Secuencia (1994), 30, septiembre-diciembre, 33-56 ISSN: 0186-0348, ISSN electrónico: 2395-8464 DOI: http://dx.doi.org/10.18234/secuencia.v0i30.475

La monarquia en Mexico: historia de un desencuentro. El liberalismo monarquico de GutierrezEstrada Gabriela Tio Vallejo EL COLEGIO DE MEXICO

"t:Habra quien se atreva a sostener que los pueblos han sido hechos para las formas de gobiemo, y no estas para los pueblos?" I

como un sistema coherente y estructu­ rado. La hipotesis que sustenta este tra­ bajo, es que el liberalismo fue un conjunto amplio de ideas sob re la organizaclon politica de la sociedad que, en su apli­ cacion, revisti6 multiples formas pero cuyo nucleo "esencial", lo que lo define como tal y lo distingue de otros movi­ mientos politicos, es el jusnatural ismo, la defensa de los derechos y libertades individuates, y la idea de un pacto so­ cial como base de toda forma de gobier­ no. Las modalidades yextensiones de la ciudadania y la representacion, la forma misma de gobiemo, el federalismo o cen­ tralismo establecidos en las constitu­ ciones, caracterizan "los liberalismos" segun diferentes realidades y aspiracio­ nes. El liberalismo que logr6 concretarse hist6rico­politicamente en Europa, Jo hi­ zo a traves de monarquias constitucio­ nales; fue un liberalismo posrevolucio­

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a historiografia liberal ha presen­ tado las ideas monarquicas como desviaciones de la evoluci6n po­ litica de America en el siglo XIX. Asi los rnovimientos monarquicos aparecen como expresiones de un grupo conser­ vador, siempre minoritario, como re­ sultado de circunstancias de politica exterior, como traicion o como debili­ dad de los protagonistas de la gesta de la independencia. Este error viene del supuesto, extendido tambien en la his­ toriografia, de considerar al liberalis­ mo, partiendo de) analisis doctrinal, t Gutierrez Estrada, Carta, 1840, p. 77, Bi­ bhoteca Nacional, colecci6n Lafragua, (LAF), vol. 352.

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nario yen gran medida prevenido de los "excesos" de Ia revoluci6n. En este contexto es que se pretende enmar­ car el pensamiento de Gutierrez Estra­ da cuyos componentes liberales de­ mostraremos a partir de su discurso politico. Los proyectos monarquicos en Ame­ rica se desarrollaron en dos etapas. La primera, desde 1808 hasta la decada del 20, en que tales ideas se encontraban envueltas todavia en el problema colo­ nial, ligadas al destino de la metr6po1i y a los · avatares de la guerra indepen­ dentista, La segunda cuando una vez consumada la independencia, la idea de monarquia aparece como una forma politica aut6noma del hecho colonial. Un ejemplo de Ia primera eta pa es el proyecto de monarquia incaica que na­ ci6 en la provincia del Rio de la Plata en el momento todavia revolucionario de 1810-1825 en el contexto de la guerra con Espana, con el sello de una revolu­ ci6n aun no resuelta. La acci6n y el espiritu del Congreso de Viena estimu­ 16 la idea de instaurar una dinastia con alguien de] linaje de los incas, e induso se tenia al candidato, un descendiente de Jose Gabriel Tupac­Amaru, el jefe y martir de la rebeli6n. En este proyecto confluian la union de las "razas", la reivindicaci6n indigena frente a la con­ quista restableciendo en el trono a la dinastfa derrocada por los espafioles, el principio vigente de "restauracion y Jegitimidad", la posibilidad de un poder centralizado que hiciera · frente a las amenazas exteriores y a la disolucion intema. La monarquia incaica se pre­ sentaba como una forma de Iegltimi­ dad, efectividad y unidad del ex virrei­ nato. Pero al mismo tiempo presentaba 34

tambien el elemento de discordia que condenaria el proyecto al fracaso. Al establecer su base en Peru, atentaba contra el predominio obtenido por Jos revolucionarios de Buenos Aires, era un nuevo traslado del poder politico al antiguo centro, y las fuerzas centripe­ tas fueron mis poderosas. 2 El proyecto de Gutierrez Estrada se inscribe en la segunda etapa, en que ya concretada la independencia se plan­ tean las formas de organizaci6n politica de los nuevos estados. La historiografia liberal tacho al monarquismo de con­ servador expulsandolo del pensamien­ to liberal americano del siglo XIX, po­ niendo el acento precisamente en la vinculaci6n de estas ideas con el man­ tenimiento de la situaci6n colonial. Sin embargo, existe, en ambas fases un monarquismo independiente que no se sustenta necesariamente en un pro­ yecto de continuidad de las estructuras coloniales, sino que se inscribe en el liberalismo. La idea monarquica en America represento para las elites dlri­ gentes la posibilidad de concretar un orden ante la disgregaci6n e inestabili­ dad que la ruptura del regimen colonial habia provocado. EI monarquismo fue asi una opct6n concreta de la realidad politica americana, compatible con el liberalismo, como lo fue en Europa. EL HOMBRE Y EL MOMENTO. LA EXPERIENCIA DE GtmERREZ DE lisTRADA EN EL GOBIERNO DE MEXICO

Jose Maria Gutierrez de Estrada perte­ necia, por nacimiento y por vinculo 2

Mitre,Htstorla, 1927, t.

n, p. 329.

GABRIELA Tio VALLEJO

matrimonial, al sector aristocratlco de la sociedad mexicana. Fue amigo inti­ mo de Mora, del circulo "acadernico" de Alamin, y puede ser considerado como el paradigma del intelectual aris­ t6crata europeizado, fascinado por la experiencia francesa. 3 Ocup6 varios cargos en el Estado mexicano; en enero de 1835 acepto Ia Secretaria de Estado y el Despacho de Relaciones Interiores y Exterlores, cuando gobernaba Santa Anna. Hizo votos entonces, por la consolidaci6n de las instituciones liberates, la liber­ tad, el orden, la seguridad y la justicia. Su decision de abandonar esta Secreta­ ria desencaden6 un conflicto al expo­ ner las razones verdaderas de su dimi­ si6n. Este acontecimiento mostraria su posicion en la politica mexicana y en sus declaraciones aparecen algunos de los rasgos de su pensamiento politico. Gutierrez de Estrada se neg6 a par­ ticipar en la nueva tendencia centralls­ ta que caracteriza en ese momenta al gobierno de Sarita Anna, consideran­ do este cambio de rumbo como una falta al juramento hecho, al recibir el cargo, de defender la Constituci6n Fe­ deral del 24. Al negarse a seguir la po­ litica del gobierno de no respetarla, di­ ce reftriendose a su fidelidad a las leyes constitutivas de 24: [ ... ] cualesquiera que fuesen mis ideas propias con respecto al regimen adop­ tado, yo debia sacrificar mi opinion pri­ vada a las obligaciones que habia ya con­ traido como hombre publico [ ... ] toda la marcha que he seguido en el ministerio ha sido la que correspondia al plan que 3 Hale, Ltberalismo, 1991,

LA MONAROUIA EN MEXICO

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concebi desde mi ingreso, y que no era obrade mieleccion libre, sino resultado preciso del deber [ ... ]4 El pensamiento de Gutierrez de Es­ trada en este memento es francamente republicano y federal, si no por convic­ ci6n, como queda implicito en estas palabras, al menos por el afan de lega­ Iidad constitucional de que hace gala en la Memoria del Ministerio de febre­ ro de 1835, al decir que el pacto social, establecido por la Constitucion en 1824, no puede ser reformulado mas que por un poder equivalente al que la cre6. Al hablar de las bases estableci­ das en 1824, en el mismo documento, dice: [ ... }el sistema federal es el que la naci6n ha queridoy debe conservar[ ... l el siste­ ma que nos rige tiene mas firmes funda­ mentos que los que pudiera darle una fuerza mal organizada (aludiendo a la rnilicia civica) y dirigida por las paslo­ nes del momento. La federaci6n se apo­ ya en la voluntad nacional, muy expre­ samente pronunciada, y rnientras esta voluntad subslste, subsistira tarnbien la forma de gobierno que nos hemos dado [ ... )5

En su defensa, Gutierrez de Estrada propuso de relieve algo que apareceria permanentemente en sus escritos, la coherencia o consecuencia de una for­ ma de gobierno como una forma de justicia. Al misrno tiempo que conside­ r6 que este habia sido el merito de SU ministerio, critic6 la falta de hornogeneidad del gobierno. 4 "Documentos, 1835, p. 16, LAF. 352. 5 Ib{d., pp. 20 y 21.

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Me lisonjeo de poder asegurar, que en las ocurrencias de Zacatecas, del Sur y de otros varios puntos, las providencias del gobiemo dictadas por el rninisterio de mi cargo, han sido todas marcadas con el sello de la uniformidad con los principios referidos ( ... ]6

A pesar de algunas expresiones que pueden parecer amhiva1entes, una lee­ tura desprejuiciada nos hace ver en es­ te momenta a un defensor del federa­ Iismo: Mi opinion como hombre publico y co­ mo individuo particular son cosas muy distintas, y deben considerarse de muy distinta manera: aun cuando yo en el coraz6n no fuese federalista, debia obrar en concepto de federalismo, co­ mo rninistro que habia jurado la Consti­ tucion de 1824; pero dcbo afiadir fran­ camente, que mis opiniones particulares estaban perfectamente conformes en este punto con el cumplimiento del de­ ber [ .. .]7 Sin embargo, ya en este momento Gutierrez de Estrada presentaba su preocupacion por la anarquia y su de­ seo de un gobierno de voluntad firme que frenara los pronunciamientos: " [ ... ] Si es un de her mantener la federa­ cion, porque asi lo ha jurado el gobier­ no, es tambien un deber obligar a un estado disidente a obedecer las Ieyes generales, que a todos obligan igual­ mente { ... J "8 Reconoce que, desde que afirmara esto, la volumad de los pue­ blos y Jos Ayuntam ientos, de las au tori·