INFORME FINAL DE PROYECTO DB048 “Diagnóstico de comunidades bióticas focales en arrecifes coralinos de Cuba dirigido a la afectación por huracanes.” PROGRAMA DE BIODIVERSIDAD, AGENCIA DE MEDIO AMBIENTE

Jefe de Proyecto: Hansel Caballero Aragón ACUARIO NACIONAL DE CUBA, 2010-2012

INFORME FINAL DE PROYECTO DB048 “Diagnóstico de comunidades bióticas focales en arrecifes coralinos de Cuba dirigido a la afectación por huracanes.” PROGRAMA DE BIODIVERSIDAD, AGENCIA DE MEDIO AMBIENTE ACUARIO NACIONAL DE CUBA, 2010-2012 Jefe de Proyecto: Hansel Caballero Aragón1

Investigadores participantes • • • • • • • • • • • • • • • •

Pedro P. Chevalier 1 Alejandro Pérez 1 Erlán Cabrera 1 Néstor Rey Villiers 2 Linnet Busutil 2 Pedro M. Alcolado 2 Alexis Fernández 1 Raúl I. Corrada 1 Aneysi Pérez 1 Susana Perera 3 Dorka Cobian 4 Juliett González 5 Anubis Vega6 Carlos Varela1 Daryl de la Nuez1 Yuliet Piloto1

Instituciones: 1. Acuario Nacional de Cuba, 2. Instituto de Oceanología de Cuba. 3. Centro Nacional de Áreas Protegidas 4. Parque Nacional Guanahacabibes 5. Órgano CITMA del PN Ciénaga de Zapata 6. Centro de Investigaciones Pesqueras

Grado de participación total total total total total total total total total total total total parcial parcial parcial parcial

OBJETIVOS DEL PROYECTO General: Caracterizar comunidades bióticas focales en arrecifes de coral afectados por un frecuente paso de huracanes. Parciales: •

Identificar y evaluar cambios en estructura y composición por especies de las comunidades bióticas.



Evaluar estado de salud de las comunidades bióticas, identificar presencia de tensores naturales o antrópicos in situ.



Digitalizar y georreferenciar resultados de este estudio para introducirlos al Sistema de información Geográfica Nacional.



Insertar resultados en el programa educativo - divulgativo del ANC.

SALIDAS DEL PROYECTO. 1. Informe final de resultados del Proyecto. 2. Publicaciones científicas especializadas que actualicen los conocimientos sobre la biodiversidad marina y su comportamiento ante los cambios climáticos. 3. Materiales divulgativos en formato de video, digital o impreso con carácter educativo. 4. Base de datos y georreferenciación del resultado de los estudios.

Magnitud y características del aporte alcanzado

SALIDA No. 2 PUBLICACIONES CIENTÍFICAS Caballero, H., y Alcolado, P.M. (2011). Condición de arrecifes de coral sometidos a presiones naturales recientes: Bajos de Sancho Pardo, Cuba. REVMAR, 3, 51-65. Consultado de http://revistas.una.ac.cr/index.php/revmar/article/view/3283 Cabrera, R., Alfonso, Y., Martínez-Daranas, B. y Suárez, A. M. (2012). Estructuras reproductoras y epífitas del género Avrainvillea en aguas cubanas. Rev. Invest. Mar. (2012), 32(1): 24‐29. Cobián-Rojas, D., Claro-Madruga, R., Chevalier, P. P., Perera, S., y Caballero, H. (2011). Estructura de las asociaciones de peces en los arrecifes coralinos del Parque Nacional Guanahacabibes, cuba. REVMAR, 3: 153-169. Consultado de http://revistas.una.ac.cr/index.php/revmar/article/view/3302 De la Nuez, D., Busutil, L. y Pérez-Angulo, A. (2011): Diversidad y abundancia de las esponjas de los Bajos de Sancho Pardo, Archipiélago de Los Colorados, Cuba. REVMAR 3: 139-152. Busutil, L. y Alcolado, P. M. (2012). Prueba de un índice de contaminación orgánica urbana basado en comunidades de esponjas de arrecifes de Cuba. Serie Oceanológica. No. 10, 2012 ISSN 2072-800x Pérez-Angulo, A. y de la Nuez, D. (2011). Composición y estructura de la comunidad de octocorales en los Bajos de Sancho Pardo, arrecife de los Colorados, Cuba. REVMAR. 3: 127-138. Varela, C. (2010). Registros nuevos de copépodos, Crustacea:Copepoda:Harpacticoida) para aguas cubanas. Cocuyo, 18: 31-32. Varela, C., Hernández, I. y Chevalier, P. (2010). Registros nuevos de cnidarios (cnidaria) para Cuba. Cocuyo, 18: 29-30.

EVENTOS CIENTÍFICOS Caballero, H, Perera, S., Macías, D., Varela, C., González, P., Hernández, Z., Cobián, D., Guardia, E. y Alcolado, P. (2011). CONDICIÓN DEL BENTOS DE ARRECIFES DE CORAL EN ÁREAS MARINAS PROTEGIDAS DE CUBA. RESULTADOS DEL MONITOREO I. Ponencia Oral. “VII Congreso Sobre Áreas Protegidas de la VIII Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo”. La Habana, Cuba. Caballero, H., Varela, C., Juliett González 2, Chevalier, P., Macías, D., Rey, N., Perera, S., Cobián, D., Hernández, Z., Alfonso, Y., Espinosa, L. y de la Nuez, D. (2011). BIODIVERSIDAD MARINA DEL PARQUE NACIONAL CIÉNAGA DE ZAPATA, CUBA. CARACTERIZACIÓN GENERAL DE LOS VALORES DEL ÁREA. Poster. “VII Congreso

Sobre Áreas Protegidas de la VIII Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo”. La Habana, Cuba. Caballero, H. (2012). ARRECIFES DE CORAL DE CUBA: ESTRUCTURA Y CONDICIÓN ACTUAL. Conferencia temática. MARCUBA 2012. La Habana, Cuba. Cabrera, E., Chevalier, P., y Cobian-Rojas, D. (2012). CONDICIÓN DE LAS ASOCIACIONES DE PECES EN ARRECIFES CORALINOS DEL PARQUE NACIONAL CIÉNAGA DE ZAPATA. Ponencia. MARCUBA 2012. Pérez-Angulo, A. (2012). COMPARACIÓN DE LA COMPOSICIÓN Y ESTRUCTURA DE LA COMUNIDAD DE OCTOCORALES EN TRES ARRECIFES CORALINOS DE LA REGIÓN CENTRO-OCCIDENTAL DE CUBA. Ponencia. MARCUBA 2012. Rey-Villiers, N. (2012). COMPOSICIÓN Y ESTRUCTURA DE LAS COMUNIDADES DE OCTOCORALES EN EL GOLFO DE CAZONES, CUBA. Ponencia. MARCUBA 2012. Impacto previsto y alcanzado. Impacto social: Los materiales científico- divulgativos que se obtuvieron a partir de este trabajo se incluirán en el Programa Educativo que desarrolla el Acuario Nacional de Cuba en la divulgación del conocimiento y la protección de la biodiversidad marina. Esto incluye los Círculos de Interés, Jornadas Científicas Infantiles y Juveniles, Talleres de Verano así como actividades con el sistema educacional nacional, desde el nivel primario al nivel superior. Impacto científico: Este estudio permite identificar la condición actual de componentes de la biodiversidad marina de seis importantes zonas de arrecifes de coral, las cuales durante las dos últimas décadas han estado expuestas a disturbios de carácter natural. Permite comprobar la capacidad de resistencia y resiliencia de estas zonas de arrecifes al impacto de los huracanes de gran intensidad, los brotes de enfermedades microbianas y los eventos de blanqueamiento ocurridos en el período. Este trabajo identifica y alerta sobre impactos de carácter antrópico y su efecto en las comunidades estudiadas. Constituye un diagnóstico actualizado del estado de salud de arrecifes de coral de Cuba y contribuirá con las necesidades de monitorear su adaptabilidad ante los cambios climáticos. Las publicaciones obtenidas tienen un alto valor científico e interés nacional e internacional. La base de datos y la georreferenciación de resultados son herramientas muy importantes de análisis para posteriores estudios. El proyecto se asoció con el proyecto GEF-CNAP Archipiélagos del Sur de Cuba. Los resultados alcanzados dentro de las áreas marinas protegidas serán de vital importancia para los planes de manejo de estas. Los estudios alcanzados serán en muchos casos líneas bases y en otros fases de monitoreo. La asesoría y protocolos de muestreo y entrenamientos ofrecidos serán de gran importancia en la creación de valores humanos para los estudios y monitoreos de ecosistemas marinos. Impacto económico: Este estudio se realizó en zonas de gran importancia económica donde se practica el Turismo (Guanahacabibes, Bahía de Cochinos y Cienfuegos) y la Pesca (San Felipe y Golfo

de Cazones). El conocimiento real del estado del ecosistema arrecifal permitirá un manejo adecuado y un uso sostenible de los recursos marinos presentes en el mismo. Igualmente servirá como datos base para el manejo de áreas protegidas de la zona que son fuente de suministro de especies y recursos naturales para aquellas con uso productivo. Otros resultados.

SALIDA No. 3 MATERIALES DIVULGATIVOS EN FORMATO DE VIDEO, DIGITAL O IMPRESO CON CARÁCTER EDUCATIVO. • DVD PROYECTO DB048 Protocolos para Arrecifes de Coral (2010-2012). Incluye: - PPT Protocolo de Monitoreo del Bentos en Arrecifes de Coral. Taller de entrenamiento a manejadores de áreas marinas protegidas, Rancho Luna 2011. - PPT Identificación de corales pétreos in situ. Versión modificada y traducida del AGRRA 2005. Taller de entrenamiento a manejadores de áreas marinas protegidas, Rancho Luna 2011. - PPT Identificación de enfermedades en corales pétreos. Versión modificada y traducida del AGRRA 2005. Taller de entrenamiento a manejadores de áreas marinas protegidas, Rancho Luna 2011. - Catálogo de fotos de CORALES PÉTREOS (ANC). - Catálogo de fotos de OCTOCORALES (ANC). - Catálogo de fotos de ESPONJAS (ANC). - Catálogo de fotos de PECES (ANC).

• DVD PROYECTO DB048 Imágenes en Arrecifes de Coral (2010-2012). Incluye: - Imágenes de los métodos de muestreo in situ.

- Imágenes de los arrecifes de coral de Guanahacabibes, Golfo de Cazones y Bahía de Cochinos.

SALIDA NO. 4

BASE DE DATOS Y GEORREFERENCIACIÓN DEL RESULTADO DE LOS ESTUDIOS. •

Base de datos ACCES para Mapinfo PROYECTO DB048 (2010-2012).

Resumen Se presentan los resultados de las cuatro salidas previstas en el proyecto DB048, el cual fue ejecutado entre los años 2010 y 2012. La salida 1 comprende el informe final del estudio de seis zonas de arrecifes de coral, que incluyó para el bentos (corales pétros, octocorales y esponjas) 14 arrecifes someros (9 crestas, 3 zonas traseras o resguardadas y 2 cabeceríos someros) y 84 arrecifes frontales. Para los peces se incluyeron 12 arrecife someros (8 crestas, dos traseras y dos cabeceríos) y 37 arrecifes frontales. Con el empleo de métodos evaluativos de carácter regional, se presentó a través de indicadores biológicos la condición actual de las comunidades marinas de los arrecifes. La salida 2 muestra los resultados de un total de xx publicaciones científicas y la presentación de trabajos relacionados con la investigación en xx eventos científicos, vías de generalización de la información. La salida 3 comprende la actividad divulgativa de los resultados científicos en función del programa educativo del Acuario Nacional, la cual se resumió en materiales en formato digital (conferencias, fotos y videos). La salida 4 constituye la base de datos ACCES y los mapas de MAPINFO donde se georreferencia la información científica. Los resultados obtenidos permiten identificar y alertar sobre impactos de carácter natural y antrópico presentes en áreas del sur de Cuba. Constituyen una línea base o una fase de monitoreo para zonas arrecifales de importancia económica (turismo y pesca) o que forman parte del Sistema Nacional de Áreas Marinas Protegidas.

INFORME CIENTÍFICO FINAL. SALIDA No. 1 “Diagnóstico de comunidades bióticas focales en arrecifes coralinos de Cuba dirigido a la afectación por huracanes.” PROGRAMA DE BIODIVERSIDAD, AGENCIA DE MEDIO AMBIENTE Hansel Caballero 1 ACUARIO NACIONAL DE CUBA, OCTBRE 2012 Investigadores participantes en la investigación: • Pedro P. Chevalier 1 • Alejandro Pérez 1 • Erlán Cabrera 1 • Néstor R. Villiers2 • Linnet Busutil 2 • Pedro M. Alcolado 2 • Daril de la Nuez1 • Alexis Fernández 1 • Raúl I. Corrada 1 • Aneysi Pérez 1 • Susana Perera 3 • Dorka Cobian 4 • Juliett González 5 Colaboradores: • Yenizeys Cabrales 6 • Yusmila Helguera6 • Miguel Hernández6 • Saimiury Hernández7 • Leonardo Espinosa7 Instituciones: 1. Acuario Nacional de Cuba 2. Instituto de Oceanología 3. Centro Nacional de Áreas Protegidas 4. Parque Nacional Guanahacabibes 5. Órgano CITMA del PN Ciénaga de Zapata 6. Centro de Estudios Ambientales de Cienfuegos 7. PN Cayos de San Felipe

ÍNDICE 1. INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………...1 1.1 Antecedentes…………………………………………………………………………………….3 Análisis de la actividad ciclónica en la región occidental entre 1999 y 2009......................3 Estudios previos en los arrecifes de coral seleccionados……………………………………5

2. MATERIALES Y MÉTODOS 2.1 Descripción de las zonas de estudio………………………………………………………...6 Arrecifes de los Bajos de Sancho Pardo……………………………………………………….7 Arrecifes de la Bahía de Guanahacabibes…………………………………………………….7 Arrecifes de los Cayos de San Felipe……………………………………………………….….8 Arrecifes del Golfo de Cazones…………………………………………………………………9 Arrecifes de Bahía de Cochinos…………………………………………………………………9 Arrecifes de la costa de Cienfuegos-Guajimico……………………………………………...10 2.2 Metodología y procesamiento de datos Corales pétreos………………………………………………………………………………….11 Octocorales………………………………………………………………………………………12 Esponjas………………………………………………………………………………………….13 Peces……………………………………………………………………………………………..13 Algas marinas, cobo rosado, langosta espinosa y erizos y erizos negros……………….14 Variaciones temporales………………………………………………………………………...14

3. RESULTADOS 3.1 CORALES PETREOS Generalidades……………………………………………………………………………………15 Arrecifes de los Bajos de Sancho Pardo……………………………………………………...16 Arrecifes de la Bahía de Guanahacabibes……………………………………………………17 Arrecifes de los Cayos de San Felipe…………………………………………………………18 Arrecifes del Golfo de Cazones………………………………………………………………..18 Arrecifes de Bahía de Cochinos……………………………………………………………….19 Arrecifes de la costa de Cienfuegos-Guajimico……………………………………………...20 3.2 Variaciones temporales de indicadores biológicos en corales pétreos Arrecifes de la Bahía de Guanahacabibes……………………………………………………21

Arrecifes del Golfo de Cazones……………………………………………………………….21 Arrecifes de Bahía de Cochinos……………………………………………………………….22 3.3 OCTOCORALES Generalidades……………………………………………………………………………………22 Arrecifes de los Bajos de Sancho Pardo……………………………………………………...22 Arrecifes de la Bahía de Guanahacabibes……………………………………………………23 Arrecifes del Golfo de Cazones………………………………………………………………...23 Arrecifes de Bahía de Cochinos………………………………………………………………..23 Arrecifes de la costa de Cienfuegos-Guajimico………………………………………………24 3.4 ESPONJAS Generalidades……………………………………………………………………………………..24 Arrecifes de los Bajos de Sancho Pardo……………………………………………………….25 Arrecifes de la Bahía de Guanahacabibes…………………………………………………….25 Arrecifes del Golfo de Cazones…………………………………………………………………25 Arrecifes de Bahía de Cochinos………………………………………………………………...26 Arrecifes de la costa de Cienfuegos-Guajimico……………………………………………….26 3.5 PECES Generalidades……………………………………………………………………………………..26 Arrecifes de los Bajos de Sancho Pardo………………………………………………………..27 Arrecifes de la Bahía de Guanahacabibes……………………………………………………..28 Arrecifes de los Cayos de San Felipe…………………………………………………………..29 Arrecifes del Golfo de Cazones………………………………………………………………….30 Arrecifes de Bahía de Cochinos…………………………………………………………………31 Arrecifes de la costa de Cienfuegos-Guajimico………………………………………………..34

3.6 ALGAS, COBO ROSADO, LANGOSTA ESPINOSA Y ERIZOS NEGROS……………35

4. DISCUSIÓN……………………………………………………………………………………35 5. CONCLUSIONES……………………………………………………………………………53 6. RECOMENDACIONES……………………………………………………………………54 7. BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………55 8. TABLAS Y FIGURAS……………………………………………………………………...63

1. INTRODUCCIÓN Los arrecifes de coral se encuentran entre los ecosistemas marinos más impactados en la actualidad (Halpern et al., 2008). La literatura refiere importantes pérdidas en abundancia y diversidad de especies de peces arrecifales (Jones et al., 2004; Prattchett et al., 2008) así como una disminución sustancial de la complejidad topográfica de los arrecifes (Alvarez-Phillips et al., 2009). La pérdida de los corales a su vez se observa relacionada con incremento de otros taxa, como son de esponjas incrustantes, octocorales y macroalgas (Aronson et al., 2002). El cambio climático es reconocido hoy como una de las grandes amenazas para los arrecifes de coral del mundo (Spalding, 2004; Wilkinson y Souter, 2008; Obura y Grimsditch, 2008). La biodiversidad marina enfrenta este reto mostrando tres procesos o mecanismos: persistencia que es la capacidad de resistir los tensores a que es expuesta; tolerancia, que es la capacidad de sobrevivir a los tensores, y la de recuperación una vez cesan por un tiempo suficiente los factores adversos; y cambios de fase (shifts), raramente beneficioso, donde su composición fundamental se transforma con especies oportunistas, generalmente menos deseables ya que traen consigo una menor complejidad taxonómica y de relieve, o la sustitución por cobertura algal (Obura y Grimsdith, 2008). Los eventos masivos de blanqueamiento de coral, las enfermedades microbianas y el incremento de huracanes de gran intensidad han sido importantes causas de deterioro de la biodiversidad en los arrecifes coralinos, lo que unido al impacto humano producto del incremento del desarrollo costero y de las cuencas hidrográfica, y uso insostenible de sus recursos, amenazan a este ecosistema a transitar a fases de cambio irreversibles en un futuro cercano (Aronson y Precht, 2001; Gardner et al., 2005; Veron et al., 2009). En la última década los ciclones (depresiones ciclónicas, tormentas tropicales y huracanes) en el Atlántico occidental han aumentado su frecuencia e intensidad y se pronostica que continúe este ascenso (Goldenberg et al. 2001, Webster et al. 2005). Los huracanes se caracterizan por vientos extremadamente intensos y oleaje de gran altura, cuyos efectos se sienten a mayor profundidad, incluyendo resuspensión y traslado de sedimentos, fractura de organismos duros y arrastres de fragmentos u organismos completos que no pueden escapar del enérgico movimiento del agua (Salazar-Vallejo, 2002). Su impacto puede transformar en un día la distribución y abundancia de los organismos y generar patrones muy distintos de los previos, y a más largo plazo, estos episodios destructivos promueven cambios evolutivos en el ecosistema (Sheffer et al., 2001).

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Los impactos de los huracanes sobre los arrecifes de coral varían con la profundidad. En ello influyen la zona del arrecife de que se trate, la historia ecológica del sitio, los patrones de vida y de crecimiento de las especies dominantes, y la influencia adicional de la actividad humana. Su impacto sobre la biota es variable. Se conoce que las esponjas dada su fragilidad, son muy afectadas por estos eventos meteorológicos. El efecto del ciclón es mayor en las digitadas erectas que se rompen desde la base y generalmente sufren afectaciones por encima del 30 %. Se ha reportado que en sitios someros y estables, ricos en esponjas de diferentes formas y textura, el paso de huracanes de gran intensidad a producido resultados dramáticos, perdiéndose más de la mitad de la biomasa de las especies frágiles y alternándose el patrón de dominancia previos al paso (SalazarVallejo, 2002). Sin embargo, los remanentes de esponjas que quedan adheridos al fondo pueden regenerase, y algunos fragmentos pueden volver a fijarse, llegando a ser una alternativa de reproducción para algunas especies. Los corales masivos son menos vulnerables a ser arrancados o destruidos en su totalidad por la fuerza del oleaje. Sin embargo, la variación en la forma de crecimiento de las colonias explica su sensibilidad al impacto del oleaje, aumentando el daño en las colonias tabulares-arborescentes que dependen de la posición, orientación y profundidad del sustrato. Sin embargo los corales ramificados o tabulados se regeneran con mayor rapidez. Los movimientos de grandes volúmenes de sedimentos afectan de igual forma a aquellas especies más sensibles a estos, que no pueden por sí mismas deshacerse de estos y mueren sofocadas o sufren grandes daños producto de laceraciones a causa de la fricción producido por los sedimentos suspendidos o el enterramiento. Por otro lado, muchas especies resisten el primer impacto del ciclón, pero después se ven afectadas por eventos masivos de blanqueamiento y brotes de enfermedades oportunistas que repercuten desfavorablemente sobre corales débiles y estresados (Salazar-Vallejo, 2002). El impacto sobre los octocorales es muy variable y en casos extremos la mortalidad ha alcanzado hasta 30% (Yoshioka y Yoshokia, 1983). En las comunidades de peces ocurren cambios nocivos en el balance adecuado entre especies herbívoras, plantófagas y carnívoras, en dependencia del estado en que queda el arrecife después de la afectación climática (Salazar-Vallejo, 2002). Cuba, después de períodos de actividad ciclónica moderada a baja, en los últimos 20 años, ha sido afectada por el paso cercano de 30 huracanes; de estos, 12 catalogados de gran intensidad (categoría 3-5) http://maps.csc.noaa.gov/hurricanes/viewer.html. De estos, 17 huracanes corresponden a los últimos 10 años, de los cuales 10 fueron muy intensos. Los arrecifes de coral que han sufrido con mayor frecuencia su paso se

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encuentran en la zona suroccidental de Cuba, el noroeste de la provincia de Pinar del Río y el oeste del archipiélago Sabana Camagüey (norte de las provincias centrales de la isla). Para el presente estudio se escogieron seis áreas de arrecifes: los Bajos de Sancho Pardo, la Bahía de Guanahacabibes, los Cayos de San Felipe, los arrecifes del norte de Golfo de Cazones, la costa oriental de la Bahía de Cochinos y la de Cienfuegos-Guajimico (Fig.1). Todas, excepto la primera, pertenecen a la costa sur. La salud de los arrecifes del área del archipiélago Sabana-Camagüey está siendo sistemáticamente estudiada desde 2001 por tres proyectos consecutivos del PNUD/GEF (Alcolado et al., 2007), por lo no fue incluida en el proyecto bajo el cual se ejecuta este trabajo. Esta investigación estuvo dirigida

a evaluar la condición actual de los arrecifes

escogidos, con el objetivo de contribuir al conocimiento de la biodiversidad y al manejo de áreas protegidas ya implementadas o posiblemente por proponer. Se estudiaron, en diferentes zonas ecológicas del arrecife, la estructura y composición por especies de los principales grupos biológicos (corales pétreos, esponjas, octocorales y peces), y se hacen compararaciones con estudios previos, así como con otros más recientes de áreas menos afectadas por ciclones. Los resultados deben apoyar al establecimiento de políticas de manejo adecuadas basadas en el conocimiento del estado de salud de los arrecifes ante los tensores más tradicionales y los inducidos por el cambio climático. 1.1 Antecedentes Análisis de la actividad ciclónica en la región occidental entre 1999 y 2009 Cerca de las áreas de estudio han pasado alrededor de 6 huracanes en la década de 1999 a 2009 (Fig. 2). A continuación se ofrece un análisis detallado de la trayectoria, dirección e intensidad de estos eventos meteorológicos. El huracán Michelle embistió a Cuba el 4 de Noviembre de 2001, con categoría cuatro en la escala Saffir-Simpson, vientos de 160 km/h y un acumulado de 161,4 milímetros de agua. Se aproximó a los Cayos Cantiles y Rosario y después pasó exactamente por el Golfo de Cazones y la Bahía de Cochinos, de manera que todas estas localidades áreas quedaron incluidas dentro del ojo del huracán o el anillo de vientos más fuertes. Michelle paso a una distancia de 47,45 mn (76,35 km) de la costa de Guajimico. Esta fue azotada por la parte derecha del ciclón que además de ser la más intensa queda incluida en el anillo de fuertes vientos huracanados. El huracán Isidore llegó a Cuba el 19 de septiembre de 2002, con categoría dos y se aproximó por el suroeste de la Isla de la Juventud, con vientos máximos sostenidos de 120 km/h y rachas de 150 km/h. Luego intensificó los vientos máximos sostenidos a 165 km/h, con rachas de 205 km/h. El Huracán entró próximo a Punta Francés y la península

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de Guanahacabibes, con la parte izquierda del huracán a 24,87 mn (40 km) de la Bajada, quedando en el anillo de fuertes vientos huracanados. Isidoro entró al territorio nacional a una distancia de 49,60 mn (79,8 km) de la localidad los bajos de Sancho Pardo, aunque durante su trayectoria pasó exactamente a lo largo estos bajos. Isidore pasó a solo 10 mn de los cayos de San Felipe, quedando estos próximos al ojo del huracán hacia la parte derecha, en el anillo de vientos fuertes. El huracán Lili llegó a Cuba el 1 de octubre de 2002, con categoría dos con vientos máximos sostenidos de 160 km/h y rachas de 195 km/h. Este atravesó por el área de Punta Francés (estremo SW de Isla de la Juventud) y continuó su trayectoria un poco más al norte. Los cayos San Felipe recibieron un fuerte azote, ya que el huracán pasó exactamente sobre esta localidad, impactando con fuertes vientos y marejadas. El centro del huracán pasó a solo 6 mn (12 km) de este sitio, quedando los cayos incluidos dentro del ojo o en la pared del mismo. El huracán entró a territorio a la isla principal de Cuba por la región de ensenada de Cortés a una distancia de 28,28 mn (45,5 km) de la Bajada (península de Guanahacabibes). Los bajos de Sancho Pardo fueron azotados por la parte izquierda del huracán a una distancia de 42,6 mn (68 km) del punto de entrada a tierra la isla principal. Luego siguió una trayectoria hacia el Golfo de México. El huracán Charley (2004; categoría 2) tocó tierra por un punto de la costa sur de Cuba entre las playas de Guanímar y Cajío (sur de la provincia de Mayabeque y salió en las inmediaciones de la bahía de Mariel. Sus vientos alcanzaron una velocidad de 165 km/h. Las ráfagas alcanzaron hasta 250 km/h y aunque el centro fue considerado pequeño por los meterorólogos, tenía un diámetro de entre 30 y 35 km. En su recorrido, la parte derecha del huracán pasó muy próximo a laBahía de Cochinos a 45,41 mn (73 km) y del Golfo de Cazones 39,24 mn (63 km). Si consideramos que el ojo del huracán tenía solo 30 km de diámetro estas localidades debieron haber quedado incluidas dentro del primer anillo de vientos huracanados, y ser azotadas por vientos muy fuertes. El huracán Iván pasó el 13 de septiembre del 2004 por el estrecho de Yucatán, con categoría 5 y la pared del ojo afecto a la punta más occidental de Cuba (Cabo San Antonio) con vientos de 270 km/h. El golfo de Guanahacabibes, los bajos de Sancho Pardo y los cayos de San Felipe fueron azotados por la parte derecha del huracán con fuertes vientos y marejadas. En su paso por el estrecho de Yucatán estuvo a 68,9 mn (110 km) de La Bajada en la península de Guanahacabibes y a 89,7 mn (144 km) de los bajos de Sancho Pardo y a 116 mn (186 km) de los cayos San Felipe. El Huracán Dennis impactó a Cuba en julio del 2005. Llegó con fuertes vientos a la costa sur de la isla principal de Cuba, y luego a la altura de Cabo Cruz (provincia Granma) con categoría 4 y vientos de 238 km/h. Dennis continuó su trayectoria sobre el mar a todo

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lo largo de la costa sur y en la tarde entra a tierra por el oeste de la Ciudad de Cienfuegos con vientos sostenidos entre 140 km/h y 225 km/h. Este poderoso huracán siguió su recorrido por tierra firme y salió por el este de La Habana por Brisas del Mar como categoría 2, con vientos de más de 170 km/h. La costa de Guajimico fue golpeada por la parte derecha del huracán a una distancia de 14,9 mn (23 km), mientras que Bahía de Cochinos quedo bajo la parte derecha del huracán a una distancia de 35,27 mn (56,7 km). Después del 2006 no ha habido actividad ciclónica de importancia cercana a las áreas de estudio hasta la culminación de los muestreos. Estudios previos en los arrecifes de coral seleccionados Antes de la década de los noventa del siglo pasado los arrecifes de la zona suroccidental de Cuba fueron muy poco estudiados. Son escasos los artículos publicados donde se trata sobre los sitios de arrecifes escogidos en el presente estudio. Se destaca el amplio trabajo paleontológico, taxonómico y biota asociada de corales duros realizado por Zlatarski y Martínez-Estalella (1982), que a la par condujo a la creación de una gran colección de corales pétreos de Cuba. Este libro describe de forma cualitativa la composición y distribución de corales en diferentes zonas ecológicas a lo largo de perfiles batimétricos a través de arrecifes de numerosas localidades. Los estudios de las comunidades de corales en Cuba se incrementaron a finales de los noventa e inicios del siglo XXI. Alcolado et al. (2003) en 1999, Valdivia et al. (2004) y Guardia et al. (2004) a inicios de la década, y Caballero et al. (2007), González-Ferrer et al., (2007) y Perera (2010) a finales de la misma, resumen la actividad científica en Guanahacabibes. Los arrecifes de coral de los Bajos de Sancho Pardo

fueron

investigados por la Universidad de La Habana en el año 2006 (González-Díaz et al., 2010) y posteriormente Caballero et al. (2011) publicaron sus resultados del 2010 que forman parte del mismo proyecto de investigación. Sobre los cayos de San Felipe no se ha publicado todavía. La iniciativa AGRRA en el 2001 realizó un crucero de investigación por los arrecifes del sur del Golfo de Batabanó (Alcolado et al., 2010) donde se evaluó la condición de estos, que incluyó algunos sitios del presente estudio del Golfo de Cazones. Bahía de Cochinos fue a su vez investigada en el 2004 por Caballero et al. (2004) y por Varona et al. (2005). El área de Guajimico fue caracterizada por Guardia et al. (2005) durante el 2003. Sobre Cienfuego no existen publicaciones. Las asociaciones de peces de esta área de arrecifes han sido poco abordadas. Tampoco ha existido uniformidad en cuanto a las metodologías de muestreo, lo que dificulta la comparación de resultados. Sobre la Península de Guanahacabibes existen las evaluaciones de Claro y Cantelar (2003), que realizaron censos con la metodología

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AGRRA en el año 1999, y posteriormente en el período 2003-2004, de Cobián et al. (2011) que censaron aplicando la metodología de recorridos lineales de Brock (1954). El archipiélago de los Colorados quedó incluido en una evaluación de comunidades ícticas de arrecifes de coral que abarcó desde el norte del Cabo de San Antonio hasta las inmediaciones de la entrada de la Bahía de La Habana, durante el período enero-junio 2004. Fue ejecutada por González-Sansón et al. (2009) mediante censos cuantitativos estacionarios de Bohnsack y Bannerot (1986) y semicuantitativos errantes según Baron et al. (2004). En Bahía de Cochinos Chevalier y Cárdenas (2005) aplicaron en el año 2003 la metodología de censos de Brock (1954). Antes de ese trabajo no se habían investigado las asociaciones de peces en esa bahía. No se tienen referencias de resultados sobre los cayos de San Felipe ni de Cienfuegos – Guajimico.

El Golfo de Cazones fue

estudiado empleando AGRRA en el 2001, y los informes inéditos constituyen puntos de comparación y referencia a utilizar.

2. MATERIALES Y MÉTODOS 2.1 Descripción de las zonas de estudio Todos los arrecifes de coral estudiados se clasifican como “arrecife de borde de plataforma” (también conocidos como de tipo costero y franjeante), excepto los Bajos de Sancho Pardo, que son considerados un arrecife de barrera (Walton Smith, 1948). Tres de las áreas arrecifales del presente trabajo (Guanahacabibes, Bahía de Cochinos y Cienfuegos-Guajimico) se encuentran muy próximas a la costa, sobre una estrecha plataforma insular donde predomina un tramo costero supralitoral cárstico con algunos segmentos de playa. Las áreas restantes están separadas de tierra por amplias macrolagunas de fondos blandos, incluyendo pastos marinos, arenosos, areno-fangosos y hasta fangosos. Algunas a su vez se localizan relativamente cerca de amplias áreas de manglar. En todas las áreas las corrientes marinas varían en dirección e intensidad y son causadas por los cambios de marea. La heterogénea posición geográfica de los arrecifes, hace que se manifiesten con diferentes intensidades los fenómenos generadores de oleaje y de efectos producidos por sedimentos con sedimentación, abrasión y enterramiento (nortes, sures, vientos alisios y huracanes). Durante los muestreos no se observaron evidencias de fuentes de contaminación y dada la proximidad en tierra de montañas y la existencia de ríos de importante caudal, si se aprecian escurrimientos terrígenos importantes en algunos de los sitios.

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En la mayoría de las áreas se llevan a cabo actividades turísticas, como buceo contemplativo (autónomo y con snorkel), turismo de sol y playa, pesca al fly y alimentación de peces, A continuación se ofrece una descripción de cada área de estudio. Arrecife de Los Bajos de Sancho Pardo La barrera de coral de los Colorados (clasificada como tal por Walton-Smith, 1948) a la que pertenecen los Bajos de Sancho Pardo (con más de 40 km de extensión) se localiza en la región noroccidental de Cuba, al norte de Golfo de Guanahacabibes (Fig. 3). Estos arrecifes están separados de la costa de la isla principal de Cuba por una plataforma marina somera y relativamente amplia (50 km en la parte más ancha) que llega a alcanzar 25 m de profundidad. En esta área del occidente predominan los vientos alisios del nordeste durante gran parte del año, cuyo efecto es menor hacia la porción oeste de los arrecifes que se ven semi-resguardados por su posición más a sotavento en el borde de la plataforma. Durante el invierno influyen de forma más directa e intensa vientos del norte y del nordeste. La lejanía de los arrecifes con tierra firme hace que las concentraciones de nutrientes sean bajas (Lluis-Riera, 1983) y limita considerablemente la influencia antropogénica. No hay evidencias de cualquier tipo de contaminación (González-Sansón et al., 2009). A lo largo de la zona arrecifal somera (1-3 m) se aprecian amplias y continuas formaciones conocidas como "bajos". Sin embargo, el desarrollo de las crestas con crecimiento de Acropora palmata (Lamarck, 1816) no es igualmente continuo, sino a manera de "parches o rosetones" de extensión variable. Al oeste de la zona y localizadas continuamente al sur y oeste de los bajos se observaron zonas posteriores o resguardadas de cabezos coralinos (4 m de profundidad aproximadamente). A partir de los 8 m de profundidad los arrecifes frontales aparecen como fondos de camellones y canales bien definidos (de

2 a 5 m de anchura y 1 m de alto) que

incrementan su complejidad y altura con la profundidad. En el sitio más al oeste predominó un fondo coralino, a diferencia del resto, donde lo hizo un pavimento rocoso incluso hasta 20 m de profundidad, lo que sugiere una fuerte influencia del oleaje. En la figura 4 se muestra un esquema general del perfil del fondo frontal de la barrera. . Arrecife de la Bahía de Guanahacabibes Esta área comprende el sublitoral que se extiende desde Cabo Corrientes hasta las cercanías del límite oeste del Cabo de San Antonio, exactamente hasta Punta El Holándés (Fig. 5), área perteneciente al Parque Nacional Guanahacabibes. Los arrecifes de coral

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aquí son de borde de plataforma muy cercanos a la costa y con un perfil característico de una terraza única, que culmina en un escarpe profundo de estructura variada y compleja arquitectura. En la zona no hay crestas, excepto en la punta El Holandés, la cual muestra un alto grado de deterioro (Perera, 2010). Los arrecifes frontales se describen como fondos de camellones y canales, que comienzan entre 6 y 10 m de profundidad y se extienden a más de 50 m. Los arrecifes próximos a Cabo Corriente exhiben una brusca inclinación en la pendiente del fondo a partir de 10 m de profundidad, y los camellones y canales caen en forma de talud. En las estaciones restantes esta variación de la pendiente del sustrato se observa de forma similar pero a mayor profundidad (Fig. 6). La zona costera es predominantemente cárstica con varios segmentos de playa, con una limitada red hidráulica cárstica y escasas descargas al mar. Las precipitaciones, tanto en espacio como tiempo, tienen una distribución desigual con un acumulado medio anual de 1 431,2 mm de precipitaciones en 123 días con lluvia (Perera, 2010). El heterogéneo contorno de la de costa a lo largo de toda la península, permite que se manifiesten con diferentes intensidades los fenómenos generadores de oleaje y de efectos de sedimentos (nortes, sures y vientos alisios), lo que conduce a variados niveles de resguardo de los arrecifes (Perera, 2010). Los vientos predominan fundamentalmente del este y del noreste, y se presentan entre ambas direcciones en el 80% de los casos. El predominio de las bajas presiones extratropicales, principalmente en el mes de marzo, genera fuertes vientos de componente sur que afectan directamente las estaciones más próximas a Cabo San Antonio. Arrecife de los Cayos de San Felipe El Parque Nacional de los Cayos de San Felipe bordea la parte más occidental del Golfo de Batabanó, al sur de la provincia de Pinar del Río (Fig. 7). Los arrecifes del área reciben la influencia desde el noroeste de aguas someras y de fondos blandos del golfo de Batabanó, mientras que desde el sureste, de aguas más profundas del noroeste de la Isla de La Juventud. Las aguas reaccionan fácilmente a la fuerza tangencial del viento (sures y surestes), factor determinante en el régimen de circulación de la región. Su efecto determina un desplazamiento de la masa de agua hacia el oeste (Claro, 2006). La zona costera más próxima (La Coloma) presenta sedimentos areno-fangosos carbonatados, donde la acumulación es intensa, con altas concentraciones de carbono y nitrógeno orgánico. Martínez et al. (2004) citado por Claro (2006) clasificaron sus aguas como mesotróficas en general, con tendencia a la eutrofización.

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Los arrecifes de coral son del tipo de borde de plataforma. En algunos segmentos presentan crestas arrecifales de pequeña longitud y poco desarrolladas, con baja densidad y pobre condición de acropóridos. Los arrecifes frontales presentan una estructura típica de camellones y canales, iniciándose a más de 10 m de profundidad, con pendiente suave del fondo hasta más de los 25 m de profundidad donde caen en forma de escalón. Arrecifes del Golfo de Cazones La zona de estudio forma parte del área protegida del humedal Ciénaga de Zapata, declarada Reserva de la Biosfera en el año 2000 y Sitio Ramsar en el 2001, es actualmente a nivel nacional un Área Protegida de Recursos Manejados que alberga zonas con categorías de manejo más estrictas (Fig. 8). Los arrecifes de coral se clasifican como franjeantes o de borde de plataforma, presentándose con cresta y sin esta. En este caso presentaron crestas los arrecifes frente al Faro de Diego Pérez, Faro de Cazones y el segmento este de cayo Thaelmann. Las crestas observadas se describen como extensiones lineales coralinas muy someras a manera de rompientes, destacándose por su extensión la de Diego Pérez (+ de 3 Km). Los arrecifes frontales se extienden desde el borde externo de la zona de embate de la cresta (o, cuando no existe cresta, desde donde comienza el fondo duro) hasta profundidades de más de 50 m. Su parte inicial, ubicada entre los 3 y 10 m de profundidad se caracterizó por presentar pequeños y aislados cabezos de coral sobre un denso sustrato arenoso. A partir de los 10 m de profundidad se extiende un fondo de camellones y canales los cuales con el aumento de la profundidad ganan en relieve y complejidad. En algunos lugares los camellones tienden a unirse entre sí, semejando una terraza rocosa tapizada de corales. Entre 15 y 17 m de profundidad, la pendiente de fondo sufre una brusca inclinación, a manera de un escarpe o veril, y tanto los camellones como la terraza caen en forma de talud (Fig. 9). El área desde el punto de vista oceanográfico ha sido muy poco estudiada. Por su posición geográfica se encuentra resguardada de vientos del norte y noreste, solo viéndose afectada moderadamente por sures y surestes. Se encuentra alejada de asentamientos humanos y no se observó ninguna evidencia de contaminación. Sin embargo, si recibe importantes escurrimientos terrígenos provenientes de la Ciénaga de Zapata, con sustanciales cargas de sedimentación hacia los sitios del interior del golfo. Arrecifes de la Bahía de Cochinos La zona Espeleolacustre se encuentra dentro del Parque Nacional Ciénaga de Zapata, en la costa oriental de la Bahía de Cochinos (Fig. 10). El borde de la bahía presenta un

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arrecife costero continuo sobre una plataforma muy estrecha. Este último se inicia muy próximo a la costa con cabezos de coral someros sobre un espeso sustrato arenoso. A continuación el fondo se inclina entre 45 y 60 grados, y hasta los 20 m de profundidad el fondo está constituido por terrazas rocosas tapizadas de corales y con canales cubiertos de arena. A mayor profundidad la pendiente sufre una brusca inclinación y cae en forma de talud (Fig. 11). El área de estudio por su ubicación geográfica se encuentra protegida de los vientos alisios (del este) e invernales (del norte), mientras que los sures afectan de manera tangencial, con menor influencia en los sitios más internos de la bahía. Otros fenómenos meteorológicos (mareas y corrientes de marea) no son significativos (Díaz, 1988). En la bahía no existen vertimientos industriales ni albañales domésticos de importancia, lo que la ubica entre las menos contaminadas del país, aunque se debe señalar que anualmente se vierten millones de metros cúbicos de agua dulce a través de los ríos subterráneos. Estas aguas son ricas en materia orgánica pero este fenómeno no es determinante si la cantidad de partículas en suspensión es la adecuada, pues el paquete cárstico que conforma el borde costero sirve como filtro natural (Caballero et al., 2004). Arrecifes de la costa de Cienfuegos – Guajimico El área de estudio se localiza al sur de la provincia de Cienfuegos, en un segmento de costa que se extiende desde el este de la bahía de mismo nombre, hasta Punta Barreras, accidente geográfico dentro de la zona de Guajimico (Fig.12). La plataforma submarina se caracteriza por profundidades desde 5 m hasta 60 m, con un ancho entre 100 y 300 m. La costa es rocosa y acantilada, con predominio de rocas tipo jaimanitas y calizas organógenas con restos de organismos marinos carsificados por la acción del mar. Existen pocos segmentos de playa, que en su mayoría de origen biogénico, formados por restos de corales, conchas y en menor medida, foraminíferos. En las partes más bajas los sedimentos son de origen fluvio marino, dando lugar a áreas mal drenadas y pantanosas asociados a desembocaduras de ríos

y pequeñas líneas de

escurrimientos. Según datos de la estación meteorológica de Trinidad (ciudad situada a 38 km al este) las condiciones hidrometeorológicas de verano se caracterizan por el predominio de calmas y vientos con velocidades de 6 a 9 nudos, mientras que en invierno aumentan de 10 a 15 nudos con el paso de frentes fríos. En la distribución de frecuencia anual se observa que los vientos del E tienen un 50%, los del SE un 20%, los del S un 8% y los vientos con componente del N un 20%. El oleaje proviene del SE, S, SW y W. La mayor frecuencia de las tres primeras direcciones tiene lugar en de marzo a mayo (Guardia,

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2005). Las corrientes marinas varían en dirección e intensidad y son causadas por los cambios de marea. La marea es mixta-semidiurna irregular, con una amplitud que no supera los 30 cm. Dada la proximidad en tierra de montañas y la existencia de ríos, se aprecian importantes escurrimientos terrígenos, afectando la transparencia de las aguas, aunque durante el muestreo no se observaron indicios de contaminación ni sedimentación excesiva. El área también se encuentra próxima a la bahía de Cienfuegos a la cual las montañas vierten igualmente importantes escurrimientos. Los pastos marinos y manglares de la zona fueron muy reducidos encontrándose solo próximos a la desembocadura de los ríos. Los arrecifes de coral se clasifican como de borde de plataforma, encontrándose a lo largo de toda el área. Estos presentaron un segmento de cresta arrecifal, discontinuo y muy próximo a la costa. Los arrecifes frontales presentan una estructura típica de camellones y canales con importante desarrollo coralino y exuberante relieve del fondo. Entre 15 y 17 m de profundidad, La pendiente de fondo sufre una brusca inclinación, formándose un escarpe, donde los camellones caen en forma de talud (Fig.13). 2.2 Metodología y procesamiento de datos Los muestreos se realizaron entre los años 2010 y 2012. En el estudio del bentos se incluyeron 14 estaciones de arrecifes someros (9 crestas, 3 zonas posteriores o resguardadas y 2 cabeceríos someros) entre 1 y 5 m de profundidad, y 84 estaciones de arrecifes frontales entre 6 y 20 m de profundidad. Para los peces se consideraron 12 estaciones de arrecife someros (ocho crestas, dos zonas posteriores y dos cabeceríos) y 37 estaciones de arrecifes frontales. En todas las zonas no se incluyeron por igual los grupos taxonómicos. En las tablas 1 y 2 se indican los grupos estudiados en cada estación. Corales pétreos Tomando como base la metodología AGRRA 2000 para bentos (Kramer y Lang, 2003), se desplegaron transectos lineales (10m de longitud) al azar dentro de tramos de aproximadamente 150 m de largo paralelos al borde de la plataforma para una dispersión más adecuada de los transectos. Con los transectos se estimaron los porcentajes de cubrimiento vivo del fondo por coral duro y la densidad lineal de corales. A las colonias intersecadas se les determinó el diámetro máximo (mayor distancia lineal del coral medida desde su vista superior, incluyéndose porciones muertas), se les examinó la presencia de enfermedades y/o blanqueamiento, y se estimaron los porcentajes de sus superficies que

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presentaron áreas de mortalidad reciente y de mortalidad antigua. En toda la región se totalizaron 1354 transectos lineales donde se contaron 13235 colonias. El esfuerzo de muestreo en cada estación y área aparece

expuesto en las respectivas tablas de

resultados de este grupo taxonómico. Para la identificación de los órdenes Scleractinia (madréporas) y Milleporina (corales de fuego) se siguieron los criterios de González-Ferrer (2009). Se determinó la abundancia y composición por especies tomando en cuenta solamente las colonias con más de 10 cm de diámetro máximo, que pueden se considerados como corales ya establecidos en el arrecife, después de haber pasado por tallas menores más expuestas a mortalidad por diversas causas. Se determinaron los índices de diversidad: riqueza de especies (número de especies), heterogeneidad de Shannon y Weaver (1963) y equitatividad de Pielou (1966). Además se estimaron los porcentajes de colonias enfermas por microorganismos patógenos o por blanqueamiento. Se calculó la media y desviación estándar de los indicadores de cubrimiento vivo de coral, densidad lineal, diámetro máximo y mortalidad antigua y reciente de las colonias de los corales. El procesamiento de los datos se realizó mediante los programas PRIMER 6, STATISTICA 7 y Microsoft Office EXCEL 2007. Octocorales Se empleó el marco cuadrado de 1 m de lado como unidad de muestreo, y su posicionamiento sobre el sustrato coralino-rocoso se realizó al azar. Por cada estación se muestrearon 30 posiciones del cuadrado, para un total de 1890 en todo el estudio. El esfuerzo de muestreo en cada estación y área aparece más adelante expuesto en las tablas de resultados de este grupo taxonómico. La mayoría de las colonias fueron contadas e identificadas in situ hasta donde fue posible hasta la categoría taxonómica de especie siguiendo los criterios de Sánchez y Wirshing (2005). A las de identidad dudosa, se les cortó un pedazo de rama terminal que fue guardada en una bolsa de nylon numerada, para su identificación en el laboratorio en base a la forma y tamaño de las espículas (Bayer, 1961). Se determinaron las especies predominantes por estaciones basado en sus abundancias relativas (expresadas en porcentaje). Se calcularon los índices de diversidad de especies (al igual que en los corales). El índice de Heterogeneidad H’ de Shannon y Weaver (1963) y el Índice de Equitatividad J’ de Pielou (1966) se emplearon cuando el número de colonias fue suficiente. Además se utilizó el índice de Riqueza de especies de Margalef (1951). Se determinó el Índice de Tensión Hidrodinámica (ITH) propuesto por Alcolado (1981) para inferir comparativamente

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el grado de agitación del agua y el porcentaje de especies de octocorales resistentes a la sedimentación (%ERS) propuesto por Herrera-Moreno (1991). Se estimó la densidad promedio de colonias por metro cuadrado en cada estación. El procesamiento de los datos se realizó mediante los programas PRIMER 6, STATISTICA 7 y Microsoft Office EXCEL 2007. Esponjas Se empleó el marco cuadrado de 1 m de lado como unidad de muestreo que fueron colocados 30 veces al azar mediante buceo autónomo, para un total de 360 en todo el estudio realizado. El esfuerzo de muestreo en cada estación y zona aparece más adelante expuesto en las tablas de resultados de este grupo taxonómico. Las esponjas se identificaron in situ en lo posible hasta la categoría taxonómica de especie, según los criterios de Alcolado (2002) y Hooper y Van Soest (2002). Se determinaron las especies predominantes por estación basandose en sus porcentajes de abundancia relativa. Se estimó la densidad (individuos/m2) de esponjas por estación. Se calcularon los índices de diversidad: número de especies, riqueza de Margalef (1951), y heterogeneidad (H', Shannon y Weaver, 1963) y equitatividad (J'; Pielou, 1966) siempre que el número de individuos fuera suficiente. El procesamiento de los datos se realizó mediante los programas PRIMER 6, STATISTICA 7 y Microsoft Office EXCEL 2003. Peces Para el estudio de las asociaciones de peces se empleó el método de Brock (1954) que utiliza como unidad de muestreo el recorrido lineal 50 x 2 metros de área. En cada estación de muestreo se hicieron 6 transectos de banda, en los que se registró la especie, el número y la talla estimada de cada pez observado dentro de la unidad de muestreo. La identificación visual de los ejemplares se hizo según y Humann (2002), la clasificación de los mismos se realizó según Claro (2006). Se estimó la densidad, la talla promedio y la biomasa de las principales familias que permiten una evaluación rápida de las comunidades de peces arrecifales y su probable influencia en la salud arrecifal. También se estimó la densidad y la biomasa de los dos grupos tróficos fundamentales: herbívoros y carnívoros por su gran importancia en el balance ecológico del ecosistema. Para lo anterior se utilizó la planilla AGRRA de Kramer y Lang (2003) modificada. Se calcularon además los siguientes índices de diversidad: número de especies (S), índice de diversidad total de Shannon (H’) y el índice de

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equitatividad de Pielou (J’). Dichos índices fueron calculados utilizando el programa PRIMER 7. Algas marinas, cobo rosado, langosta espinosa y erizos negros. Se realizó un análisis cualitativo de la cobertura algal del sustrato (según la clasificación que emplea AGRRA dividiendo a la algas en carnosas, calcáreas, costrosas y césped) así como de la presencia de erizos negros de espinas largas Diadema antillarum Phillipe 1887, la langosta espinosa Panulirus argus Latreille, 1804 y el cobo rosado Strombus gygas gigas Linné, 1758. Variaciones temporales Para conocer la existencia de diferencias significativas en el cubrimiento de coral vivo de cuatro estaciones de Guanahacabibes (G2, G5, G6 y G7) entre 1999 (Alcolado et al., 2003), 2005, 2009 y 2012, así como para comparar estadísticamente los indicadores densidad y diámetro máximo (de las mismas estaciones pero solo entre 1999 y 2012), se realizó un análisis de varianza bifactorial (ANOVA, estación-año) y la prueba de StudentNewman-Keuls, con nivel de significación de 0.05 (Statistica 6.0). En todos los casos se comprobó la normalidad y homogeneidad de varianza de los datos (Zar, 1996) y no fue necesario realizar transformaciones. Se hizo el mismo análisis estadístico en Bahía de Cochinos para el cubrimiento de coral vivo, comparándo las estaciones BC1, BC2, BC3, BC9, BC10, BC20 y BC21 entre los años 2003 (Caballero et al., 2004) y 2011. No fue posible comparar estadísticamente la densidad y diámetro máximos de las colonias al no contar con los datos originales por transecto del año 2003 (entonces solo se tuvieron los valores medios por estación). Igualmente (no estadísticamente) se compararon los valores medios de cubrimiento de coral vivo, densidad y talla de las estaciones de Golfo de Cazones (C1, C2, C3, C6, C8, C10 y C14) entre los años 2001(Alcolado et al., 2010) y 2011-2012. Se realizó además un análisis comparativo de la abundancia relativa de especies de corales pétreos en estaciones de Guanahacabibes, Bahía de Cochinos y Golfo de Cazones para detectar variaciones temporales con respecto a los años anteriores.

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3. RESULTADOS 3.1 CORALES PETREOS Generalidades En en el conjunto de áreas estudiadas se identificaron 44 especies de corales pétreos (mayores de 10 cm) de un total de 13235 colonias analizadas en 88 estaciones de muestreo (Tabla 3). Se identificaron de 29 y 40 especies por área, de 7 a 17 en los arrecifes someros y de 29 a 37 en los arrecifes frontales. Las especies dominantes considerando un 85 % del total fueron: Siderastrea siderea Ellis & Solander, 1786; Agaricia agaricites (Linnaeus, 1758); Montastraea faveolata Ellis y Solander, 1786; Porites astreoides (Lamarck, 1816); Stephanocoenia intersepta (Lamarck, 1816); M. annularis Ellis y Solander, 1786; M. cavernosa Ellis y Solander, 1786; Porites porites (Pallas, 1766), A. palmata; P. furcata (Pallas, 1766) y Millepora complanata (Lamarck, 1816). En los arrecifes someros predominaron A. palmata (aunque en algunas zonas con un alto porcentaje de colonias con mortalidad parcial o con mortalidad total aún de pie), M. annularis (en las zonas posteriores y cabeceríos), M. complanata y P. astreoides. A. cervicornis (Lamarck, 1816) también fue muy abundante en las estaciones posteriores de Sancho Pardo, formando amplios ¨bosques¨, aunque igualmente con grandes porciones 100% muertas. En los arrecifes frontales dominaron alternando su orden según la profundidad y condiciones de oleaje y sedimentación, S. siderea (dominó generalmente los 10 m de profundidad y en los sitios más expuestos al oleaje y a la sedimentación), M. faveolata y A. agaricites (más abundantes en las estaciones más profundas y sitios más tranquilos) y P. astreoides. El cubrimiento vivo promedio para todos las estaciones muestreadas fue de solo 20,9%. En los arrecifes someros (incluyen estaciones de crestas, zonas posteriores y cabeceríos a no más de 5 m de profundidad) fue de 28,6 % ± 11,8 DS (30,9 % en las crestas) y para los arrecifes frontales (6 a 20 m de profundidad), de 19,5 % ± 7,5 DS. La densidad lineal de colonias promedió 9,4 corales/10 m ± 2,5 DS para los arrecifes someros y 9,8 corales/10 m ± 3,3 DS para los arrecifes frontales. Los corales de los sitos poco profundos presentaron tallas medias de 73,0 cm ± 33,7 DS y en los arrecifes frontales promediaron 28,9 cm ± 6,2 DS. La mortalidad antigua promedió 22,6 % ± 10,2 DS y 7,8 % ± 3,8 DS y la reciente 0,7 % ± 0,9 DS y 0,9 % ± 1,1 DS respectivamente (Figs. 14 y 15). La mayor frecuencia de tallas de A. palmata fue de colonias de 50 a 150 cm de diámetro máximo. Del total analizado, el 20% correspondió a colonias sanas, 21,2% a colonias con mortalidad parcial y el 57,8% a colonias totalmente muertas todavía de pie (Fig.16). La

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mayor frecuencia de tallas del complejo de especies M. annularis (que incluye M. annularis sensu stricto, M. faveolata y M. fraknsi) fue de 20 a 40 cm. De estas se encontró un 60% de colonias sanas (Fig. 17). Arrecifes de Los Bajos de Sancho Pardo Las crestas mostraron un cubrimiento vivo de coral bajo y muy variable entre sitios. En Francisco Padre fue prácticamente nulo. Se observaron conglomerados de colonias de A. palmata totalmente muertos, arrancados y de pie, sin muestra alguna de recapamiento por tejido vivo (una forma rápida de recuperación). El resto de los corales observados fueron en su mayoría pequeñas colonias aisladas de P. astreoides y S.radians Ellis y Solander, 1876. En la parte somera de El Pinto tampoco se observó desarrollo vivo de cresta arrecifal con buen relieve, sino "restingas" deterioradas con aisladas colonias de corales incrustantes de baja estatura. Ambas estaciones no se incluyen en las tablas de análisis. En las tres restantes crestas el cubrimiento medio varió de 19% a 30%. Los sitios La Zorrita y El Pinto no presentaron zona posterior sino un fondo areno-rocoso. El cubrimiento vivo de coral en las estaciones SP1, SP6 y SP10 (zonas posteriores) promedió 27%. En los arrecifes frontales el cubrimiento vivo de coral no sobrepasó el 15%. Los valores más altos se encontraron en las estaciones SP3, SP5 y SP17 (Tabla 4). La densidad lineal media de las crestas no sobrepasó las 10 colonias/10 m, mientras que las zonas posteriores presentaron registros próximos a este valor. En arrecifes frontales SP11 y SP17 mostraron el mayor número de colonias de coral, mientras que el resto de las estaciones promediaron 5 colonias/10 m. El diámetro máximo promedio de las colonias en las crestas varió de 40 cm a 65 cm, en tanto que en las zonas posteriores varió de 43 cm a 52 cm. Los mayores registros medios de diámetro máximo de corales en arrecifes frontales se presentaron en las estaciones de Sancho Pardo y Francisco Padre, con tallas promedio por encima de 30 cm (Tabla 4). Los promedios de mortalidad antigua en crestas y en zonas posteriores fueron del 20% y 29%, respectivamente. En los arrecifes frontales se destacó negativamente SP14 con solo 18%. Se encontraron enfermedades activas. La plaga blanca llegó a infestar hasta 9% de colonias en arrecifes frontales. Las manchas oscuras mostraron porcentajes muchos más bajos. Durante los muestreos prácticamente no se vio blanqueamiento, lo que era de esperar por el mes en que se realizaron los muestreos (junio). El número de especies osciló entre 5 y 15 por estación. La diversidad de corales no fue alta en las zonas someras, donde la heterogeneidad de Shannon no sobrepasó los 2,00 natios. En los arrecifes frontales la heterogeneidad varió de 1,90 nats a 2,46 nats y las estaciones con menores valores presentaron a la vez una equitatividad más baja.

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En SP2 y SP11 (crestas) dominó A. palmata, mientras que en SP15 lo hizo P. astreoides. Se destacaron además por su abundancia, M. complanata en todos los sitios, y Diploria strigosa Ellis & Solander 1786 y D. clivosa Ellis & Solander 1786 en SP11. En las zonas posteriores dominó marcadamente M. annularis. En SP1 también resaltó por su cubrimiento A. cervicornis (Tabla 5). A. palmata aportó solamente 3,4% ± 4,6 DS como promedio al cubrimiento vivo de coral del sustrato de las crestas, debido a que sus colonias promediaron 103,1 cm ± 45,7 DS de diámetro máximo (mayor frecuencia de colonias entre 50 y 100 cm de diámetro), pero mostraron una mortalidad promedio de superficie de 60,8% ± 47,1 DS (no se incluyen los sitios de Francisco Padre y El Pinto por las razones explicadas). Del total de colonias analizadas el 28,7% presentó mortalidad parcial y 42,6% de mortalidad total (Fig. 18). En las zonas posteriores las colonias de la especie M. annularis promediaron 64,4 cm ± 34,6 DS y presentaron una mortalidad de 31,0% ± 33,2 DS para un 53,6% de colonias con mortalidad parcial (Fig. 19). En los arrecifes frontales, en general la especie con mayor predominio fue S. siderea. Sin embargo, se apreció variabilidad entre sitios y profundidades por un grupo de especies. M. faveolata dominó en SP4, SP5, SP8, SP9 y en SP14. Se destacó el predominio de P. porites en SP7, SP8, SP12, SP20 y en SP21. En SP20 y SP21 fue interesante la abundancia encontrada de M. cavernosa (Linnaeus, 1767), al igual que de S. intersepta en SP5 y A. agaricites en SP17 (Tabla 5). El complejo M. annularis promedió 39,4 cm ± 17,4 DS de diámetro y 23,3% ± 28,7 de mortalidad de superficie, para un 51% de colonias con mortalidad parcial (Fig. 20). Arrecifes de la Bahía de Guanahacabibes El cubrimiento de coral vivo varió de 14,3 a 37,0%, El mayor valor fue observado en la estación G4, la única a 20 m de profundidad en el presente estudio. Las estaciones G1, G2, G3 y G7 exhibieron valores por encima del 20%. La densidad de corales varió de 7,9 a 13,7 colonias/10 m, y las estaciones de menor densidad coincidieron con las de menor cubrimiento. Los corales de la estación G4 presentaron un diámetro medio de 42 cm, mientras que en las restantes estaciones varió de 18,5 a 29 cm. La mortalidad antigua fue muy baja en las estaciones G1, G6, G9 y G10 (menos de 7%). De las restantes el valor más alto la alcanzó G5 (18%). La mortalidad reciente fue baja en general no sobrepasando el 1% (Tabla 6). La heterogeneidad de Shannon varió de 1,72 a 2,37 nats. La equitatividad no sobrepasó 0,79, encontrándose mayor predominio de menos especies en G6 (0,65). Predominaron en orden decreciente S. siderea, A. agaricites, M. faveolata y P. astreoides, las cuales conformaron el 71% del total, aunque variaron en el orden de dominancia en las

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estaciones. En la estación más somera (G2), M. annularis llegó alcanzar 7,3 % y en la más profunda (G4) M. faveolata alcanzó 33% de predominio.

S. intercepta fue bastante

abundante en G4, G6 y G8 (Tabla 7). El complejo M. annularis especies promedió 46,8 cm ± 33,1DS de diámetro y 25,7% ± 31,4 DS de mortalidad de superficie, con un 54,9% de colonias con mortalidad parcial (Fig. 21). No se observaron corales con enfermedades activas, y en todas las estaciones menos en una (G2) se observó blanqueamiento, alcanzándose hasta un 12% de colonias pálidas en G10 (Tabla 7). Arrecifes de Los Cayos de San Felipe El cubrimiento de coral vivo promedio fue bastante parecido entre estaciones, con variación de de 13 a 21%. La densidad de corales osciló entre 7,5 y 10,6 colonias/10 m y el diámetro promedio presentó el valor más bajo en SF6 (19,6 cm), mientras que en las restantes varió de 22,3 a 31 cm. La mortalidad antigua en la superficie de las colonias no sobrepasó el 12%,

siendo 1,4 % en SF4. La mortalidad reciente fue muy baja no

sobrepasando 0,6 % (Tabla 8). La heterogeneidad varió de 1,76 a 2,31 natios y la equitatividad de 0,69 a 0,80. Las especies más abundantes fueron S. siderea y A. agaricites que juntas conformaron el 51% de 910 colonias analizadas. M. faveolata fue bastante abundante en SF3, SF4 y SF7 igual que P. astreoides en SF6 y SF7. Prácticamente no hubo colonias con enfermedades microbianas y el blanqueamiento varió de 3,8 a 25,8% (Tabla 9). El complejo M. annularis promedió 43,6 cm ± 26,4 DS de diámetro y 17,1 % ± 24,1 DS de mortalidad de superficie, para un 59,3 % de colonias con mortalidad parcial (Fig. 22). Arrecifes del Golfo de Cazones En las crestas el cubrimiento vivo de coral fue diferente entre estaciones, con registro promedio máximo de 62,8% en C6 y mínimo de 14,2% en C15. La densidad de corales fue parecida (8,2 a 9,9), mientras que el diámetro de las colonias varió de 76,2 (C1) a 133 cm (C6). La mortalidad antigua varió de forma bastante parecida que el cubrimiento, de 12,2% en C6 a 42,7% en C15. La mortalidad reciente se comportó por debajo de 2% (Tabla 10). En los arrecifes frontales, el cubrimiento vivo de coral fue de más de 20%, con máximos de 29,3% en C5. La densidad de colonias varió de 9,4 a 14,5 y el diámetro máximo de las colonias promedió 26,4. La mortalidad antigua osciló entre 5 y 12,2%, mientras que la reciente no sobrepasó 1,4% (Tabla 10).

18

En las crestas, de un total de 15 especies predominaron en conjunto con 69% A. palmata y M. complanata. P. astreoides presentó también mayor predominio

en C14

(Tabla 11). En C6 las colonias de A. palmata promediaron un diámetro máximo de 149,2 cm ± 106,6 DS y una mortalidad parcial de 14,8% ± 22,2 DS (40,1% de las colonias contadas, fundamentalmente las mayores, próximas a 100 cm de diámetro). Las colonias de A. palmata en el resto de las crestas presentaron un diámetro máximo promedio de 208 cm ± 96,2 DS y una mortalidad parcial promedio de 80,7% ± 37,2 DS. De estas un 10,6% presentó mortalidad parcial y 73,3%,

mortalidad total, fundamentalmente en corales

mayores, entre 150 y 300 cm de diámetro (Fig. 23). La diversidad de especies en los arrecifes frontales difirió marcadamente entre estaciones. Se contabilizó un total de 33 especies, con 14 a 23 por estación. La heterogeneidad de especies osciló entre 1,88 y 2,37 nats y la equitatividad, entre 0,66 y 0,84. Las especies dominantes, con cierta variación de orden en las estaciones, fueron S. siderea, M. faveolata, A. agaricites y P. astreoides, las cuales conformaron juntas el 62% del total de 2 557 colonias muestreadas. El complejo de especies de M. annularis promedió una talla máxima de 29,8 cm ± 19,4 DS y sufrió una mortalidad de 12,9% ± 23,2 DS, con un 32% de colonias con mortalidad parcial, fundamentalmente aquellas cuyo diámetro máximo osciló entre 20 y 40 cm. (Fig. 24). Se detectó plaga blanca y manchas oscuras en algunas estaciones mientras que el blanqueamiento varió de 0 a 8,0% (Tabla 11). Arrecifes de la Bahía de Cochinos El cubrimiento de coral vivo varió de 16,6 a 37,0, siendo más alto en las estaciones de cabezos a 5 m de profundidad (BC1 y BC5) y los más bajos en los dos sitios localizados hacia el exterior de la bahía, más expuestos al océano abierto. La densidad de colonias varió de 8,1 a 15,1 con un comportamiento parecido al cubrimiento en cuanto a la menor densidad y la ubicación geográfica de las estaciones. El diámetro máximo promedio fue de 27 a 49,9 cm, encontrándose las colonias más grandes en los cabezos de BC1 y BC5. La mortalidad antigua varió de 5,2 a 16,9% sin una correspondencia con la talla de las colonias, ni la estación, ni con la ubicación geográfica de las mismas dentro de la zona. La mortalidad reciente fue nula en algunas estaciones y llegó a solo 2,9 % en BC1 (Tabla 12). La heterogeneidad de Shannon varió de 2,01 a 2,56 nats y la equitatividad, de 0,70 a 0,88. Las especies dominantes con distinto orden por estación fueron S. siderea, M. faveolata, A. agaricites y P. astreoides, que en conjunto conformaron un 59 % de un total de 2 771 colonias analizadas. M. annularis fue la especie dominante en las estaciones de cabezos someros y tuvo una abundancia aceptable en las estaciones de 8 y 10 m de

19

profundidad. S. intercepta abundó en BC3 igual que P. furcata en los cabezos y M. cavernosa en BC9. Se encontraron tres enfermedades distintas en los corales aunque con un bajo porcentaje de colonias infectadas, mientras que el blanqueamiento varió de 0 a 17,0 % (Tabla 13). El complejo de especies de M. annularis promedió una talla máxima de 46 cm ± 38,6 DS y presentó una mortalidad de 23,5 % ± 33,0 DS donde 42,7% de colonias tuvieron mortalidad parcial, fundamentalmente en aquellas mayores de 50 cm de diámetro (Fig. 25). Arrecifes de la costa de Cienfuegos – Guajimico Se identificaron 36 especies de corales pétreos de talla mayor a 10 cm de diámetro máximo. El cubrimiento vivo de coral tuvo un promedio de 21% en las crestas y un 28,5% en los arrecifes frontales. En las crestas hubo un promedio de 5,2 colonias/10 m mientras que en los arrecifes frontales 13,2. El diámetro máximo de las colonias en las crestas promedió 108 cm, mientras que en los arrecifes frontales, 31,1 cm. (Tabla 14). El segmento de cresta de CG1 mostró un cubrimiento vivo de coral menor de 20%. Predominaron colonias de A. palmata (Tabla 15) de pie (2,8 colonias/ 10 m) las cuales comparativamente mostraron una considerable talla promedio (189 cm) pero con alta mortalidad antigua en su superficie (63%) y solo aportaron 4 % al cubrimiento vivo del arrecife somero. El segmento de cresta de CG6 tuvo un mayor predominio de M. complanata y Diploria spp., que influyeron mucho en el cubrimiento de vivo coral promedio general, de 24%. En este tramo se observó una menor densidad de A. palmata (1,2 colonias /10 m), cuya

con colonias con diámetro promedio de 189 cm y 58,4% de

mortalidad antigua, Esta especie contribuyó en 5,8% al cubrimiento total de la cresta. En ambas crestas no se encontraron señales de mortalidad reciente. El 19,7% de las colonias de A. palmata presentaron mortalidad parcial y 55% de mortalidad total (100% muertas aún de pie, Fig. 26). En las estaciones ubicadas a 15 metros de profundidad se incrementa notablemente el número de especies. Codominaron los géneros Agaricia, Porites, Montastraea y Siderastrea. A 20 m de profundidad disminuye la heterogeneidad de especies, pero se debe a un mayor predominio de M. faveolata y A. agaricites (Tabla 15). En los arrecifes frontales la mortalidad antigua y la reciente no sobrepasaron el 5% y 1,4%, respectivamente. Durante el muestreo se observó un inicio de blanqueamiento en los corales, fundamentalmente de los géneros Siderastrea y Montastraea. El complejo de especies de M. annularis promedió 44,2 cm ± 26 DS de diámetro máximo y presentó una

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mortalidad de 8,5% ± 19,7 DS, con

21,4% de colonias con mortalidad parcial

fundamentalmente en corales de 40 a 60 cm de diámetro (Fig. 27). 3.2 Variaciones temporales de indicadores biológicos en corales pétreos. Arrecifes de la Bahía de Guanahacabibes El cubrimiento promedio de coral vivo inicialmente (entre los años 1999 y 2005) mostró una tendencia a disminuir en las cuatro estaciones analizadas (con diferencias significativas en Acuario y Yemayá, F= 2,90, p=0,0029). Posteriormente, en 2009 aumentó el cubrimiento, , sin cambio importante en el 2012 (Fig.28). Tanto el diámetro medio como la densidad de colonias (tomando en cuenta solamente los corales de más de 25 cm) tienden a disminuir de 1999 a 2012. El diámetro tuvo un descenso estadísticamente significativo (F=80,5, p=0,0000) en todas las estaciones menos en Yemayá. La densidad (F=3,85, p=0,00093) también disminyó pero en todas las estaciones (Figs. 29 y 30). La composición por especies también sufrió cambios importantes entre 1999 y 2012. Se apreció un incremento notable de S. siderea, y en menor grado de A. agaricites y P. astreoides. También tuvo lugar una disminución notable de M. annularis y M. franksi (Fig. 31). Arrecifes de Bahía de Cochinos El cubrimiento de coral vivo promedio tendió a disminuir en el período 2003- 2011, aunque estadísticamente las diferencias fueron significativas solamente en las estaciones BC2, BC9 y BC21 (Fig. 32). Los promedios de densidad tendieron a disminuir en todas las estaciones en el 2012, con mayor énfasis en las estaciones BC9, BC10 y BC21. La talla de los corales no mostró la misma tendencia, apreciándose en el 2012 un incremento en BC1 y una disminución apreciable solo en BC20 y BC21 (Fig. 33). En general hay cierta disminución en la densidad del complejo de M. annularis especies y P. astreoides, mientras que S. siderea tendió a incrementar su predominio. P. fucata y S. intercepta también incrementaron su abundancia en el 2012 (Fig. 34). El conjunto de especies de M. annularis aumentaron su abundancia en BC1, mientras que en BC3 y BC20 mantuvieron valores parecidos y tendieron a disminuir su presencia en el resto de las estaciones. A. agaricites disminuyó en BC2 y BC3 y aumentó su número en BC20 y BC21. P. astreoides disminuyó el número de colonias notablemente en BC2 y en BC20 y BC21 mientras que S. intercepta se incrementa notablemente en BC3 (Tabla 16).

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Arrecifes del Golfo de Cazones El cubrimiento promedio de coral vivo disminuyó en el 2012 en todas las estaciones excepto en C3, C10 y C14 con respecto al 2001. Los promedios de diámetro máximo y de densidad de colonias también disminuyeron en la mayoría de las estaciones, mientras que el primer indicador aumentó notablemente en C6, mientras el segundo no cambió en C8 ni C10 (Tabla 17).

3.3 OCTOCORALES Generalidades En

las áreas de arrecifes de coral estudiadas se identificaron 38 especies de

octocorales en un total de 6448 colonias contadas en 63 estaciones de muestreo (Tabla 18), El número de especies tuvo su máximo de 18 especies en Bahía de Cochinos y su mínimo de 7 especies en Guanahacabibes. Las especies dominantes para un 71 % del total

identificado

fueron:

Pseudopterogorgia

americana

Gmelin,

1791;

Briareum

asbestinum Pallas, 1766; Eunicea flexuosa (Lamouroux, 1821); Gorgonia ventalina Linnaeus, 1758; P. bipinnata (Verrill, 1864); Plexaura kuekenthali Moser, 1921;

P.

elisabethae Bayer, 1961 y Plexaura homomalla Esper, 1792. La densidad promedio del conjunto de todas

las áreas de estudio fue de 3,4

colonias/m2 ± 2,7 DS, encontrándose el mayor número de colonias en los arrecifes de Sancho Pardo (única zona con un promedio superior a 5 colonias/m2), seguidos por las estaciones del norte del Golfo de Cazones. El arrecife de Guanahacabibes presentó una baja densidad de colonias (Fig. 35). Arrecifes de los Bajos de Sancho Pardo P. elisabethae fue abundante en las estaciones de Sancho Pardo, Francisco Padre y La Tabla. En las zonas someras del arrecifes la heterogeneidad de Shannon varió de 1.91 a 2.17 nats mientras que en las estaciones de arrecifes frontales varió de 1,24 a 2,56 nats, encontrándose los valores más bajos en el sitio de Sancho Pardo. La riqueza de especies y la equitatividad mostraron patrones parecidos al índice de Shannon. El número de especies por localidades varió entre 8 y 23. De ellas, P. americana estuvo presente en todas las estaciones y fue codominante con P. elisabethae en el arrecife frontal. B. Asbestinum fue dominante en las zonas posteriores al igual que P. bipinnata pero en Sancho Pardo. En la crestaspredominaron G. ventalina y P. homomalla (Tabla 19). En la zona posterior la densidad promedió

6.0 colonias/m2 y en la cresta 4,4

colonias/m2. En la zona del arrecife frontal la densidad varió de 2,1 a 11,0 colonias/m2. El ITH mostró patrones bastante parecidos en relación con el grado de resguardo del oleaje o

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la profundidad. En las zonas posteriores y en los arrecifes frontales fue bajo, y se incrementó en la cresta y en las estaciones más someras y las situadas más al este (Tabla 19). Las especies más tolerantes a los sedimentos fueron más abundantes en las estaciones también ubicadas hacia el este de esta área de estudio (Tabla 19). Arrecifes de la Bahía de Guanahacabibes La densidad de colonias fue muy baja en el área con un promedio general de 1,1 colonias/m2 (Tabla 20). El número de especies por estación varió entre 3 y 8. Las predominantes fueron P. americana, E flexuosa y B. asbestinum, las cuales conformaron el 71% del total. P. bipinnata fue predominante en G1 y G2. Atendiendo al bajo número de colonias en la mayoría de las estaciones, no se aplicaron los índices de heterogeneidad y equitatividad. La riqueza de Margalef fue baja, variando de 0,43 a 1,52. El ITH osciló entre 5 y 75, encontrándose los valores más altos en G6 y G8. El porcentaje de especies resistentes a la sedimentación (ERS) también mostró resultados muy variables entre las estaciones, con valores entre 7 y 89% siendo los más altos en G3, G7 y G8 (Tabla 20). Arrecifes del Golfo de Cazones Las especies con mayor predominio fueron P. americana y B. asbestinum, que representaron el 55,4% del total de colonias contadas. Seguido de estas dos especies, codominaron P. kuekenthali (9,8%), G. ventalina (6,1%), E. flexuosa (5,7%) y P. bipinnata (5,7%) (Tabla 21). De manera general, la diversidad de octocorales fue baja. La heterogeneidad H’ varió de 0,76 a 2,21 nats con el mayor valor en la estación C7. La equitatividad fue muy variable, con un mínimo de 0,39 y un máximo de 0,84. El grado de agitación del agua inferido a partir del ITH para todas las estaciones fue bajo y fue de 1,4% y 39%. El ERS presentó varió desde solo 1,3% hasta a muy elevado con 81,9%. No obstante, a pesar de la variación del ERS entre las estaciones, en la mayoría son es alto. La menor densidad de octocorales se observó en la estación C13 y la mayor en C3. La densidad promedio de octocorales fue de 3,7 colonias/m2 (Tabla 21). Arrecifes de la Bahía de Cochinos Las especies predominantes fueron P. homomalla, B. asbestinum, P. kuekenthali y G. ventalina que conformaron el 49% del total. Atendiendo al bajo número de colonias en la mayoría de las estaciones, no se aplicaron los índices de heterogeneidad y equitatividad. El índice de Riqueza de Margalef varió entre

0,61 y 3,91. Los menores valores se

23

encontraron en las estaciones localizadas hacia el interior de la bahía y mayores profundidades (Tabla 22). El ITH varió de 0 a 42,7 con los valores más altos en las estaciones más someras. El ERS fue bajo en casi todas las estaciones a excepción del sitio Cueva de los Peces. En este, las estaciones BC2 y BC4 alcanzaron un ERS de 52,8% y 38,5%, respectivamente. La densidad promedio del área fue solo de 2,2 colonias/m2,

variando de 0,4 a 4,4

2

colonias/m . Las menores densidades se registraron en todas las estaciones de 15 y 20 m de profundidad (Tabla 22). Arrecifes de la costa de Cienfuegos – Guajimico La densidad general promedió 2,4 colonias/m2. El número de especies por estaciones varió entre 2 y 17. De ellas, las predominantes fueron B. asbestinum, G. ventalina, E. flexuosa y E. tourneforti que estuvieron en casi todas las localidades, mientras que en las crestas, G. flabellum Linnaeus, 1758 fue la dominante. Todas estas especies representan el 64% del total (Tabla 23). La heterogeneidad varió de 0,14 a 2,40 y la equitatividad, de 0,20 a 0,89, encontrándose mucha menor diversidad y equitatividad en las crestas. De forma general, el ERS fue muy bajo. El ITH en las zonas del arrecife frontal del El Naranjo y Laberinto fue más bajo que en el resto, y en todos los sitios se incrementó al disminuir la profundidad. En la zona del arrecife frontal la densidad media variaron entre 0,6 (CG16) y 4,2 (CG3). Generalmente las densidades más bajas se hallaron en las estaciones de 20 m de profundidad (Tabla 23).

3.4 ESPONJAS Generalidades La densidad promedio de esponjas fue de 4,1 individuos /m2 ± 1,7 DS. Esta es ligeramente mayor en las áreas del norte del Golfo de Cazones y Bahía de Cochinos (Fig. 36). Las especies dominantes, constituyendo un 67% del total muestreado, fueron: Ircinia felix (Duchassaing y Michelotti, 1864); Aplysina cauliformis (Carter, 1882); Aiolochroia crassa (Hyatt, 1875; Cliona aprica Pang, 1973; A. fistularis, f. insularis (Pallas, 1766); Ectyoplasia ferox (Duchassaing y Michelotti, 1864); Iotrochota birotulata (Higgin, 1877); Ircinia strobilina (Lamarck, 1816); Mycale laevis (Carter, 1882)

y Smenospongia aurea

(Hyatt, 1875).

24

Arrecifes de Sancho Pardo Las especies predominantes fueron: A. cauliformis, A. fistularis, f. insularis, I. felix y C. aprica, que juntas representan el 60% del total de individuos contados. I. felix fue la única especie encontrada en todas las estaciones. Predominaron los individuos de pequeño tamaño, a excepción de algunas especies perforadoras-incrustantes como C. aprica y C. varians (Duchassaing y Michelotti, 1864), que en ocasiones sí alcanzaron grandes dimensiones, sobre todo en las estaciones de menor profundidad (Tabla 25). En las estaciones más someras de los sitios La Tabla y Sancho Pardo, la especie dominante fue C. aprica,

con 44% y 65.5%, respectivamente, del total de individuos

contados. A la misma profundidad, en el sitio La Zorrita, el número de individuos muestreados fue extremadamente bajo y ninguna especie se destacó por su abundancia muy por encima de las demás. En las estaciones más profundas (10 y 15 m), el predominio recayó en A. cauliformis, A. fistularis f. insularis e I. felix, aunque en La Zorrita también se destacó Agelas dispar Duchassaing y Michelotti, 1864 (Tabla 25). Atendiendo al bajo número de esponjas, en la mayoría de las estaciones no se aplicaron los índices de heterogeneidad y equitatividad. La riqueza de Margalef varió de 2,25 a 5,77 nats, encontrándose los valores mayores en La Zorrita. Las densidades de esponjas variaron entre 0.8 y 6.1 individuos/m2 y los menores correspondieron a las estaciones SP3, SP4 y SPG (Tabla 25). Arrecifes de la Bahía de Guanahacabibes La densidad media de esponjas en general fue baja (2,1-5,0 individuos/m2). Se identificaron 38 especies en las 7 estaciones muestreadas, donde el índice de riqueza de Margalef varió de 2,39 (G3) a 4,56 (G7). Las especies predominantes fueron I. strobilina e I. birotulata, que representaron juntas el 24,5%. El número de especies por estación varió de 12 a 22 encontrándose mayor diversidad en G6, G7 y G9. A. crassa fue muy abundante en G1 al igual que Mycale laxissima (Duchassaing y Michelotti, 1864) en G9 y G10 (Tabla 26). Arrecifes del Golfo de Cazones La densidad de esponjas fue de baja a moderada (3,7 a 7,7 individuos/m2). El índice de riqueza de Margalef R’ varió entre 3,57 y 4,76 nats, la H’ entre 2,54 y 2,71 natios y J’ entre 0,83 y 0,92. Se identificaron 42 especies encontrándose entre 19 y 26 por estación. Las especies más abundantes fueron: I. felix, Niphates erecta

(Duchassaing y Michelotti,

1864) y A. crassa, las que juntas representaron el 34%. E. ferox fue dominante en C18 y bastante abundante en C3 y C5, igual que I. birotulata en C9. La densidad media de

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esponjas por estaciones fue baja y varió entre 3,7 y 7,7 individuos/m2 encontrándose los valores más altos en C10 y C18 (Tabla 27). Arrecifes de Bahía de Cochinos Se identificaron 42 especies de esponjas, encontrándose entre 16 (BC1) y 32 (BC4) especies por estación. La diversidad de especies fue bastante variable entre estaciones según la profundidad. La riqueza de Margalef varió entre 3,0 y 6,2; la heterogeneidad, de 2,25 a 2,98 natios y la equitatividad, entre 0,77 y 0,88. Las especies más predominantes fueron A. crassa y C. aprica que representaron el juntas 28% del total. La densidad media de esponjas por sitio fue baja y varió entre 2,7 y 7,0 individuos/m2 (Tabla 28). Arrecifes de la costa de Cienfuegos-Guajimico En esta área no fue posible realizar un análisis cuantitativo por lo que solo se muestra un listado de 39 especies de esponjas, todas pertenecientes a la Clase Demospongiae, 9 órdenes y 15 familias (Anexo 1).

3.5 PECES Generalidades Se identificaron entre 93 y 126 especies por área de estudio, para una densidad que varió de 195,4 a 946,7 individuos/100m2. Las especies que más

predominaron en la

región fueron Coryphopterus personatus (Jordan & Thompson, 1905), Stegastes partitus (Poey, 1868), Chomis cyanea (Poey, 1860), Clepticus parrae (Bloch & Schneider, 1801), Thalasoma bifasciatum (Bloch, 1791) y Scarus iserti (Bloch, 1789), las cuales conformaron el 71% del total contado. Granmma loreto (Poey, 1868) fue igualmente abundante en Sancho Pardo (Tabla 29). La densidad de peces herbívoros varió de 30,9 a 112,6 individuos/100m2, encontrándose la mayor en Bahía de Cochinos. La biomasa de estos varió de 2617,3 a 4081,8 g/100m2 con los mayores valores en Guanahacabibes. La densidad de carnívoros no sobrepasó los 25,3 individuos /100m2 y los 6533,2 g/100m2 encontrándose estos en el Golfo de Cazones (Tabla 30). La mayor densidad en la región y para cada zona correspondió a la familia Scaridae. La mayor talla y biomasa en general fue la de la familia Lutjanidae. En San Felipe y en el Golfo de Cazones el mayor promedio de talla fue la de los serranidos. En Sancho Pardo, San Felipe y Cienfuegos-Guajimico la mayor biomasa la tuvieron los escáridos (Tabla 31).

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Arrecifes de Sancho Pardo Las zonas más profundas exhibieron un mayor número de especies pero presentaron los menores valores de heterogeneidad y equitatividad. En las crestas arrecifales las especies más abundantes fueron T. bifasciatum, Acanthurus coeruleus Bloch & Schneider, 1801, S. adustus (Troschel, 1865) y Halichoeres bivittatus (Bloch, 1791), las cuales constituyeron el 52% del total de individuos registrados en las mismas. En las zonas posteriores las especies más abundantes fueron S. iserti y C. cyanea, las cuales aportaron el 22.3% del total de individuos censados. En los camellones y canales el 66,6% del total de individuos contados los aportaron las especies S. partitus, C. cyanea, C. personatus y G. loreto. Estas constituyen especies de pequeño tamaño y plantófagos, cuyas poblaciones son relativamente grandes (Tabla 32). En las Tablas 33, 34 y 35 se presentan la abundancia, talla y biomasa promedios de las familias de peces utilizadas como indicadores de salud arrecifal por la metodología AGRRA. Al analizar estos resultados de forma conjunta se observa que los herbívoros presentaron mayores densidades en las crestas arrecifales y en los camellones y canales de El Pinto y Francisco Padre; mientras que los mayores valores de biomasa se encontraron solamente en las crestas. Entre los herbívoros los representantes de la familia Acanthuridae tuvieron tallas promedios semejantes en todas las zonas ecológicas, aunque sus mayores densidades y biomasas se observaron en las crestas arrecifales. Los representantes de la familia Scaridae presentaron las mayores densidades en las estaciones SP1, SP9, SP10 y SP21, las mayores tallas promedio en SP11 y SP15 (crestas arrecifales) y las mayores biomasas se reportaron para las crestas arrecifales y las zonas posteriores. Los carnívoros en general presentaron bajas densidades. Al analizar las principales familias de peces carnívoros, los pargos (Lutjanidae) se encontraron en bajas densidades siendo censados algunos ejemplares de gran talla en las estaciones más profundas. Solamente en los camellones y canales de Francisco Padre se registró un grupo relativamente grande de Lutjanus apodus (Walbaum, 1792) de tallas medianas. En cuanto a los representantes de la familia Serranidae, también presentó bajas densidades, predominando especies de pequeño tamaño (géneros Hypoplectrus, Serrano y Cephalopholis), aunque en las estaciones de camellones y canales (excepto en Sancho Pardo) se censaron algunos ejemplares grandes de las especies Epinephelus striatus (Bloch, 1792) y Mycteroperca venenosa (Linnaeus, 1758). La familia Haemulidae estuvo representada solamente por dos especies de pequeña talla, Haemulon aurolineatum (Desmarest, 1823) y H. chrysargyreum Günther, 1859, los cuales aparecieron en bajas

27

densidades. Es importante destacar que en todas las estaciones de camellones y canales se encontraron individuos de Lachnolaimus maximus (Walbaum, 1792). Arrecifes de Guanahacabibes En la zona de Guanahacabibes los muestreos fueron replicados dos veces en el año (febrero del 2010 y diciembre del 2010). Las especies, C. personatus, G. melacara Böhlke & Randall, 1963, S. partitus, G.loreto, C. cyanea, C. parrae y C.multilineata (Guichenot, 1853), constituyeron juntas el 86% del total de individuos (Tabla 36). En las Tablas 37, 38 y 39 se presentan la abundancia, talla y biomasa promedios de las familias de peces utilizadas como indicadores de salud arrecifal por la metodología AGRRA. Los herbívoros en general presentaron su mayor densidad en la estación Yemayá y las mayores biomasas en Yemayá y Cuevas de Pedro. La familia Acanthuridae presentó las mayores densidades en las estaciones de Yemayá y Verraco, y las menores en la estación Cuevas de Pedro. En las mismas estaciones, la biomasa tuvo el mismo comportamiento, que la densidad. Las

tallas promedio fueron parecidas en todas las

estaciones (entre 17,6 y 23,8 cm). La familia Scaridae tuvo la mayor

densidad en la

estación Yemayá y la menor en Cuevas de Pedro y en Bajada. La mayor talla promedio se registró en Cuevas de Pedro, mientras que la menor se registró en la Bajada. Los mayores valores de biomasa se obtuvieron en las estaciones Yemayá y Uvero, mientras el menor se reportó para El Veral. Los carnívoros exhibieron mayor densidad y biomasa en Yemayá. La familia Lutjanidae presentó altos valores de densidad y biomasa en la estación Yemayá, seguida por Cuevas de Pedro, esta última estación con individuos de mayor talla. Los Serranidos tuvieron sus mayores densidades en las estaciones de Yemayá y Uvero y las menores en Cuevas de Pedro y Verraco. Las mayores tallas medias se encontraron en Veral y Yemayá, mientras que la menor estuvo en Uvero. La mayor biomasa la presentó Yemayá y la menor en Cuevas de Pedro. La familia Haemuliadae tuvo su mayor densidad en la estación Verraco y la menor en Cuevas de Pedro. Los mayores valores de talla media estuvieron en las estaciones Veral y Verraco. La mayor biomasa se registró en la estación Verraco mientras que la menor, en Cuevas de Pedro. Durante los censos en el mes de diciembre se censaron 18 084 individuos pertenecientes a 102 especies. En esta oportunidad 4 especies (C. personatus, C. parrae, C. cyanea y S. partitus) conformaron el 91% del total de individuos. De forma general los herbívoros fueron más abundantes en Yemayá y en Cuevas de Pedro, aunque la densidad de Yemayá fue casi el doble que en Cuevas de Pedro. Las

28

mayores

biomasas también se presentaron en estas dos estaciones. Los herbívoros

tuvieron a los representantes de la familia Acanthuridae quienes presentaron las mayores densidades en las estaciones de Yemayá y Cuevas de Pedro, mientras que las menores se encontraron en la estación Verraco (donde no aparecieron individuos de esta familia) y en Uvero. Las tallas promedios se mantuvieron entre 15,4 y 19,7 cm. Las estaciones Cuevas de Pedro y Yemayá presentaron los mayores valores de biomasa mientras que en Uvero se encontraron los menores, En Verraco esta familia estuvo ausente. . Los representantes de la familia Scaridae presentaron mayor densidad en la estación de Yemayá y menor, en la estación Verraco. En general los carnívoros fueron más abundantes y presentaron mayor biomasa en las estaciones de Yemayá y Cuevas de Pedro. La familia Lutjanidae tuvieron mayor densidad en las estaciones Cuevas de Pedro y Yemayá, fundamentalmente influenciado por los grandes número de individuos de Ocyurus chrysusrus (Bloch, 1791). Las tallas promedios y biomasa también fueron mayores en Cuevas de Pedro. Los representantes de la familia Serranidae mostraron mayor densidad en la estación Yemayá y no fueron vistos en El Verraco. La mayor talla promedio se estimó en la estación Cuevas de Pedro mientras que la menor fue en Yemayá. Correspondientemente, la mayor biomasa fue estimada en Cuevas de Pedro, mientras que la menor, en Verraco (0) y Veral. La familia Haemulidae, por su parte tuvo su mayor densidad en la estación Yemayá. La mayor talla promedio se estimó

en la estación Veral y la menor, en Yemayá. A pesar de lo anterior, la alta

densidad en Yemayá condujo a que la biomasa fuese la mayor en esta estación mientras que los menores valores se obtuvieron en El Uvero. Arrecifes de San Felipe De todas estas especies, solamente cinco conformaron el 53% del total de individuos (S. partitus, C. parrae, C. personatus, T. bifasciatum y C. cyanea). Cuatro de estas especies son plantófagas de pequeño tamaño, cuyas poblaciones normalmente alcanzan grandes números. Los índices de diversidad se comportaron de manera similar en las siete estaciones muestreadas. En las Tablas 41, 42 y 43 se presentan la abundancia, talla y biomasa promedios de las familias de peces utilizadas como indicadores de salud arrecifal por la metodología AGRRA. De forma general el grupo de los herbívoros presentó los mayores valores de densidad y biomasa en las estaciones Corona Real, Poza del Cabezo y El Sijú, en orden decreciente. Entre los herbívoros, la familia Acanthuridae presentó tallas promedios similares (15,1-16,5) en todas las estaciones. Las variaciones en las densidades marcaron también las variaciones en la biomasa. En la estación Los Mogotes se registró la menor

29

densidad y la menor biomasa, mientras que en la estación Poza del Cabezo se encontraron los mayores valores de densidad y biomasa. En la familia Scaridae la tendencia fue similar, siendo en este caso la estación Real Oeste la de menores valores de densidad y biomasa, mientras que la estación Corona Real registró la mayor densidad y biomasa. De forma general, los carnívoros presentaron bajos valores de densidad y biomasa. Solamente en la estación El Sijú estos valores subieron debido a la presencia de grandes cardúmenes de representantes de la familia Haemulidae. Entre los carnívoros, los representantes de la familia Lutjanidae se presentaron con bajas densidades, siendo muy escasas las especies de gran tamaño. La familia Serranidae también presentó bajas densidades. La presencia de algunos individuos de E. striatus y M. venenosa propició que la biomasa fuese comparativamente mayor en las estaciones Coco Chico y Los Mogotes. La familia Haemulidae estuvo representada por tres especies: H. sciurus (Shaw, 1803), H. flavolineatum y H. plumieri (Lacepède, 1801). Este género presentó una alta densidad en la estación El Sijú, sobre todo H. sciurus. Arrecifes del Golfo de Cazones Los peces en el Golfo de Cazones se censaron en dos años (2010 y 2012). En el 2010 se trabajó en 4 sitios con 6 estaciones, mientras que en el 2012 se trabajó en 6 sitios con 10 estaciones. Durante los censos del 2010, en la cresta de cayo Diego Pérez la especie más abundante fue H. flavolineatum, la cual constituyó el 59% del total (Tabla 44), mientras que en la cresta de Faro Cazones se observó un gran cardumen de Caranx latus Agassiz, 1831, conformando el 23% del total. Aparte de estos dos casos particulares, las especies más abundantes en las crestas fueron Abudefduf saxatilis (Linnaeus, 1758), S. adustus (Troschel, 1865) y T. bifasciatum. Los herbívoros presentes fueron especies pequeñas de loros y barberos,

y

los depredadores estuvieron representados por pargos también

pequeños, estos últimos con abundancias muy bajas (Tablas 45, 46 y 47). En los arrecifes frontales menos profundos (10 m ) las especies más abundantes fueron planctófagas (C. personatus, G. melacara C. cyanea y S. partitus). Las mismas constituyeron más del 50% en cada una de las estaciones (Tabla 44). A pesar que los depredadores fueron más abundantes que en las crestas, las especies de pargos y meros fueron poco abundantes y de talla pequeña (Tablas 45, 46 y 47). Los herbívoros estuvieron representados por especies pequeñas de loros y, en menor medida que en las crestas, por barberos.

30

En los arrecifes frontales más profundos (15 m) se apreció un aumento de los depredadores, tanto en número como en talla y especies, aunque las especies dominantes fueron planctófagas (C. lipernes Böhlke & Robins, 1962, C. personatus, C. parrae y C. cyanea) y pequeños herbívoros: S. iseri, S. diencaeus (Jordan & Rutter, 1897), Microspathodon chrysurus (Cuvier, 1830) y juveniles de S. vetula Bloch & Schneider, 1801. En esta zona ecológica aparecen números mayores de grandes meros y pargos (Tablas 45, 46 y 47). La cresta de Faro Cazones presentó mayores índices heterogeneidad y equitatividad de especies que la de Diego Pérez. Esta última, a pesar de poseer una abundancia total mayor, presentó

cuatro especies (H. flavolineatum, A.saxatilis, S. adustus y T.

bifasciatum) que conforman el 81% del total, lo que causa el bajo valor de equitatividad. La cresta de Faro Cazones presentó 10 especies que constituyeron el 80% del total. El valor de equitatividad es notablemente mayor, reflejando mejores condiciones para la comunidad íctica. Los arrecifes frontales menos profundos presentaron valores de abundancia muy cercanos igual que el número de especies. Las diferencias entre los valores tanto de diversidad como de equitatividad estuvieron dados por los porcentajes de las especies que componen el total de cada estación. En cayo Calvario solo dos especies representaron el 50% del total, mientras que en cayo Thaelman fueron

cuatro. Las diferencias en los

índices de diversidad de arrecifes frontales más profundos estuvieron determinadas fundamentalmente por la diferencia en la abundancia total de las especies y por los porcentajes de las mismas en la composición de la muestra. En los censos realizados en el 2012 se trabajó en cuatro crestas arrecifales donde las especies predominantes fueron T. bifasciatum, A. coeruleus, H. bivittatus y H. flavolineatum. Los herbívoros presentes fueron especies pequeñas de loros y barberos, al igual que los depredadores estuvieron representados por pequeños pargos (Tablas 45, 46 y 47). En los arrecifes frontales las especies C. personatus y S. iserti constituyeron el 76% del total de individuos (Tabla 44). Al igual que en el muestreo del 2010 se apreció un aumento de la densidad de los depredadores, fundamentalmente pargos. Este aumento se debe a la presencia de especies relativamente pequeñas como O. chrysurus. Arrecifes de Bahía de Cochinos En la zona de la Bahía de Cochinos se censaron los peces en cuatro sitios, con siete estaciones en total. Estos muestreos hicieron repitieron en dos años, 2011 y 2012.

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En este caso C. personatus, constituyó el 75 % del total de individuos (Tabla 48). En las Tablas 49, 50 y 51 se presentan la abundancia, talla y biomasa promedios de las familias de peces utilizadas como indicadores de salud arrecifal por la metodología AGRRA. De forma general el grupo de los herbívoros presentó mayor densidad en la estación Punta Perdiz terraza y menor, en las estaciones de Jaruco terraza y Los Cocos terraza. Dentro del grupo de los herbívoros, la familia Acanthuridae presentó mayores densidades en la estación de Punta Perdiz terraza, mientras que en las estaciones Jaruco terraza y Los Cocos terraza fueron más escasos. La mayor talla promedio se

observó en la

estación Jaruco terraza mientras que en Punta Perdiz terraza se obtuvo el menor valor de talla promedio. La biomasa estuvo condicionada positivamente por la densidad. Por su parte los representantes de la familia Scaridae fueron vistos con mayor densidad en la terraza de la estación de Punta Perdiz mientras que los mayores valores se observaron en la terraza de la estación de Jaruco. La mayor talla promedio se encontró en la terraza de Punta Perdiz mientras que en la estación de cabezos en Los Cocos se estimó la menor talla promedio. La terraza de Punta Perdiz (sigla), como era de esperar, presentó la mayor e biomasa, mientras que la estación de la terraza de Jaruco, el menor valor. Los carnívoros en general fueron más abundantes en la terraza de Punta Perdiz y en los cabezos de Cueva de los Peces, siendo más escasos en ambas estaciones del sitio Los Cocos. La biomasa presentó un comportamiento similar. La familia Lutjanidae fue más abundante en las estaciones terraza de Punta Perdiz y cabezos de Cueva de los Peces, lo que estuvo condicionado fundamentalmente por grandes cardúmenes de O. chrysurus, mientras que en cabezos de Jaruco se encontraron las menores densidades para esta familia. Punta Perdiz terraza también presentó la mayor

talla promedio junto a Jaruco

terraza y Los Cocos terraza, mientras que la menor talla promedio fue calculada para Cueva de los Peces cabezos. La mayor biomasa estuvo en Punta Perdiz terraza y los menores valores de la misma estuvieron en las estaciones Jaruco cabezos y Los Cocos cabezos. La familia Serranidae tuvo la mayor densidad en la estación de Punta Perdiz terraza y la menor en los cabezos de Los Cocos. La talla promedio fue mayor en la estación Jaruco cabezos mientras que el menor, en la estación Punta Perdiz terraza. La biomasa para los representantes de esta familia tuvo un comportamiento similar a la densidad, la mayor biomasa se registró para Punta Perdiz terraza mientras que el menor valor se calculó para Los Cocos cabezos. Esta familia estuvo representada casi en su totalidad por especies de pequeño tamaño: solamente se observaron dos individuos de M. tigris (Valenciennes, 1833). La familia Haemulidae fue más abundante en los cabezos de Jaruco y más escasa en las estaciones de Cueva de los peces cabezos y Los Cocos

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terraza. Sin embargo, la talla promedio fue mayor en la estación Los Cocos terraza mientras que fue menor en los cabezos de Jaruco. Pero la biomasa fue mayor en la estación Jaruco cabezos y menor en los cabezos de Cueva de los Peces. Durante los muestreos del año 2012, C. personatus y C. parrae, constituyeron el 56 % del total de individuos (Tabla 48). En general, los herbívoros fueron más abundantes en Cueva de los Peces cabezos y en Los Cocos terraza mientras que fueron más escasos en Cueva de los Peces terraza. La mayor biomasa estuvo en Cueva de los Peces cabezos y la menor, en Cueva de los Peces terraza y en los cabezos de Jaruco. La familia Acanthuridae presentó mayores valores de densidad en las estaciones de los cabezos de Jaruco y los cabezos de Los Cocos, siendo la de menor densidad la estación Cueva de los Peces terraza. La mayor talla promedio se obtuvo en Cueva de los peces cabezos mientras que los cabezos de Jaruco mostraron el menor valor. La biomasa fue mayor en los cabezos de Los Cocos mientras que en Cueva de los Peces terraza, menor. La familia de Scaridae presentó la mayor densidad en la estación Los Cocos terraza y el menor en los cabezos de Jaruco. Los mayores valores de talla promedio se calcularon para las estaciones de Cueva de los Peces cabezos, Jaruco cabezos y Los Cocos cabezos, mientras que la menor talla promedio se estimó en Los Cocos terraza. El mayor valor de biomasa estuvo en Cueva de los Peces cabezos y el menor en los cabezos de Jaruco. Los carnívoros, en general, fueron más abundantes en Cueva de los Peces, sobre todo en la estación de terraza. Sin embargo, la biomasa, que también fue mayor en Cueva de los Peces, presentó el valor más alto en la estación de cabezos. La familia Lutjanidae fue más abundante en los cabezos de Cueva de los Peces y menos, en los cabezos de Los Cocos. La mayor talla promedio también se obtuvo en los cabezos de Cueva de los Peces y en Los Cocos terraza mientras que el menor, se estimó en los cabezos de Los Cocos. Como era de esperarse, la mayor biomasa se halló en los cabezos de Cueva de los Peces mientras que la menor, en los cabezos de Los Cocos. La familia Serranidae fue más abundante en los cabezos de Cueva de los Peces y más escasa en los de Jaruco. La mayor talla promedio se estimó en la terraza de Cueva de los Peces mientras que la terraza de Jaruco tuvo el menor valor. La biomasa también fue mayor en la terraza de Cueva de los Peces mientras que fue menor en los cabezos de Jaruco. Esta familia estuvo representada casi en su totalidad por especies de pequeño tamaño; solamente se observaron dos individuos de M. tigris y uno de M. venenosa. La familia Haemulidae exhibió la mayor abundancia en la terraza de Jaruco, mientras que la menor fue en la terraza de Cueva de los Peces. Las mayores tallas promedio se alcanzaron en los cabezos de Cueva de los Peces y en Punta perdiz terraza, mientras que en Jaruco

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cabezos se presentó la menor. La terraza de Jaruco fue donde se obtuvo la mayor biomasa, mientras que el menor, en la terraza de Cueva de los Peces.

Arrecifes de Cienfuegos-Guajimico. La mayor abundancia estuvo representada por cuatro especies, las que conformaron el 87% del total de peces censados: C. personatus y C. parrae dominaron en los bordes externos de los camellones y canales (20 m ), C. cyanea dominó en las estaciones de camellones y canales de orientación horizontal (15 m), mientras que T. bifasciatum fue más abúndate en las crestas arrecifales (Tabla 52). Estas constituyen especies de pequeño tamaño y formadoras de cardúmenes relativamente grandes debido a su alimentación planctófaga. Los grandes depredadores estuvieron casi completamente ausentes. De los meros solamente se observaron 3 especies, una de las cuales es de pequeño tamaño y de las otras dos solo se observó un individuo de cada una. La familia de los pargos estuvo representada por cuatro especies, de ellas la más abundante fue la rabirrubia (O. chrysurus) y las tres restantes: L. apodus, L. mahogoni (Cuvier, 1828) y L. griseus (Linnaeus, 1758) se encontaron entre las de menor talla de la familia. Los loros, una de las familias de herbívoros ecológicamente más importantes en el arrecife, presentaron especies de pequeño tamaño. Entre los herbívoros los más abundantes estuvieron los barberos (familia Acanthuridae), estando presentes las tres especies de dicha familia registradas para Cuba. De las tres zonas ecológicas estudiadas la de mayor densidad de peces se encontró en los bordes externos de los camellones y canales, condicionado por los grandes cardúmenes de C. personatus. Las zonas más profundas presentaron un mayor número de especies, con los mayores densidades en los bordes externos de los camellones y canales. Pero los mayores índices de heterogeneidad y equitatividad estuvieron en el fondo de camellones y canales de orientación horizontal. Los bordes externos de los camellones y canales presentaron valores bajos de estos índices a pesar de presentar números de especies relativamente altos, lo que fue debido

también

a la gran

abundancia de C. personatus en comparación con el resto de las especies. Las crestas presentaron los menores números de especies pero valores de heterogeneidad y equitatividad mayores que los bordes externos de los fondos de camellones y canales. En las Tablas 53, 54 y 55 se presentan la abundancia, talla y biomasa promedios de las familias de peces utilizadas como indicadores de salud arrecifal por la metodología AGRRA.

Los herbívoros presentaron mayor biomasa que los carnívoros. Dentro del

primer grupo los loros (familia Scaridae) que fueron los más abundantes pero con tallas

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pequeñas. Los barberos predominaron en las crestas arrecifales, pero en estaciones profundas su abundancia y biomasa estuvieron por debajo de la de los loros.

3.6 Algas, cobo rosado, langosta espinosa y erizos negros. Las crestas en su generalidad estuvieron cubiertas por algas costrosas y césped algal (Tabla 56). En esta zona somera de embate las macroalgas calcáreas y carnosas no sobrepasaron el 10% juntas en ningún sitio. Las zonas posteriores de Sancho pardo presentaron mayor abundancia de algas carnosas compuestas fundamentalmente por el género Dictyota, además de diferentes especies de algas calcáreas. La composición de las algas en los arrecifes frontales fue muy variable entre zonas y profundidades (Tabla 57). En Sancho Pardo la cobertura algal fue alta en todas las estaciones (cubriendo cada espacio del sustrato desprovisto de cualquier animal sésil o coral muerto). Predominaron las macroalgas carnosas, de ellas los géneros Dictyota, Sargassum y la especie Lobophora variegata (Womersley ex E. C. Olivera, 1977), así como fue importante la biomasa del alga verde del género Microdictyum. En estos sitios también se encontraron porciones del sustrato con cianobacterias. Los arrecifes de San Felipe presentaron una composición y biomasa algal similar. La cobertura de macroalgas carnosas fue menor en el resto de las áreas. En el norte del Golfo de Cazones y Bahía de Cochinos en las estaciones más profundas (talud) dominaron las algas calcáreas del género Halimeda. El erizo negro de espinas largas D. antillarum presentó generalmente baja abundancia en los sitios de cresta, con excepción del

norte del Golfo de Cazones, con 2,5

individuos/m2 que es una densidad apropiada para este ecosistema. En el resto de las zonas ecológicas estuvo prácticamente ausente. Las estaciones del norte de Golfo de Cazones se destacaron por la abundancia de P. argus y S.gigas en la zona arrecifal, donde se contaron hasta cinco langostas dentro del tamaño de muestra de los corales (15 transectos de 10 m) y más de 10 cobos por transecto. En las demás zonas estuvieron presentes pero con mucha menor densidad.

4. DISCUSIÓN Corales pétreos. Meta-análisis espacio temporales realizados con datos del Atlántico Occidental indican que el cubrimiento vivo de coral en los arrecifes ha disminuido de manera generalizada y alarmante durante las últimas tres décadas (Gardner et al., 2003; Alcolado et al., 2009; Schutte et al. 2010). Gardner et al. (2003) refieren que se hasta el año 2001

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se había perdido en el área alrededor de un 11% de los arrecifes de coral y que hasta un 16% de este ecosistema se encontraba muy dañado. En los últimos años, los promedios medios de cubrimiento vivo en muchos arrecifes de la región son de alrededor del 10%, comparado con más de 50% registrado en los años 70 del siglo pasado (Gardner et al., 2005). Schutte et al. (2010) reportan un 58,1% de cubrimiento de coral vivo para los Flower Garden Banks, arrecifes profundos (entre 20 y 30 m de profundidad) del Golfo de México, aunque estos presentan características diferentes a los arrecifes del Caribe. Para los arrecifes de los Cayos de la Florida, subregión del Atlántico mejor estudiada, Schutte et al. (2010) dan un promedio un 8,5% de cubrimiento. Para el resto del Caribe (sin incluir La Florida), reportan un cubrimiento promedio general de 21,8 %. La iniciativa AGRRA reportó para el Atlántico Occidental (1999-2001) un cubrimiento vivo promedio de 14% para arrecifes de cresta y frontales juntos, 11% para las crestas arrecifales y 15 % para los arrecifes frontales (Kramer, 2003). Estos porcentajes coinciden con los de las evaluaciones efectuadas a gran escala en Belice y están por debajo del promedio del Caribe según datos de AGRRA, que registra un 20% para todos las crestas y un 26% para los arrecifes frontales (McField y Kramer, 2007). Estos autores reportan un promedio para los sitios de monitoreo sinóptico dentro del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) de 23% para arrecifes de crestas y frontales unidos. A su vez, García-Salgado et al. (2008) encontraron para el SAM un cubrimiento promedio de 23,7%. Por último, Alcolado et al. (2009a) promedian para Cuba después de una revisión de los estudios de Cuba de la década pasada, un 21% para los arrecifes de cresta y someros y un 18% para los arrecifes frontales. Nuestro estudio mostró un cubrimiento promedio de coral vivo, para las zonas de cresta y frontal juntas, de 20,9%, En las crestas y arrecifes someros el promedio es de 28,6%, mientras que en los arrecifes frontales es de 19,6. Se coincide de forma general con los reportes de Schutte et al. (2010) y McField y Kramer (2007) para el Caribe, aunque los arrecifes someros nuestros parecen tener un poco mejor grado de conservación si se analiza de forma individual este indicador. Sin embargo, no debemos engañarnos con este resultado más favorable dada la típica gran dispersión de los valores con respecto a los promedios, que sugieren que esa diferencia pueda no ser significativa. De las 14 estaciones de arrecifes someros estudiadas, solamente la cresta de Faro Cazones (Nirvana) y las dos estaciones de cabeceríos someros de Bahía de Cochinos presentan una condición verdaderamente favorable. En Nirvana se destaca el predominio de colonias vivas y saludables de A. palmata, principal formadora y más importante especie de las crestas arrecifales (Acropora Biological Review Team, 2005), con destacable diámetro máximo promedio de sus colonians y bajos porcentajes de

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mortalidad, enfermedades y cualquier otro tipo de daño. Los registros medios de cubrimiento en esta cresta están muy por encima de los reportados para las crestas más saludables del norte de La Habana (Caballero et al., 2009a) y las mejores crestas de las cayerías tanto del norte como del sur de la Isla (Alcolado et al., 2001a y b, y 2010). Según investigaciones de Alcolado et al. (2009b), después del paso cercano del Huracán Michelle en el 2001, se evidenció cierto destrozo y dispersión de ramas partidas de A. palmata, y corales volcados de Diploria spp. Posterior al paso del Huracán Dennis en el 2005 no se observó tanto daño, pero sí un enturbiamiento muy fuerte del agua. En el 2007 investigadores manejaron el criterio de que atendiendo a la cobertura aún elevada de A. palmata, en este sitio esta especie parecía conservar el potencial de recuperar con relativa rapidez el predominio inicial, si una menor frecuencia e intensidad de huracanes lo permitía (Alcolado et al., 2009b). En el presente trabajo se puede confirmar este criterio al observarse un número significativo de nuevas colonias jóvenes y saludables. Los arrecifes de parche o cabezos son estructuras que deben dejar escurrir muy fácilmente los sedimentos por su forma levantada y los surcos que aparecen entre corales vecinos. Estas estructuras del relieve han de haber rebasado con su altura la etapa crítica de amenaza de la fuerte suspensión de los sedimentos del fondo por el oleaje y ya tienen “vía libre” para seguir desarrollándose con la adición de nuevas colonias y/o el crecimiento de las ya existentes. Su estructura física, combinada con una buena iluminación (además de la existencia en el fondo de una capa de arena blanca, donde la relexión de la luz sobre esta puede brindar a los corales iluminación adicional (desde abajo). Además puede estar ocurriendo un suministro de materia orgánica particulada proveniente de la escorrentía en cantidad admisible por los corales. Lo explicado sugiere la existencia de condiciones ambientales idóneas para el establecimiento y desarrollo de una gran variedad de especies (Caballero et al., 2004). En esta bahía, protegida por su configuración geográfica, los arrecifes someros estudiados han podido resistir el embate de las olas de los huracanes Michelle (2001) y Dennis (2005), tanto las especies masivas predominantes (M. annularis especies, S. siderea y Diploria spp.) como las ramificadas (P. furcata y P. porites). Por su parte, las otras ocho crestas muestreadas presentaron un cubrimiento promedio de 27,4%. Sin embargo, A. palmata no aportó significativamente al mismo. De forma general se encontraron colonias con elevados porcentajes de mortalidad y en algunas estaciones se observó un alto porcentaje de colonias de pie pero 100% muertas. No hubo evidencia importante de recapamiento de tejido vivo o reclutamiento, lo que se puede vislumbrar una recuperación difícilmente probable de esta especie si las condiciones ambientales causantes se mantienen. En estas crestas predomina hoy un cubrimiento vivo

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de especies oportunistas, de crecimiento rápido y exitosas ante ambientes de estrés por oleaje y sedimentos: P. astreoides y M. complanata (Torres & Morelock, 2002), pero menos aptas para mantener la complejidad estructural de la cresta, disipar la energía del oleaje que incide sobre el litoral, y brindar refugio a diversos organismos. La situación de las crestas se asemeja con la de los reportes más recientes observados en general en Cuba. Alcolado (2010) a partir de publicaciones, informes y reportes de voluntarios de la Red de Monitoreo Voluntario de Alerta Temprana de Arrecifes Coralinos de Cuba resume que se observan diferentes grados de deterioro de las crestas, de las cuales 70% están muy deterioradas; 30% deterioradas, y solo unas pocas (8%), en buen estado o poco deterioradas. Sin embargo, hay tres noticias alentadoras en nuestro estudio en las crestas: durante el muestreo no se observó de forma activa la banda blanca en las colonias vivas de los acropóridos y los porcentajes de mortalidad reciente fueron bajos, causados más bien por agentes bioereocionantes (chopitas y peces loros); se observaron erizos negros D. antillarum (aunque mucho más escasos en Cienfuegos) y no predominaron macroalgas carnosas cubriendo el sustrato. Las zonas posteriores o resguardadas de Sancho Pardo tienen gran extensión, un cubrimiento de coral vivo medio de 26,7% (recordar que las zonas posteriores del SAM promediaron un 24,6% según García-Salgado et al., 2008), así como una elevada densidad de colonias y una diversidad de especies destacable para una zona somera. La mortalidad parcial en M. annularis y A. cervicornis (especies dominantes) influyó decisivamente en que no se alcanzasen mayores porcentajes de cubrimiento vivo de coral. A. cervicornis presentó amplias zonas con dominio absoluto, aunque con áreas con colonias parcialmente muertas, otras con colonias totalmente muertas

aunque

conservando íntegramente su esqueleto e importantes espacios o cementerios de fragmentos amontonados de la misma. No sería errado atribuir al paso de los huracanes parte de los daños parciales y totales que muestran ambas especies, sumado al efecto de los frentes fríos, eventos que actúan por mediación tanto del impacto mecánico como del efecto de los sedimentos, ambos generados por el fuerte oleaje. Un huracán puede contribuir a incrementar el cubrimiento de A. cervicornis (igual que A. palmata) gracias a su capacidad de fragmentación y supervivencia de sus fragmentos. Sin embargo, una mayor frecuencia de huracanes puede reducir considerablemente la cobertura de esta (Lirman y Fong, 1997). Se coincide en considerar a esta especie sensible al fuerte oleaje (Geister, 1977) y sus poblaciones vienen siendo las más afectadas en el Caribe ante los disturbios naturales (Alcolado et al., 2001a; Aroson y Pretch, 2001; Acropora Biological Review Team, 2005; Caballero et al., 2004, 2005 y 2009a).

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Los valores medios de cubrimiento vivo de coral en los arrecifes frontales parecen encontrarse ligeramente por debajo de la media reportada para el Caribe ya anteriormente citada, aunque se debe tener en cuenta que las estaciones muestreadas tuvieron un amplio margen de profundidades de trabajo (de 6 a 20 m de profundidad) y ubicaciones geográficas distintas. Es de esperar que aquellos sitios ubicados más abiertamente a barlovento (Sancho Pardo, las estaciones G9 y G10 de Guanahacabibes y San Felipe) presenten baja cobertura coralina, y fundamentalmente en las partes más someras del arrecife frontal (entre los 6 y 12 m de profundidad). Las condiciones de fuerte oleaje durante cierto período del

año unidas a una posible sedimentación natural existente

(particularmente de arena), deben actuar de forma abrasiva sobre las especies más sensibles al batimiento. Este tensor también puede influir negativamente sobre las tasas de crecimiento de los corales ya que un fuerte flujo producido por el oleaje conduce a una menor producción de carbono debido a que hace que los pólipos de coral se retraigan con mayor frecuencia de lo normal e influya negativamente sobre las zooxantelas y su proceso de fotosíntesis (Fabricius, 1995). Además puede afectar a los reclutas de coral, que en etapa temprana son menos resistentes a este disturbio natural Miller et al. (2000). La media de los indicadores biológicos (cobertura, densidad y talla) en los arrecifes frontales de los sitios más expuestos al oleaje, es parecida a la reportada en zonas arrecifales de Playa Santa Lucía (Busutil et al., 2011) y de Puerto Padre (Caballero inédito), localizadas al noroeste de Cuba. Son sitios que registran valores promedio bajos producto de una tensión hidrodinámica constante generada por una exposición abierta a los vientos alisios porvenientes del Océano Atlántico, que actúan de manera más frontal. El sustrato que impera en estos sitios es un pavimento rocoso (en vez de coralino), cubierto predominantemente por macroalgas carnosas resistentes al oleaje. La ubicación geográfica de los arrecifes de coral del Golfo de Cazones, Bahía de Cochinos, Cienfuegos-Guajimico y el segmento de María la Gorda (próximo a Cabo Corrientes, en Guanahacabibes), áreas relativamente protegidas de los vientos sures, hace que la tensión hidrodinámica no sea un factor físico tan severo y determinante sobre las comunidades de coral. Estas condiciones físicas propician que los arrecifes frontales tengan una importante diversidad de especies, mayor densidad de colonias y gran complejidad estructural del relieve. Estas áreas de arrecifes se encuentran además próximas a escurrimientos terrígenos donde al parecer predomina la materia orgánica particulada (MOP, fuente de alimento a los corales) pero sin llegar a niveles de aguas contaminada. Una moderada concentración de MOP puede proveer de energía extra e incrementa el crecimiento en muchas especies de coral, especialmente si hay un adecuado intercambio de aguas (en nuestro caso la estrechez de la plataforma favorece

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un intercambio oceánico) y una alta irradiación. Una moderada concentración de POM favorece el crecimiento del tejido coralino, el proceso de fotosíntesis y la supervivencia de las colonias adultas ante factores de estrés (Fabricius, 2005). En el caso de los arrecifes del norte Golfo de Cazones, los escurrimientos de la Ciénaga de Zapata provocan además un cierto aporte de sedimentación, siendo más intenso en la parte interior golfo. Sin embargo, al parecer los corales se encuentran adaptados a este disturbio crónico dado a los resultados que mostraron los indicadores biológicos medidos. A su vez, la abrupta pendiente arrecifal observada debe amortiguar el efecto de este disturbio y favorecer a los corales, además de que en las zonas más internas dominaron especies más tolerantes a la sedimentación. Los escurrimientos provenientes del Golfo de Batabanó (Claro, 2006) no parecen influenciar en igual forma sobre los arrecifes de San Felipe (además de que estos sitios ya cuentan con el factor adverso de recibir directamente fuertes vientos del sur en varios períodos del año e, históricamente, la mayor frecuencia de huracanes de todo el país). Cabe la posibilidad de que el contenido nutrientes orgánicos disueltos en el agua (NOD) sea alto, por el escurrimiento de aguas contaminadas de la Coloma y algunos ríos del sur de la provincia de Pinar del Río. Los NOD, contrariamente a la MOP, reducen el proceso de calcificación de los corales y favorecen el crecimiento de macroalgas carnosas (Fabricius, 2005). El área de San Felipe muestra con frecuencia cierta turbidez en las aguas (Zaimiuri Hernández, especialista del área protegida, com.per.) lo que desfavorece igualmente el proceso de calcificación en los corales. Otro factor en contra del desarrollo coralino en esa zona es que el fondo es bastante plano y casi horizontal hasta pasar los 20 m de profundidad, lo que favorece que los sedimentos no escurran se acumulen sobre el fondo.

Con el oleaje estos sedimentos se suspenden y afectan comunidades

bentónicas sésiles. En las zonas arrecifales geográficamente protegidas de los vientos predominantes (anteriormente mencionadas), los valores promedio de cubrimiento vivo deberían haber sido mayores atendiendo a la alta densidad de colonias existente en estas. Sin embargo, los corales presentaron una mortalidad parcial de superficie de 8,4% (mortalidad antigua) y 0,6 % (mortalidad reciente), y estos promedios serían más altos si se hubieran incluido en el análisis formaciones coralinas masivas imposibles de identificar ni definir sus contornos. Estas antiguas colonias se definieron como sustrato y no como corales (atendiendo a la metodología del protocolo de muestreo). Por lo tanto, estos arrecifes han venido sufriendo deterioro desde hace muchos años (entre ellos, los sitios de Cienfuegos-Guajimico mostraron mejor condición). En estos la mortalidad reciente observada no sobrepasa los valores medios reportados para la región. Por ejemplo, el promedio de mortalidad reciente

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en el SAM (1998-2001) fue de un 2%, similar al encontrado en el Caribe (McField y Kramer, 2007). Según Alcolado (2010), la tasa promedio ponderada de disminución anual del cubrimiento de corales en Cuba es de 1,6%. El autor refiere que es algo inferior al promedio que se estima a partir de los resultados de Gardner et al. (2003) para el Gran Caribe y al del Arrecife Mesoamericano (García-Salgado et al., 2008). Alvarez-Filip et al. (2009), citado por Alcolado (2010) muestra los resultados de un metanálisis al nivel del Gran Caribe en las últimas cuatro décadas donde sugiere que la complejidad arquitectónica del arrecife se destruye rápidamente en toda la región, obteniéndose una tendencia hacia el aplanamiento y con ello, todas las implicaciones ecológicas y socioeconómicas resultantes del mismo. El no contar con suficientes datos históricos de las zonas estudiadas, no nos permite realizar un mejor análisis espacio-temporal e inferir con más certeza las causas precisas de mortalidad en los arrecifes y desde cuándo y con qué magnitud es que vienen ocurriendo. Numerosos estudios en arrecifes del Caribe coinciden que las comunidades de corales cambiaron drásticamente en los años 80 del siglo pasado (Hughes, 1994; Gardner et al., 2003 y 2005; McField y Kramer, 2007, Schutte et al., 2010 y Alcolado et al. 2009a, 2011). Le atribuyen como causas de mortalidad a la combinación de diferentes factores: mortalidad masiva de acropóridos (a partir de 1981) producto a un brote masivo y letal de banda blanca (Aronson & Precht 2001, 2006), huracanes de gran intensidad (Mitch, Andrews, Gilbert), mortalidad masiva del erizo negro D. antillarum (Hughes 1994) y comunidades de peces herbívoros disminuidas, y causas de carácter local. Es difícil definir cuando comenzó el deterioro de A. palmata en Cuba. Ya en el 2001 se observó importante mortalidad de esta especie en los arrecifes de las cayerías de los Canarreos (Alcolado et al., 2010) y de Jardines de la Reina (Alcolado et al., 2001b), sin embargo en estos últimos arrecifes, en el año 1997, y en 1987 y 1988 en Canarreos, no se observaba igual deterioro que en el 2001 (Alcolado, com. per.). Esta especie igualmente ya se observaba con significativos daños en el archipiélago Sabana-Camagüey (norte de la isla) desde el 2001 (Alcolado et al. 2001c). Hay evidencias de mortalidad masiva de A. cervicornis en el arrecife somero del Rincón de Guanabo, al norte de La Habana, cuyas causas se atribuyeron al Huracán Alberto de 1981 que trajo mucha lluvia, lo

que debió provocar sustanciales cambios de salinidad,

unido a extracciones masivas del coral para el comercio (Martínez-Stalella y Herrera, 1989). También se reporta mortalidad masiva de la especie desde el 2000 en Cayo Largo del Sur (Alcolado et al., 2001a). En la mayor parte de los arrecifes frontales estudiados por este proyecto se observaron entre los 10 y 12 m de profundidad “cementerios” de esta

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especie. Dado el grado de erosión que presentaban los fragmentos del coral, la mortalidad debió haber ocurrido antes de esta década de alta frecuencias de huracanes. Al menos en Bahía de Cochinos ya desde 1998 se observaba mortalidad de esta especie (Caballero obs. per.). Igualmente, A. cervicornis hoy continúa deteriorándose. En nuestros estudios se observaron pocas colonias totalmente sanas, generalmente presentaron mortalidad parcial, antigua como reciente (ya sea por causa de banda blanca, enfermedad presente aunque en bajo porcentaje, blanqueamiento o depredadores). Hay otras especies que mostraron importante mortalidad en los arrecifes frontales: el complejo de especies de M. annularis. Estas aportan importante porcentaje al cubrimiento promedio de coral vivo ya que alcanzan tallas relevantes (Edmund y Elahi, 2007). Se reconocen como las principales constructoras de los arrecifes frontales limpios del Caribe y son indicadoras de favorabilidad ambiental (Kramer, 2003; McField y Kramer, 2007). De forma general, nuestro estudio mostró mortalidad parcial de moderada a alta en sus colonias, aunque se hizo muy evidente mayor mortalidad de estas especies en Guanahacabibes, Bahía de Cochinos y el sitio más occidental de Sancho Pardo. Esta última estación es un lugar que debe ser mejor resguardado del oleaje en esa zona (se ubica más tangencial al viento predominante), donde se aprecia un sustrato mayormente coralino aunque mayoritariamente muerto, características distintas en el resto de los sitios de esa área donde predominaba el pavimento rocoso de escaso relieve (Caballero et al. 2009a). Los estudios temporales de Guanahacabibes y Bahía de Cochinos indican una disminución de la talla del complejo de especies de M. annularis. Los huracanes de la pasada década pudieron haber influido en la mortalidad de la misma, no tanto por la acción el oleaje ya que como colonia masiva es bastante resistente al mismo (Rogers et al., 1991; Lugo et al., 1994 y 2000; Gardner et al. 2005; Fisco, 2008), sino por la sedimentación tras el paso de estos (en estos sitios con fondos de abundante arena, después del paso de un huracán intenso, esta se remueve por el oleaje y se deposita sobre los corales, lo que al menos en Bahía de Cochinos fue claramente observado después del Huracán Michelle). De la misma manera, brotes no tan masivos pero sí continuos de plaga blanca (enfermedad predominante) y los eventos anuales de blanqueamiento, deben estar haciendo mella en esta especie ya que son observados en cada visita a los arrecifes (Caballero, obs. per. y la Red de Monitoreo Voluntario de Alerta Temprana de Arrecifes Coralinos). Alcolado (2010) presenta para Cuba una incidencia promedio de enfermedades generalmente menor al 2% de las colonias y raramente mayor del 5%. Alcolado coincide con los criterios de Voss y Richardson (2006), Ward et al. (2006) y Lesser et al (2007), acerca de la disminución en la incidencia de enfermedades en corales en los últimos años

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según la Hipótesis probiótica de Reshef et al. (2006). Esta plantea que existe una relación dinámica entre los microorganismos simbióticos y el ambiente que trae consigo la selección del coral holobionte más ventajoso. Cambiando sus simbiontes microbianos, los corales podrían adaptarse al medio cambiante más rápidamente (días o semanas) que por vía mutación y selección (muchos años). De ahí se infiere que los microorganismos contribuirían (como supuestamente lo hacen también las zooxantelas) a la adaptación de los corales duros al cambio climático por cambios en su composición, haciéndolos más resistentes a las enfermedades de causa microbiana. Sin embargo, en el 2009 y 2010 Alcolado (2010) reporta repuntes de plaga blanca y de banda blanca (A. cervicornis). En nuestro estudio (2010-2012), los porcentajes de enfermedades en dos estaciones de Sancho Pardo (8,8% y 7,4%) fueron superiores a los reportados por Guardia et al. (2006) para cayo Levisa (3,5 % de colonias afectadas) en el 2003, a los de Bahía de Cochinos (3%, Caballero et al. 2004) en el 2003, a los del Archipiélago de los Canarreos (menos de1%, Alcolado et al. 2010) en el 2001, y parecidos a los de río Mosquito, al norte de La Habana (6%; Caballero et al. 2009) en el 2007. A su vez, Alcolado (2010) refiere que los reportes de blanqueamiento en Cuba comenzaron desde 1983, pero se hicieron más frecuentes a partir de 1994. Los años 1995, 1998, 2005 y 2009 han sido de blanqueamiento generalizado y con reportes de mayor intensidad tanto en Cuba como el Gran Caribe. A pesar de la intensidad con que ha ocurrido el blanqueamiento en numerosos puntos del país, esos reportes han indicado una marcada tendencia a la recuperación, con algunos casos aislados de mortalidad moderada, algunas de las cuales no han sido verificados debido a limitaciones logísticas. Nuestro estudio espacio-temporal en sitios con datos históricos de cubrimiento coralino, no muestran de manera general una variación significativa del mismo (aunque es bueno tener en cuenta la posible existencia de algún sesgo en el muestreo dado a que no fueron los mismos equipos de trabajo los que tomaron los datos), a pesar que este indicador tiende en algunos casos a disminuir. Nuestro análisis al parecer coincide con los criterios de Gardner et al. (2005), McField y Kramer (2007) y Schutte et al. (2010) donde plantean que no han ocurrido variaciones significativas en la cobertura coralina promedio en la región entre 1996 y 2006 (más bien refieren una lenta disminución). Se maneja la idea de que los resultados promedio regionales responden a que las pérdidas locales en algunos arrecifes han sido al parecer aproximadamente equilibradas por la recuperación de coral local en otros (Gardner et al., 2005). Si se interpretan los resultados espacio-temporales del cubrimiento vivo en Guanahacabibes como válidos, se pudiera inferir que en este arrecife durante los últimos años de calma (del 2006 a la fecha no han pasado huracanes y no se reportan otros disturbios significativos) las comunidades de coral muestran una

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acelerada recuperación. Esto no se aprecia igual de evidente en Bahía de Cochinos donde comparativamente se mantiene cierta tendencia hacia el deterioro de los corales. En Cazones la cobertura de los arrecifes someros tiende a disminuir en parte por la incidencia de los huracanes, no así la de los sitios más profundos. Faro Cazones, muestra una buena capacidad de recuperación desde la marcada caída de su cubrimiento en después de 2001. Que estadísticamente no se detecten diferencias significativas en el indicador cubrimiento vivo de coral, no quiere decir que no estén ocurriendo cambios en los arrecifes. De forma general se puede concretar por este estudio que en los arrecifes frontales ha ocurrido una disminución de la cobertura coralina del complejo de especies M. annularis igual que en el Caribe (Edmunds y Elahi, 2007), y a su vez un incremento de especies más resistentes y/o especies oportunistas o de mayor tasa de reclutamiento: S. siderea, P. astreoides y A. agaricites. Esto hace que se observen variaciones en el indicador diámetro medio de los corales dado a que estas nuevas especies predominantes alcanzan menor talla. Similares cambios, aunque con variaciones locales, han sido señalados por Aronson et al. (2004) para la región, que incluyen igualmente sustitución de A. palmata por P. astreoides y M. complanata en las crestas. También en sitios con A. cervicornis totalmente muertos se ha observado una colonización de A. teunifolia Dana, 1848 (Aronson et al., 2002). En nuestro caso con respecto a A. cervicornis se observó en algunos sitios crecer sobre los cementerios de la misma, colonias del también ramificado P. furcata, aprovechando oportunamente como base el sustrato de la especie anterior. Octocorales y Esponjas En las áreas estudiada, las comunidades de octocorales y esponjas ven reducida de forma variable su densidad, y en algunos casos su diversidad de especies. Atendiendo al objetivo de este trabajo, de evaluar el estado de estas comunidades bentónicas después de años con afectación por ciclones, se resumen los siguientes análisis. Las comunidades de octocorales de los Bajos de Sancho Pardo mostraron diferencias significativas en su estructura para algunos de los sitios estudiados. Condiciones ecológicas variables, como la profundidad, la resuspensión de sedimentos o la abrasión del oleaje en eventos extremos pueden ser algunos de los factores determinantes en esta distribución. A pesar de esto, de forma general el ambiente parece ser favorable desarrollo de la comunidad de octocorales. Los sitios de mayor diversidad coinciden con ser los más influenciados por el mar abierto, donde hay una mayor incidencia del oleaje y el sustrato no está colonizado principalmente por corales que compitan por el espacio. La densidad de colonias se puede catalogar como alta, coincidiendo con lo reportado por González-

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Díaz (2010), con incremento de especies de moderada tolerancia al oleaje como P. americana y P. acerosa, a alta, como G. ventalina, E. flexuosa, E. mammosa y algunas Pterogorgia sp. (Alcolado, 1981 y Olivera et al., 2010). Guardia et al. (2004), con datos del año 2001,

refiere que en la región de

Guanahacabibes la mayor abundancia registrada para los octocorales fue de 5 colonias/m2 en el plano rocoso y que en el resto de los lugares esta no excedía de 1 colonia/m2. Además, del total de

colonias de gorgonias contadas, 90% de ellas lo

formaban 10 especies. Los resultados de Guardia et al. (2004) concuerdan bastante con los obtenidos en este trabajo, donde la diversidad y la abundancia son bajas comparadas con otras áreas del país como Jardines de la Reina (Hernández et al. 2011) donde como promedio en los 15 m de profundidad hay 9 colonias/m2, e incluso lo obtenido por Varona et al. (2004) en la costa oriental de Bahía de Cochinos donde ya la densidad es baja, con promedio de 3,7 colonias/m². La baja diversidad y abundancia de octocorales encontrada en el presente estudio de Guanahacabibes indica un alto grado de severidad y baja posibilidad de hacer un pronóstico ambiental para las comunidades de octocorales de la zona (baja pronosticabilidad ambiental, sensu Preston y Preston, 1975). Sería erróneo inferir que pudieran deberse solo al paso de los fenómenos meteorológicos (huracanes), ya que también intervienen relaciones interespecíficas de competencia por el sustrato, fundamentalmente con los corales y las algas. Yoshioka y Yoshioka (1987) plantean que las consecuencias a corto plazo del huracán David sobre la comunidad de octocorales fueron altamente variables (en casos extremos la mortandad alcanzó el 100%) y que los patrones en la mortalidad de gorgonias no tenían relación con gradientes evidentes en la exposición a la tormenta (analizando la profundidad). Estos autores sugieren que los efectos locales de dicho huracán son más fácilmente relacionados con la coexistencia de las especies a grandes escalas espaciales que en lugar de a nivel local. La riqueza de especies de octocorales en norte del Golfo de Cazones (24 especies) se considera baja al compararla con las 35 especies registradas por Sánchez et al. (1997) en el suroeste del Caribe con menor esfuerzo de muestreo (716 colonias contra 1458 colonias contadas en esta investigación). La densidad de colonias también se considera baja si se compara con sitios del norte de Cuba, como la reportada por Caballero et al. (2005) en el arrecife del Rincón de Guanabo (5,2 colonias/m2), y con la de Alcolado et al. (2008) en el Archipiélago Sabana-Camagüey (5,7 colonias/m2). A juzgar por los bajos valores del ITH el oleaje en el norte del Golfo de Cazones se infiere como de poca intensidad. La mayor densidad de colonias se observó en una estación poco profunda

de de camellones y canales con poca pendiente y bajo

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cubrimiento de coral. Los factores determinísticos de estas comunidades podrían ser dos: la tasa de sedimentación existente en el área (lo indican los elevados porcentajes de especies de octocorales resistentes a la sedimentación) que esté afectando el reclutamiento, y la pendiente del sustrato relacionada a un proceso natural de colonización, en el que las larvas de los octocorales no tienen la misma factibilidad de fijarse a sustratos muy inclinados, como los de la mayoría de las estaciones de 20 m en las áreas de estudio. Un criterio que apoya esta segunda hipótesis es el predominio de B. asbestinum (se verá más adelante). Ambos factores pueden estar actuando de manera combinada que se refleje en la baja heterogeneidad y equitatividad de la gran mayoría de las estaciones. La acción de los huracanes podría haber influido en una disminución de densidad de las colonias, pero no se cuenta con datos históricos para comparar. La riqueza de especies en la Bahía de Cochinos (27 especies) también fue menor que reporte regional de Sánchez et al. (1997) (35 especies) con un menor esfuerzo de muestreo (716 colonias contra 1181 colonias contadas en esta investigación), pero superior a la de otras zonas del suroeste de Cuba como el Archipiélago de Los Canarreos, donde Guardia y González-Díaz, (2002)

obtuvieron 22 especies con un esfuerzo de

muestreo más elevado (1668 colonias). La diversidad de especies en este estudio también fue superior a la reportada por Varona et al. (2004) para este mismo arrecife (H´= 2,36 nats), mientras que la densidad total de octocorales disminuyó en comparación con la reportada en el 2004 (3,7 colonias/m2). La frecuencia de valores de H' entre 2 y 2,39 natios lleva a inferir que en la mayoría de las estaciones de la Bahía de Cochinos existen condiciones ambientales favorables para el desarrollo de comunidades complejas de octocorales. Los factores de resguardo contra el oleaje, disponibilidad y competencia por el sustrato, e inclinación del mismo parecen estar implicados. El número de colonias de octocorales que pueden ser encontradas en una zona está relacionado con el área disponible para la colonización (Kinzie, 1973). Yoshioka y Yoshioka (1989 b) plantean que la irregularidad del sustrato desde una escala de pocos centímetros a pocos metros, puede fuertemente favorecer o restringir la composición de las comunidades de octocorales, y que el sustrato vertical sostiene pocas especies de octocorales, mientras que uno plano a poco inclinado favorece su crecimiento. A pesar del predominio de P. homomalla y B. asbestinum, al parecer se está produciendo un ligero cambio en la estructura de la comunidad de octocorales en la Bahía de Cochinos. El predominio de P. kuekenthali, B. asbestinum y P. homomalla que existía en el año 2002 ha disminuido; mientras que se ha incrementado la abundancia relativa de especies tolerantes a regímenes hidrodinámicos más severos. Junto a esto, P. kuekenthali se ha desplazado hacia mayores profundidades, donde existe menor agitación del oleaje.

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Este posible cambio en la estructura de la comunidad de octocorales en la Bahía de Cochinos, se corresponde con un ligero incremento en los ITH que se reportan en los sitios, en comparación con los valores que existían en el 2002 (Varona et al., 2004). No obstante, los ITH reportados son inferiores a otras áreas más turbulentas de Cuba en profundidades similares a las de este trabajo (Herrera et al., 1997 y Varona et al., 2005), ya que es un sitio resguardado del efecto del oleaje debido fundamentalmente a su condición de bahía. El elevado predominio de B. asbestinum, también puede deberse a su forma de crecimiento, ya que es capaz de desarrollarse sobre sustrato biológico y en ocasiones hasta sobre otros octocorales (Humann, 1993). Además, la plánula de esta especie pudiera tener un alto éxito en colonizar hábitats con un sustrato inclinado, y donde exista una gran competencia entre los organismos sésiles por el espacio. Guardia y GonzálezSansón (1997) observaron a B. asbestinum predominando en el escarpe del arrecife frontal de playa Herradura en la región noroccidental de Cuba, y Sánchez et al. (1998) registraron la mayor densidad de esta especie en sitios con relieve elevado. El número de especies similar al de otras

de octocorales identificados en Cienfuegos-Guajimico fue

áreas del sur Cuba como el archipiélago Jardines de la Reina

(Hernández et al., 2011), la costa oriental de Bahía de Cochinos (Caballero et al., 2004) y la Reserva Ecológica Siboney-Juticí, en Santiago de Cuba, zona suroriental de Cuba (Olivera et al., 2010). La densidad fue relativamente baja principalmente en los 20 m de profundidad. Esto es comparable con las bajas densidades reportadas en el trabajo de Santiago de Cuba de Olivera et al. (2010) y se diferencia de otros como el de GonzálezDíaz et al. (2010) y Pérez-Angulo y de la Nuez (2011), donde la densidad sobrepasaba 5 colonias/m2). Los ITH como en el resto de las zonas resguardadas, se interpretan como bajos. Los huracanes de gran intensidad pueden constituir una amenaza para las comunidades de esponjas, aunque los efectos son diferentes según las características morfológicas de las especies en cuestión. Aun cuando la fragmentación de estos organismos puede favorecer su multiplicación y renovación de especies, el aumento en la frecuencia, persistencia e intensidad de los huracanes impediría la recuperación de estas comunidades (De la Nuez et al., 2011). Otra

fuente de estrés de estos fenómenos

meteorológicos es la resuspensión de sedimentos que provoca la tupición de los poros inhalantes de las esponjas, conduce a un mal funcionamiento y termina con la muerte (Alcolado, 1986). Además, los desplazamientos horizontales de sedimentos del fondo provocaran el enterramiento de individuos con consecuente mortalidad. El efecto del oleaje sobre la dinámica de los sedimentos puede ser grande; una ola de tormenta de 5 m

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de altura, puede resuspender sedimentos hasta los 40 m de profundidad (Salazar-Vallejo, 2002). En el caso del área del Bajo de Sancho Pardo, las bajas densidades encontradas pudieran estar determinadas no solo por los huracanes de la década, sino también por los sistemas frontales invernales con componente norte que con diferente grado de intensidad inciden, provocando vientos y marejadas fuertes que deben condicionar en alguna medida composición y estructura de las comunidades de esponjas. Nuestros resultados coinciden con los encontrados en Cayo Levisa (sitio ubicado más al este) por Guardia et al. (2006), quienes plantean que de los grupos bentónicos estudiados (algas, esponjas, octocorales y corales), las esponjas fueron las menos abundantes, con densidades medias en los biotopos profundos de 4,13 individuos/m2, mientras que en las zonas de crestas (1-3 m) y cabezos (4-8 m), fueron aún menores. Sin embargo, a pesar de la baja densidad, esta zona mostró una elevada riqueza de especies; aunque la dominancia en la mayoría de las estaciones fue de especies resistentes a la resuspensión de sedimentos y al oleaje. La baja densidad de esponjas en las estaciones expuestas a los vientos sures en Guanahacabibes pudiera deberse a las condiciones más adversas y casi constantes que presenta el ambiente hacia el oeste la Península. Además es una zona de las más frecuentemente expuestas

a huracanes y sures. Durante el periodo 1969-1999, los

eventos ciclónicos no fueron muy frecuentes ni intensos en la zona de Guanahacabibes, pues en 30 años sólo se reportaron en la península un huracán categoría 3, una tormenta tropical y tres depresiones tropicales. Sin embargo, del 2000 hasta el presente se incrementó la frecuencia y la intensidad de dichos fenómenos pudiendo causar estragos en aquellas estaciones de la zona oriental, normalmente protegidas del viento. En tres de las estaciones muestreadas en el norte del Golfo de Cazones, la densidad de esponjas ha disminuido en un 50% al compararla con los resultados inéditos de P. M. Alcolado de 1985. Es muy probable que lo mismo haya ocurrido en los sitios restantes, a juzgar por las bajas densidades encontradas (inferiores a los 10 individuos/m2). La diversidad de esponjas también disminuyó (sobre todo R 1 ). En esta zona no existió un predominio de ninguna especie en particular y las más abundantes fueron comunes a todos los arrecifes coralinos de Cuba. Lo anterior coincidió igualmente con los resultados inéditos de P. M. Alcolado. Sin embargo, con igual esfuerzo de muestreo, en se registró menor número de especies que en 1985. La causa de la disminución de la diversidad y densidad de esponjas en la zona parece más asociable al paso de los huracanes, dado que las condiciones de baja tensión hidrodinámica y el aporte de MOP imperantes, son beneficiosas para este grupo bentónico.

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En Bahía de Cochinos no existió predominio de ninguna especie en particular, coincidiendo con lo encontrado por Caballero et al. (2009b). Sin embargo, con igual esfuerzo de muestreo por sitio y con la mitad del número de sitios estudiados, el total de especies identificadas para esta área superó en 12 al de la mencionada publicación. En este caso el efecto de fragmentación y dispersión post-huracán parece haber favorecido la multiplicación del número de individuos y la renovación de las especies. Las bajas densidades de esponjas encontradas así como que los sitios de Los Cocos mostraran los menores valores, también coincidieron con los resultados de Caballero et al. (2009b). Que sólo en una estación existiera una disminución significativa de la densidad reafirma que esta área es muy constante ambientalmente (excepto por el paso de los huracanes), pues se encuentra a sotavento, protegida de los vientos alisios, de los invernales del norte y de los sures. Los índices de diversidad alcanzados también confirman lo anterior, puesto que R 1 mostró un ligero incremento solo en dos estaciones, mientras que H' y J' permanecieron casi invariables con relación al muestreo de 2002 de dichos autores. Peces, algas y erizos negros El Bajo de Sancho Pardo reflejó un estado aceptable de conservación de sus asociaciones de peces. Fue la zona donde se censó el mayor número de especies (113), de ellas 20 consideradas sensibles a la sobrexplotación pesquera por su gran tamaño y su calidad como alimento. Incluso se censaron tres especies de grandes loros (familia Scaridae) que actualmente son muy escasas en la mayoría de los arrecifes de Cuba. González-Sansón et al. (2009) encontraron un gradiente de afectaciones antropogénicas entre el norte del Cabo de San Antonio (Pinar del Río) y las inmediaciones de la entrada de la Bahía de La Habana (La Habana). Las estaciones más alejadas de la gran urbe habanera (incluyendo Sancho Pardo) presentaron mejores condiciones de conservación de las asociaciones de peces. La composición y estructura de estas asociaciones varió negativamente a medida que las estaciones de estudio estuvieron más cerca de La Habana. Debido a que estos autores utilizaron una metodología de muestreo diferente al del presente estudio se dificultan las comparaciones de ambos resultados. No obstante, se pudo apreciar que los resultados del Test de SIMPER que obtuvieron GonzálezSansón et al. (2009) muestran coincidencias entre las especies más abundantes en los hábitats de crestas (S. adustus y H. bivittatus) y no-crestas (S. partitus,C. cyanea y G. loreto) con respecto a los resultados que se presentan en el presente informe. Los estudios previos de Guanahacabibes no coinciden totalmente en los mismos puntos de muestreos, salvo dos de ellos (Yemayá y Cuevas de Pedro). Lo último permite realizar comparaciones para conocer cómo se ha comportado la densidad y la biomasa

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de las principales familias entre los dos años. En las Figuras 37 y 38 se aprecian valores de densidad y biomasa del año 1999 (Claro y Cantelar, 2003) graficados junto a los obtenidos en el presente estudio en la estación Yemayá. Se puede apreciar claramente que ha existido un aumento en la abundancia de los representantes de estas familias así como en su biomasa. Claro y Cantelar (2003) achacaron la baja densidad de grandes carnívoros y herbívoros, en 1999, a la pesca ilícita, fundamentalmente la submarina, pero Cobián y Chevalier (2009) plantean que ya en el período 2003-2004 las regulaciones establecidas por el Parque Nacional habían reducido estas actividades ilícitas. No obstante haberse observado ejemplares de meros y pargos relativamente grandes (30– 50 cm) su densidad fue baja, lo que demuestra que aún persiste la pesca furtiva. En los tres estudios que se compararon, de forma general las especies más abundantes en las estaciones de camellones y canales, fueron las mismas (C. personatus, C. parrae, S. partitus y C. cyanea). En las figuras 39 y 40 se aprecian graficados los índices de diversidad H’ y equitatividad J’, de las estaciones Cuevas de Pedro y Yemayá en los años 1999, 2003, 2004 y 2010. Se puede ver que no existen grandes diferencias entre cada uno de los estudios. Lo anterior permite confirmar que los resultados presentados permiten inferir que la principal amenaza a las asociaciones de peces del área protegida en la Zona de Guanahacabibes es la pesca ilícita. Al comparar los resultados en la Zona de San Felipe con otras zonas relativamente cercanas (el Archipiélago de los Canarreos, a partir de monitoreo AGRRA realizado en el 2001 por el Instituto de Oceanología de Claro y Cantelar, inédito) se encontraron mejores condiciones en San Felipe teniendo en cuenta la densidad y talla promedio de las familias más importantes de peces. No obstante aunque se observaron ejemplares grandes de meros (familia Serranidae) y de pargos (familia Lutjanidae) estos fueron escasos lo que evidencia igualmente presión pesquera sobre las asociaciones de peces del área protegida. En el caso del área del norte de Cazones, de forma general se apreció una tendencia a la disminución de la densidad y la biomasa de carnívoros y herbívoros entre los muestreos del año 2010 y el 2012. Aunque al comparar los valores de densidad y biomasa de las principales familias los obtenidos en el estudio AGRRA del 2001, las asociaciones de peces de este estudio se encontraron en mejores condiciones. Incluso esta área se encuentra entre las de mayor número de especies. No obstante la presión de pesca parece existir. En Bahía de Cochinos se obtuvieron las mayores cantidades de individuos censados, debido a grandes cardúmenes de C. personatus, coincidiendo con los resultados de Chevalier y Cárdenas (2005). De hecho esta especie junto a C. parrae y C. cyanea fueron

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las más abundantes en ambos estudios. En las figuras 41, 42 y 43 se muestran las densidades de las principales familias de peces en tres estaciones en los años 2003 (Chevalier y Cárdenas, 2005), 2011 y 2012. Se puede observar una clara tendencia al aumento de la densidad de los loros (familia Scaridae) y de los pargos (familia Lutjanidae). Lo mismo ocurre con los valores de biomasa de estas familias (figuras 44, 45 y 46). En la zona, desde el 2003, han existido altos niveles de pesca furtiva, pero se ha venido realizando un trabajo de protección del área que comienza a dar resultados positivos, aunque aún queda mucho por hacer. Durante los buceos para los censos del presente informe se observaron (fuera de los recorridos de muestreo) grandes individuos de la familia Serranidae (incluso se vio un ejemplar de E. itajara (Lichtenstein, 1822), Guasa) que se comportaron de manera huidiza, lo que reafirma que aún se realiza pesca submarina en la zona. Chevalier y Cárdenas (2005) plantearon que uno de los factores que permiten a Bahía de Cochinos presentar buen estado de conservación de sus asociaciones de peces

es su

distanciamiento de grandes núcleos poblacionales. Lo anterior contrasta con lo observado en la zona de Cienfuegos, donde los indicadores de salud arrecifal (cubrimiento vivo de coral, diámetro máximo de las colonias etc.) fueron los mejores entre todas las zonas trabajadas, y sin embargo presentó los indicadores más deficientes en cuanto a la salud de las asociaciones de peces. Esta diferencia se debe a la gran afectación que está ejerciendo la sobrepesca en el área (la presencia de varias hileras de redes de captura de fondo a lo largo del litoral). Se debe tener en cuenta que de todas las zonas estudiadas, ésta es la que más cerca se encuentra de un gran núcleo poblacional, que es la ciudad de Cienfuegos. Al consultar el Informe AGRRA del 2001 en el Archipiélago Jardines de la Reina (Claro y Cantelar, inédito), donde las asociaciones de peces eran consideradas mejor conservadas en Cuba (dado a que se encuentran en una zona establecida como área protegida estricta desde hace muchos años y además por su ubicación distante a la costa, es muy difícil el acceso a la misma por pescadores furtivos), se puede apreciar que los la densidad, biomasa y talla promedios son superiores a los del presente estudio (Tablas 58, 59 y 60). Esto evidencia que el principal impacto en las asociaciones de peces de casi todas las estaciones trabajadas es la sobrepesca. De forma general se encontró afectación a determinadas especies de talla mediana y grande, principalmente de las familias Lutjanidae (pargos), Serranidae (meros), Carangidae (jureles) y Sphyraenidae (barracudas). Hodgson y Liebeler (2002) plantean que cuando los arrecifes se encuentran sometidos a una pesca intensa, el patrón común de respuesta sería la merma inicial de los depredadores (Serranidae y Lutjanidae

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fundamentalmente), seguido de la merma de los herbívoros (fundamentalmente representantes de la Familia Scaridae). Este tipo de pesquerías selectivas altera la composición de dichas asociaciones (Aguilar et al. 2004) lo que incrementa los niveles de diversidad

dominados

por

especies

fundamentalmente de las familias

de

pequeño

tamaño

(Baisre

2000),

Pomacentridae (chopas), Labridae (doncellas),

Scaridae (loros) y Acanthuridae (barberos). Sin embargo, los resultados obtenidos en el presente estudio presentan valores más altos de biomasa de herbívoros, carnívoros así como densidad de las familias de peces más importantes en el SAM (Tablas 61 y 62) (García-Salgado, 2006). Por otra parte el tipo de hábitat constituye uno de los factores más influyentes sobre la variación espacial en la estructura de las asociaciones de peces costeros. Aguilar y González-Sansón (2000) señalan que las asociaciones de peces se hacen más equitativas en aguas más someras como resultado de condiciones desfavorables que impiden la presencia de especies que forman grupos más abundantes en profundidades mayores. Con respecto a la diversidad dichos autores plantean que a medida que aumenta la profundidad, las condiciones del ambiente se hacen más estables, disminuye el estrés y el sustrato presenta más heterogeneidad espacial, dicho índice aumenta. En el presente estudio, las estaciones más profundas (terrazas, camellones y canales), a pesar de su complejidad estructural, al parecer propician una menor diversidad lo que podría deberse al elevado número de individuos de especies planctófagas. El caso que más se destaca es el de la especie C. personatus, esta especie formaba grandes cardúmenes de miles de individuos asociados al fondo. Sus mayores abundancias estuvieron en los bordes de los taludes arrecifales y las tallas de sus individuos fueron del orden de 1 a 2,5 centímetros. Feary et al. (2008) presenta evidencias que sugieren

que la salud del

hábitat desempeña un papel importante en la estructura de dichas asociaciones. NúñezLara et al. (2005) refieren que además de los factores geomorfológicos, los factores antropogénicos también tienen gran influencia en la composición de las comunidades de peces. La escases general de peces herbívoros, unida a la práctica

ausencia de erizos

negros de espinas largas, son las causas más probaples para un predominio de macrolagas carnosas en los arrecifes frontales estudiados. Algo diferente se aprecia en las crestas (al menos en las de Cazones), aunque se debe señalar que en este estrato más somero influye también el mayor grado de batimiento, donde las algas costrosas resisten mejor el mismo y por lo tanto compiten mejor por el sustrato disponible. Los valores se asemejan a los reportados en la región dado que estas causas igualmente se generalizan en el Atlántico (García-Salgado, 2006). La variabilidad entre zonas no es

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comparable, ni se decidió analizar otro posible factor (nutrificación, radiación solar, composición específica) debido que los muestreos no se hicieron en igual época. Las algas muestran gran una variabilidad estacional (Lapointe, 1999) y los años de trabajo variaron bastante en cuanto a los períodos de seca y lluvia. En los años 1983-84 el erizo negro de espinas largas D. antillarum sufrió una pandemia de causa desconocida, que devastó casi totalmente sus poblaciones en la región. Eso trajo como consecuencia la inmediata la proliferación explosiva de gran cantidad de algas en detrimento de los corales duros (Lessios, 1994) y Cuba no escapó a esa situación (Alcolado, 2010). Según este autor, en el 2001 se observó ya una tendencia a la recuperación en Cuba y el Caribe, pero esa recuperación no ha podido sostenerse en varias localidades debido a frecuentes impactos de huracanes. En la actualidad aparece abundando en crestas, sin embargo

en los arrecifes frontales es raro encontrarlo

(coincidiendo con los resultados nuestros). Se le ha observado con densidades superiores a 1 individuo/m2 en algunas áreas del litoral habanero, al sur de la Península de Zapata y oeste de Jardines de la Reina (González et al., 2007; Martín-Blanco et al., 2010; Alcolado et al., 2010).

5. CONCLUSIONES •

En las áreas de estudio, la composición y estructura de las comunidades de corales, octocorales y esponjas no sugiere a la contaminación como un disturbio incidente. La tensión hidrodinámica y los sedimentos, la irregularidad del relieve y verticalidad del fondo, parecen ser los factores determinantes fundamentales.



Una disminución generalizada del cubrimiento de coral vivo viene ocurriendo desde finales del siglo pasado. Donde, además de los ciclones, las enfermedades y el blanqueamiento pudieran ser otros agentes causales de mortalidad, y el cubrimiento del fondo por algas carnosas un inhibidor de su recuperación. Los sitios de arrecifes frontales con menor tensión hidrodinámica mantienen mayor cobertura de coral.



Los huracanes y demás disturbios, han provocado cambios en el porcentaje de dominancia de las principales especies de coral constructoras de los arrecifes someros y frontales. Se apreció un incremento en la abundancia de S. siderea, A. agaricites y P. asteroides, especies más resistentes al fuerte oleaje y la sedimentación y/o de mayor tasa reproductiva. Disminuyeron su abundancia y condición A. palmata, A. cervicornis y el complejo de especies de M. annularis, corales de mayor talla e importancia ecológica.

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La

acción

de

los

huracanes

durante

la

pasada

década

no

se

refleja

significativamente en la estructura actual de las comunidades de octocorales. Al parecer la capacidad de recuperación de este grupo de los impactos de

estos

eventos meteorológicos es alta.



La acción de los huracanes durante la pasada década sí influyó en la estructura de comunidades de esponjas, atendiendo al mayor grado de vulnerabilidad de este grupo ante estos eventos meteorológicos. Se observa menor riqueza y muy baja densidad en muchos de los sitios.



La escasez o ausencia de las grandes especies de peces carnívoros y herbívoros, señala a la sobrepesca como el impacto más severo sobre las asociaciones de peces en las todas las áreas estudiadas. La baja biomasa de estos grupos de forma general repercute en la estructuración de las comunidades de peces y sobre los porcentajes de cubrimiento de macroalgas carnosas en la mayoría de los sitios.



De las zonas de estudio, Cienfuegos-Guajimico y el norte del Golfo de Cazones mostraron la mejor condición para el bentos (áreas resguardadas). CienfuegosGuajimico presentó la peor condición de los peces, con poblaciones muy deprimidas.

6. RECOMENDACIONES •

Los sitios de arrecifes que mostraron capacidad de resistir y recuperarse de los impactos del cambio climático deben permanecer o ser incluidos en áreas efectivamente protegidas. Incrementar las medidas de protección a peces herbívoros y carnívoros, así como las medidas de control sobre la pesca ilícita.



Dar seguimiento más sistemático a la ocurrencia de enfermedades microbianas y eventos de blanqueamiento, cuantificando realmente los porcentajes de mortalidad en las colonias de coral, concluidos

esos eventos. Cuantificar de manera más

precisa los daños de futuros huracanes sobre las comunidades bentónicas. •

Dar seguimiento a la actividad turística de buceo en Bahía de Cochinos y su efecto sobre los corales, debido a la intensidad de la misma en cierto período del año, concentrada en solo dos puntos del área de arrecifes.



Estudiar posibles programas de restauración de corales en aquellos sitios deteriorados que alberguen todavía importante fauna marina y sean suficientemente resilientes como para disminuir considerablemente los riesgos de pérdida de esfuerzo y recursos financieros invertidos (incluyendo análisis de costos-beneficios).

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Especies Montastraea annularis especies Siderastraea siderea Agaricia agaricites Porites astreoides Montastraea cavernosa Stephanocoenia intercepta Porites furcata Porites porites Diploria strigosa restantes

BC2

BC3

BC9

BC10

BC20

BC21

2003 2011 2003 2011 2003 2011 2003 2011 2003 2011 2003 2011 2003 2011 28,0 36,8 29 25,8 18 20,7 27 19,8 40 15,5 21 22,6 25 17,1 13,2 14,0 11 24,7 10 19,4 15 24,7 13 17,5 13 19,5 14 24,8 15,8 13,5 13 8,2 39 17,6 6 3,7 8 16,5 9 10,5 4 17,8 9,2 9,9 18 7,7 11 8,1 4 7,4 10 12,4 21 10,5 27 8,5 4,6 2,3 6 7,7 4 0,9 11 11,7 1 4,1 4 4,5 4 5,4 0,0 0,0 0 3,3 5 18,0 1 6,2 0 5,2 5 9,0 3 5,4 0,7 12,3 1 7,1 1 7,2 1 6,2 1 5,7 3 4,5 0 5,4 9,9 6,4 8 1,1 0 0,0 4 2,5 3 1,5 2 1,5 2 3,1 2,0 0,0 0 1,1 1 0,0 10 3,1 2 6,2 1 5,3 1 1,6 16,7 4,7 13 13,2 11 8,1 21 14,8 21 15,5 22 12,0 22 10,9

Tabla 17. Valores promedio de indicadores de condición de los corales pétreos en siete estaciones del Golfo de Cazones en los años 2001 y 2012. Indicadores y años Cubrimiento (%) Estaciones

2001

2012

Diámetro máximo (cm) 2001

2012

Densidad (col./10m) 2001

2012

C1

48,6

30,1

93,4

77,8

15,0

8,2

C2

31,0

28,8

79,9

76,2

9,5

8,8

C3

15,0

20,1

33,7

22,8

17,6

12,1

C6

70,6

62,8

96,0

133,1

16,2

8,2

C8

25,9

22,0

42,1

30,8

19,3

18,4

C10

17,3

24,5

29,3

24,7

12,4

14,3

C14

16,1

21,1

33,7

23,0

18,0

11,9

Tabla 18. Predomino (%) de especies de octocorales en cada área.

Especies Pseudopterogorgia americana Briareum asbestinum Eunicea flexuosa Gorgonia ventalina Pseudopterogorgia bipinnata Plexaura kuekenthali Pseudopterogorgia elisabethae Plexaura homomalla Muriceopsis flavida Gorgonia flabellum Eunicea tourneforti Erythropodium caribaeorum Pseudoplexaura flagellosa Eunicea mammosa Eunicea calyculata forma typica Pseudoplexaura porosa Pseudopterogorgia acerosa Plexaurella dichotoma Eunicea calyculata forma coronata Eunicea succinea Plexaurella nutans Muricea pinnata Gorgonia mariae Eunicea palmeri Eunicea laxispica Eunicia laciniata Pterogorgia citrina Pterogorgia anceps Pseudoplexaura crucis Muricea elongata Plexaurella grisea Muricea atlantica Eunicea clavigera Eunicea fusca Muricea laxa Muricea muricata Pterogorgia guadalupensis Pseudopterogorgia rigida No. de colonias No. de estaciones

Zonas Sancho Pardo Guanahacabibes Golfo de Cazones Bahía de Cochinos Cienfuegos-Guajimico 15,3 32,3 32,6 5,6 1,3 5,9 17,8 15,0 17,4 26,6 6,3 22,1 4,1 6,7 6,4 6,0 2,7 4,2 10,6 11,1 7,2 12,2 9,8 0,8 1,8 3,5 0,0 14,0 10,1 3,2 17,0 0,0 0,0 6,4 0,7 2,6 0,0 0,3 10,8 5,0 6,5 0,0 2,5 5,3 3,6 0,0 0,0 0,0 0,0 15,2 3,2 0,0 0,2 3,5 8,1 1,1 0,0 5,3 2,6 4,0 2,3 0,0 0,5 7,0 3,0 4,8 0,2 0,2 4,3 2,0 0,5 1,9 5,2 1,5 1,2 1,6 6,0 0,1 1,4 1,1 4,7 1,6 0,1 0,5 0,8 3,4 1,0 0,6 0,3 1,0 0,1 0,0 2,9 1,0 0,0 0,9 0,0 0,0 2,1 0,9 0,3 1,0 0,5 0,9 0,1 1,0 0,0 1,2 0,0 0,1 1,0 0,6 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,1 0,0 1,6 0,0 0,5 0,0 0,4 0,3 0,3 0,0 0,2 0,0 0,7 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,1 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,1 0,0 0,0 0,1 0,0 0,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,1 0,0 0,0 0,0 0,0 2687 242 1458 1181 880 14 7 12 18 12

Tabla 19. Abundancia relativa (%) por especies de octocorales en Bajos de Sancho Pardo. Índices biológicos y densidad de individuos. Ver siglas de las estaciones en la tabla 1. ITH: Índice de tensión hidrodinámica. ERS: especies resistentes a la sedimentación. Estaciones y profundidad (m) Zonas ecológicas

SP1

SP3

SP4

SP7

SP8

SP10

SP11

SP12

SP13

SPGE

SP16

SP17

SP19

SP20

Profundidad (m)

4

10

15

10

15

4

1,5

10

15

5

10

15

10

15

Pseudopterogorgia elisabethae Pseudopterogorgia americana Pseudopterogorgia bipinnata Muriceopsis flavida Eunicea flexuosa Gorgonia ventalina Briareum asbestinum Eunicea mammosa Pseudopterogorgia acerosa Plexaura kuekenthali Plexaurella dichotoma Eunicea tourneforti Plexaura homomalla Pseudoplexaura flagellosa Pseudoplexaura porosa Pterogorgia citrina Pterogorgia anceps Erythropodium caribaeorum Gorgonia mariae Muricea pinnata Eunicea succinea Pseudoplexaura crucis Eunicea calyculata forma typica Plexaurella grisea Eunicia laciniata Muricea atlantica Plexaurella nutans Eunicea clavigera Muricea elongata Muricea muricata Eunicea calyculata forma coronata Pterogorgia guadalupensis Pseudopterogorgia rigida Eunicea palmeri No. de marcos No. de colonias No. de especies Heterogeneidad de Shannon Equitatividad de Pielou ITH (%) ERS (%)

Densidad (colonias/m2)

3,9 1,1 35,2 5,0 3,4 8,4 31,3 1,7 0,0 1,1 1,7 0,6 2,2 1,1 0,0 0,0 0,0 0,6 0,6 0,0 0,0 0,6 0,0 0,6 0,0 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,6 30 179 19 1,91 0,65 16 3

47,6 11,4 21,0 1,9 1,0 9,5 1,0 0,0 1,9 1,0 0,0 0,0 0,0 1,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 105 11 1,58 0,66 10 13

59,2 15,5 16,5 1,9 0,0 3,9 1,0 1,0 1,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 103 8 1,24 0,59 5 17

31,1 35,0 0,6 1,1 2,3 0,6 2,3 1,1 4,0 1,7 5,1 2,3 0,0 3,4 1,1 0,0 0,0 0,0 2,8 0,6 2,8 1,1 0,0 0,6 0,0 0,0 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 177 20 2,00 0,67 11 44

24,7 19,2 0,0 1,4 17,8 1,4 4,1 1,4 1,4 5,5 0,0 4,1 0,0 9,6 0,0 0,0 0,0 2,7 1,4 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 1,4 0,0 1,4 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 73 17 2,24 0,79 25 21

0,0 0,5 1,0 0,0 6,1 3,1 34,2 2,6 0,0 14,3 2,6 2,0 10,2 4,6 3,6 0,0 0,0 10,7 0,0 0,0 0,5 3,1 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 30 196 17 2,18 0,77 16 3

0,0 1,5 0,0 0,0 13,7 21,4 3,8 6,9 0,0 0,8 2,3 8,4 21,4 1,5 13,7 0,0 0,0 0,8 0,0 0,8 0,0 2,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 131 15 2,17 0,80 53 4

33,8 17,2 5,4 3,3 5,4 6,6 1,5 2,1 9,7 2,1 1,5 2,1 0,3 1,5 1,5 0,0 0,3 0,0 0,6 0,0 1,8 0,6 0,0 0,3 0,6 0,9 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 331 23 2,30 0,73 18 29

35,3 6,1 14,6 7,5 3,7 6,4 2,4 2,0 5,4 4,1 0,3 2,0 0,0 3,1 0,0 0,0 0,0 0,3 2,0 0,3 0,7 0,0 1,0 0,0 1,0 0,0 1,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 30 295 22 2,30 0,75 16 12

0,0 11,0 1,6 2,2 8,2 4,4 0,0 25,3 2,2 1,1 8,8 7,7 1,6 1,6 1,1 11,0 0,0 0,0 0,0 4,9 0,0 1,1 1,1 0,5 0,0 1,1 0,0 0,0 1,6 1,6 0,0 0,0 0,0 0,0 30 182 21 2,52 0,83 68 33

0,0 16,7 1,8 20,6 8,2 8,5 0,0 6,0 9,2 5,3 5,7 3,5 0,7 1,8 0,4 1,4 0,0 0,0 1,1 2,8 0,4 0,7 2,1 1,1 0,7 0,0 0,7 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 282 23 2,56 0,82 35 33

0,0 6,2 1,5 38,3 5,6 3,4 0,0 4,0 10,5 9,3 4,6 4,9 0,0 0,9 0,6 1,2 0,0 0,0 1,9 0,6 1,9 0,3 1,9 0,0 0,6 0,3 0,0 0,6 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 324 22 2,28 0,74 26 23

0,0 26,8 0,0 7,5 8,0 2,8 0,0 11,7 5,6 0,0 11,7 5,6 0,0 0,5 0,0 1,9 8,9 0,0 0,5 4,2 0,9 0,0 0,5 0,9 0,0 1,4 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 213 18 2,35 0,81 51 55

2,1 45,8 2,1 0,0 4,2 3,1 1,0 1,0 15,6 3,1 3,1 1,0 0,0 2,1 0,0 1,0 7,3 0,0 1,0 0,0 2,1 0,0 1,0 1,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,0 1,0 0,0 0,0 30 96 20 2,05 0,68 23 74

6,0 ± 2,4 3,5 ± 1,6 3,4 ± 1,9 5,9 ± 2,4 2,1 ± 1,0 7,0 ± 2,0 4,4 ± 1,3 11,0 ± 3,7 9,8 ± 3,3 6,1 ± 1,6 9,4 ± 2,3 10,8 ± 3,8 7,1 ± 2,0 3,2 ± 1,3

Tabla 20. Abundancia relativa (%) de especies de octocorales por estación en Guanahacabibes. Índices biológicos y densidad de colonias. Ver siglas de las estaciones en la tabla 1. ITH: Índice de tensión hidrodinámica. ERS: especies resistentes a la sedimentación.

Especies Pseudopterogorgia americana Eunicea flexuosa Briareum asbestinum Pseudopterogorgia bipinnata Pseudoplexaura porosa Gorgonia ventalina Eunicea calyculata forma typica Pseudopterogorgia acerosa Plexaurella dichotoma Plexaurella nutans Gorgonia mariae Eunicea laxispica Eunicea mammosa No. de marcos cuadrados No. de colonias No. de especies Riqueza de Margalef ITH (%) ERS Densidad (colonias/m2)

Estaciones y profundidad (m) G1 G3 G6 G7 G8 G9 G10 13 13 10 13 13 13 13 37,8 45,7 11,3 89,1 33,3 0,0 9,1 6,7 6,5 62,3 0,0 55,6 14,3 9,1 2,2 8,7 1,9 0,0 0,0 57,1 54,5 42,2 37,0 0,0 6,3 0,0 0,0 0,0 0,0 2,2 5,7 0,0 0,0 7,1 27,3 4,4 0,0 7,5 0,0 0,0 7,1 0,0 4,4 0,0 5,7 3,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 11,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 7,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 7,1 0,0 2,2 0,0 1,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 3,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,6 0,0 0,0 0,0 30 30 30 30 30 30 30 45 46 53 64 9 14 11 7 5 8 4 3 6 4 1,30 0,87 1,52 0,65 0,43 1,09 0,65 16 7 75 5 56 29 9 38 46 11 89 44 7 9 1,5 ± 1,4 1,5 ± 1,1 0,3 ± 0,6 1,8 ± 1,5 0,4 ± 0,6 2,1 ± 2,0 0,5 ± 0,5

Tabla 21. Abundancia relativa (%) por especies de octocorales en el Golfo de Cazones. Índices biológicos y densidad de individuos. Ver siglas de las estaciones en la tabla 1. ITH: Índice de tensión hidrodinámica. ERS: especies resistentes a la sedimentación. C3 10

Especies Pseudopterogorgia americana Briareum asbestinum Plexaura kuekenthali Pseudopterogorgia bipinnata Erythropodium caribaeorum Eunicea calyculata typica Gorgonia ventalina Eunicea flexuosa Eunicea calyculata coronata Muriceopsis flavida Muricea pinnata Plexaurella dichotoma Plexaurella nutans Pseudoplexaura flagellosa Plexaura homomalla Eunicea mammosa Muricea laxa Eunicea laciniata Eunicea fusca Eunicea tourneforti Pseudopterogorgia acerosa Eunicea succinea Pseudoplexaura porosa Muricea elongata No. de marcos No. de colonias No. de especies Heterogeneidad de Shannon Equitatividad de Pielou ITH ($) ERS(%) 2

Densidad (col./m )

C5 20

CG 6

C7 10

C8 15

Estaciones y profundidad (m) C9 C11 C12 20 10 15

C13 20

C16 10

C17 15

C18 20

55,7 38,0 36,9 13,4 18,3 81,9 0,0 4,7 30,0 32,1 15,8 64,9 27,3 30,8 8,5 22,3 67,6 2,8 1,3 5,8 0,0 2,4 7,9 3,5 2,9 1,0 4,2 8,9 0,0 1,4 69,2 50,0 30,0 0,0 0,0 0,0 0,3 7,7 0,0 0,0 1,4 5,6 0,0 0,0 0,0 47,6 55,3 0,0 0,6 2,9 0,0 0,6 0,0 0,0 16,7 18,6 3,3 7,1 5,3 8,8 1,5 3,4 1,3 7,0 1,4 1,4 2,6 5,8 20,0 4,8 7,9 5,3 3,2 1,9 19,9 12,7 2,8 0,0 1,3 1,2 6,7 1,2 0,0 0,0 3,8 2,4 14,4 13,4 2,8 0,0 1,3 1,2 0,0 3,6 2,6 3,5 1,8 1,9 2,5 4,5 1,4 5,6 2,6 4,7 6,7 0,0 0,0 3,5 0,0 0,0 5,9 10,8 2,8 0,0 2,6 4,7 0,0 1,2 0,0 1,8 0,3 2,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 3,3 0,0 2,6 5,3 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,3 1,2 0,0 0,0 2,6 1,8 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 1,4 0,0 1,2 0,0 0,0 0,0 1,8 0,9 1,0 1,3 0,0 0,0 0,0 1,3 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 2,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 2,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 1,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,0 0,0 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,9 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,5 0,0 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 341 208 236 157 71 72 78 86 30 84 38 57 15 18 13 14 9 7 10 12 7 8 8 10 1,35 1,86 1,90 2,21 1,12 0,76 1,11 1,68 1,63 1,37 1,46 1,37 0,50 0,64 0,74 0,84 0,51 0,39 0,48 0,68 0,84 0,66 0,70 0,59 10,0 7,7 39,0 33,8 9,3 1,4 6,4 9,3 26,7 9,5 13,1 10,5 56,3 38,5 36,9 14,0 18,3 81,9 1,3 5,8 30,0 32,1 18,4 66,7 6,9 ± 2,4 11,4 ± 3,5 2,4 ± 2,4 2,4 ± 1,5 5,2 ± 2,1 7,9 ± 2,9 1,0 ± 1,0 2,9 ± 1,6 2,6 ± 1,2 1,3 ± 0,9 1,9 ± 1,7 2,8 ± 1,4

Tabla 22. Abundancia (%) de especies de octocorales por estación en Bahía de Cochinos. Índices ecológicos, ITH: índice de tensión hidrodinámica, ERS: porcentaje de especies resistentes a la sedimentación. Ver siglas de estaciones en la tabla 1.

Especies Briareum asbestinum Plexaura homomalla Gorgonia ventalina Plexaura kuekenthali Pseudoplexaura flagellosa Eunicea flexuosa Pseudopterogorgia elisabethae Pseudopterogorgia americana Muriceopsis flavida Eunicea mammosa Eunicea tourneforti Erythropodium caribaeorum Eunicea succinea Eunicea calyculata typica Pseudoplexaura porosa Eunicea calyculata coronata Plexaurella nutans Pseudopterogorgia bipinnata Pseudopterogorgia acerosa Eunicea laxispica Plexaurella dichotoma Gorgonia mariae Pseudoplexaura crucis Muricea muricata Eunicea fusca Eunicea laciniata Gorgonia flabellum No. de marcos No. de colonias Riqueza de Margalef ITH ERS Densidad (col./m2)

BC1

BC2

BC4

BC8

BC9

BC10

BC11

BC12

BC13

BC14

BC15

BC16

BC17

BC18

BC19

BC20

BC21

BC22

5

10

20

4

8

15

20

5

10

15

20

10

15

20

8

10

15

20

46,7 0,0 0,0 16,7 0,0 0,0 20,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 3,3 0,0 0,0 3,3 1,9 0,0 0,0 35,8 46,2 0,0 52,8 38,5 3,3 1,9 7,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 3,3 1,9 0,0 3,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,9 0,0 0,0 0,0 7,7 0,0 3,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 30 30 30 53 13 1,52 1,30 0,65 23,3 1,9 0,0 0,0 52,8 38,5 1,0 ± 1,0 1,8 ± 1,7 0,4 ± 0,6

2,6 26,7 7,8 7,8 8,6 10,3 0,0 0,0 7,8 18,1 0,0 0,9 0,9 0,0 6,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,7 0,0 0,0 0,0 0,0 30 116 2,39 36,2 0,0 3,9 ±1,5

11,3 13,2 22,6 15,1 5,7 5,7 0,0 0,0 11,3 9,4 0,0 0,0 3,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 53 1,95 37,7 0,0 1,5 ±1,5

15,9 0,0 9,1 9,1 0,0 2,3 20,5 2,3 13,6 0,0 2,3 13,6 2,3 0,0 0,0 0,0 2,3 2,3 2,3 0,0 2,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 44 2,82 15,9 6,8 1,4 ±1,7

9,5 0,0 9,5 9,5 0,0 19,0 11,9 2,4 0,0 2,4 2,4 14,3 2,4 2,4 0,0 0,0 4,8 4,8 2,4 2,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 42 3,04 35,7 4,8 1,8 ±1,9

3,0 27,3 10,1 4,0 16,2 10,1 0,0 0,0 4,0 15,2 3,0 0,0 0,0 0,0 3,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 3,0 0,0 0,0 1,0 0,0 0,0 0,0 30 99 2,39 42,4 3,0 3,3 ±1,7

9,2 27,6 8,2 14,3 12,2 7,1 0,0 1,0 5,1 5,1 5,1 0,0 1,0 0,0 4,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 98 2,39 26 1,0 3,3 ±2,0

32,6 2,3 4,7 11,6 4,7 0,0 0,0 0,0 2,3 0,0 14,0 0,0 9,3 11,6 0,0 0,0 2,3 0,0 0,0 4,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 43 2,17 30 0,0 1,4 ±1,4

23,3 0,0 30,0 16,7 3,3 0,0 0,0 0,0 3,3 0,0 13,3 0,0 6,7 0,0 0,0 0,0 0,0 3,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 30 1,52 43 0,0 1,0 ±0,9

9,0 26,2 9,0 13,9 9,8 5,7 0,0 0,8 3,3 13,1 4,1 0,8 0,8 0,8 1,6 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 122 3,04 32,8 1,6 4,1 ±1,7

28,1 10,9 9,4 14,1 14,1 6,3 0,0 1,6 1,6 1,6 4,7 0,0 3,1 3,1 0,0 0,0 0,0 0,0 1,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 64 2,60 25,0 3,1 2,1 ±1,6

28,8 5,8 19,2 11,5 3,8 3,8 0,0 0,0 5,8 0,0 13,5 3,8 0,0 1,9 0,0 0,0 0,0 0,0 1,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 52 2,17 38,5 1,9 1,7 ±1,7

15,3 24,4 4,6 11,5 9,9 10,7 0,0 0,0 3,1 6,9 0,0 0,8 0,0 4,6 7,6 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 131 2,39 26,7 0,0 4,4 ±1,9

16,2 7,7 11,1 11,1 16,2 7,7 0,0 1,7 1,7 6,0 0,9 4,3 0,0 2,6 2,6 4,3 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 2,6 0,0 0,0 0,9 0,9 0,9 30 117 3,91 29,1 1,7 3,9 ±1,8

22,9 6,3 12,5 12,5 14,6 18,8 0,0 0,0 8,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 4,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 48 1,52 31,3 0,0 1,6 ±0,9

38,5 0,0 3,8 19,2 3,8 7,7 0,0 0,0 11,5 0,0 0,0 3,8 3,8 0,0 0,0 7,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 26 1,74 11,5 0,0 0,9 ±0,9

Tabla 23. Abundancia (%) de especies de octocorales en Cienfuegos- Guajimico. Índices de diversidad e indicadores biológicos. Ver siglas de estaciones en la tabla 1.

Especies Briareum asbestinum Gorgonia flabellum Gorgonia ventalina Eunicea tourneforti Eunicea flexuosa Plexaura homomalla Erythropodium caribaeorum Muriceopsis flavida Plexaura kuekenthali Pseudoplexaura flagellosa Eunicea mammosa Pseudopterogorgia bipinnata Eunicea palmeri Pseudopterogorgia americana Eunicea calyculata Pseudoplexaura porosa Plexaurella dichotoma Eunicea succinea Pseudopterogorgia acerosa Pseudopterogorgia elisabethae Eunicea laciniata Eunicea laxispica Muricea elongata Plexaurella nutans Muricea pinnata No. de marcos cuadrados No. de colonias No. de especies Heterogeneidad de Shannon Equitatividad de Pielou ITH (%) ERS Densidad (col./m2) +DS

CG1 1

CG2 5

CG3 10

CG4

CG6 1

CG7 15

CG8 20

CG10 15

cG12 20

CG13 5

CG14

20

10

20

0,0 85,1 1,1 2,3 2,3 9,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 87 5 0,58 0,36 91 0,0 1,1± 1,3

38,7 0,0 12,9 2,4 7,3 11,3 0,8 7,3 4,0 8,1 2,4 0,0 0,0 0,0 0,8 4,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 124 12 1,98 0,80 26 0,0 4,1± 2,0

36,0 0,0 8,8 6,4 9,6 8,8 1,6 8,8 12,0 1,6 3,2 0,0 0,0 0,0 0,8 0,8 0,0 0,8 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 125 14 2,06 0,78 29 0,0 4,2± 2,6

58,8 0,0 2,9 0,0 2,9 0,0 23,5 0,0 5,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,9 0,0 2,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 34 7 1,23 0,63 12 2,9 1,1± 1,5

0,0 96,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 3,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 32 2 0,14 0,20 97 0,0 2,9± 3,6

4,7 0,0 10,4 14,2 20,8 10,4 0,9 6,6 7,5 6,6 0,9 0,0 5,7 5,7 2,8 0,0 0,0 0,9 1,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 106 15 2,40 0,89 49 7,5 3,5± 2,1

18,9 0,0 10,8 13,5 8,1 0,0 0,0 10,8 2,7 0,0 0,0 16,2 0,0 0,0 2,7 0,0 2,7 2,7 2,7 2,7 0,0 2,7 2,7 0,0 0,0 30 37 14 2,35 0,89 38 5,4 1,2±1,3

18,4 0,0 6,6 23,7 9,2 5,3 1,3 2,6 1,3 5,3 1,3 0,0 11,8 0,0 0,0 0,0 1,3 1,3 0,0 1,3 7,9 0,0 0,0 1,3 0,0 30 76 16 2,31 0,83 42 1,3 2,5±1,7

28,9 0,0 9,2 15,8 5,3 1,3 13,2 3,9 3,9 2,6 2,6 0,0 1,3 1,3 1,3 0,0 3,9 1,3 1,3 0,0 0,0 1,3 0,0 0,0 1,3 30 76 18 2,32 0,80 38 6,6 2,5±1,5

10,4 0,0 42,7 2,1 5,2 10,4 0,0 0,0 0,0 6,3 6,3 0,0 0,0 8,3 0,0 5,2 0,0 0,0 1,0 2,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 96 11 1,91 0,79 56 9,4 3,2±1,9

49,3 0,0 11,6 0,0 5,8 2,9 1,4 2,9 1,4 5,8 7,2 0,0 0,0 0,0 2,9 2,9 1,4 0,0 2,9 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 69 14 1,88 0,71 29 4,3 2,3±1,7

55,6 0,0 16,7 16,7 0,0 0,0 5,6 0,0 0,0 0,0 0,0 5,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 18 5 1,25 0,77 33 0,0 0,6±0,8

CG16

Tabla 24. Predomino (%) de especies de esponjas en cada área. Zonas Especies

Sancho Pardo

Guanahacabibes

Golfo de Cazones

Bahía de Cochinos

Ircinia felix

12,9

2,0

13,8

9,3

Aplysina cauliformis

24,2

3,8

4,7

4,3

2,3

7,9

9,7

15,5

Cliona aprica

12,6

5,4

1,2

12,4

Aplysina fistularis

10,5

6,5

5,5

3,3

Ectyoplasia ferox

2,6

4,2

8,3

9,5

Iotrochota birotulata

0,3

10,4

7,8

3,4

Ircinia strobilina

0,3

14,1

3,0

2,0

Smenospongia aurea

1,3

3,4

5,2

7,8

Aiolochroia crassa

Mycale laevis

1,8

8,0

1,6

5,8

Mycale laxissima

1,2

8,6

3,6

1,6

Niphates erecta

0,5

0,7

10,5

2,3

Cliona delitrix

0,4

3,6

4,7

0,6

Dictyonella funicularis

2,0

5,0

0,0

1,7

Verongula rigida

1,3

2,6

1,7

1,6

Callyspongia vaginalis

1,5

3,5

0,4

0,2

Cliona varians

2,0

0,1

2,6

0,7

Cliona caribbea

0,0

0,4

0,4

3,4

Verongula gigantea

0,2

0,0

1,7

1,7

Agelas wiedenmayeri

0,7

1,4

0,1

1,0

Amphimedon compressa

1,0

1,3

0,4

0,5

Agelas sceptre

0,0

0,0

2,7

0,5

Erylus bahamensis

0,0

0,0

0,0

3,0

Clathria venosa

2,7

0,0

0,0

0,3

Tectitethya crypta

2,8

0,0

0,0

0,0

Chondrilla caribensis

0,4

0,0

0,3

2,1

Scopalina ruetzleri

1,1

1,2

0,2

0,1

Agelas dispar

2,2

0,1

0,0

0,0

Aplysina lacunosa

0,9

0,4

0,7

0,1

Xestospongia muta

0,9

0,1

0,4

0,7

Aplysina fulva

0,0

0,2

1,9

0,0

Monanchora arbuscula

0,0

0,0

2,0

0,0

Plakortis angulospiculatus

1,6

0,0

0,1

0,2

Callyspongia plicifera

0,2

0,7

0,4

0,2

Niphates digitalis

0,3

0,0

0,4

0,9

Callyspongia fallax

0,6

0,0

1,0

0,0

Clathria sp.

0,5

0,1

0,0

0,9

Ptilocaulis marquezi

1,4

0,0

0,0

0,0

Cinachyrella kuekenthali

0,4

0,0

0,2

0,7

Spheciospongia vesparium

0,0

0,7

0,5

0,1

Dragmacidon reticulatus

0,5

0,0

0,6

0,0

Aplysina archeri

0,3

0,4

0,1

0,4

Agelas clathrodes

0,4

0,4

0,0

0,2

Aka coralliphaga

0,0

0,4

0,6

0,0

Pandaros acanthifolium

0,9

0,0

0,0

0,0

Diplastrella megastellata

0,8

0,0

0,0

0,0

Agelas conifera

0,1

0,0

0,4

0,2

Hyrtios proteus

0,1

0,2

0,0

0,3

Geodia neptuni

0,0

0,5

0,0

0,0

Ptilocaulis walpersi

0,0

0,5

0,0

0,0

Hyrtios violacea

0,0

0,0

0,0

0,4

Xestospongia carbonaria

0,0

0,4

0,0

0,0

Niphates amorpha

0,0

0,0

0,0

0,4

Aka xamaicaense

0,0

0,2

0,1

0,0

Agelas citrina

0,3

0,0

0,0

0,0

Polymastia nigra

0,3

0,0

0,0

0,0

Spirastrella coccinea

0,3

0,0

0,0

0,0

Halichondria melanadocia

0,0

0,2

0,0

0,0

Axinella corrugata

0,0

0,0

0,2

0,0

Clathria virgultosa

0,0

0,1

0,1

0,0

Petrosia pellasarca

0,1

0,0

0,0

0,0

Axinella morchella

0,1

0,0

0,0

0,0

Phorbas amaranthus

0,1

0,0

0,0

0,0

Agelas cerebrum

0,1

0,0

0,0

0,0

Agelas cervicornis

0,0

0,0

0,1

0,0

Neofibularia nolitangere

0,0

0,0

0,0

0,1

Zvenzea zeai

0,0

0,0

0,0

0,1

Clathria calla

0,1

0,0

0,0

0,0

Haliclona implexiformis

0,1

0,0

0,0

0,0

Tedania ignis No. de esponjas No. de estaciones

0,0

0,0

0,1

0,0

1187

734

1238

936

12

7

8

6

Tabla 36. Abundancia relativa (%) por especies de esponjas en Bajos de Sancho Pardo. Índices de diversidad, contaminación y densidad de individuos. Ver siglas de las estaciones en la tabla 1. Estaciones y profundidad Especies Aplysina cauliformis Ircinia felix Cliona aprica Aplysina fistularis f. insularis Tectitethya crypta Clathria venosa Ectyoplasia ferox Aiolochroia crassa Agelas dispar Dictyonella funicularis Cliona varians Mycale laevis Plakortis angulospiculatus Callyspongia vaginalis Ptilocaulis marquezi Verongula rigida Smenospongia aurea Mycale laxissima Scopalina ruetzleri Amphimedom compressa Pandaros acanthifolium Aplysina lacunosa Xestospongia muta Diplastrella megastellata Agelas weidenmayeri Callyspongia fallax Dragmacidon reticulatus Niphates erecta Clathria sp. Cynachyrella kuekentali Cliona delitrix Agelas clathrodes Chondrilla caribensis Niphates digitalis Ircinia strobilina Agelas citrina Iotrochota birotulata Aplysina archeri Polymastia nigra Spirastrella coccinea Verongula gigantea Callyspongia plicifera Petrosia pellasarca Axinella morchella Phorbas amaranthus Agelas cerebrum Agelas conifera Hyrtios proteus Clathria calla Haliclona implexiformis No. de marcos cuadrados No. de individuos No. de especies Riqueza de Margalef 2

Densidad (individuos/m ) ± DE

SP3

SP4

SP7

SP8

SP10

SP12

SP13

SPG

SP16

SP17

SP19

SP20

4

10

10

15

4

10

15

5

10

15

10

15

0,0 16,7 42,7 44,2 0,0 46,2 47,3 4,2 27,1 15,6 17,8 28,2 7,3 19,0 7,3 1,8 14,4 12,6 8,4 20,8 13,6 16,4 23,3 9,9 65,5 26,2 1,8 0,9 44,1 3,9 2,3 4,2 0,0 0,8 0,0 1,4 0,0 19,0 32,7 1,8 0,0 15,9 8,4 25,0 10,0 3,1 6,8 2,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 16,7 0,7 0,0 16,4 0,0 0,0 0,0 0,0 1,8 0,0 0,0 0,8 12,5 3,6 7,8 1,4 4,2 0,0 4,8 0,9 4,4 0,0 2,8 3,1 0,0 2,9 1,6 0,0 11,3 0,0 0,0 2,7 4,4 0,0 2,8 5,3 0,0 1,4 0,8 1,4 8,5 0,0 0,0 0,0 1,8 0,0 0,6 1,5 0,0 7,1 14,8 0,0 0,0 7,3 0,0 0,0 0,0 0,0 7,1 6,1 0,0 3,6 0,0 0,0 0,0 1,8 4,8 1,8 0,0 7,6 3,3 0,0 0,0 0,7 0,8 0,0 2,8 1,8 2,4 0,9 0,9 4,2 0,6 0,8 4,2 2,1 0,8 2,7 0,0 0,0 0,0 0,9 1,8 3,4 0,0 0,8 0,0 4,3 6,3 0,0 1,4 7,3 0,0 0,0 1,8 0,9 0,0 0,0 0,0 2,9 0,8 4,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 2,3 4,1 9,9 0,0 0,0 2,7 1,8 0,0 1,1 2,3 4,2 0,7 0,0 2,7 0,0 0,0 0,0 2,7 2,7 4,2 1,1 0,0 0,0 2,1 0,8 1,4 0,0 1,8 0,0 0,0 2,7 0,0 0,0 2,3 0,0 0,0 0,0 0,0 7,0 1,8 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 11,0 0,0 1,8 0,0 0,0 0,0 9,3 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 1,8 0,9 0,0 0,8 4,2 0,0 0,0 0,0 2,8 0,0 2,4 0,0 1,8 0,0 0,5 1,5 0,0 0,0 0,8 0,0 4,2 0,0 0,0 0,9 1,8 0,0 0,0 0,0 0,0 1,4 2,3 0,0 4,2 0,0 2,4 0,0 3,5 0,0 0,6 1,5 0,0 0,7 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,7 0,0 0,0 0,0 0,0 2,9 3,1 0,0 0,0 3,6 0,0 0,0 1,8 0,0 0,0 1,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 4,7 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 1,8 0,0 0,6 0,8 0,0 1,4 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 4,2 0,7 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,8 0,0 0,6 2,3 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,5 0,0 0,8 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 3,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 4,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,7 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 2,4 0,0 0,0 1,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,9 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,7 0,0 0,0 0,0 0,0 3,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 3,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,6 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 0,9 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 30 55 42 110 113 118 182 131 24 140 128 73 71 10 10 14 28 15 16 22 10 29 29 16 15 2,25 2,41 2,77 5,71 2,88 4,31 2,83 5,67 5,77 3,50 3,28 2,93 1,8 ± 0,7 1,4 ± 0,5 3,7 ± 1,0 3,8 ± 0,5 3,9 ± 0,7 6,1 ± 1,2 4,4 ± 0,7 0,8 ± 0,3 4,7 ± 0,5 4,3 ± 0,5 2,4 ± 0,5 2,4 ± 0,5

Tabla 26. Abundancia (%) de especies de esponjas por estación en Guanahacabibes. Índices de diversidad. Ver siglas de las estaciones en la tabla 1 Estaciones y profundidad (m)

Especies Ircinia strobilina Iotrochota birotulata Mycale laxissima Mycale laevis Aiolochroia crassa Aplysina fistularis Cliona aprica Dictyonella funicularis Ectyoplasia ferox Aplysina cauliformis Cliona delitrix Callyspongia vaginalis Smenospongia aurea Verongula rigida Ircinia felix Agelas wiedenmayeri Amphimedon compressa Scopalina ruetzleri Callyspongia plicifera Spheciospongia vesparium Niphates erecta Geodia neptuni Ptilocaulis walpersi Aplysina lacunosa Xestospongia carbonaria Cliona caribbea Agelas clathrodes Aka coralliphaga Aplysina archeri Hyrtios proteus Aka xamaicaense Aplysina fulva Halichondria melanadocia Agelas dispar Xestospongia muta Clathria sp. Clathria virgultosa Cliona varians No. de marcos cuadrados No. de individuos No. de especies Riqueza de Margalef 2

Densidad (individuos/m ) ± DE

G1

G3

G6

G7

G8

G9

G10

12

12

10

12

12

12

12

10,9 4,7 1,6 14,1 23,4 15,6 3,1 1,6 4,7 0,0 0,0 14,1 1,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,6 1,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 64 14 2,82 2,1 ± 1,7

26,3 0,0 5,0 8,8 7,5 6,3 6,3 13,8 0,0 0,0 17,5 0,0 3,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,3 0,0 0,0 1,3 0,0 0,0 0,0 2,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 80 12 2,39 2,7 ± 2,2

11,3 8,7 2,6 0,0 7,8 11,3 0,9 0,0 0,9 16,5 0,0 0,0 7,8 10,4 0,0 8,7 0,0 0,0 1,7 0,0 0,0 0,9 3,5 0,9 0,0 0,0 2,6 0,0 0,0 1,7 0,0 0,0 0,9 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 30 115 19 3,91 3,8 ± 2,7

12,0 11,3 1,3 6,0 3,3 5,3 5,3 1,3 13,3 6,0 2,0 2,0 2,7 2,0 8,7 0,0 0,0 8,7 0,0 3,3 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 2,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,7 0,7 30 150 22 4,56 5,0 ± 3,4

9,3 27,1 8,5 13,6 3,4 1,7 5,1 16,9 5,9 1,7 0,8 0,0 0,0 0,0 3,4 0,0 0,0 0,0 0,0 1,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 30 118 14 2,82 3,9 ± 3,0

15,0 11,7 20,8 5,8 5,0 0,8 3,3 1,7 3,3 0,0 2,5 4,2 0,0 0,0 1,7 0,0 9,2 0,0 3,3 0,0 5,0 1,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,5 0,0 0,0 1,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 30 120 19 3,91 4,0 ± 2,0

13,8 9,2 20,7 8,0 4,6 4,6 13,8 0,0 1,1 2,3 2,3 4,6 8,0 5,7 0,0 1,1 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 87 14 2,82 2,9 ± 2,2

Tabla 27. Abundancia relativa (%) por especies de esponjas en el Golfo de Cazones. Índices de diversidad, contaminación y densidad de individuos. Ver siglas de las estaciones en la tabla 1. Estaciones y profundidad (m) Profundidad (m) Ircinia felix Niphates erecta Aiolochroia crassa Ectyoplasia ferox Iotrochota birotulata Aplysina fistularis Smenospongia aurea Cliona delitrix Aplysina cauliformis Mycale laxissima Ircinia strobilina Agelas sceptre Cliona varians Monanchora arbuscula Aplysina fulva Verongula gigantea Verongula rigida Mycale laevis Cliona aprica Callyspongia fallax Aplysina lacunosa Dragmacidon reticulatus Aka coralliphaga Spheciospongia vesparium Agelas conifera Callyspongia plicifera Xestospongia muta Cliona caribbea Amphimedon compressa Callyspongia vaginalis Niphates digitalis Chondrilla caribensis Axinella corrugata Cinachyrella kuekenthali Scopalina ruetzleri Aka xamaicaense Agelas wiedenmayeri Agelas cervicornis Ptilocaulis walpersi Clathria virgultosa Aplysina archeri Tedania ignis No. de marcos cuadrados No. de individuos No. de especies Heterogeneidad de Shannon Equitatividad de Pielou Riqueza de Margalef 2

Densidad (individuos/m ) ± DE

C3 12 20,6 4,8 7,9 14,3 4,8 4,0 7,1 1,6 4,8 1,6 2,4 1,6 6,3 0,0 0,0 0,8 1,6 0,0 5,6 0,0 0,0 0,0 2,4 0,0 0,0 0,0 0,0 2,4 0,0 3,2 0,8 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 30 126 22

C5 20 18,8 1,8 6,3 14,3 0,0 4,5 0,9 4,5 6,3 0,0 6,3 9,8 2,7 1,8 0,0 2,7 1,8 0,0 0,0 0,0 3,6 0,0 1,8 0,0 0,9 3,6 3,6 0,9 1,8 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 112 23

C7 10 16,4 9,3 15,7 4,3 7,9 2,9 11,4 3,6 4,3 2,9 5,0 0,0 5,7 0,7 2,9 0,7 0,0 0,7 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 2,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,4 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 140 20

C9 20 14,3 13,5 10,5 1,5 13,5 6,8 3,0 1,5 5,3 0,8 3,8 7,5 3,0 2,3 1,5 3,8 0,0 2,3 0,0 0,0 0,8 2,3 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 30 133 22

C11 10 26,4 11,7 5,6 0,0 10,0 8,7 4,3 5,6 3,5 3,5 2,2 0,0 0,0 2,2 1,7 0,4 3,0 2,6 3,0 0,0 0,0 1,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 0,9 0,0 0,9 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,4 30 231 22

C13 20 12,7 9,5 11,9 6,3 7,9 7,1 1,6 5,6 5,6 4,8 3,2 1,6 0,0 8,7 4,0 2,4 4,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 30 126 19

C16 10 0,6 16,9 9,7 7,8 7,8 5,8 9,7 11,0 5,8 11,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,6 1,3 1,9 3,9 1,3 0,6 0,0 0,6 0,0 0,6 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30 154 19

C18 20 0,9 16,2 9,7 18,1 10,2 4,2 3,2 4,6 1,9 4,6 0,9 0,9 2,8 0,5 2,3 1,9 0,9 3,2 0,0 7,4 0,9 0,5 0,0 0,5 0,5 0,0 0,0 0,0 1,4 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 30 216 26

2,68 2,74 2,60 2,68 2,56 2,71 2,54 2,69 0,87 0,87 0,87 0,87 0,83 0,92 0,86 0,83 4,34 4,66 3,84 4,29 3,86 3,72 3,57 4,65 4,2 ± 2,0 3,7 ± 1,9 4,7 ± 2,3 4,4 ± 2,1 7,7 ± 2,9 4,2 ± 2,1 5,1 ± 2,1 7,2 ± 3,9

Tabla 28. Abundancia relativa (%) por especies de esponjas en Bahía de Cochinos. Índices de diversidad y densidad de individuos. Ver siglas de las estaciones en la tabla 1.

Especies Aiolochroia crassa Cliona aprica Ectyoplasia ferox Ircinia felix Smenospongia aurea Mycale laevis Aplysina cauliformis Cliona caribbea Iotrochota birotulata Aplysina fistularis Erylus bahamensis Niphates erecta Chondrilla caribensis Ircinia strobilina Verongula gigantea Dictyonella funicularis Mycale laxissima Verongula rigida Agelas wiedenmayeri Clathria sp. Niphates digitalis Cinachyrella kuekenthali Xestospongia muta Cliona varians Cliona delitrix Amphimedon compressa Agelas sceptre Aplysina archeri Hyrtios violacea Niphates amorpha Clathria venosa Hyrtios proteus Agelas clathrodes Callyspongia plicifera Callyspongia vaginalis Agelas conifera Plakortis angulospiculatus Aplysina lacunosa Neofibularia nolitangere Scopalina ruetzleri Spheciospongia vesparium Zvenzea zeai No. de marcos cuadrados No. de individuos No. de especies Heterogeneidad de Shannon Equitatividad de Pielou Riqueza de Margalef Densidad (individuos/m2) ± DE

BC1 BC2 BC3 BC4 BC20 BC22 5 10 15 20 10 20 14,3 4,8 16,3 16,6 4,9 36,4 28,6 14,4 2,3 0,9 24,7 3,6 14,9 11,5 10,5 11,4 2,5 6,4 3,2 12,0 7,6 9,5 17,3 6,4 10,4 12,0 14,0 8,1 1,2 0,9 3,9 4,3 7,0 1,4 17,3 0,9 3,9 1,0 4,1 4,7 7,4 4,5 3,2 9,6 0,6 0,5 0,0 6,4 0,0 4,3 8,7 7,1 0,0 0,0 1,9 1,9 2,9 2,4 4,9 5,5 4,5 6,3 1,7 0,0 3,7 1,8 0,0 0,0 0,6 2,4 2,5 8,2 1,9 9,1 0,0 1,4 0,0 0,0 1,3 1,9 1,7 6,2 0,0 0,9 0,0 1,9 4,1 3,3 0,0 0,9 5,8 1,9 0,0 0,0 1,2 0,9 0,0 1,9 4,7 0,0 1,2 1,8 0,6 0,5 4,1 3,3 0,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 1,2 4,5 0,0 0,0 0,6 2,4 2,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,5 2,7 0,0 0,0 0,6 0,5 2,5 0,9 0,0 0,0 0,0 1,4 0,0 2,7 0,0 0,0 1,2 1,9 0,0 0,9 0,0 0,0 2,9 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,6 2,4 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 1,4 0,0 0,9 0,0 0,0 0,6 1,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,5 0,0 0,0 0,0 1,2 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,6 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,6 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,4 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,9 0,6 0,0 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,9 0,0 0,0 0,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 30 30 30 30 30 30 154 208 172 211 81 110 16 18 26 34 17 23 2,25 2,55 2,74 2,98 2,33 2,43 0,81 0,88 0,84 0,84 0,82 0,77 2,98 3,18 4,86 6,17 3,64 4,68 5,1 ± 2,6 6,9 ± 2,7 5,7 ± 2,8 7,0 ± 2,9 2,7 ± 1,5 3,7 ± 2,1

Tabla 29. Predominio (%) de especies de peces (se presenta el 90% del total) en cada área de estudio. Zonas Sancho Pardo Guanahacabibes San Felipe Golfo de Cazones Bahía de Cochinos Cienfuegos Guajimico Coryphopterus personatus 13,2 31,3 8,2 43,0 70,0 76,2 Stegastes partitus 16,6 10,5 19,0 1,6 1,3 0,7 Chromis cyanea 15,2 9,1 6,8 2,3 3,8 3,0 Clepticus parrae 4,1 10,9 11,4 2,0 8,1 2,9 Thalassoma bifasciatum 4,1 3,0 7,3 5,3 1,9 4,9 Scarus iserti 7,3 1,1 5,6 7,8 2,1 2,2 Gramma loreto 10,5 5,8 1,4 0,5 0,3 0,5 Halichoeres garnoti 5,5 1,6 5,6 1,1 0,7 0,1 Acanturus coeruleus 1,6 1,3 1,9 2,0 0,5 1,8 Stegastes fuscus 1,2 2,3 1,2 1,8 0,3 1,6 Gramma melacara 0,0 6,8 0,0 0,7 0,7 0,1 Chromis multilineata 0,6 6,0 0,7 0,1 0,5 0,4 Haemulon flavolineatum 0,3 0,7 1,8 4,6 0,1 0,2 Sparisoma aurofrenatum 1,9 0,9 2,4 0,8 0,4 0,7 Sparisoma viride 1,2 2,9 0,0 1,9 0,5 0,2 Scarus taeniopterus 0,1 1,0 3,2 1,6 0,3 0,0 Ocyurus chrysurus 0,2 0,7 0,8 2,9 0,9 0,4 Acanturus bahianus 1,3 0,6 1,5 0,4 0,5 0,4 Abudefduf saxatilis 0,2 0,0 0,0 2,0 1,4 0,3 Halichoeres bivittatus 1,4 0,2 0,0 1,2 0,1 0,1 No. total de especies 113 126 94 119 107 93 Densidad (ind./100m2) 341,4 689,4 195,4 343,7 946,7 882,2 Especies

Tabla30. Densidad y biomasa de peces herbívoros y carnívoros por área.

Grupo

Indicador 2

Densidad (Ind/100m ) Biomasa (g/100m2) Densidad (Ind/100m2) Carnívoros Biomasa (g/100m2) Herbívoros

Zonas Sancho Pardo Guanahacabibes San Felipe Golfo de Cazones Bahía de Cochinos media DS media DS media DS media DS media DS 44,1 47,0 33,8 35,6 34,8 38,1 30,9 37,3 112,6 155,0 3203,4 3776,7 4081,8 4483,3 3345,9 3905,5 3446,7 4417,3 2617,3 3242,1 15,3 21,9 19,3 22,4 13,8 20,6 25,3 31,8 19,9 29,5 2499,5 3947,6 5362,0 6928,7 3802,1 5588,8 6533,2 10183,3 3226,5 4764,1

Cienfuegos-Guajimico media DS 42,0 52,0 3540,7 4701,7 13,1 20,0 1089,3 1768,8

Tabla 31. Densidad (ind./10m2), talla (cm) y biomasa (g/100m2)de peces herbívoros y carnívoros por área.

Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

Zonas Sancho Pardo Guanahacabibes San Felipe Golfo de Cazones Bahía de Cochinos Cienfuegos‐Guajimico Densidad Talla Biomasa Densidad Talla Biomasa Densidad Talla Biomasa Densidad Talla Biomasa Densidad Talla Biomasa Densidad Talla Biomasa 18,4 11,7 662,9 16,0 16,9 1494,6 18,3 15,4 1031,4 12,4 18,1 1141,3 18,0 16,1 998,8 40,4 14,7 2157,6 66,0 10,9 1897,1 40,9 17,2 2406,6 45,9 13,9 2165,8 47,3 11,5 2223,4 56,2 10,7 1663,0 47,8 10,7 1204,3 11,2 15,0 477,7 13,6 22,7 1941,9 14,9 22,2 2021,2 12,4 18,5 1541,6 6,2 17,4 493,7 6,7 15,6 393,1 4,7 29,3 1288,0 12,9 24,1 2587,4 3,8 21,9 718,5 26,3 21,8 4118,0 15,4 23,6 2491,1 7,3 20,7 529,3 4,3 15,0 444,2 5,2 22,3 515,6 3,2 25,6 742,3 2,0 17,3 426,2 3,1 13,7 151,5 2,7 13,1 100,6 2,0 13,2 279,8 1,2 23,7 310,1 2,3 13,9 196,8 1,6 22,9 543,6 0,7 11,5 232,2 0,8 8,1 88,3 3,5 5,2 33,9 2,9 9,4 64,6 4,5 7,6 46,3 3,0 8,3 72,7 3,8 5,0 21,8 5,3 3,5 15,5 7,0 20,9 967,0 1,5 15,6 242,7 2,6 14,5 287,9 0,0 0,0 0,0 0,1 1,2 4,7 0,3 10,5 38,6 8,5 20,5 326,5 1,9 19,9 375,4 2,6 24,5 384,8 3,8 21,6 560,1 9,6 12,7 135,6 8,3 12,7 239,9

Tabla 32. Abundancia (ind./m2) de especies de peces por estación de Sancho Pardo. Índices de diversidad.

Especies Stegastes partitus Chromis cyanea Coryphopterus personatus Gramma loreto Scarus iserti Halichoeres garnoti Thalassoma bifasciatum Clepticus parrae Sparisoma aurofrenatum Acanturus coeruleus Halichoeres bivittatus Acanturus bahianus Stegastes adustuss Sparisoma viride Opistognatus aurifrons Haemulon plumieri Sparisoma radians Melichthys niger Caranx ruber Lutjanus apodus Halichoeres pictus Sparisoma rubripinne Chaetodon capistratus Stegastes planifrons Microspathodon chrysusrus Holocentrus rufus Haemulon flavolineatum Cephalopholis fulva Hypoplectrus nigricans Pseudupeneus maculatus Chromis insolata

Neoniphon marianus Inermia vitata Stegastes variabilis Cephalopholis cruentata Abudefduf saxatilis Haemulon sciurus Chromis multilineata Bodianus rufus Ocyurus chrysurus Cantigaster rostrata Holacantus tricolor Epinephelus guttatus Ophioblennius macclurei Gnatholepis thompsoni Acanturus chirurgus Cantidermis sufflamen Coryphopterus dicurs Caranx latus Hypoplectrus puella Myripristis jacobus Balistes vetula Kyphosus sp. Holacantus ciliaris Chaetodon ocellatus Scarus taeniopterus Lachnolaimus maximus

SP1 4 2,0 40,7 0,0 25,5 39,8 14,5 20,5 16,7 16,5 4,0 2,0 0,5 4,8 4,2 0,0 1,5 0,7 0,0 0,3 1,5 4,5 1,0 2,8 6,0 0,3 0,7 0,3 0,3 0,8 0,3 0,0 0,3 3,3 1,5 0,8 0,0 0,0 1,8 0,2 0,5 1,5 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,7 0,2 1,7 0,0 0,3 0,0 0,0 0,7

SP5 20 43,3 32,8 55,0 108,3 26,0 10,5 6,5 51,7 6,0 2,8 0,0 1,8 0,0 3,8 0,2 5,3 0,2 5,3 0,3 2,0 2,5 0,2 1,2 0,0 0,0 1,8 4,5 0,5 1,3 0,5 1,3 1,0 1,7 3,7 0,7 0,0 1,0 0,0 1,0 2,0 1,2 1,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 3,0 0,3 1,0 0,0 0,3 0,3 0,3 0,8 0,5

SP9 20 116,7 83,3 133,3 25,0 29,7 5,8 12,2 20,0 8,2 2,8 0,0 4,0 0,0 1,7 0,3 15,7 3,2 4,2 0,3 10,8 0,0 0,0 1,0 0,0 0,0 0,3 5,0 1,2 1,0 0,3 1,5 3,0 0,0 1,2 0,8 0,0 3,7 0,0 3,8 0,2 0,7 0,7 1,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,8 1,3 0,3 0,0 0,8 0,7 0,8 0,3

Estaciones y profundidad (m) SP10 SP11 SP14 4 20 1,5 8,2 0,7 35,0 6,7 0,0 106,7 0,0 0,0 100,0 8,0 0,0 48,3 20,3 5,3 20,3 7,7 2,0 11,3 2,2 35,5 5,0 0,0 8,3 25,0 7,0 5,7 5,5 1,5 22,7 1,0 5,3 5,5 0,0 0,5 5,3 3,3 1,2 22,5 0,0 3,7 11,3 0,2 5,0 0,0 2,2 4,0 0,3 0,5 1,3 0,0 4,8 0,0 0,0 2,0 12,3 0,0 0,7 0,3 1,0 0,0 0,0 0,0 1,0 12,0 0,3 0,0 1,7 1,8 0,5 6,7 0,0 0,0 0,0 5,8 0,0 1,8 0,0 5,2 0,5 0,2 0,0 0,0 0,0 0,3 1,3 0,2 0,7 3,8 0,2 1,3 0,0 0,0 4,0 0,0 0,0 3,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,0 0,3 0,0 2,5 0,0 5,8 0,0 1,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 1,7 0,2 0,5 0,3 0,0 0,5 0,0 0,0 0,5 0,7 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,5 0,0 0,2 0,8 0,0 0,0 1,8 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,3 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 1,0 0,2 0,0 0,2 0,7 0,0 0,3 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0

SP15 1,5 9,7 7,8 0,0 0,0 5,0 0,0 35,2 0,0 2,5 13,3 20,8 13,8 9,7 12,0 0,0 0,5 0,0 6,3 13,5 1,7 0,0 0,3 1,0 0,0 6,3 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,8 0,2 3,5 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 4,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,3 0,0 0,2 0,0

SP18 20 326,7 241,8 0,0 34,3 12,3 19,2 132,0 30,0 11,2 5,7 0,3 8,2 0,0 0,0 2,7 12,3 8,2 7,0 0,2 0,0 3,3 1,3 1,0 0,0 0,0 14,3 0,3 2,5 0,7 0,2 0,0 0,0 3,3 0,0 1,0 0,0 0,0 7,3 0,3 0,0 1,3 2,3 1,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,3 0,0 0,0 0,0 1,8 0,0 1,2 0,0 0,5 0,2

SP21 20 146,7 94,7 58,3 53,8 39,2 58,0 4,7 1,7 4,0 0,3 4,2 5,7 0,0 0,7 15,0 1,7 9,3 5,2 0,0 0,0 4,2 1,2 1,5 0,0 0,0 0,8 0,0 3,7 1,8 1,2 1,0 0,3 1,7 0,2 1,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,5 1,2 0,7 0,0 2,0 1,5 1,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,2 0,2 0,2 0,3

Tabla 32. Continuación…

Especies Chaetodon striatus Lutjanus cyanopterus Aulostomus maculatus Hypoplectrus indigo Malacanthus plumieri Hypoplectrus unicolor Pterois volitans/miles Pomacantus paru Caranx bartolomaei Priacantus cruentatus Serranus tigrinus Halichoeres radiatus Mulloidichthys martinicus Sphyraena barracuda Calamus sp. Haemulon aurolineatum Lutjanus jocu Mycteroperca tigris Holocentrus adsensionis Hypoplectrus hibr. Epinephelus striatus Mycteroperca venenosa Serranus tabacarius Scarus vetula Sargocentron vexillarium Scombreomorus regalis Haemulon chrysargyreum Mycteroperca intertitialis Halichoeres maculipinna Malacoctenus triangulatus Chaetodon sedentarius Chaetodon aculeatus Holacantus bermudensis Anisotremus virginicus Hypoplectrus guttavarius Hypoplectrus aberrans Mycteroperca bonaci Rypticus saponaceus Scarus coeruleus Apogon maculatus Synodus intermedius Gymnothorax moringa Elacatinus genie Dasyatis americana Pomacantus arcuatus Caranx lugubris Scombreomorus maculatus Sphyraena picudilla Lutjanus analis Scarus coelestinus Sparisoma atomarium Aluterus scriptus Cantherhines macrocerus Equetus puntatus Gymnothorax funebris Amblycirritus pinus No. de especies Heterogeneidad de Shannon Equitatividad de Pielou

SP1 4 0,7 0,2 0,3 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 234,7 54 2,77 0,70

SP5 20 0,0 0,8 0,3 0,7 0,0 0,0 0,3 0,0 1,3 0,0 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0 0,7 0,2 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,2 0,2 423,3 64 2,57 0,62

SP9 20 0,7 0,0 0,2 0,2 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,2 0,3 0,2 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 531,7 57 2,37 0,59

Estaciones y profundidad (m) SP10 SP11 SP14 4 20 1,5 0,3 0,0 0,2 0,0 0,0 0,5 0,3 0,3 0,0 0,2 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,3 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,5 0,0 0,2 0,3 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,3 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,3 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 135,7 145,3 425,0 42 31 59 3,03 2,41 2,34 0,81 0,70 0,57

SP15 1,5 0,3 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 175,3 39 2,73 0,75

SP18 20 1,2 0,2 0,3 0,5 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,7 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 924,0 49 2,02 0,51

SP21 20 0,0 0,3 0,2 0,0 1,0 0,2 0,7 0,7 0,0 0,7 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,3 0,0 0,3 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 556,5 61 2,37 0,58

Tabla 33. Densidad y biomasa de peces herbívoros y carnívoros por estación de Sancho Pardo en los dos años de muestreo.

Estación Profundidad (m)

Grupo

Indicador 2

Herbívoros Carnívoros

Densidad (Ind/100m ) 2

SP1 SP5 SP11 SP14 SP21 SP9 SP10 SP15 SP18 4 20 20 4 1,5 20 1,5 20 20 media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS 37,0 43,4 31,5 29,1 53,2 60,4 41,7 44,7 53,8 67,9 26,7 27,9 59,8 54,5 37,5 35,7 55,7 59,5

Biomasa (g/100m ) 2 Densidad (Ind/100m )

2060,3 5,7

2593,4 8,1

1823,4 19,3

1735,3 24,2

1164,1 40,3

1219,8 55,6

3487,6 21,2

5172,7 27,0

5635,4 1,8

7202,3 2,3

856,4 7,0

933,9 9,1

6169,2 16,5

5977,8 33,5

4376,4 17,7

4286,7 26,4

3257,5 8,2

4868,1 11,1

Biomasa (g/100m2)

774,2

1347,5

5076,0

6601,9

7606,0 11186,6

945,6

974,3

166,4

243,1

2980,5

7040,3

906,9

1847,1

1818,7

2692,9

2221,2

3594,9

Tabla 34. Densidad (ind./m2) de las principales familias de peces por estación de Sancho Pardo.

Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

SP1 SP5 SP9 SP10 SP11 SP14 SP15 4 20 20 4 1,5 20 1,5 media DS media DS media DS media DS media DS media DS media 7,5 5,7 7,8 4,6 11,4 10,8 3,3 2,1 46,9 62,7 8,1 8,3 45,3 104,4 16,0 61,9 58,1 77,2 54,7 73,9 34,2 37,8 15,0 51,4 19,1 34,4 3,1 3,2 18,1 20,0 40,8 53,9 10,6 7,6 1,4 1,3 1,9 2,7 1,4 3,6 4,1 8,9 5,9 18,9 25,8 3,3 5,1 1,7 1,5 1,7 2,1 3,3 2,2 2,3 4,2 3,3 5,8 2,3 1,7 1,1 0,0 0,0 6,9 3,9 0,3 0,6 0,0 2,2 1,7 2,5 2,5 0,3 0,0 0,0 0,0 1,4 1,3 0,6 5,8 2,9 2,8 2,0 3,9 3,3 3,9 3,3 3,1 2,7 1,9 1,9 2,2 2,8 2,5 9,2 11,1 7,8 8,8 0,0 0,0 0,3 0,0 4,7 6,5 10,8 1,1 1,4 1,1 1,4 8,1 10,0 21,1 32,2 9,7 6,3 1,1 2,7 33,1

DS 24,1 16,1 1,6 5,2 0,0 0,0 2,7 9,0 36,2

SP18 SP21 20 20 media DS media 23,1 9,2 12,5 62,2 39,3 90,8 21,1 30,1 2,8 0,3 0,0 0,6 7,5 4,2 9,7 6,9 3,9 3,6 4,7 2,9 3,1 16,1 5,4 11,1 0,6 0,0 0,8

DS 19,1 31,9 5,2 0,0 9,2 2,7 2,5 10,7 1,4

Tabla 35 Talla y biomasa de las principales familias de peces por estación en Sancho Pardo. 2

Estación Profundidad (m) Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

SP1 4 Talla Biomasa 14,5 398,6 6,7 1656,8 15,5 129,5 19,2 573,4 13,3 53,8 15,5 31,8 3,2 11,3 25,5 715,1 11,8 22,4

SP5 20 Talla Biomasa 14,0 340,6 10,2 1051,2 15,5 774,2 27,3 3085,0 22,9 876,2 10,3 48,1 3,6 5,8 16,1 489,9 36,1 340,5

Talla (cm) y biomasa (g/100m ) promedio por estaciones SP9 SP10 SP11 20 4 1,5 Talla Biomasa 10,6 211,5 8,6 615,4 15,6 1797,8 28,7 5038,7 17,3 321,1 18,0 254,6 10,4 126,3 18,4 538,5 19,3 668,4

Talla Biomasa 10,8 105,0 12,8 3382,6 13,0 420,6 14,6 129,0 15,0 83,0 15,5 15,9 7,4 76,2 0,0 0,0 10,8 313,1

Talla Biomasa 9,2 2023,1 17,3 3546,4 15,5 59,6 16,8 106,8 0,0 0,0 0,0 0,0 5,3 17,1 35,5 159,9 6,9 65,9

SP14 20 Talla Biomasa 12,4 227,1 7,4 467,3 15,5 84,6 41,8 1328,6 15,6 1052,9 13,3 122,4 3,4 5,6 19,9 452,9 35,5 514,3

SP15 1,5 Talla Biomasa 9,1 1167,3 17,6 3606,2 14,3 48,6 15,5 136,5 15,5 9,5 15,5 31,8 3,4 5,5 23,5 1423,1 8,7 743,1

SP18 20 Talla Biomasa 11,7 959,4 9,8 1590,5 15,0 867,5 50,0 398,0 16,6 400,6 15,0 965,8 6,2 53,7 24,0 2793,3 32,8 152,6

SP21 20 Talla Biomasa 12,8 533,2 8,1 1157,3 15,5 116,8 50,0 795,9 18,6 1200,5 16,3 1047,8 3,6 3,3 25,5 2130,7 23,0 118,3

Tabla 36. Abundancia (ind./m2) de especies de peces por estación. Índices de diversidad. Estación Fecha Profundidad (m) Coryphopterus personatus Clepticus parrae Stegastes partitus Chromis cyanea Gramma melacara Chromis multilineata Gramma loreto Thalassoma bifasciatum Halichoeres garnoti Acanturus coeruleus Scarus iserti Scarus taeniopterus Inermia vitata Sparisoma aurofrenatum Ocyurus chrysurus Haemulon flavolineatum Kyphosus sp. Stegastes planifrons Xyrichtys splendens Sparisoma viride Lutjanus mahogoni Halichoeres pictus Lutjanus apodus Stegastes leucosticus Cephalopholis cruentata Stegastes adustus Stegastes variabilis Coryphopterus glaucofraenum Melichthys niger Mulloidichthys martinicus

Neoniphon marianus Haemulon sciurus Chaetodon capistratus Cantigaster rostrata Stegastes diencaeus Decapterus puntauts Caranx ruber Acanturus chirurgus Acanturus bahianus Elacatinus genie Sargocentron vexillarium Hypoplectrus puella Holacantus tricolor Bodianus rufus Haemulon plumieri Lutjanus synagris Elacatinus horsti Holocentrus rufus Chromis insolata Scarus vetula Hypoplectrus unicolor Hypoplectrus nigricans Sparisoma atomarium Sparisoma chrysopterum Anisotremus virginicus Serranus tigrinus Pterois volitans Chaetodon striatus Mycteroperca tigris Sphyraena barracuda Lucayablennius zingaro Holocentrus adsensionis Halichoeres bivittatus Stegastes leucosticus Caranx latus Mycteroperca venenosa Pomacantus arcuatus

G1 feb-10

dic-10 13

140,0 66,7 113,3 76,7 83,3 106,7 111,7 5,7 2,0 1,7 0,8 0,0 0,0 1,3 1,7 0,8 0,3 0,5 0,0 1,5 0,3 0,0 2,7 0,0 0,7 0,8 0,3 0,0 4,7 0,0 0,3 0,8 0,2 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 1,0 0,0 0,2 0,2 1,0 0,0 4,2 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2

246,7 131,5 172,3 162,8 31,7 63,0 63,2 56,0 38,3 23,0 6,2 6,0 0,0 5,8 21,5 5,7 19,5 6,5 30,8 10,8 7,3 25,8 5,5 20,8 1,2 0,0 5,5 9,8 2,8 2,8 3,0 0,8 1,2 2,5 0,5 0,0 2,3 0,0 0,0 1,7 1,0 0,2 1,7 0,5 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,3 1,7 0,0 0,0 0,0 0,2 0,8 0,5 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0

Estaciones, año y profundidad (m) de muestreo G6 G7 G8 feb-10 dic-10 feb-10 dic-10 feb-10 dic-10 12 12 12

145,0 48,7 108,3 92,5 98,3 37,0 56,7 22,3 5,0 6,3 11,7 8,8 16,7 4,3 4,5 4,0 0,5 12,0 0,0 4,5 10,0 0,0 5,8 0,0 1,2 9,2 3,0 4,8 1,8 0,0 1,8 1,2 1,7 0,3 5,8 0,0 0,7 1,8 0,0 0,8 1,3 0,8 0,8 0,2 1,2 0,0 0,7 1,5 0,0 2,0 0,3 0,8 0,0 0,2 0,2 0,3 0,2 0,7 0,2 0,3 0,3 0,0 1,7 0,0 1,7 0,2 0,0

250,0 217,2 97,5 105,5 24,7 66,7 23,8 60,7 41,8 39,2 12,8 36,0 51,7 23,0 16,5 26,3 25,8 17,0 0,0 2,0 1,7 0,0 2,0 0,7 16,7 4,2 1,3 2,0 2,0 2,5 0,2 0,5 2,2 1,5 0,0 8,3 0,5 0,3 0,0 0,3 0,3 0,2 0,7 1,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 2,0 0,5 0,2 0,3 0,3 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0

185,0 42,2 32,5 24,3 17,8 35,0 73,5 4,7 6,2 4,0 7,5 1,5 0,0 4,7 1,0 2,0 0,0 1,5 0,0 1,7 0,3 0,0 1,2 0,0 1,7 0,0 2,0 0,3 0,0 0,2 1,3 1,5 1,0 2,2 0,0 0,0 0,8 0,5 0,3 0,2 0,2 0,7 0,8 0,2 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 1,0 0,5 0,0 0,0 1,0 0,2 0,5 0,0 0,0 0,5 0,3 0,0 1,8 0,0 0,2 0,0

183,3 55,0 34,7 49,8 26,7 64,2 12,8 19,5 3,0 2,8 4,8 1,5 0,0 4,2 1,3 1,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,7 0,2 1,5 1,3 0,7 0,5 5,5 0,0 0,0 4,3 0,5 0,8 2,3 0,5 0,0 0,0 1,2 1,7 0,0 0,8 0,5 1,2 0,3 1,0 0,2 0,0 0,8 0,5 2,8 0,0 0,2 0,5 0,0 0,0 0,0 1,2 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0

435,0 25,8 10,7 6,0 153,3 3,3 11,8 0,3 0,2 2,5 6,0 0,2 0,0 3,0 0,5 0,7 0,0 0,8 0,0 0,2 1,0 0,0 1,2 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,2 0,8 2,0 0,7 0,7 0,5 1,7 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 1,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,2

238,3 116,2 77,2 48,3 12,2 18,0 10,8 12,0 3,2 4,7 10,5 6,8 0,0 5,2 0,5 1,7 0,0 0,3 0,0 3,3 2,5 0,2 0,8 0,5 0,3 5,5 0,5 0,5 1,2 2,8 0,7 0,3 1,2 1,0 0,5 0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,5 0,5 0,2 0,3 0,3 0,0 1,2 0,2 1,0 0,3 0,8 0,3 0,5 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,5 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8

G9 feb-10

dic-10 12

141,7 4,2 33,3 22,5 11,5 13,3 19,0 9,2 7,5 5,2 10,0 1,7 0,0 4,3 1,0 4,8 0,0 1,0 0,0 1,8 1,7 0,0 2,0 0,0 0,7 0,2 1,0 1,3 1,2 0,0 3,7 2,7 1,0 0,0 0,0 0,0 0,7 1,5 3,5 0,5 1,3 0,5 0,2 0,0 1,3 0,0 0,7 1,7 0,0 0,3 0,8 0,2 0,7 0,2 0,7 0,0 0,0 0,3 0,0 0,3 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0

191,7 46,7 43,0 41,8 11,7 6,2 17,8 15,2 4,0 3,2 2,7 6,3 0,0 4,2 0,5 2,0 0,0 0,5 0,0 2,2 2,2 0,0 2,8 0,3 0,0 1,8 1,3 0,0 4,8 2,0 0,3 4,0 0,3 0,2 0,2 0,0 1,3 0,0 2,0 0,3 0,5 1,0 0,2 0,8 0,5 0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,7 0,0 1,0 0,7 1,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,3 0,2

Tabla 36. Continuación… Estación Fecha Profundidad (m) Holacantus ciliaris Epinephelus guttatus Lutjanus griseus Chaetodon ocellatus Elacatinus evelynae Hypoplectrus guttavarius Microspathodon chrysusrus Lutjanus analis Haemulon parra Cephalopholis fulva Pseudupeneus maculatus Scombreomorus regalis Epinephelus striatus Ctenogobius saepepallens Lutjanus jocu Calamus sp. Balistes vetula Serranus tabacarius Malacoctenus boehlkei Lactophrys triqueter Sparisoma rubripinne Lipropoma rubre Scombreomorus maculatus Hypoplectrus indigo Rypticus saponaceus Sparisoma radians Coryphopterus lipernes Mycteroperca bonaci Abudefduf saxatilis Scarus coelestinus Lachnolaimus maximus Caranx bartolomaei Aulostomus maculatus Opistognatus aurifrons Amblycrrhitus pinos Equetus acuminatus Priacantus cruentatus Coryphopterus eidolon Pomacantus paru Gymnothorax funebris Gymnothorax moringa Chaetodon aculeatus Centropyge argi Haemulon carbonarium Abudefduf taurus Myripristis jacobus Labrisomus sp. Malacanthus plumieri Dasyatis americana Sphyraena picudilla Gnatholepis thompsoni Apogon maculatus Coryphopterus dicurs Chaetodon sedentarius Anisotremus surinamensis Halichoeres radiatus Lutjanus cyanopterus Halichoeres maculipinna Sphoenoides spengleri Densidad (ind./100m2) No. de especies Heterogeneidad de Shannon Equitatividad de Pielou

G1 feb-10

dic-10 13

0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 40957 40 2,2 0,6

0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 41719 57 2,7 0,7

Estaciones, año y profundidad (m) de muestreo G6 G7 G8 feb-10 dic-10 feb-10 dic-10 feb-10 dic-10 12 12 12

0,3 0,2 0,0 0,3 0,0 0,2 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,5 0,2 0,0 0,7 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 40978 66 2,7 0,6

0,2 0,2 0,0 0,2 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 41707 62 2,7 0,7

0,2 0,0 0,8 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 40691 54 2,2 0,6

0,3 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 41013 53 2,3 0,6

0,0 0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 40898 46 1,2 0,3

0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,8 0,2 0,8 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 41113 63 2,1 0,5

G9 feb-10

dic-10 12

0,2 0,0 0,0 0,3 0,0 0,2 0,2 0,2 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,3 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 40548 62 2,4 0,6

0,0 0,5 0,0 0,2 0,8 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,3 0,3 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 40947 58 2,2 0,5

Tabla 37. Densidad y biomasa de peces herbívoros y carnívoros por estación en Guanahacabibes. Estación Profundidad (m) Fecha

G1 13

Grupo

Indicador

Herbívoros

Densidad (Ind/100m ) Biomasa (g/100m2)

Carnívoros

Densidad (Ind/100m ) 2 Biomasa (g/100m )

2

2

G6 12

G7 12

G8 12

G9 12

feb‐10 dic‐10 feb‐10 dic‐10 dic‐10 feb‐10 dic‐10 feb‐10 dic‐10 feb‐10 dic‐10 media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS 11,7 17,9 57,3 58,5 41,7 57,6 113,7 101,8 19,7 20,8 15,8 18,1 12,7 18,7 33,7 32,4 28,5 28,2 4,7 7,3 4274,0 6371,4 10070,5 12042,6 4409,5 5719,6 9564,3 8653,5 3386,9 3881,9 2996,0 3256,1 1779,6 2822,7 5277,1 6046,8 4728,9 4587,3 511,8 898,5 12,2 27,2 47,0 54,1 30,5 39,5 65,2 63,6 7379,7 13282,7 20116,9 22308,0 10163,5 11775,9 10595,9 12077,3

9,7 2856,1

13,0 4297,3

8,0 2846,7

9,3 4019,2

7,0 4054,9

11,4 6581,6

8,8 4941,3

9,6 7045,4

16,3 5437,8

20,0 6638,8

8,8 1999,8

12,8 2994,0

Tabla 38. Densidad de las principales familias de peces por estación en Guanahacabibes. Estación Fecha

Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

G1 G1 G6 G6 G7 G7 G8 G8 G9 G9 feb‐10 dic‐10 feb‐10 dic‐10 feb‐10 dic‐10 feb‐10 dic‐10 feb‐10 dic‐10 media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS 3,3 4,1 38,3 34,5 13,6 16,5 65,8 35,2 8,1 3,9 7,5 8,9 7,9 7,6 8,1 2,7 16,9 4,4 0,0 0,0 8,0 10,8 52,5 31,2 52,8 46,4 120,3 35,1 26,4 15,4 19,4 12,7 23,3 16,7 44,7 17,9 31,4 24,2 9,2 10,2 3,7 4,9 10,8 9,5 10,8 7,7 45,0 33,8 6,1 4,2 3,3 1,8 7,1 4,8 5,6 4,2 15,8 15,2 14,7 13,8 18,0 30,6 57,5 38,6 35,3 41,0 33,9 44,1 5,6 8,2 6,1 6,0 7,9 6,0 6,7 8,8 8,1 6,2 0,0 0,0 1,3 1,8 5,3 4,4 3,1 3,1 28,3 12,5 3,1 1,9 1,9 1,3 2,5 2,2 1,1 1,7 1,7 1,8 0,0 0,0 1,0 0,9 2,8 2,7 1,9 1,3 1,4 1,9 1,7 1,5 1,1 1,7 0,4 0,0 1,7 2,1 0,8 0,9 0,6 0,0 0,3 0,0 2,2 2,5 4,4 5,1 5,0 3,7 2,5 1,4 3,9 2,7 2,1 3,2 1,9 2,2 2,8 1,4 0,8 0,9 12,0 9,9 4,7 5,4 3,1 3,9 3,3 4,6 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 1,9 3,4 2,5 2,9 0,0 0,0 3,3 3,1 5,6 4,2 1,9 1,9 3,1 3,1 1,7 2,1 3,6 2,2 0,0 0,0 3,3 3,5 1,9 2,5 0,0 0,0

Tabla 39 Talla (cm) y biomasa (g/100m2) de las principales familias de peces por estación en Guanahacabibes. 2

Estación Fecha

Familia Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

G1 feb‐10 dic‐10 Talla Biomasa Talla Biomasa 21,3 486,4 18,2 5304,2 23,2 1399,4 17,9 4055,3 20,7 529,1 18,1 1103,6 42,6 6506,6 30,5 15498,8 23,0 138,5 38,8 2677,6 33,7 826,4 15,5 179,8 8,0 2,8 8,0 22,0 28,0 2388,2 23,6 711,1 27,0 699,9 23,6 858,8

Estaciones, profundidad, talla (cm), biomasa (ind./100m ) y fecha de muestreo G6 G7 G8 feb‐10 dic‐10 feb‐10 dic‐10 feb‐10 dic‐10 Talla Biomasa Talla Biomasa Talla Biomasa Talla Biomasa Talla Biomasa Talla Biomasa 17,6 1402,6 15,4 3840,3 18,0 981,8 19,7 794,1 23,8 1091,2 19,1 1027,9 17,3 2599,1 15,7 5488,1 20,5 2405,0 20,1 2201,9 15,8 637,9 18,0 3871,7 22,7 1733,3 17,4 3312,1 21,5 914,3 20,7 559,4 27,3 1540,2 26,1 2677,4 25,6 6783,1 25,9 5941,8 28,8 1496,4 24,4 1310,0 30,6 1586,3 28,2 1667,4 34,1 964,9 15,6 992,7 18,8 225,2 27,0 535,0 35,1 928,4 18,0 76,8 17,5 173,3 18,8 139,4 18,6 240,1 18,0 119,3 35,5 228,8 29,9 1019,0 8,0 109,0 9,1 99,5 10,5 97,3 8,8 79,4 11,8 30,0 8,0 19,5 23,0 407,8 18,8 236,0 0,0 0,0 0,0 0,0 30,5 242,9 24,5 316,8 39,0 729,5 17,9 504,0 22,6 221,7 22,5 623,7 0,0 0,0 24,5 583,0

G9 feb‐10 dic‐10 Talla Biomasa Talla Biomasa 21,6 2819,0 0,0 0,0 14,2 1537,5 16,4 511,8 24,1 2798,6 21,7 1999,8 29,2 1914,5 0,0 0,0 30,0 401,9 0,0 0,0 25,5 314,3 25,5 246,8 8,4 54,1 10,5 28,4 27,7 738,5 0,0 0,0 32,8 341,5 0,0 0,0

Tabla 40. Abundancia (ind./m2) de especies de peces por estación en San Felipe. Índices de diversidad.

Especies Stegastes partitus Clepticus parrae Coryphopterus personatus Thalassoma bifasciatum Chromis cyanea Scarus iserti Halichoeres garnoti Scarus taeniopterus Sparisoma aurofrenatum Haemulon sciurus Acanturus coeruleus Acanturus chirurgus Haemulon flavolineatum Holocentrus adsensionis Acanturus bahianus Gramma loreto Stegastes adustus Chaetodon capistratus Sparisoma atomarium Cantigaster rostrata Ocyurus chrysurus Sparisoma viride Stegastes planifrons Stegastes diencaeus Melichthys niger Stegastes variabilis Chromis multilineata Haemulon plumieri Cephalopholis cruentata Coryphopterus glaucofraenum Holacantus tricolor Elacatinus horsti Pterois volitans Sparisoma chrysopterum Stegastes leucosticus Scarus vetula Bodianus rufus Caranx ruber Caranx bartolomaei Lutjanus apodus Epinephelus guttatus Elagatis bipinnulata Scarus coelestinus Chaetodon striatus Serranus tigrinus Sargocentron vexillarium Halichoeres cyanocephalus Pseudopeneus maculatus Chromis insolata Elacatinus genie Sparisoma rubripinne Epinephelus striatus Halichoeres maculipinna Chaetodon sedentarius Holacantus ciliaris Lachnolaimus maximus Myripristis jacobus Calamus sp.

SF1

SF2

Estaciones y profundidad (m) SF3 SF4 SF5

SF6

SF7

17

14

14

14

14

3,33 21,67 86,67 13,17 9,33 19,33 11,33 16,33 0,17 0,17 0,00 14,67 1,50 1,67 2,67 3,00 5,00 2,67 1,00 1,33 0,50 1,00 4,17 6,33 2,33 1,67 5,50 0,33 0,67 0,83 1,00 1,17 0,00 0,00 0,83 0,00 0,50 0,50 0,00 0,50 0,17 0,00 0,00 0,17 0,00 0,67 0,17 0,17 1,00 0,00 0,83 0,33 0,00 0,17 0,00 0,17 0,00 0,00

70,00 0,00 8,33 9,17 34,17 20,83 9,00 7,83 9,83 0,33 5,83 2,50 7,17 5,00 3,00 5,67 7,67 3,17 2,00 1,83 2,50 3,33 0,67 0,00 5,00 2,00 0,50 1,50 1,83 0,67 1,83 1,17 0,33 2,50 0,50 4,00 1,50 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,83 0,33 0,67 0,00 0,33 0,17 0,17 0,00 0,33 0,33 0,33 0,00 0,00

40,00 0,00 10,00 18,00 5,83 0,33 8,83 1,17 2,67 0,00 2,33 2,00 0,00 1,67 6,17 4,50 1,00 0,50 1,33 0,67 0,00 0,83 0,33 0,00 1,67 3,33 3,00 0,50 0,50 0,17 0,33 0,00 0,17 0,33 0,00 0,33 0,33 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,00 0,83 0,00 0,50 0,50 0,17 0,00 0,00 0,00 0,33 0,00 0,33 0,67 0,50 0,00 0,33

14

36,67 45,83 3,33 16,00 11,33 17,33 8,33 2,50 8,83 23,83 8,83 0,67 8,83 3,50 3,33 0,67 1,67 2,17 1,33 2,17 0,00 2,33 1,67 0,33 0,00 0,67 0,00 3,17 2,33 0,67 0,17 1,17 2,17 0,50 1,17 0,00 0,83 0,00 0,00 0,00 0,00 3,33 0,00 1,17 1,50 0,00 0,17 0,00 1,17 1,00 0,17 0,17 0,00 0,00 0,33 0,00 0,00 0,50

17

36,00 0,00 0,00 11,17 1,67 5,00 6,33 10,33 4,50 0,17 0,67 1,50 6,67 4,17 0,83 5,00 0,00 1,67 0,67 2,83 2,17 2,00 1,33 3,00 0,17 0,67 0,00 1,17 0,67 1,50 2,00 1,00 0,67 1,50 1,17 0,00 0,50 3,00 0,00 2,50 1,00 0,00 3,17 0,33 0,50 0,83 0,50 0,00 0,00 0,00 0,67 0,50 1,67 0,33 0,00 0,33 0,00 0,17

42,83 9,17 0,00 15,00 14,50 8,67 21,83 4,67 3,83 2,67 3,33 2,00 0,00 3,67 1,17 0,00 1,33 1,17 4,17 2,00 0,00 0,17 1,33 0,00 0,67 0,50 0,00 0,00 0,33 2,50 0,83 1,17 0,50 0,50 0,50 0,00 0,33 0,00 0,00 0,00 1,50 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,33 1,17 0,00 0,17 0,00 0,17 0,00 0,33 0,00 0,00 0,00 0,00

30,83 79,00 3,33 17,33 15,83 5,50 10,67 0,50 3,50 3,17 5,33 1,50 0,50 2,17 2,67 0,33 0,00 1,33 2,00 1,67 5,50 0,67 0,67 0,33 0,00 0,17 0,00 0,67 0,67 0,67 0,67 0,67 1,83 0,17 0,67 0,00 0,33 0,33 3,83 0,50 0,67 0,00 0,00 0,33 0,67 0,00 0,33 0,17 0,00 0,67 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 1,33 0,17

Tabla 40. Continuación…

Especies Hypoplectrus indigo Chaetodon aculeatus Hypoplectrus guttavarius Mulloidichthys martinicus Sphyraena barracuda Scombreomorus maculatus Lutjanus mahogoni Hypoplectrus nigricans Mycteroperca venenosa Malacanthus plumieri Sphoenoides spengleri Ctenogobius saepepallens Chaetodon ocellatus Pomacantus paru Pomacantus arcuatus Lutjanus analis Microspathodon chrysusrus Hypoplectrus unicolor Malacanthus plumieri Sparisoma radians Halichoeres bivittatus Synodus intermedius Hypoplectrus puella Hypoplectrus gummigutta Rypticus saponaceus Aulostomus maculatus Cantidermis sufflamen Gymnothorax moringa Coryphopterus eidolon Scombreomorus regalis Anisotremus virginicus Lutjanus cyanopterus Epinephelus adsencionis Balistes vetula Equetus puntatus Echeneis naucratoides Densidad (ind./100m2) No. de especies Heterogeneidad de Shannon Equitatividad de Pielou

SF1

SF2

Estaciones y profundidad (m) SF3 SF4 SF5

SF6

SF7

17

14

14

14

14

0,00 0,00 0,17 0,00 0,17 0,00 0,67 0,33 0,17 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,50 0,00 0,00 0,33 0,00 0,00 0,00 0,33 0,00 0,33 0,00 0,00 0,17 0,00 0,00 0,00 0,17 0,17 0,00 0,00 0,00 0,00 267,17 57 2,64 0,65

0,17 0,33 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,00 0,00 0,67 0,50 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 0,17 0,33 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 263,33 53 2,84 0,72

0,00 0,00 0,33 0,00 0,17 0,00 0,00 0,17 0,17 0,00 0,00 0,00 0,00 0,33 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,00 0,00 0,17 0,17 0,17 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,00 0,00 139,17 50 2,63 0,67

14

0,83 0,00 0,00 0,83 0,00 0,17 0,00 0,00 0,17 0,50 0,50 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,00 0,17 0,17 0,00 0,00 0,17 0,00 0,17 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 251,83 55 2,92 0,73

17

0,17 0,00 0,00 0,00 0,00 0,50 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 0,50 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 152,67 51 3,06 0,78

0,00 0,33 0,50 0,17 0,17 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,17 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,00 171,17 45 2,66 0,70

0,00 0,33 0,00 0,00 0,33 0,00 0,00 0,00 0,17 0,17 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,17 0,00 0,00 0,00 0,00 0,50 0,00 0,00 0,00 0,00 0,17 0,00 0,17 0,33 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 226,33 54 2,47 0,62

Tabla 41. Densidad y biomasa de peces herbívoros y carnívoros por estación en San Felipe. Estación Profundidad (m)

Grupo

Indicador 2

Herbívoros Carnívoros

Densidad (Ind/100m ) 2 Biomasa (g/100m ) Densidad (Ind/100m2) 2

Biomasa (g/100m )

SF1 SF2 SF3 SF4 SF5 SF6 SF7 17 14 14 14 17 14 14 media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS 47,3 51,9 58,8 63,1 18,0 24,6 43,2 42,5 31,5 31,4 26,5 26,8 18,3 26,4 4700,3 5117,6 5650,9 5886,6 2407,2 3834,7 3865,2 4071,9 3474,6 4107,9 1440,8 1690,9 1882,1 2628,5 6,2 8,8 14,0 22,3 2,5 3,3 39,0 58,6 18,2 25,6 4,8 8,0 12,2 17,5 2073,8 3681,1 2287,4 3488,4 1326,5 1721,1 9976,5 17519,2 4553,1 4959,4 2184,2 2867,7 4213,6 4885,0

Tabla 42. Densidad (ind./100m2)de las principales familias de peces por estación en San Felipe. Estación Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

SF1 SF2 SF3 SF4 SF5 SF6 SF7 media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS 39,0 40,4 18,9 9,2 17,5 18,4 21,4 10,8 5,0 3,3 10,8 9,4 15,8 16,3 74,0 35,9 75,8 50,8 11,9 10,0 55,6 30,0 46,4 19,3 36,7 17,2 20,8 15,9 4,3 3,8 15,0 15,7 0,8 1,4 59,7 67,2 13,3 19,2 4,4 10,9 6,4 11,7 3,7 3,8 4,2 10,2 0,0 0,0 0,3 0,0 8,1 12,6 0,0 0,0 10,3 19,6 2,7 2,5 3,6 5,1 2,2 2,5 5,0 5,4 3,3 1,5 3,3 2,1 2,5 2,5 3,0 2,7 3,6 1,9 2,2 2,0 0,8 0,9 3,3 4,5 1,4 1,3 1,4 1,6 6,0 8,5 7,2 8,5 2,8 2,7 5,6 3,8 3,9 3,3 3,1 1,6 3,3 2,1 5,0 8,7 8,3 7,5 3,1 6,7 0,0 0,0 0,3 0,0 1,4 2,7 0,0 0,0 2,7 4,3 3,1 3,9 1,7 2,1 1,4 2,2 7,2 9,3 0,8 0,9 1,7 3,3

Tabla 43. Talla y biomasa de las principales familias de peces por estación en San Felipe. Estación Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

SF1 Talla Biomasa 15,1 1674,6 11,2 2799,8 18,4 346,0 28,0 1060,9 25,5 351,7 12,1 288,7 8,5 66,4 17,4 681,3 25,6 411,2

SF2 Talla Biomasa 15,6 1142,1 16,6 3881,7 19,0 1558,6 15,5 174,1 24,1 446,8 10,6 107,5 6,2 58,0 17,0 627,0 20,1 202,1

Talla (cm) y biomasa (g/100m2) promedio por estaciones SF3 SF4 SF5 Talla Biomasa Talla Biomasa Talla Biomasa 16,5 1605,3 13,7 1074,3 15,5 230,4 13,6 667,0 13,7 2790,9 16,5 3223,4 25,5 169,1 20,2 8890,8 18,9 934,4 0,0 0,0 50,0 352,6 28,0 1458,1 29,5 851,7 19,8 733,1 29,9 1168,5 18,6 407,9 13,0 34,6 13,6 200,5 8,0 26,1 8,6 89,3 8,0 38,0 32,8 590,3 0,0 0,0 15,5 13,5 27,4 326,4 19,7 125,6 23,9 1030,4

SF6 Talla Biomasa 15,7 653,4 10,7 755,7 25,5 856,7 0,0 0,0 27,8 1183,6 11,8 44,1 8,0 30,1 18,6 103,2 30,3 201,5

SF7 Talla Biomasa 15,5 839,9 15,2 1042,2 28,0 1393,0 31,6 1984,2 22,9 460,5 17,6 294,3 5,8 16,6 0,0 0,0 24,4 396,5

Tabla 44. Abundancia (ind./m2) de especies de peces por estación en Cazones. Índices de diversidad. C1 1,5 2010 2012 Especies Coryphopterus personatus 0,0 0,0 Scarus iserti 1,2 7,2 Thalassoma bifasciatum 12,5 31,7 Haemulon flavolineatum 175,0 12,5 Ocyurus chrysurus 0,3 5,3 Chromis cyanea 0,0 0,0 Acanturus coeruleus 3,2 42,3 Clepticus parrae 0,0 0,0 37,3 6,5 Abudefduf saxatilis 2,8 1,3 Caranx ruber Sparisoma viride 3,2 22,7 Stegastes adustus 16,5 10,2 Scarus taeniopterus 0,7 13,3 Stegastes partitus 1,5 0,0 Lutjanus apodus 7,2 10,8 Halichoeres bivittatus 0,0 5,2 Halichoeres garnoti 0,3 3,3 Microspathodon chrysusrus 9,2 13,2 Caranx latus 0,0 0,0 Stegastes variabilis 0,0 0,2 Haemulon plumieri 2,2 2,5 Sparisoma aurofrenatum 1,0 6,8 Gramma melacara 0,0 0,0 Stegastes planifrons 1,7 0,0 Lutjanus mahogoni 0,0 8,3 Acanturus chirurgus 1,0 4,7 Haemulon sciurus 7,3 3,5 Gramma loreto 0,0 0,0 Halichoeres pictus 0,0 0,0 Chaetodon capistratus 0,3 0,5 Halichoeres maculipinna 1,0 2,5 Acanturus bahianus 3,0 2,8 Holocentrus marianus 0,0 0,0 Coryphopterus glaucofraenum 0,0 0,0 Cephalopholis cruentata 0,3 0,0 Sparisoma chrysopterum 0,2 2,8 Inermia vitata 0,0 0,0 Hypoplectrus puella 0,0 0,0 Holocentrus adsensionis 0,7 1,3 Elacatinus horsti 0,0 0,0 Sparisoma rubripinne 0,8 4,7 Lutjanus griseus 0,8 0,0 Pterois volitans/miles 0,0 0,0 Lachnolaimus maximus 0,0 0,0 Halichoeres radiatus 1,8 1,8 Lutjanus synagris 0,0 8,3 Chromis multilineata 0,0 0,0 Stegastes diencaeus 0,2 5,2 Cantigaster rostrata 0,0 0,0 0,0 0,0 Lutjanus cyanopterus Sparisoma atomarium 0,0 0,0 Guerres cinereus 0,0 0,0 Stegastes leucosticus 0,2 0,0 Elacatinus genie 0,0 0,0 Pomacantus arcuatus 0,0 0,3 Calamus sp. 1,0 0,2 Holacantus tricolor 0,0 0,0 Bodianus rufus 0,2 0,0 Scombreomorus maculatus 0,0 0,0 Kyphosus sp. 0,0 0,0 Anisotremus virginicus 0,0 0,0 Holacantus ciliaris 0,3 0,0 Haemulon aurolineatum 0,0 2,3 Epinephelus guttatus 0,0 0,0 Coryphopterus dicrus 0,0 0,0 Mycteroperca tigris 0,7 0,0 Mulloidichthys martinicus 0,0 0,0

Estaciones, profundidad (m) y año de muestreo C2 C2F C3 CDPE C6 C8 C10 C11 C14 C15 C16 1,5 15 15 12 1,5 15 12 10 12 1,5 10 2012 2012 2010 2012 2012 2010 2012 2010 2012 2012 2010 2012 2012 2010 0,0 228,3 139,2 338,7 236,7 0,0 0,0 37,0 330,0 483,3 126,0 366,7 0,0 78,3 3,3 95,5 30,0 67,3 50,5 24,0 21,3 12,0 36,3 35,7 10,8 14,5 4,3 14,2 25,3 13,2 5,7 6,7 50,3 31,2 30,3 4,3 18,2 1,3 3,5 0,0 46,8 10,0 26,2 2,0 3,0 0,2 3,3 3,7 4,0 1,5 2,0 4,2 6,2 1,8 4,8 0,7 10,5 12,0 26,2 2,2 9,5 1,2 2,5 6,7 17,2 8,0 8,2 34,8 0,0 13,2 0,0 5,0 43,3 4,3 0,2 0,0 0,0 17,5 8,5 1,7 26,8 5,7 0,0 12,0 7,7 2,2 0,8 1,3 11,0 5,7 12,5 0,3 8,5 1,2 2,5 1,5 8,5 0,8 0,0 15,7 38,5 0,2 1,2 0,0 0,0 10,0 12,0 0,5 13,3 0,2 0,0 18,3 25,5 0,0 0,0 0,0 0,0 24,2 10,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 4,0 0,0 0,0 0,2 3,7 83,5 8,0 2,0 0,8 0,5 0,3 0,0 0,0 1,2 0,0 0,2 10,3 7,3 6,0 7,3 3,3 6,2 6,7 10,2 5,2 3,7 1,2 1,0 7,0 3,3 12,0 5,7 0,0 6,0 1,2 20,3 11,8 2,8 0,0 1,3 0,5 2,0 6,5 0,0 3,7 3,5 4,0 10,3 0,3 18,8 4,8 10,3 5,5 5,7 5,0 0,5 0,0 2,7 0,0 0,0 2,0 0,2 0,0 0,0 0,0 38,0 0,8 0,2 22,5 1,3 0,0 18,8 21,3 1,7 6,2 0,3 0,5 4,2 3,3 9,5 0,5 2,0 6,7 0,7 3,2 2,3 28,7 0,0 0,0 0,0 0,8 13,7 11,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 4,2 3,3 0,0 6,7 3,5 5,0 10,8 1,0 4,2 2,2 4,3 5,3 3,0 6,0 0,0 7,5 8,7 0,0 0,0 0,0 0,0 13,5 5,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 3,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 50,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,3 0,0 0,0 2,5 5,0 2,2 1,8 2,0 0,3 0,7 9,7 5,2 4,7 4,0 2,2 1,7 5,0 12,8 1,0 3,8 0,5 0,5 1,7 10,0 2,7 0,3 1,5 1,0 1,7 1,0 1,0 0,0 4,2 5,2 2,8 2,0 1,0 2,5 8,5 2,5 3,0 1,0 1,2 0,0 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 38,3 0,0 1,3 1,5 1,0 2,5 3,8 2,2 11,3 5,3 1,7 1,5 0,2 0,0 1,2 0,0 2,5 13,3 0,0 0,0 1,3 0,0 1,8 0,0 0,0 2,7 0,8 0,2 1,7 12,0 0,7 1,2 1,7 0,2 0,2 0,3 1,0 2,3 2,8 0,3 1,2 0,8 1,7 7,7 0,5 0,3 0,0 3,7 1,5 1,0 0,2 1,7 0,5 0,2 0,0 1,3 1,0 0,0 0,5 5,3 0,2 0,5 0,0 0,0 3,7 0,8 0,0 2,7 1,7 0,0 13,2 0,0 14,3 0,0 12,0 1,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2,2 3,3 2,2 2,3 0,7 1,2 0,7 0,5 3,0 1,8 2,5 0,0 2,0 10,3 0,2 0,0 0,2 0,2 1,2 5,5 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 5,7 0,0 0,7 0,2 0,8 0,0 0,5 2,3 0,2 0,5 0,3 0,0 2,5 0,5 0,0 0,0 1,0 0,3 1,0 0,0 0,0 2,5 0,5 0,0 2,8 2,5 0,0 7,0 0,0 2,2 1,3 1,5 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 2,5 2,0 2,3 0,0 2,7 0,0 1,0 2,5 1,5 0,5 0,5 0,7 1,2 1,3 1,2 1,2 0,8 0,0 1,3 2,8 2,0 0,0 1,5 2,3 0,0 1,2 0,0 0,5 0,3 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 8,3 0,0 0,0 0,0 4,2 0,0 0,0 0,0 1,2 2,0 1,2 0,7 0,0 0,0 3,0 1,2 1,0 0,8 0,2 0,0 1,3 0,3 0,3 4,2 0,2 0,7 0,2 0,2 0,8 1,7 0,7 0,5 0,5 0,0 0,0 0,0 0,7 1,5 1,7 0,3 0,0 0,0 0,7 3,0 0,8 0,7 1,0 0,0 1,0 2,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 2,5 0,0 7,2 0,0 0,0 0,0 0,0 2,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 2,0 0,0 0,0 0,0 1,3 4,7 0,0 1,5 0,0 0,0 0,0 1,7 1,7 0,0 3,0 0,0 0,0 0,0 1,0 1,0 0,5 0,8 0,0 0,3 2,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,5 1,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 2,0 0,8 0,0 0,8 0,0 0,0 3,5 1,8 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,7 0,8 0,5 0,0 0,0 2,5 0,5 0,0 0,0 0,5 0,0 1,3 3,3 0,0 0,3 0,0 2,2 0,0 0,0 0,0 1,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,5 0,7 2,0 0,7 0,0 0,3 0,3 1,5 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 1,3 0,0 0,0 0,0 0,0 1,8 3,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,5 0,0 0,8 1,8 0,0 1,3 0,5 0,2 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 1,0 0,5 0,0 0,5 0,0 0,0 0,5 0,8 1,0 1,2 0,3 0,0 1,0 0,7 0,5 0,0 0,0 0,5 1,2 0,3 1,0 0,2 0,7 0,2 0,3 0,2 0,7 0,2 0,5 0,7 0,3 0,7 1,8 0,2 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0 0,5 0,0 2,2 1,0 1,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,2 0,2 0,0 0,8 0,3 0,5 0,2 0,0 0,2 1,7 0,2 0,7 0,5 0,2 0,3 0,2 0,2 0,5 0,0 0,0 5,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 3,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 1,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,7 0,8 0,0 0,5 0,5 0,0 0,5 0,3 0,2 0,5 0,0 0,0 0,3 0,5 0,5 0,2 0,2 0,2 0,7 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 1,2 0,5 0,2 0,3 0,0 0,0 0,3 0,3 0,0 0,5 0,0 0,0 0,3 0,0 0,7 1,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,2 0,7 0,3 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 1,2 0,5 0,3 0,0 0,0 0,2 0,2 0,3 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 1,2 0,0 0,0 1,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3

Tabla 44. Continuación. C1 1,5 Especies Pomacantus paru Scarus vetula Scorpaena plumieri Hypoplectrus unicolor Hypoplectrus nigricans Chaetodon ocellatus Sphyraena barracuda Mycteroperca venenosa Sparisoma radians Aulostomus maculatus Chromis insolata Scarus guacamaia Holocentrus rufus Lactophrys trigonus Caranx bartolomaei Mycteroperca bonaci Chaetodon striatus Haemulon parra Lutjanus analis Chaetodon sedentarius Scombreomorus regalis Epinephelus striatus Pseudupeneus maculatus Lucayablennius zingaro Haemulon carbonarium Cephalopholis fulva Apogon planifrons Synodus intermedius Balistes vetula Elacatinus louisae Alectis ciliaris Lutjanus jocu Hypoplectrus guttavarius Mycteroperca intertitialis Serranus tigrinus Holocentrus vexilarius

Diodon holacantus Diodon hystrix Cantherhines macrocerus Equetus puntatus Coryphopterus eidolon Hypoplectrus indigo Hypoplectrus gummigutta Lipropoma rubre Apogon towsendi Apogon affinis Sphoenoides spengleri Lactophrys quadricornis Lactophrys triqueter Cantherhines pullus Equetus acuminatus Dasyatis americana No. de especies Heterogeneidad de Shannon Equitatividad de Pielou

2010 2012 0,2 0,7 0,0 2,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 1,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 2308 2263 36 44 0,74 3,04 0,48 0,80

Estaciones, profundidad (m) y año de muestreo C3 C6 C8 C2 C2F CDPE C10 C11 C14 C15 C16 15 1,5 15 1,5 15 12 12 10 12 1,5 10 2012 2012 2010 2012 2012 2010 2012 2010 2012 2012 2010 2012 2012 2010 0,2 0,0 0,7 0,2 0,2 0,3 0,2 0,2 0,2 0,2 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 1,3 0,0 0,5 0,7 0,0 0,2 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,7 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,7 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,5 0,0 0,5 0,5 0,0 0,5 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,7 0,0 0,7 0,3 0,2 0,0 0,3 0,0 0,3 0,2 0,2 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,2 0,5 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 1,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,3 0,2 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 1,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,5 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 2269 2483 2406 2585 2449 2261 2191 2259 2503 2611 2288 2493 2118 2299 40 50 61 49 57 44 45 59 58 43 54 47 27 57 3,01 1,96 1,08 1,58 1,83 1,20 2,96 1,33 1,60 0,95 0,98 1,11 2,18 1,20 0,82 0,50 0,61 0,40 0,45 0,73 0,78 0,75 0,39 0,25 0,56 0,29 0,66 0,68

Tabla 45. Densidad y biomasa de peces herbívoros y carnívoros por estación en Cazones. Estación C1 C2 C2F C3 CDPE C6 Profundidad (m) 1,5 1,5 15 15 15 1,5 Fecha 2010 2012 2012 2012 2010 2012 2012 2010 2012 Grupo Indicador media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS 2 Densidad (Ind/100m ) 13,5 13,1 37,3 50,6 132,5 124,3 132,5 124,3 30,7 30,9 37,3 50,6 48,0 62,4 40,8 48,4 49,8 67,8 Herbívoros Biomasa (g/100m2) 2256,2 2979,9 2469,1 2858,9 3727,3 3909,9 3727,3 3909,9 3177,4 4531,5 2469,1 2858,9 5928,4 12903,0 5266,7 6305,7 5509,0 6690,1 Densidad (Ind/100m2) 197,0 274,7 89,8 267,1 27,0 24,3 27,0 24,3 64,3 90,6 89,8 267,1 35,0 35,7 19,2 23,9 26,0 41,8 Carnívoros Biomasa (g/100m2) 17595,9 21032,0 1249,6 1693,1 8765,0 10593,0 8765,0 10593,0 17802,1 23172,4 1249,6 1693,1 11691,0 22585,7 4831,8 6282,1 7929,8 17377,0

Tabla 45 Continuación… Estación C8 C10 C11 C14 C15 C16 Profundidad (m) 15 12 10 12 1,5 10 Fecha 2010 2012 2012 2010 2012 2012 2010 Grupo Indicador media DS media DS media DS media DS media DS media DS media DS Densidad (Ind/100m2) 39,0 57,3 51,8 49,1 33,3 36,9 14,7 16,9 13,3 19,0 23,8 27,6 21,0 23,8 Herbívoros Biomasa (g/100m2) 4929,1 6059,2 6611,5 9773,8 2152,8 2388,0 1868,3 2196,9 640,8 705,2 3058,2 3407,8 2804,0 4117,7 Densidad (Ind/100m2) 25,8 33,0 26,5 35,8 18,3 19,5 27,8 36,0 44,7 42,4 10,0 16,7 22,8 29,0 Carnívoros Biomasa (g/100m2) 12703,6 22804,6 10806,5 16016,3 2582,3 3185,0 7479,1 9531,8 4215,7 4216,7 600,1 1123,9 5948,7 7211,3

Tabla 46. Densidad (ind./100m2)de las principales familias de peces por estación en Cazones. . Estación Fecha

Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

C1 2010 media DS

11,9 11,7 307,8 13,9 1,7 0,8 0,3 0,0 5,3

9,2 9,5 281,3 12,5 1,5 1,4 0,0 0,0 10,6

2012 media DS

4,7 135,6 2,5 4,2 3,9 1,1 3,6 0,0 139,2

6,4 39,9 1,7 1,7 5,2 2,0 2,9 0,0 340,1

C2 2012 media DS

8,1 215,6 8,6 26,9 6,4 4,7 3,9 0,0 3,9

9,8 72,5 2,5 10,4 3,6 3,2 1,4 0,0 3,4

C2F 2012 media DS

8,1 215,6 8,6 26,9 6,4 4,7 3,9 0,0 3,9

9,8 72,5 2,5 10,4 3,6 3,2 1,4 0,0 3,4

C3 2010 media DS

2,6 65,5 11,7 65,7 6,4 3,1 5,7 0,0 8,3

2,5 59,6 15,7 71,7 4,3 2,6 4,9 0,0 13,5

2012 media DS

4,7 135,6 2,5 4,2 3,9 1,1 3,6 0,0 139,2

6,4 39,9 1,7 1,7 5,2 2,0 2,9 0,0 340,1

CDPE 2012 media DS

21,1 102,8 15,3 21,9 2,5 1,1 1,9 0,0 19,4

37,5 33,1 14,4 19,0 3,1 1,4 4,0 0,0 25,0

C6 2010 media DS

12,2 84,2 11,9 15,6 0,8 3,1 1,7 0,8 6,4

9,3 54,1 10,4 22,0 0,9 1,9 1,5 1,4 5,0

2012 media DS

30,6 62,2 28,1 9,7 1,1 0,8 1,9 0,0 11,1

51,1 33,0 31,9 16,0 2,0 1,4 2,7 0,0 4,8

Tabla 47. Continuación… Estación Fecha

C8

Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

2010 media DS

5,6 68,3 8,3 30,0 3,9 3,1 1,1 0,0 1,7

C10 2012 media DS

2012 media DS

7,9 51,7 8,0 33,3 2,7 1,3 1,4 0,0 2,1

26,7 45,7 13,6 27,5 1,6 1,4 2,7 0,0 2,5

19,6 9,8 21,0 27,6 23,1 27,9 9,9 0,0 27,8

5,6 83,3 11,4 16,9 1,9 1,7 5,0 0,0 1,9

7,2 33,5 10,2 10,4 1,3 2,1 1,8 0,0 2,2

C11 2010 media DS

5,0 30,6 13,1 29,2 3,3 0,8 4,2 0,0 1,4

C14 2012 media DS

4,3 12,8 14,6 25,2 3,5 0,9 2,7 0,0 1,3

2,8 29,4 6,9 62,5 1,7 1,7 4,4 0,0 3,9

C15 2012 media DS

2,0 18,6 5,3 20,9 1,1 1,1 2,0 0,0 3,1

18,9 23,1 11,9 5,6 0,0 0,3 1,1 0,0 6,1

18,9 10,9 11,7 10,4 0,0 0,0 1,7 0,0 3,1

C16 2010 media DS

3,9 35,8 5,6 28,9 2,8 3,3 3,9 0,0 1,7

2,9 18,6 8,1 23,6 0,9 2,8 4,0 0,0 2,1

Tabla 48. Talla (cm) y biomasa (g/100m2) de las principales familias de peces por estación en Cazones. Estación Fecha

Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

C1 2010 2012 Talla Biomasa Talla Biomasa

16,4 20,6 16,6 23,8 32,9 20,5 2,5 0,0 19,6

762,8 1493,4 14319,9 2358,5 588,9 209,8 0,1 0,0 338,9

15,0 7,1 20,0 17,0 13,8 22,9 5,8 0,0 9,0

216,4 2252,8 407,7 307,6 513,5 813,9 17,2 0,0 20,8

C2 2012 Talla Biomasa

17,3 9,7 18,7 20,1 34,1 20,4 6,2 0,0 22,6

C2F 2012 Talla Biomasa

571,9 3155,4 860,5 3292,0 3442,3 1600,1 25,2 0,0 1266,2

16,0 11,2 17,9 24,9 23,4 19,8 8,3 0,0 25,1

209,6 2967,9 1074,6 13421,9 1545,7 734,6 128,9 0,0 1770,2

C3 2010 2012 Talla Biomasa Talla Biomasa

17,3 9,7 18,7 20,1 34,1 20,4 6,2 0,0 22,6

571,9 3155,4 860,5 3292,0 3442,3 1600,1 25,2 0,0 1266,2

17,3 9,7 18,7 20,1 34,1 20,4 6,2 0,0 22,6

571,9 3155,4 860,5 3292,0 3442,3 1600,1 25,2 0,0 1266,2

CDPE 2012 Talla Biomasa

20,8 7,1 19,2 18,7 16,7 28,8 8,0 0,0 19,2

4401,3 1527,0 2755,6 7637,6 427,8 627,8 19,5 0,0 880,4

C6 2010 2012 Talla Biomasa Talla Biomasa

19,2 11,1 19,3 26,8 15,5 26,2 8,0 18,0 22,9

2045,5 3221,2 1293,8 2787,9 28,4 1046,9 16,2 98,5 881,2

15,9 13,0 19,2 19,4 20,5 34,1 7,1 0,0 13,6

1722,8 3432,7 6480,1 1037,1 138,5 945,6 16,8 0,0 638,2

Tabla 48. Continuación… Estación Fecha

Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

C8 2010 2012 Talla Biomasa Talla Biomasa

19,4 14,3 20,7 26,0 24,0 24,7 13,0 0,0 30,5

879,7 4049,5 1114,7 9749,0 1177,8 902,3 71,7 0,0 663,5

19,6 9,8 21,0 27,6 23,1 27,9 9,9 0,0 27,8

3461,1 3150,3 1098,5 7865,3 711,2 806,8 83,8 0,0 1180,2

C10 2012 Talla Biomasa

17,7 9,2 15,3 18,3 13,4 20,0 7,2 0,0 25,4

569,8 1583,0 547,7 1329,3 66,2 361,2 242,2 0,0 686,4

C11 2010 Talla Biomasa

22,8 10,9 21,5 22,6 24,5 15,5 9,3 0,0 21,8

895,6 972,7 1306,6 5146,8 772,7 53,5 106,2 0,0 273,6

C14 2012 Talla Biomasa

15,5 7,5 18,5 15,9 12,5 24,5 5,3 0,0 19,8

158,0 482,8 781,5 2926,4 40,3 510,8 17,1 0,0 468,9

C15 2012 Talla Biomasa

14,0 15,9 9,1 18,0 0,0 15,5 8,0 0,0 12,6

901,9 1853,7 333,8 266,2 0,0 19,6 10,5 0,0 349,9

C16 2010 Talla Biomasa

19,9 11,4 22,6 26,7 20,6 21,1 7,1 0,0 21,1

541,6 2262,4 670,1 4623,8 502,9 748,8 33,2 0,0 219,9

Tabla 49. Abundancia (ind./m2) de especies de peces por estación en Bahía de Cochinos. Índices de diversidad.

Estación Profundidad (m) Fecha Coryphopterus personatus Clepticus parrae Chromis cyanea Scarus iserti Thalassoma bifasciatum Abudefduf saxatilis Stegastes partitus Stegastes diencaeus Ocyurus chrysurus Stegastes leucosticus Gramma melacara Halichoeres garnoti Sparisoma viride Acanturus coeruleus Caranx ruber Acanturus bahianus Chromis multilineata Inermia vitata Sparisoma aurofrenatum Scarus taeniopterus Gramma loreto Stegastes adustus

Cephalopholis cruentata Halichoeres pictus Chaetodon capistratus Holocentrus marianus Stegastes planifrons Cantigaster rostrata Haemulon flavolineatum Stegastes variabilis Haemulon aurolineatum Pterois volitans Lutjanus apodus

Jenkinsia lamprotaenia Haemulon sciurus Haemulon plumieri Lutjanus mahogoni Apogon planifrons Halichoeres bivittatus Chaetodon striatus Hypoplectrus puella Holocentrus rufus Gnatholepis thompsoni Microspathodon chrysusrus Sparisoma chrysopterum Pseudupeneus maculatus Scarus coeruleus Coryphopterus dicurs Mulloidichthys martinicus Caranx bartolomaei Holacantus tricolor Bodianus rufus Myripristis jacobus Caranx crysos Hypoplectrus unicolor Sparisoma atomarium Elacatinus horsti Serranus tigrinus Opistognatus aurifrons Calamus sp. Sparisoma rubripinne Halichoeres maculipinna Chaetodon ocellatus

BC1 5 2011 2,5 16,7 12,2 17,0 5,7 20,2 1,2 13,0 21,0 48,5 0,0 2,3 2,5 15,5 3,3 1,8 11,7 0,0 3,3 0,0 0,3 0,0 1,0 0,5 2,3 0,2 0,0 0,5 0,3 0,2 0,3 0,0 0,2 0,0 0,3 0,3 1,2 0,0 1,5 0,7 0,2 0,2 0,8 0,2 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,3

BC3 15 2012 41,7 18,5 19,0 29,3 28,2 10,7 13,0 0,0 23,5 0,0 0,0 19,3 5,3 1,7 1,7 2,0 0,0 0,0 3,7 2,0 0,0 5,2 4,0 1,2 2,5 0,2 0,0 0,2 1,0 1,0 0,7 0,2 0,8 0,0 0,3 0,7 0,0 4,7 2,3 0,2 0,2 0,2 3,3 0,0 0,8 1,2 0,0 0,0 0,7 3,3 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,3 1,0 0,3 0,2 0,0

2011 95,0 16,8 20,5 24,0 1,3 0,2 16,7 0,7 0,3 61,3 0,0 8,0 4,3 12,3 0,2 2,5 3,3 8,3 8,7 0,0 0,0 0,0 2,3 0,2 1,7 0,5 0,0 1,2 1,2 5,5 0,0 1,2 1,5 0,0 1,2 1,5 2,0 0,0 0,0 0,3 1,3 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,5 0,5 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0

2012 483,3 50,8 7,8 21,3 3,0 0,0 2,2 0,0 17,2 0,0 43,8 8,3 2,5 1,3 57,5 0,0 3,3 0,0 2,2 1,2 5,3 0,0 2,2 0,2 1,0 0,5 0,0 1,0 0,2 2,8 0,0 2,5 1,3 10,0 0,5 0,3 1,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,3 0,3 0,0 0,7 0,5 1,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0

Estaciones, profundidad (m) y año de muestreo BC10 BC13 BC15 15 10 20 2011 2012 2011 2012 2011 2012 8,3 138,3 0,2 0,0 6333,3 50,8 36,7 190,5 6,7 0,0 80,2 9,7 188,3 52,0 58,0 4,0 6,7 19,3 0,0 18,8 35,7 7,8 9,3 15,3 52,7 17,0 39,3 22,8 0,0 0,3 143,3 7,3 0,0 0,3 0,0 0,5 91,7 14,3 7,2 5,7 1,2 0,7 146,7 0,0 0,0 4,2 0,0 0,0 41,7 6,7 0,7 2,2 1,0 4,2 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 2,0 0,0 0,0 26,7 5,3 0,7 6,7 14,3 3,2 2,8 6,5 29,2 2,0 3,0 3,5 0,5 2,3 21,8 0,8 6,2 0,0 0,7 3,0 0,7 0,8 0,2 0,2 1,7 1,5 32,3 0,7 0,0 7,8 1,2 1,2 36,7 5,5 0,2 0,0 0,0 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 8,3 6,3 3,8 2,0 2,0 1,5 1,8 23,5 0,2 0,2 7,5 0,2 5,3 2,0 6,0 0,2 0,2 6,5 8,2 0,0 4,0 14,2 1,3 0,3 0,5 5,7 2,2 0,8 0,2 1,2 1,7 1,7 1,7 11,0 0,0 0,0 0,0 1,3 1,8 2,3 3,2 0,5 0,8 0,3 1,3 2,5 0,0 8,3 2,2 10,0 0,8 0,0 3,7 0,3 1,0 0,3 1,7 2,5 0,2 1,5 2,0 0,0 0,7 3,0 3,5 0,8 1,8 0,0 1,0 0,0 0,0 1,2 1,2 0,0 1,3 6,2 0,0 0,0 4,3 0,0 0,8 0,0 0,0 1,8 0,5 0,8 0,2 0,0 0,2 0,3 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,5 2,3 0,0 0,5 0,8 0,8 1,2 0,2 0,2 1,0 0,8 0,3 0,3 0,0 0,0 0,2 1,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,8 0,5 0,0 0,0 3,7 0,2 0,0 0,8 0,3 0,2 0,7 0,7 0,3 0,0 0,8 1,0 1,0 0,8 0,8 0,0 0,5 1,2 0,2 0,0 1,7 0,0 0,0 0,0 2,3 0,2 0,8 0,5 0,0 0,0 1,2 0,8 0,0 0,0 0,0 0,7 0,2 0,0 0,7 1,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 4,2 0,0 0,0 0,0 0,0 3,2 0,0 0,0 0,0 2,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,8 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,3 0,5 0,3 1,3 0,2 0,5 0,2 0,0 0,0 1,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,5 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,5 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,3 0,0 0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0

BC19 8 2011 0,8 18,3 66,3 30,0 53,7 0,0 2,8 0,0 0,5 0,0 0,0 7,2 2,3 0,8 0,0 5,7 0,0 0,0 4,7 0,0 0,8 9,0 0,2 3,7 1,0 0,2 0,0 1,0 1,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 1,2 0,0 0,2 0,0 1,2 0,2 0,0 0,5 0,0 1,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 1,7 0,0 0,0 0,8 0,0

BC22 20 2012 0,0 0,7 12,3 7,3 5,5 0,0 1,5 2,3 0,2 0,3 0,0 3,2 7,8 1,3 0,2 9,0 0,0 0,0 2,8 5,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,7 5,3 0,8 1,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 1,2 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,5

2011 1791,7 608,3 7,3 9,8 1,8 0,0 6,5 0,0 0,0 1,7 20,0 4,0 1,7 3,0 1,0 1,7 0,0 25,0 4,0 0,2 4,5 1,7 1,2 3,3 2,5 4,2 0,0 5,5 1,2 0,0 0,0 1,8 0,3 0,0 0,3 0,2 0,5 0,0 0,0 0,0 1,3 0,3 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 1,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0

2012 337,3 13,7 26,0 57,5 14,2 0,0 7,8 0,0 3,5 0,0 0,0 9,0 5,7 2,2 1,3 0,3 1,3 7,3 1,2 0,7 7,0 2,2 2,0 0,3 1,8 0,8 0,0 1,3 1,2 1,5 0,0 1,5 3,0 0,0 0,3 0,5 1,0 2,7 0,0 0,0 0,2 0,8 0,5 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,3 0,0 0,0 0,0 1,7 0,0 0,3 0,0 0,2 0,8 0,0 0,0

Tabla 49. Continuación… Estaciones, profundidad (m) y año de muestreo BC1 BC3 BC10 BC13 BC15 BC19 BC22 15 15 10 20 8 20 5 Especies 2011 2012 2011 2012 2011 2012 2011 2012 2011 2012 2011 2012 2011 2012 Hypoplectrus guttavarius 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,2 0,2 0,0 0,2 0,3 0,3 0,0 0,0 0,2 Hypoplectrus indigo 0,0 0,5 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 Acanturus chirurgus 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 Sparisoma radians 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,5 0,0 Hypoplectrus aberrans 0,3 0,2 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 Lutjanus analis 0,0 0,5 0,3 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Pomacantus arcuatus 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Alectis ciliaris 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Hypoplectrus gummigutta 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 Equetus puntatus 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 Coryphopterus glaucophraenum 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Holacantus ciliaris 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Hypoplectrus nigricans 0,0 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 Hypoplectrus hibr. 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Mycteroperca tigris 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 Holocentrus adsensionis 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 Lactophrys triqueter 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 Sphyraena barracuda 0,3 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Haemulon carbonarium 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 Scarus vetula 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Holocentrus vexilarius 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Elacatinus sp. 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Pomacantus paru 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Anisotremus virginicus 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Lutjanus cyanopterus 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 Cephalopholis fulva 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 Lipropoma rubre 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Rypticus saponaceus 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 Heteropriacantus cruentatus 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 Bothus lunatus 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 Melichthys niger 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Cantherhines pullus 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Scombreomorus regalis 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Haemulon chrysargyreum 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Haemulon parra 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Haemulon album 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Chromis insolata 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Mycteroperca venenosa 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 Halichoeres radiatus 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Malacoctenus boehlkei 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Lactophrys bicaudalis 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Gymnothorax funebris 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Elacatinus evelinae 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 Liopropoma mowbrayi 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 total 2227,7 2271,3 2336,7 2754,7 2927,2 2514,7 2250,3 2106,3 8526,2 2182,2 2239,3 2085,0 4551,0 2535,7 No. de especies 44 50 46 49 50 55 40 35 42 44 38 33 42 51 Heterogeneidad de Shannon 2,69 2,88 2,44 1,52 2,49 2,04 2,50 2,79 0,17 2,75 2,20 2,76 0,87 1,60 Equitatividad de Pielou 0,71 0,74 0,64 0,39 0,64 0,51 0,68 0,78 0,04 0,73 0,61 0,79 0,23 0,41

Tabla 50. Densidad y biomasa de peces herbívoros y carnívoros por estación en Bahía de Cochinos. Estación

BC1

BC3

BC10

BC13

BC15

BC19

Profundidad (m)

5

15

15

10

20

8

Fecha Grupo Herbívoros Carnívoros

2011

Indicador

Media

Densidad (Ind/100m2)

2012 DS

33,7

Biomasa (g/100m2)

37,6

2743,1

Densidad (Ind/100m2)

39,0

DS

Media

43,7

2012 DS

46,5

Media

61,1

2011 DS

13,5

Media

16,9

2982,6 4021,3 4462,4 3416,3 5275,7 1205,2 1475,5

28,3

Biomasa (g/100m2)

Media

2011

61,7

33,2

32,7

10,5

11,8

80,8

2012 DS

105,8

Media

147,0

23,7

2011 DS

Media

33,4

2012 DS

54,8

Media

52,9

2011 DS

32,8

Media

158,2

43,3

52,4

14,7

17,0

13,0

14,7

6,3 397,9

DS

Media

36,0 1068,3 1550,7

9526,2 14053,6 1334,6 1930,4 3494,6 3537,1 1231,4 1135,9

5810,5 14445,8 7486,9 7807,3 1703,4 2169,1 6093,0 8554,5 10063,8 12155,2 2029,0 2666,0 1839,1 2256,7

2012

11,3

7,0

6,7

20

2011 DS

33,8

BC22 2012

Media

40,7

DS

35,7

Media

44,8

2011 DS

35,3

Media

39,3

13,8

2012 DS

Media

15,9

DS

39,3

49,7

14,4 1863,7 2345,1 2249,5 2056,4 2100,0 2204,6 1165,5 1230,8 2279,1 2685,3 19,4

3,5

4,2

3,2

435,7 1578,5 2057,8 2146,1 3033,9

7,2

16,8

708,6

913,0

239,0

4,2

5,3

6,2

13,0

16,6

344,4 1418,2 2695,4 3656,9 7162,0

Tabla 51. Densidad (ind./100m2) de las principales familias de peces por estación en Bahía de Cochinos. Estaciones, profundidad (m) y años de muestreo BC1 5 Familia Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

BC3 15

BC10 15

BC13 10

BC15 20

BC19 8

BC22 20

2011 2012 2011 2012 2011 2012 2011 2012 2011 2012 2011 2012 2011 2012 Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS 28,9 22,6 6,7 3,8 24,7 43,0 2,2 2,5 90,3 160,3 3,6 3,7 30,3 20,0 20,0 16,5 2,2 2,3 6,9 3,7 10,8 5,7 17,5 16,3 2,8 2,5 5,3 4,1 38,9 21,7 69,2 26,8 62,2 29,8 46,1 30,3 101,1 50,3 43,3 32,8 68,1 27,6 35,3 19,0 17,8 13,5 53,3 40,9 63,1 44,9 41,7 25,1 31,9 16,3 114,4 47,9 2,2 2,5 4,4 3,4 6,4 2,2 1,7 2,1 9,7 10,1 7,5 7,1 19,4 12,8 6,1 6,0 3,9 1,7 13,1 18,4 3,9 2,5 2,5 1,7 2,8 2,0 3,3 1,8 37,2 63,9 41,4 19,6 6,9 8,4 32,5 30,5 51,7 47,6 11,9 12,4 1,1 1,4 3,9 2,5 2,5 2,7 9,7 12,2 1,7 2,1 1,1 0,9 1,9 1,9 12,5 16,5 1,7 1,5 6,7 4,3 3,9 2,3 4,2 3,6 9,4 4,3 3,6 2,2 1,4 1,3 0,3 0,0 1,9 1,3 2,8 1,7 0,3 0,0 1,4 2,2 2,5 1,4 3,6 1,9 0,0 0,0 0,0 0,0 2,2 0,9 2,5 2,0 0,6 0,0 0,0 0,0 1,4 1,3 0,3 0,0 1,1 2,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,1 0,9 0,0 0,0 0,6 0,0 5,6 2,3 4,4 2,3 3,3 3,2 1,7 1,8 8,3 5,1 3,3 4,1 3,9 2,7 8,1 4,9 1,4 1,6 1,7 2,1 1,9 1,3 1,7 1,8 4,2 3,5 3,1 2,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,9 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 6,7 13,9 3,1 4,0 0,3 0,0 96,9 198,8 5,6 4,0 1,7 1,5 1,9 4,0 1,1 1,4 3,3 2,8 3,3 4,1 2,8 2,9 2,5 2,5 1,9 2,7 2,8 2,3

Tabla 52. Talla (cm) y biomasa (ind./100m2) de las principales familias de peces por estación en Bahía de Cochinos. Estación

BC1

BC3

BC10

BC13

BC15

BC19

Profundidad (m)

5

15

15

10

20

5

año Familia

2011 Talla

2012

Biomasa

Talla

2011

Biomasa

Talla

2012

Biomasa

Talla

2011

Biomasa

Talla

2012

Biomasa

Talla

2011

Biomasa

Talla

2012

Biomasa

Talla

2011

Biomasa

Talla

2012

Biomasa

Talla

2011

Biomasa

Talla

BC22 20 2012

Biomasa

Talla

2011

Biomasa

Talla

2012

Biomasa

Talla

Biomasa

Acanthuridae

15,5

1673,4

16,9

486,0

16,3

1464,1

15,5

130,9

13,6

4525,5

15,1

229,0

15,7

1645,9

11,3

416,0

23,0

436,1

14,4

374,6

19,8

1101,3

15,4

875,6

19,5

230,8

12,6

394,1

Scaridae

10,9

1067,2

12,1

3535,3

10,8

1952,2

8,4

1074,2

13,0

4898,4

9,8

1087,1

9,8

1755,7

12,3

775,7

12,5

632,3

10,9

1489,2

9,2

1052,8

12,2

1142,8

10,9

934,6

6,3

1885,0

Haemulidae

15,8

194,6

20,8

569,3

18,3

721,3

16,3

102,5

11,1

284,6

21,5

802,8

17,8

1528,6

13,3

203,5

21,5

559,6

17,3

859,8

19,2

416,9

16,0

142,7

17,2

203,9

17,6

321,3

Lutjanidae

19,3

5226,6

24,4

6615,3

24,9

873,8

22,2

4656,6

29,0

9401,6

20,8

1109,0

27,2

245,1

16,7

176,1

30,5

911,8

19,7

1242,9

25,5

282,2

15,5

45,6

31,6

1038,9

23,7

3050,2 280,1

Serranidae

13,0

65,7

15,8

277,5

12,4

99,5

16,8

774,5

11,8

198,5

11,8

81,9

16,1

64,4

15,5

9,5

14,0

58,0

10,3

37,2

15,5

9,5

14,3

41,9

13,1

122,7

11,2

Pomacantidae

0,0

0,0

0,0

0,0

32,5

1741,2

18,2

367,8

15,5

36,0

0,0

0,0

17,3

185,3

15,5

18,0

33,8

771,6

0,0

0,0

0,0

0,0

13,6

56,7

0,0

0,0

14,0

74,7

Chaetodontidae

5,7

84,2

2,7

3,6

3,3

5,7

2,5

0,4

4,0

16,8

4,3

8,7

3,6

11,8

8,0

78,7

8,0

13,4

4,3

8,3

7,3

28,8

8,0

15,5

3,6

14,6

5,3

14,3

Carangidae

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

16,3

66,4

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

0,0

Otros

22,3

336,4

9,6

35,2

15,5

8,8

12,7

617,0

12,0

227,7

12,3

53,8

15,7

141,3

14,3

48,4

10,3

51,9

5,4

53,6

13,3

153,1

12,2

100,8

15,5

63,1

7,2

8,0

Tabla 53. Abundancia (ind./m2) de especies de peces por estación en Cienfuegos-Guajimico. Índices de diversidad.

Especies Coriphopterus personatus Thalassoma bifasciatum Chromis cyanea Clepticus parrae Scarus iserti Acanturus coeruleus Stegastes adustus Sparisoma aurofrenatum Stegastes partitus Gramma loreto Chromis multilineata Ocyurus chrysurus Acanturus bahianus Caranx ruber Chaetodon capistratus Abudefduf saxatilis Acanturus chirurgus Sparisoma viride Cephalopholis cruentata Microspathodon chrysusrus Haemulon flavolineatum

Neoniphon marianus Pterois volitans Gramma melacara Cantigaster rostrata Lutjanus apodus Halichoeres garnoti Haemulon chrysargyreum Mulloidichthys martinicus Opistognatus aurifrons Haemulon sciurus Holocentrus rufus Sparisoma rubripinne Halichoeres bivittatus Stegastes variabilis Hypoplectrus puella Chaetodon striatus Kyphosus sp. Holacantus tricolor Haemulon carbonarium Haemulon aurolineatum Coriphooterus dicrus Inermia vitata Lutjanus mahogoni Bodianus rufus

CG1 1,5

CG6 1,5

0,0 88,7 0,0 0,0 17,8 52,3 28,3 1,3

0,0 92,0 0,0 0,0 25,0 32,2 17,7 0,8

0,0 0,0

0,0 0,0

0,0 0,0 9,0 8,3 4,0 1,3 16,8 1,0 0,7 3,5 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 1,2 0,0 0,0 2,0 0,3 1,3 4,0 0,0 0,0 1,5 0,2 0,2 2,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2

0,0 0,0 2,2 0,2 1,7 17,8 0,7 2,0 0,0 7,2 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 1,5 0,0 4,5 0,0 0,0 0,0 0,3 2,0 0,3 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,8

Estaciones y profundidad (m) CG8 CG9 CG11 CG12 15 20 15 20 21,7 1033,3 5,8 1916,7 72,0 5,7 33,0 4,8 34,5 6,7 49,2 18,2 15,7 62,8 26,3 13,3 30,8 17,7 28,3 15,2 3,5 2,8 5,5 3,7 25,0 0,0 30,7 0,2 13,3 2,3 16,2 9,5 20,5 0,8 2,5 1,8 0,8 4,2 9,2 7,0 0,0 0,0 13,3 0,0 1,7 16,7 0,2 0,2 4,3 0,0 5,5 1,2 0,0 6,3 1,0 6,5 4,7 3,3 1,0 3,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 1,5 6,7 1,2 2,0 1,8 4,7 1,2 0,3 0,0 0,8 0,2 2,3 0,3 2,8 0,7 2,3 1,8 2,2 1,5 0,5 3,5 2,3 1,5 0,0 2,8 0,0 0,2 0,7 0,5 0,3 1,3 0,7 1,0 1,3 1,5 3,8 1,3 1,7 0,3 1,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 3,3 2,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,5 0,7 0,3 0,5 0,7 0,0 2,8 0,2 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,0 1,7 0,5 0,3 0,2 0,8 0,3 1,5 0,7 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,3 0,7 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,8 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 1,7 0,0 0,3 0,3 0,2 0,2 0,3 0,2 0,0

CG15 15 3,3 40,0 76,5 0,0 10,2 22,2 12,5 5,2 23,3 0,8 10,0 5,7 5,0 0,3 2,0 0,0 0,0 1,5 1,2 0,8 4,3 0,2 0,7 0,0 2,8 1,0 0,0 0,0 0,7 5,8 1,0 0,5 0,5 0,0 0,0 0,2 0,8 0,0 0,0 0,8 0,0 2,3 0,0 0,8 0,3

CG16 20 2400,0 7,0 30,0 83,7 13,2 2,7 1,5 2,5 1,3 12,8 8,3 6,7 0,5 4,2 1,0 0,0 0,0 1,2 1,5 0,0 0,8 3,3 1,2 5,5 2,7 0,2 0,5 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,7 0,7 0,0 2,7 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0

Tabla 53. Continuación.

Especies Halichoeres maculipinna Stegastes planifrons Serranus tigrinus Sparisoma chrysopterum Myripristis jacobus Haemulon plumieri Anisotremus virginicus Chaetodon ocellatus Gnatholepis thompsoni Pseudupeneus maculatus Pomacantus arcuatus Hypoplectrus unicolor Aulostomus maculatus Pempheris schomburgki Chaetodipterus faber Lutjanus griseus Scarus vetula Melichthys niger Cantherhines macrocerus Equetus puntatus Sparisoma radians Halichoeres pictus Gobiosoma sp. Sphoenoides spengleri Scombreomorus maculatus Hypoplectrus guttavarius Lipropoma rubre Rypticus saponaceus Holocentrus adsensionis Priacantus cruentatus Lactophrys bicaudalis Aluterus scriptus Chaetodon aculeatus Holacantus ciliaris Ablennes hians Calamus sp. Guerres cinereus Stegastes leucosticus Chromis insolata Hypoplectrus aberrans Mycteroperca tigris Mycteroperca intertitialis Scarus taeniopterus Amblycrrhitus pinos Malacanthus plumieri Diodon holacantus Lactophrys trigonus Lipropoma mowbrayi No. de especies Heterogeneidad de Shannon Equitatividad de Pielou

CG1 1,5 1,7 0,0 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 253 34 2,14 0,61

CG6 1,5 0,2 0,0 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 214 34 1,92 0,55

Estaciones y profundidad (m) CG9 CG11 CG12 20 15 20 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,5 0,0 0,8 0,0 0,0 0,2 0,5 0,2 0,3 0,3 0,0 0,3 0,3 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,7 0,0 0,2 0,7 0,0 0,0 0,0 0,3 0,2 0,2 0,2 0,3 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,7 0,0 0,7 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,2 0,0 0,0 0,3 0,0 0,2 0,5 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,2 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 286 1207 280 2042 43 44 45 47 2,48 0,69 2,74 0,35 0,66 0,18 0,72 0,09

CG8 15

CG15 15 0,2 0,0 1,7 0,3 0,0 0,5 0,0 0,0 1,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 263 42 2,49 0,67

CG16 20 0,0 1,3 0,0 0,5 0,0 0,2 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,8 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,2 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 2621 38 0,45 0,12

Tabla 54. Densidad y biomasa de peces herbívoros y carnívoros por estación en Cienfuegos-Guajimico. Estación Profundidad (m) Grupos Indicador Herbívoros Carnívoros

2

Densidad (Ind/100m ) 2 Biomasa (g/100m ) 2 Densidad (Ind/100m ) 2 Biomasa (g/100m )

CG1 CG6 CG8 CG9 CG11 CG12 CG15 CG16 1,5 1,5 15 20 15 20 15 20 Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS 99,7 138,3 80,0 90,5 39,3 69,9 7,7 7,9 33,8 30,5 24,8 23,6 15,3 17,4 35,3 37,6 8079,9 11801,7 7262,6 8091,3 3568,6 7226,8 780,8 752,7 2576,8 2294,8 2197,8 2030,6 1966,4 3593,3 1892,9 1822,3 14,0 24,1 7,0 9,1 15,7 25,9 7,5 8,7 12,3 16,0 11,7 12,3 28,5 53,9 8,5 10,2 497,4 932,4 472,1 598,3 1859,9 2928,8 599,8 567,4 1136,0 1606,7 1127,5 1666,1 1819,3 4082,3 1202,3 1768,2

Tabla 55. Densidad de las principales familias de peces por estación en Cienfuegos-Guajimico. Estaciones y profundidad (m)

Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

CG1 CG6 CG8 CG9 CG11 CG12 CG15 CG16 1,5 1,5 15 20 15 20 15 20 Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS Media DS 130,3 150,3 98,3 75,9 45,3 76,2 5,3 4,3 18,3 9,9 8,1 5,9 13,1 6,5 4,7 5,6 36,9 23,5 51,1 51,9 29,4 22,3 28,1 13,8 81,9 24,8 43,6 16,3 74,7 47,7 36,4 6,5 9,7 18,2 8,6 9,6 11,1 16,5 2,8 2,5 8,3 7,5 3,6 2,2 6,9 3,9 2,8 2,5 1,4 1,9 2,8 2,3 12,5 21,6 0,3 0,0 3,1 5,0 3,1 2,2 3,9 6,8 31,1 69,8 1,1 0,9 0,0 0,0 1,9 1,9 2,5 1,7 7,8 5,3 1,9 2,5 3,3 3,0 3,1 2,7 0,3 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 1,1 1,7 2,8 2,7 2,2 3,9 10,0 6,9 3,1 3,1 4,7 2,7 1,7 1,8 2,2 2,7 5,0 5,2 9,4 3,9 6,4 4,0 0,6 0,0 0,6 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 1,1 2,7 0,0 0,0 0,3 0,0 0,0 0,0 17,2 25,2 13,6 8,0 2,5 2,3 6,9 7,8 3,1 4,3 11,1 9,9 0,8 1,4 11,1 11,5

Tabla 56. Talla y biomasa de las principales familias de peces por estación en Cienfuegos-Guajimico. Estación Profundidad (m) Familias Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae Pomacantidae Chaetodontidae Carangidae Otros

CG1 1,5 Talla Biomasa 14,7 13,6 12,1 15,5 15,5 15,5 5,2 8,0 11,7

6630,9 1176,4 361,6 56,7 37,8 18,0 81,1 4,7 324,3

CG6 1,5 Talla Biomasa 15,0 9,1 9,3 17,3 0,0 0,0 3,9 16,8 14,9

5531,0 985,2 212,2 258,9 0,0 0,0 3,2 51,1 816,8

Talla (cm) y biomasa (g/100m2) promedio por estaciones CG8 CG9 CG11 CG12 15 20 15 20 Talla Biomasa Talla Biomasa Talla Biomasa Talla Biomasa 14,2 12,7 19,8 20,4 13,6 0,0 4,0 8,0 14,9

2459,1 1032,7 880,6 903,7 58,0 0,0 13,5 2,4 152,0

15,8 7,4 19,9 25,5 15,0 0,0 2,5 0,0 14,0

333,5 447,3 283,5 49,9 127,6 0,0 0,4 0,0 138,7

15,1 8,2 15,5 23,0 15,0 0,0 3,4 25,5 10,9

977,4 1354,8 382,1 493,5 255,2 0,0 5,5 200,4 99,5

16,1 13,5 18,5 21,1 16,8 15,5 2,5 0,0 13,3

490,8 1688,5 419,9 396,0 133,3 71,9 1,2 0,0 196,9

CG15 15 Talla Biomasa 14,6 9,8 15,1 25,5 15,5 16,3 3,1 25,5 9,9

592,6 1228,7 440,3 648,7 113,4 247,6 12,2 50,5 22,4

CG16 20 Talla Biomasa 12,3 11,1 14,7 17,3 13,6 17,2 3,4 0,0 11,9

245,7 1720,6 164,5 1427,5 79,4 369,0 6,7 0,0 168,6

Tabla 57. Densidad promedio y valores máximo y mínimo de las principales familias de peces en el Archipiélago Jardines de la Reina (año 2001) Densidad (ind/100m2) DensidadProm

Crestas

Max Min DensidadProm

Arrecifes frontales

Max Min

Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae 31,4 15,7 16,2 6,3 0,2 72,8 1,3

46,7 5,7

67,2 0,5

38,3 0,2

1,0 0,2

25,0 494,6 2,3

158,7 3737,0 2,0

34,4 249,8 0,8

32,4 661,0 0,3

26,7 691,8 0,2

Tabla 58. Biomasa promedio y valores máximo y mínimo de las principales familias de peces en el Archipiélago Jardines de la Reina (año 2001)

Biom. Prom Crestas

Biom. Prom (g/100m2) Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae 2841,0 4315,4 1694,4 1450,9 143,2

Max Min Biom. Prom

Arrecifes frontales

Max Min

11200,0 35,0

10531,0 670,0

10799,0 139,0

8984,0 11,0

782,0 9,0

632,5 1513,0 149,0

2588,5 5048,0 430,0

2907,4 18038,0 103,0

1931,4 7544,0 95,0

487,6 2260,0 9,0

Tabla 59.Talla promedio y valores máximo y mínimo de las principales familias de peces enel Archipiélago Jardines de la Reina (año 2001)

Talla. Prom Crestas

Max Min

Arrecifes frontales

Max Min

Talla (cm) Acanthuridae Scaridae Haemulidae Lutjanidae Serranidae 12,8 21,0 18,3 21,1 29,7 16,8 8

Talla. Prom

30,5 14,5

22,9 10,7

32,6 14,7

38,5 15,5

14,4

16,2

19,6

23,1

26,2

18,8 6,6

22,7 12,4

24,9 14,1

35,9 15,5

44 15,5

Tabla 60. Densidad de peces (Ind/100m2) por familia en los hábitats arrecifales del Sistema Arrecifal Mesoamericano.

Posterior Frontal somero (5‐10 m) Frontal profundo (10‐20 m)

Densidad (ind/100m2) Acanthuridae Haemulidae Lutjanidae Scaridae Serranidae 8,06 6 3,38 4,81 0,33 8,15 6,76 3,93 6,33 1,18 8,67 4,98 3,49 6,11 1,32

Tabla 61. Biomasa de peces Herbívoros y Carnívoros (g/100m2) en los hábitats arrecifales del Sistema Arrecifal Mesoamericano.

Arrecife Posterior Frontal somero Frontal profundo

Biomasa Herbívoros Carnívoros 1066 595 3230 1274 1830 920

Bahía de Cochinos

Bajos de Sancho Pardo Cayos de San Felipe Bahía de Guanahacabibes

Norte del Golfo deCazones

Costa de Cienfuegos Guajimico

Figura 1. Localización geográfica de las áreas de estudio.

Figura 2. Dirección y trayectorias de los huracanes que pasaron próximos a las záreas de estudio desde el 2001 al 2006. http://maps.csc.noaa.gov/hurricanes/viewer.html

Figura 3. Localización geográfica de los sitios de arrecifes de coral de Los Bajos de Sancho Pardo.

Figura 4. Esquema general del perfil de fondo de los Bajos de Sancho Pardo (modificado de Claro, 2009).

Figura 5. Localización geográfica de las estaciones de muestreo en los arrecifes de coral de Guanahacabibes.

Figura 6. Perfil de fondo de los arrecifes de coral de Guanahacabibes (modificado de Perera, 2010). El esquema superior representa los sitios próximos a Cabo Corrientes y el inferior a los más próximos a Cabo de San Antonio.

Figura 7. Localización geográfica de las estaciones de muestreo de los arrecifes de coral de San Felipe.

Figura 8. Localización geográfica de los sitios de estudio en los arrecifes de coral del Golfo de Cazones.

Figura 9. Perfiles de fondo de los arrecifes de coral del Golfo de Cazones en sitios sin cresta y con cresta.

Figura 10. Localización geográfica de los sitios de muestreo de los arrecifes de coral de la Bahía de Cochinos.

Figura 11. Perfil de fondo del arrecife de coral de Bahía de Cochinos. Tomado de Caballero et al. (2004)

Figura 12. Sitios de muestreo de los arrecifes de coral de la costa de Cienfuegos- Guajimico.

Figura 13. Perfil batimétrico general de los arrecifes de coral de la costa Cienfuegos-Guajimico. Modificado de Guardia (2005).

20

60 media

Cubrimiento vivo

± desviación estándar

media

Densidad

media ± desviación estándar

50 15

colonias/10m

%

40

30

10

20 5 10

0

0 60

160 media

Diámetro máximo

media ± desviación estándar

antigua reciente

Mortalidad

140

50

120 40

80

%

cm

100

60

30

20

40 10

20 0

Sancho Pardo Bahía de Cochinos Golfo de Cazones Cienfuegos-Guajimico Zonas

0

Sancho Pardo Bahía de Cochinos Golfo de Cazones Cienfuegos-Guajimico Zonas

Figura 14. Indicadores biológicos generales para corales pétreos en los arrecifes someros.

40

20 Cubrimiento vivo

media

± desviación estándar

± desviación estándar

15

colonias/10m

30

%

media

Densidad

20

10

10

5

0

0 20

50 Diámetro máximo

media

± desviación estándar

Mortalidad

40

antigua reciente

15

%

cm

30 10

20

Zonas

Zonas

Figura 15. Indicadores biológicos generales para corales pétreos en los arrecifes frontales.

Cienfuegos-Guajimico

Bahía de Cochinos

Golfo de Cazones

San Felipe

0

Guanahacabibes

Cienfuegos-Guajimico

Bahía de Cochinos

Golfo de Cazones

San Felipe

Guanahacabibes

Sancho Pardo

0

Sancho Pardo

5

10

100

100 total de colonias n= 292

80 60 40 20 0

0

50

100

150

200

250

300

350

400

450

500

550

600

A. palmata

No. de observaciones

No. de observaciones

A. palmata

colonias sanas n= 61

80 60 40 20 0

650

0

50

100

150

200

250

300

cm

450

500

550

600

650

100 A. palmata

colonias con mortalidad parcial n=62

80 60 40 20

0

50

100

150

200

250

300

350

No. de observaciones

A. palmata

No. observaciones

400

cm

100

0

350

colonias con 100% de mortalidad n=169

80 60 40 20 0

400

0

50

100 150 200 250 300 350 400 450

cm

cm

Figura 16. Frecuencia general de talla de colonias sanas y con mortalidad de superficie de A. palmata en las crestas.

700

700 M. annularis especies

300

400 300 200

200

100

100

0 0

colonias con mortalidad parcial n= 1036

500

500 400

M. annularis especies

600

colonias sanas n=1590

No of obs

No. de observaciones

600

0

20

40

60

80

100 120 140 160 180

0

50

100

150

200

250

cm

300

350

400

450

500

550

600

cm

Figura 17. Frecuencia general de talla de colonias sanas y con mortalidad de superficie del complejo de especies de M. annularis.

70

70 A. palmata

No. de observaciones

60 50

50

40

40

30

30

20

20

10

10

0

0

50

100

150

200

250

300

350

0

400

70

sanas n=31

0

50

100

150

200

250

300

350

400

70 A. palmata

60

No. de observaciones

A. palmata

60

Todas las colonias n=108

50

50

40

40

30

30

20

20

10

10

0

20

40

60

80

100

120

140

160

A. palmata

60

colonias con mortalidad parcial n=31

0

180

colonias con 100% de mortalidad n=46

20

60

100

140

180

cm

220

260

300

340

cm

Figura 18. Frecuencia de talla de colonias sanas y con mortalidad de superficie de A. palmata en las crestas de los arrecifes de los Bajos de Sancho Pardo.

40 M. annularis

No. de observaciones

M. annularis

colonias con mortalidad parcial n=107

colonias sanas n=83

30

20

10

0

0

10

20

30

40

50

60

70

80

cm

90

100

110

120

130

140

0

20

40

60

80

100

120

140

160

180

200

220

cm

Figura 19. Frecuencia de tallas de colonias sanas y con mortalidad de superficie de la especie M. annularis en las zonas posteriores de los arrecifes de los Bajos de Sancho Pardo.

40 M. annularis especies

M. annularis especies 30

No. de observaciones

colonias con mortalidad parcial n=99

colonias sanas n=95

20

10

0

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90 100 110 0

20

40

60

80

cm

100

120

140

cm

Figura 20. Frecuencia de tallas de colonias sanas y con mortalidad de superficie del complejo de especies de M. annularis en arrecifes frontales de los Bajos de Sancho Pardo.

50

50 M. annularis especies

colonias sanas n=132

40

No. de observaciones

No. de observaciones

M. annularis especies

30 20 10 0

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

110

120

colonias con mortalidad parcial n=161

40 30 20 10 0

130

0

20

40

60

80

100

120

cm

140

160

180

200

220

cm

Figura 21. Frecuencia de tallas de colonias sanas y con mortalidad de superficie del complejo de especies de M. annularis en los arrecifes de Guanahacabibes.

60

60 M. annularis especies

M. annularis especies

No. de observaciones

40 30 20 10 0

colonias con mortalidad parcial n=112

50

No. de observaciones

colonias sanas n=77

50

40 30 20 10

0

10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 110 120 cm

0

0

20

40

60

80

100

120

140

160

cm

Figura 22. Frecuencia de tallas de colonias sanas y con mortalidad de superficie del complejo de especies de M. annularis en los arrecifes de San Felipe.

30

30 25

No. de observaciones

25

No. de observaciones

Crestas restantes

Cresta del Faro de Cazones A. palmata colonias sanas n= 97

20 15 10 5 0

A. palmata Colonias sanas n= 17

20 15 10 5

0

50

100

150

200

250

300

350

400

450

500

550

600

650

0

700

0

50

100

150

200

250

Cresta del Faro de Cazones

400

Resto de las crestas

25

25 A. palmata Colonias con mortalidad parcial n=55

20

No. de observaciones

No. de observaciones

350

30

30

15 10 5 0

300

A. palmata Colonias con mortalidad parcial n= 12

20 15 10 5

0

50

100

150

200

250

300

350

400

450

500

550

600

650

700 0

cm

0

30

50 100 150 200 250 300 350 400

Crestas restantes

No. de observaciones

25

A. palmata colonias con 100% de mortalidad 20 n=84 15 10 5 0

0

50

100

150

200

250

300

350

400

450

cm

Figura 23. Frecuencia de tallas de A. palmata de colonias sanas y con mortalidad de superficie en las crestas arrecifales del Golfo de Cazones.

120

M. annularis especies

M. annularis especies

No. de observaciones

colonias con mortalidad parcial n=171

colonias sanas n= 363

100 80 60 40 20 0

0

10

20

30

40

50 cm

60

70

80

90

0

20

40

60

80

100

120

140

160

180

cm

Figura 24. Frecuencia de tallas del complejo de especies de M. annularis de colonias sanas y con mortalidad de superficie de los arrecifes frontales del Golfo de Cazones.

180

No. de observaciones

M. annularis especies colonias con mortalidad parcial n=299

M. annularis especies

160

colonias sanas n=400

140 120 100 80 60 40 20 0

0

20

40

60

80 cm

100

120

140

0

50

100

150

200

250

300

350

cm

Figura 25. Frecuencia de tallas de colonias sanas y con mortalidad de superficie del complejo de especies de M. annularis en los arrecifes de coral de la Bahía de Cochinos.

30

30 colonias sanas n= 18

20 15 10 5 0

colonias con mortalidad parcial n=14

25

No. de observaciones

25

No. de observaciones

A. palmata

A.palmata

20 15 10 5

0

0

50 100 150 200 250 300 350 400 450 500 550 600

50

100

150

200

cm

250

300

350

400

dp 30 A.palmata

No. de observaciones

25

colonial con 100% de mortalidad n=39

20 15 10 5 0

0

50

100

150

200

250

300

350

400

cm

Figura 26. Frecuencia de tallas de colonias sanas y con mortalidad de superficie de A. palmata de las crestas arrecifales de Cienfuegos-Guajimico.

180

180 M. annularis especies

160

120

120

100 80

100 80

60

60

40

40

20

20

0

colonias con mortalidad parcial n=113

140

No of obs

No. observaciones

140

M. annularis especies

160

colonias sanas n=414

0

20

40

60

80

100 120 140 160 180 cm

0

0

20

40

60

80

100 120 140 160 180 cm

Figura 27. Frecuencia de tallas del complejo de especies de M. annularis de colonias sanas y con mortalidad de superficie de los arrecifes frontales de Cienfuegos-Guajimico.

40 Cubrimiento de coral vivo

30

1999 2005 2009 2012

a a

a

%

ab a

bc

20

ab

ab

ab c

b

b

10

0

Acuario

Cadena Misteriosa Jardín de las Gorgonias

Yemayá

Estaciones

Figura 28. Variación temporal del cubrimiento vivo de coral en cuatro estaciones de Guanahacabibes. Las letras muestran el resultado de la prueba de comparación de medias de cada estación con respecto a los cuatro años de monitoreo.

80 70

Diámetro máximo

1999 2012

a

a

60 50

b

a

b

cm

b

40 30 20 10 0

Acuario

Cadena Misteriosa Jardín de las Gorgonias

Yemayá

Estaciones

Figura 29. Variación temporal de la talla de los corales (colonias > 25 cm) en cuatro estaciones de Guanahacabibes. Las letras muestran el resultado de la prueba de comparación de medias de cada estación con respecto a los años 1999 y 2012.

20 1999 2012

Densidad

15

corales/10m

a a

10

a

a

b

5

0

b

b

b

Acuario

Cadena Misteriosa Jardín de las Gorgonias

Yemayá

Estaciones

Figura 30. Variación temporal de la densidad de corales (colonias > 25 cm) en cuatro estaciones de Guanahacabibes. Las letras muestran el resultado de la prueba de comparación de medias de cada estación respecto a los años 1999 y 2012.

Figura 31. Variación del predominio de especies de coral (colonias > 25 cm) en cuatro estaciones de Guanahacabibes entre 1999 y 2012.

60 Cubrimiento de coral vivo

2003 2011

50 a

%

40

a b

30

a b b

20

10

0

BC1

BC2

BC3

BC9

BC10

BC20

BC21

Estaciones

Figura 32. Variación temporal del cubrimiento vivo de coral en siete estaciones de Bahía de Cochinos. Las letras muestran el resultado de la prueba de comparación de medias de cada estación con respecto a los años de monitoreo. Ver siglas de estaciones en tabla 1.

Densidad

2003

25

2011

20

%

15 10 5 0 BC1

BC2

BC3

BC9

BC10

BC20

BC21

Estaciones Diámetro máximo

2003

60

2011

50

cm

40 30 20 10 0 BC1

BC2

BC3

BC9

BC10

BC20

BC21

Estaciones

Figura 33. Variación temporal de la densidad de corales (colonias > 10 cm) y diámetro máximo de las colonias en siete estaciones de Guanahacabibes. Ver siglas de las estaciones en Tabla 1.

Bahía de Cochinos 2003

20%

27%

3%

Porites porites

4% 5%

Colpophylllia natans

14% 13% 14%

Figura 34. Variación general del predominio de especies de coral (colonias > 10 cm) en Bahía de Cochinos entre 1999 y 2012 (siete estaciones).

15 media

± desviación estándar

10

Cienfuegos-Guajimico

Bahía de Cochinos

Golfo de Cazones

0

Guanahacabibes

5

Sancho Pardo

colonias/m2

Densidad

Zonas

Figura 35. Densidad promedio de octocorales por área de estudio.

10 media

Densidad

± desviación estándar

esponjas/10m2

8

6

4

2

0

Sancho Pardo Golfo de Cazones Guanahacabibes Bahía de Cochinos Zonas

Figura 36. Densidad promedio de esponjas por área de estudio.

Figura 37. Densidad (Ind/m2) de las principales familias de peces en la estación Yemayá (Guanahacabibes). A = Acanthuridae, Sc = Scaridae, H = Haemulidae, L = Lutjanidae, Se = Serranidae. Los datos de 1999 son tomados de Claro y Cantelar (2003).

Figura 38. Biomasa (g/100m2) de las principales familias de peces en la estación Yemayá (Guanahacabibes). A = Acanthuridae, Sc = Scaridae, H = Haemulidae, L = Lutjanidae, Se = Serranidae. Los datos de 1999 son tomados de Claro y Cantelar (2003).

Figura 39. Índices de diversidad (H´) y equitatividad (J´) reportados en la estación Cuevas de Pedro por Cobián y Chevalier (2009) – 2003 y 2004 comparados con los del presente estudio – febrero y diciembre del 2010 en Guanahacabibes.

Figura 40. Índices de diversidad (H´) y equitatividad (J´) reportados en la estación Yemayá por Claro y Cantelar (2003) – 1999; Cobián y Chevalier (2009) – 2003 y 2004 comparados con los del presente estudio – febrero y diciembre del 2010 en Guanahacabibes.

Figura 41. Densidad (Ind/100 m2) de las principales familias de peces en Bahía de Cochinos en el año 2003. Ver siglas en Tabla 2.

Figura 42. Densidad (Ind/100 m2) de las principales familias de peces en Bahía de Cochinos en el año 2011. Ver siglas en Tabla 2.

Figura 43. Densidad (Ind/100 m2) de las principales familias de peces en Bahía de Cochinos en el año 2012. Ver siglas en Tabla 2.

Figura 44. Biomasa (g/100 m2) de las principales familias de peces en Bahía de Cochinos en el año 2003. Ver siglas en Tabla 2.

Figura 45. Biomasa (g/100 m2) de las principales familias de peces en Bahía de Cochinos en el año 2011. Ver siglas en Tabla 2.

Figura 46. Biomasa (g/100 m2) de las principales familias de peces en Bahía de Cochinos en el año 2012. Ver siglas en Tabla 2.

Phyllum Porifera Grant, 1836 Clase Demospongiae Sollas, 1885 Orden Spirophorida Lévi, 1973 Familia Tetillidae Sollas, 1886 Cinachyrella kuekenthali (Uliczka, 1929) Orden Astrophorida Sollas, 1888 Familia Geodiidae Gray, 1867 Geodia neptuni (Sollas, 1886) Orden Hadromerida Topsent, 1894 Familia Clionaidae D'Orbigny, 1851 Cliona aprica Pang, 1973 Cliona delitrix Pang, 1973 Cliona varians (Duchassaing y Michelotti, 1864) Spheciospongia vesparium (Lamarck, 1815) Orden Agelasida Hartman, 1982 Familia Agelasidae Verrill, 1907 Agelas conifera (Schmidt, 1870) Agelas tubulata Lehnert & van Soest, 1996 Agelas wiedenmayeri Alcolado, 1984 Ptilocaulis walpersi (Duchassaing y Michelotti, 1864) Orden Poecilosclerida Topsent, 1928 Familia Microcionidae Carter, 1875 Clathria sp. Orden Halichondrida Vosmaer, 1885 Familia Axinellidae Carter, 1875 Familia Raspailiidae Hentschel, 1923 Ectyoplasia ferox (Duchassaing y Michelotti, 1864) Familia Iotrochotidae Dendy, 1922 Iotrochota birotulata (Higgin, 1877) Familia Mycalidae Lundbeck, 1905 Mycale laevis (Carter, 1882) Mycale laxissima (Duchassaing y Michelotti, 1864) Orden Haplosclerida Topsent, 1928

Familia Callyspongiidae Laubenfels, 1936 Callyspongia plicifera (Lamarck, 1813) Callyspongia vaginalis (Lamarck, 1813) Familia Niphatidae Van Soest, 1980 Niphates digitalis (Lamarck, 1814) Niphates erecta Duchassaing y Michelotti, 1864 Amphimedon compressa Duchassaing y Michelotti, 1864 Familia Phloeodictyidae Carter, 1882 Aka coralliphaga (Rützler, 1965) Aka xamaycaense (Pulitzer-Finali, 1986) Familia Petrosiidae Van Soest, 1980 Xestospongia muta (Schmidt, 1870) Orden Dictyoceratida Minchin, 1900 Familia Irciniidae Gray, 1867 Ircinia felix (Duchassaing y Michelotti, 1864) Ircinia strobilina (Lamarck, 1816) Orden Verongida Bergquist, 1978 Familia Aplysinidae Carter, 1875 Aplysina cauliformis (Carter, 1882) Aplysina fistularis (Pallas, 1766) Aplysina fulva (Pallas, 1766) Verongula rigida (Esper, 1794) Aiolochroia crassa (Hyatt, 1875)