explica, porque fueron dejados por fuera de esta operación los integrantes de Tercer Camino y los 50 miembros de Bandera Roja que respaldarían los 31 efectivos militares que tomarían el canal. 94

Relatos de un Subversivo

Esta situación, unida a la delación, no permitió que el equipo encargado de algunas operaciones en Caracas al mando del capitán de

navío Ramón Rodríguez Chacín

(fue ayudante del vicealmirante Iván Carratu Molina) y el teniente coronel Luis Pineda Castellano (fue comandante del batallón Bolívar) no lograron cumplir con sus tareas. La perversidad de CAP y de su adulador número uno (Antonio Ledezma) se puso de manifiesto cuando trataron de hacer ver que la ley de fuga aplicada a los presos del Retén de Catia, era parte del plan de los insurgentes. Con la liberación y el ametrallamiento de estos procesados, buscaban aumentar el número de muertos y heridos en la rebelión, puesto que el 4 de febrero se ubicó en 20 fallecidos y 60 heridos; pero con este macabro plan se agregaron los 63 muertos y los 50 heridos del retén, dando un total de 171 fallecidos y 92 heridos; superando así el número de víctimas en el levantamiento cívico-militar del 23 de enero de 1958 que se ubicó en 161 muertos y 477 heridos. 95

Robin Rodriguez

Ese día el FAS tubo 4 bajas, cuando en las cercanía de Cumanacoa estado Sucre y en Zaraza estado Guárico presentaron combate con efectivos de la FAN; en Cumanacoa muere mi buen amigo Edgar Blanco Paraguan en un enfrenamiento no planificado con el ejercito y los 3 restantes (entre ellos Wladimir Lugo) caen cuando trataban de tomar una alcabala de la guardia nacional; con estas bajas, se sumaban 8 los camaradas fallecidos en los levantamientos del 92 (entre ellos los estudiantes de Valencia), además de una larga lista de perseguidos, detenidos y torturados. En cuanto las armas ofrecidas por el coronel (GN) Eulises Rodríguez, la persona encargada de recibirlas no se presentó al contacto establecido, por lo tanto no pudimos corroborar su disposición de enfrentar al gobierno; pero lo que si nos quedo claro fue que la policía bajo su mando fue la primera en buscarnos para detenernos o asesinarnos; en cuanto al general Aparicio Ramírez, debo reconocer que fue después de fracasar el golpe, cuando 96

Relatos de un Subversivo

ordenó la salida de sus efectivos, cumpliendo así con la neutralidad comentada. Ante

el

fracaso

del

golpe,

los

camaradas

acantonados en Barcelona, optaron por irse a las zonas montañosas, instalando en las primeras horas una guerrilla de 150 efectivos; Marcos Guacaran, Eder Puerta Aponte, Nelson Gómez, Ramón Ruiz, José Zacarías, Nigel Barrolleta, Wilman Molina, Efraín Salazar, Carlos Tiapa y Joel Zacarías formaron parte de este nuevo destacamento guerrillero. En diciembre de ese mismo año, acudí a Caracas en representación de Anzoátegui para realizar un balance político-militar del 27 de noviembre, en esta reunión estuvieron Germán Blanco, Carlos Hermoso, Armando Díaz, Miguel Pizarro, Ramón Erasmo Guzmán y Eduardo Solórzano. Durante mi visita a la capital, coordiné la entrega de unas armas para el nuevo frente armado de Anzoátegui, además de una reunión con Germán Blanco y miembros de la Comisión Nacional Militar, ya que no 97

Robin Rodriguez

compartían la idea que existieran unidades armadas sin control y supervisión de esta instancia. Entre los errores políticos evaluados en esa reunión, estaba que no supimos combinar los preparativos insurreccionales con el proceso electoral de ese año, nuestro protagonismo en las luchas era algo indiscutible, éramos la primera fuerza nacional de civiles en la rebelión; en el caso de Caracas Luis Figueroa (hoy ministro de Chávez) era un dirigente estudiantil con un gran liderazgo, al punto que fue propuesto por Arturo Uslar Pietri para que formara parte de la junta de gobierno luego de triunfar el golpe; sin embargo fue la Causa R la que logró capitalizar el sentimiento de cambio de la población, cuando de manera sorpresiva Aristóbulo Isturiz ganó la alcaldía de Caracas.

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Relatos de un Subversivo

XIII. Jugada maestra

A pesar de las derrotas militares del 4 de febrero y el 27 de noviembre, la inestabilidad política amenazaba con un nuevo levantamiento armado; ya

no solo por los

militares de la armada (gente de Gruber) o la fuerza organizada por Lucas Rincón; sino que existía la amenaza de un golpe de estado de ultraderecha bajo el mando del vicealmirante Radames Muños León y el general Oswaldo Sujo Raffo. Ante esta situación, las clases dominantes optaron por una salida institucional preestablecida, cuando Carlos Andrés Pérez es obligado abandonar el poder en mayo de 1993 ya que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) encontró indicios para enjuiciarlo por el indebido manejo de la

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partida secreta. Días antes a la decisión del CSJ, ya conocíamos por vía de Raúl Matos Azocar de los resultados de la votación en este alto tribunal. La salida de CAP y el consenso que lograran en torno a Ramón J. Velásquez y el gobierno de transición, nos demostraba

una vez

más que el capital no tiene

amigos, su respaldo será para aquel que le garantice estabilidad en función del desarrollo de sus negocios, no importa el color del partido o su signo (militar o civil). También debo reseñar que hasta dos días antes de las elección presidencial de 1993, estuvo en el tapete un levantamiento militar de corte de derecha, al que le teníamos previsto un plan de contra golpe con oficiales del ejercito y la armada que se instrumentaría en razones de horas. Sin embargo la relativa estabilidad generada con la salida de CAP, fue utilizada para continuar su paquete de medidas económicas.

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XIV. El chiripero en el poder

Por primera vez el bipartidismo fue derrotado electoralmente, no solo porque sus candidatos no lograron la presidencia de la república, sino porque la suma de los votos de Rafael Caldera (1.710.122) y los de Andrés Velásquez (1.232.653) representaban el 57% del total de los votos validos. Sin embargo este gobierno se convirtió en el representante de las políticas neoliberales y antipopulares en ese periodo. El pragmatismo, como forma elegante de calificar al oportunismo de los nuevos tiempos, del PCV, el MAS, el MEP y otros partidos considerados de izquierda, los llevó a ser cómplices por omisión de las políticas de Caldera.

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Muchos hablaban de una nueva era y hay quienes llegaron a indicar que Rafael Caldera era un revolucionario. Entre los variados sectores que se unieron al chiripero, estuvieron reconocidas figuras del MBR-200 como Miguel Ortiz Contreras, Francisco Arias Cárdenas, Joel Acosta Chirinos, Diosdado Cabello y Raúl Álvarez Bracamonte; de igual manera, Acción Democrática

a

través del caudillo Luis Alfaro Usero hizo causa común con el nuevo gobierno. Pero a pesar de este amplio apoyo de organizaciones políticas, el lunes 13 de junio de 1994 el gobierno suspendió algunas garantías constitucionales y decretó el control de cambio, debido a la crisis de los bancos y a las protestas que se escenificaron en ese momento. Todo esto coincidió con los preparativos de un golpe de ultra derecha, donde se señalaba la integración a esta tendencia del general Carlos Santiago Ramírez (miembro de la junta de gobierno de Chávez para el 4 de febrero) y en Anzoátegui fue removido el general Aparicio Ramírez 102

Relatos de un Subversivo

(ahora del Frente Institucional Militar) por estar supuestamente implicado en esta jugada. Una fuente de todo crédito nos indicó que el jefe de inteligencia del CORE 7, el teniente coronel (GN) Manuel Rodríguez Torres (luego fue coordinador general del MVR) estaba detrás de los encapuchados que la noche anterior a la suspensión de las garantías, allanó la Universidad de Oriente, golpearon salvajemente a los vigilantes y destrozaron algunos de los cubículos de partidos de izquierda; todo en función de provocar acciones de protestas para así justificar sus planes golpistas, donde el general Aparicio Ramírez estaría a la cabeza en el oriente del país. Entre el 1991-1998 fueron privatizados 44 entes que estaban bajo el control del Estado, entre ellos, la telefonía, acerias, líneas aéreas, 6 bancos, astilleros, Sidor, Indulac, centrales azucareras, cadena de hoteles y el complejo cementero de Moray; mientras que uno de los pupilos de

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Caldera (el gobernador Ramón Martínez), entregó al sector privado las salinas de Araya. En enero de 1996 se dio la licitación en el proceso de Apertura Petrolera con las empresas transnacionales, respondiendo

a

las

necesidades de los monopolios

internacionales por el crecimiento de la demanda global de energía, ya que se calculaba que en el año 2005, el mundo requería de 81 millones de barriles diarios de petróleo, frente a los 68 millones que utilizaban en ese año; explicando porque en la Agenda Venezuela se establecía el aumento de la gasolina, para equiparar su precio a los parámetros internacionales en aras de hacer atractiva la inversión extrajera, además de lograr que el 50% del presupuesto nacional dependiera de impuestos como el IVA, el debito bancario, entre otros. Otro aspecto de la receta neoliberal, lo representó la entrada en vigencia en julio de 1997 de la nueva normativa laboral, que entre otras cosas, eliminaba la retroactividad de las prestaciones sociales, como parte de la flexibilidad 104

Relatos de un Subversivo

laboral esperada por las transnacionales como “ventajas competitivas” para la inserción de nuestra economía en el mercado mundial. La presencia de sectores de izquierda en este gobierno y su silencio cómplice, nos demostraba que existía un enfoque erróneo a la hora de hablar de la lucha por la revolución, ya que en el discurso se limitaban indicar que bastaba con sacar del poder al bipartidismo, siendo que los partidos son instrumentos y expresión de la lucha de clases; por lo tanto, otros pueden llegar a gobernar como el chiripero (o el MVR) y los intereses de la oligarquía financiera pueden seguir prevaleciendo por encima de la patria. A las contradicciones con los factores que apoyaban a Caldera, se sumó la disposición de Hugo Chávez en desmontar al MBR-200 como instrumento militar para participar electoralmente. Nuestros intentos de alianza con el MVR se vio afectada, cuando el profesor universitario José Núñez Tenorio (director de alianza nacional del MVR) 105

Robin Rodriguez

nos informó que Chávez no aceptaba discutir con nadie su proyecto de país y mucho menos con el partido Bandera Roja, el cual era percibido internacionalmente como un movimiento radical. Luego entendí que los sectores internacionales a los que hacia referencia, eran las transnacionales que financiaron su campaña electoral. Para otros movimientos lo fundamental era ganar un puesto en el gobierno (el pragmatismo), no importándoles reforzar el mesianismo y no un proyecto verdaderamente nacionalista, democrático y revolucionario.

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Relatos de un Subversivo

XV. Desmovilización de la guerrilla

En vista que las luchas se escenificaban principalmente en el terreno legal y electoral, desarrollamos un amplio debate en toda la estructura del partido sobre la conveniencia de la legalización de BR y la desmovilización de la guerrilla. En Anzoátegui fue la única región donde se presentó contradicciones por la táctica propuesta, sin embargo el 80% de los consultados en todo el país sí la aprobó. Entre los 40 camaradas que no aprobaron la táctica en el estado, estaban Alcides Rondón, Carlos Ramos, Hilario Caraballo, José Zacarías, Wilman Molina, Efraín Salazar, Carlos Díaz, Ignacio Figueroa, Bernardo Rízales, Orlando Brito y Luis Figuera; quienes optaron por constituir otra organización denominada MJD.

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Debo reconocer que las discusiones y el método para abordar estas diferencias no fueron la mas correctas, llegando inclusive en algunos casos a la agresión física y armada. Entre este grupo de valiosos revolucionarios, también se encontraban algunos que aprovecharon las divergencias para sembrar cizañas entre nosotros, unos utilizados

por

la policía y otros porque sabían que

independientemente de las diferencias tácticas, iban hacer expulsados porque le habíamos comprobado actos reñidos con los principios revolucionarios. Para la desmovilización del frente guerrillero Américo Silva, fui encomendado a contactar a los periodistas de la región que cubrirían este histórico evento; por el diario El Tiempo me reuní con Fabricio Ojeda (jefe de redacción), quien designó a Rafael Zamora y al fotógrafo Sixto Mota; en el diario El Norte contacte con Asdrúbal Lunar y el reportero gráfico José Rodríguez; de Unión Radio hable con Mónica Jiménez, quien asigno a una periodista (no fue al contacto); de radio Fe y Alegría asistió Rafael González 108

Relatos de un Subversivo

(su director); por Telecaribe fue Angel Millán y el productor del programa Pulso popular; también contacte al jefe de presa de TVO de apellido Silva para garantizar la presencia del periodista Omar González Moreno, pero esta televisora tenia prohibido la salida de sus cámaras de la zona por un proceso legal a raíz del caso del Banco Latino; por radio Bahía fue contactada la periodista Elba Mata de Villanueva quien alegó no poder asistir al lugar, sin embargo quedo comprometida en anunciar como extra la desmovilización de FAS a una hora indicada. El 10 de mayo de 1994, los periodistas de Sucre, Anzoátegui y Monagas (los de Caracas no llegaron), fueron trasladados al cerro el Mono del estado Sucre, donde 100 insurgentes anunciaban el pase a la lucha pública y legal; entre los desmovilizados estaban

Francisco Jiménez

(Ruperto), Rubén González (Tacoa), Alba Rosa Barreto (la negra), Hipólito Luna (Monagas), Juan Tamoy (expreso político), Carlos Alberto Cumana (incorporado al FAS en el 1987) y Orlando Zunico Martínez (incorporado al FAS en el 1997). 109

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Relatos de un Subversivo

XVI. Hugo Chávez y los generales

Para el 1997-1998, la inestabilidad militar se puso nuevamente de manifiesto, por un lado el comandante general del ejercito, el general de división Rubén Rojas Pérez (promoción 1970 y yerno de Caldera) trabajaba para un auto golpe y por el otro, el agregado militar en Washington, el general Raúl Salazar (promoción 1969) continuaba con sus planes de golpe fascista; ante estos dos escenarios, continuábamos con los planes de contra golpe junto a Lucas Rincón (promoción 1972); además que el general Noel Martínez Ochoa (promoción 1969) quien ocupaba la coordinación del Plan

República para las

elecciones regionales de septiembre de 1998, estaba cuadrado con la candidatura de Chávez.

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Luego de ganar la presidencia con el 57% de los votos, su primera declaración fue nombrar al general Raúl Salazar ministro de la defensa y anunciar que su gobierno respetaría todos los tratados internacionales firmados por las administraciones que lo antecedieron. Con esta declaración frenaba la posibilidad de un golpe de estado de su recién nombrado ministro, a la vez que le garantizaba a las transnacionales y a la oligarquía financiera sus tasas de ganancias. Con esta actitud complaciente, estaba avalando los 13 contratos firmados el 24 de febrero de 1986 en Nueva York por Jaime Lusinchi, que nos comprometían a seguir pagando una deuda externa en unos términos que la hacían eterna a favor del Fondo monetario internacional; representando así el doble discurso sostenido en la campaña. También nombró como jefe de la casa militar a Lucas Rincón, el mismo que según él, tenia un plan para 112

Relatos de un Subversivo

asesinarlo junto a Bandera Roja (ver el libro Habla el Comandante), pero como sabia de la fuerza articulada bajo su mando, prefirió tenerlo muy cerca. Gruber Odreman al tiempo fue nombrado gobernador de Caracas y varios de los militares del 27 de noviembre colocados en cargos importantes, todo en función de limar las asperezas dejadas por su actitud en la conspiración. Todo esto fue combinado con el conocido Plan Bolívar 2000, donde los jefes de guarnición y de importantes unidades militares, manejaron astronómicas sumas de dineros, sin control alguno de contraloría. Al comandante del ejercito (Rubén Rojas Pérez) fue cambiado por el general Noel Martínez Ochoa, además de desarticularle su fuerza, enjuiciándolo por noticia crimin, donde se indicaba un supuesto enriquecimiento ilícito; este proceso se extendió al coronel Domingo Rojas Pérez y a un general de la guardia nacional de apellido Mayol. A pesar que el yerno de Caldera estaba considerado como uno de los militares mas corruptos, este juicio buscaba sacarlo de la FAN, ya que su pase a retiro le correspondía 113

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en junio del 2000 y se sabia que tenia cierta influencia en muchos militares (García Carneiro era uno de ellos) a través de los favores concedidos, gracias a su relación con el presidente saliente. Diferente a la valentía del presidente José Maria Vargas al enfrentar el 8 de julio de 1835, la pretensiones de varios de los militares venezolanos de implantar nuevamente el fuero militar que les permitió luego de la independencia, no solo controlar el aspecto político, sino que se convirtieron en grandes propietarios de la tierra (ellos contribuyeron con el latifundio); el presidente Chávez, le dio a muchos jefes de guarniciones, la potestad de montar una especie de gobernaciones paralelas, dotándolos de recursos económicos y en algunos casos, llegaron a pasar por encima de las decisiones de jueces. Chávez gobernó en sus primeros años, con los líderes de las promociones militares, entre los que podemos señalar : Raúl Salazar y Noel Martínez Ochoa (promoción 1969); Ismael Eliécer Hurtado Soucre (numero 7 de la 114

Relatos de un Subversivo

promoción 1970); Lucas Rincón Romero ( segundo de la promoción 1972); Víctor Cruz Weffer (primero de la promoción 1973, de la cual estaban Efraín Vásquez Velásquez Nro 19, Julio García Montoya Nro 23, Ovidio Poggolli Nro 49 y Julio Quintero Viloria Nro 50); de la promoción 1974 estaban Guaicaipuro Lameda Nro 1, Romer Fuenmayor León Nro 2, Manuel Rosendo Nro12, Francisco Arias Cárdenas Nro 14, Enrique Medina Gómez Nro 22 y Ernesto González González Nro 37; de la promoción 1976 estaban Wilmer Moreno Nro 6 y Raúl Isaías Baduel Nro 11; de la promoción 1977 se destacaba Francisco Uson Ramírez Nro 1. Sin embargo entre agosto y septiembre de 1999, el presidente se ve obligado a mover la mata castrense, cuando en una conversación que fue grabada, se dejaba ver el malestar del comandante general del ejercito (Noel Martínez Ochoa), quien fue sustituido del cargo el lunes 9 de agosto, por Lucas Rincón quien se desempeñaba en un cargo civil (ministro de la secretaria).

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En septiembre es movido de la secretaria privada de la presidencia, el general Raúl Baduel, para asumir el mando de 42 brigadas de infanterías de paracaidistas, la cual tiene bajo su comando 3 batallones ubicados en Maracay. Hasta ese entonces, el Plan Bolívar 2000 había gastado sin control alguno, más de 500 mil millones de bolívares, lo que representaba la totalidad del presupuesto del estado Anzoátegui en el año 2004. Con la promulgación de la constitución del 99, el presidente

de

la

república

tiene plena

y

única

potestad para decidir los ascensos militares; situación que generó malestar ya que le correspondió ascender durante el 2000

a generales de brigadas y contralmirantes a

militares afectos a él y saltó a oficiales que ocupaban los primeros puestos en la lista, de acuerdo a sus méritos. Los coroneles y capitanes de navío que no ascendieron (a pesar de tener los méritos) del ejercito fueron; Roberto González Cárdenas, Mauro Duque Hernández y Antonio Marín Guevara; de la armada fueron, 116

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Guillermo Rangel Jalley, Ildemar García Medina, Manuel Rondón Guillent, Carlos Benegas Fonseca, Iván Rodríguez Patiño, Héctor Delgado Bolívar, Leopoldo Aponte González y Luís Espinoza; de la aviación fueron Pedro Soto Rojas ( se pronunció contra Chávez el 7de febrero de 2002) y Yuni Rojas Chirinos y de la guardia nacional estuvo Mauro González Ramos, Oscar Silva Hernández (se pronunció en la Plaza Altamira en octubre de 2002), Aldo Bocón Sierra, Nicolás Pulido Vielma, Augusto Pulido Vielma, Héctor Rodríguez y Angel Sánchez Velasco. De los ascendidos en ese año a general de brigada o contralmirante y que luego de los sucesos del 11 de abril de 2002 se pronunciaron contra Chávez, estuvieron Rómulo Díaz Vegas, Augusto Dávila Navas, Edgar Morillo González y Francisco Uson Ramírez. El malestar dentro de la FAN se puso nuevamente de manifiesto, el 12 de junio de 2000, cuando el capitán (GN) Luís García Morales se pronunció en nombre de una supuesta Junta Patriótica Venezolana, la cual fue avalada 117

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por el Frente Institucional Militar (promotores de golpes fascistas), donde se anunciaba un posible levantamiento militar. Esto se dio en una coyuntura en la que Arias Cárdenas (líder del 4 de febrero) competía electoralmente con Chávez y los comandantes Urdaneta Hernández y Luís Pineda Castellano salían de la DISIP denunciando hechos de corrupción en el alto gobierno, entre los que se señalaban a Luís Miquelena y José Vicente Rangel, pero se indicaba que todos estos desmanes se daban con la anuencia del presidente.

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Relatos de un Subversivo

XVII. La caída de AD y COPEI

Durante la campaña presidencial, Chávez y su equipo aplicaron el Marketing como comunicación comercial, donde se valora el producto, lo que representa y la clientela potencial donde debe dirigirse el mensaje; contando a su favor que la encuestas revelaban que él tenía al comienzo del 98, el respaldo del 7,50% de la población, pero el 8,20% se inclinaba por una figura militar (de allí el termino comandante) y el 6,40% aspiraba un cambio radical en el Gobierno. La mayoría de la población buscaba cambio y castigo para las cúpulas adeco-copeyanas, poniéndose de manifiesto que los seres humanos buscamos en el mundo

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exterior, la satisfacción de nuestras necesidades o deseos interior. La agresividad o la rebeldía del discurso del comandante, incidió enormemente con la sacudida que la población requería, ya que el desgaste del bipartidismo era evidente, tal como lo refleja el siguiente cuadro: Votos del bipartidismo entre 1988-1998: Elección

Votos de AD

preside

Votos

d e TOTAL

COPEI

ncial 1988

3.879.024

2.963.015

6.842.039

1993

1.325.287

1.276.506

2.601.793

1998

591.362

140.792

732.154

“Los desastrosos efectos de las medidas neoliberales, se tradujo en resultados electorales negativos para las partidos tradicionales” fueron las afirmaciones de Marta Harnecker (asesora en la actualidad de Chávez) cuando evaluaba la inclinación de nuestro continente hacia la 120

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izquierda. En el 1997 Cuauhtemoc Cárdenas y el PRD lograba el triunfo de la gobernación de México; el FMLN en El Salvador ganó el 16 de marzo de 1997 el gobierno en la ciudad capital, 53 alcaldías y 27 escaño en el parlamento; avances que se observaban también en Brasil y otros países del continente. Esta tendencia sigue manifestándose en nuestro país, cuando Datanalisis revela el 6 de octubre de 2005 que la población se inclina entre izquierda (16%) y centroizquierda (26%)

en un 42%; mientras que entre derecha (11%) y

centroderecha (19%) se ubica 30% y el resto sin definición. Lo lamentable de esta situación, es que Chávez sustenta sus ideas en su ambición de poder y grandeza, no se basa en el aspecto ideológico, de allí que tenga un discurso para cada escenario o circunstancia política. En la elección del 98 no solo lo ayudó el deseo de cambio de la población, sino el gran respaldo económico de las transnacionales y el espaldarazo de los dueños de los medios de comunicación, excepto Radio Caracas que 121

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apoyo hasta ultimo momento a Salas Romer, tal como lo indicó José Vicente Rangel durante las interpelaciones de los sucesos del 11 de abril de 2002, realizadas en la Asamblea Nacional. Hasta ahora ha utilizado el fantasma del bipartidismo para manipular a la población que lo respalda, a la vez de desmoralizar o confundir a quienes lo adversan pero que no quieren regresar al pasado. En esta perversidad ha contribuido la falta de voluntad política de algunos sectores identificados con las ideas revolucionarias para abrirse paso, desligándose de esas cúpulas podridas. Muchos de los que forman parte de manera directa e indirectamente del gobierno, parecieran que claudicaron en sus ideales de transformación de la sociedad, cuando optan por respaldar el mesianismo encarnado en el “comandante”, mientras que aplica medidas neoliberales y sigue entregando al país a los intereses transnacionales, a pesar que su discurso dice lo contrario.

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Relatos de un Subversivo

Se utiliza de manera perversa el sentimiento antiimperialista del pueblo de Bolívar, como si el problema de la dependencia fuera un asunto exclusivo de los Estados Unidos y no de la política neoliberal que beneficia a un sistema económico monopólico mundialmente, donde EE.UU. forma parte de los socios mayoritarios. Con frases impactantes pero huecas en contenido, logra generar emociones en la población a la vez que ha aumentado la deuda externa con el FMI; las inversiones extranjeras están concentradas en la extracción y exploración de las fuentes energéticas (petróleo y gas) cuando tendría que existir una política de industrialización del país; los impuestos representaran para el 2006, el 53% de los ingresos del presupuesto; la banca ha aumentado sus ganancias a través de las hipotecas (bonos de la deuda) contraídas por el Estado y un sin fin de cosas que evidencian que es un revolucionario de discurso y neoliberal en la práctica.

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Relatos de un Subversivo

XVIII. Aquel 11 de abril

La magnitud de la marcha de ese día sobrepasó las expectativas

de

la

oposición

y

del

gobierno,

lamentablemente algunos sectores tenían la intención de utilizar el deseo de cambio de un buena parte del país en función de sus ambiciones de poder, y en el oficialismo (con Chávez a la cabeza), existía la intención de mantenerse en el gobierno, sin importarle que tuviesen que aplicar el Plan Ávila ejecutado por Carlos Andrés Pérez, con saldos de muertos que serian superiores a los del 27 de febrero de 1989, ya que el gran numero de manifestante y su disposición de salir del presidente era considerable.

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Ante un escenario como este, los francotiradores que ocasionaron bajas de civiles, fácilmente pueden ser del gobierno o de esos sectores fascistas que macabramente actuaron ese día; lo cierto es que esta situación fue el detonante para que oficiales ubicados como neutros o institucionalistas decidieran desconocer a su comandante en jefe. Independientemente que los 7 francotiradores ubicados en las cercanías de Miraflores sean del gobierno o de un sector de la oposición, la presencia de tantas personas armadas (afectas del gobierno) en el Puente Llaguno, solo se puede explicar como parte de un plan preestablecido. Según las declaraciones aparecidas el 12 de abril del general (GN) Rafael Damiani Bustillo: “Revelaba que lo que ayer sucedió, desde el punto de vista militar, estaba planeado con anterioridad”. Curiosamente este alto oficial fue nombrado ministro de relaciones interiores de Carmona Estanca y el contralmirante Carlos Molina Tamayo asumió 126

Relatos de un Subversivo

la jefatura de la casa militar; hechos que me hicieron recordar algo suscitado en Anzoátegui. El miércoles 16 de enero de 2002, el comunicador social Gilberto Román me informó que se realizaría una reunión ese día, de la cual desconocía su temario y las personas que asistirían. A las 6 de la tarde llegaron al consultorio jurídico Mejías

(colegio

de Andrés la Greca, Luís Calderón de

abogados),

Luís

Guevara

(Fretanzoategui), Hipólito Luna (Bandera Roja), Jesús Rodríguez (profesor de la Santa María) y un grupo de personas que dijeron ser de Primero Justicia. No fuimos informados de la razón de la reunión, hasta que llegó el coronel (R) Henry Castellano. Los ponentes fueron Andrés la Greca y el coronel Castellano; un de las cosas que señalaron era que todo estaba montado para un golpe de estado contra Chávez, donde se manejaba el nombre de Alfredo Peña como posible presidente interino, ya que figuraba de primero en

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las encuestas y su beligerancia contra el gobierno era muy destacada. Indicaron que en la organización del golpe estaban el Frente Institucional Militar y un movimiento de nombre Resistencia Civil (de Pablo Aure); siendo Anzoátegui un estado donde tenían mucha gente comprometida, entre los que nombraron al general (R) Bajares Colmenares y a Eduardo Guzmán Pérez. Entre las tareas políticas de ese plan, incluía la visita del contraalmirante Carlos Molina Tamayo y la necesidad de generar una expectativa publicitaria a un foro que se efectuaría en el colegio de periodista de Barcelona. También hablaron de la posibilidad de provocar hechos de violencia en Caracas y si era necesario que hubiese muertos para motivar a la FAN actuar se tendría que hacer, ya que la mayoría castrense se ubicaba como neutra o institucionalista.

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Relatos de un Subversivo

Al no aguantar tanta repugnancia, Gilberto Román y yo decidimos retirarnos luego de argumentarles nuestro desacuerdo a todo lo planteado. A los días siguientes publicamos un díptico en nombre del Movimiento 4 de Octubre titulado ¡Ni Chávez ni golpe, gobierno popular ya!, el cual fue expuesto en radio Bahía y en el programa televisivo Línea Caliente (por TVO), dirigido por Jesús Rafael Campos; en esta tarea fui acompañado por Ramón Figuera, José Cheo Martínez, José Figueroa y Aníbal Alvarado. Retomando lo acontecido en la capital; la activación del Plan Ávila recae en el presidente de la república, comandante del Comando Unificado de las Fuerzas Armadas Nacionales (CUFAN) a cargo en ese momento del general Manuel Rosendo, y en el comandante de la guarnición de Caracas, Miranda y Vargas, al mando de Jorge Luís García Carneiro; pero el jefe de CUFAN había alertado sobre lo inconveniente del Plan Ávila, cuestión que motivó a Chávez montar la red tiburón de manera de saltar los procedimientos en caso que Rosendo se opusiera a 129

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dicho plan, siendo esta una de las razones esgrimidas por el comandante general del ejercito Efraín Vásquez Velasco para sumarse a la posición de otros oficiales que se habían pronunciado públicamente. Cuando el teniente coronel (EJ) Ismar Cepeda Báez adscrito al batallo Ayala, dirige los 18 tanques Dragón 300 dotados de ametralladoras de gran calibre hacia Miraflores, fue la orden del comandante del ejercito el que facilitó que esta unidad letal regresara a Fuete Tiuna; donde ya a las 2:50 de la tarde un capitán de la unidad de enfermería junto a 12 soldados había tratado de desarticular la salida de la 31 brigada bajo el mando del general Wilfredo Silva. Desde las 10 de la mañana los batallones Ayala, Bolívar, Ayacucho y la compañía de comandos, estaban listos para desarrollar las operaciones contra la gigantesca marcha de

ese día, pero el capitán del grupo de

enfermería utilizó maquinarias y autobuses para cerrar la alcabala 3 de Fuerte Tiuna y al tomar la alcabala 5 desvió el trafico de la autopista regional del centro hacia el interior 130

Relatos de un Subversivo

del Fuerte, tratando de neutralizar la 31 brigada mando

del

al

antiguo instructor de la Escuela de Las

Américas durante el 1983-1987 (el general Wilfredo Silva). La guardia nacional ya tenia 1.500 efectivos en cuatro puntos de Caracas, pero el jefe del estado mayor del CORE 5 desconoció la orden de su comandante (el general Eugenio Gutiérrez) y ordenó el regreso a su cuartel del destacamento móvil 51. En cuanto a la participación de la GN en el Plan Ávila, esta se vio imposibilitada puesto que el general Luís Camacho Kairuz le correspondía coordinar las operaciones pero ya se había sumado a la desobediencia cívico-militar. Durante el 11, 12 13 de abril, mantuve reuniones con el comunicador social Gilberto Román; recuerdo que al ver a Miquelena

declarando en contra de la masacre del

jueves 11, logré hablar telefónicamente con Víctor Sánchez (fue secretario privado de Tarek) y me dijo: “Camarada esto es un golpe de derecha y no comparto que Bandera Roja este participando en esto, estoy pensando en irme a la 131

Robin Rodriguez

clandestinidad para enfrentar la dictadura que viene”; mi opinión fue que convocaríamos a una asamblea de luchadores sociales (de todas las tendencias) para analizar la situación y comenzar haciendo exigencias al nuevo gobierno; en esto fui respaldado por Román. Durante mi intervención en el programa del periodista Omar González Moreno (por Telecaribe) el 11 de abril a las doce de la noche manifesté: “Repudiamos la acción asesina de Hugo Chávez, pero no era el momento de darle un cheque en blanco a nadie, y luego expuse lo establecido con Víctor Sánchez” Gilberto Román, me manifestó su preocupación que en el nuevo gobierno se tomara represarías contra los seguidores de Chávez, de allí que Aníbal Alvarado, José Martínez, Ramón Figuera y

yo acudimos al programa

del periodista Roger Alvarado Vásquez en Radio Puerto La Cruz, el viernes 12 de abril donde hicimos un análisis de la situación, anunciamos la intención de convocar a una asamblea de luchadores sociales y fijamos posición en 132

Relatos de un Subversivo

caso de detenciones, persecuciones o maltratos de cualquier índole, diciendo: “Hugo Chávez salio del poder, pero ellos siguen representando un sector importante de la población, por lo tanto hay que respetarles sus espacios”; el día sábado hicimos lo mismo en Radio Anzoátegui a través del programa de Richard Sarmiento, donde Nigel Barrolleta y yo nos pronunciamos en contra de los atropellos realizados a Tarek William Saab.

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Relatos de un Subversivo

XIX. Hechos importantes

Indudablemente que el regreso de Chávez al poder significó una información que opacó otras que no dejan de ser importantes, de allí la razón de este capitulo: Al percatarse el presidente que era falso lo expuesto en sus discursos (días antes al 11 de abril) donde indicó que tenia el control absoluto de la FAN y al señalar que esta revolución contaba con las armas necesaria para sostenerse en el poder, mas aun cuando se sorprende que hombres tan leales como Rosendo o Vásquez Velasco se unieran a los que desconocieron su majestad; rendirse era lo menos que le quedaba.

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El sábado 13 de abril, Gilberto Román nos informó sobre el malestar en sectores de la región y del país (civiles y militares) a raíz de la proclamación de Pedro Carmona Estanga; allí me entere que el comandante general del ejercito seria el vocero publico de este malestar, a través de un documento donde se exigiría el respeto de todos los cargos de elección popular;

un cese a la persecución

hacia los dirigentes del MVR y otros partidos; un juicio y pruebas de la integridad física de Hugo Chávez y un proceso de transición basado en la Constitución Bolivariana de Venezuela. Esta declaración se concretó en horas de la tarde, demostrando que el verdadero restaurador de Chávez en el poder, fue Efraín Vásquez Velasco, dado a su posición institucionalista. La crisis de gobernabilidad, desató traiciones y ambiciones de poder en algunos sectores, al punto que el viernes 12, la alcaldía de Barcelona fue tomada por una turba al mando de Dennis Balza, Manuel Roca y José Luis 136

Relatos de un Subversivo

Cedeño; situación similar se repitió en la de Puerto La Cruz, pero al mando de Roger Ayala y simpatizantes de su figura para que asumiera “transitoriamente” el poder municipal. Ese mismo día, en la Cámara de Comercio de Barcelona, la Coordinadora por la Democracia y la Libertad, se pronunciaba por la renuncia de David de Lima y varios alcaldes, puesto que ya habían llegado “al consenso” que la gobernación la asumiría el empresario Humberto Moya Meneses, la alcaldía de Lechería seria para Henry Cabello y otros “demócratas” asumirían las de Barcelona y Puerto La Cruz. El ponente de dichos acuerdo, fue Eder Puerta Aponte de Bandera Roja; por su parte Gilberto Román dijo: “Yo no comparto la manera de gobernar de David de Lima ni la de Nelson Moreno y mucho menos la de Pérez Fernández, pero el que quiera gobernar que se lo gane con los votos del pueblo, por lo tanto no respaldo esta barbaridad antidemocrática”, siendo respaldado por Víctor Guacaran. 137

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Otro que manifestó que había que esperar un proceso electoral, fue el presidente de Fedecámaras Anzoátegui, Marcos Tulio Salazar, a dada

través de

una

declaración

al diario El Tiempo el 12 de abril. Entre los que avalaron públicamente (El Tiempo

13/04/2002) la salida del gobernador y los alcaldes estaban: Tito Barrera (Fretanzoátegui), Humberto Moya Meneses (Fedecamaras), Miguel Martínez De La Riva (La Causa R), Eder Puerta Aponte (Bandera Roja), Miguel Arismendi (AD), Francisco Guacaran (La Causa R), Gustavo Orellana (diputado independiente), Gustavo Marcano (Primero Justicia), José Daniel Pérez (COPEI), José Guevara (Unión), Roger Ayala (RASA),Octavio Casado (sector industrial), Jon Lacasa y Henry Cabello. Lo curioso de todo esto, es que muchos de estos caballeros, luego pasaron a gobernar con David de Lima y hablarles mal de este nefasto gobernador, era como mentarles la madre.

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Relatos de un Subversivo

Otro que no tenia idea del regreso de Chávez al poder fue el ex-gobernador Alexis Rosas, quien afirmó en El Tiempo del 13 de abril: “De Lima debe poner su cargo a la orden, porque ganó la gobernación mediante un fraude electoral que fue avalado por Hugo Chávez”. Por otro lado el alcalde José Pérez Fernández le daba la espalda a sus seguidores cuando acató la instalación de la junta de transición, a la vez que ratificaba su amistad con Chávez. A diferencia de Freddy Bernal, que se fue a la clandestinidad y reagrupó gente para combatir al gobierno de Carmona Estanga, muchos de los que hoy se dan golpes de pecho, como fieles defensores del presidente y su proyecto, optaron por esconderse. Caso curioso es que si los cuerpos policiales no hubiesen cometido el atropello contra el diputado Tarek William Saab, este señor hubiese pasado como uno que prefirió esperar el desarrollo de los acontecimientos en la comodidad de su hogar en Las Lomas de la Lagunita Country Club

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