Domingo 20 Septiembre 2015 BUENOS AIRES AÑO 6 - N°336 SUPLEMENTO JOVEN DE TIEMPO ARGENTINO

A PALOS

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Además: Cuba y los desafíos de “insertarse en el mundo” | Dardo Scavino: juventud y la crisis de la idea de emancipación | Francisco Moulia | Zambayonny | Editorial Municipal de Rosario | El fantasma de Soldati | Entre Ríos | Cumbia de la Buena | Estereotipos

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Caja Negra El chef Por Zambayonny Ilustración: Daniel Caporaletti “No le hagan ningún comentario específico sobre la comida porque lo puede tomar a mal, solamente díganle que querían felicitarlo y por favor no lo miren a los ojos porque se ofende“, nos advirtió el encargado mientras avanzábamos en grupo por los recovecos de la enorme cocina rumbo a la oficina del prestigioso chef. Los cocineros y los demás empleados nos veían pasar con cierta pena como quien ve transitar el último pasillo al condenando. Yo estaba acostumbrado a las parrillas de Buenos Aires donde cada uno saluda al parrillero cuando se va, levantando la mano de lejos y nada más. Pero acá el asunto era absolutamente diferente. Por más que había intentado negarme a conocer al responsable de la carta, los demás comensales me explicaron que en ese sitio se consideraba una insolencia que alguien no quisiera ir a felicitar al chef luego de la cena, por lo tanto antes del postre nos levantamos de nuestras sillas y el puntilloso encargado del salón nos condujo a través de una puerta esquivando mozos que pasaban apurados con bandejas en las manos. El trayecto era largo y complicado. Tardamos mucho en llegar. Había que pasar junto a prolongadas mesadas llenas de carne, pescado, pollo y verduras, luego doblar por donde se divisaban las interminables planchas y los amplísimos hornos, enseguida detenerse frente

a las bachas, las estanterías y las ruidosas heladeras para finalmente ascender por una minúscula escalera hasta la oficina del chef. El encargado estaba a punto de tocar la puerta cuando se dio cuenta de que faltaba alguien. Salimos seis personas y llegamos cinco. “Alguien se perdió, la reputísima madre“, dijo en un susurro dejando de lado los buenos modales que traía hasta ese momento. Inmediatamente nos contamos con la mirada y efectivamente comprobamos que faltaba un pelirrojo bajito con traje negro que había sido uno de los más entusiasmados con la idea de conocer al chef. -¿Falta el colorado no? -preguntó nervioso como si se estuviera jugando el trabajo y el prestigio- no puedo perder un tipo en la cocina y menos un colorado… -Si, yo la última vez que lo vi estaba asomado a una máquina que pelaba papas… -le avisó uno de los que me acompañaban y eso puso todavía más alterado al encargado que de inmediato sacó un handy y se comunicó con un subalterno. -Vicente… Vicente… -del otro lado no le respondía nadie y la tensión iba en aumento- Vicente, atendé que tenemos un comensal extraviado… Nada. Vicente no respondía y el encargado ya estaba demasiado perturbado. -¡Vicente perdimos un cliente por las papas, carajo! -Ok, copiado -respondió por fin una voz metálica.

Estereotipos

El que odia a Niembro pero por el fútbol

Mandá tus ideas a [email protected] o vía Twitter a @niapalos así lo publicamos.

Todos nos quedamos en silencio junto a la puerta del chef esperando que estuviéramos todos para que nos atienda. Los minutos eran interminables. -Yo lo vi llorando frente a una fuente de ostras -le dije de pronto para molestarlo -¿Llorando? -se asustó el encargado -Sí, me pareció que lloraba, pero podía ser por la cebolla, qué sé yo. -Ahí no pelan cebolla -me corrigió fastidiado -Entonces lloraba de angustia -le dije triste-. De todos modos no sé si era pelirrojo porque le daba la luz blanca de la cocina y me pareció más bien canoso. El encargado me miró con odio y dudó de mi dato pero tomó el handy e intentó una nueva comunicación. -Vicente, buscalo también por las

• Va a la cancha y se la pasa diciendo “que viva el fútbol”. • También te puede tirar un “abrazo de gol” no irónico. • Cree que todo el fútbol está manejado por “cinco gordos de traje”. • Trata de meter el tema de Burzaco y el escándalo de la FIFA a cada asado que lo invitan. • Está muy en contra de que bardeen a los comentaristas que están en el campo de juego. • Simpatiza con Argentinos Juniors por Benedetto. • Y con Platense por Fabbri. • Simpatiza con Fabbri. • Cree, como Fabbri, que el gran flagelo del fútbol es que los jugadores “hacen teatro”. • Puede simpatizar con dos equipos enfrentados. • Nadie sabe muy bien de qué club es hincha. • Banca mucho a Mariano Hamilton. • Se comió el cuento de que Niembro era de

ostras, repito… buscalo por las ostras y puede ser canoso. -Ok, copiado El encargado volvió a guardar el handy y nos pidió por favor que una vez que estuviera solucionado el inconveniente no le dijéramos nada al chef porque podría llegar a ser una catástrofe para el restaurante si se divulgase que un cliente se perdió en su cocina. Esta advertencia yo sentí que me la decía a mí. -Seguramente habrá una atención para que nos olvidemos de este asunto, ¿no? -le dije guiñándole un ojo con complicidad. -Claro que sí, señor -me respondió mirándome fijo-. Con certeza un champagne de cortesía llegará a su mesa en cuanto todo esto esté solucionado. Me pareció poco. -¿Ustedes pierden un tipo en la co-

Chicago. • Está pensando algún post para subir a Facebook pero todavía no tiene opinión formada. • Dice que él ya sabía de lo La Usina por las PNT en medio de los partidos. • Festejó más la salida de Fox Sports que la renuncia a la candidatura. • Vota en Capital. • Siente que la denuncia es parte de la batalla cultural. • Le gustaría que Fox lo reemplace con Javier Vicente. • Igual cree que la política está contaminando el fútbol argentino. • Lee las notas de Gustavo Veiga. • Banca la “transformación” de Tévez. • Tiene de fondo de pantalla una foto que se sacó en Cuba junto a la leyenda “Bloqueo. El genocidio más largo de la historia”. • Banca mucho los dibujos de los historietistas cuando pasa una tragedia tipo Charlie Hebdo o los refugiados.

cina y nos querés coimear con un champagne de mierda? Esto lo tiene que saber la prensa y el chef -le respondí disgustado amagando a manotear el picaporte de la oficina. El encargado casi se rompe la columna al interponerse entre la puerta y yo. -¡Shh! Está bien, está bien. Olvídense de la cuenta de hoy, todo corre como invitación de la casa -Ok. Y el champagne de mierda también lo quiero– le aclaré. El encargado asintió con la cabeza y volvió a tomar el handy. -¿Vicente, lo encontraste? -Acá hay algo -respondió la voz metálica. No parecían buenas noticias. -¿Algo? -preguntó confundido el encargado -¡Vuelvan para acá, repito, vuelvan rápido para acá! Dimos la vuelta corriendo. Bajamos las escaleras y al llegar al sector donde se encontraba la máquina de pelar papas vimos a todos los empleados amontonados alrededor del artefacto. -¿Qué pasó? -preguntó el encargado -Pelaron a un tipo -respondió la cocinera con resignación. -¡Pero cómo mierda pelaron un tipo! ¡Son una manga de inútiles! Nadie podía creer lo que había pasado. Nos llevaron a todos a declarar y clausuraron el restaurant. Fue un escándalo nacional. Por suerte esa noche mientras estábamos en la comisaría lo pude saludar al chef, obviamente sin mirarlo a los ojos, no vaya a ser cosa que se ofenda.x

• Le genera contradicciones los avisos de FIFA en contra de la discriminación. • Militante de Fútbol para Todos. • Dejó de desconfiar de Scioli cuando dijo que el Fútbol para Todos era un “nuevo derecho”. • Colecciona camisetas viejas. • Lo primero que comenta el lunes es la apertura de Fútbol Permitido. • Le gustaba más cuando estaba Apo. • Se pasó viendo la fecha de los clásicos. • Le gustó mucho Defensa y Justicia – Arsenal. • Lee Tiempo Argentino. • Para él “resistir los 90” fue haber evitado la tentación de hojear el Clarín Deportivo cada vez que se sentaba a leer Página/12 los lunes. • Considera a Brancatelli parte de la renovación necesaria del periodismo deportivo. • Extraña el programa de Bonadeo, Latorre y Arcucci. • Le gusta mucho D'Onofrio.

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Ruido de fondo El suicidio es una opción Por Carlos Godoy @yurigagarina En general las primeras novelas suelen reunir una lista de condiciones. No por una imposición del mercado editorial, sino porque la necesidad de escribir una primera novela en un autor suele manifestarse bajo la estructura de policial o de recorrido iniciático. Es decir, la resolución de un enigma y el cambio de espacio (físico o alegórico) que propone un viaje de iniciación, suelen ser zonas de confort para el novelista novato. No es el caso de Francisco Moulia y Tácticas de superación personal publicado por la editorial Interzona -que en algún momento supo ser una editorial de culto y ahora sigue una agenda difícil de descifrar, de entender-. Si bien el libro es una típica novela iniciática con una tragedia y un viaje de reconstrucción con sus respectivas peripecias, en realidad no se trata de una primera novela. Francisco Moulia ya tiene otra publicada en 2012 por la editorial Nulú Bonsái que, curiosamente, no tiene nada de iniciática. Esta primera novela, Cortes argentinos, es una especie de comedia de enredos desaforada que va tornándose más y más oscura a medida que los protagonistas van entendiendo la naturaleza

del problema en el que se encuentran. Pero volvamos a Tácticas de superación personal. Desde el título se puede develar que la propuesta estilística del texto resguarda ciertas relaciones, cruces, con el género de autoayuda. En la contratapa hay una aclaración al respecto y más abajo Martín Kohan dice que esta es una novela que empieza con “un hecho inconcebible” y a partir de ahí se construye el relato. Pero esta, llamemos, estrategia del cruce de géneros y del decrescendo en la tensión de la trama no establece ningún tipo de transparencia con el tema central de la novela que es el dilema moral del suicidio asistido. En la clasificación del suicidio que hace Durkheim, el asistido podría entrar den-

tro del anómico que es un suicidio “natural”, “regulador”. El suicidio en el que el suicidando busca cerrar una etapa en relación a la especie más que por una necesidad personal como el sufrimiento. Es el tipo de suicidio en el que el individuo ya no puede aportar nada más a la sociedad y por ello decide dejar de existir. José, el protagonista de la novela, se interna en el Valle de Traslasierra en una casa prestada y allí se dedica a escribir. A realizar un autoanálisis proyectado en la escritura en un diario. La convivencia con los personajes extraños de la zona le dan al diario un toque de picaresca y así se construye un escenario ideal para debatir el suicidio asistido en diálogos, chats y correos electrónicos. Bajo la hipótesis de la existencia de amor en la colaboración de un suicidio, ¿cuál es, entonces, el problema moral? Durkheim habla del suicidio como una problemática social. Tanto por las condiciones que llevan a su ejecución como por la posterior lectura y análisis del evento. Moulia, en cambio, decide llevar el dilema del suicidio asistido a una zona incómoda donde, más allá de las conjeturas sociológicas, hay lazos, acuerdos y deseos que podrían vincular a las prácticas solidarias del amor con su realización. ×

Tácticas de superación personal Francisco Moulia Interzona 232 pp $175

Para atrapar lo fugaz Por Gonzalo Bustos @gjbustos El último disco de Entre Ríos viene a significar la reconfiguración total de su sonoridad desde la vuelta de 2013. Cuadro, el tercer trabajo en tres años, es un compilado de canciones calibradas en un synth pop melancólico con espíritu dark. Con melodías orgánicas que se construyen sobre líneas de sintes extendidas, secuencias y ba-

Cuadro Entre Ríos Ultrapop

ses procesadas, se levantan piezas conectadas por uno de esos golpes al corazón que ponen en jaque. Sebastián Carreras -el único miembro original del grupo- pergeñó un álbum al borde de lo conceptual. Un derrotero de estrofas anestésicas que buscan desintoxicar de amor. Todo se desarrolla en torno a un resurgimiento preciso basado en las vivencias de antes. Casi como una proyección de su propia banda. Compuesto íntegramente por Carreras

editando, secuenciando y procesando sonidos en su computadora, Cuadro transcurre con canciones suaves y preciosistas. Es cosa pasada la beta pop rockera que Entre Ríos acuñó en su última etapa antes de ponerse en stand by. Las estructuras gordas y con flirts de guitarras como las de Era (2010) ya no están. Su sonido ha vuelto a su marca de agua: el pop electrónico despojado a base de secuencias y líneas sintéticas. Esa sonoridad leve y diáfana que bandas de la generación dos mil diez ha filtrado y llevado a su música. Basta con mencionar ensambles como Sobrenadar (plus: Paula García ha sido parte de Entre Ríos en el disco anterior) para ver esa huella. Para terminar de dar vida a las canciones, Loló Gasparini fue la seleccionada para ser la voz del grupo. La ex corista de Los Twist y Cerati carga en su registro ese fraseo susurrado que en este caso dota de mayor dramatismo -y reflexión- líneas perfectas como la de “Para mí”, esa pieza que suena a sinfonía digital que dice “la noche es un destino fugaz”. “Ultima vez”, por su lado, linkea con el pop-radial-latino que tiene a chicas como las mexicanas Natalia Lafourcade y Julieta Venegas o a la chilena Camila Moreno como puntos cardinales. Composiciones de almas destrozadas por des-

amores orquestadas en clave pop. Aunque Cuadro guarde algunos rasgos comunes, se diferencia porque sus composiciones son menos pretenciosas, sin esa intención de un abarcamiento universal. Acá hay una dirección intimista comandada por la voz de Gasparini que suena camuflada por las melodías. El cierre del disco parece un mensaje. “Para mi” en versión extendida es un trip de levitación guiado por un collage de sonidos melancos que parecen al borde de la explosión. Después de la intro de ¡cuatro minutos!, entra Gasparini para tornar la canción galáctica. Habla sobre la música y el caos, mientras su voz flota sobre una construcción sutil y sofisticada. Una composición para nada fugaz. ×

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Nota

Atravesados por el río En los últimos años una nueva camada de músicos comenzó a consolidar una renovada escena folklórica con base en el litoral argentino. Decididos a componer y pensar(se) a partir de su territorio, aprovechando los nuevos escenarios y los diferentes avances técnicos para escapar a la otrora necesaria desembocadura en las fauces de la ciudad de Buenos Aires, estos jóvenes músicos oriundos de Corrientes, Entre Ríos, Misiones y alrededores están transformando al litoral en uno de los climas más ricos y donde se están produciendo hoy las mejores reflexiones sobre el papel de la música popular y las diferentes y nuevas formas de aproximarse a su entorno.

Por Facundo Arroyo @Faq_Arroyo

Hace un tiempo, el Chango Spasiuk (Apóstoles, Misiones) largó una idea alarmante y con un tono interpelativo superior. Comparó al chamamé con el blues. “Es lo mismo”, dijo, “es la música del cosechero de algodón. Del trabajador rural”. Lo que pasa, dijo el Chango, y no se le movió ni uno de esos pelos dorados que le rozan el hombro, “es que el blues superó su prejuicio de clase y expandió las fronteras. Y el chamamé todavía no”. Si hay algo que caracteriza a la música del Litoral es la presencia directa de su ambiente natural en sus canciones. Fenómeno que en el folklore y la música popular de Argentina se está replicando en cada una de las

regiones del país. Parece un acto de justicia poética. Por fin la música puede elegir su lugar y desde allí proponer. Por fin el músico sabe que puede hacer viajar sus canciones sin la necesidad de abandonar su lugar. Ese espacio que lo inspira y que él, antes que otro colega forastero, entenderá esa calma, esa selva, ese pájaro, ese mensú. Horacio Quiroga en su cuento “A la deriva”, describió un río: “El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio

de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobra una majestad única”. Ramón Ayala (Garupá, Misiones) hizo lo suyo en el clásico del cancionero folklórico “El mensú”: “Selva, noche, luna pena en el yerbal. El silencio vibra en la soledad y el latir del monte quiebra la quietud con el canto triste del pobre mensú”. Y así lo están haciendo, también, los músicos del Litoral. *** “En los últimos años hay un fenómeno muy marcado de esta situa-

ción. El músico generando su propuesta desde su lugar y dejando de lado Buenos Aires para momentos de determinada difusión. Se revirtió la idea. Es verdad que los medios de producción cambiaron, la misma idea de canal de difusión cambió respecto de lo que se podía mostrar acá de folklore. Es mucho más beneficioso para el músico construir desde su lugar y a la vez generar circuitos internos que no necesariamente tengan que pasar por Buenos Aires. Es algo que se viene dando de a poco y que creo que con los años se va a acentuar. La ciudad, encima, te devora por

"¿Los elementos fundamentales y obvios para que la música del Litoral comience a tener mayor circulación fueron los avances tecnológicos y la fusión de barreras que logró internet"

la cantidad de oferta cultural que hay. La generación de Coqui Ortíz o el mismo Negro Aguirre generó un microclima musical muy importante. Claro que vienen a Buenos Aires, pero tratan de mantenerse tocando hacia adentro del país. Eso será muy beneficioso porque va a retroalimentar a otros artistas de nuevas generaciones. Va a generar, también, que las escenas crezcan y sean más diversas. Y que a la vez construirá un público para esas nuevas escenas. Ese cambio no es menor”, desarrolla Gabriel Plaza, periodista especializado de música folklórica. Los elementos fundamentales y obvios para que la música del Litoral comience a tener mayor circulación fueron los avances tecnológicos y la fusión de barreras que logró internet. En este punto coinciden tanto músicos como es-

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pecialistas, productores y público. “Se han ido generando espacios o polos de producción. Cada ciudad ofrece alguna pata que completa a las otras ciudades en algún aspecto de la producción. Una especie de equipo complementario que se forma con lo que aporta cada lugar. Por ir a un ejemplo claro: Coqui Ortíz en Chaco está llevando a cabo un trabajo súper importante de relevamiento, de información, a través de un centro documental que él mismo creó (CECUAL). Salen a hacer grabaciones y filmaciones de gente del campo y algunos pueblos que no están integrados en las cadenas de información. Ahí consiguen datos verdaderos de gente que cosecha su música. Música que, generalmente, se queda en ese circuito limitado”, explica, didáctico, Carlos “Negro” Aguirre, uno de los pilares fundamentales de este proceso. Un compositor nacido en Paraná que gracias a su formación académica por un lado, y popular por el otro, ha generado una corriente de composición particular en la región. “También tiene que ver con un movimiento del fluir de los músicos. Si bien se quedan en sus regiones vienen mucho a Buenos Aires. Allí se genera una intercomunicación. Lo veo, sobretodo, en el Litoral. Un ejemplo claro de esto es el Negro Aguirre que tiene base y eje en Paraná y eso no le importó. Desde ahí se mueve muchísimo, como pocos músicos”, explica la intérprete Cecilia Pahl, que este año sorprendió a la crítica con Litoraneo, un segundo disco inspirado en el Litoral a partir de compositores jóvenes (más algunos

consagrados como Jorge Fandermole y Guillermo Klein). Una continuación, además, de lo que fue su debut con Corochiré (2010), un trabajo dedicado a canciones no tan conocidas de un referente litoraleño como lo es Ramón Ayala. “En mi caso soy de Misiones y vivo en Capital. Aunque viajo una vez por mes y estoy todo el verano allá. Tengo la posibilidad de quedarme tres meses en Misiones y entonces siento que vivo en los dos lados. Y esa flexibilidad también se da al revés: si bien los que estamos instalados en Buenos Aires vivimos acá, nunca dejamos de ser de nuestros lugares”, concluye. Lucas Monzón (Resistencia, Chaco) grabó Noctámbulo (Los años luz, 2012), un gran debut. La crítica dice que es un paso evolutivo en el acordeón chamamecero después de Montiel, Raúl Barboza y el Chango Spasiuk. También en contacto con Ni a Palos, advierte: “Hay una necesidad de expresarse, si los medios nos lo impiden, lo haremos por cuenta propia. En el Litoral, como en todo nuestro país, se dio este fenómeno. Hay muchos jóvenes trabajando para generar nuevos espacios desinteresadamente y con pasión. En mi caso, en un tiempo estaba por irme a vivir a Buenos Aires por ese mito de que Dios está en todas partes pero atiende en La Capital… Finalmente me quedé y todo se dio de una manera muy positiva y fluida en mi vida artística”. “Fue una decisión hacerlo desde Paraná. Bastante costosa al principio, las ciudades pequeñas no son plazas para vivir únicamente de la música. Entonces, necesariamente, te tenés que pensar viajando. Circular

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"“Además de las grandes referencias y autores que tuvo la historia de la música del Litoral, hubo un disco en 2005 que sirvió, como suele pasar, de traducción y puente. Se llamó Litoral y lo hizo Liliana Herrero”

por esas plazas pero no quedándote quieto en ningún momento”, explica Negro Aguirre. Los tres coinciden en el ejemplo, pensando en los circuitos nuevos, de los festivales de folklore. Ya no sólo en Cosquín (Córdoba), como epicentro y hegemonía, sino también en distintas ciudades de otras provincias. Un fenómeno que alcanza un público de 10 mil personas por noche en lugares donde la población no llega -a veces- a ser ni la mitad. *** No es posible destacar a la mayoría de los discos y artistas que han salido en los últimos años

siguiendo estas mismas ideas. Pero en un breve repaso aparece el mencionado Coqui Ortíz (Colonias Unidas, Chaco). Su último disco, Parece pajarito (Shagrada medra, 2005) está compuesto junto a los poetas Chacho Don Aledo Luis Meloni y Germán Correa. También Joselo Schuap, heredero de cantautores como Zito Segovia, uno de los principales agitadores del nuevo movimiento de músicos populares misioneros. Tiene una canción que se llama “La placita”, quizás uno de los primeros chamamés donde se mete el rap de manera inminente. Marcelo Dellamea (Resistencia, Chacho) es un guitarrista autodidacta que ahora experimenta con

el jazz por consejo de Luis Salinas. Gicela Méndez Ribeiro (Paso de los Libres, Corrientes), editó Por el caminito (2007) y Voz de frontera (2012). Su voz renueva los límites del Chamamé más contemporáneo. Y por último, como inicio de una posible lista, también están las carreras de Matías Arriazu (Formosa) y Sebastián Macchi (Entre Ríos) que, además de ser grandes compositores e instrumentistas, son parte de la banda estable de Cecilia Pahl. A la hora de repasar estos nombres y sus discos, el Negro Aguirre asegura: “Cada uno va aportando desde su perspectiva, con sus elementos. Lo bueno es que también tienen su propia opinión. Algunos vienen con una formación clásica, otros más académica y otros con una formación más empírica (tocadores de la calle). No lo digo desde un sentido despectivo. Para mí son también, y justamente, una escuela con las mismas legitimidades que las otras”. *** Además de las grandes referencias y autores que tuvo la historia de la música del Litoral, hubo un disco en 2005 que sirvió, como suele pasar, de traducción y puente. Se llamó Litoral y lo hizo Liliana Herrero. Un trabajo doble (un disco para cada río), que alumbró desde Buenos Aires algunas de las grandes composiciones de esa región. “Liliana no es condescendiente, tiene una voz muy fuerte, expresa con su firmeza todo el riesgo que quiere imprimir en su música. Si un artista genera odio y amor es porque está viva y creo que en ese disco quedó bastante claro”, dice Aguirre y Pahl agrega: “Lo escuché ni bien salió, obviamente. Todos tenemos que escuchar a Liliana y así lo hicimos. Es norma general”. Muchos aún siguen afirmando que si no fuera por esos ríos (Paraná y Uruguay, más las islas del Delta del Paraná) las fronteras, y los nombres, serían otras. La música, quizás no. En el Litoral de Liliana Herrero las notas, o el prólogo, quedaron en manos del Director de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. Parte de ese texto recitaba: “Desde luego, el agua es un elemento esencial de toda poesía. Corre, crece, la absorben, se espuma, se agota, confluye, mana, desemboca. Es la forma viva que se encauza y se desmadra. Alguna vez aparece su débito con la música y lo que la música le adeuda. Así, crea litorales”. Horacio González, entonces, desde Buenos Aires pensaba a esos territorios, esos paisajes, esa flora, esa fauna. Pero no la música porque, como lo aseguran sus compositores, hace rato se hace desde tierra (o río) adentro. X

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Entrevista hacia el final. En todo caso, nuestra época empieza a ver a este hombre nuevo como un personaje más bien inquietante.

En el libro citás el aporte de Raynal en relación a la tutela colonial. “Lo joven” condensa un sentido en relación a las Indias Occidentales: tiene que ver con la idea de emancipación. En su concepción la juventud aparece como “una mayoría imperfecta o inacabada.” Sin perder de vista la idea del Raynal, ¿cómo interpretarías que otro jesuita como Francisco, doscientos años después, exhorte a la juventud a ser protagonista y no balconear la vida? ¿Puede pensarse un vínculo con la idea de porvenir que proponen Alberdi y Echeverría?

Dardo Scavino

«La Argentina fue un invento de los jóvenes» Un poco por osadía y otro tanto por empuje, la juventud está históricamente vinculada con las grandes transformaciones. En el libro Las fuentes de la juventud, Dardo Scavino (1964) traza una genealogía de distintas concepciones sobre la juventud, a la faz de instancias políticas, como lo fue la relación tutelar de los conquistadores a los colonos o el empuje del movimiento juvenilista en la construcción de la nación, entre otras. Radicado desde hace más de veinte años en Bordeaux, donde enseña literatura latinoamericana en la Universidad de Pau, otra de las preocupaciones teóricas de Scavino es entender cómo funciona el lenguaje en esas prácticas ideológicas. De esos cruces habla en esta entrevista. Por Mariano Vespa @siskador

En un pasaje de Las fuentes de la juventud decís que cada nueva generación trae esperanzas de regeneración. ¿Cómo surgió tu interés hacia las concepciones de la juventud? ¿Cómo pensarías a la juventud hoy? Para mí la juventud es uno de los nombres del sujeto moderno. ¿Por qué? Porque la juventud fue, desde la Antigüedad, la edad de la emancipación, cuando el menor se convertía en mayor, y la modernidad politi-

zó esta emancipación individual: la desplazó a las sociedades. Yo traté de mostrar en qué momento se produjo esa politización de la emancipación. Fue al inicio del colonialismo moderno. Ahí empezó la modernidad, con la conquista de América. Cuando empezó a pensarse que una sociedad libre era una sociedad emancipada, una sociedad que ya no vivía según las leyes de otra sino que dictaba las propias. Por eso la modernidad empezó a pensar que los pueblos tenían, como los individuos, edades, que crecían, que había pueblos infantiles, pueblos jóvenes y pueblos adultos. Yo creo que esta concepción de la juventud está en

crisis porque está en crisis la concepción moderna de la emancipación, la idea de un sujeto que se autodetermina, que se da sus propias leyes de vida. Está en crisis la idea de que el propio hombre pueda crear un hombre nuevo. La revolución no significaba otra cosa.

Hay una relación con el pensamiento de Sloterdijk. De hecho en una entrevista anterior hablaste de la categoría del cyborg. Es la idea del hombre operable, en efecto. Y del biopoder. Antes el poder operaba sobre el software. La educación, sobre todo. Ahora puede operar sobre el hardware. La "revo-

lución" estaría en manos de los químicos, de los biólogos, de los ingenieros informáticos. La modernidad había pensado la historia como una serie de reprogramaciones del software de los humanos. Y de pronto empieza a discutirse la idea de que a través de ciertas intervenciones en el hardware, de orden químico, genético o cerebral, pueden modificarse los comportamientos humanos. Los comités de bioética ya están discutiendo eso: ¿por qué sería fabuloso curar la sordera o la ceguera de una persona con un chip pero estaría mal curar, por ejemplo, sus tendencias agresivas? Pero mi libro no habla de eso. Apenas si se asoma

Me parece que el papa Francisco está más cerca de Echeverría o Alberdi que de Raynal. Los argentinos pensaban que la juventud traía lo divino, entendido como la capacidad de iniciar una vida nueva, un hombre nuevo. Por eso habían fundado una asociación que se llamaba Joven Argentina, imitando la Joven Italia de Mazzini. No hay que olvidarse de eso: la Argentina fue un invento de los jóvenes. Francisco está interviniendo así en un debate teológico fundamental en el interior del cristianismo. ¿Qué significa la encarnación? ¿Que la divinidad se manifestó a través de un hombre? ¿O que lo divino es, a fin de cuentas, una dimensión humana? El hombre sería el único bicho sobre la Tierra que tiene la capacidad de crear y recrear sus formas de vivir y de pensar. El único que se produce a sí mismo. Y para Echeverría, Alberdi o incluso Ingenieros esta capacidad era sinónimo de juventud. Francisco les está diciendo a los jóvenes lo mismo que les decía Rodó en su Ariel. No se trata simplemente de dejar de ser espectadores para convertirse en actores. Se trata de asumir la tarea de construir la nueva sociedad, sobre la base de otros valores.

El pensamiento de Alberdi y Echeverría justamente se ciñe a un período de formación de la idea de nación. Para que existiera la nación hubo que pensar al pueblo como un individuo con una voluntad propia que pudiera gobernarse de acuerdo con sus propias leyes. Y esto no hubiese sido posible sin aquel desplazamiento de la emancipación desde el derecho individual al derecho de gentes. Es decir, sin la idea de juventud. A partir de ese momento, aparece la discusión acerca del origen de esas leyes. ¿Se trata de las tradiciones de un pueblo? ¿Se trata de una autodeterminación racional? Todos los debates en torno a la democracia, el nacionalismo, el tradicionalismo o el vanguardismo proceden de esa in-

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Las fuentes de la juventud Dardo Scavino Eterna Cadencia 336 pp $240

vención moderna que es la nación. Los jóvenes cordobeses de la Reforma, como Deodoro Roca o Saúl Taborda, pensaban que la universidad era el lugar en donde un pueblo fabricaba sus ideas y, por consiguiente, que la política universitaria tenía un papel protagónico en el diseño de la nación futura. No habría auténtica independencia del país sin una auténtica independencia intelectual de la universidad.

¿Tiene que ver con la idea de José Ingenieros de que la juventud no está solo destinada a cambiar el futuro sino también el pasado "corrompido"? Para Ingenieros, como para los estudiantes de la Reforma a quienes inspiró, el presente, el orden imperante, no es más que ese pasado “corrompido”. Transformar ese orden significaba inventar un futuro diferente, un futuro que no fuese una repetición del pasado. Un auténtico futuro: distinto del presente. Y para Ingenieros, solamente la juventud, la juventud “cerebral”, podía hacer algo así. Por eso el combate generacional terminó teniendo para él más importancia que la lucha de clases: “nosotros” era, en este caso, el grupo de los jóvenes enfrentados a “ellos”, los viejos. Y de hecho, la revista Nosotros de Roberto Giusti y Alfredo Bianchi aludía a la juventud.

El rol de la juventud en distintos movimientos políticos recientes (Occupy, estudiantes chilenos, Egipto) ¿Puede tomarse como

una palingenesia? Durante casi dos siglos, el movimiento juvenilista en el que se inscribieron tipos como Echeverría, Rodó, Walter Benjamin, los estudiantes de la Reforma, las vanguardias estéticas o el movimiento contracultural de los sesenta proponían una transformación radical de las formas de vida y pensamiento. Era eso la palingenesia. Los movimientos a los cuales te referís están protagonizados por jóvenes, como sucedió con los indignados españoles, pero no sé si son movimientos que se limitan a reclamar ciertos derechos o predican nuevas formas de vida. Los veo más bien cautos en este dominio. Y muy comunitativos, eso sí.

Subyace la idea de la vuelta de la militancia joven. Si bien tu trabajo tiene un fuerte anclaje histórico visible, ¿analizaste el rol de los jóvenes militantes? ¿Qué notaste? La idea de juventud resulta inseparable de la militancia porque desde la Antigüedad los milites o bellatores eran los jóvenes. Cuando uno pasaba a la categoría de senior dejaba de formar parte de los milites. Pero la militancia política es más bien una versión secularizada de la milites Dei, de un ejército con una misión evangélica de conversión de la sociedad: el “escándalo” de los jóvenes que educan a los viejos, invirtiendo el orden tradicional. La “vanguardia” no significaba otra cosa. A Borges terminaría molestándole esa me-

Falsa escuadra Por Romina Sanchez “En la ex AU3 se está incubando un nuevo Soldati. Las pocas viviendas construidas por el Gobierno ya están en estado calamitoso, con balcones y paredes con peligro de derrumbe. Pero la mayoría de los vecinos no ha recibido siquiera una vivienda en mal estado. Los terrenos destinados para la reubicación de quienes vivían en la traza de la ex AU3 han sido entregados por el macrismo a los especuladores inmobiliarios para que construyan torres de lujo, incumpliendo las leyes votadas en la Legislatura. Para Macri la ‘seguridad jurídica’ es solo para los empresarios y especuladores”, denunció recientemente Gabriel Solano, candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires, por el Frente de Izquierda, tras reunirse con vecinos que habitan la traza de la autopista que no fue, y cuyas condiciones de vida, según los testimonios, se acercan bastante a la situación que desencadenó el viernes 4 de septiembre la muerte de Cristian, de 14 años, y las heridas múltiples sufridas por sus

"“La militancia política es más bien una versión secularizada de la milites Dei, de un ejército con una misión evangélica de conversión de la sociedad: el “escándalo” de los jóvenes que educan a los viejos, invirtiendo el orden tradicional” táfora militar para referirse al arte pero la misión de los vanguardistas era precisamente ésa: no solamente hacer un arte nuevo sino también, y sobre todo, convertir a los artistas. Pero para que el futuro pueda convertir al presente, un pueblo tiene que creer que ese futuro es superior al presente. El “mañana el mejor” de Spinetta, sin embargo, está pasando un mal momento.

Eso tiene que ver con lo que planteaste al inicio. Si la idea de juventud está en crisis, ¿qué lugar ocupa la juventud misma? En torno a los años ochenta las posiciones comunitaristas provenientes de la academia norteamericana defendieron la idea del respeto de las diferencias, de las diferentes tradiciones, formas de vivir y de pensar. Este respeto apuntaba a bajarle los humos a los occidentales en su relación con las culturas minoritarias, y no estaba mal. Pero se convirtió rápidamente en una sacralización de las tradiciones y los valores de los grupos. Y esta sacralización es todo lo contrario del pensamiento crítico moderno, esa actitud “irrespetuosa” que solía asumir la juventud. La insolencia juvenil no era la soberbia imperialista. Y me parece que ese

fue el lugar que ocupó la juventud durante la modernidad. Personalmente no puedo imaginarle otro rol. Pero yo ya soy un senior, a lo mejor es por eso.

Por medio de múltiples ejemplos, señalás que la poesía ejerce una gran influencia en los procesos emancipatorios. Bueno, es ese el vínculo de la historia con la poesía: de repente aparece un tipo que dice que los pueblos son como individuos, que maduran y se emancipan, etc., y esa metáfora funciona, porque permite resolver un problema político y jurídico, y entonces todo el mundo la repite, y tres siglos después te encontrás con unos científicos que se ponen a estudiar la semejanza entre los niños y los pueblos primitivos y unos artistas que quieren regresar a la infancia y a las cavernas. La verdad es eso, decía Nietzsche, un ejército móvil de metáforas, de metonimias, naturalizadas, una poesía que no crea necesariamente quienes se dedican a hacer versos. Vaya a saber quién está inventando hoy las metáforas que serán las verdades de mañana. Pero una cosa es segura: después de la descolonización, después de que las “minorías” dejaron de verse

como tales, es decir, como pueblos “menores”, la historia, la antropología, la psicología, ya no piensan que los pueblos primitivos sean como niños. A nadie se le ocurre ya pensar así. Hay un detalle sin embargo: nuestras concepciones de la nación, de la democracia, de la autodeterminación, están en estrecha relación con aquellas concepciones del pueblo. Occidente no sabe cómo pensar la democracia fuera de la cuestión imperialista. Sin ir más lejos, hace unas semanas un eminente economista francés, Jacques Sapir, proponía, después de la brutal puesta bajo “tutela” de la economía griega, la formación de “frentes de liberación nacional” en Europa. El neoliberalismo es eso después de todo: ya no se trata del imperialismo de una nación sobre otras sino del imperialismo de las multinacionales sobre las naciones. Neoliberalismo: etapa superior del imperialismo. Y la democracia tal como la entendemos, como autodeterminación, como emancipación, como juventud, sólo puede existir hoy como combate contra el imperialismo neoliberal. No es casual que la izquierda europea esté mirando hacia América Latina.

Parecería otro título de Spinetta “200 años de qué sirvió”. ¿En qué estas trabajando actualmente? Estoy escribiendo sobre eso ahora, sobre rock nacional, una manera de pensar todas las cosas que me pensaron, que me constituyeron como sujeto. X

El fantasma de Soldati hermanos, Nihuel y Gastón, de 15 y 17 años, tras caer al vacío desde el sexto piso del edificio 10 del complejo Soldati, en el barrio del sur porteño, luego de desprenderse una de las barandas de las escaleras de la construcción. “Esto es realmente una bomba de tiempo”, suelta Horacio Torres, vecino del lugar, mientras señala, casi en un gesto circular, la imagen apocalíptica que proyectan las calles Donado, Holmberg, prácticamente todas, a su alrededor. Lo cierto es que el problema habitacional que sufren los vecinos cuyos inmuebles fueron expropiados durante la intendencia de Osvaldo Cacciatore para emplazar allí una autopista que finalmente no se concretó, data de, al menos, en lo que a promesas de gestión refiere, los 90. La Legislatura porteña sancionó en el 96 la ley 324 para dar una solución habitacional a las familias afectadas. De allí a esta parte, vale destacar, se hizo poco y nada. Varios vecinos recuerdan las reuniones a las que eran convocados por 2004 y 2005 para que los funcionarios les informasen los avances llevados adelante por la Unidad Ejecutora del Programa de Recuperación de la Traza de la ex AU3. En ese

entonces, ya aseguraban que el plan se prometía desde comienzos de la década. Y como resultado, nada. Peor circunstancia transitan los vecinos de menores recursos en esta suerte de guerra fría ciudadana. En los últimos diez años, se han movilizado cientos de veces para exigir respuesta a las autoridades relativas a un área, como es la vinculada a la política de vivienda de Pro, muy criticada. “Somos 700 familias de Villa Urquiza que habitamos casas propiedad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en la traza de la ex AU3. Desde la década del 80 que habitamos nuestro barrio y organizados empujamos un proceso de regularización de nuestra situación. Actualmente somos comodatarios de los inmuebles y beneficiarios de las leyes 324 y 341, publicadas en el Boletín Oficial en el año 2000, que prevén la obligación de una solución habitacional definitiva”, explicaban el por qué de sus recurrentes movilizaciones al centro porteño, por caso, en 2009 y 2010. Lo que siguió, en una historia que parece no terminar (bien), fueron recursos de amparos para evitar desalojos masivos y apelaciones del GCBA y, también, la difusión, por medio

del ministerio de Desarrollo Urbano conducido por Daniel Chaín, de lo que se conoce como Barrio Parque Donado Holmberg, el espacio surgido en las fosas del área expropiada en la última dictadura militar. “Todo muy lindo en las declaraciones y en los documentos, pero en los hechos, basta con constatarlo a simple vista, las familias que viven en las construcciones levantadas por el Gobierno de la Ciudad corren serio peligro. Los derrumbes y desprendimientos son cotidianos. Solo apelamos a un milagro para que no ocurra una desgracia como la del complejo Soldati. Insisto, las condiciones en que se vive son pésimas. El tema del negocio inmobiliario, dado a manos privadas, es otra cuestión. Como también preocupa la provisión de los servicios públicos. No sabemos qué espera el gobierno de Macri para actuar. Si la situación sigue así, una tragedia tapará a la tragedia anterior y, lamentablemente, seguirá así”, dice, con una mezcla de enojo y resignación, Eduardo López, vecino del barrio, al tiempo que brinda un volante del reclamo, como acostumbra siempre que da una nota: es que lleva un paquete grueso en su morral toda vez que sale de su casa.X

año 6 | nº 336 | 20 de septiembre de 2015



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Opinión

La salidera

Cuba y los desafíos de “insertarse en el mundo” Por Manuel Gonzalo @manolo_gonzalo “En la conducción de nuestra economía hemos adolecido indudablemente de errores de idealismo y en ocasiones hemos desconocido la realidad de que existen leyes económicas objetivas a las cuales debemos atenernos” Fidel Castro, Informe Central al Primer Congreso del Partido, 17 de diciembre de 1975 Desde hace un par de décadas la academia y el mundo del big business vienen discutiendo en conjunto la inserción de las economías nacionales en los flujos de comercio e inversión global en lo que se conoce como “cadenas globales de valor” (CGV). Las CGV describen la organización de la producción que, a partir de la década del 70, incrementó su proceso de fragmentarse en diferentes partes del mundo. Un primer aporte diría que participar de las CGV implicaría estar insertos en el mundo. Una segunda mirada debería problematizar acerca de qué tipo de inserción y por qué un país debería insertarse en un flujo de producción que generalmente es “gobernado” por una trasnacional. En Cuba este debate atraviesa un momento de particular intensidad. Este fin de semana, en paralelo a la visita del papa Francisco, se realizará en La Habana un congreso sobre ciencia, tecnología e innovación que tendrá un aporte central en esta discusión. Los diferentes acontecimientos económicos, políticos y diplomáticos que se sucedieron en los últimos años permiten que hoy Cuba comience a debatir su participación en las CGV, su forma de “insertarse en el mundo”. A groso modo, la economía cubana tuvo diferentes períodos, ligados en buena medida a la dinámica de la guerra fría y la evolución de la producción de su principal producto, la caña de azúcar. Luego de un período inicial de experimentación, basado en la eliminación casi total de los mercados y en la primacía de los incentivos morales -en vez de materiales- hacia el “hombre nuevo”, entre 1970 y 1986 se buscó adoptar y adaptar el modelo soviético, en el denominado “socialismo con pachanga”. Se focalizó más en los resultados e incentivos económico-productivos que en los estímulos morales. La ayuda financiera, tecnológica y comercial soviética caracterizó el mejor momento económico-productivo de la isla. No obstante, hacia 1986 Fidel retornó al discurso antimercado, casi en

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paralelo al avance de la Perestroika. La caída de la URSS en 1989 fue un golpe que aún hoy repercute en la economía cubana. A partir de la caída del bloque soviético comienza el denominado “período especial”: se permite la inversión extranjera en empresas de propiedad mixta, se restituyen los mercados agrícolas, se flexibiliza la posibilidad de crear empresas privadas, se facilita la remesa de divisas de parte de los cubanos radicados en el exterior y se estimula el sector turismo, que pasa a ser la principal fuente de divisas, por encima de la caña. A su vez comienza a flexibilizarse, ya con la administración Clinton, la relación con los EEUU -que culmina en la reciente apertura de la embajada americana-, y más tarde se trata de emular con la Venezuela de Chávez una relación similar a la establecida con la URSS, aunque en escala mucho menor, basada en el intercambio de petróleo por médicos y medicamentos cubanos. Ya sin Fidel a cargo del gobierno, Raul Castro, en el informe central del VI Congreso del Partido Comunista realizado en 2011, expresó: “La experiencia práctica nos ha enseñado que el exceso de centralización conspira contra el desarrollo de la iniciativa en la sociedad y en toda la cadena productiva, donde los cuadros se acostumbraron a que todo se decidiera "arriba" y en consecuencia, dejaban de sentirse responsabilizados con los resultados de la organización que dirigían”, y agregó: “Nuestros empresarios, salvo excepciones, se acomodaron a la tranquilidad y seguridad de la “espera” y desarrollaron alergia por el riesgo que entraña la acción de adoptar decisiones, o lo que es lo mismo: acertar o equivocarse”. Un Castro schumpeteriano. Como destacan Farina y Parra en una reciente nota publicada en Marcha, los cambios incluyen "pluralización de los actores económicos, liberalización limitada de la economía, modernización tecnológica y gerencial de la empresa estatal según modelos capitalistas, ampliación significativa de la inserción económica internacional, y racionalización y descentralización de la gestión gubernamental”. Más allá de las interpretaciones, estas frases resumen uno de los dos problemas principales de la isla hoy, que no son exclusivos de ella, sino que también afectaron a la URSS y a las diferentes experiencias socialistas/comunistas. Se trata del balance entre los incentivos individuales, que aparecen

Arte Diego Paladino Fotografía Patrick Haar

vía mercado y que posibilitan el aumento de la productividad de una economía, y la centralización en la toma de decisiones. Si algo caracteriza a la competencia capitalista es su rol como generadora de diferencias, de rentas monopólicas y de concentración. Eso ya estaba en Marx y fue luego trabajado por Lenin y Rosa Luxemburgo. En el caso de la historia cubana, el juego entre incentivos materiales y morales fue siempre ambivalente y de experimentación. De cara a lo que viene, la combinación de diferentes formas de propiedad y los procesos de competencia deberían buscar eficiencia productiva y diversidad tecnológica. El segundo problema que enfrenta la economía cubana y que en buena medida motiva este proceso de "apertura", tampoco es nuevo, se trata de su restricción externa. La dinámica económica de la isla parece separarse hoy entre las personas que acceden a dólares, fundamentalmente ligados al turismo, y los que no. Esto determina una estructura social dual, y abre una serie de incentivos informales a lo que algunos autores denominan como jineterismo, haciendo referencia a un conjunto de actividades legales, ilegales y semi-legales desarrolladas con el objeto de vincularse, sea como sea, al sector “transable” de la economía. La inserción de Cuba en las CGV es vista hoy como una posibilidad para generar divisas, principalmente a través de la exportación de servicios de salud, medicamentos y biotecnología. Esto a su vez permitiría ampliar y escalar las capacidades productivas y tecnológicas de la isla. No obstante, este proceso requiere de la generación de actores empresariales, públicos, privados o mixtos, que logren insertarse de manera virtuosa en estas CGV. Es decir, apropiando rentas extraordinarias, fijando precios, escalando procesos de aprendizaje a nivel local, manteniendo la propiedad intelectual en suelo cubano y evitando ser un mero eslabón en una cadena gobernada por una transnacional. En 1994 fue creado en Cuba el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente. El hijo de Fidel, Doctor en Física, es un hombre de peso en el área. De la consolidación de estas capacidades productivas, tecnológicas e institucionales y de cómo el Estado cubano entienda cómo se juega al capitalismo global dependerá el éxito de la "apertura" cubana. Con sus diferencias de escala e idiosincrasia, la trayectoria china es una referencia a tener en cuenta. X

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Novedades de la EMR

La Editorial Municipal de Rosario (emr), acostumbrada a editar propuestas breves pero no menos intensas, acaba de publicar las obras ganadoras del Concurso Manuel Musto de Narrativa 2014. El jurado, integrado por los escritores Pablo Katchadjian, Analía Capdevila y Fernando Callero, premió la categoría Mayores a Las amigas, de Tania Scaglione (1979), que narra una noche de sábado a partir de fragmentos de distintos personajes; y en la categoría Menores de 21 años compartieron premio Milton, un relato psicológico sobre los vainenes de la adolescencia, de Manuel Díaz (1993), y Prisión Brooke, de Sofía Gorini (1997), una distopía que se sitúa en una cárcel de máxima seguridad tras la Cuarta Guerra Mundial. Oscar Taborda y Daniel García Helder, son dos de los editores que trabajan para la consolidación de la editorial, un sello que no sólo publica a autores de la región, sino que también se permite el riesgo de publicar a narradores jóvenes, algo que no abunda.

La década bailada

Conducido por Lucho Rombolá, Cumbia de la Buena es un programa radial que difunde la movida tropical con un perfil federal y latinoamericano. Mientras otras radios pasan canciones según la predominancia musical de la zona o país de origen, Cumbia de la Buena difunde cumbia santafesina, norteña y del litoral, cuarteto, cumbia villera, guaracha santiagueña y los tradicionales ritmos porteños, así como también cumbia colombiana, mexicana, peruana, boliviana, chilena, paraguaya y hasta plena uruguaya. El programa, que debutó en septiembre de 2005 por FM La Tribu y desde 2014 sale por el aire de Radio Madre, celebra por estos días su década de vida con una nueva canción de apertura, a cargo del grupo Karakol, y un repaso por viejas y memorables entrevistas a Damas Gratis, La Nueva Luna, Amar Azul, Jambao, Karina, Dalila y Leo Mattioli, entre otros. Cumbia de la Buena sale todos los sábados a las 22 hs y se lo puede escuchar a través de AM 530 o en www.radiomadre.org. En soundcloud.com/cumbiadelapura podés escuchar, además, un compilado de las mejores emisiones.