45 6. El mundo intelectual del texto Los referentes identificados en el análisis de gramática textual aluden a realidades extratextuales (personas, objetos, situaciones, hechos, acciones, conceptos, concepciones). Particularmente algunos conceptos y concepciones pueden constituir motivos y tradiciones. Son estas realidades abstractas, especialmente, las más determinantes del contenido intelectual del texto; en el caso de la literatura bíblica son muy importantes por su significado religioso, social, cultural. 6.1. Las tradiciones Los textos son unidades de sentido, un sentido configurado por el autor, un sentido en el que se expresa su mundo intelectual. Parte de tal mundo intelectual son las tradiciones, dadas de antemano al autor, que se expresan en el texto de distintas formas, p. ej., a manera de patrones de pensamiento (p. ej., la idea de que a uno le va según haya obrado), como imágenes (p. ej., la comparación de la finitud del ser humano con la de la hierva), como temas. Algunas se denomian con palabras fijas o mediante formulaciones procedentes de grupos (instituciones) que las usan. Las tradiciones no son propiedad intelectual de un autor, sino un patrimonio común compartido por él y expresado en el texto. Son ellas un patrimonio común porque pueden aparecer en otros textos contemporáneos o anteriores al texto de determinado autor (Steck, Exegese 124-126; Utzschneider - Nitsche, Arbeitsbuch 187-188). Las tradiciones son parte del mundo intelectual del texto, concepciones pertenecientes al acervo cultural colectivo, que va desde una familia hasta un pueblo, hasta una sociedad. Son pues de carácter sociocultural; las tradiciones determinan especialmente normas éticas y legales y reglas de comportamiento. Hay cientos de tradiciones. Ellas dependen del medio vital e institucional, guían las maneras de obrar institucionalmente legitimadas de colectividades o grupos y les dan sentido. Tienden a relacionarse unas con otras por parentesco formando núcleos simbólicos. Las tradiciones son de naturaleza histórica, el cambio de las circunstancias sociopolíticas y culturales influye también en el cambio de sus contenidos y sus formas y, al revés, tradiciones renovadas pueden incidir en el medio sociocultural de un pueblo o sociedad. Por ser históricas las tradiciones se transmiten. En la ciencia bíblica se alude con la palabra “tradiciónˮ (traditum) a su contenido, mientras su recorrido histórico se denomina “transmisiónˮ (traditio) (Steck, Exegese 127). 6.2. Tradiciones socioculturales y religiosas El análisis de las tradiciones tiene la finalidad de describir precisamente su significado, expresado en el texto mediante conceptos, concepciones, imágenes y temas, y de indigar sobre su origen y desarrollo histórico. (Ebner - Heininger, Exegese 241). Historia de la tradición (alemán: Traditionsgeschichte o Traditionskritik) es el nombre dado a este paso en la exégesis bíblica (Ebner - Heininger, Exegese 241), que se ocupa ante todo de las tradiciones socioculturales. Hay que observar que en la exégesis del Nuevo Testamento este concepto no se emplea de forma unívoca, pues con él algunos se refieren al proceso de la transmisión oral de un determinado sustrato textual (p. ej., Egger, Methodenlehre 170-183); otros denominan este proceso con el concepto de “historia de la transmisión” (alemán: Überlieferungsgeschichte). En esta introducción el concepto “historia de la tradición” alude a la investigación de las tradiciones, tal como han sido descritas inicialmente. Las tradiciones específicamente religiosas caracterizan el mundo cultual y religioso del texto, constituyen corrientes de pensamiento, p. ej., la tradición del Mesías, la suerte violenta de los

46 profetas, el juicio divino al final de los tiempos, el ayuno, la fracción del pan por el cabeza de familia, las ofrendas, etc., etc., ellas se expresan de igual forma que las tradiciones socioculturales. Su análisis se denomina en la exegesis bíblica “Historia de la religión”. Su finalidad es indagar por el significado de estas tradiciones e investigar el influjo que en ellas ejercen las tradiciones del medio religioso, ante todo del judaísmo antiguo y del mundo religioso helenista. Este análisis se realiza comparando su origen y desarrollo histórico tanto en el Nuevo Testamento como también en el medio religioso fuera de él. Las tradiciones bíblicas suelen expresarse en temas que se entretejen en relatos o en imágenes, p. ej., la tradición del éxodo se expresa en el relato de la opresión de los israelitas en Egipto y de su liberación. Algunas veces son complejas, es decir, se componen de varios elementos que se pueden denominar “motivosˮ; p. ej., en la tradición de Sión tienen importancia los motivos de la presencia de Yahve, la idea de que la cuidad santa no puede ser tomada, la lucha de los pueblos, la peregrinación de los pueblos hacia ella. Las tradiciones religiosas, al igual que las socioculturales, son moldeables, flexibles. En un texto suelen mostrar no todos sino sólo parte de los rasgos que las definen, pero justamente por uno o varios de sus rasgos se las puede identificar en los textos. La flexiblidad de las tradiciones hace posible su transmisión y su relevancia en determinado momento histórico; ellas son patrones de pensamiento que facilitan la comunicación, son punto de referencia para comprender, discutir e interpretar nuevas situaciones y problemáticas, p. ej., en conflictos. Las tradiciones socioculturales y las específicamente religiosas en muchos casos aparecen amalgamadas en los textos bíblicos, debido a la mentalidad teocrática israelita, es decir, al carácter social de las instituciones religiosas, o bien, al trasfondo religioso de las tradiciones socioculturales. Por supuesto, la literatura bíblica da amplia cabida a las tradiciones específicamente religiosas, pero unas y otras son fundamentales para comprender el pensamiento teológico de determinado autor. El análisis debe esclarecer no sólo el significado de estas tradiciones comparándolo ante todo con tradiciones contemporáneas análogas del judaísmo y del helenismo, sino también su desarrollo histórico (Strecker - Schnelle, Introducción 135-136). 6.3. Sobre algunas áreas investigativas relevantes para el estudio de las tradiciones Aparte de los reconocimientos aportados por la exegesis del Antiguo Testamento, la investigación de las tradiciones constatables en los textos neotestamentarios se sirve de resultados investigativos en áreas particulares; entre las más importantes están la apocalíptica, la literatura judía intertestamentaria representada por los esenios (Qumrán), la literatura sapiencial, el pensamiento fariseo, saduceo, el pensamiento filosófico judío representado por Filón de Alejandría, corrientes de pensamiento expuestas por Flavio Josefo. En segundo lugar, tienen importancia el pensamiento rabínico y, por último, la influencia de tradiciones religiosas y filosóficas del medio helenista contemporáneo a la época del Nuevo Testamento representadas en las religiones mistéricas, el gnosticismo, la piedad filosófica. Es pues pertinente aludir muy someramente a los aspectos centrales de estas áreas mencionando algunas tradiciones que puedan pertenecer a sus campos de investigación, de manera que le proporcionen un punto de referencia al investigador. Por supuesto, en la investigación de las tradiciones de un texto determinado entran en consideración no todas estas áreas, sino sólo aquellas que vienen vienen al caso; p. ej., en un texto apocalíptico tienen relevancia la apocalíptica y tradiciones apocalípticas constatables en la literatura de Qumrán. La apocalíptica es una corriente de pensamiento del judaísmo antiguo que se sitúa entre los siglos II a.C. y II d.C. Estos rasgos, entre otros, la perfilan: sus escritos revelan los secretos ocultos de

47 Dios sobre el mundo del cielo, el mal y el fin del mundo; divide la historia en periódos, dentro de la cual el presente del autor es nefasto y pecaminoso; la historia termina con el señorío universal de Dios. Espera que Dios despliegue su justicia cuando irrumpa y cambie la desgracia en salvación y juzgue a los hombres, entonces comparecerán vivos y muertos ante su trono; Dios será quien lleve a cabo el fin, pero también puede hacerlo un mesías, el Hijo del Hombre o el hijo de David con función real o sacerdotal. La apocalíptica ilumina los desastres políticos y sociales que llevan a la pérdida de la teocracia; p. ej., la persecución de Antióco IV Epífanes motiva el libro de Daniel; la destrucción del templo de Jerusalén ocaciona el 4. Libro de Esdras y el Apocalipsis de Baruc; le atribuye los escritos a personajes visionarios del pasado, cercanos a Dios (como Adán, Abrahán, Henoc, Baruc, Daniel, etc.); su lenguaje es cifrado, se sirve de imágenes y símbolos que le son explicados al visionario por un mensajero o ángel. La apocalíptica es parte constitutiva de las teologías neotestamentarias; la predicación por parte de Jesús del reino inminente de Dios, ya oculto en el presente, por una parte, y la espera de la segunda venida del Señor en las comunidades primitivas, por otra, son puntos sobre los cuales se despliegan muchos temas basados en tradiciones apocalípticas. La nueva creación, justicia y juicio, la parusía de Cristo, la resurrección de los muertos, la incorporación de todo Israel a Cristo, la plenitud salvífica son temas recurrentes en Pablo; Mc 13,14-32 relata brevemente la parusía; Mt por su parte trata el juicio final, relaciona el reino de los cielos con el Hijo del Hombre; en Lc el reino de Dios se impondrá definitivamente con la parusía. En Jn no faltan temas apocalípticos, como la vida eterna, el juicio. El libro del Apocalipsis interpreta a luz de Cristo no sólo la temática apocalítica sino también temas tradicionales del judaísmo. La apocalíptica es entonces fundamental para el estudio y la comprensión de las tradiciones específicamente relacionadas con ella. Bibliografía Collins, J. J. (ed.), The Encyclopedia of Apocalypticism, I: The Origins of Apocalypticism in Judaism and Christianity, London 1998 Hahn, F., Frühjüdische und urchristliche Apokalyptik. Eine Einführung, Neukirchen-Vluyn 1998 Herghelegiu, M., Apokalyptik, en Neues Testament und Antike Kultur, (Erlemann, K. y otros, ed.) Neukirchen - Vluyn 22004 La literatura sapiencial intertestamentaria, de que aquí se trata, se ubica entre los siglos II a.C y II d.C.; ella es herencia de la tradición sapiencial veterotestamentaria que transmiten p. ej. Prov, Job y Qo. Su finalidad es la búsqueda de la sabia experiencia para comprender el mundo dentro de su orden y sus leyes de manera que ella conforme la vida y le dé logro. Colecciones de dichos (p. ej., Prov 10-30), el discurso sapiencial de exhortación (p. ej., Prov 1,20-33) y la reflexión sapiencial (Prov 1-9) son las formas en las que esta literatura se transmite. También se da en reflexiones que personifican la sabiduría o como ser divino que media en la creación (p. ej. Prov 8,22-31). Pasajes sapienciales de otros escritos del judaísmo primitivo también ejercen su influjo en las tradiciones del Nuevo Testamento. Tienen especial relevancia en las tradiciones sapienciales del Nuevo Testamento por una parte, Sirácida, obra escrita originalmente en hebreo y traducida al griego hacia el 130 a.C., contiene dichos y también pasajes parenéticos (cap. 2-23: campo personal; cap. 23-50: campo social), el cap. 24 describe la sabiduría divina desde la eternidad hasta identificarse con la Ley de Moisés; Por otra parte, el libro de la Sabiduría, escrito en griego hacia el 100 a.C., está más influido por el pensamiento griego, p. ej., menciona la inmortalidad y el dualismo alma-cuerpo; esta obra aborda la justicia como base de la sabiduría, la describe en las imágenes del amor y del matrimonio, y plantea su influjo en historia de Israel.

48 En la tradición rabínica el tratado “Pirke Abot” (dichos de los padres) recoge dichos atribuidos a autoridades que van hasta Moisés. Qumrán también constata la tradición sapiencial. Otros textos: Carta de Aristeas en su parte dialogal; 4Mac; libro de Baruc trae un canto a la sabiduría identificada con la Ley para Israel; la obra José y Asenet (proselita convertida judaísmo) contiene motivos y conceptos sapienciales. Los filósofos Aristóbulo y Filón de Alejandría constatan también tradicions sapienciales. Por útlimo, en la literatura apocalíptica se encuentra terminología y parenesis sapiencial, como en el Henoc etiópico (cap 42), en 4Esd y en el Baruc siríaco. Los esenios. Un grupo probablemente originado en el siglo II a.C., derivado de los hasideos, que se separó de su entorno a causa de la perversión de las instituciones teocráticas con el fin de vivir consecuentemente la Ley de Moisés santificando la vida. La observancia de la pureza cultual era su máxima pauta de acción; radicalizaban y extendían las leyes de pureza sacerdotales a todos los miembros; manteían estricta observancia del sábado; sus comidas en comunidad estaban precididas por ablusiones rituales; la mayoría eran célibes para evitar la contaminación cultual con las mujeres, pero también había grupos de casados; vivían en comunidades con estructura organizativa fija, tenían comunión de bienes; se concebían el verdadero Israel. Creían en la resurrección, su calendario era solar, para el final de los tiempos esperaban el combate definitivo entre los poderes de la luz y de las tinieblas, pero esperaban dos mesías: después de un mesías real, vendría otro sacerdotal. Relación entre Qumrán y los esenios. Entre los años 1947 y 1956 se descubrieron cerca de 800 escritos en hebreo y arameo en las cuevas de Qumrán, al occidente del Mar Muerto. Poco después se descubrieron los muros de una edificación que era parte de un asentamiento, al que también pertenecían las cuevas cercanas. Entre los escritos de Qumrán se encuentran prescripciones comunitarias, tratados de letrados e himnos relacionados con un grupo que se autodenomina “uniónˮ; cuyos rasgos coinciden bastante con los de los esenios. Es muy probable que el grupo de Qumrán haya sido o se haya desprendido de los esenios, y que ellos hubieran sido los pobladores del asentamiento desde mediados del siglo II a.C. hasta el año 68 d.C., cuando fue destruido por las tropas de Vespasiano a su paso por el Mar Muerto con ocasión de la guerra judía. Algunos rasgos de los esenios de Qumrán son relevantes para el cristianismo primitivo, como la comunión de bienes de la comunidad de Jerusalén, el bautismo, la concepción del final de los tiempos, etc. Bibliografía Stegemann, H., Die Essener, Qumran, Johannes der Täufer und Jesus, Freiburg - Wasel - Wien 10 2007 Además hay otras obras que influyen en el Nuevo Testamento como los Testamentos de los patriarcas, relatos históricos y legendarios, los Salmos de Salomón; el fariseismo marcó el judaísmo durante los siglos anteriores a la destrucción de Jerusalén y después lo transmitió a la posteridad en obras de amplia trayectoria. Los estudios de teología bíblica tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, los diccionarios de teología bíblica, los diccionarios exegéticos son muy útiles para la investigación de las tradiciones; ellos suelen basar sus artículos no sólo en los aportes de la exegesis misma, sino también en los de las áreas investigativas antes mencionadas.

49 6.4. Identificación de las tradiciones, motivos, conceptos en los textos bíblicos Tradiciones, motivos y conceptos son elementos constitutivos del contenido del texto. Las tradiciones sobre todo, no despliegan por completo todos sus rasgos en un sólo texto, sino sólo algunos. ¿Cómo identificar estos elementos? Algunos puntos de apoyo facilitan la identificación de las tradiciones en los textos. P. ej., palabras claves aisladas o agrupadas; temas desarrollados en el texto; cuando estas palabras o temas se comprueban en distintos textos, muy probablemente se trata de tradiciones. Algunas pautas pueden guiar esta identificación. 1) El texto puede contener expresiones alusivas a determinadas concepciones tradicionales. 2) Por pertenecer al acervo cultural colectivo ellas deben aparecer en otros textos contemporáneos o anteriores al que se estudia, de manera que los rasgos (coincidentes, similares, divergentes) que evidencia una concepción tradicional, tal como ellos aparecen en los diversos textos, puede arrojar una visión global sobre esa concepción tradicional. El medio de ayuda más pertinente para su estudio son las concordancias. Son también muy útiles los diccionarios de conceptos bíblicos, las obras de teología bíblica del Nuevo y del Antiguo Testamento. 6.5. Aplicación: guía y modelo a) Guía. Como se decía en la apertura de este capítulo, un punto de partida para identificar tradiciones, motivos y conceptos en el texto son los referentes (personas, objetos, situaciones, hechos, acciones, concepciones) identificados en el análisis de gramática textual, sobre todo los referentes familiares a los participantes en la comunicación, que básicamente se identifican porque llevan el artículo definido. Ellos pueden remitir al mundo intelectual del texto. De entre los sustantivos que generan la cohesión textual y los que constituyen entes conocidos a los participantes en la comunicación seleccionar los que pueden contener tradiciones, motivos y conceptos. Mediante una concordancia del Nuevo Testamento ubicar los pasajes del mismo escrito, del mismo autor (p. ej. en el corpus joánico o en el corpus paulino) y del Nuevo Testamento en los que aparece el término; mediante el uso de una concordancia de la Septuaginta, según los casos, será necesario ubicar los pasajes del Antiguo Testamento en donde se presenta la palabra. Obras de consulta como los diccionarios bíblicos, de teología bíblica y exegéticos, contribuyen a determinar el significado de las tradiciones, motivos y conceptos contenido en las palabras seleccionadas. Por eso es conveniente consultarlas. Los comentarios sobre los escritos en particular también suelen aportar información relacionada con los términos escogidos. b) Modelos. Primer ejemplo, Mc 1,40-45. El caso de la lepra, a cuya mención se asocian “el sacerdote”, “la purificación” y “lo que prescribió Moisés”, se toma como ejemplo de una tradición que, en este caso, define el tema central del texto. La lepra. Jesús le ordena al aliviado hacer comprobar la curación por parte de un sacerdote de acuerdo a las prescripciones de la Torá, para que él, leproso aliviado, se pudiera reintegrar a la sociedad. Lv 14,2-31 muestra el complicado procedimiento e indica que el caso se trataba con especial cuidado. Según Lv 13 se diferencian varias enfermedades de la piel. Lo que allí se llama “lepra” no corresponde del todo con la definición actual de la enfermedad, que hoy día es curable. En el evangelio el término “leproso” designa a un enfermo grave, con un mal incurable. La curación de la enfermedad consiste en que la persona quede “limpia”.

50 “La lepra es considerada en la Biblia y en el judaísmo como uno de los peores males que puede afectar a un hombre. Lev 13s y el tratado misnáico Negaim trata exhaustivamente de ella. Al atacado por la lepra se le consideraba como un muerto viviente (Num 12,12; bSanh 47a). Su curación se comparaba con la resurrección de un muerto. Al leproso se le declaraba impuro y se le separaba. Según Lev 13,45s tenía que caminar con las vestiduras desgarradas, llevar sueltos los cabellos de la cabeza, cubrir su barba y gritar: ¡impuro, impuro! En tiempos de Jesús la separación estaba reglamentada en el sentido de que los leprosos no podían entrar en Jerusalén ni pisar la ciudad amurallada. En los restantes lugares podían vivir, pero tenían que arrglárselas por su cuenta. El encuentro con un leproso hace a uno impuro. Las prescripciones de pureza estaban motivadas cultualmente. Israel tenía que ser un pueblo puro para Yahvé. La teología rabínica consideraba la lepra como castigo de Dios por pecados comentidos. En consecuencia veía al leproso como pecador. Tampoco a la comunidad de Qumrán podía venir aquel “que había sido golpeado por una de las impurezas del hombre” (1 Qsa 2,3s). Ya en Lev 13s se distinguen diversos tipos de lepra. Problemática es la lepra en los vestidos y en las casas (Lev 13,47ss; 14,33ss). El concepto de lepra era sumamente amplio. Y esto mismo puede explicar la diferenciación en la Mishná (hasta 72 clases). Más seria es la división de Galeno en seis clases. El sanado de la lepra tenía que obtener la confirmación de los sacerdotes. Puesto que a ello se unía un sacrificio, el único lugar para realizarlo era el templo de Jerusalén.” (Gnilka, J., El evangelio según san Marcos, Vol I 107-108). Bibliografía AA. VV., Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Barcelona 1993 Aletti, J. N. - Gilbert, M. - Ska, J. L. - Vulpillières, S., Vocabulario razonado de la exégesis bíblica, Estella 2007. Ausejo, S. de (trad.), Diccionario de la Biblia, Barcelona 2000 Balz, H. - Schneider, G., Diccionario Exegético del Nuevo Testamento I-II, Salamanca 19961998 Coenen, L. - Beyreuther, E. - Bietenhard, H. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento I-IV, Salamanca 1980-1984 Léon-Dufour, X., Vobulario de Teología Bíblica, Barcelona 1982 Rossano, P. - Ravasi, G. - Girlanda, A., Nuevo Diccionario de Teología Bíblica, Madrid 1990 Maier, J., Schäfer, P., Diccionario del Judaísmo, Estella 1996 Obermayer, F., Diccionario Bíblico Manual, Barcelona 1987