Escritos, procesos y maestros

ESCRITOS, PROCESOS Y MAESTROS1 Jairo Aníbal Moreno Castro2 “No ocultaremos nuestra preferencia por aquel enfoque que reclama una pedagogía dirigida a desarrollar las estructuras del pensamiento, más allá de cualquier “adiestramiento” o aprendizaje de saberes particulares”. (Gómez, Buendía, 1998) “Escribir es uno de esos tantos goces de la inteligencia humana apaciguados en la escuela. Precisamente allí, su magia es derribada por la avalancha de tareas insulsas propuestas con el fin tirano de domesticar la mano, esclavizar los sueños y disecar la mente. Ésta (…) queda casi siempre irremediablemente atrapada en los escombros de tantos palitos y bolitas; queda encarcelada y sin destino cierto entre las enormes barricadas construidas con “Mamá amasa la masa” con “la mula asoma en la loma” y con la compulsiva “Susy asea la mesa.” (J.A.M)

En su esencia, el presente texto trata de tres asuntos singularmente críticos, mal comprendidos e insuficientemente atendidos en el ya conflictivo territorio escolar: Escritura, cognición y pedagogía. Escritura de textos académicos, preferentemente ensayísticos; procesos cognitivos básicos implicados causalmente en esta práctica comunicativa y, finalmente, reflexiones y recomendaciones metodológicas en cuanto a la enseñanza y promoción de tal modalidad contemporánea de conversación académica. Este texto, además de discutir muy brevemente tanto los bordes conceptuales de la escritura en general, como los límites e indefiniciones del concepto ensayo, presenta - para las prácticas escriturales - un marco explicativo enfáticamente sociocognitivo (el Modelo de Procesos, Operaciones y Habilidades, MPOH). De igual manera, ofrece recomendaciones técnicas para la elaboración de lo que podemos llamar ensayo académico. Para ello, recorre con suficiente ilustración y detalle las cuatro instancias propuestas por los especialistas como los procesos operativos básicos en la producción de un texto escrito, cohesionado, coherente, consistente y- quisiéramos que - exitoso. Tales instancias son: la planeación, la ejecución, la texturización o maquillaje y la edición. En este punto particular, el artículo plantea que más allá de la inspiración y del talento personal del ensayista – cuyo valor es indudable y envidiable – El impacto comunicativo de éste género escritural tiene también que ver con variables de pensamiento y lenguaje (forma, contenido y función) de precisa, sencilla y necesaria determinación y observancia.

Artículo de reflexión que sistematiza tres décadas de experiencias conceptuales y pedagógicas del autor acerca de las prácticas escriturales académicas. Sistematización que sirve de fundamento a la investigación “Desarrollo de procesos, operaciones y habilidades escriturales en estudiantes de la Facultad de Comunicación social de la Fundación Universitaria Los Libertadores”. 2 Licenciado en Lingüística y Literatura. Psicólogo. Integrante de los grupos de investigación CONTEXTOS ACADÉMICOS, de la Fundación Universitaria los Libertadores y ESCUELA Y CREATIVIDAD de la Universidad Distrital “ Francisco José De Caldas”. Director del grupo y semillero de investigación SIGNUM AULAABIERTA, U. Distrital, U.PN. 1

Jairo Aníbal Moreno Castro

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La escritura Para iniciar, conviene destacar que a pesar de los muchos esfuerzos realizados en la dirección contraria, el acto de escribir, sigue asumiéndose en las instituciones educativas como un ejercicio muscular, descarnado y penosamente descontextualizado. La creencia tradicional de que la escritura es definitiva y finalmente un ejercicio de formas (letras, palabras, oraciones, reglas), ligó fatalmente su enseñanza a estrategias profesionales hegemónicamente sensoriales, motoras, lexicales y gramaticales en las que más allá de la “mente”, los “significados”, el “pensamiento”, las “intenciones y los propósitos” discursivos, fueron la “legibilidad”, la “corrección gramatical”, la “calidad ortográfica”, los insumos naturales. Como consecuencia de tal concepción y proceder antimentalistas, la formación de productores de texto, creativos, impactantes, fluidos, significativamente elaborados, profundos, organizados y comunicativamente efectivos siguen siendo objetivos curriculares aplazados. La escritura es, sin duda, una actividad altamente frecuentada en las aulas. A ella se acude insistentemente y con mucho de obsesión para verificar, validar o simplemente “contar a los maestros”, los conocimientos acumulados en los procesos diarios de lectura y aprendizaje. Curiosamente las elevadas demandas que la escritura – últimamente denominada con generosidad, producción de texto - tiene en la vida escolar, no se corresponden con un tratamiento conceptual – tampoco didáctico - cuidadoso y actualizado.

“Superar los bajos logros en la producción textual de los escolares nacionales, exige que académicos, maestros y aprendices de escritores, acepten y asuman en sus prácticas textuales, el siguiente principio: escribir es una actividad compleja, dinámica, multideterminada, esencialmente mental, funcionalmente contextual, técnicamente procesual y por su naturaleza, ejemplarmente creativa, significativa, y simbólica.”

Que la escritura sea una acción compleja, dinámica y multideterminada, es una premisa teórica probablemente de fácil comprensión. Es claro que escribir y hacerlo exitosamente exige no sólo necesidad, afecto, compromiso emocional, iniciativa, disposición neurológica, actividad sensorial, sino también demanda conocimiento del código, mecanismos cognitivos de procesamiento de información, y buenas prácticas culturales y discursivas. La intrincada naturaleza biopsicosocial del hombre y su lenguaje, se manifiesta perfectamente en el acto de escribir.

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Escritos, procesos y maestros Quizás la afirmación de que la escritura es el producto de un ejercicio ejemplarmente mental, necesite mayor argumentación3. Por esencial debe entenderse, lo que está en la base; lo que otorga fundamento y permanencia; lo realmente imprescindible. En este sentido, lo esencial del acto de escribir es su condición intelectual. Su talante cognitivo. Sin la participación del pensamiento, escribir sería tan sólo una gimnasia muscular insulsa. “Escribir implica re trabajar lo que ya se conoce” (Murray, 1982), procesar de nuevo y mentalmente una experiencia, una idea, un sentimiento. Inclusive las autocorrecciones del escritor, lejos de ser “técnica pura”, es una forma de “comprometerse en un nuevo pensamiento”, una expresión de la comprensión humana, como se anuncia en el manifiesto conceptual de los cursos que ofrece la Universidad de Columbia y se lee en el programa de escritura expositiva en Harvard, allí, la premisa de que escritura y pensamiento están inseparablemente vinculados y permeados es reiterada y fundante. Por ello, la insistencia en lo argumental del texto por encima de las cuestiones gramaticales y estilísticas. Por esa razón, la Universidad de Brown (Carlino, 2005) “entiende la inseparabilidad entre comprensión, producción de textos y conocimiento” en lo que puede llamarse discurso intelectual. Tales son las razones por las cuales en lo que se refiere al lenguaje y a la enseñanza, (como anota Gómez, Buendía) no podemos, ni debemos, ni queremos ocultar nuestra preferencia por todo modelo que fije su centro en el desarrollo del pensamiento. No hay duda de que escribir es una labor intelectual funcionalmente contextual. Es decir, funciona primordialmente en un escenario intersubjetivo. Como juego de contacto, como combate interactivo, es una tarea que requiere la presencia del “otro”; así ese otro por momentos sea uno mismo. La escritura es un producto comunicativo situado socioculturalmente en un doble contexto: por una parte, quien escribe lo hace como representante de una población, de una cultura, de una historia de vida, de una perspectiva ideológica que está siempre latente en su discurso, es el macro- contexto ideológico que regula y da sentido primario a la escritura por mayores que sean los esfuerzos del escritor por apartarse de él. Por otro lado, se escribe para alguien, con una intención, con un tono y con unos propósitos comunicativos propios de una determinada situación comunicativa, de un contexto Clausurado el siglo veinte, centuria que favoreció con mayor acento el pensamiento dialéctico, históricocultural y sociodiscursivo, sigue todavía vigente cierta resistencia hacia lo “mental”. Viejas discusiones socialpositivistas que condenaron por mucho tiempo a “la mente “, al significado y al pensamiento, a un destierro inmerecido, tienen aún alguna presencia académica. Aquí, para evadir confrontaciones ya superadas, asumiremos la más Vigotskiana de las premisas: la mente, recurso superior utilizado por el hombre para el procesamiento de la información proveniente de sus entornos vivenciales, es una construcción social. La cognición es por principio una categoría social (Van Dijk, 1996). Es entonces por definición, Sociocognición. Sociocognición De suerte que la oposición entre “lo mental” y “lo social”, se antoja, desde esta perspectiva, rebuscada, artificial e innecesaria. Jairo Aníbal Moreno Castro 3 3

Escritos, procesos y maestros situacional concreto que determina en últimas la fuerza del escrito, la selección de las estrategias discursivas pertinentes. TEXTO ESCRITO

CONTEXTO SITUACIONAL INMEDIATO

MACRO-CONTEXTO IDEOLÓGICO

De otro lado, la escritura en su condición de acción y efecto de escribir, es un asunto doblemente procesual. Su realización supone una serie de acciones sólidamente organizadas, finamente articuladas alrededor de un fin mayor. En este sentido, es procesual en su configuración cognitiva (ya dijimos sociocognitiva) y es igualmente procesual en su ejecución concreta, en su procedimiento técnico. La dimensión productiva de la escritura se advierte en los pormenores del procesamiento cognitivo del texto. En él se reconocen por lo menos las siguientes acciones sistemáticas4, percibidas de una manera bastante global: 1. Configuración de una necesidad, una intención y unos propósitos comunicativos a partir de alguna demanda proveniente del juego social con los entornos de actuación del escritor, (iniciativa para la acción). Esto ocurre con el concurso decidido de la función reguladora, primera función del lenguaje interior. 2. Creación del Registro semántico primario (Luria, 2000).Esto es, comprimir la intención en una palabra, en un verbo que sintetiza la intención y los propósitos del texto (agradecer, reprender, informar, molestar, convencer... 3. Organización mental de una estructura básica del texto: abstracta general, profunda, significativa. Ello se concreta conectando el registro semántico primario con sus enlaces semánticos potenciales (valencias como ¿Quién? ¿A quién? ¿Con quién? ¿Dónde?..El resultado sería un esquema textual interno del tipo: Alguien, con alguien, hace algo a alguien, en algún momento, en algún lugar, por algún motivo….Este punto es posible por la actividad de un proceso cognitivo denominado de análisis y síntesis, proceso controlado por la función predicativa, segunda función del lenguaje interior (Luria, 2000). Este proceso tiene el encargo principal de armar las estructuras iniciales del texto. 4. Llenado significativo de cada uno de los puntos de la cadena significante antes construida. Dotar de contenido pertinente, coherentemente hilvanado, es una tarea que realiza el escritor apoyándose en el denominado proceso de significación (paso del significante al significado). 5. Ajuste del contenido a las exigencias y necesidades contextuales del escrito: Interlocutores, espacio, tiempo, propósito. Este paso ocurre al activarse el proceso mayor del lenguaje, el de contextualización inferencial y crítica, proceso que permite la emergencia de habilidades discursivas superiores que otorgan el tono particular al texto, como la ironía, el sarcasmo y el contrasentido.

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Acciones identificadas en el modelo cognitivo de procesamiento verbal, denominado (MPOH). Ver, inicialmente, Moreno, J. (1994). Pensamiento, lenguaje, comunicación. Signum, Bogotá. Jairo Aníbal Moreno Castro

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Función reguladora del lenguaje interior: Tonificación corporal y afectiva, configuración de iniciativa, Intención y propósitos comunicativos

Procesos y operaciones cognitivas (Significación básica, relación y contextualización inferencial) Funciones estructural ( predicativa) e ideativa del lenguaje interior.

Desempeños escriturales Finales.

Habilidades textuales, intertextuales y contextuales. Cohesión, coherencia, impacto.

Estructura final del texto

El segundo nivel procesual, tiene que ver con la materialización técnica del escrito. Convertir la necesidad en intención; la intención en idea: la idea en estructura significativa abstracta; la estructura significativa abstracta en estructura verbal comunicable (cohesionada y coherente) y ésta en tejido adecuado y contextualmente, creativo, impactante, rítmico, socialmente exitoso, es un logro - en lo fundamental - del mecanismo cognitivo humano. En cambio, la textura del escrito, sobre todo de un escrito académico como el ensayo, es producto de un proceso complementario compuesto por cuatro movimientos o subprocesos (Flowers y Hayes, 1980; Collins y Gentner, 19880; Smith, 1982; Perera, 1984; Scardimalia y Bereiter, 1992): planeación, redacción, revisión y edición. En la planeación, como se aprecia en el cuadro de abajo, se establecen preliminarmente los rasgos básicos del texto: el tema, el perfil del o de los destinatarios del mismo, el tono general del escrito, las fuentes principales, el esquema primario de significación. En la escritura o redacción del texto, el esquema inicial se convierte en primer borrador. Borrador que contiene los elementos básicos que luego serán expandidos y elaborados. La revisión, o maquillaje como aquí se llamará, se encarga de afinar el escrito en sus aspectos formales, significativos y funcionales y finalmente la edición es el subproceso en el que el texto es puesto en circulación hacia su destinatario. Jairo Aníbal Moreno Castro

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Habíamos expuesto inicialmente que la escritura tiene cuatro rasgos que la definen: su multideterminación, su esencia mental, su funcionamiento contextual, su construcción procesual y finalmente, su naturaleza significativa y simbólica. En cuanto a este último rasgo, a la escritura se le admite sin reparos su condición representativa. Su propósito es “decir” la realidad; contarla de otra forma. Escribir es codificar en algún sistema de signos verbales una realidad percibida, bosquejada o tan solo imaginada. Re-presentar es volver a presentar, en este caso envasar en palabras tejidas armónicamente, una porción de vida que llegó por los sentidos, se atrincheró en el sentimiento, pasó luego a la razón y cobró vida propia en esos ladrillos mágicos del alfabeto que llamamos letras.

El ensayo “ Para el ensayista nato, el ensayo es una forma de pensar; para el filósofo nato, el ensayo es una forma ocasional de exponer lo ya pensado con distinto artificio”( Nicol, citado por Gómez Martínez, 1992); para el académico es el mejor instrumento para circular sus planteamientos en la órbita – a veces estrecha - de sus interlocutores; para el estudiante, el ensayo es una tarea generalmente rutinaria, tediosa e incomprensible, propuesta por sus maestros (con escasa o ninguna instrucción previa) con distintos propósitos : escrutar sus apropiaciones conceptuales, valorar el estado de sus competencias escriturales o simplemente mantenerlo intelectualmente ocupado. Jairo Aníbal Moreno Castro

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Escritos, procesos y maestros Por su parte, para los especialistas, el ensayo (" Intentiva, acción de pesar, examen”) es un tipo particular de texto escrito, de linderos ambiguos y tejido complejo, en cuya comarca se inscriben frecuentemente productos literarios exiliados de otros géneros. Sus orígenes se fechan en 1589 (Vélez, 2000) y se asocian con Montaigne5 de quien se conoce que inventó el término y publicó en el año referido una serie de textos disímiles en su contenido titulados Essais. Igualmente el Ensayo está relacionado con Bacón quien en 1597, publica sus primeros textos en este formato literario. Por otro lado, el término "ensayo" comenzó a usarse en lengua española durante el siglo XIX, imitando la voz inglesa, (Gómez Martínez, 1992) como designación de un género literario de contornos particulares y, como se dijo, difuso. Con antecedentes tan lejanos como los diálogos de Platón, el término rápidamente hizo carrera cabalgando entre lo filosófico y lo literario. Del primer campo recogió su esencia reflexiva; del segundo, su acento personal, la versatilidad de su estructura y el tono – en ocasiones – lírico de su discurso. Así las cosas, y en principio, podemos definir EL ENSAYO, como un tipo especifico de texto elaborado para defender con argumentos y elegancia un punto de vista – generalmente audaz sobre un tema. Es un universo textual en el que la reflexibilidad en el planteamiento conceptual, el sentimiento crítico, la profundidad y agudeza en la formulación temática; la subjetividad en el tono particular con el que el plan argumental se gesta y desarrolla; la flexibilidad, consistencia, y coherencia en la organización interna y, finalmente, el revestimiento estético, original, efectista, creativo,6 del código verbal, son las marcas fundamentales. A pesar de la aparente simpleza y conformidad tanto con el pensamiento académico como con los manuales escriturales clásicos, los rasgos enunciados en el párrafo anterior como característicos del Ensayo no están exentos de controversia. No obstante, como no es el propósito esencial de este apartado alimentar el debate acerca de su esencia, sino más bien proporcionar herramientas técnicas y sugerencias didácticas para la elaboración académica de ensayos comunicativamente exitosos, pasaremos de largo7. Queda entonces como planteamiento fundamental la siguiente apreciación: el ensayo es inicialmente una manifestación de la inteligencia humana y, por lo tanto, son sus atributos indiscutibles la 5

No obstante, es frecuente referenciar en la antigua Grecia el origen del género. 6 Seducir con originalidad, imaginación, estética y en no pocas ocasiones con recursos irónicos y humorísticos es, según Iriarte (2001) la función y la manera de expresión del ensayo. 7

De cualquier manera, como los elementos señalados son suficientemente universales como para permear con mayor o menor intensidad todo discurso humano, podemos evadir la discusión.

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Escritos, procesos y maestros fuerza de su estructura argumental y significativa, la profundidad intelectual en su elaboración, la originalidad, creatividad y versatilidad de su escritura lo mismo que el uso sensible del discurso, su poder de encantamiento y manipulación. Por encima de su “sabor” literario, de su textura simbólica, de sus tropos y sobrecodificaciones, El ensayo, por lo menos el académico, el escrito por los maestros, el elaborado por los estudiantes en contextos de aprendizaje formal, es irremediablemente un producto lingüístico con ciertas – aunque en ocasiones no muy evidentes- pretensiones y efectos estéticos. En esa medida es enseñable. Acerca de la esteticidad de este formato textual, ello es, de su literaturiedad daremos por sentado que “Los recursos estéticos no son privilegio de un tipo de discurso en particular... (Y que) sólo podemos observar grados de esteticidad, pretensiones artísticas desde el autor y el lector”8, de manera que como producto discursivo el Ensayo tendría ya por derecho propio su cuota de esteticidad reconocida. Los señalados serían entonces los aspectos más sólidos de este género discursivo. Situando la enseñabilidad del ensayo precisamente en su sustrato lingüístico, es válido afirmar que su Preparación, ejecución, revisión y edición eficientes deben realizarse con los siguientes ingredientes mínimos:  Paciencia y entusiasmo para planear y luego escribir, re-escribir, volver a re-escribir y a maquillar varios, a veces demasiados, borradores.  Sensibilidad para darle un toque de creatividad, fluidez, audacia y sorpresa al texto.  Lectura detallada y crítica de distintos documentos y planteamientos acerca del tema seleccionado.  Determinación precisa del, o de los, planteamientos fundamentales que se quieren expresar, defender o atacar en el ensayo.  Elaboración de un esquema general en el que se encuentren jerarquizados los argumentos principales y secundarios.

Así es la construcción. Guía didáctica Como ha quedado formulado, producir un ensayo es realizar un doble proceso: en principio mental y afectivo, y luego lingüístico y comunicativo. Este segundo proceso, tiene- como se planteó arriba cuatro fases o momentos principales: la planeación, la realización, el

Ferrer, Enrique. Literatura y teoría literaria: el ser, como construcción simbólica. Revista Papeles # 4.UAN. Bogotá, 1999.

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Escritos, procesos y maestros maquillaje o revisión y la edición.9 (Cassany, 1998; Cuervo, 1994) Constituye la planeación el momento de mayor importancia por garantizarle precozmente al texto coherencia, consistencia, pertinencia y equilibrio argumental. Todas ellas variables garantes del éxito final de la aventura.

PLANEACIÓN

EJECUCIÓN ESCRITURA

EDICIÓN

MAQUILLAJE REESCRITURAS

LA PLANEACIÓN En lo referente a este primer instante de la escritura, ten en cuenta las siguientes sugerencias:  Para iniciar, selecciona un tema del que tengas no sólo conocimiento previo, sino una gran proximidad afectiva. Si escribes acerca de lo que conoces, te interesa, y te con-mueve, el texto producido tendrá mejores opciones de ser fundamentado, fluido, crítico, sensible y agradable. Procura escoger del tema seleccionado un aspecto particular, cuya novedad sea un atractivo para el o los lectores de tu texto.

A continuación y en lo posible, realiza un estudio detallado de las características intelectuales, sociales, ideológicas y emocionales de la persona o personas que serán los posibles destinatarios de tu ensayo. Mientras mejor conozcas a los interlocutores probables de tu escrito, con más facilidad conseguirás entusiasmarlos, convencerlos, atraparlos en y con las argucias de tu escrito. Esto, en razón a que escribir es, como se afirmó, una práctica de cohesión social, un ejercicio de contacto humano, un combate en el que el triunfo finalmente depende en gran medida de que hayas calibrado con alguna precisión la talla de tu contrincante.



Es una concepción del proceso escritural bien asentada en la academia desde las propuestas de la denominada escuela de Bristol (Flowers y Hayes, 1980; Scardimalia y Bereiter, 1986; Collins y Gentner, 1980) Ver, Serafini, M. ¿Cómo se escribe?, Paidos, Buenos Aires, 1999. 9

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Escritos, procesos y maestros Define claramente cuáles serán la o las tesis principales y el tono que le darás al ensayo. Clarificar y sostener la idea y el tono del escrito, son los requisitos mínimos para que logres un producto coherente. Recuerda que entenderemos por tesis ese planteamiento nuclear del texto (afirmativo, negativo o dubitativo) que motiva el desarrollo del escrito y sin el cual se tendría un cuerpo sin esqueleto que lo soporte. Se recomienda que la tesis sea de alguna manera controversial, que proponga desafío. Por ejemplo, si el tema global del escrito es Las relaciones entre política y terrorismo en la sociedad del tercer milenio una posible tesis podría ser: La administración política de los principios neoliberales fortalecieron las manifestaciones terroristas en América Latina en el primer año del siglo veintiuno. El texto tendría entonces el compromiso de acopiar los argumentos necesarios que validen sin salvedades la tesis propuesta. 

Busca, lee y reseña la mayor información que puedas acerca del tema que te propones desarrollar. Clasifica la información que encuentres, según ella apoye o controvierta tu punto de vista. De acuerdo con las lecturas y averiguaciones que realices, Intenta dividir el tema en varios subtemas interesantes y pertinentes.



Selecciona de los documentos que leíste, (Libros, artículos, tesis de grado, conferencias, ensayos, entrevistas, películas…) los apartes que consideres de mayor profundidad e impacto. Coloca enseguida tales apartes o citas en un sólo lugar para que después las puedas encontrar y, si decides, utilizar con mayor facilidad. 

 Haz un listado de las ideas fundamentales que pretendes desarrollar en el trabajo. Luego a partir de esas ideas genera otras más particulares. Intenta luego agruparlas según su semejanza o cercanía semánticas.  Dibuja a continuación un esquema, croquis, mentefacto o mapa conceptual en el que se presente gráficamente la organización secuencial de las ideas del ensayo. Tener a mano permanentemente este mapa, te ayudará a no recorrer un camino más de una vez. Será muy útil para no perder el rumbo ni quedar “empantanado”. Te ayudará de igual manera a que no se te quede ninguna formulación sin exponer, ninguna idea sin discutir. El mapa te será útil para juzgar permanentemente el entramado lógico, es decir, la coherencia; te servirá para escoger las estrategias de pegado o cohesión, de las distintas partes del escrito. Finalmente, Atención, el mapa evitará que pierdas y te pierdas en el horizonte de tu texto.

En este momento, recuerda que la estructura fundamental de los textos académicos, casi independientemente del formato en el que se encuentren revestidos, tiene una forma general que, en lo posible, debe respetarse: Jairo Aníbal Moreno Castro

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Introducción: su función es doble. Por un lado, está encargada del enganche o seducción al lector y por otro, está destinada a presentar de una manera panorámica las ideas fundamentales del escrito. Desarrollo temático: dividido en temas y argumentos fundamentales, los que a su vez se desarrollan mediante temas y argumentos secundarios Conclusiones: organizadas en lo posible de mayor a menor generalidad Notas y referencias bibliográficas Un mapa detallado es una garantía para la unidad de tu trabajo. Con él, puedes juzgar panorámicamente la función que cada una de las partes de tu ensayo cumple con relación a la tesis y a la estructura general del mismo. Puedes asimismo percibir el texto en su totalidad, revisar su engranaje interno, prever las conexiones que utilizarás entre los distintos segmentos, anticipar el lugar y función de las citas que utilizarás para fortalecer la argumentación. Tienes la opción de utilizar un diagrama clásico construido de izquierda a derecha y de arriba abajo, en el que se adviertan claramente la secuencia y profundidad – desarrollo hacia abajo - en la progresión de los temas. Observa tales características en el siguiente croquis. Corresponde a un ensayo acerca de la escuela tradicional que amenaza la individualidad, la creatividad, el crecimiento personal10.

Bienvenidos los enanos porque de ellos será el reino de los suelos Introducción

Párrafo de motivación enganche al lector

Resumen de planteamientos nucleares

La escuela tradicional nos enaniza

Nos evita conflictos cognitivos

La información es presentada con claridad para que no nos quepa la menor duda

" Ser pequeños es una condición ventajosa": Viejas pedagogías del significante

No pensar nos evita comprensiones molestas, parece decir la escuela de mitad de siglo veinte

Dicen ellos: " Tener el suelo cerca nos hace menos riesgosa la caída"

Los maestros no problematizan sino resuelven problemas

Reproducir es la consigna.

Conclusiones

Renuncia al esfuerzo productivo

Reclama un maestro Que lo enseñe todo

Así no tendrás nada que aprender

Y tuyo será el reino de los suelos

Busca otros ejemplos en Moreno Jairo y otros. Competencias y desempeños. Del lenguaje, el pensamiento y la comunicación Migema, Bogotá, 2001. De igual manera, consulta a Díaz A. Aproximación al texto escrito. Universidad de Antioquia, Medellín, 1999. 10

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Ahora, intenta construir un texto corto de cuatro párrafos cuyo tema central sea la el valor de la experiencia y el título “No por gastar los zapatos, se sabe más de la vida”11. Utiliza el segundo párrafo para juzgar la relatividad de la experiencia improductiva. Hazlo a partir del argumento “la experiencia en sí misma no da sabiduría”. Continúa la argumentación desarrollando en el tercer párrafo el planteamiento: “Lo importante no es caminar mucho, sino caminar bien”. Enseguida concluye utilizando una cita del mismo autor: “No siempre gana distancia, el hombre que más camina”

INTRODUCCIÓN (Con anécdota) El valor de la experiencia

Conclusión (Con cita) “No siempre gana distancia el hombre que más camina.”

“No por gastar los zapatos, se sabe más de la vida”

La experiencia en sí misma, no da sabiduría.

Lo importante no es caminar mucho, sino caminar bien

.

La ejecución: escritura del primer borrador del ensayo Esta es la fase de la escritura propiamente dicha. Quizás la más ágil y simple del proceso. Sigue las observaciones siguientes:  Escribe el primer borrador de tu ensayo. Observa el esquema que realizaste antes y pásalo a palabras siguiéndolo ordenadamente.

Lee el borrador que consultaste y que pensamiento de los planteamientos. Si



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hiciste. Revisa los aportes de los autores que clasificaste antes. Decide si alguna cita o que anotaste te ayuda a fortalecer tus es así, utilízalos encadenándolos a tu

De la canción de Alberto Cortés: “Ni poco ni demasiado”.

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Escritos, procesos y maestros pensamiento de la manera más natural. Es decir, sin que las palabras ajenas se sientan forzadas o impertinentes. Recuerda que la opinión de especialistas insertada con oportunidad y “buen pulso”, es una estrategia que le puede fortalecer la credibilidad a tu ensayo; sin embargo, su uso desmesurado convierte el texto en una colección de ideas impersonales y distantes. Te esconde como escritor. El tono frío que entonces adquirirá tu escrito será un factor en contra de su éxito. Luego de realizar el paso anterior obtendrás un segundo borrador que pasarás enseguida al departamento de revisión para su correspondiente maquillaje. Mientras tanto, procura que la introducción cumpla con sus dos funciones esenciales: enganchar afectivamente al lector y bosquejar tanto el asunto principal como el “tono” con el que vas a desarrollar el escrito. Hay distintas modalidades de introducir el texto. Puedes hacerlo a partir de una anécdota, de una cita, de un resumen del texto, de la presentación de la tesis. Lee con atención las siguientes introducciones de los ensayos “Sobre la vanidad de las palabras” de Montaigne y “Mi modo de escribir” de Bertrand Russel.12 Un viejo retórico afirmaba que su oficio consistía en “hacer parecer de mayor tamaño las cosas pequeñas”, corno un zapatero que adaptase zapatos grandes para un pie minúsculo. En Esparta lo hubieran azotado por profesar arte tan falso y mentiroso. Creo que fue Arquídamo, rey de Esparta, quien recibió con pasmo la respuesta de Tucídides cuando le preguntaron si era él o Pericles el más fuerte en la lucha. «Eso sería difícil de probar —dijo Tucídides—, porque cuando yo lo hubiera derribado al suelo, él convencería a los espectadores de que no había caído, y ganaría». Quienes se ocupan de embellecer y maquillar a la mujer no hacen tanto mal, porque poco se pierde con que no la veamos como es; pero, en cambio, los retóricos no sólo quieren engañar nuestros ojos, sino nuestro juicio, pretendiendo envilecer y corromper la esencia de las cosas. Está lejos de mis posibilidades saber cómo se debe escribiro lo que una buena crítica podría recomendar con el propósito de mejorar el estilo. Lo único que puedo hacer es dar algunos detalles referentes a mis intentos en este terreno. Hasta los veintiún años quise escribir, más o menos como John Stuart Mill. Me gustaba la estructura de sus frases y su manera de desarrollar los temas. Sin embargo, tenía también otro ideal que se derivaba, supongo, de las matemáticas. Quería expresarlo todo en el menor número de palabras en que se pudiese decir con claridad. Quizá, pensaba, se debería imitar al Baedckcr, en lugar de otro modelo más literario. Gastaba horas enteras en el intento de encontrar el modo más corto de expresar una idea sin ambigüedad, y estaba dispuesto a sacrificar de buena gana, a este objetivo, las tentativas de conseguir cierta calidad estética.

12 Ensayos tomados de VÉLEZ, Jaime. El ensayo. Entre la aventura y el orden. Taurus, Pensamiento, Bogotá, 2000.

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El maquillaje La revisión del texto debe efectuarse en los tres niveles de todo evento discursivo: la forma, el contenido y el uso o función. Niveles que se detallan en la planilla de evaluación de desempeños escriturales que se presenta más abajo:

REJILLA PARA EVALUACIÓN DE DESEMPEÑO ESCRITURAL ALTO

100 90 80 70 60

MEDIO

50 40 30 20 10

De estructura superficial

De estructura significativa

Habilidad Habilidad

Variaciones registrales

Creatividad

Impacto textual.

Adecuaciones contextuales

Uso presuposicional

Punto de vista

Conexiones contextuales. Fuerza ilocutiva

Vínculos intertextuales

Organización macroestructural

Contradicciones

Precisión semántica.

Suficiencia argumental.

Pertinencia argumental

Consistencia argumental

Claridad

Elaboración

Progresión textual

Puntuación

Unidad temática

Promedio de longitud escritural Marcas paratextuales Organización superestructural Codificación ortográfica.

Tipo de cohesión

Versatilidad sintáctica

Diversidad Lexical

INDICADOR

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De estructura interactiva

COHESIÓN

COHERENCIA

IMPACTO

Proceso

ANÁLISISANÁLISIS- SÍNTESIS

SIGNIFICACIÓNSIGNIFICACIÓN- RELACIÓN

CONTEXTUALIZACIÓN

Énfasis

SIGNIFICANTE FORMA

SIGNIFICADO CONTENIDO

SENTIDO SENTIDO FUNCIÓN

Aspecto

La forma hace referencia a los aspectos más externos y superficiales de la escritura, entre otros, la corrección gramatical, la variedad o diversidad de palabras que utilices, la puntuación, la estructura sintáctica de las frases y los párrafos (ideas fundantes al inicio, en el centro o al final, párrafos de secuencia, enumeración desarrollo conceptual, causa - efecto...) la ortografía, la disposición espacial del texto ( distribución de las palabras en la hoja), la fluidez, las marcas paratextuales ( negrillas, subrayados, tipos de letra) la conexión de los distintos apartados textuales.

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Escritos, procesos y maestros El contenido, por su parte tiene que ver con las ideas expuestas en el ensayo, con la suficiencia y pertinencia de los argumentos, con su profundidad, con la unidad temática, consistencia, transparencia, precisión, oportunidad, elaboración personal, logicidad y coherencia. El nivel de uso o funcional del texto tiene que ver con las variables contextuales del mismo: adecuación del escrito a las circunstancias ideológicas, éticas y conceptuales de tus lectores; Selección de los recursos léxicos y estilísticos apropiados, creatividad no sólo en el uso de las palabras sino en el aprovechamiento de los recursos discursivos (ironía, sarcasmo...) que determinan el ritmo y la fuerza expresiva del texto. Tiene que ver asimismo, con la agudeza y contundencia con que se exprese el punto de vista del escritor, con la manera de relacionar los asuntos temáticos del ensayo con otros asuntos.  Empieza el maquillaje por el contenido. Revisa detenidamente. que no tenga contradicciones, es decir, que una parte del texto no exprese injustificadamente una idea que esté negada o expresada con alguna salvedad en otro momento del ensayo. Revisa, igualmente, que el escrito exponga con precisión tus planteamientos, que no tenga expresiones ambiguas o con significaciones contrarias o diferentes de las que quieres exponer. Valora la profundidad de tu escrito: decide si es más o menos elemental de lo que deseas; si está conectado interdisciplinariamente con otros temas.

Fíjate bien en la coherencia o secuencia de las ideas. Revisa si el orden en el que ellas están enunciadas es el más lógico y conveniente. Analiza si la introducción, el planteamiento y desarrollo de las ideas y la conclusión, tienen un encadenamiento adecuado. Ahora es el momento para que evalúes la claridad de tu ensayo: colócate en la posición del lector y decide si lo leído es precisamente lo que quisiste escribir. 

Somete a prueba los argumentos que has utilizado para soportar tu pensamiento. Define si ellos son realmente consistentes; si están formulados en el momento y con el vigor adecuados.



Inicia Ahora el maquillaje formal. Ésta no es la arista más importante de tu ensayo. No es un aspecto significativo en sí mismo pero sí es un factor que incide de alguna manera en el efecto final de tu texto; en la forma como terminará impactando al lector. Así que es conveniente que ahora elimines o sustituyas las palabras repetidas que le quiten ritmo a tu ensayo, que amenacen la fluidez del mismo. Convéncete de haber conectado exitosamente las palabras, las oraciones y los párrafos (la ausencia de conectores mayores como en consecuencia, en conclusión, por lo tanto, así que, no obstante, desde luego, de igual manera, igualmente, después de todo lo anterior,



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Escritos, procesos y maestros finalmente, es decir... puede dar la impresión de que el texto está peligrosamente fragmentado). A propósito de lo anterior, es conveniente también analizar los excesos y los defectos de las conexiones sintácticas, especialmente de las llamadas subordinaciones. La falta de elementos subordinados, no sólo dificulta la lectura sino que le da al texto un “sabor” demasiado elemental, restándole generalmente efecto al ensayo. Lo mismo sucede con las exageraciones de conectores o expresiones subordinadas: obstaculiza el flujo de la lectura y le otorga al escrito una textura demasiado compleja, “nublada” y por ello difícilmente inteligible. Por ejemplo, El presidente que elegimos para que buscara la paz, porque estamos cansados de tanta guerra que nos destroza mientras otros tranquilos recaudan los beneficios del terror, fracasó en su intento ya que no consiguió que los violentos silenciaran sus odios para que pudiéramos vivir en paz, sino que logró todo lo contrario. Es un párrafo con una cuota elevada de conectores subordinados (porque, mientras, para que, que) hecho éste que complica su comprensión efectiva. Por el contrario, Todos elegimos al presidente. Él estaba comprometido con la búsqueda de la paz. Fracasó en su objetivo. No consiguió la paz. La guerra se recrudeció.

Es un párrafo que si bien gana en claridad, podría parecer bastante desconectado, telegráfico y quizás lento. Ten presente que los conectores son medios lingüísticos para expresar relaciones conceptuales. Cada conector es la manifestación de una relación precisa (de explicación o aclaración, causalidad, restricción semántica, consecuencia, cierre, ordenamiento, contraste, etc.), como lo anuncia la tabla de enseguida CONECTORES ELLO ES, ES DECIR, ESTO ES, EN ESTE SENTIDO, DICHO DE OTRA MANERA, LO QUE EQUIVALE A DE IGUAL MANERA, POR OTRO LADO, ASI MISMO, DE IGUAL MODO, ADEMÁS DE LO ANTERIOR,

RELACIÓN

EXPLICACIÓN

ADICIÓN DE NUEVOS ELEMENTOS EN EL DISCURSO

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Escritos, procesos y maestros IGUALMENTE, DE OTRA FORMA, DE MANERA QUE, DADO QUE PORQUE YA QUE EN VIRTUD DE, PUESTO QUE,

CAUSALIDAD. ENLAZAN CAUSAS CON EFECTOS

NO OBSTANTE, A PESAR DE TODO LO ANTERIOR, SIN EMBARGO, AUNQUE

RESTRICCIÓN SEMÁNTICA

EN PRIMER TÉRMINO, EN PRIMERA INSTANCIA, EN PRIMER LUGAR, FINALMENTE, DESPUÉS DE LO ANTERIOR, ENSEGUIDA

ORDEDENAMIENTO

COMO RESULTADO DE, COMO EFECTO DE LO ANTERIOR, DE TAL MANERA QUE, EN DEFINITIVA, POR ESTA CIRCUNSTANCIA, POR LO TANTO, POR ESTA RAZÓN POR CONSIGUIENTE

PARA TERMINAR, EN CONCLUSIÓN, DESPUÉS DE EXPUESTO, PARA CONCLUIR, DE AHÍ QUE

TODO

LO

CONSECUENCIA

CIERRE

Para continuar con el maquillaje formal, cambia las expresiones gramaticalmente incorrectas. Lee y aplica las recomendaciones de los académicos. Recuerda que no es permitido decir:



De acuerdo a tu forma de ser Estoy seguro que mi jefe me estima Le diré a mis padres que te casaste con otro Tendré que seducir otra mujer. Te lo explicaré a grosso modo. Quiero estar cerca a ti. Soy distinto a lo que piensas.

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Escritos, procesos y maestros SINO De acuerdo CON tu forma de ser Estoy seguro DE que mi jefe me estima. Les diré a mis padres que te casaste con otros. Tendré que seducir A otra mujer. Te lo explicaré grosso modo. Quiero estar cerca DE ti. Soy distinto DE lo que piensas.

A propósito de la palabra SINO, es oportuno aclarar que no debe confundirse con la expresión SI NO. Sino es una conjunción que une elementos parecidos o semejantes (Maqueo, 1996) de un mismo enunciado con el fin de anular una afirmación previamente anunciada, como en “No leyó la novela de Cortázar Sino la de Roa Bastos”.” No le gusta el cine sino la rumba” “No es un maestro tradicional, sino uno irreverente y desafiante”. No encarcelaron a Uribe, sino a Uribito. Por su parte, Si no, es una expresión compuesta de un condicional y una negación, como en: “Si no acaba con la corrupción, el presidente perderá favorabilidad entre sus copartidarios.” O en “si no entrena con dedicación, la selección Colombia tampoco clasificará al próximo mundial”, o, Si no se castiga a los culpables de tantas masacres y falsos positivos, esas prácticas perversas podrían sentirse como válidas. De igual manera, otras expresiones frecuentes en el uso cotidiano que es oportuno evitar en un escrito académico, se registran a continuación: PROCURA NO DECIR NI ESCRIBIR al final a lo que alguien de nosotros

ES MEJOR QUE UTILICES por fin cuando alguno de nosotros

al objeto de a lo que veo al punto de al rededor a menos de que a menudo Odiaba a muerte Ante ayer Año a año A penas Apesar de que De a posta Apropósito A provecho de A quema ropa Arriba de la mesa En favor En frente tuyo El solo recurso Tanto da amor que frío

con objeto de por lo que veo hasta el punto de alrededor a menos que a menudo Odiaba de muerte Anteayer De año en año Apenas A pesar de que Aposta A propósito En provecho de A quemarropa Encima de la mesa A favor Enfrente de ti El único recurso Tanto da amor como frío

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Sabor de guayaba Ingresar a la universidad Cualquiera de los que venga En razón a la Deshauciado Hora a hora En la tercer oportunidad Olor de gasolina Odiar a muerte Ocuparme de Mucho gusto de verla Gozar de mala fama Hasta las cuatro puedo Escapó a la justicia En vía de solución En relación con En lo absoluto Diferente a

Sabor a guayaba Ingresar en la universidad Cualesquiera que vengan En razón de la Desahuciado Hora tras hora En la tercera oportunidad Olor a gasolina Odiar de muerte Ocuparme en Mucho gusto en verla Sufrir de mala fama Desde las cuatro puedo Escapó de la justicia En vías de solución Con relación a En absoluto Diferente de

 Es el momento para que revises si la conjunción QUE, se

encuentra bien utilizada. Quizás padezcas de dequefobia sin saberlo. Como forma particular de onomatofobia (miedo a escuchar ciertas palabras), “la dequefobia consiste en un terror irracional, infundado y desproporcionado a la preposición DE, cuando ésta aparece antes de la conjunción relativa o complementaria QUE”13, temor que obliga al escritor a eliminar la partícula cuando ella, por razones lógicas o gramaticales, es necesaria. Por ejemplo, para todos, menos quizás para los dequefóbicos, los enunciados: “Todos se sorprendieron con el chisme de que se comió un elefante” y “Todos se sorprendieron con el chisme que se comió un elefante”, son estructuras con contenido diferente. Si bien, el hecho de que alguien se hubiera comido un elefante, sorprende y causaría la envidia de más de un carnívoro, el suceso de que un elefante se hubiera comido un chisme, desafía aún más nuestra lógica e imaginación. Escribir DE QUE, resulta en este caso, no sólo válido, sino imprescindible14.

Aprovecha ahora para mejorar otro aspecto formal: la ortografía. Su uso inapropiado podría restarle fuerza y convicción al texto. En el mejor de los casos, los errores ortográficos le quitarán algo de credibilidad a tu trabajo. En este punto son tantas las correcciones que tal vez hayas realizado que es conveniente escribir o imprimir un nuevo borrador. Utilízalo para efectuar el último maquillaje del texto.



Enseguida empezaremos a analizar el impacto o nivel funcional de tu escrito. Determina si las palabras que has utilizado son las más



13 Moreno, Jairo, A? Padece usted de dequefobia. En: Revista Areté, Corporación pedagógica, Ibagué, 2009. 14 Moreno, Jairo, A. Op.cit, pág., 14.

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Escritos, procesos y maestros sonoras, las más adecuadas al lector, las más ajustadas al contenido y al tono de tu ensayo. Haz lo mismo con las frases; revisa su estructura, piensa si hay en tu trabajo variedad de formas enunciativas. La diversidad sintáctica moderada de frases puede darle el toque de sorpresa y diferencia que tu ensayo necesita. La exclusividad o insistencia de oraciones ordenadas convencionalmente ( con focalización tradicional) del tipo: Muchos políticos conocidos están encarcelados Tradicionalmente organizadas según la secuencia: SUJETO – VERBO – PREDICADO, facilitan la lectura, mecanizan el proceso pero lentifican demasiado el texto aminorándole capacidad de sorpresa y seducción. En ocasiones podría ser más efectiva la oración: Encarcelados, están muchos políticos conocidos Sobre todo cuando quieras enfatizar no en la personas, sino en la situación de estar encarcelados. De igual manera, decide si el tipo, la función y el tamaño de los párrafos que componen tu ensayo presentan variedad. Recuerda que existen distintas modalidades de construcción de párrafos:(de secuencia, de enumeración, de causa efecto, de desarrollo de un concepto, introductorios, de conclusión, de enlace, de transición...) Valora si tu punto de vista, tus reflexiones personales, son suficientemente sólidas, críticas, actualizadas y novedosas.



 Analiza si existen términos, referentes, hechos, argumentos inadecuadamente implícitos, es decir, que no se hayan formulado. Decide si tal ausencia le merma comprensión o impacto a tu ejercicio.  Aquí es conveniente valorar la fuerza general del texto. La creatividad no sólo en sus planteamientos, sino en los recursos para formularlos. Revisa si las palabras de otros autores que utilizaste para fortalecer tus planteamientos se encuentran debidamente referenciados. (Autor, título del trabajo, editorial, ciudad, año, país). Después de atender a las anteriores recomendaciones, decide el tipo de presentación de tu trabajo: tipos de letra, tamaños, encabezados, pie de páginas, ilustraciones, tabulaciones, e, t, c.

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La edición. El fin de todo escrito es su publicación, ello es, su socialización o entrega al lector final. Antes de que esto ocurra debes someter el texto al juicio de lectores de similares características a tus destinatarios. El concepto que ellos emitan acerca de sus cualidades argumentales, estéticas y comunicativas es importante para el último ajuste de tu trabajo. Usa la rejilla propuesta para calibrar cada uno de los aspectos sugeridos. Si este examen te satisface no lo dudes entrégalo al destinatario, él se beneficiará sin duda de su calidad y habrás comprobado que escribir es una pasión no tan tortuosa y que vale la pena repetir. Si por el contrario, piensas que el texto es menos consistente de lo que esperabas, repite el proceso y sigue disciplinadamente los siguientes 19 consejos, que sintetizan bien las recomendaciones dadas en el trayecto hasta aquí recorrido15 1. Lo primero es conoser vien la ortografia 2. Cuide la concordancia, el cual son necesarias para que ud. No caigan en aquellos errores. 3. Y nunca empiece por una conjunción. 4. Evite las repeticiones, evitando así repetir y repetir lo que ya ha repetido repetidamente. 5. Use; correctamente. Los signos: de, puntuación. 6. Trate de ser claro; no use hieráticos herméticos o errabundos gongorismos que puedan jibarizar las mejores ideas. 7. Imaginando, creando, planificando, un escritor no debe aparecer equivocándose, abusando de los gerundios. 8. Correcto para ser en la construcción, caer evite en transposiciones. 9. Tome el toro por las astas y no caiga en lugares comunes. 10. Si Ud parla y escribe en castellano, O.K. 11. ¡ Voto AL chápiro! ... creo a pies juntillas que deben evitarse las antiguallas. 12. Si algún lugar es inadecuado en la frase para poner colgado un verbo, el final de un párrafo lo es. 13. ¡Por amor del cielo! No abuse de las exclamaciones. 14. Pone cuidado en las conjugaciones cuando escribáis. 15. No utilice nunca doble negación. 16. Es importante usar los apostrofo’s correctamente. 17. Procurar nunca los infinitivos separar demasiado. 18. Relea siempre lo escrito, y vea si palabras. 19. Con respecto a frases fragmentadas.

Los maestros y la escritura Para terminar, unas ligeras consideraciones pedagógicas. En primer lugar, la escritura es quizás la práctica humana más vigorosamente conectada con la inteligencia. Por lo menos con la inteligencia verbal.

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Tomados de El Malpensante. Lecturas paradójicas. Bogotá, No 41. Septiembre- octubre 2002.

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Escritos, procesos y maestros Es también una actividad precozmente emocionante, alegre y divertida que la escuela convierte, también prontamente en riesgosa y aburrida. El poder intelectual de la escritura es evidente, por eso no sólo escribimos como alternativa académica para hacer circular formalmente nuestro pensamiento, sino que además, lo hacemos – deberíamos hacerlo – para desarrollar el pensamiento mismo. Así es. Escribir es una acción intelectual estratégica: consolida, flexibiliza, da fluidez y originalidad al aparto cognitivo, al tiempo que potencia el análisis, “afila”, la memoria, fortifica el juicio, acelera el procesamiento sígnico y otorga versatilidad inferencial, entre otros efectos de su práctica. En segundo lugar, en las instituciones educativas son reiteradas y alarmantes las evidencias de bajo desarrollo de las competencias escriturales, hecho que coincide con los deficientes resultados que los escolares nacionales siguen presentando en pruebas de comprensión de distinto tipo. Entonces, se espera, se necesita, se reclama con mensaje de urgencia, una intervención pedagógica mucho más comprometida conceptual, actitudinal y profesionalmente con el tema. Pues, si bien, son ciertos y meritorios los esfuerzos que hacen los maestros colombianos para hacer de la escritura un instrumento de promoción intelectual efectivo, también lo es, que hace falta en los profesionales de la educación, con relación a este asunto particular, más novedad didáctica y mejor instrumentación conceptual.

Con todo lo expuesto hasta este punto, puede aventurase a manera de conclusión, una ruta metodológica de cinco estaciones ( ver gráfico) que inicia con un programa creativo de sensibilización emocional hábil para aminorar los miedos, ahuyentar los fantasmas y opacar tedios y resistencias (arquitecturas textuales poco convencionales, actividades de escritura no verbal; escritura sobre tópicos curiosos con pautas desafiantes, con propósitos y mecanismos lúdicos) y continué con el diseño e implementación de acciones didácticas que estimulen el andamiaje cognitivo en general y en particular los procesos, ya mencionados como intervinientes de manera directa en la práctica escritora ( análisis, síntesis, significación, relación, contextualización, memoria), para terminar asumiendo el reto de optimizar las competencias lingüísticas y comunicativas implicadas en el ejercicio escritor. Competencias situadas en los tres niveles de desempeño descritos en su momento: la forma, el contenido y la función. Ahora bien, las experiencias vividas en el aula testimonian que más allá de rutas y consignas didácticas generales, los insumos principales de todo aprendizaje escolar son la novedad, el juego, el Jairo Aníbal Moreno Castro

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Escritos, procesos y maestros desafío inteligente, el encanto mágico de la tarea propuesta, su conexión con los afanes y peripecias de la vida.

Por esa vía y con tal equipaje para el viaje, podríamos superar el duelo que tanto nos mortifica desde cuando, bien adentrados en la vida académica

“…descubrimos que la lista de proyectos infantiles fracasados, está encabezada por el más añejo, el más querido pero también el más reprimido de todos: aprender a escribir, ello es, aprender a tejer, a llenar de movimiento, de gracia, audacia y emoción, el puñado de grafemas atrapados en nuestro código alfabético. Y entonces, el peso de esta ausencia en no pocas ocasiones nos derriba: escondemos la mano, congelamos las ideas y sepultamos la ilusión. Por eso, maestros y aprendices, corresponde ahora superar con la decisión del soldado a punto de morir, esa manquedad para nada cervantina ganada tras las paredes de la vieja escuela. Sólo así podremos descifrar por fin y ojalá que para siempre, los misterios que hacen de la palabra escrita, el instrumento más fino de la seducción.” 16(J.A.M)

16 Moreno, J. La escritura, muy breve cronología de una pasión, Hojas para tertuliar, Signum Aula abierta, Bogotá, 2010.

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