Nuestro Barrio, Nuestra Historia La casa, la calle, el vecino, la vecina, los niños, los jóvenes, el negocio de la esquina, la escuela, la sede vecinal… todos son protagonistas de la Historia de su Barrio. Así como Alonso de Ercilla narró las andanzas de los españoles en la América recién descubierta o Sergio Villalobos plasmó con lujo de detalles la Historia de Chile, hoy son nuestros propios vecinos quienes construyen esta historia de hechos pasados que nos trasladan hasta el presente, para valorarnos e identificarnos con nuestro barrio, y así poder proyectarnos positivamente hacia un futuro que podemos modificar de acuerdo al bien común. Historia Barrio Meza



Aquí nos encontramos con narraciones directas de quienes vivieron estos hechos. La esperanza de la nueva casa, el primer hogar, el miedo frente a los temporales, las dificultades de las calles sin pavimentar, el comercio, los vecinos que venían de los más diversos lugares, la lucha diaria por mejorar nuestra calidad de vida. Tal vez nuestro barrio no es el más grande ni el más bonito, pero es nuestro y lo construimos y lo seguimos construyendo entre todos, es el que nos determina como personas y como grupo, y es el que recordaremos como hoy lo hacen los miembros de la tercera edad, esos viejitos que dejaban de dormir y de comer para conseguir sus terrenos y sus casas, porque ellos nos repiten una y otra vez que después de toda una vida de sacrificios: “el esfuerzo valió la pena”. Esperamos que disfruten la lectura de las siguientes páginas, aprendan de las penas y de las alegrías, disfruten de las fotos y de las anécdotas, y que mantengamos siempre esa preocupación por preservar lo que ocurre en nuestro barrio, con recortes, con grabaciones, en las conversaciones… para que el día de mañana nuevas generaciones valoren lo que ocurre aquí, en mi casa, a la vuelta de la esquina y así seamos más unidos, más humanos.



Quiero Mi Barrio

Quiero mi Barrio

El Programa de Recuperación de Barrios del Ministerio de Vivienda y Urbanismo – “Quiero mi Barrio” - tiene por objeto contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de barrios que presentan problemas de deterioro urbano, segregación y vulnerabilidad social, a través de un proceso participativo de recuperación de los espacios públicos, recuperación social y de los entornos urbanos de las familias.

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Plano de Ubicación



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Historia del Barrio En el Barrio Meza existe un fuerte sentimiento de pertenencia al barrio, lo que facilita la comunicación los vecinos, quienes viven aquí por muchos años, y en muchos casos se puede decir que el barrio fue “fundado” por los padres de los actuales pobladores. Esto ha permitido fuertes lazos afectivos con el barrio y entre los vecinos. En la actualidad existe un buen nivel de organización social, que se ha visto potenciado por las temáticas comunes que últimamente ha debido enfrentar el barrio: proyectos de construcción, mejoramiento y ampliación de viviendas, en las cuales vecinos y dirigentes se han unido para participar activamente. Asimismo, los dirigentes esperan que los nuevos programas sociales del Gobierno les permitan establecer relaciones con otras juntas de vecinos del sector, y así potenciarse mutuamente. A los que se agrega la excelente relación que los dirigentes han logrado con diversas autoridades e instituciones. Los Capuchinos Desde sus orígenes, esta comuna estuvo relacionada con los misioneros capuchinos. El nombre de la comuna fue Historia Barrio Meza



propuesto por Monseñor Ramón Ángel Jara, Obispo de Ancud, de cuya diócesis debieron venirse los primeros misioneros capuchinos bávaros. Fray Bartolomé de las Casas fue un fraile domínico español que realizó importantes trabajos a favor de los nativos de Cuba, Guatemala y México. Por su parte el 15 de marzo de 1902 se fundó la misión con colegio para niños indígenas en la nueva población de Padre las casas, perteneciente al departamento de Temuco, bajo el título y protección de San Antonio de Padua. En su primeros tiempos los Padres Capuchinos dictaban las clases y proporcionaban alimentación y vestuario, sin costo para los alumnos. Posteriormente se habilitaron talleres de carpintería, mueblería, sastrería y zapatería para que los niños salieran de la escuela con algún oficio. Otras de las labores que se enseñaban eran la fabricación de ladrillos,

Vista del huerto de los Padres Capuchinos y al fondo la capilla San Antonio de Padua.



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técnicas de apicultura, arboricultura, panadería y economía doméstica. Barrio Meza Entre los años 1950 y 1960, se inició un proceso de loteo de los terrenos ubicados a los pies del cerro Conun Huenu, pertenecientes a Germán Meza Arroyo, radicado en la ciudad de Temuco, quien procedió a dividir el terreno que se extendía desde la hoy calle Condell hasta el cerro Conun Huenu, también de su propiedad, y cuyo límite oeste era la hoy calle Nibaldo. Las personas que adquirieron los sitios loteados provenían de distintos lugares de la zona como Gorbea y Temuco, campesinos del sector de San Ramón, Cholchol y también personas originarias de Santiago. Los terrenos en que se encuentra establecido el barrio son lomas que forman

Muchos de los primeros pobladores del Barrio Meza provenían de sectores rurales de La Araucanía. Ellos fueron parte de un importante proceso migratorio campo - ciudad que se produjo a partir de los años 40.

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parte de la estructura del cerro Conun Huenu, por eso la pendiente que le caracteriza y las verdaderas quebradas que lo atraviesan. Quienes llegaron a establecerse allí vieron la posibilidad de resolver su problema de vivienda en este sector cercano a la ciudad de Temuco y que reunía varios factores positivos. En primer lugar, los valores cobrados por su propietario eran relativamente baratos (veinte escudos en promedio) y, además, se encontraban muy cerca de la ciudad de Temuco. Los vecinos que llegaron de esta última ciudad, vivían en chozas cercanas al río Cautín, el que en invierno inundaba dichas zonas, razón por la que las autoridades de la época los instaron a retirarse de esos sectores ribereños, encontrando en estos sitios de Padre Las Casas la solución a su problema habitacional.

Las características pendientes del Barrio Meza se deben a que éste se encuentra en los faldeos del cerro Conun Huenu.

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Las calles se trazaron con arados y rastras, tirados por bueyes las que posteriormente recibieron una capa de ripio que entre todos compraron, procediendo a ripiar las incipientes calles de lo que posteriormente pasaría a llamarse Población Meza, adoptando el apellido de quien les vendiera los sitios. Esta es la razón de que las calles del barrio no tengan las dimensiones adecuadas tanto de calzadas como veredas, por cuanto su establecimiento no obedeció a estudio técnico alguno. Las viviendas fueron construidas por los nuevos propietarios de los sitios a través de la autoconstrucción, utilizando preferentemente madera nativa. La mayoría de ellas sin radieres de cemento ni sobrecimientos. Hasta el día de hoy, muchas de esas construcciones permanecen en pie, siendo sus antiguas viviendas de autoconstrucción, una de

Una de las antiguas viviendas de autoconstrucción que aún permanece en pie en calle Baquedano.

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las características que distingue a la Población Meza del resto de las poblaciones y villas de la comuna, tal es así, que el único programa de viviendas ejecutado en el sector es el correspondiente al de Densificación Predial aplicado a partir del año 2000 por el SERVIU IX Región y que favoreció a algunas familias de allegados. El sistema de alcantarillado se construyó aproximadamente el año 1969, durante el Gobierno de Eduardo Frei Montalva. Hasta entonces los vecinos utilizaron el pozo negro como sistema elemental de saneamiento. Personaje destacado del barrio fue también Fernando Peña, profesor primario domiciliado en Temuco, quien creó la primera Escuela del Barrio Meza, que funcionó por varios años en la misma Sede Vecinal, la que posteriormente,

La principal escalera de acceso al sector Espinoza Alto se encuentra en muy mal estado y en los inviernos llega incluso a ser peligrosa.

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durante 1970, fue trasladada a la actual Sede de la Junta de Vecinos 33-B de calle Concepción esq. Rosa Elena, lugar en que funcionó hasta el año 1980 aproximadamente, cerrando definitivamente por falta de matrículas. Hecho que coincide también con el posicionamiento de la escuela Padre Venancio, ubicada en la esquina de calles Carlos Condell y Nibaldo. Los vecinos señalan que la Población Meza no cuenta con una fecha de fundación, razón por la cual no tienen aún un día para la celebración del aniversario. Por ello, el equipo del Programa Quiero Mi Barrio ha planteado al Consejo Vecinal de Desarrollo la necesidad de establecer un día con el fin de organizar una actividad que permita a los vecinos juntarse y recordar a quienes dieron vida a este importante barrio de la comuna de Padre Las Casas.

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Espinoza Alto En las alturas del Barrio Meza, hacia el cerro Conun Huenu, se encuentra ubicado el sector Espinoza Alto, producto de un campamento del mismo nombre establecido a principios de los 80. Además de su hermosa vista hacia Padre Las Casas, este sector se caracteriza por una constante lucha por mejorar la calidad de vida de sus habitantes, la que ha sido liderada exclusivamente por mujeres, quienes también dieron nombre de los pasajes: Las Orquídeas, Los Copihues, Las Rosas, Las Margaritas y Las Violetas. En 1994, luego de casi quince años viviendo en este sector, los vecinos denunciaban aún importantes carencias, tales como agua potable y alcantarillado, estrechez de los pasajes, electrificación y conexiones domiciliarias (la mayoría usaba el sistema de “colgarse”) y la carencia de títulos de dominio de los terrenos. Durante 1994 se instaló la primera escalera de acceso a este sector, lo que constituyó un gran adelanto, ya que especialmente en invierno el barro y el agua, sumados a lo empinado del terreno, dificultaban el acceso de unas 37 familias que habitaban el sector.

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Posteriormente, el 12 de octubre de 1995, los vecinos inauguraron el alumbrado público de sus pasajes, agradeciendo el apoyo de la Comisión Nacional de Superación de la Pobreza, institución que financió este proyecto. Una de las anécdotas que los vecinos recuerdan de este día es el traslado de los postes, ya que no hubo máquina ni vehículo capaz de izarlos por los faldeos del Conun Huenu y se debió recurrir a la tradicional yunta de bueyes para instalar este nuevo adelanto.

Una de las tantas aspiraciones de los vecinos de Espinoza Alto consiste en obtener un pavimento de buena calidad para sus pasajes, que en invierno se llenan de barro.

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“Cuando llegué había puros matorrales… no había nada… no había calles” Pedro Llancaqueo Melín, llegó al Barrio Meza en 1961 y adquirió su primer sitio en $800 al propietario del sector, Germán Meza, para luego trasladarse hasta la casa que ocupa actualmente –desde los años 70- en la calle Espinoza, la que inició como autoconstrucción. Nacido y criado en Teodoro Schmidt, trabajó como campesino y luego como panadero durante unos 15 años en Santiago, hasta venirse a Temuco, en busca de remedio para la enfermedad de su hijo (epilepsia). Durante 15 años salió de su casa a la una de la mañana para llegar a su trabajo como panadero en el centro de Temuco. 16

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Cuando

llegué, aquí había puros árboles, pica-pica, no había nada… no había calles, puros matorrales. Lo único que había era una huella, un caminito, que iba de Francisco Pizarro hasta Baquedano. Las casas no tenían ni luz ni agua. En calle Condell había un pilón donde íbamos como a las 12 de la noche con baldes y tarros a juntar agua para ocupar al otro día. Había otro pilón de agua en Villa Alegre. Cuando don Germán Meza empezó a vender terrenos llegó gente de Carahue, Saavedra, de Toltén… muchas eran personas que salieron de la costa después del terremoto y maremoto de 1960. En total ocuparon el espacio de unas dos manzanas. Cuando empezaron a armarse las mediaguas y haber más movimiento siguió llegando más gente. Para comprar el terreno y armar mi casa pedí un adelanto de 50 mil pesos en mi trabajo. Traje una carretonada de papelillo y postes para armar mi mediagua, la armé yo mismo. El techo era de fonolita… y había unos grandes temporales de viento y agua que volaban los techos, y tenía que salir a buscar las planchas… Después cambié la fonolita por zinc, y así fui mejorando mi casa. Trabajaba como panadero en calle Montt, en Temuco. Como aquí no había movilización, tenía que salir caminando a la una de la mañana de mi casa para entrar a las dos a mi trabajo. Nunca me pasó nada, pero muchas veces cruzaba Historia Barrio Meza

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Don Pedro mantiene intactas sus habilidades como panadero, principal actividad que desarrolló durante toda su vida.

el puente con viento, fuertes lluvias y llegaba empapado de agua. Donde actualmente está el Liceo Oscar Mosser era un campo grande y bonito, de un señor Burgos, donde los niños iban a jugar y los grandes a pasear. Después que se instaló el liceo se empezó a poblar ese sector. Los curas (padres capuchinos) nos ayudaban harto con víveres, con ropa, nos daban tremendos moldes de pan. También llegaban para orar por las personas que estaban muy enfermas. Al principio no había mucha comunicación y ayuda entre los vecinos, porque todos veníamos de diferentes lugares y no nos conocíamos, pero con el tiempo nos fuimos armonizando. Entre 1965 y 1966 en calle Baquedano se formó una sede social provisoria, en un sitio que facilitó el señor Pedro Vásquez, un zapatero. Nombramos una directiva de cinco personas y fuimos al SERVIU, donde empezamos a conseguir cosas. También conseguíamos fondos haciendo actividades y beneficios con los vecinos. Lo que más me gusta de mi barrio es la tranquilidad, todos nos llevamos bien y nos saludamos cariñosamente.

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“Siempre confiamos en las autoridades” Rosa Gallardo Negrón vive desde 1981 en el sector “Espinoza Alto”, desempeñándose como presidenta de la Junta de Vecinos y del Comité de Adelanto y Desarrollo. Nació en Frutillar y llegó a la casa de su abuelo en San Patricio, comuna de Vilcún, para trabajar a los 11 años de edad. Se casó con Carlos Cifuentes y llegó al Barrio Meza arrendando una casa, mientras trabajaba en huertos familiares. Junto a 26 de sus vecinos, obtuvo su título de dominio en 1997.

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Llegamos a estos terrenos cuando José García Ruminot

estaba como alcalde de Temuco, porque le pedimos a la autoridad un lugar para vivir. Cuando llegamos formamos un campamento, no había luz, agua, nada… pero me gustó porque la vista es bonita y decidí que iba a luchar para quedarme. Nuestra primera mediagua tenía cuatro piezas y el baño (pozo negro) estaba afuera. La construimos con papelillo, fonolitas, por lo que se pasaba de agua durante los temporales. La construcción de nuestra casa actual la iniciamos con ayuda del Programa Chile Barrio y en la construcción nos ayudó un vecino, porque aquí tenemos de todo: constructores, gásfiter, pintores, carpinteros y nos ayudamos entre todos sin cobrarnos. Cuando todavía no teníamos adelantos (luz, agua) el alcalde René Saffirio nos recomendó que formemos una junta de vecinos, porque como junta de vecinos tendríamos más apoyo que como comité. Ahí nos empezaron a apoyar Sergio Sandoval, Isaac Vergara, Francisco Huenchumilla, Fernando Chuecas y Hugo Vidal, ellos fueron protagonistas de lo que logramos. Cuando la Junta de Vecinos empezó a trabajar junto con las autoridades empezamos a obtener más logros.

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La dirigente Rosa Gallardo en su primera mediagua, cuando recién comenzaba la lucha por mejorar la calidad de vida de ella y sus vecinos.

Cuando obtuvimos los 26 títulos de dominio - en 1997 – ya estuvimos más tranquilos, porque teníamos algo de nuestra propiedad e íbamos a poder construir algo más definitivo. En ese tiempo se nos invitó a participar del Programa Chile Barrio, lo que nos permitió mejorar nuestra situación, nuestras casas. La lucha valió la pena, pero espero seguir luchando. Logramos educar a nuestros hijos y esperamos que tengan un mejor vivir que nosotros. Aunque cuando llegamos no había nada, siempre tuve la confianza que las autoridades nos iban a ayudar, a ellos les debemos muchas cosas, a quienes se preocuparon por los más pobres. Actualmente queremos renovar las escaleras para llegar hasta aquí, mejorar los muros de contención, pavimentar pasajes y construir una sede para la Junta de Vecinos que también servirá para muchas actividades.

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Escuela

“Padre Venancio” La Escuela “Padre Venancio” comenzó a funcionar el

1º de marzo de 1960, en un local donde los vecinos del Barrio Meza y Huichahue compraban sus provisiones. Este se transformó en escuela luego de que el Padre Venancio –tercer párroco de la Misión Capuchina de Padre Las Casas - y una vecina, iniciaron los trámites para adquirir el terreno. La actividad educativa se inició en 1960 con 129 alumnos repartidos entre 1º y 2º de preparatoria. En 1969 se agregó el 3º y en 1979 ya contaba con 6º básico. Entre 1982 y 1984 se agregó kinder, 7º y 8º, completando así la enseñanza básica.

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El establecimiento depende de la Fundación del Magisterio de La Araucanía (Iglesia Católica), por lo que la educación que se imparte incluye un componente de valores cristianos. Entre sus directores se encuentran Laura Muñoz Fernández, Yolanda Huenchumilla Jaramillo, Águeda Carmona Reyes, Trinidad Jara Poblete, Lucy Herrera Ruiz, Juan Valeria Candia y Enrique Jara.

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“Muchos de los vecinos se iban caminando a Temuco” Con 90 años de edad, Juan Cuevas es uno de los primeros vecinos del Barrio Meza. En busca de un lugar para vivir, en la década del 40, llegó hasta este sector de Padre Las Casas y nunca más se fue de aquí. Asegura que el hecho de haber pasado toda su vida yéndose a trabajar en bicicleta desde su casa al Regimiento Tucapel y arbitrar partidos de fútbol el fin de semana debe haber ayudado a su longevidad.

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Supe de la venta del terreno por un compañero de trabajo,

Reinaldo Moncada, que vivía un poco más arriba y él me dio el dato. Primero había encontrado un terreno más cerca del cerro, pero mi amigo me recomendó este, que quedaba más cerca de la calle. Le compré este sitio a la señorita Rosa Echagüe en 5000 pesos, ella era la dueña de este sector; el terreno estaba lleno de arvejas bien granadas y se las tuve que pagar también. El sitio medía 25 por 50 metros. Cuando llegué al lugar era todo muy tranquilo, sólo había una casa frente la escuela, donde vivía el amigo que me dio el dato, lo demás era una quinta. Para obtener agua teníamos que ir a un pilón que quedaba en Huichahue esquina Pleiteado. Compré un barrilito que hacía 50 litros y lo acarreaba yo o mis hijos en un carrito en las tardes y con eso teníamos agua para todo el día siguiente. Al principio tampoco había electricidad y nos alumbrábamos con velas. Después, cuando se empezó a poblar más, le pedimos a la Municipalidad de Temuco que nos colocaran agua y electricidad. Primero querían que nosotros pagáramos una parte de la instalación, pero después salió gratuito, lo único que pagamos fueron los arranques. Cuando llegó la electricidad aprovechamos de comprar un televisor y así la vida era más bonita… de alumbrarnos con velas pasamos a entretenernos con la televisión. Al principio la casa tenía dos piezas, hasta que jubilé en el Ejército en 1976 y desarmé la parte vieja, dejé sólo la cocina, y pude agrandar la casa para los cinco hijos que teníamos viviendo con nosotros.

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La casa de don Juan, ubicada en calle Condell, a pocos metros de la Escuela Padre Venancio, donde uno de sus hijos es profesor.

En los años 60, el Magisterio de La Araucanía construyó una escuela con tres salas y a medida que fueron llegando más profesores, cada año se le fueron agregando más salas, hasta que lograron impartir educación hasta octavo año. Gran parte de los niños, entre ellos mis hijos, asistían a la escuela misional de los capuchinos, ellos estaban a cargo de la escuela y del colegio En bicicleta al trabajo Cuando trabajaba me levantaba a las siete de la mañana, tomaba desayuno a las 7:30 y luego me iba al regimiento en bicicleta, me demoraba quince minutos y llegaba a buena hora porque entraba trabajar a las ocho de la mañana. Me iba por Huichahue, Villa Alegre y después cruzaba el puente. Creo que ese ejercicio de ir a trabajar en bicicleta me debe haber servido para mantener la salud ahora que soy viejito, además que en ese tiempo no era peligroso porque había pocos vehículos. Muchos de los vecinos se iban caminando a Temuco, porque en ese tiempo había una sola micro, se llenaba en el terminal y se iba directo a Temuco sin recoger más pasajeros. En ese tiempo los vecinos eran muy unidos y teníamos un comité, donde yo fui secretario durante cuatro años.

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Fidelina Zapata y Juan Cuevas en la celebración de sus Bodas de Oro.

Gracias a nuestra gestión se consiguió el agua potable, la electricidad y el pavimento de las calles. En ese tiempo no se pedía audiencia, así es que hablábamos con el secretario municipal y él nos dejaba hablar con el alcalde Para conseguir dinero teníamos cuotas y también organizábamos bailes. Por ejemplo, para el agua y la electricidad habíamos reunido 300.000 pesos, pero como gracias a las gestiones que hicimos nos salió gratis, ocupamos el dinero en celebrar la Navidad para los niños de la población. Eso fue a fines de los años cuarenta. Paseos al río y al cerro Cuando queríamos pasear íbamos al río. Donde estaba la aceitera, después la INDUS, había una pasada hacia el río, en terrenos de don Luis Picasso. Ahí construyeron un puente para pasar a la isla donde nos cobraban entrada para pasar al balneario. Íbamos con los niños, con la familia y el balneario se llenaba. Ese era el famoso balneario de “Los Boldos”, donde llegaba gente de Temuco y de Padre Las Casas. Otro paseo tradicional era al cerro. Antes, el cerro Conun Huenu estaba lleno de maqui, nosotros llevábamos harina, hacíamos chicha de maqui, tomábamos mate, y ese era

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otro de nuestros paseos. Pero con los años empezó a llegar gente a vivir y desapareció el maqui. En ese sector vivía un señor de apellido Espinoza, y él le empezó a vender a la gente que llegó a vivir ahí. El día de la purísima, ocho de diciembre, se hace una procesión y la gente sube por el cerro hasta el lugar donde está la virgen, donde también se hace una misa. Antes yo también iba, pero ahora ya no porque me canso mucho. Anécdota Una de las principales atracciones para los habitantes de este sector era el fútbol, que se jugaba en una cancha ubicada en el sector de Villa Alegre, que era hasta donde llegaba en Padre Las Casas. A la cancha iban todas las familias porque en ese tiempo no había fútbol profesional. Yo era uno de los encargados de arbitrar, así es que estaba casi todos los domingos en la cancha, excepto cuando me tocaba hacer guardia en el regimiento. Una vez vino a jugar el “Mocho” Marín, quien era uno de los mejores jugadores, era seleccionado de Temuco, pero yo no lo conocía. Durante el partido hizo una cochinada y yo toqué el pito y lo expulsé de la cancha. Entonces, vino un jugador de Padre Las Casas y me dijo “ese es el “Mocho” Marín, ¿cómo lo va a expulsar?... Así es que lo perdoné y se reintegró al partido. Años después el “Mocho” Marín hizo el servicio militar y se integró al ejército, así es que ahí nos encontramos nuevamente, pero como compañeros de trabajo.

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“A veces amanecíamos acarreando agua” Nosotros arrendábamos en un lugar por aquí cerca cuando

nos enteramos de que el señor Meza iba a empezar a vender terrenos. Cuando llegamos a este sector, eran puros potreros, porque antes plantaban trigo. Para ordenar la distribución de los terrenos se marcaron las calles con un aparato tirados por bueyes. Íbamos a buscar agua a una vertiente que quedaba a los pies del cerro, o sino a un pilón que estaba en Huichahue. El agua era una las principales complicaciones en los primeros tiempos, a veces amanecíamos acarreando agua. Tampoco había electricidad, así es que nos alumbrábamos con velas y nos acostábamos temprano. Pasamos muchas incomodidades en ese tiempo. Con el tiempo fue mejorando la situación, llegó el agua potable, la electricidad y pudimos ampliar nuestras casas. 30

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“Mi suegro vendió terrenos a Germán Meza” Nací en este sector; cuando era niña todo esto era campo

y entre los dueños de los terrenos estaba mi familia (Mella), los Quepumil y los Burgos. Después yo me casé con Juan Roberto Burgos, hijo de Don Agustín Burgos, quien era el dueño de la mayoría de los terrenos de este sector. Agustín Burgos –mi suegro- le vendió terrenos a Germán Meza Arroyo, la mayor parte de los primeros terrenos que posteriormente se convertirían en la Población Meza. Mi esposo heredó algunos de los terrenos aledaños a la Población Meza, entre Nibaldo y Huichahue, entonces cuando quedé viuda, en 1967, empecé a arrendar sitios de 15x20 metros, donde la gente construía sus casas, y posteriormente los vendí a la CORVI, pero a un precio muy bajo.

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Los vecinos la nombraron “Población Meza” Germán Meza Mori, ex-diplomático, es uno de los hijos del ya fallecido Germán Meza Arroyo, contador temuquense que al lotear unos terrenos de Padre Las Casas, sin planearlo, dio origen a una nueva población.

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La familia Meza mantiene una raigambre de muchos años con la zona de La Araucanía. Primero fue mi abuelo, Perfecto Meza Lazcano, quien se casó con María Rosa Elena Arroyo Campos y que tuvieron once hijos, entre ellos mi padre Germán. Nuestro abuelo fue jefe de estación de varios pueblos y ciudades aledañas a la Provincia de Cautín, contemporáneo y conocido del padre de Neruda, y además hombre que produjo una herencia ferroviaria en muchos de sus parientes, por lo cual la familia está muy unida al riel. Mi padre Germán, de profesión contador, fue el tercer hijo de la familia y nació en Temuco el 28 de abril de 1907. Se casó con Inés Mori López, de Santiago, constituyendo la familia en que nacimos mi hermano Nelson y yo. Mi padre vivió en Temuco hasta 1955, fecha en que por sus negocios se trasladó a vivir a Santiago, donde vivió hasta el 21 de agosto de 1993, fecha en que falleció. La educación de mi padre se realizó en el liceo de Temuco y después en el Instituto Comercial de Temuco, dirigido en ese tiempo por Tiburcio Saavedra, quien dejó una importante huella como educador y persona íntegra. Creo que una de las primeras carteras que tuvo como cliente mi padre fue Radio La Frontera, donde trabajó con los hermanos Simón y Daniel De Maggio, que eran dueños de la radio y además sus amigos, manteniendo su amistad desde la época del liceo hasta la muerte de cada uno de ellos. Mi padre fue contador y tuvo una cartera bastante amplia en Temuco, fue contador de la casa Picasso, de maderas Puig y de Radio Frontera, entre otros clientes. Asimismo, supo proyectar su profesión en cuanta institución benéfica pudo hacerlo. Fue tesorero de la Sociedad Amigos del Historia Barrio Meza

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Árbol, de la Cruz Roja, de la Logia Masónica… Debido a su profesión, en todas las instituciones en que participó le pedían que asuma como tesorero. También colaboró con el hogar infantil de Temuco y siempre estaba al servicio de los demás. En Temuco tuvo muchas amistades a las que agregó más en Santiago, pero siempre recordaba su etapa de Temuco, entre los años 40 y 50, como la época más hermosa de su vida. Con mi hermano Nelson nos educamos en Temuco hasta finalizar el último año de Humanidades y luego trabajamos con nuestro padre en Santiago, principalmente en negocios relacionados con la exportación de maderas. Yo estudié Derecho y Ciencias Políticas, para luego ingresar al Servicio Exterior de la República, donde me desempeñé por espacio de unos 41 años. Mi hermano es médico cirujano cardiólogo y aún ejerce su profesión en Santiago. La Pobación Meza La Población Meza se encuentra ubicada donde antiguamente existía una comunidad indígena denominada Burgos-Colimilla, cuyos límites eran el camino a Huichahue y el cerro Conun Huenu. Los propietarios de esa comunidad empezaron a vender los terrenos entre los años 43 y 44 hasta 1949. Entre los primeros compradores de esos terrenos se encontraba don Aquiles Osses y mi padre, quien adquirió unas once hectáreas, principalmente a doña Andrea Burgos, quien formaba parte de un gran grupo de hermanos y primos que estaba vendiendo terrenos en ese sector. Mi padre construyó una casa para un mediero, ubicada en la zona donde el terreno comienza a levantarse con 34

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forma de lomajes. Más o menos en 1947 toda esa zona se sembró con trigo y el mediero tenía una especie quinta donde cultivaba hortalizas. En esa casa mi padre separó un salón para hacer sus actividades, donde también invitaba amigos y nosotros íbamos los fines de semana a realizar picnic, de lo cual tenemos recuerdos muy hermosos, por ejemplo, los primeros volantines. Posteriormente, cuando mi padre ya tenía intenciones de establecerse comercialmente en Santiago, decidió lotear unas siete hectáreas del terreno de Padre Las Casas, dando preferencia a los sectores más planos para la venta, a principios de los años 50. Esto coincidió con un proceso migratorio del campo a la ciudad, donde el atractivo desarrollo que había alcanzado Temuco sedujo a muchas personas de sectores rurales de la provincia de Cautín, quienes debieron enfrentar la necesidad de un lugar para establecerse. Así se adjudicaron más de cien sitios y la gente en forma espontánea empezó a denominarla Población Meza, sin que mi padre se lo imaginara o se lo propusiera. Teníamos una tía que trabajaba en el hospital de Temuco y un día atendiendo profesionalmente a una persona, ésta le dijo que vivía en la Población Meza, de Padre Las Casas. Así fue como nos enteramos que la gente estaba utilizando nuestro apellido para referirse a la nueva población. Mi padre siempre tuvo una excelente relación con las personas que compraron los sitios. Nunca escuché una discusión ni un reclamo de mi padre hacia ellos, ni de ellos hacia mi padre. Había una relación de confianza mutua en que la gente durante uno o dos años pagaba mensualmente su cuota hasta que legalizaba una escritura con la propiedad del terreno. Aún tengo una escritura firmada ante el notario Historia Barrio Meza

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de Temuco Francisco Santibáñez, que estipula la compraventa de un terreno el 19 de julio de 1954, el que debe ser uno de los primeros terrenos que vendió mi padre. Recuerdo que uno de los primeros adjudicatarios de terrenos fue una nana muy querida, que vivió con nuestra familia por más de 65 años, llamada Rosa Nahuelal Canihual, a quien mi padre quiso homenajear entregándole uno de los terrenos por todo el trabajo y el cariño que nos había dado. Nombres de calles Lo que sí hizo mi padre al lotear los terrenos fue colocar nombre a algunas calles: por ejemplo, una de las calles más importante –Nibaldo- se debe a que mi hermano se llama Nelson Nibaldo. También existe una calle Rosa Elena, en recuerdo de su madre, Rosa Elena Arroyo; hay un callejón llamado Oscar y otro denominado Arturo, ambos en homenaje a sus hermanos; hay una calle Santa Marta, por su hermana Marta Ofelia. Posteriormente, cuando aún era joven, me molestó que no existiera una calle Germán, pero me enteré de que fue debido a la humildad de mi padre quien no quiso que una calle llevara su nombre. Ese es más o menos el origen de la población Meza, cuyo loteo duró alrededor de diez años, por lo que el último terreno se debe haber vendido aproximadamente en 1960.

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“Cuando vivíamos en las mediaguas la vida era muy difícil” Vecina de Población Meza, sector Espinoza Alto, desde hace 27 años, cuando llegó a vivir en una pequeña mediagua. Reconoce que lo más hermoso de su barrio es la vista.

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Llegué de Laja, más o menos a los 13 años de edad, para vivir en la casa de un tío en calle Rosa Elena, Población Meza. Al principio trabajé en casas particulares lavando y haciendo aseo. Llegué al sector Espinoza Alto en 1980, cuando compré en 1.500 pesos una mediagua donde cabía una cama, una mesa, una estufa y una caja donde guardábamos la ropa. Después me inscribí en los huertos familiares, cuando era alcalde José García Ruminot, y ahí obtuve una nueva mediagua de tres por tres metros. Cuando llegamos, esto era sólo campamento y matorrales. Entre todos empezamos a limpiar el terreno y sacamos ramas para hacer cercos. Lo más complicado de vivir aquí ha sido la forma del cerro, por donde escurre el agua y el barro, incluso las personas han tenido varios accidentes. Para solucionar un poco ese problema, les pagué a unos hombres para que traigan en carretilla arena y escombros que salieron del arreglo de la calle Pleiteado, así el terreno quedó más firme y no tan resbaloso frente a mi casa. Como por aquí no pasa movilización tenemos que bajar caminando. Recuerdo que cuando mis niños eran pequeños y los tenía que llevar al Consultorio Miraflores teníamos que salir a las seis de la mañana para llegar allá a las ocho. De las mediaguas a la casa Para conseguir mi casa actual me inscribí en el SERVIU, más o menos en 1999. En ese tiempo trabajaba en el estadio municipal, donde hice aseo por unos seis años, y un día que llegué en la tarde mis hijas me dijeron que tenía una carta de la alcaldesa, donde me informaba y me felicitaba por haber obtenido una casa, de la cual no tuve que pagar ni un peso.

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Antes de eso, cuando vivíamos en las mediaguas la vida era muy difícil. Los niños pasaban resfriados y dentro de la mediagua generalmente los tenía encima de la cama porque el piso estaba húmedo. Cada vez que salíamos, los niños y yo nos cambiábamos de zapatos al llegar abajo y dejábamos los sucios colgados en una bolsa para volver a usarlos cuando tuviéramos que volver. Gracias a Dios, a pesar de todas las dificultades, todos mis hijos salieron adelante – el menor ya tiene 20 años pudieron estudiar, se casaron y ya soy bisabuela. Yo no pude estudiar pero hice un curso de alfabetización en la municipalidad, donde aprendí a leer y escribir. La vecina dirigenta Para que nuestro sector tuviera agua y electricidad tuvimos que organizarnos. En eso fue importante la gestión que hizo la señora Rosa Gallardo, nuestra dirigenta, quien nos estimuló a formar un comité entre los 10 ó 12 vecinos que éramos al principio. Ella se ha sacrificado mucho por nosotros, yendo de aquí para allá, siguiendo a las autoridades, haciendo papeles… Nosotros le ayudábamos en lo que podíamos, por ejemplo juntándole plata para los pasajes, porque a veces cuando ella no tenía se iba de a pie a las reuniones y volvía toda mojada a su casa. Yo quisiera acompañarla y ayudarla más, pero no puedo por motivos de salud, ya que no puedo caminar mucho, así es que ella me disculpa. Quiero mucho mi barrio porque es tranquilo y todos nos llevamos bien. Lo más lindo que tiene este barrio es la vista hacia Padre Las Casas y Temuco, si uno sigue más arriba hay una gruta de la virgen, hasta donde se hacen procesiones el 8 de diciembre. Aquí crié a todos mis hijos Historia Barrio Meza

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María Matamala no cambia por nada del mundo la vista que tiene desde su casa…

y ya no me voy a ir… algún día me iré en una urna –no sé cómo me van a bajar hasta la calle- pero mientras Dios me dé salud y vida voy a estar en Espinoza Alto. Ahora estamos peleando por las veredas y lo muros, lo que nos serviría para que en el invierno no corra tanta agua ni se forme tanto barro en las calles y en los patios de las casas. Hace años que venimos solicitando que se mejore la calidad del acceso a nuestro sector y las veredas, pero no hemos logrado que se solucione.

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Un barrio “con historia” El Barrio Meza es uno de los barrios más antiguos de Padre las Casas e incluso de Temuco. Un lugar que para el año de su fundación era muy apartado y que sólo fue considerado debido al desarrollo incipiente de Padre Las Casas, que en esos años se dividía como el día y la noche, entre la Misión Capuchina y los locales de diversión para caballeros. Germán Meza, ilustre vecino de Temuco, poseía aquí una quinta, que al trasladar su domicilio a Santiago, decidió vender a bajo precio, principalmente a familias campesinas que migraban hacia la gran ciudad de Temuco de los años 50. Una época en que no existían subsidios ni programas de vivienda: cada vecino hizo el trato con el dueño del terreno, despejó los matorrales, emparejó el suelo y construyó su casa con los materiales disponibles y mucha creatividad. Las mismas calles fueron trazadas con bueyes y hasta el momento no han podido ser encasilladas en ningún estándar de obras viales. Da la impresión que las faldas del Conunhuenu acogen como hijos a los habitantes de este barrio que viven entre pequeñas quebradas y grandes pendientes –como los vecinos de Espinoza Alto- con una vista envidiable hacia dos grandes urbes que se pierden en el horizonte. Estos últimos, los vecinos de Espinoza Alto, o mejor dicho “las vecinas”, pues en su mayoría han sido mujeres quienes han impulsado el movimiento vecinal de este sector, llegaron hasta aquí en busca de una solución habitacional y no les importó la inclinación del terreno ni la exposición a la lluvia y los temporales… la felicidad de vivir en lo propio les permitió superar cualquier dificultad. Hoy siguen luchando por mejorar el pavimento de sus pasajes, la iluminación y controlar algunos barreales que se forman en invierno. 42

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Por su parte, los vecinos del “plano”, también tienen sus propios desafíos. Muchos de los jóvenes de han ido del barrio en busca de nuevas oportunidades y nuevas viviendas, dejando en Meza a muchos niños e integrantes de la tercera edad. Los abuelitos participan de agrupaciones y entregan su experiencia a los más jóvenes, quienes buscan expresarse a través de actividades como la música y el deporte, pero que requieren de mayores espacios y oportunidades. Como uno de los barrios “con historia”, Meza tiene el desafío de enseñar lo aprendido y trasmitirlo a las nuevas generaciones. Con dirigentes que literalmente partieron sólo con las ganas, que para tramitar papeles caminaban de ida y vuelta a Temuco, y que hasta el día de hoy exigen los derechos que les corresponden.

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NUESTROS RECUERDOS El puente Cautín en 1924, cuando era utilizado diariamente por los vecinos que cumplían labores en Temuco. Hasta fines de los años 40 solo corría una micro entre Padre Las Casas y Temuco.

Pilón de agua ubicado en el camino a Huichahue, donde muchos de los vecinos del Barrio Meza recurrían para obtener agua.

Celebración de la familia Cuevas Zapata en los años 60.

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Propiedad de Juan Cuevas, este fue uno de los primeros televisores en llegar al Barrio Meza.

En los años 90, vecinos del sector Espinoza Alto, comparten con el seremi de Vivienda Adolfo de La Jara y con el entonces diputado Francisco Huenchumilla.

En la cancha del cerro Conunhuenu, los vecinos de Espinoza Alto se juntaban a practicar deporte y celebrar festividades. Hoy el sitio está ocupado por un campamento.

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Vista área actual del Barrio Meza (Diciembre 2007).

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