Factores de riesgo: conflicto y convivencia escolar

Factores de riesgo: conflicto y convivencia escolar Dennys Martínez Franco Coordinadora de Investigación Maestría en Educación Universidad Metropoli...
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Factores de riesgo: conflicto y convivencia escolar

Dennys Martínez Franco Coordinadora de Investigación Maestría en Educación

Universidad Metropolitana [email protected]

Eje Temático. CONVIVENCIA ESCOLAR.

Resumen El análisis funcional de los factores de conflicto y convivencia escolar, comprende un eje estratégico de investigación, intervención y formulación de políticas educativas para el aseguramiento de la calidad institucional, especialmente a nivel latinoamericano. La presente investigación asume un abordaje empírico, orientado a la caracterización, análisis comparativo y funcional de las prácticas de interacción escolar reportadas por una muestra aleatoria estratificada conformada por 267 estudiantes de grados 10° y 11° en Instituciones Educativas Distritales en Barranquilla – Colombia. Los resultados brindan evidencia sobre la incidencia negativa del conflicto y violencia escolar, en contraposición con la incidencia positiva de las estrategias de resolución de conflictos y comportamientos prosociales sobre la convivencia escolar. Finalmente, se resalta la necesidad e importancia crítico-social de desarrollar programas en intervención psico-educativa para promover integralmente la convivencia escolar.

Palabras Clave: Convivencia Escolar, Conflicto Escolar, Resolución de Conflictos, comunidad escolar.

Introducción El ser humano es un ser gregario por naturaleza, que busca la interacción social y esta forma parte de la esencia de su propia existencia, la cual está direccionada por múltiples factores existentes dentro del contexto en que se desarrolla y puede involucrar al joven a encontrar en su grupo y en su fuerza social la posibilidad de canalizar su actitud de protesta y de rechazo a las normas establecidas por la familia y la escuela, saliendo airoso en ocasiones de la presión grupal, teniendo en cuenta a su vez los diferentes sistemas en que interacciona un estudiante como es el sistema familiar, educativo, la iglesia y otros contextos.

La escuela, como institución educativa, es una formación social en dos sentidos: está formada a partir de la sociedad y a la vez expresa a la sociedad. Lo que se habla en cada escuela, es el lenguaje particular de la sociedad. Por tal motivo, no es ajena a la profunda crisis socio política en la que estamos inmersos y que como ciudadanos nos afecta, sufriendo especie de alineación a los que comúnmente se debe manejaren el estudiante.

Dentro del marco de la política educativa de Ministerio de Educación Nacional de Colombia en la

Cartilla Numero 1, Brújula del Programa de Competencia Ciudadana del 2011, donde cita que la formación ciudadana se fundamenta en promover una educación de calidad, que forme mejores seres humanos, ciudadanos con valores éticos, respetuosos de lo público, que ejercen los derechos humanos, cumplen con sus responsabilidades sociales y conviven en paz.

El presente trabajo se enmarca desde una perspectiva esencialmente educativa, fundamentada en la Convivencia Escolar con un respaldo holístico que permite propiciar acciones de cambio a través de un plan de intervención psicoeducativa orientado a la calidad de vida escolar ajustados a los hallazgos de la investigación.

Desarrollo

La ausencia de violencia en las escuelas se alcanza a través del trabajo serio de todos los equipos docentes sostenidos por la coherencia, el principio de no- discriminación y por la solidaridad. Tuvilla (2005).

Se debe entender que el fenómeno de Convivencia escolar viene constituyéndose en una problemática de gran interés no solo en el campo Educativo, sino también social y familiar. Esto significa, que la dimensión social se extiende y amplia como la vida misma, el deseo de pertenecer a ciertos grupos es un hecho casi inevitable en el ser humano ya que ejerce cierta influencia sobre las personas, que puede ser de larga o corta duración. Para que exista interacción social es preciso que entre varios individuos sus comportamientos influyan recíprocamente, cuanto mayor sea la interacción, mayor será la tendencia a adaptar formas comunes de conductas y de igual forma esto puede propiciar conflictos lo que hace necesario resaltar los valores y el respeto a los derechos del otro.

En aras de esto el Gobierno Nacional de Colombia se vio en la necesidad de incluir acciones para el desarrollo de los componentes de promoción, prevención y atención para mejorar la convivencia en las instituciones educativas del país, y es así como el Ministerio de Educación Nacional (2013) reglamentó la Ley 1620 que marca una ruta para mejorar la convivencia escolar.

Si bien es cierto que el gobierno establece sus planes para intervenir en los centros educativos en pos de mejorar la convivencia escolar, los programas ministeriales y las orientaciones oficiales sobre convivencia son solamente un marco de referencia y como tal permite una amplia gama de estructuraciones, modificaciones, adaptaciones y finalidades de sus proyectos. Si bien es cierto que existe un plan de convivencia común a todos también es verdad que existe la libertad de sus proyectos en cuanto a convivencia escolar, se ajusten a cada país y a cada escuela.

Para controlar la violencia escolar en las instituciones educativas es importante promover la educación en valores centrándose en diálogos en razón de creencias e igualdad de derechos y deberes, para que este fin se pueda dar se debe tener claridad en este concepto. En este sentido, por su parte Sileoni (2004, p. 2) advierte que:

La educación en valores no debería ser entendida como sinónimo de retorno a una educación autoritaria. Educación en valores no es sinónimo de predicación, no es sinónimo de campaña por la reforma de las costumbres sociales. Una auténtica educación en valores comienza por valorar al otro. Confiar en nuestros jóvenes, escucharlos abiertamente, estar dispuestos a aprender también de ellos es el primer paso de una educación en valores con posibilidades de éxito. Sólo en ese contexto respetuoso y de apertura puede adoptarse luego una postura no neutral sino crítica frente a la cultura juvenil en aquello que amenace los valores de la democracia: la discriminación, el abuso de poder, la falta de respeto por la ley, la violencia, la falta de valoración del esfuerzo y del trabajo.

En este sentido la sociedad está en deuda creciente con los jóvenes ya que los más sofisticados avances de la enseñanza para encontrar soluciones a los múltiples conflictos afectados en los centros educativos están siendo desmentidos por una realidad signada de crisis a nivel general.

Es bajo esa perspectiva de importancia a la conflictiva juvenil que los requerimientos del presente trabajo apuntaran hacia el desarrollo del conocimiento educativo, en estudiantes de grado 10° y 11° de instituciones educativas distritales de Barranquilla, como respuesta analítica frente a los cambios extremos por los que atraviesa el adolescente en busca de su propia identidad y que varía de un

individuo a otro, lo puede llevar a una mala convivencia escolar infundada en los diferentes contextos en donde se desarrolla esto o incursiona.

Como marco final se realizaran reflexiones y propuestas pedagógicas para el diseño de un plan de intervención en convivencia escolar para concientizar a los directivos y estudiantes de las mismas y de lo primordial que resulta la trasmisión y apropiación de la información impartida dentro del claustro en un clima institucional beneficioso para las partes involucradas. Convivencia Escolar en el campo educativo

Con relación directa al fenómeno de la convivencia, y entendiendo las consideraciones propias de la escuela, se debe de promover un abordaje teórico que abarque las consideraciones particulares en torno a la convivencia pero en escenarios netamente escolares, debido a que es definitivamente la escuela uno de los escenarios propios de interacción y consolidación de convivencia humana. Esto también se debe a que la educación ha dejado de ser privilegio de una minoría, de estar sometida a una edad fija, para extenderse a toda la comunidad y a la duración de la existencia del individuo. Así, debe manifestarse como un proceso permanente y omnipresente, ya no puede concebirse como una preparación para la vida, sino como una adquisición continua de conocimientos y una constante revisión de conceptos y planteamientos.

En cuanto a la educación Maturana y Dávila (2006) expresan que la educación es fundamental "pero no en términos de aprendizaje de materias, sino en términos de convivencia"

En consecuencia a lo expresado es de gran relevancia indagar la relación directa entre convivencia escolar y educación ciudadana. Por estas razones La convivencia implica vivir socialmente juntos, relacionarse con respeto y valores hacia el otro, aceptando la diversidad de manera responsable y sentido democrático.

A partir de lo anterior es de considerar que una sociedad sin normas legales claras derivaría en violencia irreparable, esta situación sería terrible porque imposibilitaría la sana convivencia y por el contrario favorecería la inmoralidad y la injusticia en las escuelas y a nivel de la sociedad se perdería el bien común.

Por esto el aporte fundamental de la formación ciudadana en las escuelas es improrrogable ya que en la actualidad como carácter articulador se toman en cuenta los cambios sociales, económicos, culturales, afectivos, cognoscitivos que potencialicen las habilidades y competencias ciudadanas, despertando importancia en la formación del desarrollo humano en el marco de construir una mejor sociedad y fortalecer el respeto por sí mismo.

Visto así, la convivencia es la clave de convivir con los demás y resulta hoy indispensable dar importancia y valorar el que forme parte del bagaje educativo de las instituciones.

En este recorrido por la convivencia escolar no se puede dejar por fuera las políticas de convivencia escolar, en este aspecto es de vital importancia la gran implicación y colaboración de la familia y la escuela ,donde cada vez se hace más evidente que , los padres deben conocer y cooperar en las medidas correctoras que se apliquen en las instituciones .

Cabe destacar 3 ejes esenciales en políticas de convivencia según Cerezo. (2011)

Donde afirma.



Se Tiene un enfoque formativo, ya que se enseña y se aprende a vivir con



Requiere de la participación y compromiso de toda la comunidad educativa, de

otros.

acuerdo a los roles, funciones y responsabilidades de cada actor y estamento. •

Todos los actores de la comunidad educativa son sujetos de derecho y de responsabilidades, y deben actuar en función del resguardo de la dignidad de todos y todas.

Todas estas políticas plantean la necesidad de una rigurosa misión instructiva y normativa para la convivencia escolar donde se eduque mejora los padres sobre lo que deben hacer en los casos de violencia en convivencia escolar, como también una preparación permanente para los docentes sobre los posibles problemas de los alumnos y por ultimo no por ser de menos importancia la formación de docentes sobre normas de convivencia.

La inseguridad afecta a todos los grupos sociales y debe abordarse desde las instituciones, el gobierno y la sociedad ya que no existe causa única del problema de allí la necesidad de obtener una educación de calidad y de calidez en valores que son elementos indispensables para una convivencia social a corto plazo.

Lo anterior conduce a ofrecer programas armónicos, trascendentes de convivencia escolar para favorecer la sana convivencia, el buen trato el respeto de los derechos y las obligaciones entre las comunidades educativas, para así responder a una buena política pública.

Este es un esfuerzo que debe hacer en conjunto con profesionales activos para lograr que los estudiantes se desarrollen de manera equilibrada en la escuela, generando ambientes propicios para la sana convivencia, el aprendizaje y el respeto que debemos procurarnos como ciudadanos libres y respetuosos.

Un problema complejo como este requiere una mirada integral, lo que nos lleva a estudiar a los padres – estudiantes y docentes, no obstante es importante resaltar del mismo modo el rol que cumplen todos los actores participantes en la comunidad educativa.

La violencia escolar realizada por estudiantes generalmente los lleva a obtener popularidad y búsqueda del reconocimiento de sus pares, por tal motivo hay que resaltar que los padres de familia deben brindar apoyo, afecto, confianza y atención, así como los docentes deben ser fuente de autoridad y afecto. (Chaux 2012)

La situación de nuestro país en cuanto a problemas de violencia escolar y disciplina son frecuentes en nuestras aulas y esta situación es preocupante y angustiante para docentes y directivos especialmente en la secundaria, aunque en estos momentos aun no alcanza dimensiones alarmantes , si es necesario encaminar planes de convivencia en nuestros centros públicos como privadas .

Hasta ahora las agresiones más evidentes entre los estudiantes a nivel mundial son físicas, verbal, hurtos y exclusión del grupo por lo que respecta a los docentes la tensión, agobio, enfado y el síndrome de burnout son las dolencias psicológicas más usuales. Se plantea entonces que las afecciones en docentes, directivos, estudiantes y padres están asociadas a la dificultad por fallas en la convivencia en los centros educativos.

Los primeros que detectan la violencia infantil son los maestros. Una de las funciones de los docentes es estar atentos a la conducta de los estudiantes para frenar la violencia antes de que se pase del límite. Durante una pelea fuerte entre estudiantes, el docente tiene que tratar de disuadirlos mediante la palabra y, si no lo logra, procurar que cese la violencia. Esto tiene que ver con la seguridad jurídica de los maestros, quienes tienen explícitamente prohibido tocar a los alumnos. Tras cada hecho, deben asegurarse de que quede registrado e insistirle al gabinete institucional para que actúe. Vargas. (2010).

Son muchas las formas como un estudiante está expuesto a la violencia escolar como la agresión con armas y robos entre ellos mismos, dentro y fuera del aula de clase; en la actualidad los jóvenes han nacido dentro del mundo de la tecnología lo cual le lleva una ventaja a los docentes, padres de familia y personas que los tienen bajo su cuidado; por ello es muy fácil el mal manejo de las redes sociales, (teléfonos móviles, el internet.)

En efecto otra situación que está preocupando a la comunidad educativa y a los padres de familia es que la violencia en la juventud es algo tan natural, esto indica que no se puede responsabilizar a la escuela en forma total ni siquiera al sistema educativo de los actos violentos de los estudiantes, causando en ellos un deterioro en su convivencia.

Pese a la complejidad del término y a la dificultad conceptual que lo rodea, existe un punto de consenso básico. Dicho punto consiste en que todo y cualquier acto de agresión –física, moral o institucional– dirigido contra la integridad de uno o de varios individuos o grupos, es considerado como acto de violencia (Abramova y Rúa, (2002).

Por todo lo anterior, se puede inferir que para los adolescentes realmente la escuela y su entorno escolar es donde se desarrolla un individuo integral por eso es importante que como institución sea necesario abordar esta problemática con el fin de crear propuestas de intervención para poder transformar sus formas de convivencia.

En relación a este aspecto se han señalado en múltiples estudios que las intervenciones deben tomarse desde varios frentes , es importante señalar que es común implementar programas para prevenir y responder adecuadamente previniendo la agresión, promoviendo la convivencia y contribuyendo al mejor desempeño académico .Al respecto Chaux, Lleras y Velásquez (2012) anotan: “los estudiantes aprenden que un valor es importante, pero siguen actuando de la misma

manera como lo hacían antes” (p.15), y continua afirmando : “la transición entre el conocimiento sobre una competencia y su uso en la vida real es uno de los retos más difíciles en la formación ciudadana” Chaux . (2012,p.16). A este respecto, el fenómeno de Bullying parece ser que es el más estudiado en comparación con otras formas de violencia , limitándolo solo a iguales y en el ámbito escolar dejando por fuera otros tipos de agresión sin embargo puede notarse que los chicos victimas de agresión tienen con sus padres , en especial con las madres un contacto más estrecho y unas relaciones más positivas que otros chicos en general lo que para algunos profesores esta es vista como una protección excesiva por parte de las madres Olweus (1978)

En estos momentos se está viviendo en muchos países el Bullying y se cataloga como un acto de violencia escolar según la clasificación que hace Trianes (2000, p. 24).Quien al mismo tiempo señala que el “Bullying es un comportamiento prolongado de insultos, rechazo social, intimidación y / o agresión física de unos alumnos contra otros que se convierten en víctimas”.

Como resultado de muchas investigaciones hasta el momento no se ha llegado a una unificación del fenómeno de violencia, pero las aproximaciones nos llevan a pensar que el fenómeno de violencia aporta tanto ventajas como desventajas para el conocimiento de su naturaleza e incidencia pues la información proviene de múltiples disciplinas como la psicología, criminología, sociología, pedagogía, enriqueciendo la comprensión global del fenómeno (Ortega, 2006).

A continuación se presentan algunas consideraciones teóricas e institucionales que alinean los supuestos, frente al fenómeno de la convivencia. En primera instancia, Proyectándonos a la normatividad es importante tomar desde el marco la política educativa de Ministerio de Educación Nacional de Colombia en la Cartilla Numero 1, Brújula del Programa de Competencia Ciudadana del 2011, donde cita que la formación ciudadana se fundamenta en promover una educación de calidad, que forme mejores seres humanos, ciudadanos con valores éticos, respetuosos de lo público, que ejercen los derechos humanos, cumplen con sus responsabilidades sociales y conviven en paz.

Las instituciones educativas forman parte de la sociedad actual, aunque se han modificado y ampliado sus objetivos. Además de impartir ciertas destrezas y conocimientos básicos, se espera que forme personas independientes, críticas y responsables en una sociedad democrática y pluralista.

En este orden de ideas, los centros educativos deben considerarse responsables tanto del proceso

educativo como dela convivencia de los estudiantes dentro de la línea marcada por el proyecto educativo del centro y el profesorado tienen en el ideario un apoyo para comprobar si su tarea cotidiana corresponde a la línea educativa decidida por el centro

La ausencia de violencia en las escuelas no se alcanza si no es a través del trabajo serio de todos los equipos docentes sostenidos por la coherencia, el principio de no- discriminación y por la solidaridad. Tuvilla,(2005).es así que cabe entender que el fenómeno de Convivencia escolar viene constituyéndose en una problemática de gran interés no solo en el campo educativo, sino también social y familiar. Esto significa, que la dimensión social se extiende y amplia como la vida misma, el deseo de pertenecer a ciertos grupos es un hecho casi inevitable en el ser humano ya que ejerce cierta influencia sobre las personas, que puede ser de larga o corta duración. Para que exista interacción social es preciso que entre varios individuos sus comportamientos influyan recíprocamente, cuanto mayor sea la interacción, mayor será la tendencia a adaptar formas comunes de conductas y de igual forma esto puede propiciar conflictos lo que hace necesario resaltar los valores y más aún el respeto a los derechos del otro.

Resultados

Las instituciones educativas forman parte de la sociedad actual, aunque se han modificado y ampliado sus objetivos. Además de impartir ciertas destrezas y conocimientos básicos, se espera que forme personas independientes, críticas y responsables en una sociedad democrática y pluralista. Las instituciones educativas deben considerarse responsables tanto del proceso educativo como de la convivencia de los estudiantes dentro de la línea marcada por el proyecto educativo del centro y el profesorado tienen en el ideario un apoyo para comprobar si su tarea cotidiana corresponde a la línea educativa decidida por el centro. A pesar de la crisis y de los problemas por los que atraviesan los centros educativos, siguen siendo una necesidad, por lo tanto la sociedad espera que estos trasmitan una cultura enormemente compleja. La Convivencia Escolar puede considerarse como el eje central de toda institución educativa, y además la ilación fundamental para que se dé un aprendizaje, pero las experiencias en los centros educativos muestran claramente que el conflicto escolar es un fenómeno bastante frecuente y grave tanto en niños como adolescentes que están en constante interacción, de esta manera es importante precisar que hay que buscar erradicar la violencia en las instituciones educativas. A partir de los resultados obtenidos y a la luz de los referentes teóricos y empíricos, se identifican principalmente las siguientes conclusiones y recomendaciones:

1. El éxito en los procesos de Resolución de Conflictos y Convivencia Escolar depende en gran medida de la vinculación y participación activa de todos los actores de la comunidad académica. Este planteamiento se sustenta en las tendencias monotónicamente crecientes y directamente proporcionales establecidas entre la frecuencia de participación de los docentes, estudiantes y padres de familia en la resolución de conflictos y los niveles de convivencia escolar reportados por los estudiantes. En tal sentido surge la recomendación de promover espacios extracurriculares orientados a la sensibilización e integración de la comunidad académica, desde la perspectiva de la construcción colectiva de una cultura que participa activamente para mejorar sus niveles de convivencia escolar.

2. Se evidencia que existen mayores niveles de prevalencia asociados con las manifestaciones de maltrato verbal, insultos y sobrenombres, frente a los niveles reportados de hostigamiento, maltrato físico y acoso. Si bien es cierto que los niveles de acoso se reportan en menor medida, cabe anotar que este tipo de prácticas debe reducirse a su mínima expresión. Por lo tanto surge la recomendación de fortalecer los procesos de formación en valores y competencias interpersonales que promuevan el respeto, la tolerancia y la dignidad. 3. Los estudiantes que tienen menores niveles de convivencia escolar, tienden a presentar un distanciamiento frente a los docentes y por lo tanto sus niveles de confianza mutua son reducidos, unido al hecho de considerar que en algunas oportunidades tienden a ser tratados por sus docentes como “un código más”. Por ende dentro de las recomendaciones se sugiere la necesidad de fortalecer los procesos de capacitación especializada para los docentes, frente a la importancia que tienen como facilitadores, protectores y promotores de la convivencia escolar, de una parte y de otra parte como actores estratégicos en los procesos de orientación integral de los estudiantes. 4. Los estudiantes tienden a ser poco autocríticos en sus procesos de reflexión sobre los comportamientos inadecuados y prácticas que afectan la convivencia escolar. De manera que los estudiantes tienden a reportar en mayor medida el hecho de sentirse insultados, perseguidos, maltratados y discriminados con sobrenombres, en comparación con su aceptación de participar en situaciones donde son generadores de insultos, hostigamiento y discriminación de cualquier tipo. En este sentido, se recomienda promover el desarrollo de procesos de análisis crítico, sociodramas, cineforos, espacios de mesa redonda y foros de discusión que permitan estimular la mirada autocrítica de los estudiantes. 5. Aunque los reportes que presentan los estudiantes no son exactamente similares, cabe resaltar que no existen diferencias estadísticamente significativas en los niveles de convivencia escolar en función del género (femenino – masculino) y el grado (10° - 11°). Si bien es cierto que no se evidenciaron diferencias estadísticamente significativas, cabe resaltar que en los reportes espontáneos de los estudiantes se resalta la necesidad de incrementar su nivel de corresponsabilidad en la construcción de escenarios colectivos y participativos para la promoción de la convivencia escolar. A este respecto las actividades, programas y proyectos de convivencia escolar deben orientarse de forma articulada y transversal con la formación de las competencias ciudadanas y los espacios nuevos de orden formativo como corresponde a la cátedra por la paz. 6. Las diferencias tienden a acentuarse en función del grupo o tipo de I.E.D., el cual se mantuvo con confidencialidad en su identificación institucional como un compromiso asumido para el desarrollo de la investigación, sin embargo se evidencia que entre mayor

es el nivel de formalización y seguimiento de los manuales de convivencia y entre más personalizado y participativo es el modelo educativo, se tiende a encontrar mejores niveles de convivencia escolar. Desde esta perspectiva se identifica la recomendación de desarrollar un análisis estratégico de los lineamientos formulados en los PEI y su incidencia en el desarrollo de los procesos de convivencia escolar, unidos al cumplimiento de las disposiciones legales del marco de la convivencia escolar y las perspectivas de formación para la paz. 7. La participación activa de los padres de familia se convierte en un factor positivo dentro de los procesos de promoción de la convivencia escolar. En tal sentido, como lo señalan diferentes estudios, para generar un proceso efectivo de promoción de la resolución de conflictos y convivencia escolar, se requiere la consolidación del programa de Escuela de Padres, más allá de una dinámica de reuniones de padres de familia. 8. Para los estudiantes, la principal fuente y estrategia de resolución de los problemas es el diálogo en los cuales a partir de la aceptación de las diferencias, la tolerancia y el respeto, pueden surgir procesos de negociación que benefician a las partes afectadas en una situación de conflicto. 9. Las manifestaciones de violencia, surgen por la baja tolerancia y la ausencia del sentido de los valores promulgados en los procesos de convivencia escolar. En este caso, se recomienda fortalecer los espacios de reflexión y participación donde los estudiantes identifiquen que los eventos violentos son consecuencia de las situaciones de conflicto no resueltas adecuadamente y por lo tanto, se plantea la necesidad de mejorar los mecanismos institucionales e interpersonales pertinentes para resolver los problemas de forma efectiva, basados en el diálogo y la comunicación asertiva. 10. Los hallazgos del presente estudio constituyen una base para la formulación de planes, programas y proyectos de intervención psicosocial y psicoeducativa, orientados a mejorar las condiciones y la calidad del clima escolar; reduciendo así, las manifestaciones de conflicto, bullying y violencia escolar. Dentro de esta perspectiva, se recomienda el desarrollo de un proceso articulado, donde la convivencia escolar no sea solamente un propósito, sino que se redimensione como un camino diferente para construir y consolidar escenarios adecuados de calidad de vida escolar.

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