TEMA 4 HEMORRAGIAS Y SHOCK

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TEMA 4 HEMORRAGIAS Y SHOCK 1. EL SISTEMA CIRCULATORIO. 2. EL SHOCK. 2.1. CONCEPTO, CAUSAS Y TIPOS DE SHOCK. 2.2. SIGNOS Y SÍNTOMAS. 2.3. PRIMEROS AUXILIOS. 3. DESMAYO (O SINCOPE). 3.1. CONCEPTO. 3.2. PRIMEROS AUXILIOS. 4. HEMORRAGIAS EXTERNAS. 4.1. CONCEPTO Y TIPOS. 4.2. PRIMEROS AUXILIOS. 5. HEMORRAGIAS INTERNAS. 5.1. SIGNOS Y SÍNTOMAS. 5.2. PRIMEROS AUXILIOS. 6. HEMORRAGIAS EXTERIORIZADAS POR ORIFICIOS NATURALES. 6.1. HEMORRAGIAS POR EL OÍDO (OTORRAGIA) 6.2. HEMORRAGIAS POR LA NARIZ (EPISTAXIS) 6.3. HEMORRAGIAS POR LA BOCA (HEMATEMESIS Y HEMOPTISIS) 1. EL SISTEMA CIRCULATORIO. El corazón y los vasos sanguíneos forman el sistema circulatorio. La sangre circula por todo el organismo constantemente bombeada por la contracción y relajación rítmica (latido) del músculo cardíaco (el corazón). La sangre circula por una red de vasos sanguíneos de tres tipos: arterias, venas y capilares. Las paredes de las arterias son fuertes, musculadas y elásticas; permitiendo expandirse con cada torrente de sangre que sale del corazón al contraerse. La acción de los músculos alrededor de las venas empuja la sangre hacia el corazón. Las venas tienen un sistema de válvulas que impide el flujo de sangre en sentido contrario. La red de finos capilares abarca a todos los tejidos del organismo y gracias a sus finas paredes y a un flujo lento permite pasar el oxígeno y los nutrientes hacia los tejidos, así como las sustancias de desecho en sentido contrario. La presión ejercida por la paso de la sangre a través de las arterias principales se denomina presión sanguínea. Esta presión es variable en función de la fuerza del latido, la elasticidad de las paredes arteriales y el volumen y viscosidad de la sangre. La circulación sanguínea lleva oxígeno y nutrientes a los tejidos y recoge los productos de desecho. La sangre. En un adulto medio circulan unos 6 litros de sangre (0,08 litros por kilogramo de peso). Está compuesta en un 60% por plasma y en un 40% por células sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). Los glóbulos rojos (eritrocitos) contienen hemoglobina, una molécula que les permite transportar oxígeno. Los glóbulos blancos defienden al cuerpo frente a las infecciones. Las plaquetas son las responsables de la coagulación. El pulso. Cada latido del corazón crea una onda de presión que se transmite a través de las arterias. Puede sentirse en aquellos puntos donde la arteria circula cerca de la superficie de la piel. En un adulto medio, la frecuencia cardiaca oscila entre los 60 y los 80 latidos por minuto. Es más alta en los niños y lo normal es que en un adulto con buena condición física sea inferior a las 60 pulsaciones por minuto. TEMA 4: Hemorragias y Shock. (10/11/2013) Alejandro Jiménez Camacho.

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La frecuencia cardiaca puede incrementarse con el ejercicio, miedo, fiebre, pérdida de sangre y algunas enfermedades. Algunos problemas cardiacos, desmayos e incrementos de la presión dentro del cráneo pueden disminuir la frecuencia cardiaca. El pulso podemos tomarlo en la muñeca (arteria radial) o, en el cuello (arteria carótida). En bebés, el pulso braquial, en la cara interna del brazo, es más fácil de detectar. Al tomar el pulso debemos registrar la frecuencia (nº de latidos por minuto), la fuerza (fuerte o débil) y el ritmo (regular o irregular). Complicaciones. El nivel de oxígeno de la sangre puede descender si la hemoglobina de los glóbulos rojos disminuye (anemia), o si no hay oxígeno suficiente en los pulmones (hipoxia). La anemia hace que la piel tenga un aspecto pálido; la sangre pobre en oxígeno da un aspecto gris-azulado a la piel (cianosis). El endurecimiento de las arterias (arteriosclerosis) provoca una presión de la sangre demasiado alta de manera continua. Esta situación puede desencadenar la rotura de un vaso sanguíneo con la consecuente hemorragia interna. Una circulación pobre, el endurecimiento de las arterias o un estrechamiento de los vasos sanguíneos pueden formar un coágulo sanguíneo (trombosis). Un coágulo puede viajar a través del sistema circulatorio y alojarse en cualquier otro lugar (embolia), pudiendo dañar órganos vitales como los pulmones (embolia pulmonar). Una caída de la presión sanguínea (como sucede en una hemorragia severa) reduce el aporte de sangre, y por tanto el de oxígeno, afectando a órganos vitales (shock). 2. EL SHOCK. 2.1. CONCEPTO, CAUSAS Y TIPOS DE SHOCK. Se trata de un estado clínico muy grave, evolutivo y que, en sus inicios, puede prevenirse. Se produce cuando el sistema circulatorio falla y no es capaz de hacer llegar suficiente oxígeno a los tejidos (hipo perfusión). Si no es tratada esta situación rápidamente, órganos vitales como el corazón, el cerebro, los pulmones y los riñones pueden fallar, lo cual puede provocar la muerte. No confundir el shock circulatorio con el shock de origen psicológico, que tiene lugar, por ejemplo, cuando una persona sufre un profundo estrés emocional. ¿Cuáles son las causas? El shock puede desarrollarse si el corazón falla al bombear sangre al sistema circulatorio (shock cardiogénico), una causa frecuente es el ataque al corazón. También si los vasos sanguíneos se dilatan (shock distributivo), como sucede en infecciones graves o en el shock anafiláctico, disminuyendo bruscamente la presión sanguínea. También puede suceder si el aporte de sangre a los órganos vitales disminuye (shock hipovolémico) como consecuencia de una pérdida de sangre (hemorragia) o de otros líquidos corporales debido a quemaduras o deshidratación (diarreas o vómitos). El cuerpo responde inicialmente a la pérdida de fluidos con la redistribución del aporte sanguíneo de la piel hacia los órganos vitales. El shock tendrá lugar si no se detiene la pérdida de fluidos. 2.2. SIGNOS Y SÍNTOMAS. En un principio, la liberación de adrenalina provoca: - pulso rápido. - Palidez, cianosis en la piel, especialmente en los labios. Las uñas o el lóbulo de la oreja, si se presiona, no recupera su color inmediatamente. - Sudoración y piel fría y pegajosa. Conforme va evolucionando el estado de shock, nos encontramos con: - Debilidad y mareo. - Nauseas y posibilidad de vómitos. TEMA 4: Hemorragias y Shock. (10/11/2013) Alejandro Jiménez Camacho.

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Sed. Respiración rápida y superficial. Pulso débil y difícil de tomar. El pulso radial (muñeca) puede desaparecer cuando se ha perdido la mitad del volumen de sangre. Cuando el aporte de oxígeno al cerebro disminuye, sucede que: - El afectado puede mostrarse inquieto, ansioso e incluso agresivo; - bosteza y hace esfuerzos para respirar (conocido como “hambre de aire”). - pierde el conocimiento; - y finalmente, paro cardíaco. Las reacciones del cuerpo ante los distintos volúmenes de pérdida de sangre son: - 0,5 litros. Poco o ningún efecto, esta es la cantidad que normalmente se extrae en las donaciones de sangre. - 2 litros. Liberación de adrenalina, la cual acelera el pulso e induce la sudoración. El pulso es rápido pero débil o muy débil. La frecuencia respiratoria aumenta por encima de las 20-30 ventilaciones por minuto. Intranquilo y confuso. Vasoconstricción de áreas no vitales, como la piel, con el fin de redistribuir el flujo sanguíneo y por tanto el oxígeno hacia los órganos vitales. El estado de shock se hace evidente. - 3 litros. Pérdida de pulso radial, pérdida de conocimiento, fallo respiratorio y cardíaco. 2.3. PRIMEROS AUXILIOS. - Identificar y tratar la causa que ha provocado el estado de shock (hemorragia externa por ejemplo). - Tumbarlo sobre una manta para protegerlo del frío del suelo, manteniendo su cabeza baja. Tranquilizarlo constantemente. - Garantizar una adecuada apertura y limpieza de las vías aéreas, así como una adecuada ventilación. - Levantar sus piernas para mejorar el aporte de sangre a los órganos vitales. Tener mucho cuidado si sospechamos que exista alguna fractura. - Aflojar la ropa apretada (cuellos de camisas, cinturones, etc.), para reducir la opresión en cuello, pecho y cintura. - Mantener su temperatura corporal cubriendo con un abrigo o manta si fuera necesario. - Comprobar y medir regularmente la respiración, el pulso y el nivel de respuesta. - Estar preparado para RCP si fuera necesario. - El traslado a un centro sanitario hay que realizarlo cuanto antes. Lo que no debemos hacer es: - Dejar que el afectado fume, coma, beba o se mueva innecesariamente. Si se queja de sed, humedecer sus labios con un poco de agua. - Dejar al afectado desatendido. - Intentar calentar al afectado con botellas de agua caliente o cualquier otra fuente de calor directa. 3. DESMAYO (O SÍNCOPE). 3.1. CONCEPTO Y CAUSAS. Un desmayo (también conocido como sincope) es una breve pérdida de consciencia causada por una reducción temporal de flujo sanguíneo al cerebro. Al contrario que en el estado de shock, el pulso es lento, aunque pronto se incrementa y vuelve a la normalidad. Dura menos de un par de minutos y la recuperación suele ser rápida y completa. TEMA 4: Hemorragias y Shock. (10/11/2013) Alejandro Jiménez Camacho.

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La recuperación de un desmayo normalmente es rápida y completa. Un desmayo puede deberse a: - Una reacción al dolor intenso. - Miedo incontrolado a algo. - Un disgusto o estrés emocional. - Agotamiento. - Falta de alimento. - Es más frecuente que suceda después de largos períodos de inactividad física, como permanecer de pie, especialmente en una atmósfera caliente. La inactividad provoca que la sangre caiga hacia la parte baja del cuerpo, reduciéndose la cantidad de oxígeno disponible en el cerebro. Otras causas pueden ser: - Medicamentos que provocan caídas en la presión arterial. - Consumo de drogas o de alcohol. - Hiperventilación. - Azúcar bajo en la sangre. - Convulsiones. - Bajada súbita en la presión arterial por sangrado o deshidratación. - Incorporación repentina desde una posición de sentado o acostado. Cuando uno se desmaya, no sólo pierde el conocimiento sino que también pierde el tono muscular y color de la cara (palidez). Igualmente uno puede sentir debilidad o náuseas justo antes de desmayarse y puede tener la sensación de que los ruidos alrededor se van desvaneciendo en el fondo. 3.2. SIGNOS Y SÍNTOMAS. - Una breve pérdida de consciencia que provoca la caída al suelo del afectado. - Un pulso lento. - Palidez, piel fría y sudoración. 3.3. PRIMEROS AUXILIOS. - Inspeccionar vías respiratorias y respiración. De ser necesario llamar al 112. - Tumbarlo en el suelo y levantar y sostener las piernas en alto (más o menos unos 30cm). - Asegurarnos de que puede respirar aire fresco. Abrir ventanas. - Aflojar las ropas apretadas alrededor del cuello. - Si ha vomitado debemos ponerlo en posición lateral de seguridad. - Conforme se vaya recuperando, tranquilizarlo y ayudarle a incorporarse gradualmente. - Buscar y tratar cualquier herida que se haya producido al desplomarse al suelo. - Si no recupera la consciencia rápidamente, abrir las vías aéreas y comprobar si respira; estar preparado para RCP si fuera necesario. Colocarlo en la posición de recuperación. - Si empieza a sentir que se desmaya de nuevo, decirle que se tumbe, levantarle y sujetarle las piernas hasta que se recupere totalmente. Ante un desmayo debemos llamar a emergencias en los siguientes casos: - Cayó desde una altura, especialmente si está lesionada o sangrando. - No recupera el conocimiento en menos de dos minutos. - Está embarazada. - Tiene más de 50 años. - Tiene diabetes. - Siente dolor, presión o molestias en el pecho. - Presenta latidos cardíacos fuertes o irregulares. TEMA 4: Hemorragias y Shock. (10/11/2013) Alejandro Jiménez Camacho.

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Presenta pérdida del habla, problemas de visión o incapacidad para mover una o más extremidades. - Tiene convulsiones, lesión en la lengua o pérdida del control de esfínteres. En cualquier caso debemos recomendar al accidentado que acuda al médico para ser examinado. 4. HEMORRAGIAS EXTERNAS. 4.1. CONCEPTO Y TIPOS. Las heridas abiertas permiten la pérdida de sangre y otros fluidos del cuerpo, así como la entrada de gérmenes. La gravedad de una hemorragia dependerá principalmente de la velocidad con que se pierde la sangre, del volumen sanguíneo perdido y además del estado físico y edad de la persona afectada. Ante una hemorragia externa severa es necesario intervenir inmediatamente para reducir la pérdida de sangre y evitar el estado de shock. En función del tipo de vaso sanguíneo que se ha dañado podemos distinguir entre hemorragias arteriales, venosas y capilares. Las hemorragias arteriales pueden ser muy dramáticas y escandalosas, pero una hemorragia venosa abundante es potencialmente más seria. Hemorragias arteriales. La sangre rica en oxígeno es de un rojo brillante y, debido a la presión del bombeo del corazón, puede salir de la herida de forma intermitente con cada latido del corazón. Una arteria principal puede enviar la sangra a varios centímetros de distancia, y rápidamente reduce el volumen de la circulación sanguínea. Hemorragias venosas. La sangre venosa ha perdido parte del oxígeno y por eso es de color rojo oscuro. Está a menor presión que la sangre arterial, pero debido a que las paredes de las venas son más finas y elásticas, la sangre puede salir abundantemente de ellas. La sangre de una vena principal puede chorrear de manera abundante. Hemorragias capilares. El sangrado capilar hace que la sangre rezume. Tiene lugar en todas las heridas. Al principio el sangrado es rápido, pero la pérdida de sangre suele ser insignificante. Una contusión suele romper los capilares bajo la piel, provocando la pérdida de sangre dentro de los tejidos (cardenal o moratón). Según el volumen de sangre perdido distinguimos los siguientes tipos de hemorragias: Tipo I: pérdida de sangre hasta los 750 ml (15%). El organismo reacciona compensando las carencias con los depósitos de reserva que tiene (bazo, hígado y piel). Tipo II: pérdida de sangre entre 750-1.500 m. (15-30%). El organismo responde con un aumento de la FC y de la FR para recuperarse mejor de la pérdida. Tipo III: pérdida entre 1.500 y 2.000 ml (30-40%). El paciente se encontrará con sudor frío, pálido y muy confuso. Tipo IV: pérdida de más de 2.000 ml (40% o más). El afectado estará en un estado de shock hipovolémico. Normalmente estará confuso o en estado de inconsciencia. Una hemorragia externa abundante es dramática y angustiosa, y puede distraernos de lo que son las prioridades en la aplicación de los primeros auxilios. El sangrado en la cara o cuello puede obstaculizar las vías respiratorias. Raramente la pérdida de sangre es tan grande como para provocar un paro cardíaco. Tener en mente que lo más probable es que el afectado entre en estado de shock, y que por tanto pierda la consciencia. Ante una hemorragia debemos protegernos con guantes y lavarnos las manos antes y después de la aplicación de los primeros auxilios. 4.2. PRIMEROS AUXILIOS. Los objetivos de los primeros auxilios son: - Controlar la hemorragia. TEMA 4: Hemorragias y Shock. (10/11/2013) Alejandro Jiménez Camacho.

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- Prevenir y minimizar los efectos del shock. - Reducir el riesgo de infección. - Pedir ayuda para trasladar urgentemente al afectado a un hospital. Los pasos a seguir son: 1º. Quitar o cortar la ropa para poder ver la herida. Tener cuidado con posibles objetos cortantes, como cristales, que puedan herirte. 2º. Aplicar presión directa durante 10’ sobre la herida con los dedos o la palma de la mano, preferiblemente con una gasa estéril. No perder el tiempo haciendo un vendaje. Si no podemos aplicar presión directa porque hubiera un objeto incrustado, presionaremos firmemente a ambos lados de la herida. 3º. Elevar y sujetar la zona herida por encima de la altura del corazón. Realizarlo con mucho cuidado si sospechamos de una fractura. 4º. Tumbar al afectado. Esto reducirá el riego sanguíneo hacia la herida y también minimizará el shock. 5º. Manteniendo el apósito original en su sitio, realizamos un vendaje en la zona. Este vendaje hay que hacerlo consistente, pero no tan apretado como para impedir la circulación. Si el sangrado atraviesa el vendaje, colocaremos otro sobre este. Si en la herida hay algún cuerpo extraño incrustado, realizaremos el vendaje acolchando a ambos lados de la herida hasta la altura del cuerpo extraño, para vendar por encima de él pero sin presionarlo. 6º. Tratar el posible shock. Comprobar que no filtre el vendaje. Chequear la circulación por debajo del vendaje por si estuviera demasiado apretado. Cuando la presión directa es imposible de aplicar o bien insuficiente para detener la hemorragia, utilizaremos la presión indirecta. Ésta debe ser aplicada en un punto de la arteria principal por encima de la herida, donde la arteria pasa muy cerca del hueso. Primero debemos localizar la arteria sintiendo su pulso y luego aplicar presión hasta que el aporte de sangre a la extremidad es reducido en gran medida. Esta técnica no debe ser aplicada por más de 10’, a excepción de la arteria femoral. La arteria braquial pasa a lo largo de la cara interna del brazo (húmero), justo debajo del músculo bíceps. Para localizar el punto de presión de la arteria femoral, tumbaremos al afectado con la rodilla flexionada para localizar el pliegue inguinal justo por encima de la pelvis. Nunca aplicar un torniquete; puede empeorar la hemorragia y dañar los tejidos o incluso gangrenarlos. 5. HEMORRAGIAS INTERNAS. Las hemorragias internas pueden deberse a una fractura, un traumatismo o golpe violento (contusión) o a una herida penetrante, aunque también pueden ocurrir de manera espontánea, por ejemplo, en una úlcera de estómago. Se trata de una lesión grave, incluso si la sangre no se exterioriza de ninguna forma. La sangre se pierde del sistema circulatorio y puede ocurrir un estado de shock. La sangre acumulada en las distintas cavidades del organismo puede ejercer tal presión que daña órganos como los pulmones o el cerebro. ¿Cuándo podemos sospechar de una hemorragia interna?: si después de una lesión, se desarrollan lo signos y síntomas del shock sin que la pérdida de sangre sea visible. En el lugar de la lesión puede aparecer un moratón (hematoma) evidente. También puede aparecer sangre en determinados orificios naturales del cuerpo. Esta sangre puede ser pura o mezclada con el contenido de los distintos tejidos y órganos lesionados. 5.1. SIGNOS Y SÍNTOMAS. TEMA 4: Hemorragias y Shock. (10/11/2013) Alejandro Jiménez Camacho.

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Palidez, frío y piel sudorosa, pulso débil rápidamente, dolor, sed, confusión, inquietud, irritabilidad, posible desmayo (colapso) y pérdida del conocimiento. Tras un golpe violento aparece un hematoma. Salida de sangre por orificios naturales. Preguntar al afectado por lesiones o enfermedades recientes, episodios previos similares o si toma algún medicamento concreto. 5.2. PRIMEROS AUXILIOS. Nuestro objetivo es poner en marcha el plan de emergencia y minimizar el estado de shock. 1º. Nada más sospechar de la gravedad de la situación debemos llamar al teléfono de emergencias sanitarias. 2º. Ayudar a tumbarse y subir ligeramente sus piernas. Si hay fractura inmovilizarla previamente. Aflojar ropas apretadas. No dar ni de beber ni de comer. 3º. Proteger del frío. Controlar y medir la respiración, el pulso y el nivel de respuesta cada 10’ o menos. 4º. Si pierde el conocimiento colocarlo en la posición de recuperación. 5º. Prestar atención a cualquier tipo, cantidad y lugar de pérdida de sangre. Si es posible, enviar una muestra del esta sangre junto al afectado al hospital. 6. HEMORRAGIAS EXTERIORIZADAS POR ORIFICIOS NATURALES. 6.1. HEMORRAGIAS POR EL OÍDO (OTORRAGIA). Las otorragias o hemorragias por el oído suelen deberse a erosiones en el conducto auditivo externo y/o interno; o a la rotura del tímpano (perforación por un objeto, explosión, presión excesiva). El afectado siente un dolor agudo cuando se rompe el tímpano, seguido de dolor de oído y sordera. Si la sangre se debe a una lesión de cabeza, la sangre suele ser escasa y tener un aspecto acuoso. Esto sería grave, ya que indicaría que el cráneo se ha fracturado y el líquido cefalorraquídeo sale al exterior. Primeros Auxilios. El objetivo es permitir que la sangre drene, minimizar el riesgo de infección y poner en marcha el plan de emergencia. Nunca taponar el oído. 1º. Ayudar al afectado a recostarse con el lado que sangra hacia abajo para que el oído sangre. Si está inconsciente lo colocamos en posición de decúbito lateral. Hay que tener precaución con todas las movilizaciones si hay sospecha de golpe en la cabeza. 2º. Cubrir sin taponar el oído con una gasa estéril muy suavemente. 3º. Enviar o llevar al afectado al hospital en la posición de tratamiento. 6.2. HEMORRAGIAS POR LA NARIZ (EPISTAXIS). Lo más normal es que ocurra cuando los vasos sanguíneos de dentro de la nariz se rompen debido a estornudos, rascado, golpe, etc. También las infecciones, como las de un resfriado o una gripe, hacen que los vasos sanguíneos de la nariz sean más frágiles. Otra causa posible puede ser una presión arterial alta. Normalmente se trata de una simple molestia, pero puede ser grave si se pierde mucha sangre. Si la sangre es debida a un golpe en la cabeza será poca y con aspecto acuoso. La gravedad en este caso sería mayor ya que se trataría de pérdida de líquido cefalorraquídeo. Primeros auxilios. El propósito es controlar la pérdida de sangre por si es anormal y mantener abiertas las vías aéreas. 1º. Sentar al afectado con la cabeza bien inclinada hacia delante. No inclinar la cabeza hacia atrás, ya que la sangre puede llegar a la garganta y provocar vómitos. TEMA 4: Hemorragias y Shock. (10/11/2013) Alejandro Jiménez Camacho.

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2º. Pedirle que respire por la boca (esto puede tener un efecto calmante) y se pince la nariz justo por debajo del tabique nasal. Ayudarle si no sabe hacerlo. 3º. Decirle que intente no hablar, tragar, toser, escupir o esnifar para no interrumpir la coagulación. Darle un pañuelo limpio para que pueda limpiarse. Si se trata de un niño pequeño, dejar que sangre. 4º. Después de 10 minutos, pedirle que deje de presionar. Si sigue sangrando aplicar presión de nuevo en periodos de 10 minutos. Si la hemorragia persiste después de 30 minutos, llevar o enviar al afectado al hospital en la posición de tratamiento. 5º. Una vez que la hemorragia está controlada, limpiaremos alrededor de la nariz y la boca con agua templada. 6º. Aconsejar al afectado que descanse durante unas horas y que evite cualquier esfuerzo. Sobre todo que no se suene la nariz para no entorpecer la coagulación. 6.3. HEMORRAGIAS POR LA BOCA (HEMATEMESIS Y HEMOPTISIS). El sangrado por la boca puede deberse a cortes en lengua y labios; o bien a lesiones leves o graves en la zona de la boca. También puede deberse a la extracción de algún diente. El sangrado por la boca puede ser abundante y muy alarmante. Cuando es abundante hay peligro de que la sangre sea inhalada. Si la sangre es tragada puede provocar vómitos. Primeros auxilios. 1º. Sentar al afectado con la cabeza inclinada hacia el lado de la herida para permitir el drenado de la sangre. 2º. Colocar una gasa estéril sobre la herida y pedir al afectado que la presione con los dedos durante 10 minutos. Si se trata de la pérdida de un diente, colocaremos un trozo de gasa estéril en el hueco y le diremos al afectado que la mantenga mordida con los dientes por 10 minutos mínimo. No lavar la boca con agua ya que frenaría la coagulación. 3º. Si la hemorragia persiste, reemplazar la gasa empapada por otra nueva. Pedir al afectado que escupa el exceso de sangre para que no le produzca vómitos. 4º. Advertir al afectado de evitar las bebidas calientes durante las próximas 12 horas. 5º. Si la hemorragia es grande o si no se corta en unos 30 minutos, enviar al afectado al médico. En el caso de rotura de un diente de un adulto (nunca un diente de leche de un niño), éste puede ser implantado en su sitio si se hace rápidamente. Si ha caído, pediremos a alguien que lo busque mientras administramos los primeros auxilios. No limpiar el diente, ya que podemos dañar los tejidos. Colocar el diente en su hueco, manteniéndolo en su posición presionando con una gasa mordida. Si no lo podemos colocar en su sitio, lo mantendremos húmedo en agua o leche; o bien dentro de la boca del afectado. Enviar al afectado al dentista o al hospital. Cuando la sangre proviene del aparato digestivo por medio de vómitos se denomina “hematemesis”. Tiene una apariencia de color rojo o marrón oscuro, en ocasiones con aspecto de “granos de café”. Si se trata de sangre que procede del aparato respiratorio se denomina “hemoptisis”. Tiene una apariencia de color rojo brillante, espumosa y/o tosida. Primeros auxilios. 1º. Colocar al afectado en posición lateral de seguridad o en decúbito supino con rodillas flexionadas y cabeza ladeada para prevenir la aspiración del vómito. 2º. Trasladar urgentemente y enviar una muestra de los vómitos para su posterior valoración. TEMA 4: Hemorragias y Shock. (10/11/2013) Alejandro Jiménez Camacho.

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3º. Valorar la presencia de síntomas de shock. 4º. No dar al afectado de comer o de beber.

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