EL LENGUAJE CORPORAL DEL PROFESOR EN LA LABOR DOCENTE

EL LENGUAJE CORPORAL DEL PROFESOR EN LA LABOR DOCENTE Las personas exhiben sus actitudes y creencias continuamente, a menudo sin pretenderlo. En el p...
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EL LENGUAJE CORPORAL DEL PROFESOR EN LA LABOR DOCENTE

Las personas exhiben sus actitudes y creencias continuamente, a menudo sin pretenderlo. En el proceso de aprendizaje, los valores, las ideas y la actitud del maestro ante el aprendizaje podrían ser tan importantes como el material que se está enseñando. Son estas actitudes y creencias las que los alumnos captan e imitan fácilmente incluso cuando no es ésta su intención” Sarah-Jayne Blaquemore / Uta Frith. “Como aprende el cerebro. Las claves para la educación”. 2011. Pág. 278.

El lenguaje verbal es el medio de comunicación por excelencia entre las personas, pero no es el único, ni tampoco el primero, que esta presente en un acto comunicativo. En los primeros momentos de comunicación humana el movimiento del cuerpo o una parte del mismo, perceptible desde el exterior, comienza a tener contexto de comunicación y que posteriormente va a configurar lo que denominamos el gesto. Para Siguan (1978) los gestos “son únicamente aquellos que tienen una relación con el modo de ser, el estado o las intenciones del sujeto que los realiza”. La ambigüedad comparativa con el lenguaje verbal queda reflejada en que el significado corresponde a una ausencia de límites del significante. Destacamos aspectos importantes a tener en cuenta como es la manifestación facial y las expresiones vocales; las posturas y sus diferentes posiciones; los gestos de las manos; los movimientos y sus implicaciones en los aspectos de verbalización; la relación de las personas con los objetos; el control espacial; su comportamiento con las otras personas... Si consideramos que gran parte de las comunicaciones humanas se desarrolla a un nivel por debajo de la conciencia, en el cual las palabras solo tienen una relevancia indirecta; es significativo conocer que el contenido comunicativo del lenguaje corporal viene a ser el sesenta por ciento del mensaje. El concepto de CINESIS, estudio del movimiento humano, establece que que debe analizarse en su conjunto, prestando atención a la forma en que cada elemento se relacione con los demás. Los movimientos corporales no están programados por la biología, sino por la cultura, y se aprenden en la niñez. El significado del mensaje está contenido en el contexto, y jamás en algún movimiento aislado del cuerpo. Incluso algunas veces, el comportamiento no verbal contradice lo que se está expresando en lugar de subrayarlo. El cuerpo humano comunica por sí mismo, pero así mismo es un gran imitador, sensible a las señales corporales de los demás. Componentes de la expresión corporal Entre los aspectos corporales que tendremos en cuenta nos encontramos: - La postura: Nos revela no solo acerca del carácter de la persona sino también una expresión de la actitud. Nos habla de su pasado. La simple posición de sus hombros nos puede dar una indicacion de las penurias sufridas, de su forma contenida o de una personalidad tímida. Las actitudes corporales reflejan las actitudes y orientaciones persistentes del individuo. Representan la forma en que uno se relaciona y orienta hacia los demás. Evalua el proceso de participación de un individuo en una situación dada.

- El espacio: El espacio comunica. El estudio de como el hombre estructura inconscientemente el microespacio, se denomina PROXEMICA. Así nos encontramos distancias personales, (hasta 45cm); lejana (75) o social (120). Cuando dos personas esperan competir se colocan enfrentadas, Si esperan cooperar se ponen la lado uno de otro, para conocerse se ponen en ángulo recto. - El rostro: refleja el carácter, pue3s las expresiones habituales suelen dejar huella. Pero el hombre es capaz de controlar su rostro y utilizarlo para trasmitir mensajes. - Los ojos: Cuando los ojos se encuentran no solamente sabemos como se siente el otro, sino que el sabe que nosotros conocemos su estado de animo. - Las manos: son económicas, rápidas de emplear y pueden ejecutarse con mayor velocidad que el lenguaje hablado. - El tacto: Es el mas primitivo de los sentidos y se realiza a través de la piel. También el de mayor connotación social. - El ritmo: La sincronía inter-accional es algo sutil, no es una exacta imitación de gestos, sino un ritmo compartido. Los ritmos básicos de una persona afectan a su relación con los demás. Llegando a la existencia de un ritmo común. EL CUERPO Actualmente se atribuye una amplia relación entre las ciencias de la mente y la experiencia humana. Las ciencias cognitivas ve los procesos cognitivos tanto como cognición como de experiencia. Desde un punto de vista fisiológico, las modernas técnicas de exploración que aporta las neurociencia, está demostrando que la actividad corporal genera cambios significativos en las distintas zonas cerebrales, “cuando el cuerpo interactúa con su entorno, el intercambio hace que se produzcan cambios en los órganos sensoriales del cuerpo...” (Damasio.2010); llegando a considerar como supuesto básico “poder atribuir estructuras cerebrales específicas a cada forma de conducta y experiencia” (Varela. 2005). Estas modificaciones no solo se generan con la actividad o el movimiento, sino con las condiciones en las que esta actividad o experiencia se realiza. Reconoce la realidad de que poseemos un cuerpo que siente; con capacidad para percibir un estimulo exterior / interior, que ante su conocimiento genera una impresión, que no solo afecta a los procesos de respuesta, sino que le hace “sentir” su significación y le facilita aprehender la realidad. El sentir es motricidad, sensibilidad, espontaneidad, intuición. El hacer es rutinario o consciente, según los casos, y puede ser corporal o mental; el movimiento aquí no es espontaneidad, sino esfuerzo; ahora se trata de espontaneidades aprendidas, de destrezas. Para que exista este “sentir” se precisa recibir, es decir: abrirme y por consiguiente darme. Como expresa Laín Entralgo (1987) “sentir el cuerpo propio no es recibir el mensaje de un signo o un símbolo, no es afección o pasividad, , es actividad, acto: el acto por el cual es posible mi participación en todo posible sentir, mediante el cual yo estoy abierto a mi existencia en el mundo, un fundamental extracto del sentir al que debe darse el nombre de ser –en-el-mundo”. Pero si importante y significativos son los aspectos anteriores, no podemos olvidar la existencia de un cuerpo simbólico, subjetivo y relacional de las personas que le permiten actuar con otros cuerpos, y por lo tanto con otras personas. En el que se incluyen las maneras de pensar, hacer y de sentir de una cultura determinada. Esta relacionado con los valores, los símbolos, el lenguaje, los

modelos... La corporalidad tiene un doble sentido: Abarca el cuerpo como estructura experiencial vivida, y el cuerpo como el contexto o ámbito de los mecanismos cognitivos. Desde una perspectiva técnica, basada tanto en los estudios de la neurofisiología como en la moderna perspectiva de la neurociencia, se acepta que no puede haber un pensamiento o sentimiento que no esté apoyado en una estructura física. De hecho, tanto el cerebro sensorial como el cerebro motor, se hacen y se transforman con la experiencia a lo largo de toda nuestra vida. Nuestra salud mental, el ser capaces de interpretar el mundo de las cosas y a los demás correctamente, está condicionado a un constante contacto con la realidad perceptiva del mundo y de los otros. Como dice el científico F. Mora (2002) “mi cerebro interactúa con el mundo a través de mi cuerpo”. La representación de nuestro cuerpo, necesaria para la relación con el entorno está basada en tres sistemas independientes: La conciencia de nuestro cuerpo (límites y disposición del mismo); el conocimiento general de nuestro cuerpo y sus partes (léxico, semántico, distribución espacial...); la información que poseemos sobre su configuración (espacio corporal, espacio de apreciamiento y de acción). La relación cuerpo-cerebro-mente- medio ambiente, representa un flujo de información constante. Los cambios en el mundo sensorial que nos rodea, así como en nuestro cuerpo, son la base del aprendizaje y de la memoria. La aparición de una serie de teorías que pretenden dar un concepto integrador del cuerpo (psicoanálisis, existencialismo, perspectiva sociológica del cuerpo... e incluso la existencia de una hermenéutica corporal) posibilitan un referente teórico que nos permiten generar un constructo educativo tomando como referente al cuerpo y sus vivencias que a su vez genera la experiencia personal. Se aprende lo que se vive. Y este concepto tiene validez tanto para el profesor como para el alumno. La educación se ha interesado siempre más por el hacer que por el sentir, pero quizá convenga cambiar ahora la perspectiva; acostumbrarse a sentir es empezar a sentirse, y al verbalizar lo que sentimos se produce el conocimiento; pero conocerse es vivir, y por eso decimos que, ante todo, aprender es aprender a pensar desde el cuerpo. El propio pensamiento abstracto tiene su sede en la forma como vivimos nuestros movimientos. Un proceso mental que esté relacionado con el razonamiento y el pensamiento creativo se desarrolla cuando tomamos conciencia de su existencia. Son imágenes que se basan en los cambios que se producen en el cuerpo y en el cerebro. La gestión y control de esta información es esencial para el cerebro que necesita “informarse a sí mismo”. Esta información se configura en mapas que pueden utilizarse de forma consciente o inconsciente. Estos mapas se configuran cuando interactuamos con el entorno. Son mutables reflejando los cambios que se producen en el interior de nuestro cuerpo. Movilizan las habilidades corticales (palabra, imagen, numero...), lo que permite una infinita extensión de las capacidades del cerebro. Para Damasio (2010) “Cuando el cuerpo interactúa con su entorno, el intercambio hace que se produzcan cambios en los órganos sensoriales del cuerpo como, por ejemplo, en los ojos, en los oídos y en la piel; a su vez, el cerebro acota esos campos en mapas y así, de manera indirecta, el mundo que se halla fuera del cuerpo adquiere cierta forma de representación en el interior del cerebro”. Existen tres variedades de mapas: visuales, auditivos y somáticos, ubicados en el colículo superior y el hipotálamo. Aunque se generan en lugares diferentes, el cerebro tiene que relacionarlos.

Partiendo de conceptos claves, mediante la jerarquía y la categorización, se organizan otros conceptos, estructurando el pensamiento y generando el mapa mental. Se basa, según Buzan (2002), en la lógica de la asociación y no en la lógica del tiempo. Permitiendo el pensamiento en cualquier dimensión (“pensamiento lateral” para De Bono, 1974). LA COMUNICACION: LA COMUNICACION NO VERBAL. Partimos del concepto de que toda comunicación es un proceso de interacción con el entorno con el que nos rodea o con nosotros mismos. Toda conducta es comunicación y por ende toda comunicación afecta a la conducta, viéndose afectada por el contexto en que se desarrolla. La comunicación constituye un acto que participa en las relaciones como un proceso de interacción, en un complejo flujo circular en el contexto en que se determina. En una perspectiva sistémica se concibe como un modelo, como un circuito de eventos concatenados que incluyen a dos o más personas. Es un proceso multifacético, interactivo e informativo o expresivo, a través de los cuales se produce las relaciones interpersonales. Toda conducta es comunicación y por ende toda comunicación afecta a la conducta, viéndose afectada en el contexto en que se desarrolla. Conforma una sistematización de la “particular” concepción del mundo. Los procesos de comunicación son una referencia de cómo nos relacionamos, como es nuestro contexto, como transferimos la información de una persona a otra. Representa un intercambio de informaciones que son el reflejo de la realidad de las personas, de su formación y funcionamiento social. Nos permite ver que continuamente recibimos influencia de la realidad y ejercemos influencia sobre ella. Manifiesta una conducta, y los modelos alternativos de pensar en situaciones complejas. Podríamos concretar, siguiendo a Habermas, que es un proceso a lo largo del cual los seres humanos se convierten en constructores activos de su “mundo vital”, y por tanto de su sociedad. Entre los distintos aspectos inherentes a la comunicación nos encontramos con la información, lo que trasmite el mensaje; el lenguaje empleado, donde nos una amplia gama: verbal, corporal, lógico-matemático, iconico... ; El estilo, la manera en como se transmite el mensaje; y la intencionalidad, que es el objetivo que persigue el mensaje. Aspectos relacionados con la comunicación:

INFORMACION

ESTILO

INTENCIONALIDAD

MODELO LENGUAJE

MENTAL

Para que realmente exista una comunicación efectiva tiene que existir una concordancia entre lo que se manifiesta y lo que realmente se hace. De ahí la relevancia, en primer lugar, de tomar conciencia de que todo lo que hacemos toma significación como una forma de comunicación. Y, en segundo lugar, de adaptar un estilo de comunicación que se ajuste a las necesidades de los demás, utilizando símbolos que sean conocidos por todos y que puedan cumplir con la función de transmitir un significado determinado. De estos dos aspectos, informativo y relacional, hacen posible lo que ha venido a denominarse “metacomunicación”, esto es, poder reflexionar sobre el contenido emitido y todos los procesos intervinientes en la comunicación (Watzlawick y otros. 1967). Estaríamos facilitando una

epistemología de la comunicación desde una perspectiva cognitiva. La relevancia que para nosotros tiene la comunicación, es decir la manera en que las personas se relacionan entre sí y comparten sus esfuerzos, nos ha llevado a concebir la educación como el conocimiento y desarrollo de los procesos de comunicación que faciliten al alumno tomar decisiones, después de una reflexión sobre la información recibida, y tener propuestas propias (G.Martín. 2002) En nuestra labor docente, la experiencia nos ha venido a confirmar que el desarrollo de procesos comunicativos eficaces es el primer paso para la prevención de problemas. La puesta en práctica de esta concepción educativa lleva implícita dos conceptos fundamentales: - La globalidad. Entendida como la interdependencia de los fenómenos entre sí y la interdependencia entre los fenómenos y el sujeto que los contempla. - La participación. Sólo mediante la experiencia personal el individuo interioriza - exterioriza sus sensaciones, percepciones... y se siente parte activa del mundo en que vive. 2.1.- El lenguaje Como componentes básicos de la comunicación nos encontramos: • • •

El lenguaje en sus distintas facetas: verbal, icónico, de los sonidos, matemático y corporal. Es el elemento básico que facilita la comunicación y la interrelación que posibilita la articulación de ideas, sentimientos, problemas y soluciones. El símbolo es un signo que representa una noción abstracta, basada en una convención que ha de ser conocida para entender su significado. A base de signos categorizados se desarrolla el acto sémico. El metalenguaje como el estudio, por extensión, de los distintos lenguajes y su funcionamiento.

La utilización de uno o varios lenguajes y la aplicación de símbolos, de forma libre y autónoma posibilitando la expresión del individuo, nos permite acceder a uno de los productos más fructíferos de la comunicación: la creatividad. La comunicación no verbal: el lenguaje corporal El estudio de la comunicación no verbal, presenta numerosas categorías que pueden ser seleccionadas al presentar esferas de respuestas de comunicación. Desde la expresión facial, las verbalizaciones, los movimientos, las posturas, las sensaciones y actitudes, la edad, sexo, el estatus social ... El principio comunicativo nos muestra que unos son más significativos que otros de acuerdo con la situación, pero todos son componentes relevantes del acto de comunicación, y viene a representar más del sesenta por ciento de la comunicación. La pregunta surge: ¿Cómo debería seleccionarse cada uno de estos elementos como una parte de la comunicación no verbal?¿En que debe basarse esta selección? ¿Qué mensajes capta el alumno / profesor de la actitud corporal? Siguiendo a Paloma Santiago (1985) establecemos la diferencia entre comunicación y expresión corporal. En la primera, siempre existe una intencionalidad, mientras que la expresión corporal no es premisa fundamental, dado que con frecuencia los actos expresivos se realizan de forma no consciente. Los referentes de la comunicación no verbal la podemos establecer en tres aspectos fundamentales:

la capacidad de evaluación, sobre el contenido y su comprensión y aceptación; la fortaleza del estatus con que se realiza y las sensibilidades que suscita. La vivencia En nuestra acción educativa pretendemos generar acciones en que dentro de un entorno concreto el propio organismo se ubique en situaciones concretas en un tiempo presente, que faciliten el momento de “sentir”. Y para ello utilizamos lo que venimos llamando propuestas de “vivencias”. Estas experiencias vivénciales “espontáneas, sincrónicas, vividas y evocables funcionan como las unidades operativas que disciernen los estractos cruciales y las relaciones entre situaciones intimas en el mundo del cerebro/mente” (Vilarroya. 2002), están compuestas por contenidos atendidos por el sistema cognitivo y generan huellas dinámicas. Siguiendo la exposición del citado autor diremos que la vida en realidad es una concatenación continuada de vivencias que se realizan o se experimentan en un espacio –temporal concreto. Su contenido tiene tanto elementos conscientes, aquellos que se pueden expresar, describir o delimitar, y elementos insconscientes, que no son incluso reconocidos por el propio experimentador, pero que subyacen e influyen sobre el individuo. Los componentes son factores de carácter perceptual, emocional y conductual y donde todo su conjunto, no considerados de forma aislada, se desarrollan en un contexto espacio temporal concreto y determinado. Estas experiencias pasan a ser la base del conocimiento y la elaboración y construcción de contenidos; aquellos elementos que se pueden discriminar; y están definidos por el objeto, el entorno y la situación. Su comprensión implica que se puede transferir a otra vivencia y permite el análisis o la comprensión. Se desarrolla una aptitud para hallar parecidos, similitudes... y establecer conexiones entre vivencias actuales y pasadas. Este carácter contextual de poder establecer relaciones entre dos objetos o situaciones facilita la construcción del mapa mental cerebral. Cada vivencia, aunque la propuesta sea general, es atendida de manera particular e individual respondiendo a un proceso de independencia como desarrollo de una forma de autonomía del proceso sintiente de cada uno. En la verbalización de las experiencias es importante facilitar que la persona exprese y comparta sensaciones, sentimientos, emociones y pensamientos que ha experimentado. A los que no entraremos a juzgar o valorar. ¡Así lo ha vivido!, y así lo respetamos.

Planteamiento ético - pedagógico del profesor Recogemos la reflexión de Bollnow (1979) sobre la dificultad de plasmar cuales deben ser las “virtudes” del profesor en el proceso educativo, pero consideramos importante hacer una reflexión sobre el modelo mental, “supuestos hondamente arraigados que influyen sobre nuestro modo de comprender y actuar” (Senge.2002), con que el profesor se enfrenta a su labor docente: su perspectiva del alumno; su consideración sobre la acción educativa; su preparación pedagógica y su proceso de selección metodológica; la percepción que tiene de si mismo, tanto a nivel personal como, en definitiva, su grado de concepción democrática de la educación. De significada relevancia es la percepción que tiene el profesor del alumno, porque condiciona la acción educativa. Tanto la literatura pedagógica, como nuestra propia experiencia, nos dice que un

educador positivo es el que facilita al alumno el desenvolvimiento de sus fuerzas vitales y posibilita el desarrollo de su unicidad como persona. La perspectiva de análisis sobre la disposición pedagógica del profesor hacia el alumno nos la muestran tanto F. Bollnow (1979), y posteriormente su discípulo Max van Manen (1998) cuando nos proponen algunos principios axiológicos básicos que en síntesis, con nuestras particulares interpretaciones, exponemos: -

El amor y afecto educativo, que el educador sienta cariño como es el alumno y su perspectiva de lo que positivamente puede llegar a ser. - La confianza y la esperanza, facilitando un medio y un contexto en que el alumno se sienta seguro, se potencie su autonomía para, a través del compromiso y su propia convicción, poder juzgar y evaluar. La responsabilidad, de respetar y potenciar la individualidad de cada uno, facilitando que cada alumno pueda vivir su vida desde una postura creativa y no meramente reactiva. Actuando con la práctica de actitudes como la paciencia y el saber esperar; mantener la fortaleza ante las contrariedades que presentan los propios alumnos, poder continuar y seguir intentando los objetivos marcados; el estar dispuesto a “jugársela” por los alumnos... Facilitar la comunicación en todos los contextos, y que esta tarea tenga sentido para él mismo. Todas estas acciones solo se puede hacer desde la autenticidad, que al mismo tiempo facilita generar un estilo educativo personal y propio. Lo que se hace en la mayoría de las instituciones educativas no es educación: es instrucción; pero es sólo instrucción mental, que no atiende a los sentimientos, intereses, necesidades y expectativas de los alumnos. Poco puede, pues, motivarlos. Y, por consiguiente, poco puede desarrollar en ellos las ganas de trabajar, de perfeccionarse en su desarrollo como personas, que son la levadura y el fermento de la voluntad. Lo que se hace en los centros de enseñanza quizá no pueda ser educación sino desde la utopía; pero lo que está claro es que si no tenemos ese horizonte como guía que nos dirija y brújula que nos oriente, es entonces cuando limitaremos nuestros esfuerzos a instruir sin el menor atisbo de educar; a informar sin poder formar; a mandar en los alumnos en vez de enseñarles a decidir; a ser dóciles con el poder establecido en vez de ser críticos con la realidad para poder mejorarla. Pero estas cosas casi sólo se consiguen durante la socialización primaria. El instituto corresponde a un hacer que se inscribe en la socialización secundaria; muy centrada en la relación intelectual y poco o nada en la afectiva y emocional (autoconocimiento, autocontrol, automotivación, empatía y relación). Sin embargo, tenemos la convicción de que la solución de los problemas intelectuales pasa por atender a la vida afectiva y emocional de los alumnos. Los últimos paradigmas educativos apuntan a este horizonte. No es seguro que la atención a la vida afectiva sea la panacea, pero sí es seguro que el olvido de esta dimensión en la enseñanza conduce al fracaso. Habría, pues, que recuperar el interés por lo afectivo en la tarea de educar a los alumnos. Pero desde una perspectiva ética, en la medida en que el sentimiento contribuye a forjar la voluntad; el otro pilar es el pensamiento. Y es aquí, en el pensamiento, donde se han privilegiado desde siempre LENGUAJES centrados en la abstracción en detrimento de otros que explotan las posibilidades comunicativas del cuerpo. Es ésta una dimensión que intentamos rescatar en el presente proyecto, que incorpora una idea de la educación como una interacción atenta no sólo a lo que comunicamos; en la terminología de Palo Alto, habría que interesarse de manera privilegiada por lo que metacomunicamos. Esto no quiere decir (¡de ninguna manera!) que lo que aquí proponemos sea el olvido del componente intelectual en la educación de los alumnos. Precisamente porque éste nos interesa sobremanera tenemos interés en arar la tierra para que pueda crecer con garantías de éxito; y el terreno en el que florece tiene naturaleza afectiva (consideramos lo afectivo

como el umbral de lo volitivo; el cual es, a su vez, puerta de acceso al trabajo intelectual y manual; y a cualquier tipo de trabajo). a) Los alumnos que tienen problemas afectivos necesitan aprender a sentir, desarrollar su sensibilidad, su capacidad de empatía, su asertividad; y, en último extremo, tienen que aprender a comunicarse. Lo que supone trabajar con ellos cuestiones como su educación sentimental (por ejemplo, la inteligencia emocional) y las habilidades sociales que suelen faltarles. b) Los alumnos que tienen problemas técnicos necesitan aprender a pensar, y por consiguiente aprender a aprender; lo que supone un programa de trabajo bien distinto del anterior. c) Los alumnos que tienen problemas de atención necesitan un tratamiento específico de su carencia. Y quienes tienen problemas volitivos necesitan aprender a emprender (lo que supone aprender a decidirse, y la toma de decisiones pasa esencialmente por estar informado; lo que supone, en consonancia con el apartado anterior, aprender a investigar y a debatir). Es sólo un botón de muestra. Pero es suficiente para mostrar que los recursos intelectuales del profesor no bastan para enfrentarse a esos problemas con garantías de éxito. Hace falta un profesorado competente que conozca su materia, claro está: que sea especialista en lo que sabe; pero también es necesario que entienda de sentimientos, de motivaciones, de autoconfianza, de complejos, sin que por ello tenga que ser experto en psicología. No es un saber lo que necesita, sino más bien un saber hacer (que supone, por supuesto, unos conocimientos mínimos de psicología y pedagogía; pero nada que suponga una masa ingente de estudios). El profesorado necesita, pues, una formación permanente que, además de lo científico y lo didáctico, preste atención a lo pedagógico, pero desde la vivencia práctica de situaciones de experienciales. La formación practica del docente en expresión corporal La premisa fundamental a la hora de trabajar la expresión corporal es la concepción de que cuerpo y psique forman una totalidad indivisible, por lo que el practicante debe de trabajar con su cuerpo de una manera tal que ponga en juego la totalidad de su ser, prestando atención a las sensaciones que provienen de él; incluso aquellas que ofrecen resistencia a nuestras intenciones, pues también son instrumentos para mejorar la relación con su propio cuerpo. Cada una de los ejercicios o actividades aportan una carga simbólica que le permite su integración en elementos conceptuales o actitudinales de la persona. A manera de síntesis encontramos los siguientes bloques de trabajo: 1,- Conocimiento del propio cuerpo. Reconocer las distintas partes de nuestro cuerpo: manos, piernas y pies, rostro, torso... ejes corporales. Observación mediante los sentidos de las características capacidades y limitaciones de las distintas partes de nuestro cuerpo: a la mirada, al tacto, las posibilidades de sonido, de movilidad... 2.-Experienciar los movimientos básicos, tanto dinámicos como estáticos. Estudio de las posibilidades de ubicar nuestro cuerpo en posiciones estáticas, en situaciones de equilibrio-desequilibrios; así como su transición a posiciones dinámicas y las distintas formas de desplazamientos. Situaciones de equilibrio, impulsos, modos y formas de desplazamientos... Posiciones sentada tumbada, de pie... 3.- La respiración y la relajación corporal. Aunque la respiración se realiza de manera automática

e inconsciente, es necesario aprender a realizar una respiración integrada que surja del interior de nuestro ser y facilite la respiración serena y regular; flexible y espontánea. La practica respiratoria tiene una relación estrecha con la educación de la voz y la técnica de la palabra. En una situación emotiva conduce a lavociferación del grito. Aprender y vivenciar técnicas de relajación que permitan la alteridad psicofísica. Una postura relajada muestra fortaleza y capacidad de relación. 4.- Conocimiento del espacio. Ya estudiado por la PROXEMICA, que tiene por objeto el estudio de la estructuración que hace el ser humano de la organización del espacio que le rodea. Tenemos en cuenta tanto el espacio personal, interior de cómo se percibe el sujeto, así como del espacio parcial o propio de su entorno cercano; el espacio de la sala; y el espacio social de la comunicación con los demás. 5.- Organización espacio- temporal, ritmo y música. La alternancia de duración, estímulo, rapidez o lentitud. La importancia de la música en el desarrollo de las situaciones y su implicación cerebral. 6.- Relación con los objetos. Su utilización práctica se realiza desde el descubrimiento de sus características físicas, toma de conciencia de su textura, color, forma... y sus posibilidades para la acción y la relación. 7.- La comunicación interpersonal y la construcción social. La comunicación interpersonal se construye por la interacción de los mensajes verbales y no verbales que se dan entre los interlocutores. La capacidad de emitir o recibir mensajes condicionará la comunicación de cada uno. Teniendo en cuenta la premisa de que si no hay buena comunicación consigo mismo no puede darse una comunicación con los otros, exige una aceptación personal , ser uno mismo, sinceridad y autenticidad, desarrollado en un contexto de libertad. 8.- El cuerpo que siente. Ser capaz de sentir y expresar sentimientos, favoreciendo su experimentación, sin recibir censuras por ello. Esto posibilita vivenciar situaciones de angustia, miedo, sufrimiento, hostilidad, agresividad, modelos de situaciones repetitivas, etc. 9.- El cuerpo que crea. Se trata de vivenciar nuevos gestos, posturas, imágenes mentales. Posibilitar la confianza a lo nuevo y desconocido y crear modelos diferentes dentro de la espontaneidad creadora, generando formas expresivas que tengan significación en si mismas. Éste sería, paso a paso, EL ESQUEMA FORMATIVO DE LOS CURSOS Y DE LA ACCIÓN QUE PROPONEMOS: (1) Cada profesor trae consigo un conjunto de conocimientos y una experiencia personal. (2) A través del lenguaje no verbal (kinésico y proxémico) y de la expresión a través del cuerpo, el profesorado irá segregando sentimientos nuevos sobre su tarea docente; los cuales, a su vez, traspasarían sus pensamientos (sobre todo los científicos) PARA VOLCAR SOBRE LAS COSAS UNA NUEVA MIRADA. (3) Como consecuencia de ello, estaría predispuesto para hacer sentir y hacer pensar a los alumnos experiencias diferentes, y en todo caso más auténticas que los textos rígidos de los libros. Es decir, a facilitar la convivencia. Estamos en una acción educativa en perspectiva abierta, basada en la libertad y en la autonomía. Tal es el horizonte de este proyecto.

CONCLUSION Se trata de insistir en la metacomunicación tanto por lo menos como en la comunicación; en la kinésica y la proxémica tanto como en la comunicación verbal; en analizar y dominar los actos de habla y de comunicación no hablada. Aquí, como ya hemos visto, tiene su sitio (y es un sitio privilegiado) la educación física tal y como la concebía la LOGSE al menos en su formulación programática: como elemento indispensable en el desarrollo integral de la personalidad del alumno. Su contenido se asocia íntimamente con el de materias intelectuales como la filosofía. Su misión pasa a ser “aprender a pensar desde el cuerpo”. La interacción entre pensamiento oral y pensamiento corporal tiene mucho que decir en la mayoría de los procesos educativos de niveles no universitarios. Cuanto precede requiere desglosar la enseñanza al menos en dos mitades: desde una de ellas, se trabaja la autoestima del alumno y se refuerza, con su autoconfianza, su deseo de esforzarse; y desde la segunda se trabajan las capacidades intelectuales en procesos que ya no requieran de estimulación comunicativa, para centrarse ya no en aprender a comunicar, sino tan sólo en aprender a pensar; mas lo primero es previo a lo segundo, no a la inversa (como se suele considerar casi siempre). Los dos valores fundamentales de la educación en su dimensión personal son, pues, la ilusión y el esfuerzo; y en el ámbito colectivo o comunicativo la cooperación, la igualdad, la solidaridad y el respeto; coronando todo el conjunto está la libertad, sin la cual nada tiene sentido. El reverso de la libertad es, por supuesto, la responsabilidad (pero ésta ya venía incluida en el esfuerzo En nuestro trabajo práctico en los diversos cursos que hemos impartido a profesores, hemos llegado a la conclusión de que se trata de sensibilizar al docente sobre la necesidad de servirse de la expresión corporal para desarrollar los procesos de comunicación; y de integrarlos facilitando la socialización, la creatividad y la persecución de nuevos aprendizajes. Dinámicas como la relación con los objetos y la privación de los sentidos tienen mucho que decir. Y el trabajo sobre el tacto y la relación con el otro, en el marco del diálogo corporal, junto al trabajo de estructuras y valores como las de dominio-sumisión, son ciertamente elocuentes. El trabajo de estas variables conduce al docente (la experiencia pasada así lo indica) a la reflexión sobre sí mismo, facilitando ulteriores cuestionamientos que en un principio parecían inexistentes. Todo ello, claro está, admitiendo los inevitables márgenes de error que toda actividad de este tipo tiene. Tarea que iría seguida, o más bien intercalada, con otras sesiones a dominante más intelectual, pero desde la metodología activa (al menos al principio) donde se trabajarían la atención, la comunicación oral desprovista del gesto (otra forma de privación sensorial); el análisis, la crítica y la organización. Por último se entroncaría con otras actividades directamente conceptuales en que los componentes sensoriales aparentemente estuvieran eliminados. Y luego se volvería a establecer la relación de conjunto con todo lo que se habría trabajado, evaluando el proceso y vertiendo por escrito las múltiples sensaciones que los participantes hubieran experimentado, así como su punto de vista crítico. Se aproxima sobre todo a la toma de conciencia del valor que el propio docente tiene en la estructura educativa, y del valor personal que cada uno tiene y se empeña en ocultar (porque le asustan los riesgos). No es una formación verdaderamente terapéutica (sería demasiado pretencioso por nuestra parte pretenderlo); pero tiene componentes de autoestima. Y es que sólo desde la confianza se puede acceder al trabajo, al esfuerzo, y al rigor. Sucede con los profesores exactamente lo mismo que con los alumnos. Nuestros procesos de actuar, estrategias que seguimos, la propia práctica cotidiana, organizacion, sistemas que utilizamos tienen unas características particulares y solo pueden ser modificados en correspondencia a la intensidad del cambio que se haya producido en nuestra forma de pensar. Establecer un cambio profundo en nosotros, requiere una transformación fundamental de nuestra

manera de pensar. Este “cambio profundo” implica modificaciones internas en la selección de valores, nuestras aspiraciones y conductas. Se producen cambios en las manifestaciones externas. Este “cambio profundo” precisa de un aprendizaje, y la necesidad de una organización que nos aporte una capacidad de mantener el cambio continuo en la línea elegida.