II Domingo de Adviento 9 de diciembre de 2012 Monición Nuestra vida está llena de caminos, que recorremos continuamente. Los hombres van y vienen por distintos caminos. Sin ellos nos perderíamos y no podríamos llegar a ninguna parte. Adviento quiere decir que el Señor va a venir a nosotros. Y nosotros hemos de prepararle el camino de nuestro corazón. Vamos a celebrar la eucaristía. Y Jesús que es “el camino” nos ayudará a preparar el camino de nuestro corazón.

Encender la segunda vela de la corona Encendemos, Señor, esta luz como aquel que enciende una lamparilla para salir al encuentro del amigo que llega. En esta segunda semana de adviento, queremos encender el fuego de la esperanza para prepararnos a recibirte con gozo y entusiasmo. Tú sabes cuántas sombras nos envuelven, cuántas humillaciones nos oprimen. Pero nosotros queremos escuchar tu palabra que nos consuela y nos alienta. Porque Tú eres, la voz más dulce, la paz más profunda, la alegría más verdadera.

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Acto penitencial -Jesús, tú nos has dicho: “Yo soy el camino”. Por las veces que nosotros no hemos caminado por tus sendas. SEÑOR, TEN PIEDAD. - Jesús, tú quieres que preparemos en nuestro corazón un camino para ti. Por las veces que nuestro corazón no ha sido transparente. CRISTO, TEN PIEDAD. - Jesús, tú deseas que caminemos en la verdad, la justicia y el amor. Por las veces que hemos mentido, hemos sido injustos y no hemos amado a los demás. SEÑOR, TEN PIEDAD.

Primera Lectura

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Lectura del profeta Baruc (5, 1-9) Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflicción y viste las galas perpetuas de la gloria que Dios te da; envuélvete en el manto de la justicia de Dios y ponte a la cabeza la diadema de la gloria perpetua, porque Dios mostrará tu esplendor a cuantos viven bajo el cielo. Dios te dará un nombre para siempre: “Paz en la justicia, Gloria en la piedad”. Ponte en pie, Jerusalén, sube a la altura, mira hacia oriente y contempla a tus hijos, reunidos de oriente a occidente, a la voz del Espíritu, gozosos, porque Dios se acuerda de ti. A pie se marcharon, conducidos por el enemigo, pero Dios te los traerá con gloria, como llevados en carroza real. Dios ha mandado abajarse a todos los montes elevados, a todas las colinas encumbradas, ha mandado que se llenen los barrancos hasta allanar el suelo, para que Israel camine con seguridad, guiado por la gloria de Dios; ha mandado al bosque y a los árboles fragantes hacer sombra a Israel. Porque Dios guiará a Israel entre fiestas, a la luz de su gloria, con su justicia y su misericordia. Palabra de Dios.

Salmo responsorial (Salmo125, 1-2ab. 2cd-3 4-5.6.) R/. “El Señor ha estado grandes con nosotros, y estamos alegres” Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar; la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares. R

Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos.» El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. R

Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. R Al ir, iban llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando, trayendo sus gavillas. R

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Segunda Lectura Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Filipenses (1, 4-6.8-11) Hermanos: Siempre que rezo por vosotros, lo hago con gran alegría. Porque habéis sido colaboradores míos en la obra del Evangelio, desde el primer día hasta hoy. Esta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros una empresa buena, la llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús. Testigo me es Dios de lo entrañablemente que os quiero, en Cristo Jesús. Y esta es mi oración: que vuestra comunidad de amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores. Así llegaréis al Día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, a gloria y alabanza de Dios. Palabra de Dios.

Aleluya “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Todos los hombres verán la salvación de Dios”

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Evangelio +Lectura del Santo Evangelio según Lucas (3,1-6) En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios sobre Juan, Hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: “Una voz grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios”. Palabra del Señor.

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Reflexión - Y vino la palabra de Dios a Juan en el desierto, no en Jerusalén o en Cesarea de Filipo. Allí hay demasiado ruido para que el susurro de la voz de Dios se pueda oír. Vino en la soledad del desierto Soledad, paz… necesitamos todos para escuchar la palabra de Dios. Con tanta televisión, tanta radio, tanto teléfono móvil, tanta música insufrible, cegamos los oídos y el corazón y es imposible escuchar a Dios, todos necesitamos momentos de soledad, de paz interior. Y cuántas veces en el mismo interior necesitamos silencio. Cuantas veces, aun hablando con Dios, lo apabullamos con nuestros argumentos filosóficos y conocimientos teológicos. Dios se admira de nuestro saber y se le olvida comunicarnos lo único que Él sabe. Y no pocas veces son las palabras de los curas las que impiden que Dios se comunique, palabras que en vez de ser tímidas, sencillas, a tono con el susurro de la voz de Dios son trompetería doctísima ante la que el mismo Dios se asusta. Pues esta es la primera conversión que nos pide Juan Bautista: del ruido al silencio - Y creo que no nos vendría mal, o más diría que es absolutamente necesaria otra conversión: del mercantilismo y contabilidad religiosa que fiándose de los muchos actos buenos que hacemos, chalaneamos que Dios, a abandonarse por completo al amor de Dios en que vivimos envueltos. Como peces en pecera de agua todos vivimos rodeados de esta atmosfera en la que respiramos sin darnos cuenta el aire que por todas partes nos rodea, pues así vivimos envueltos en el amor de Dios sin darnos cuenta que nos envuelve su cariño por todas partes, seamos buenos o malos, porque para Dios no hay nadie malo, sino insolvente, ni bueno, sino querido por Él. Conversión al amor de Dios, jugárnoslo todo a la sola carta del Amor de Dios - Y a propósito de esa primera conversión de que os hablaba, del parloteo al silencio, dice un salmo El cielo en su silencio proclama la gloria de Dios. El firmamento proclama la obra de sus manos. El día al día le pasa su mensaje, la noche a la noche se lo susurra.

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Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra le pasa su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje ¿Aprenderemos alguna vez a hablar en silencio? ¿A estar callados con cariño?

José María Maruri, SJ

Oración de los fieles Escuchamos la voz que clama en el desierto “allanad los senderos”, pero, Señor, Tú sabes que hay pedruscos que cuesta mucho mover, confiado tu pueblo te pide ayuda Por la Iglesia. Para que prepare en todos los cristianos el camino del Señor. ROGUEMOS AL SEÑOR. Por los que gobiernan las naciones. Para que preparen a todos los hombres caminos de justicia, de amor y de paz. ROGUEMOS AL SEÑOR. . Por todos los misioneros y misioneras distribuidos por todo el mundo y son capaces de entregar su vida al servicio de los demás, sobre todo de los más pobres. ROGUEMOS AL SEÑOR. Por todos los hombres y mujeres mayores de nuestro pueblo, para que tengan un lugar privilegiado en nuestra sociedad y en las familias, a pesar de sus limitaciones. ROGUEMOS AL SEÑOR. Para que surjan vocaciones generosas en los campos de la justicia, la solidaridad y la paz. ROGUEMOS AL SEÑOR. Por todas las familias, especialmente las nuestras, para que sean bendecidas y en el mundo aumente la tolerancia. ROGUEMOS AL SEÑOR. Para que todos nosotros vivamos en conversión constante, abiertos al Señor que viene cada día. ROGUEMOS AL SEÑOR. Se pueden añadir algunas intenciones libres

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Oración Padre, ayuda con tu consolación y misericordia a este pueblo, para que sepa preparar el camino ante la llegada de tu Hijo. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.

Ofrendas Con esta PALA Y ESTE PICO (llamados fe y esperanza) queremos trabajar en nuestra parroquia, en nuestro mundo, en nuestra sociedad, con la mano de Dios. Que EL nos indique el camino a seguir. Con esta CURVA PELIGROSA queremos representar a tantas personas que se alejan del amor de Dios. A esas personas que, pudiendo ir bien por la vida, se empeñan en jugar con el peligro. ¡Ayúdanos, Señor! Con el PAN Y EL VINO, ofrecemos al Señor el camino de la santidad que es la Eucaristía. Que nunca nos falte para recuperar las fuerzas que nos hacen falta para amarle y hacerle presente en el mundo. ¡Gracias, Señor!

Oración para después de la comunión Gracias, Señor, por quedarte en mí y junto a cada uno de nosotros hecho alimento, para ayudarnos a recorrer el camino. Gracias por las llamadas que continuamente nos haces a seguirte, a testimoniar con nuestra vida el Evangelio, a ser cepas que den buenos y abundantes frutos. Gracias por insistir en las llamadas, pese a que nuestras respuestas casi siempre son negativas, tibias, faltas de coraje y decisión. No te canses Señor. Ayúdanos con la fuerza de esta comunión a dejarnos transformar, a dejarnos podar y entrecavar, para que seamos cepas renovadas, que cada cosecha dan mejores frutos.

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Despedida ¡Ojalá que nuestra oración hoy sea desde el gozo y la esperanza, como lo manifiesta Pablo en su carta a los cristianos de Filipos!. Que la orientación hacia el retorno de Cristo y la consiguiente actitud de estar en camino hacia ese retorno final nos ayude a vivir con esperanza alegre este tiempo del Adviento. Podéis ir en paz V- Demos gracias a Dios

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Oración Año de la Fe ¡Oh alto y glorioso Dios!, ilumina las tinieblas de mi corazón, dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, para que cumpla tu santo y veraz mandamiento. Amén.

Oración de S. Francisco de Asís ante el Cristo de San Damián.

Fraternidad Franciscana de la Cruz San Miguel de Serrezuela y Cabezas del Villar en Ávila Torrelodones en Madrid