Estimada Palmira Cruz Madrigal, responsable de la Unidad de Gobernabilidad de AECID

DISCURSO DE CLAUSURA MAGISTER DERECHO Y DESARROLLO HUMANO DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO MAGISTRADA ALBA LUZ RAMOS VANEGAS PRESIDENTA DE LA CORTE SUPR...
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DISCURSO DE CLAUSURA MAGISTER DERECHO Y DESARROLLO HUMANO DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO MAGISTRADA ALBA LUZ RAMOS VANEGAS PRESIDENTA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA HOTEL BARCELO, MANAGUA 27 DE NOVIEMBRE 2015 Estimadas Colegas Magistradas de la Corte Suprema

de Justicia Yadira Centeno, Juana Méndez, Ellen Lewin, Ileana Pérez, Marvin Aguilar Vicepresidente, Colegas Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que nos acompañan.

Don José Manuel Mariscal, Coordinador General de

Agencia Española de Cooperación Internacional para el desarrollo, de Nicaragua.

Estimada Palmira Cruz Madrigal, responsable de la Unidad de Gobernabilidad de AECID

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Estimada Amiga Roxana Volio Monge, Coordinadora Académica del Magíster del Instituto de

Derecho

Público de la Universidad Rey Juan Carlos de España.

Estimada amiga y docente del Magister María Martínez de la Colina

Dra. Patricia Moreira, Vicerrectora del Instituto de Altos Estudios Judiciales de la Corte Suprema de Justicia.

Estimadas y estimados graduandos Familiares, Amigas y Amigos

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Después de comprobar los resultados positivos de la formación especializada que recibieron jueces y juezas

que egresaron con el primer magister “Derecho y

Desarrollo Humano desde la perspectiva de género”, me comprometí a buscar recursos para que un

segundo grupo continuara mejorando su capacidad de aplicar las perspectivas de género y derechos humanos, en la difícil tarea de impartir justicia y de prevenir y atender la violencia contra las mujeres, las niñas y los niños.

También, para que profundizaran en el conocimiento

de sí mismas y de sí mismos, pues los resultados de la primera edición de este Magíster, pusieron en evidencia la importancia de entender el género también en su dimensión personal.

Por ello, es motivo de gran satisfacción para mí, asistir a esta segunda graduación del Magíster en Derecho y Desarrollo Humano desde la Perspectiva de Género, en

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el que se gradúan 34 personas entre Magistradas,

Jueces, Juezas, asesores y funcionarias del Ministerio Público, de la Policía Nacional, del Ministerio de la

Mujer, del Ministerio de la Familia y del Fondo de Población de Naciones Unidas.

Eleanor Roosevelt, una gran defensora de los derechos

humanos de las mujeres, insistía en que los derechos humanos tenían que comenzar en lugares pequeños, cerca del hogar, tan cercanos y tan pequeños que no pueden verse en ningún mapa del mundo.

Sin embargo, decía ella, son el mundo de cada persona individual, es el vecindario donde vive, la escuela a la que

asiste, la fábrica o la oficina donde trabaja. Es allí, donde cada persona busca igualdad de trato y oportunidades para vivir dignamente y sin discriminación. Si los derechos humanos, decía Roosevelt, no tienen significado

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en estos lugares, entonces, tienen poco significado en general.

Desde el modelo de desarrollo humano, las Instituciones

del sistema de Justicia, y las instituciones del Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional, hemos asumido esta triple dimensión de los derechos humanos: la que busca instaurarlos a nivel social; la que los promueve entre las

personas, en sus relaciones y en sus familias y; sobre todo, la que busca que los derechos humanos tengan

sentido para cada persona individual. Este es, por otro lado, el modelo de formación que hemos implementado con este Magíster.

El Poder Judicial trabaja para mejorar la función que

presta a nivel social: hemos acercado la justicia a las comunidades, mediante el programa de facilitadores judiciales, ellas y ellos

solucionan conflictos en las

comunidades y contribuyen, de este modo, a fomentar la

paz social; el país cuenta, además, con leyes necesarias

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como la Ley 779 y el Código de Familia, recientemente

aprobado. Nuestra institución responde así, al desafío de mejorar la protección de las mujeres y sus familias.

En el ámbito individual, se tutelan los derechos que establece la legislación ordinaria y

la normativa

internacional en materia de derechos humanos de las

mujeres. En este sentido, nuestro país se cuenta entre los 10 más avanzados con posibilidades de alcanzar la

igualdad de género; contamos con leyes, políticas y programas que promueven la igualdad entre hombres y mujeres y se promueve una vida libre de violencia. Esto debe hacerse –como sostiene nuestra Política de Estado para el Fortalecimiento de la Familia y la prevención de

la violencia- transformando las normas y mandatos de género que la legitiman.

La Corte Suprema de Justicia, a través de todas y todos ustedes, busca mejorar no sólo la impartición de justicia, sino también las relaciones entre las personas, por eso,

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promovemos relaciones de respeto basadas en el buen

trato, tanto para quienes nos demandan justicia como

entre nosotras y nosotros mismos. Esta es la segunda dimensión de los derechos humanos a la que me referí anteriormente.

Pero no basta con tener leyes y políticas basadas en los

derechos humanos, como sostenía Eleanor Roosevelt, si

éstas no llegan a tener sentido para cada persona, para cada ser humano, para cada una y cada uno de nosotros.

Este Magíster en Derecho y Desarrollo Humano desde la perspectiva de género, no sólo les permitió adquirir

conocimientos especializados en materia de género, de la mano de las mejores especialistas, sino que puso las condiciones, a través de los talleres vivenciales, para que

pasaran el género por su cuerpo, sus emociones y

sentimientos; esta es, sin duda, la mejor manera de integrarlo: no sólo lo entendieron con la razón, también

lo hicieron con el corazón; esto supone una enorme

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diferencia en este modelo de formación teórica y

práctica. Esta es la dimensión individual a la que se refería Roosevelt, la que hace que los derechos humanos adquieran sentido para cada persona.

Comprender los derechos humanos en su triple dimensión y actuar en consecuencia, es algo que distingue a esta institución y a nuestro país y debe ser motivo de orgullo para nosotros.

Somos el primer órgano judicial que en esta región impulsa

una

formación

especializada,

como

este

Magíster, que como ya mencioné, abarca conocimientos teóricos en materia de género, y talleres vivenciales que,

por su naturaleza y contenidos; llevan a tomar conciencia de la necesidad de construir y vivir el buen trato en lo

personal, lo relacional y lo social. Es por ello que estos talleres resultan profundamente transformadores.

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De acuerdo con quienes cursaron el Magíster –tanto en la primera como en esta segunda edición- esta iniciativa (en particular los talleres) contribuyó a transformar sus

vidas, la relación con sus familias y el ejercicio de su función pública.

Me llena de mucha satisfacción que en esta Segunda Edición

participaran en el Magíster, funcionarias y

funcionarios de instituciones que tienen una importante incidencia en la promoción de los derechos humanos de las mujeres, en la prevención y en la atención de la violencia contra las mujeres, las niñas y los niños. Juntas,

estas instituciones y la Corte, estamos logrando hacer

realidad el Plan Nacional de Desarrollo Humano y las leyes y políticas con las que queremos hacer de este país, un mejor lugar para vivir.

Este Magíster, no hubiera sido posible sin la generosa colaboración de varias personas y entidades. Quiero mencionar, de manera especial, a la Universidad Rey Juan

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Carlos, al Director del IDP Don Enrique Alvarez Conde pues es gracias a su aval académico que hemos podido

contar con un magnífico cuerpo docente y con un título que los acredita como “Magíster en Derecho y Desarrollo Humano

desde

la

perspectiva

de

género”.

Muy

especialmente, quiero agradecer la intervención de Laura

Nuño, sin cuyo incondicional apoyo esta iniciativa no

hubiera podido ver la luz. Este apoyo también pone en evidencia el compromiso de Laura con la igualdad y su

anhelo –que compartimos- de construir un mundo libre de violencia para las mujeres.

Agradezco también, al cuerpo docente que puso su

talento al servicio de esta novedosa iniciativa. Su intervención en este Magíster ha sido generosa y ha ido

más allá de lo que normalmente se espera de un o una

docente. Tengo la seguridad de que participaron movidas por su compromiso con la causa de la igualdad y por su

cariño a Nicaragua. La conducción de los talleres –tan decisivos en este Magíster- ha estado a cargo de María

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Martínez de la Colina y Roxana Volio, y a ellas quiero

hacer extensivo mi particular agradecimiento. Roxana, además, diseñó el Magíster, ha tenido a cargo la Dirección

Académica y Metodológica del mismo y nos ha apoyado en la coordinación con la Universidad Rey Juan Carlos.

Agradezco también, a la Secretaría de Género de la Corte Suprema de Justicia, a Ángela Rosa Acevedo y a todo su

equipo, pues han sido ellas las que se han ocupado de

gestionar los recursos conseguidos para implementar esta iniciativa.

Y aun teniendo las mejores ideas, los mejores discentes y

el mejor profesorado, esta iniciativa no hubiera podido

llegar hasta donde ha llegado, sin la generosa contribución financiera de la

Agencia Española de

Cooperación Internacional para el Desarrollo AECID, con

quien hemos contado en las dos ediciones del Magíster;

del Fondo de Población de Naciones Unidas, que en este año nos apoyó decididamente para completar los

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recursos necesarios para implementar esta segunda edición.

Tengan la plena certeza, Honorables Representantes AECID, de UNFPA, que esta inversión ha rendido y seguirá rindiendo sus frutos.

Precisamente comprobamos la calidad de la sentencia de

quienes han recibido este Magister, en el estudio realizado y validado sobre Femicidio consumado

realizado por el Observatorio Judicial de Violencia de Género del Poder Judicial, concluyendo que no existe impunidad en este delito ya que el 100% de sentencias fueron de culpabilidad.

A todas y a todos ustedes, mi cariño y mi reconocimiento. Valoro el esfuerzo que han hecho para culminar sus estudios mientras, al mismo tiempo, se ocupaban de

realizar su trabajo con la misma eficacia y eficiencia de siempre.

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Las felicito y los felicito por la culminación de sus estudios. También quiero felicitar a sus familias y

agradecerles por el apoyo que les brindaron para que

pudieran terminar exitosamente este Magíster. Con orgullo puedo decir que nuestras instituciones y el

pueblo de Nicaragua, cuentan hoy con un grupo más de excelentes y especializados profesionales. MUCHAS GRACIAS

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