EDITORIAL. Abriendo Surcos

Abriendo Surcos EDITORIAL E n los últimos años, los cultivos no tradicionales han adquirido gran importancia para el país como alternativa rentable ...
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Abriendo Surcos EDITORIAL

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n los últimos años, los cultivos no tradicionales han adquirido gran importancia para el país como alternativa rentable para sustituir, en algunas zonas, a los granos básicos. El Gobierno Federal, los gobiernos de algunos estados y los propios productores, han tratado de promover su adecuado manejo y comercialización a través de diferentes centros de investigación y enseñanza. Un ejemplo de sus actividades, es el Centro Regional Universitario Península de Yucatán, de la Universidad Autónoma Chapingo, en cuyas investigaciones se basa la información de este número. La pitahaya, es el fruto de una cactácea que se ha consumido en América por generaciones. Tiene una amplia demanda en el mercado internacional y se le considera una fruta exótica de sabor característico dulce y gran contenido de agua. Crece en forma silvestre en 20 estados de la República, aunque sólo se cultiva con fines comerciales en varias regiones de Tabasco, en la Península de Yucatán y en la Mixteca poblana. Los problemas de estacionalidad limitan su presencia constante en el mercado. En Yucatán, que tiene la mayor superficie, la cosecha se hace intermitentemente, mientras que la fruta de Puebla, que es la que ha logrado posicionarse en el extranjero, se obtiene en plantaciones de traspatio. El gran potencial de este cultivo podrá explotarse íntegramente con la incorporación de sistemas de riego, la aplicación de reguladores de crecimiento para adelantar o retrasar la floración y la maduración de frutos, la prolongación de la vida de anaquel del producto, y el establecimiento de normas y controles de calidad que le permitan competir con los establecidos en países como Israel. Los programas de investigación, el establecimiento de huertos fenológicos y de reproducción de selecciones, contribuirán a reducir las deficiencias en la temporalidad; el desarrollo de técnicas de manejo postcosecha tendrán un papel fundamental y harán posible entrar al mercado internacional con un producto de alta calidad y competitividad. Como la mayoría de los productos no tradicionales, es una fruta muy apreciada por los pobladores de las regiones en donde se cultiva o se encuentra en forma silvestre. Esto deberá servir de base para fomentar al mismo tiempo, el consumo interno a través de estrategias de publicidad y mercadotecnia. La alta rentabilidad de la pitahaya permite el financiamiento de proyectos para incrementar y mejorar su producción así como el tratamiento postcosecha y el desarrollo de su posicionamiento comercial. Las características de la pitahaya, su diversidad de colores, su adaptabilidad a los diversos climas, su creciente demanda en el mercado internacional, su rentabilidad y la necesidad de encontrar un producto sustituto a los cultivos tradicionales de escaso margen de utilidad, hacen de este fruto una excelente opción para el desarrollo de la sociedad rural mexicana que habita en las zonas de producción marginal.

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DIRECTORIO Revista mensual producida y editada por Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria, Organo Desconcentrado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, fundado en 1991. Director en Jefe: Act. Mario Barreiro Perera Coordinadores Generales: Lic. Héctor Fanghanel Hernández Ing. Carlos Montañez Villafaña Editor Responsable: Miguel Yoldi Director de Difusión de la Información: Juventino Olvera González Colaboradores: J. Roberto Sánchez Robles Raúl Ochoa Bautista Francisco Rodríguez Cruz Julián Roque Zavaleta César Ortega Rivas Héctor Palacios Flores Lauro Antonio Carrillo Trueba

CONTENIDO Pag.

Editorial

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De nuestra cosecha

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En este artículo se presenta un análisis de la situación que guarda la pitahaya en nuestro país y particularmente en el estado de Yucatán, detallándose las características de la producción así como los problemas de comercialización que enfrenta.

Se presentan los avances del Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) para el trigo, correspondientes al ciclo otoño-

Se reciben colaboraciones cuyo contenido e ideas no necesariamente coinciden con los de la Institución. La responsabilidad de los trabajos firmados es exclusiva de los autores y no de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria, excepto cuando exista una indicación expresa que así lo demuestre. Distribución exclusiva por suscripción. Se puede reproducir el material de esta revista siempre y cuando se cite la fuente, salvo en libros de distribución comercial, para lo cual se requerirá de autorización escrita por ASERCA. Todo lo relacionado con esta publicación deberá dirigirse a: Revista "Claridades Agropecuarias", José María Ibarrarán No. 84, 5to. piso, Col. San José Insurgentes México, D. F. C. P. 03900 Tel. 5626-07-48 y 83 Fax. 5663-34-51 Certificado de reserva de Derecho al uso Exclusivo No.2116-102 expedido por la Secretaría de Educación Pública. Certificado de Licitud de Título No.7639, Certificado de Licitud de Contenido No. 8646 expedidos por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas, Secretaría de Gobernación. Autorizada como correspondencia por el Servicio Postal Mexicano (SEPOMEX) con el No. de registro PP09-0422 Netzahualcóyotl No. 109 Col. Centro C.P. 06880 México, D.F. http://www.infoaserca.gob.mx.

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invierno 1998/99 y primavera-verano 1999.

Más allá de nuestro campo 25 En esta sección se hace un repaso de los principales países del mundo que también se dedican a la producción de pitahaya, entre los que se encuentran: Colombia, Nicaragua, Guatemala,

Vietnam,

Italia

e

Israel.

Destacándose las características productivas y comerciales de cada uno.

Asimismo, se presenta un análisis sobre la oferta y demanda mundiales de trigo, centrando la atención en el ciclo 1999/2000.

Impresión: Talleres Gráficos de México Av. Canal del Nte. No. 80 Col. Felipe Pescador Delegación Cuauhtémoc, C.P. 06280 Portada: Iñaki Echeverría Fotografía: Adolfo Rodríguez Canto (pitahaya) Bob Schalkwijk (trigo)

PRODUCCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN DE PITAHAYAS EN MÉXICO * Preciosa flor de pitahaya, blanca flor de saramuyo, por muy lejos que me vaya mi corazón siempre será tuyo. (Bomba yucateca)

D e N u e s t r a C o s e c h a

I n t r o d u c c i ó n

Las pitahayas son plantas nativas de América que producen un exótico y exquisito fruto. Su cultivo en buena medida sigue siendo tradicional, principalmente en huertos familiares, a pesar de lo cual tienen amplia demanda en mercados regionales y son apreciadas y demandadas como fruta exótica en el mercado internacional. Recientemente se inició su cultivo en plantaciones especializadas, por lo que se espera un aumento importante de los volúmenes de producción y un consecuente crecimiento del mercado. En México las frutas de pitahayas todavía son poco conocidas en los grandes centros de consumo, por lo que su importancia ha sido y sigue siendo regional. El objetivo de este artículo es precisamente dar a conocer la planta y su fruta, así como su amplio potencial comercial, con el propósito de coadyuvar a la conformación del mercado nacional, sin menoscabo de ampliar los mercados regionales ya existentes y de seguir concurriendo al mercado internacional de frutas exóticas.

¿Qué son las pitahayas? “Pitahaya” y “pitaya” son palabras provenientes de las Antillas Mayores, del idioma taíno, que significan “fruta escamosa”. Son términos que hasta hace poco provocaban confusión, pues en algunas regiones de México ambas denominaciones se usaban indistintamente para nombrar diversas especies de plantas cactáceas y sus frutos. Además, en el caso del primer término existían variantes fonéticas, pues era pronunciado como “pitaaya” o como “pitajaya”, circunstancia que aumentaba la confusión; la pronunciación correcta es “pitajaya”, tomando como base el sonido de la “h” tanto en el idioma taíno original como en el idioma maya de Yucatán, en los que tal consonante no es muda, sino que

tiene una dicción similar a la de la “j”. Las plantas a las que se refiere este artículo, en consecuencia, son las denominadas pitahayas. Se distinguen, por tanto, de las pitayas, que son plantas parecidas a grandes candelabros, de frutos pequeños cubiertos de espinas y carentes de escamas; pertenecen a los géneros Stenocereus y Pachycereus, de la tribu Pachycereae y de la misma familia Cactaceae. Las pitahayas tienen muchas denominaciones locales o regionales. En México también se les conoce como “junco tapatío”, “pitahaya orejona”, “pitahaya reina de la noche” y “tasajo”. En el idioma maya de Yucatán se les denomina como “wob”, “sac wob” (pitahaya blanca) y “chac wob” (pitahaya roja). En Francia, a la planta

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y a sus frutos se les conoce como “cierge rampant” o “poire de chardon”; en Alemania “echte stachelbirn” o “distelbirn”; en los países de habla inglesa “Cinderella plant”, “night blooming cereus”, “crawling cacti” y “strawberry pear”; en Brasil “cardeiro trepador” o “cardo ananas”; en Japón “fruta dragón”; en Vietnam y Taiwán “thang loy” (fruta dragón), y en Israel “fruta roja del Edén”. La multiplicidad de nombres comunes inevitablemente ha provocado confusión; por fortuna, en los últimos años se ha generalizado el uso del término “pitahaya”, no sólo en Colombia y Nicaragua, en donde se utilizaba de manera recurrente la palabra “pitaya”, sino incluso en países europeos y asiáticos, en cuyos mercados se comercializa, y en donde al nombre principal de “pitahaya” suele agregarse una denominación local que permite una mejor identificación en el mercado, como es el caso de “fruta dragón” en Japón. De acuerdo con los especialistas en clasificación de plantas, las pitahayas forman parte del orden Cactales, la familia Cactaceae, la subfamilia Cereoidae (o Cactoideae), la tribu Hylocereae, la subtribu Hylocereinae y los géneros Hylocereus y Selenicereus. Según los estudiosos de las cactáceas existen hasta 27 especies del género Hylocereus, de las cuales sólo 19 tienen descripciones taxonómicas y, de éstas, tres son consideradas como sinonimias, de tal forma que, de acuerdo a publicaciones válidas para la taxonomía de cactáceas, a la fecha hay 16 especies formalmente descritas 1 . Las pitahayas que son principalmente cultivadas en Nicaragua, Guatemala y México pertenecen al género Hylocereus, en tanto que la pitahaya amarilla producida en Colombia pertenece a otro género, al

Selenicereus, y a la especie Selenicereus megalanthus. A pesar de la amplia variabilidad morfológica, los distintos tipos de pitahaya tienen el mismo número cromosómico: 2n=22, tanto en pitahayas rojas de pulpa blanca de México como en la pitahaya roja de pulpa roja de Nicaragua y en la pitahaya blanca de México. Las pitahayas son plantas cuyos tallos o filocladodios abren sus estomas sólo por las noches, lo cual constituye una adaptación fisiológica para evitar la pérdida de agua por transpiración durante el día, cuando las temperaturas son elevadas. Por esta característica se les ubica en el grupo de las plantas con metabolismo del ácido crasuláceo (CAM, por sus siglas en inglés), al que pertenecen todas las cactáceas y muchas especies epífitas de las zonas tropicales. Las pitahayas son plantas perennes que requieren de soporte, pues su arquitectura les impide sostenerse a sí mismas. Así, tienen varios hábitos de crecimiento y pueden ser: trepadoras, rupícolas, hemiepífitas y epífitas. Las plantas cultivadas, empero, son terrestres trepadoras, independientemente de que parte de sus raíces adventicias aéreas se dirijan al suelo. Su principal forma de propagación es vegetativa, a partir de los tallos o esquejes: de manera natural a través de la separación de los tallos y, en el caso de plantas cultivadas, mediante trasplante directo en el terreno definitivo o su colocación en bolsas con sustrato hasta la formación de nuevas plantas. Las pitahayas también se reproducen por medio de semillas, que de modo natural son diseminadas por aves y otros animales que se alimentan de los frutos; no obstante, para fines de cultivo la propagación sexual no es recomendable, pues las plantas requieren demasiados cuidados en tanto se tras-

plantan en el terreno definitivo, y tardan de cuatro a seis años en llegar a su etapa productiva. Los tallos o filocladodios tienen tres aristas o costillas, son suculentos y tienen grupos de espinas de 2 a 4 mm de largo en las areolas ubicadas en los bordes. La flor es tubular, hermafrodita, con ovario en la parte inferior (cubierto de espinas en el caso de Selenicereus), con un sólo lóculo, cámara nectarial, numerosos estambres, brácteas completamente verdes o verdes con orillas rojas y pétalos blancos, amarillos o rosados; es grande (de 20 a 40 cm de longitud y hasta 25 cm en su diámetro mayor), muy vistosa, abre en la noche y solamente en una ocasión. El fruto es como una baya globosa o subglobosa (dehiscente en Hylocereus e indehiscente en Selenicereus), mide de 8 a 15 cm de largo y de 6 a 10 cm de diámetro, su cáscara es de color rojo o amarillo, en variados matices, cubierta con escamas foliáceas o brácteas distribuidas helicoidalmente (que en el caso de Selenicereus megalanthus son truncas, se denominan mamilas y tienen grupos de espinas de 1.5 cm de largo); es de pulpa dulce y abundante,

Algunas partes de la planta de pitahaya. (dibujo de H. Cálix).

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formación de cuatro grandes grupos, cuyas características se indican a continuación.

Pitahaya amarilla.(fragmento de pintura de R. Navarro).

de color blanco, amarillo o de varias tonalidades de rojo. Las semillas son numerosas, pequeñas en Hylocereus y grandes en Selenicereus, de color café oscuro o negro, se encuentran distribuidas en toda la pulpa y contienen aceite. Las plantas comienzan a producir sus primeros frutos al año o a los dos años del trasplante, dependiendo de si se utilizan plantas producidas en vivero o tallos, así como del sistema de cultivo y de la temporada en que se establezcan. Su vida productiva es muy prolongada, mayor a 10 años, pues muchos de sus tallos producen raíces adventicias que llegan al suelo, con las que se renuevan o se convierten en nuevas plantas; sin embargo, cuando crecen sobre tutores su vida útil termina con la muerte o caída de éstos, a menos que oportunamente se reemplacen. Las pitahayas cultivadas muestran excesiva variación: color, forma y consistencia de los tallos; forma de las aristas y disposición de las areolas y espinas; color, forma y tamaño de las estructuras florales y del fruto; color de la pulpa y periodos de fructificación. La variación tan amplia se ha reducido, para fines prácticos, en la

Pitahaya amarilla. Es la pitahaya que se produce en Colombia, los frutos son alargados y pequeños (250 g en promedio), en el ápice de sus brácteas truncas o mamilas tienen grupos de espinas que solamente se desprenden con facilidad cuando los frutos están completamente maduros. Su cáscara es amarilla y su pulpa blanca, de consistencia blanda y ligeramente fibrosa; son dulces (tienen hasta 19 ºBrix) y muestran resistencia al transporte y almacenamiento. Por las notorias diferencias de sus frutos, con relación a las otras pitahayas, pertenece a una especie de otro género, Selenicereus megalanthus. Tiene dos periodos de fructificación cuya ocurrencia muestra variación en las distintas zonas productoras dependiendo de las condiciones climáticas. También se le llama “pitahaya colombiana”, acepción que sirve para distinguirla de las otras pitahayas. Fuera de Colombia sólo se cultiva en Israel.

Hylocereus. Nicaragua y Guatemala han incursionado con estas pitahayas en el mercado internacional de frutas frescas exóticas, y el primer país también lo comercializa en forma de pulpa congelada. Su peso promedio es de 400 g, fructifica de mayo a noviembre, aunque en Guatemala el período es más reducido. En Nicaragua se realizaron trabajos de caracterización con estas pitahayas y ya existen variedades comerciales.

Pitahayas rojas de pulpa roja. Se cultivan en Nicaragua, Guatemala, México y El Salvador. Son de cáscara y pulpa rojas. Forman parte del género

Pitahayas rojas de pulpa blanca. Se cultivan en México, Vietnam, Taiwán y recientemente en Israel. Los frutos son de cáscara roja y de pulpa blanca y contienen entre 10 y 12 ºBrix. Pertenecen a la especie botánica Hylocereus undatus. México y Vietnam comenzaron a colocarla en el mercado internacional, al que recientemente se incorporó Israel. Su peso promedio es de 370 g, fructifica de junio a octubre y en general muestra mucha variación en cuanto a forma, tamaño, color y sabor del fruto. Israel produce fruta bastante uniforme, que evidentemente corresponde a una variedad formada en ese país a partir de materiales colectados en México y Centroamérica. En Yucatán se le llama “chac wob” (pitahaya roja), en tanto que en Japón, Vietnam y Taiwan es

Pitahaya roja de pulpa roja (fragmento de pintura de R. Navarro).

Pitahaya roja de pulpa blanca (fragmento de pintura de R. Navarro).

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conocida como “fruta dragón” (“thang loy” en vietnamés, y “dragon pearl fruit” en el mercado de exportación). Los mismos países asiáticos la dieron a conocer en el mercado japonés, en tanto que Israel y México se han encargado de introducir estas pitahayas en el mercado europeo. Pitahaya blanca. Existe en Nicaragua y México. Sus frutos son alargados y medianos (300 g en promedio), con cáscara amarilla (en varias tonalidades) y pulpa blanca. También se le conoce como “pitahaya amarilla” en Nicaragua y en varias regiones de México, pero en razón de su denominación en el maya de Yucatán (“sac wob”, pitahaya blanca) y para distinguirla de la pitahaya colombiana, conocida también como “pitahaya amarilla”, se le ha asignado el nombre de “pitahaya blanca”. Se supone que es una variedad de Hylocereus undatus, pues la propuesta de su denominación actualmente está en revisión. El material disponible es sumamente escaso y está en riesgo de extinción. Su elevado contenido de sólidos solubles (hasta 18 ºBrix) le confiere gran potencial comercial y agroindustrial, y su mayor semejanza en cuanto a color con la pitahaya colombiana ha influido en que también exista interés por ella en

el mercado internacional. En México, la Universidad Autónoma Chapingo está realizando esfuerzos para rescatar y estudiar este tipo de pitahaya. Origen y distribución. Las pitahayas, como toda la familia botánica de las cactáceas, son originarias del continente americano. De acuerdo con su distribución actual, es en México, Centroamérica y el Caribe en donde existe mayor número de especies, lo cual constituye un elemento para colegir que posiblemente en esta área tuvieron su origen. En lo particular, de las 16 especies formalmente descritas del género Hylocereus 12 se encuentran en México y varias de ellas podrían tener su lugar de origen en este país. Por supuesto, la pitahaya amarilla de Colombia, del género Selenicereus, constituye una excepción, pues es originaria precisamente de Colombia, el norte de Brasil y el sur de Venezuela. En el continente americano las pitahayas se distribuyen en una franja delimitada entre los 10º Latitud Sur, que es un paralelo que pasa por la costa peruana, ligeramente por encima de la frontera entre Bolivia, Perú y Brasil, y los 25º Latitud Norte, que atraviesa los estados mexicanos de Baja California Sur, Sinaloa, Durango, Nuevo León y Tamaulipas. La mayor pre-

sencia se ubica en altitudes entre 0 y 2000 msnm. Los países con mayor número de especies son: México, 12; Colombia, 8; Guatemala y Panamá, 6, Costa Rica, 5; Venezuela, 4, y Nicaragua, Cuba, República Dominicana y Martinica, 3. El cultivo de pitahaya, aún cuando se inició y prosigue en América, ya se extendió a otros dos continentes: Europa y Asia. La amplia distribución geográfica que tienen las diferentes especies de pitahaya indica su gran capacidad de adaptación a distintas condiciones ambientales, desde las regiones húmedas y cálidas, prácticamente desde el nivel del mar hasta las zonas altas y frías. En general, prosperan de 0 a 1850 msnm, con temperaturas entre los 18 y 27 ºC y precipitaciones de 650 a 1500 mm anuales. Aunque se desarrollan mejor en los climas cálidos subhúmedos, también se adaptan a los climas secos; no soportan, empero, las bajas temperaturas. La pitahaya amarilla de Colombia es disímil, pues se encuentra entre 1000 y 1850 msnm, temperaturas de 18 a 25 ºC y precipitaciones de 1300 a 2200 mm anuales. Los suelos en los que se cultive deben tener excelente drenaje, pues no tolera los terrenos inundables; de igual manera debe ser rico en materia orgá-

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25 º

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20 º

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Ár ea de distribución de pitahay as 10 º

Pitahaya blanca (fragmento de pintura de R. Navarro).

Númer o de es pec ies de pitahay as

10 º

Distribución y concentración de pitahaya en México, Centroamérica y el Caribe.

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nica, pues sus raíces son superficiales; no obstante, requiere de programas de nutrición acordes a su desarrollo fenológico y a sus requerimientos productivos. Para la producción comercial de las pitahayas es preciso disponer de sistemas de riego que permitan proveerle de humedad en épocas críticas del año. Historia y situación actual de su uso y cultivo. Las pitahayas son plantas silvestres que se han recolectado y aprovechado durante cientos de años, incluso desde antes de la llegada de los españoles al continente americano; en el presente siglo se trasladaron como un componente más de los diversificados huertos familiares y tan sólo desde hace veinte años empezaron a manejarse como cultivo en plantaciones especializadas (Ver cuadro de etapas en el aprovechamiento y cultivo de las pitahayas en América). Etapas en el aprovechamiento y cultivo de las pitahayas en América ETAPAS Recolección Huertos familiares Plantaciones

AÑOS 1500-2000 1900-2000 1980-2000

los huertos familiares, o en Italia e Israel, países en los que se establecieron como cultivo experimental hace pocos años. Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, Diego de Landa, Juan Melgarejo y Antonio Vázquez de Espinosa, cronistas del Nuevo Mundo, fueron los primeros en describir los usos y la importancia de la planta y de los frutos de las pitahayas en varias partes de América a inicios del periodo colonial. El primero, en su Historia general y natural de las Indias y tierra firme del Mar Océano, en 1535 describió en el Capítulo XXVI “De los cardones en que nace la fruta que llaman pitahaya” a la pitahaya roja de pulpa roja que en la actualidad es importante en Nicaragua y Guatemala: "Es sana fruta y a muchos les sabe bien, pero yo escogería otras muchas antes que a ella. Hace en la orina lo que las tunas, aunque no tan presto; pero desde las dos horas que se comen dos o tres de ellas, si orina el que las comió parece verdadera sangre lo que echa. No es tan mala fruta ni dañosa y es de buen parecer a la vista. Los cardones donde nacen estas pitahayas son cosa fiera y de mucha salvajez la forma de ellos... Para sacar una pitahaya de donde está nacida no ha de ser aprisa ni sin buen tiento y buen cuchillo, porque aque-

llos cardos son juntos, espesos, muchos y muy armados, los cuales son verdes y las espinas pardas o blanquizcas, y la fruta colorada como he dicho y según aquí la he dibujado...". Diego de Landa, en su Relación de las cosas de Yucatán, describió en 1560, un cuarto de siglo después, a una planta que, sin nombrarla de modo alguno, evidentemente corresponde a la pitahaya roja de pulpa blanca que se aprovecha y cultiva actualmente en varias partes de México. Veintidós años después, en 1582, el capitán Juan Melgarejo, a la sazón gobernador y Justicia Mayor de Puerto Rico, describió en el Capítulo XXIII de su Relación de la Isla de San Juan de Puerto Rico una fruta que, por su semejanza con la piña, bien podría tratarse de la pitahaya amarilla del género Selenicereus, lo que de ser cierto constituiría la primera mención de tal planta en una fuente histórica. Casi medio siglo después, en 1629, Antonio Vázquez de Espinosa, en el libro segundo “Del distrito de la audiencia de la Isla Española...”, Capítulo XII “En que prosigue la descripción del distrito de Guayana” de su Compendio y descripción de las Indias Occidentales, menciona, sin lugar a dudas, a la pitahaya roja de pulpa blanca y, posiblemente, a la pitahaya blan-

FUENTE: Elaboración propia

La secuencia histórica en el aprovechamiento y cultivo de las pitahayas (de la recolección a los huertos familiares, y de éstos a las plantaciones especializadas) es la misma por la que han pasado todos los países productores de América, con diferencias en la importancia de la producción en los huertos familiares y en el ritmo de establecimiento de plantaciones especializadas. Es distinta la situación de los países asiáticos, a donde se llevaron desde el siglo antepasado y se incorporaron como una planta más en

Ilustración de pitahaya registrada en Historia general y natural de las indias y tierra firme del Mar Océano, 1535.

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ca, aunque con el extraño nombre de “dato” y en ambos casos con descripciones inexactas de las plantas que las producen. Muchos años después, a mediados del Siglo XVIII , el médico italiano Giovanni Francesco Mayoli (seudónimos: Ricardo Osado y El Judío), dejó un manuscrito con el título de Descripción de los nombres y virtudes de las yerbas indígenas de Yucatán y las enfermedades a que se aplican, en el que describió brevemente a la pitahaya roja de pulpa blanca y señaló de manera precisa sus variadas aplicaciones medicinales. Las referencias históricas antes mencionadas, pese a que no en todos los casos presentan descripciones exactas de las pitahayas, pues algunos textos —particularmente los de Antonio Vázquez de Espinosa— se basan en informantes y no en hechos que les haya constado directamente, permiten concluir que las pitahayas eran conocidas y aprovechadas desde antes de la llegada de los españoles al Continente Americano y que siguió siendo una planta de interés durante la Colonia, cuando se le encontraron aplicaciones medicinales. A pesar de que en la actualidad las pitahayas todavía siguen recolectándose en los montes y aún se mantienen como una especie más en los huertos familiares, ya se inició su cultivo en varios países del continente. En otras latitudes, Italia, Israel, Vietnam, Taiwán y Hong Kong ya iniciaron su producción a pequeña escala. El inicio del cultivo especializado de las pitahayas apenas está por cumplir 20 años, por lo que en el ámbito mundial aún se trata de un cultivo nuevo. Sin embargo, en tan poco tiempo ya se ha generado información básica acerca de sus características como planta, así como importante experiencia en su manejo como cultivo y en la

frutas con distintas características o bien obtener variedades con las cualidades definidas por los consumidores o requeridas en los procesos de industrialización.

Flor de pitahaya roja de pulpa blanca (foto: A Rodríguez C.)

comercialización de sus frutas, aunque también se han detectado problemas que requieren de mayores estudios y del impulso de estrategias para darles solución. Importancia y potencial de las pitahayas. Las pitahayas son un importante recurso genético vegetal nativo de América, con amplia distribución y variación; también son un nuevo cultivo con gran potencial para el desarrollo agrícola y económico de amplias áreas de México y varios países de Centroamérica. La importancia y el potencial de las pitahayas radican en su gran variabilidad genética, su adaptabilidad a condiciones ambientales diversas, sus múltiples usos, sus posibilidades de industrialización, su productividad, su rentabilidad y su demanda en los mercados regionales y en el mercado internacional. Riqueza genética. La existencia de una amplia diversidad de recursos fitogenéticos de pitahayas le confiere enorme potencial al cultivo de esta promisoria planta, pues se cuenta con una variabilidad que posibilita ofertar

Los dos géneros y las distintas especies a las que pertenecen los cuatro grupos de pitahayas indican en buena medida la diversidad, tan sólo en las plantas que se cultivan con importancia en varios países. También existen otras especies de Hylocereus y Selenicereus que son silvestres o incipientemente cultivadas, y que en conjunto son una fuente rica y valiosa de germoplasma. Adaptabilidad. Las pitahayas tienen gran adaptabilidad a distintas condiciones ambientales, cualidad que favorece el establecimiento de su cultivo en diversas regiones. En Colombia y Nicaragua las plantaciones de pitahaya se establecieron en las ricas tierras cafetaleras y en el último país también en una zona afectada por emanaciones de gases del volcán Masaya, en la que difícilmente pueden prosperar otros cultivos. En Israel se cultiva en el desierto del Néguev, aunque en condiciones de invernadero o de insolación regulada. En el estado mexicano de Tabasco existe muy buen potencial productivo para la pitahaya, en tanto que en la zona henequenera del estado de Yucatán y en la región mixteca que comprende parte de los estados de Puebla y Oaxaca se vislumbran buenas perspectivas para su explotación comercial. La versatilidad antes indicada también permite que esta planta pueda incorporarse a programas de diversificación productiva y agroindustrial, o bien considerarse como alternativa para zonas con restricciones para otros cultivos. En Colombia, por ejemplo, se promovió como cultivo de diversificación en las zonas cafetaleras; en Junio

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Nicaragua, como una opción a la crisis del café; en Israel, como una planta con potencial para el desierto del Néguev. En México, cuando menos se ha planteado como una alternativa productiva para la zona henequenera del estado de Yucatán y ya se han realizado acciones para su impulso. Rentabilidad . El cultivo de las pitahayas es una actividad rentable, aunque sólo en el mediano y largo plazos, pues las inversiones se recuperan al tercer año de establecida la plantación y a partir del cuarto año comienza la obtención de utilidades. La asociación con otros cultivos durante los dos primeros años es una estrategia que debe utilizarse para acelerar la recuperación de las inversiones, así como para efectuar un mejor manejo de la tierra y aprovechar al máximo el trabajo incorporado. Demanda regional e internacional. La demanda de las pitahayas es importante y creciente en los mercados regionales de las zonas en que se producen, y su aceptación es cada vez mayor en el mercado internacional, en donde ya son reconocidas como una exquisita y exótica fruta tropical. Variedad de usos y potencial agroindustrial. Las distintas partes de

Pitahaya en pitaya, en Puebla (foto: A. Rodríguez C.)

las pitahayas (plantas, tallos, flores, frutos, cáscara) y las variadas formas de uso (alimenticio, ornamental, medicinal), así como la posibilidad de ampliarlas mediante procedimientos de industrialización, permitiría ofertar mayor cantidad de productos, tener disponibilidad de algunos de ellos durante todo el año, mantener en operación permanente los establecimientos agroindustriales y las empresas exportadoras y agregarle mayor valor al producto agrícola, todo lo cual debería redundar en mayores beneficios para los productores y las zonas de cultivo. Usos. Las plantas de pitahayas y las partes que la forman se destinan a diferentes usos: ornamentales, barreras protectoras, medicinales y alimenticios, que incluso pueden compatibilizarse con su función productiva. Como planta ornamental se acostumbra establecerlas en el patio o jardín de las casas, donde se distinguen por la singular belleza de sus flores y frutos; si se les hace crecer por las bardas o paredes, hasta cubrirlas, ofrecen un panorama vistoso en los momentos de la floración y de la maduración de los frutos; también se pueden plantar en macetas distribuidas en

áreas soleadas del jardín, en cuyo caso requieren de tutores que les permita mantenerse erguidas; existe otra modalidad en su uso ornamental, que consiste en utilizar plantas provenientes de semillas, que tienen la particularidad de desarrollar tallos delgados y flexibles, lo cual permite su colocación en macetas colgantes. Varios artistas plásticos han incorporado en sus obras distintos motivos de pitahayas, y poetas y escritores hacen referencia a la planta, sus flores, sus frutos. Su uso en forma de cercas vivas obedece a la razón de que los tallos de las pitahayas, que son abundantes y están cubiertas de numerosas espinas, al crecer cubren la parte superior de las bardas de solares urbanos o rurales en las que se colocan, lo que las hace inexpugnables, más aún si se considera que las numerosas raíces adventicias que produce provoca que los tallos queden firmemente adheridos a las bardas. La planta también tiene usos medicinales. Fracciones licuadas de tallos son utilizadas para el tratamiento de afecciones de los riñones, la eliminación de amibas, para calmar el dolor de cabeza y el cansancio de los pies, lavarse el cabello y eliminar la caspa; también se aplica como desinfectante y para el tratamiento de llagas y tumores de la piel. Con las flores se preparan infusiones que sirven como tónico cardiaco. Con respecto al fruto, el consumo en ayunas de la pulpa es eficaz para el tratamiento de la gastritis y también contribuye al buen funcionamiento del sistema digestivo, pues evita los cólicos y los retortijones; también se ha incorporado a un nuevo sistema de tratamiento naturista basado en frutas, para tratar diversas enfermedades y problemas de belleza, al que se denomina frutoterapia. En Colombia se encontró que las semillas de la pitahaya amarilla contienen

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tienen baja cantidad de potasio, la presencia de fósforo es casi nula y su contenido de hierro es más elevado que en la mayoría de las verduras (Castillo, Cálix y Rodríguez, 1996: 39). Se han hecho ensayos en la preparación de diversas sopas, ensaladas, guisos y postres, obteniéndose resultados bastante satisfactorios en cuanto a su sabor y aceptación por parte de los productores y sus familias. Los tallos también tienen un alto valor potencial como forraje para el ganado mayor (ovino, bovino, caprino, etc.) y también es bien aceptado por pollos y patos.

Detalle de mural en un museo de Tabasco, México, (foto: A. Rodríguez C.)

aceite de suave y seguro efecto laxante y una sustancia denominada cactina, que ha sido señalada como un tónico cardiaco. El uso principal de la pitahaya es alimenticio; tradicionalmente la parte comestible ha sido el fruto, aunque también se reporta el consumo de las flores como legumbre y recientemente se propuso el uso de los brotes de los tallos como verdura para la elaboración de numerosos guisos. La fruta es el producto más demandado, ya sea para consumirse como tal o para ser utilizada en distintas preparaciones. Se puede comer fresca o se puede enfriar o congelar; también suele cortarse en trozos a los que se le agrega sal y jugo de limón. Igualmente se puede mezclar con otras frutas de temporada o en conserva. Para preparar el refresco de pitahaya, o “fresco”, como se denomina en Nicaragua, se machaca la pulpa y se le agrega agua, azúcar y al final un poco de jugo y la cáscara de limón. En forma casera la pulpa se puede utilizar para preparar jarabes y helados. Los brotes de pitahaya tienen propiedades alimenticias similares a las de los cladodios tiernos de nopal (Opuntia sp.), que en algunas regio-

nes de México son componente tradicional e importante de la dieta. De acuerdo con análisis realizados a brotes y tallos maduros de pitahaya roja de pulpa blanca (ver cuadro del analisis químico proximal... ), los carbohidratos son mayores en los tallos maduros, pero los brotes tienen más proteínas. En general, su contenido de humedad, grasas y proteínas es parecido al de otras verduras comunes. Su valor energético es elevado (superior, por ejemplo, al de la zanahoria y la lechuga), la vitamina A es reducida, las vitaminas B1, B2 y C están casi ausentes,

Industrialización. De todas las pitahayas se puede procesar la pulpa y extraer los colorantes y pectinas contenidos en la cáscara y, en algunos tipos, también en la pulpa (ver cuadro de uso e industrialización). La pulpa de pitahaya es susceptible de someterse a procesos de congelamiento, concentración, deshidratación, fermentación, procesamiento térmico y preservación química, para los cuales existe tecnología disponible para las escalas casera, artesanal o industrial, previa prueba y adecuación de los procedimientos generales a las particularidades de las pitahayas.

Datos del análisis químico proximal de brotes y tallos maduros de pitahaya roja de pulpa roja, en base húmeda. ELEMENTO Humedad

BROTES

TALLOS MADUROS

92.79

80.00

Cenizas

1.53

2.00

Fibra cruda

1.55

3.00

Proteínas

1.07

0.70

Grasas

0.18

0.30

Hidratos de carbono

2.88

14.00

FUENTE: Elaborado con datos de R. Castillo M. y H. Cálix De D., 1996, Contenido nutricional de tres especies de pitahaya (Hylocereus); A. Rodríguez C., 1997, Guía técnica para la producción de plantas de pitahaya en viveros, p. 54.

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Formas de uso e industrialización de las pitahayas PARTES

USOS

Planta

Ornamental

INDUSTRIALIZACIÓN

Cercos vivos Tallos

Alimentación

humana

Guisos

Alimentación

animal

Forrajes

Medicinal

Medicamentos

Cosmetológico Flores

Shampoos y jabones

Ornamental Medicinal

Medicamentos

Cosmetológico Frutos

Esencias

Ornamental Alimentación

humana

Pulpa congelada Jugos Jarabes Licores Salsas Liofilizados

Alimentación

Cáscara

obtención de colorantes, alimento de ganado o abono.

animal

Forrajes

Medicinal

Medicamentos

Industrial

Colorantes

Industrial

Colorantes Pectinas

FUENTE: Elaboración propia

Dependiendo de los usos específicos, existe la posibilidad de separar las semillas. En Nicaragua actualmente se aplica el proceso de extracción y congelamiento de la pulpa de pitahaya. La pulpa sin semillas puede concentrarse para disminuir su contenido de agua y, por tanto, su volumen, en rangos del 10 al 30 % de sólidos solubles, lo que significa la disminución del volumen hasta un tercio del original. Los concentrados de pulpa, a su vez, pueden someterse a otros procesos, como el de la congelación o liofilización. También es posible deshidratar o secar la pulpa para convertirla en polvo. La pulpa, asimismo, puede utilizarse como sustrato de fermentación en la preparación de vinos y vinagres.

Los distintos productos obtenidos a través de los procedimientos anteriormente señalados pueden destinarse a varios fines: preparación de refrescos, jarabes, mermeladas, helados, yogures, ensaladas de pulpa congelada, gelatinas, licores, vinagres, etc. Es posible preservar la pulpa por medios químicos combinados con tratamiento térmico, y de esta manera almacenarla envasada, sin necesidad de congelación, lo cual permitiría disponer del producto fuera de los periodos de cosecha. De manera análoga, la fruta completa, porciones de la misma o la pulpa pueden someterse a tratamiento térmico para su envasado en latas o frascos, formas en las que también podrían canalizarse al mercado. En los procesos de industrialización antes señalados la cáscara de la fruta generalmente se desecharía, pero es factible plantear su utilización para la

Los pigmentos contenidos en la cáscara de la pitahaya se pueden extraer para su utilización en la industria alimenticia, donde cada vez se están revalorizando los colorantes naturales. La misma cáscara tiene fuerte contenido de pectinas, que pueden obtenerse para destinarlas a la industria alimenticia o bien para su empleo en la elaboración de mermeladas de pitahaya. La pitahaya en nuestro país. Como en otros países del continente americano, en México se han aprovechado las pitahayas desde épocas remotas, a través de la recolección de sus frutos para el consumo humano o del uso de los tallos para la preparación de remedios caseros. Paulatinamente se les ha sometido a cultivo, primero con su introducción en los huertos familiares o en los linderos de algunos predios, para tenerlas disponibles y seguras al momento de su aprovechamiento; la cercanía de las plantas y la gran estimación de sus frutos llevaron a que poco a poco se hicieran selecciones y se les prodigaran cuidados para hacerlas más productivas, hasta llegar al establecimiento de plantaciones especializadas. Incluso en la actualidad son diversas las formas de aprovechamiento, pues mientras algunos productores todavía las colectan de plantas silvestres, otros las tienen disponibles en el solar de sus casas y otros más ya las cultivan sistemáticamente. Aunque las pitahayas se distribuyen en buena parte del territorio nacional y eventualmente son aprovechadas las plantas o los frutos, solamente en algunas zonas existe como cultivo en los huertos familiares, y en áreas aún más reducidas se está desarrollando su producción en plantaciones especializadas.

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En México existen plantas silvestres en el país, en los estados de Campeche, Chiapas, Colima, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán, pero producción comercial de pitahaya sólo hay en Yucatán, Puebla, Campeche, Quintana Roo y Tabasco. Existe amplia variación en las pitahayas aprovechadas o cultivadas en México, pero destacan tres: la pitahaya roja de pulpa blanca, la pitahaya roja de pulpa roja y la pitahaya blanca. La pitahaya roja de pulpa blanca es la más abundante y la de mayor importancia comercial, pues tiene presencia en los mercados regionales y también se coloca en el mercado internacional. La pitahaya roja de pulpa roja se produce principalmente en el estado de Puebla, en cantidades reducidas, en parte por lo exiguo de su producción, determinado por problemas para su polinización natural. La pitahaya blanca se cultiva a escala sumamente reducida en los estados de Yucatán, Campeche y Tabasco, pues en las últimas cuatro décadas se definió en los mercados regionales predilección por la pitahaya roja de pulpa blanca que desplazó a aquélla, a grado tal que actualmente está en riesgo de extinción.

Estados con cultivo de pitahaya en México.

pero existen diferencias en cuanto a los grados Brix entre la pitahaya roja de pulpa blanca y la pitahaya blanca, siendo la segunda notoriamente más dulce, en tanto que la primera es mucho más rica en vitamina A (ver cuadro del analisis químico de phitahaya roja y blanca). Producción en huertos familiares. La producción actual es obtenida principalmente en huertos familiares, en superficies pequeñas, totalmente dispersas, con niveles de productividad sumamente bajos, con presentación y calidades muy diversas y con severos problemas fitosanitarios.

Se estima que en todo el país existen 100 ha cultivadas en estas condiciones, superficie en la que se obtienen aproximadamente 300 ton al año, que equivalen a 3 ton por ha. La mitad de la superficie y del volumen de la producción corresponden a la península de Yucatán, donde los huertos de varias comunidades de la que fuera la zona henequenera del estado de Yucatán están especializados en su cultivo. Le siguen en importancia el estado de Tabasco, principalmente en la zona de la Chontalpa; el estado de Puebla, en las zonas de la Cañada, el Valle de Tehuacán y la Mixteca; el estado de Oaxaca, en la zona de la Cañada, y el estado de Jalisco, en las localidades de Autlán y Sayula.

El periodo de disponibilidad de frutas es de mayo a noviembre, con algunas diferencias regionales y dependiendo del tipo de pitahaya. La pitahaya roja de pulpa blanca inicia en mayo en el estado de Puebla y en junio en el estado de Yucatán; termina en septiembre en el primer estado y en octubre en el segundo. La pitahaya blanca inicia su periodo de producción en junio y se prolonga hasta noviembre. Las pitahayas mexicanas destacan por su alto contenido de sodio y potasio,

Sistema de plantación tradicional, en albarradas, en Yucatán (foto: A. Rodríguez C.)

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Datos del análisis químico de pitahayas rojas y pitahaya blanca PARÁMETROS

PITAHAYA ROJA PULPA BLANCA

PITAHAYA ROJA

PITAHAYA BLANCA

PULPA ROJA

pH 5 . 4 5

4.35

Grados Brix

10.6

14.6

18.8

0.015

0.13

0.01

5.2

7.9

1.7

Sólidos totales (%)

12.5

16.6

14.1

Humedad

87.5

83.3

87.9

0.9

0.7

0.6

0.9

0.7

1.2

Proteína

1.2

0.8

1.1

Fibra cruda

1.2

0.9

1.4

Ácido cítrico (%) Azúcares reductores totales (%)

Cenizas Extracto

etéreo

Carbohidratos Vitamina A (UI/100 g) Vitamina C (mg/100 g)

1.7

8.3

13.5

9.8

7,400.8

6,705.1

558.5

0

0

7.34

0.2

0.3

0.2

Calcio

7.5

12.8

8.26

Sodio

52.0

62.5

137.9

272.6

170.9

253.4

36.6

21,9

27.77

Cinc

Potasio Magnesio

FUENTE: Elaborado con datos de R. Castillo M., H. Cálix y A. Rodríguez, 1996, Guía técnica para el cultivo de pitahaya, p. 37-38.

Las pitahayas constituyen un elemento más de los diversificados huertos familiares, aunque en varias localidades de Yucatán, Tabasco, Puebla y Oaxaca algunos huertos familiares se han especializado en su producción, por lo que son su componente principal. La cantidad de plantas en cada huerto es sumamente variable, pero en los huertos especializados puede haber hasta 50 plantas, que en su desarrollo en bardas o árboles llegan a cubrir extensas áreas. Los sistemas de soporte utilizados para las pitahayas en esta forma de producción tradicional son dos: 1) tutores inertes, constituidos por bardas de piedra (llamadas albarradas en la península de Yucatán ), tabique o adobe, y cercas de madera o de carrizo, y 2) tutores vivos, principalmente de plantas tales como chacah o palo mulato ( Bursera simaruba), jabin (Piscidia piscipula), cocoíte (Gliricidia sepium), mezquite (Prosopis spp.), aunque también

pitaya (Stenocereus sp.), tsalam (Lysiloma latisilicua), guaje (Leucaena sp.) y varias plantas más, que incluyen frutales diversos de los huertos familiares: ciricote (Cordia dodecandra), ciruela o jocote (Spondias spp.), saramuyo (Annona squamosa) y naranja (Citrus sinensis). El establecimiento de las plantas se realiza mediante la utilización de tallos de pitahaya largos y ramificados, que son atados a los tutores vivos o fijados a los tutores inertes. Los cuidados que se les proporciona a las plantas son mínimos, si bien en los últimos años, como consecuencia de las acciones realizadas para el impulso del cultivo y en respuesta a la creciente importancia comercial de las frutas, se ha manifestado una clara tendencia a regular el crecimiento de los tutores y a controlar las plagas y enfermedades de las pitahayas. Los problemas fitosanitarios se presentan principalmente en la península de Yucatán; tienen su causa fundamental en una chinche (Leptoglossus spp.) que chupa

tanto los tallos como las flores y frutos y que favorece la aparición de fungosis y bacteriosis. La cosecha es una actividad difícil de realizar, sobre todo en los sistemas de cultivo con tutores vivos, pues en ocasiones los frutos están hasta a 6 m

Sistema de plantación, tradicional, en tutor vivo, en Yucatán (foto: A. Rodríguez C.)

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Formas de cosecha de pitahaya en huertos familiares (dibujo de Cruz García Albarado).

de altura, según el hábito de crecimiento de los tutores y de acuerdo a la característica de que las pitahayas sólo producen frutos en las ramas que están totalmente expuestas a la luz solar, precisamente arriba de la copa de los árboles. Además, para fines de su comercialización los frutos no deben golpearse. En razón de estas consideraciones, existen dos modalidades de cosecha: en una los productores o los compradores se tienen que subir, con alto riesgo, a cortar los frutos hasta donde estén y, en la otra, se le adapta un aditamento cortador a una vara larga, y al desprender el fruto de la planta, antes de su llegada al suelo, éste es recibido en una manta sostenida por dos personas. No obstante el establecimiento de plantaciones especializadas, es fundamental formular acciones para el mejoramiento de la producción de los huertos familiares, sobre todo para su manejo técnico, pues es indudable que seguirán desempeñando un papel importante en el abastecimiento de la demanda local y regional de pitahayas. Producción en plantaciones especializadas. Los primeros intentos de cultivo especializado de pitahayas en México se

realizaron en el estado de Tabasco a fines de los ochenta del siglo pasado, a partir del conocimiento de la experiencia que se estaba desarrollando en Colombia. El gobierno de ese país promovió el establecimiento de parcelas experimentales en las que aplicó, sin las debidas adecuaciones a las condiciones de la región, las recomendaciones generadas en Colombia, principalmente los sistemas de plantación de espalderas sencillas y en “T”, que se construyeron muy altos y al poco tiempo se cayeron por efecto de los fuertes vientos de la zona. Se utilizaron materiales vegetativos de pitahaya roja de pulpa blanca y pitahaya blanca. Bajo ese influjo algunos productores hicieron pequeñas plantaciones en tutores vivos —sistema que resultó más funcional— que en la actualidad ocupan una superficie de 15 ha. En 1993 la Universidad Autónoma Chapingo, de acuerdo con el estudio de la producción tradicional de pitahaya en el estado de Yucatán, formuló las primeras propuestas para el mejoramiento de la producción de los huertos familiares y para el establecimiento de plantaciones especializadas. El gobierno de Yucatán publicó los resultados del trabajo con el título de El cultivo de pitahaya en Yucatán, al que se le dio amplia difusión entre productores y dependencias e instituciones ligadas al campo. A través de la prensa también se realizó importante difusión sobre el potencial del cultivo. En 1995 Reyes publicó un libro en el que plantea el potencial del cultivo para México, señala las experiencias desarrolladas en Tabasco e insiste en la necesidad de coordinar esfuerzos entre los productores de distintas zonas para mejorar la producción y organizar la comercialización. En un libro de publicación reciente (Ortiz, 1999) se plantea que la pitahaya es un nuevo cultivo para México, pero más que en la producción se hace especial énfasis en aspectos

Portada de guía técnica para el cultivo de pitahaya.

ecofisiológicos y en la biología reproductiva de la planta. En apoyo a las iniciativas para impulsar las siembras de pitahaya, la Universidad Autónoma Chapingo formuló proyectos productivos y posteriormente participó en la elaboración de guías técnicas para el cultivo y para la producción de plantas en viveros. Igualmente se han organizado cursos de capacitación e intercambios de experiencias entre productores y se han realizado o están en marcha investigaciones básicas y aplicadas.

Portada de guía técnica para la producción de planta de pitahaya en viveros.

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De acuerdo con las propuestas hechas para Yucatán, en esa entidad se han realizado los mayores esfuerzos para el establecimiento de plantaciones, tanto por parte de los gobiernos federal y estatal como de particulares. Así, en 1996 y 1997 el Fondo Nacional de Empresas Sociales del gobierno federal ( FONAES) apoyó proyectos de producción de pitahaya en una superficie de 180 ha; en 1997, 1998 y 1999 el gobierno del estado de Yucatán fomentó proyectos de cultivo de pitahaya en una superficie de 800 ha; productores particulares tienen alrededor de 20 ha, todo lo cual hace un total de 1000 ha establecidas en los últimos años. Así como en Yucatán, en los otros dos estados de la península (Campeche y Quintana Roo) también se ha impulsado el cultivo, de tal manera que se estima que existen 10 ha en el primero y 15 en el segundo. En el estado de Puebla se han establecido parcelas demostrativas y existen pequeñas plantaciones que en conjunto apenas ocupan 5 ha. De acuerdo con los datos anteriores, en México existen 1045 ha con plantaciones especializadas de pitahayas. No obstante, es importante considerar que la mayor parte de tal superficie es de reciente establecimiento y que presenta gran heterogeneidad en su estado productivo, toda vez que los productores desconocían el manejo del cultivo bajo condiciones de plantación, se han aplicado propuestas tecnológicas aún en proceso de validación y el cuerpo de asesores técnicos en pitahaya está en formación. Según un diagnóstico técnico preliminar efectuado en junio de 1999 en el estado de Yucatán, la heterogeneidad de las plantaciones se expresaba en un rendimiento promedio estimado de 2.2 ton por ha. Para hacer comparativo tal dato con la información consignada de otros países, se aplicó un mismo fac-

Superficie con plantaciones especializadas consolidadas de pitahayas en México. 1999. ESTADO

SUPERFICIE

Yucatán

220

Tabasco

15

Quintana Roo

15

Campeche

10

Puebla

5

T O TA L

265

FUENTE: Elaboración propia

tor de rendimiento de 10 ton por ha, de lo que resultó que la superficie con plantaciones consolidadas en México es de 265 ha, de las cuales 220 se encuentran en el estado de Yucatán (ver cuadro de superficie con plantaciones especializdas-consolidadas de pitahayas en México, 1999). Para el establecimiento de las plantaciones se obtuvo el material vegetativo por dos mecanismos: el tradicional, de plantar directamente fracciones de tallo, y el tecnificado, que consiste en la producción previa de las nuevas plantas de pitahayas a partir de esquejes de 60 cm de longitud. Los mejores resultados se obtuvieron con el segundo procedimiento, pues permitió multiplicar el escaso material vegetativo existente, establecer plantas sanas y perfectamente formadas y acortar el tiempo a la primera cosecha.

Contribuyó a lo anterior la publicación de la Guía técnica para la producción de plantas de pitahaya en viveros, que detalla las características y tratamiento del material vegetativo, la preparación del sustrato, el establecimiento de los tallos en bolsas y el manejo durante tres meses de las nuevas plantas. El material vegetativo generalmente empleado es de pitahaya roja de pulpa blanca; sólo de manera limitada se estableció pitahaya blanca en el estado de Yucatán. El sistema de soporte más utilizado es el de tutores vivos, principalmente de ciruela, chacah y mezquite. El sistema de tutores vivos ha resultado la opción más económica, ecológica y práctica para el cultivo. El diseño para el establecimiento de una parte de las plantaciones del estado de Yucatán contempla la formación de setos vivos de tutores y pitahayas. Una modalidad agroforestal del sistema consiste en el aprovechamiento de áreas con vegetación natural en las que se hace una tumba selectiva y se acondicionan las plantas elegidas para servir de tutores. El número de plantas de pitahaya por hectárea es de 1000. El manejo de las plantaciones consiste básicamente en la incorporación de

Nuevas plantas de pitahaya producidas en vivero (foto: A. Rodríguez C.)

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complejo y requiere principalmente de frecuentes podas de las partes afectadas y de la aplicación de bactericidas para contrarrestar el avance de la enfermedad. El ojo de pescado tiene como agente causal la Dothiorella sp., se presenta de mayo a agosto y se controla con podas y la aplicación de fungicidas, que pueden mezclarse con bactericidas. Espaldera sencilla con tutores vivos como postes en Quintana Roo (foto: H. Cálix).

nutrientes, el control de plagas y enfermedades, el combate de malezas y la poda de tutores. En trabajos de inducción de deficiencias nutrimentales se encontró que los elementos que más limitan el desarrollo de las plantas son, en orden de importancia: N, P, K y Ca, que son precisamente los que aparecen en mayor medida como componentes de los tallos y frutos de la pitahaya. La incorporación de fertilizantes foliares tiene sus particularidades, sobre todo porque los estomas permanecen cerrados durante el día, lo cual indica que las aplicaciones deben hacerse en las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde. Las plagas más importantes son las chinches patas de hoja, conocidas en

Yucatán como “x’kisay” (Leptoglossus phyllopus, L. zonatus y L. gonagra), el barrenador de tallos y frutos (Lepidoptera, Pyralidae ), el minador de tallos (Lepidoptera, Gracilaridae), las hormigas arrieras o cortadoras (Acromyrmex octoespinosus) y las hormigas de fuego (Solenopsis geminata). Se combaten principalmente con productos químicos. Las enfermedades más importantes son la bacteriosis y una fungosis llamada “ojo de pescado”, que generalmente se presentan asociadas. La bacteriosis tiene como agente causal la Erwinia carotovora var. carotovora y Erwinia carotovora var. atroseptica; se presenta de mayo a junio, al inicio de la temporada de lluvias. En laboratorio se controla eficientemente con productos químicos, pero en campo su manejo es más

Sistema de plantación agroforestal de pitahaya, en Yucatán (foto: A. Rodríguez C.).

Se ha encontrado que existe relación directa entre el ataque de x’kisay y la presencia de las enfermedades señaladas, lo que indica que el manejo sanitario de las plantaciones debe consistir básicamente en el control de la chinche. Si bien actualmente se utilizan productos químicos, se ha insistido en la necesidad de aplicar formas de control biológico. La instalación de sistemas de riego inicialmente no se consideró como componente tecnológico, en la idea de que la pitahaya resiste periodos prolongados de sequía, hasta de seis meses. Sin embargo, se ha encontrado que los brotes vegetativos disminuyen, los tallos pierden turgencia, aparecen brotes deformes, mueren algunas partes de la planta y no hay efecto en la inducción floral; en contraparte, el riego favorece la recuperación de las plantas y el reinicio de su desarrollo. Finalmente se llegó a la conclusión de que todo proyecto de producción comercial de pitahaya debe irrigarse, de tal manera que los proyectos establecidos se están modificando con la adición de este importante componente. Dada la predominancia de sistemas de soporte con tutores vivos, la poda de éstos es una práctica fundamental, pues en caso contrario afectarían el desarrollo de la pitahaya, mermarían la producción y crearían condiciones propicias para la presencia de plagas y enfermedades. Junio

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En la superficie consolidada de 260 ha que existen en el país se espera una producción máxima de 2,600 ton de fruta, según un rendimiento promedio de 10 ton por ha cuando las plantas estén en su plena producción a los 5 ó 6 años de su establecimiento, de acuerdo con los sistemas de cultivo empleados y el manejo proporcionado. Desafortunadamente, los proyectos de impulso del cultivo ejecutados hasta la fecha no se han realizado sobre bases sólidas que permitan su éxito y que realmente conviertan a esta promisoria planta en una alternativa productiva y económica. En la búsqueda de medidas correctivas conviene evaluar la experiencia generada y, antes de seguir con nuevos proyectos, plantear el fortalecimiento de las plantaciones ya existentes que tengan viabilidad técnica y organizativa, la validación y perfeccionamiento de la propuesta tecnológica, la formación de un equipo de técnicos especialistas en el cultivo y la capacitación plena de los productores. Rentabilidad. La rentabilidad económica del cultivo de pitahayas depende de los costos de las plantas, su establecimiento, mantenimiento y cosecha, que a su vez varían según el sistema de cultivo, el

manejo proporcionado y la disponibilidad de fuerza de trabajo e insumos. Para fines ilustrativos se usan datos correspondientes a las plantaciones establecidas en Yucatán, con la utilización de tutores vivos como estructuras de soporte. La base de los cálculos es una hectárea, pero debe tenerse presente que los costos por unidad disminuyen hasta cierto límite a medida que la superficie considerada es mayor. El establecimiento de la plantación y su manejo durante dos años, hasta la obtención de la primera cosecha, tiene un costo total de $24,000.00, de los cuales $3,000.00 corresponden a la producción de plantas, $6,000.00 al establecimiento, $5,000.00 al mantenimiento durante el primer año y $10,000.00 al mantenimiento y cosecha durante el segundo año. Los costos de mantenimiento y cosecha aumentan hasta su estabilización en el quinto año. En las plantaciones especializadas de pitahayas establecidas en Yucatán se puede alcanzar rendimientos promedio de 10 ton por ha, considerando una densidad mínima de 1000 plantas, un buen manejo del cultivo y el uso de plantas producidas en vivero. Al primer año del establecimiento la producción es de 1.5 ton, al segundo de

3, al tercero de 6 y a partir del cuarto de 10 ton por ha. Durante los dos primeros años es posible y conveniente la asociación con otros cultivos, que además de su propia producción ayuden al control de malezas, como los cultivos de cobertera. De acuerdo con los rendimientos ya indicados y a un precio de $10,000.00 por ton, los ingresos por venta de frutas serían de $15,000.00, $30,000.00, $60,000.00 y $100,000.00, al segundo, tercero, cuarto y quinto año de la plantación, respectivamente. El análisis elemental de la relación costo-beneficio indica que la inversión prácticamente se recupera el tercer año, que en el cuarto año se inicia la obtención de utilidades y que a partir del quinto año éstas se hacen realmente importantes, (ver cuadro de rentabilidad del cultivo de las pitahayas). No se consideran los ingresos por la venta de los productos del tutor utilizado y de los otros cultivos con los que se asocie durante los dos primeros años, los cuales pueden contribuir a la pronta recuperación de la inversión, aunque tampoco se incluyen costos financieros, gastos de administración y el valor de la tierra. Comercialización. La comercialización de las pitahayas mexicanas se realiza principalmente en los mercados locales y regionales de las pocas zonas productoras del país, una parte se canaliza a los mercados de algunas ciudades importantes y una mínima cantidad se dirige a la exportación. De acuerdo con el destino de la producción son las características que deben tener las frutas al momento de la cosecha, así como sus formas de empaque.

Daños y larvas del barrenador de tallos (foto: A. Sánchez)

Toda la pitahaya que se comercializaba antes de 1999, aproximadamente 300 ton, provenía de los huertos familia-

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Rentabilidad del cultivo de las pitahayas (pesos) AÑO

EGRESOS

1

14,000

INGRESOS 0

SALDO

2

10,000

15,000

3

20,000

30,000

(1,000)

4

40,000

60,000

19,000

5

40,000

100,000

60,000

(14,000) (9,000)

segunda, los intermediarios acuden a los poblados productores para adquirir la producción, misma que trasladan en cajas de madera (“huacales”) a los mercados o centros de acopio. El segundo mecanismo es el que tiene mayor importancia y es el que ha dado lugar a la formación de una extensa red de intermediarios, generalmente formada por productores de las mismas regiones.

FUENTE: Elaboración propia

res. A partir de 1999 inició la producción de las plantaciones especializadas, que se estima que en los próximos años arrojarán 2,600 ton anuales y su concurrencia al mercado indudablemente modificará los actuales sistemas de comercialización, pues la red de pequeños acopiadores desaparecerá ante la concurrencia de los grupos de productores en el mercado regional. Si bien una mayor producción tendría efectos en la disminución de los precios, al ser más accesible la fruta también repercutiría en la ampliación de la demanda, de manera tal que aunque los ingresos por unidad disminuyan las entradas por la venta de mayores volúmenes aportarían importantes ganancias.

cosechan tantas en los huertos familiares cuantas comen los yucatecos”. En otras zonas, como en el estado de Puebla, a pesar de que existe importante producción de pitahaya no hay manifiesto interés por su consumo, lo que influye en que buena parte de su cosecha sea canalizada a otras regiones del país e incluso al extranjero.

La producción de pitahayas tiene estrecha relación con las zonas en las que se consume y en las que, por tanto, se realiza el proceso de comercialización. Como ya se ha señalado, destacan varios estados del sureste (Yucatán, Campeche, Quintana Roo y Tabasco), los estados de Puebla, Oaxaca y Jalisco.

La escasa producción que se obtiene actualmente no alcanza a satisfacer la demanda del producto, y muchos consumidores se quedan sin cubrir sus necesidades de pitahaya, ya sea porque no encuentran la fruta en el mercado o porque los precios son muy elevados, como consecuencia de la escasez del producto y de la fuerte demanda. En consecuencia, los mercados regionales tienen capacidad para captar una cantidad mayor a la producción generada actualmente. Aparejado al reciente interés por establecer plantaciones, también se ha notado una tendencia en el aumento del conocimiento y del consumo de la fruta, por lo que es previsible una ampliación de la demanda.

La península de Yucatán conforma el mercado más importante para las pitahayas, el cual tuvo su origen desde la época prehispánica y se ha mantenido e incluso acrecentado a través del tiempo. En una crónica ya citada, escrita en 1560, se escribió que “no hallan los indios tantas por los montes cuantas comen los españoles”, que hoy en día bien podría replantearse en los términos siguientes: “y no se

La producción se comercializa a pequeña escala en las mismas comunidades productoras. En el caso de las localidades que en años recientes se especializaron en la producción de pitahayas en sus huertos familiares, se dan dos vías de comercialización: en la primera, el productor se encarga directamente de la venta de su cosecha, ya sea en las carreteras o en los mercados o centros de acopio; en la

En los centros de acopio, entre los que destacan Oxkutzcab (en Yucatán) y Tehuacán (en Puebla), el producto es adquirido por intermediarios de frutas y verduras que lo llevan a los mercados o supermercados, incluso de ciudades importantes de las mismas regiones (Mérida, Cancún, Campeche, Chetumal, Villahermosa, Guadalajara, etc.) o bien a la ciudad de México. En estos últimos sitios la fruta es adquirida directamente por los consumidores finales. Los esquemas de intermediación, del productor al consumidor final, incrementan considerablemente el primer precio vigente en las comunidades productoras: de $1.00 a $3.00 por fruta en las comunidades, puede alcanzar en los mercados y supermercados de las ciudades el precio de $5.00 a $8.00 por fruta y de $26.00 a $56.00 el kg, respectivamente, de acuerdo a cotizaciones de 1998. En estos mercados las pitahayas se venden como fruta fresca. Algunos establecimientos, principalmente loncherías y restaurantes, ofrecen a sus clientes bebidas de pitahaya, llamadas refrescos de pitahaya en Yucatán y machacados de pitahaya en Quintana Roo. En las neverías de Yucatán se expenden helados y champolas de pitahaya (helado de pitahaya con leche, sin batir); también se expenden granizados (raspados), que implican la elaboración previa de un jarabe de pitahaya. En Tabasco, la empresa Agroindustrias Carla ha tenido avances en la obtención de pulpa deshidratada y licor de pitahaya. Junio

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La vasta extensión y la gran heterogeneidad ambiental y cultural del país han dificultado que los distintos mercados regionales, algunos de ellos de gran importancia, se amplíen hasta dar lugar a la formación de un mercado nacional para la pitahaya. Parte de la producción del estado de Puebla es llevada a la capital del país y a la ciudad de Villahermosa, en cuyas centrales de abastos se distribuye a supermercados de las mismas ciudades o bien se envía a mercados regionales deficitarios, principalmente de la península de Yucatán, en donde el Servicio Nacional de Información de Mercados ha detectado y registrado el arribo de esta producción, que se distribuye principalmente en supermercados. En el mercado nacional en general existe un marcado desconocimiento de la fruta y de sus propiedades alimenticias y medicinales. Incluso, es común que se le confunda con la “pitaya”, que es igualmente fruto de una cactácea, aunque de forma, color, sabor y propiedades diferentes. Está claramente identificada la creciente demanda de la pitahaya en el mercado internacional y de manera incipiente ya se participa en él, principalmente con producción obtenida en el estado de Puebla. La pitahaya roja de pulpa blanca producida en Yucatán ya se ha mandado experimentalmente a

Pitahayas rojas de pulpa blanca y pitahayas blancas presentadas en exposiciones (foto: A. Rodríguez C.).

Japón, logrando ingresar sin obstáculo alguno, e igualmente se ha presentado, junto con la pitahaya blanca, en importantes exposiciones internacionales realizadas en México. Aún no está definida y aprobada la Norma Oficial Mexicana para pitahaya, ni en los países importadores existen normas específicas para la pitahaya de México. Sin embargo, ya hay avances para ello, pues en las negociaciones para la exportación de la pitahaya de Yucatán se acordaron las especificaciones siguientes con una empresa importadora de Japón: · Peso mínimo: 300 gramos · Peso máximo: 550 gramos · Grado de madurez a la cosecha: 80% · Color al momento del corte: 90% verde y 10% rosado · Color al momento de su llegada al

Empaque y pitahaya enviadas como muestra a Japón (foto: A. Rodríguez C.).

mercado de exportación: 90% rosado y 10% verde · Grados Brix: 10-11 · Los frutos deben estar completamente libres de plagas y enfermedades, así como de daños físicos. · El exportador debe empacar las frutas en cajas apropiadas, con capacidad de cuatro kilogramos de peso neto, que contengan de ocho a doce frutas y que resistan el manejo durante el transporte. · Las frutas contenidas en un mismo empaque deben tener uniformidad en tamaño, forma, presentación, grado de maduración y color. Una condición para la exportación de pitahaya, además del cumplimiento de las especificaciones del producto y de la realización de los trámites correspondientes, es el suministro continuo, semana a semana, de fruta durante todo el ciclo de producción, que abarca de mediados de junio a mediados de octubre. En la perspectiva regional, solamente el estado de Puebla puede cumplir con tal requerimiento, pues la diversidad de ambientes naturales en áreas reducidas influye en que la producción de pitahaya sea continua en todo el estado, primero en una zona y luego en otra. En cambio, en los estados de Tabasco, Yucatán, Quintana Roo y Campeche los periodos de cosecha coinciden en el tiempo y están sumamente concentradas: una semana de cosecha y tres semanas en los que no hay producción.

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La Compañía Cosmo, SA de CV, la más importante empresa exportadora de productos agrícolas mexicanos a Japón, es la que durante varios años ha hecho envíos de reducidos volúmenes de pitahaya, que capta en Puebla a través de un acopiador que, a su vez, ha desarrollado una red de intermediarios que conoce perfectamente la ocurrencia de la producción en las distintas regiones del estado: la Cañada, el Valle de Tehuacán y la Mixteca. La producción de exportación resulta de la selección que se hace de toda la pitahaya acopiada, de tal manera que no hay un sistema exclusivo ni precios especiales, aunque en los periodos de escasez de fruta en la zona principal (la Cañada) suele pagarse precios atractivos para captar la producción de la Mixteca, o bien para completar el embarque se adquiere fruta de otros acopiadores a precios que ya incluyen su margen de ganancia. Incluso, cuando en los meses de septiembre y octubre no existe disponibilidad de fruta en Puebla, tienen que acudir al estado de Yucatán por la producción que les permita cumplir con sus compromisos de exportación. Los frutos no reciben tratamiento alguno, son cuidadosamente seleccionados, empacados en cajas de cartón de 4 kg de capacidad, trasladados por vía terrestre a la ciudad de México y de ahí por vía aérea hacia Japón.

variedades comerciales, así como reforzar los trabajos sobre la pitahaya blanca, que es una especie con amplias perspectivas comerciales y agroindustriales. La gran adaptabilidad de las pitahayas a distintas condiciones ambientales facilita que su cultivo se pueda establecer en varias regiones del país. Además, las pitahayas son susceptibles de incorporarse a programas regionales de diversificación productiva y agroindustrial o bien considerarse como opción en zonas con limitaciones para otros cultivos. Para el estado de Tabasco, por ejemplo, se reporta que existen 90,000 hectáreas con muy buen potencial productivo para esta planta, en tanto que en la zona henequenera de Yucatán y en la región mixteca de Puebla, regiones en las que adquiere buen desarrollo a pesar de la escasa precipitación y la baja fertilidad de los suelos, se vislumbran perspectivas para su cultivo y están en marcha proyectos para el establecimiento de plantaciones comerciales. Los proyectos para la promoción del cultivo ejecutados hasta la fecha no se han realizado sobre bases sólidas que permitan su éxito y que realmente conviertan a esta interesante planta

en una alternativa productiva y económica para el país. En consecuencia, es conveniente evaluar la experiencia ya generada y, antes de seguir impulsando el establecimiento de nuevas plantaciones de manera análoga a las actuales, plantear la consolidación de las ya existentes, la validación y perfeccionamiento de la propuesta tecnológica, la formación de técnicos especialistas en el cultivo y la capacitación plena de los productores. Sigue siendo fundamental la dotación de infraestructura eléctrica e hidráulica a aquellos proyectos viables que carezcan de ella, para que cuenten con eficaces sistemas de riego. Por otra parte, es importante plantear acciones para el mejoramiento de la producción de los huertos familiares, sobre todo para su manejo técnico, pues es indudable que seguirán jugando un papel importante en el abastecimiento de la demanda local y regional de pitahayas. El cultivo de las pitahayas es una actividad rentable, pero sólo en el mediano y largo plazo, pues las inversiones se recuperan al tercer año y sólo a partir del cuarto año se comienza a obtener utilidades. La asociación con otros cultivos durante los dos primeros años es una estrategia para que la recuperación de las inversiones se

Conclusiones y perspectivas. La existencia de importantes recursos fitogenéticos de pitahayas le confiere enorme potencial al cultivo de esta promisoria planta en México, pues se cuenta con una variabilidad que posibilita ofertar frutas con distintas características o bien obtener variedades con las cualidades definidas por los consumidores o requeridas en los procesos de industrialización. No obstante, es urgente caracterizar los materiales de la pitahaya más importante, la roja de pulpa blanca, para definir

Pitahaya intercalada con hortalizas, en Yucatán (foto: A. Rodríguez C.).

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haga en un menor tiempo. El cultivo también es generador de empleo y contribuye a la diversificación productiva y económica de los agricultores y de las regiones en las que se establezca. Adicionalmente, el uso de tutores vivos como sistema de soporte reditúa beneficios ecológicos, pues se preserva parte de la vegetación natural durante toda la vida útil del cultivo, que es de cerca de 15 años. La demanda de las frutas es importante y creciente en los mercados regionales y su aceptación es cada vez mayor en el internacional, en donde ya son reconocidas como una exquisita y exótica fruta tropical; estos mercados deben consolidarse y ampliarse mediante la obtención de frutas con las calidades demandadas y la organización de sistemas de comercialización más eficientes. Sin embargo, es aún más importante y urgente la promoción de las frutas en el mercado nacional, donde en buena medida aún son desconocidas. Del buen diseño y aplicación de las estrategias de promoción dependerá el incremento considerable de la demanda de pitahayas, dada la gran magnitud del mercado nacional, de la misma manera que se rebasarían los limitados mercados regionales y se evitaría la dependencia del mercado internacional.

Pitahaya en tutores inertes de piedra, en Yucatan (foto: A. Rodriguez C.).

con la dotación de sistemas de riego y el óptimo manejo nutricional y sanitario de las plantaciones. Pero adicionalmente deben promoverse investigaciones que mediante la aplicación de reguladores de crecimiento busquen adelantar o retrasar la floración y la formación y maduración de los frutos, así como su conservación, esfuerzo en el que están participando el Instituto Politécnico Nacional (Unidad Oaxaca) y el Instituto Tecnológico de Mérida.

Para el mercado internacional existen empresas exportadoras mexicanas que están interesadas en acopiar las frutas obtenidas de las distintas zonas de México, fungiendo como intermediarios entre los productores y los consumidores, pero también algunos grupos de productores han establecido contacto directo con empresas importadoras de otros países e incluso han avanzado en la negociación de contratos de comercialización.

Las opciones de industrialización también son importantes en el sentido de que permitirían mantener una reserva de productos que puedan canalizarse al mercado fuera de la temporada de producción, y en esa línea se está realizando una investigación conjunta de la Universidad Autónoma de Yucatán y la Universidad Autónoma Chapingo. De igual forma es posible explorar mecanismos que permitan la organización nacional de la comercialización en el mercado internacional, con la participación de los productores de los distintos estados, que por estar en condiciones diferentes tienen disponibilidad de fruta en distintas fechas.

Para la exportación, sin embargo, falta solucionar el problema de la marcada estacionalidad de la producción, lo cual en parte podría lograrse

La pitahaya blanca abarca un tiempo mayor de producción, pues sus últimos frutos son cosechados en los primeros días de diciembre, por lo que

bien puede incorporarse a una estrategia para ampliar el periodo de comercialización. En el mercado internacional, la competencia directa que tiene que enfrentar la producción de México es con la de Israel, pues en ambos países se cultiva el mismo tipo de pitahaya. Dada la uniformidad de las frutas obtenidas en condiciones muy controladas en Israel, que han causado impacto en las ferias internacionales en donde se han presentado, en México tiene que realizarse un riguroso trabajo de selección que garantice que solamente las frutas de máxima calidad, aproximadamente un 5 % del total producido, sea destinada a la exportación. Para fines de sentar mejores bases para la exportación de pitahayas se requiere de la elaboración de un catálogo fotográfico de las calidades de fruta, que también incluya los daños de plagas y enfermedades y muestre los niveles de tolerancia de los mismos. En similar sentido es importante revisar el método de tratamiento con vapor caliente aprobado para Colombia, pues seguramente también se exigirá su aplicación a la producción de México. Sin embargo, es importante estar conscientes de que en el corto y en el mediano plazos las perspectivas de exportación son limitadas, pues la mayor parte de la producción proviene y

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meladas, gelatinas, jugos y jarabes. Incluso, son posibles ambas vertientes en un sólo proyecto, con proyecciones a corto, mediano y largo plazos. * Artículo elaborado por: Adolfo Rodríguez Canto

Pitahaya intercalada con maíz y hortalizas, en Yucatán (foto: A. Rodríguez C.).

provendrá del estado de Yucatán, en donde, hasta en tanto no se resuelva el problema de la estacionalidad de la producción, no se puede cumplir con el compromiso de la regularidad, semana a semana, de los envíos al extranjero. De acuerdo con las consideraciones anteriores, la perspectiva para México no está en el mercado internacional —que sin lugar a dudas es importante y debe buscarse participar crecientemente en él—, sino en la ampliación de su mercado interno, para lo cual se requiere de la promoción, mediante diversos medios de comunicación, de la fruta en los grandes centros de consumo, de tal manera que se cree el mercado nacional de pitahayas. A partir de la variedad de usos de las pitahayas (alimenticio, medicinal, ornamental) deben probarse y aplicarse

las variadas opciones de industrialización, pues son de vital importancia para el avance y consolidación de los proyectos de producción de pitahayas, toda vez que permiten ofertar varios productos, tener disponibilidad durante todo el año, mantener en operación los establecimientos agroindustriales y las empresas exportadoras y agregarle mayor valor al producto agrícola, lo que debe redundar en mayores beneficios para los productores y mayor desarrollo para las zonas de cultivo. En tal sentido es urgente la formulación de proyectos para industrialización de las pitahayas, que pueden ser parte de proyectos amplios que tengan su base en el acopio y empaque y cuyo producto final sea principalmente pulpa congelada, o bien proyectos de industrialización a pequeña escala de productos finales tales como mer-

Profesor-investigador del Centro Regional Universitario Península de Yucatán de la Universidad Autónoma Chapingo. Tel.: 0199-460564, fax: 0199-299084, correo electrónico: [email protected] 1 H. Cálix De D. 1999. Taxonomía del género Hylocereus. Chetumal, Quintana Roo (comunicación personal).

BIBLIOGRAFÍA Castillo M., R., H. Cálix De D. y A. Rodríguez C. 1996. Guía técnica para el cultivo de pitahaya. Chetumal, Quintana Roo, CONACYT, Universidad de Quintana Roo, INIFAP y Universidad Autónoma Chapingo. Centurión Y., A. conservación de undatus). Tesis Yucatán, Instituto proceso).

1999. Caracterización y la pitahaya (Hylocereus de doctorado. Mérida, Tecnológico Regional (en

Ortiz H., Y. D. 1999. Pitahaya, un nuevo cultivo para México / Pitahaya, a new crop for Mexico. México, DF, Instituto Politécnico Nacional y editorial Limusa. Reyes R., N. de la P. 1995. El cultivo de las pitahayas y sus perspectivas de desarrollo en México. Villahermosa, Tabasco, gobierno del estado de Tabasco. Rodríguez C., A. et al. 1993. El cultivo de pitahaya en Yucatán. Maxcanú, Yucatán, Universidad Autónoma Chapingo y gobierno del estado de Yucatán. Rodríguez C., A. 1997. Guía técnica para la producción de plantas de pitahaya en viveros. Maxcanú, Yucatán, Secretaría de Desarrollo Social y Universidad Autónoma Chapingo. Rodríguez C., A. 2000. Pitahayas. Estado mundial de su cultivo y comercialización. Maxcanú, Yucatán, Fundación Yucatán Produce AC y Universidad Autónoma Chapingo.

Pitahaya blanca (foto: A. Rodríguez C.).

El trabajo fue posible por la ayuda invaluable de la regional ASERCA (camp., Yuc., Q. Roo.)

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EL TRIGO EN PROCAMPO

S u p er ficie a p o ya d a d e trig o p o r c iclo a g ríc o la A ñ o a g r íc o l a 1 9 9 9 ( % )

O to ñ o -in v ie rn o 83

Durante el año agrícola 1 de 1999, con el Programa de Apoyos Directos al Campo (Procampo) se ejercieron 358.3 millones de pesos para apoyar a 69 mil productores trigueros a nivel nacional. El beneficio fue para una superficie de 560 mil hectáreas, de las cuales 464 mil fueron sembradas en el ciclo Otoño-invierno 1998/1999 y el resto en el Primavera-verano 1999. La extensión de trigo que cubrió el Programa en dicho año significó el 84 por ciento de lo sembrado de este cultivo en todo el país.

1

P r i m a v e r a - v e r an o 17

S u p er ficie d e trig o A ñ o a g r íc o l a 1 9 9 9 ( M ile s d e h e c tá r e a s )

689 560

A p o y a d a p o r P ro c a m p o

S e m b ra d a to ta l

Periodo de doce meses dividido en dos ciclos agrícolas que son Otoño-invierno y Primavera-verano.

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El subsidio para el trigo se repartió en 27 entidades federativas, entre las que destacan Sonora, Guanajuato y Baja California, mismas que obtuvieron un poco más de la mitad de la superficie apoyada.

S u p er ficie a p o ya d a d e trig o E n tid a d es p r in cip a les A ñ o a g r íc o l a 1 9 9 9 (M ile s d e h e c tár e a s )

La extensión de trigo apoyada se cultivó, en su mayor parte, en los predios de más de 2 y hasta 20 hectáreas; en el año agrícola mencionado, éstos agruparon el 66 por ciento de la cobertura. En las regiones de trigo apoyadas predominaron las siembras bajo sistemas de riego. Sonora, Guanajuato y Sinaloa son las entidades más representativas. En 47 mil hectáreas se aplicó el esquema de cesión de derechos al cobro del apoyo de Procampo, que utilizaron 6 mil productores de este cultivo. Las instituciones y uniones de crédito operaron el 58 por ciento de los recursos cedidos.

S o n o ra

181

G u a n a ju a to

83

B a ja C a lifo rn ia

49

Superficie apoyada de trigo por tamaño de predio Año agrícola 1999

Tamaño de los predios

Superficie ( ha)

Participación relativa (% )

> 0 1 2 5 10 20 50 100

13 410

2

559 808

100

SUMA

S u p e r f i c i e a p o y a d a d e t r i g o b a j o l a m o d a l i d a d d e r ie g o A ñ o a g r íc o l a 1 9 9 9 ( % )

S o n o ra 44

R e s to d e l p a ís 28

S in a lo a 10

G u a n a ju a to 18

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PANORAMA INTERNACIONAL DE LA PRODUCCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN DE PITAHAYAS *

Más allá de nuestro campo

NECIA YO ...Sé que soy de lima, de mimbros, de pitahaya, que soy de cepas. Y así voy, crezco y me levanto...

(Yolanda Blanco, Nicaragua)

I n t r o d u c c i ó n

Las pitahayas son plantas cactáceas originarias de América tropical que, a pesar de conocerse y utilizarse desde antes de la llegada de los españoles al continente, recientemente adquirieron importancia como cultivo y tienen amplio potencial de exportación. Se cultivan principalmente en América (Colombia, Nicaragua, México y Guatemala), hace cerca de cien años una especie fue llevada a Asia (Vietnam y Taiwán) y recientemente se inició su cultivo en Israel. La producción se comercializa preponderantemente en los mercados regionales de los países productores y ya se coloca con éxito en el mercado internacional de frutas exóticas, en mayor medida como fruta fresca, pero también en forma de pulpa congelada. Con la importante excepción de Nicaragua aún no se conforman mercados nacionales para las pitahayas, que al lograrse seguramente le darán mayor impulso a su cultivo. En este artículo se hace una caracterización general de la producción y la comercialización, después se revisa la situación de cada país y luego se indican las perspectivas de conjunto. En el análisis por país no se incluye el caso de México, pues éste se aborda ampliamente en otro artículo; sin embargo, la caracterización realizada y las perspectivas vislumbradas tienen el propósito de servir para la comprensión de la situación que guarda el cultivo en el país.

Caracterización general. Las pitahayas de importancia comercial mundial pertenecen a dos géneros botánicos, pero en cada país productor existen varias especies e incluso en la misma especie dominante hay gran polimorfismo. Son cuatro grupos de pitahayas, de los cuales tres son los de mayor importancia comercial: 1) pitahaya amarilla, 2) pitahaya roja de pulpa blanca y 3) pitahaya roja de pulpa roja.

El análisis químico de las frutas de las pitahayas principalmente producidas y llevadas a los distintos mercados indica, en general, que es importante su contenido de fósforo, potasio, magnesio y vitaminas A y C . La pitahaya amarilla es más dulce (19 º Brix), seguida por las rojas de pulpa roja (12.5) y de pulpa blanca (10.6) (ver cuadro del analisis químico de pitahaya). Aparte de las pequeñas y aisladas superficies cultivadas en huertos fa-

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Datos del análisis químico de pitahayas. PARÁMETROS

PITAHAYA AMARILLA

pH Grados Brix Sólidos totales (%) Humedad Cenizas Extracto etéreo Proteína Fibra cruda Carbohidratos Vitamina A (UI/100g) Vitamina C (mg/100g) Potasio (mg/100 g) Magnesio (mg/100 g) Calcio (mg/100 g)

PITAHAYA ROJA PULPA ROJA

Sin dato 19 Sin dato 85.35 0.5 0.13 0.40 0.70 9.91 0 Sin dato 74.88 11.43 3.47

PITAHAYA ROJA PULPA BLANCA

3.7 12 12 86 0.7 0.4 1.5 0.6 13.2 Trazas 0.5 2.4 Sin dato 50

5.4 10.6 12.5 87.5 0.9 0.9 1.2 1.2 8.3 7400.8 0 272.6 36.6 7.5

FUENTE: Elaborado con datos de: L. A. Becerra O., 1994, El cultivo de la pitaya, p. 125-126; K. Stubbert y C. Mojica, 1997. Mercado de la pitahaya, p. 10; R. Castillo M., H. Cálix y A. Rodríguez, 1996, Guía técnica para el cultivo de pitahaya, p. 37-38.

miliares, existen 1,445 ha con plantaciones especializadas de pitahaya, en gran variedad de sistemas de cultivo. Dicha superficie se distribuye de la siguiente manera: Colombia tiene 600 ha; Nicaragua 560, México 265 1 e Israel 20. De acuerdo con rendimientos de 10 ton por ha, y en el supuesto de que toda la superficie esté en plena producción, resulta que el producto total sería del orden de 14,450 ton, de las cuales el 10 % (1,650 ton) correspondería a frutas con calidad para colocarse en el mercado internacional (ver cuadro de producción mundial de pitahayas). Aparte de los países incluidos en el cuadro de producción mundial , existen otros productores de pitahayas (Guatemala, El Salvador, Italia, Vietnam, Taiwán y Hong Kong), pero las

superficies que manejan todavía no son significativas. (ver mapa de países con producción de pitahayas). La comercialización de las pitahayas se realiza sobre todo en los mercados regionales de los países productores y en el mercado internacional. Colombia y Nicaragua orientaron sus proyectos de producción principalmente al mercado internacional, en tanto que México y Guatemala comercializan principalmente en los mercados regionales. En el mercado internacional tiene gran dinamismo el sector de las llamadas frutas exóticas. Las pitahayas están catalogadas como tales, aunque su participación en ese segmento de mercado es aún mínima. El mercado de frutas exóticas no es enorme por los vo-

lúmenes demandados, aunque sí es exclusivo, tanto por los altos precios que alcanzan las frutas como por las exigencias de calidad. Las restricciones fitosanitarias impuestas por Estados Unidos a la importación de frutas frescas de pitahayas hace que en América sea sólo Canadá el mercado principal; Europa y Asia son otros demandantes importantes. En Europa, destacan Alemania y Francia y, en Asia, Japón, donde la demanda de la llamada “fruta dragón” es creciente. Stubbert y Mojica (1997: 8) estiman una demanda semanal de 70 ton, 30 en Europa, 20 en Japón y 20 en Canadá, que equivalen a un requerimiento anual en el mercado internacional de 1500 ton, monto ligeramente superior al volumen estimado de producción para exportación.

Producción mundial de pitahayas. Superficie y volúmenes. 1999. PAÍS

SUPERFICIE (HA)

Colombia Nicaragua México Israel TOTAL

600 560 265 20 1,445

PRODUCCIÓN TOTAL (TON) 6,000 5,600 2,650 200 14,450

PRODUCCIÓN DE EXPORTACIÓN (TON) 600 560 265 200 1,625

FUENTE: Elaboración propia

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Junto con el crecimiento de la superficie cultivada se formularon las primeras propuestas tecnológicas para el cultivo. Si bien en un inicio se trató de tecnología adaptada de otros frutales, posteriormente se realizaron estudios sobre la planta, sus usos y su manejo y de igual manera se organizaron conferencias y seminarios para discutir los avances y problemas. Para el establecimiento de las plantaciones se utilizan esquejes sin enraizar en siembra directa, así como esquejes enraizados durante dos o tres meses en viveros ubicados en las misma fincas. Países con producción de pitahaya

Colombia. La pitahaya de Colombia es la amarilla. También se encuentra la pitahaya roja de pulpa roja, sin mayor importancia en el mercado. En la pitahaya amarilla no existen o aún no están reconocidas algunas variedades. La producción se presenta durante todo el año, aunque con mayor concentración en dos periodos, de julio a agosto y de noviembre a febrero. Los periodos de cosecha son diferenciales en cada zona. La disponibilidad de fruta, en consecuencia, es regular a lo largo del año y esta característica seguramente fue relevante para que Colombia creara y se insertara con rapidez en el mercado internacional de pitahayas. Aún cuando se supone que en Colombia las frutas se recolectaban de plantas silvestres y se consumían desde la época prehispánica, las primeras evidencias de su cultivo datan del primer tercio del siglo pasado, en el occidente de Cundinamarca, en los alrededores de Tena, en donde las plantas crecían adheridas a muros y piedras. A mediados del siglo pasado se sembraba en Tolima, Valle del Cauca y

Cundinamarca y ya se consideraba como una de las mejores frutas de Colombia. En la década de los ochenta comenzó a manejarse como un cultivo especializado, de modo que pasó de la recolección y de los huertos familiares a la plantación. Su cultivo se impulsó como parte de un programa de desarrollo y diversificación promovido por la Federación Nacional de Cafeteros, como alternativa ante la crisis cafetalera. Se establecieron plantaciones en los departamentos de Antioquía, Boyacá, Caldas, Cauca, Valle del Cauca, César, Córdoba, Cundinamarca, Huila, Meta, Quindío, Risaralda, Santander, Tolima y Valle del Cauca. Boyacá, Cundinamarca y Valle son los departamentos con mayor concentración de plantaciones de pitahaya. La zona productora comprende áreas de ladera, ubicadas entre 800 y 1700 msnm, con temperaturas entre 18 y 24 ºC y precipitación promedio de 1700 mm anuales. La superficie cultivada creció rápidamente, pues de 50 ha existentes en 1986 pasó a 400 en 1990 y llegó a más de 1,000 en 1994 (Becerra, 1986; Becerra, 1994).

Los sistemas de plantación más empleados son: espaldera sencilla o tradicional, espaldera en “T” y pérgola o chiquero individual, aunque se probaron muchos otros (camas bajas de piedra, espaldera doble, estructuras de cemento, estructuras de hierro y plástico, etc.). Los tutores vivos sólo se recomendaron para pitahayas establecidas en los huertos caseros. Las moscas de la fruta (Anastrepha spp. y Ceratitis sp.) se convirtieron en el problema central cuando en 1989 se encontraron larvas de mosca suramericana (Anastrepha fraterculus) en un envío de pitahaya a Japón. Tal hecho frenó el auge del cultivo, pues la mayor parte de la producción estaba destinada a la exportación. El riego, pese a las altas precipitaciones en las zonas productoras, es considerado importante, sobre todo cuando los periodos de sequía se prolongan, pues sirve para regularizar las cosechas, tiene influencia en la inducción floral, contribuye a evitar el aborto floral y ayuda al llenado de los frutos. Paulatinamente se fueron estableciendo sistemas de riego en las plantaciones Con buen manejo de las plantaciones, a los l2 o 18 meses después de su es-

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Frutos de pitahaya amarilla de Colombia, cubiertas de espinas (foto: S. Infante G.)

tablecimiento pueden obtenerse los primeros frutos. El rendimiento en la primera cosecha es de 2 ton por ha, pero al cuarto año, cuando ya está en plena producción, los rendimientos son de 8 a 10 ton por ha. Como parte de la cosecha, antes del corte del fruto, con cepillos de cerdas plásticas se eliminan las espinas que las cubren totalmente, y después con tijeras de podar se hacen dos cortes en ángulo para separar el fruto con una parte de esqueje de aproximadamente 2 cm. Después de la cosecha se colocan los frutos en cajas y se trasladan al centro de adecuación en donde se intro-

ducen en cuartos fríos, con temperaturas de 10 a 15 ºC, para bajar el calor de campo e inhibir el proceso fisiológico de maduración. Posteriormente se procede a la selección de los frutos, de acuerdo a la norma de tamaño y por daños y defectos. Se lavan con agua fresca y jabón, limpiando perfectamente el orificio donde se desprendió la flor, y se desinfectan con una solución de fungicida y bactericida. Se secan con aire fresco y después se empacan en cajas de cartón. La comercialización de pitahaya colombiana. Aún cuando a partir de 1985 se establecieron las primeras plantaciones en

Centro de acondicionamiento de pitahaya, en Colombia (foto: H. Cálix)

varios departamentos del país, la demanda en los limitados y exclusivos mercados de las principales ciudades no se incrementó, como tampoco ha acontecido de manera relevante a la fecha. De acuerdo con los resultados de una encuesta aplicada en un mercado ubicado en una zona exclusiva de la capital, el 76 % de las amas de casa contestó que no conocía la fruta y el 60 % indicó que no la compraba por ser muy cara (Becerra, 1994: 133). Incluso, se ha escrito que la pitahaya sigue siendo una fruta olvidada y desconocida en el mercado nacional (Carulla, 1990: 71). Se han formulado propuestas para abrir el mercado nacional a través de la promoción del consumo de la pitahaya, con el principal argumento de que se trata de una fruta bien presentada y agradable; sin embargo, todavía mantiene la desventaja de su elevado precio. En el país la fruta se maneja en cajas de plástico de 5 a 6 kg y los precios fluctúan entre US$0.25 y US$4.00 por kg (Becerra, 1994: 130). Dado que no existían ni se desarrollaron de manera importante los mercados local, regional y nacional para esta fruta, la producción se canalizó al mercado internacional, como una forma de conseguir divisas que la actividad cafetalera había dejado de aportar. Las exportaciones se dirigieron principalmente a Europa y Japón; el último país decretó en 1989 una ley que prohíbe la importación de frutas procedentes de Colombia. La dependencia del mercado exterior y los problemas enfrentados contuvieron la expansión de la superficie cultivada e incluso llevaron al abandono de plantaciones. No obstante lo anterior, los escollos enfrentados no repercutieron considerablemente en la economía de los productores ni de las zonas de cultivo, pues el precio internacional Junio

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° Sanas; exentas de ataque de insectos o enfermedades. Se excluyen las pitahayas afectadas por podredumbre o alteraciones tales que las hagan impropias para el consumo. ° Limpias; exentas de materias extrañas y agentes biológicos visibles, con especial énfasis en el orificio apical. ° Desprovistas de humedad exterior anormal. ° Exentas de olores y/o sabores extraños entre el 40 y el 50 %, para que permita su manipulación y transporte hasta su destino final en buenas condiciones (Becerra, 1994: 130).

Venta de pitahaya en Santafé de Bogota, Colombia (foto: H. Cálix).

del café se recuperó y la preocupación por la búsqueda de otras opciones productivas dejó de ser ingente. De 1987 a 1994 las exportaciones fueron de cerca de 1,000 ton, con precios tendentes a la baja, de US $6.00 a US$3.50 el kg, tal como se muestra en el cuadro de resumen de las exportaciones de pitahaya de Colombia 19881993. A partir de 1994 se esperaba que la producción se estabilizara en 10,000 ton anuales, pero la severa restricción de las exportaciones, el escaso consumo en el país y el consecuente abandono de plantaciones seguramente mermó los volúmenes de producción esperados. Incluso, el terremoto de enero de 1999 afectó parte de la zona en la que se estableció el cultivo, de tal manera que se estima que en la actualidad existen solamente 600 ha con pitahaya.

La mayoría de los productores vendía su cosecha con calidad de exportación a través de la Comercializadora Internacional de Productos Agrícolas Cafeteros Ltda. (Comercafé), empresa de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia; utilizaba empaques de cartón corrugado de 4 kg, en las que se colocaban de 15 a 20 frutas. Otra empresa exportadora es Paraíso Andino - Talanqueras, SA. Las características mínimas de las frutas de exportación, de acuerdo con las cuales se definieron las categorías “Extra”, “1” y “2”, son: ° En forma, sin heridas ° La forma característica de la pitahaya ° De aspecto fresco y consistencia firme ° Provistas de pedúnculo o tallo de 1.5 a 2.0 cm de longitud

En la actualidad existe la posibilidad de reanudar las exportaciones a Japón, pues los ministerios de agricultura de Colombia y de dicho país suscribieron un convenio internacional para la evaluación de un método de desinfestación de pitahaya que es efectivo para todos los estados inmaduros de mosca del mediterráneo (Ceratitis capitata) y mosca suramericana (Anastrepha fraterculus), sin daños a la presentación y sin modificaciones en las características organolépticas de las frutas, el tratamiento con vapor caliente (Vapor Heat Treatment System, VHT). El procedimiento para la mosca del mediterráneo consiste en la exposición de la pitahaya en una cámara con vapor caliente durante 20 minutos después de que la temperatura en el centro de la fruta llegue a 46 ºC, con humedad relativa superior al 95 % den-

Resumen de las exportaciones de pitahaya de Colombia. 1988-1993 AÑO 1988 1989 1990 1991 1992 1993 TO TA L

KILOGRAMOS 92,890 98,303 94,746 170,691 289,468 102,723 848,821

VALOR US$ 554,823 516,628 420,587 803,453 1,135,649 356,531 3,787,671

PRECIO US$/KG 5.97 5.26 4.44 4.71 3.92 3.47 4.46

FUENTE: L. A. Becerra O., 1994. El cultivo de la pitahaya. p. 140.

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Variedades de pitahaya roja de Nicaragua VARIEDAD Lisa Orejona Rosa

San Ignacio Cebra

TALLOS

FRUTOS

PRODUCCION

Largos (90 cm) y delgados, aristas cóncavas, Redondos, rojo oscuro, 450 g, pocas verde pálido brácteas, cáscara gruesa Largos y delgados, aristas convexas o planas, Ovalados, rojo púrpura, 350 g, muchas verde oscuro, brácteas rígidas Cortos (75-80 cm) y gruesos, aristas Redondos, rosados, 450 g, pocas y anchas onduladas o aserradas, espinas negras y brácteas, dehiscentes, cáscara delgada gruesas, verde claro Largos y angostos, aristas cóncavas, verde Alargados, 350 g, brácteas cortas y rojas, olivo brillante Cortos y gruesos (65-70 cm), verde con rayas Ovalados, rojo intenso, 325 g, cáscara blancas gruesa

Intermedia Tardía Intermedia

Precoz Precoz

FUENTE: Elaborado con información de: Nicaragua, 1994, Guía tecnológica para la producción de pitahaya, p. 13-18; R. Maltéz P., 1994, Caracterización de las variedades de pitahaya cultivadas en Nicaragua, p. 25-27.

tro de la cámara; para la mosca suramericana es suficiente con aplicar la misma temperatura, a igual humedad relativa, durante el menor tiempo posible. El tratamiento se aprobó a finales de 1997 y su aplicación comercial está sujeta a que el gobierno de Japón modifique la ley que instauró la prohibición de la importación de frutas provenientes de Colombia, así como a la realización de evaluaciones técnicas del tratamiento e inspecciones fitosanitarias en las zonas de producción. Ante la expectativa de la reanudación de las exportaciones al Japón, el personal técnico especializado en el cultivo de pitahaya está organizándose para darle un nuevo impulso a la actividad, que seguramente comenzará con el inventario y la rehabilitación de las plantaciones. Los nuevos esfuerzos que se realicen deberán considerar la tendencia a la baja de precios de las pitahayas en el mercado internacional, máxime que una evaluación financiera realizada para la producción de Colombia arrojó que el cultivo es rentable solamente cuando el costo de oportunidad del capital financiero (tasa de descuento) es menor al 30 %, además de que es altamente sensible a factores de va-

riabilidad tales como rendimientos y precios de la fruta, a los que ahora habría que agregar el consecuente aumento de los costos de producción, tanto por la rehabilitación de las plantaciones como por los pagos del tratamiento a las frutas. Nicaragua. El tipo dominante de pitahaya es la roja de pulpa roja, aunque también existe, de manera bastante reducida, la pitahaya blanca (llamada “amarilla”) de pulpa blanca. La principal especie cultivada muestra mucho polimorfismo, y a partir de selecciones realizadas por productores y estudios de investigadores se definieron variedades, diferenciadas de acuerdo con características vegetativas y reproductivas (ver cuadro de variedades de pitahaya roja de Nicaragua). El periodo de disponibilidad de pitahaya abarca desde mayo hasta noviembre. La cosecha es continua a lo largo de todo el periodo de producción, por lo cual existe disponibilidad regular de fruta, situación que depende tanto de las diferentes variedades sembradas como de las variaciones en las distintas zonas de producción. La pitahaya forma parte de la cultura nacional y su consumo es tradicional en prácticamente todo el país, inclui-

da la ciudad capital, Managua, y las cabeceras de los principales departamentos. En épocas pasadas las frutas se colectaban en las áreas en donde se producían de manera natural, sea en grandes árboles de plantaciones frutícolas, cafetaleras o de montañas. Posteriormente se estableció en huertos familiares y se volvió tradicional su consumo y comercialización a pequeña escala en las localidades productoras, especialmente en la zona de la San Juan de la Concepción, departamento de Masaya. A principios de los setenta ya se cultivaba a pequeña escala para fines comerciales. Las pitahayas se consumen preparadas en bebidas llamadas “frescos”, que tienen una apariencia llamativa por la coloración roja conferida por la pulpa. Estas bebidas son tradicionales en los puestos de comida de los mercados, en los restaurantes y en los hogares del campo y de la ciudad. Con antecedente en la producción de La Concepción, en 1983, como parte de un proyecto de desarrollo a partir de la pequeña producción familiar, se instauró el programa Los Patios, que apoyó el fomento de la pitahaya, con resultados en el aumento de la superficie cultivada y en la difusión del conocimiento y del material vegetativo Junio

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que hasta ese entonces se había seleccionado. En 1985 la Comunidad Económica Europea (CEE, hoy Unión Europea) inició un proyecto para el fomento de la producción agrícola en la zona de La Meseta, departamento de Carazo, en el que se incluyó la pitahaya, cultivo que tuvo un rápido desarrollo: en 1993 había 172 ha, en 1996 ya eran 421, en 1997 existían 491 y para 1998 se reporta una superficie de 562 ha (Ríos, 1998: 34).

"Fresco" de pitahaya de Nicaragua.

Las zonas productoras de Nicaragua se ubican en la porción oeste del país, en la costa del Pacífico, en los departamentos de Carazo, Masaya, Granada y Rivas; también hay pequeñas

áreas en los departamentos de Estelí y en las faldas del volcán San Cristóbal en Chinandega, aunque destacan los municipios de Jinotepe, San Marcos, Masatepe, Diriamba, La Concepción, Niquinohomo, Diriá y Diriomo, todos de la zona conocida como La Meseta de los Pueblos. El proyecto promovido por la CEE se basó en la experiencia desarrollada en la zona de producción tradicional, pero también consideró los resultados obtenidos en Colombia en la producción de la pitahaya amarilla. También se han generado experiencias propias y se han plasmado en guías técnicas, se han efectuado diversas investigaciones y organizado reuniones para evaluar sus avances. Las plantaciones se establecieron con una amplia gama de niveles tecnológicos: tradicionales, semitecnificados y tecnificados. El sistema tradicional consiste en el uso de otras plantas como tutores de la pitahaya. Las especies más utilizadas son: madero negro (Gliricidia sepium) y helequeme (Erythrina sp.); también se usa jocote (Spondias mombin), jiñocuabo (Bursera simaruba), jícaro (Crecentia cujete) y tigüilote (Cordia dentata).

Sistema de plantación tradicional, en tutores vivos, en Nicaragua (foto: A. Rodríguez C.)

El sistema semitecnificado consiste en el uso de tutores inertes (postes de concreto, postes de maderas secas resistentes, canteras); los más importantes son los postes de madera, principalmente de madero negro, quebracho (Lysiloma sp.) y guachipilín (Diphysa robinioides). Tienen el inconveniente que con el tiempo se pudren, limitan el área de acomodo de la pitahaya y son hospederos de plagas.

Sistema de plantación semitecnificado, en postes, En Nicaragua (foto: A. Rodríguez C.)

El sistema tecnificado utiliza estructuras de postes y alambres (espaldera sencilla, espaldera doble y espaldera tipo telégrafo o “T”); tiene alto costo de establecimiento y dura pocos años.

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Se suponía que la tendencia era a la desaparición de los sistemas tradicionales y al paso paulatino de los semitecnificados a los tecnificados; en la práctica los sistemas tecnificados no soportaron el peso de las plantas de pitahaya y se desplomaron, en tanto que los semitecnificados ofrecían poca área para el acomodo de los gajos e igualmente duraban escasos años. Contra lo esperado, la salida estuvo en el sistema tradicional, o sea, en el uso de tutores vivos, que en los últimos años es el que más se ha establecido. Para la siembra de la pitahaya se han usado dos sistemas: 1) tradicional, que consiste en la siembra directa de tallos, y 2) tecnificado, que consiste en el establecimiento de plantas propagadas en vivero. El segundo sistema fue indispensable en la etapa inicial de los proyectos, por la escasez de material; sin embargo, a medida que se expandió el área cultivada y hubo suficiente producción de material vegetativo, seleccionado y de calidad, se optó por la siembra directa. El riego no se contempló inicialmente como actividad necesaria, sin embargo, con la expansión del cultivo a zonas con menor precipitación ya se está considerando su importancia, pues se le reconoce efecto en el pronto inicio de las cosechas y en la regularización de la producción. Cabe destacar que el listado de plagas no incluye a la mosca de la fruta (Anastrepha sp.), por el hecho de que no se le ha encontrado en las plantaciones. No obstante, la producción de Nicaragua no puede exportarse ni a Estados Unidos ni a Japón, países que aplican medidas fitosanitarias estrictas. Para contrarrestar lo anterior se ha propuesto comprobar “que la fruta de la pitahaya no es afectada por las moscas y que no es necesario buscar tratamientos adecuados” (Hesen y Téllez, 1995: 10), como el aprobado para la pitahaya de Colombia.

La cosecha se efectúa según los grados de madurez del fruto: el fruto sazón tiene la cáscara de color verde claro y madura de 10 a 12 días después de cortado; el pinto tiene la base y el ápice rojo púrpura y madura de 6 a 8 días después de la cosecha, y el maduro es de cáscara rojo púrpura intenso y dura de 4 a 6 días sin dañarse. Generalmente se cortan en estado sazón o pinto. Se colocan en canastos y se trasladan a un sitio de la casa o de la finca en la que se realiza la selección, según se destine al mercado nacional, al empaque como fruta fresca o a su procesamiento en forma de pulpa congelada. De acuerdo con la superficie de 560 ha y a un rendimiento promedio de 4.5 ton por ha, la producción para 1998 fue de un total de 2,520 ton, misma que se estima que aumentará a 5,600 ton cuando toda la superficie arroje su máxima producción, con rendimientos de 10 ton por ha. Empaque y procesamiento de la pitahaya nicaragüense. Parte mínima de la producción de pitahaya, aproximadamente el 5 % del total, es destinada al empaque y al procesamiento. La fruta fresca destinada al empaque para exportación requiere de buen

manejo desde la cosecha, para seleccionar las que cumplan con las normas y para evitar daños que demeriten su calidad. El proceso de acopio y empaque inicia con el transporte de la fruta del campo al centro de acopio. En el centro de acopio se seleccionan y se pesan; las frutas desechadas se destinan al procesamiento. Al productor se le paga de acuerdo a la calidad entregada: en 1998 la fruta para empaque se pagó a C$3.002 por libra y la de proceso a C $1.40 por libra en las épocas de baja producción, y a C$1.00 cuando el mercado estaba saturado. A cada pitahaya se le quitan las espinas que llevan en la porción de tallo, se lavan con detergente líquido y un cepillo dental de cerdas finas, con especial cuidado en el orificio apical, y posteriormente se sumergen en una tina con agua e hipoclorito de sodio; una vez desinfectadas se colocan en mesas metálicas para su secado por medio de ventiladores eléctricos. Las normas de calidad para el mercado internacional son: frutas sanas, sin manchas ni cicatrices o heridas; uniformidad de tamaño, forma, peso y color; similar tamaño, número y disposición de las brácteas. Se clasifican en dos grupos: en el Grupo 1 se ubican las frutas de 6 a 8 cm de diámetro, de 200 a 400 g de peso y en cada caja

Cosecha y transporte de pitahaya en la misma parcela, en Nicaragua (foto: A. Rodríguez C.).

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de –40 oC, durante 8 a 12 horas, hasta su total congelación; posteriormente se llevan a una cámara de mantenimiento, a una temperatura de –18 oC, que puede conservar la pulpa hasta por dos años. El rendimiento por cada 100 libras de fruta fresca es de 55 libras de pulpa congelada. Comercialización de la pitahaya nicaragüense.

Revisión y selección de cada fruta para exportación. en Nicaragua (foto: A. Rodríguez C.).

se acomodan de 9 a 14 unidades; en el Grupo 2 quedan las frutas de 9 a 12 cm de diámetro, de 410 a 500 g de peso y de 6 a 8 unidades por caja. Las cajas son de cartón corrugado y alojan de 6 a 14 frutas, con un peso neto total de 3.5 kg. Se almacenan a temperaturas de 7 a 12 ºC y humedad relativa de 85 a 90 %, condiciones en las que puede durar de 22 a 25 días desde la cosecha hasta el consumo final. Al igual que la fruta destinada al empaque, la empleada para la obtención de pulpa se traslada de las fincas al centro de acopio, donde es pesada, lavada y desinfectada. Después se lleva al cuarto de procesamiento, el cual está provisto del equipo indispensable y cuenta con condiciones de asepsia. A los frutos se les hacen tres cortes a fin de facilitar la extracción manual de la pulpa, que es llevada a la máquina desintegradora donde se obtiene un jugo espeso homogeneizado que es vaciado en un dosificador que llena las bolsas de polipropileno de distintas capacidades, que son selladas y acomodadas en pequeños contenedores. Al término del proceso se trasladan a la cámara de congelación rápida donde son sometidas a una temperatura

La amplia difusión del consumo de la pitahaya en varias regiones del país llevó paulatinamente a la conformación de un verdadero mercado nacional, de tal manera que después de la ciudad de Managua los grandes centros de consumo son las importantes poblaciones de León, Chinandega, Masaya y Granada. Ríos (1988: 35) estima que el 95 % de la producción se canaliza al mercado nacional, que está caracterizado por la fuerte demanda de las frutas y la alta variabilidad de los precios. Para el mercado nacional la pitahaya se empaca en grandes canastos de palma, llamados “bultos”, que tienen una capacidad de 12 docenas (144 frutos). Se comercializa generalmente por docenas. Son los mismo productores los que llevan su producción a los mercados, en algunas ocasiones para entregársela a distribuidores y en otras para venderla ellos mismos; en el proceso de comercialización interna también intervienen intermediarios, mayoristas y minoristas. En 1994 el precio mínimo fue de C$1.00 por fruta mediana, y se esperaba que se mantuviera en un promedio de C$2.50 por kg (Hesen, 1994: 124), pronóstico que se ha cumplido a la fecha, aunque con importantes variaciones en el precio en el transcurso del periodo de producción: “precios altos al inicio y al final de la temporada, precios bajos durante los picos de cosecha y precios intermedios en el resto de la temporada” (Ríos, 1998: 35). En

septiembre de 1998 los productores reportaron que al principio de la temporada de cosecha la docena estuvo en el precio máximo de C$90.00 (C$7.50 por kg), y que en la época de mayor producción, los meses de julio y agosto, la docena estuvo a C$15.00 (C$1.25 por kg). Sin embargo, también existen diferencias en precios según las variedades de pitahaya que se oferten en el mercado, el tamaño de la fruta y el punto de venta. Una parte de la producción, proporcionalmente cada vez menor en función de la ampliación del consumo interno, está destinada al mercado exterior, específicamente a países de la Unión Europea (Bélgica, Francia, Holanda, Reino Unido, Alemania, España y Portugal).

Bolsas con pulpa de pitahaya de Nicaragua, listas para su congelación (foto: A. Rodríguez C.).

La primera exportación se hizo en 1989, cuando se enviaron 600 cajas a Bélgica, Suiza y Francia, con precios CIF entre 12.00 y US$20.50 por caja (entre 3.00 y US$5.12 por kg). Esa primera exportación tuvo impacto en el mercado, como lo demuestra el hecho de que para el siguiente año (1990) se recibieron pedidos por un total de 1000 cajas, que no se pudieron surtir por la poca capacidad de producción que había en ese momento.

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Empaque de frutas para venta en el mercado nacional nicaragüense (foto: A. Rodríguez C.).

Entre 1994 y 1998 la cooperativa APRONOT exportó aproximadamente 50 ton de fruta fresca. En 1994 el precio FOB Managua fue de US$2.50 por kg, en 1996 de US$2.20 y en 1998 bajó a US $2.00. Incluso, un comprador de Bélgica ofreció ese mismo año US$1.80, cantidad a la que, en ese caso, adicionalmente había que restarle el 20 % por concepto de promoción de la fruta que haría el comprador, pero que pagaría el vendedor 3 .

1996 US$119,231.00 y para 1997 US$7,178.00. Tales datos indicarían que el precio FOB Managua por kg en 1996 fue de US$3.70 y en 1997 de US$3.12, tal como se anota en el cuadro de exportaciones de fruta fresca de pitahaya de Nicaragua 1995-1997. Sin lugar a dudas, falta precisar los volúmenes exportados para cada año, los países de destino, los precios a los que se vendió y el valor total de las exportaciones.

Las cantidades indicadas por APRONOT, correspondientes a sus propias exportaciones no concuerdan con los datos manejados en otra fuente (Ríos, 1998: 34), que para 1996 señala 8,092 cajas (32.4 ton) y para 1997 consigna solamente 575 cajas (2.3 ton), lo cual significaría una reducción drástica de las exportaciones de fruta fresca. En cuanto al valor de tales exportaciones, de acuerdo con el precio FOB Managua, en el mismo reporte se indica para 1995 US$118,511.00, para

En el conjunto de la economía del país la exportación de productos agrícolas no tradicionales, entre los que destacan el jengibre, la pitahaya y la cebolla, se ha incrementado notoriamente: en 1996 representó el 3.9 % de las exportaciones totales, y en 1997 el 6 %; si las exportaciones agrícolas tradicionales crecieron el 4.2 %, las no tradicionales el 74 %, pasando de 25.9 millones de dólares en 1996 a 45 millones en 1997.

Para su traslado a Europa, donde su principal punto de entrada es Holanda, tiene que llevarse la carga a Costa Rica, dada la carencia de suficientes y expeditas opciones de transporte aéreo desde la ciudad de Managua. El costo del traslado a Europa es de US$1.85 por kg, y a Canadá de US$1.50. Una limitante para el comercio exterior de fruta fresca de la pitahaya de Nicaragua es la ubicación del país en el área centroamericana, que está catalogada en el ámbito mundial como carente de controles fitosanitarios. De esta manera, su mercado se ha reducido a Europa. Francia, Alemania y Rusia son los mercados de importancia. Lo característico y ejemplar de la experiencia de Nicaragua es que también han incursionado en la industrialización de la fruta, lo que les ha permitido participar en el mercado estadunidense con su producción de pulpa congelada, con demanda creciente por parte de la amplia población de origen nicaragüense y en general latino que habita en ese país, así como con potencial para su uso como mezcla y colorante en la industria alimenticia. La pulpa tiene un precio de US$1.80 por libra, FOB Managua, en tanto que los costos de transporte por barco son de US$0.55 por kg a Miami y US$1.08 a Los Ángeles. Los precios son fluctuantes en el mercado internacional, de US$1.80 a US$2.20 por kg FOB Managua. De acuerdo con directivos de APRONOT, no existe demanda fluida de pulpa congelada, e incluso el precio ofrecido en

Datos de exportaciones de fruta fresca de pitahaya de Nicaragua. 1995-1997 AÑO 1995 1996 1997 TO TA L

VOLUMEN (CAJAS) N/D 8,092 575

VALOR (US$) 118,511 119,231 7,178 244,920

PRECIO POR CAJA (US$) N/D 3.70 3.12

FUENTE: Elaborado a partir de datos de S. Ríos, 1998, Breve descripción de la producción y comercialización de la pitahaya en Nicaragua a mayo de 1998, p. 34.

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Datos de exportaciones de pulpa de pitahaya de Nicaragua. 1995-1997 AÑO 1995 1996 1997 TO TA L

VOLUMEN (KG) N/D 32,771 3,800

VALOR (US$) 45,720 77,756 21,579 145,055

PRECIO POR KG (US$) N/D 0.421 0.176

FUENTE: Elaborado a partir de datos de S. Ríos, 1998, Breve descripción de la producción y comercialización de la pitahaya en Nicaragua a mayo de 1998, p. 34.

ocasiones ha llegado a ser menor a los costos de producción. La primera exportación de pulpa congelada fue hecha por la empresa Agroexport Internacional en septiembre de 1991, cuando envió 90 kg para la comunidad nicaragüense que radica en el sur de Florida, en Estados Unidos. En 1996 y 1997 APRONOT exportó 50 ton de pulpa en contenedores, más envíos aéreos de pequeñas cantidades. En 1997 se hizo la primera exportación de pulpa de pitahaya para uso industrial, 17 ton que se mandaron a Estados Unidos. En 1997 las exportaciones fueron muy bajas, de apenas 3.8 ton, y a precios ínfimos, de US$0.17 por kg (ver cuadro de exportaciones de pulpa de pitahaya de nicaragua 1995-1997). APRONOT ha captado mayor demanda que no ha podido cubrir en virtud de los bajos precios que les han ofrecido; también ha recibido pedidos de pulpa sin semilla, cuya obtención no les implica problema técnico, pero ha enfrentado la dificultad de adaptarse al precio ofrecido, toda vez que al eliminar las semillas merma en un 30 % su eficiencia productiva. La pulpa tiene amplio potencial industrial, sobre todo para la industria alimenticia, pues su carácter neutro (no tiene olor ni sabor) permite que se pueda combinar con otras frutas o productos. Sin embargo, falta infraestructura de procesamiento, o sea, la instalación de una verdadera agroindustria que no se limite al empaque en bolsas pequeñas, sino a la producción a escala industrial.

Guatemala. La pitahaya que se aprovecha, cultiva y comercializa, es de cáscara roja y pulpa de color rojo intenso, lo que hace atractivas las frutas cuando son cortadas. Su uso tradicional es alimenticio, en la preparación de refrescos. El periodo de producción inicia en junio y se concentra en los meses de julio y agosto. Las pitahayas se distribuyen en prácticamente todo el país, se reporta su presencia en 13 de los 24 departamentos en los que se divide Guatemala y se indica que se cultiva con mayor importancia en los departamentos de Santa Rosa (municipios de Santa María Ixhuatán, Oratorio, Cuilapa y Guazapán), Jutiapa (municipios de Jutiapa y Pasaco), Sololá (municipios de San Lucas, Tolimán y Santiago Atitlán), Zacapa y El Progreso. La zona corresponde en buena medida al área cafetalera, ubicada entre 600 y 1000 msnm. Se cultiva en sistemas tradicionales, en huertos familiares, de tal manera que no hay plantaciones especializadas. Como soporte se utilizan rocas y troncos o árboles vivos. Los problemas sanitarios son la pudrición de tallos por bacterias; Juárez (1994: 139) reporta la presencia de mosca de la fruta (Anastrepha sp.), pero no se han realizado estudios específicos al respecto. Los productores de las comunidades en las que se cultiva acuden con sus reducidas cosechas directamente a los mercados locales y regionales; tam-

bién le venden a intermediarios que se encargan de llevar la producción a los distintos mercados del país, incluido el de la capital, la ciudad de Guatemala. Los precios varían año con año, e incluso en el mismo ciclo productivo: en 1994 fueron de 0.50 y Q$1.504 por fruta (Juárez, 1994: 140). A pesar de que se cultiva con sistemas tradicionales, en los huertos familiares del municipio de Santiago Atitlán (departamento de Sololá) se obtienen frutas de buena calidad, cultivadas en rocas, en cuya base se establece la pitahaya y se le incorpora tierra y abono. Desde 1990 la producción de esta zona es acopiada por dos empresas que las exportan a Europa, aunque a pequeña escala. A partir de 1994 el gobierno de ese país promueve proyectos de cultivo en los departamentos de Guatemala y Santa Rosa, pero tan sólo han establecido parcelas experimentales. La exportación de pitahaya de Guatemala no es una actividad importante en sí misma; tiene razón de ser en el contexto del funcionamiento de las dos empresas que se dedican a la exportación de frutas y verduras (FRUTESA y UNISPICE), para las cuales la pitahaya es un producto más que demandan algunos de sus clientes y que ellos tan sólo pueden surtir de manera bastante limitada por los bajos volúmenes y los problemas de calidad de la producción. FRUTESA es la empresa más importante, pues exporta cerca de 4000 cajas al año, a precios promedio de US$7.50 por caja, FOB Guatemala. Su mercado es muy reducido y bastante selecto, lo que hace

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que sus precios lleguen hasta US$12.00, también FOB Guatemala. Las dos empresas de Guatemala realizan campañas permanentes de promoción de sus productos a través de sus catálogos, la participación en ferias y la elaboración de instructivos acerca de las propiedades de la fruta y recetarios para su preparación. Su presencia en Internet ayuda a su campaña de promoción y facilita el contacto con mayor clientela. Vietnam, Hong Kong y Taiwán. En los países asiáticos la pitahaya roja de pulpa blanca se introdujo en 1830, cuando fue transportada en una embarcación desde un puerto mexicano al puerto de Cantón, en China. A partir de entonces se dispersó en países como Vietnam, Hong Kong y Taiwán, se incorporó como una planta más de los huertos familiares y pasó a formar parte de la cultura de esas naciones, en donde se le llama “thang loy” (fruta dragón), por la semejanza de las brácteas de la fruta con las escamas del cuerpo del mitológico monstruo. En la actualidad se cultiva en huertos familiares y en pequeñas plantaciones ubicadas a lo largo de la costa de Nha Trang, al norte de la ciudad de Ho ChiMinh, en Vietnam.

Los frutos son consumidos en las mismas localidades productoras y también son llevados a los mercados regionales. Se consume como un frutal exótico y hasta hace algunos años se exportaba principalmente a Japón, a donde dejó de enviarse por no haber las debidas condiciones fitosanitarias en las zonas de producción. Si en Japón existe demanda por esta especie de pitahaya es por el conocimiento que tuvieron de ella a través de las adquisiciones que realizaban en los países vecinos. Italia. En Italia, el interés por cultivar pitahaya surgió en 1988, a raíz de la introducción comercial de la fruta producida en Colombia. La nueva fruta exótica fue del agrado de los consumidores italianos y para suplir su importación se planteó su cultivo en el país. Fue así como se consideró factible de establecerse en el centro y el sur de Italia, introduciendo material vegetativo de pitahaya amarilla y las técnicas de producción desarrolladas hasta ese momento en Colombia (Cacioppo, 1991). Israel. A partir de 1984, investigadores de la Universidad de Negev Ben-Gurion

Producto de la cosecha de pitahaya en Nicaragua (foto: J. Solis).

realizaron colectas de los principales tipos de pitahayas en México y en Centroamérica, que han sido estudiadas por biólogos y botánicos: Hylocereus undatus, H. costaricensis, H.polyrhizus, H.purpusii , H.ocamponis y Selenicereus megalanthus. Después de las pruebas de adaptación en varias ecozonas del desierto, de 37 clones seleccionados cultivan algunas de ellas en invernaderos y en pequeñas plantaciones con sombra como una planta de exportación con potencial para el desierto del Néguev. La variedad que se comenzó a producir comercialmente corresponde al grupo de las pitahayas rojas de pulpa blanca, cuya primera plantación se estableció en 1993 e inició su producción en 1994. Los resultados obtenidos a la fecha indican que inicia su producción al año de su siembra, rinde más de 90 frutos de hasta 700 g cada uno por planta por temporada y requiere solamente 18 litros de agua por semana; su desventaja es que necesita de polinización manual. Desde 1997 la empresa Negev Exotics Ltd. está realizando exportaciones de pitahaya roja de pulpa blanca al mercado europeo, primero con la iniciativa de asignarle un nuevo nombre, “Kubo”, y después con el nombre comercial de “Red Eden Fruit” y con la característica de que se trata de frutas con bastante uniformidad en tamaño, forma y coloración, según las muestras que exhibieron en 1998 en la feria de alimentos de Anuga, Alemania. En 1997 se exportó a Europa 25 ton. Las frutas se venden en Israel a US$2.30 cada una. Tienen demanda en supermercados de Alemania y Suiza. Se estima que su potencial de mercado en todo el mundo es de “millones de dólares”, por lo que se plantea la necesidad de financiamiento inmediato para la construcción de más inverJunio

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naderos. Se estima que ya existen 20 ha con pitahaya. En 1999 se inició la exportación a Europa de otra variedad de pitahaya que corresponde al grupo de la amarilla. La empresa exportadora es Agrexco Ltd., que con la marca “Carmel”, la leyenda “Select Fruits” y el nombre de “Yellow Pitahaya” las comercializa en cajas de cartón de 8, 10, 12, 14 o 16 unidades, que corresponden a frutas con peso de más de 361, de 261 a 360, de 201 a 260, de 151 a 200 o de 111 a 150 g, respectivamente. Cosecha de pitahaya en el desierto de Néguev, Israel.(foto: Y. Mizrahi).

Perspectivas. La demanda de las frutas de las distintas pitahayas es importante y creciente en algunos mercados regionales y su aceptación es cada vez mayor en el mercado internacional, en donde ya son reconocidas como una exquisita y exótica fruta tropical. Estos mercados deben consolidarse y ampliarse mediante la obtención de pitahayas con las calidades demandadas por los consumidores, la promoción de las mismas y la organización de eficientes sistemas acopio, empaque y comercialización.

embargo, están en el crecimiento del consumo interno; para lograrlo se requiere de campañas sistemáticas de promoción de la fruta, de sus características, de sus distintas formas de uso y de sus variadas propiedades. Del buen diseño y aplicación de las estrategias de promoción dependerá el incremento de la demanda de pitahayas, que permita rebasar los limitados mercados regionales y conformar mercados nacionales; de esta manera también se evitaría el establecimiento de relaciones de dependencia de mercados foráneos.

Las perspectivas para los diferentes países productores de pitahayas, sin

En el mercado internacional, que muestra una tendencia al incremento del

Empaque y frutos de pitahaya amarilla comercializados en Europa por Israel.(foto: Y. Mizrahi).

consumo de frutas exóticas, cada tipo de pitahaya y los diferentes países que los producen tienen distintas perspectivas, toda vez que, en general, no se establece competencia directa entre ellos. En Colombia tienen que aplicarse rigurosos y costosos métodos de tratamiento para el control de moscas de la fruta, como requisito para volver a exportar pitahaya amarilla. En Nicaragua y en Guatemala tienen que superarse las restricciones sanitarias por su ubicación en el área centroamericana, así como la limitada infraestructura de exportación con que cuentan; en el caso de la pulpa congelada, en Nicaragua tendrán que aplicarse innovaciones tecnológicas que abaraten los costos de producción y mejoren la calidad del producto. En México tendrá que organizarse globalmente la comercialización de pitahayas rojas de pulpa blanca para que pueda ofertar de manera continua frutas de calidad, sanas y uniformes durante toda la temporada, que le permitan competir con la incipiente producción que se está generando en Israel. A pesar de que los diferentes tipos de pitahaya tienen mercados distintos, entre ellos existen relaciones e influencias. En el mercado internacional, para un amplio sector de consumidores la pitahaya está indisolublemente asociada a la fruta producida en Colom-

Junio

37

bia, de color amarillo, en virtud de que fue la primera en colocarse en ese mercado. Los productores y comerciantes de pitahayas rojas, tanto de pulpa roja como de pulpa blanca, en consecuencia, tienen que superar el estereotipo formado a partir de la producción de Colombia, pero también deben asumir que el precio de la pitahaya amarilla es el referente más importante para la definición del precio de las otras pitahayas, y que los valores de tal referente tienen clara tendencia a la baja. La restricción sanitaria definida para la pitahaya amarilla también se aplica a las otras pitahayas, de tal manera que el importante mercado de Estados Unidos está vedado porque dicho país rechaza toda fruta que cataloga como hospedera de moscas de la fruta, plagas de las que está libre en todo su territorio. Incluso, los envíos de pitahaya sólo pueden hacer escala o trasbordo en ese país mediante condiciones controladas.

Forma de cosecha de pitahaya, en Nicaragua (foto: A. Rodríguez C.).

En el mercado asiático también aplican medidas fitosanitarias estrictas, pero aceptan, sin tratamiento alguno, la pitahaya roja de pulpa blanca producida en México; en el mercado europeo son más tolerantes, pues no hay obstáculo para la introducción de pitahayas de Guatemala y Nicaragua. Sin embargo, la aceptación en Colombia de que la pitahaya es atacada por moscas de la fruta, y de que, por tanto, es necesario someterla a tratamiento de vapor caliente, dificultará aún más los esfuerzos realizados en Nicaragua para demostrar lo contrario. De no avanzarse coordinadamente en los estudios que constaten la presencia o ausencia de moscas de la fruta en todas o en ciertas pitahayas, la tendencia será a la aplicación de tratamientos costosos a toda la producción de exportación.

que define ventajas y desventajas para las distintas pitahayas y sus productores. En Colombia existen las mayores ventajas al respecto, pues su producción es durante todo el año, se concentra en dos épocas, de julio a agosto y de noviembre a febrero, y en la segunda es la única pitahaya que concurre al mercado. En Nicaragua, en tanto, hay ventajas por sobre Guatemala en el mismo tipo de pitahaya, pues la disponibilidad en el primer país abarca de mayo a noviembre, mientras que en el segundo es de junio a agosto. La disponibilidad de fruta en México comprende de junio a octubre, pero existen dificultades para que en ese lapso de tiempo la oferta sea regular y continua, prácticamente semana a semana —condición forzosa para participar y mantenerse en el mercado internacional de frutas—, pues la producción se concentra solamente en cuatro o cinco semanas, en periodos discontinuos.

La disponibilidad de las frutas en el transcurso del año es otro elemento

De acuerdo con las consideraciones anteriores, la perspectiva para Méxi-

co no está en el mercado internacional —que sin lugar a dudas es importante y debe buscarse participar crecientemente en él—, sino en la ampliación de su mercado interno. Al respecto, conviene asimilar la experiencia colombiana, donde la pitahaya no tenía demanda regional ni nacional y se impulsaron proyectos dirigidos exclusivamente a la exportación; cuando por problemas fitosanitarios disminuyeron drásticamente las exportaciones el mercado nacional no estaba preparado para captar el producto, lo que ocasionó serios problemas a los productores, que por fortuna fueron amortiguados por el mejoramiento en las condiciones de comercialización de su principal cosecha, el café. En contraparte, en Nicaragua el mayor conocimiento de la fruta por los consumidores favoreció la ampliación del mercado nacional, de tal manera que el 95 % de la producción se consume en el país y solamente el 5 % se destina al mercado internacional, sea como fruta fresca o en forma de pulpa congelada. Junio

38

Para la expansión del mercado internacional de las pitahayas es necesario promoverlas de manera constante y eficaz; al respecto debe tenerse presente el señalamiento de la presidenta de una empresa exportadora de Guatemala en el sentido de que la promoción “tiene un alto costo, y sólo tiene sentido si hay continuidad en la disponibilidad del producto y la calidad es consistentemente buena”. Organizaciones de productores y empresas de varios países han diseñado y ejecutado acciones de promoción, tanto en ferias internacionales como en publicaciones de diverso tipo y en sus páginas de Internet. En un estudio realizado en Nicaragua se indica que las empresas importadoras de Europa consideran que “un pequeño esfuerzo en términos de mercadotecnia y promoción destinada al mercado consumidor ayudaría a ampliar el mercado así como también incrementar su consumo en el mercado existente” (Stubbert y Mojica, 1997: 9). Para organizar la exportación deben existir empresas plenamente constituidas, conocedoras tanto de las particularidades de la producción y de la demanda de pitahayas, como de los procedimientos para la comercialización internacional. Dado que la producción es estacional, no resulta conveniente que se limiten exclusivamente a la comercialización internacional de pitahayas, sino que incorporen otros productos que le permitan operar durante todo el año y que de esa manera tenga posibilidad de vincularse a un mayor número de compañías importadoras, empresas exportadoras del país o intermediarios internacionales (brockers). Las empresas deben contar con personal encargado de la identificación y exploración de nuevos mercados, así como personal y estrategias para la promoción. Deben tener, asimismo, un sistema eficiente de acopio de la producción, así como infraestructura para el lavado, desinfección, selección, empaque y conservación de las frutas.

Finalmente, a partir de la gran variedad de usos de las pitahayas deben probarse y aplicarse las diversas opciones de industrialización, pues son de vital importancia para el avance y consolidación de los proyectos de producción de pitahayas, toda vez que permiten ofertar varios productos, tener disponibilidad durante todo el año, mantener en operación los establecimientos agroindustriales y las empresas exportadoras y agregarle mayor valor al producto agrícola, lo que debe repercutir en mayores beneficios para los productores y mayor desarrollo para las zonas de cultivo.

Bibliografía Barbeau, G. s.a. Frutas tropicales en Nicaragua. Managua, Nicaragua, Dirección General de Técnicas Agropecuarias del Ministerio de Desarrollo Agropecuario y Reforma Agraria y Editorial Ciencias Sociales. Becerra O., L. A. 1986. El cultivo de la pitahaya. Manizales, Colombia, Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Programa de Desarrollo y Diversificación de Zonas Cafeteras. Becerra O., L. A. 1994. El cultivo de la pitahaya (Selenicereus megalanthus). En: Villegas, M. et al. (Eds.). Memorias de la Primera Reunión Internacional y Segunda Nacional sobre Frutales Nativos e Introducidos con Demanda Nacional e Internacional. Montecillo, México. Pp. 123-142. Cacioppo, O. 1991. Fico d’India e pitaya. Verona, Italia, Edizione L’Informatore Agrario. Carulla, J. 1990. Consideraciones generales para el mercadeo de la pitahaya en Colombia. En: Agricultura tropical, 1 (27): 71-74.

* Artículo elaborado por: Adolfo Rodríguez Canto Profesor-investigador del Centro Regional Universitario Península de Yucatán de la Universidad Autónoma Chapingo. Tel.: 0199-460564, fax: 0199-299084, correo electrónico: [email protected]

1 El procedimiento para la obtención de la superficie para México se explica en el artículo correspondiente a ese país.

2 Un córdoba equivale a 0.08 dólares de Estados Unidos (US$1= C $12.17), de acuerdo a cotización del 24 de octubre de 1999.

3

R. Mendieta, 1998, Exportaciones de fruta fresca de pitahaya. San Marcos, Carazo, Nicaragua, APRONOT (comunicación personal). 4

Un quetzal equivale a 0.13 dólares de Estados Unidos (US $1=Q $7.83), de acuerdo a cotización del 28 de octubre de 1999.

Hesen, J. y A. L. Téllez. 1995. La pitahaya se abre paso! En: Agricultura de las Américas, 44 (2): 6-10. Juárez, C. A. 1994. Situación actual del cultivo de pitahaya en Guatemala. En: Hesen, J. et al. (Eds.). Memoria del Primer Encuentro Nacional del Cultivo de Pitahaya. San Marcos Carazo, Nicaragua, Instituto Nicaragüense de Tecnología Agrícola, Proyecto CEE-ALA 86/30 y Asociación de Productores Exportadores No Tradicionales. Pp. 134140. Ríos, S. 1998. Breve descripción de la producción y comercialización de la pitahaya en Nicaragua a mayo de 1998. En: Nicaragua For Export, mayo-junio de 1998. Managua, Nicaragua, APENN. 34-35 p. Rodríguez C., A. 2000. Pitahayas. Estado mundial de su cultivo y comercialización. Maxcanú, Yucatán, México, Fundación Yucatán Produce AC y Universidad Autónoma Chapingo. Stubbert, K. y C. Mojica. 1997. Mercado de la pitahaya. En: Nicaragua For Export, marzo de 1997. Managua, Nicaragua, APENN . 8-11 p.

Junio

39

OFERTA Y DEMANDA MUNDIALES DE TRIGO

Introducción De acuerdo a los reportes dados a conocer por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), para el año agrícola 1999/2000, el consumo mundial de trigo superará por segundo año consecutivo la producción del mismo, a la vez que el comercio mundial se recuperará del descenso que se observó en el año 1998/99. Estos indicadores y otros más son analizados en el presente artículo, además de la tendencia que se ha registrado en las cotizaciones del grano en el mercado.

Producción Las estadísticas del USDA, señalan que la superficie cultivada de trigo, a nivel mundial para el ciclo 1998/99, se ubica en 224.4 millones de hectáreas, lo que representa un decremento del 1.5%, en relación al año previo.

Sin embargo, no sólo se observa una reducción en la superficie cosechada, sino que la productividad mundial también registra un retroceso. De acuerdo a los reportes, los rendimientos mundiales de trigo se ubican, en promedio, en alrededor de 2.62 toneladas por hectárea, esto es 1.8% menor en-

tre un año y otro, descenso motivado por factores climáticos adversos que se presentaron en algunos países productores. Con lo anterior, la producción mundial de trigo se estima en cerca de las 589 millones de toneladas, 3.3% por abajo del nivel alcanzado en el año 1997/98. Los mayores resultados negativos se observaron en los países importadores (China, las naciones de la ex-URSS, Egipto, Marruecos, entre otros) del cereal, donde se observa una contracción en la producción de 14.6% entre un año y otro. Por el contrario, los países exportadores (Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, entre otros) tuvieron un alza de 5.6%, en el mismo lapso. Los principales productores de trigo a nivel mundial son China, la Unión Europea, India, Estados Unidos y Rusia, los cuales en conjunto aportan alrededor del 65% de la producción mundial. De los cinco países Rusia, China e India registran un reducción en la producción de trigo para el ciclo 1998/99. La caída más notoria se observa en Rusia cuya producción es 39% inferior a la del año 1997/98. Esta contracción se debe a un descenso en la productividad del cultivo, ya que la superficie cultivada si bien se contrajo en 0.4%, los rendimientos lo hicieron en 39.0%. Los descensos en la producción en China e India son menores, 11.0% y 4.2%, respectivamente, sin embargo, mientras que en China se debió tanto a una reducción de la superficie cultivada (0.9%) y en los rendimientos (10.2%), en el caso de India obedeció principalmente a la caída en los rendimientos del orden del 7.1%, mientras que su superficie cultivada se incrementó en 3.1%. Junio

40

Principales países productores de trigo (millones de toneladas) País

96/97

97/98

98/99*

99/00**

CHINA UNIÓN EUROPEA INDIA ESTADOS UNIDOS RUSIA OTROS

110.30 99.00 62.62 62.10 34.90 213.52

123.30 94.21 69.28 67.53 44.20 211.00

109.73 103.07 66.35 69.33 26.90 213.39

115.00 96.93 70.78 62.66 31.00 209.22

MUNDIAL

582.44

609.52

588.77

585.59

FUENTE: ASERCA CON DATOS DEL USDA

* preliminar

** proyección

( m i l lo n e s d e t o n e la d a s )

6 2 5 6 0 9 .5 2

5 8 9 .1 3 5 8 2 .4 4

5 5 0 5 3 7 .3 4

5 2 5

5 0 0 9 6 /9 7

9 7 /9 8

9 8 /9 9

F ue n te : A S E R C A c o n d a t o s d el U S D A

En los últimos años el consumo mundial de trigo ha mantenido una tendencia alcista y en el año 1998/99 la cifra cerró por arriba de la producción.

5 8 4 .8

5 7 5

9 5 /9 6

Consumo

Las cifras preliminares del USDA, indican un consumo mundial del cereal de 591.5 millones de toneladas, de las cuales aproximadamente 58% se consumen en China, la Unión Europea, India, Rusia y Estados Unidos.

P ro d u cc ió n m u n d ia l d e trig o

6 0 0

Finalmente, por lo que respecta a la Unión Europea y Estados Unidos la producción se ubica 9.4 y 2.7% por arriba del nivel alcanzado un año antes, gracias en ambos casos a incrementos observados en sus rendimientos de 9.0 y 9.6%, respectivamente.

9 9 /0 0 *

* e s t im a d o

De los cinco países, sólo Rusia e India presentan una reducción en la demanda del producto, sin embargo, el caso ruso es el más notorio, ya que el consumo del grano registra una contracción del 11.1% entre 1997/98 y 1998/99, mientras que en India la reducción es del 1.6%, en el mismo periodo. Contrario a lo que acontece en Rusia, el consumo de Estados Unidos presenta un repunte del 10%, en el mismo lapso, resultado debido en gran parte a que el grano ha sido más accesible por los precios que se pagan en el mercado gracias a la mayor oferta del mismo. Algo similar sucede en los países que conforman la Unión Europea, los cuales han registrado un incremento en la disponibilidad del grano, permitiendo que éste se vuelva más accesible para el demandante. Comercio Internacional Para el año 1998/99 el comercio mundial de trigo presenta un decremento del 2.7% en relación al año previo, al

Junio

41

Según las estimaciones del USDA, las exportaciones de trigo estadounidense cerraron el año 1998/99 en alrededor de 29 millones de toneladas, las de Canadá en 14.4 millones, las de la Unión Europea en 14.6 millones y las de Australia en 16 millones.

C o n s u m o m u n d ia l d e tr ig o (m illo n e s d e to n e la d a s )

6 1 0 5 9 1 .8 5

5 9 0

5 9 3 .1 3

5 8 4 .3 5 5 7 9 .8 9

5 7 0 5 5 0 .3 7

5 5 0

5 3 0

5 1 0 9 5 /9 6

9 6 /9 7

9 7 /9 8

9 8 /9 9

F u e n t e : A S E R C A c o n d a to s d e l U S D A

9 9 /0 0 *

* e s t im a d o

Principales países consumidores de sorgo (millones de toneladas) País

96/97

97/98

98/99*

99/00**

CHINA UNIÓN EUROPEA INDIA RUSIA ESTADOS UNIDOS OTROS

113.00 81.12 65.92 37.81 35.50 246.54

114.86 81.36 68.41 39.61 34.22 245.89

115.64 87.80 67.34 35.18 37.68 248.86

117.00 88.90 69.25 35.50 35.27 248.36

MUNDIAL

579.89

584.35

591.50

594.28

FUENTE: ASERCA CON DATOS DEL USDA * preliminar NOTA: La suma del total puede no coincidir por el redondeo

ubicarse en cerca de 100 millones de toneladas. Por el lado de los oferentes del grano, Canadá registra el descenso más marcado (32.2%), mientras que Estados Unidos, la Unión Europea y Austra-

** proyección

lia, observan un alza que no supera el 4.0% en cada uno. El incremento en la oferta mundial de trigo, ha provocado un aumento en la producción exportable en algunos países, por lo que los demandantes tienen más opción de compra y con ello un mejor precio.

C o m er cio m u n d ia l d e tr ig o * * ( m i l l o n es d e t o n e l a d a s )

En cuanto a los demandantes de trigo, Egipto, que en los últimos años ha registrado un repunte en sus compras del cereal, importó 7.4 millones de toneladas, seguido por Brasil con 7.3 millones, Japón con 5.9 millones e Irán con 2.5 millones, el cual como se verá más adelante, sus compras se reactivarán de manera importante. El incremento en el consumo mundial de trigo y la contracción de la producción del mismo se ha visto reflejado en los inventarios finales del cereal. Después de una recuperación que éstos habían registrado en los últimos años, las existencias finales de trigo, para el año 1998/99, podrían cerrar en 135.5 millones de toneladas, 1.9% por abajo del nivel registrado en el año previo, sin embargo, se mantienen 25.6% por arriba de su nivel más bajo alcanzado en la segunda mitad de la presente década (1995/96). Cotizaciones En los últimos meses las cotizaciones de trigo registradas en los principales mercados estadounidenses se ubicaron en sus niveles más bajos de las últimas décadas.

1 0 5 1 0 3 .5 9

1 0 4

1 0 4 .2 1

1 0 3 .2 6

1 0 3 1 0 2 1 0 1 1 0 0

1 0 0 .4 6 9 9 .4 9

9 9

Durante diciembre de 1999 las cotizaciones observadas en la Bolsa de Futuros de Chicago se ubicaron en 91.3 dólares por tonelada, contra 101.5 dólares del mismo mes del año anterior.

9 8 9 7 9 6 9 5 9 5 /9 6

9 6 /9 7

9 7 /9 8

F u e n t e : A S E R C A c o n d a to s d e l U S D A

9 8 /9 9

* e s ti m a d o

9 9 /0 0 *

* * e x p o r t a c io n e s

Este comportamiento obedece al incremento en la oferta del producto en el mercado internacional. La mayor producción en algunos países importadores ha provocado que la Junio

42

I n v e n ta r i o s m u n d i a l e s d e t r i g o ( m i l e s d e to n e l a d a s )

1 4 0

1 3 0

1 2 0

1 1 0

1 0 0 9 5 /9 6

9 6 /9 7

9 7 /9 8

I n i c ia l

9 8 /9 9

9 9 /0 0 *

F in a l F u e n t e : A S E R C A c o n d a to s d e l U S D A

observado un incremento en la disponibilidad de trigo y con ello bajos precios del grano. La contracción en la demanda de algunos de los principales compradores como Egipto y Marruecos ha sido un factor que no ha permitido el repunte de las cotizaciones. Dado que se espera que estos países no incrementen de manera notoria sus importaciones en los próximos meses, podría pensarse que la tendencia de los precios se mantenga bajista en el corto plazo.

* e s t im a d o

Perspectivas

Principales países exportadores de trigo (millones de toneladas) País

96/97

97/98

98/99*

99/00**

ESTADOS UNIDOS CANADÁ UNIÓN EUROPEA AUSTRALIA OTROS

27.09 18.17 17.83 18.19 22.31

28.09 21.33 14.19 15.44 24.21

29.04 14.46 14.59 16.00 26.37

28.50 18.50 15.50 18.50 23.31

103.59

103.26

100.46

104.31

MUNDIAL

FUENTE: ASERCA CON DATOS DEL USDA

* preliminar

demanda se contraiga, repercutiendo en la debilidad del mercado. A lo largo de las últimas semanas el clima en las principales zonas productoras estadounidenses ha jugado un papel importante en el rumbo de los precios. Hacia la primera mitad de mar-

** proyección

zo se habían registrado condiciones secas y cálidas y con ello el temor de que la calidad y rendimientos del cultivo de invierno se vieran afectados, provocando alzas en las cotizaciones. Por lo que se refiere al mercado internacional, en Europa también se ha

Principales países importadores de trigo (millones de toneladas) País

96/97

97/98

98/99*

99/00**

EGIPTO JAPÓN BRASIL IRÁN ARGELIA OTROS

6.90 6.26 5.72 7.10 3.63 73.97

7.16 6.20 5.96 3.60 5.22 75.13

7.43 5.88 7.29 2.50 4.20 73.12

6.50 5.90 6.70 7.00 4.50 73.64

MUNDIAL

103.59

103.26

100.46

104.24

FUENTE: ASERCA CON DATOS DEL USDA

* preliminar

** proyección

Para el ciclo agrícola 1999/200 se espera cultivar, a nivel mundial, una superficie cercana a las 216.6 millones de hectáreas, contra las 224.4 millones del año previo, y asimismo se estima que la productividad del grano se incremente en 3.0% en el mismo lapso. Con estos resultados, las estimaciones del USDA proyectan una producción mundial de trigo, para el año 1999/ 2000, 0.5% menor a la del año previo. En este sentido, tanto la Unión Europea como Estados Unidos registran una reducción en su producción, siendo del 5.9% para el primero y 9.6% para el segundo, mientras que Rusia presenta una recuperación del 15.2%, que si bien no alcanza los niveles de 1997/ 98, sí le permite una menor dependencia del mercado externo. En cuanto al consumo mundial de trigo las estimaciones del USDA lo ubican en aproximadamente 594.3 millones de toneladas, cifra que de lograrse representaría el quinto año consecutivo con incrementos, provocando por segundo año que la producción quede por debajo del consumo. El mercado internacional de trigo ha mostrado rasgos importantes en los últimos meses. Por un lado, el incremento en la oferta mundial ha provo-

Junio

43

cado que más países se incorporen como oferentes del producto, con lo cual el cereal estadounidense ha encontrado más competencia, tal es el caso del grano de Canadá, Argentina y Australia, por señalar algunos.

P r e c i o s d e f u t u r o d e tr i g o e n E s t a d o s U n i d o s (d ó la r e s p o r to n e la d a )

1 40

1 30

1 20

Por otro lado, Irán por segunda ocasión en cuatro años podría ubicar sus importaciones por arriba de 7 millones de toneladas, convirtiéndose en el principal importador del mundo. Las malas condiciones climáticas que se mantienen en ese país podrían incrementar la posibilidad de que la producción disminuya notoriamente, por lo que tendría que recurrir en los próximos meses a incrementar sus compras en el mercado externo.

1 10

1 00

9 0

8 0 E 98

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M

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J

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S

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N

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E 99

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C B O T

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O

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E 00

F

M *

KC F U E NT E : A S E R C A C O N DA T O S D E RE UT E RS

* a l 1 0 d e m ar z o

Los beneficiarios de esta situación serán países exportadores como Canadá y la Unión Europea, dado que Kazakstán, vecino de Irán, no cuenta con el grano suficiente para satisfacer sus requerimientos y no se espera que Estados Unidos realice ventas al país asiático por las sanciones que le ha impuesto. Por otro lado, algunos países importadores como Egipto, Marruecos y Corea del Sur se espera que disminuyan sus importaciones del grano, debido a la debilidad de la demanda interna y el alza de su producción en algunos casos. El mayor consumo, la menor producción y el crecimiento en el comercio mundial de trigo se reflejará en una reducción de las existencias del mismo, situando los inventarios cerca de las 126.8 millones de toneladas. Lo anterior podría permitir una recuperación en los precios internacionales.

P r ec io s d e físico d e trig o e n E sta d o s U n id o s (d ó la r e s p o r to n e la d a )

160 150 140 130 120 110 100 90 80 70 E 98

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A

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F T E . IN V . K C

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S V E . IN V . K C F U E N T E : A S E R C A C O N D A T O S D E S N IM

J

A

S

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N

D

E 00

F

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F T E . P R IM . M N * a l 7 d e m ar z o

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