Tesoros Portugalujos Portugaleteko Altxorrak

EL CEMENTERIO MUNICIPAL DE PORTUGALETE: UNA VISIÓN HISTÓRICO-ARTÍSTICA PORTUGALETEKO UDAL HILERRIA: IKUSPEGI HISTORIKO-ARTISTIKOA

KOLDO SOMOKUETO PÉREZ

Plano de la portada del Cementerio firmado por Severino de Achúcarro en 1873

Severino de Achucarrok sinatutako hilerriko portada planoa 1873an

Edita/Argitaratzailea du Ayuntamiento de Portugalete/Portugaleteko Udala Colección/Bilduma Tesoros Portugalujos nº 10 Tirada/Tirada 1.000 Ejemplares Impresión/Inpresioa ABZ Impresión Digital D.L. BI-1529-2017 Textos/Testuak Eusko Ikaskuntza Imágenes/Irudiak Fundación el Abra (El Mareómetro), Euskomedia, Koldo Somokueto

Saludas - Agurrak

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n año más el Ayuntamiento de Portugalete presenta una edición de los “Tesoros Portugalujos” que nos acercan al conocimiento de parte de la historia y la tradición de nuestra querida Villa. Este año hemos elegido como protagonista de estos cuadernos el cementerio de Pando, por su relevancia histórico-artística y monumental, ya que sus singulares obras nos permiten repasar buena parte de la historia de Portugalete. El camposanto portugalujo presenta el tercer conjunto monumental funerario más relevante de Bizkaia, tras los de Bilbao y Getxo.

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urten Portugaleteko Udalak “Portugaleteko Altxorrak” bildumaren edizio berria aurkezten digu. Beti legez, altxor horiei esker gure herri maitearen historia eta tradizioa ezagutzeko tenorea dugu. Aurten gure koadernoen protagonista Pandoko hilerria da, munta handiko monumentumultzoa baita historian eta artean. Izan ere, hilerriko lan bitxiek Portugaleteko historia dakarkigute gogora. Portugaleteko hilerria Bizkaia osoan hirugarren monumentu-multzo funerariorik garrantzitsuena da, Bilboko eta Getxokoen ostean.

Así pues, como alcalde de Portugalete, confío en que este Tesoro Portugalujo sea de vuestro agrado y sirva para dar a conocer un poco más de nuestra historia.

Herriko alkatea naizen aldetik, Portugaleteko Altxor hau atsegingarri izango zaigulako uste sendoa dut. Era berean, espero dut baliagarri ere izatea gure historiaz gehiago jabetzeko.

Recibid un cordial saludo.

Har ezazue agur bero bat. Mikel Torres • Alcalde de Portugalete • Portugaleteko alkatea

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ue el Tesoro Portugalujo de este año esté dedicado al cementerio municipal de la villa es sin duda una interesante apuesta, porque nuestro camposanto posee una gran relevancia artística y monumental, así como un excelente grado de conservación.

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ortugaleteko Altxorrak bildumaren aurtengo edizioak Portugaleteko hilerria gaitzat hartzeari, ezbairik gabe, oso interesgarri deritzot, gure hilerriak arte eta monumentuei dagokienez garrantzi handia duela eta bikain kontserbatzen dela kontuan hartuta.

Fue inaugurado en 1878 en el barrio de Pando, dadas las necesidades demográficas y sanitarias de la Villa, convertida, tras el asedio carlista de 1873 y 1874, en una ciudad balneario y residencia estival de la burguesía vasca y de otros puntos de España.

Demografia eta osasun beharrak zirela kausa egin zuten Pandoko hilerria 1878. urtean, karlistarrek 1873. eta 1874. urteetan hiria setiatu ondoren, Portugalete Euskal Herriko eta Espainiako burgesiaren bainu-hiri bilakatu baitzen udan batik bat.

Aparte de los panteones arquitectónicos y escultóricos y de las sepulturas de interés artístico, resultan dignos de mención otros elementos definitorios del camposanto como la portada de acceso o la capilla.

Arkitektura eta eskultura panteoiak ez ezik, arte mailan interes handia duten hilobiak ere nabarmendu beharra dago. Hilerriaren elementu bereizgarriok ere aipagarri dira: sarrerako ataria eta kapera.

Nuestra ciudad de los difuntos merece sin duda un estudio aparte, dada la variedad y cantidad de obras de referencia que contiene. Entre ellas destacan el panteón de Víctor Chávarri y Salazar (1908), el de la familia Ubao, el del grupo familiar de los Castaños (1894) o el dedicado a la memoria Juan José CondePelayo (1926), el médico de los pobres. Cabe destacar también la réplica de la famosa cruz de Kurutziaga de Durango, realizada para el panteón de la familia Monleón-Vicuña.

Gure hilerriak berariazko ikerlan hau merezi du inondik ere. Alta, goraipatzekoa da bertako lanen aniztasuna nahiz kopuru handia. Lan apart horien artean ondoko hauen panteoiak ere badira aipagarri: Víctor Chávarri Salazar jauna (1908), Ubaotarrak, Castañostarrak (1894) eta Juan José Conde-Pelayo jauna, txiroen medikua (1926). Ez dezadan ahantzi Durangoko Kurutziagako gurutz ospetsuaren erreplika, MonleónVicuñatarren panteoian jartzeko egina, hain justu ere.

Os animo, pues, a todos y todas a leer estas páginas para conocer mejor nuestro camposanto, un conjunto monumental de gran relieve por sus valores artísticos, históricos y sociales.

Honengatik guztiagatik, adoretu egiten zaituztet denok orrialde hauek irakurtzera, esan bezala, gailentasun handiko balio artistiko, historiko eta sozialak dituen monumentu-multzodun hilerriaz ari baikara.

Roberto Hernández Gallejones • Archivero Municipal • Udal-artxibozaina

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El cementerio municipal de Portugalete: una visión histórico-artística Los cementerios de Portugalete antes de la construcción del actual camposanto Desde la Edad Media, los enterramientos venían realizándose en el interior de las parroquias, y la portugaluja iglesia de Santa María no fue una excepción. La situación cambió en tiempos del dominio francés de la Península: debido a la guerra, el número de fallecidos se elevó, saturándose los cementerios intramuros de los recintos sagrados. Ante aquella insalubre y peligrosa coyuntura, José de Bonaparte prohibió, mediante el Decreto de 4 de marzo de 1809, todos los enterramientos dentro de las iglesias, por lo que comenzaron a erigirse cementerios fuera de las parroquias.

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Tal y como recogió el archivero municipal de la Villa, Roberto Hernández, en su Aproximación a la Historia de Portugalete (1400-1900), la situación del interior de la Iglesia de Santa María en 1809 era límite respecto a su salubridad. El aumento de la mortandad “(…) en estos últimos tiempos” había provocado que en el templo se respirara “(…) un edor (sic) pestífero, y perjudicial a la salud con las exalaciones (sic) cadavéricas por falta de profundidad, que no la permite el terreno”. Por ello, el ayuntamiento jarrillero ordenó el 20 de mayo de 1809 que se construyera un nuevo cementerio en un terreno situado en la parte trasera de la Iglesia parroquial. A comienzos del mes de junio, la necrópolis proyectada aún no había comenzado a erigirse y la Diputación provincial ordenó que dichas obras se iniciaran sin demora. Además, prohibió tajantemente que se hicieran nuevos enterramientos en el interior del templo portugalujo. Aquella prohibición dictada por el ente provincial, respondía a la decisión del Ayuntamiento de Portugalete de dar vía libre “(…) para que los que se deseen enterrar en la parroquia puedan hacerlo”1, lo cual podría estar indicándonos que se habría producido una oposición por parte de muchos fieles a abandonar la arraigada costumbre de realizar las inhumaciones en el interior del recinto eclesial2.

Entierro hacía los años 20 del siglo XX. Puede observarse el panteón de los Ubao en su estado originario.

Construcción, inauguración y primera ampliación del cementerio de Pando El terreno donde se erigió el cementerio en la parte trasera de la iglesia de Santa María era muy pequeño y a la altura de 1871, el médico Marcos de Escorihuela señaló que el recinto funerario era insuficiente y estaba en malas condiciones. Poco después, el facultativo volvió a denunciar el mal estado y la saturación de este camposanto, advirtiendo del peligro que ello suponía para la población de la villa. Por el propio Escorihuela sabemos que en 1873 el Ayuntamiento de la villa ya tenía en mente dar una solución a esta cuestión3, que pasaba por dotar a Portugalete de un nuevo cementerio que cumpliera las medidas de higiene y salubridad. Los correspondientes planos fueron firmados ese mismo año por el arquitecto Severino de Achúcarro4. El estallido de la Tercera Guerra Carlista y su posterior desarrollo paralizaron el proyecto del nuevo camposanto. La provincia de Bizkaia quedó en manos de los carlistas en julio de 1873, con la única excepción de Bilbao y Portugalete. El 12 de agosto comenzó el asedio carlista a la villa jarrillera, que cayó en manos de los partidarios de Carlos VII el 22 de enero de 1874. Éstos ocuparon Portugalete hasta el 1 de mayo de ese mismo año5. Casi año y medio después, concretamente el 13 de septiembre de 1875, el Ayuntamiento retomó el proyecto ideado en 1873 y acordó la construcción del nuevo cementerio. La elección del lugar donde había de erigirse recayó sobre los componentes de la Junta Municipal de Sanidad, quienes tras inspeccionar todos los posibles emplazamientos, determinaron pocos días después que, “(…) teniendo presente las reglas que para estos casos recomienda la higiene de salubridad pública”, el nuevo camposanto fuera levantado en “(…) el término llamado Cuatro estradas, próximo al sitio de Pando”. Aquellos terrenos, en opinión de los miembros de la Junta, no reunían “(…) todas las condiciones higiénicas que indispensablemente se requieren para estos casos”, pero de todas los posibles ubicaciones que habían inspeccionado, la escogida ofrecía más pros que contras6. Las heredades elegidas pertenecían a Ignacio de Larrea, vecino de Portugalete, y a Juan de Durañona, vecino del Concejo de Santurce. Una comisión del Ayuntamiento emprendió conversaciones con los dos propietarios con la finalidad de pactar “(…) armoniosamente y de la mejor manera posible el precio de los indicados terrenos”. Estas negociaciones no llegaron a buen puerto y dilataron el inicio de las obras del nuevo camposanto. La corporación portugaluja calificó la petición económica de Larrea y Durañona como “(…) enteramente exagerada y agena (sic) de la razón”, por lo que se optó, a comienzos de abril de 1877, por iniciar los trámites pertinentes para llevar a cabo la expropiación forzosa de la superficie elegida, cuya extensión era de 7000 metros cuadrados7. Podemos situar el inicio de las obras a comienzos del mes de julio de 1877, momento en el que el consistorio jarrillero encargó al cantero Francisco de Sagarduy la inspección de “(…) toda clase de obras que allí se ejecuten (sic)”. Por otra parte, el plano del cementerio fue entregado al arquitecto Severino de Achúcarro para que distribuyera el terreno que se destinaría “(…) a la venta pública para la construcción de panteones, trazados de jardines y terreno que ha de quedar para el enterramiento general”8.

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En octubre de 1877 la interesante portada principal de estilo ecléctico, obra de Severino de Achucarro, estaba ya terminada9, al igual que debía estar construido el muro que cerraba el perímetro del cementerio. A mediados de enero de 1878, se encargó a José Olabe, vecino de Bilbao, la realización de una lápida de mármol con inscripción para que fuera colocada sobre la entrada del cementerio. En aquel tiempo, estaban edificados también el depósito de cal y el camposanto para “protestantes”, aunque a ambos les faltaban algunos elementos para ser rematados. Sin embargo, la capilla aún no había sido levantada, por lo que se iniciaron los trámites necesarios para dar comienzo a esa obra. Por último, el Ayuntamiento ordenó que se procediera a limpiar completamente “(…) el interior del nuevo cementerio”, y que se regularizara “(…) la planta del terreno convenientemente, haciendo las divisiones por medio de los correspondientes caminos a fin de plantar después el arbolado que se crea conveniente”10.

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A comienzos del mes de febrero, el consistorio portugalujo acordó inaugurar el nuevo cementerio el día 6 de marzo de 1878, haciéndolo coincidir con el Miércoles de Ceniza, ya que consideraron que aquel día era “(…) el más adecuado para aquel objeto como principio de cuaresma”11. A mediados del mismo mes, se encargó al prestigioso horticultor Juan Cruz de Eguileor la plantación de árboles, arbustos y flores, de cara a la inauguración de la necrópolis12. Pocos días antes del 6 de marzo, la corporación acordó los actos para solemnizar la jornada inaugural. Con la idea de “(…) conducir algunos restos del cementerio actual al nuevo”, se encargó la fabricación de dos ataúdes. Por otra parte, se decidió invitar a la inauguración a los señores Ramón de Durañona, Fernando de Carranza, Félix de Chávarri, Remigio de Careaga, Timoteo Calvo, Antonio López, Darío del Valle y Juan de Cabieces, miembros de la élite político-económica de la villa. La invitación se extendió también a los Señores Mayordomos de las cofradías de San Nicolás, San José, San Crispín, Nuestra Señora del Rosario y Alumbrado del Santísimo, a los que se rogó si podían “(…) facilitar las achas (sic) de las respectivas cofradías gratuitamente para el acompañamiento”13. Tal y como se había previsto, el día 6 de marzo de 1878 a las tres de la tarde, los dos ataúdes con restos exhumados del viejo cementerio fueron transportados desde la iglesia de Santa María en procesión encabezada por el clero, seguidos por la corporación municipal, las cofradías portando sus hachas “(…) y la inmensa mayoría del vecindario”. Una vez llegada la comitiva al nuevo camposanto, se dejaron las dos cajas en la entrada, dirigiéndose clero y fieles al centro del cementerio, donde, a falta de capilla, se había colocado una cruz. Allí se rezó una letanía, y el cura párroco Manuel Remigio de Orizar procedió a bendecir la necrópolis. Tras la sacralización del recinto, se regresó a la portada y se introdujeron los dos féretros, a los que se dio sepultura14. Vemos pues que el cementerio se inauguró sin haber sido concluido. Por ejemplo, la capilla originaria, de estilo neogótico, fue proyectada en 1879 por Atanasio de Anduiza 15. En 1880 se construyó el primer panteón del camposanto, propiedad de la familia Arana, que encargó la obra a Severino Achúcarro16. A mediados de la primera década del siglo XX, la capacidad del cementerio jarrillero se calificó como “(…) insuficiente para las necesidades de la población”. No parece que el aumento de población que había experimentado Portugalete desde la inauguración del camposanto (3053 habitantes en 1877 frente a 5182 en 190017) tuviera un peso determinante en la falta de espacio que mostraba el recinto funerario. En ese sentido, el arquitecto municipal, Emiliano Pagazaurtundua, afirmó que la necrópolis tenía “(…) una superficie de enterramientos capaz para estas necesidades”, pero se había producido una (…) gran demanda de terrenos para los enterramientos a perpetuidad”. Como consecuencia de esa coyuntura, quedó “(…) poco terreno disponible para los enterramientos generales”. Por este motivo, el Ayuntamiento acordó, en enero de 1905, la ampliación del cementerio, encargando al citado Pagazaurtundua el proyecto de la obra18. Al igual que en 1877, el consistorio portugalujo intentó llegar a un acuerdo con los dueños de los terrenos antes de dar el pistoletazo de salida al proyecto de ampliación, pero “(…) en vista de que algunos propietarios no se avienen con el Ayuntamiento a cederlos en las condiciones que éste considera justas y equitativas”, la máxima institución local se planteó recurrir a la expropiación forzosa19. Pese a ello, se intentó de nuevo la búsqueda de un arreglo con los propietarios “(…) diferentes veces

intentado”, que no se logró, por lo que se solicitó al Gobernador Civil la expropiación de las parcelas requeridas20. Los afectados fueron Marcos Aspizua y Nicolás Baranda, los herederos de Pedro de Balparda, los herederos de Juan Durañona; y Eustaquia Olaso. El proceso se dilató bastante, ya que los expedientes de expropiación están fechados el 23 de noviembre de 190721. La ampliación supuso el derribo parcial del muro del fondo del rectángulo originario que conformaba el cementerio, con lo que el camposanto civil se trasladó “(…) a la parte posterior del cierre de la parte nueva”, y se procedió a demoler la capilla y el depósito de cadáveres originarios, para que de esta manera el camposanto creciera ladera arriba22. La nueva capilla, neogótica como su antecesora, es obra del citado arquitecto Pagazaurtundua, y se construyó en 191223.

Placa en memoria del maestro Zubeldia, obra del escultor Lorenzo Fernández de Viana. (Euskomedia)

La Corporación Municipal participando en el derribo del muro que separaba el cementerio católico del civil el 10 de enero de 1932. (Alonso)

Emplazamiento y elementos exteriores de la necrópolis portugaluja: portada y muro perimetral Como ya indicamos al comienzo de este artículo, la llegada del siglo XIX trajo consigo la externalización de los cementerios, que abandonaban de esta manera el interior de las iglesias. Antes hemos apuntado a que este hecho se produjo por las medidas higienistas decimonónicas, pero en opinión de Javier Enríquez y Enriqueta Sesmero, esa sola explicación constituiría una “pobre argumentación”. Cierto es que, “(…) la preocupación por la salubridad llevó a buscar parajes alejados de los cascos habitados, a menudo en la ladera de una colina”, pero también ha de indicarse que los nuevos emplazamientos alejaban del día a día “(…) la constante referencia a la muerte”, cosa que no sucedía con el modelo templo-cementerio vigente durante el Antiguo Régimen. Para Enríquez y Sesmero, el camposanto surgido en la etapa contemporánea es producto del cambio sufrido respecto a la forma de vivir la muerte, que en esta época se torna “(…) individualista, temida como la peor de las fatalidades y por eso mismo ocultada”. En ese sentido, los muros cerrando el perímetro de los cementerios crearon una “dialéctica dentro/fuera”, en la que la portada de acceso al cementerio “(…) adquirió un importantísimo significado propio como metáfora de cambio, de transformación”. Siguiendo esa dinámica, la puerta de entrada a los camposantos se rodeó de una serie de elementos que sirvieran para recordar “(…) lo evanescente de este mundo”, un concepto que con el modelo anterior de cementerio dentro de las iglesias estaba presente en la vida cotidiana, y que ahora co-

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Busto neoclásico en la tumba de Escandón (1936).

Enterramiento neoclásico de la familia Carranza presidido por un ángel anunciador.

(Koldo Somokueto)

(Koldo Somokueto)

rría el riesgo de ser olvidado. Uno de los recursos que se usaron para evitar ese olvido, fue “(…) la difusión de mensajes”, mediante inscripciones en las entradas de las necrópolis, aprovechando la expansión “(…) de la escolarización de las clases populares”24. Encontramos un ejemplo sobresaliente en la portada del cementerio de Portugalete, donde se insertó una lápida en la que se grabó una composición del escritor Antonio Trueba25 que, a modo de advertencia, reza lo siguiente: “ESTA, OH MORTALES, ES LA PUERTA OBLIGATORIA, POR DONDE SE ENTRA AL BIEN O AL MAL ETERNO, PARA LOS BUENOS, PUERTA DE GLORIA, PARA LOS MALOS, PUERTA DEL INFIERNO”. La portada, como ya señalamos líneas atrás, acabada en 1877 y obra eclecticista de la primera etapa de Severino Achúcarro, consta de tres cuerpos. El central presenta “(…) un arco central de medio punto flanqueado por pilastras toscanas (…) rematado por una cruz que lleva la inscripción PATER NOSTER”. Los dos cuerpos laterales, de menor tamaño, muestran accesos “(…) con arco escarzano rebajado” y están rematados con pirámides26. El muro que encerraba al camposanto no solamente separaba “(…) la vida cotidiana de la constante referencia a la muerte”27, sino que también cumplía con “cometidos más terrenales”, al dejar fuera del cementerio católico el terreno destinado a los enterramientos civiles. Debido a ello, el camposanto civil contaba con su entrada propia, su osario y su depósito de cadáveres. En el proyecto firmado por Severino Achúcarro en 1873, la necrópolis civil portugaluja se situaba al otro lado del muro del fondo de la parte superior izquierda del recinto católico28. En enero de 1878, aparece denominado como “(…) campo santo destinado para protestantes”29. Lo cierto es que en este lugar se daba sepultura, por ejemplo, a todos aquellos que no seguían las directrices de la Iglesia católica, o a los pobres. Como ya hemos indicado antes, la ampliación del cementerio católico en la primera década del siglo XX absorbió el terreno del primitivo espacio funerario civil, que fue trasladado al otro lado del muro que cerraba la parte superior de la nueva extensión del recinto religioso. La llegada de la Segunda República en 1931 trajo consigo el impulso del laicismo, que quedó oficializado en la Constitución, aprobada por las Cortes constituyentes el 9 de diciembre del mismo año, en la que se establecía una clara separación entre el Estado y la Iglesia. El artículo 27 de la Constitu-

ción republicana recogió que los cementerios quedaban sometidos exclusivamente a la jurisdicción civil, aboliéndose la separación de los recintos por motivos religiosos. En Portugalete, tras las elecciones del 12 de abril de 1931, el Ayuntamiento había quedado en manos del bloque antimonárquico conformado por republicanos, socialistas y ANV, siendo elegido alcalde Federico Sánchez-Vallejo, miembro del Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) portugalujo30. En este contexto, el 8 de diciembre, un día antes de la promulgación de la Constitución republicana, Julián Armas Aguirre, concejal por el PRRS, presentó un escrito a la Corporación, en el que exponía que el Gobierno de la República, “(…) con un concepto altamente liberal y humano”, había dispuesto la secularización de los cementerios “(…) en todo el territorio nacional”. El edil calificó esta medida como un acto trascendental, gracias al cual se borrarían “(…) del lugar de los muertos las diferencias confesionales hasta ahora existentes, muestra de la intransigencia religiosa felizmente acabada en nuestra patria por la soberana voluntad de sus habitantes”. Para solemnizar aquel “triunfo de la libertad de conciencia”, propuso a la corporación que se fijara día y hora para derribar el muro que separaba los dos cementerios, invitando a vecinos y autoridades para que acudieran junto con la corporación municipal31. La fecha elegida fue el 10 de enero de 193232. A las once de la mañana de aquel día, partió desde la casa consistorial la comitiva formada por “(…) el ayuntamiento en cuerpo de comunidad, presidido por el alcalde en funciones, D. Cándido Busteros” (afiliado del PSOE local) y las bandas de música y chistularis, así como diversas autoridades33.Ya en el cementerio, Busteros (…) pronunció breves palabras, y acto seguido, a los acordes del Himno de Riego, fue derribada en una extensión de veinte metros, la tapia que separaba” los dos recintos funerarios, que quedaron “(…) convertidos en uno”34. Durante la Dictadura de Franco, se elevó de nuevo el muro separando ambos cementerios, que volvieron a unirse con la llegada de la democracia, al ser derribado del muro de la huesera en 1979, por decisión del Ayuntamiento presidido por Doroteo Pinedo35.

Análisis artístico y de la simbología de los enterramientos del cementerio de Pando El análisis de los elementos artísticos que contiene el cementerio de Pando, nos lleva a centrarnos en la parte más antigua de este, donde se concentra prácticamente la totalidad de las obras más destacables, que van aparejadas a destacadas familias burguesas de la villa. En general, el camposanto contemporáneo reflejó las diferencias entre las clases sociales. En ese sentido, el cementerio ofrecía “(…) a la burguesía una amplitud de que carecía la iglesia”, lo que se tradujo en la aparición de grandes capillas funerarias y panteones artísticos. La finalidad era mostrar la pujanza socio-económica de las familias que las construyeron36, algo que es palpable al contemplar el panteón de Víctor Chavarri, que forma parte del conjunto de panteones arquitectónicos de la necrópolis portugaluja. El más antiguo de éstos es el panteón de la familia Juaristi, aunque el primer propietario fue Cecilio Martínez, quien en 1906 vendió el enterramiento a los Juaristi. Martínez encargó la obra en 1881 al maestro de obras Manuel de Otaduy, que trazó una capilla de planta rectangular de estilo neorrománico37. Por su parte, la familia Chapa encomendó su enterramiento al arquitecto Eladio Iturria en 1890. Iturria diseñó un panteón neoclásico de planta rectangular, que emula a un gran sarcófago sostenido por seis columnillas corintias que descansan sobre una plataforma38. El eclecticismo es el protagonista en tres panteones, siendo el más imponente de ellos el de la familia de Víctor Chávarri, encargado por su viuda, Soledad Anduiza, al arquitecto Daniel Escondrillas en 1908. El edificio, de una altura considerable, tiene una planta rectangular y se cubre con una cúpula rematada con una cruz39. El arquitecto Cecilio Goytia trazó en 1894 el panteón de la familia de Dionisio Goitia, que posteriormente fue adquirido por la familia Careaga Gorostiza. La construcción, de planta octogonal con dos sarcófagos laterales de pequeño tamaño, presenta también una cúpula rematada con una cruz como cubierta40. Por último, el panteón de la familia Ubao, diseñado por el escultor Enrique de Ubao, ha llegado a la actualidad sin el monumental peristilo de “(…) estilo pagano griego helénico con columnas dóricas”, que remataba el conjunto41.

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Con mayor detenimiento hemos de tratar el contenido escultórico e iconográfico que nos ofrece el camposanto portugalujo. En el conjunto de cementerios contemporáneos, el repertorio iconográfico que encontramos se basa “(…) en la creencia cristiana de que la muerte es solamente una transición hacia otra vida”, por lo que lo que se representa “(…) intenta materializar todo aquello que ayuda a realizar satisfactoriamente ese tránsito”42. Por ello, la representación de la muerte, habitual en etapas anteriores, se redujo, quedando relegada a “(…) pequeños detalles de algunas sepulturas y panteones(…), expresándose a través de símbolos tradicionales”43. En la necrópolis de Pando encontramos esculpidos varios de estos elementos, como, por ejemplo, una pequeña calavera con las tibias cruzadas en la parte trasera del panteón de Víctor Chávarri. En el enterramiento de Félix Chávarri, localizamos un reloj de arena alado, que hace “(…) referencia a la fugacidad del tiempo”44; mientras que en el de la familia Carranza aparece la guadaña, arma de la muerte, sobre la que se superponen la corona de flores y la palma, ambas símbolo de la resurrección. Por tanto, el conjunto que conforman estos tres elementos es una alegoría clara del triunfo de la vida sobre la muerte. Regresando a la citada tumba de Víctor Chávarri, encontramos un detalle único que sobresale entre todas las representaciones simbólicas del camposanto jarrillero: un búho esculpido se sitúa sobre el acceso del panteón. La presencia de esta rapaz nocturna podría tener dos interpretaciones posibles: la primera de ellas tendría un carácter negativo, ya que el búho se consideraba un símbolo de la muerte. La segunda explicación nos presentaría la condición nocturna de los búhos como un hecho positivo, asignándosele a este ave el papel de guía de las almas hacia el más allá. Nosotros nos inclinamos hacia esta segunda posibilidad, en consonancia con la idea que antes exponíamos: la prevalencia de la idea de la transición de una vida a la otra en los cementerios erigidos en la época contemporánea. La idea de eternidad en la otra vida aparece representada en gran número de enterramientos mediante antorchas con llamas humeantes. Por ejemplo, en el panteón originariamente propiedad de Dionisio Goitia, aparece, hasta cuatro veces esculpido, el conjunto formado por dos antorchas encendidas cruzadas sobre una corona de flores, uniendo así los conceptos de vida eterna y resurrección. La cruz es el símbolo de la representación de Cristo más común en los cementerios. En Portugalete encontramos diferentes modelos: cruces que portan paños alusivos al santo sudario (por ejemplo, en la tumba de la familia Aspiazu), cruces imitando a la madera (Aqueche-De La Hera) o sencillas cruces de metal. En el caso del sepulcro de Hijos de Manuela Vicuña, la cruz que lo remata presenta una corona de flores. Pero sin duda sobresale por su excepcionalidad la reproducción de la durangotarra cruz de Krutziaga en la tumba de los Vicuña, terminada por el arquitecto Aniceto Arregui

Detalle del enterramiento de Félix Chávarri, tío de Víctor Chávarri. El reloj de arena alado simboliza la fugacidad del tiempo. (Koldo Somokueto)

Vista lateral del panteón de Víctor Chávarri, obra de Daniel de Escondrillas. (Koldo Somokueto)

Panteón de los Juaristi, originariamente perteneciente a Cecilio Martínez, que encargó la obra a Manuel de Otaduy en 1881. (Koldo Somokueto)

en febrero de 1928. En la cruz aparecen, entre otras, escenas de los testamentos relativas a la Resurrección y al Paraíso, muy apropiadas en el marco de un enterramiento45. No hemos localizado en la parte más antigua del cementerio ningún lauburu, pero sí hemos de destacar la estela que preside el panteón de familia Borreguero-Ereño. Este tipo de esculturas funerarias suele ser el marco habitual donde aparecen esculpidos los lauburus, pero no es el caso de esta estela, cuyo elemento principal es una cruz con un disco solar en su centro, que va acompañada de cuatro símbolos, uno de ellos es el crismón, abreviatura del nombre de Cristo. La representación de la imagen figurativa de Cristo es una iconografía muy extendida en los camposantos. En Portugalete encontramos diferentes modelos: desde el rostro de Jesucristo con la corona de espinas (que encontramos, por ejemplo, en la tumba de Eustaquia Zaballa Angulo) hasta la repetitiva figura del Sagrado Corazón (como la que preside el panteón de los Isusi-Aqueche, obra de 1950 del constructor Amesti). Pero, donde, sin duda, debemos detenernos es en el monumento funerario a Manuel Calvo y Aguirre, obra del escultor catalán José Llimona datada en 191146, que fue encargada por el Marqués de Comillas, amigo del benefactor portugalujo. Nos hallamos ante un conjunto escultórico conformado por Cristo en la cruz, la Virgen y María Magdalena, realizado en bronce y situado sobre un conjunto rocoso, emulando al monte Gólgota. La importancia de esta obra modernista reside, además de en su indudable calidad artística, en la poca frecuencia con la que aparece la representación de Cristo en la Cruz en los cementerios de la Cornisa Cantábrica, tal y como apunta Carmen Bermejo Lorenzo47. La representación de la Virgen también está presente en el cementerio portugalujo. Encontramos en algunos panteones varias imágenes de la Virgen del Carmen (algo habitual en los pueblos marineros), frente a una sola reproducción de la Virgen de Begoña. Pero en este apartado, hemos de fijar nuestra mirada en la sencilla tumba de Escandón (1936), donde encontramos el único busto existente en el cementerio jarrillero, del que desconocemos la autoría. Esculpido en mármol, el bellísimo busto femenino de estilo neoclásico parece representar a la Virgen, probablemente a la Piedad.

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Las esculturas de ángeles son, en palabras de Carmen Bermejo, “(…) las verdaderas protagonistas de la iconografía funeraria de los cementerios contemporáneos”. El papel del ángel “(…) como anunciador de los designios divinos, habitualmente favorecedores para el creyente”, hace que “(…) su reproducción en los recintos funerarios” sea considerado “(…) augurio de buenos sucesos”, ya que su presencia refuerza “(…) el triunfo sobre la muerte y la seguridad de una vida en el más allá”48.

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Respecto a las tipologías, en la necrópolis jarrillera encontramos diferentes ejemplos de ángeles anunciadores. En el panteón de la familia Garaigordobil, obra neoclásica de 1925, el ángel presenta sus “(…) alas desplegadas como si terminase de realizar el vuelo desde el cielo hasta llegar al umbral de la tumba”49. Siguiendo el relato del Apocalipsis, tanto el ángel del panteón neoclásico de la familia Carranza, como el del sepulcro de Félix Chávarri, alzan una de sus manos, mientras que en la otra portan una corona de flores. En el enterramiento romanticis- Monumento a Manuel Calvo, obra de José Llimona (1911). ta de los Herederos de Timoteo (Koldo Somokueto) Otaduy, obra de 1908 del maestro de obras Emilio Otaduy50, el ángel, que se encuentra sobre un montículo rocoso, porta una trompeta. En cambio, el ángel del sepulcro neoclásico de los Uriarte Aguado alza su mano derecha mientras sujeta una trompeta con la izquierda. En el panteón de Braulio Chávarri, encontramos otra tipología de ángel. Su autor, Quintín de la Torre, situó a un ángel custodio sobre un colosal montículo de rocas y mármol del que sobresalen rostros, “(…) músculos y cuerpos retorcidos, abatidos, ángeles caídos y rostros cadavéricos”, representando el conjunto, en palabras de Carmen Bermejo, “un infierno dantesco”51. En el panteón de José y Concepción de Sugasti y Ariño, obra de Timoteo de Otaduy datada en 188952, el ángel custodio que preside la tumba muestra el rostro compungido, mientras lleva sus manos al pecho. En la zona de la primera ampliación del cementerio, hallamos el panteón de María Victoria Maruri de Levisson, presidido por un ángel que cruza sus manos en el pecho. Aunque el proyecto lo firmó el arquitecto Emiliano de Pagazaurtundua en 1913, la escultura realista sería obra del escultor Serafín Lucarini, que es quien firmó la petición de permiso de construcción de la tumba en representación de Maruri de Levisson53. Por último, destacaremos la escultura que se encuentra en el panteón de los Balparda-Ecenarro y Careaga, obra de 1930 realizada por Mármoles del Norte de España S.A.. Sentado bajo la cruz, encontramos un angelote en actitud pensativa, que acompañado, entre otros elementos, de un reloj de arena, parece estar meditando sobre lo efímero de la vida54. Encontramos también enterramientos y elementos nacidos de la iniciativa popular, como es el caso del mausoleo en memoria del médico de los pobres, Juan José Conde Pelayo, situado originariamente

en el desaparecido cementerio civil, de donde fue trasladado a la parte trasera del monumento a Manuel Calvo. Conde Pelayo, hombre altruista y figura destacada del republicanismo español, falleció en Portugalete el 5 de julio de 1922. Su popularidad era tal que, a la conducción del cadáver hasta el camposanto civil, asistieron, según El Liberal, miles de personas55. A finales del mismo año, el Centro Democrático de Portugalete puso en marcha una campaña con la finalidad de recaudar fondos para construir un mausoleo que honrara la memoria del generoso médico. El primer proyecto, valorado en 10.000 pesetas, obra de un escultor extranjero, constaba de tres monolitos, dedicándose el central a la figura del doctor, mientras que los laterales contarían “(…) con figuras alegóricas a la Ciencia y a la Bondad”. Pero no se logró recaudar la cantidad prevista y la idea originaria tuvo que ser de­ sechada y se sustituyó por una obra de menor dimensión, encargada al escultor Moisés de Huerta56. En enero de 1928, el Ayuntamiento concedió el permiso para la construcción del panteón57, que fue inaugurado el 8 de julio de aquel mismo año58. Huerta diseñó un enterramiento arquitectónico de estilo modernista “de acentuado geometrismo”, al basarse en “en la inserción de rectángulos”. El monumento se completaba con un relieve de bronce con la figura de Conde Pelayo, hoy desaparecido59. También mediante suscripción popular fue construida una cripta para que, a perpetuidad, acogiera los restos del que fuera director de la Banda de Música de Portugalete, Marcelino Amenábar, fallecido el 17 de agosto de 1923, en plena “bajadilla” de la festividad de San Roquillo. Al menos desde principios de 1932, se localizan en el periódico El Liberal noticias que recogen las distintas donaciones de particulares para sufragar la cripta, o la celebración, en abril de 1933, de un baile en el Frontón La Estrella, amenizado por la Banda Municipal con la finalidad de recaudar fondos60. La construcción del sepulcro en memoria de Amenábar fue autorizada por el Ayuntamiento en octubre de 1933, previa presentación de los planos del proyecto61. El único valor de la cripta es sentimental, ya que la calidad, desde el punto de vista artístico, es nula. Cerrando este apartado de clasificación de elementos costeados por iniciativa popular, y con mayor valía artística, encontramos en el pan-

Panteón de la familia de Dionisio Goitia, obra de Cecilio Goitia (1894). Posteriormente fue adquirido por los Careaga Gorostiza. (Koldo Somokueto)

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teón de la familia Zubeldia Aizpuru se trata de un relieve del escultor alavés Lorenzo Fernández de Viana62, realizado en 1928, que homenajea al maestro José Manuel Zubeldia Oraá, fallecido el 2 de febrero de 1926. Obedeciendo a la inscripción que hay en la placa, debió de ser sufragada por los discípulos del profesor, que aparece representado en el relieve acompañado de elementos propios de su profesión: pluma y tintero, globo terráqueo, dos libros y un pergamino. Por último, hemos de destacar un grupo de enterramientos que sobresalen por sus particularidades. En el enterramiento de los Salazar, construido en 1918 a expensas de Luis de Salazar por el arquitecto Enrique Epalza63, encontramos esculpido el escudo de la familia, siendo el único blasón que localizamos en todo el cementerio. El uso de la heráldica en las tumbas, tal y como sostiene Carmen Bermejo, tiene como finalidad “(…) destacar el linaje y la importancia de la familia del finado”64. Y este caso es un claro ejemplo, ya que los Salazar estaban estrechamente unidos a la historia de Portugalete desde la Baja Edad Media, como protagonistas de primer orden.

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El panteón de Mónica Ariño, cuyo plano fue firmado por el marmolista Alcón en 188365, se organiza en torno a un obelisco que ocupa el centro de la parcela y que estaba rematado por una cruz. Separados por el monolito, se sitúan enfrentados dos sarcófagos decorativos exentos con patas. Todo el conjunto se encuentra sobre una plataforma, también de mármol. El enterramiento de Brígida Calvo sigue un esquema parecido, aunque más sencillo, ya que prescinde del obelisco. En este caso encontramos un solo ataúd exento decorativo labrado en mármol, de mayor dimensión que los de la tumba de Mónica Ariño. Como aquellos, este también se alza sobre una base, pero no tiene ningún tipo de epitafio. En cuanto a su cronología, sabemos que en diciembre de 1891 se solicitó permiso para la construcción de la cripta, mientras que la autorización para realizar la parte exterior se pidió en noviembre de 189366. Este enterramiento está atribuido al maestro de obras Manuel de Otaduy67. Por último, cabe destacar que en el panteón de Tomás Palacio Epalza, proyectado en 192268, descansan los restos de su tío, el arquitecto e ingeniero Alberto Palacio Elissagüe, autor del Puente Colgante. El máximo aprovechamiento de la superficie disponible que se dio en el cementerio originario ha hecho que no se conserve gran parte de la ornamentación vegetal primitiva, pero sí sabemos qué tipos de árboles se plantaron en 1878: 16 pinabetes y 16 cipreses, ambos especies de hoja perenne y de larga vida, que aluden de forma clara a la eternidad. Además se colocaron 12 sauces llorones, que, debido a su aspecto con ramas y hojas colgando, simbolizan la tristeza y la melancolía, dos sentimientos muy apropiados para un recinto funerario69. Las huellas de la Dictadura de Franco son visibles en el Panteón a los Caídos, diseñado por el arquitecto municipal Santos Zunzunegui en 1938. Construido por iniciativa del Ayuntamiento, no responde a una actuación aislada, ya que Bilbao o Barakaldo elevaron también este tipo de monumentos. Para hacer realidad el proyecto, se solicitó un crédito y se recurrió a las suscripciones populares, mediante las cuales se sufragó la mitad del coste presupuestado70.

Conclusiones El Cementerio de Portugalete está considerado el tercero más importante de Bizkaia, después de los de Bilbao y Getxo, debido a la calidad histórico-artística de un número considerable de sus panteones, que pertenecieron a destacadas familias de la burguesía vizcaína de finales del siglo XIX y primeros del XX, como los Chávarri, los Gandarias o los Careaga. Se hace necesario tomar conciencia de los tesoros artísticos que encierran sus muros y promover su conservación, ya que algunos hipogeos presentan un malísimo estado de conservación, así sucede con la capilla de los Juaristi, que tiene parte de su bóveda arruinada, o la tumba de María Victoria Maruri de Levisson, en franco estado de abandono.

HERNÁNDEZ GALLEJONES, Roberto: Aproximación a la his-

1

toria de Portugalete (1400-1900), Servicio de Publicaciones del Excmo. Ayuntamiento de Portugalete, Bilbao, 1991, págs. 128129.

MUNÁRRIZ HERNANDO,Tasio: República y Guerra en Portugalete, s/n, Bilbao, 2012, págs. 38-39.

30

31

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A.M.P. S/N, Libro de Actas 1931-1933, Sesión Ordinaria 30-121931.

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El Noticiero Bilbaíno 12-1-1932.

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BERMEJO LORENZO, págs. 187-188.

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Ibíd. pág. 165.

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Ibíd. págs. 193-194.

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Ibíd. págs. 192-193.

ENRÍQUEZ FERNÁNDEZ, Javier, y SESMERO CUTANDA, En-

2

riqueta: “Simbologías sociales y religiosas en los cementerios de Bizkaia (1850-1998) en Zainak, 18, 1999, págs. 345-362, cita: pág. 347.

HERNÁNDEZ GALLEJONES, págs. 129-130. BERMEJO LORENZO, Carmen: Arte y arquitectura funeraria: Los

3 4

cementerios de Asturias, Cantabria y Vizcaya (1787-1936), Universidad de Oviedo. Vicerrectorado de extensión universitaria, Oviedo, 1998, pág. 127.

SAAVEDRA, César: Origen, vida y costumbres de la Noble Villa de

5

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6

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7

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41

http://mareometro.blogspot.com.es/2010/01/cementerio-deportugalete-2.html

42

BERMEJO, pág. 224.

8

Ibíd. Sesión Ordinaria 9-6-1877.

43

9

BERMEJO LORENZO, pág. 150.

Ibíd. pág. 261.

44

10

A.H.M.P. Sig. Antg. C.7, Nº 2, Libro de Actas y Decretos desde 22 de julio de 1876 a 7 de noviembre de 1885, Sesión Ordinaria 19-1-1878.

Ibíd. pág. 262.

45

Ibíd. págs. 233-234.

46

https://mareometro.blogspot.com.es/2010/01/el-panteon-demanuel-calvo.html

47

BERMEJO, págs. 236-237.

48

Ibíd. págs. 245-246.

49

Ibíd. Pág. 255.

50

A.H.M.P. C 177, Exp. nº10.

51

BERMEJO, pág. 252.

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52

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www.ine.es

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54

A.H.M.P. C 251, Exp. Nº 50.

11

Ibíd. Sesión Ordinaria 2-2-1878.

12

Ibíd. Sesión Ordinaria 23-2-1878.

13 14 15

16 17 18

19

20 21 22

Ibíd. Sesión Ordinaria 2-3-1878. Ibíd. Acta de la Inauguración del nuevo cementerio 6-3-1878 RAMOS LARRIBA, Cipriano: Monografías de Pueblos de Bizkaia: Portugalete, Diputación Foral de Bizkaia, Bilbao, 2003, pág. 525.

55

El Liberal 6-7-1922 y 7-7-1922; El Motín 15-7-1922.

56

GARAIZABAL, págs. 176-181.

57

A.H.M.P. C 231, Exp. nº 48.

58

El Liberal 8-7-1928 y 10-7-1928.

Ibíd. Sesión ordinaria 19-7-1906.

59

BERMEJO LORENZO, págs. 203-204.

A.H.F.B. Obras, Transportes y Comunicaciones, AGK- DC0639.

60

El Liberal 20-1-1932 y 24-3-1933.

Ibíd. Memoria del Proyecto de Ampliación del Cementerio de Pando en Portugalete 11-10-1905.

61

A.H.M.P. C 290, Exp. Nº 12.

62

http://www.euskomedia.org/galeria/A_60930

A.M.P. S/N, Libro de Plenos 1904-1908, Sesión Ordinaria 19-11905

23

BERMEJO LORENZO, pág. 150.

63

24

ENRÍQUEZ y SESMERO, págs. 346-350.

64

25

PAGOETA, Juan de: Portugalete y su basílica de Santa María, Asociación Amigos de la Basílica de Portugalete, Bilbao, 1994, pág. 133.

26

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27

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28

GARAIZABAL FLAÑO, José Luis: “El cementerio civil y el mausoleo de Conde-Pelayo” en Portugalete en el recuerdo: los Conde-Pelayo, Colección El Mareómetro, nº 21, Fundación El Abra, Bilbao, 2014, págs. 171-188, cita: pág. 172.

29

A.H.M.P. Sig. Antg. C 7, Nº 2, Libro de Actas y Decretos desde 22 de julio de 1876 a 7 de noviembre de 1885, Sesión ordinaria 19-1-1878.

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65

A.H.M.P. C 94, Exp. nº 18.

66

A.H.M.P. C 94, Exp. nº 26.

67

http://mareometro.blogspot.com.es/2017/05/maestros-deobras-portugalujos-manuel.html

68

A.H.M.P. C 205, Exp. Nº 31.

69

A.H.M.P. Sig. Antg. C 7, Nº 2, Libro de Actas y Decretos desde 22 de julio de 1876 a 7 de noviembre de 1885, Sesión ordinaria 23-2-1878.

70

DOMINGO HERNÁNDEZ, María del Mar: Portugalete. Desarrollo, 1937-1970, Colección el Mareómetro, nº 18, Fundación El Abra, Bilbao 2010, pág. 168.

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Portugaleteko udal hilerria: ikuspegi historiko-artistikoa Portugaleteko egungo kanposantua egin aurreko hilerriak Erdi Aroan eta geroztik, ehorzketak parrokien barruan egiten ziren, eta Portugaleteko Santa Maria eliza ez zen salbuespena izan. Egoera hori penintsula frantsesen mendean zegoenean aldatu zen: gerraren ondorioz, hildakoen kopuruak gora egin zuen, eta esparru sakratuetako hormen barruko hilerriak bete egin ziren. Egoera osasungaitz eta arriskutsu hartan, 1809ko martxoaren 4ko Dekretuaren bidez, Josef Bonapartek elizen barruan ehorzketarik egitea debekatu zuen, eta, beraz, hilerriak egiten hasi ziren parrokietatik kanpo.

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Portugaleteko udal-artxibozain Roberto Hernandezek bere Aproximación a la Historia de Portugalete (1400-1900) liburuan azaldu duenez, 1809an, Santa Maria elizaren barruko egoera muturrekoa zen, osasungarritasunari dagokionez. Heriotza-tasa handitzean, “(…) azken garai hauetan”, tenpluaren barruan, “(…) usain kirastua eta osasunarentzat kaltegarria” zegoen “gorpuen jarioen ondorioz, sakonerarik ezagatik, lur horretan ez baitago zulo sakonik egiterik”. Hori dela eta, 1809ko maiatzaren 20an, Portugaleteko Udalak parrokia-elizaren atzealdeko lursail batean beste hilerri bat egiteko agindu zuen. Ekainaren hasieran, proiektatutako nekropoli hura hasi gabe zegoen, eta Bizkaiko Diputazioak lanak luzatu gabe hasteko agindua eman zuen. Gainera, zorrotz debekatu zuen Portugaleteko tenpluaren barruan ehorzketa gehiago egitea. Probintzia-erakundeak emandako agindu hark Portugaleteko Udalaren erabaki bati erantzuten zion; izan ere, Udalak baimena eman zuen “(…) parrokian hilobiratuak izan nahi zutenek egin zezaten”1,. Hau da, ondoriozta dezakegu fededun askok ez zutela ehorzketak eliza-esparruaren barruan egiteko ohitura sustraitua alde batera utzi nahi 2.

XX. mendeko 20. hamarkadako hileta. Ubaotarren panteoia ikus daiteke bere jatorrizko egoeran.

Pandoko hilerriaren eraikuntza, inaugurazioa eta lehen zabalkuntza Santa Maria elizaren atzealdeko lursaila, hilerria egiteko aukeratu zena, oso txikia zen, eta, 1871 aldera, Marcos Escorihuela medikuak adierazi zuen hilobi-esparrua ez zela nahikoa eta egoera txarrean zegoela. Handik gutxira, medikuak berriro salatu zuen kanposantu hura egoera txarrean eta gainezka zegoela, eta herriko biztanleentzat arriskutsua zela ohartarazi zuen. Escorihuelari berari esker dakigu 1873an herriko Udalak egoera hori konpontzeko asmoa zeukala3, Portugaleten higiene- eta osasungarritasun-neurriak beteko zituen beste hilerri bat egin nahi zuela. Urte hartan egin zituen Severino Achucarro arkitektoak hilerri berriaren planoak4. Hirugarren karlistada piztu zenean, kanposantu berriaren proiektua bertan behera geratu zen. 1873ko uztailean, Bizkaia karlisten esku geratu zen, Bilbo eta Portugalete izan ezik. Abuztuaren 12an, karlistek Portugalete setiatu zuten, eta, azkenean, 1874ko urtarrilaren 22an, hiribildua Karlos VII.aren jarraitzaileen esku erori zen. Urte hartako maiatzaren 1era arte okupatu zuten Portugalete5. Ia urtebete eta erdi geroago, hain zuzen 1875eko irailaren 13an, Udalak 1873ko proiektuari berrekin eta hilerri berria egitea adostu zuen. Hilerria non egin aukeratzea Udaleko Osasun Batzordeko kideei egokitu zitzaien. Kokaleku posible guztiak aztertu ostean, handik zenbait egunetara, hau zehaztu zuten: “(…) kasu hauetan osasungarritasun publikoko higieneak gomendatzen dituen arauak kontuan hartuta”, kanposantu berria “(…) Laubideta izeneko barrutian, Pandotik hurbil” egitea. Batzor­ dekideen iritziz, lur horiek ez zituzten biltzen “(…) kasu hauetarako derrigorrez bete behar diren higiene-baldintza guztiak”, baina, aztertutako kokaleku guztietatik, aukeratu zutenak alde txar baino alde on gehiago zituen6. Aukeratutako lurrak Portugaleteko Ignacio Larrearenak eta Santurtziko Kontzejuko Juan de Durañonarenak ziren. Udalaren komisio batek bi jabeekin hitz egin zuen, “(…) aipatutako lursail horien prezioa egoki eta ahalik eta ondoen” adosteko asmoz. Negoziazioek ez zuten emaitza onik izan; hori dela eta, kanposantu berria egiteko obrak atzeratu egin ziren. Portugaleteko Udalbatzaren iritziz, Larrearen eta Durañonaren eskaera ekonomikoa “(…) gehiegizkoa eta guztiz zentzugabea” zen. Hortaz, 1877ko apirilaren hasieran, aukeratutako azalera, 7.000 metro koadrokoa, nahitaez desjabetzeko izapideei hasiera ematea erabaki zuen7. Dakigunez, obrak 1877ko uztailaren hasieran hasi ziren. Hain zuzen, garai hartan, Portugaleteko Udalak Francisco Sagardui harginari “(…) han egiten diren lan guztiak ikuskatzeko” agindu zion. Bestalde, hilerriaren planoa Severino Achucarro arkitektoari eman zion, azalera hiru zatitan banatu zezan: “(…) panteoiak egiteko saltzeko lurra, lorategiak egiteko lurra eta hilobiratze orokorrak egiteko lurra”8. 1877ko urrian, estilo eklektikoko portada nagusi interesgarria, Severino Achucarroren lana, amaituta zegoen9, baita hilerriaren perimetroaren inguruko horma ere. 1878ko urtarrilaren erdialdera, Bilboko Jose Olaberi marmolezko oroitarri bat egitea agindu zitzaion, hilerriaren sarreraren gainean ipintzeko. Garai hartan, kare-gordailua eta protestanteentzako kanposantua ere eginda zeuden, baina amaitutzat jotzeko zenbait elementu falta zitzaien artean. Hala ere, kapera egin gabe zegoen

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artean; hortaz, hasiera eman zitzaien hura eraikitzeko beharrezko izapideei. Azkenik, Udalak “(…) hilerri berriaren barrualdea” goitik behera garbitzeko agindu zuen, eta “(…) lursailaren oinplanoa” erregulatzeko, “bideak erabilita lursaila zatituz, gerora egokitzat hartzen diren zuhaitzak landatze aldera”10. Otsailaren hasieran, Portugaleteko Udalak hilerri berria 1878ko martxoaren 6an inauguratzea adostu zuen, hau da, Hausterre Egunean, uste baitzuten egun hura zela “(…) inauguraziorako egunik egokiena, garizumaren hasiera gisa”11. Hil hartan, erdialdera, Juan Cruz Eguileor ortuzain ospetsuari zuhaitz, zuhaixka eta loreak landatzeko enkargua egin zitzaion, nekropoliaren inauguraziora begira12. Martxoaren 6a baino egun batzuk lehenago, Udalbatzak inaugurazio-jardunaldia handitasunez ospatzeko ekitaldiak adostu zituen. “(…) Gaur egungo hilerritik hilerri berrira zenbait hondakin” eramateko, bi hilkutxa enkargatu ziren. Bestalde, Ramon Durañona, Fernando Carranza, Felix Chavarri, Remigio Careaga, Timoteo Calvo, Antonio Lopez, Dario del Valle eta Juan Cabieces jaunak, hiribilduko elite politiko eta ekonomikoko kideak, inauguraziora gonbidatzea erabaki zen. Gonbidapena San Nikolas, San Jose, San Krispin, Arrosarioko Andre Maria eta Alumbrado del Santísimo kofradietako maiordomo jaunei ere luzatu zitzaien. Gainera, “(…) segiziorako euren kofradietako aizkorak doan ematea” eskatu zitzaien13.

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Aurreikusi zenez, 1878ko martxoaren 6an, arratsaldeko hiruretan, hilerri zaharrean lurpetik ateratako hondakinak zeuzkaten bi hilkutxak Santa Maria elizatik eraman ziren prozesioan, atzean udalkideak, kofradiak euren aizkorekin “(…) eta herritar gehien-gehienak” zihoazela. Segizioa kanposantu berrira iritsi ondoren, bi hilkutxak sarreran utzi, eta kleroa eta fededunak hilerriaren erdigunera joan ziren. Han, kaperarik ezean, gurutze bat zegoen jarrita. Letania bat errezatu zuten, eta Manuel Remigio Orizar apaizak nekropolia bedeinkatu zuen. Esparrua sakratu egin ostean, portadara itzuli eta bi hilkutxak sartu zituzten, lurra emateko14. Hortaz, ikusten dugunez, amaitu gabe inauguratu zuten hilerri berria. Berba baterako, jatorrizko kapera, estilo neogotikokoa, 1879an proiektatu zuten; Atanasio Anduiza arduratu zen15. 1880an, kanposantuko lehen panteoia egin zen. Arana familiarena zen, eta Severino Achucarrori agindu zioten16. XX. mendeko lehen hamarkadaren erdialdean adierazi zen Portugaleteko hilerriaren edukiera “(…) ez zela nahikoa biztanleriaren beharretarako”. Itxuraz, ez dirudi kanposantua inauguratu zenetik Portugaleteko biztanlerian gertatutako hazkundeak (3.053 biztanle 1877an eta 5.182 biztanle 1900an17) hilobi-esparruan zegoen espazio-gabezia eragingo zuenik. Ildo horretan, Emiliano Pagazaurtundua udal arkitektoak adierazi zuenaren arabera, nekropoliak “(…) behar horiei erantzuteko adinako ehorzketa-azalera” zeukan, baina “(…) betiko ehorzketetarako lurren eskari handia” gertatzen ari zen. Egoera horren ondorioz, “(…) ehorzketa orokorretarako lur gutxi” geratu zen. Hori dela eta, 1905eko urtarrilean, Udalak hilerria handitzea erabaki zuen, eta Pagazaurtundua arkitektoari eskatu zion obraren proiektua egiteko18. 1877an bezala, hazkunde-proiektuari hasiera eman baino lehen, Portugaleteko Udala lurren jabeekin akordio bat lortzen saiatu zen, baina “(…) zenbait jabek ez zutenez onartu lurrak lagatzea Udalak zuzen eta bidezkotzat hartzen zituen baldintzetan”, tokiko erakunderik gorenak nahitaezko desjabetzera jotzea pentsatu zuen19. Dena den, jabeekin akordio bat –“(…) hainbat aldiz saiatua”– lortzen ahalegindu zen berriro Udala, baina ez zuen lortu, eta, azkenean, behar ziren lursailak desjabetzea eskatu zion Gobernadore Zibilari20. Hauek izan ziren kaltetuak: Marcos Aspizua eta Nicolas Baranda, Pedro Balpardaren oinordekoak, Juan Durañonaren oinordekoak eta Eustaquia Olaso. Prozesua nabarmen luzatu zen, desjabetze-espedienteak 1907ko azaroaren 23koak baitira21. Hilerria handitzeko, hura osatzen zuen jatorrizko laukizuzenaren atzealdeko hormaren zati bat eraitsi behar izan zuten. Horren ondorioz, kanposantu zibila “(…) zati berriaren itxituraren atzealdera” eraman zen. Ondoren, jatorrizko kapera eta gorputegia behera bota zituzten, kanposantua mendihegalean gora handitu zedin22. Kapera berria, jatorrizkoa bezala neogotikoa, Pagazaurtundua arkitektoaren lana da, eta 1912an egin zuten23.

Zubeldia maisuaren oroimen plaka, Lorenzo Fenández de Viana eskultorearen lana. (Euskomedia)

Udal Korporazioa hilerri katolikoa eta zibila bereizten zituen hormaren eraisketan parte hartzen, 1932ko urtarrilaren 10ean. (Alonso)

Portugaleteko nekropoliaren kokapena eta kanpoko elementuak: portada eta perimetro-horma Artikulu honen hasieran azaldu dugunez, XIX. mendeak hilerriak elizen barrutik kanpora ateratzea ekarri zuen. Arestian adierazi dugu XIX. mendeko higiene-neurrien ondorioz gertatu zela hori, baina, Javier Enriquezen eta Enriqueta Sesmeroren aburuz, azalpen hori, besterik aintzat hartu ezean, “argudio eskasa” izango litzateke. Alde batetik, egia da: “(…) osasungarritasunarekiko kezka zela eta, hiriguneetatik urruneko lekuak bilatu ziren, maiz muino baten hegalean”. Baina, beste batetik, kontuan izan behar da kokapen berri horien ondorioz, “(…) heriotzaren etengabeko erreferentzia” eguneroko bizitzatik desagertzen zela, eta hori ez zen gertatzen Antzinako Erregimenean indarrean zegoen hilerri-tenpluaren ereduarekin. Enriquezen eta Sesmeroren iritziz, etapa garaikidean sortutako kanposantuaren eredua heriotza bizitzeko moduan izandako aldaketaren ondorio izan zen. Orduan, izan ere, heriotza bizitzeko modua “(…) indibidualista” zen, eta heriotza “(…) zorigaitzik txarrena zen, eta, beraz, ezkutatu egin behar zen”. Ildo horretan, hilerrien perimetroa mugatzen zuten hormek “barru/ kanpo dialektika” bat sortu zuten, eta, hartan, hilerrian sartzeko portadak “(…) oso esangura garrantzitsua hartu zuen, aldaketaren metafora gisa”. Dinamika horri jarraituz, kanposantuetan sartzeko atean, “(…) mundu hau desagerkorra dela” gogora ekartzeko hainbat elementu jarri ziren. Lehenengo ereduarekin, hilerriak elizen barruan zeudenean, eguneroko bizitzan hartzen zen aintzat kontzeptu hori, baina, aldaketaren ondorioz, ahaztua izateko arriskuan zegoen. Hori gerta ez zedin, zenbait elementuz baliatu ziren. Haietako bat nekropolien sarreran ipinitako inskripzioen bidez “(…) mezuak ematea” izan zen, “(…) klase herritarrak eskolatzen” hasiak zirela aprobetxatuz24. Portugaleteko hilerriko portadan, horren adibide bikaina dago. Han, Antonio Trueba25 idazlearen konposizio bat daukan oroitarri bat ipini zen. Konposizio horrek, ohartarazpen gisa, honako hau dio: “ESTA, OH MORTALES, ES LA PUERTA OBLIGATORIA, POR DONDE SE ENTRA AL BIEN O AL MAL ETERNO, PARA LOS BUENOS, PUERTA DE GLORIA, PARA LOS MALOS, PUERTA DEL INFIERNO”. Portada, aurreago azaldu dugunez, Severino Achucarroren lehen etapako obra eklektiko bat da. 1877an amaitu zen eta hiru atal ditu. Erdiko atalean, “(…) albo banatan toskanar pilastrak dituen puntu-erdiko arku zentral bat dago, (…) eta, haren gainean, PATER NOSTER inskripzio bat daukan gurutze bat”. Alboko bi atalak txikiagoak dira. Haietan, sarbideak daude, “(…) arku eskartzano beheratuarekin”, eta piramide bana dute gainean26.

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Escandonen hilobiko busto neoklasikoa (1936). (Koldo Somokueto)

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Carranza familiaren enterramendu neoklasikoa, aingeru iragarlea buru duelarik. (Koldo Somokueto)

Kanposantuaren inguruko hormak, “(…) eguneroko bizitza eta heriotzaren etengabeko erreferentzia”27 banatzeaz gain, zeregin lurtarragoak ere bazituen, hilerri katolikotik kanpo uzten baitzuen ehorzketa zibiletarako erabiltzen zen lur-azalera. Hori dela eta, kanposantu zibilak bere sarrera, hezurtokia eta gorputegia zituen. Severino Achucarrok 1873an egindako proiektuan, Portugaleteko nekropoli zibila esparru katolikoaren goiko ezkerraldeko hormaren beste aldean zegoen28. 1878ko urtarrilean, “(…) protestanteentzako kanposantu” gisa azaltzen da aipatuta . Hala ere, han, Eliza katolikoaren arauak betetzen ez zituzten guztiak edo pobreak hilobiratzen zituzten, esaterako. Lehenago adierazi dugunez, XX. mendeko lehen hamarkadan hilerri katolikoa handitu zenean, jatorrizko hilobi-esparru zibilaren lurra hartu zuen, eta hilerri zibila esparru katolikoaren azalera berriaren atzealdeko hormaren beste aldera lekualdatu zuten. 1931n Bigarren Errepublika iritsi zenean, laizismoak indarra hartu zuen. Izan ere, Gorte konstituziogileek urte hartako abenduaren 9an onartutako Konstituzioak ofizialtasuna eman zion. Konstituzio hark Estatuaren eta Elizaren arteko banaketa argia ezarri zuen. Bigarren Errepublikako Konstituzioaren 27. artikuluan jasotakoaren arabera, hilerriak jurisdikzio zibilaren mende egongo ziren aurrerantzean, eta esparruak erlijio-arrazoiengatik bereiztea deuseztatu egin zen. Portugaleten, 1931ko apirilaren 12ko hauteskundeen ondoren, Udala monarkiaren kontrako blokearen esku geratu zen. Errepublikanoek, sozialistek eta EAEk osatzen zuten bloke hori, eta Federico Sanchez-Vallejo, Portugaleteko Alderdi Errepublikano Erradikal Sozialistako (AEES) kidea, aukeratu zuten alkate30. Testuinguru horretan, abenduaren 8an, Errepublikako Konstituzioa promulgatu baino egun bat lehenago, Julian Armas Agirrek, AEESko zinegotzi batek, hau azaldu zuen Udalbatzari aurkeztutako idazki batean: Errepublikako Gobernuak, “(…) ikuskera guztiz liberal eta humano batean oinarrituta”, hilerriak sekularizatzea agindu zuela “(…) lurralde nazional osoan”. Zinegotziak garrantzi handiko ekintzatzat jo zuen neurri hura; izan ere, hari esker, “(…) orain arte egon diren desberdintasun konfesionalak, gure aberrian herritarren borondate subiranoari esker zorionez amaitutako erlijio-intransigentziaren ondorio zirenak, hildakoen lekutik” desagertu egingo ziren. “Kontzientzia-askatasunaren arrakasta” hura handitasunez ospatu nahian, bi hilerriak bereizten zituen horma eraisteko eguna eta ordua zehaztea proposatu zion Udalbatzari, eta herritarrak eta agintariak ekitaldira joatera gonbidatzea31. 1932ko

urtarrilaren 10ean egitea erabaki zuten32. Egun hartan, goizeko hamaiketan, segizio bat abiatu zen udaletxetik: “(…) Udalkide guztiak, jarduneko alkatea, Candido Busteros, buru zutela” (Portugaleteko PSOEko afiliatua); musika-banda eta txistulari-banda, eta hainbat agintari33. Behin hilerrian, Busterosek “(…) hitzaldi labur bat egin zuen, eta, berehala, Riegoren Ereserkiaren akordeen akonpainamenduarekin,” bi hilobi-esparruak “(…) bereizten zituen horma eraitsi zuten”, eta, harrezkero “(…) bat soilik osatu zuten”34. Francoren diktaduran zehar, horma hura berriz egin zen, bi hilerriak bereizteko, baina, demokrazia iritsi zenean, berriro elkartu ziren. Hain zuzen, 1979an, Doroteo Pinedo alkatea buru zuen Udalak erabakita, hezurtegiaren horma lurrera bota zuten35.

Pandoko hilerriko ehorzketen arteeta sinbologia-azterketa Pandoko hilerrian dauden arte-elementuak aztertzeko, alderik zaharrenean jarri behar dugu arreta. Izan ere, han daude obrarik aipagarrienak, Herriko familia burges gailenenak, hain zuzen. Oro har, kanposantu garaikidean, gizarte-klaseen arteko aldeak islatu egin ziren. Ildo horretan, hilerriak “(…) burgesiari elizak ez zeukan hedadura” eskaintzen zion, eta, horren ondorioz, hileta-kapera handiak eta panteoi artistikoak egiten hasi ziren Portugaleteko burgesak. Obra horien helburua familia haien indar sozioekonomikoa erakustea zen36. Esate baterako, Victor Chavarriren panteoia, Portugaleteko nekropoliko arkitektura-panteoietako bat, horren adibide garbia da. Panteoirik zaharrena Juaristi familiarena da. Hala ere, haren lehen jabea Cecilio Martinez izan zen, baina, 1906an, Juaristitarrei saldu zien. Martinezek Manuel Otaduy lan-maisuari agindu zion 1881n, eta hark oinplano angeluzuzeneko eta estilo neorromanikoko kapera bat diseinatu zuen37. Chapa familiak, bere aldetik, Eladio Iturria arkitektoari eman zion panteoiaren ardura, 1890ean. Iturriak oinplano angeluzuzeneko panteoi neoklasiko bat diseinatu zuen: sarkofago handi baten antza du, eta plataforma baten gainean dauden sei korintoar zutabetxok eusten diote38. Eklektizismoa da nagusi hiru panteoitan. Haietan bikainena Victor Chavarriren familiarena da, haren alargun Soledad Anduizak Daniel Escondrillas arkitektoari agindua, 1908an. Altuera handikoa da, oinplano angeluzuzena du, eta gainean gurutze bat duen kupula batek estaltzen du39. 1894an, Cecilio Goytia arkitektoak Dionisio Goitiaren familiaren panteoia diseinatu zuen. Ondoren, Careaga Gorostiza familiak erosi zuen panteoi hori. Oinplano oktogonaleko eraikuntza bat da, sarreraren alboetan sarkofago txiki bana dituena. Hark ere gainean gurutze bat duen kupula bat du estalki gisa40. Azkenik, Ubao familiaren panteoiak, Enrique Ubao eskultoreak diseinatuak, garai hartan zeukan peristilo monumentala galdu du. Honelakoa zen: “(…) estilo pagano greziar helenikokoa, doriar zutabeekin”41. Arreta handiagoz aztertu behar dugu Portugaleteko kanposantuko eskultura- eta ikonografia-edukia. Garai bereko hilerrietan, ikus dezakegun ikonografia “(…) heriotza beste bizitza baterako trantsizio bat baino ez delako sinesmen kristauan” dago oinarrituta. Hortaz, irudikatzen den guztia “(…) iragaitza hori behar bezala egiten laguntzen duen oro gauzatzen saiatzen da”42. Hori dela eta, heriotza ez zen hainbeste irudikatzen, lehenago oso ohikoa bazen ere, eta baztertuta geratu zen: “(…) zenbait hilobiren eta panteoiren xehetasun txikiak (…), ikur tradizionalen bidez adieraziak”43. Pandoko nekropolian, elementu horietako batzuk ikus ditzakegu. Berbarako,Victor Chavarriren panteoiaren atzealdean, garezur txiki bat eta bi tibia gurutzatu daude zizelkatuta. Felix Chavarriren hilobian, hegodun hareaerloju bat dago; “(…) denboraren iheskortasuna adierazten du”44. Carranza familiaren panteoian, sega bat dago, heriotzaren arma, eta, haren gainean, lore-koroa eta palma, bi-biak pizkundearen ikurrak. Beraz, hiru elementu horiek osatzen duten multzoak bizitza heriotzari nagusitzen zaiola iradokitzen du, argi eta garbi. Victor Chavarriren panteoira itzuliz gero, xehetasun paregabe bat ikusiko dugu, Portugaleteko kanposantuko irudikapen sinboliko guztietatik nabarmentzen dena: panteoiaren sarreraren gainean, hontza bat dago zizelkatuta. Harrapari gautar horren irudiak bi interpretazio izan ditzake: haietako batek zentzu negatiboa izango luke, hontza heriotzaren ikurtzat hartzen baitzen; bigarren azalpenaren arabera, hontzen izaera gautarra positiboa da, hegazti horrek arimak beste

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mundura gidatzen dituela interpreta baitaiteke. Guk bigarren aukera horren alde egiten dugu, lehen azaldu dugun ideiarekin bat etorriz: aro garaikidean egindako hilerrietan bizitza batetik besterako trantsizioa nagusitzen delako ideiarekin. Beste bizitzaren betikotasunaren ideia hainbat panteoitan dago irudikatuta, sugar ketsuak dituzten zuzien bidez. Adibidez, jatorriz Dionisio Goitiaren jabetzakoa zen panteoian, lore-koroa baten gaineko bi zuzik osatutako multzoa, betiko bizitzaren eta pizkundearen kontzeptuak lotzen dituena, lau aldiz zizelkatuta dago.

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Gurutzea da hilerrietan Kristo irudikatzeko gehien erabiltzen den ikurra. Portugaleten, hainbat gurutze mota daude: hil-oihal santua iradokitzen duten oihalak dituzten gurutzeak (esaterako, Aspiazu familiaren hilobian), egurrezko gurutzeak imitatzen dituztenak (Aqueche-De La Hera) edo metalezko gurutze soilak. Manuela Vicuñaren seme-alaben hilobiaren kasuan, gainean dagoen gurutzeak lore koroa bat du. Baina, zalantzarik gabe, Durangoko Krutziagako gurutzearen kopia aparta, Aniceto Arregi arkitektoak egina, nabarmentzen da, Vicuñatarren hilobian. 1928ko otsailean amaitu zuen. Gurutze horretan, pizkundeari eta paradisuari buruzko testamentuetako irudiak azaltzen dira, besteak beste; alegia, hilobi baterako oso egokiak45. Hilerriko alderik zaharrenean, ez dugu laubururik aurkitu, baina aipatzekoa da Borreguero-Ereño familiaren panteoian nagusitzen den hilarria. Ohikoa da lauburuak horrelako hileta-eskulturetan zizelkatuta egotea. Dena den, aipatutako hilarriaren elementu nagusia erdian eguzki-disko bat duen gurutze bat da. Disko horrekin batera, beste lau ikur daude hilarrian, eta haietako bat krismoia da, Kristo izenaren laburdura. Kristoren irudi figuratiboa oso hedatuta dago kanposantuetan. Portugaleten, hainbat mota ikus ditzakegu: Jesukristoren aurpegia, arantza-koroa jantzita duela (adibidez, Eustaquia Zaballa Anguloren hilobian); edo Bihotz Sakratuaren irudia (behin eta berriz azaltzen da, hala nola Amesti eraikitzaileak 1950ean Isusi-Aqueche familiarentzat egindako panteoian). Baina badago zalantzarik gabe arreta handiz erreparatu beharreko elementu bat: Manuel Calvo Aguirreren omenez egindako hileta-monumentua, Jose Llimona eskultore katalanak 1911n egina46, Comillasko markesak, portugaletetar ongilearen lagunak, enkargatuta. Brontzez egindako eskultura-multzo bikaina da: Kristo gurutzean, Andre Maria eta Maria Magdalena daude irudikatuta, Golgota mendiaren antza duen harri-multzo baten gainean. Garrantzi handiko obra modernista da; alde batetik, zalantzarik gabeko arte-kalitatea duelako, eta, beste batetik, Carmen Bermejo Lorenzok jakitera ematen duenez, Kantauri itsasoko ertzeko hilerrietan Kristo gurutzean irudikatzen duten lanak oso urriak direlako47.

Felix Chavarri,Victor Chavarriren osabaren enterramenduko ezaugarria. Hegodun harea-erlojuak denboraren iheskortasuna adierazten du. (Koldo Somokueto)

Victor Chavarriren panteoiaren alboko bista, Daniel de Econdrillasen lana.

Juristitarren panteoira, jatorriz Cecilio Martinezena, zeinek obra Manuel de Otaduyri eskatu zion 1881ean.

(Koldo Somokueto)

(Koldo Somokueto)

Andre Maria ere askotan ikus dezakegu Portugaleteko hilerrian. Panteoi batzuetan, Karmengo Andre Mariaren irudiak aurkitu ditugu (oso ohikoa marinel-herrietan), baina Begoñako Andre Mariaren irudi bat soilik. Hala ere, atal horretan, begiratua eman behar diogu Escandonen hilobi soilari (1936), han baitago Portugaleteko hilerriko busto bakarra, egile ezezagunarena. Marmolez zizelkatua, emakume baten busto eder bat da, estilo neoklasikokoa, antza Andre Maria irudikatzen duena, Pietatea seguruenik. Carmen Bermejoren hitzetan, aingeruen eskulturak dira “(…) gaur egungo hilerrietako hileta-ikonografiaren benetako protagonistak”. Aingeruaren zeregina kontuan hartuta –“(…) Jainkoaren nahiak, eskuarki fededunaren aldekoak, iragartzen ditu”–, askotan “(…) azaltzen da hilobi-esparruetan”, “(…) gertaera onen berriemailea” baita eta “(…) bizitzak heriotza garaitzen duela eta beste munduan beste bizitza bat dagoelako segurtasuna dagoela” bermatzen baitu48. Tipologiari dagokionez, aingeru berriemaileen adibide asko aurki ditzakegu Portugaleteko nekropolian. Berbarako, Garaigordobil familiaren panteoian, 1925eko obra neoklasikoan, aingeruak “(…) hegoak zabalik ditu, zerutik hilobiaren atalasera iritsi berria izango balitz bezala”49. Apokalipsiaren kontakizunari jarraituz, Carranza familiaren panteoi neoklasikoko eta Felix Chavarriren hilobiko aingeruak esku bat altxatzen ari dira, eta, bestean, lore-koroa bat dute. Timoteo Otaduyren oinordeen panteoi erromantizistan, Emilio Otaduy lan-maisuak 1908an egindako obran50, aingerua harri-multzo baten gainean dago, eta tronpeta bat du eskuan. Aitzitik, Uriarte Aguado familiaren hilobi neoklasikoko aingeruak eskuineko eskua du altxatuta, eta ezkerrekoan, tronpeta bat du. Braulio Chavarriren panteoian, beste aingeru-mota bat dago. Quintin de la Torrek, panteoiaren egileak, aingeru jagole bat ipini zuen harrizko eta marmolezko muino handi batean, eta, muino horretatik, aurpegiak, “(…) muskuluak, gorpu bihurrituak, etzanak, aingeru eroriak eta hilotz-aurpegiak” irteten dira. Carmen Bermejoren hitzetan, muino horrek “infernu ikaragarri bat” irudikatzen du51. Jose eta Concepcion Sugasti Ariñoren panteoian, Timoteo Otaduyk 1889an egindako obran52 hilobian gailentzen den aingeru jagolea

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atsekabetuta dago, eta eskuak bularrean ditu. Hilerriaren lehen zabalkundean, Maria Victoria Maruri Levissonen panteoian, aingeruak bularrean gurutzatuta ditu eskuak. Proiektua Emiliano Pagazaurtunduak 1913an egin bazuen ere, aingeruaren eskultura errealista hori Serafin Lucarini eskultorearena da, itxuraz. Izan ere, hark sinatu zuen hilobia egiteko baimen-eskaera, Maruri Levisson andrearen izenean53. Azkenik, Balparda-Ecenarro eta Careaga familiaren panteoian, Mármoles del Norte de España SAk 1930ean egindako lanean, eskultura nabarmendu behar dugu. Gurutzearen behealdean eserita, aingeru guardako bat dago, pentsakor. Besteak beste, harea-erloju bat du ondoan, eta, antza, bizitzaren iragankortasunaz hausnartzen ari da54.

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Herri-ekimeneko ehorzketa eta elementuak ere badaude. Esaterako, Juan Jose Conde Pelayo pobreen medikuaren oroimenez egindako mausoleoa. Hasierako hilerri zibilean zegoen, eta, handik, Manuel Calvoren monumentuaren atzealdera eraman zuten. Manuel Calvori monumentua, José Llimonaren lana (1911). (Koldo Somokueto) Conde Pelayo, gizon altruista eta Espainiako errepublikanismoko pertsona ospetsuetako bat, Portugaleten hil zen, 1922ko uztailaren 5ean. Oso ezaguna zen, eta, hilotza kanposantu zibileraino eraman zutenean, milaka pertsona joan ziren, El Liberal egunkariaren arabera55. Urte haren amaieran, Portugaleteko Zentro Demokratikoak funtsak biltzeko kanpaina bat jarri zuen martxan, mediku eskuzabal hura ohoratzeko mausoleo bat egiteko. Lehen proiektuak 10.000 pezetako balioa zuen. Atzerriko eskultore baten lana zen eta hiru monolitoz osatuta zegoen. Erdiko monolitoan, doktorearen irudia egongo zen, eta, albokoetan, “(…) Zientziaren eta Onberatasunaren irudi alegorikoak”. Baina ez zen beharrezko diru-kopurua biltzea lortu, eta jatorrizko ideia hori alde batera utzi behar izan zuten. Haren ordez, obra txikiagoa egin zuten, Moises Huerta eskultorearena56. 1928ko urtarrilean, Udalak panteoia egiteko baimena eman zuen57, eta urte hartako uztailaren 8an inauguratu zuten58. Huertak estilo modernistako arkitektura-ehorzketa bat diseinatu zuen, “geometrismo handikoa”, “laukizuzenen txertaketan” oinarrituta baitzegoen. Monumentua osatzeko, Conde Pelayoren irudiaren brontzezko erliebe bat zegoen, baina, gaur egun, desagertuta dago59. Herritarren harpidetzaren bidez kripta bat ere egin zen, Portugaleteko Musika Bandako zuzendaria zen Marcelino Amenabarren gorpuzkiak gordetzeko. 1923ko abuztuaren 17an hil zen, San Roketxu eguneko jaitsieratxoan. Behintzat 1932. urtearen hasieratik, El Liberal egunkariak partikularrek kripta ordaintzeko egiten zituzten donazioen berri ematen zuten. Halaber, egunkari horrek jakitera eman zuen 1933ko apirilean La Estrella frontoian dantzaldi bat egin zela, Udal Bandak girotuta, dirua biltzeko60. 1933ko urrian, Amenabarren oroimeneko hilobia egiteko baimena eman zuen Udalak, proiektuaren planoak aztertu ostean61. Kriptaren balio bakarra sentimentala da, artearen ikuspuntutik ez baitu kalitaterik. Herri-ekimenez ordaindutako elementuei buruzko atal hau itxita, arte-balio handiagoko beste lan bati erreparatuko diogu

orain. Zubeldia Aizpuru familiaren panteoian, Lorenzo Fernandez Viana arabar eskultorearen erliebe bat ikusiko dugu62. 1928an egina da eta omenaldia egiten dio Jose Manuel Zubeldia Oraá maisuari, 1926ko otsailaren 2an hil zenari. Plakan dagoen idazkunaren arabera, irakaslearen ikasleek ordaindu zuten erliebea. Hartan, irakasleak bere lanbideko elementuak ditu inguruan: luma eta tindategia, munduko bola, bi liburu eta pergamino bat. Amaitzeko, azken ehorzketa-multzo bat azpimarratu behar dugu. Bitxiak direlako gailentzen dira. Haietako bat Salazar familiaren panteoia da. Luis Salazarrek Enrique Epalza arkitektoari agindu zion 1918an63. Hartan, familiaren armarria dago zizelkatuta, eta hilerri osoan ikus daitekeen blasoi bakarra da. Carmen Bermejok dioenez, “(…) hildakoaren familiaren leinua eta garrantzia nabarmentzeko” erabiltzen da heraldika hilobietan64. Eta aipatutako kasua adibide garbia da, Salazar familia Behe Erdi Arotik baitago Portugaleteko historiarekin lotuta, familia hartako kideak lehen mailako protagonistak izan dira eta. Monica Ariñoren panteoia ere berezia da. Alcon marmolariak egin zuen, 1883an65. Lursailaren erdian, gainean gurutze bat duen obelisko bat dago. Monolitoak bereizita, bi dekorazio-sarkofago exentu daude, hanken gainean. Multzo guztia marmolezko plataforma baten gainean dago. Brigida Calvoren hilobia antzekoa da, baina soilagoa, ez baitu obeliskorik. Kasu horretan, marmolezko dekorazio-

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Dionisio Goitiaren familiaren panteoia, Cecilio Goitiaren lana (1894). Geroago Careaga Gorostizatarren erosi zuten. (Koldo Somokueto)

hilkutxa exentu bat baino ez dago, baina Monica Ariñoren hilobikoak baino handiagoa. Haiek bezala, hilkutxa hau ere oinarri baten gainean dago, baina ez du inolako epitafiorik. Kronologiari dagokionez, badakigu 1891ko abenduan eskatu zela kripta egiteko baimena, eta kanpoaldeko lana egiteko baimena, berriz, 1893ko azaroan eskatu zen66. Panteoi hori Manuel Otaduy lan-maisuak egin zuela uste da67. Azkenean, azpimarratu behar da Tomas Palacio Epalzaren panteoian, 1922an proiektatutakoan68, haren osabaren gorpuzkiak daudela; alegia, Alberto Palacio Elissague arkitekto, ingeniari eta Zubi Esekiaren egilearenak. Garai batean, hilerriaren azalera ahalik eta ondoen aprobetxatu behar izan zen. Hori dela eta, jatorrizko landare-ornamentazio gehiena galdu da, baina badakigu zer zuhaitz-mota landatu ziren 1878an: 16 izei eta 16 altzifre. Hosto iraunkorreko eta bizitza luzeko espezieak dira biak, eta, beraz, betikotasuna iradokitzen dute, argi eta garbi. Gainera, 12 zume negarti ere landatu ziren. Adarrak eta hostoak zintzilik dituzten zuhaitz horiek tristeziaren eta malenkoniaren ikur dira, eta bi sentimendu horiek oso egokiak dira hileta-esparru batean69. Francoren diktaduraren arrastoak ere ikus ditzakegu, Hildakoen Panteoian. Santos Zunzunegi udalarkitektoak diseinatu zuen 1938an. Udalaren ekimenez eraiki zen, eta ez zen ekintza isolatu bat, Bilbon, Barakaldon eta beste leku batzuetan ere horrelako monumentuak egin baitziren. Proiektu hori gauzatzeko, kreditu bat eskatu eta herri-harpidetzara jo zen; hain zuzen, portugaletetarrek proiektuaren kostuaren erdia ordaindu zuten70.

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Ondorioak Portugaleteko hilerria Bizkaiko hirugarren garrantzitsuena da, Bilboko eta Getxokoen ondoren, Bizkaiko XIX. mendearen amaierako eta XX. mendearen hasierako burgesiako familia gailenen (Chavarri, Gandarias, Careaga…) panteoi askoren kalitate historiko eta artistikoari esker. Hilerri horren hormen barruan dauden arte-altxorrez jabetu eta haien kontserbazioa sustatu beharra dago, hipogeo batzuk oso kontserbazioegoera txarrean baitaude; esate baterako, Juaristi familiaren kriptaren gangaren zati bat hondatuta dago, eta Maria Victoria Maruri Levissonen hilobia, utzikeria-egoera nabarmenean.

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ria de Portugalete (1400-1900), Portugaleteko Udaleko Argitalpen Zerbitzua, Bilbo, 1991, 128.-129. or.

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39

Ibid. 193. eta 194. or.

40

Ibid. 192. eta 193. or.

41

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8

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42

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9

BERMEJO LORENZO, 150. or.

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10

PUAH, Hur. Antz. C.7, 2. zk., Akta eta Dekretu Liburua, 1876ko uztailaren 22tik 1885eko azaroaren 7ra bitartekoa, 1878/01/19ko ohiko bilkura.

44

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45

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46

https://mareometro.blogspot.com.es/2010/01/el-panteon-demanuel-calvo.html

11

Ibid. 1878/02/02ko ohiko bilkura.

12

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47

13

Ibid. 1878/03/02ko ohiko bilkura.

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48

14

Ibid. Hilerri berriaren inaugurazioaren akta, 1878/03/06.

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15

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