DOCUMENTOS DE TRABAJO

DOCUMENTOS DE TRABAJO La transformación económica y política del estado-nación a causa de la globalización: el caso de México (2000-2012) Efrén M. Ba...
1 downloads 2 Views 408KB Size
DOCUMENTOS DE TRABAJO La transformación económica y política del estado-nación a causa de la globalización: el caso de México (2000-2012)

Efrén M. Badillo Méndez Julio 2014

1

553

La transformación económica y política del estado-nación a causa de la globalización: el caso de México (2000-2012) Efrén M. Badillo Méndez 1

Fundación Rafael Preciado Hernández A.C.

Documento de Trabajo No. 553

Agosto 2014

Clasificación temática: Economía, Política En el presente documento se hará un análisis de la transformación que ha experimentado el Estado-Nación, tanto en el aspecto económico como político, por el efecto del proceso de la globalización económica que se hizo patente en la década de los 90 de siglo XX, sobre todo, luego del colapso del socialismo internacional en Europa del Este y la desaparición de la Unión Soviética.

Si bien es cierto, la globalización significa, entre otras cosas, la intensificación de la interacción en la sociedad internacional, también en este mismo marco hay quienes plantean que el efecto sobre el Estado es su desterritorialización y su eventual desaparición como tal; sin embargo, lo que realmente está sucediendo es la transformación del Estado-Nación tanto en lo que se refiere a sus funciones económicas y políticas como en su actuación en la arena internacional.

1

Correo electrónico: [email protected] . Las opiniones contenidas en este documento corresponden exclusivamente a los autores y no representan necesariamente el punto de vista de la Fundación Rafael Preciado Hernández A.C.

2

Contenido

I.

Introducción.

4

II.

Justificación de la Relevancia de la Investigación

6

III.

Objetivos de la Investigación

7

IV.

Planteamiento y Delimitación del Problema.

8

V.

Marco Teórico y Conceptual de Referencia

9

VI.

Formulación de Hipótesis

19

VII.

Pruebas Empíricas o Cualitativas de la Hipótesis

20

VIII. Conclusiones

37

IX.

39

Bibliografía

3

I.- Introducción

La Globalización como teoría, se ha convertido en el medio a través del cual se busca explicar las condiciones internacionales actuales en las que se desenvuelven los Estados y las sociedades, tanto en el ámbito económico como político, cuya dinámica impacta en lo doméstico y a su vez trasciende las fronteras. Se argumenta que se trata de una realidad en la que vivimos hoy en día, consistente en una población mundial que para el año 2013 sumaba ya a 7 mil millones de habitantes, organizada en distintas sociedades estatales.

A partir de lo anterior, el presente documento se dividió en dos grandes apartados. En el primero, abordaremos la parte teórica de la Globalización retomando distintas definiciones, para posteriormente identificar sus causas, que como veremos tienen que ver directamente con los avances tecnológicos. De esta forma pasaremos a estudiar sus repercusiones, en este caso trataremos éstas en lo concerniente al rubro económico y político.

En el segundo apartado, trataremos el caso de México a partir de un recuento histórico para ubicar los antecedentes que sentaron las bases de las transformaciones económicas y políticas que se llevaron a cabo posteriormente, durante tres décadas y que hicieron del país lo que actualmente es tanto interna como externamente, en el marco internacional de la Guerra Fría primero y en el contexto de la Globalización económica después, periodo histórico en el que nos encontramos actualmente.

4

II.- Justificación de la Relevancia de la Investigación

En la actualidad, prácticamente ningún país del mundo puede abstraerse de lo que ocurre a nivel internacional. Por ello, es indispensable estar al tanto de la tendencia predominante, en este caso la Globalización económica, cuyos efectos políticos han provocado la transformación del Estado-Nación, que han consistido en cambios internos en los distintos países que replegaron al Estado benefactor y al Estado interventor, fenómeno que se va a reforzar con la desaparición del sistema socialista a principios de la década de los noventas del siglo XX.

Otra repercusión del fenómeno globalizador, que es importante retomar, es la profundización de la estratificación en la jerarquía internacional del poder económico y político, que colocó a los distintos países que conforman el mundo en cierta posición de acuerdo a su nivel, que a grandes rasgos corresponde a las grandes potencias, potencias medias o Estados pobres.

México es considerado como una potencia media y como tal se ha convertido en uno de los países más globalizados del mundo, tanto por su transformación económica interna llevada a cabo desde hace treinta años como por su participación en la arena internacional en el marco de las organizaciones intergubernamentales, sus relaciones con otros Estados y organizaciones no gubernamentales.

5

III.- Objetivos de la Investigación De esta forma, tenemos como objetivo general definir la Globalización tanto en sus causas como en sus efectos. Para ello, primeramente es necesario resaltar que se trata de un fenómeno multidimensional, de lo cual se pretende destacar la vertiente económica a su vez que determinar sus causas, en este caso vamos a identificar la cuestión tanto del avance tecnológico en la información y la comunicación como el aspecto histórico, elementos principales que le dieron impulso a la Globalización económica.

En cuanto a los objetivos particulares, el presente estudio busca determinar los efectos políticos y económicos de este fenómeno en el Estado-Nación en general, para así concretar el caso que representa México, que en un periodo de más de tres décadas ha protagonizado una verdadera transformación, debido a situaciones de carácter internos, pero principalmente a causa del impacto de las tendencias internacionales.

6

IV.- Planteamiento y Delimitación del Problema

Para problematizar el tema en cuestión formularemos las siguientes preguntas:

¿Cuáles son las características más importantes de la Globalización? ¿Cuáles son sus antecedentes y con qué aspecto se puede contrastar para determinar su preponderancia contemporánea?

¿Por qué, dentro de las múltiples tendencias que podemos observar a nivel mundial, nacional o local; la Globalización es la dominante?

¿Cuáles son las principales causas del auge y consolidación de la Globalización?

¿Por qué las repercusiones de la Globalización son de tipo económico y político?

¿En qué posición han quedado los Estados-Nación, a partir de que el sistema internacional conformado por éstos ha sido desplazado por el sistema económico y político de la Globalización?

¿Por qué el Estado-Nación, como forma de organización social más acabada, es fundamental para la operatividad económica y política de la Globalización?

¿Cómo han respondido los distintos Estados a los efectos de la Globalización?

En el caso de México ¿Cuáles han sido las transformaciones internas por las que ha atravesado durante los últimos treinta años?

¿Cuál es el balance económico y político para nuestro país como resultado de dichas transformaciones? ¿Por qué la Globalización ha manifestado una dinámica en la cual el aspecto económico está estrechamente relacionado con el aspecto político?

¿Por qué México, que ha llevado a cabo una profunda reforma económica, no ha consolidado un régimen político genuinamente democrático?

7

V.- Marco Teórico de Referencia

1. Globalización e interdependencia compleja 1.1 Globalización: la nueva tendencia de la post Guerra Fría El orden mundial contemporáneo está caracterizado por la tendencia del fenómeno de la Globalización. Desde el punto de vista teórico, se trata de un concepto que prácticamente abarca todos los aspectos sociales como lo económico, lo tecnológico, lo político, lo militar, lo legal, lo ecológico, lo cultural y hasta lo criminal. Que debido a “…la ampliación, profundización y aceleración de una interconexión mundial…”, es posible plantear la percepción de que el mundo experimenta un proceso que tiende a convertirse en un espacio compartido “por fuerzas económicas y tecnológicas…”, de tal manera que las sociedades, antaño delimitadas en su interacción, cada vez más encuentran que “los desarrollos en una región del mundo pueden tener profundas consecuencias para las oportunidades de vida de los individuos o las comunidades en el contexto extremo del planeta”.2

En este sentido, se trata de una dinámica caracterizada por una compleja intersección de múltiples fuerzas sociales, entre las que destacan las económicas, en primer término, dado que al mismo tiempo se puede observar la prevalencia del sistema económico capitalista y consecuentemente el establecimiento de instituciones políticas de tipo occidental en la mayor parte de los países del mundo. Esta tendencia encuentra su antecedente, en la década de los noventa del siglo XX, luego de la desaparición del bloque socialista, acontecimiento que empujó a la creación de nuevos países a partir de lo que fue la Unión Soviética, y la incursión al capitalismo de los Estados socialistas de Europa del Este.

Todavía existe el socialismo en países como China, Corea del Norte o Cuba, pero ya no representa un desafío, ni mucho menos una alternativa contra el sistema económico capitalista, como sí lo fue en la época de la Guerra Fría. Etapa de la historia de las Relaciones Internacionales, que inicia en 1945 al finalizar la Segunda Guerra Mundial y concluye en 1989 con el derrumbe del Muro de Berlín, símbolo de la división del mundo entre socialistas y capitalistas. 2

Held David; et. al.; Transformaciones Globales; Oxford; México; 2002; p. XXX.

8

Con este acontecimiento, el fenómeno de la Globalización se acelera hasta convertirse en una realidad, sobre todo en la primera década del siglo XXI. Cabe destacar que aún en plena confrontación Este-Oeste, por lo menos en el ámbito capitalista, ya eran evidentes algunas características de la Globalización, principalmente en la década de los setenta de la pasada centuria.

La diferencia radicó en que, con la desaparición de la Unión Soviética y el fortalecimiento del capitalismo, el mundo fue testigo de una “aceleración de la interdependencia” en la sociedad internacional, la intensificación de la acción de los actores a mayores distancias, así como la consecuente “comprensión de tiempoespacio”. Estos elementos causales determinaron que la Globalización implique hoy en día “…una expansión de las actividades sociales, políticas y económicas transfronterizas, de tal suerte que los acontecimientos, decisiones y actividades en una región del mundo pueden llegar a tener importancia para los individuos y las comunidades en las regiones distantes del planeta”.3

Se ha generado una densa red de interacciones de una enorme gama de actividades sociales, gracias a la posibilidad que tienen los actores tanto estatales como no estatales de actuar a distancias cada vez mayores en tiempos más reducidos. La regularidad de esta tendencia ha hecho que los flujos transnacionales se intensifiquen a tal grado que lo local, lo nacional, lo regional y lo internacional se encuentren profundamente interconectados, constituyéndose así en la característica fundamental del orden mundial contemporáneo.

Con base en lo anterior, podemos precisar un poco más la definición de la Globalización, argumentando que se trata de un conjunto de procesos “…que engloba una transformación en la organización espacial de las relaciones y las transacciones sociales, evaluadas en función de su alcance, intensidad, velocidad y repercusión, y que genera flujos y redes transcontinentales o interregionales de actividad, interacción y del ejercicio del poder”.4

3 4

Ibíd; p. XLVIII. Ibíd; p. XLIX.

9

De aquí hay que destacar el aspecto causal de la globalización, tenemos entonces que materialmente hablando, la intensificación de la interconexión de las relaciones sociales en todo el mundo, ha sido posible gracias al avance tecnológicos tanto en los medios de transporte como en la comunicación, lo cual ha permitido la reducción de las distancias geográficas así como los tiempos para su recorrido, incluso existen ya formas de comunicación prácticamente instantáneas y en tiempo real, tal como hoy en día lo hace cualquier persona a través de Internet.

La disposición de dichas tecnologías, permite ubicar a la Globalización en su manifestación concreta, ya que éstas hacen posibles “… los movimientos de artefactos físicos, personas, símbolos, signos e información en el espacio y el tiempo…”. De esta manera, se materializan las interacciones “…entre agentes independientes, centros de actividad o ubicaciones del poder…”,5 situaciones en donde las limitaciones políticas o militares tradicionales son rebasadas en muchos aspectos.

El mundo está cada vez más interconectado; sin embargo, esto también ha generado incertidumbre al romper con los esquemas clásicos en los que convivían tanto los Estados como las sociedades. De ahí que, los efectos de la Globalización estén estrechamente relacionados con el cambio que se está dando en dichos Estados y sociedades, quienes se han visto obligados a adaptarse y enfrentar el impacto de las nuevas formas de interacción.

Los tipos de repercusión son principalmente de carácter decisional y estructural. La primera se relaciona con las decisiones de los gobiernos, de las empresas, de las colectividades y hasta de las familias, las cuales se ven condicionadas por las fuerzas de la Globalización. A su vez, se retoma el aspecto estructural, el cual es más evidente en la actuación de los Estados, que tiene que ver en los modos en que se adaptan y crean nuevas formas de organización y pautas de conducta a nivel doméstico para hacer frente a los cambios provenientes del exterior, transformaciones internas que al mismo tiempo repercuten trascendiendo las fronteras.

5

Ibíd.

10

Aquí entra el aspecto del poder, en efecto aunque el motor principal de la Globalización es principalmente económico y tecnológico, su repercusión más evidente está en el rubro político. De ahí que, los efectos de dicho fenómeno no sean los mismos para todos los Estados y gobiernos. Habrá grupos sociales o Estados que enfrenten a la Globalización rechazándola; pero existe una mayoría que ha iniciado una transformación de sus estructuras internas para adecuarse a esta tendencia. Por un lado, porque es inevitable poner un freno a los flujos que generan las interacciones transnacionales, y por otro, porque dichas redes del exterior y desde el interior requieren algún tipo “…de apoyo infraestructural…” que no sería posible crear o transformar sin las reorganizaciones “…físicas, reglamentarias/jurídicas o simbólicas…”,6 que a primera vista los Estados son capaces de lograr, dada la responsabilidad social y humana que ello implica.

De esta forma, ante un proceso un tanto irreversible, dado que el avance tecnológico es cada vez más rápido, se establece que la Globalización se manifiesta “…en un continuo con lo local, lo nacional y lo regional…”, de tal manera que podemos ubicar dos extremos: 1. El ámbito espacial en donde se desenvuelven determinadas “…relaciones sociales y económicas [así como]… redes que están organizadas sobre una base local, nacional o ambas…”; 2. Como contraparte, se encuentra “…el otro extremo [donde] están las relaciones sociales y económicas que se cristalizan en la escala más amplia de las interacciones regionales y globales”.7 Dichas dinámicas se han estado presentando con regularidad a tal grado que con el paso del tiempo la interconexión se ha hecho cada vez más profunda, lo cual significa que así como lo global afecta a lo local, también se manifiesta el proceso inverso. Es decir, los flujos globales en determinado momento inician un proceso de localización, luego de nacionalización y regionalización, que al darse éste último mediante patrones de interacción entre dos o más Estados, el proceso tiende a transnacionalizarse, concretándose de esta manera una profundización de la Globalización inicial.

6 7

Ibíd; p. LIV. Ibíd; p. XLVIII.

11

Al resaltar el asunto del poder o la política, relacionada principalmente con el papel del Estado en el ámbito internacional, cabe destacar su comportamiento y toma de decisiones “…para mantener o transformar sus circunstancias…” tanto internas como externas, a lo que se viene a agregar el asunto relativo a los recursos con los que dispone, políticos, económicos y jurídicos, para hacer frente a las exigencias de la Globalización y afectar lo menos posible a las sociedades respectivas. Con base en esto, se puede decir, por tanto, que los fenómenos transnacionales que se han venido manifestando desde la década de los setenta e intensificado en la década de los noventa del siglo pasado, han estado transformando “…la organización, la distribución y el ejercicio del poder…” dando como consecuencia una estratificación y jerarquización en la sociedad internacional conformada principalmente por Estados. En este sentido, tenemos que la jerarquización tiene que ver con “…las asimetrías en el control, el acceso y la interconexión en las redes y las infraestructuras globales…”, se trata de una desigualdad de las consecuencias, también asimétricas, “…de los procesos de globalización sobre las oportunidades de vida y el bienestar de…”8 las sociedades representadas por los Estados.

En los dos grandes aspectos del entorno internacional, lo económico y lo político, tenemos que la jerarquización que se presenta entre los Estados, en cuanto al primer aspecto se trata de un orden mundial multipolar, mientras que en el asunto políticomilitar, se observa una situación unipolar. En la cuestión económico-comercial destacan países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, Japón y Canadá, en tanto que China ha venido empujando fuerte en el aspecto de su crecimiento económico. Por el lado político, el más destacado sigue siendo Estados Unidos. Otro grupo de países,9 se ubican en la jerarquía como Estados en vías de desarrollo, los cuales a su vez, desde el punto de vista económico son considerados como economías emergentes, mientras que en el aspecto político se catalogan como potencias medias.

8

Ibíd; pp. LIV, LX. El mundo está conformado por 194 países reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas, además de diez Estados de Facto, los cuales declararon su independencia pero no han sido reconocidos por la ONU o por otros países. Almanaque Mundial 2013, Edición 59. 9

12

En este nivel se puede ubicar a México así como a Brasil, China, India, Rusia, Sudáfrica, Corea del Sur, Indonesia, Australia, entre otros. Completando la jerarquía quedan la mayoría de los países, considerados como pobres o subdesarrollados.

Sin importar en qué nivel se encuentren, los 204 Estados que conforman el mundo actual, han sido afectados por la Globalización la cual a su vez profundiza dicha estratificación, lo que determina “…las formas de interacción dominantes…”, que pueden ser imperialistas o correctivas; cooperativas, competitivas y conflictivas, a partir de lo cual surgen “…los instrumentos principales del poder…” que pueden ser “…los militares contra los económicos…” o, en su caso los competitivos y de cooperación que dejan a un lado el instrumento militar. Estos últimos son los que más han destacado desde los noventa del siglo XX hasta nuestros días.10

Con base en lo anterior podemos concluir, que a pesar de que la globalización es la tendencia internacional dominante, a ésta no se le debe asociar con el “universalismo”, o considerarla como sinónimo de éste, dado que no todos los Estados experimentan sus consecuencias de la misma forma, a la vez que le hacen frente también de forma diferente, puesto que tampoco cuentan con los mismos recursos económicos, políticos y tecnológicos. Es decir, dependiendo en la posición jerárquica en la que se encuentren, podemos observar desde Estados que son el epicentro y emisores de la Globalización, hasta Estados que se han transformado para adaptarse y enfrentar con éxito dichos efectos. Igualmente están las naciones que han intentado auto protegerse y evitar la influencia de esta tendencia internacional, así como aquellos que por su escasez de recursos han sido arrasados por los embates de la globalización, a tal grado que son los países más pobres del mundo y no han podido superar esta situación.

1.2 El impacto tecnológico La Globalización desde la vertiente económica, ha favorecido la expansión del sistema capitalista, el cual a su vez ha sido impulsado por el avance tecnológico en dos ámbitos principales, por el lado de la sofisticación de los medios de transporte y comunicación, pero sobre todo en el mejoramiento y abaratamiento de la producción.

10

Held David… Op. Cit.; p. LV.

13

En este sentido podemos decir entonces que así como se puede observar la Globalización de la economía, también es posible argumentar sobre la “globalización tecnológica”, la cual se refiere “…a la combinación de tecnologías de comunicaciones y de informática y las correspondientes conexiones por satélite que han creado la comprensión espacio-temporal; la transmisión instantánea de información por todo el mundo”.11

Aunque la Globalización, como aspecto teórico es relativamente reciente, no es así con el auge del capitalismo, cuyo inicial gran impulso se dio en la época que se conoce como la Primera Revolución Industrial a mediados del siglo XVIII en Europa, concretamente en Gran Bretaña, país a quien este fenómeno le permitió expandirse hasta convertirse en un enorme imperio con posesiones extraterritoriales en prácticamente todos los continentes. Este avance tecnológico consistió en la creación de las máquinas de vapor y en el mejoramiento de la industria de algodón, convirtiéndose de esta manera en la base de posteriores “nuevas revoluciones industriales”. Así tenemos que en la llamada Segunda Revolución Industrial, en donde Estados Unidos es uno de sus protagonistas además de otros países Europeos, se tiene un gran avance en el transporte de mercancías y personas con la construcción del ferrocarril y la comunicación con la invención del telégrafo, a lo que se vino a agregar el mejoramiento en la producción de acero, la industria química con el petróleo como principal activo así como la generación y uso masivo de la electricidad.12 En esta dinámica nos ubicamos en la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX, época esta última en la que se incorporan nuevos “paquetes de tecnología” como el teléfono, la radio y la televisión. Desde entonces, los avances vendrían a ser más rápidos y las tecnologías al desarrollarse en la industria de producción de bienes de consumo y en la industria militar (sobre todo en las épocas de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría) se incorporarían al mercado para su venta al consumo civil. A partir de la segunda mitad del siglo XX, tenemos que el mejoramiento tecnológico, principalmente, “…en el campo del transporte y la comunicación, provocaron una gran

11

Taylor Pete, J.; Frint Colin; Geografía Política. Economía-mundo, Estado-nación, y Localidad, 2ª Ed.; Tamara Editorial; España; 2002, p. 4. 12 Ibíd; p. 17.

14

transformación en el modo en que nos relacionamos y, por tanto, accedemos a nuevos conocimientos y nuevas opiniones…”.13

Para la década de los setenta del siglo pasado se intensifica la interconexión a nivel mundial, debido a las innovaciones en “…la industria aeroespacial y la electrónica…”, con lo cual se estaban sentando las bases para lo que los analistas han dado en llamar la Tercera Revolución Industrial en donde sobresalen, los superconductores, el micro chip y el Internet.

La economía capitalista, en su búsqueda por reducir los costos de producción convierte “…las florecientes empresas informáticas y de servicios…”14 en la base principal del fenómeno de la Globalización cada vez más predominante en la década de los noventa, a lo que se viene a agregar la búsqueda del aumento de la demanda de consumidores tanto a nivel local, nacional y regional, como internacional, dando pie al mismo tiempo al aumento del sector servicio, entre los que sobresale el sector financiero, el cual con la disponibilidad de tecnologías más sofisticadas de comunicación a distancia mejoró y aumentó exponencialmente las transacciones económicas y comerciales por todo el mundo.

Hoy los movimientos de capital con sus correspondientes transacciones financieras, tienen alcance planetario y en muchas ocasiones se realizan casi de forma instantánea, gracias a la computarización de las comunicaciones respaldadas además vía satélite. Aquí cabe resaltar una de las causas de la Globalización que da como consecuencia un mundo que “…se caracteriza por una intensa actividad comercial y financiera entre los países y empresas transnacionales, por la expansión planetaria de los medios de comunicación, por el constante avance científico-tecnológico en diversas áreas y por una sobre saturación de información y de productos comerciales en general”.15

González Ferriz, Ramón; “Grandes Esperanzas”; en Letras Libres; Junio 2014; año XVI, México; p. 11. 14 Taylor Pete… Geografía Política… Op. Cit.; p. 17. 15 García Sánchez, Martha; “El papel y la importancia de la ciencia y la tecnología en las Relaciones Internacionales”; en Arroyo Pichardo, Graciela (Coordinadora); La dinámica Mundial del Siglo XXI; Cenzontle; México; 2006; p. III. 13

15

En otras palabras, es el factor tecnológico el impulsor de la profundización de las relaciones entre distintas sociedades pertenecientes a diferentes Estados, aunque el incentivo de origen haya sido de tipo económico, la dinámica de la interacción entre una enorme variedad de actores a nivel internacional ha tomado sus propios derroteros, a tal grado que la satisfacción de necesidades básicas hasta de comunicación son satisfechas sin la necesidad de recurrir al Estado o a las empresas, haciendo con ello que lo local, lo nacional, lo regional y lo internacional esté estrechamente relacionado como nunca antes, convirtiendo al mundo “…en una verdadera sociedad mundial como consecuencia del acelerado desarrollo… económico, científico, tecnológico y comunicacional…”.16

Como observamos, el soporte material que hace posible la intensificación de la comunicación en la sociedad internacional es la tecnología computacional y el Internet, pero la materia prima que hace posible la interacción de actores ubicados en distintos sitios y a miles de kilómetros de distancia es la información. Gracias a la electrónica, es posible intercambiar grandes cantidades de información que va desde el simple entretenimiento hasta productos que se convierten en la base de nuevos conocimientos, que a su vez impulsan la sofisticación de las tecnologías existentes. El avance del conocimiento en la época contemporánea ha generado tecnologías de punta en: “la informática, la biotecnología, las telecomunicaciones, las nuevas fuentes de tecnologías y los nuevos materiales, las cuales forman parte de la revolución científico técnica”.17

Con la creación de las redes electrónicas, así como por su popularización, se ha hecho realidad “…la consulta simultanea de la información contenida en una misma fuente por parte de dos o más usuarios así como la constante comunicación entre seres humanos sin importar la distancia que los separe”.18 Se ha generado gran cantidad de información, pero al mismo tiempo se ha creado la tecnología que permite a los usuarios manejarla sin importar la cantidad, de tal forma que los individuos pueden no solamente tener fines de esparcimiento sino también hacer

16

Ibíd; p. 114. (Corona, 1999,17) citado por Casa Tirao, Beatriz; “De la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento y el saber”, en Arroyo Pichardo, Graciela (coordinadora); La Dinámica… Op. Cit. p. 260. 18 Ibíd.; p. 263. 17

16

uso del ciberespacio con la intención de realizar actividades educativas, que en décadas atrás estaban restringidas para sectores muy pequeños de la población mundial. Por esta razón, la información se puede convertir en un agente importante del “… proceso de desarrollo económico y social…”, dado que quien la utiliza de forma adecuada, respaldándose en las herramientas tecnológicas de la comunicación, la puede transformar en “…vehículo del conocimiento”19, conocimiento que a su vez perfecciona o genera nuevas tecnologías, que además tienden a manifestarse por la oportunidad de darse a conocer por todo el mundo por quienes tienen acceso a Internet y el interés de disponer de este tipo de información de importancia cualitativa.

1.3 El impacto económico Hemos hablado de la principal causa de la Globalización, ahora abordaremos el más importante de sus efectos. En este caso nos referimos a la cuestión económica. Esta dinámica ha tenido una mayor repercusión en los asuntos concernientes a la producción, distribución, intercambio y consumo tanto de bienes como de servicios.

Cuando se empezó a popularizar la Globalización desde el punto de vista teórico, a ésta se le agregó el adjetivo de económica. Es decir, que la tendencia predominante de la década de los 90 del siglo XX y que trascendió al siglo XXI, era la Globalización económica, cuyas causas principales eran “…los grandes avances tecnológicos que aparecen día a día y que hacen posible que las transacciones económicas nacionales e internacionales se realicen con mayor rapidez, eficacia y eficiencia que en otro tiempo”.20

Todo lo cual, facilitado además con la cancelación de la confrontación de la Guerra Fría. Por lo tanto, hay quienes consideran que no vivimos más que en una forma distinta del capitalismo, de revoluciones industriales, de descolonización, de intensificación de los intercambios entre países desarrollados y subdesarrollados, en el marco de la implementación

de

políticas

económicas

neoliberales

con

el

consecuente

19

Ibíd; p. 265. Córdoba Kuthy, Alfredo; “La globalización como un proceso de desarrollo de la economía internacional”; en Arroyo Pichardo… La dinámica mundial… Op. Cit.; p. 47. 20

17

desmantelamiento del Estado benefactor e interventor en la mayoría de los países del mundo. Sin el obstáculo del socialismo y con la apertura de las economías cerradas, hoy “…los Estados, las empresas, las organizaciones gubernamentales, así como los individuos, desarrollan sus labores dentro de una esfera que interactúa en mayor o menor medida con otros individuos que pueden estar dentro del mismo territorio nacional o a cientos de kilómetros de él”.21 En efecto, la Globalización en su vertiente tecnológica se ha convertido en “…eje rector de la economía…”, la cual implica factores que se manifiestan como la transformación constante de la división internacional del trabajo, la búsqueda de mejores oportunidades para las empresas en la maximización de sus beneficios, el control de la riqueza y las migraciones masivas a los polos de poder económico. En esta dinámica general, han surgido fenómenos particulares estrechamente conectados con ésta, como lo son: el surgimiento de empresas transnacionales con alcance global; la profundización de los mercados financieros; la desregularización tanto en los países desarrollados como subdesarrollados; la intensificación del comercio y la producción intraindustrial así como su flexibilización.22

En cuanto al papel del Estado, la mayoría de los mismos en sus intentos para adaptarse al impacto que la Globalización estaba teniendo, iniciaron “…con la desregularización, después la liberalización comercial y más tarde la liberalización de los regímenes de la inversión extranjera directa y financiera…”.23

Esta disciplina de carácter neoliberal, ha sido reforzada además desde el exterior a través de los organismos económicos como el Fondo Monetario Internacional (FMI); el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), entre otros, con lo cual se impone un modelo económico regulado por el mercado, que ha obligado a los Estados, no sólo a utilizar “el poder del uso legítimo de la violencia”, sino que además se han convertido en una especie de administradores del conflicto, es decir, en

21

Ibíd; p. 48. Ibíd; p. 49. 23 Ibíd; p. 50. 22

18

controladores de “…las consecuencias sociales de la globalización…”, sobre todo de descontento a causa de “…la desaparición de las políticas del bienestar social…”.24

Como sabemos, desde la década de los 30 del siglo pasado, el Estado empezó a intervenir en la economía, esto en el ámbito capitalista, en tanto que en el socialismo era el Estado el agente económico más importante y eliminado al sector privado y al mercado, hasta que este modelo de Estado interventor entra en crisis, sobre todo en Estados Unidos que había sido el principal impulsor del mismo; sin embargo, a principios de los ochenta, se convertiría en su principal verdugo, con el arribo al poder presidencial de ese país del republicano Ronald Reagan.

Época que coincide con el estallido de la crisis de la deuda externa de los países del tercer mundo, sobre todo de América Latina, acontecimiento que colocó a estos países en una posición de debilidad al momento de negociar el problema de sus deudas, la cual implicó, a cambio de mitigar el conflicto, la exigencia de desmantelar al Estado interventor y abrir a la sociedad nacional al flujo del capital y las finanzas internacionales, con lo cual se le dio entrada a “…nuevos sistemas de producción integrada que permiten a las [transnacionales] utilizar capital y mano de obra por todo el globo”.25

Derribados los principales obstáculos, en este caso de tipo político, se creó un mercado internacional capitalista que abarca prácticamente todos los rincones del mundo, cuya característica principal es que “…la producción está destinada al intercambio…” es decir, que se trata de un ámbito económico de alcance internacional en donde “…los productores no consumen lo que producen sino que lo intercambian en el mercado al mejor precio posible…”. Es el mercado internacional el que determina los precios y las empresas “…más eficaces pueden vender más barato que los demás con el fin de aumentar su participación en el mercado y eliminar a sus competidores”.26 Por tanto, la Globalización, tal y como se desenvuelve en la época actual, se ha convertido en la manifestación del mercado internacional en su versión más sofisticada.

Held David; Transformaciones globales… Op. Cit.; p. XXXIII-XXXIV. Taylor Pete… Geografía política… p. 2. 26 Ibíd; p. 11-12. 24 25

19

En esta dinámica hay ganadores y perdedores, Estados, sociedades, empresas e individuos, dado que quienes logran sobrevivir se desenvuelven frente ante límites muy relajados, puesto que “… no existe un control centralizado general, ni político ni de ningún tipo”.27

Para la Globalización económica, la competencia regula al sistema de producción e intercambio, proceso que se desenvuelve en un mercado, que puede ser local o nacional, pero con alcances internacionales, por tanto “…para que haya competencia los empresarios tienen que tomar muchas decisiones que no estén sometidas a un control central y las toman con el fin de obtener beneficios a corto plazo”.28

1.4 El impacto político La Globalización, tanto en sus vertientes tecnológicas como económicas o ambas, para la mayoría de los Estados es un fenómeno que se ha generado en el ámbito internacional y ha impactado la organización interna de las distintas sociedades. En este sentido, es en el campo político en donde se puede observar más nítidamente los efectos domésticos de la globalización.

Se mencionó un acontecimiento que empujó al sistema capitalista a convertirse en el sistema económico predominante en la mayor parte del planeta, esto fue la desaparición del bloque socialista a principios de los noventa de la pasada centuria; sin embargo, ya desde la década anterior venía manifestándose fuertemente la aplicación de políticas neoliberales tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, como fue el caso de México, en un contexto de crisis económica con repercusiones mundiales para lo cual la mayoría de los Estados tomaron decisiones políticas para desmantelar al Estado benefactor, como el caso de Estados Unidos y Gran Bretaña, y abrir las economías domésticas a la competencia económica internacional en los países en donde se había construido un Estado interventor que protegía tanto a los empresarios como al mercado interno mediante políticas económicas de exención de impuestos, subsidios a la producción y aranceles contra la importación de bienes, además de estrictos controles para la inversión extranjera directa.

27 28

Ibíd; p. 17. Ibíd.

20

Los países socialistas que se independizaron o que desmantelaron sus economías de Estado, en la búsqueda de nuevamente reestablecer al capitalismo, no hicieron otra cosa que seguir los dictados del Fondo Monetario Internacional, consistentes en la privatización de empresas estatales, reducción del gasto público, así como reajuste de los controles al comercio con el exterior y modificaciones a los regímenes financieros para favorecer a la inversión extranjera.

Como se puede observar el impacto de la Globalización provocó que una mayoría importante de los Estados tomara decisiones políticas tendientes a modificar sus estructuras económicas internas, fenómeno que a su vez tuvo repercusiones en la política mundial, en otras palabras era cada vez más evidente la tendencia de la profundización de las conexiones y las interacciones de la sociedad internacional vista en conjunto.

Ahora, si nos remitimos a la política internacional, ésta se refiere, en términos generales, al comportamiento de los Estados, para lo cual retomaremos el concepto de la interdependencia, mismo que plantea la tendencia contraria de la globalización, es decir, que “…las acciones gubernamentales también influyen sobre los patrones…”29 de la política internacional. La interdependencia establece que “Al crear o aceptar procedimientos, normas o instituciones para ciertas clases de actividades, los gobiernos regulan y controlan las relaciones transnacionales o interestatales”.30 En efecto, la Globalización conlleva e incluye la política mundial, que implica repercusiones mutuas a partir de las interacciones que se suscitan entre Estados así como entre actores nacionales e internacionales de diferente tipo y de éstos con aquéllos.

La interdependencia nos dice, que desde la década de los setenta del siglo XX el mundo estaba enfrentando y enfrentaría, en un futuro no muy lejano para entonces, “…múltiples problemas imperfectamente relacionados…”,31 ante los cuales estaban

29

Borja Tamayo, Arturo (compilador); Interdependencia, cooperación y globalismo. Ensayos escogidos de Robert O. Keohane; 1ª reimpresión; CIDE; México; 2009; p. 96. 30 Ibíd. 31 Ibíd; p. 147.

21

surgiendo otros actores así como la conformación de coaliciones a la cabeza de las cuales

iban

los

Estados,

cuyas

actividades

ya

eran

transnacionales

y

transgubernamentales. Las alianzas políticas ya no estaban limitadas por las fronteras nacionales, de tal forma que la negociación política mundial estaba reivindicando a las instituciones internacionales creadas después de terminada la Segunda Guerra Mundial.

El impacto de la Globalización tecnológica y económica estaba transformando a la política internacional que resultaba de la interacción de las distintas políticas exteriores que los Estados respectivos desplegaban más allá de sus fronteras, a raíz de que se estaba constituyendo en un conjunto de “…interacciones políticas que se desarrollan entre actores significativos, no necesariamente estatales…”, en este sentido “…en un sistema mundial, un actor significativo es cualquier organización o individuo autónomo que controla recursos sustanciales y participa en relaciones políticas con otros actores a través de las fronteras nacionales”.32

La tendencia de la interdependencia, que en su definición más simple también significa dependencia mutua, estaba provocando para entonces el fortalecimiento de las organizaciones internacionales así como la aparición de otras nuevas conocidas como entidades no gubernamentales. Las primeras formadas por los Estados en el marco político de la ONU y económico del régimen de Bretton Woods; en tanto que las segundas “…compuestas por grupos privados de individuos o entidades que comparten a través de las fronteras nacionales y sobre bases regionales y globales los mismos intereses”.33

A estas últimas podemos clasificarlas en dos tipos, las que buscan ganancias como las empresas transnacionales y sus contrapartes, aquellas sin fines de lucro que se desenvuelven principalmente en la defensa de los Derechos Humanos, como por ejemplo el caso de Amnistía Internacional. Sin embargo; a esta gran variedad de actores transnacionales, habría que agregar un tercer grupo que incluye a los más perniciosos tanto para el Estado como para la sociedad internacional, como lo son “…las García Contreras, David; “Apuntes sobre el Estado-Nación: una aproximación sobre el mañana”; en Batta Fonseca, Víctor; Et. Al. (coordinadores); Escenarios futuros sobre la globalización y el poder mundial; 1ª Ed.; FCPYS-UNAM; México; 2004; p. 153. 33 Pearson Frederic S.; Et. Al.; Relaciones Internacionales. Situación global en el siglo XXI; 4ª Ed.; Mc Grew Hill; Colombia; 2000; p. 55. 32

22

agrupaciones del crimen organizado, involucradas en actividades como el tráfico de drogas, el tráfico ilegal de armas, de personas, de vehículos, de tecnología, de información, de mercancías…” y lavado de dinero34, las cuales muestran una gran capacidad de coordinación internacional aprovechando los avances tecnológicos en el transporte y la comunicación, la Globalización de la economía y la desregulación de los mercados nacionales.

Lo que aquí se puede observar por tanto, es que las consecuencias de la Globalización en el ámbito de la política internacional, afectan directamente al Estado en su soberanía y su autonomía establecida en su origen por la concepción clásica. El Estado-Nación en medio de la vorágine de la Globalización y el surgimiento de otros actores “…dejan de ser los árbitros finales en la definición de las políticas económicas y éstas son pactadas con los organismos internacionales en forma de acuerdos”.35

No obstante lo anterior, no puede haber Globalización sin Estados, éstos, como ya vimos, han tratado de adaptarse e igualmente “…las corporaciones transnacionales siguen asentadas en Estados territoriales y… cualquier cambio en beneficio de los marginados pasa por el fortalecimiento del Estado”.36

Las distintas sociedades necesitan del Estado para hacer frente o adaptarse a la Globalización, de tal manera que para los actores internacionales y a pesar de los embates de ésta, parece que seguirá sobresaliendo la forma política de un sistema de Estados formalmente soberanos delimitados con un territorio que aglutina a una sociedad determinada. El Estado-Nación se está transformando y continuará siendo “…un elemento vital para la economía mundial al grado que cualquier cambio en la orientación de la sociedad y la economía [pasará] necesariamente por el Estado”.37

Más aún, cuando el Estado-Nación, además de enfrentar a la Globalización, también está siendo desafiado por el surgimiento de una serie de problemáticas que también tienen alcance internacional, como es el caso del cambio climático y el calentamiento García Contreras…”Apuntes sobre… Op. Cit.; p. 154. Córdoba Kuthy, Alfredo… “La Globalización como un proceso… Op. Cit.; p. 55-56. 36 Batta Fonseca, Víctor; “Prospectiva y teoría internacional: escenarios sobre el Estado y la gobernabilidad en el siglo XXI”; en Batta Fonseca… Escenarios futuros… Op. Cit.; p. 33. 37 Ibíd. 34 35

23

global, la contaminación del ambiente, la pobreza y crisis económicas que se manifiestan en algún país pero afectan al entorno mundial. A lo que hay que agregar los embates de las organizaciones criminales que manejan miles de millones de dólares anuales y han infiltrado distintos niveles de gobierno, aprovechándose de los mecanismos de elección de autoridades a través del voto ciudadano.

Ante esta situación las distintas sociedades nacionales quedarían desamparadas casi por completo si el Estado desapareciera; es por esta razón que se considera que lejos de que esto suceda, hemos sido testigos de una reestructuración de las instituciones Estatales más importantes a nivel doméstico y al mismo tiempo, se ha intensificado la cooperación internacional entre Estados y de éstos con las organizaciones no gubernamentales, con el fin hacer más viable la influencia de la Globalización y enfrentar a los intereses criminales.

24

VI.- Formulación de Hipótesis

La Globalización, como tendencia mundial contemporánea consiste en una compleja intersección

de

transnacionales,

distintas

sociedades

organizaciones

conformadas

internacionales

por

Estados,

intergubernamentales

empresas y

no

gubernamentales, individuos y organizaciones criminales. Ha tenido como principal impulsor el avance vertiginoso en las tecnologías del transporte y la comunicación, lo cual se ha experimentado principalmente a partir de terminada la Segunda Guerra Mundial y se ha desarrollado durante más de cincuenta años.

Los avances de la ciencia y la técnica en los transportes y la comunicación se convirtieron en la causa principal de la transnacionalización económica protagonizada por las empresas transnacionales, que haciendo uso de dichos logros, mejorarían y abaratarían los costos de la producción de bienes y servicios y ampliarían el mercado para los mismos más allá de lo local, lo nacional y lo regional.

A partir de entonces -década de los setenta del siglo XX- y en medio del contexto histórico de la Guerra Fría, el sistema internacional de Estados empieza a ser desplazado por el sistema de la Globalización preponderantemente económica, cuyas consecuencias políticas tuvieron que ver con la incorporación de otros actores diferentes a los Estados, así como con la transformación de éstos, en su intento de adaptarse a los efectos de dicho fenómeno.

México es un ejemplo fehaciente, dado que su gobierno, con una trayectoria de más de treinta años, ha llevado a cabo una serie de reformas que han trastocado las estructuras económicas y políticas de la sociedad mexicana, abarcando así dos contextos históricos distintos, por un lado la última fase de la hegemonía de los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional que a nivel internacional trascendió al colapso de socialismo y a la desaparición de la Unión Soviética, y; por el otro, la etapa de la transición política hacia la democracia que dio como consecuencia la derrota electoral del PRI en el año 2000.

Periodo, este último, que abarca hasta nuestros días puesto que dicha transición se agotó puesto que, se ha estancado la posibilidad de que México incursione hacia una 25

verdadera democracia, situación que a su vez ha impedido el modelo económico prevaleciente no mejore las condiciones de vida de más de la mitad de la población de nuestro país.

26

VII.- Pruebas Empíricas o Cualitativas de la Hipótesis.

1. El Estado mexicano y su inserción económica internacional 1.1 Globalización y cambio económico México en la actualidad por su extensión territorial, su número de habitantes y su nivel económico, es un país que en la jerarquización internacional se le ubica como una potencia media o economía emergente. Esto se refiere a que no es, un Estado altamente desarrollado, como Estados Unidos o Japón, pero tampoco es un país extremadamente empobrecido, como por ejemplo Somalia o Haití. Por otra parte, nuestro país lleva aproximadamente tres décadas implementando un proceso de modernización, primero económica y luego política, aunque este último apenas tiene tres lustros de haberse hecho efectivo.

Estamos hablando de un periodo de tiempo, en el que también se consolida a nivel internacional la tendencia de la Globalización económica y tecnológica, a tal grado que en los últimos años las transformaciones mundiales, lejos de detenerse, “…han adquirido una velocidad y un alcance sin precedentes…”38, en muchos aspectos que ya hemos apuntado anteriormente.

México, como actor internacional que busca hacer valer sus intereses, fortaleciendo sus capacidades y generando mejores oportunidades a través de su política exterior, se ha ido adaptando frente a los acontecimientos de procedencia externa mediante la implementación de una serie de transformaciones internas que hoy en día continúan.

En el contexto mundial de la Guerra Fría, el país sentó las bases y puso en marcha el sistema económico capitalista mediante políticas económicas que instrumentaron los distintos gobiernos post revolucionarios, teniendo como objetivo primordial la promoción de la industria nacional orientada al mercado interno mediante la protección del Estado contra la competencia internacional. Este modelo tuvo sus frutos, pero entra en crisis en la década de los setenta, momento en el que se agota y el país se va haciendo más sensible frente al acontecer mundial, sobre todo económico, a pesar de la

De Icaza, Carlos; Ruiz Sandoval, Erika; “México, actor con responsabilidad global: jugador en nuevos tableros”; Revista Mexicana de Política Exterior; Núm. 100, enero-abril; SRE; México; p.11. 38

27

persistencia de la estrategia de mantener la economía nacional cerrada a los vaivenes externos. Ante esta continuidad de la política económica de los gobiernos en turno, el país se fue haciendo más vulnerable a tal grado que a partir de 1976 y hasta el año 2000, lo característico va a ser la recurrencia de las crisis económicas con sus correspondientes crisis políticas.

Con base en lo anterior, podemos ubicar, a grandes rasgos, cuatro grandes fases de sensibilidad internacional y vulnerabilidad doméstica, ambas estrechamente relacionadas, por las que ha atravesado el Estado y la sociedad mexicana, clasificándolas de la manera siguiente: crisis económicas; oportunidad, que implicó la implementación de reformas económicas pero terminó en crisis política; adaptación e implementación de reformas políticas y; finalmente, contención de las crisis económicas y agotamiento de la transición a la democracia.

Los primeros signos de debilitamiento del modelo mexicano de economía cerrada, se dieron a finales del sexenio del Presidente Luis Echeverría y en el inicio del de López Portillo, para no cambiarlo se recurrió entonces al endeudamiento externo y se aprovechó la coyuntura que significó la crisis energética, que consistió en el aumento de los precios del petróleo por parte de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), situación que postergó la necesidad de hacer ajustes al modelo económico, coyuntura que coincidió con el descubrimiento en nuestro país de enormes yacimientos de este energético.

Gracias al petróleo, nuevamente se echó mano al endeudamiento para mantener el gasto público, la exención de impuestos a los empresarios y para financiar a PEMEX en la perforación y explotación de los nuevos pozos, dejando como garantía las futuras ganancias que proporcionarían los altos precios internacionales. Con estas medidas se dejó atrás la diversificación de la producción que se había logrado en la década de los sesenta y para finales de los setenta la economía se petrolizó. Ante esta vulnerabilidad latente, finalmente estalla la crisis a final del sexenio, en 1982, y prácticamente continuó durante todos los años de la presidencia de Miguel de la Madrid. Lo que no se había hecho internamente en su oportunidad vino a complementarse con acontecimientos externos como, fueron la caída estrepitosa de los precios del petróleo

28

y el aumento por parte de los acreedores extranjeros de las tasas de interés aplicado a los deudores, en la que México sobresalía como el más endeudado.

La presión externa acorraló al gobierno de De la Madrid y en un contexto de crisis, de profunda vulnerabilidad interna, decide renegociar la deuda con los acreedores, principalmente estadounidenses, entrando como intermediario el Fondo Monetario Internacional, organismo financiero que de garante de la estabilidad de los tipos de cambio a nivel mundial pasó a jugar un papel político a partir de la década de los ochenta, al operar condicionando a los deudores, países en su mayor parte en vías de desarrollo o pobres, la modificación de la política económica doméstica implementada por un Estado interventor.

En sus famosas cartas de intención, el FMI sugería como medidas para superar la crisis económica: la privatización de empresas estatales, la disminución del gasto público, la apertura al comercio exterior cancelando los mecanismos arancelarios y no arancelarios, así como la reforma del sector financiero para facilitar los movimientos del capital extranjero, a cambio de la reestructuración de la deuda externa.

Así iniciaba la modificación del modelo económico en México, cuyos primeros pasos se concretaron con su entrada al Acuerdo General de Aranceles y Comercio (hoy Organización Mundial de Comercio), y el arranque de las negociaciones con los acreedores para mitigar los efectos negativos de la deuda externa.

El gobierno se disciplinaba y hacía frente a sus compromisos internacionales implementando medidas económicas en lo doméstico, haciendo caso omiso a las consecuencias políticas que todo ello implicaba. Los cambios económicos dieron como consecuencia cambios políticos reflejados en el aumento del activismo de la ciudadanía ejerciendo su voto en contra del Partido Revolucionario Institucional, ante lo cual el régimen político controlado por el Presidente, respondió no reconociendo los triunfos electorales de la oposición sobre todo en el norte del país, o abiertamente haciendo fraude, situación que finalmente se agudizó en la elección presidencial de 1988, dado que hasta el día de hoy se presume que el abanderado del PRI, Carlos Salinas de Gortari, fue impuesto sin haber obtenido la mayoría de votos, aunque durante los siguientes tres

29

años se vio obligado a trabajar con una Cámara de Diputados sin mayoría absoluta a su favor.

Termina la fase de crisis y en el sexenio de Salinas de Gortari, México entra en la fase de la oportunidad, en un contexto internacional en donde se suscitaron los acontecimientos que cambiaron las tendencias internacionales y que dieron paso al fortalecimiento de la Globalización económica. Estamos hablando del colapso del bloque socialista y la desaparición de la Unión Soviética (1991) y la consecuente constitución de Estados Unidos como hegemonía internacional prácticamente única. Fue entonces cuando “…se empezó a afirmar de manera universal que había un solo conjunto de valores que defender… aquellos de corte occidental… una sola forma de organización política (la democracia) y una sola forma de organización económica (el capitalismo y el libre mercado)…”.39

México durante dicho sexenio, en efecto incursionó en el cambio económico pero el gobierno en turno bloqueó las manifestaciones de cambio político de la mayoría de la ciudadanía, la cual se estaba manifestando con posiciones anti-priistas; sin embargo, en las elecciones intermedias de 1991, nuevamente el PRI arrasa y recupera la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, lo que permitió al Presidente no sólo continuar con los cambios del sexenio anterior sino acelerar “…una revolución económica estructural…”, siguiendo las mismas pautas de “…la privatización de la economía, la reducción del tamaño del Estado y una apertura de economía al exterior…”, pero esta vez con importantes cambios desde la Constitución.

A nivel internacional, con el término de la Guerra Fría, Estados Unidos ya no enfrentaba algún contrapeso, por lo que en un contexto de reforma económica interna, México consideró a su vecino del norte como una oportunidad para asegurar la viabilidad del nuevo modelo, iniciando así las primeras negociaciones para la celebración de un Tratado de Libre Comercio entre los dos países incluyendo a Canadá, cancelándose con ello el viejo supuesto de la política exterior mexicana que catalogaba a Estados Unidos como la principal amenaza para la Soberanía Nacional. De esta forma, entra en vigor Aguayo, Bagley, Stark; “introducción. México y Estados Unidos: en busca de la seguridad”; en Aguayo Quezada; Bagley Bruce (compiladores); En busca de la seguridad perdida. Aproximaciones a la seguridad nacional mexicana; 1ª Ed.; S. XXI; México; 1990, p. 29. 39

30

dicho Tratado en enero de 1994, el cual en el presente año cumplió veinte años de funcionamiento y continúa siendo una herramienta importante para el comercio regional de los tres países.

A pesar de los éxitos económicos del Presidente Carlos Salinas y el relativo control político interno que mantuvo, el mismo año de la entrada en vigor del TLCAN que además coincidía con el arranque del proceso para renovar la Presidencia de la República, los problemas políticos se complicaron con el surgimiento de la guerrilla en Chiapas y el magnicidio del candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio, situaciones que junto con otras desembocaron en una crisis económica, poco después de tomar posesión como Presidente Ernesto Zedillo.

Aquí se entra a la fase de adaptación a nivel internacional, y luego de concretadas las primeras reformas estructurales, en la dirigencia política del país arraigó la idea de “…que el futuro de la economía mexicana estaba inevitablemente asociado al buen entendimiento en los temas económicos con los Estados Unidos”,40 y más por el hecho de que este país decidió, junto con el FMI, liberar un paquete de rescate económico para paliar la crisis en la que entró México en el año de 1995, luego de la devaluación del peso en más del 100% en el mes de diciembre del año anterior, poco después de que Salinas de Gortari le entregara la banda presidencial a Ernesto Zedillo.

Nuestro vecino del norte, ahora como potencia político-militar número uno, ya no era enemigo, ahora era un socio con el cual se concretó la formalización de la integración económica con el Tratado de Libre Comercio, que de facto se venía dando desde décadas anteriores. Habían pasado ya doce años de la puesta en práctica de la estrategia de apertura económica y de inserción internacional con relativo éxito, dado que además del TLCAN, México pertenecía al Mecanismo de Cooperación Asia-Pacifico (APEC), al GATT, a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y al final del sexenio, el Presidente Ernesto Zedillo concretaría un Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea.

Herrera-Lasso Luis; “Estrategia de política exterior: necesidad de un nuevo rumbo”; en Herrera-Lasso, Luis (coordinador); México ante el mundo: tiempo de definiciones; 1ª Ed.; FCE; México; 2005; p. 256. 40

31

El problema que persistía, era interno y tenía que ver con la política, por esa razón nuevamente se lleva a cabo una reforma electoral en donde destacó el otorgamiento de la autonomía al Instituto Federal Electoral y la modificación del estatus político de la Ciudad de México. La puesta en vigor de dicha reforma se materializó en el año de 1997, con las elecciones llevadas a cabo para renovar la Cámara de Diputados y otros cargos de elección, como la jefatura del Distrito Federal por la que por primera vez los ciudadanos votarían. El resultado fue la derrota del PRI en la capital y en el Congreso de la Unión con la pérdida de la mayoría de los Diputados.

Ante esta situación, el Presidente en la última fase de su gobierno buscó concretar su política en la consecución de los siguientes objetivos que la coyuntura exigía no perder de vista: “apuntalar la economía y evitar una cuarta crisis de fin de sexenio… preparar el ambiente político para un cambio sexenal pacífico, sin importar quien fuera el ganador… y administrar los temas con los Estados Unidos para evitar cualquier conflicto que pudiese complicar el fin de la administración”.41

En efecto, de esta forma en la elección presidencial del año 2000 resultó electo Vicente Fox, abanderado del Partido Acción Nacional, llegando a su cénit el proceso de la transición a la democracia cuyos inicios se podrían remontar al año de 1977, fecha en que se llevó a cabo la primera reforma electoral de verdadera importancia, por el hecho de reconocer a los partidos opositores, incluso al Partido Comunista, y darles cabida en el Congreso de la Unión con la creación de las diputaciones plurinominales, primero con 100 para pasar posteriormente a 200.

1.2 Retos del Estado Mexicano La llegada de Vicente Fox a la Presidencia de la República fue un acontecimiento político muy importante para México, dado que arribó con las siglas del PAN, y derrotó al PRI luego de que este partido ocupó el poder Ejecutivo durante setenta años ininterrumpidos, y dominó, durante la mayor parte de los cuales, la mayoría de las restantes posiciones de poder, como el Congreso de la Unión, las gubernaturas de los treinta y un Estados de la República, los congresos locales así como las Presidencias Municipales. 41

Ibíd; p. 269.

32

México, en el aspecto político no iba en consonancia con lo que al respecto estaba pasando en el ámbito internacional, mientras los países ex socialistas incursionaban en la instauración del sistema capitalista en sus respectivas sociedades y optaban por el régimen democrático de elección de sus autoridades a través del voto ciudadano, y al mismo tiempo en nuestro país se había iniciado el cambio del modelo económico con la apertura del mercado hacia el comercio exterior y el repliegue del Estado, en el aspecto político la obsesión de la élite política posrevolucionaria se empecinaba en no permitir la incursión de la oposición al poder en las posiciones ejecutivas más importantes del país, con todo y que constitucionalmente era enteramente legal.

El otro elemento importante, fue que luego de veinticuatro años y cuatro sexenios, el nuevo Presidente que tomó posesión del cargo en diciembre del año 2000, llegó sin tener que hacer frente a una crisis económica y el comienzo de su mandato coincidió con el inicio también de la administración de un nuevo presidente en Estados Unidos, el candidato republicano George W. Bush que había derrotado a los demócratas luego de haber gobernado durante las dos anteriores administraciones. Sin embargo, Vicente Fox tuvo que gobernar, igual que su antecesor en la segunda fase de su mandato, con un Congreso dividido en donde nuevamente ningún partido obtuvo la mayoría.42

A pesar de todo, en el arranque del sexenio (2000-2006) se palpaba un gran optimismo y se pensó que con la gran hazaña de haber derrotado al PRI, se finiquitaba un asunto político pendiente y que además la sociedad mexicana había definitivamente arribado a la democracia y que con ésta se podría hacer frente a los problemas económicos, que una gran parte de la población venía padeciendo a raíz de las crisis recurrentes de las décadas de los ochenta y noventa.

Por otra parte, en el primer lustro del siglo XXI la Globalización económica se encontraba en su máximo apogeo tanto en su parte positiva: el aspecto concerniente al aumento del comercio internacional y la aceleración de los avances tecnológicos en el rubro de la comunicación con el inicio de la masificación de las PC´S y el Internet; como en la negativa, relacionada con las repercusiones internacionales de las crisis

42

Ibíd; p.p. 270-271.

33

económicas originadas en países específicos. En los noventa, la crisis mexicana tuvo el honor de inaugurar la primera crisis de la era de la Post Guerra Fría a finales de 1994 y durante prácticamente todo el año de 1995; luego le siguieron países del Este y Sudeste asiáticos en 1997, con sus correspondientes consecuencias mundiales.

Posteriormente vendría la crisis de Argentina, casi a la par con los ataques terroristas de septiembre del 2001 a Estados Unidos, acontecimiento éste último que perjudicó directamente a México dado que la política exterior estadounidense prácticamente securitizó sus relaciones con el mundo. El asunto de la migración y los residentes ilegales en el territorio del país vecino del norte serían abordados, según los criterios de la seguridad de Estados Unidos ahora diseñada para luchar contra el terrorismo internacional.

A pesar de todo ello, durante el resto del sexenio incluso durante el siguiente, en el cual también refrenda la presidencia el PAN, la internacionalización del país se intensifica todavía más, a tal grado de haberse convertido, ya al finalizar la primera década del siglo XXI, “… en el país en desarrollo más globalizado del mundo… [al haber concretado una] extensa red de acuerdos de libre comercio y [por] su pertenencia a múltiples organismos internacionales…”.43

Con base en esto, se puede comentar que México ha logrado adaptarse a los impactos de la Globalización en su dinámica internacional, al mismo tiempo que ha generado mecanismos de contención ante situaciones adversas como el caso del embate de la política exterior de Estados Unidos a partir del 2002 a raíz de los ataques terroristas en su propio territorio el año anterior. Posteriormente ante el estallido de la crisis económica en el 2008 en nuestro vecino del norte y su consecuente contagio internacional, principalmente en la Unión Europea, nuestro país, mediante el control de las políticas macroeconómicas, logró hacer frente con relativo éxito a éste fenómeno propio de la era de la Globalización.

Como se puede observar, la adaptación de México a la Globalización que se ha materializado ya desde los primeros años del siglo XXI, se construyó en las dos

43

De Icaza Carlos… “México, actor con responsabilidad… Op. Cit.; p.p. 27-28.

34

vertientes, tanto en el aspecto interno como en el externo. En éste último aspecto, la dinámica del mismo llevó al país a convertirse en uno de los Estados comercialmente más abiertos, sino del mundo por lo menos sí al compararse con los países de América Latina, al observarse el número de tratados de libre comercio que ha celebrado y la cantidad de países que éstos involucran, se trata de doce tratados de libre comercio que incluyen a 44 países, a lo que se vienen a agregar los Acuerdos de Complementación Económica y Acuerdos de Alcance Parcial,44 que aumenta la cantidad de participantes.

Esto en cuanto al tema económico, en cuanto a la parte política, México forma parte de un gran número de organizaciones internacionales intergubernamentales, empezando por la ONU y sus entidades especializadas, pasando por instituciones de consulta como la OCDE, y promoviendo la creación de nuevas para fortalecer la cooperación sobre soluciones a problemas que rebasan las fronteras nacionales, como el caso del Grupo de los 20 promovido para evaluar y proponer medidas conjuntas para paliar los efectos de la crisis económica internacional originada en Estados Unidos.

1.3 Las facturas pendientes: pobreza y la falta de una democracia genuina El recorrido histórico que se ha realizado en líneas anteriores, demuestra que el papel del Estado-Nación es fundamental en la dinámica de los cambios que ha generado la Globalización económica y tecnológica desde hace más de treinta años, y que México como potencia media, no ha sido ajeno a este proceso y ha respondido con la transformación de sus estructuras económicas y políticas internas.

En términos generales el resultado ha sido relativamente exitoso, sobretodo en el aspecto del comercio exterior y la despetrolización de la economía; sin embargo, en otros rubros, propiamente domésticos, los costos han sido elevados, sectores amplios de la población son pobres lo que ha provocado un malestar con la democracia, lo que quiere decir que superada la transición ha quedado pendiente la materialización de una democracia genuina.

Salazar Rebeca; “México y Brasil: ¿Modelos de desarrollo e integración a la economía mundial?”, consultado el 10 de julio de 2014, p. 16 lectura-online.net 44

35

En efecto, el modelo económico de apertura internacional aún vigente, desde su puesta en funcionamiento propició un profundo cambio en la estructura productiva y en la estructura de exportaciones en el transcurso de tres décadas. En el primer caso, aunque se avanzó muy poco, tenemos que “…el sector manufacturero de México… pasó de representar 18.9% del PIB en 1981 a 19.1% en 2007…”,45 en cambio, la estructura de las exportaciones representó un cambio muy profundo si observamos las siguientes cifras: “Las exportaciones petroleras, que representaban 70% del total de exportaciones en 1985, cayeron a 9% en 2002… fueron sustituidas por exportaciones de productos manufacturados y no por materias primas diferentes…”,46este resultado positivo tuvo su antecedente precisamente en el año de 1985, en el sexenio de Miguel de la Madrid durante la mayor parte del cual la crisis económica fue recurrente, cuando inicia la liberalización del comercio mexicano.

Este proceso entra en su etapa de consolidación con la puesta en vigor, en 1994, del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, hasta convertir a México en uno de los líderes en exportaciones a nivel mundial. De esta forma, “Las exportaciones… pasaron de representar el 27% del PIB en promedio en el periodo de 1982-1984 a más de 60% en el periodo 2004-2006”.47

A pesar del éxito que tuvo la liberalización hacia el comercio internacional, no fue la misma situación para el crecimiento general de la economía, aspecto que ha frenado el desarrollo del país. Los analistas, argumentaron que de poco ha servido el proceso de la globalización de México, cuando no se han resuelto durante este periodo problemas de carácter estructural como lo son: la baja inversión en infraestructura; baja carga tributaria y agudización de la concentración del ingreso.

De estos problemas destacaremos el asunto de la pobreza, ya que repercute de forma importante en la percepción que los mexicanos tienen de la democracia. De acuerdo a los estudios del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) del año 2010 un porcentaje del “… 46.2% de la población se encontraba Guillén Romo, Héctor; “México: De la sustitución de importaciones al nuevo modelo económico”; Comercio exterior; Vol. 63, núm. 4, Julio y Agosto de 2013; p. 40, en línea revistas.bancomext.gob.mx Consultado el 1° de Julio de 2014. 46 Ibíd. 47 Ibíd. 45

36

en condiciones de pobreza”. Esto significa que, incluso hoy en día, un poco menos de la mitad de los mexicanos no disponga de ingresos suficientes para adquirir los bienes y servicios que requieren para la satisfacción de sus necesidades más elementales, lo que da como consecuencia que tampoco ejerzan “… al menos uno de los siguientes derechos sociales: educación, acceso a los servicios de salud, a la seguridad social, calidad y espacios de vivienda, a servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación”.48

Esta situación, que no se ha modificado incluso desde la década de los ochenta, se ha convertido en un aspecto de tipo estructural correlacionado con la concentración del ingreso que de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (CENIGH) del mismo año, arrojó el dato de que “… la relación de ingresos entre el 10% de la población más rica y el 10% más pobre fue de 25 a 1”.49

Aspecto estructural, que para superarlo requiere de modificaciones estructurales y no simplemente de cambios de gobierno o reformas a la Constitución.

Si bien es cierto, lo anterior se trata de cuestiones económicas, las necesarias modificaciones estructurales trascienden a éstas y se relacionan con las cuestiones políticas, referentes a la democracia. En este sentido, al hacer un balance al respecto, tenemos que la transición a la democracia se agotó y, por lo tanto, el advenimiento de una democracia genuina simplemente se ha postergado.

Hoy vivimos en una especie de estancamiento, dado que la transición a una verdadera democracia, que en términos prácticos inició en 1997, planteó “…una cierta visión optimista… según la cual la competencia abierta por el voto, como única ruta para llegar al poder, fortalecería los intereses de las mayorías ciudadanas frente a los intereses corporativos…”50 con los que tradicionalmente operaba el PRI, desde la Presidencia hasta los municipios, y que le permitió una hegemonía de setenta años.

48

Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, extracto, p.p. 43-44; en línea pnd.gob.mx consultado 11 de Julio del 2014; p. 43. 49 Ibíd.; p.44 50 Elizondo Mayer-Serra, Carlos; Por eso estamos como estamos. La economía política de un crecimiento mediocre; 2ª Ed.; De Bolsillo; México; 2013; p. 146.

37

Hoy los intereses corporativos perviven a tal grado que el PRI gana nuevamente la Presidencia en el 2012, y por lo que se observa en lo que lleva gobernando, su forma de comportarse no ha variado en mucho. Aquí encontramos causas estructurales que evitaron la consolidación de la democracia y propiciaron a su vez el retorno del PRI a los Pinos. Durante los quince años de transición (1997-2012) por así decirlo, la sociedad civil no se organizó lo suficiente para hacer un verdadero contrapeso al gobierno en asuntos clave como la rendición de cuentas y la impartición de justicia; pensó que con el respeto a su voto todo lo demás se iba a democratizar como por arte de magia. En la transición a la democracia “…los ganadores… no han sido fundamentalmente los ciudadanos”.51 Son los partidos los principales beneficiados, como “el voto es el mecanismo que determina quién gobierna… los actores de mayor peso son los que, en la práctica, suelen determinar cuánto y cómo se puede gobernar”.52

Los ciudadanos no gobiernan a través de sus representantes; más bien éstos con las siglas de un partido tienen manga ancha, gracias a los votantes, para administrar los asuntos públicos de acuerdo a sus intereses. Lo importante, entonces, es controlar el voto para ganar cargos públicos y la estrategia que ha funcionado ha sido precisamente la del PRI, debido al ambiente político que priva en la sociedad mexicana que se caracteriza por su “…escasez de demócratas… esto es, ciudadanos que cumplan la ley, participen en la vida comunitaria y contribuyan a financiar el gasto del gobierno”.53

La mayoría de los mexicanos confían que las autoridades electorales vigilan y cuentan bien los votos, pero su participación en las votaciones es cíclica, esto es que en la elección de la Presidencia de la República y el Congreso de la Unión, la emisión del voto puede llegar hasta el 60%; pero en las intermedias o locales para elegir Gobernador, congresos locales, Presidencias Municipales o diputaciones del Congreso de la Unión, según sea el caso, la cifra se invierte, y la constante es el abstencionismo que oscila entre el 60% y el 70%, situación que, favorece en la mayor parte de las veces,

51

Ibíd. Ibíd. 53 Ugalde Luis Carlos; Por una democracia eficaz. Radiografía de un sistema político estancado, 19772012; 1ª Ed.; México; 2012; p. 99. 52

38

al PRI. En cualquier caso, los ciudadanos aun asumiendo el compromiso de votar, con dicho acto terminan con su participación.

Aquí no importa la cantidad de votos emitidos a favor del ganador o el perdedor, para el PRI lo importante es controlar la forma en que esos votos llegan a las urnas y aquí cobra importancia el clientelismo, relación simbiótica entre ciudadanos priistas o no. Este es un problema estructural extremadamente arraigado que la transición a la democracia no pudo erradicar, pero que se ha convertido en la causa principal de la perversión de las políticas públicas que son conducidas por funcionarios que han sido electos “democráticamente” luego de un procedimiento clientelar, en el que las autoridades electorales actúan sólo en la fase final de toda campaña política: recepción, conteo y ratificación de los resultados de la votación.

A estas alturas, dicha autoridad no tiene la facultad de sancionar la forma en que llegan los votos a las urnas tanto en las elecciones locales como en las presidenciales; sin embargo, no tendría por qué hacerlo; dado que el clientelismo funciona no sólo porque los partidos lo practiquen sino porque un amplio sector de la población lo tolera e incluso lo promueve. Este mecanismo de inducción del voto consiste en “…un sistema de intercambio de beneficios entre un ‘patrón’ y sus ‘clientes’, entre políticos que dan prebendas, cargos públicos y presupuestos a cambio de apoyo político o económico; un sistema de intermediación en el cual los patrones (el gobierno, el partido) dan dinero, puestos, beneficios laborales, contratos y concesiones a diversos clientes organizados (los sindicatos, las organizaciones campesinas, los grupos urbanos, los gremios empresariales y de profesionistas) a cambio de votos, de financiamiento para campañas o, simplemente, para que haya estabilidad y orden”.54 A estos grupos organizados se les suman otros ciudadanos que sin pertenecer a algún gremio votan porque han recibido un beneficio, mientras el resto se abstiene de participar, el resultado es la conformación de gobiernos que implementaran políticas públicas que poco favorecen a la mayoría de la sociedad.

54

Ibíd; p. 85.

39

Ante esta situación, que incide en el problema de la pobreza de una parte importante de la población, se demuestra que México requiere una reforma profunda de las estructuras políticas, en las que se incluye el sistema electoral; la rendición de cuentas por parte de los gobernantes y; el régimen de impartición de justicia; así como la participación ciudadana tanto en las votaciones como en la observación y crítica al ejercicio de los gobiernos en turno.

Esta realidad puede concretarse y la sociedad mexicana tiene tiempo para hacerlo, dado que la coyuntura que ha globalizado al país es muy favorable y cancela en el corto y mediano plazo toda tentativa de restauración de un régimen político autoritario semejante al que México padeció en los años dorados de la hegemonía del PRI. Simplemente, los compromisos del país son tantos y diversos que cualquier viso de autoritarismo acompañado de represión inmediatamente es cuestionado y desalentado precisamente desde las redes sociales que tienen la capacidad de denunciarlo nacional e internacionalmente, así que la respuesta a esta necesidad es doméstica y está en manos de la ciudadanía mexicana.

40

VIII.- Conclusiones. Como se pudo observar, en el intento de desciframiento teórico de la Globalización, ubicamos aquella concepción que establece el carácter multidimensional de este fenómeno, situación de la cual destacamos los rubros de la tecnología, la economía y la política, dinámica que se desenvuelve en dos contextos históricos diferentes pero estrechamente relacionados, esto es: la última fase de la Guerra Fría o Era Bipolar que con su cancelación dio pie a una nueva tendencia internacional, unipolar en el aspecto político-militar y multipolar en la cuestión económico-comercial, que hoy prevalece y que precisamente ubica a la Globalización económica como la tendencia predominante.

De las distintas definiciones que retomamos, destacamos el aspecto causal de la Globalización así como sus repercusiones, en el primer aspecto, se planteó que la causa preponderante, aunque no la única, ha sido el avance tecnológico tanto en el transporte como en la comunicación, dos situaciones clave, ya que son las que han hecho posible la intensificación de la interacción de las distintas sociedades del mundo.

El desarrollo de la ciencia que propició el mejoramiento de las tecnologías del transporte y la comunicación, en la fase del advenimiento y fortalecimiento de la globalización económica, colocó a la humanidad en la Tercera Revolución Industrial que en contraste con la anterior manifestó importantes innovaciones, las más destacadas de las cuales han sido la institucionalización de la ciencia ahora financiada por gobiernos, empresas y universidades por un lado; así como la colocación en el mercado de una enorme cantidad de productos de la misma por el otro, como serían las computadoras, tablets, teléfonos inteligentes y el internet, tecnologías que el abaratamiento de su producción y de sus precios en el mercado han sido adquiridas por un público masivo de alcance internacional. Hoy cualquier individuo, con ingresos no tan elevados, puede comunicarse con cualquier otro ubicado a miles de kilómetros de distancia con la intención de entretenerse, educarse o hacer negocios; privilegio que anteriormente sólo podían disfrutar hombres de gobierno o los empresarios.

Con la popularización de las tecnologías de la comunicación se completa el círculo de la Globalización que implica la profundización de la interconexión de las distintas sociedades del mundo, situación muy reciente al contar tan sólo con poco más de una década de haber empezado a manifestarse con todo y sus implicaciones. 41

Aquí entra el tema económico, como mencionamos, las características básicas de la Globalización fueron de tipo económico y tiene sus antecedentes en la década de los setenta del siglo XX.

Sin embrago, la cuestión tecnológica se convirtió en el eje rector de la economía, dado que el impulso que aquella propició en ésta consistió en que se abarataron enormemente los costos de la producción generando una sobre producción que requirió ampliar los mercados delimitados internacionalmente por las fronteras nacionales.

La ciencia en forma de tecnología se incorpora a la actividad económica, mejorando la producción de bienes y servicios de las empresas que con el paso del tiempo se transnacionalizaron, en una época en la cual operaban sólo en países capitalistas, mientras que el resto de los países pertenecientes al bloque socialista mantenían sus economías cerradas al comercio y las finanzas internacionales, que ya empezaba a ser dominados por las empresas transnacionales.

La apertura al comercio internacional y al movimiento de capitales se va a ver favorecida en el contexto de dos coyunturas históricas: la crisis de la deuda externa de muchos países en vías de desarrollo, como México, en la década de los ochenta y, posteriormente con la desaparición del bloque socialista a principios de los noventa. Con estos acontecimientos se consolida la Globalización económica al mismo tiempo hace que el sistema económico capitalista se propague abarcando la mayor parte del planeta.

Aquí llegamos al efecto más importante, tanto de la Globalización económica como tecnológica, que fue la situación política del Estado-Nación, que en una primera fase denotó un relativo debilitamiento para pasar, en una segunda, a su transformación tanto de sus estructuras internas como de su política exterior.

En el caso particular de México, observamos que históricamente pasó por estas dos etapas, en la primera, al hacer frente a crisis económicas recurrentes; posteriormente mediante una serie de reformas estructurales se cambió casi por completo el modelo económico que operó durante cuatro décadas, propiciando así su internacionalización 42

a partir de la década de los noventa concretando tratados de Libre Comercio con diversos países, entre los que destaca el de América del Norte.

México, al igual que muchos otros Estados, se adaptó con cierto éxito a la tendencia de la Globalización económica de tal manera que hoy, a través de su política exterior, se desenvuelve en un sistema internacional en el que además operan otros actores con los que hay que relacionarse activamente dado que han adquirido protagonismo, a tal grado que ya son necesarios para concretar acuerdos que ayuden a hacer frente a las problemáticas que ahora surgen y que tienen trascendencia mundial.

Estamos hablando de las empresas transnacionales, las organizaciones internacionales intergubernamentales y no gubernamentales, pero también de las organizaciones criminales que junto con las crisis económicas, las epidemias, el cambio climático, entre otros, afectan a las sociedades nacionales de tal forma que los Estados no pueden actuar individualmente para hacerles frente, se requiere la cooperación entre los mismos y con los otros actores internacionales.

México ha transformado su estructura económica al mismo tiempo que potenció su activismo internacional, con el fin último de adaptarse a los acontecimientos suscitados en el exterior y amortiguar sus efectos negativos al interior; no obstante, persisten rezagos de tipo estructural que afectan todavía a una gran parte de la población mexicana. Así como el Estado, a través de los gobiernos en turno, modificaron la estructura económica y profundizaron las relaciones del país con el exterior, también podría, con voluntad política, transformar profundamente el régimen electoral y de impartición de justicia, para sentar las bases necesarias de un gobierno que opere políticas publicas eficaces.

43

IX.-

Bibliografía

1. Aguayo Quezada, Sergio; Bagley Bruce Michel (compiladores); En busca de la Seguridad perdida. Aproximaciones a la seguridad nacional mexicana; 1ª Ed.; S. XXI; México; 1990. 2. Arroyo Pichardo, Graciela (coordinadora); La dinámica mundial del siglo XXI; 1ª Ed.; Cenzontle; México; 2006. 3. Borja Tamayo, Arturo (compilador); Interdependencia, cooperación y globalismo. Ensayos escogidos de Robert O. Keohane; 1ª reimpresión; CIDE; México; 2009. 4. Batta Fonseca, Víctor; Sosa Fuentes, Samuel (coordinadores); Escenarios futuros sobre la Globalización y el Poder Mundial; 1ª Ed.; FCPyS-UNAM; México; 2004. 5. Carré de Malber, R.; Teoría general del Estado; 2ª Reimpresión; UNAM-FCE; México; 2008. 6. Castañeda, Jorge G.; Mañana o pasado. El misterio de los mexicanos, 1ª Ed.; Aguilar; México; 2011. 7. Durosell Jean-Baptist; Todo imperio perecerá. Teoría de las relaciones internacionales; 1ª Ed.; FCE; México; 1998. 8. Elizondo Mayer-Serro, Carlos; Por eso estamos como estamos; 2ª Ed.; De Bolsillo; México; 2013. 9. Esquivel Leáutaud, Jimena; El quehacer diplomático; 1ª Ed.; Universidad Iberoamericana; México; 2010. 10. Fernández Bravo, Álvaro; La invención de la nación; Ediciones Manantial; Argentina; 2000. 11. Harvey David; El nuevo imperialismo; Ediciones Akal; España; 2004. 12. Held, Davi;. Mc Grew, Anthony; Goldblatt David; Perraton Jonathan; Transformaciones Globales. Política, economía y cultura; Oxford; México; 2002. 44

13. Herrero-Lasso, Luis (coordinador); México ante el mundo: tiempo de definiciones; 1ª Ed.; FCE; México; 2006. 14. Pearson Frederic S.; Rochester Martin J.; Relaciones Internacionales. Situación Global en el S. XXI; 4ª Ed.; Mc Graw Hill; Colombia; 2000. 15. Revista Letras Libres; N° 186, Junio 2014, México. 16. Revista Mexicana de Política Exterior, núm. 100; enero-abril 2014, SER, México. 17. Revista Nexos, N° 438, Junio 2014, México. 18. Rodríguez

Araujo, Octavio (coordinador); México ¿Un nuevo régimen

político?; 1ª Ed.; S. XXI; México; 2009. 19. Taylor Pete J.; Flint Colín; Geografía Política, economía-mundo, EstadoNación y localidad; 2ª Ed., Trama Editorial, España, 2002. 20. Ugalde, Luis Carlos; Por una democracia eficaz. Radiografía de un sistema político estancado, 1997-2000; 1ª Ed.; Aguilar; México; 2012. 21. Vázquez J. A.; Relaciones Internacionales. El pensamiento de los clásicos; Limusa; México; 2002.

45

Documentos de Trabajo es una investigación de análisis de la Fundación Rafael Preciado Hernández, A. C. a petición del Partido Acción Nacional. Registro ante el Instituto Nacional de Derechos de Autor en trámite

Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C.

Ángel Urraza No. 812, Col. Del Valle, C.P. 03100, México, D. F.

46