ROSARIO MISIONERO PARA EL DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES

ROSARIO MISIONERO PARA EL DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES El número 2562 del Catecismo de la Iglesia Católica nos dice: “¿De dónde viene la oración de...
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ROSARIO MISIONERO PARA EL DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES El número 2562 del Catecismo de la Iglesia Católica nos dice: “¿De dónde viene la oración del hombre? Cualquiera que sea el lenguaje de la oración (gestos y palabras), el que ora es todo el hombre. Sin embargo, para designar el lugar de donde brota la oración, las Escrituras hablan a veces del alma o del espíritu, y con más frecuencia del corazón (más de mil veces). Es el corazón el que ora. Si éste está alejado de Dios, la expresión de la oración es vana”. El rosario es una devoción mariana de las más antiguas que es conocida en el pueblo cristiano. Al rezar el rosario misionero, estamos pidiendo por todo el mundo, para que llegue a todos los rincones el anuncio del Reino de Dios. Al mismo tiempo rezamos por todos los misioneros, para que Dios los siga bendiciendo, dándoles la fortaleza y confianza, la esperanza y la caridad, y así puedan continuar en el caminar diario y no se cansen de predicar su Palabra. 78

PERSIGNACIÓN (Haciendo una cruz en la frente) Por la señal de la santa cruz, (Haciendo una cruz en la boca) de nuestros enemigos (Haciendo una cruz en el pecho) líbranos, Señor Dios nuestro. (Luego una cruz de la frente a la cintura, y del hombro izquierdo al derecho) En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

OFRECIMIENTO

Virgen Santísima, que en los montes de Fátima te dignaste revelar a tres humildes pastorcitos los tesoros de gracia contenidos en la práctica de tu santo rosario, imprime profundamente en nuestra alma la estima de esta devoción que te es tan querida, y haz que, meditando los misterios de nuestra redención que en ella se nos recuerda, merezcamos recoger sus frutos preciosos. Así sea.

MISTERIOS GLORIOSOS Primer misterio: “La resurección de nuestro Señor Jesucristo”

Reflexión—. “El ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: «No teman, pues que buscan a Jesús, el crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Vengan y vean el lugar donde estaba. Y ahora vayan en seguida a decir a sus discípulos: ‘Ha resucitado de entre los muertos’»” (Mt 28,5-6). Oremos: este misterio, Señor, te lo ofrecemos por todos nuestros hermanos africanos, para que los sigas bendiciendo y, con la alegría de Jesús resucitado, encuentren la fortaleza de perseverar en su fe, y que los que todavía no te conocen puedan escuchar tu Palabra a través de nuestros hermanos misioneros. (Se reza un Padre Nuestro) Padre nuestro, que estás en el cielo: santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Todos: Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén. (Se rezan diez Aves Marías) Dios te salve, María. Llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Todos: Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. (Se reza un Gloria) Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Todos: Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. Todos: Señor, yo creo. Señor, yo espero. Señor, yo te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen en ti, que no esperan en ti y que no te aman. María, madre de gracia y de misericordia Todos: En la vida y en la muerte ampáranos, gran Señora. Canto Madre de los creyentes, que siempre fuiste fiel, danos tu confianza, danos tu fe, danos tu confianza, danos tu fe. Pasaste por el mundo en medio de tinieblas, sufriendo a cada paso la noche de la fe, sintiendo todavía le espada del silencio; a oscuras padeciste el riesgo de creer. Madre de los creyentes… Letanías (A cada letanía se responde: “Ruega por África”) San Marcos, … San Agustín de Numida, … Venerable Carlos de Foucold, …

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Beata Clementina Anaurite, … Santos Mártires de Uganda, …

Segundo misterio: “La ascención del Señor a los cielos” Reflexión—. “Jesús los condujo hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se alejó de ellos y fue llevado al cielo” (Lc 24,50-51). Oremos: Señor, al rezar este segundo misterio, tenemos presentes a toda América, para que así como un día llegó a esta tierra el conocimiento de tu Palabra, ella mueva nuestros corazones para seguir trabajando en extender tu Reino. (Se reza un Padre Nuestro) (Se rezan diez Aves Marías) (Se reza un Gloria) Todos: Señor, yo creo. Señor, yo espero. Señor, yo te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen en ti, que no esperan en ti y que no te aman. María, reina de las misiones. Todos: Ruega por nosotros. Canto Fue el señor quien te hizo así: pura como luz de primavera. Dios en persona te dio su verdad, tu Señor te quiso así, fue la libertad tu compañera y fue tu cuna la humildad. Hoy tu secreto, María, yo vengo a cantar. Y en el mar de tu alegría quiero navegar. Y si lograra que el mundo quisiera escuchar, tus maravillas, María, le iría a contar. Letanías (A cada letanía respondamos: “Ruega por América”) San Francisco Solano, … Santa Rosa de Lima, …

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San Martín de Porres, … San Felipe de Jesús, … San Toribio de Mogrovejo, … San Pedro Claver, … Beatos y Santos del Nuevo Mundo, …

Tercer misterio: “La venida del Espíritu Santo sobre María Santísima y los Apóstoles en el cenáculo” Reflexión—. “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De pronto vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego, que, separándose, se fueron posando sobre cada uno de ellos; y quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar idiomas distintos, en los cuales el Espíritu les concedía expresarse” (Hch 2,1-4). Oremos: Padre amoroso, te pedimos por medio de la Santísima Virgen María por todos los europeos, para que no decaiga el espíritu misionero y resurja en ellos el deseo de seguir trabajando en todos los lugares donde haga falta que llegue el anuncio de tu Reino. (Se reza un Padre Nuestro) (Se rezan diez Aves Marías) (Se reza un Gloria) Todos: Señor, yo creo. Señor, yo espero. Señor, yo te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen en ti, que no esperan en ti y que no te aman. María, madre de gracia y de misericordia Todos: En la vida y en la muerte ampáranos, gran Señora. Canto Mientras recorres la vida tú nunca solo estás; contigo por el camino Santa María va. Ven con nosotros al caminar, Santa María ven. Ven con nosotros al caminar, Santa María ven.

Aunque te digan algunos que nada puede cambiar, lucha por un mundo nuevo, lucha por la verdad. Letanías (A cada letanía respondamos: “Ruega por Europa”) San Bonifacio de Alemania, … San Agustín de Canterbury, … San Patricio de Irlanda, … San Remigio de Reims, … San Leandro de Sevilla, … San Christian Rey de Dinamarca, … Beatos y Santos del Viejo Mundo, …

Cuarto misterio: “La asunción de la Virgen Santísima” Reflexión—. “Apareció en el cielo una señal gloriosa: una mujer vestida de sol, con la luna bajo los pies y en su cabeza una corona de doce estrellas” (Ap 12,1). El Concilio Vaticano II declara: “La Virgen Inmaculada, terminado el curso de su vida terrena, fue asunta a la gloria celestial en cuerpo y alma”. Oremos: Te encomendamos, Señor, en este cuarto misterio a todo el continente de Oceanía, para que tu Palabra llevada por tantos misioneros a este lejano Continente sea escuchada, cada vez haya más conversiones y despierte en ellos el deseo de servirte en otros lugares. (Se reza un Padre Nuestro) (Se rezan diez Aves Marías) (Se reza un Gloria) Todos: Señor, yo creo. Señor, yo espero. Señor, yo te amo. Te pido perdón por todos aquellos que no creen en ti, que no esperan en ti y que no te aman. María, reina de las misiones. Todos: Ruega por nosotros. Canto A ti, madre de esperanza; a ti, madre del amor, a ti, madre de los hombre; a ti canto mi canción.

Tú pones alegría en nuestras vidas; tú eres ternura y comprensión; sonríes, esperas y nos llamas, cada día eres nueva ilusión. Letanías (A cada letanía respondemos: “Ruega por Oceanía”) Padre Damián de Hancy, … San Pedro Chanel, … Estrella del Mar, … Madre Amable, … Madre llena de clemencia, … Madre del buen consejo, … Madre del Creador, … Beatos y Santos de las innumerable islas, …

Quinto misterio: “La coronación de la Santísima Virgen como reina y señora de todo lo creado” Reflexión—. El Concilio Vaticano II afirma: “La Virgen Inmaculada, fue asunta a la gloria celestial y enaltecida por el Señor como reina del universo, para que se asemejara más plenamente a su Hijo, vencedor del pecado y de la muerte”. “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo a quien tanto amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Después dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquel momento el discípulo la recibió como suya” (Jn 19,25-27). Oremos: Por todos los que forman el Continente de Asia te pedimos, Señor, para que siga llegando el anuncio de tu Reino a estas regiones y muevas los corazones de los que aún no te conocen, para que día a día se extienda tu mensaje de amor por cada uno de ellos. (Se reza un Padre Nuestro) (Se rezan diez Aves Marías) (Se reza un Gloria) Todos: Señor, yo creo. Señor, yo espero. Señor, yo te amo.

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Te pido perdón por todos aquellos que no creen en ti, que no esperan en ti y que no te aman. María, madre de gracia y de misericordia Todos: En la vida y en la muerte ampáranos, gran Señora. Canto Sálvame, Virgen María, óyeme: te imploro con fe, mi corazón en ti confía. Virgen María, sálvame, Virgen María, sálvame, sálvame. Mil enemigos, Virgen mía, de ti me quieren apartar. A ti se acoge el alma mía, que sólo tú puedes salvar. Sálvame… Letanías (A cada letanía respondemos: “Ruega por Asia”) San Andrés, … Santo Tomás, … San Juan de Brito, … Beato Teófano Venered, … Beato Valentín Berreochoa, … Santos Mártires de Corea, … Beatos y Santos Mártires de China y Japón, …

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén. Señor y Dios nuestro, concédenos gozar de constante salud de alma y cuerpo por los ruegos de la Virgen María, líbranos de las penas de esta vida y haz que alcancemos la alegría eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Oración misionera Todos: Señor Jesucristo, Tú que derramaste tu sangre para lavar los pecados de todos los hombres, haz que ninguno de ellos quede sin recibir los beneficios de la redención. Infunde en el corazón de todos los bautizados el deseo de propagar la fe. Cultiva en el corazón de los jóvenes el sublime ideal de entregarse al servicio del prójimo. Sostén el ánimo de aquellos que, abandonándolo todo, cumplen tu mandato de ir por el mundo anunciando la Buena Nueva. Crea en mí un corazón misionero. Amén. Reina de las misiones, ruega por todo el mundo.

Por las intenciones del romano Pontífice (Se reza un Padre Nuestro) (Se reza un Ave María) (Se reza un Gloria) Todos: Te pedimos, Señor, que lo bendigas, lo guardes y defiendas contra todo mal.

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Dulce madre, no te alejes, tu vista de mí no apartes; ven conmigo a todas partes y solos nunca nos dejes. Ya que nos proteges tanto como verdadera madre, cúbrenos con tu manto y haz que nos bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

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