El caso de Angela Merkel

1 El caso de Angela Merkel Dra. Barbara Stiegler Friedrich Ebert Stiftung Ante nada, quisiera agradecer muy cordialmente la invitación de poder esta...
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El caso de Angela Merkel Dra. Barbara Stiegler Friedrich Ebert Stiftung

Ante nada, quisiera agradecer muy cordialmente la invitación de poder estar aquí, pero también por los dos días de discusión en los que pude tomar parte. Estoy realmente muy impresionada.

Cuando recibí la invitación para hablar acerca de este tema, me sentí un poco avergonzada, ya que tengo que hablar acerca de una mujer en el poder en Alemania yespecialmente después de lo contó recién mi colega española-, debo recalcar que en Alemania una mujer no llega allí ni por el movimiento feminista, ni es socialista ni mucho menos feminista. Esto es muy lamentable y me pregunté qué fue lo que permitió que en Alemania una mujer pudiera llegar a esta posición. Estuve investigando un poco y existen estudios acerca de mujeres en el poder a nivel internacional que me tranquilizaron bastante. También me tranquilizó mi trasfondo teórico acerca de los géneros, el cual analizaré brevemente. Luego, quisiera exponer mi explicación acerca de las causas que llevaron a esta mujer al poder en Alemania, lo cual se encuentra muy relacionado con la historia de mi país. A continuación, quisiera adentrarme en su forma de hacer política y finalmente referirme acerca de algunos efectos colaterales que ella ha tenido, estando en el poder.

En primer lugar, los estudios internacionales acerca de las mujeres en el poder han demostrado que éstas son muy distintas; distintas en su origen, en su origen familiar, en su edad, en su creencia religiosa así como también en su filiación política. Una vez en el poder, las mujeres tampoco son especialmente pacíficas. Existen dos tesis distintas que Ponencia presentada en el Panel: “Género en el Poder: Chile, Argentina, Alemania y España” del Seminario Género en el Poder: el Chile de Michelle Bachelet. Organizado por el Observatorio de Género y Equidad

2 interpretan a las mujeres, una vez instaladas en el poder. Por un lado, se encuentran quienes afirman que las mujeres son los “mejores hombres”: ellas son más estrictas, más inteligentes y más fuertes. Los otros, sostienen que las mujeres son mejores personas: otorgan algo cálido, algo suave, algo maternal a la política; esto es muy saludable para la política y por lo tanto la terminan transformando. Estas dos tesis son igualmente válidas y para ambas tenemos ejemplos. Recordemos sólo a Margaret Thatcher o a Michelle Bachelet. Esto significa en realidad, que la corporalidad del género en sí, no puede entregar un veredicto final sobre la política. Pareciera ser, que no poseemos un programa genético corporal como hombre o como mujer, sino que las diferencias surgen de acuerdo a nuestro origen y nuestras experiencias. Sin embargo, creo que el género juega un rol importante y que éste marca la política. Considero que pertenecer a un género biológico también eleva la probabilidad de actuar políticamente según el género, pero deben cumplirse al menos dos condiciones.

Primeramente, las relaciones entre los géneros no pueden ser iguales dentro de la sociedad; es una condición que se presenta en casi todas partes. Por otra parte, las experiencias típicas y especiales que corresponden a los respectivos géneros tienen que ser vividas. En otras palabras, las mujeres tienen que vivir la experiencia- que por lo general se cumple en todas las naciones- de trabajar en la esfera privada y cuidar a los demás. Los hombres viven la experiencia de ejercer una profesión durante toda su vida. Sin embargo, cuando- tanto mujeres como hombres- no reflexionan acerca de esto y sólo lo interpretan desde su experiencia personal, no se presentarán acciones guiadas por una política de géneros. Por lo tanto, ambas condiciones deben ir unidas. Como tercer punto, debe regir un ordenamiento programático: las experiencias deben interpretarse desde un ordenamiento político. Esto puede ocurrir dentro del marco de un partido, pero también puede ser dentro del movimiento feminista.

Quisiera detenerme en una breve reflexión, pues estamos hablando del género de las mujeres en la política y por ello cual expondré a continuación mi trasfondo teórico de los géneros. Desde mi punto de vista, el género no corresponde la característica biológica distintiva de una persona sino a un constructo social. El modo, según el cual la sociedad Ponencia presentada en el Panel: “Género en el Poder: Chile, Argentina, Alemania y España” del Seminario Género en el Poder: el Chile de Michelle Bachelet. Organizado por el Observatorio de Género y Equidad

3 construye los géneros, puede presentarse de forma esquemática de dos maneras distintas: de una forma tradicional y de una forma progresista, una manera alternativa. En la forma tradicional, los géneros se presentan en un modo dual, es decir, se afirma que existen sólo dos géneros y nada entre ellos; son vistos como algo polar, es decir, lo que se atribuye a los hombres justamente no se atribuye a las mujeres y viceversa; y se estructuran de una manera jerárquica. Este pensamiento tradicional de los géneros aún está muy difundido, me temo que por lo menos sea el caso de Alemania y quizá también se presente acá. Un pensar alternativo sobre los géneros, sería comprenderlos como algo múltiple. En este caso, no sólo se distingue entre un hombre y una mujer, sino que se consideran los matices entre ellos y se interpretan de manera compleja, es decir, se reconoce la parte masculina y femenina en cada individuo. Desde luego, lo masculino y lo femenino es visto igualitariamente. Si una mujer tiene una imagen conservadora de los géneros, naturalmente tenderá a hacer política de una determinada manera y es lo que efectivamente ocurrió en Alemania.

A partir de mi hipótesis, que las experiencias personales- que se viven en virtud del género en una sociedad- y la interpretación política conducen al actuar político según los géneros, quisiera referirme brevemente acerca de mi país, puesto que en Alemania tenemos un fenómeno muy especial. Podríamos decir que tenemos un experimento político de géneros, debido la División y Reunificación de Alemania. Como es sabido, la Segunda Guerra Mundial significó el final de la Alemana fascista, la cual fue dividida en dos partes. En el Oeste se desarrolló un sistema capitalista y en el Este un sistema socialista. Esto tiene un gran significado, también para las relaciones entre géneros. Durante décadas, tuvimos dos desarrollos distintos, por ejemplo, en el ámbito de la economía. Estaba muy claro que en la parte occidental regía el modelo del hombre proveedor y las relaciones entre géneros fueron definidas de manera muy tradicional: el hombre era el proveedor, mientras que la mujer- con suerte- era la fuerza de trabajo secundaria y tenía que preocuparse de la esfera privada; del cuidado doméstico y de los niños. Por el contrario, en el Este, existía un modelo de géneros totalmente distinto. Acá regía el ideal de la mujer trabajadora y de la madre que se sitúa junto a su marido. En este caso, el trabajo y gran parte del cuidado de los niños se asume en forma conjunta. En el Este, por lo tanto, se presenta un modelo más Ponencia presentada en el Panel: “Género en el Poder: Chile, Argentina, Alemania y España” del Seminario Género en el Poder: el Chile de Michelle Bachelet. Organizado por el Observatorio de Género y Equidad

4 igualitario de géneros, donde la mujer aparece como compañera de su marido con la misma capacidad de trabajo. Se puede decir que estos dos modelos respecto a la relación de géneros también explican que toda la economía se modelara de manera distinta. En el Este presenciamos un fuerte apoyo del Estado en lo que se refiere al cuidado de niños y ancianos, mientras que en el Oeste todo era trabajo de particulares. Además, existían fuertes diferencias en el sistema laboral. En el Estado socialista prevalecía una relativa paridad y no hubo grandes segregaciones en el mercado laboral. Muchas mujeres ocuparon los “típicos trabajos de hombres”, como eran llamados en la parte occidental. Mientras tanto, en el Oeste, hubo y aún sigue habiendo una gran segregación en el mercado laboral. Se encuentran los trabajos para mujeres, las bajas remuneraciones, etc. El poder y la participación política de la mujer no era no era algo muy prestigioso en ninguno de los dos estados alemanes. En ambos estados hubo pocas mujeres en puestos de poder, con una cifra del 15% al 20%.

En lo que se refiere al cuerpo y la violencia, en el Oeste, luego de largas marchas del movimiento feminista, el aborto fue despenalizado, pero no legalizado. En el Este entró en vigencia desde 1972 el derecho a abortar hasta el tercer mes de embarazo, cabe destacar que tan sólo se trata de un derecho. En el Oeste, el movimiento feminista se preocupó de abrir al debate público la violencia contra las mujeres y se fundaron casas de acogida con este propósito. No fue así en el Este, donde el movimiento ni siquiera existía. Ya desde 1957, la homosexualidad entre adultos estaba permitida en el Oeste, en cambio en el Este, recién fue despenalizada en 1969, pero aún faltaba el reconocimiento del Estado a las uniones de parejas del mismo sexo.

En 1989 ocurrió la Reunificación Alemana; el Muro había caído. Para nosotros en aquella época, fue toda una experiencia ver que los modelos positivos del Este- como es el caso de la relación entre géneros- no se traspasaron al Oeste. Por el contrario; el modelo tradicional de géneros pasó de Oeste a Este. Al principio, las mujeres del Este perdieron muchos de sus trabajos y fueron obligadas a trabajar media jornada. Con la Reunificación, la cesantía subió mucho. Sin embargo, también hubo momentos positivos. En 1998- y en

Ponencia presentada en el Panel: “Género en el Poder: Chile, Argentina, Alemania y España” del Seminario Género en el Poder: el Chile de Michelle Bachelet. Organizado por el Observatorio de Género y Equidad

5 contra de la voluntad del Partido Conservador- la coalición de rojos y verdes1 logró imponer numerosos avances políticos a favor de la igualdad de géneros. Desde entonces, se reconocen las parejas del mismo sexo, existe una ley de protección a la violencia- donde los hombres que incurren en ésta deben abandonar el hogar- así como también la prohibición de la violación dentro del matrimonio. En el Oeste, el Estado financió las primeras casas de acogida para mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.

Es necesario conocer este trasfondo, pues es el contexto dentro del cual la Señora Merkel asume al poder, sucediendo a la coalición de rojos y verdes. Esta mujer tuvo una ascensión fulminante: logró ser canciller en un plazo de 15 años, lo cual es un caso bastante único. Entró en la política en Alemania Oriental en la época del movimiento cuidadano. Rápidamente asumió funciones políticas y fue elegida para el parlamento. Apenas había sido electa, el canciller conservador la nombró Ministra para la Mujer y la Juventud. Luego, y debido a una crisis en su partido, fue elegida como su presidenta y en el año 2005 fue candidata y luego asumió como canciller. Creo que esta carrera deber ser reconocida como algo único en la historia, lo cual se encuentra muy relacionado con el cambio que vivió Alemania en esta época y con la decadencia del Partido Conservador. Al momento de las elecciones, los hombres cruciales- en lo que se refiere a la directiva del partido- estaban envueltos en casos de corrupción. Este contexto le dio una oportunidad única como mujer o persona del Este, pues ella es: “físico, de Alemania Oriental y sin hijos”. Cabe destacar que ella misma se describe como “físico” y nunca como “física”. En su biografía- según creono se encuentran experiencias como mujer discriminada en la antigua República Democrática Alemana. Pudo terminar sus estudios universitarios en física y tampoco tuvo problemas para encontrar trabajo. Vivió la discriminación, pero más bien a raíz de la religión, pues era evangélica. Su padre era párroco y debido a esto, su madre no pudo ejercer como profesora.

Ahora bien, ¿cómo se relaciona la Señora Merkel con su propio género? Como canciller, no presenta una política explícita de géneros. Ella misma afirma que en realidad no le gusta ser vista como mujer, sino que prefiere ser considerada como alguien del Este, 1

Coalición de gobierno compuesta por el Partido Socialdemócrata (SPD) y el Partido Verde. Ponencia presentada en el Panel: “Género en el Poder: Chile, Argentina, Alemania y España” del Seminario Género en el Poder: el Chile de Michelle Bachelet. Organizado por el Observatorio de Género y Equidad

6 con la experiencia de la Alemania Oriental, es decir, presenta un degendering, se distancia de su género. Como Ministra de la Mujer, sostuvo una política conservadora. Se opuso a la ley de aborto libre de limitaciones, estuvo en contra la reglamentación de posiciones de poder y del reconocimiento de las uniones homosexuales. Como Ministra de la Mujer fue muy criticada por el lobby de mujeres en Alemania y también por el lobby de mujeres a nivel internacional.

Por otra parte, es importante destacar que bajo su gestión como canciller hubo un avance muy significativo en materia de política de género en el Este de Alemania. Durante su mandato, la Ministra de la Mujer- que contaba con todo su apoyo- incluyó por primera vez en la agenda política el cuidado de niños pequeños fuera del círculo familiar. Era una situación tenía tradición en el Este, pero era totalmente inexistente en el Oeste. Si bien gobierno rojo-verde había preparado el camino, fue la Ministra de la Familia del Partido Conservador quien finalmente lo concretó a través de la instalación de las salas cunas y del “dinero para padres”. Este último, es abonado al padre o a la madre durante el primer año de cuidado del hijo y corresponde a cerca del 67% del ingreso. Ciertamente, esta ley tiene una fuerte orientación hacia la clase media. Sin embargo, se trata de un proyecto de presupuesto millonario que la Ministra de la Mujer logró sacar adelante y donde la canciller no opuso resistencia. Para el Oeste también es nueva la política para los padres, la cual busca involucrar a los hombres en la educación de sus hijos. Esta política para padres también era una novedad en Alemania Oriental. Afortunadamente, el contexto europeo influyó un poco desde Noruega y Suecia- es decir de los países del norte de Europa- donde esta política ha sido implementada con éxito. Empero, la canciller no apoya para nada las estrategias políticas de géneros como son Gender mainstreaming y Gender budgeting y aún son muy criticados sus informes presentados ante la ONU.

A continuación, quisiera referirme a los efectos colaterales que además surgen cuando una mujer está en el poder. ¿Qué consecuencias tiene sobre la ciudadanía? Considero que en el caso de la Señora Merkel son principalmente efectos simbólicos, aunque también es fantástico que niñas pequeñas puedan ver a una mujer en esta posición Ponencia presentada en el Panel: “Género en el Poder: Chile, Argentina, Alemania y España” del Seminario Género en el Poder: el Chile de Michelle Bachelet. Organizado por el Observatorio de Género y Equidad

7 y- probablemente- este ejemplo las fortalecerá a futuro. En Alemania, una destacada feminista incluso valora este efecto simbólico por sobre las consecuencias políticas. Afirma que es muy importante que mujeres voten por mujeres debido a este efecto simbólico, una opinión que no comparto plenamente. Por otra parte, también es necesario destacar, que este efecto simbólico a su vez genera retroceso, pues se afirma: “Bueno, ahora ya están en el poder. ¿Qué más quieren?”. Se asume que las mujeres han alcanzado la cima de lo que se puede conseguir en igualdad, lo cual evidentemente es un efecto negativo.

Centrémonos ahora en la interesante pregunta: ¿cómo la canciller se relaciona con su género? En realidad- y como mencionara anteriormente-, es una mujer que no saca a relucir su condición de mujer, por el contrario. Al principio y como ministra, siempre tuvo una apariencia muy neutral. Por esto se le apodaba: das Merkel (“lo” Merkel). Ella siempre destaca su disciplina científica: es físico y eso es mucho más importante que su género. En una etapa inicial se vestía de forma muy masculina, tanto así que resulta difícil reconocerla en las fotografías. Súbitamente, cerca de dos años después, se dejó aconsejar por una asesora y repentinamente adquirió un aspecto que corresponde mucho más la imagen femenina; cambio que se observa claramente en las fotografías. Es el momento en el que se convierte en mujer, pero este es sólo es el lado externo. Los medios reaccionaron maneras muy distintas. Apenas había sido electa, las periodistas feministas generaron un Angela boom e intentaron analizar los medios y cómo éstos reaccionarían ante su nueva apariencia de mujer. Los medios eran tan controversiales, que sólo se puede intentar una explicación desde la forma en la que la Señora Merkel se presentó como mujer. En un principio, ella se negó a sí misma, actitud que dejó abierta cualquier forma proyección. Las mujeres en el poder, cuando son vistas desde el constructo polar de los géneros, siempre tienen el problema de entrar en una situación de double bind. Ya que una mujer no debe tener poder, a las mujeres que lo alcanzan se les niega su carácter de mujer o bien la legitimidad del poder. Las periodistas afirmaron que la canciller había desatado irritaciones, pues es presentada de maneras extremadamente contradictorias. Por un lado, se le considera como la portadora de esperanza, por otro, como “asesina de hombres”, en el sentido de marginarlos. Algunos, la describen como la dama de hierro, otros la presentan como una mujer débil con falta de liderazgo. Por lo tanto, encontramos Ponencia presentada en el Panel: “Género en el Poder: Chile, Argentina, Alemania y España” del Seminario Género en el Poder: el Chile de Michelle Bachelet. Organizado por el Observatorio de Género y Equidad

8 de todo; cualquier forma de proyección es posible. Lo que efectivamente casi logró la Señora Merkel, es que no ha sido sexualizada. No obstante, existe una fotografía donde ella aparece en la inauguración de un teatro de ópera. Inmediatamente la imagen fue comunicada por los medios, destacando su busto, siendo excesivamente mediatizada e interpretada de manera sexista. Sin embargo, fue un período de tiempo muy breve.

La Señora Merkel, también ha tenido un efecto muy interesante sobre las normas masculinas. Es sucesora de un hombre, de un socialdemócrata, que era conocido por su carácter masculino, por su política del “basta”- de la toma de decisiones- y ser un hombre de poder, lo cual generalmente era evaluado de manera positiva. Con el surgir de la canciller, muchos periodistas- hombres y mujeres- se volvieron algo más críticos y desenmascararon esta forma de masculinidad, pasando a considerarla como algo tosco y encubierto. Esto quiere decir que con la aparición de una mujer en el poder, se hace perceptible una cierta crítica a la masculinidad de orientación dominante, especialmente por parte los periodistas varones.

Estas fueron mis reflexiones y experiencias respecto al género y las mujeres en el poder. Las mujeres no son en absoluto carentes de efecto, pero el efecto político naturalmente no se puede derivar en forma directa de su género. A su vez, una política de géneros progresista no es un programa genético, sino que requiere de ciertas condiciones previas. Por otra parte, pienso que el efecto simbólico de una mujer en el poder siempre va a estar presente. Para Alemania obviamente desearía otra canciller, similar a la que ustedes tienen acá en Chile.

Muchas gracias.

Ponencia presentada en el Panel: “Género en el Poder: Chile, Argentina, Alemania y España” del Seminario Género en el Poder: el Chile de Michelle Bachelet. Organizado por el Observatorio de Género y Equidad

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