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Profesiones en el sector agropecuario andaluz
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1. Introducción El sector agrario forma, junto con la silvicultura y la minería, el sector primario de la economía, es el primer eslabón de la cadena alimenticia, al que le sigue la transformación industrial y su posterior distribución y comercialización. Es por ello que la calidad y cantidad de las materias primas generadas en el sector agrario son determinantes en el peso y dinamismo del sector agroalimentario, además el sector agrario se encarga de la protección del medio rural, al hacer un uso sostenible de las tierras agrícolas y mantener el tejido social de las zonas rurales y su calidad de vida, ya que de la agricultura y ganadería dependen muchas otras actividades de carácter industrial o de servicios. Desde finales del siglo pasado el sector agrario ha sufrido grandes cambios, el modelo de agricultura tradicional productivista, en el que el cabeza de familia dirigía la explotación y el resto de la familia colaboraba en régimen de ayuda familiar, ha perdido validez. La temprana incorporación de los jóvenes al trabajo familiar, cuya formación se basaba en la transmisión de conocimientos de una generación a otra, desaparece para dar paso a una juventud rural más cualificada y formada que se incorpora más tarde a la actividad laboral e independientemente del negocio familiar. Actualmente la economía de libre mercado, los cambios tecnológicos, la preocupación por el medio ambiente, la seguridad y la calidad de los alimentos
han dado paso a una nueva mentalidad empresarial de los profesionales del sector agrario, en la que el capital humano se constituye como un factor clave para poder competir con éxito, la formación es por ello un objetivo estratégico para reforzar la productividad y competitividad de las empresas, y del mismo modo, potencia la empleabilidad de los trabajadores en un mundo en constante cambio. Para ello es necesario que la actualización de conocimientos de las personas que trabajan en el sector se ajusten a las necesidades del mercado, por lo que dicha formación debe de estar fundamentalmente orientada a la utilización de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, a la innovación de los productos, a la mejora de la calidad, a la aplicación de resultados de la investigación y a la gestión sostenible de los recursos naturales. El grado de profesionalidad adquirido por el trabajador contribuye a una mejora de la competitividad del sector agrario; para ello, la Comunidad andaluza cuenta con una amplia oferta formativa para preparar a los futuros profesionales: ■■
La formación profesional reglada es el conjunto de ciclos formativos de grado medio y de grado superior que tienen la finalidad de preparar a los alumnos para la actividad en un campo profesional y facilitar su adaptación a las modificaciones laborales que puedan producirse a lo largo de su vida, proporcionando una educación completa,
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que abarca los conocimientos y competencias básicas necesarias en la sociedad actual, estimulando el deseo de seguir aprendiendo y la capacidad de hacerlo por sí mismos. ■■
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La formación profesional ocupacional es un instrumento de políticas activas de empleo que trata de asegurar una óptima formación profesional a los trabajadores que la reciben y cuyo objetivo es potenciar la inserción y reinserción profesional de la población demandante de empleo. Los proyectos de escuelas taller, casas de oficio y talleres de empleo son programas mixtos tanto de formación, al potenciar que ésta sea de calidad, como de empleo, fomentando su estabilidad principalmente en aquellos territorios con más necesidades. Se trata de una medida eficaz de inserción en el mercado de trabajo a través de la cualificación y profesionalización de personas desempleadas, mediante la formación en alternancia con el trabajo y la práctica profesional, así como a través del desarrollo de tareas de acompañamiento hacia el empleo. Las escuelas taller y las casas de oficio están destinadas a jóvenes desempleados mayores de dieciséis años y menores de veinticinco, en los que el aprendizaje y la cualificación se alternan con un trabajo productivo. En el caso de los talleres de empleo, la formación va dirigida a personas desempleadas mayores de veinticinco años.
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El Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) es un organismo autónomo, adscrito a la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, que tiene entre sus objetivos planificar y desarrollar programas de información y formación para investigadores, técnicos y profesionales de los sectores agrario, pesquero y alimentario.
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La formación transversal es un tipo de formación que potencia la capacidad de aprendizaje y actualización del conocimiento permanente de los trabajadores.
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En esta monografía se exponen a modo de ejemplo, algunas de las profesiones agrarias consideradas como emergentes bien por ser innovadoras, novedosas o porque en la actualidad existe una gran demanda de profesionales de su especialización. El apicultor es el profesional que se dedica a la cría y manejo de abejas para el aprovechamiento de sus productos, además es una actividad generadora de beneficios indirectos mediante la polinización de los cultivos de las explotaciones cercanas a las colmenas, contribuyendo a la fecundación durante la floración para el posterior desarrollo de los frutos, lo que aporta un equilibrio ecológico en el entorno. El agricultor y ganadero ecológicos son profesiones recientes en el tiempo que están ofreciendo nuevas oportunidades de empleo ya que las explotaciones ecológicas requieren con carácter general entre un 20% y un 30% más de mano de obra, además dan respuesta a la demanda de productos ecológicos cada vez más solicitados por los consumidores. La mayor preocupación por el medio ambiente y por un crecimiento sostenible, unido a las 4,6 millones de hectáreas con vocación forestal en Andalucía, trae consigo el auge del repoblador forestal cualificado, capaz de conservar con su actividad el medio ambiente además de obtener productos que atiendan a criterios de sostenibilidad. En la profesión de podador, su buen hacer es fundamental para la consecución de la viabilidad económica de las explotaciones ya que, a través de la poda, se incrementa y mejora la producción, se estructuran las explotaciones eficientemente, se mejora la sanidad vegetal, prolongándose de ésta forma la vida de la plantación. Se trata de una profesión demandada en el sector agrícola y con un amplio abanico de acción, ya que desarrolla sus funciones en diferentes tipos de explotaciones. En el caso del fruticultor, su alta especialización y profesionalización, así como la aplicación de nuevas tecnologías en los sistemas de riego y fertirrigación,
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la utilización de nuevas variedades e injertos y la mecanización de las diferentes labores, entre otros factores, suponen incrementar y mejorar la calidad de las producciones de las explotaciones frutícolas. El helicicultor es el profesional dedicado a la cría de caracoles de tierra. Su actividad ganadera es econó-
micamente viable y se perfila como una alternativa para los propietarios de tierras que deseen diversificar su producción; para muchos empresarios puede ser una salida a la actual crisis ganadera, y a su vez constituye una oportunidad para los emprendedores que opten por incorporarse al mercado laboral rentabilizando esta actividad productiva.
2. Apicultor 2.1. Caracterización del sector productivo La apicultura o cría de abejas es una actividad pecuaria que ha ido alcanzando durante los últimos años una gran importancia en su aspecto productivo, por la cantidad de productos que lo integran y la mano de obra generada.
precio medio percibido por el agricultor es de 2,20 euros/kg2.
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La floral: tiene su origen en una secreción azucarada de las flores.
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La mielada: incluye secreciones extraflorales de la planta y de otros insectos.
La cera de las abejas es una sustancia que segregan éstas a partir de unas glándulas que poseen en el abdomen para la construcción de los panales hexagonales. La utilidad que se le da a la cera es fundirla para acumularla en un bloque o cerón que se vende en bruto y con la que se elaboran láminas estampadas y preparadas para colocarlas en las colmenas; de este modo las abejas no tienen que emplear ni tiempo ni materia prima en la elaboración de la cera para la construcción del panal, mejorando así el aprovechamiento de la recogida del néctar y el polen y la efectividad en la fabricación de la miel. Actualmente, otras utilidades que posee la cera producida en las colmenas aparte de la empleada para el uso propio en la industria apícola son aquellas que se le dan en la industria cosmética, farmacéutica, así como en la composición de pinturas. La cera generada en España en 2008 supera los 2 millones de kilogramos.
La producción de miel a nivel nacional se cifra en más de 34 millones de kilogramos en 2008, de los que el 13,30% corresponden a Andalucía, donde el
En el Cuadro I se aprecia cómo Andalucía posee en torno al 13% de la producción nacional tanto de miel como de cera en 2008.
Los productos obtenidos a través de la apicultura varían en función de sus beneficios, obteniéndose como productos principales la miel y la cera, junto con otros como el propóleo, la jalea real y el polen. La miel “es una sustancia elaborada por la abeja melífera (Apis mellífera) y sus diferentes subespecies, a partir del néctar de las flores y de otras secreciones extraflorales. Las abejas liban, transportan (en el buche melario), convierten y almacenan en los panales” 1. Hay dos tipos de miel según su origen:
Según la Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Fuente: COAG Andalucía en asamblea realizada para informar de los últimos acontecimientos en cuanto a la repercusión apícola en Andalucía. 1
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Cuadro 1. Producción de miel y cera. España - Andalucía, 2008 Miel (kg) Andalucía España
Cera (kg)
Colmenas Movilistas
Colmenas Fijistas
Total
Colmenas Movilistas
Colmenas Fijistas
Total
4.326.935
225.365
4.552.300
232.381
29.124
261.505
33.016.508
1.194.775
34.211.283
1.892.283
120.629
2.012.912
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
El propóleo es una sustancia antibiótica proveniente de las resinas de los árboles que toman las abejas, lo transforman y con él revisten las paredes de la colmena con el fin de protegerlas frente a agentes dañinos. También se utiliza en la industria cosmética, farmacéutica y en la elaboración de pinturas, entre otros. La jalea real es el alimento que reciben durante los tres primeros días las larvas, una vez pasado este periodo, las larvas destinadas a convertirse en abejas obreras, cambian a una dieta compuesta por polen y néctar o miel diluida, mientras que aquellas larvas que llegarán a ser abeja reina continúan recibiendo jalea real, lo que causa que la larva se convierta en
pupa más rápidamente, además de aumentar su tamaño y desarrollarla sexualmente. La jalea real es aplicada en la industria cosmética, farmacéutica y dietética. El polen sirve de alimento básico a las larvas, siendo un suplemento para el hombre altamente proteico, además de utilizarse en cosmética. A nivel comunitario, como se aprecia en el Gráfico 1, destaca España por ser el país con mayor censo apícola registrado, al contabilizarse 2.320.949 colmenas en 2007, lo que representa el 17,06% de la Unión Europea, seguido en importancia por Grecia y Francia con un 10,79% y 10,01%, respectivamente.
Nota: Otros incluye los países de Bélgica, Chipre, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Holanda, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta y Suecia. Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
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Este sector posee importancia en cuanto a la mano de obra que genera a nivel nacional, al dar empleo a 23.265 apicultores profesionales. A nivel autonómico, Andalucía disponía en 2006 del 21,75% de las colmenas nacionales, lo que supone
que un 12,58% del empleo registrado por este sector se centra en dicha Comunidad. Se estima que el valor de la facturación del sector en Andalucía está en torno al 0,44% sobre la Producción Final Ganadera, y el 0,17% sobre la Producción Final Agraria (Cuadro 2).
Cuadro 2. Censo de apicultura. España-Andalucía, 2006 Nº de colmenas Andalucía España
Nº de apicultores
Producción miel (Tm)
504.697
2.928
4.500
2.320.949
23.265
28.998
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
En España el consumo medio por persona y año se sitúa en 900 gramos de miel, lo que le hace situarse en el sexto lugar de la Unión Europea detrás de Grecia, Austria, Portugal, Alemania y Dinamarca. Se consume fundamentalmente la miel de mesa (85%) de uso doméstico, ocupando el segundo lugar la miel para industria, empleada en repostería, panadería, etc; otros de los usos que tiene la miel es la industria farmacéutica para la fabricación de medicamentos y cosméticos. La apicultura también está desarrollándose en el sector ecológico, de hecho las administraciones comunitaria y autonómica la vienen apoyando con ayudas y subvenciones dentro de las submedidas agroambientales en el marco del Programa de Desarrollo Rural 2007-2013 (concretamente en la submedida 11: Apicultura ecológica; y en la submedida 1: Apicultura para la conservación de la biodiversidad con prima adicional ecológica).
El número de colmenas en agricultura ecológica en España se sitúa en 57.633, ocupando Andalucía el primer puesto con el 53,7% del total nacional. En cuanto a explotaciones apícolas ecológicas en la Comunidad andaluza en 2008 se contabilizaron 82, concentrándose la mayor parte (35,37%) en la provincia onubense. En 1997 la Unión Europea dio cobertura al sector a través de un Reglamento3 que fomentó la producción y comercialización de miel, siendo recientemente sustituido por otros dos Reglamentos4 destinados a mejorar las condiciones de producción y comercialización de los productos de la apicultura. El desarrollo de esta normativa europea en España se ha plasmado en el Programa Nacional de Ayuda a la Apicultura5, siendo uno de sus principales objetivos consolidar la profesionalización del sector y alcanzar una mayor modernización incorporando las últimas técnicas y avances científicos; mejorar los
Reglamento (CE) 1221/97, del Consejo, de 25 de junio, por el que se establecen las normas generales de aplicación de las medidas destinadas a mejorar la producción y comercialización de la miel. (DOCE L 173 de 1 de julio de 1997). 4 Reglamento (CE) 797/2004 del Consejo, de 26 de abril de 2004, relativo a las medidas destinadas a mejorar las condiciones de producción y comercialización de los productos de la apicultura y Reglamento (CE) 917/2004, de 24 de Agosto de 2004, de la Comisión por el que se establecen disposiciones de aplicación del Reglamento (CE) 797/2004, del Consejo relativo a las medidas. (DOUE L 125 de 28 de marzo de 2004). 5 Real Decreto 519/1999, de 26 de marzo, por el que se regula el régimen de ayudas a la apicultura en el marco de los programas nacionales anuales. (BOE núm. 74 de 27 de marzo de 1999. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino). 3
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sistemas de producción y comercialización, y abrir nuevos mercados, ofreciendo productos de calidad.
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Medidas de apoyo a los laboratorios de análisis de la miel.
Los Programas Nacionales Apícolas, financiados al 50% por los fondos de la Unión Europea, pueden incluir las siguientes medidas:
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Medidas de apoyo a la repoblación de la cabaña apícola comunitaria.
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Asistencia técnica a los apicultores y a las agrupaciones de apicultores.
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Lucha contra la varroasis.
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Racionalización de la trashumancia.
Colaboración con organismos especializados en la realización de programas de investigación aplicada en el sector de la apicultura y de los productos procedentes de la apicultura.
2.2. El profesional de la apicultura El trabajador que posee los conocimientos adecuados para llevar a cabo las técnicas necesarias en el manejo y cuidado de las colmenas es conocido como apicultor. La misión principal de este profesional es la obtención de productos de calidad que se generan en la colmena, en primer lugar la miel, y como subproductos la cera, jalea real, propóleo y polen. El apicultor se encarga de preparar y mantener las instalaciones de las colmenas, fabricadas en madera y rejillas, para que se encuentren en perfecto estado, dándole especial atención a la limpieza y desinfección, acondicionando en su interior unos núcleos de fecundación de las reinas. La alimentación de las abejas es uno de los factores a tener en cuenta por el apicultor, que debe conocer las necesidades en función del lugar jerárquico que ocupen en la colmena (reina, zánganos, obreras), por lo que es imprescindible valorar el potencial de la vegetación existente en la zona y en caso de escasez suplirlo con piensos específicos preparados y otros compuestos; esto es necesario en primavera, cuando se aplica una alimentación estimulante a base de un jarabe que contiene agua y azúcar o miel como sustitutivo del néctar y en otoño-invierno, cuando se suministra una alimentación invernada, al no haber suficientes reservas alimenticias, consistente en una
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base de papilla sustitutiva del polen cuya fórmula es harina de soja, polen, azúcar, agua y sulfamidas. El estado sanitario de la colmena es sumamente importante para su correcto funcionamiento, por lo que el apicultor debe conocer las enfermedades más frecuentes de estos insectos para realizar en el momento adecuado el tratamiento preventivo o curativo con ayuda de los equipos de pulverización específicos para este fin. También aplicará trampas y cebos destinados a contener las plagas y enfermedades. El seguimiento durante la reproducción y la conducta social de las abejas es una función imprescindible que realiza el apicultor, quien mediante la captura y disposición de los enjambres posibilita la multiplicación de colmenas, con la introducción de abejas jóvenes y paneles donde puedan instalarse éstas, produciendo más miel y cera; en verano se sustituye la reina de más de dos años de edad, adelantándose este proceso si se observa que es poco fértil. Así mismo, otra de las labores del profesional consiste en realizar el transporte de las colmenas y el trasiego (traslado de los panales a zonas más cálidas, con más floración) de las abejas de una colmena a otra, procurando mantener la integridad de las colmenas y de sus habitantes, teniendo en cuenta para ello las normas de seguridad e higiene pertinentes.
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En otoño es práctica habitual la reunión de colonias, que consiste en unir aquellas más débiles a otras de mayor población, se elimina la reina de la colonia más débil y se asegura una reina fuerte y ponedora de huevos. El apicultor extrae la miel y el resto de productos de la colmena haciendo uso de herramientas, útiles y equipos de recolección de la cosecha como son el ahumador, cuchillo desoperculador, rasquetas, etc. Debe de estar protegido con equipos de protección
personal (mono, guantes, botas y caretas) teniendo en cuenta en todo momento las estrictas normas de seguridad para el manejo de un enjambre. La miel es extraída del panal por centrifugación con el objeto de no alterar las celdillas de cera para su posterior uso. Por último el profesional gestiona y administra su explotación de manera que sea lo más eficiente, destina sus productos a la venta y emplea canales de comercialización ganaderos rentables.
2.3. Formación para el apicultor La especialización del profesional se alcanza mediante la consecución de las destrezas necesarias adquiridas gracias a los cursos dirigidos a esta
temática. En el Cuadro 3 se recogen las diferentes acciones formativas que pueden cursarse en Andalucía.
Cuadro 3. Oferta formativa para el apicultor Formación reglada recomendada -Formación profesional en técnico superior de gestión y organización de empresas agropecuarias -Formación profesional de grado medio en explotaciones ganaderas Formación para el empleo IFAPA
- Apicultura - Enfermedades de la abeja - Jornadas de apicultura
F.P. Ocupacional
-Apicultor
Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por el IFAPA, la Consejería de Empleo y la Consejería de Educación. Junta de Andalucía.
3. Agricultor ecológico 3.1. Caracterización del sector productivo La agricultura ecológica, también denominada orgánica o biológica, es un sistema de explotación agrícola basado en la utilización óptima de los recursos naturales, que mantiene la diversidad genética del sistema y de su entorno, respetando el medio ambiente y obteniendo productos de alta calidad, sin el uso de productos químicos de síntesis.
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Las principales características que se asocian con los productos ecológicos son el ser alimentos naturales, más sanos, sin aditivos ni colorantes, aunque con un precio más elevado que los productos convencionales. Se utilizan técnicas tradicionales como la rotación de cultivos, el acolchado o cobertura del suelo con paja
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o hierba cortada y la siembra de leguminosas como cultivos de abonado en verde. Del mismo modo, se aplican importantes restricciones en la utilización de fertilizantes o pesticidas que puedan tener efectos desfavorables para el medio ambiente o dar lugar a la presencia de residuos en los productos agrarios. A nivel mundial, España se sitúa entre los diez países con más superficie dedicada a la agricultura ecológica, ranking que lidera Australia, seguida de China
y Argentina. Dentro de la Unión Europea (27), España ocupa el primer lugar con 1.317.751,88 ha en 2008 de las que un 60% se encuentran en Andalucía, primera Comunidad Autónoma en cuanto a superficie, agrupando a 8.260 operadores. La evolución de la superficie de agricultura ecológica en Andalucía tiene una tendencia positiva, con un crecimiento interanual del 32,85% desde 2001 hasta 2008 como se puede observar en el Gráfico 2.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía.
El consumo de productos ecológicos en España es todavía bastante escaso (entre el 0,5% y el 1% del consumo alimentario total) situándose por debajo de lo que ocurre en otros mercados como en Suiza,
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Alemania e Italia. Actualmente, el consumo per cápita de productos ecológicos en España se sitúa entre 10 y 12 euros/año, frente al correspondiente de otros países que se sitúan entre 20 y 45 euros/año.
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3.2. El profesional de la agricultura ecológica En los últimos años se ha hecho necesaria la incorporación al sector ecológico de agricultores que sepan manejar y mantener este tipo de explotaciones, que estén dispuestos tanto a pasar un periodo de reconversión de sus tierras, como a adquirir una formación específica en técnicas de agricultura ecológica. El objetivo principal del agricultor ecológico es la producción de alimentos naturales de máxima calidad preservando el medio ambiente y la fertilidad del suelo, empleando para ello operaciones de manejo, mantenimiento, producción y recolección de cultivos aplicando criterios de calidad y cumpliendo con la legislación de agricultura ecológica y control de calidad. Con el fin de obtener un suelo con alta productividad a medio y largo plazo, el agricultor ecológico debe proporcionarle una buena estructura física y un buen drenaje; para ello es necesario aportarle un abono orgánico que acelere la actividad biológica del suelo y realizarle labores culturales que permitan la libre circulación de agua y aire dentro del mismo. La materia orgánica que el agricultor ecológico debe aportar al terreno tiene diversos orígenes: residuos de la actividad agrícola (restos de poda y de cosecha), ganadera (estiércoles y purines de vaca, caballo, ovino, caprino y cerdo), forestal (serrín, ramas, hojas), industrial (bagazo de caña de azúcar) o urbana (residuos urbanos y lodos de depuradoras sin metales pesados). También se pueden incorporar abonos orgánicos preparados como el compost y el vermicompost (humus de lombriz), el cultivo de abonos verdes es una práctica habitual del agricultor, consistente en la siembra de un determinado cultivo que servirá de abono de ese terreno tras un proceso de recolección, picado y volteo; las tres familias más habituales empleadas para este fin son las leguminosas, crucíferas y gramíneas, de las que se utilizan variedades con un crecimiento rápido, con gran follaje y con capacidad para crecer en suelos pobres.
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El acolchado o “mulching” es una práctica agrícola muy usada en agricultura ecológica, en la que el agricultor cubre el suelo con material orgánico (paja, hierba, compost), e inorgánico (piedras, gravas, plásticos), con el fin de proteger el terreno ante la erosión, mantener su fertilidad, humedad, temperatura y estructura, controlar el crecimiento de malas hierbas y aportar elementos fertilizantes que aumenten los efectos sobre el rendimiento del cultivo e incrementen la actividad biológica del terreno. En función del tipo de suelo, éste requiere diferentes prácticas, siendo común a todos evitar la eliminación de la cobertura vegetal y el sobrepastoreo, así como reducir el laboreo a lo estrictamente necesario. Las labores de alzado del suelo solamente las puede realizar el agricultor en el periodo de reconversión de la explotación de convencional a ecológica, para evitar profundizar demasiado y ahogar la vida microbiana existente en las capas más profundas del suelo. Los cultivadores son usados para esponjar el terreno, eliminar malas hierbas e incorporar estiércoles. La grada prepara el suelo para la siembra, arañando y pulverizando la superficie e incorporando el acolchado al terreno. En caso de explotaciones donde sea económicamente rentable, se pueden usar sembradoras, cosechadoras y picadoras de maleza. La rotación de los cultivos es una práctica que debe llevar a cabo el agricultor ecológico para el correcto manejo del suelo; es recomendable una rotación de tres años en la que se puede comenzar con plantas exigentes en nutrientes, seguidas por las leguminosas y finalizando con cultivos que necesitan el abonado en forma de estiércol muy descompuesto. Otra de las funciones del agricultor es mantener los tractores y equipos de tracción en perfecto estado de uso para su conservación, en ocasiones, el profesional ecológico debe utilizar herramientas de uso manual, así para labrar, mullir y escardar se utiliza
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la azada de rueda y la azada doble; en el caso de la siembra se emplea el rastrillo y el plantador para plantar; y para la poda se necesitan tijeras y cuchillos. El profesional practica la llamada asociación de cultivos, consistente en la agrupación de dos o más cultivos cuya interacción provoca factores positivos al menos en uno de ellos, debiendo estudiar cada caso para aplicar el más adecuado a la explotación. Citar como ejemplos la asociación de gramíneas con leguminosas, en la que se aprovecha la fijación del nitrógeno atmosférico por parte de la leguminosa, o la asociación de hortalizas con diferente velocidad de crecimiento, lo que genera mayor productividad en la explotación. Las malas hierbas influyen en el control de la erosión del terreno, mantienen su humedad y sirven de refugio a los insectos beneficiosos; el agricultor ecológico debe mantener el equilibrio existente entre las hierbas adventicias y el cultivo para que no disminuyan los rendimientos de la explotación, mediante prácticas culturales preventivas (la rotación de cultivos, laboreo del suelo, fertilización6, densidad de siembra, acolchado, asociación de cultivos y practicas alelopáticas) y prácticas culturales directas (se utilizan como instrumentos manuales el escardador y la azada), así como otros medios menos utilizados como son los térmicos o eléctricos. Otra de las ventajas de las hierbas adventicias es que sirven de indicador de diferentes factores como mala, buena o excelente estructura del suelo, así como el contenido de nutrientes (potasio, cal, yeso) y tipo de pH del terreno.
En caso de terrenos con pendiente, el agricultor ecológico debe emplear técnicas que eviten la erosión del suelo, por lo que la siembra debe realizarse cruzando la pendiente y cultivando siempre siguiendo las curvas de nivel. Una de las funciones más relevantes del profesional ecológico se centra en el control natural de plagas y enfermedades. El agricultor debe aplicar técnicas que minimicen la incidencia de plagas, enfermedades y vegetación espontánea no deseada, dependiendo del cultivo, con el objetivo de aumentar la biodiversidad del agroecosistema; para ello emplea métodos culturales, físicos y biotécnicos, además de eliminar plantas enfermas, efectuar una adecuada rotación de cultivos y un control de hierbas adventicias (Cuadro 4). Los insecticidas vegetales y de microorganismos los aplica el profesional ecológico de forma uniforme y hace suelta de depredadores y parasitoides, con el fin de controlar las plagas en todos sus estadíos, tanto larvarios como de adultos. La recolección ha de realizarse en el momento óptimo de madurez y tamaño, y para ello se han de emplear equipos apropiados a las características del cultivo (cosechadoras de cereales, de algodón, etc.), evitando el posible deterioro del mismo. Por último el agricultor debe instalar sistemas de protección (invernaderos, mallas) y forzado de cultivos (calefactores y humificadores), así como efectuar la limpieza de locales e instalaciones con la periodicidad necesaria según el cultivo y los productos permitidos en el Reglamento de agricultura ecológica7.
Nota: A través de la fermentación provocada tras el aporte del compost y/o estiércol se destruyen las semillas de las malas hierbas. Reglamento (CEE) n° 2092/91 del Consejo de 24 de junio de 1991 sobre la producción agrícola ecológica y su indicación en los productos agrarios y alimenticios. (DOUE L 307 de 25 de noviembre de 2005).
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Cuadro 4 .Métodos de control de plagas y enfermedades en agricultura ecológica Métodos
Técnicas a emplear Rotaciones Setos
Culturales
Recolección Plantas cebo Asociación de plantas (puerro-cebolla, tomate-maíz)
Físicos
Mallas Rejillas Infusión de ajo Purín de cola de caballo, ortiga o cebolla
Químicos
Maceración de pelitre Preparado de jabón verde Aceite de verano Azufre en flor Introducción de patógenos
Biológicos
Introducción de enemigos naturales Incorporación de abonos verdes Feromonas para confusión sexual
Biotécnicos
Trampas Capturas de insectos Bacillus turingiensis
Fuente: Elaboración propia.
3.3. Formación para el agricultor ecológico La agricultura ecológica está acogida a una reglamentación muy estricta y el profesional ha de ser conocedor de la misma; debe ser capaz de resolver dificultades imprevistas, pues se mueve en un terrero muy diverso como es la propia naturaleza. Para ello existen desde las propias organizaciones ecológicas cursos
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especializados para que los productores que se acojan a este tipo de agricultura puedan dominar prácticas respetuosas con el medio ambiente, pero que a su vez sean efectivas en la lucha contra plagas, enfermedades y malas hierbas. En el Cuadro 5 aparece la oferta formativa disponible en Andalucía para esta profesión.
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Cuadro 5. Oferta formativa para el agricultor ecológico Formación reglada recomendada - Formación profesional en técnico superior de gestión y organización de empresas agropecuarias - Formación profesional de grado medio en explotaciones agrarias intensivas - Formación profesional de grado medio en explotaciones agrarias extensivas Formación para el empleo IFAPA
- Introducción a la citricultura ecológica - Citricultura ecológica - Horticultura ecológica - Olivicultura ecológica - Conversión en producción ecológica; agricultura y ganadería ecológica - Formación continua y participativa en agricultura ecológica - Formación específica en técnicos en agricultura ecológica - Jornadas técnicas de producción ecológica - Jornadas sobre citricultura ecológica - Jornadas técnicas sobre el cultivo ecológico del olivar - Jornadas sobre cultivo ecológico del ciruelo - Jornadas sobre cultivo ecológico en cítricos - Jornadas técnicas sobre comercialización de productos ecológicos
F.P. Ocupacional
- Agricultura ecológica - Productor de hortalizas ecológicas
Escuelas taller
- Agricultura ecológica
Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por el IFAPA, la Consejería de Empleo y la Consejería de Educación. Junta de Andalucía.
4. Ganadero ecológico 4.1. Caracterización del sector productivo La ganadería ecológica es un sistema ligado al suelo en el que la explotación debe disponer de tierras de pasto o cultivo ecológico que aporten la mayor parte de los alimentos para los animales, contribuyendo así al equilibrio de los sistemas agrícolas utilizando recursos naturales renovables. El animal ecológico se conoce como el producto obtenido “por medio de un sistema de producción pecuaria sustentable en el tiempo que, a través del uso racional de los recursos naturales, y sin el empleo de sustancias químicas sintéticas u otras de efecto tóxico
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real o potencial para la salud humana, mantenga o incremente la diversidad biológica y la fertilidad del suelo, optimizando la actividad biótica del mismo como medio para suministrar los nutrientes destinados a la vida vegetal y animal”8. No está permitida la cría simultánea ecológica y convencional de la misma especie animal en la explotación, y está autorizado el pastoreo en zonas comunes, siempre que los pastos y forrajes no hayan sido tratados con productos químicos distintos de los autorizados en la producción ecológica en los tres años anteriores.
Servicio Nacional de Sanidad Animal de Argentina (SENASA).
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Las razas ganaderas han de ser autóctonas y está prohibido el empleo sistemático de sustancias químicas de síntesis en todo el proceso productivo, tanto en los tratamientos con medicamentos como en los fertilizantes o aditivos de sus alimentos. En la ganadería ecológica existe un control durante toda la vida del animal, incluido el transporte, los procesos desarrollados en el matadero, en la sala de despiece y en el punto de venta. La abundancia a nivel nacional de variedades autóctonas y de gran rusticidad en su mayoría adap-
tadas al medio, favorece la cría y explotación en régimen extensivo del ganado ecológico. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, en 2008 en España había 3.813 explotaciones ganaderas agrícolas con 666.241 cabezas de ganado/colmenas, de las que Andalucía poseía más del 50%; esta Comunidad Autónoma además tenía en el mismo año 2.073 explotaciones ganaderas ecológicas, ocupando casi la mitad (43,66%) el vacuno de carne, seguido del ovino de carne (24,36%) (Cuadro 6).
Cuadro 6. Explotaciones ganaderas ecológicas. Andalucía, 2008 Ganado ecológico
Número de explotaciones ganaderas
Vacuno de carne
905
Ovino de carne
505
Ovino de leche
70
Caprino de carne
74
Caprino de leche
25
Porcino
40
Avicultura de carne
2
Avicultura de huevos
15
Apicultura
82
Otros
355
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
La provincia de Huelva posee el 29,23% de las explotaciones ganaderas ecológicas en 2008, seguida de Cádiz que dispone de cerca del 25% andaluz. En ambas provincias destaca el vacuno de carne como tipo de explotación con mayor número de establecimientos.
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La ganadería ecológica en Andalucía está experimentando un aumento constante, y muy acusado en los últimos cuatro años, como puede observarse en el Gráfico 3; como consecuencia de ello se están demandando profesionales especializados, con formación muy específica y capacidad de adaptarse a las exigencias de este tipo de ganadería.
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Miles de cabezas/colmenas
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Puesto que la producción ganadera ecológica va experimentando un aumento gradual en el ámbito de las industrias agrarias relacionadas con la ganadería, su avance es más lento, aunque el número de mataderos, salas de despiece e industrias agroalimentarias de productos cárnicos y lácteos en Anda-
lucía se están desarrollando para poder atender a una demanda social cada vez mayor. En 2008 las principales industrias en ganadería ecológica en Andalucía son los mataderos y salas de despiece con un 28,57%, así como la miel que representa un 20% (Gráfico 4).
Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
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Del mismo modo es necesario llevar a cabo la comercialización de productos mediante circuitos ecológicos, a través de cooperativas andaluzas, para dinamizar la producción primaria y favorecer su distribución y venta, siendo cada vez más importante la venta directa del agricultor al consumidor. Además de los beneficios económicos, es importante la satisfacción personal de los ganaderos ecológicos, que al realizar producción ecológica saben que ofrecen alimentos sanos al mismo tiempo que contribuyen al desarrollo sostenible del medio rural.
El modelo ecológico ganadero posee la capacidad a corto plazo de cumplir con los compromisos medioambientales y alimentarios que Europa exige cada vez con más firmeza. Del mismo modo, la ganadería ecológica promueve las economías del medio rural al utilizar razas autóctonas, respondiendo de esta forma a los objetivos de desarrollo sostenible en los ecosistemas, combinando la obtención de productos pecuarios de alta calidad con la conservación del patrimonio biológico y cultural de los sistemas agrarios, ganaderos y forestales.
4.2. El profesional de la ganadería ecológica El ganadero ecológico es un profesional que puede desarrollar su trabajo en el sector pecuario y en otras actividades productivas, no sólo de explotaciones de ganadería ecológica, sino también en empresas de servicios a la ganadería, aulas de naturaleza y granjas escuela. Lleva a cabo el montaje de las instalaciones y los equipos necesarios para la cría de ganado como son los comederos, bebederos y establos, que comprenden las salas de madre, sementales, crías y primalas, así como su conservación y limpieza. Maneja la alimentación, para ello prepara y distribuye los piensos y facilita el pastoreo, dependiendo de las necesidades alimenticias del animal, procura una nutrición lo más natural posible y aplicando complejos vitamínicos y minerales en función de las necesidades del ganado. Tiene en cuenta la carga ganadera para adecuarla a las características físicas de las parcelas, época de aprovechamiento, calidad y cantidad de forraje, con el objetivo de evitar el sobrepastoreo y la degradación del suelo. Controla el estado sanitario de los animales, revisando las alteraciones de la salud y/o anomalías físicas y funcionales; la localización, el reconocimiento o la detección de los animales enfermos es realizada
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mediante la identificación de determinados signos, síntomas y alteración de parámetros preestablecidos. A los animales de reposiciones se les somete a cuarentena para preservar el estatus sanitario de la explotación. Desinsecta y desratiza la explotación con procedimientos respetuosos con el medio ambiente y la sanidad animal, sin el uso de productos perjudiciales ni prohibidos por la agricultura ecológica, como pulverizaciones o espolvoreo con fosfatos naturales o cal en polvo, en las camas de paja, helechos o hierba seca; otra medida antiséptica consiste en pulverizar cal viva añadiendo un poco de sulfato de cobre. Para evitar pulgas se práctica la quema de plantas aromáticas. Para producir productos ecológicos, es fundamental controlar las operaciones de reproducción de los mismos destinadas a conseguir una descendencia sana y vigorosa. El profesional prepara y maneja la monta natural o inseminación artificial, determina el número de sementales en función del número de hembras disponibles, la estación del año y el estado nutricional, para asegurar la gestación y optimizar el potencial reproductivo, separando a las hembras que van a parir de las que ya lo han hecho, así como a los sementales, que los ubica en compartimentos especiales alejados de las hembras, según especie.
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Así mismo, ha de garantizar que la lactancia natural de las crías se desarrolla en ambientes tranquilos, confortables y limpios. Rigiéndose por factores como la vitalidad y la morfología del ganado, el profesional determina la duración óptima que deben tener las operaciones de cría, recría y cebo.
de seguridad y de confort. Agrupa a los animales en lotes homogéneos atendiendo a criterios de sexo, tamaño, peso, edad y disponibilidad de espacios, para asegurar la densidad adecuada en cada unidad de producción y evitar problemas sanitarios debido a la sobrecarga en la estabulación.
El ganadero ecológico realiza las operaciones de ordeño a mano o utilizando maquinaria; almacena la leche en tanques, recoge los huevos en cintas transportadoras y los deposita en cámaras de refrigeración de huevos debidamente saneadas. Las operaciones de esquileo han de realizarse sin herir al animal, empleando el material necesario para obtener un vellón completo y de calidad.
El profesional también es el encargado de revisar la maquinaria y los equipos de la explotación, conservándolos en perfecto estado de funcionamiento para evitar alteraciones en el proceso productivo.
En la realización de las operaciones de manejo racional del ganado el ganadero ecológico controla la entrada y salida de los animales mediante un registro, los identifica atendiendo a criterios de raza y especie, y usa transportes con garantías sanitarias,
El resultado del trabajo del ganadero ecológico es la obtención de animales ausentes de residuos indeseables, (antibióticos, pesticidas, hormonas, etc.) con equilibrio entre sus componentes: calidad proteica de la carne, oligoelementos, vitaminas, biocatalizadores, etc. Los productos elaborados y transformados (leche, embutidos, quesos, huevos, etc.) poseen unas cualidades organolépticas excelentes y no necesitan aditivos ni conservantes para su procesamiento.
4.3. Formación para el ganadero ecológico En una explotación ganadera es necesario crear sinergias con la agricultura ecológica, con el fin de aprovechar los pastos y los cultivos herbáceos para garantizar una alimentación libre de residuos en el ganado ecológico, por lo tanto una formación adecuada y específica al puesto profesional es nece-
saria para llevar a cabo el manejo y la producción en las condiciones de sostenibilidad y rentabilidad que exigen los criterios de calidad aplicables. En el Cuadro 7 se recoge la oferta formativa que puede aplicar el profesional del sector en el desarrollo de su puesto de trabajo.
Cuadro 7. Oferta formativa para el ganadero ecológico Formación reglada recomendada - Formación profesional en técnico superior de gestión y organización de empresas agropecuarias - Formación profesional de grado medio en explotaciones ganaderas Formación para el empleo IFAPA
- Nociones básicas en ganadería ecológica - Jornadas técnicas sobre comercialización de productos ecológicos - Conversión en producción ecológica; agricultura y ganadería ecológica
F.P.Ocupacional
- Ganadería ecológica
Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por el IFAPA, la Consejería de Empleo y la Consejería de Educación. Junta de Andalucía.
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5. Repoblador forestal 5.1. Caracterización del sector productivo La sociedad actual se está viendo cada vez más amenazada por los efectos del proceso de industrialización e intensificación (efecto invernadero, lluvia ácida, sequías prolongadas), los recursos son limitados y deben utilizarse siempre cumpliendo una serie de garantías que permitan un crecimiento sostenible, solidario y que cuide el medio ambiente, para que las generaciones venideras puedan disfrutar de ellos. Por todo lo anterior es indispensable una ordenación territorial y una ley que proteja los montes y bosques, así como los recursos naturales surgiendo el Plan Forestal Andaluz9 que acordó la consecución, entre otros, de los siguientes objetivos: ■■
Lucha contra la desertización y la conservación de los recursos hídricos, los suelos y la cubierta vegetal, en especial del monte mediterráneo.
■■
Restauración de los ecosistemas forestales degradados.
■■
Defensa contra incendios, plagas y enfermedades forestales.
■■
Adecuada asignación de los usos del suelo para fines agrícolas o forestales, manteniendo su potencial biológico y la capacidad productiva del mismo.
■■
Utilización racional de los recursos naturales renovables y el incremento de sus producciones.
■■
Contribución a una mejora y desarrollo de la industrialización y comercialización de los productos forestales.
■■
Compatibilización de los usos social, recreativo y cultural del monte con su conservación.
■■
Generación de condiciones socioeconómicas que eviten el desarraigo de las comunidades rurales, favoreciendo su progreso.
Junto a este Plan, la Junta de Andalucía creó y publicó la Ley 2/199210, de 15 de junio, Forestal de Andalucía, garantizando así el funcionamiento de dos instrumentos básicos para el desarrollo de la política forestal en la Comunidad andaluza, que hacen que se establezca una delimitación clara del territorio forestal en función de su valor social y ecológico, teniendo en cuenta las tendencias para el desarrollo de las zonas rurales que marca la Unión Europea. Éstas tendencias toman dos direcciones: la puramente forestal, encaminada a la defensa del patrimonio forestal, y la orientada a la eliminación del grave problema de excedentes agrarios, mediante el fomento del abandono de tierras agrícolas marginales y su reconversión a terrenos forestales (ayudas para la reforestación de tierras agrarias). Más recientemente y a nivel nacional, se aprueba la Ley de Montes 43/200311 con el objetivo principal de constituirse como un instrumento de garantía eficaz en la conservación de los montes españoles para promover la restauración, mejora y racional aprovechamiento de éstos a partir de la multifuncionalidad, la integración, la cohesión territorial y subsidiariedad, así como el fomento de las producciones forestales y del desarrollo rural. Fruto de esta ordenación y de la intervención de las administraciones, la evolución de la superficie de montes ha ido en aumento en Andalucía, así como en el resto de España y de países europeos. Como puede observarse en el Gráfico 5, los años en los que ha habido una mayor subida son 2000 y 2001, con un incremento en estos años de la superficie forestal del 39,72%.
Aprobado en noviembre de 1989, por resolución del Parlamento de Andalucía en sesión plenaria. BOJA núm. 57, de 23 de junio de 1992. Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía. 11 BOE núm. 280, de 22 de noviembre de 2003. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. 9
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Miles de ha
Nota: Datos obtenidos del Sistema de Gestión de Montes y Aprovechamiento, excepto para el año 2007, en el que los datos de montes públicos provienen del Catálogo de Montes de Utilidad Pública, y los de propiedad privada del Sistema de Gestión de Montes y Aprovechamiento. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía.
En Andalucía existen 4,6 millones de hectáreas de terrenos con vocación forestal (algo más del 50% de su territorio) de los cuales 2,4 millones están arboladas, mientras que la superficie restante presenta una escasa vegetación arbórea en las que dominan los matorrales y herbazales, en terrenos a menudo de grandes pendientes, lo que ocasiona graves problemas de erosión, desborda-
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mientos de ríos, aterramiento de embalses, daños a cultivos, etc. En la Comunidad andaluza se han acometido diferentes actuaciones de reforestación durante 2007 en espacios naturales protegidos en todas sus provincias, a excepción de Córdoba, con un total de 2.628,51 ha reforestadas y 73.019 pies plantados (Cuadro 8).
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Cuadro 8. Actuaciones de reforestación iniciadas, según Espacios Naturales. Andalucía, 2007 Provincia
Espacio Natural Protegido
Actuación
Unidad
Total
Almería
Sierra Nevada
Reforestación
ha
289,22
Cádiz
Los Alcornocales
Reforestación
ha
389,40
Sierra de Huétor
Reforestación
ha
15,00
Sierra de Baza
Reforestación
ha
70,11
Reforestación
ha
375,52
nº pies
13.019
ha
419,91
nº pies
60.000
Granada
Resto de provincia Doñana Huelva
Repoblaciones/Mejora de riveras Reforestación Repoblaciones/Mejora de riveras
Sierra de Aracena y Picos de Aroche
Reforestación
ha
8,00
Resto de provincia
Reforestación
ha
751,17
Jaén
Cazorla, Segura y Las Villas
Reforestación
ha
292,88
Málaga
Resto de provincia
Reforestación
ha
16,30
Sevilla
Resto de provincia
Reforestación
ha
1,00
Nota: Las actuaciones realizadas fuera de espacios naturales protegidos se asocian a “Resto de provincia”. Fuente: Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía.
En cuanto a los tratamientos contra las plagas más frecuentes en las principales especies forestales, cabe destacar que en Andalucía se trataron en 2007 un total de 88.534 ha de arbolado. Las plagas más tratadas son la procesionaria y el barrenillo del pino
y la lagarta peluda, que son las más perjudiciales para la salud del hombre y de mayor incidencia en el monte (Gráfico 6). El 35,69% de la superficie tratada se encuentra en la provincia de Jaén, seguida de un 21,32% en la de Córdoba.
Nota: Las plagas tratadas son forestales (procesionaria y barrenillo del pino y lagarta peluda). Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía.
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La importancia de los bosques y montes, desde el punto de vista económico, es debida a sus diferentes aprovechamientos forestales, como son la madera de especies frondosas y coníferas, el carbón y la leña de diversas especies, el corcho, los frutos
forestales (castaña, piñón y bellota), los productos apícolas (miel y cera), los pastos, la actividad cinegética (caza menor y mayor) y pesca continental (pesca en ríos, cauces y arroyos), además del turismo rural (Cuadro 9).
Cuadro 9. Aprovechamientos forestales en montes públicos. Andalucía, 2007 Clase de Aprovechamiento
Producción
Unidad
Pastos
3.166.094
cl
Apícola
105.927
Importe Adjudicación (€) 1.706.738,46
Colmenas
38.588,01
234.074 6.935.920
3
m m3
125.154,29 45.321,50
231.835 8.000 1.200 50 13.300 1.000
kg kg kg kg kg kg
29.951,31 240,00 60,00 37,50 8.092,00 20,00
Leña
Incluye coníferas Proviene de frondosas
Frutos
Aceitunas Algarrobas Almendras Bellotas Castañas Otros Frutos
Piñas
Verdes Secas
6.091.600 1.000
kg kg
422.524,00 250,00
Corcho
Bornizo Reproducción
180.194 4.937.835
kg kg
30.287,36 7.787.563,55
Hongos comestibles
Lactarius deli. (níscalo) Otras setas Trufas
65.400 1.000 37
kg kg kg
20.880,00 600,00 4.631,98
Plantas
Plantas aromáticas y medicinales Erica scoparia (brezo) Plantas ornamentales Retama monosperma
937.975 270.000 500 35.000
kg kg kg kg
101.867,25 5.382,00 825,00 1.055,00
194.000 15.000 462.000 154.500
kg kg kg kg
3.880,00 1.605,00 1.848,00 5.392,50
Pináceas
Pinus canariensis (Pc) Pinus halepensis (Pha) Pinus nigra (Pn) Pinus pinaster (Ppr) Pinus pinea (Ppa) Pinus radiata (Pr) Pinus sylvestris (Psy)
1.790 26.749 50.277 97.371 67.624 1.804 15.374
m3 m3 m3 m3 m3 m3 m3
6.718,59 333.063,51 1.222.823,61 1.147.408,30 774.496,80 16.907,91 156.514,54
Frondosas
Eucalyptus camaldulensis Eucalyptus globulus Otras frondosas
4.009 50.600 23
m3 m3 m3
90.840,00 1.207.500,00 4.918,20
Currucas Líquenes Otros aprovechamientos forestales Stipa tecnacis. (esparto) Estiércol
Total
15.303.986,17
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Consejería de Medio Ambiente. Junta de Andalucía.
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Estos recursos económicos generados son abundantes y diversificados, así como otros muchos no cuantificables desde el punto de vista monetario como son la protección del suelo y su fertilización, la regulación hídrica o el sostenimiento de una fauna de gran interés ecológico. Otros recursos que intervienen en este sector son los sociales ya que influyen en el mantenimiento de la población rural en sus zonas de origen; los energéticos a través de la biomasa procedente de restos forestales, que se perfila como la fuente de energía renovable con más posibilidades en el futuro; y las
tareas silvícolas preventivas, que evitan los incendios forestales y mantienen los caminos despejados. Con respecto al empleo generado durante el año 2008 en Andalucía para el sector de silvicultura, en explotaciones forestales y servicio, se firmaron un total de 19.502 contratos, con 2.055 afiliados a la Seguridad Social. A nivel provincial Jaén y Granada destacan por ser donde mayor número de afiliados se registraron en Andalucía, con un 20,29% y 18,49%, respectivamente, sin embargo la provincia de Huelva fue la que mayor número de contratos registró en 2008 con el 27,74% del total regional (Cuadro 10).
Cuadro 10. Empleo generado en silvicultura, explotaciones forestales y servicios. Andalucía, 2008 Provincia Almería
Afiliaciones
Contratos
263
1.757
--
--
Córdoba
103
1.469
Granada
380
3.144
Huelva
266
5.409
Cádiz
Jaén
417
2.629
Málaga
295
3.388
Sevilla
331
1.706
Nota: En la provincia de Cádiz los datos no han sido facilitados. Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por el Observatorio Ocupacional del INEM.
El proceso maderero es el ámbito económico más importante en cuanto a generación de materia prima y riqueza en el sector forestal, donde el productor obtiene unos beneficios directos con la venta de los productos procedentes de sus explotaciones. Los precios que éstos perciben varían de cada provincia andaluza y del mes del año en el que se realiza la venta.
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En el Cuadro 11 se observa una media anual de los precios medios percibidos por el agricultor para el año 2007 en Andalucía, donde el Pinus Pinaster para aserrío y apeas y el corcho son los únicos que varían a nivel provincial. El chopo y el Pinus Laricio, ambos para aserrío y apeas, son los productos que adquieren un mayor valor económico.
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Cuadro 11. Precios medios ponderados percibidos por los productores. Andalucía, 2007 Producto
Almería
Cádiz
Córdoba
Granada
Huelva
Jaén
Málaga
Sevilla
Pinus Laricio para aserrío y apeas
--
--
--
2.640
--
2.640
--
--
Pinus Pinaster para aserrío y apeas
--
--
2.211
2.211
1.917
2.504
2.211
--
Pinus Pinea para aserrío y apeas
--
--
--
--
1.800
--
--
--
2.504
2.504
--
2.504
--
2.504
2.504
--
Eucalipto para trituración
--
1.800
1.800
--
1.800
1.800
1.800
1.800
Eucalipto para aserrío y apeas
--
1.800
1.800
1.800
1.800
1.800
1.800
--
4.500
4.500
4.500
4.500
4.500
4.500
4.250
4.500
--
151
151
--
153
151
151
149
Pinus Halepensis para aserrío y apeas
Chopo para aserrío y apeas Corcho
Nota: Unidades de los productos euros/100 m3, salvo el corcho que se cuantifica en euros/100 Kg. Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Consejería de Agricultura y Pesca. Junta de Andalucía.
5.2. El profesional de la repoblación forestal Los datos expuestos con anterioridad demuestran que cada vez se hace más necesaria la figura del profesional cualificado que sepa desempeñar su trabajo en los bosques y montes andaluces. Dentro de sus funciones está la de realizar el manejo de las poblaciones, comunidades y ecosistemas naturales para obtener con criterios de sostenibilidad, materias primas, productos elaborados, estructurales, energéticos, alimenticios, recreativos y culturales. Igualmente, el repoblador forestal debe planificar, ejecutar y gestionar las actividades protectoras, conservadoras y generadoras de vida, garantes de la biodiversidad y perpetuadoras del medio natural, con la finalidad de la conservación del medio ambiente. El profesional tiene la capacidad de interpretar planos y mapas con el fin de organizar los trabajos previos a cualquier intervención en el monte a nivel topográfico.
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Se encarga de las operaciones de repoblación forestal, llevando a cabo las labores de eliminación de la vegetación preexistente, trabajos de preparación del suelo (nivelación, desbroce), así como siembra o plantación vegetal. También realiza trabajos de reintroducción de especies arbóreas y construcción de barreras para evitar aludes (pérdidas por erosión del terreno). Otra de las funciones de este profesional es la corrección hidrológico-forestal, encargándose de la restauración de la vegetación riparia con el fin de aumentar la estabilidad de cauces y ríos; del mismo modo, ha de planificar actuaciones contra incendios así como la prevención de éstos. La lucha contra enfermedades, plagas y daños biológicos a las masas forestales, con el fin de mantener un estado fitosanitario óptimo, también es función del repoblador forestal, quien controla el funcionamiento, utilización y mantenimiento de la maquinaria forestal para evitar el excesivo deterioro y riesgos innecesarios.
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5.3. Formación para el repoblador forestal Para poder llevar a cabo la gestión como repoblador forestal, corregir las deficiencias hidrológicas y realizar los tratamientos selvícolas, además de respetar
en todo momento el medio natural, se ha de contar con una formación tanto teórica como práctica, recogida en el Cuadro 12.
Cuadro 12. Oferta formativa para el repoblador forestal Formación reglada recomendada - Formación profesional en técnico superior de gestión y organización de los recursos naturales y paisajísticos - Formación profesional de grado medio en trabajos forestales y de conservación del medio natural Formación para el empleo IFAPA
- Manejo integral de la dehesa conservador forestal - Mantenimiento de forestaciones
F.P. Ocupacional
- Trabajador forestal Escuelas taller
Asociación andaluza de empresas forestales
- Aprovechamientos forestales - Incendios forestales - Certificación forestal - Planificación y acondicionamiento ambiental sobre el entorno físico
- Viverismo forestal - Trabajos forestales
Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por el IFAPA, la Consejería de Empleo y la Consejería de Educación. Junta de Andalucía.
6. Otras profesiones 6.1. Podador El grado de profesionalización y especialización del podador es de gran importancia en el sector agrícola ya que de él depende en gran medida la viabilidad económica de las explotaciones; el dominio de las técnicas de la poda incrementa la producción y la calidad de los productos y una buena planificación estructural de la explotación a través de la poda supone máxima eficacia y eficiencia en la recolección de los frutos, reduciéndose por tanto los costes. La poda es la acción y efecto de cortar ramas superfluas en los árboles y otras plantas para que fructifiquen con más vigor, ayudando al crecimiento de la planta y contribuyendo a su desarrollo, adaptándose a las condiciones de la plantación (riego, fructificación, tratamientos fitosanitarios y recolección). Es una práctica agrícola imprescindible y habitual
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en la consecución de la viabilidad económica de las explotaciones agrícolas puesto que incrementa el rendimiento del cultivo. El podador puede desempeñar su actividad en el sector agrícola en explotaciones de cultivos leñosos y hortícolas de invernadero, en el sector forestal, con el fin de obtener fustes más rectos y con menos ramificaciones y por tanto de mayor calidad, así como en jardinería para prevenir el riesgo de caída de ramas en el arbolado urbano, controlar el tamaño de árboles cuya ubicación no permite su desarrollo completo y conseguir formas artificiales en los árboles o arbustos. La importancia de la profesionalidad y especialización del podador en el sector agrícola se refleja en
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los resultados que se obtienen en las explotaciones tras su actuación, ya que con la poda se consigue: ■■
Una correcta formación de la planta, de manera que sea capaz de soportar la carga de los frutos durante el mayor número de años, adecuarse a la tecnología de producción adoptada en la explotación, de forma que permita la máxima eficiencia y eficacia de la planta y rentabilidad económica de la explotación.
■■
El control del tamaño de la planta, con el fin de facilitar tareas culturales como la aplicación de tratamientos sanitarios, la recogida de la cosecha, etc.
■■
Aumentar la productividad y calidad de los frutos a través de una distribución armónica de los mismos.
■■
Estabilizar la producción de frutos, de modo que se obtengan producciones sostenidas en el tiempo evitando la vecería, disminuyendo así las fases improductivas.
■■
Aumentar la vida útil de las plantas.
El podador en el desempeño de sus funciones realiza diferentes tipos de poda en función de las necesidades del cultivo; con la poda de formación se establece la estructura y tamaño de la planta, con la finalidad de facilitar el cultivo y crecimiento de las ramas, para su realización se tendrán en cuenta las características propias del cultivo y las condiciones del suelo y clima. Existen otros tipos de poda que tienen por objetivo fijar la capacidad reproductiva de las plantas de manera que se regularice tanto la producción como la calidad de las cosechas, como son la poda de producción en el olivar y de fructificación en los frutales, consistentes en fijar una buena distribución de los órganos fructíferos de manera que se establezca una cantidad de producción que pueda soportar el cultivo; con estos tipos de poda además se consiguen frutos de mayor tamaño y se reduce el riesgo de vecería. La ejecución de esta poda consiste en eliminar los chupones y todas aquellas ramas que se cruzan, así como aquellas que están rotas o dañadas
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y que impiden una buena iluminación, para ello el profesional debe decidir la intensidad de la poda en función del estado vegetativo de la planta, de la densidad de la plantación y del tamaño del cultivo. Con las podas de renovación y rejuvenecimiento, el podador renueva las ramas principales de los árboles, las partes más importantes e incluso el árbol entero. Se practican cuando el árbol es viejo, con una producción decreciente y escaso crecimiento vegetativo, momento en el que bien se arranca el árbol, o se lleva a cabo este tipo de poda, aunque esta práctica no es posible aplicarla en todos los cultivos ya que depende de la capacidad reproductiva del árbol; también se utiliza esta poda en casos extremos en los que el árbol está dañado por heladas, enfermedades, asfixia radicular, etc. Con la poda se produce la aireación del cultivo reduciéndose la posibilidad de padecer enfermedades criptogámicas o el ataque de insectos, al mismo tiempo que favorece el cuajado de frutos y su fecundación. La poda de limpieza se realiza durante toda la vida del árbol, y es necesaria en todas las especies, consiste en quitar elementos indeseables, como ramas secas o aquellas que enmarañan la copa, con la finalidad de que dispongan de luz y aire suficiente los frutos. Entre los diferentes productos o resultados generados por la actividad del podador cabe destacar los siguientes: ■■
La actuación del podador en el control de la carga o producción se centra en dejar, de forma equilibrada, una cantidad determinada de ramas sobre las que se desarrollarán los frutos previstos durante la recolección. Si se define el tamaño y peso del fruto que se desea obtener, se pueden precisar unas órdenes de poda concretas, equilibrando el desarrollo vegetativo. Cada especie puede requerir un grado diferente de intervención y un buen podador debe conocer cuál es la capacidad de respuesta frente a la poda: los cortes drásticos que en algunas son imprescindibles, en otras pueden ser contraindicados, prefiriendo sólo despuntes.
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El desarrollo de los brotes se debe tanto a las características botánicas como a su posición en la planta, por lo que mediante la poda se pueden hacer correcciones para controlar el vigor o crecimiento, al permitir reforzar unas zonas y reducir el crecimiento en otras. En árboles adultos es frecuente que crezcan ramas excesivamente vigorosas en la parte alta, y que para detener su
crecimiento se hagan podas severas suprimiéndolas, pero de esta manera sólo se consigue la emisión de brotes indeseables en la base de las ramas eliminadas; esto se puede corregir dejando sin cortar la rama vigorosa y tratando de asentar frutos en ella con la ayuda de la poda de verano, obteniéndose frutos de mayor calidad tanto en tamaño como en uniformidad.
Oferta formativa del podador En el Cuadro 13 se expone la formación ofertada en Andalucía que permite adquirir dicho grado de profesionalidad. Cuadro 13. Oferta formativa para el podador Formación reglada recomendada -Jardinería -Trabajos forestales y de conservación del medio natural Formación para el empleo Formación para el empleo IFAPA
-Formación de formadores en poda del olivar -Poda del olivar -Poda de cítricos -Poda de almendros -Poda de frutales -Poda de plantas ornamentales -Poda y evaluación de riesgo en el arbolado urbano
F.P.Ocupacional
-Podador -Podador, restaurador arbóreo -Podador de olivos Escuelas taller
-Poda
Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por el IFAPA, la Consejería de Empleo y la Consejería de Educación. Junta de Andalucía.
6.2. Fruticultor La profesionalización y especialización del fruticultor es fundamental, ya que en el cultivo de los árboles frutales las decisiones que se tomen en el momento de la plantación van a ser determinantes para la obtención de la viabilidad económica de la explotación, tanto por los elevados costes de instalación como por la larga permanencia de los frutales en la misma. La fruticultura es la rama de la agricultura que se encarga del cultivo, mejora y aprovechamiento de los
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árboles frutales y tiene por objeto la producción de fruta para su posterior comercialización para consumo humano. Como consecuencia de la entrada de España en la Unión Europea y la economía de libre mercado, la fruticultura profesional experimentó en el último cuarto del siglo pasado un incremento de su productividad; una intensificación de sus plantaciones, las innovaciones en los sistemas de riego y la mecanización de algunas labores, así como la introducción
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de técnicas novedosas de cultivo y de nuevas especies comercializables han facilitado la exportación de esos productos. En el pasado, la fruta era un artículo de lujo y poco habitual en la dieta, pero hoy día es un producto de consumo habitual y recomendado por sus propiedades nutritivas y contenido vitamínico, siendo su consumo imprescindible para una correcta alimentación. La Comunidad andaluza cuenta con una gran diversidad climática y de suelos que le permite generar una importante variedad de cultivos frutales extendidos por su amplio territorio. En la fruticultura interaccionan diversos factores que determinan la correcta producción de las explotaciones frutales, como son las condiciones climatológicas, en las que influyen las heladas tardías así como la vernalización que necesitan los cultivos para alcanzar una correcta fructificación. El suelo también es un factor determinante para el buen desarrollo del árbol frutal, siendo idóneos en general, los suelos profundos y fértiles, con alto contenido en materia orgánica y con un buen drenaje; corrigiendo con ayuda de un portainjerto algunos de los diferentes problemas que puede padecer un cultivo, como enfermedades o plagas que afectan a las raíces, mejora de la absorción de nutrientes, además de incrementar el vigor, precocidad y/o tamaño del fruto. Otro factor a tener en cuenta para el correcto manejo de una plantación de frutales es la realización de las diferentes labores asociadas al cultivo. En general, se debe llevar a cabo el abonado del terreno, que varía en función de la época del año y de la edad del árbol; la poda, tanto de formación como de fructificación; la recolección de los frutos en el momento óptimo de madurez; y el cuidado del correcto estado fitosanitario del cultivo. En función de cada especie en particular se realizan unas técnicas de manejo específicas. Por último, los sistemas de conservación para alargar la vida comercial de las frutas son elementos fundamentales para el correcto funcionamiento del sistema
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productivo; estos sistemas pueden utilizar, entre otras técnicas, tratamientos de calor y de luz ultravioleta. El fruticultor es el profesional que se encarga de realizar las operaciones de instalación, mantenimiento, producción y recolección en una explotación frutícola, controlando la sanidad vegetal, manejando la maquinaria, aplicando criterios de buenas prácticas agrícolas, de rentabilidad económica y cumpliendo con la normativa medioambiental, de control de calidad, seguridad alimentaria y prevención de riesgos laborales vigentes. El fruticultor realiza labores de preparación del terreno para la posterior plantación de los frutales; para ello es necesario realizar un estudio previo del suelo recogiendo muestras que determinen sus características, hacer análisis del agua para establecer su calidad, así como la disponibilidad existente de la misma; y estudiar el clima a través de los datos recogidos por la estación meteorológica más próxima. Se prepara el terreno en función de sus características mediante la utilización de las técnicas adecuadas como son la aireación del mismo con un pase de arado, la aplicación de los fertilizantes necesarios mediante un abonado de fondo rico en fósforo y potasio, y la eliminación de piedras y cualquier elemento que impida el correcto desarrollo radicular de los árboles, entre otras labores. También es necesario llevar a cabo la planificación de la plantación para conseguir un resultado óptimo, realizando la cava del hoyo donde se van a instalar los frutales, que puede ser de forma manual, con la exigencia de mano de obra que ello conlleva, de manera mecánica, o bien mediante el uso de explosivos en terrenos con presencia de grandes rocas, en los que las labores mecánicas no se pueden ejecutar. Dentro de las operaciones de cultivo, el fruticultor poda e injerta los frutales con fines productivos, prepara el suelo con el fin de evitar la erosión y optimizar el aprovechamiento del agua para conseguir un óptimo desarrollo del cultivo frutícola mediante sistemas de riego racionales, siendo el mejor método por riego localizado, que puede ser por goteo, con cintas de exudación o con microoaspersores.
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El profesional estudia el estado sanitario de las plantas, suelo e instalaciones adoptando para ello métodos de control fitosanitario de plagas, enfermedades, malas hierbas y fisiopatías en plantas, suelo e instalaciones, mediante muestreo, control cultural y químico; para ello, ha de manejar adecuadamente la maquinaria y herramientas necesarias, teniendo en cuenta las buenas prácticas agrícolas en la producción, almacenamiento y transporte de productos, protegiendo el medio ambiente.
además, se deben aplicar técnicas que aseguren la conservación del producto para disponer de una mayor flexibilidad en su comercialización, como por ejemplo, a través de atmósfera controlada que permite la preservación de ciertas frutas.
Debe controlar el manejo del tractor y los equipos de tracción tanto en el campo como en las vías públicas, así como el mantenimiento de los mismos para su conservación y buen funcionamiento. Se ocupa también de la limpieza, desinfección, desinsectación y desratización de los locales e instalaciones.
El buen profesional de la fruticultura obtiene la máxima producción de fruta acondicionada y clasificada conforme a criterios de trazabilidad y calidad, y el control integrado de plagas y malas hierbas, asegurando una producción sin riesgo para las personas y el medio ambiente.
La recolección de los frutos para su comercialización se hace conforme a un tamaño establecido en función del tipo de fruto y su variedad, y de la madurez del mismo siguiendo parámetros como el color de fondo, la firmeza y la acidez, entre otros factores;
La actividad del profesional se desarrolla en el área de producción de empresas dedicadas al cultivo de frutales, así como en instituciones de investigación y experimentación en fruticultura y empresas de suministros agrarios.
La fruta se transporta a un almacén que reúna las condiciones ambientales y sanitarias requeridas y donde se realiza el primer acondicionamiento de la misma para evitar daños.
Oferta formativa del fruticultor Para obtener un grado de profesionalidad válido existen diferentes opciones de formación para el fruticultor que se detallan en el siguiente Cuadro 14. Cuadro 14. Oferta formativa para el fruticultor Formación reglada recomendada -Formación profesional en técnico superior de gestión y organización de empresas agropecuarias -Formación profesional de grado medio en explotaciones agrarias intensivas -Formación profesional de grado medio en explotaciones agrarias extensivas Formación para el empleo IFAPA
- Cultivo del aguacate - Cultivo del arándano - Cultivo del pistacho - Nuevas plantaciones de cítricos - Jornadas sobre el cultivo del almendro - Jornadas sobre el cultivo del pistachero - Jornadas sobre el cultivo de la higuera - Jornadas sobre las normas de calidad aplicadas a la citricultura
F.P.Ocupacional
- Fruticultor
Escuelas taller
- Fruticultor
Fuente: Elaboración propia a partir de datos facilitados por el IFAPA, la Consejería de Empleo y la Consejería de Educación. Junta de Andalucía.
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6.3. Helicicultor La helicicultura es la cría del caracol de modo profesional y aunque suele ser un sector desconocido, su consumo data de la prehistoria y su cría profesional se realiza desde el Imperio Romano, hace más de 2000 años. Están clasificadas más de 4.000 especies diferentes de caracol, siendo la más conocida y de mayor importancia Helix aspersa por su gran rendimiento, su rusticidad y la calidad de su carne. El caracol es un molusco que forma parte de la base alimentaria de muchos animales, pero al no ser una fuente inagotable debe preservarse como recurso natural, por lo que tienen un gran valor ecológico los criaderos de caracoles. Se trata de un producto deficitario en la Unión Europea y es el mercado europeo la base de la expansión en la actividad helicícola mundial, con Francia a la cabeza. Otros países como Estados Unidos y Japón se están convirtiendo en uno de los principales países importadores, creciendo la demanda de este producto. Actualmente y debido a las reformas de la Política Agraria Común (PAC) son muchas las explotaciones ganaderas que están sufriendo la reconversión y adaptación a los nuevos planes de ayudas y la helicicultura se presenta como una alternativa viable, con un gran potencial socioeconómico. La cría controlada del caracol puede realizarse bien de forma extensiva, en un campo abierto vallado; intensiva, donde influye la innovación como elemento muy importante a tener en cuenta en el desarrollo de la helicicultura, realizándose este tipo de cría en invernaderos; y de forma mixta, mediante la combinación de los dos sistemas anteriores, criándose de forma intensiva y desarrollando la fase de engorde de forma extensiva. El sistema extensivo no requiere mucha inversión económica inicial, pero necesita un terreno amplio y con determinadas condiciones, como zonas de sombra. Con respecto a la cría intensiva, ésta precisa una mayor inversión al necesitar una infraestructura para con-
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trolar que el ambiente se adecue a unas condiciones climáticas óptimas, con una temperatura entre 15ºC y 20ºC y una humedad del 75% al 90%. La principal ventaja del sistema mixto es la mayor dedicación que puede ofrecer el helicicultor a las crías en el invernadero, al pasar los caracoles adultos a la zona extensiva. El profesional debe conocer la fisiología del caracol, así como su ciclo de desarrollo, realiza un seguimiento sanitario exhaustivo, conociendo las patologías y afecciones que pueden atacar al caracol y lleva a cabo las labores higiénicas del criadero. Los caracoles se alimentan de todo tipo de vegetales, aunque en la fase de engorde el helicicultor debe proporcionar harinas de cereales enriquecidas con calcio (fortalecimiento del caparazón). Mediante la alimentación se puede controlar el crecimiento de los caracoles, consiguiendo así un producto más sano y sabroso y de esta manera competir en el mercado. El helicicultor también es el encargado de llevar a cabo la selección de los reproductores para obtener unos productos de la mayor calidad para una posterior comercialización tanto nacional como internacional. La recolección puede llevarse a cabo entre los ocho y 12 meses si se realiza de forma intensiva, ampliándose a dos años si la cría es extensiva. Una vez se recolecte el producto, éste debe tratarse con especial cuidado tanto en su transporte como almacenaje, con un control adecuado de la temperatura. La venta del caracol puede ser en vivo, congelado o en conserva, pero lo más habitual en el mercado interno es la comercialización del producto vivo. Otras utilidades aplicables al caracol son la industria farmacéutica y cosmética, entre otros usos. La helicicultura se presenta como una oportunidad de negocio con excelentes perspectivas, sin embargo la falta de conocimientos y asesoramiento es uno de los principales problemas que se encuentra la persona que se quiere dedicar a este trabajo, que demanda profesionales formados y con una alta cualificación.
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Anexo I Para más información sobre las profesiones analizadas, puede consultar las páginas correspondientes que se citan a continuación. Formación Profesional Reglada: http://www.juntadeandalucia.es/educacion/formacionprofesional/ Formación profesional ocupacional: http://www.juntadeandalucia.es/empleo/pubcurfpo/
Proyectos de escuelas taller, casas de oficio y talleres de empleo: http://www.juntadeandalucia.es/empleo/www/ empleo/escuelastaller/escuelastaller_sevilla. php?nav=1&valnav=2&idreg=27 Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA): http://www.juntadeandalucia.es/innovacioncienciayempresa/ifapa/servlet/FrontController?ec=formacion
Anexo II A continuación se especifica la normativa aplicable a las diferentes profesiones analizadas en el desarrollo de la presente monografía, exceptuando el apicultor, el podador y el helicicultor que no poseen una normativa específica.
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Real Decreto 2003/1996, de 6 de septiembre por el que se establece el certificado de profesionalidad de la ocupación de trabajador forestal, (BOE núm. 239 de 3 de octubre de 1996. Ministerio de Trabajo e Inmigración).
Real Decreto 1965/2008, de 28 de noviembre de 2008 por el que se establecen dos certificados de profesionalidad de la familia profesional agraria que se incluyen en el Repertorio Nacional de certificados de profesionalidad (agricultor y ganadero ecológico), (BOE núm. 306 de 20 de diciembre de 2008. Ministerio de Trabajo e Inmigración).
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Real Decreto 1375/2008, de 5 de septiembre por el que se establece el certificado de profesionalidad del fruticultor. (BOE núm. 215 de 5 de septiembre de 2008. Ministerio de Trabajo e Inmigración).
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