ESTUDIO SOBRE EL DIEZMO. PASADO O PRESENTE?

ESTUDIO  SOBRE  EL  DIEZMO.  ¿PASADO  O  PRESENTE?     El diezmo (del hebreo “maaser” y del griego “apodekatoo”) designa la décima parte de algo. Es u...
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ESTUDIO  SOBRE  EL  DIEZMO.  ¿PASADO  O  PRESENTE?     El diezmo (del hebreo “maaser” y del griego “apodekatoo”) designa la décima parte de algo. Es un impuesto del 10% que debía de pagarse a un rey, gobernante o líder eclesiástico. Es interesante notar que en la Biblia el diezmo nunca tiene que ver con el dinero. El diezmo, en la Biblia, siempre es pagado con trigo, vino, animales, aceite, etc., los cuales se guardaban en un granero o almacén (alfolí, Malaquías 3:10). Algunos arguyen que el diezmo nunca era dinero porque en aquel contexto el dinero no se manejaba, sino que lo común era el trueque con alimentos. Sin embargo, esta información está infundada, pues solamente en el libro de Génesis aparece más de 41 veces el vocablo “dinero”, incluso mucho antes de que el término “diezmo” sea si quiera mencionado. Génesis 17:12 muestra que con el dinero se compraban a los esclavos, se hacían recargos del santuario (Ex. 30:12), y con el dinero se debían pagar los impuestos del censo (Nm. 3:47). El trueque sólo era un método al que se recurría cuando todo el dinero se había agotado. Gén 47:15 Acabado el dinero de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán, vino todo Egipto a José, diciendo: Danos pan; ¿por qué moriremos delante de ti, por haberse acabado el dinero? Gén 47:16 Y José dijo: Dad vuestros ganados y yo os daré por vuestros ganados, si se ha acabado el dinero. Gén 47:17 Y ellos trajeron sus ganados a José, y José les dio alimentos por caballos, y por el ganado de las ovejas, y por el ganado de las vacas, y por asnos; y les sustentó de pan por todos sus ganados aquel año. Dios, demandó en el Antiguo Pacto, que la tribu de Leví fuera sustentada con el 10% de los frutos del pueblo de Israel, y de esta forma, los sacerdotes podrían dedicarse por completo al servicio al tabernáculo (Números 18:21-28). También sería interesante notar que todas las ocasiones en las que el diezmo es nombrado en la Biblia lo hacen como una ley dada para el pueblo de Israel bajo el Antiguo Pacto, pero nunca es mencionado para la Iglesia, ni se volverá a mencionar bajo el Nuevo Pacto (que empieza con la muerte de Jesucristo).

Lev 27:32 Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová. Lev 27:34 Estos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel, en el monte de Sinaí.

Sí, estos son mandamientos que Dios ordenó para los hijos de Israel en el monte Sinaí, no para la Iglesia actual. Y fijaos, no dinero, sino vacas, ovejas, etc. Algunos argumentan que el diezmo es antes de la ley, un principio divino para nuestra enseñanza. Señalan al pago que Abram dio tras la victoria sobre los reyes que habían llevado prisionero a su sobrino Lot (Génesis 14:20). Sin embargo, veamos algunas de las características de este diezmo. 1º Fue dado solamente una vez. No fue un pago mensual ni anual. No dice que estaba pagando el diezmo (como si este fuese un principio de su tiempo), sino que “dio” el diezmo. 2º Este diezmo no pertenecía realmente a Abram, sino a los reyes que había derrotado. El diezmo no fue el fruto de su trabajo o de sus tierras. 3º Abram no se quedó con nada de lo que había ganado en la guerra. Génesis 14:23 enseña: “que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram”. Dio el 90% restante al rey de Sodoma (Gé. 14:21-24). 4º Este diezmo no es presentado como un mandato o deber para nosotros. 5º Nadie puede tomar el lugar de Melquisedec (tipo de Cristo o Cristofanía) para exigir los diezmos de nuestra parte. 6º En Hebreos 7:2 dice que Abraham le dio a Melquisedec “los diezmos de todo”, pero en Génesis 13:2 dice: “Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro”. Pero, ¡que sorpresa! De toda esta grande riqueza, Abraham no le dio a Melquisedec un pelo de su ganado ni un solo pedacito de su plata y oro; le dio los “diezmos del botín” (Hebreos7:4). Este pequeño y único detalle debería ser suficiente para cambiar todo el panorama.

El mismo Jesucristo reconoció que el diezmo pertenecía a la ley cuando dijo: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” (Mateo 23:23). Cumplían la ley del diezmo, pero dejaban lo más importante de la ley. Y alguno, en estos momentos, estará pensando: “¿Por qué dice Jesús `esto era necesario sin dejar de hacer aquello´?, ¿acaso no está diciendo que el diezmo es necesario?”. Bien, analicemos el texto para evitar formar un pretexto. 1º El texto va dirigido a judíos hipócritas (fariseos y escribas) que estaban bajo la ley, y por tanto, debían cumplir la ley. 2º El texto está aun dentro del contexto del Antiguo Pacto (pues Cristo aún no ha muerto ni ha derramado la sangre del Nuevo Pacto), por tanto, todas las leyes del Antiguo Pacto están vigentes y deben cumplirse. Sí, en aquel momento preciso y con aquellas personas específicamente, esto era necesario. En cambio, tras la muerte de Cristo, el Nuevo Pacto dio por viejo e hizo desaparecer al Antiguo con todas sus leyes (Hebreos 8:13), y ahora el apóstol Pablo dice: “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas” (Gálatas 3:10). Santiago, el hermano de Jesucristo dijo: “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todo” (Santiago 2:10); así que no sirve de nada ser un diezmador fiel sin no cumple los 613 preceptos de la Ley. Concluimos pues que los autores sagrados que tratan el diezmo se están dirigiendo a los que guardan la Ley, es decir, al pueblo de Israel, no a la Iglesia. La ley del diezmo estuvo vigente hasta la muerte de Cristo, pero no después. Veamos: Colosenses 2:14 “y anular la deuda que teníamos pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la cruz” (NVI). Gálatas 5:1 “Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud” (NVI).

En Hebreos 7 se vuelve a mencionar el diezmo, pero sólo como una referencia a Abram cuando Abram dio el diezmo a Melquisedec, ya que el capítulo trata el sacerdocio de Melquisedec. Qué curioso que no se aproveche esta ocasión para exhortar a los creyentes a dar el diezmo. ¡No!, porque en Hebreos 7 se vuelve a recalcar que el diezmo pertenece a la ley, y por esto, en este mismo capítulo el autor especifica: “Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley” (Hebreos 7:12). Sí, ahora en la gracia no existe el sacerdocio antiguo, ni los levitas, ni mucho menos la ley de ellos. Jesús María Yepez, médico cirujano, pastor y profesor del Seminario Teológico Alfa y Omega de Puerto Ordaz (Venezuela), escribe: “Los únicos pasajes en todo el Nuevo Testamento en donde se menciona el diezmo (Mt. 23:23; Lc. 11:42; Heb. 7:5:12) fueron básicamente para reprender a los fariseos por hipócritas, y para recordar a Abraham cuando en una ocasión “dio” el diezmo. Así que nunca se pidió a ningún cristiano pagar el diezmo. En el sermón de la montaña, donde Jesús ratificó las verdaderas demandas de la Ley, no hizo ninguna mención al diezmo: ¿se le habrá olvidado a Jesús ese detalle tan importante? Si el diezmo fuera una obligación para el cristiano, ¿no parece extraño que no se menciona ni una sola vez en todo el Nuevo Testamento? Entonces, ¿por qué las iglesias piden el diezmo? La iglesia cristiana primitiva promovía la ofrenda voluntaria, y ésta se debía hacer en secreto. El diezmo en la Iglesia primitiva era inexistente. Las discusiones de Pablo con los que promovían la restauración de ciertas observancias de la Ley, cómo la circuncisión, hace suponer que siendo el diezmo una regulación mínima en comparación con otras leyes ya impracticadas, su sola sugerencia hubiese dado lugar al reproche. Pablo llamaba a estos restauradores “judaizantes”. Además, los judíos en la actualidad no diezman. Los rabinos judíos, quienes en teoría deben de conocer y saber aplicar mejor Ley Mosaica, no cobran diezmos porque ellos saben que únicamente los levitas pueden cobrar el diezmo. A causa de la destrucción de los archivos genealógicos en la destrucción del Templo en el año 70 d.C., ellos no pueden identificar a los verdaderos levitas”. Sí, la Iglesia primitiva no promovía el diezmo. Era inexistente. Los judíos actuales tampoco lo practican.

A aquellos que piensan que deben dar el diezmo para que Dios les bendiga, prospere, de salud, bienestar, etc., deben ser cautos para no caer en el mismo error de Simón el Mago cuando se le dijo: “Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero” (Hechos 8:20). El movimiento de Súper Fe (Teología de la Prosperidad) le llama a esto “la ley de la siembra y la cosecha”. Pero no es más que una forma de manipular a las personas para sacar dinero, algo parecido a las indulgencias de la Iglesia Católica hace siglos atrás. Aquellos que pagan el diezmo de forma obligatoria se están sometiendo a una ley, y no lo estarían haciendo como Pablo dice en el Nuevo Pacto: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2 Co. 9:7). PERO, ¡POR FAVOR!, NO ME MAL INTERPRETEN. No estoy diciendo que no hay que dar. ¡Ni mucho menos! Recordemos las palabras del Señor: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35). ¿Saben que fue lo primer que Dios tocó con la venida del Espíritu Santo? Lo primero que Dios tocó en la venida del Espíritu fue el bolsillo de la gente. Sí, todo lo tenían en común, vendían sus propiedades y sus bienes, y los repartían según la necesidad de cada uno (Hechos 2:45). Que no estemos de acuerdo con el diezmo, no significa que no debamos dar, sino que es una razón para dar más. La ley del diezmo sería la ley del mínimo esfuerzo. Debemos ser desprendidos del dinero, pues el amor al dinero es la raíz de todos los males (1 Ti. 6:10). Nuestra ofrenda es reflejo de cómo está nuestro corazón para con Dios. La Iglesia del Nuevo Testamento no se financiaba con diezmos, sino con ofrendas. Las ofrendas eran una característica llamativa de la Iglesia Primitiva (1 Co 16: 2; 8:1-12 y 2 Co 9:7). Los apóstoles no pedían hoteles lujosos ni limusinas, pero la Iglesia hacía todo lo posible por cubrir sus necesidades (3 Jn. 5-8; Mt. 10:5-15; Lc. 10:1-12).

Los pastores no viven de los diezmos, sin embargo, la Iglesia tiene la responsabilidad y el deber delante de Dios de sustentarles y proveerles (1 Ti. 5:18). Algunos piensan que el pastor no trabaja, que el pastor no hace nada. ¡Qué grave error! El pastor trabaja lo mismo e incluso más que aquellos que sólo trabajan en lo secular, y por tanto, es digno de su salario. Dedican no unas horas al trabajo, sino toda su vida a la causa del Señor y la extensión de su reino. Oración, consejería, preparación para predicaciones, estudios, organización, cuidado de cada una de las ovejas, discipulados, compartir las cargas de la grey que cuidan, problemas, llamadas en hora y afuera de horas, y un largo etc. ¡Si, ellos tienen un duro trabajo! 1ª Ti. 5:17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. 1ª Ti. 5:18 Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario. Mt. 10:9-10 No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento. Lc. 10:2, 7-8 Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante. Ga. 6:6 El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye. 1 Co. 9:14 Así también el Señor ha ordenado que quienes predican el evangelio vivan de este ministerio. El mismo apóstol Pablo recibía ofrendas de las iglesias (Fil. 4:14-18; 2 Co. 11:9), y eso que él tenía un trabajo aparte, y era fariseo y de una familia adinerada. Incluso Cristo y los apóstoles fueron proveídos económicamente (Lc. 8:3). Mis hermanos, seamos desprendidos del dinero. ¡Demos, y cuando nos cueste, demos aún más! Cristo lo dio todo por nosotros. Aprendamos a vivir por fe. Dejemos que el Espíritu Santo toque nuestras carteras y seamos como los primeros cristianos y como la Iglesia Primitiva.

10  MITOS  SOBRE  EL  DIEZMO.       1. 10%  De  tus  ingresos  le  pertenecen  a  Dios  y  el  90%  es  tuyo       Algunos  enseñan  que  al  entregar  el  diezmo  nos  estamos  guardando  de  la  codicia.     ¿Es  bíblico,  es  cierto  que  si  damos  el  10%  no  vamos  a  ser  codiciosos?.     Lc. 18:10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. Lc. 18:11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; Lc. 18:12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

  Lc. 11:42 Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.

  Lc. 16:13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Lc. 16:14 Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él.

  Mr. 10:21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Mr. 10:22 Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

   

Lc. 19:8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Lc. 19:9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.

    Se  convirtió  y  el  fruto  inmediato  fue  dar  el  50%  de  todo  cuanto  tenia.     Fue  el  mismo  Espíritu  Santo  quien  puso  en  el  corazón  de  Zaqueo  este  deseo.       Mt. 19:27 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Mt. 19:28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

  Flp 3:8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

   

  1Ti 6:17 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 1Ti 6:18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; 1Ti 6:19 atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.

El  apóstol  Pablo  no  le  dice  a  Timoteo  que  le  enseñe  a  los  ricos  que  entreguen  el  10%   de  sus  ingresos  sino  más  bien  que  sean  (dadivosos  y  generosos).     La  prohibición  del  Señor  es  no  acumular  tesoros  en  la  tierra.         2. La   practica   de   diezmar   era   obligatorio   para   todo   el   pueblo   de   Dios.   (Todos  menos  los  levitas  y  los  sacerdotes).    

  El  diezmo  nunca  consistía  de  dinero.  El  diezmo  solo  era  para  las  plantas  y  los  animales.   Ni   Jesús   al   ser   carpintero,   ni   Pedro   como   pescador,   ni   Pablo   como   constructor   de   tiendas…  entregaban  los  diezmos  de  sus  oficios.         Lev 27:30 Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová. Lev 27:31 Y si alguno quisiere rescatar algo del diezmo, añadirá la quinta parte de su precio por ello. Lev 27:32 Y todo diezmo de vacas o de ovejas, de todo lo que pasa bajo la vara, el diezmo será consagrado a Jehová.

El   pueblo   de   Israel   no   diezmaba   mientras   estaban   peregrinando   por   el   desierto,   lo   comenzaron  hacer  en  el  momento  que  entraron  en  la  tierra  prometida.     Núm. 18:20 Y Jehová dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel. Núm. 18:21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.

  Los  que  vivían  en  la  tierra  prometida  tenían  que  pagar  un  impuesto  sobre  el  terreno   que   ocupaban,   ese   dinero   se   lo   debían   a   Dios   pero   Dios   dijo   que   ese   dinero   de   los   diezmos   fuera   entregado   a   los   levitas,   porque   esto   no   tenían   una   tierra   física.   Durante   los  40  años  en  el  desierto  no  diezmaban  porque  aún  no  contaban  con  la  tierra.       3.  La  practica  de  diezmar  consistía  en  dar  el  10%  del  dinero  que  uno  ganaba.       -­‐El  10%  nunca  consistía  en  dinero,  era  (alimentos  y  animales)     Deu 14:22 Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año.

-­‐Existían  tres  diezmos  en  el  periodo  de  la  ley:  (Para  los  levitas  que  servían  en  el  servicio   del   tabernáculo;   el   segundo   diezmo   era   para   llevar   el   diezmo   a   Jerusalén   y   el   tercer   diezmo  era  una  vez  cada  tres  años  para  apoyar  a  los  pobres  los  extranjeros…)    

§

Para  los  levitas  que  servían  en  el  servicio  del  tabernáculo.

Núm 18:21 Y he aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de reunión.

Núm 18:24 Porque a los levitas he dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda; por lo cual les he dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad.

§

Consumían  su  propio  diezmo.    

Deu 14:22 Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Deu 14:23 Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días. Deu 14:24 Y si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere, Deu 14:25 entonces lo venderás y guardarás el dinero en tu mano, y vendrás al lugar que Jehová tu Dios escogiere; Deu 14:26 y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia.

§

Cada  Tres  años  para  sostener  a  los  pobres,  extranjeros  y  viudas.      

Deu 26:12 Cuando acabes de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus aldeas, y se saciarán. Deu 26:13 Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has mandado; no he transgredido tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos.

(Si  vamos  a  guardar  una  parte  de  la  ley  tenemos  que  guardar  TODA  la  ley)   Gál 5:3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.

Las   Iglesias   actuales   no   enseñan   que   existen   tres   diezmos,   porque   no   cumplimos   totalmente  toda  la  ley.    

4.  La  Escritura  enseña  que  debemos  dar  las  primicias  al  Señor  y  por  lo  tanto   tenemos  que  entregar  los  diezmos  antes  de  pagar  nuestros  gastos.     Las  primicias  es  totalmente  diferente  a  los  diezmos.     Deu 26:1 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites, Deu 26:2 entonces tomarás de las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.

5.  Si  no  das  tu  10%  a  la  Iglesia  estas  robándole  a  Dios.     Mal 3:8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.

Malaquías   esta   hablando   a   los   que   están   bajo   el   antiguo   pacto.   Era   un   impuesto   nacional   para   el   periodo   del   antiguo   pacto.   Este   versículo   se   aplica   a   la   importancia   de   pagar  nuestros  impuestos  como  se  enseña  en  Mateo 22 y Romanos 13.         6.  Los  que  no  diezman  están  bajo  una  maldición     Mal 3:9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.

La   nación   era   Israel,   no   los   gentiles.   Hay   muchas   reprensiones   de   Dios   hacia   las   naciones  pero  nunca  los  reprende  por  no  entregar  sus  diezmos.       La  maldición  de  la  que  habla  este  versículo  es  la  que  hace  referencia  a  Deuteronomio 28   “Las   consecuencias   de   la   desobediencia”.   Decir   que   estamos   o   podemos   estar   bajo   maldición  es  menospreciar  la  obra  completa  y  perfecta  que  Cristo  realizó  en  la  cruz.       Gál 3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero, Ro. 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

7.   Abraham   y   Jacob   diezmaban   antes   de   la   ley   y   por   ese   motivo   debemos   hacerlo  nosotros  también  en  la  actualidad     Gén 14:18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; Gén 14:19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra;

Gén 14:20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.

a. Abraham   diezmo   una   sola   vez   en   toda   su   vida.   No   estaba   diezmando   constantemente.     b. Si  vas  a  seguir  el  ejemplo  de  Abraham  entonces  también  tenemos  que  seguir  el   ejemplo  de  todo  lo  demás.     c. Lo  que  diezmó  era  de  un  botín  malvado  y  pecaminoso.     d. Abraham   estaba   siguiendo   una   costumbre   que   eran   común   en   sus   tiempos.   (Aquellos   que   ganaban   una   batalla   entregaban   el   10%   de   lo   que   habían   conquistado)       e. Abraham  no  tenia  ninguna  ley  que  debía  de  diezmar,  fue  algo  que  salió  en  ese   momento  de  su  corazón.     f. Abraham  no  solo  diezmo  sino  que  además  dio  absolutamente  todo.    

Gén 28:20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, Gén 28:21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Gén 28:22 Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

-­‐Jacob   en   este   texto   esta   haciendo   lo   que   siempre   hacia   (manipular),   precisamente   esta   haciendo   un   trueque   con   Dios   por   medio   de   un   chantaje   económico.   Esta   precisamente  es  la  enseñanza  que  presenta  el  Evangelio  de  la  Prosperidad.       -­‐El  diezmo  que  prometió  era  parte  un  voto  o  pacto  que  él  mismo  hizo.  Un  voto  es  algo   que  uno  quiere  hacer,  no  es  una  ley  o  una  obligación.  Un  voto  en  las  escrituras  era  algo   que  una  persona  se  proponía  personalmente.       Deu 23:23 Pero lo que hubiere salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste a Jehová tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca. Hch 18:18 Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía hecho voto. 1Sa 1:11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.

8.  El  Señor  Jesucristo  dice  en  el  Nuevo  Testamento  que  debemos  diezmar.     Mat 23:23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello. Ro. 7:4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.

9.   El   Nuevo   Testamento   nunca   recova   el   mandamiento   de   diezmar   y   por   lo   tanto  debemos  continuar  con  esta  practica.       En   Hechos   15   no   se   menciona   el   diezmo   y   esto   significa   que   ha   sido   abrogado   por   medio  de  la  obra  de  Cristo.      

  Heb 8:13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer. Heb 7:12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; Heb 7:5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.

10.   Es   necesario   que   la   gente   pague   sus   diezmos   porque   sino   la   Iglesia   no   podrá  cubrir  los  gastos  y  el  ministerio  sufrirá.     Los   que   trabajan   en   el   evangelio   y   son   dignos   de   sus   salarios,   son   dignos   de   ser   apoyados  por  medio  del  dinero  del  pueblo  de  Dios.     En  Hechos  de  los  Apóstoles  no  vemos  a  una  Iglesia  que  predica  o  exige  el  diezmo,  lo   que   vemos   es   que   el   Espíritu   Santo   toma   a   los   creyentes   del   corazón   y   les   hace   ser   desprendidos  generosos  y  amorosos.       1Co 9:13 ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? 1Co 9:14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio.

Nuestras  ofrendas  deben  ser  voluntarias,  con  amor  y  de  la  abundancia  en  la  que  hayas   sido  prosperado.