INDICADORES DE DEPENDENCIA Y DE CALIDAD DE VIDA
Guillen Estany, Montserrat (directora) Equipo investigador: Abad Romero, Pilar Alcañiz Zanón, Manuela Ayuso Gutiérrez, Mercedes Blay Berrueta, Daniel Bermúdez Morata, Lluís Bolancé Losilla, Catalina Mustafa Gondolbeu, Kamal Pérez Marín, Ana María Rodríguez Avila, Núria Santolino Prieto, Miguel Solé Auró, Aïda Diciembre de 2006
Informe final del proyecto financiado en la convocatoria de ayudas I+D del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (BOE de 17 de junio de 2005)
ÍNDICE Capítulo 1. INTRODUCCIÓN ........................................................
1
1.1. Definiciones .............................................................................................. 3 1.2. Libro Blanco ........................................................................................... 10
Capítulo 2. LA BASE DE DATOS ................................................
16
2.1. La Encuesta de Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud ............................................................................................... 16 2.2. Base de datos analizada ........................................................................ 21
Capítulo 3. METODOLOGÍA........................................................
36
3.1. El Análisis de Coordenadas Principales como alternativa al de Componentes Principales................................................................ 37 3.2. Análisis de Conglomerados No Jerárquicos ........................................... 39 3.3. La esperanza de vida. Desagregación por el método de Sullivan .......... 42 3.4. El modelo logit ........................................................................................ 46
Capítulo 4. RESULTADOS..........................................................
50
4.1. Resultados del Análisis de Coordenadas Principales ............................ 51 4.2. Resultados del Análisis de Conglomerados No Jerárquicos .................. 54 4.3. Esperanza de vida.................................................................................. 70 4.3.1. Esperanzas de vida en salud y en discapacidad ......................... 73 4.4. Indicadores de dependencia .................................................................. 82
Capítulo 5. CONCLUSIONES...................................................... BIBLIOGRAFÍA ......................................................................... ANEXO
93
100
...................................................................................................... 102
Capítulo 1
INTRODUCCIÓN
El principal objetivo de este trabajo es la construcción de indicadores que permitan agrupar a los individuos dependientes en función de su situación socioeconómica, en particular para el caso de las personas mayores. Aunque este proyecto se centra en el estudio de la dependencia y los factores que más inciden sobre ella, antes de ahondar en el análisis cuantitativo y cualitativo es importante situar el contexto en que se encuentra actualmente la población española y cómo se perfila el horizonte en cuestiones referentes a la salud y, especialmente, a los comportamientos relacionados con la discapacidad. Bajo este marco, el punto de partida principal lo deberíamos situar en una de las metas ya alcanzadas, que es la de mayor importancia para el bienestar y se refiere a la longevidad de la población española: el aumento de la esperanza de vida y la mejora en su calidad, es decir, la esperanza de vida en salud (ONU, 2004; Guillén et al. 2006). En relación directa con la mayor longevidad, apreciamos que el envejecimiento de la población es una realidad en los países desarrollados, midiéndose éste como la proporción de mayores de 65 años en la población total, o bien como el cociente entre el número de mayores de 65 años y el de jóvenes de edad inferior a los 16 años. El caso de España y también, de forma incipiente, el de ciertas zonas de América Latina (Coppin, 2005), es de vital trascendencia, ya que el proceso se está desarrollando con una intensidad mucho mayor a la esperada. Así, las expectativas futuras apuntan a que España va a alcanzar 1
porcentajes altísimos de población de edad avanzada. Esta situación, a parte de incrementar la incertidumbre en aspectos tanto sociales como económicos, obliga a plantear ciertas preguntas vinculadas a la situación de dependencia de los ancianos, sus cuidados y sus necesidades de apoyo para la realización de tareas
básicas
de
la
vida
cotidiana.
Cabe
preguntarse,
por
un
lado,
qué
medidas se tendrán que tomar para poder paliar los efectos de la creciente demanda
de
servicios
de
cuidados
de
larga
duración
y,
por
otro,
de
qué
recursos se deberá disponer, tanto a nivel de financiación de la dependencia como a nivel de tratamiento de las discapacidades que están en su origen.
Sin ninguna duda, el colectivo de personas dependientes y, concretamente, los mayores dependientes tendrán dificultades añadidas para ser atendidos por sus cuidadores, viendo así restringidas las tareas de la vida diaria, que se concretan en actividades tan habituales como, por ejemplo, cambiarse de ropa o ir al baño. Así pues, disponer de información sobre los factores asociados a los individuos más discapacitados es imprescindible de cara a establecer un sistema
de
atención
homogéneo,
que
permita
repartir
de
la
manera
más
eficiente posible los recursos suficientes para mejorar día a día la vida de estas personas, permitiéndoles llevar una vida lo más cómoda y normal posible.
Este estudio, como ya iremos viendo a lo largo del documento, no tiene como objetivo el desarrollo de criterios ni normas para definir cuestiones tales como qué
es
lo
que
entendemos
como
dependencia
o
discapacidad.
Tampoco
pretendemos establecer qué medidas han de utilizarse para cada uno de los diferentes casos. Nuestra labor ha consistido en una explotación estadística de la que, en la actualidad, es la principal fuente de información sobre este tema. Nos referimos a la Encuesta de Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud (EDDES), publicada por el INE en el año 1999; dicha encuesta será comentada en el segundo capítulo. Así pues, intentaremos detectar cuáles son los factores que más afectan a la dependencia y, siempre que sea posible, daremos una valoración sobre su incidencia en los diferentes colectivos de la población. Para ello se explotarán criterios tales como los definidos por el Libro Blanco, de cara a la estandarización de los diferentes términos vinculados al mundo de la discapacidad.
2
Sin extenderse más de lo estrictamente necesario, es interesante ver cuáles son los principales conceptos y definiciones que se han empleado. Esto es importante de cara a la utilización de unas mismas bases y criterios por parte de los diferentes organismos que han de trabajar al respecto, ya sean las administraciones encargadas de la distribución de los recursos sociales y financieros, o los diferentes colectivos socio-sanitarios. Por este motivo, seguidamente, presentamos un resumen de diversas definiciones y normas, detallando la finalidad de su desarrollo. Esta descripción ha de servir para situar perfectamente a cualquier lector, tanto a los que estén relacionados con este campo concreto como a los que simplemente estén interesados en saber cuál es el panorama actual de la discapacidad y qué tipo de estudios se han realizado. Estas definiciones han de permitir, también, mostrar la terminología que usaremos a lo largo de todo este estudio, marcando de alguna manera un mismo criterio, ya que, como se ha mencionado antes, sobre el estado de dependencia (aunque éste sea un concepto definido por el Consejo de Europa) es bastante difícil encontrar, actualmente, un criterio universal sobre su graduación y severidad, que sea utilizado tanto por las diferentes administraciones como en los diferentes países. Ello provoca que no se puedan realizar fácilmente comparaciones internacionales, dado que no existe homogeneidad en las mediciones (Eurostat, 2004). Es ahora cuando, a raíz de la implantación de un sistema de apoyo a la autonomía de las personas, se requiere concretar lo que se entiende por persona dependiente y, dentro de este conjunto, cuáles son los grados que van a considerarse.
1.1. Definiciones La labor que ha culminado, en el caso de España, en la aprobación de la ley que regula el sistema de dependencia y permite el desarrollo de servicios de apoyo tanto públicos como privados, ha requerido la estandarización de protocolos de clasificación de los individuos, que sean merecedores de las ayudas que proporcionará dicho sistema. Todo el trabajo ya realizado ha 3
consistido, básicamente, en un estudio dirigido a unificar criterios que permitan llegar a una generalización de términos y maneras de actuar en el campo de la dependencia. Los estudios llevados a cabo hasta este momento han sido principalmente de carácter social y, partiendo de información médica actualizada, su objetivo ha sido mostrar el actual mapa de discapacidades que se puede encontrar en nuestro país. Esta fase previa es realmente importante, ya que a partir de ahí se puede empezar a gestar una manera de actuar, que ha intentado englobar a todas las partes implicadas. La homogeneización de los criterios ha de permitir utilizar los medios disponibles (económicos, médicos o sociales) para una aplicación universal y uniforme de las clasificaciones. El problema de la homogeneización de criterios es especialmente relevante en un contexto en el que se desea proporcionar una prestación afín en los distintos ámbitos territoriales, organizativos y competenciales. Asimetrías en la aplicación de los criterios de dependencia serían muy criticadas por la opinión pública. En nuestra sociedad existe una opinión formada y madura sobre el concepto de dependencia, ya que los individuos sienten como propio el fenómeno de la discapacidad. La razón es que todos podemos ser víctimas, ya sea directas, por padecer alguna de las discapacidades que nos defina como dependientes, o de una manera indirecta, entendiendo en este caso, el tener que cuidar a algún familiar dependiente. En última instancia, en cualquier momento podemos cruzar esa delgada línea que nos separa de la dependencia, por causas tan aleatorias y fuera de nuestro control como son los accidentes, las enfermedades o una de las causas principales y de la que nadie puede escapar, como es la edad. En primer lugar es conveniente definir qué es lo que entendemos por discapacidad, ya que es la variable fundamental sobre la que el individuo responde en el cuestionario de la EDDES. Para ello, nuestro primer paso fue realizar una búsqueda de las definiciones utilizadas, tanto a nivel estatal como internacional. No es el objetivo de este trabajo establecer un resumen sobre qué entendemos por discapacidad y todas sus extensiones, ya que para ello se puede consultar una extensa bibliografía dedicada por completo a esta labor, en revistas sociales o del ámbito sanitario o desde la vertiente gerontológica. A 4
continuación, comentaremos las ideas principales de los trabajos que marcan más las bases para la definición de esta terminología.
Hemos observado que existe una gran complejidad inherente en la definición de
discapacidad.
relacionadas
con
Diversas la
Administraciones
dependencia
han
dedicadas
desarrollado
a
las
herramientas
tareas
propias
o
sistemas de clasificación y de valoración de las discapacidades, adecuados a la situación existente en su momento y para su uso prácticamente particular. Esta diversidad de instrumentos de medida contribuye a difuminar la unidad conceptual (que podría extenderse, en una futura extrapolación de los datos obtenidos en la aplicación de las mediciones, a otros sectores, por ejemplo, aseguradores
privados
o
proveedores
del
propio
sistema
público).
La
necesidad urgente de llevar a cabo una normalización, tanto terminológica como funcional, del concepto de discapacidad y dependencia, ya se señala en el propio Libro Blanco (2005) y, además, constituye un punto esencial en el posterior desarrollo de un sistema de dependencia con unas raíces comunes, que permitan la armonización de todos sus elementos. Además, no hay que pensar en un progreso local, sino también internacional, ya que la globalización provoca la necesidad de comparación de situaciones, recursos y resultados, en la aplicación de regulaciones supranacionales.
En
1980
la
Organización
Mundial
de
la
Salud
(OMS),
consciente
de
esta
ausencia de universalidad de términos, propuso una clasificación general y comprensiva de la disciplina, que va desde una visión de sus orígenes médicos y de la salud hasta sus manifestaciones en los diversos aspectos de la vida. Nos referimos a la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades y Minusvalías (CIDDM), donde por primera vez se comenzó a poner el acento en el entorno físico y social como factor fundamental de la discapacidad.
La OMS mediante esta determinación de criterios pone a disposición, tanto de Administraciones
como
de
Estados,
una
vía
a
seguir
en
el
intento
de
la
unificación de una terminología y de las diversas escalas de graduación de las restricciones de actividad, las cuales tienen su origen en discapacidades.
5
deficiencia,
Siguiendo lo marcado por la CIDDM, se define una
como “toda
pérdida o anormalidad, permanente o temporal, de un estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica”. Esta definición incluye la existencia o aparición de una anomalía, defecto o pérdida de una extremidad, órgano o estructura
corporal
o,
también,
un
defecto
en
un
sistema
funcional
o
mecanismo del cuerpo. De esta manera, podemos decir que la deficiencia produce una limitación funcional, la cual se manifiesta en la vida cotidiana. Podemos hablar entonces de deficiencias físicas, sensoriales, psíquicas y de relación.
En la actualidad en España los procedimientos dedicados al reconocimiento, declaración Decreto
y
calificación
1971/1999
de
del
23
grado
de
de
minusvalía
diciembre
y
se
regulan
conducen,
en
su
en
el
caso,
Real a
la
certificación del grado de minusvalía. Se trata de un documento oficial que acredita que una persona precisa de más apoyos que la mayoría, que se conoce con el nombre de la calificación legal de minusvalía.
Este Real Decreto utiliza para ello la terminología de la CIDDM, la cual, a su vez,
es
también
la
que
tomó
como
referencia
el
Instituto
Nacional
de
Estadística en la elaboración de la EDDES. A modo de comentario relacionado con este hecho, decir que la Organización Mundial de la Salud, el 22 de mayo del año 2001, en su 54ª Asamblea Mundial de la Salud, aprobó la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF),
la
cual, a partir de ese momento, se recomendaría utilizar a nivel internacional.
Siguiendo con las definiciones de mayor interés, de cara a la total comprensión de nuestro estudio, debemos abordar la definición de discapacidad que nos ofrece la clasificación de la OMS, ya anteriormente citada. Decir que la EDDES modifica ligeramente ciertas definiciones, de cara sobretodo a la obtención de una
mejor
cuestión
información
ésta
que
en
las
trataremos
respuestas más
realizadas
extensamente
dedicado a las fuentes de información estadística.
6
en
a el
los
entrevistados,
capítulo
segundo,
Según la OMS, discapacidad es toda “restricción o ausencia, debida a una deficiencia, de la capacidad de realizar una actividad en la forma, o dentro del margen considerado normal para el ser humano”. Esta puede ser temporal o permanente,
reversible
o
irreversible.
Por
tanto,
una
discapacidad
es
una
limitación funcional, que es una consecuencia directa de una deficiencia, la cual se manifiesta en la vida cotidiana del individuo.
Aunque ya veremos que el desglose que lleva a término el INE en su encuesta es
mucho
más
detallado,
podríamos
decir
que,
básicamente,
las
discapacidades se engloban en tres ejes principales, los cuales son: el de
movilidad o desplazamiento comunicación
, el de
relación o conducta
y, finalmente, el de
.
Para
terminar
con
esta
primera
incursión
en
el
aspecto
más
puramente
formalista de las definiciones, diríamos que una minusvalía es “la situación de desventaja
en
que
se
encuentra
una
persona
como
consecuencia
de
una
deficiencia o discapacidad que limita o impide el cumplimiento de una función que es normal para dicha persona, según la edad, el sexo y los factores sociales y culturales”.
Sin
entrar
equipara
demasiado
discapacidad
en y
detalles,
podríamos
minusvalía.
Este
decir
hecho
que
viene
el
Real
motivado
Decreto por
la
concesión de la calificación de minusvalía, automáticamente, al alcanzar un determinado grado de discapacidad, sin precisar la existencia de factores que limiten
el
desempeño
de
los
roles
normales
en
el
individuo
que
se
está
clasificando.
Si nos dedicáramos a la comparación de las definiciones de estos términos (deficiencia, minusvalía,…), podríamos constatar lo que ya manifestábamos antes, y es que hasta ahora cada organismo establecía la definición que mejor se ajustaba a sus “circunstancias”. Relacionado con este hecho y a modo de comentario, si buscásemos el término discapacidad en el Diccionario de la Lengua
Española
de
la
Real
Academia,
nos
encontraríamos
definiciones bastante confusas e incluso peyorativas.
7
con
unas
Es interesante, y quizás ayude a formarse una idea clara sobre cuál es la clasificación
que
realiza
la
CIDDM,
como
instrumento
recomendado
en
el
Manual de Naciones Unidas sobre el desarrollo de Estadísticas de Deficiencias, Discapacidades
y
Minusvalías,
seguir
el
siguiente
esquema,
donde
presentamos los niveles de consecuencias de la enfermedad:
•
Un
primer
nivel
manifestaciones
lo
de
conforman una
los
síntomas,
enfermedad
a
nivel
señales de
o
órgano,
indistintamente de cual fuere la causa. Así pues, a este nivel, la manifestación
de
una
enfermedad
se
denomina
deficiencia.
Por
tanto, una deficiencia es cualquier pérdida o anomalía de un órgano o de la función propiamente dicha de éste.
•
En
un
segundo
nivel
se
encuentran
las
discapacidades,
como
consecuencias que produce la enfermedad a nivel personal. Es decir, el
conjunto
de
dificultades
para
realizar
una
actividad,
como
por
ejemplo, cuidar de uno mismo.
•
Finalmente, un tercer nivel es el referido a las minusvalías, las cuales recogen las consecuencias producidas por la enfermedad a nivel social,
entendiendo
por
ello,
toda
desventaja
originada
por
la
enfermedad de cara a su relación con el resto de individuos que conforman su entorno.
Como
nota
adicional,
es
conveniente
decir
que
este
tercer
nivel
no
está
contemplado como tal en la EDDES.
A partir de los datos facilitados por la EDDES es conveniente ver los criterios que adoptan en lo referente a las definiciones de deficiencia, discapacidad y minusvalía. Lo primero a tener en cuenta es que esta encuesta parte de que la discapacidad se define “como toda limitación grave que afecte o se espere que vaya a afectar durante más de un año a la actividad del que la padece y tenga su origen en una deficiencia”. Por tanto, es importante retener que para esta encuesta se recoge un número limitado de actividades, que son, como ya veremos,
las
más
básicas
o
comunes.
8
La
falta
de
exhaustividad
en
las
actividades
consideradas,
así
como
la
permanencia
en
el
tiempo
de
su
restricción se ha de tener presente, ya que es imprescindible para comparar fuentes estadísticas distintas. Según la EDDES si el individuo preguntado no tiene
ninguna
tomadas
en
dificultad
el
discapacitada.
en
llevar
cuestionario, Básicamente,
a
cabo
entonces el
tipo
a de
la
realización
esa
persona
de se
restricciones
las
la
que
actividades
considera quedan
no
peor
representadas son las relativas a las facultades mentales. Sobre este punto, añadir que si la persona supera alguna de las dificultades establecidas con el uso
de
ayudas
técnicas
externas
se
la
considerará
discapacitada,
pero
indicando que no tiene dificultades en realizar las actividades. Mientras que si la discapacidad es superada mediante el uso de ayudas técnicas internas, la persona
se
considerará
discapacitada.
Nos
encontraremos
con
diferentes
grados de discapacidad: moderado, severo y grave.
La decisión sobre la elección de una serie de actividades consideradas básicas para su realización, que se establece en el diseño de la EDDES, surge de la intención de no convertir la encuesta en una investigación sanitaria. Si se hubieran incluido todas las deficiencias que recoge la CIDDM, entonces el trabajo de campo habría resultado extenuante. De esta manera, considerando que en otras clasificaciones se usan muchas menos actividades (veremos que el Libro Blanco estipula nueve actividades básicas de la vida diaria, para la creación de su indicador de dependencia), de cara a este estudio es acertado el
criterio
seguido
en
la
EDDES.
Todos
las
dificultades
referentes
a
esta
elección se encuentran extensamente tratados en las memorias metodológicas de la encuesta.
Sobre las discapacidades, es conveniente dejar claro que éstas no tienen por qué darse aisladamente, es decir, que un mismo individuo puede padecer dos o más de estas discapacidades, las cuales pueden ser independientes unas de otras, entendiendo por esto que son originadas por deficiencias diferentes, aunque también pueden provenir de una misma deficiencia.
Según
la
encuesta
se
considera
que
cada
discapacidad
sólo
puede
estar
causada por una deficiencia. La manera de determinar cuál es la deficiencia
9
más adecuada
para
cada
uno
de
los
diferentes
casos
está
perfectamente
especificada mediante una normativa objetiva y exhaustiva.
Los criterios y las bases establecidas por el INE y el IMSERSO en la EDDES, para el desarrollo de la encuesta que nos ocupa, rigen el alcance de nuestro posterior estudio, ya que a partir de la información producida por las respuestas a
las
cuestiones
planteadas
en
los
diferentes
cuestionarios
hemos
de
desarrollar nuestro análisis. La encuesta deja perfectamente claro que se basa en la percepción propia (o autovaloración) que tiene cada individuo frente a sus limitaciones,
con
lo
cual,
sólo
se
recoge
una
discapacidad
cuando
el
entrevistado realmente considera que la deficiencia está limitando en grave medida alguna de sus actividades de la vida cotidiana.
A continuación, trataremos otro de los puntos básicos a tener en cuenta, el cual es un requisito previo para el desarrollo de un estudio estadístico como el nuestro. Se trata de comentar en qué consiste, el por qué de su desarrollo y en qué medida es interesante para nosotros el Libro Blanco de la Dependencia (2005).
1.2. Libro Blanco
El Libro Blanco de la Dependencia (2005) es una recopilación de trabajos relacionados con la atención a las personas que requieren de cuidados de larga
duración,
por
encontrarse
en
una
situación
de
deterioro
de
sus
capacidades y/o facultades para desarrollar su vida cotidiana autónomamente. La redacción del libro está relacionada de manera directa con uno de los compromisos expuestos por parte del gobierno, para la elaboración y posterior aprobación de la Ley 39/2006 que dispone la protección y el amparo a las personas en situación de dependencia.
Éste y otros trabajos relacionados con el tema de la dependencia han de permitir
sentar
las
bases
de
uno
de
los pilares
de
mejora
del Estado
del
Bienestar, así como la mejora de la calidad de vida de nuestra sociedad. Además, el trabajo es trascendental de cara a la realidad de constituir una
10
unidad
europea,
ya
que
uno
de
los
derechos
referidos
en
la
Constitución
Europea es el del acceso a las prestaciones ofrecidas por la Seguridad Social y los respectivos Servicios Sociales, para garantizar la protección necesaria en casos de dependencia o vejez.
De esta manera, al igual que nos hemos referido inicialmente a la falta de homogeneidad de los criterios para definir y clasificar la dependencia, el Libro Blanco marca un camino en España, en el que es necesario el total acuerdo entre los múltiples organismos e instituciones responsables de la prestación de atención (asistencia y servicios, tanto públicos como privados).
Nuestra
intención,
en
este
apartado
dedicado
al
Libro
Blanco
de
la
Dependencia en España, es principalmente tratar algunos temas vinculados a
Bases demográficas: estimación, características y perfiles de las personas en situación de dependencia los
capítulos
primero
y
noveno.
El
primer
capítulo
tiene
por
título
“
”. En éste encontraremos información referente a lo
relacionado con los criterios, conceptos y definiciones adoptados. El noveno
La valoración de la dependencia: criterios y técnicas de valoración y clasificación capítulo se titula “
” y se centra en la medición del grado de dependencia
de los individuos pertenecientes a este colectivo.
En la Asamblea Mundial de la Salud, que tuvo lugar en Ginebra (Suiza) entre los días 14 y 22 de mayo del año 2001 (Organización Mundial de la Salud, 2001), se adoptó la CIF como nueva clasificación en los temas relacionados con la dependencia. En el primer capítulo se destaca que a partir de ese momento se empieza a utilizar el concepto de sustituto
del
Constatamos dificultades
término que
que
discapacidad,
las
un
tal
limitaciones
individuo
en
puede
y
Limitación en la Actividad
como
la
tener
se
utilizaba
actividad en
la
se
en
la
definen
ejecución
de
como
CIDDM.
como
sus
las
tareas.
Además, estas limitaciones en la actividad pueden ser clasificadas en diversos grados, en función de la desviación que supongan o de la intensidad en que se esperaría el desarrollo de las actividades en un individuo sin alteración en la salud. Se denomina individuo
puede
restricción en la participación
experimentar
es
su
11
implicación
a los problemas que un en
situaciones
vitales.
Lógicamente, esta participación es comparada con la que se tendría en el caso de una persona sin discapacidad.
Otro concepto definido, pero que para nuestro proyecto no es indispensable, es el de
barrera, constituida por todos aquellos factores ambientales en el entorno
de un individuo que condicionan el funcionamiento y crean discapacidad.
Pero las definiciones que más nos interesan son las de
dependencia
discapacidad
y la de
, las cuales pueden establecerse como sigue:
•
Discapacidad:
según
la
CIF
se
refiere
a
las
limitaciones
en
la
actividad y las restricciones en la participación. Por tanto, expresa la negatividad en lo referente a la interacción persona-entorno.
•
Dependencia:
aunque no se da una definición exacta, se presenta
la dependencia como la consecuencia de un proceso originado con la aparición
de
una
limitación
en
el
funcionamiento
corporal,
como
efecto directo del padecimiento de una enfermedad o un accidente. Así
pues,
este
“déficit”
comporta una
limitación
en
la
actividad
y
claramente podemos apreciar la interrelación que se lleva a cabo de los
términos
compensar
o
implicados paliar
en
esta
la
dependencia.
limitación
Cuando
mediante
una
no
podemos
adaptación
al
entorno, se provoca una restricción en la participación, que acaba por concretarse en el requerimiento (la dependencia) de la ayuda de otras personas para la realización de las actividades de la vida diaria.
Una vez definidos los términos clave, comentamos otros factores relacionados de una manera directa con la dependencia. El Libro Blanco apunta algunas cuestiones como la influencia clara de la edad en la dependencia u otros factores sociales, pero las conclusiones se abordan a partir de la presentación de datos frecuentistas, en ningún caso se realiza un estudio multivariante que permita
analizar
de
forma
conjunta
las
individuales recogidas en la EDDES.
12
distintas
características
o
variables
La aproximación que hemos adoptado para los próximos capítulos consiste en entender y definir la discapacidad siguiendo la propuesta conceptual de la OMS, a partir de la CIF, que define la discapacidad globalmente como una interacción multidireccional entre el individuo y el contexto socioambiental en el que
se
desarrolla.
A
partir
de
esta
premisa,
se
elaboran
una
serie
de
clasificaciones, ya que la universalidad en los criterios de graduación de la dependencia no está completamente consensuada. Para unos primarán antes unos factores que otros. Lo mismo sucede en la elección de una tabla estándar que permita establecer cuáles son las actividades entendidas como básicas en la vida cotidiana de cualquier individuo. Además, no existe univocidad a la hora de priorizar qué factores marcan la graduación en la distinción de la gravedad de las discapacidades, pudiéndose primar factores físico-cognitivos frente a otros relacionados con el entorno o socio-culturales.
Encontramos numerosas escalas, clasificaciones o ponderaciones que ofrecen una
medida
cuantitativa
posteriormente,
el
nivel
que de
permite
determinar
dependencia
las
adquirida
por
discapacidades aquellos
que
y, las
padecen. Algunas, como por ejemplo las que priman el punto de vista médico, no
consideran
algunos
factores
que
las
administraciones
dedicadas
a
la
clasificación de la severidad de la dependencia consideran fundamentales para una posterior decisión sobre el acceso a diferentes servicios sociales. Además de este tipo de diferencias, las cuáles suelen darse a nivel nacional, también existen divergencias de criterios según el país. Por ejemplo, la mayoría de los estudios realizados en EE.UU. simplemente consideran seis actividades como básicas para la vida diaria y no nueve, como en el caso del Libro Blanco español. Por lo tanto, es importante destacar la intencionalidad final y primera de la OMS con la realización de su CIF, ya que está permitiendo, al menos, la posibilidad
de
tener
una
estandarización
de
conceptos
y
una
manera
de
entender y estudiar la discapacidad.
En este trabajo, para establecer los niveles de severidad de la dependencia, considerando para ello la capacidad de llevar a cabo ciertas actividades de la vida
diaria,
utilizaremos
el
criterio
definido
por
el
Libro
Blanco
de
la
Dependencia (2005). A diferencia de los primeros resultados de la EDDES,
13
proporcionados por el INE, que optó por utilizar trece actividades, el Libro Blanco considera sólo las nueve actividades básicas de la vida diaria (ABVD) siguientes:
1.
Asearse solo, lavarse y cuidarse de su aspecto
2.
Controlar las necesidades y utilizar el servicio
3.
Vestirse, desvestirse y arreglarse
4.
Comer y beber
5.
Cambiar y mantener las diversas posiciones del cuerpo
6.
Levantarse, acostarse y permanecer de pie o sentado
7.
Desplazarse dentro del hogar
8.
Reconocer personas y objetos y orientarse
9.
Entender y ejecutar órdenes y/o tareas sencillas
El modelo de clasificación propuesto por el Libro Blanco considera tres niveles o
grados
de
dependencia,
los
cuales
se
encuadrarían
en
las
siguientes
características:
•
Gran dependencia:
el
individuo
requiere
de
ayuda
para
realizar
distintas ABVD varias veces al día y, debido su pérdida total de autonomía mental o física, precisa de la presencia continua de otra persona.
•
Dependencia severa:
el individuo requiere de ayuda para realizar
varias ABVD dos o tres veces al día, pero no precisa de la presencia continua de una persona encargada de su cuidado.
•
Dependencia moderada:
el
individuo
requiere
de
ayuda
para
realizar una o varias ABVD, al menos una vez al día.
En el Libro Blanco (2005) se propone un indicador sintético de la necesidad de ayuda, que tiene en cuenta el número de actividades básicas de la vida diaria que pueden o no pueden realizarse y el grado de discapacidad para cada una de ellas. La siguiente asignación de puntos permite transferir la evaluación de la gravedad de la discapacidad en las ABVD:
14
•
Se asigna un punto por la actividad de la cual se presenta una discapacidad moderada.
•
Se asignan dos puntos por la actividad de la cual se presenta una discapacidad severa.
•
Se asignan tres puntos por la actividad de la cual se presenta discapacidad total.
Considerando este criterio de asignación, la puntuación máxima que se puede obtener es de 27 puntos, la cual recaería en un individuo con discapacidad total en las nueve ABVD. Mientras que la puntuación mínima será de 2 puntos, ya que la definición de dependencia del Libro Blanco exige la presencia de al menos una discapacidad severa en alguna de las nueve ABVD consideradas. Con las puntuaciones descritas anteriormente, la clasificación de las personas dependientes se realizaría de la siguiente manera: •
Más de 15 puntos es gran dependencia
•
Entre 7 y 15 puntos es dependencia severa
•
Menos de 7 puntos es dependencia moderada
Llegados a este punto, ya nos encontramos perfectamente situados en el marco base de nuestro estudio. Ante ello, en el siguiente capítulo se describe la base de datos utilizada para la obtención de los indicadores socioeconómicos. La fuente de información que hemos utilizado ha sido la EDDES. Básicamente, hemos seleccionado los individuos dependientes de los cuales conocíamos la información sobre todas las variables utilizadas. Posteriormente, también utilizamos los individuos discapacitados no dependientes con el objetivo de analizar en qué medida éstos pueden llegar a ser dependientes.
15
Capítulo 2 LA BASE DE DATOS
Este capítulo se ha dividido en dos secciones. La primera la dedicamos a describir la Encuesta de Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud del año 1999 (EDDES, INE, 1999), de la cual hemos seleccionado la información utilizada en este análisis.
La segunda sección de este segundo capítulo contiene la descripción de la base
de
datos,
indicadores
que
finalmente
socioeconómicos
hemos
para
utilizado
los
para
individuos
construir
algunos
discapacitados
y
dependientes.
2.1. La Encuesta de Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud La
información
necesaria
para
poder
estudiar
la
dependencia
en
el
caso
particular de España se encuentra en la fuente estadística que hasta el día de hoy
mejor
puede
cumplir
este
propósito,
la
Encuesta
de
Discapacidades,
Deficiencias y Estado de Salud de 1999 (EDDES, INE, 1999).
Esta
gran
operación
estadística
fue
realizada
por
el
Instituto
Nacional
de
Estadística (INE), el Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (IMSERSO) y la Fundación ONCE, mediante la firma de un Convenio Marco de Colaboración para
acciones
macroencuesta
efectuadas tuvo
como
con
el
mundo
consecuencia
la
de
la
obtención
discapacidad. de
una
Esta
muestra
de
70.500 viviendas, proporcionando, de esta manera, información de gran interés
16
para cubrir las necesidades estadísticas relacionadas con el conocimiento de la discapacidad
y
la
dependencia,
recabándose
información
de
218.185
individuos en toda España. La EDDES establece sus bases en el marco de la CIF (Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud), antes ya comentada.
La creación de una encuesta de esta envergadura, a parte de las dificultades y exigencias
propias,
estadística
de
tales
que
se
pueden
dimensiones,
encontrar implica
en
otras
cualquier
otra
cuestiones
a
operación tener
muy
presentes para poder obtener realmente una información veraz e interesante en el ámbito de la discapacidad.
Para cuantificar la discapacidad en la EDDES, de forma previa, se realizó un listado de las denominadas Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD). El objetivo principal era intentar recoger, en una serie de actividades que tienen lugar en la vida cotidiana de cualquier individuo, el nivel de dificultad que acarrea la realización de éstas por parte del entrevistado. De esta manera, en la encuesta se obtiene una información basada en la auto-valoración que, lógicamente, hemos de
tener
siempre
presente,
ya
que se obtienen datos
medidos con la subjetividad propia de los individuos, sobre cómo ven ellos sus limitaciones o dificultades, de cara a llevar a cabo acciones en el transcurso de su día a día.
Las decisiones sobre cuáles debían ser las actividades consideradas y su nivel de detalle, son cuestiones sobre las que no entraremos a profundizar. Pero sí debemos
comentar
que
establecer
las
ABVD
resulta
ser
una
labor
determinante de cara a la calidad de la información que pudiera ofrecer esta encuesta, ya que, como ya se he mencionada al principio de este apartado, en el caso particular de España, hasta el momento actual, la EDDES es la única fuente de información estadística que ofrece este tipo de datos. La concreción de cuáles son las ABVD no es trivial, dado que, por un lado, existe una falta de universalidad en la metodología y, por otro, se carece de una estandarización global
de
las
clasificaciones,
aspectos
patentes en el capítulo anterior.
17
ambos
que
hemos
intentado
dejar
Lo primero que describimos es cómo se distribuye la encuesta y cómo son recogidos los datos que de ella se desprenden, aspectos que son fundamentales a la hora de ver cómo sintetizar la información sobre las discapacidades en un criterio que permita su cuantificación. De esta manera, vemos que la encuesta se dividió en cuestionarios distintos, destinados a recoger diferente información e incluso destinada a diferentes colectivos. Estos cuestionarios son: •
Cuestionario de Hogar
•
Cuestionario de Discapacidades y Deficiencias (personas de 6 y más años de edad)
•
Cuestionario de Limitaciones y Deficiencias (niños de 0 a 5 años)
•
Cuestionario de Salud
En primer lugar, la encuesta realiza una serie de cuestiones relacionadas con aspectos básicos de cada individuo, de cara a conocer la situación sociodemográfica y económica de los individuos encuestados. Estas preguntas se realizaron a todas las personas que conformaban cada una de las 70.500 viviendas de la muestra final, las cuales eran residentes en aquel momento en la vivienda analizada. Esto supuso la recogida de datos para 218.185 individuos de diferentes edades y condiciones, las cuales tienen que ser una fotografía de la población española, a excepción de la población institucionalizada, es decir, la que no reside en hogares sino en instituciones de todo tipo (sanitarias, penitenciarias, religiosas, etc.). De esta manera, el Cuestionario de Hogar está pensado para recabar información concreta de todos los individuos y, también, para poder localizar a todas las personas que padezcan alguna discapacidad o limitación, para poder así estudiar más detenidamente, en etapas posteriores, las características de este grupo de la población, lo que debe permitir ver las diferencias existentes entre las personas con o sin discapacidad. El segundo bloque de preguntas conforman lo que se ha denominado Cuestionario de Discapacidades y Deficiencias, cuyos encuestados son todas 18
aquellas personas que padezcan alguna discapacidad. Este cuestionario es el que recogerá toda la información vinculada a este grupo de la población, el cual nos
debe
permitir
observar
tanto
las
características
de
las
discapacidades
padecidas, como las deficiencias que las originan. Además, nos proporcionará una
información
imprescindible,
como
es
la
relación
de
los
individuos
discapacitados con el entorno social y económico que los rodea.
El diseño del
Cuestionario de Discapacidades y Deficiencias1
está basado en
las actividades que considera el INE como ABVD y, también, en cómo estas actividades han sido agrupadas, según el tipo de deficiencia. Así pues, la EDDES
trabaja
con
36
actividades,
las
cuales,
a
su
vez,
se
agrupan
en
diferentes categorías, según los grupos de discapacidades a los que se hace referencia. En concreto, la EDDES establece diez categorías o agrupaciones diferentes, las cuales mostramos a continuación:
•
Ver:
•
Oír:
1.1 1.2 1.3 1.4
Discapacidad para recibir cualquier imagen Discapacidad para tareas visuales de conjunto Discapacidad para tareas visuales de detalle Otras discapacidades de la visión
2.1 Discapacidad para recibir cualquier sonido 2.2 Discapacidad para la audición de sonidos fuertes Discapacidad para escuchar el habla 2.3
•
Comunicarse:
•
Aprender, aplicar conocimientos y desarrollar tareas:
3.1 Comunicarse a través del habla 3.2 Comunicarse a través de lenguajes 3.3 Comunicarse a través de gestos no signados 3.4 Comunicarse a través de escritura-lectura convencional 4.1 Reconocer personas, objetos y orientarse en el espacio y en el tiempo
La EDDES también contiene un cuestionario similar al Cuestionario de Discapacidades y Deficiencias para niños menores de 6 años. 1
19
4.2 Recordar informaciones y episodios recientes y/o pasados 4.3 Entender y ejecutar órdenes sencillas y/o realizar tareas sencillas 4.4 Entender y ejecutar órdenes complejas y/o realizar tareas complejas •
Desplazarse:
•
Utilizar brazos y manos:
•
Desplazarse fuera del hogar:
•
Cuidarse de sí mismo:
•
Realizar las tareas del hogar:
•
Relaciones con otras personas:
5.1 Cambios y mantenimiento de las diversas posiciones del cuerpo 5.2 Levantarse, acostarse, permanecer de pie o sentado 5.3 Desplazarse dentro del hogar 6.1 Trasladar-transportar objetos no muy pesados 6.2 Utilizar utensilios y herramientas 6.3 Manipular objetos pequeños con manos y dedos 7.1 Deambular sin medio de transporte 7.2 Desplazarse en transportes públicos 7.3 Conducir vehículo propio
8.1 Asearse solo: lavarse y cuidarse de su aspecto 8.2 Control de las necesidades y utilizar solo el servicio 8.3 Vestirse, desvestirse, arreglarse 8.4 Comer y beber 9.1 Cuidarse de las compras y del control de los suministros y servicios 9.2 Cuidarse de las comidas 9.3 Cuidarse de la limpieza y el planchado de la ropa 9.4 Cuidarse de la limpieza y mantenimiento de la casa 9.5 Cuidarse del bienestar de los demás miembros de la familia 10.1 Mantener relaciones de cariño con familiares próximos 10.2 Hacer amigos y mantener la amistad 20
10.3 Relacionarse con compañeros, jefes y subordinados La elección de estas actividades y no de otras, como punto de referencia en la cuantificación de los niveles de discapacidad, condiciona los resultados obtenidos por la encuesta y, consecuentemente, los nuestros propios, en lo referente al número de individuos con discapacidades. Sin embargo, con esta clasificación se ha intentado plasmar de una manera sencilla, de cara a su posterior trabajo estadístico, la realidad de las discapacidades padecidas por la población española. Destacamos que la consideración de 36 actividades dota a la EDDES de una amplia posibilidad de análisis. Finalmente, acabaremos este apartado dando una breve descripción sobre la información que proporciona el último de los cuestionarios de la EDDES, que tiene por título
Cuestionario de Salud. En esta última fase, en la encuesta se
selecciona de forma aleatoria a un único miembro de cada uno de los hogares, para realizarle una serie de preguntas referidas a diversos temas relacionados con su salud, como son la frecuencia de uso de los servicios médicos, la percepción de su propio estado de salud desde un punto de vista totalmente subjetivo y, también, sobre sus hábitos alimenticios. Una vez que tenemos una idea bastante clara de la información que proporciona la encuesta, en el siguiente apartado de este capítulo describimos cuál es la información con la que vamos a trabajar, la cual, finalmente, se resume en un conjunto de variables. Explicaremos, brevemente, qué información seleccionamos y cuáles son los criterios que asumimos para su elección. 2.2. Base de datos analizada Como ya hemos podido observar, la información que se desprende de la EDDES posee una gran dimensión. Sin embargo, en este trabajo no interesan todas las variables que nos ofrece esta encuesta, ya que nuestro colectivo de 21
estudio estará formado únicamente por los individuos con discapacidades. Cabe destacar que trabajaremos conjuntamente con diferente información, recogida en alguno de los siguientes cuestionarios: • •
•
Cuestionario de Hogar Cuestionario de Discapacidades y deficiencias (para mayores de 6 años) Cuestionario de Salud
Después de un análisis exhaustivo de todas las variables obtenidas de los diferentes cuestionarios, finalmente, seleccionamos las necesarias para la elaboración de nuestro proyecto. Los principales criterios seguidos a la hora de la elección de la información utilizada se basaron, por un lado, en los objetivos de nuestro trabajo que está dirigido a los individuos dependientes y, por otro lado, en la existencia de valores ausentes. Mucha información tuvo que ser descartada debido a que en la mayoría de casos estaba en blanco. Otro de los factores determinantes en la no elección de cierta información, fue el de la poca frecuencia de algunas características. Tuvimos que descartar la idea de trabajar con cierta información que, de haber podido incluirse, seguramente hubiera conducido a conclusiones interesantes. Un ejemplo es la nacionalidad o país de procedencia de los individuos, de los cuales se daban pocos casos de población nacida en el extranjero y de estos, era habitual la falta de información en muchas de las variables analizadas. Cabe señalar, a este respecto, que el fenómeno migratorio de grandes dimensiones no se produce en España hasta después del año 1999, por lo que es razonable pensar que en ese momento no existía un número de hogares elevado en España. Sin embargo, se podían apreciar ciertas diferencias a nivel de cuidados y sobre todo en cuestiones económicas y de nivel de estudios, entre los individuos nacidos en España y los nacidos en el extranjero. Pero, dada la no significación estadística mostrada, motivada por la escasa frecuencia de los individuos no nacidos en España, finalmente se tuvo que optar por no incluir el indicador de origen no español, calculado en base a la variable del país de procedencia. 22
Teniendo en cuenta estos factores, las características de los individuos que comentaremos seguidamente, son las que finalmente se optó por incluir en la base de datos que constituyó el punto de partida del posterior análisis. En resumen, se tuvo que renunciar a la utilización de algunas variables que inicialmente se creía que podían aportar información importante, de cara a identificar la calidad de vida de los discapacitados, porque o no existía suficiente respuesta o la frecuencia de casos que identifican una categoría no era muy elevado, con lo que las conclusiones no podían ser estadísticamente significativas. Las características de los individuos que finalmente utilizamos son: •
La edad del sujeto en el momento de la realización de la encuesta.
•
El
número de individuos que conforman el hogar, entendiendo por
éste la persona o conjunto de personas que ocupan en común una vivienda familiar principal, o parte de ella, y consumen y/o comparten alimentos y otros bienes con cargo a un mismo presupuesto. •
El sexo del sujeto.
•
La
zona de residencia, considerando si el individuo es habitante de
alguna de las dos principales zonas de concentración de población, como son Barcelona y Madrid. Optamos por esta simplificación ya que una mayor desagregación no aportaba elementos distintivos suficientes. •
El
estado civil
del individuo, tomando las categorías de soltero,
casado o viudo. En el caso de esta variable, la escasa frecuencia en ciertos niveles, como es el caso de los divorciados, hizo necesaria la realización de una imputación de datos, teniendo como consecuencia la inclusión de este último colectivo en el de los solteros, ya que su frecuencia era realmente baja. Sobre esta variable, veremos que los resultados obtenidos expresan claras diferencias, para ciertos niveles de la categorización considerada.
23
•
El nivel de estudios del individuo. En este caso, al igual que acabamos de comentar para el estado civil, el número de casos en ciertas categorías era tan bajo, que fue necesario recodificar la variable, reduciéndola a dos niveles, que diferenciarían a los individuos sin estudios de los que presentasen algún nivel de estudios. Por tanto, las diferencias entre estudios secundarios o universitarios, no pudieron ser tenidas en consideración. Para esta cuestión, por otra parte, hubiera sido interesante haber dispuesto de más casos en estos niveles, ya que, por ejemplo, cruzando esta información con los casos de individuos de otras nacionalidades, se podía apreciar la existencia de un elevado número de casos de personas extranjeras que tenían un nivel alto de estudios (generalmente universitario).
•
Otra variable de interés para la elaboración de este proyecto es la que informa sobre la actividad económica del individuo, entendiendo para tal caso, si el encuestado está jubilado, -fuere por cuestiones de edad o bien por invalidez-, o si la persona ejerce en la actualidad una profesión remunerada.
•
El tipo de cobertura sanitaria del sujeto. Por cuestiones de una excesiva especificación o estratificación en los tipos de cobertura, especialmente en las de carácter privado, lo cual no hubiera permitido la obtención de resultados significativos, se tuvo que optar por llevar a cabo una remodificación de la variable mucho más restrictiva, diferenciando simplemente entre los individuos cuya cobertura sanitaria es de carácter público de los que manifiestan tener acceso a una cobertura de tipo privado. La falta de casos en algunas variables como ésta nos ha impedido obtener resultados más detallados. Esta variable también habría ofrecido información de interés si hubiéramos podido contar con la variable indicadora de la nacionalidad de los sujetos, ya que para éstos se podía apreciar una fuerte presencia de casos con cobertura privada, lo cual está totalmente relacionado con el nivel de estudios.
•
En referencia más directa a cuestiones sobre discapacidad, encontramos la variable que nos informa de si el individuo tiene una 24
persona que atienda sus necesidades, es decir, si recibe la ayuda de alguna persona a la hora de los cuidados. Para esta variable, optamos por distinguir si la persona que le cuida reside o no en la misma vivienda que el individuo. •
Bajo el umbral de la dependencia, también consideramos la variable que nos indica el número de discapacidades que padece un mismo individuo.
•
Para terminar, relacionada directamente con la variable anterior, nos encontramos con la variable que indica el número de horas de cuidados a la semana que requiere el individuo. A este parecer, ya que simplemente queríamos tener una idea de si la ayuda requerida era importante o no, decidimos recodificar la variable, el objetivo era distinguir los casos en que se consideraba necesaria más de una jornada laboral (40 horas a la semana) o, por el contrario, las discapacidades padecidas no requerían de tantas horas de asistencia personal. Como comentario final referente a la no inclusión de la variable que indica el país de origen o la nacionalidad de los individuos, sí que podíamos ver que en esos casos y para 1999, los no nacidos en España conformaban un colectivo con elevado nivel de asistencia y generalmente por personas contratadas para esta labor.
Con la información descrita anteriormente, una vez dividida la población en función de su grado de dependencia, siguiendo el criterio del Libro Blanco (gran dependencia, dependencia severa y dependencia moderada), se obtuvieron las siguientes variables: EDAD: Edad del individuo. THOGAR: Número de individuos que conforman la vivienda. GENERO: Toma valor 1 si el individuo es hombre y 0 en caso contrario. ZONA: Toma valor 1 si el individuo reside en alguna de las dos principales zonas de concentración de población (Barcelona y Madrid) y 0 en caso contrario. SOLTEROS: Toma valor 1 si el individuo está soltero o divorciado y 0 en caso de individuo casado o viudo. 25
VIUDOS: Toma valor 1 si el individuo está viudo y 0 en caso de individuo casado o soltero. SIN_ESTUDIOS: Toma valor 1 si el individuo no tiene estudios y 0 en caso de individuo con algún nivel de estudios (primarios, secundarios o universitarios). JUBILADO: Toma valor 1 si el individuo está jubilado por edad y 0 en caso de individuo que trabaja o está jubilado por invalidez. JUB_INVALIDEZ:
Toma
valor
1
si
el
individuo
está
jubilado
por
cuestiones de salud y 0 en caso de individuo que trabaja o está jubilado por edad. COBSANPRI: Toma valor 1 si el individuo tiene contratada cobertura sanitaria privada y 0 en caso contrario. HOGAR_CON: Toma valor 1 si el individuo, además de una persona en el hogar, posee un cuidador externo y 0 en caso de no poseer cuidador externo o no poseer ningún cuidador. HOGAR_SOLO: Toma valor 1 si el individuo es cuidado por una persona que reside en el hogar y 0 en caso de poseer, además, cuidador externo o no poseer ningún cuidador. HORASSEM: Toma valor 1 si la persona o personas que lo cuidan dedican más de cuarenta horas semanales y 0 en caso contrario.
Destacar
que,
finalmente,
todas
las
variables
utilizadas
en
el
análisis
son
cuantitativas o binarias, ya que así lo requiere la metodología utilizada.
Una vez hemos descrito qué variables van a constituir el punto de partida de nuestro
estudio,
pasamos
a
describir
qué
individuos
formaron
parte
de
la
muestra analizada.
En
un
primer
lugar,
partimos
de
la
muestra
formada
por
todas
aquellas
personas que padecen alguna discapacidad, ya sea leve, moderada o grave, en alguna de las 36 actividades consideradas. En estos términos, encontramos 20.224 individuos que forman parte de este colectivo. Con la intención de crear el indicador de dependencia, seleccionamos todos aquellos casos que, según el criterio del Libro Blanco, son considerados como dependientes. Este grupo
26
de dependientes está formado por 5.079 casos. A partir de aquí, realizamos la depuración de los datos, que consistió en eliminar aquellos registros que no tenían toda la información acerca de las variables utilizadas en el análisis. Finalmente, quedaron 3.948 individuos mayores de cinco años y que presentan algún grado de dependencia.2 Debido a que el número de casos después del proceso de depuración se ve reducido de forma relevante, realizamos una serie de descriptivos de algunas de las variables sobre las que disponíamos de toda la información (edad y género); como mostramos a continuación los resultados en una muestra y otra eran muy similares. En la tabla 1 se muestran la distribución por género en la muestra formada por todos los individuos dependientes considerados en la EDDES (5.079 casos) y en la muestra que resulta tras la depuración de los valores ausentes (3.948). Ambas distribuciones de frecuencias se han obtenido utilizando el correspondiente factor de elevación al tamaño de la población dependiente (859.890 individuos). Las distribuciones por género en una muestra y otra son muy similares, reflejándose el mayor porcentaje de mujeres dependientes. Tabla 1: Distribución por genero. Dependiente muestra Dependiente muestra Genero EDDES depurada (3.948 casos) EDDES total (5.079 casos) Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje Mujeres 549784 63,94 539574 62,75 Hombres 310106 36,06 320316 37,25 En la tabla 2 se muestran la distribución de los individuos dependientes por edades. De nuevo, dicha distribución se ha obtenido a partir de toda la muestra de dependientes (5.079 casos) y de la muestra depurada (3.948 casos). De forma similar a los resultados para el género, la distribución estimada con ambas muestras es similar. En ambas se observa que el mayor porcentaje de dependientes tiene entre 75 y 89 años.
2
Las variables que causaron la eliminación de la base de datos de algunos casos son las que
están directamente ligada a cuestiones sobre el o los cuidadores de la persona dependiente.
27
Edad 6 – 14 15 – 29 30 – 44 45 – 59 60 – 74 75 – 89 ≥ 90
Tabla 2: Distribución por grupos de edad. Dependiente muestra Dependiente muestra EDDES depurada (3.948 casos) EDDES total (5.079 casos) Porcentaje Frecuencia Porcentaje Frecuencia 15171 1,76 12763 1,48 34947 4,06 32867 3,82 61651 7,17 65999 7,68 722994 8,49 93835 10,91 223420 25,98 245314 28,53 377764 43,93 346150 40,26 73943 8,60 62962 7,32
Uno de los factores que mayor incidencia tiene en la dependencia y en su desarrollo es, juntamente con la edad, el sexo, posiblemente porque en edades avanzadas se producen elevadas diferencias de longevidad entre hombres y mujeres. Como hemos mostrado con anterioridad, la proporción de mujeres en la base de datos es superior a la de los hombres, cómo suele ser habitual en nuestro país y en la mayoría de países, ello se debe a que las mujeres poseen una esperanza de vida superior a la de los hombres y, también, a una mayor prevalencia de las discapacidades para ellas. A continuación, en la tabla 3 presentamos la distribución conjunta según el sexo del individuo y su edad. A partir de los porcentajes por fila, observamos que existen diferencias entre la distribución por edades de los hombres y las mujeres. De forma análoga, a partir de los porcentajes por columnas, observamos como la distribución por sexo varía en función del grupo de edad, para los tres grupos más jóvenes el porcentaje de hombres es mayor y, por el contrario, para los cuatro grupos mayores (de 45 años en adelante) el porcentaje de mujeres es mayor.
28
Tabla 3: Distribución según género y edad de la población dependiente utilizada como muestra.
Genero Frecuencia Pct. Fila Pct. Col Mujeres Hombres Total
Distribución por edades 6–14 15–29 30–44 45–59 60–74 75–89
≥90
Total
6821
14944
25560
41766
136675
268909
55108
549784
1,24
2,72
4,65
7,60
24,86
48,91
10,02
63,94
44,96
42,76
41,46
57,22
61,17
71,18
74,53
8350
20003
36090
31228
86745
108855
18835
310106
2,69
6,45
11,64
10,07
27,97
35,10
6,07
36,06
55,04
57,24
58,54
42,78
38,83
28,82
25,47
15171
34947
61650
72994
223420
377764
73943
859890
1,76
4,06
7,17
8,49
25,98
43,93
8,60
100,00
El estadístico ji-cuadrado nos ha permitido contrastar la independencia entre el sexo y la edad (expresada en categorías) de los individuos dependientes. El estadístico del contraste se calcula bajo la hipótesis nula de independencia, frente a la alternativa de que la distribución por sexos depende de la edad del individuo dependiente y, viceversa. El valor del estadístico es 37.044,30. Si lo comparamos con los valores de una distribución ji-cuadrado con 6 grados de libertad observamos que el estadístico deja una probabilidad en la cola inferior al 0.0001.Por tanto, rechazamos la hipótesis nula de independencia entre las variables género y edad. Ello implica una desigualdad entre hombres y mujeres a lo largo de los grupos de edad. En la figura 1 se representan los porcentajes de hombres y mujeres en cada uno de los grupos de edad (porcentajes columna en la tabla 3). El gráfico de barras nos permite visualizar cómo evoluciona la distribución del género a medida que avanza la edad de los individuos dependientes. Finalmente, centrándonos en las variables que utilizamos en el análisis que presentamos en el capítulo 4 de este trabajo, las cuales fueron descritas con anterioridad en este capítulo, en la tabla 4 se muestra la media y la desviación estándar para cada una de estas variables.
29
Figura 1: Distribución del género según grupos de edad de la población dependiente utilizada como muestra.
80 70 60 50
or en eG40 %
30 20 10 0
6-14
15-29
30-44
45-59 Edad
60-74
75-89
>89
Mujeres Hombres
Tabla 4: Descriptivo de las variables utilizadas en el análisis de la EDAD THOGAR GENERO ZONA SOLTEROS VIUDOS SIN_ESTUDIOS JUBILADO JUB_INVALIDEZ COBSANPRI HOGAR_CON HOGAR_SOLO HORASSEM
Variable
dependencia.
Media
69.885 3.171 0.361 0.170 0.429 0.354 0.604 0.316 0.390 0.059 0.255 0.539 0.528
De la tabla anterior se deducen las principales características de los individuos dependientes. Esto es: la edad media se encuentra alrededor de los 69 años, 30
viven en hogares con una media de tres individuos, el 36,1% son hombres, el 17% viven en las grandes zonas metropolitanas españolas (Barcelona y Madrid), cerca del 43% son solteros, el 60,4% no posee estudios, el 31,6% está jubilado por edad y el 39% está jubilado por invalidez, únicamente el 5,9% posee cobertura sanitaria privada, el 25,5% tienen una persona que ayuda en los cuidados y no vive en el hogar y el 53,9% es cuidado solamente por personas que viven en el hogar y, finalmente, en casi el 53% de los casos el cuidador dedica más de 40 horas semanales a atender al individuo dependiente. Al final del capítulo 4 de este trabajo, donde se describe el cálculo de algunos indicadores de dependencia, utilizamos una base de datos que contiene información para todos los individuos discapacitados, dependientes o no. Por este motivo, a continuación, se presentan algunos descriptivos obtenidos con la base de datos de 20.224 discapacitados. Dado que para dos de las variables definidas con anterioridad, concretamente HOGAR_CON y HOGAR_SOLO no disponíamos de información para todos los individuos del análisis, también se presentan los descriptivos obtenidos con la muestra resultante tras eliminar aquellos casos en los que faltaba la información para las dos variables citadas, en este caso el tamaño de la muestra es de 8.769 discapacitados. Los análisis descriptivos se obtienen utilizando en cada muestra el factor de elevación correspondiente. Tabla 5: Distribución por género. Dependiente muestra Discapacitados muestra Genero EDDES total (20.224 casos) EDDES depurada (8.769 casos) Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje Mujeres 2030397 58.37 2308487 66.36 Hombres 1448247 41.63 1170157 33.64 En las tablas 5 y 6 se muestran las distribuciones por sexo y por edad para el total de individuos discapacitados. Se observa como tras depurar la muestra a 8.769 discapacitados, se tiende a sobreponderar a las mujeres y a los tramos de mayor edad.
31
Edad 6 – 14 15 – 29 30 – 44 45 – 59 60 – 74 75 – 89 ≥ 90
Tabla 6: Distribución por grupos de edad. Discapacitados muestra Dependiente muestra EDDES total (20.224 casos) EDDES depurada (8.769 casos) Frecuencia Porcentaje Frecuencia Porcentaje 61337 1.76 73660 2.12 188560 5.42 165892 4.77 337882 9.71 263337 7.57 516871 14.86 376318 10.82 1144948 32.91 986631 28.36 1110287 31.92 1397036 40.16 118758 3.41 215770 6.20
A continuación, los resultados se muestran para el total de la muestra, dado que, como se apuntará en el capítulo 4, los resultados a partir de la muestra depurada son menos significativos y, teniendo en cuenta las distribuciones de frecuencias de las tablas 5 y 6, también son menos representativos de la población discapacitada.3 A continuación, en la tabla 7 se muestra la distribución conjunta de las variables sexo y edad. Esta tabla que se representa en la figura 2. Ambos resultados muestran que el género y la edad de los discapacitados no son independientes. Cuanto mayor es la edad, mayor es el porcentaje de mujeres. Tabla 7: Distribución según género y edad de la población discapacitada.
Distribución por edades
Genero
Frecuenci a Pct. Fila Pct. Col Mujeres
Hombres Total
3
6–14
15–29
30–44
45–59
60–74
75–89
≥90
Total
28226
72589
15217
27904
673393
741022
83941
1.39
3.58
7
9
33.17
36.50
4.13
203039 7
46.02
38.50
7.49
13.74
58.81
66.74
70.68
58.37
45.04
53.99
144824
33110
11597
18570
23782
471555
369266
34818
2.29
1
5
2
32.56
25.50
2.40
7
53.98
8.01
12.82
16.42
41.19
33.26
29.32
41.63
61.50
54.96
46.01
61336.
18856
33788
51687
114494
111028
11875
347864
6
0
2
1
8
7
8
4
1.76
5.42
9.71
14.86
32.91
31.92
3.41
100.00
El resto de descriptivos asociados a la muestra de 8.769 discapacitados se muestran en el
Anexo al final del trabajo.
32
Figura 2: Distribución del género según grupos de edad de la población discapacitada.
80.00 70.00 60.00 50.00 40.00 30.00 20.00 10.00 0.00
6-14
15-29
30-44
45-59
Edad
60-74
75-89
>89
Mujeres Hombres
En la tabla 8 se muestran las medias y las desviaciones típicas de las variables utilizadas en los diversos análisis. Se han suprimido HOGAR_CON y HOGAR_SOLO, ya que sobre esta variable no disponíamos de información para un elevado número de discapacitados.
Tabla 8: Descriptivo de las variables utilizadas en el análisis de la EDAD THOGAR GENERO ZONA SOLTEROS VIUDOS SIN_ESTUDIOS JUBILADO JUB_INVALIDEZ COBSANPRI HORASSEM
Variable
dependencia.
Media
64.184 2.965 0.416 0.223 0.527 0.262 0.479 0.312 0.282 0.072 0.164 33
A continuación, con el objetivo de poder realizar comparaciones entre los individuos discapacitados dependientes y los discapacitados no dependientes, se muestran los análisis descriptivos para los discapacitados no dependientes.
Tabla 9: Distribución según género y edad de la población discapacitada. Distribución por edades Genero
Frecuencia Pct. Fila Pct. Col Mujeres Hombres Total
6–14
15–29
30–44
45–59
60–74
75–89
≥90
Total
22312
58644
124758
229006
521569
497071
37502
1490863
1.50
3.93
8.37
15.36
34.98
33.34
2.52
56.93
45.93
37.67
45.89
54.13
57.97
65.05
67.21
26262
97052
147130
194037
378084
267092
18298
1127954
2.33
8.60
13.04
17.20
33.52
23.68
1.62
43.07
54.07
62.33
54.11
45.87
42.03
34.95
32.79
48574.5
155696
271888
423043
899652
764163
55800.2
2618817
1.85
5.95
10.38
16.15
34.35
29.18
2.13
100.00
Destacamos que cuando analizamos la muestra de discapacitados no dependientes las mujeres son menos mayoritarias. En el siguiente capítulo describimos la metodología utilizada en el análisis de las muestras descritas. Las técnicas utilizadas van desde los métodos de análisis multivariante (por un lado los de reducción de la dimensión de la base de datos y, por otro, los de segmentación), hasta los modelos de elección discreta, pasando por el análisis de supervivencia.
Tabla 10: Descriptivo de las variables utilizadas en el análisis de la EDAD THOGAR GENERO ZONA SOLTEROS VIUDOS SIN_ESTUDIOS JUBILADO JUB_INVALIDEZ COBSANPRI HORASSEM
Variable
dependencia.
Media
62.698 2.919 0.431 0.237 0.549 0.240 0.446 0.312 0.250 0.075 0.053
34
Figura 3:
Distribución del género según grupos de edad de la población discapacitada.
80.00 70.00 60.00 50.00 or en e 40.00 G %
30.00 20.00 10.00 0.00
6-14
15-29
30-44
45-59 Edad
Mujeres Hombres
35
60-74
75-89
>89
Capítulo 3 METODOLOGÍA
El análisis de los datos descritos anteriormente pasa por cuatro fases. La primera consiste en determinar cuáles son los factores que mejor explican las diferencias entre individuos dependientes. La segunda fase es la segmentación de la muestra, cuyo objetivo es encontrar grupos de discapacitados dependientes con características socioeconómicas similares. La tercera fase consiste en el cálculo y la comparación de la esperanza de vida sin dependencia o con dependencia, para ello es necesario conocer como dividir la esperanza de vida global de los individuos. Finalmente, en la cuarta fase se ajustan las probabilidades de dependencia de los individuos, para cada uno de los tres niveles analizados en el trabajo: gran dependencia, dependencia severa y dependencia moderada. A partir de las probabilidades de dependencia ajustadas se obtienen los indicadores de dependencia. Este capítulo lo hemos dividido en cuatro apartados, el primero describe como se han obtenido los principales factores indicadores de las tipologías de individuos dependientes. El segundo apartado resume brevemente el método de análisis de conglomerados no jerárquicos. El tercer apartado describe como se han obtenido las esperanzas de vida desagregadas en dos tramos: con y sin dependencia. Finalmente, en el cuarto apartado se describe el modelo logit, que hemos utilizado para el ajuste de las probabilidades de dependencia.
36
3.1. El Análisis de Coordenadas Principales como alternativa al de Componentes Principales El análisis de Componentes Principales es una técnica de reducción de la dimensión de la base de datos original, la cual nos podría permitir determinar qué características diferencian mejor a los individuos. Sin embargo, cuando se trabaja con un elevado número de variables binarias, hemos podido comprobar que el Análisis de Componentes Principales es poco robusto ante pequeños cambios en el conjunto de variables binarias utilizadas. Como alternativa al Análisis de Componentes Principales, hemos utilizado una técnica adecuada para el caso en el que la gran mayoría de las variables utilizadas son binarias y algunas de ellas son cuantitativas. Concretamente, nos referimos al análisis de proximidades o
multidimensional scaling
(MDS)
(Torgerson, 1952 y 1958). Ésta es una técnica multivariante de análisis de datos que permite encontrar una configuración de
n
puntos en un espacio
euclidiano, utilizando como información inicial una matriz de similaridades o disimilaridades entre los n puntos.
Cuando el MDS parte de una matriz de distancias euclidianas, Gower (1966) lo denominó Análisis de Coordenadas Principales, demostrando su estrecha conexión con el Análisis de Componentes Principales. En este trabajo vamos a utilizar la matriz de coeficientes de similaridad de Gower, cuya transformación a disimilaridades cumple las propiedades de una distancia euclídea. El coeficiente de similaridad de Gower es adecuado cuando en la base de datos existen tanto variables de naturaleza cuantitativa como cualitativa. El análisis de Coordenadas Principales podría considerarse una técnica análoga al análisis de Componentes Principales, para el caso en que la información muestral es cualitativa, en parte o en su totalidad. Ambos métodos consisten en obtener unas nuevas variables que resuman la información original, de modo que con un número reducido de coordenadas podamos representar una parte importante de las diferencias entre individuos. Finalmente, la correlación entre las variables originales y las coordenadas nos 37
proporciona información sobre cuáles son las características que mejor diferencian a los discapacitados dependientes. Sea
D = (d
ij
)
la matriz de distancias o disimilaridades entre los individuos.
Consideramos las matrices
A = (a
ij
)
B = (b
y
ij
)
de orden n, donde:
1 a = − d 2 y b = a −a −a +a 2 ij
ij
ij
ij
i
.
.j
..
y donde: ai = .
∑
∑
1 n 1 n 1 aij , a j = aij y a = n j= n i= n .
..
2
1
1
∑∑ a n
n
i =1 j =1
ij
.
Expresado de forma matricial, tenemos que B = HAH , donde es la denominada matriz centradora de datos, siendo
In
H I n n −111 =
′
−
la matriz identidad de
orden n y 1 es un vector columna con n unos. Se cumple que B es una matriz semidefinida positiva de rango r ≤ n-1, lo que garantiza que sus valores propios sean mayores o iguales a cero. Este resultado permite obtener las Coordenadas Principales del siguiente modo:
B T T =
Λ
′ =
T
(
12
Λ
T
)(
12
Λ
′
)
=
YY , ′
donde T es la matriz de vectores propios de orden n×r y
Λ = diag ( λ1, λ2 ,…, λ
r
)
es la matriz diagonal de r valores propios estrictamente positivos. La matriz Y es de orden n×r y contiene los valores de los individuos en las nuevas variables o Coordenadas Principales. El criterio de selección del número de Coordenadas Principales y su interpretación son similares a los utilizados en el análisis de Componentes Principales. Para decidir el número de nuevas variables a utilizar se analizan los valores propios de la matriz B. Mediante el gráfico de sedimentación se estudia la evolución de los valores propios ordenados de mayor a menor, observando a partir de que valores se produce un cambio de pendiente en la evolución de curva, de una pendiente mayor se pasa a una de menor magnitud.
38
Como mostraremos posteriormente, en el apartado de resultados, la interpretación de las coordenadas se realiza a partir de su correlación con las variables originales. El coeficiente de similaridad de Gower se obtiene como: p1
Sij =
∑ 1− x
k =1
(
ih
− x jh Rh ) + a
p1 + ( p2 − d )
,
donde p1 es el número de variables cuantitativas, p2 es el número de variables dicotómicas, Rh es el rango de la variable cuantitativa Xh y a y d son el número dobles presencias y dobles ausencias de las variables dicotómicas. Una vez obtenidas las nuevas variables, denominadas coordenadas principales, las utilizamos para segmentar la muestra de individuos dependientes. En este caso, el método utilizado es el análisis de conglomerados no jerárquicos, que describimos en el siguiente apartado.
3.2. Análisis de Conglomerados No Jerárquicos El método de Análisis de Conglomerados No Jerárquicos está formado por diversas etapas, las cuales se enumeran a continuación: 1. Determinar el número de conglomerados a formar. 2. Obtener unos centros de grupos iniciales. 3. Asignar cada individuo a cada grupo en función del criterio de distancia mínima entre el sujeto y los centros de grupo. La distancia que suele utilizarse es la Euclidea. 4. Recalcular los centros de grupos después de cada asignación y repetir la tercera etapa Las etapas 3 y 4 se repiten hasta que no existan diferencias entre los centros obtenidos en una asignación y la siguiente.
39
Formalmente, el proceso enumerado anteriormente se describe a continuación. El supuesto de partida es que existe un único grupo formado por todos los individuos analizados. El método consiste en dividir la muestra en m grupos
2
1
que se caracterizan por tener unos centros C , C ,..., C datos X
n×k
m distintos. La matriz de
debe contener variables cuantitativas o binarias. Inicialmente, los
resultados
del
análisis
no
se
presentan
de
forma
gráfica;
sin
embargo,
posteriormente pueden realizarse una serie de representaciones que faciliten la interpretación.
La obtención de los resultados del cluster no jerárquico se realiza mediante un proceso
iterativo
denominado
algoritmo de los centros móviles.
Este
algoritmo se divide en varios pasos; sin embargo, para poder iniciarlo debe decidirse el número m de grupos a formar.
La selección del número de grupos m a formar se realiza de forma “subjetiva”, mediante lo que se denomina un proceso de prueba y error. Básicamente, este proceso
consiste
incrementando
en
este
empezar
por
el
número
hasta
número que
los
mínimo
de
resultados
grupos
m=2 e ir
obtenidos
sean
claramente interpretables por el analista. Además existen una serie de pautas a seguir: -
Que ninguno de los grupos formados tenga un número de casos excesivamente reducido (este grupo puede no ser representativo de la
realidad
o,
incluso,
deberse
a
la
existencia
de
observaciones
atípicas). Que los centros de grupos sean distintos. Debe realizarse inferencia
-
estadística. La Tabla de Análisis de la Varianza (ANOVA) es una herramienta válida para contrastar la hipótesis nula de igualdad de centros
de
grupo.
A
continuación,
se
muestra
que
estadísticos
forman la tabla ANOVA.
Fuente Entre Grupos Dentro de Grupos Total
Sumas de Cuadrados
∑mh nh X hj − X j SCD j = ∑mh ∑in X ihj − X hj SCTj = SCE j + SCD j = ∑mh ∑in SCE j =
=1
(
h
=1
=1
.
(
m-1
2 .. )
n-m
2
.
)
h
=1
=1
Grados de Libertad
(
X ihj − X .. j )2
40
n-1
F
Sumas de cuadrados Medios
SCE m −1 SCD n−m j
j
SCT n −1 j
SCE j SCD j
m − 1) ≈ F m−1 n −m (n − m ) (
Donde: X Es el valor de la variable para el individuo que pertenece al grupo . X hj Es la media de la variable dentro del grupo . j
ihj
i
h
j
.
h
X j Es la media de la variable para toda la muestra. j
..
Los pasos que sigue el algoritmo de los centros móviles son: Seleccionar observaciones de la matriz n×k que actuarán como centros de grupo iniciales C10 C 20 C m0 Para facilitar la formación de los distintos grupos, las observaciones seleccionadas deben ser lo más distintas posibles. Cualquier centro inicial equivale a una fila de la matriz de datos.
Paso 1:
m
X
,
Paso 2: Sea
,...,
.
la fila de n×k, para cada una de estas observaciones, no utilizadas como centros iniciales, se calcula la distancia euclídea entre la observación y el centro de grupo correspondiente. Si Ch0 = ( Ch02 Chk0 ) ∀h = m . i.
X .
i
,...,
,
X
1,...
∑
dCh0X i .. =
La observación
i..
X
k X j =1 ( ij
− Chj0 )
2 .
se asigna al grupo si: l
dC2 0X .. = Mín {dC 0X .. }. h =1,...m l
i
h
i
Una vez realizada la primera asignación, se recalculan los centros Ch = ( Ch 2 Chk ) ∀h = m , obteniéndose las medias de las Paso 3:
m
,...,
,
1,...
variables dentro de cada grupo, lo que equivale a: Chj
∑ =
nh i =1
X ijh
nh
41
∀j = 1,..., k .
Posteriormente, se vuelve al paso 2 sustituyendo los centros iniciales por los nuevos centros calculados. El paso 2 y el paso 3 se repiten hasta que los centros de grupos calculados en dos iteraciones consecutivas sean iguales.
3.3. La esperanza de vida. Desagregación por el método de Sullivan El concepto de tabla de vida, también denominado tabla de mortalidad, analiza los años vividos por los individuos de una población antes de morir. Las tablas de vida o de mortalidad se utilizan frecuentemente en estudios relacionados con la salud pública, para medir la mortalidad y la supervivencia. Sin embargo, también se utilizan en estudios demográficos y actuariales, con el objetivo de analizar conceptos como son la longevidad de una población, su fertilidad, las migraciones, el crecimiento de la población, etc.. Mediante las tablas de vida también pueden calcularse proyecciones, es decir, podemos predecir cuál será la distribución por edades y sexo de una población. Además, la desagregación de la esperanza de vida nos permite obtener estimaciones de años de vida sin discapacidad o, en nuestro caso, sin ser dependiente. Básicamente, teniendo en cuenta la experiencia de mortalidad observada en un periodo dado, las tablas de vida describen el proceso de extinción de una generación hasta la desaparición del último de sus componentes. Al final toda tabla de vida termina con la muerte de todos los individuos de la población analizada, destacándose que la diferencia fundamental entre tablas la constituye la velocidad con que se alcanza ese final. Una tabla de vida podría calcularse para el total de una población o para subgrupos de la misma. Lo que comúnmente suele obtenerse es la esperanza de vida para distintos grupos de edad y, a su vez, diferenciando hombres y mujeres.
42
Una de las ventajas principales de la tabla de vida es que no refleja los efectos de la distribución de la población por edad y, por tanto, no requiere el uso de una población estándar para comparar los niveles de mortalidad de diferentes poblaciones. En general, la esperanza de vida a la edad x resume el número de años que en promedio se espera que viva un individuo que ha alcanzado dicha edad. La esperanza de vida al nacer se utiliza como indicador de bienestar de una población, dado que se cree que mejores condiciones sociales y sanitarias influyen sobre la longevidad esperada. A continuación, describimos como se realiza el cálculo de una tabla de vida. Para la construcción de una tabla de vida y el cálculo de la esperanza de vida residual (promedio de años de vida a partir de una edad x) partiremos, por un lado, de una cohorte inicial formada por
l
0
individuos y, por otro lado, de la
probabilidad de fallecimiento para cada edad x, a la que denominamos q x . Se calculará en primer lugar el número de personas que sobreviven en cada edad x, que denotamos como
l
x
. Este valor se obtiene restando los fallecidos entre
x-1 y x, esto equivale a:
l x = l x −1 − l x −1q x −1 , donde
l
x −1
es el número de supervivientes a la edad x-1 y q x la probabilidad de
muerte a la edad x-1. Al número de de personas que viven en el intervalo de edad que va de x hasta x+1 lo denominamos Lx. Este valor se calcula bajo el supuesto de que la
mortalidad sigue una distribución uniforme a lo largo del año, por tanto, puede expresarse como: L
x
=
l
x
+ x +1 . 2 l
La cantidad de existencia total o años futuros de vida totales para los individuos de edad x se llama Tx y puede aproximarse por
43
Tx =
w
∑L , y
y =x
siendo w una edad máxima de supervivencia. Finalmente, la esperanza de vida a la edad x, Ex, se obtiene como: E
x
=
T
x
l
x
.
Para calcular la esperanza de vida libre de discapacidad y/o sin dependencia o, por el contrario, la esperanza de vida con discapacidad y/o dependencia, debe modificarse la función Lx de la tabla de vida clásica, multiplicándola por la proporción de individuos dependientes. Los métodos indirectos permiten aproximar el cálculo de la esperanza de vida sin dependencia, sin conocer las probabilidades de transición entre estados (sano, dependiente, muerte). Es decir, la probabilidad de que un individuo pase de estar sano a ser discapacitado o/y dependiente. En nuestro caso, nos centramos en la dependencia, con lo que trataremos con esperanzas de vida sin dependencia y en dependencia. Uno de los métodos indirectos más conocidos es el de Sullivan (Sullivan, 1971). Este método consiste en corregir la cantidad de existencia entre x y x+1, o número estimado de personas entre las edades x y x+1 de una tabla de vida convencional, por la tasa de prevalencia correspondiente al estado (dependencia) cuya esperanza de vida se desea estimar. De hecho, esta tasa de prevalencia es una proporción más que una tasa. Para que sea una tasa, en el numerador, al menos, debería haber un flujo (por ejemplo, transiciones entre personas expuestas), mientras que la denominada tasa de prevalencia es una razón entre stocks (por ejemplo: número de dependientes, población total con una determinada edad). En nuestro caso, la tasa de prevalencia es: tx
=
nº de personas con dependencia de edad x . nº de personas de edad x
44
Si Lx representa el número de personas entre x y x+1 años y tx es la prevalencia de la dependencia, la cantidad Sx = (1 − t x )Lx
es un estimador del número de personas entre x y x+1 años sin dependencia. El método de Sullivan se caracteriza por la simplicidad de los cálculos y porque sólo requiere información de carácter transversal: la probabilidad de muerte para cada edad x, q , y las tasas de prevalencia para cada edad x, t . x
x
Se ha demostrado que el método de Sullivan produce buenas aproximaciones de las esperanzas de vida, cuando la transición entre estados es estable en el tiempo. Lo que implica que la incidencia de la dependencia y la duración de la misma permanecen constantes a lo largo del tiempo y, por tanto, la tasa de prevalencia también. El principal problema del método de Sullivan es que no tiene en cuenta las transiciones entre estados y, por tanto, ignora la magnitud de las tasas de transición, que en el caso de las últimas edades puede afectar a una proporción importante de los individuos. Denominaremos Eldpx a la esperanza de vida libre de dependencia para un individuo de edad x y Edpx a la esperanza de vida con dependencia (sin distinguir el grado de severidad) para un individuo de edad x. Con el método de Sullivan (1971) la esperanza de vida libre de dependencia (Eldpx) se calcula como: Eldpx =
1 w (1 − t y )Ly lx y =x
∑
.
De forma análoga, la esperanza de vida con dependencia (Edpx) se obtiene como: Edpx =
1 w tL lx y =x y y
∑
45
.
3.4. El modelo logit Los modelos de elección discreta (McFadden, 1974 y Maddala, 1983) son útiles en aquellas situaciones en las que la variable dependiente del modelo a estimar es categórica. Siendo el caso más sencillo aquél en el que la variable dependiente es binaria (individuo dependiente o no). En nuestro caso la variable dependiente es: 1 = 0
Y
Dependiente No dependiente .
El modelo logit permite ajustar la probabilidad de que el individuo posea un determinado grado de dependencia en función de un conjunto de variables explicativas. Para ello la función que se específica, y cuyo objetivo es estimar, es la siguiente:
P (Y = 1) = F ( β0 + β1X 1 + ... + β X i
i
k
ik
)
exp ( β0 + β1X 1 + ... + β X 1 + exp ( β0 + β1X 1 + ...β X exp ( X ′β ) = = F ( X ′β ) 1 + exp ( X ′β )
=
i
k
i
ik
k
ik
) )
,
i
i
i
donde Y es la elección del individuo , X i
i
explicativa
j
medida en el sujeto
i
ij
hace referencia a la variable
, y β0 , β1, ..., βk son los parámetros a
estimar. La estimación del modelo logit se realiza por el método de máxima verosimilitud que, como su propio nombre indica, consiste en maximizar la función de verosimilitud. En este caso, dicha función de verosimilitud es: n
L = Πi =F1 ( X i′β )Yi
1- F
(
X i′β ) 1-Yi
n
1-Yi
= ΠΛ ( X i′β ) 1- Λ ( X i′β ) i =1 Yi
,
donde n es el tamaño muestral. Expresada en logaritmos, la función de verosimilitud equivale a: 46
ln (
L) =
∑Y n
i =1
i Λ ( X i′β ) + (1 −Yi ) 1 − Λ ( X i′β ) .
La maximización de la función anterior puede realizarse por el método de Newton.4 En el modelo logit los parámetros estimados no pueden interpretarse como efectos marginales de las variables explicativas sobre la dependiente. En este caso, la derivada de la función de distribución logística con respecto a la variable explicativa X es igual a: j
P (1 − P ) β , i
i
j
donde P = P (Y = 1) . i
i
En la práctica, es común realizar únicamente interpretaciones del signo de los parámetros estimados, en nuestro caso, como efectos positivos o negativos de la variable sobre la probabilidad de dependencia. Sin embargo, también es posible comparar el valor de los parámetros, alcanzando resultados como que el efecto de una variable explicativa sobre la probabilidad del suceso es mayor o menor que el de otra. En el modelo logit es frecuente utilizar, para facilitar la interpretación de los parámetros, el siguiente cociente de probabilidades:
P (Y = 1) P = , P (Y = 0) 1 − P i
i
i
i
conocido como riesgo u odds. Se demuestra que en el modelo logit el cociente de probabilidades anterior es:
P = exp β + β X + ... + β X ( 0 1 1 1− P i
i
k
ik
)
i
En nuestro caso, en el capítulo 4, presentamos los resultados de una estimación ponderada, que consiste en incorporar los pesos W en la función de verosimilitud. Esto es tomar, en dicha función de verosimilitud, como exponentes W Y y W (1-Y ). 4
i
i
i
47
i
i
Al cociente entre un par de odds se le denomina odds-ratio. A partir de estos ratios se puede medir el efecto que tiene el incremento de una unidad en una variable explicativa sobre la probabilidad de elegir una determinada opción. Sea P la probabilidad obtenida con un valor para la variable explicativa igual i
a X y sea P la misma probabilidad obtenida con el valor de la explicativa X + 1 , entonces se puede demostrar que: ′
j
i
j
logit
(
P) β i
′
=
+ logit (
j
P ). i
Además, se obtiene que: P P
i
′ / (1 −
i
/ (1 −
P) β e . P) i
′
j
=
i
Es decir, en el modelo logit, donde la cantidad e β coincide con el denominado odds-ratio. Este ratio indica el cambio relativo que experimenta el cociente de las probabilidades P − P , cuando la variable X aumenta una unidad. j
i
/1
i
j
De forma análoga al modelo de regresión múltiple, para evaluar la bondad del ajuste del modelo logit, o cualquier otro modelo de elección binaria, puede utilizarse el denominado pseudo- R 2 y los contrastes de significación del modelo. El coeficiente de determinación pseudo- R 2 se define como: R2
= 1 −
L) . (L0 )
ln ( ln
En la expresión anterior aparece un cociente cuyo numerador coincide con el logaritmo de la verosimilitud estimada para el modelo completo, con todas las variables explicativas, y su denominador coincide con el logaritmo de la verosimilitud del modelo estimado únicamente con el término independiente. 48
Para contrastar la significación global del conjunto de parámetros se calcula el estadístico que equivale a: −2 [ln L0 − ln L ] .
Este estadístico se distribuye como una χ 2 con k grados de libertad. En general, los grados de libertad coinciden con la diferencia entre el número de parámetros del modelo inicial y el modelo restringido. El modelo logit estimado, utilizando como variables explicativas las propias coordenadas principales o las variables originales más relevantes, permitirá valorar la probabilidad de que un individuo discapacitado alcance un determinado nivel de dependencia. A continuación, en el capítulo 4 describimos los resultados obtenidos con los métodos estadísticos descritos anteriormente. El análisis lo iniciamos obteniendo las coordenadas principales, posteriormente segmentamos las muestras de dependientes a partir de conglomerados no jerárquicos, seguimos analizando las esperanzas de vida sin dependencia o con ella y finalizamos ajustando diversos modelos logit.
49
Capítulo 4 RESULTADOS
En este capítulo se muestran los resultados. Todos ellos han sido obtenidos a partir de los diversos análisis realizados con la base de datos descrita en el segundo capítulo de este documento. Tal y como se apuntaba en el capítulo de metodología, se han utilizado cuatro técnicas estadísticas distintas, las cuáles, utilizadas conjuntamente, proporcionan diversos resultados de interés sobre las características de los individuos dependientes y sobre el impacto de las situaciones de dependencia en la sociedad. Este capítulo se ha dividido en 4 secciones, en la primera mostramos los resultados del Análisis de Coordenadas Principales. Este análisis ha permitido determinar qué características socioeconómicas diferencian de forma más significativa a los individuos dependientes. En la segunda sección del capítulo resumimos los resultados obtenidos con el Análisis de Conglomerados No Jerárquicos, el cual se ha realizado utilizando como variables las cuatro primeras coordenadas principales obtenidas con anterioridad. La segmentación de la muestra de individuos dependientes en los diferentes grados nos ha permitido obtener distintas tipologías, en función del grado de dependencia. Posteriormente, en la tercera sección presentamos los resultados de la esperanza de vida desagregada en salud y dependencia, para distintos tipos de individuos dependientes. Finalmente, en la cuarta sección, obtenemos diversos indicadores de dependencia y para ello utilizamos el ajuste de modelos logit binomiales.
50
4.1. Resultados del Análisis de Coordenadas Principales Hemos obtenidos los resultados del Análisis de Coordenadas Principales, independientemente, para cada nivel de dependencia. Para ello se ha calculado una matriz de distancias entre los individuos de la muestra, según su grado de dependencia, obteniéndose, finalmente, tres matrices de distancias. La primera D1 es una matriz con 1897 filas y las mismas columnas, que contiene las distancias entre individuos con grado de dependencia 1 (moderada). Del mismo modo, para los grados de dependencia 2 y 3 (severa y gran dependencia) las matrices de distancias D2 y D3 son de rango 1399 y 652, respectivamente. A partir de cada una de las matrices de distancias, siguiendo el procedimiento que describimos en el capítulo referente a la metodología, se obtienen las matrices B1, B2 y B3. Las tres matrices son semi-definidas positivas, por lo tanto, el cálculo de sus valores y vectores propios nos permite obtener e interpretar las Coordenadas Principales como variables cuantitativas, cuya distribución es normal con media cero y varianza igual al valor propio asociado. Tras analizar la evolución de los valores propios y la correlación existente entre las Coordenadas Principales y las variables originales, decidimos utilizar las cuatro primeras coordenadas obtenidas para cada grado de dependencia. A éstas las hemos denominado, respectivamente, CP1 CP2 CP3 y CP4. En los tres casos analizados, estas cuatro primeras coordenadas suponen casi el 50% de las diferencias entre los individuos considerados. Además, estas nuevas variables poseen una clara interpretación en términos de su correlación con las variables originales, lo que no sucede con las coordenadas siguientes. En la tabla 5 se muestran los coeficientes de correlación lineal entre las cuatro primeras coordenadas y las variables originales. Los resultados son similares para los tres grados de dependencia, siendo más evidentes para la muestra de individuos con máxima dependencia. En general, observamos que CP1 está fuertemente correlacionada con las variables que definen el estado civil de los individuos, indicando que esta característica es relevante para diferenciar a los individuos dependientes. En el caso de CP2, la correlación más extrema se da 51
con las variables referentes al tipo de cuidados que el individuo recibe, entendiendo como tales el hecho de recibir únicamente ayuda por personas que forman parte del hogar o contar, además, con una ayuda externa. La tercera coordenada (CP3) está fuertemente correlacionada con la situación laboral del dependiente (jubilado, jubilado por invalidez o en otras circunstancias distintas a las anteriores). Finalmente, CP4 está correlacionada con el hecho de tener o no tener estudios. Podemos concluir que las cuatro características citadas son las que mejor definen las diferencias entre los individuos dependientes.
52
Tabla 5: Correlaciones entre las variables originales y las Coordenadas Principales. Resultados obtenidos para cada nivel de
dependencia.
Variables EDAD THOGAR GENERO ZONA CASADOS VIUDOS SIN_ESTUDIOS JUBILADO JUB_INVALIDEZ COBSANPRI HOGAR_CON HOGAR_SOLO HORASSEM
Grado de dependencia 1
Grado de dependencia 2
Grado de dependencia 3
CP1
CP2
CP3
CP4
CP1
CP2
CP3
CP4
CP1
CP2
CP3
CP4
0,48617
-0,10972
0,34147
-0,07148
-0,48313
0,15907
0,31238
0,21057
-0,39081
-0,47586
0,23486
-0,06316
-0,31006
-0,30597
-0,14436
0,04841
0,00346
-0,35541
-0,07360
-0,08980
-0,21945
0,32648
-0,05766
-0,06609
-0,49123
-0,23667
0,04967
0,12166
0,48514
-0,16575
0,47803
-0,09414
0,51972
0,14079
0,43571
0,09780
0,01686
0,01890
-0,06287
0,22352
0,02021
0,00197
0,02008
-0,20342
0,00574
0,05035
-0,03594
-0,16445
-0,67778
0,10209
0,52771
-0,22206
0,72640
0,09127
0,30803
0,25611
0,73104
-0,09220
0,34239
-0,01456
0,84839
-0,17584
-0,20768
0,08242
-0,88582
-0,00746
-0,10796
-0,11300
-0,86406
-0,23841
-0,14321
-0,13472
0,22740
0,05001
-0,14209
-0,58962
-0,18491
-0,04017
-0,33499
0,46193
-0,19520
0,11941
-0,20061
0,88704
0,23854
-0,45292
0,63903
0,18706
-0,23427
0,08183
0,85869
0,13219
-0,08466
-0,34276
0,80696
0,17899
-0,48029
0,43453
-0,62368
0,02098
0,58017
-0,10798
-0,64901
-0,09104
0,40896
0,46380
-0,61506
-0,00190
0,02140
0,03453
0,03460
0,09133
0,06070
0,03783
0,04386
-0,09788
0,01406
-0,09521
0,09692
-0,16039
0,04138
0,62019
0,22424
0,41856
0,17035
0,83071
-0,02868
-0,23015
0,31057
-0,77712
-0,28763
-0,09510
-0,46792
-0,76599
-0,27517
-0,13755
0,00792
-0,94631
0,08299
0,06110
-0,31297
0,85285
0,23155
-0,06548
-0,12443
-0,22762
-0,26098
0,61253
-0,01866
-0,21283
0,09250
-0,79266
-0,06143
0,15524
-0,05271
-0,35330
53
4.2. Resultados del Análisis de Conglomerados No Jerárquicos Utilizando las cuatro coordenadas descritas, realizamos el análisis de conglomerados no jerárquicos, teniendo en cuenta para ello el peso poblacional de los individuos en cada una de las muestras. Tras un proceso de prueba con distinto número de grupo, finalmente, optamos por formar siete conglomerados dentro de cada nivel de dependencia, dado que ésta era la segmentación óptima para los tres niveles de dependencia. Por un lado, todos los grupos poseen suficiente número de casos y, por otro, los individuos de cada grupo poseen características distintas. Una vez definidos los grupos dentro de cada grado de dependencia, calculamos la media y la desviación típica dentro de los conglomerados para las variables originales. Estos resultados se muestran en las tablas 6, 7 y 8, respectivamente, para los niveles de dependencia 1, 2 y 3. La segmentación de la muestra dentro de cada nivel de dependencia nos ha permitido obtener distintas tipologías de dependientes. Las medias de las variables originales dentro de cada conglomerado, las cuáles se muestran en las tablas 6, 7 y 8, respectivamente, para los grados de dependencia 1 (moderada), 2 (severa) y 3 (gran dependencia), nos describen el perfil de los individuos dentro de cada grupo. A continuación, pasamos a analizar dichas tipologías. a. Conglomerados de la muestra de individuos con grado de dependencia 1: •
C1: El primer grupo está formado por una mayoría de mujeres viudas, las cuales, mayoritariamente, no presentan ningún nivel de estudios (73,66%) y, además, están jubiladas por edad (62,37%). Otra de las características que define claramente a este conglomerado es el hecho de que en un 77,70% son personas que no reciben una ayuda proporcionada por personas que no residen en el hogar, ya sean familiares o bien contratadas para tal labor, con lo 54
•
•
cual los cuidados que reciben son proporcionados por individuos que forman parte de la vivienda. Este hecho también queda patente al observar que la media de personas que conforman la vivienda es superior a la media poblacional, situándose en 3,29 personas. Finalmente, comentar que el promedio de edad se sitúan en los 81,66 años, siendo éste el segundo grupo con media de edad mayor y muy por encima de la media global, que está en los 68,14 años. En general, podemos concluir que este grupo estaría formado por personas dependientes viudas que viven con familiares (hijos, nietos, hermanos, …). C2: Este grupo también está formado, en gran parte, por mujeres, que suelen estar casadas (65,55%), cuyo porcentaje de nivel declarado de estudios está por encima de la media, situada en un 40%, mientras que aquí nos encontramos con un 53% de individuos que poseen algún nivel de estudios. Son individuos jubilados por cuestiones de invalidez (66,68%). A diferencia del primer grupo, podemos ver que un 81,72% reciben ayuda externa para los cuidados derivados de las discapacidades. Esto último está directamente relacionado con el hecho de que el número medio de individuos que residen en el hogar es de 2,86, algo menor a la media estimada en la muestra global. En general, este grupo está identificando a matrimonios donde un cónyuge cuida del otro y, además, poseen a una persona que los ayuda. C3: Casados o divorciados, que en su mayoría (80,77%) no poseen ningún tipo de estudios. Un 70,55% están jubilados por cuestiones de invalidez y, respecto a los cuidados que reciben, un 79,81% son atendidos por personas que residen en el hogar. El número medio de personas que conforman las viviendas de los individuos de este grupo, ya que es de 3,22, superando así el promedio de la muestra total que es de 2,96. La media de edad en este caso está sobre los 62 años. Este grupo podría ser representativo de los matrimonios, en los que uno de los miembros es dependiente y que todavía tienen hijos viviendo con ellos en casa. 55
•
C4:
Este
(59,2%)
grupo
y
que
lo
constituyen
presentan,
en
individuos mayor
solteros
porcentaje,
o
divorciados
algún
nivel
de
estudios. En este caso, están jubilados por cuestiones derivadas de las discapacidades padecidas. En este grupo el 98.55%
no posee
ayuda ajena a la del hogar, aunque viven acompañados, el promedio de individuos por hogar es de 3,70, el cual es el más elevado de todos los grupos formados para el grado de dependencia 1.
•
C5:
Principalmente, forman este grupo mujeres viudas y jubiladas por
edad. La otra característica que distingue a este grupo es que en un 66%
muestran
observar
que
algún
un
nivel
62,42%
de
reciben
estudios. cuidados
Finalmente, de
podemos
personas
que
no
residen en el hogar, el promedio de individuos que conviven es 2,49. La media de edad es la más alta de todos los conglomerados, 82,35 años.
•
C6:
Este grupo es el de las mujeres viudas (89,10%), sin estudios, en
una situación distinta a la de jubilación. Al comparar con el grupo anterior, que también eran básicamente mujeres viudas, la diferencia principal que encontramos es que en este conglomerado el 79,58% no tienen estudios y que, aproximadamente, en un 61% no cobran una pensión de jubilación, por lo que sus ingresos, si los reciben, provienen de otras fuentes. El resto, un 39,46% están jubilados por cuestiones
de
invalidez.
En
este
grupo
es
de
destacar
que
son
mujeres las cuales, prácticamente, viven solas, ya que las variables HOGAR_SOL y HOGAR_CON presentan valores relativamente bajos en promedio. Además, a todo ello se une que el número medio de personas que residen en el hogar es de tan solo 1,59.
•
C7:
Finalmente, el último de los grupos de individuos con grado de
dependencia 1, está formado por personas casadas, que en un 55%, aproximadamente, tienen algún nivel de estudios. Son jubilados por edad (73,27%) y suelen estar atendidos por individuos residentes en el hogar. El número medio de individuos que cohabitan en este caso es de 3,11.
56
b. Conglomerados de la muestra de individuos con grado de dependencia 2: •
C1:
Individuos
que,
en
su
mayoría,
están jubilados
por
invalidez
(78,03%). El 99.69% son atendidos por parte de individuos residentes en el hogar, sin contar con ningún tipo de ayuda proveniente de fuera. El número medio de personas que viven en el hogar es de 4.01. El promedio de edad es de 51,04 años, aunque la desviación estándar es elevada (24,04), lo que nos indica que en este grupo hay personas muy jóvenes y, también, individuos de mayor edad.
•
C2:
Este
grupo
está
formado
por
individuos
que
suelen
estar
casados, el 75,77% de los cuales no tienen ningún tipo de estudios. El
83,54%
están
jubilados
por
cuestiones
relacionadas
con
la
discapacidad. Ninguno de estos individuos recibe ayuda de personas ajenas al hogar.
•
C3:
El tercer grupo lo forman, básicamente, individuos jubilados por
edad (86,85%). Esta es la diferencia con respecto a los dos primeros conglomerados,
ya
que,
como
hemos
comentado
anteriormente,
éstos eran jubilados por invalidez. Además, también se diferencian en el hecho de que el 74.13% cuentan también con alguna ayuda externa
para
atender
las
necesidades
surgidas
que,
o
jubiladas
por
las
discapacidades.
•
C4:
Son
mujeres
viudas
bien,
están
por
edad
(56,37%), o bien, están en otra situación distinta a la de jubilada. En este
caso,
en
su
mayoría
reciben
cuidados
proporcionados
por
individuos residentes en el hogar. El número medio de personas que residen en el hogar es 3,86.
•
C5:
Grupo de hombres casados, con estudios o sin, es decir, esta
variable no nos proporciona diferencias significativas. Este grupo está formado prácticamente en su totalidad (98,53%) por jubilados por edad. En este caso, los cuidados que reciben estos dependientes de
57
grado dos, en un 98,54% están proporcionados por miembros del hogar, donde residen en promedio 3,30 personas.
•
C6: De nuevo, se trata de un grupo de individuos que están jubilados por cuestiones derivadas por las discapacidades y que, en este caso, a diferencia que lo que sucedía en el grupo C2, están atendidas por personas
no
residentes
en
el
hogar.
Junto
con
el
primer
conglomerado, estos dos grupos son los que tienen una menor media de edad, aunque, al igual que ocurría anteriormente, la desviación típica de la edad dentro del grupo es elevada.
•
C7:
El último grupo vuelve a estar formado por mujeres viudas, las
cuales declaran tener algo más de estudios que en el caso del cuarto conglomerado.
Este
grupo
es
similar
o
equivalente
al
C6
de
los
individuos de grado de dependencia 1, ya que casi un 55% no tienen una
pensión
de
jubilación,
sino
sus
ingresos
provienen
de
otras
fuentes. La diferencia con el grupo C4, que presentaba a las mujeres viudas que solo recibían cuidados proporcionados por individuos del hogar, es que en este caso, el 51,10% además están cuidados por alguna persona no residente en el hogar. Esta característica está directamente relacionado con el hecho de que el número medio de personas
que
forman
la
vivienda
es
el
menor
de
todos
los
conglomerados, siendo de tan sólo 2,45, por tanto, indica que se trata de un grupo de mujeres que viven, en muchos casos, solas.
c. Conglomerados de la muestra de individuos con grado de dependencia 3: •
C1:
El primer grupo lo forman individuos viudos. Aproximadamente,
en un 55% muestran algún nivel de estudios. Además, en un 85,57% son
jubilados
declara
un
por
edad.
91,12%,
pertenecientes
a
este
los
Finalmente, cuidados
destacaríamos que
conglomerado
personas que residen en el hogar.
58
reciben
están
que,
los
según
individuos
proporcionados
por
•
C2:
Este
grupo
lo
forman,
básicamente,
personas
casadas.
Destacaríamos que, en este caso, la totalidad de los individuos tienen algún nivel de estudios. Respecto a las variables que nos indican si la persona está jubilada, ya sea por edad o por alguna discapacidad o, por el contrario, están en otra situación distinta a la de jubilado, este grupo no representa a ninguna tipología de forma destacada, ya que un 43,64% están jubilados por invalidez, frente al 34,46% que están jubilados y el resto están en otra situación. En este caso, el 91,58% reciben atenciones por parte de personas no residentes en el hogar.
•
C3:
Se trata de un grupo formado por una mayoría de hombres, los
cuales
en
casados.
un
52%
están
Observando
la
solteros media
o
de
divorciados edad
y
(47,68
el
resto
años)
están
podemos
concluir que esta tipología de dependientes representa a los más jóvenes.
Así
individuos, 71,41%
pues,
respecto
podemos
están
ver
jubilados
a
que por
los un
estudios
57,46%
invalidez
y
que
no
casi
presentan
tienen en
su
estos
estudios. totalidad
El
son
personas cuidadas por algún miembro del hogar. Esto, en parte, podría deberse a que en el caso de los niños, éstos están cuidados por sus padres y, en el resto de los casos, por la pareja o los hijos. El número medio de personas que conforman la vivienda es el mayor de todos los conglomerados (4,14).
•
C4:
De nuevo, estamos ante un grupo formado por una mayoría de
hombres (77,2%) casados (88,3%), que están jubilados por edad, y que
en
un
83,30%
no
tienen
estudios.
En
este
conglomerado,
normalmente, los cuidados del dependiente están proporcionados por personas que no residen en el hogar. El número medio de individuos que conforman la vivienda es de 2.59, éste es el promedio menor entre los obtenidos en los conglomerados de dependientes de grado 3. Por tanto, son personas que podrían vivir en muchos casos con un único acompañante que debe hacerse cargo de todo.
•
C5:
Mujeres viudas que no tienen estudios y que en su mayoría
están jubilados por cuestiones de invalidez (63.96%). El resto están en una situación distinta a la de jubilado. Este grupo muestra una característica que no se había dado en ningún otro caso, se trata de
59
•
•
que en ningún caso se tiene contratada algún tipo de cobertura sanitaria de carácter privado. Finalmente, comentar que en un 96.09%, reciben cuidados por parte de los miembros residentes en el hogar. C6: Este grupo en un 95.85% no tienen estudios y el 85.27% están jubilados por cuestiones de invalidez. C7: Mujeres viudas, con un mayor nivel de estudios que el grupo C5. Hemos podido apreciar que este tipo de dependiente se viene repitiendo de forma similar en los tres niveles de dependencia. La diferencia con el C5 con grado de dependencia 3 es que, en este caso, el 78.51% tienen además alguna ayuda externa para atender a las necesidades producidas por las discapacidades.
Con el objetivo de resumir la descripción de los conglomerados, en la tabla 9 se muestran las principales características de los mismos. Ante estas características destacamos, por ejemplo, que en el grado de dependencia 1 existe un grupo de mujeres discapacitadas que disponen de poca ayuda (familiar o no) y que no suelen tener estudios. Es interesante analizar con que probabilidad estás mujeres llegarán a tener grados de dependencia 2 o 3, dado que en estos casos necesitarán de mayor ayuda. En la cuarta sección de este capítulo analizamos estas probabilidades, junto a otras de interés. La segmentación de los individuos dependientes, en función de sus características socioeconómicas permite distinguir las distintas situaciones sociales en las que se encuentran las personas dependientes. Por ejemplo, las personas sin estudios (refiriéndonos con ello a las personas que no saben o casi no saben leer ni escribir), viudas o solteras podrían tener más dificultades para acceder a la ayuda externa. Un modo de simular cómo podría configurarse la población de dependientes de grado máximo, suponiendo que todos los individuos discapacitados alcanzaran este estado, es asignando al resto de individuos discapacitados, pero sin gran dependencia, a los grupos que se han formado con la muestra de grandes dependientes. La forma de realizar la asignación es calculando las distancias 60
euclídeas entre un individuos (representado por un vector de valores de variables) y los centros de grupo (formados por las medias de las variables que mostramos en la tabla 8). Un individuo se asigna a un grupo si la distancia entre el individuo y el centro del grupo es la mínima. i
k
También, pueden calcularse probabilidades de dependencia y, a su vez, de pertenencia a un determinada grupo, el objetivo es determinar con que probabilidad los individuos discapacitados alcanzarán un determinado perfil. Dado que la segmentación de los individuos dependientes se ha realizado utilizando como variables las cuatro primeras Coordenadas Principales, para analizar como dichas coordenadas han diferenciado los grupos, representamos los centros de conglomerado en los ejes de las Coordenadas Principales. Los gráficos resultantes se muestran en las figuras 2, 3 y 4, respectivamente, para los grados de dependencia moderada, severa y gran dependencia. Añadir que, a la hora de interpretar los gráficos citados, tenemos en cuenta los valores de las correlaciones entre las Coordenadas Principales y las variables originales. En los casos en los que las correlaciones mayores sean muy extremas, la interpretación gráfica será evidente, sin embargo, cuando las correlaciones máximas no sean demasiado elevadas, la interpretación de la coordenada no será tan clara.
61
Tabla 6: Conglomerados de individuos dependientes de grado 1. Variables EDAD THOGAR GENERO ZONA CASADOS VIUDOS SIN_ESTUDIOS JUBILADO JUB_INVALIDEZ COBSANPRI HOGAR_CON HOGAR_SOLO HORASSEM
Total
C1
C2
C3
C4
C5
C6
C7
n = 1897
n = 289
n = 291
n = 372
n = 257
n = 131
n = 235
n = 322
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
68,144
18,368
81,659
8,262
59,349
19,434
62,328
14,330
51,030
23,232
82,346
6,553
77,742
8,816
71,979
13,273
2,964
1,529
3,290
1,718
2,856
1,204
3,222
1,366
3,706
1,485
2,490
1,471
1,588
1,106
3,114
1,407
0,346
0,473
0,168
0,366
0,249
0,430
0,450
0,486
0,573
0,504
0,209
0,407
0,034
0,186
0,574
0,494
0,163
0,368
0,163
0,362
0,205
0,401
0,093
0,284
0,215
0,419
0,207
0,405
0,155
0,369
0,150
0,356
0,463
0,496
0,000
0,000
0,656
0,472
0,825
0,371
0,248
0,440
0,116
0,320
0,000
0,000
0,962
0,192
0,328
0,467
0,945
0,224
0,022
0,146
0,003
0,052
0,160
0,374
0,681
0,466
0,891
0,318
0,000
0,000
0,601
0,487
0,737
0,431
0,471
0,496
0,808
0,385
0,436
0,505
0,341
0,474
0,796
0,411
0,467
0,498
0,277
0,445
0,624
0,474
0,037
0,189
0,000
0,000
0,000
0,000
0,786
0,410
0,000
0,000
0,733
0,442
0,405
0,488
0,000
0,000
0,667
0,469
0,705
0,446
0,837
0,376
0,000
0,000
0,395
0,498
0,000
0,000
0,053
0,223
0,057
0,227
0,078
0,267
0,036
0,182
0,042
0,204
0,072
0,258
0,053
0,229
0,049
0,215
0,192
0,392
0,000
0,000
0,817
0,384
0,000
0,000
0,000
0,000
0,624
0,484
0,112
0,322
0,057
0,232
0,548
0,495
0,777
0,407
0,000
0,000
0,798
0,393
0,986
0,122
0,000
0,000
0,057
0,235
0,797
0,402
0,383
0,484
0,414
0,482
0,378
0,482
0,164
0,362
0,815
0,396
0,563
0,496
0,140
0,354
0,355
0,478
62
Tabla 7: Conglomerados de individuos dependientes de grado 2. Variables EDAD THOGAR GENERO ZONA CASADOS VIUDOS SIN_ESTUDIOS JUBILADO JUB_INVALIDEZ COBSANPRI HOGAR_CON HOGAR_SOLO HORASSEM
Total
C1
C2
C3
C4
C5
C6
C7
n = 1399
n = 231
n = 177
n = 147
n = 304
n = 154
n = 186
n = 200
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
71,050
20,198
51,036
24,039
63,803
16,460
3,301
1,609
4,009
1,445
3,269
1,554
0,394
0,492
0,577
0,510
0,305
0,170
0,378
0,237
0,439
0,428
0,498
0,430
0,353
0,481
0,593
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
79,390
7,567
2,514
1,249
85,542
6,710
3,860
1,635
77,684
9,006
57,675
21,232
81,434
12,077
3,298
1,421
3,078
1,434
2,446
1,618
0,458
0,639
0,498
0,176
0,378
0,847
0,362
0,364
0,487
0,051
0,219
0,094
0,290
0,147
0,367
0,151
0,355
0,157
0,366
0,189
0,397
0,192
0,392
0,511
0,724
0,445
0,786
0,425
0,000
0,000
0,893
0,312
0,591
0,498
0,000
0,000
0,100
0,310
0,033
0,177
0,053
0,233
0,919
0,270
0,000
0,000
0,012
0,108
0,941
0,234
0,494
0,486
0,516
0,758
0,426
0,417
0,511
0,680
0,463
0,510
0,504
0,573
0,501
0,678
0,465
0,363
0,484
0,000
0,000
0,000
0,000
0,868
0,350
0,564
0,492
0,985
0,121
0,000
0,000
0,286
0,450
0,371
0,486
0,780
0,427
0,835
0,369
0,000
0,000
0,021
0,143
0,000
0,000
0,767
0,428
0,184
0,386
0,069
0,255
0,062
0,248
0,076
0,263
0,073
0,269
0,066
0,246
0,068
0,253
0,121
0,330
0,025
0,157
0,277
0,450
0,000
0,000
0,000
0,000
0,741
0,454
0,000
0,000
0,000
0,000
0,922
0,271
0,511
0,497
0,561
0,500
0,997
0,058
0,744
0,434
0,000
0,000
0,896
0,303
0,985
0,121
0,000
0,000
0,000
0,000
0,608
0,491
0,938
0,248
0,135
0,340
0,418
0,511
0,722
0,444
0,626
0,488
0,695
0,466
0,494
0,497
63
Tabla 8: Conglomerados de la muestra de individuos dependientes de grado 3. Variables EDAD THOGAR GENERO ZONA CASADOS VIUDOS SIN_ESTUDIOS JUBILADO JUB_INVALIDEZ COBSANPRI HOGAR_CON HOGAR_SOLO HORASSEM
Total
C1
C2
C3
C4
C5
C6
C7
n = 652
n = 99
n = 70
n = 107
n = 72
n = 96
n = 78
n = 130
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
Media
DST
72,353
21,999
84,672
6,685
71,160
18,640
47,680
24,413
79,750
7,044
74,405
23,053
59,489
23,929
85,507
7,124
3,480
1,582
3,933
1,527
2,770
1,230
4,143
1,599
2,594
1,282
4,061
1,279
3,221
1,589
3,223
1,651
0,331
0,472
0,238
0,415
0,530
0,512
0,629
0,483
0,772
0,427
0,037
0,194
0,307
0,456
0,046
0,214
0,190
0,394
0,218
0,403
0,254
0,447
0,169
0,374
0,066
0,252
0,262
0,453
0,133
0,336
0,198
0,407
0,331
0,472
0,046
0,205
0,835
0,381
0,482
0,499
0,883
0,327
0,000
0,000
0,479
0,494
0,000
0,000
0,432
0,497
0,765
0,413
0,027
0,165
0,000
0,000
0,015
0,122
0,778
0,427
0,000
0,000
0,972
0,169
0,632
0,484
0,468
0,486
0,000
0,000
0,573
0,494
0,833
0,379
0,887
0,325
0,958
0,197
0,652
0,487
0,330
0,472
0,856
0,343
0,345
0,487
0,000
0,000
0,978
0,148
0,000
0,000
0,000
0,000
0,296
0,466
0,390
0,490
0,000
0,000
0,436
0,509
0,714
0,451
0,000
0,000
0,640
0,494
0,853
0,351
0,149
0,364
0,051
0,222
0,083
0,269
0,111
0,322
0,043
0,203
0,019
0,140
0,000
0,000
0,013
0,114
0,081
0,278
0,386
0,489
0,000
0,000
0,916
0,285
0,000
0,000
0,411
0,500
0,000
0,000
0,675
0,464
0,785
0,420
0,470
0,501
0,911
0,277
0,000
0,000
0,997
0,050
0,281
0,457
0,961
0,199
0,000
0,000
0,000
0,000
0,769
0,423
0,829
0,367
0,817
0,397
0,873
0,333
0,542
0,506
0,826
0,390
0,690
0,457
0,747
0,444
64
Tabla 9: Descripción de los conglomerados. Conglomerados
Grado de dependencia 1 Individuos
C1
cuidados
estudios,
jubilados,
residentes
en
el
Individuos
casados,
con
estudios
su
Individuos viudos, jubilados por edad y que están cuidados generalmente por miembros del hogar.
por residentes del hogar.
casados,
con
estudios
en
su
Individuos
casados,
miembros residentes en la vivienda.
casados,
sin
estudios,
cuidados
por
los
jubilados miembros
residentes en el hogar.
y
que
estudios,
externa en sus cuidados.
invalidez,
invalidez
sin
por
por
en
Grado de dependencia 3
mayoría, jubilados por invalidez y cuidados
mayoría, jubilados por invalidez, con ayuda
Individuos
C3
sin
miembros
hogar.
Individuos
C2
viudos por
Grado de dependencia 2
casados
Hombres
están
con
jubilados
cuidados
estudios,
por
Individuos casados, con estudios en su totalidad y que
cuentan
además
con
ayuda
externa
para
la
atención de sus necesidades.
jubilados
Hombres,
en
su
mayoría,
atender
cuidados por personas de la vivienda. Este es uno
necesidades
derivadas
de
la
por
invalidez
o
solteros/divorciados,
las
jubilados
casados
por edad, y que reciben ayuda externa para
y
dependencia.
de los grupos donde están situados los menores de
mayor
Mujeres viudas, jubiladas por edad o en una
Hombres casados, sin estudios, jubilados por edad,
porcentaje, jubilados por invalidez y cuidados
situación distinta a la de jubilado, que están
con
prácticamente en su totalidad por individuos
cuidadas prácticamente en su totalidad por
cuidados. Pueden representar en muchos casos a
residentes en la vivienda (mujer, hijos, ...)
individuos residentes en el hogar.
hombres que viven solos.
edad. Individuos
C4
Mujeres
C5
estudios,
casados
viudas,
con
en
jubiladas
estudios
mayor por
en
medida
edad
y
con
cuyos
cuidados son proporcionados mediante una
Hombres
casados,
con
o
sin
estudios,
en
mayor
medida
externa
para
sus
Mujeres viudas sin estudios, jubiladas por invalidez,
jubilados por edad y cuidados por personas
y
que conviven en la misma vivienda.
residentes
ayuda externa.
C6
ayuda
que
sólo
reciben
en
el
cuidados
hogar.
Sin
por
parte
cobertura
de
los
sanitaria
privada en ningún caso.
Mujeres viudas sin estudios, que no poseen
Individuos
una
jubilados por invalidez o en otra situación y
cuestiones de invalidez. En mayor medida, reciben
que reciben ayuda externa para la atención
ayudas
de sus cuidados.
necesidades. En este grupo también se sitúan los
pensión
de
jubilación
y
que,
en
su
mayoría, podrían vivir prácticamente solas.
solteros/divorciados
o
casados,
Individuos
casados,
externas
sin
para
estudios,
la
jubilados
atención
de
por
sus
menores de edad.
C7
Individuos casados, con estudios, jubilados
Mujeres
viudas
por edad y que están cuidados por individuos
laboral distinta a la de jubilado y, en algunos
residentes en la vivienda.
casos, con ayuda externa.
65
que
poseen
una
situación
Mujeres viudas, con una situación distinta a la de jubilado y con ayuda externa para su atención.
Figura 2: Representación de los centros de grupo en las coordenadas
a)
Casados/Solteros Con ayuda ext.
Casados/Solteros Ayuda hogar
principales. Grado de dependencia 1 Viudos por invalidez b) Jubilado Con estudios/Mas Con ayuda ext.
horas semanales
Viudos Jubilado por invalidez Ayuda hogar Sin estudios/Menos horas semanales
Jubilado por edad Con estudios/Más horas semanales
Jubilado por edad Sin estudios/Menos horas semanales
La figura 2a) muestra la representación de los centros de grupo para el grado de dependencia 1 en las dos primeras Coordenadas Principales. En la tabla 5, se mostraban las correlaciones entre las variables originales y las coordenadas, en este caso, la primera coordenada está correlacionada con las variables CASADOS (-0,678) y VIUDOS (0,848). De forma conjunta, ambas correlaciones nos indican que la primera coordenada principal, fundamentalmente, diferencia a los individuos según su estado civil, valores positivos elevados en esta coordenada representan grupos con mayoría de individuos viudos, sin embargo, valores negativos en esta coordenada representan grupos con mayoría de individuos casados o solteros. Destacamos que, por lo que respecta al estado civil, la diferenciación que realiza la primera coordenada principal es entre los viudos o las viudas y el resto. La segunda coordenada principal está fuertemente correlacionada con las variables HOGAR_CON (0,620) y HOGAR_SOLO (-0.766), en este caso la correlación más extrema con HOGAR_SOLO indica que valores extremos negativos de CP2 representan a grupos formados por dependientes que declaran ser atendidos por personas que conviven con ellos, por el contrario, valores positivos representan grupos donde los dependientes declaran poseer ayuda externa o no poseer ningún tipo de ayuda. El hecho de que los grupos de individuos que declaran poseer, además, ayuda externa se sitúen junto a los 66
grupos que declaran no poseer ningún tipo de ayuda, podría deberse a que el hecho de recibir ayuda externa está ligado a que, en el caso de que las haya, las personas que conviven con el dependiente no pueden hacerse cargo de él, debido a que también son muy mayores,…. Por tanto, la coordenada 2 podría estar diferenciando a aquellos dependientes que conviven que otras personas que pueden hacerse cargo de ellos, de aquellos otros dependientes que viven solos o conviven con personas que no pueden hacerse cargo de ellos. Tal y como indicamos en la propia figura, valores elevados en ambas coordenadas son indicadores de individuos viudos que, posiblemente, necesiten de ayuda fuera del hogar. Por el contrario, valores bajos en ambas coordenadas están asociados a individuos que tienden a estar casados, solteros o divorciados (no viudos) y que están a cargo de personas que conviven con ellos. Dada la posición de los centros de grupo, observamos que los grupos C1, C5 y C6 están formados por personas viudas. A su vez, los individuos que pertenecen al grupo C1 están atendidos por miembros del hogar y, por el contrario, los individuos que forman los grupos C5 y C6 necesitan de ayuda fuera del hogar y en algunos casos la tienen y en otros no. En la figura 2b) se interpreta de forma análoga a la 2a), de nuevo, teniendo en cuenta las correlaciones más extremas entre coordenadas y variables dependientes. En la propia figura se indica como deben interpretarse los valores de las coordenadas. Teniendo en cuenta la citada interpretación, por ejemplo, observamos que el grupo C4 está formados mayoritariamente por individuos jubilados por invalidez y sin estudios. Aunque en el caso de la coordenada CP4 también destacamos su relación con la variable HORASSEM. Esta variable toma valor 1 si el cuidador dedica más de 40 horas semanales a atender al dependiente. El grupo C4 toma un valor positivo en CP4 lo que indica que, para estos dependientes, el cuidador dedica, al menos, las 40 horas semanales.
67
Por lo que respecta al posicionamiento de los grupos en la coordenada CP4, destacamos que el grupo formado, mayoritariamente, por individuos sin estudios es el C3, seguido por el C6. A su vez, gran parte de los individuos que forman el grupo C5 disponen de un cuidador a tiempo completo. Si analizamos las características de este grupo, se trata de personas mayores, jubiladas por edad y solteras. Podríamos suponer, que el cuidado de estas personas corre directamente a cargo de los hijos o de de una persona ajena a la familia. Figura 3: Representación de los centros de grupo en las coordenadas
a)
Viudos Con ayuda ext.
Viudos Ayuda hogar
principales. Grado de dependencia 2 b) Casados/SolterosJubilado por invalidez estudios/Menos Con ayuda extSin . horas semanales
Jubilado por edad Sin estudios/Menos horas semanales
Jubilado por invalidez Casados/Solteros Ayuda Con hogarestudios/Mas horas semanales
Jubilado por edad Con estudios/Más horas semanales
La figura 3 es análoga a la figura 2, pero para el grado de dependencia 2. Ahora, aunque las cuatro coordenadas principales están asociadas a las mismas variables originales citadas para la figura 2, la relación es distinta, por este motivo, en algunos casos, las etiquetas ligadas a la interpretación de las coordenadas han cambiado de posición. En la figura 3a) se representan los ejes CP1 frente a CP2, en este caso valores bajos de la CP1 representan a individuos viudos y, a su vez, valores elevados de CP2 son indicadores de que se trata de individuos cuidados por personas que viven en el mismo hogar. En este sentido, a modo de ejemplo, comentamos la interpretación del posicionamiento para algunos de los grupos. El grupo C4, básicamente, está 68
formado por individuos viudos cuidados por familiares que conviven junto a ellos. Por el contrario, el grupo C3 está formado por individuos solteros o casados que en su mayoría declaran poseer algún tipo de ayuda externa. También, el grupo C1, está formado, mayoritariamente, por individuos casados o solteros dependientes de grado 2, que declaran no poseer ayuda ajena al hogar. En la figura 3b) representamos los centros de los grupos con grado de dependencia 2 en los ejes de coordenadas CP3 y CP4. La interpretación de ambos ejes es similar a la dada para el grado de dependencia moderada, pero con alguna variación. Valores negativos en la primera coordenada representan a individuos jubilados por invalidez o en otra situación distinta a la de jubilado. Sin embargo, en el caso de la coordenada CP4, al contrario de lo que sucedía en el grado de dependencia 1, valores elevados en CP4 indican que el cuidador dedica menos de 40 horas semanales a atender al dependiente y, además, el individuo dependiente no posee estudios. En la figura 3b) observamos, de nuevo, una clara diferenciación entre grupos formados por individuos jubilados por edad (C5 y C3) y por individuos jubilados por invalidez (C2 y C6). A su vez, el grupo C2 está formado, mayoritariamente, por individuos sin estudios que declaran no poseer ayuda externa para sus cuidados. Finalmente, en la figura 4 se muestra el posicionamiento, en los ejes de las coordenadas, de los grupos formados con la muestra de individuos con gran dependencia. De nuevo, la interpretación de las coordenadas es similar a las ya dadas con anterioridad para niveles de dependencia inferiores. Sin embargo, de nuevo existe alguna variación en los signos de las correlaciones entre las coordenadas y las variables originales, lo que se traduce en algunas nuevas posiciones de las etiquetas que ayudan a la interpretación de las coordenadas.
69
Figura 4: Representación de los centros de grupo en las coordenadas
principales. Grado de dependencia 3
a)
Viudos Ayuda hogar
Viudos Con ayuda ext.
b)Jubilado por invalidez Casados/Solteros Sin estudios Ayuda hogar
Jubilado por invalidez Casados/Solteros Con ayudaCon ext. estudios
Jubilado por edad Sin estudios
Jubilado por edad Con estudios
En la figura 4a) se representan los centros de los grupos de individuos con grados de dependencia 3, en los ejes de coordenadas CP1 y CP2. La interpretación de estas coordenadas es la siguiente: valores negativos en ambas coordenadas nos indican dependientes viudos (CP1) que declaran poseer algún tipo de ayuda externa al hogar (CP2) y viceversa. Del mismo modo, en la figura 4b) se representan las coordenadas CP4 y CP5 que se interpretan teniendo en cuenta lo siguiente: valores elevados en ambas coordenadas nos indican individuos jubilados por edad y sin estudios. Ahora, la correlación entre CP5 y la variable HORASSEM no es excesivamente elevada. 4.3. Esperanza de vida
Uno de los cambios más espectaculares que se han producido a nivel mundial durante el siglo XX ha sido el incremento en la longevidad, resultado, entre otros factores, de la mejora en la calidad de vida y en los avances en la medicina. Por poner un ejemplo, en 1840 las mujeres suecas vivían poco más 70
de 45 años. Actualmente, la esperanza de vida más larga la encontraríamos en Japón, donde las mujeres alcanzan cerca de los 85 años, edad que no dista tanto de la que podemos ver en los datos de longevidad en las mujeres en España. La esperanza de vida al nacer, aproximadamente, se ha triplicado en el transcurso de la historia de la humanidad. Los primeros avances fueron consecuencia de una mejora a nivel general de los estándares en vida, junto a los esfuerzos organizados para controlar la propagación de las enfermedades contagiosas. Las reducciones en la mortalidad neonatal e infantil a finales del siglo XIX i principios del XX tuvieron como consecuencia directa un incremento rápido en la esperanza de vida al nacer. Desde 1970, el factor principal que explica los incrementos continuados en la esperanza de vida en los países industrializados está relacionado, básicamente, con la reducción en la mortalidad en las personas mayores. Wilmoth (2000) estimó la esperanza de vida al nacer a mediados del siglo XXI en los países industrializados, situándola en los 85 y 87. Oeppen y Vaupel (2002) concluyeron que, si la esperanza de vida estaba próxima a llegar a un máximo, entonces el aumento de esta debería estar decreciendo. Sin embargo, esto no es así. Durante 160 años la esperanza de vida ha ido aumentando de manera constante en relación a un cuarto de año por año, lo cual es un logro extraordinario para la humanidad. Es decir, basándonos en la evidencia demográfica disponible, la vida humana no muestra signos de acercarse a un límite establecido, impuesto por la biología o por otros factores. La mayoría de los análisis demográficos se basan en la esperanza de vida como un indicador del número esperado de años que un recién nacido vivirá. Sin embargo, los cálculos se realizan tomando como base no más que una generación y, por tanto, las tendencias son extrapoladas para alcanzar tales conclusiones. Otra posibilidad seria la de analizar la esperanza de vida a partir de los 60 años, la cual sería una medida diferente, aunque basada en el mismo concepto que antes. Considerando que un individuo ha alcanzado los 60 años, entonces, cuántos años esperados de vida tendrá la persona. Para calcular la esperanza de vida después de los 60 años, uno ha de eliminar diversos 71
inconvenientes en el análisis de la longevidad como, por ejemplo, el hecho de que la mortalidad neonatal afecta al indicador general de la esperanza de vida. Una pregunta general que los investigadores dedicados al análisis de la longevidad se ven forzados a dirigir, en busca de una respuesta clara y concisa, está relacionada con el concepto de calidad de vida. Si los seres humanos vivimos más años en promedio, es importante considerar y analizar cuestiones como el nivel de salud, la movilidad y la habilidad de realizar las actividades de la vida diaria, especialmente, posee gran interés el estudio de la influencia de estas variables en los individuos de edades más avanzadas. En un intento de sintetizar la información estadística relaciona a estas cuestiones, Sullivan (1971) propuso un método para calcular la esperanza de vida en Salud (HLE,
Healthy Life Expectancy),
el cual considera, en el cálculo de la
esperanza de vida, sólo los años que se han vivido en buena salud. Cuando se dispone de la información de una tabla de vida (probabilidad de muerte según edad y género) y del porcentaje de individuos con buena salud distinguiendo según la edad y el género, el cálculo es muy sencillo. Este método nos proporciona una buena medida de la longevidad. Un problema clave en las sociedades que experimentan un rápido envejecimiento, como es el caso de España o de otros paises, es la estimación exacta de los recursos requeridos para satisfacer la demanda de los cuidados de larga duración, destinados a los individuos de edad avanzada. En las proyecciones de población se pone de manifiesto que se producirá un gran aumento en el número absoluto de personas de edades avanzadas y, analizando las tendencias de mortalidad de los últimos decenios, se está poniendo de manifiesto un continuo aumento en la longevidad que puede implicar que las situaciones de dependencia de las personas mayores tengan una duración superior a la que se está dando actualmente. La comprensión de la morbilidad es una de las teorías posibles sobre lo que puede ocurrir cuando se incrementa la longevidad. La vida de los individuos es más larga, en promedio y los años adicionales de vida se viven con buena salud. Con la teoría de la expansión de la morbilidad las personas se 72
mantendrán vivas durante mayores períodos de tiempo pero en peores condiciones de salud y en discapacidad. Para poder corroborar estas teorías deberíamos poder realizar un análisis longitudinal, de forma que pudieramos ver las tendencia de evolución tanto de la longevidad como de la presencia de discapacidades en las personas mayores. Sin embargo, en este apartado veremos las diferencias entre las expectativas de años de vida en salud para grupos de invidiuos de tipología diferente, Hemos realizado diversos estudios en la población española, los cuáles han consistido en: •
Análisis de y HLE (esperanza de vida en salud) y sus diferencias según el grupo de pertenencia del individuo.
•
Debido a la falta de información sobre diferencias de mortalidad entre grupos diferentes, se ha supuesto en todos los grupos considerados la misma probabilidad de muerte de la población española, por sexos y edades.
Como dato de interés, decir que en España la proporción de población mayor de 65 años ha aumentado del 8.2% en 1960 al 17% en el año 2000. Esto pone de manifiesto lo que ya comentamos al inicio de este apartado, que hacía referencia al creciente envejecimiento de la población en términos de un mayor número relativo de personas mayores. A continuación, mostramos los resultados del análisis de la esperanza de vida en salud y en discapacidad para los individuos dependientes. Concretamente, nos centramos en los discapacitados con grado de dependencia 3 (grandes dependientes). 4.3.1. Esperanzas de vida en salud y en discapacidad
Para obtener la esperanza de vida en salud y en discapacidad de los dependientes de grado 3 se utiliza el método de Sullivan. Dado que, en el Análisis de Coordenadas Principales, que mostrábamos en el apartado 4.1., 73
habíamos determinado cuáles eran las variables que mejor explicaban las diferencias entre individuos, tres de las cuáles estaban relacionadas con el estado civil, la actividad económica y los estudios, hemos calculado las esperanzas de vida en salud y en discapacidad para distintos grupos de individuos, en función de los valores de estas variables. En primer lugar mostramos los resultados de las esperanzas de vida en función del estado civil de los grandes dependientes. Para realizar los cálculos, seleccionamos los individuos dependientes mayores de 64 años, ya que, como se ha mencionado con anterioridad, existe un importante interés en el estudio de las personas mayores. La variable estado civil, tal y cómo ya describimos en el capítulo 2, la definimos con tres categorías: casados, solteros (incluyendo los divorciados y separados legalmente) y viudos. Sin embargo, para realizar el análisis comparativo de la esperanza de vida hemos formado dos grupos: viudos y no viudos, ya que el hecho de estar viudo o viuda era una característica que diferenciaba a algunos de los perfiles de dependientes de máxima severidad. A continuación describimos el procedimiento de cálculo de las esperanzas de vida en salud y en discapacidad para distintos grupos de individuos (viudos/no viudos, con estudios/sin estudios y jubilados por invalidez/jubilado por edad). Este procedimiento está formado por diferentes etapas. Para describir estas fases utilizamos como referencia el caso particular de viudos y no viudos. Para el resto de las variables consideradas se sigue el mismo proceso. Etapa 1: Calculo de las tasas de dependientes por edad para los individuos viudos y no viudos. Estas tasas se corresponden con los porcentajes de dependientes viudos y no viudos. Etapa 2: Estimación de dos polinomios cúbicos (para viudos y no viudos) utilizando como variable a explicar la tasa de dependencia y como explicativa la edad a fin de suavizar dichas tasas de prevalencia. Etapa 3: A partir de las tasas de prevalencia ajustadas para los viudos y los no viudos mediante el polinomio cúbico, utilizando el método de Sullivan descrito en el capítulo 3 de este trabajo, se obtienen las 74
esperanzas de vida en discapacidad y en salud para cada grupo de discapacitados.5 En la Figura 5 mostramos las curvas de las porcentajes de esperanza de vida en dependencia para grandes dependientes viudos o no. Recordamos que estas curvas han sido calculadas para personas cuyo grado de dependencia es máximo y con edades superiores a los 64 años. Posteriormente, en la Figura 6 mostramos los polinomios cúbicos ajustados a las tasas de prevalencia de la dependencia. En la Figura 5 observamos que conforme avanza la edad, disminuye el porcentaje de la esperanza de vida que será en “salud”, pero nunca desciende por debajo del 80%. Además, las mayores diferencias entre la esperanza de vida en discapacidad para los individuos viudos y los que no lo son se situarían en los 78 y los 85 años, aunque en ningún caso superan los 0,2 años. También, la edad a la cual el 5% de la esperanza de vida será en discapacidad se alcanza aproximadamente a los 80 años de edad, en el caso de los individuos viudos, mientras que para los que no lo están se alcanzaría a los 85 años. Tabla 10. Esperanzas de vida en discapacidad por edad para individuos viudos o no viudos
Edad 65 70 75 80 85 90 95
Esperanza de vida en discapacidad para individuos viudos 0,3889 0,4033 0,4269 0,4436 0,4399 0,4186 0,3429
Esperanza de vida en discapacidad para individuos no viudos 0,3066 0,3438 0,2944 0,2600 0,2741 0,3300 0,3558
Para las edades menores (entre 65 y 67 años, aproximadamente) obteníamos tasas ajustadas negativas, estos valore fueron corregidos aplicando al último valor positivo ajustado tasas de decrecimiento inferiores a las proporcionadas por el polinomio cúbico utilizado. 5
75
Para los individuos que no están viudos, más del 90% de la esperanza de vida se situará en salud al menos hasta los 90 años. Por el contrario, en el caso de los viudos, para asumir este mismo porcentaje en la esperanza de vida en salud, debemos situarnos en los 87 años. Como comentario final, podemos apreciar que entre los 80 años y los 90, es cuando se percibe una mayor diferencia entre los dos grupos. De forma análoga al caso de los viudos y no viudos, en la Figura 7 representamos las porcentajes de esperanzas de vida en dependencia para los individuos jubilados por invalidez y jubilados por edad. Posteriormente, en la figura 8, de nuevo, mostramos las tasas de dependencia ajustadas mediante polinomio cúbico.
Figura 5: Porcentaje de vida en discapacidad en función de la edad, diferenciando entre viudos y no viudos. 100
75
50
25
0
65
70
75
80
85 %_Viudos
76
90 %_No_Viudos
95
100
105
Figura 6: Tasas de dependencia ajustadas en función de la edad, diferenciando entre viudos y no viudos. 0.25
0.2
0.15
0.1
0.05
0
65
70
75
80
85 Viudos
90
95
100
105
No_viudos
A partir de las funciones representadas en la figura 7, las observaciones más relevantes que se desprenden de los resultados de Sullivan son diversas.
Tabla 11. Esperanzas de vida en discapacidad por edad para individuos jubilados por edad o por invalidez
Edad 65 70 75 80 85 90 95
Esperanza de vida en discapacidad para Jubilados por invalidez 1,0072 1,0703 0,9458 0,8708 0,9144 1,0545 1,0865
Esperanza de vida en discapacidad para Jubilados por edad 0,2500 0,2801 0,2646 0,2528 0,2593 0,2821 0,2749
Las diferencias entre las esperanzas de vida en dependencia según si el individuo está jubilado por cuestiones de invalidez o por edad, son claramente superiores a las que podíamos observar en el caso de la viudez. Pero encontramos que exceptuando los dos últimos años y especialmente el último, donde se produce una disminución considerable en ambas esperanzas, pero de mayor porcentaje en la referente a la de los individuos jubilados por 77
invalidez, para el resto de casos, podemos ver que las menores diferencias son las que se encuentran entre los 78 y 84 años de edad, las cuáles no superan los 0.7 años y que se produce un aumento en estas diferencias a partir de los 90 años, donde se obtienen valores próximos a los 0.82 años de diferencia. La edad a la cual el 5% de esperanza de vida será en dependencia nos muestra unos resultados interesantes, ya que en el caso de estar jubilado por edad, se alcanza a los 87 años, mientras que para los individuos jubilados por invalidez este valor se asume antes de los 65 años. Para los individuos jubilados más del 90% de la esperanza de vida será en salud al menos hasta los 93 años, mientras que en el caso de los jubilados por invalidez este valor lo hemos de buscar en edades mucho más tempranas, del orden de los 78 años. Con lo cual queda patente que una persona jubilada por cuestiones de invalidez, estará muchos menos años de vida en una situación de “salud”. A diferencia del caso estudiado en el apartado anterior, donde el porcentaje de esperanza de vida en salud no se situaba por debajo del 80%, aquí nos encontramos que en el caso de los jubilados por invalidez, sin considerar el último caso que es bastante extremo en comparación al resto, podemos observar un descenso considerable en los últimos cinco años, llegando hasta el 40.08%, mientras que para los individuos jubilados, nunca supera el límite del 84%.
78
Figura 7: Porcentaje de vida en discapacidad en función de la edad, diferenciando entre jubilados por edad y por invalidez. 100
80
60
40
20
0 65
70
75
80
85 %_Jub_Invalidez
90
95
100
105
%_Jubilado
Figura 8: Tasas de dependencia ajustadas en función de la edad, diferenciando entre jubilados por edad y por invalidez. 0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0 65
70
75
80
85 Jub_Invalidez
90
95
100
105
Jubilado
Finalmente, en las Figuras 9 y 10 mostramos los mismos resultados anteriores para los individuos con estudios o sin estudios.
79
Tabla 12. Esperanzas de vida en discapacidad por edad para individuos con o sin estudios
Edad 65 70 75 80 85 90 95
Esperanza de vida en discapacidad para individuos con estudios 0,2802 0,3439 0,3156 0,2920 0,3064 0,3554 0,3697
Esperanza de vida en discapacidad para individuos sin estudios 0,4021 0,4226 0,4245 0,4242 0,4215 0,4174 0,3638
Estas figuras muestran como existen diferencias entre individuos con estudios y sin estudios. Por ejemplo, las personas con estudios alcanzan un 5% de esperanza de vida en dependencia a los 85 años. Esta edad se reduce a los 80 años en el caso de no tener estudios. En cambio, existen situaciones en las que las diferencias son menores, por ejemplo, si nos fijamos en el hecho de que para los individuos con estudios, hasta los 91 años, más del 90% de la esperanza de vida es en salud, en el caso de no tener estudios la edad se reduce en sólo dos años. En general, el hecho de tener estudios o no, no provoca excesivas diferencias entre los porcentajes de vida en salud y dependencia.
80
Figura 9: Porcentaje de vida en discapacidad en función de la edad, diferenciando entre individuos con o sin estudios. 100
80
60
40
20
0 65
70
75
80
85
%_Con_Estudios
90
95
100
105
%_Sin_Estudios
Figura 10: Tasas de dependencia ajustadas en función de la edad, diferenciando entre individuos con o sin estudios. 0.25
0.2
0.15
0.1
0.05
0 65
70
75
80
85
Con_Estudios
81
Sin_Estudios
90
95
100
4.4. Indicadores de dependencia
Al margen de que dentro de cada nivel de dependencia puedan definirse distintos perfiles socioeconómicos, también es importante analizar como las características socioeconómicas de los individuos discapacitados pueden influir en la probabilidad de que estos terminen teniendo algún grado de dependencia. Con este objetivo, estimamos diversos modelos logit binomiales, los cuales, por un lado, permiten estudiar cuál es la influencia de la situación socioeconómica en la probabilidad de ser dependiente y, por otro lado, nos permitirán obtener algunos indicadores socioeconómicos de dependencia. A continuación, mostramos los resultados de la estimación de tres modelos logit, cuya diferencia está en la variable dependiente utilizada en cada uno, respectivamente, DEP1, DEP2 y DEP3. En este caso, las bases de datos utilizadas contiene información sobre individuos discapacitados, dependientes o no. Estas bases de datos las describíamos al final del capítulo 2 de este trabajo. La variable DEP1 toma valor 1 si el individuo posee un grado de dependencia 1 o superior y o en caso contrario, similarmente, la variable DEP2 toma valor 1 si el discapacitado posee un grado de dependencia 2 o superior y 0 en caso contrario y, por último, la variable DEP3 toma valor 1 si el individuo posee nivel de dependencia 3 y 0 en caso contrario. Las variables explicativas que utilizamos en la estimación de los modelos son aquellas que, en las secciones 4.1. y 4.2. nos permitieron obtener los perfiles de individuos dentro de cada nivel de dependencia, las cuales fueron descritas en el capítulo dos del trabajo. En este caso, estas variables nos permitirán analizar como influye la situación socioeconómica de los individuos en su probabilidad de alcanzar un determinado nivel de dependencia. Siguiendo la notación del capítulo 3, el modelo que ajustamos se expresa como:
82
P (DEPj
= 1) =
exp( ' β ) ∀ = 1,2,3 , 1 + exp( ' β ) X
i
j
X
i
donde:
EDAD THOGAR GENERO ZONA CASADOS VIUDOS X SIN_ESTUDIOS JUBILADO JUB_INVALIDEZ COBSANPRI HOGAR_CON HOGAR_SOLO HORASSEM es el vector que contiene los valores de las variables explicativas para el individuo y i
=
i
i
i
i
i
i
i
i
i
i
i
i
i
i
β
β0 β1 β 2 β3 β4 β 5 β6 = β 7 β8 β9 β 10 β11 β 12 β 13
es el vector de parámetros a estimar. Debido a que los valores de las variables HOGAR_CON y HOGAR_SOLO sólo los conocemos para 8.769 discapacitados de una muestra total de 20.224, las 83
estimaciones de los modelos logit se han realizado para toda la muestra sin las dos variables citadas anteriormente y, también, incluyendo ambas variables con los 8.769 discapacitados sobre los que disponíamos de información completa. En ambas muestras hemos calculado los pesos que cada individuo representa en la población y, por tanto, la estimación de los modelos logit la hemos realizado utilizando el método de la maximización de la función de verosimilitud ponderada. En la Tabla 10 mostramos los resultados de la estimación cuando la variable dependiente de DEP1 y la muestra es de 20.224 discapacitados. En la muestra ponderada el porcentaje de dependientes con grado 1, 2 o 3 es del 25%. Tras realizar la estimación con la muestra de 8.769 discapacitados, en general observamos que el ajuste que mostramos en la tabla 10 es mejor. Aunque en esta tabla aparezcan menos variables explicativas, cuando utilizamos el total de la muestra (20.224) los parámetros asociados a las variables son más significativos y el ratio de verosimilitud y el porcentaje de clasificación correctos son mejores. Esta situación se reproduce posteriormente en la estimación de los modelos logit cuando las variables dependientes son, respectivamente, DEP2 y DEP3.6 En la Tabla 10 los únicos parámetros que no son significativos y, por tanto, no puede rechazarse la hipótesis nula de que su efecto sobre la probabilidad sea nulo, se corresponden con los asociados a las variables JUBILADO y COBSANPRI. El resto de parámetros poseen una significación inferior al 5% y, por tanto, cambios en las variables asociadas provocan cambios en la probabilidad de ser dependientes. Los parámetros que son significativos con signo positivo son los asociados a las variables EDAD, THOGAR, SIN_ESTUDIOS, JUB_INVALIDEZ y HORASSEM_R, lo que nos indica que las personas mayores sin estudios poseen una mayor probabilidad de ser dependientes, además, cuando el hogar del discapacitado, que declara necesitar una persona al menos 40 horas semanales, está formado por mayor Los resultados obtenidos para las variables dependientes DEP1, DEP2 y DEP3, utilizando la muestra reducida a 8.769 discapacitados se muestran en el anexo. 6
84
número de personas mayor es la probabilidad de que éste sea dependiente y, finalmente, si el discapacitado está jubilado por invalidez la probabilidad de ser dependiente es mayor. Los parámetros significativos con signo negativo son los asociados a las variables GENERO, ZONA, CASADOS y VIUDOS. Destacamos que estos resultados nos indican que las mujeres y los solteros poseen mayor probabilidad de ser dependientes. Tabla 10: Estimación del modelo logit. Variable dependiente DEP1.
Tamaño de la muestra 20.224 discapacitados. DF
Estimador
Chi-cuadrado de Wald
Intercept
1
-3,1863
1041,7685