LAS PROPOSICIONES SUBORDINADAS SUSTANTIVAS

Unidad 4 de 2º de Bachillerato Lengua Castellana y Literatura Contenidos -Las proposiciones subordinadas sustantivas. -La lírica del siglo XX hasta ...
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Unidad 4 de 2º de Bachillerato

Lengua Castellana y Literatura

Contenidos -Las proposiciones subordinadas sustantivas. -La lírica del siglo XX hasta 1939.

LAS PROPOSICIONES SUBORDINADAS SUSTANTIVAS. En la unidad anterior se definieron las proposiciones subordinadas como proposiciones que desempeñan una función (sujeto, CD, CI, adyacente, CCT, etc.) dentro de otra proposición. En esta unidad, estudiaremos las proposiciones que realizan las mismas funciones que el sintagma nominal (salvo las del complemento circunstancial, con la excepción del de compañía): sujeto, CD, CI, atributo, vocativo, CN, complemento del adjetivo, suplemento (complemento de régimen preposicional), complemento circunstancial de compañía, complemento agente. Ejemplos: FUNCIÓN SUJETO

ATRIBUTO

C. DIRECTO

C. INDIRECTO C. DEL NOMBRE

C. DEL ADJETIVO C. DEL ADVERBIO VOCATIVO SUPLEMENTO

C. C. DE COMPAÑÍA

Le sorprendió que no estuviera allí. Le agrada pasear. Quienes lo saben no lo dirán. Los que lo saben no lo dirán. Dónde va es asunto tuyo. Cuándo lo hará no me preocupa lo más mínimo. No me interesa cuánto cuesta. No me importa si viene o no. Manolita está que trina. Pensar eso es pensar mal. Mi problema no es cómo se lo dirás. El duque ha anunciado que vendrá. Todos sabemos dónde estará antes. Vimos a quienes lo hicieron. Dime quién te lo dijo. Pregúntale cuánto cuesta. Hacen rebajas a quienes compran hoy. Hacen rebajas a los que compran hoy. Aún tiene esperanzas de que apruebes. Aun tiene esperanzas de aprobar. Éste es el coche de los que llegaron ayer. Estábamos seguros de que lo lograrías. Estábamos cansados de intentarlo. Estuvo cerca de ser atropellado por un coche. Estuvo lejos de creérselo. El que está a la derecha, avanza dos pasos. Me extrañé de que se riera tanto. Me alegro de saberlo. Me informó de dónde estaba. Me enteré de quién se lo contó. Vino con quien tu sabes.

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Como equivalen a un sintagma nominal, pueden ser sustituidas por un sustantivo o por un pronombre. Ejemplo: -Necesitamos que hagas una copia de este documento (proposición subordinada sustantiva en función de CD). -Necesitamos una copia. -Necesitamos esto. -Díselo a quien te dé la gana (proposición subordinada sustantiva en función de CI). -Díselo a cualquiera. -Díselo a todo el mundo.

Por el modo en que se unen a la oración de la que dependen, las proposiciones subordinadas sustantivas son de tres tipos:

-Proposiciones subordinadas sustantivas con el verbo en infinitivo: Estoy harto de ver siempre el mismo programa (proposición subordinada sustantiva en función de complemento del adjetivo “harto”). Les gusta comer a deshoras (proposición subordinada sustantiva en función de sujeto).

-Proposiciones subordinadas sustantivas con nexo: Estoy harto de que siempre veamos el mismo programa (proposición subordinada sustantiva en función de complemento del adjetivo “harto”). No le interesaba dónde lo llevaban (proposición subordinada sustantiva en función de sujeto).

-Proposiciones subordinadas sustantivas yuxtapuestas: Le preguntó “¿Dónde vas?” (proposición subordinada sustantiva en función de CD). Te lo digo: vete (proposición subordinada sustantiva en función de CD).

Las proposiciones subordinadas sustantivas yuxtapuestas son, en buena parte de los casos, proposiciones de estilo directo en función de CD: -Me comentó: “Estoy segura de que no trabaja aquí”. -Se lo ordenó claramente: “Coloca los bolígrafos rojos en el vaso azul”.

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Los nexos de las sustantivas son:

QUE (conjunción) Es probable que lleguen hoy Sujeto Creo que llegarán hoy CD Me alegro de que estés bien Suplemento Estoy harto de que lleguéis tarde C. del Adjetivo El problema de que lleguen tarde no es asunto mío C. del Nombre Lo que quiero es que lleguen a su hora Atributo

QUIEN/QUIENES (pronombre) QUIÉN/QUIÉNES (pronombre interrogativo que precede a interrogativas indirectas) En este tipo de proposiciones, quien, además de nexo, tiene una función dentro de la subordinada, pues es un pronombre. Quien no lo sepa te llamará. (Quien es nexo y sujeto de la subordinada.) Sujeto Quién lo hizo importa poco. (Quién es nexo y sujeto de la subordinada.) Sujeto Veo a quienes saludaste ayer. (Quienes es nexo y CD de la subordinada.) CD Desconfía de quien siempre te adula. (Quien es nexo y sujeto de la subordinada.) Suplemento Estoy cansado de quienes llegan tarde. (Quien es nexo y sujeto de la subordinada.) C. del Adjetivo El camino fue abierto por quienes fundaron la ciudad. (Quienes es sujeto.) C. Agente Vienen con quien menos te imaginas. (Quien es CD de la subordinada.) C. C. de Compañía

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EL QUE/LA QUE/LOS QUE/LAS QUE/LO QUE (determinante más pronombre de relativo)

Este tipo de proposiciones sustantivas son, en realidad, proposiciones adjetivas sustantivadas, en las que se ha eliminado el sustantivo al que se refiere la proposición adjetiva: -El perro que te mordió (proposición subordinada adjetiva) está sano. -El que te mordió (proposición subordinada sustantiva) está sano. El que, la que, los que, las que y lo que tienen dos funciones; una de nexo; otra, equivalente a la de un sintagma nominal, dentro de la subordinada. El que no lo sepa te llamará. (El que es sujeto de la subordinada.) Sujeto Veo a los que saludaste ayer. (Los que CD de la subordinada.) CD Pregúntaselo a la que mejor conoces. (A la que es CD de la subordinada.) CI

SI (conjunción) Introduce proposiciones interrogativas indirectas (subordinadas sustantivas de Sujeto, CD, Suplemento, C. del Nombre, C. del Adjetivo o Atributo): No me importa si esta dirección es correcta Sujeto Quiero saber si esta dirección es correcta CD No me preocupé de si la dirección era correcta Suplemento No estoy muy seguro de si la dirección es correcta C. del Adjetivo El problema de si la dirección es correcta no es asunto mío C. del Nombre La cuestión es si esta dirección es la correcta Atributo

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DÓNDE (adverbio) Introduce proposiciones interrogativas indirectas (subordinadas sustantivas de Sujeto, CD, Suplemento, C. del Nombre, C. del Adjetivo o Atributo). Como es un adverbio y no una conjunción, además de la función de nexo desempeña la de complemento circunstancial de lugar de la subordinada: No me importa dónde estabas ayer Sujeto Quiero saber dónde estabas ayer CD No me preocupé de dónde estabas ayer Suplemento No estoy muy seguro de dónde estabas ayer C. del Adjetivo El problema de dónde estabas ayer no es asunto mío C. del Nombre La cuestión es dónde estabas ayer Atributo

CUÁNDO (adverbio) Introduce proposiciones interrogativas indirectas (subordinadas sustantivas de Sujeto, CD, Suplemento, C. del Nombre, C. del Adjetivo o Atributo). Como es un adverbio y no una conjunción, además de la función de nexo desempeña la de complemento circunstancial de lugar de la subordinada: No me importa cuándo pienses hacerlo Sujeto Quiero saber cuándo piensas hacerlo CD No me preocupé de cuándo vendrías Suplemento No estoy muy seguro de cuándo pasó C. del Adjetivo El problema de cuándo lo hagas no es asunto mío C. del Nombre La cuestión es cuándo vas a decírselo Atributo

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CÓMO (adverbio) Introduce proposiciones interrogativas indirectas (subordinadas sustantivas de Sujeto, CD, Suplemento, C. del Nombre, C. del Adjetivo o Atributo). Como es un adverbio y no una conjunción, además de la función de nexo desempeña la de complemento circunstancial de lugar de la subordinada: No me importa cómo se va a ese pueblo Sujeto Quiero saber cómo se va a ese pueblo CD No me preocupé de cómo vendrías Suplemento No estoy muy seguro de cómo pasó C. del Adjetivo El problema de cómo lo hagas no es asunto mío C. del Nombre La cuestión es cómo vas a decírselo Atributo

Oraciones sustantivas para el análisis:

1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

Es necesario que todos hagamos un esfuerzo. Tengo miedo de que tu hermano no llegue a tiempo. El problema es que nos falta tiempo. Todos los aspirantes a ese empleo eran conscientes de que tenían pocas posibilidades. Prefiero acompañaros. Presta tu bolígrafo al que lo necesite. Ayer me acordé de que hoy es tu cumpleaños. El premio fue entregado por quienes ganaron el concurso el año anterior.

9. 10. 11. 12. 13.

Él tiene absoluta confianza en que tú solucionarás ese problema. Mi hermana es la que está junto a la ventana. La función gustó mucho a quienes la vieron. ¿Te gustaría aprender italiano en diez días? Los alumnos terminaron la reunión seguros de haber conseguido parte de sus aspiraciones. 14. Iré con quien me quiera acompañar. 15. Confórmate con que te pongan un notable en el examen. 16. La noticia ha sido difundida por quien tenía autoridad para ello. 6

17. Nadie conocía a los que llegaron al pueblo esa mañana. 18. Yo seré quien dé la salida.

19. Nos tranquilizaba la seguridad de no haber olvidado ningún detalle. 20. Me inquieta cómo se está desarrollando ese proceso. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. 46. 47. 48. 49. 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. 61. 62. 63. 64. 65.

Levantad la mano todos los socios conformes con que se retrase la excursión. Confiábamos en pasar las vacaciones contigo. El alcalde ofrecía su casa al que visitaba el pueblo por primera vez. ¿Te gustaría que nosotros nos marcháramos? Tú fuiste la causa de que viniera a vivir a Salamanca. Mi hermana es la que está junto a la ventana. Le agradezco mucho que me haya dado esa información. ¿Pensarás detenidamente en lo que te he dicho? Los dos hermanos, encantados de haber cruzado el Atlántico, contaron sus peripecias a todo el mundo. Expón tu punto de vista a quienes participen en las reuniones. Desconfío de la palabra de quienes prometen constantemente. Todavía no se ha confirmado si hemos ganado las elecciones. Reconoce que te has equivocado. Una cosa es decirlo y otra cosa es hacerlo. Trataron de quién sería el autor del texto. Las bicicletas deben ser reparadas por los que montan en ellas. Es paciente con los que ella quiere. Todos comprendimos que aquel día estuvieses nervioso. Alfredo está que muerde. No tiene idea de quiénes asistirán a la reunión. La que te sustituye ahora dio clases de violín en Barcelona. La gigantesca paella será degustada por quienes viven en el barrio. El juego consistía en cambiar las fichas continuamente de lugar. Miguel es ágil en contestar preguntas difíciles. Aún no se ha aclarado qué pretendía conseguir con ello. Tiene complejo de que lo persiguen. Aquellos chicos parecen tener interés. Hay personas acostumbradas a que todos las admiren. Te garantizo que seré totalmente neutral. Es lógico en los padres y madres el deseo de que sus hijos sean felices. El que quiera presentarse a la elección, que levante la mano. Asegúrate de que el perro tiene suficiente comida. Marta mandará información a quienes la soliciten. Aquel enfermo fue el que cuidó a mi abuelo. Dijo que no se retrase. Ese libro sólo interesa a los que ya tienen conocimientos básicos sobre la materia. Los fugitivos terminaron contentos de haber conocido tantos países. Aconseja a tu hermano que no haga ese viaje. Esta tarde hablaremos de cómo giran los satélites alrededor de los planetas. El que canta, sus males espanta. ¿Quién fue quien formuló la teoría de la relatividad? ¿No hay posibilidad alguna de que sobren entradas? Hemos visto a tu madre muy orgullosa de que hayas aprobado la oposición. No hay que desanimar a los que están ilusionados por algo. Escucha con atención a los que tengan algo que decir.

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66. Con sus observaciones trató de convencernos de que replanteáramos nuestras hipótesis de trabajo. 67. Confiemos en la promesa de quienes tienen la máxima responsabilidad. 68. Julia es la que ha llegado antes a la meta. 69. Quien bien te quiere no te hará llorar. 70. No te creas que me ha molestado tu broma. 71. Me pareció enterada de lo que ocurrió el otro día. 72. Enviarán el catálogo a los que manifestaron interés en recibirlo. 73. Ana está que se sube por las paredes. 74. Él será testigo de lo que voy a hacer. 75. Ya te has olvidado de que en estas operaciones los signos deben cambiarse. 76. No me gusta que me llamen por teléfono a esas horas. 77. ¿Haz sido capaz de decirle que no venga? 78. Nos interesaría que la reunión se celebrase la semana próxima. 79. Los erizos de mar son los que pueblan las costas rocosas. 80. Ha demostrado su inocencia a los que dudaban de ella. 81. No quiero que me llamen por teléfono a esas horas. 82. Nos convencieron de que la mejor solución era ésa. 83. El asunto está que arde. 84. No tenía ningún deseo de que las cosas cambiaran. 85. No se sabe si va a haber puente. 86. Nadie sabe si va a haber puente. 87. Tenía esperanzas de que su hermano aprobase la oposición. 88. Parecía empeñado en que le reconocieran sus méritos. 89. Me imagino qué estarás pensando. 90. Siempre se ha preocupado de tener todo a punto para las clases. 91. Tiene la suerte de que no está solo. 92. Leonor está que se comería el mundo. 93. ¡Cómo me gustaría que nos dieras tus opinión! 94. Hagános el favor de alcanzarnos aquellos libros. 95. Fue mi madre quien resolvió la siutación. 96. Hallaron que el suceso había ocurrido hacía trescientos años. 97. Algunos dicen que somos lo que nuestros padres nos han enseñado de niños. 98. La única respuesta fue el aviso de que teníamos que salir de nuestras casas. 99. Era falso que aquellas huellas nos condujeses a un oso. 100. ¿Os han convencido ya de que la realidad supera muchas veces a la ficción? 101. ¿Sabes quién inventó el teléfono? 102. “¿En qué trabaja usted?”, me preguntó una noche. 103. Crecía con la idea de que las personas no cambian mucho de un país a otro. 104. No estaba enterada de que la hubieran nombrado directora general. 105. Ignoro lo que cuesta esta casa. 106. Es necesario para nosotros que escribas rápidamente ese reglamento. 107. Llegó la hora de los que siempre están callados. 108. Se mostró solícito en ayudar a cualquier persona enferma. 109. Buscaba alguna prueba de que su amistad fuese sincera. 110. Desde ese momento se supo en el barrio que construirían un centro de salud. 111. ¿Has averiguado ya lo que ocurrió el otro día? 112. ¿Es posible que nos coloque usted en la segunda fila? 113. Mantiene la opinión de que todas las enfermedades son de origen nervioso. 114. Está que no hay quien pueda con él. 115. Habla siempre como deseoso de que le den la razón todos. 116. Ayer me anunció lo que piensa hacer hoy. 8

LA LÍRICA DEL SIGLO XX HASTA 1939 EL MODERNISMO Desde finales del siglo XIX, tanto en Europa como en América, surgen corrientes de ideas de tipo disidente o inconformista. Los primeros signos de una renovación poética aparecen, a fines del XIX. La primacía de esta renovación corresponde a los autores americanos: hacia 1890, Rubén Darío y otros adoptan provocadoramente el calificativo de modernistas (que antes era un mote despectivo que les lanzaban sus adversarios). El Modernismo es, en buena medida una síntesis de Parnasianismo y Simbolismo. Del primero viene el gusto por el poema cincelado, los temas exóticos, los valores sensoriales. De los simbolistas toman el arte de sugerir (los símbolos) y el sentido de la musicalidad. 1. Los temas del modernismo La temática modernista presenta dos campos diferentes: -La exterioridad sensible. La realidad es captada, frecuentemente, por una sensibilidad ávida de goces sensoriales y de belleza: paisajes exóticos, mujeres hermosas… El mundo real no les bastaba a estos poetas para satisfacer esta sensibilidad, de ahí el llamado “escapismo”, la evasión en el tiempo o en el espacio para soñar mundos de rutilante belleza: lo clásico, con su mitología y su vitalismo pagano, lo medieval, lo legendario, lo renacentista, etc.; o lo exótico, como lo oriental. Del mundo contemporáneo se prefiere lo cosmopolita (de ahí la devoción por París). -La intimidad del poeta. Esta intimidad es a veces vitalista, sensual. Otras muchas aparece marcada por la tristeza, la melancolía y la nostalgia. Hay cierto malestar propio de quienes se sienten frustrados por el mundo. La intimidad dolorida del poeta se proyectará en ocasiones hacia la naturaleza, y así aparecerán paisajes que son símbolos de su estado de ánimo. 2. El estilo y la métrica El Modernismo significa una profunda renovación del lenguaje, tanto por la brillantez y los grandes efectos de su lenguaje, como, en otras ocasiones, por la capacidad para sugerir lo delicado, lo leve. Tales efectos son posibles gracias a un manejo prodigioso del idioma: Son variadísimos los recursos fónicos como la aliteración o la repetición de sonidos. El léxico se enriquece con términos cultos, exóticos y evocadores. A esto se añade una abundante adjetivación, ya ornamental y plástica, ya cargada de valores sentimentales. Se emplean con virtuosismo las imágenes y los símbolos. La preeminencia de lo sensorial se manifiesta en ricas sinestesias.

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Por otro lado, la búsqueda de la musicalidad lleva a ampliar considerablemente los ritmos y las formas métricas: El verso preferido es el alejandrino. Se acude a versos por usados, como el dodecasílabo o el eneasílabo. Fundamental es el gusto por la versificación a base de pies acentuales, especialmente los ternarios, con su marcado ritmo. También renuevan las estrofas, tanto las conocidas, como nuevos tipos de sonetos, como otras inventadas. 3. Los escritores modernistas en España Nuestros grandes poetas modernistas serán los hermanos Manuel y Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez (en su poesía anterior a 1915). Machado definirá la poesía como “palabra esencial en el tiempo”, con lo que quiere decir que se propone expresar las realidades más profundas del hombre sin desligarlas del tiempo en el que vive. La poesía de Machado tiene su raíz en el modernismo intimista y simbolista, evidente en su primer libro, Soledades, Galerías y otros poemas (1903), cuyos versos tratan sobre el tiempo, la muerte o Dios. En su siguiente obra, Campos de Castilla (1912), se centra en el paisaje soriano, con el que identifica sus propias obsesiones. En sus siguientes libros, las preocupaciones filosóficas de Machado pasan a primer término en detrimento del lirismo de su poesía. Para Juan Ramón Jiménez, la poesía responde esencialmente a tres impulsos: sed de belleza, ansia de conocimiento y anhelo de eternidad. Comenzó escribiendo una poesía “pura”, con claras influencias de Bécquer. Adoptó luego los “ropajes” modernistas: valores sensoriales, ritmos amplios… Aunque su modernismo es de tipo intimista, como se aprecia en La soledad sonora o Sonetos espirituales. Su afán de renovación lo lleva hacia una “poesía desnuda” en Diario de un poeta recién casado (1916), donde el estilo modernista es sustituido por una concentración conceptual y emotiva. Será esta última poesía la que influya decisivamente en la Generación del 27.

LA GENERACIÓN DEL 27 En la década de los veinte, un grupo de poetas alcanzará su madurez: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Gerardo Diego y Dámaso Alonso. Para referirse a estos poetas, se ha impuesto el nombre de Generación del 27 porque, en esa fecha, se celebra el tercer centenario de la muerte de Góngora, poeta que reivindicaron por su intento de crear un lenguaje poético autónomo, desligado de la realidad.

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En los poemas de la Generación del 27 se encuentran la influencia de la poesía popular y de la vanguardia. Su trayectoria de unas características comunes: La poesía pura. Hasta 1929, se inclinan por la concepción del poema como un “artefacto” elaborado con precisión, donde la metáfora y la imagen desempeñan un papel esencial en la construcción del poema. Surrealismo y rehumanización. A finales de los veinte, se comienzan a asimilar las novedades del movimiento surrealista por parte, sobre todo, de Aleixandre, Cernuda, Lorca o Alberti. El mundo onírico e inconsciente y las pulsiones de los deseos escondidos se traducen en un lenguaje sorprendente, pero calculado y controlado. La guerra y el exilio. Al declararse la guerra en julio de 1936, Lorca fue asesinado y sólo Gerardo Diego, Viecente Aleixandre y Dámaso Alonso permanecieron en España. El exilio, la nostalgia, la vejez y la soledad se irán imponiendo progresivamente en sus poemas. De los poetas del 27, destacamos aquí sólo a tres: Federico García Lorca, Rafael Alberti y Luis Cernuda. Federico García Lorca representa la fusión entre tradición y vanguardia. La lírica popular, el cante andaluz, las formas métricas de la poesía clásica y el Surrealismo, a partir de 1928, dan cauce a temas como la frustración y el destino trágico del ser humano. Las metáforas sorprendentes, la Naturaleza animada y un sistema simbólico propio definen su estilo. La línea andalucista y popularista está presente en Poema del Cante Jondo (1931) y en Romancero gitano (1928). El Surrealismo, como expresión de una crisis personal y del encuentro con un mundo deshumanizado, en Poeta en Nueva York (1929-1930). Rafael Alberti ha escrito una obra que asombra por la gran variedad de temas, tonos y estilos. Sus inicios neopopularistas, reflejados en libros como Marinero en tierra, dejaron paso a una vena gongorina y futurista, Cal y canto. El Surrealismo le sirve de medio de expresión de su crisis profunda en Sobre los ángeles y en Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos, dedicado a los actores cómicos del cine mudo. El compromiso político ocupa una larga serie de títulos: Un fantasma recorre Europa o El poeta en la calle. La nostalgia del exiliado está presente en Retornos de lo vivo lejano. Más de treinta libros suma su obra poética, en los que el poeta adapta constantemente su obra a las circunstancias de cada momento. Luis Cernuda se caracteriza por una personalidad solitaria y dolorida, por una sensibilidad exacerbada y vulnerable. Lo singulariza, ante todo, el sustrato romántico de su mundo poético. Su centro temático es un doloroso divorcio entre su anhelo de realización personal (el deseo) y los límites impuestos por el mundo que le rodea (la realidad). Sus temas dominantes serán, por ello, la soledad, la añoranza de un mundo habitable, el ansia de belleza perfecta y, sobre todo el amor (Cernuda es uno de nuestros grandes poetas del amor, ya exaltado, ya insatisfecho). De su estilo, destaca su inconformismo, que lo hará separarse de las modas y emprender un camino solitario que se caracteriza por: el rechazo de los ritmos marcados; el cultivo del versículo largo; y el desprecio de un lenguaje brillante y rico en imágenes, para ceñirse a un aparente tono coloquial bajo el que se esconde un lenguaje

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depurado, perfecto y denso. Reunió toda su obra poética, (Los placeres prohibidos, Donde habite el olvido, Desolación de la quimera, etc.), bajo un solo título: La realidad y el deseo.

TEXTOS POEMAS DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Hay un oro dulce y triste en la malva de la tarde, que da realeza a la bella suntuosidad de los parques. Y bajo el malva y el oro se han recogido los árboles verdes, rosados y verdes de brotes primaverales. En el cáliz de la fuente solloza el agua fragante, agua de música y lágrima, nacida bajo la hierba entre rosas y cristales... ...Ya el corazón se olvidaba de la vida...; por los parques todo era cosa de ensueño, luz de estrellas, alas de ángeles... Sólo había que esperar a los luceros; la carne se hacía incienso y penumbra por las sendas de rosales... Y, de repente, una voz melancólica y distante, ha temblado sobre el agua en el silencio del aire. Es una voz de mujer y de piano, es un suave bienestar para las rosas soñolientas de la tarde;

llorar por nadie y por alguien en esta triste y dorada suntuosidad de los parques. “Jardines lejanos”.

... Rit de la fraîcheur de l’eau. V. HUGO Con lilas llenas de agua, le golpeé las espaldas. Y toda su carne blanca se enjoyó de gotas claras. ¡Ay, fuga mojada y cándida, sobre la arena perlada! -La carne moría, pálida, entre los rosales granas; como manzanas de plata, amanecida de escarcha-. Corría huyendo del agua, entre los rosales granas. Y se reía, fantástica. La risa se le mojaba. Con lilas llenas de agua, Corriendo, la golpeaba... Poemas májicos y dolientes.

una voz que me va haciendo

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CIELO Te tenía olvidado, cielo, y no eras más que un vago existir de luz, visto –sin nombrepor mis cansados ojos indolentes. Y aparecías, entre las palabras perezosas y desesperanzadas del viajero, como en breves lagunas repetidas de un paisaje de agua visto en sueños... Hoy te he mirado lentamente, y te has ido elevando hasta tu nombre. Diario de un poeta recién casado.

EPITAFIO IDEAL DE UN MARINERO Hay que buscar, para saber tu tumba, por el firmamento. (Llueve tu muerte de una estrella. La losa no te pesa, que es un universo de ensueño.) En la ignorancia, estás en todo (cielo, mar y tierra) muerto. Belleza.

POEMAS DE ANTONIO MACHADO

De Soledades V (RECUERDO INFANTIL) Una tarde parda y fría de invierno. Los colegiales estudian. Monotonía de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel se representa a Caín fugitivo, y muerto Abel, junto a una mancha carmín. Con timbre sonoro y hueco truena el maestro, un anciano mal vestido, enjuto y seco, que lleva un libro en la mano. Y todo un coro infantil va cantando la lección; mil veces ciento, cien mil, mil veces mil, un millón. Una tarde parda y fría de invierno. Los colegiales estudian. Monotonía de la lluvia en los cristales.

VII El limonero lánguido suspende una pálida rama polvorienta, sobre el encanto de la fuente limpia, y allá en el fondo sueñan los frutos de oro... Es una tarde clara, casi de primavera, tibia tarde de marzo que el hálito de abril cercano lleva; y estoy solo, en el patio silencioso, buscando una ilusión cándida y vieja: alguna sombra sobre el blanco muro, algún recuerdo, en el pretil de piedra de la fuente, dormido, o, en el aire, algún vagar de túnica ligera. En el ambiente de la tarde flota ese aroma de ausencia. que dice al alma luminosa: nunca, y al corazón: espera. Ese aroma que evoca los fantasmas de las fragancias vírgenes y muertas. Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara, casi de primavera, tarde sin flores, cuando me traías el buen perfume de la hierbabuena,

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y de la buena albahaca, que tenía mi madre en sus macetas. Que tú me viste hundir mis manos puras en el agua serena, para alcanzar los frutos encantados que hoy en el fondo de la fuente sueñan... Sí, te conozco, tarde alegre y clara, casi de primavera. XI Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adonde el camino irá? Yo voy cantando, viajero a lo largo del sendero... —La tarde cayendo está—, "En el corazón tenía la espina de una pasión; logré arrancármela un día: ya no siento el corazón." Y todo el campo un momento se queda, mudo y sombrío, meditando. Suena el viento en los álamos del río. La tarde más se obscurece; y el camino que serpea y débilmente blanquea, se enturbia y desaparece. Mi cantar vuelve a plañir: "Aguda espina dorada, quién te pudiera sentir en el corazón clavada." XXII Sobre la tierra amarga, caminos tiene el sueño laberínticos, sendas tortuosas, parques en flor y en sombra y en silencio criptas hondas, escalas sobre estrellas; retablos de esperanzas y recuerdos. Figurillas que pasan y sonríen —juguetes melancólicos de viejo—;

imágenes amigas, a la vuelta florida del sendero, y quimeras rosadas que hacen camino ... lejos... XXXII Las ascuas de un crepúsculo morado detrás del negro cipresal humean... En la glorieta en sombra está la fuente con su alado y desnudo Amor de piedra, que sueña mudo. En la marmórea taza reposa el agua muerta.

De Campos de Castilla VI ¡Soria fría, Soria pura, cabeza de Extremadura, con su castillo guerrero arruinado, sobre el Duero; con sus murallas roídas y sus casas denegridas! ¡Muerta ciudad de señores soldados o cazadores; de portales con escudos de cien linajes hidalgos, y de famélicos galgos, de galgos flacos y agudos, que pululan por las sórdidas callejas, y a la medianoche ululan, cuando graznan las cornejas! ¡Soria fría! La campana de la Audiencia da la una. Soria, ciudad castellana ¡tan bella! bajo la luna. VII ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, obscuros encinares, ariscos pedregales, calvas sierras, caminos blancos y álamos del río, tardes de Soria, mística y guerrera,

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hoy siento por vosotros, en el fondo del corazón, tristeza, tristeza que es amor! ¡Campos de Soria donde parece que las rocas sueñan, conmigo vais! ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas!.. VIII He vuelto a ver los álamos dorados, álamos del camino en la ribera del Duero, entre San Polo y San Saturio, tras las murallas viejas de Soria —barbacana hacia Aragón, en castellana tierra—. Estos chopos del río, que acompañan con el sonido de sus hojas secas el son del agua, cuando el viento sopla, tienen en sus cortezas grabadas iniciales que son nombres de enamorados, cifras que son fechas. ¡Álamos del amor que ayer tuvisteis de ruiseñores vuestras ramas llenas; álamos que seréis mañana liras del viento perfumado en primavera; álamos del amor cerca del agua que corre y pasa y sueña, álamos de las márgenes del Duero, conmigo vais, mi corazón os lleva! CXV (A UN OLMO SECO) Al olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido, con las lluvias de abril y el sol de mayo, algunas hojas verdes le han salido. ¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero! Un musgo amarillento le mancha la corteza blanquecina al tronco carcomido y polvoriento. No será, cual los álamos cantores que guardan el camino y la ribera, habitado de pardos ruiseñores. Ejército de hormigas en hilera va trepando por él, y en sus entrañas urden sus telas grises las arañas. Antes que te derribe, olmo del Duero, con su hacha el leñador, y el carpintero

te convierta en melena de campana, lanza de carro o yugo de carreta; antes que rojo en el hogar, mañana, ardas de alguna mísera caseta, al borde de un camino; antes que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas; antes que el río hasta la mar te empuje por valles y barrancas, olmo, quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida. Mi corazón espera también, hacia la luz y hacia la vida, otro milagro de la primavera. Soria 1912 CXIX Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería. Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar. Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía. Señor, ya estamos solos mi corazón, y el mar. CXX Dice la esperanza: un día la verás, si bien esperas. Dice la desesperanza: sólo tu amargura es ella. Late, corazón... No todo se lo ha tragado la tierra. CXXI Allá, en las tierras altas, por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, entre plomizos cerros y manchas de raídos encinares, mi corazón está vagando, en sueños... ¿No ves, Leonor, los álamos del río con sus ramajes yertos? Mira el Moncayo azul y blanco; dame tu mano y paseemos. Por estos campos de la tierra mía, bordados de olivares polvorientos,

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voy caminando solo, triste, cansado, pensativo y viejo. CXXII Soñé que tú me llevabas por una blanca vereda, en medio del campo verde, hacia el azul de las sierras, hacia los montes azules, una mañana serena. Sentí tu mano en la mía, tu mano de compañera, tu voz de niña en mi oído como una campana nueva, como una campana virgen de un alba de primavera. ¡Eran tu voz y tu mano, en sueños, tan verdaderas!... Vive, esperanza, ¡quién sabe lo que se traga la tierra! CXXIII Una noche de verano —estaba abierto el balcón y la puerta de mi casa— la muerte en mi casa entró. Se fue acercando a su lecho —ni siquiera me miró—, con unos dedos muy finos, algo muy tenue rompió. Silenciosa y sin mirarme, la muerte otra vez pasó delante de mí. ¿Qué has hecho? La muerte no respondió. ¡Mi niña quedó tranquila, dolido mi corazón. ¡Ay, lo que la muerte ha roto era un hilo entre los dos! CXXIV Al borrarse la nieve, se alejaron los montes de la sierra. La vega ha verdecido al sol de abril, la vega tiene la verde llama,

la vida, que no pesa; y piensa el alma en una mariposa, atlas del mundo, y sueña. Con el ciruelo en flor y el campo verde, con el glauco vapor de la ribera, en torno de las ramas, con las primeras zarzas que blanquean, con este dulce soplo que triunfa de la muerte y de la piedra, esta amargura que me ahoga fluye en esperanza de Ella... CXXV En estos campos de la tierra mía, y extranjero en los campos de mi tierra —yo tuve patria, donde corre el Duero por entre grises peñas, y fantasmas de viejos encinares, allá en Castilla, mística y guerrera, Castilla la gentil, humilde y brava, Castilla del desdén y de la fuerza—, en estos campos de mi Andalucía, ¡oh tierra en que nací!, cantar quisiera. Tengo recuerdos de mi infancia, tengo imágenes de luz y de palmeras, y en una gloria de oro, de lueñes campanarios con cigüeñas, de ciudades con calles sin mujeres bajo un cielo de añil, plazas desiertas donde crecen naranjos encendidos con sus frutas redondas y bermejas; y en un huerto sombrío, el limonero de ramas polvorientas y pálidos limones amarillos, que el agua clara de la fuente espeja, un aroma de nardos y claveles y un fuerte olor de albahaca y hierbabuena; imágenes de grises olivares bajo un tórrido sol que aturde y ciega, y azules y dispersas serranías con arreboles de una tarde inmensa; mas falta el hilo que el recuerdo anuda el corazón, el ancla en su ribera, o estas memorias no son alma. Tienen,

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en sus abigarradas vestimentas, señal de ser despojos del recuerdo, la carga bruta que el recuerdo lleva. Un día tornarán, con luz del fondo ungidos, los cuerpos virginales a la orilla vieja. Lora del Río, 4 abril 1913 CXXVI (A JOSÉ MARÍA PALACIO) Palacio, buen amigo, ¿está la primavera vistiendo ya las ramas de los chopos del río y los caminos? En la estepa del alto Duero, primavera tarda, ¡pero es tan bella y dulce cuando llega!... ¿Tienen los viejos olmos algunas hojas nuevas? Aun las acacias estarán desnudas y nevados los montes en las sierras. ¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa, allá, en el cielo de Aragón, tan bella! ¿Hay zarzas florecidas entre las grises peñas, y blancas margaritas entre la fina hierba? por esos campanarios ya habrán ido llegando las cigüeñas. Habrá trigales verdes, y mulas pardas en las sementeras, y labriegos que siembran los tardíos con las lluvias de abril. Ya las abejas libarán del tomillo y el romero. ¿Hay ciruelas en flor? ¿Quedan violetas? Furtivos cazadores, los reclamos de la perdiz bajo las capas luengas, no faltarán. Palacio, buen amigo, ¿tienen ya ruiseñores las riberas? Con los primeros lirios y las primeras rosas de las huertas, en una tarde azul, sube al Espino, al alto Espino donde está su tierra... Baeza, 29 abril 1913

CXXX (LA SAETA) ¿Quién me presta una escalera, para subir al madero, para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno? SAETA POPULAR ¡Oh, la saeta, el cantar al Cristo de los gitanos, siempre con sangre en las manos, siempre por desenclavar! ¡Cantar del pueblo andaluz, que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a la cruz! ¡Cantar de la tierra mía, que echa flores al Jesús de la agonía, y es la fe de mis mayores! ¡Oh, no eres tú mi cantar! ¡No puedo cantar, ni quiero a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar! CXXXI (DEL PASADO EFÍMERO) Este hombre del casino provinciano que vio a Carancha recibir un día, tiene mustia la tez, el pelo cano, ojos velados por melancolía; bajo el bigote, gris, labios de hastío, y una triste expresión, que no es tristeza sino algo más y menos: el vacío del mundo en la oquedad de su cabeza. Aun luce de corinto terciopelo chaqueta y pantalón abotinado, y un cordobés color de caramelo, pulido y torneado. Tres veces heredó; tres ha perdido al monte su caudal: dos ha enviudado. Sólo se anima ante el azar prohibido, sobre el verde tapete reclinado, o al evocar la tarde de un torero, la suerte de un tahúr, o si alguien cuenta

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la hazaña de un gallardo bandolero, o la proeza de un matón, sangrienta. Bosteza de política banales dicterios al gobierno reaccionario, y augura que vendrán los liberales, cual torna la cigüeña al campanario. Un poco labrador, del cielo aguarda y al cielo teme; alguna vez suspira, pensando en su olivar, y al cielo mira con ojo inquieto, si la lluvia tarda. Lo demás, taciturno, hipocondríaco, prisionero en la Arcadia del presente le aburre; sólo el humo del tabaco, simula algunas sombras en su frente. Este hombre no es de ayer ni es de mañana, sino de nunca; de la cepa hispana no es el fruto maduro ni podrido, es una fruta vana de aquella España que pasó y no ha sido, esa que hoy tiene la cabeza cana.

sabed -¡pobre Granada!-, en su Granada... II (El Poeta y la Muerte) Se le vio caminar solo con Ella, sin miedo a su guadaña. Ya el sol en torre y torre; los martillos en yunque - yunque y yunque de las fraguas. Hablaba Federico, requebrando a la muerte. Ella escuchaba. "Porque ayer en mi verso, compañera, sonaba el golpe de tus secas palmas, y diste el hielo a mi cantar, y el filo a mi tragedia de tu hoz de plata, te cantaré la carne que no tienes, los ojos que te faltan, tus cabellos que el viento sacudía, los rojos labios donde te besaban... Hoy como ayer, gitana, muerte mía, qué bien contigo a solas, por estos aires de Granada, ¡mi Granada!"

Poesías de la guerra (1936 – 1939) III El crimen fue en Granada A Federico García Lorca. I (El crimen) Se le vio, caminando entre fusiles, por una calle larga, salir al campo frío, aún con estrellas, de la madrugada. Mataron a Federico cuando la luz asomaba. El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara. Todos cerraron los ojos; rezaron: ¡ni Dios te salva! Muerto cayó Federico. -sangre en la frente y plomo en las entrañas-. ...Que fue en Granada el crimen

Se le vio caminar… Labrad, amigos, de piedra y sueño, en el Alhambra, un túmulo al poeta, sobre una fuente donde llore el agua, y eternamente diga: el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

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POEMAS DEL 27 UNDERWOOD GIRLS Quietas, dormidas están, las treinta redondas blancas. Entre todas sostienen el mundo. Míralas aquí en su sueño, como nubes, redondas, blancas y dentro destinos de trueno y rayo, destinos de lluvia lenta, de nieve, de viento, signos. Despiértalas, con contactos saltarines de dedos rápidos, leves, como a músicas antiguas. Ellas suenan otra música: fantasías de metal, valses duros, al dictado. Que se alcen desde siglos todas iguales, distintas como olas de la mar y una gran alma secreta. Que se crean que es la carta, la fórmula como siempre. Tú alócate bien los dedos, y las raptas y las lanzas, a las treinta, eternas ninfas contra el gran mundo vacío, blanco en blanco. Por fin a la hazaña pura, sin palabras sin sentido, ese, zeda, jota, i... Pedro Salinas CUADRO El mantel jirón del cielo es mi estandarte y el licor de poniente da su reflejo al arte

Yo prefiero el mar cerrado y la sol le pongo sordina Mi poesía y las manzanas hacen la atmósfera más fina En medio la guitarra Amémosla Ella recoge el aire circundante Es el desnudo nuevo venus del siglo o madona sin infante Bajo sus cuerdas los ríos pasan y los pájaros beben agua sin mancharla Después de ver el cuadro la luna es más precisa y la vida más bella El espejo doméstico ensaya una sonrisa y en un transporte de pasión canta el agua enjaulada en la botella. Gerardo Diego Se equivocó la paloma se equivocaba. Por ir al norte, fue al sur; creyó que el trigo era agua. Se equivocaba. Creyó que el mar era el cielo; que la noche la mañana. Se equivocaba. Que las estrellas rocío; que la calor, la nevada. Se equivocaba. Que tu falda era su blusa; que tu corazón su casa. Se equivocaba. (Ella se durmió en la orilla. Tú, en la cumbre de una rama.) Rafael Alberti, Entre el clavel y la espada CANCION DEL JINETE En la luna negra de los bandoleros,

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cantan las espuelas. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto? ...Las duras espuelas del bandido inmóvil que perdió las riendas. Caballito frío. ¡Qué perfume de flor de cuchillo! En la luna negra sangraba el costado de Sierra Morena. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto? La noche espolea sus negros ijares clavándose estrellas. Caballito frió. ¡Qué perfume de flor de cuchillo! En la luna negra, ¡un grito! y el cuerno largo de la hoguera. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto? Federico García Lorca, Poema del Cante Jondo

ROMANCE DEL EMPLAZADO Para Emilio Aladrén ¡Mi soledad sin descanso! Ojos chicos de mi cuerpo y grandes de mi caballo, no se cierran por la noche ni miran al otro lado, donde se aleja tranquilo un sueño de trece barcos. Sino que, limpios y duros escuderos desvelados, mis ojos miran un norte de metales y peñascos, donde mi cuerpo sin venas consulta naipes helados.

* Los densos bueyes del agua embisten a los muchachos que se bañan en las lunas de sus cuernos ondulados. Y los martillos cantaban sobre los yunques sonámbulos, el insomnio del jinete y el insomnio del caballo. * El veinticinco de junio le dijeron a el Amargo: Ya puedes cortar si gustas las adelfas de tu patio. Pinta una cruz en la puerta y pon tu nombre debajo, porque cicutas y ortigas nacerán en tu costado, y agujas de cal mojada te morderán los zapatos. * Será de noche, en lo oscuro, por los montes imantados, donde los bueyes del agua beben los juncos soñando. Pide luces y campanas. Aprende a cruzar las manos, y gusta los aires fríos de metales y peñascos. Porque dentro de dos meses yacerás amortajado. * Espadón de nebulosa mueve en el aire Santiago. Grave silencio, de espalda, manaba el cielo combado. * El veinticinco de junio abrió sus ojos Amargo, y el veinticinco de agosto se tendió para cerrarlos. Hombres bajaban la calle para ver al emplazado, que fijaba sobre el muro su soledad con descanso. Y la sábana impecable, de duro acento romano, daba equilibrio a la muerte con las rectas de sus paños. Federico García Lorca, Romancero gitano

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La aurora La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas. La aurora de Nueva York gime por las inmensas escaleras buscando entre las aristas nardos de angustia dibujada. La aurora llega y nadie la recibe en su boca porque allí no hay mañana ni esperanza [posible. A veces las monedas en enjambres [furiosos taladran y devoran abandonados niños. Los primeros que salen comprenden con [sus huesos que no habrá paraíso ni amores [deshojados; saben que van al cieno de números y leyes, a los juegos sin arte, a sudores sin fruto. La luz es sepultada por cadenas y ruidos en impúdico reto de ciencia sin raíces. Por los barrios hay gentes que vacilan [insomnes como recién salidas de un naufragio de [sangre. Federico García Lorca, Poeta en Nueva York DONDE HABITE EL OLVIDO Donde habite el olvido, En los vastos jardines sin aurora; Donde yo sólo sea Memoria de una piedra sepultada entre ortigas Sobre la cual el viento escapa a sus [insomnios. Donde mi nombre deje Al cuerpo que designa en brazos de los [siglos, Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel [terrible, No esconda como acero En mi pecho su ala. Sonriendo lleno de gracia aérea mientras [crece el tormento. Allá donde termine este afán que exige un [dueño a imagen suya, Sometiendo a otra vida su vida, Sin más horizontes que otros ojos frente a [frente. Donde penas y dichas no sean más que [nombres. Cielo y tierra nativos en torno de un [recuerdo; Donde al fin quede libre sin saberlo yo [mismo, Disuelto en niebla, ausencia, Ausencia leve como carne de niño. Allá, allá lejos; Donde habite el olvido. Luis Cernuda

UNOS CUERPOS SON COMO FLORES Unos cuerpos son como flores. Otros como puñales, Otros como cintas de agua; Pero todos, temprano o tarde, Serán quemaduras que en otro cuerpo [se agranden, Convirtiendo, por virtud del fuego, a [una piedra en un hombre. Pero el hombre se agita en todas [direcciones, Sueña con libertades, compite con el [viento, Hasta que un día la quemadura se borra,

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Volviendo a ser piedra en el camino de [nadie. Yo, que no soy piedra, sino camino Que cruzan al pasar los pies desnudos, Muero de amor por todos ellos; Les doy mi cuerpo para que lo pisen, Aunque les lleve a una ambición o a una [nube, Sin que ninguno comprenda Que ambiciones o nubes No valen un amor que se entrega. Luis Cernuda. “Los placeres prohibidos”.

Si el hombre pudiera decir lo que ama, si el hombre pudiera levantar su amor [por el cielo como una nube en la luz; si como muros que se derrumban, para saludar la verdad erguida en [medio, pudiera derrumbar su cuerpo, dejando la única libertad que me exalta, la única libertad por que muero.

[sólo la verdad de su amor, la verdad de sí mismo, que no se llama gloria, fortuna o [ambición, sino amor o deseo, yo sería aquel que imaginaba; aquel que con su lengua, sus ojos y sus [manos proclama ante los hombres la verdad [ignorada, la verdad de su amor verdadero. Libertad no conozco sino la libertad de [estar preso en alguien cuyo nombre no puedo oír sin [escalofrío; alguien por quien me olvido de esta [existencia mezquina, por quien el día y la noche son para mí [lo que quiera, y mi cuerpo y espíritu flotan en su [cuerpo y espíritu como leños perdidos que el mar anega o [levanta libremente, con la libertad del amor,

Tú justificas mi existencia: si no te conozco, ni he vivido; Luis Cernuda. “Los placeres prohibidos”.

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