DE LOS ATENEOS DE ESPAÑA

LAS IDEAS, EL ARTE Y U S LETRAS EN

ESTE

NUMERO: • LAS UNIVERSIDADES Y LA "INTIM I P A P INSTITUCIONAL", por Rafael Cambra. • CRÓNICA INTERNACIONAL, por Mariano Daran&s, •

H I S T O RI A

SEGRETA DE LA SEGUNDA REPÚBLICA, por Eduardo Comín Colamer..

• BL PROFESOR RASSOW, EN MADRID, por Miguel S » MISIONEROS EN TIERRA CRISTIANA, por V. Gómez de Salazar.

• COdlNA Y CULTURA, por José María García Escudero.

de noviembre 1952 Núm* 21 PESETAS

LOS SILENCIOS DE GALDOS «Cuando don Benito era un joven canario» Galdós unos treinta años cuando apareció por el Ateneo. Era •*• muy alto y se inclinaba un poco hacia delante. — ¿Quién es ese joven que no habla con nadie y que se pase la vida en la biblioteca dándole a la pluma?—se preguntaban los viejos de la tertulia, que aún no se llamaba cacharrería. —Es Benito Pérez Galdós, un canario que promete. Ha publicado varias novelas: «El audaz-», «La fontana de oro», de tarlfejgros nazis, fascista, racista "e tntti quanti", que amenazaba devolvernos al período troglodita, ha sobrevenido la hegemonía d¿l absurdo como máxima de política internacional, ¡os Estados Unidos dieron la razón a Francia cuando ésta, al día siguiente del escrutinio, reclamó ai Be, r:amento de Estado, por incumplimiento de promesa. ¿Qaé promesa? La de que Washington no optaría en la 0. ti. U. por la prioridad éel tema norteafñcano, sino que se abstendría y que no votaría al principio sino al final para no influir en las demás delegaciones del Nuevo Mundo, y si no obraron los Eslados Unidos conforme a lo prometido fue, asi lo ha reconocido e! secretario de Estado Acheson, porque encentrándose ésie de viaje, la repiesentación norteamericana en la 0. N. U. había interpretado mal las instrucciones recibidas. La crisis interaliada se agudiza, hasta el extremo de que Pinay va a Wá«higton para plantear como "desiderata": primero, aumento de ayuda en Indochina; segundo, no intervención en los territorios del imperio; tercero, ampliación de apoyo al plan del ejército eurc-peo. Pero, por otro lado, dos ex presidentes (Herriot y Daladierf, el primero de los cuales es, en la acta sudad, presidente de la Cámara, se han opuesto ett el Congreso celebrado por el partido radicsl socialista en Burdeos al proyecto de ejército cOBtin-sotal, so preíex'o de que participaaKlo la Alemania de Boan en el p.ograma de rearme, volverla a quedar Francia en situación de inferioridad respecto a su invasor de ayer y socio cié mañana. Difícilmente podría complacer las sogestiones francesas una cancillería que habiendo ido, quizá, demasiado lejos en ?_u tejis anticolonial, no puede tampoco imponer a una opinión pública, quejosa e irritada por la continuidad indefinida del conflicto de Corea, que sea el contribuyente norteamericano quien sufrague también los gastos de la guerra de Indochina. ¿Pueden, sin embargo, los Estados Unidos permitir que derive a la aventura un país gangrenado por el comunismo y propicio en lo que tora a sus mismas clsses conservadoras a equidistar de Washington y Mosú? pero ¿puede, a sa vez, París recuperar su. libertad de acción, dentro y fuera del Continente alienándose, sin ninguna contrapartida, la ayuda económica de Norteamérica? El problema de las relaciones franco yanquis trasciende tanto de Pirineos rbijo que no hay ningún otro entre cuantos enmarañan y ensombrecen el horizonte internacional susceptible de interesar tanto a un canso de veintiocho millones de seres, paredaño de la población galorromana. Parece improbable «na respuesta satisfactoria ai cuestionario que acabo de recoger, aunque lo? Estados Unidos necesiten en Europa de ia nación que liberaron y Francia no pueda, dentro y fuera de sus fronteras, superar sin la protección de ios Estados Unidos, su anemia militar .y financiera. Ptro un enfriamiento entre las do* cancillerías aconsejaría a Washington la revisión automática de sus puntos de vista, y claro está, de sus prejuicios también (asi los de naturaleza longánime como los de carácter eliminatorio) sobre la organización de una estrategia aotisrviética. Con los ojos y los oídos may abiertos, pues, y sobre todo, con la cabeza muy fri* í*«>ben seguir los comparríotas responsables el curso de las con-' versaciones entre el Quai d'Orsay y el Departamento'de Estado, MARIANO DARANAS

POR EDUARDO

COAMN

GRANADA Y MONTIJO, M A I QUEZ Y SANZ DEL RIO EL FILOSOFO RONDEÑO, HOMBRE ELEGIDO. — D O N J U LIÁN SANZ DEL RIO Y SUS ESTUDIOS EN ALEMANIA K R A U S E . PERSONALIDAD RELEVANTE DE LA MASONERÍA. — L O S KRAUSISTAS ESPAÑOLES Y SUS TRÁGICAS RAMIFICACIONES

COLOMER

que Dios a nadie se la ha negado. Tan extraña es su muerte, que cuando don José de la Revilla, por tantos presentado como protector de Sanz del Río, hace la biografía del genial cómico, "Índica: El facultativo aue le asistió durante su enfermedad se bahía propuesto escribir una Memoria refiriendo los fenómenos singulares que observó en su curso; porque, en concepto de aquél, la enfermedad de Isidoro ofrecía un conjunto extraordinario y filósejico... ( 1 ) .

SANZ DEL RIO SE INICIO EN GRANADA , -Y lo mismo que ante este caso se nos ocurre preguntar si para algún fin se había exaltado a Máiquez al grado noveno (maestro elegido de los nueve), podemos decir: ¿Fue precisamente en Granada, al doctorarse, donde Sanz del Río se inidó? A nuestro juicio, sí. Por eso cuando llega a Madrid no tarda en hacer amistad coa ¡os. profesores que m¿s descollaban *n la Universidad, cuya ¿endeu-

da, por el parcial criterio del biógrafo de donde tomamos la referencia, no piKde cabernos duda alguna. Conversa con ellos, le facilitan lemanes bien retribuidas; y al tetminar 3a carrera de abogado, la ejerce por poco tiempo, ya que h responsabilidad de conciencia era para él problema pavoroso. Con ello acredita stt condición de "elejído". Abandona el bufete y se dedica de lletio a la Filosofía, agrupándosele inmediatamente (todo estaba "previsto") unos cuantos amigos,- Entre los que se contaban don Ruperto Navarro Zamorano, doa José Alvaro de Zafra y don Lorenzo Arrasóla. Es la primera plataforma del "ínstitudonismo". A partir de este instante, la carrera de Sanz del Río será espléndida. Después vino su viaje a Akmania. Can a Tejas para sos biógrafos ia tarea de seQUEDO guir paso a paso las andanzas de don

Julián Sauz del fií», desde el ponto y hora. en que le nackson, allá ea Torrearéraío, de la provincia de Soria, el zo de marzo de 1814 hasta el fin de MIS días. BritticattKnte, poco nos interesa la minuciosidad en el detalle de sus primeras* actividades; a lo más, nos importa concretar algunas fechas. Llegado a Granada a los dieciséis anos, se reintegra a la ciudad para licenciarse en Cánones, ¡luego de una estancia en Toledo. En ionio d