Ayudas para la celebración - Tiempo de Adviento - Ciclo A

DOMINGO I DE ADVIENTO Monición de entrada Hoy comenzamos el tiempo de Adviento, en el que la Iglesia nos invita a prepararnos para la venida gozosa del Señor. Adviento para los cristianos viene a significar “presencia” de Cristo, el cual se encarnó en un momento histórico concreto y permanece con nosotros, pero su presencia aún no es definitiva. El inicio del Adviento marca el comienzo de un nuevo año litúrgico en el que iremos profundizando en el seguimiento de Cristo a través del evangelio de San Mateo. Comenzamos nuestra celebración encendiendo el primer cirio de la corona de Adviento que nos acompañará en nuestro itinerario de preparación de la venida de Cristo.

Monición a la Liturgia de la Palabra Desde hoy y a lo largo de todo el adviento, el profeta Isaías será quien nos guíe. Este domingo nos invita a caminar a la luz del Señor, sólo Él podrá hacer realidad la visión del profeta en la que todos nos dejaremos instruir por el Dios de la verdad y la misericordia. El Evangelio es una clara invitación a la vigilancia. No tenemos que vivir temerosos, la venida del hombre no será un diluvio devastador, lo que pasa es que no se avisa el día ni la hora y tal vez no estemos preparados por ello. Permanezcamos vigilantes y atentos para estar preparaos porque el Hijo del Hombre llegara en cualquier momento.

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Salmo Responsorial

Sal 121

Vamos alegres a la casa del Señor

Signo Litúrgico: Corona de Adviento La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad, es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación que iba iluminando la noche de la espera hasta el amanecer del Sol de justicia: Cristo, el Señor. En la Corona, hecha con ramas de árboles, toda la creación se une a la expectativa de la salvación que ansían los hombres. Esperanza que se expresa en las luces (velas) que alumbran la Corona. También puede ser adornada con pequeños frutos, anuncio del fruto escatológico que esperamos. No olvidemos este signo del Adviento. Su expresiva y la posibilidad de participar todos los fieles en él, a lo largo de los cuatro domingos de expectación y de esperanza. No hace falta recordar que la bendición la tenemos en el Bendicional. (Bendicional nn. 1241 y ss.)

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DOMINGO II DE ADVIENTO Monición de entrada La comunidad eclesial camina poniendo la mirada en la Noche santa de la Natividad. Vamos recorriendo una senda que ayuda a reconocer a ese Niño que va a nacer, y preparar nuestro espíritu para ello. En este domingo segundo de Adviento surge la figura de Juan Bautista. Él nos llama a la conversión. Nos llama a preparar el camino al Señor. Vivamos con intensidad esta domingo, y dejemos que la luz de la Palabra de Dios nos impulse a la conversión. No pongamos obstáculos a ello.

Monición a la Liturgia de la Palabra En la primera lectura, el profeta Isaías anuncia un tiempo de paz y amor definitivos, expresión máxima de la presencia del Reino de Dios entre los hombres. En la segunda lectura, San Pablo muestra cómo Cristo es la respuesta a las promesas hechas por Dios al pueblo de Israel. El texto evangélico nos presenta al Precursor, a Juan Bautista, que nos lanza una llamada a la conversión sincera del corazón hacia el Señor a quien esperamos.

Salmo responsorial

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Sal 71

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Que en sus días florezca la justicia y la paz abundantemente

Sugerencia litúrgica: Celebración Penitencial El Ritual de la Penitencia sugiere la celebración comunitaria de la penitencia (n. 315 ss.) durante el Adviento. Hoy puede ser buen día para anunciarla al hilo de la invitación a la conversión de la Palabra de Dios. Siguiendo la exhortación del Apóstol se puede invitar a examinar nuestras obras a la luz de la Justicia que viene de Dios a través de Cristo, mirándole a El y pidiendo el discernimiento de la fe.

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DOMINGO III DE ADVIENTO Monición de entrada Seguimos caminando un domingo más hacia la espera de la venida del Mesías, y nos encontramos en el tercer domingo de Adviento. Hoy el profeta Isaías nos describe la venida del Mesías esperado e introduce la era de la alegría. Aprovechemos nosotros este tiempo de gracia para crecer en alegría ante la inminente llegada de nuestro Salvador.

Monición a la Liturgia de la Palabra El pasaje de Isaías que vamos a proclamar es un canto a la alegría. Es un gozo desbordante por la proximidad de un nuevo mundo donde el Pueblo de Dios será salvado y no tendrá que temer nunca más. La segunda lectura, tomada de la carta del apóstol Santiago, invita a tener paciencia. Mientras que permanecen las injusticias y contrariedades en el mundo, los cristianos pedimos ayuda al Altísimo, y así esperar la segunda venida del Señor. En el Evangelio de hoy, san Mateo habla de Juan Bautista. Éste prisionero en la a cárcel, envía a algunos de sus discípulos a preguntarle a Jesús, si es Él el Mesías o no que ha de venir. La respuesta del Maestro es rápida y convertida en obras: los ciegos ven, los sordos, oyen y los cojos andan.

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Salmo Responsorial

Sal 145

Ven Señor, ven a salvarnos

Signo litúrgico: Domingo “Gaudete”; Bendición del árbol Hoy la liturgia se recomienda celebrarla claramente distinta. La sobria alegría de la espera se expresa en las flores y los cantos, aun cuando todavía no es el gozo desbordante del Gloria de la Navidad. Los ornamentos cambian el morado por el rosa donde sea posible. La alegría por la cercanía de la Navidad puede manifestarse también en la Bendición y encendido del árbol de Navidad. (Bendicional, nn. 1272 - 1274)

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DOMINGO IV DE ADVIENTO Monición de entrada Hemos sido congregados en la Eucaristía del cuarto Domingo de Adviento, es ya el último de este tiempo de espera. Vamos a encender la cuarta y última vela de la Corona con la esperanza de que estas cuatro luces encendidas nos abran a la conversión de nuestros corazones, pues ya falta poco tiempo para la venida del Señor que llega para cumplir su promesa. Que María y José sean para nosotros los mejores modelos para recibir al Señor en nuestros corazones, Él viene a traernos la esperanza y la paz que tanto necesitamos en nuestras vidas.

Monición a la Liturgia de la Palabra Escucharemos en la primera lectura esta profecía de Isaías donde revela de qué manera vendrá al mundo el Emmanuel, salvador del mundo que quiere decir “Dios con nosotros”. En el comienzo de la Carta a los Romanos, que es nuestra segunda lectura, el Apóstol anunciará la filiación divina del Señor y la promesa de los antiguos profetas de que salvaría al mundo. Y finalmente, en el Evangelio, San Mateo nos narrará cómo ocurrió la Encarnación de Jesús y su nacimiento. Y nos describirá la actitud de José, el esposo de María, que supo aceptar el designio de Dios a pesar de no entenderlo en un primer momento y acogió a María y al Niño que llevaba en su seno.

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Salmo Responsorial

Sal 23

Va a entrar el Señor, Él es el Rey de la gloria

Signo litúrgico: Bendición del Belén familiar La tradición de poner el Pesebre en el mundo se remonta al año 1223, en una Navidad de la villa italiana de Greccio. En esta localidad, San Francisco de Asís que siempre había sentido un amor especial por la Navidad recibió esta inspiración del Señor. Se acercaba Nochebuena y decidió representar la humildad del pesebre tal como sucedió en Belén. Espontáneamente la gente del pueblo se acercó con antorchas encendidas a la gruta que Francisco y sus amigos habían preparado y adoraron al Niño Dios en medio de una gran emoción. Desde entonces se extendió la tradición del “Belén” se ha extendido por todo el mundo. El misterio del amor de Dios, que se reveló en la pobreza y en la sencillez de la cueva de Belén. Un momento para la bendición del Belén de la Parroquia y sugerir a los fieles que bendigan el Belén de casa. (Bendicional, nn. 1243 1245)

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SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Monición de entrada Este domingo segundo de Adviento adquiere un especial significado, celebramos la solemnidad de la Inmaculada Concepción, Patrona de España. Contemplando a la Mujer elegida de Dios podemos aprender como esperar al Salvador. Ella, María de Nazaret, es para nosotros una señal de la gracia y del amor que el Señor derrama sobre toda la humanidad. Y, en este domingo, encendemos la segunda vela de la Corona de Adviento, signo de nuestro camino personal y comunitario a la Navidad.

Monición a la Liturgia de la Palabra El hombre tiene tendencia a alejarse del Dios Altísimo. En esta lectura encontramos el relato, con lenguaje muy sencillo, esta ruptura del Hombre con Dios. Pero, al mismo tiempo, aparece la promesa de Dios: enviará a aquel que restaure esta relación rota. Como nos recuerda San Pablo, todos fuimos elegidos en la persona de Cristo, antes de crear el mundo. En el Evangelio somos invitados a contemplar el momento en que el Padre de Amor elige a María, de la cual nacerá el Salvador prometido.

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Salmo Responsorial

Sal 97

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas

Signo Litúrgico: Imagen de la Inmaculada Esta Solemnidad de la Virgen, enmedio del tiempo de Adviento, toma toda su relevancia como anuncio del Cordero sin defecto ni mancha al que esperamos. Por ello, es recomendable usar del privilegio de los pueblos españoles de utilizar el color azul en los ornamentos litúrgicos y destacar una imagen de la Inmaculada Concepción, cuadro o talla a la que, después de la comunión, mientras la comunidad recita el Magníficat, un grupo de feligreses puede ofrecer unas flores a la Virgen.

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NATIVIDAD DEL SEÑOR misa de medianoche

Monición de entrada Jesús, el Señor, la única Palabra del Padre, ha asumido nuestra humanidad despojándose de su condición para elevarnos a cada uno de nosotros a su categoría divina. Alegrémonos en la celebración de esta noche santa hoy no puede haber lugar para la tristeza cuando ha nacido nuestro Salvador. El Hijo ha puesto su morada entre nosotros para facilitarnos a cada uno el acceso al Padre.

Monición a la Liturgia de la Palabra En el silencio de la noche la esperanza se hace presente en las tinieblas. La primera lectura nos invita a contemplar, extasiados, esta gran luz en la carne de un Niño recién nacido, el Príncipe de la Paz. El salmo responsorial será un canto de alegría, porque este Dios con nosotros reina sobre toda la tierra. La segunda lectura nos exhorta a aguardar ahora la manifestación feliz y gloriosa de nuestro Salvador Cristo Jesús. Como los pastores del Evangelio hagamos nuestra esta gran alegría al encontrar la señal poderosa de un niño recién nacido acostado en un pesebre.

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Salmo Responsorial

Sal 95

Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor

Sugerencia Litúrgica: Procesión del Niño Jesús Sería interesante iniciar, como se hace en muchas iglesias, con la procesión solemne de la entronización de la imagen del Niño Jesús, y situarlo en lugar destacado. Una manera de hacer partícipe a los niños que acudan a la Misa de Medianoche puede ser repartirles flores antes de comenzar y que las depositaran ante la imagen del Niño Jesús durante el canto del Gloria. No olvidemos destacar al inicio de la celebración el anuncio del nacimiento del Señor. Se puede hacer con la formula que viene en el Martirologio, o con la que se reproduce en el calendario litúrgico de la Conferencia Episcopal.

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NATIVIDAD DEL SEÑOR misa del día de navidad

Monición de entrada Jesús, el Señor, la única Palabra del Padre, ha asumido nuestra humanidad despojándose de su condición para elevarnos a cada uno de nosotros a su categoría divina. Alegrémonos en la celebración de esta noche santa hoy no puede haber lugar para la tristeza cuando ha nacido nuestro Salvador. El Hijo ha puesto su morada entre nosotros para facilitarnos a cada uno el acceso al Padre.

Monición a la Liturgia de la Palabra ¡Qué hermosos son los pies del mensajero que anuncia la victoria!, nos dice el profeta Isaías en la primera lectura. Hoy todo es alegría: el Señor ha venido junto a nosotros en la debilidad de un Niño. San Pablo nos recuerda, en la segunda lectura, cómo Dios en la antigüedad ha ido hablando a los hombres por los profetas; sin embargo, en esta etapa final de la Historia, nos ha hablado por su Hijo. Como nos muestra el Evangelio de San Juan, Jesús es la Palabra eterna del Padre que se hizo carne para compartor su vida divina con nosotros.

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Salmo responsorial

Sal 97

Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios

Signo Litúrgico: Veneración de la imagen del Niño Jesús La veneración de la imagen del Niño Jesús recuerda aquello que hicieron los pastores y los Magos cuando se les anunció que el Mesías había nacido en Belén. Fueron allá y le adoraron. Es recomendable utilizar una única imagen para la veneración. Mientras los fieles se acercan puede entonarse un villancico apropiado como el popular Adeste Fideles.

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FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA Monición de entrada El Señor ha querido ser igual en todos a nosotros, excepto en el pecado. Es lógico, por tanto, que como todo hombre también haya querido nacer en el seno de una familia. Hoy, el día de la Sagrada Familia, pidamos al Señor por cada una de las familias en nuestra parroquia y pidamos a Dios que convierta también a la comunidad cristiana en una gran familia bajo el cuidado de nuestro Padre común.

Monición a la Liturgia de la Palabra La primera lectura, del libro del Eclesiástico, invita a todo hombre a respetar y honrar a sus padres para atraer el favor divino. El salmo responsorial, por su parte, presentará la misma familia como una bendición permanente para el hombre que es fiel a Dios. En la segunda lectura, el propio San Pablo, nos ofrecerá las claves para vivir verdaderamente en la vida familiar desde el Señor. El ejemplo último será siempre la Sagrada Familia de Nazaret que el Evangelio de hoy nos invita a contemplar.

Salmo responsorial

Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos

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Sal 127

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Signo litúrgico: Presentación de las ofrendas por una familia La presentación de las ofrendas, que siempre se ha de procurar que el sacerdote reciba de manos del pueblo de Dios, bien por medio de los ministrantes u de otros laicos, se hace más significativa este día al hacerse con una familia de la comunidad parroquial, que lleve los dones en procesión y los entregue al presidente de la celebración.

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SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS Monición de entrada Veneramos hoy a Santa María, la Virgen, la Madre de Dios. Confesamos en esta celebración que el Hijo que María nos ha traído al mundo es el Hijo de Dios. Además la Iglesia quiere poner bajo la protección maternal de María todos los proyectos que llevaremos a cabo en este nuevo año. Celebramos también hoy la Jornada Mundial de la Paz, pidiendo a Santa María que interceda ante su hijo, el Príncipe de la Paz, para que proyecte luz de esperanza, de bondad y de sabiduría a nuestro mundo

Monición a la Liturgia de la Palabra La primera lectura nos ofrece la fórmula que el mismo Dios reveló a Moisés para que los israelitas invocaran al Señor y recibieran su bendición. Esa bendición se hace carne por medio de María, de la cual nació Jesús, como nos recuerda San Pablo en la segunda lectura. Ella es la madre de todos los hombres, cuyo Hijo nos ha hecho verdaderos hijos de Dios. Ése es el gran milagro que el Padre ha hecho a través de María. El Evangelio nos introducirá en el misterio de la vida interior de la doncella de Nazaret, la joven que “guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón”.

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Salmo Responsorial

Sal 66

Que Dios tenga piedad y nos bendiga

Sugerencia Litúrgica: “Statio ad Virginem” Se puede colocar un icono de la Virgen con el Niño junto al altar para, al final de la Santa Misa, recuperar la “Statio ad Virginem” o procesión a la Virgen para venerar su imagen con incienso mientras se canta una antífona mariana.

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SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR Monición de entrada Tres prodigios canta la liturgia de hoy: Cristo se ha manifestado a los hombres en la adoración de los Magos, el bautismo en el Jordán y las bodas de Caná. Hoy escucharemos el anuncio de la Pascua y de todas las celebraciones de Jesucristo que nacen en ella.

Monición a la Liturgia de la Palabra La primera lectura presenta al profeta Isaías anunciando una gran noticia al pueblo de Israel: la gloria del Señor brillará sobre Jerusalén atrayendo hacia sí a todos los reyes de la tierra. En la segunda lectura San Pablo proclama a los Efesios la buena noticia de la salvación a los gentiles. Todos los hombres adorarán a Dios que, por medio de Cristo, les ha hecho partícipes de las promesas del pueblo elegido. La ofrenda de los magos venidos de Oriente, como nos presenta hoy el Evangelio, es la ofrenda de todo hombre que reconoce en aquel Niño al Hijo de Dios hecho carne.

Salmo responsorial

Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra

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Sal 71

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Signo Litúrgico: Anuncio de las fechas de Pascua En la antigüedad, el Obispo de Roma escribía a Patriarca de Alejandría, para preguntar la fecha en que debía celebrarse la Pascua. Éste, tras consultar a los astrónomos, escribía las llamadas “Cartas de comunión” a los demás patriarcados: Roma, Jerusalén, Antioquía y Constantinopla, anunciando la fecha de la Pascua. Este hecho se recuerda en la tradición de anunciar la fecha de la Pascua en la liturgia de la Misa de la Epifanía, seguidamente a la proclamación del Evangelio con el pueblo en pie.

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