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Capitarj de

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i^gregarlo milif'ar a la embajada DB. SSPAIN^ SN RUSf^

MADRID HADDE^R^ DBD DBP6^DPO DB DA GUBI^A 1904

LAS ARMAS DE fUEGO AL COiEIZAR EL SIGLO XI

LAS

ARMAS

DE

AL COMENZAR

FUEGO

EL SIGLO XX

POR

D. PED^O DE IsA CEI^DA CAPITAN DE CABALLERiA Agregado militar a la embajada de Espana en Rusia.

TALLERES DEL DEP6SLT0 DE LA GUERRA I 9 0 4C

Hecho el depdsito que marca la ley. Todos los derechos reservadoa.

Todos los datos existentes en la obt*a son ofieiales y re* sultado de la aplieaeion de los l^eglamentos en vigoi* en la^ difcrentes naeiones. ^os armamentos son lo§ ultimamente adoptados,

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MINISTERIO DE LA GUERRA. — Seccion de Estado Mayok y Campana.—Excmo. Sr.: En vista de la instancia promovida por el capitan de Caballerla D. Pedro de la Cerda y Lopez Mollinedo, agregado militar a la Embajada de Espana en Rusia, solieitando se le conceda la reeompensa a que se hubiese heeho merecedor por la obra de que es autor titulada Las armas de fuego al comenzar el siglo XX, el Rey (q. D. g.), de aeuerdo con el informe emitido por la Junta Consultiva de Guerra, que a continuacion se inserta, y por resoliicion de 28 de octubre ultimo, ha tenido a bien eoncederle la cruz de l.a clase del Merito Militar con distintivo bianco, pensionada con el diez por ciento del sue!do de su empleo hasta que ascienda al inmediato, como comprendido en el art. 28 del reglamento de recompensas en tiempo de paz. De real orden lo digo a V. E. para su conocimiento y demas efectos. Dios guarde a V. E. muchos anos.—Madrid 8 de noviembre de 1908. —Martitegui. Informe que se cita Junta Consultiva de Guerra.—Excmo. Sr.:-^-Por real orden fecha 17 de abril liltimo, se remitio a informe de esta Junta el expediente de reeompensa a favor del capitan de Caballerla D. Pedro de la Cerda y Lopez Mollinedo, autor de la obra titulada Las armas de fuego al comenzar el siglo XX. — A dicha real orden se unen los siguientes documentos: 1.° Instancia del autor de dicha obra, de la que se acompaha un ejemplar. — 2.° Informe previo emitido por la Seccion de Estado Mayor y Campana del Ministerio del digno cargo de V. E. — 8.° Copia de la hoja de servieic^ del interesado.—En cuatro partes divide el capitan La Cerda su produccibn; comprende la primera, el estudio de las armas portatiles; la segunda, el de la artillerla; la tercera, la vulnerabilidad de las formaciones bajo el fuegp de aquellas armas; y la cuarta, el fuego en el combate y los metodos de educacion e instruccion del soldado; formando tres tomos con 600 paginas impresas y 85 figuras.-—Precede al trabajo un prologo en que el autor manifiesta, que el objeto de la obra es exponer con claridad y concision el estudio del tiro, haciendo ver los efectos del fuego de las armas modernas y la vulnerabilidad de las formaciones; teniendo en cuenta, ademas de las condiciones del arma, la influencia del hombre sobre los efectos del fuego en el combate, y deduciendo principios aplicables a la educacion del soldado y su instruccion en el tiro.—Empieza la primera parte por una ligera reseha historica de las armas port&tiles y sus

VIII IN FORME projectiles, en la que expone los sucesivos progresos realizados desde su origen hasta las modernas armas de repeticion.—Presenta un cuadro que comprende los principales datos balisticos de los fusiles hoy reglamentarios en Alemania, Austria, Italia, Rusia y Franeia, y manifiesta que, diferenciandose muy poco entre si los calibres, el estudio del tiro puede hacerse en con junto y dedueir consecuencias y principios generales de practica aplicacion para todas las armas portdtiles.—Pasa despues a ocuparse de la dispersion del tiro, examinando las causas que la producen; y suponiendo generalmente conocida la forma y proporcion en que se agrupan los impactos con relacibn & su centro, indica el procedimiento elemental para dete.rminar los desvios probables, vertical y horizontal, y resume en una tabla los resultados obtenidos en una serie de experiencias.—Entra en seguida en el estudio del valor aproximado del tiro de tropa, efectuado individual y colectivamente y el de las causas que hacen variar los efectos del f uego; terminando esta primera parte con el analisis de los distintos generos de fuego, y exposicion de los preceptos establecidos en los diferentes reglamentos detiro extranjero,para la ejecucion de los fuegos decombate.—Pre¬ cede al estudio de la segunda parte de la obra, una reseha historica de la artilleria, en la que a grandes rasgos se da idea de sus adelantos en armonia con los progresos de las ciencias; y muy especialmente la quimiea, la mecanica y la metalurgia; circunscribiendose a la artilleria de campaha da noticias del material, hoy reglamentario en las naciones, a que hizo referencia al ocuparse de las armas portatiles; estudia los projectiles y sus efectos formulando conclusiones sobre su adecuado empleo; los sistemas de punteria, determinacion de los elementos iniciales de tiro y metodos seguidos en Franeia y Alemania; y termina ocup&ndose de los fuegos, estableeiendo las disposiciones que deben adoj^tarse para verificarlos con una bateria.—En la tercera parte, dedicada a los efectos de los fuegos de las armas portatiles y la artilleria, expone el metodo de calculo de la vulnerabilidad de la tropa, y hace aplicacion a las distintas formaciones, deduciendo tablas y construyendo graficos que permiten for mar idea del valor relativo de la misma, segun la formacion que adopten y clase de fuego & que esten expuestas.—En la cuarta y tiltima parte hace notar el Sr. La Cerda lo peligroso que es atribuir A la perfeccion de las armas de fuego el exito en el combate, prescindiendo del valor del hombre, primer factor y elemento decisivo en la guerra; y se extiende en acertadas consideraciones de orden fisiologico y moral que evidencian la necesidad de la educacibn del soldado y su instruccion practica en el tiro, metodica, sin fatiga ni menoscabo de su estado fisiologico.—Por lo expuesto, se ve la importancia del trabajo llevado a cabo por el capitan La Cerda.—Es evidonte que toda obra que tienda a la difusion de ese orden de conocimientos; todo esfuerzo laborioso que persiga el fin de hacer llegar a la oficialidad de nuestro Ejercito los adelantos niodernos en ma-

INFORME

IX

teria de armamento, merecen aplausos y el aprecio general.—Del examen de la hoja de servicios del interesado resulta: que esta bien conceptuado; que ha prestado brillantes servicios en la campana de Cuba, por los que se le concedio el empleo de capitan y dos cruces rojas del Merito Militar, una de ellas pensionada; y que se le confirio una eomision del servicio para estudiar en Francia las modificaciones ultimamente introducidas en la organizacion del arma de Caballeria, habiendo asistido al curso espe¬ cial de los tenientes de instruccion en la Escuela de aplicacion de Caballe¬ ria de aquel ejereito, en los ahos 1901 y 1902, y cursandolo con aprovechamiento.—En consideracion & cuanto queda dicho, la Junta opina, que el capitan D. Pedro de la Cerda y Lopez Mollinedo, se ha hecho acreedor por la inteligeneia, laboriosidad y amor al estudio que ha demostrado escribiendo la obra que motiva este informe, a que se le conceda la cruz de primera clase del Merito Militar con distintivo bianco, pensionada con el 10 por 100 del sueldo de su actual empleo, caducando cuando ascienda al inmediato, como comprendido en el art. 23 del vigente reglamento de recompensas en tiempo de paz.—Y. E., como siempre, resolvera lo mds acertado.—Madrid 8 de octubre de 1903.—El General Secretario, Leopoldo Cano.—Rubricado.—V.0 B.0—Barges.—Rubricado.—Hay un sello que dice: «Junta Consultiva de Guerra».

iflmcE Paginas Prologo.

1 Armas portatiles.

Resena historica Armas portatiles reglamentarias

5 8

Propiedades generales de los fuegos. I.—Dispersion II.—Valor aproximado del tiro de la tropa

15 25

Estudio de las causas que hacen variar los efectos del fuego. I.—Influencia de la precision del tiro en los efectos del fuego 33 II.—Influencia de la correccion del tiro en los efectos del fuego 36 III.—Influencia de la tension de las trayectorias en los efectos del fuego. 42 IV.—Influencia de la forma del terreno en los efectos del fuego 45 Fuegos. I.—Diferentes g&ieros de fuego II.—Fuegos de combate

61 6.7 Artillena.

Resefia histdrica

79 Artillena de campana.

Consideraciones generales

91 Material de Artilleria.

I.—Material aleman II.—Material francds HI.—Material austriaco, italiano y ruso

93 99 112

Estudio de los proyectiles. Consideraciones generales I.—Proyectiles de la artilleria de campana

117 120

INDICE

XII

Paginal II.—Efecto de los proyectiles III.—Empleo de los proyectiles Conclusiones

123 . 135 139

Tiro de la Artilleria. Sistemas de punten'a I.—Material alem&n Resumen II.—Material francos Resumen

141 143 147 148 163

Determinacion de los elementos iniciales del tiro. Consideraciones generates I.—Material alem&n. Resumen II.—Material francos Resumen

165 166 169 170 .. 182 Metodos de tiro.

I.—Principios fundamentales. II.—Principios generales Conclusiones

183 186 196

Fuego de la Artilleria. Consideraciones generales Fuego de una bateria Efectos del fuego

. 199 200 208

Yulnerabilidades de las formaciones. I.—Efectos del fuego de las armas portatiles Vulnerabilidad relativa de las diferentes formaciones II.—Efectos del fuego de la Artilleria

213 215 235

Consideraciones sobre el fuego en el combate.—Metodos de educacion y de instruccion. I.—El fuego en el combate 241 II.—Metodos de educacion y de instruccion. 247 Conclusion 251

PROIiOCO

El fuego de todas las annas ha adquirido en nuestros dias una importaneia mucho mayor que en los pasados tiempos, porque se preve que en los combates del porvenir sera un factor importautisimo del exito. Todas las naciones se han impuesto pesadas cargas para dotar a sus ejercitos de armamentos lo mas perfectos posible, y para aumentar y llevar hasta el mas alto grado la instruccion en el tiro. Es preciso que un ofieial sepa en todos los casos obtener del fuego que dirige el maximo de efieacia, asi como tambien tomar en todas las circunstancias las disposiciones necesarias para que la tropa a sus ordenes sufra el menor dano. Esta doble obligacidn, le impone el deber de hacer un estudio detenido y profundo de los efectos del fuego, de sus propiedades esenciales y de las causas de que dependen su eficacia y las condiciones que la hacen variar. De todos los asuntos militares, los referentes al tiro son los que mas apasionan dando lugar & grandes controversias. En Espana, lo mismo que en el extranjero, se ha escrito y se escribe mucho todavia sobre el tiro, pudiendo llenarse imnensas bibliotecas con los numerosos voliimenes publicados sobre este tema, de los cuales la mayoria asustan al que los hojea, tanto por el numero considerable de fdrmulas y de curvas extrahas que contienen, como por la cantidad de palabras y tecnicismos de que estan llenos. Durante un largo periodo, las matematicas han querido por si solas explicar el tiro, y siendo este un elemento principal del campo de batalla, no dudaron, queriendo deducir de sus conclusiones la ciencia de la guerra. En la hermosa epoca de las ecuaciones algebraicas, de las tangentes y cotangentes, etc., las tablas de tiro eran el vade mecum del

2

PROLOGrO

oficial sobre el campo de batalla, creyendo algunos debia dotarselas de una tabla de logaritmos. La balistiea se la eonsideraba como la madre de la tactica, dedueiendo de ella formaeiones nuevas y modes de ocupar tacticamente las posiciones. Despues de las matematicas, que acabaron por ser desechadas no s61o porque sus caleulos eran complicados y no eran accesibles mas que a un corto numero de personas que estaban en condiciones de comprenderlas, sino, sobre todo, porque el buen sen tide las rechazaba, apareee una nueva doctrina, la del Empirismo. Esta consistia en hacer tirar varies grupos en circunstancias lo mas diversas, y a distancias y posiciones diferentes, sobre blancos de tamano y forma variable; dedueiendo del estudio de los resultados obtenidos, las leyes generales de los efectos del fuego. Parece que, operando asi, debian recogerse un con junto de dates susceptibles de dar indicaciones precisas, y de los cuales se podrian sacar conelusiones practicas; y, sin embargo, este sistema resulto una ilusion; semejante procedimiento' puramente experimental fue tambien desechado, y hoy no se emplea por no ser suficiente para dar reglas sobre la direccion del tiro y de las tropas bajo el fuego enemigo. El fuego de la tropa es muy variable, sucediendo con frecuencia que un grupo de tiradores obtiene sobre el mismo bianco y en condi¬ ciones casi identicas, porque la identidad completa jamas existe, re¬ sultados muy distintos. Segun estos, las conelusiones que pudieran sacarse de un numero pequeho de experiencias, podrian presentar tales diferencias y anomalias que nos impedirlan sacar consecuencias generales; siendo preciso, por lo tanto, multiplicar dichas experiencias, lo cual presenta grandes dificultades en la practica, Ademas, las causas que hacen variar los efectos del fuego son tan numerosas, que es punto menos que imposible reprodueirlas en un campo de tiro; siendo, por lo tanto, preciso renunciar a la experiencia directa. Las consideraciones expuestas ban conducido a la adopcidn de un procedimiento que participe a la vez de la experiencia y la teoria. Se acude a la experiencia, para estudiar y analizar las propiedades ge¬ nerales y los caracteres comunes de los diferentes generos de fuegos, y una vez hecho este estudio se deducen de el los metodos para caL cular el valor de los fuegos y la vulnerabilidad de las formaeiones. Los resultados obtenidos en numerosas experiencias, han justiticado plenamente este procedimiento. Respecto de la artilleria, el shtema que se sigue es el mismo:

PROLOGO

3

analizar y estudiar experimentalmente las propiedades generales de cada proyectil, sus efectos y las causas que los hacen variar; deduciendose de aqui el valor de eada uno y uso que de ellos deba haeerse^ as! eomo tambien la vulnerabilidad de las distintas formaeiones. Del conjunto de.esfcas experiencias se podra deducir el valor de los diferentes fuegos de la artilleria, y los procedimientos y metodos de tiro apropiados para conseguir el maximum de resultados en eada easo. Hay quien dice, que con este metodo no se obtienen mas que el valor del fuego y la vulnerabilidad de las formaeiones sobre los campos de tiro y de maniobras, no pudiendo deducirse de ellas ninguna indicacion verdadera sobre los resultados probables del tiro en la guerra. Otros, al contrario, dan a los resultados asi obtenidos un gran valor, asegurando que en el campo de batalla los efectos del fuego seran los mismos obtenidos en los campos de tiro, reducidos en una cierta proporcion. Ambas opiniones son exageradas: no existe ninguna relacibn eonocida entre los resultados de un mismo tiro ejecutado en el poligono y en el campo de batalla; todo lo que puede decirse es que estos dltimos seran a lo sumo iguales y generalmente inferiores a los de un campo de tiro, sin que pueda decirse en que proporcion se verifiea esta disminucion de efectos. Sin embargo, es logico suponer que tiros que en el poligono estan en la relaeion 2 a 3, den sobre el campo de batalla efectos que esten en la misma relaeion 6 una que a ella, se aproxime; y que una formacibn reconocida como mas vulnerable en¬ tre otras, en el tiro de poligono, en el combate y expuesta al mismo fuego perdera siempre mas hombres. Estos valores de relaeion son los linicos susceptibles de una aplicacion practica, y seran los que estudiemos. El tiro, no se sabe por que, ha sido siempre estudiado bajo un solo aspecto; el arma. Ahora bien, el tiro no es otra cosa que la accion de tirar, 6 sea la resultante de la accion de dos elementos: el arma y el hombre que la maneja. El conocimiento de este segundo elemento y el analisis de su influeneia en el acto de tirar, debe logicamente imponerse con la mis¬ ma fuerza que el estudio del arma. El hombre, la materia viva, es por su naturaleza un factor eminentemente variable, y su estudio se impone tanto 6 mas que el del armamento. La fatiga, el estado moral, el grado de diseiplina, la sangre fria de los jefes y soldados, y tantos otros factores morales

4

pr6logo

que jamas podran tomarse por complete en cuenta y que dominan y subyugan al hombre, tienen una influencia tal, que en la guerra haran variar los resultados del tiro, desde los m&ximos obtenidos en el poligono, hasta reducirlos en algunos casos a cero. Vamos a tratar de llenar en lo posible este vaclo, estudiando la influencia del hombre sobre los efectos del fuego en el combate. De las conclusiones que resulten de este estudio, se podran deducir al¬ gunos principios aplieables a la educacion del soldado y a la instruccion del tiro. El fin que perseguimos es exponer clara y concisamente un estudio del tiro, hasta el presente tan imperfectamente conocido, haciendo ver los efectos del fuego de las armas modernas, su valor y la vulnerabilidad de las distintas formaciones. Me he esforzado en presentarlo en una forma clara y desembarazada de grandes ealculos, con el fin de hacer su lectura facil y al alcance de todos. Para la exposicion se dividira mi trabajo en la forma siguiente: PRIMERA PARTE Armas portatiles.—BeseHa histdrica.—Datos sobre los armamentos en nso en las distintas naciones.—Propiedades generates de losfuegos. —Causa# que hacen variar los efectos del fuego.—Diferentes generos de fuegos. SEGUNDA PARTE Artillena de campana.^—Pesena histdrica.—Material de la artilleria de campana.—Estudio de los proyectiles.— Tiro dela artilleria.— Fuego de la artilleria. TERCERA PARTE Vulnerabilidades de las formaciones bajo el fuego de las armas por¬ tatiles y de la artilleria. CUARTA PARTE El fuego en el combate.—Metodos de educacion y de instruction. CONCLUSION

ARmAS

PORTATILiES

RESENA HISTORICA Las armas portatiles de fuego aparecen en el segundo tereio del siglo xiv. La primeta de esta clase estaba formada per un tube de hierro y una reeamava abierta por uno de sus extremes. El primero tenlapor objeto dar direecidn a la bala; y la segunda servia de alojamiento a esta y a la carga de proyeceion; el conjunto estaba muy toscamente eonstruido, pero presentaba bastante solidez. Posteriormente se unieron ambas partes, recamara y candn, con el fin de evitar el escape de gases, quedando reducida el arma a un tube de hierro cerrado por uno de sus extremes. Hacia mediados del siglo xv aparece un arma mas perfeccionada, a la que se did el nombre de espingarda, y fue la usada en el resto del siglo. Sucesivamente fueron apareciendo distintas modificaciones en estas armas; pero todas adoledan del mismo defecto, el de no poder dispararse mas que valiendose de la mecha de mano. La Have de serpentina, que aparecid a principios del siglo xvi, hizo desaparecer este inconveniente; consistia en una pequeha serpiente en cuya boca se colocaba la mecha, y a la cual un disparador y un muelle hacfan acercarse al cebo para dar fuego. Estas Haves fueron sucesivamente reformandose, pero todas presentaban grandes defectos, que trataron de evitarse adoptando las Haves depedernal) tenian estas la gran ventaja de dar fuego por medio de la chispa resultante del choque de su pedernal con un eslabdn colocado en el arma. En esta epoca aparece la bayoneta, imperfecta y casi imitil en sus comienzos, porque alojandose su mango en la boca del canon impedfa hacer fuego con ella colocada. A fines del siglo, Machay inventd la bayoneta de cubo, que evita este inconveniente.

6

LAS ARMAS DE FUEGO

La Have de pedernal fue substituida por la chimenea, en donde se alojaba el fulminante que servia para dar fnego. A principios del siglo xix, el armamento de todos los ejercitos lo eonstitman fusiles lisos de avanearga, que empleaban eomo proyeetil la bala esferica. En 1850 hace su aparicion el fusil Minie. Las positivas ventajas que presentaba fueron causa de la desaparicion de todos los modelos anteriores; el rayado y la bala expansiva marcan un gran progreso. La bala expansiva cilindroconica de Minie, tenla en el culote un rebajo troncoconico en el que se alojaba un sombrerete de hierro. La expansion de los gases de la carga producia una fuerte comprensibn en el sombrerete, que al penetrar en su alojamiento bacia que la bala se ensanchase, ajustandose a las rayas y tomando un movimiento de rotacidn. Todos los ejercitos adoptaron este fusil, aunque con bastantes modificaciones, entre ellas la reduccion del calibre, que no excedio de 15 millmetros. En Espaila fue reglamentaria la carabina Minie el ailo 1857, y dos anos despues se adopto el fusil Minie de 14mm;5 y bala de 32 gramos. Armas de retrocarga.*—En 1860 aparece en Prusia el Dreyse, pri¬ mer fusil de retrocarga. Grandes fueron las ventajas que con el nuevo invento se obtuvieron: mayor ajuste del proyectil y, por lo tanto, mayor forzamiento y precision en el tiro, aumento de alcance y mas rapidez en el tiro. El calibre era de 13mm,50 y bala de 31 gramos. Muchos fueron los fusiles que bajo los mismos principios se construyeron, entre otros el Chassepot, reglamentario en Francia, y el Berdan, que fue reglamentario en Espaila hasta la aparicion del Reming¬ ton, anna que aventajd a todas las de su epoca por su ligereza, solidez y condiciones balisticas; fue reformado en 1889 por los artilleros Freire y Brull. Armas de repeticion.—La aspiracion constante de aumentar la ra¬ pidez en el tiro, fue causa de la aparicion de muy variados modelos de armas repetidoras; sin embargo, ninguna poseia por completo las condiciones que debe reunir un arma de guerra. El fusil Lebel, resultado de estudios profundos, que aparecio en Francia en 1886, puede considerarse como la primera de aquellas que satisfacia a dichas condiciones. Profunda sensacion produjo en todas las naciones, que desistieron de transformar sus fusiles en armas dedeposito. Alemania adopto en

AL COMENZAR EL SIGLO XX

7

1888 el fusil Mauser de 7mm,9, y Austria el mismo ano el Mannlieher de 8 millmetros. En Espana se adopto el Mauser de 7 milimetros en 1893. Con estas armas el niimero de disparos aumenta eonsiderablemente^ teniendo por lo tanto que aumentar tambien la dotacion del soldado, lo que se consigue gracias a la disminucion de peso del cartucho por la reduecion del calibre; estos oscilan entre 8 milimetros y 6mm,5. Los grandes progresos realizados en las armas de fuego en la segunda mitad del siglo xix; tienen como causa principal los efectuados por la industria; que se analizaran al hacer la Resena historica de la artilleria. Para terminar examinaremos ligeramente los proyectiles modernos. Froyectiles.—La longitud de las balas era dos veces, a dos y media veces, el calibre del fusil; las modernas tienen, por lo menos, cuatro calibres de longitud. Los proyeetiles antiguos eran de plomo; los modernos estan formados de dos partes distintas: el mieleo de plomo, y la cubierta, envuelta 6 camisa, de diversos metales mas resistentes que aquel, por cuya proteccion se les denomina blindados 6 acorazados. El plomo empleado no es el ordinario del comercio, es una aleacion de este metal y de antimonio, que se denomina plomo endurecido. Las razones que para su uso existen son su gran densidad y reducido precio, que hacen no sea facil substituirlo por otro metal aunque sea mas duro, mas denso y menos fusible, como le sucede al tungteno, que presenta en cambio el gran inconveniente de su mayor precio; y lo mismo se puede decir del cobre, niquel y acero. Si el proyectil fuera solo de plomo, resultaria que a causa de las grandes presiones desarrolladas por las polvoras modernas, sobrevendria rapidamente el emplomado de los cafiones; la bala se deformaria con gran facilidad, la fuerza de penetracion no serla tan extraordinaria y el alcance menor; de aqui que el blindaje de los proyeetiles se imponga como una necesidad. Para este blindaje se emplean metales duros y poco fusibles, como el acero, el cobre, niquel y la aleacion 6 pasta Maillechort. Todas las corazas tienen un defecto comun, y es la facilidad con que se separan del mieleo por no formar cuerpo con el. Para salvar este inconveniente, ha propuesto Loreur interponer una capa de estafio que determinaria una union intima entre la camisa y el mieleo. El cobre es el peor de los metales empleados para camisas, pues

8

LAS ARMAS DE FUEGO

se desgarra con gran faeilidad, y al menor choque se separa del proyectil; lo mismo sucede con el niquel. Se cree que una aleaci6n de bronce 6 niquel seria lo mejor para las corazas. La pasta Maillechort es una aleacion de ochenta partes de niquel con veinte de cobre; las camisas fabricadas con esta tienen la yentaja de no desgastar el rayado del canon, pero en cambio a una distancia de 200 metros, en el 10 por 100 de las balas, se separa lacubierta del nucleo al experimentar el mas ligero choque. Las camisas de acero son las mas resistentes y atraviesan los obstaculos sin deformarse, pero tienen el inconveniente de gastar muy pronto el interior" del arma; este se anula mucho, cubriendo lasuperlicie del proyectil con grasas 6 con una pelicula de pasta Maillechort 6 niquel. Se debe tener muy en cuenta que la coraza debe ser completa, pues de lo contrario se transformanan los proyectiles en balas de efectos dinamicos complejos y de resultados traumaticos muy graves. A pesar de ser esto humanitario, se yen de dia en dla aumentar las referidas balas, como la celebre Bun-Dim usada en Inglaterra, cuya camisa s61o cubre los dos tercios posteriores y queda sin cubrir la ojiva, que al chocar se deforma y produce trastornos grandlsimos. Despues completaron la coraza,. pero dejaron hueco el tercio anterior del proyectil, y si grandes eran los destrozos de la bala Bun-Bun, no le van en zaga los de este nuevo producto de la imaginacion britanica. Recientemente ban hecho proyectiles Lee-Metford con camisas Maillechort, dispuestas, a partir dela ojiva hastael culote, en tiritas de un milhnetro de ancho; en el momento del disparo, al chocar el proyectil en el bianco, se abren las varillas como las de un paraguas y producen heridas espantosas. En las balas inglesas del mayor Reuthon, la cubierta es de niquel y encierra un nucleo de plomo dividido en dos fragmentos longitudinales, adosados perfectamente, pero sin adherencia; al chocar se rompe la cubierta que, unida a los dos segmentos, forma nuevos pro¬ yectiles. ARMAS PORTATILES REGLAMENTARIAS Las annas portatiles de fuego reglamentarias en los principales ejercitos, tienen muy pocas diferencias, como lo demuestra el examen de los datos balisticos y tablas de tiro que exponemos a continuacibn.

AL COMENZAR EL SIGLO XX

9

Esto nos facilita y abrevia su estudio,, que podemos haeerlo en conjunto porque los resultados particulares variarian muy poeo, pudiendo decir que las consecuencias y principios generales que establezcamos son de absoluta aplicacion practica. Hemos preferido a un examen somero de los armamentos, establecer los cuadros siguientes, que nos permiten mas facil y rapidamente compararlos y convencernos de su casi identidad. Todos son de repeticidn y el sistema de cierre de cerrojo.

LAS ARMAS DE FUEGQ

10

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Rusia..

Mossine..

Francia.. J Lebel

tr"o B *2. Bpi

SENTIDO DEL RAYADO

m/m.

B

6,5

I \ Las cargas son ^ j |

1,290

Alemania. Austria... Italia. ... Rusia Francia..

11

AL COMENZAR EL SIGLO XX

STICOS til Longitud del proyeccho Longitud del cartuPeso de la bala

Peso de la carga

SISTEMA DEL ALZA

PROYECTIL

m/m. m/m. grs. grs. grs.

mos 00 ^

Peso del cartucho ...

Alcance ma.ximo

0S0 la oneta

GRADUACldN DEL ALZA

Co 0 0 01. &So §' o* £ rats. metros

• iCorredera y con la¬ 250 metros a 2.050.... 620 3.800 i Plomo y acero niquel.. 30,5 82,5 14,6 2,75 27,5 mina

00 Plomo y acero graissd. 31,8 75,7 15,8 2,80 28,8 Corredera. lillo..

300 pasos d 2.600....( 630 3.900 625 metros a 2.250.

00 c

300 metros a 2.000.... 700 4.000

Plomo y Maillechort... 30,2 76

10,5 1,95 22 Circular

0)0 1 jldem id tneta.1

30,5 76,7 13,7 2,20 25,8 Escalones y corredera

|400 pasos a 2.700....j 615 3.057 1 284 metros a 1.717....! 1

00 jldem id da... 1

30,5 75

2,70 29,7 Idem id

250 metros d 2.000.... 620 3.900

t-chen-pulver (desconocida). -celulosa. tita. '-celulosa. >ra B F (desconocida).

15

m < H 160,443 217,674

67,084 84,367 103,802

66,048

83,762

103,518

63,42

79,59

97,64

67,302

83,846

101,481

65,173

82,624

102,902

1.800

2.000

1.600

52,912

51,815

49,13

53,123

50,319

1.400

39,587

38,441

36,72

41,268

37,836

1.200

28,765

27,690

26,19

30,422

27,495

1.000

19,794

19,120

17,54

21,202

18,921

800

12,553

11,977

13,578

10,77

11,885

600

128,919

95,412

68,238

46,713

31,221

18,803

9,461

6,921

6,386

400

6,521

3,193

6,83

2,524

200

7,522

2,777

2,630

Alemdn 1888

Mannlicher

185,145

150,839

120,507

93,623

70,010

50,142

33,669

20,505

10,563

3,756

194,63

154,56

120,72

92,37

67,75

47,47

30,70

17,71

10,09

2,95

Mannlicher ParavicinoCarcano Austriaco 1895 1891

210,014

162,347

129,714

95,980

69,427

47,850

31,983

19,041

9,503

206,426

164,227

131,417

97,169

70,725

49,381

32,343

19,249

9,736

3,440

1886 3,218

Lebel

ANGULOS DE CAIDA TANGENTE, MILlMETROS

r-l OsCO

2,67

1886

Lebel

1891

Mossine

LlI D 0)a "MEW |1 I

3,006

Mannlicher ParavicinoCarcano Austriaco 1891 1895

l-

Alemdn 1888

Mannlicher

CO
Medias. f Grandes. 600) 1.200) 2.000'

El examen de las cifras del anterior euadro nos demuestra que tedrieamente la dispersidn horizontal no es absolutamente siinetriea;

24

LAS ARMAS DE FUEGO

y que la parte situada mas lejos de C es mas prolunda que la parte situada entre el tirador y C. Vemos tambien que las bandas conteniendo el 25, 16, 7 y 2 por 100 de los impaetos, y que tenian alturas iguales a un desvio proba¬ ble vertical en la dispersion vertical, tienen profundidades desiguales en la horizontal. A partir de C, la profundidad de estas bandas va disminuyendo para la porcion situada mas alia de este punto, y aumentando en la porcidn situada mas aca. < Estas diferencias provienen de que las trayectorias que se toman para recoger una dispersion no son paralelas, sino que existe una diferencia apreciable en la tensidn de las trayectorias extremas, y que los angulos de caida aumentan progresivamente con la distancia. Es precise tener presente, que en el estudio de un hecho experi¬ mental tan poco preciso y tan variable como el tiro de la tropa, no se necesitan medidas de una precision matematica; antes al contrario, conviene ver las cosas ampliamente para deducir consecuencias y aplicaciones practicas. Examinando el cuadro en este sentido, se reconoce que a mas de 600 metros a las medias y grandes distancias, en donde el estudio de los tiros colectivos es mas necesario para el empleo razonado de los diversos generos de fuego y de las distintas formaciones, las dife¬ rencias que existen son en realidad de pequena importancia, y que estas diferencias, desde luego poco importantes, son cada vez mas pequefias & medida que crecen las distancias. Podemos decir, pr&ctieamente, que a las medias y grandes dis¬ tancias la dispersibn horizontal es sensiblemente simetrica, y que tiene una profundidad igual a ocho veces el desvio probable en longitud 6 alcance; que a partir de C, centro de impaetos, las bandas contiguas de una profundidad uniforme de un desvio probable en al¬ cance, cada una contiene el 25, 16, 7 y 2 por 100 del total de im¬ paetos que componen la dispersion. Practicamente, a mas de 600 me¬ tres, rigen las mismas leyes para la dispersion horizontal que para la vertical. Podemos admitir que la profundidad de las dispersiones produeidas por una tropa de instruccion media es sensiblemente eonstante de 800 a 2.000 metros, y que tiene de 400 a 500 metros de profundidad.

25

AL COMENZAR EL SIGLO XX II. —VALOR APROXIMADO DEL TIRO DE LA TROPA

Valor aproximado del tiro de la tropa.—Todos los datos que exponemos son los mas practicos y probables; son los valores medios de tiros efectnados por nna tropa de mediana instruceion, con los annamen tos en uso en los principales ejercitos, en condiciones ordinarias y sin otro apoyo el fusil que los brazos del hombre. Estudiaremos: 1.° Tiros individuales. 2.° Tiros colectivos. Tiros individuales.—En el tiro individual tenemos dos casos: 1.° Tiro individual de ejercicio 6 de pollgono, en el cual el hom¬ bre tira con su fusil haciendo todas las correcciones necesarias en la punteria, segun su arma y su manera de tomar la linea de mira. 2.° El tiro individual de combate, en el que el hombre apunta al pie del bianco, como esta prescripto en todos los reglamentos. Descartando las anomallas, un grupo de 24 tiradores de instruccidn media y en las condiciones expuestas, ha obtenido los resultados siguientes en los dos tiros: DESVIOS PROBABLES DEL TIRO INDIVIDUAL TIRO DE POLfGONO DE EJERCICIO b DO* lo pDO 100 200 300 400 500 600

Tiro de pie

ms. » » » » »

Tiro de rodillas

V

H

12 cms. 26 » 42 » 60 » 80 » 102 »

10 cms. 21 » 33 » 46 » 60 » 75 »

V

H

8 cms. 9 cms. 18 > 10 » 30 » 30 » 44 » 42 » 60 » 55 *» 78 » 69 »

Medio de las tres posiciones

Tiro acostado H

V 10 cms. 20 > 31 » 43 » 56 » 70 »

9 18 28 39 51 64

cms. » » • > » »

13 26 41 58 77 08

» » » » » >

V

H

10 cms. 21 » 34 » 49 » 65 » 84 »

9 cms. 19 » 30 42 » 55 » 70 »

15 31 48 66 85 105

13 26 41 58 77 98

TIRO DE COMBATE 100 200 300 400 500 600

» 17 » 35 » 54 » 74 . » 05 » 117

» 13 » 27 » 43 » 61 » ' 81 » 103

» » » » » »

14 28 43 50 76 05

» » » » » »

12 » 24 » 38 * » 54 » 72 » 92 »

14 30 47 65 84 104

» » » » » *

» » 2> » » »

> » » » » »

Tiros ejecutados por 24 tiradores: 11 de l.a3 12 de 2.a y 1 de 3.a; 10 tiros cada hombre.

26

LAS AEMAS DE FUEGO Tiros colectivos.—Los tiros colectivos son ejecutados por grapos » !I I

Tin* itidindual dc cjavicic Fig. 6.a de cincuenta hombres, en traje de eampana, con mochila y todo el peso correspondiente en la guerra.

Titv individual de cctnbale Fig. 7.a Se ban obtenido los resultados siguientes:

AL COMENZAB EL SIGLO XX

27

DESVfOS PROBABLES DE LOS FUEGOS COLECTIVOS Fuego por descargas. Bistancias. V 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000 1100 1200 1300 1400 1500 1600 1700 1800 1900 2000

H

Fuego a voluntad 6 discreeion. V

H

Valor medio. V

H

19 cms. 13 cms. 19 cms. 15 cms. 19 cms. 11 cms. ms. 27 » 39 » 39 » 32 » 22 » 39 » » 42 » 60 » 60 » 50 » 60 » 34 ^ > 58 » 82 » 81 » 69 » 83 » 48 » » 106 » 76 » 104 » 89 » 64 » '108 » » 96 » 132 » 129 » 111 » 135 » 82 » » 119 » 161 » 103 » 157 » 165 » 135 » » 144 » 194 » 189 » 161 »' 127 » 199 » » 171 » 232 » 226 » 189 » 154 » 238 » » 202 » 276 » 219 » 269 » 185 » 283 » » 235 » 327 » 319 » 251 » 220 » 335 » » 386 » 273 » 377 » 395 » 260 » 286 » » 454 » 315 » 306 » 444 » 324 » » . 464 » 531 5> 362 » 519 » 366 » 359 » 543 » » 618 » 416 » 420 » 603 * ? 413 » 633 » » 715 » 477 » 734 » 489 • » 696 » 466 » » 822 » 547 » 567 » 527 » 846 » 798 » » 626 » 940 » 911 » 654 » 598 » 969 » » 715 » 1070 ^ 681 » 750 » 1037 » » 1103 » 1212 » 816 » 855 » 1176 s 778 » » 1248 » •

Grupo de 50 tiradores: 23 de l.a3 25 de 2.aj y 2 de 3.a Examinando los cuadros anteriores y los graficos, vemos que las dimensiones de la dispersion vertical aumentan con la distaneia, y mds deprisa que ella. Se observa tambien que dichas dimensiones en la dispersidn ver¬ tical son un poco may ores en altura que anchura. Composicion y descomposicion de los desvios.—Lo primero que se observa cuando se examinan los datos precedentes, es la dispersion considerable a que da lugar el tiro de la tropa en general, y en par¬ ticular los tiros colectivos; vamos a ver- si es posible reducir esta dis¬ persion, y como podremos llegar & este resultado. Es preciso analizar y buscar la influencia que hay que atribuir a cada una de las causas que, combinadas, producen la dispersion. Una vez establecida la importancia relativa de cada una de estas cau¬ sas, podremos buscar la manera de atenuar sus efectos para disminuir la dispersibn total. En todo sistema de medidas sometido a la influencia de diversas causas de error, obrando tanto en uno como en otro sentido, el cua-

28

LAS ABM AS DE FUEGO

drado del error produeido por la combinacion de las diferentes causas es igual a la suma de los euadrados de los errores que producirlan obrando aisladamente; podemos decir que el euadrado del error resul-

Fig. 8.a Una agrupacidn de impactos puede asimilarse a un sistema de medidas, y podemos admitir que la eombinaeitfn de las diferentes causas de la dispersidn se verifica segdn las mismas leyes, y; por lo tanto; el desvio resultante sera igual a la raiz cuadrada de la suma de los euadrados de los desvios eomponentes. La experiencia prueba que, en efeeto, es asi. Este prineipio gene¬ ral de composicidn de los desvios, permite aislar eada una de las causas de la dispersidn en una clase de tiro dada, y determinar la influencia que se puede atribuir a eada una de ellas. Haciendo uso del prineipio establecido, podemos valorar los des¬ vios imputables a defectos de eonstruecion del arma y las municiones, y los que tienen sir origen en la torpeza y falta de instruecidn del tirador, y se obtiene el cuadro siguiente:

29

AL COMENZAR EL SiaLO XX

Tiros colectivos

nes Dimensio-

hombre en pie de la silueta de un Resultados probables

un metro cuadrado. sobre un bianco de Resultados probables

TROPA DE instrucci6n media, TENIENDO :

Tiro individual Dispersion Tiro individual de . de de poiigono 12 balas combate V.

H.

V.

H.

metro

cm.

cm.

cm.

cm.

]

V.

H.

cm.

cm.

Armamento e instrueei6n 21 ordinaria Armamento doble mejor, eonstrmdo. Instruccion j 20,2 ordinaria Armamento actual. Ins- 11,5 truccidn doble

19

1 "3 ! I? > 31 ' 0,95 1

18,2

c loco iVf N re 7o c iJtOO

tico

v

iieyts pordesauy&s -

Fueyos d discreccioit Fig. 35. por lo tanto, los

Z9 Z7 t'Zoco

Estas diferencias tienen poco valor en la practica; y no acusan una superioridad marcada. El fuego a voluntad tiene; sin embargo, una superioridad muy notable sobre el fuego por descargas, bajo el punto de visfca del efecto util. Experiencias comparativas ban demostrado en todos los ca¬ ses, que los hombres tiran mas deprisa a voluntad que a la voz de mando, y que las velocidades de los fuegos estan en relacion de 5 d 4. El efecto util de los fuegos por descargas es,

del de los fuegos a discrecidn.

El cuadro anterior nos hace ver tambien la gran disminucion en los efeetos del fuego a medida que la distancia aumenta. Si se toma como termino de comparacibn el tiro a 600 metros, numerosas experiencias ban demostrado que la eficacia del fuego disminuye en las proporciones siguientes;

AL COMENZAR EL SIGLO XX

63

Distancias Eficaeia 600 10 900 5 1.400..,.. 2 2. 000: 1 Se ve, pues, lo muy justificada que esta la reeomendacion. que encoatramos en todos los reglamentos de tiro, de ahorrar las muaiciones en el fnego a grandes distancias. En muchos casos sera conveniente aumentar la prof undidad de la dispersion, ya sea para batir mayor extension de terreno 6 para que la forma de repartirse los impactos sea mas uniforme. El fnego con dos alzas resuelve el problema en ambos casos. El estudio del siguiente cuadro y grafico marca claramente los resultados del empleo de las dos alzas. CUADRO comparatiuo de los fuegos lentos con una y con dos alzas d 1.400 metros. DURACldN NUMERO DE DISPAROS DEL TIRO

IMPACTOS EN LOS DIFERENTES BLANCOS 1

S

3

4

5

TOTAL de impactos

CON UNA SOL,A ALZA I)E 1.400 METROS 3.000 1.000 800 800 800 800

8'50" 3'15 2,30 2/40 2/23 2/58

20 14 7 8 8 7

55 27 23 13 18 8

137 39 24 45 31 40

73 4 6 20 11 16

12 2 3 5 4 5

297 86 63 91 72 76

7.200

22/58'/

64

144

316

130

31

685

CON DOS ALZAS DE 1.300 Y 1.600 METROS 3.000 1.000 800 800 800 800

7/22/'/ 3'2 2'10 2 2'4 2/23

24 17 13 8 13 14

90 21 24 27 21 38

72 23 14 24 8 11

72 14 10 19 19 19

34 3 2 11 5 6

202 78 63 89 66 88

7.200

WW

89

221

152

153

61

676

64

),AS ARMAS DE FUEGO

En general se puede deeir que linicamente las consideraeiones del efecto util, eorreceion del tiro, eoncentracion de los fuegos, yigilaneia en el eonsumo de muDemldades de Las dispcrsumfs del luv cow tma.yandosaTids niciones, dificilltadeS en la ejecucion yrazones de mando de efeeto moral, seran las que decidiran el empleo del fuego por deseargas 6 a /Jff 1SZ discrecion, pues bajo el punN to de vista de su rendimientosu valor real es casi igual. Cuando no se conozca c exactamente la distaneia, 6 IAqq t loo iZoo cuando convenga aumentar la profundidad de la disper¬ Fuego ten, aUa dp/f&M mpFrvs sion 6 hacer mas uniforme su densidad, se emplearan Fuego ecu dos alzas de ISooy ISoo. dos alzas, con una diferencia entre ellas de 200 me¬ Fig. 36. tres; tirando la primera fila, 6 los mimeros impares, con el alza mas corta, y la segunda, d los numeros pares, eon la mas larga. Esta disposicidn, como puede verse en el gr&fico adjunto, da mas uniformidad en la dispersidn total. YcHor del fuego rdpido.—En todos losgeneros de fuegos, el fuego rapido es el que produce mayor dispersion, y, por lo tanto, menor rendimiento. Ya se ha visto al estudiar la influencia de la velocidad del tiro en los efectos del fuego, el considerable aumento que sufre la dispersion al aumentar aquella. Esta gran dispersidn del tiro rapido, ha hecho de el un procedimiento para obtener mayor profundidad en las dispersiones y, por lo tanto, mayor extensidn de terreno batido, y en este sehtido eneontramos recomendado su empleo en algunos reglamentos de tiro; sin em¬ bargo, el procedimiento mas moderno del empleo de dos alzas da mejores resultados. Si se hace tirar a un grupo de 50 hombres sobre los 5 blancos dispuestos en la forma que hemos visto a 1.400 metros, primero con fuego lento y alzas de 1.300 y 1.500 metros, y despues con fuego ra¬ pido y alza de 1.400; podran compararse estas dos clases de fuego

65

AL COMENZAR EL SIGLO XX

haciendo que su duracion sea la minima, y as! se han obtenido por numerosas experiencias,hechas en las condieiones indicadas, los valores medios siguientes:

Duracion del tiro

Numero de disparos

IMPACTOS EN LOS DIFERENTES BLANCOS

Yelocidad del tiro

Total de impactos

FUEGO LENTO CON DOS ALZAS DE 1.300 Y 1.500 METROS 2.400

|

6'27"

| 85 | 86 | 43 | 57 | 22 |

243

t u c ho s J 7• car porminuto

FUEGO RAPJDO CON ALZA DE 1.400 METROS 3.700

|

6'27"

Para 2.400 cartuchos....

45

46

65

32

22

210

29

30

45

23

14

140

il2 cartuchos ( porminuto

El rendimiento y el efecto ntil de los dos fuegos dedueidos del euadro anterior, son los siguientes: Rendimiento Fuego rapido Fuego lento, dos alzas ..

Efecto titil

140 210 243 243

Se ve, pues, que habiendo consumido 3.700 cartuchos en el fuego rapido, y 2.400 en el lento con dos alzas, a pesar del mayor consumo de municiones en el fuego rapido, el resultado es proximamente el mismo; la ventaja del Qinpleo de dos alzas para obtener mayor ex¬ tension en la dispersion es por lo tanto indiscutible, porque con menor consumo de municiones se obtienen los mismos resultados, teniendo ademas la ventaja de dar una densidad mas uniforme. El fuego rapido es inferior a todos los otros fuegos, considerando los efectos que produce con un consumo fijo de municiones; sin em¬ bargo, puede dar grandes resultados bajo el punto de vista de su efec¬ to util, siempre que no se pase de un grado de velocidad, que depende de la instruccion y del armamento de la tropa. El fuego rapido ejecutado en estas condieiones puede dar un efecto util superior a los otros fuegos, y en el se cifran actualmente grandes esperanzas. La caracteristica del fuego rapido la daran: su rendimiento, su efecto xitil y su duracion; para encontrarla puede hacerse el estudio

LAs Armas de fuego de cada una de estas causas independientemente. Con tiradores de mediana instruceion, el efecfco util aumenta hasta la veloeidad de 8 a 9 disparos por minuto; de 9 a ll permanece casi estaeionario; de 11 en adelante decreee rapidamente, pudiendo deeirse que pasando de 13 a 14 disparos por minuto los efectos son nulos. No conviene, por lo tanto, pasar de una veloeidad de 8 a 10 disparos por minuto. Respeeto a la duracidn y aparte del gran consume de municiones, se ha visto en la practica que el tiro ejeeutado con una veloeidad de 10 disparos por minuto, necesita tal esfuerzo muscular, que despues de 3 6 4 minutos a lo sumo, los hombres quedan incapaces de sostener el arma y eolocarla sobre el hombro, cesando el f uego de repente por agotamiento de las fuerzas iisicas de los tiradores. En resumen: el luego rapido es el que da menor rendimiento; su efecto util es superior al de los demas fuegos cuando su veloeidad no pasa de 8 a 10 disparos por minuto; el esfuerzo y el consume de municiones que exige es tal, que su duracibn tiene que ser muy limitada. Valor del fuego de repetition.—El fuego de repeticion es muy r&pido, y todas las consideraciones anteriores le son aplieables. El empleo del mecanismo de repeticibn permite cargar mas rApidamente el arma. El fuego resulta de un efecto util superior a los otros, porque permite hacer mayor mimero de disparos con menos fatiga para el tirador. Con el sistema de repeticion, la veloeidad del tiro puede amnentarse en dos 6 tres disparos por minuto, sobre el maximum que se ha visto en el fuego rapido, siempre que se quiera conservar la misma precisibn en el tiro. La veloeidad maxima que debe tener el fuego de repeticion sera, por lo tanto, de 10 a 12 disparos por minuto. La opinibn esta muy dividida sobre la manera de emplear y utilizar las annas de repeticion; en algunas naciones, como sucede en Francia, el arma de repeticibn es un arma de tiro rapido; el depbsito debe estar siempre cargado y no servirse de el mas que en momentos precisos y oportunos, usandose en todos los dem&s casos como arma ordinaria, haciendolo tiro & tiro. En otras naciones, como en Alemania, el arma de repeticibn se emplea como arma de carga rapida, susceptible de tirar a todas las velocidades, y hacer, por lo tanto, las diferentes clases de fuegos: lentos, vivos y rapidos. Diflcil es decidirse por una li otra aplicacibn de estas armas. Adoptada el arma como de carga rapida, resulta muy simplifieada su instruccibn y manejo, por tener una sola manera de emplearse; no sien-

AL COMEN^AK EL SIGLO XX

67

do necesario ensefiar sus dos empleos como anna de un solo tiro y anna de fnego rapido ni el paso de uno a otro. Esta es una gran ventaja eon el sistema de instruccidn intensiva que hoy domina; sin embargo, tiene graves inconvenientes: en una sorpresa, en un momento oportuno en que quiere aproveeharse su maximo efecto, podra ser imposible conseguirlo por encontrarse vacios los depbsitos. El empleo de las armas de repetieibn como annas de fuego rapido, de la manera que se haee en Francia, tiene como inconvenientes las ventajas del metodo anterior; e inversamente, sus ventajas seran los inconvenientes que aquel presentaba, debiendose anadir la de que no haciendose uso de los cartuchos del deposito mas que en casos especiales, se conseguira un ahorro de municiones. Son tantas y tan variadas las circunstancias, y tan distintos los efectos que se presentan en la guerra y particulannente en el cornbate, que es imposible resolver tebricamente problemas que, como el presente, dependen de razones de orden fisico y, sobre todo, de orden moral; unicamente la realidad puede resolverlos y sancionarlos, y aim entonces es precisa una inteligencia clara y despejada para poder saber y sacar consecuencias realizables y verdaderas.

II.—FUEGOS DE COMBATE En tiempo de paz la instruccibn debe tener por objeto hacer tiradores para el campo de batalla. En el combate los fuegos seran siempre colectivos, y hnicamente como excepcion se empleara el fuego individual, porque el primero sera el unico capaz de dar resultados decisivos, tanto por el mimero de fusiles en llnea como por la cantidad de municiones consumidas. La parte mds importante de la instruccion de tiro ha de ser sin duda alguna la ejecucibn de los fuegos colectivos, que ser&n los de verdadera aplicacion en la guerra; siendo eonveniente para su estudio dividirlos en dos partes: 1.° Instruccibn y ejecucion de los fuegos. , 2.° Empleo y aplicacibn de los diferentes fuegos. Instruccion y ejecucion de los fuegos.—Los fuegos colectivos se dividen en dos clases: fuegos por descargas y fuegos a discrecibn. Los fuegos por descargas no deben emplearse en general, su uso

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tAS ABM AS DE FUEGO

es sdlo recomendable para la correccion del tiro, pues nna descarga permit© ver mejor el punto de calda de los proyeetiles y calcular mas Idcilmente el alza qne conviene emplear. Los fuegos a discreeion son los que en general deben emplearse, por ser, como ya se ha visto, sus efeetos superiores a los de los fue¬ gos por descargas. Estos fuegos estaran siempre mandadospor los oficiales, que deben vigilar mas que los detalles de ejeeucion los efeetos que producen. La coloeacion de los oficiales es importantlsima, y debe ser objeto de un estudio especial; de la eleccion del punto en que se situen dependera la apreciacion del fuego de su tropa, y poder, por lo tanto, haeer las correeciones neeesarias para aumentar su efeeto. Para la ejeeucidn de los fuegos se colocaran los tiradores en una fila, que es la formaeion mas racional. El tiro debe efectuarse siem¬ pre a pie firme; el tiro sobre la marcha, ademas del peligro de poderse herir unos hombres a otros, presenta el inconveniente de que sus efeetos son siempre menores; su empleo unieamente puede estar justilicado en el eombate que precede al asalto. Durante la ejeeucion del fuego, el unico que debe haeer observaciones es el oficial que lo manda; pues si se trata de apreeiar el efee¬ to de eonjunto, las correeciones de detalle no damn ningun resultado. En los fuegos colectivos, hay que dar gran importancia a la rapidez en la ejeeucion; se sabe, en efeeto, que pueden aumentarse los efeetos del fuego aumentando la velocidad en el tiro, y la graduaci6n oportuna de ella dard grandes resultados. Estos fuegos deben ejecutarse coloeando a los tiradores en diferentes posiciones, y en circunstancias y eondieiones lo mas variables posibles, llevando el soldado siempre todo su equipo y earga de campana. La ensehanza de los fuegos de eombate, se praetica del siguiente modo en los prineipales ejercitos. Alemania.—El reglamento de tiro del ejercito aleman da a los fue¬ gos de eombate toda la importancia que en realidad tienen. El capitulo relativo a estos fuegos empieza en la forma siguiente: «E1 tiro de eombate es el objeto final de la instruceion, y eonstituye su parte m&s importante.» Despues de la ejeeucion de los tiros individuales, los hombres se reunen bajo el mando de las clases y ejecutan los fuegos por grupos y luego por pelotones. Estos ejercicios son precedidos de numerosas sesiones preparatorias, en las euales se emplean eartuchos sin bala 6

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fuegos simulados, los blancos empleados en estos ejercicios prepara¬ tories estan formados por pelotones que se mueven con arreglo a un. programa marcado; la artilleria y la caballeria se representa por hombres con banderas de diferentes colores. En los fuegos con cartuchos de guerra, los blancos empleados son siempre blancos movibles y blancos eclipse, y cuando se emplean blan¬ cos fijos, se supone que solo son visibles por tiempo limitado. Con el fin de desarrollar la iniciativa y asegurar el rapido reemplazo de los oficiales y clases, unos y otros desaparecen de tiempo en tiempo, debiendoinmediatamente tomar el mando aquel a quien le corresponde. Durante los descansos se hace la critica del tiro delante de la tropa, cuidando especialmente de comparar los resultados obtenidos con el numero de cartuchos consumidos. Los fuegos de combate se dividen en fuegos por descargas y fuegos de tiradores; y segiin la veloeidad del tiro, se dividen tambien en fuegos lentos, vivos y rapidos. Estos ejercicios tienen por base supuestos tacticos de gran sencillez; se supone, por ejemplo, que las unidades que ejecutan elfuego, estan aisladas 6 que iorman parte de unidades superiores. Contra Imeas de tiradores acostados u ocultos, en parte, por el terreno, se ejecutan generalmente los fuegos a las distancias medias de 600 a 1.000 metres; sin embargo, cuando sea posible se ejecutaran algunos fuegos a grandes distancias. Esta instruccion de los fuegos de guerra, a la que los alemanes conceden extraordinaria importancia, es objeto de la atencion cons¬ tant e de los generales que asisten siempre a estos ejercicios de tiro, y comparan los resultados entre los diferentes cuerpos a sus ordenes. Como filtima sancion, el Emperador presencia y compara la instruccidn en el ejercito, y ultimamente ha concedido la Orden del Aguila roja a 15 capitanes que se han distinguido por los notables resultados obtenidos por sus soldados. Austria.—El reglamento del ejercito austro-hungaro, ordena la ejecucidn de los fuegos por descargas por compafilas en llnea, lla~ mados fuegos a grandes distancias; estas estdn coinprendidas entre 800 y 1.800 metres, la compafha toma posiciones a tres distancias intermedias; el bianco es una columna de compafda. Los austriacos dan & los fuegos de combate una importancia ex¬ traordinaria; al tiro preceden siempre ejercicios preparatories en la misma forma que los que previene el reglamento aleman, y dividen los fuegos en fuegos por descargas y a discrecidn; y en lentos, vivos

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y rapidos; segun su velocidad; los blancos que se emplean son visibles durante mi tiempo limitado, y representan mm tropa igual a la que tira y en una formacidn adeeuada; despues del tiro se lleva a los soldados a los blancos para hacer alii la critica, y que ellos mismos puedan ver los efectos de su fuego. En los fuegos de eombate, el reglamento prescribe que no se rom • pa el fuego mas que en la zona de las distancias medias, 400 a 800 metros, y que se hagan todos los esfuerzos posibles para que despues de cada alto, se rompa el fuego con una descarga. Este procedimiento, dice, tiene por objeto dar a la tropa la calma, la cohesion y el sentimiento de disciplina necesarios para que los fuegos a discrecidn que sigan sean eficaces; ademas, la descarga sirve para hacer la correccion del tiro. Italia.—Los fuegos de combate se ejecutan despues de los tiros individuales y de los ejercicios de combate con cartuchos de fogueo. Un cuadro del reglamento, marca el detalle de 11 lecciones de fuegos de combate; en cada leccion indica las distancias, unidad que debe tirar y su formacion, numero de cartuchos que debe consumir, genero de fuego, duracion del tiro y los blancos que han de batirse. Las ocho primeras lecciones se ejecutan anualmente. 'Las dos primeras estan dedicadas a los tiros de escuadra; la tercera y la cuarta a los tiros de seccidn en pie de paz; la quinta £ la seccidn en pie de guerra; la sexta y septima a los tiros de compafha en pie de paz; la octava al de companla en pie de guerra. Las tres hltimas se aplican al tiro de unidades superiores. Las lecciones se ejecutan una por dia. Los tiros de escuadra deben ejecutarse al fin de su instruccidn, y lo mismo se hace con las de seeci6n y sucesivas. La alta direccion de la instruccion de los fuegos de combate esta a cargo del jefe del cuerpo. Los tiros de escuadra los dirige el ofieial de la seccion; los de seccion, el capitan; y los de companla,. el jefe de batalldn. Los directores del tiro sehalan supuestos tacticos sencillos e indican el origen y direccion del fuego; pudiendo el comandante de la unidad que tira, escoger la posicion mas conveniente dentro de los llmites que se le indiquen; las distancias son siempre desconocidas para el que dirige el fuego. Cuando se emplean blancos ordinarios, se colocan antes del ejercicio algunos hombres a su proximidad, que permitan apreciar las distancias. Deben efectuarse ejercicios de abastecimiento de munieiones y de conduccion de heridos.

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Esta prohibido usar el telemetro a distancias inferiores a 700 me¬ tres. Se apunta siempre a la mitad de la altura del objetivo. A1 fin del ejercicio se conduce la tropa a los blancos; para que ella misma pueda apreciar los efectos del fuego; se hace la critica, y se comparan los resultados. Rusia.—En el reglamento ruso se encuentran los mismos fuegos de combate por grupo que figuran en el reglamento aleman; estos ejercicios son seguidos de «Ejercicios de fuegos con solucion de temas», ejecutados por companias enteras bajo la direccion del jefe del batallon. El tiro es siempre precedido de una marcha; el director del ejer¬ cicio da sus 6rdenes; y el capitan hace el reconocimiento de la posieion. La eompahla toma el orden de combate, marcha a ella y comienza a tirar segtin las disposiciones dadas y bajo la direccidn de su capitan; durante la marcha, el director indica otros objetivos secundarios que se suponen visibles de 5 a 10 rninutos; termina el ejerci¬ cio con el ataque a la bayoneta, y la persecucion del enemigo con el fuego, sobre objetivos visibles y durante dos rninutos. A1 terminar el ejercicio, se ven los resultados, y el director hace la eritica delante de la tropa. Despues de terminar estos ejercieios, el reglamento ruso prescri¬ be la ejecucibn de «Fuegos con maniobras» per una compania en pie de guerra, por lo menos, acompahada de destacamentos de las otras armas. Estos ejercieios se ejecutan con arreglo a instrucciones particulares, dadas por la Escuela Central de Tiro, y que no figuran en el reglamento. • Los capitanes que siguen el curso en esta Escuela, se ejercitan en el mando de destacamentos compuestos de las tres armas. Todas las prescripciones del reglamento ruso tienden a que los ejercieios se aproximen todo lo posible a lo que puede ocurrir en la realidad. Los generales cuidan con esmero de que esta instruccion sea lo mas perfecta posible; se reconoce el terreno,y los blancos se colocan en condiciones y puntos diferentes; no pudiendo tirar mas que sobre los que se designen, y solo durante el tiempo marcado; los demas blancos se suponen invisibles. Esta manera de proceder es indiscutiblemente sencilla y muy instructiva; el reglamento ruso es eminentemente practice. Inglaterra.—El reglamento ingles prescribe la ejecucion de fue¬ gos por secciones, por descargas y a discrecion, y de fuegos de repeticidn; dandole un premio en dinero en cada cuerpo a la seccion que obtiene mejores resultados.

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Los fuegos de combate los dirigen los generales, y se ejecutan por compamas, batallones, regimientos 6 brigadas, en terrenes desconocidos. Los blancos los colocan oliciales extranos al cuerpo que debe tirar, las distancias se apreeian con telemetro. El director hace la critiea, y se escribe una memoria de cada ejercicio de tiro de combate. Francia.-—El de esta nacion da tambien extraordinaria importancia a los fuegos de combate. Los jefes de cuerpo hacen su programa, que someten a la aprobacion de los generales, los temas deben de ser sencillos. La division que de ellos se hace es, en fuegos por descargas y a discrecion. La accion ofensiva de un batallon 6 compama se divide en cuatro fases: 1.° Marcha de aproximacion hasta 1.300 metros. 2.° Combate por los fuegos desde 1.300 a 400 metros. A partir de 600 metros fuego a discrecion, antes fuegos por descargas. 3.p Marchas por saltos sucesivos, y fuegos rapidos desde 400 a 200 metros. 4.° Fuego de repeticion y asalto. Debe dedicarse un cuidado especial a la ejecucion de los fuegos en la segunda fase, evitando los tiroteos a distancias pequenas, que no hacen mas que consumir una gran cantidad de municiones sin ninguna utilidad. Los generales presencian los ejercicios cuidando que la instruccion sea lo mas perfecta posible. Los fuegos de combate se ejecutan siempre en terrenes desconocidos, coloeandose los blancos en posiciones y puntos diferentes; estos ejercicios comprenden el reconocimiento y eleccion de la posicidn y la marcha a ella; durante esta se cambia de bianco, segiin las drdenes del director del ejercicio, suponiendose siempre que los blancos son visibles durante un tie'mpo limitado. Se ejecutaran ejercicios de aprovisionamiento de municiones y reemplazo de oficiales y clases. En la eritica que se hace al terminar cada ejercicio, debe tenerse principalmente en cuenta: como han cumplido su mision los oficiales y clases en lo referente al moda de aprovechar los accidentes del te¬ rrene; el comportamiento de la tropa y los efectos del fuego. Siendo siempre lo mas importante en estos ejercicios la habilidad que el jefe hay a demos trade al conducir sus fuerzas, y el efecto que de su fuego haya sabido obtener; dependiendo de este los resultados que se obtengan.

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Empleo y aplieacidn de los diferentes fucgos.—Los principios fundamentales, base de la aplicacion y empleo de los fuegos; son los siguientes: 1.° El fuego ha de efectuarse en general por grupos, y siempre debe poder suspenderse y empezarse instantaneamente. Esta instruccidn de grupos existente en todos los reglamentos de tiro extranjeros; es importantisima. Se entiende por grupo la reunion de tiradores que se verifica a causa de las necesidades del combate. Esta mezcla de individuos existira necesariamente en cuanto reciba el primer refuerzo la linea de tiradores. y se ira aumentando con los refuerzos sucesivos. A1 fuego efectuado por estas fracciones improvisadas se concede una gran importancia en los reglamentos de tiro modernos; para que sea un hecho la buena direccion y mando de estos fuegos> el efectivo de los diferentes grupos no debe nunca pasar de 100 hombres, y su termino medio sera el que compone una seccion. El empleo del fuego por descargas asegura la diseiplina del mismo: ya se han visto los ineonvenientes que presenta y las ventajas del fuego a discrecion; en estos ultimos, se tratara por todos los medios de obtener la mayor diseiplina posible, cosa de gran impor¬ tancia con las actuales annas de repeticion. 2.° El efecto moral del fuego, es tanto mayor cuanto su accion es mas rapida. Lo primero que se necesita para conseguir este efecto moral, es conocer la distancia para poder emplear el alza exacta; la apreciacion de distancias a simple vista esta expuesta a grandes errores, y de aqul la necesidad del empleo de telemetros. Este error puede compensarse con el empleo de dos alzas, procedimiento que empieza a generalizarse por sus excelentes resultados. El empleo del fuego por descargas, de pelotones, secciones y hasta de companias, da muy buenos resultados para apreciar la dis¬ tancia. Una vez conocida, las descargas deben sucederse rapidamente y no cesar hasta obtener el resultado que se desea. 3.° En la ofensiva, un tiro prematuro hace mas lento el avance, debiendo romperse el fuego lo mas tarde posible. Solo la ofensiva puede dar resultados decisivos, y debemos tratar, por tanto, de conseguir nuestro objeto lo mas rapidament§ posible; unicamente cuando no pueda avanzarse mas sin tirar, se rompera el fuego en toda la linea; con esto, ademas de tener la ventaja de ganar

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tiempo, se conseguira conservar las municiones y la fuerza moral para el tfltimo momento, para el ataque final y decisivo. 4.° En la defensiva, desde que el enemigo es vulnerable debe darse al fuego gran intensidad. La fuerza de la defensiva esta en los fuegos y en el apropiado empleo del terreno. La defensiva lleva siempre consigo una idea de preparacion, puede elegirse el terreno y organizar las fuerzas de antemano, las distancias seran en general eonocidas y el abastecimiento de municiones debe estar preparado. Debe romperse el fuego en cuanto sea eficaz, y desde el primer momento darle toda la intensi¬ dad posible. 5.° Empleo de los diferentes fuegos. Los fuegos por descargas deben emplearse en general & grandes distancias y contra masas considerables; y especialmente contra la eaballeria.' Los fuegos a discrecion, empleados en la zona de las distancias pequenas y medias, son en general mas eficaces, y teniendo especial cuidado en obtener toda la disciplina posible, son los verdaderos fuegos de combate. Los fuegos rapidos y de repeticion deben reservarse para los me¬ mentos decisivos, teniendo presente que una vez empezados es casi imposible detenerlos; deben coincidir con la llegada a la linea de los liltimos refuerzos, para lanzarse al asalto de la posicion. Las reglas para la direccidn y empleo de los fuegos en los principales ejercitos extranjeros, son las siguientes: Alemania.—Estudiando el reglamento de tiro aleman, seve que toma como punto de partida la precision que el armamento puede dar; estableciendo como principio fundamental, que la instruccion puede y debe haeer tiradores perfectos, que obtengan toda la precisicSn de que es susceptible el anna. A esta precisidn se aspira, como lo demuestran todas las cifras del reglamento, especialmente al afirmar que la dispersidn hori¬ zontal tiene una profundidad de 300 metros en terreno paralelo a la linea de mira. Las cifras siguientes del tiro de combate individual, nos demuestran el grado de perfeccibn que persiguen los alemanes en ol tiro. Hasta 250 metros se debe tirar contra todos los objetos. Idem 350 contra un hombre aislado de rodillas. Idem 500 contra una fila de rodillas. Idem (300 contra una fila de pie 6 jinete.

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Se ve desde luego que es precise tener buenos tiradores para obtener resultados en las condiciones marcadas. En los fuegos colectivos, dice, puede tirarse hasta 600 metres contra objetivos poco elevades; entre 600 y 1.000 contra hombres de pie. A mas de 1.000 metres el fuego, para que resulte eficaz necesita un gran consume de municiones; a estas distancias no debe romperse el luego mas que en condiciones especiales. Respecto al consume de municiones, el reglamento aleman dice lo siguiente: «Una vez rote el fuego, es preciso considerar que el mimere de eartuchos de que se dispone es limitado, y que el consume de una cierta cantidad de municiones es un gasto que no debe hacerse mas que cuando este muy justifieado. Una vez que se haya resuelto batir un objetivo, se emplearan las municiones precisas para conseguir el fin deseado; teniendo siempre presente, que un fuego sin resultados. disminuye la moral de la tropa que tira y levanta la del adversario.» «AhoiTar las municiones a las distancias grandes y medias, es una necesidad de primer orden para no comprometer el exito definitive per fait a de ellas.» Austria.—Las reglas que se encuentran en el reglamento austriaco; tienen mucha analogia con las de Alemania; por todas partes aparece la preocupacion del consume premature de municiones, por lo cual se expresa en estos terminos. «Debe haber la mayor eeonomla en el consumo de eartuchos, porque su reemplazo en el combate es muy dificil. El fuego a las gran¬ des distancias debe ser excepeionaL»_ «Los jefes de batallon designan las fracciones que ban de ejecutar estos tiros, debiendo asegurarse antes de su ejeeucion de si podrahacer reemplazar a tiempo oportuno las municiones consumidas.» Por estas razones, los carros de municiones de compailla estan durante el combate bajo las ordenes directas del jefe del batallon. Italia.—El reglamento italiano establece los principios siguientes: La distancia de 1.600 metros es la maxima a que debe tirarse. De 1.600 a 1.000 metros deben emplearse los fuegos por descargas; de 1.000 en adelante los fuegos adiscrecion. El fuego rapido se emplea para preparar el asalto, y el fuego de repeticion en circunstancias especiales. A 1.000 metros contra la artilleria y a 500 contra la caballeria, se hard uso del fuego a discrecion lento de tres disparos por minuto. De 500 a 200, fuego vivo de cinco disparos por minuto; a partir

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de 200 metres, fuego rapido y de repeticidn de diez a doce disparos per minute. No cesa de recomendar el ahorro de muuieiones, diciendo que nada se conseguira si llegado el momento deeisivo, 6 una vez duefios de la posicion, faltan aquellas para reehazar un eontraataque. Rusia.—El reglamento ruso dice lo siguiente: «Los fuegos per descargas pueden emplearse a todas las distancias.» «A distancias superiores a 1.000 metres se hard uso de los fuegos de masa, ejecutados generalmente a discrecion per fracciones, por lo menos, de medias compahias. Cuando el objetivo sea profundo 6 de gran extension, los fuegos de masa se haran por descargas.» «A distancias inferiores a 1.000 metres se ejecutaran fuegos a discrecidn no muy yivos, reservando y desarrollando toda la intensidad para el ultimo momento que precede al asalto.» Los rusos recomiendan el uso de telemetros y tambien el ahorro en las municiones, prohibiendo el uso de la repeticion fuera de los casos precises. Franeia. —El reglamento franees empieza clasificando las distan¬ cias en pequenas hasta 600 metros, medias hasta 1.200, y grandes las superiores a estas. Contra la columna de companlas puede romperse el fuego a todas las distancias; contra un frente de seccion a las medias; contra un frente de escuadra, unicamente a distancias pequenas. En general, y siempre que sea posible, se hara uso del fuego por descargas, por la ventaja que representa la gran disciplina que de el puede obtenerse. Se debe apuntar al pie y centre del objetivo; observando este principio, y con el nuevo cartucho, no hay que corregir el alza a partir de 600 metres, pues las trayectorias son lo suficientemente rasantes para batir todos los objetivos. Siempre que no se conozca exactamente la distancia, y contra ob¬ jetivos en movimiento, se emplearan dos alzas con 200 metres de diferencia, la primera fila tirara con la mas corta, la segunda con la mas larga; y si estan en una sola fila, los numoros impares con una y los pares con la otra. Procediendo asi, se mezelan mejor los disparos, y la dispersidn horizontal es mas regular. Esta dispersion, dice, tiene como profundidad media 400 metros a las distancias grandes y me¬ dias. El empleo de dos alzas esta prohibido a las fracciones inferiores a una soccion.

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E] reglamento prohibe terminantemente el uso de un alza corta, con el fin de aprovechar los rebotes; indica el uso de los telemetros a distancias grandes y medias; las pequenas deben apreciarse siempre a simple vista. El consumo de municiones esta reglamentado, recomendandose el mayor ahorro posible; debe tratarse de obtener el mayor resultado con el menor nmnero de cartuchos. Los fuegos rapidos y de repeticidn se usaran excepcionalmente. Ademas de las reglas que dicta el reglamento y las recomendaciones que hace, hay una instruccion par¬ ticular sobre el consumo de municiones.

flFrrmuEftfA

RESENA HISTORICA Sin remontarnos a la batalla de Crecy, en la que la artilleria haee su entrada tan ruidosa como inofensiva^ examinaremos someramente su desarrollo y evolucidn en los tiempos modernos. Artilleria de Ironce.—El material de Gribeauval empleado per Napoledn en sus campanas ininortales, reunia las tres cualidades fundamentales de una artilleria de campana: potencia, movilidad y solidez; este material se compoma de caflones de 12, 13, 10,61, 8,40, siendo el peso de sus proyeetiles en kilogramos, 6,4 y 2 respectivamente, y del obus de 16,57 euyo proyectil pesaba 11 kilogramos. Desde 1815hasta 1855 no bubo ninguna guerra notable, y la industria metalurgica no habfa tornado todavia desarrollo, por lo cual los progresos materiales fueron poco notables. Artilleria rayada,—Las primeras armas rayadas aparecieron en 1854, fueron las earabinas de los eazadores de & pie, que poeo tiempo despues constituyeron el armamento de toda la infanteria. La primer artilleria rayada apareee en Francia en 1858. La adopcidn de los cafiones rayados por la artilleria francesa fue al principio un retroceso en lugar de un adelanto, como a continuacidn puede verse. El proyectil cilindrico ojival que reemplazd al esferico, era mas potente, pues su forma alargada le permitia, venciendo con mas facilidad la resistencia del aire, transportar a mayor distancia mas cantidad de peso por unidad.de superficie; esto parece favorecer al nuevo proyectil, y por consecuencia, al nuevo armamento, y sin embargo, no es asl; al aumentar el peso del proyectil bubo que disminuir la carga de proyeccidn, para no aumentar peligrosamente las presiones en el dnima, pues el material del cafidn continuaba siendo el mismo, el bronce; a consecuencia de esta disminucion de carga, las veloci-

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dades iniciales disminuyeron de una manera considerable, y retrocedid de 500 metros en el caildn liso a 330 en el candn rayado. Se ve, pues, que la invencion de la artilleria rayada tuvo por consecuencia inmediata la disminucibn de las velocidades de proyeccidn 6 iniciales. La idea del rayado no pudo ser plenamente utilizada hasta que se encontrd un metal mas resistente que el bronce para la construccion de cafiones. * El tiro de metralla, tan eficaz y terrible con el cafibn liso, perdid su valor, porque, falto de velocidad, resulto menos eficaz. De aqul, pues, que si con el canon rayado se consigue enviar los proyectiles a 2.000 metros en lugar de 1.000, en cambio se perdieron las ventajas que daba el canon liso; ademas, no basta enviar los pro¬ yectiles & grandes distancias, es necesario tambien que en su calda tengan fuerza suficiente para producir efectos. Esto sucedla a los proyectiles de los canones rayados; ni en el tiro de percusidn ni en el de tiempos, sus efectos eran suficientes; cayendo el proyectil sobre el terreno, bajo angulos muy grandes, no podian rebotar y se enterraban, y si lo hacian sus cascos, faltos de velocidad, no eran mortiferos mas que a cortas distancias. En el tiro de tiempos con las espoletas empleadas de cinco tiem¬ pos, modelo del 59, 6 la de dos tiempos, modelo del 70, los efectos eran aun inferiores. Los proyectiles franceses en la campana del 70 al 71, se dispararon con espoletas de dos distancias, 1.400 metros y 2.750 metros, y como los cascos no alcanzaban a m&s de 200 metros del punto de explosion, bastaba colocarse entre 1.600 y 2.750 me¬ tros, 6 a mas de 2.950, para quedar libre de recibir ningun casco. En resumen: la primera artilleria rayada, adoptada en Francia en 1858 y conservada hasta despues del 70, did muy malos resultados, debido a la perdida de velocidad inieial y a lasmalas condiciones del proyectil. En la campana de Italia de 1859, se obtuvo un resultado feliz y se atribuyd una gran parte de sus dxitos a la bondad de la arti¬ lleria. Las ideas falsas traen siempre funestas consecuencias, y debido a esto y otras causas, la campafia de Italia fue fatal para Francia. Los artilleros franceses que hablau sido los primeros en entrar por la artilleria rayada, se durmieron confiados en sus adelantos, y arrullados por dxitos engafiosos se preparaban inconscientemente al desastre del 70 al 71. *

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Los alemanes, mas tardfos en adoptar la artilleria rayada, la tuvieron desde el priucipio mucho mas perfeccionada. El cafidn rayado aleman era de acero y & eargar por la culata. Cuando los alemanes emprendieron la campafia de Bohemia en 1866, tenian las 7® partes de su artilleria de acero rayada y de retrocarga, y el resto la componian eafiones lisos de bronce. La artilleria austriaea tenia un material analogo al francos, de bronce rayado y & cargar por la boca. En la campafia del 70 al 71, toda la artilleria alemana estaba dotada del nuevo cafidn; la francesa tenia el mismo material que en la campafia de Italia. El triunfo de la artilleria alemana fue ruidoso, sorprendente, eolosal, y a ello se debid sin duda alguna el dxito de la campafia. Artilleria de acero rayada.—La primera artilleria de acero aparecid en Alemania en 1865, construida por Krupp, que fue el primero que empled el acero en la fabricacidn de la artilleria. Despues del 70, la fabricacidn del acero fud conocida por todos, y la artilleria progresd rapidamente. Los progresos de la artilleria se debieron no sdlo al conocimiento de los aceros, sino tambien & la adopcidn de las pdlvoras lentas. Examinaremos dichos progresos en sus tres drdenes: metalurgico, quimico y mecdnico, dando antes algunas ideas sobre el principio de las pdlvoras lentas. Pdlvoras lentas.—Se llaman pdlvoras vivas las que al quemarse en el anima de un armaalcanzan rapidamente su presidn maxima, disminuyendo despues del mismo modo. •Pdlvoras lentas son las que alcanzan lentamente su presidn ma¬ xima, perdiendo con lentitud tambien dicha presidn. Estas expresiones son relativas, porque una pdlvora no es viva m&s que comparada con otra que lo es menos; asi, una pdlvora eonsiderada hace 20 afios como lenta, hoy lo seria como viva. La pdlvora negra usada por la artilleria en la campafia del 70-71 y con anterioridad & ella, daba presiones que alcanzaban rapidamente su maxima P,, descendiendo despuds con igual rapidez. (Curva Ci, Fig. 37) Esta misma pdlvora comprimida daba presiones que subian len¬ tamente hasta una presidn maxima P2 , inferior a P1 descendiendo en la misma forma. (Curva C%). Ahora bien, como la velocidad de proyeccidn producida por una pdlvora, es tan to mayor cuanto lo es la superficie envuelta por la

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curva de presiones, se ve que la curva C2 de la polvora lenta, aun teniendo una presion maxima P2 menor, da mayor velocidad que Pi

Fig. 37. la curva Ci de la pdlvora viva; cuya presion maxima es P1 superior a la anterior. La comparacidn de estas dos curvas nos conduce d la siguiente conclusidn: una polvora lenta produciendo menos tormento en la pieza, nos da, sin embargo, mayor velocidad inicial. Examinaremos ahora los grandes progresos de la artilleria en esta epoca, debidos a los que experimentaron la metal urgia, la quimica y la mecdnica. Or den metalurgico.—La substitucidn del bronce por el acero en la fabricacion de canones, hizo pasar bruscamente el limite de elastieidad del metal de 9 a 65, y la carga de ruptura de 23 d 100. La idea de zunchar, de apretar el tubo, es utilizada. La resistencia a la explosidn de un candn homogeneo, bajo la accion de los ga¬ ses de la pdlvora, no es proporcional d su espesor. Las capas sucesivas de metal trabajan desigualmente, y tanto menos cuanto mas alejadas se encuentran del dnima. Aumentando el espesor del cafion se aumenta considerablemente su peso, sin que por esto se aumente de modo notable su resistencia. Del estudio de estas consideraciones vino la idea del zunchado: de todos es conocida la manera de hacer esta operacion, que presenta la ventaja de que antes de ejercer su accidn sobre el tubo en su estado normal, los gases de la polvora tendrdn que veneer una primera re¬ sistencia, la comprension del tubo hasta ponerlo en dicho estado, admitiendo por lo tanto las piezas una presidn mueho mayor. La idea del zunchado es muy antigua, se la encuentra ya utilizada en los cafiones llamados de cuero cocido, de Gustavo Adolfo. Estos canones estaban liechos con tubos de cobre, rodeados de cuerdas que los apretaban y recubiertos de cuero. Se llama rendimiento de un candn, & la relacidn que existe entre la mitad de la fuerza viva del proyectil a la salida de la boca, y el

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peso del eafidn, 6 sea el numero de kilogrdmetros producidos por kilogramo de eafidn. ImE2

Los siguientes rendimientos nos permiten comparar el valor de los diferentes cafiones. Cafiones de bronce Idem utilizando la polvora comprimida Idem de acero zunchado Idem de tubo de acero

85 137 222 300

Actuaimente los cafiones se construyen de aeero-niquel; metal que tiene la dureza de los aceros mas resistentes; y una maleabilidad comparable a la del bronce. Se ve, pues, que gracias a los progresos de la metalurgia, la resistencia de las bocas de fuego ha aumentado considerablemente; este progreso y la potencia, por lo tanto, de la artilleria seria ilimitado, si no estuviese detenido por la resistencia de los montajes. Los montajes demadera fueron completamente desechados por faltos de resis¬ tencia, adoptando otros construidos de hierro, y despues de acero dulce. Estos montajes resultaron todavia de poca resistencia para ca¬ fiones de campafia, que exigen una gran potencia con un peso mlnimo. En la imposibilidad de obtener montajes mas resistentes, se acude a interponer materias elasticas que amortigiien el choque, dandose el primer paso hacia los montajes elasticos, base de la moderna artilleria de tiro rapido. Los progresos realizados en la fabricacidn del acero permitieron mejorar notablemente los proyectiles. En 1883 empezo a substituir el acero a la fundicibn en su fabricacidn. Esto constituyd un gran adelanto, porque la envuelta voluminosa y pesada de los proyectiles de fundicidn, ademas de dar muy pocos cascos, proporcionaba un peso muerto considerable. La substitucidn de aquella por una de acero ligera, aumentb notablemente el rendimiento de los proyectiles. Se llama rendimiento de un proyectil lleno de balas, la relacidn que existe entre el peso total de los cascos, nxp; y el peso total del proyectil P

LAS ARMAS DE RtiEGO A continuaei6n algimos rendimientos carateristicos. Propectil de 8 frances Idem de 6 aleman Idem de 9 francos

0,33 0,37 0,52

Los dos primeros eran de fundicion, y el tercero de acero. Se ve, con sdlo el cambio de la fundicidn por el acero, aumentado el rendimiento en la proporcidn de 2 & 3. En resumen, los grandes progresos del acero lo fueron tambien para la artilleria; estos progresos se acentuaron despues con la invencion del acero niquel, que empezd a producirse industrialmente en 1890. La metalurgia obtuvo, ademds de los progresos del acero, otros muchos que conviene senalar. La aleacion de plomo y antimonio permitio construir Shrapnels sin galletas de fundicion intermedias, sin temor al aplastamiento de las balas. Construidas estas con dicha aleacion, tienen el inconveniente de ser menos densas que las de plomo; siendo esta cuestidn de tal importancia, que ha hecho que en la actualidad en todos los pafses se busque una aleacidn que tenga el mismo peso que el plomo, y que permita, por lo tanto, a las balas de los Shrapnels tener mas velocidad remanente y, por consiguiente, mas penetracidn y efectos mortlferos mayores que los actuales. Al mismo tiempo que a buscar aleaciones muy pesadas, se encaminan los estudios para encontrar otras que reunan las condiciones de mucha ligereza y una gran dureza, para que puedan substituir al acero en ciertas partes accesorias del cafidn, del montaje y de los carruajes, con el fin de aligerar el material actual que es algo pesado. Ultimamente se ha ensayadocon este fin en Alemania una alea cidnde magnesioy aluminio que es mas ligera que este dltimo metal y de una gran dureza, que parece ha dado muy buenos resultados. Orden quimico.—La composicidn qulmica de la pdlvora (azufre, salitre y carbdn) se conservd la misma basta 1884, en que Mr. Vieille encontrd, tratando quhnicamente ciertos explosives como el algodbn pdlvora, la nitroglicerina, el acido pfcrico etc., las pdlvoras llamadas lentas, teniendo la suerte de que la nueva pdlvora no pro¬ duce humo. Fud adoptada inmediatamente para todo el material en uso, y

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empleada con un peso tres veces menor, da las mismas velocidades iniciadas, destruyendo menos el material. La presion maxima por centimetro cuadrado de los gases de la nueva pdlvora, es do 1.600 kilogramos, y la de la antigua es de 2.000. La relacion de las cargas equivalentes, es. decir, que dan la misma velocidad inicial, es sensiblemente de 1 a 2,7. Se ve que el tormento del candn se aminora, sucediendo lo mismo con el montaje, porque la velocidad de retroceso varia en razdn directa de la relacion entre el peso de la carga y el peso del proyectil. Esta relacion es de 7* con la polvora antigua, y de Yu con ^ nueva pdlvora. Las densidades son: 1.580 1.735.

Polvora nueva. fdem antigua.

Independientemente de estas inmensas ventajas, la nueva p61vora no produce humo, pudiendo desenfilarse mas facilmente de la vista del enemigo, y permitiendo al mismo tiempo m&s velocidad en el tiro, puesto que no hay que esperar se disipe el humo de los anteriores disparos para apuntar. Puede permanecer en el agua, y una vez seca recobra todas sus propiedades. Sus inconvenientes son: pierde potencia al envejecer, por la perdida de bioxido de azoe, es m&s cara (4 veces mas a pesos iguales) y hay que anadir una carga de polvora ordinaria para inflamarla. Dos afios despues de la invencion de la pblvora sin humo, se adoptaron explosivos violentos para la carga de los proyectiles. Estos explosives, como la melinita, el acido picrico, etc., son cinco 6 seis veces mds potentes que la pdlvora d pesos iguales. La invencibn de estos explosivos parece va a transformar la artilleria; las primeras experiencias hechas contra fortificaciones y mampostenas, han demostrado que su potencia supera d todo lo previsto. Tienen la ventaja de ser muy estables (particularmente la melinita), el agua, la humedad, el frio y el calor no les hacen sufrir alteraciones importantes. Orden mecanico.—Los primeros canones de retrocarga fueron adoptados por los alemanes en 1865, al mismo tiempo que la artilleria rayada de acero. Los diferentes sistemas que se han construido pueden reducirse a dos tipos: el alemdn 6 de cufia de Krupp y el de tornillo llamado

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cierre frances. Con estos cierres se consigue llegar a 1 72 disparos por minuto. Actualmente los mecanismos de cierre se abren y cierran en un solo tiempo, como los Nordenfeld. La invencidn del freno de cuerdas en 1888 disminuyd notablemente el retroceso, y posteriormente los frenos hidroneum&ticos, el cartucho metalico y tantos otros progresos, bondujeron al cafion de tiro rapido; el primero de este sistema aparecio en Francia en 1897 y fu£ el cafidn de campana de 7,5. He aqm los adelantos que por diferentes conceptos hicieron progresar a la artilleria, basta la aparicion de los canones de tiro r&pido. Artilleria de tiro rapido.—En 1891 empezo & germinar la idea de la construccidn de un canbn de tiro r&pido. La obra del general alem&n Wille, que aparece en esta epoea, titulada «E1 cafidn del porvenir®, levanta en todas partes acerbas crlticas. El problema que se trata de resolver es: lanzar en el menor tiempo posible la mayor cantidad de proyectiles, y para conseguir esto es precise reducir al minimum el tiempo empleado en las operaciones siguientes: 1.° La carga. 2.° La punterfa. 3.° Dar fuego. 4.° Entrar la pieza en bateria. Para reducir el tiempo empleado en la carga, es precise reunir el proyectil y la carga y formar el cartucho metalico como el del fusil, arreglar rapidamente las espoletas y abrir y cerrar prontamente la culata. Los progresos realizados en los diferentes drdenes que ya se ban examinado, permiten resolver estos problemas. Para apuntar rapidamente, es necesario la inmovilidad del montaje y no ser molestado por el humo de los disparos. Esta segunda cuestion queda resuelta con la adopcion de la pdlvora sin bumo. Con el cartucho met&lico, el fuego se produce por medio de un percutor, resultando la operacidn sencilla, segura y rapida. Queda por resolver el gran problema: el hacer entrar nuevamente la pieza en bateria y que quede en su primitiva posicidn, y, por consiguiente, apuntada. Para conseguir esto, es necesario la inmovi¬ lidad absoluta del montaje durante el tiro. El tormento sufrido por el montaje de una pieza en el tiro

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depende de la velocidad de retroceso del candn. Si se llama V aesta yeloeidad inicial, a los pesos del canon, del proyectil y de la earga, se tiene la relacidn.

Se ve, pues, que la velocidad de retroceso es proporcional: 1.° A la velocidad inicial. 2.° A1 peso del proyectil. 3.° A la relacion entre el peso de la carga y el del proyectil. 4.° Varla en razdn inversa del peso del cafion. Hasta el presente las percusiones del canon eran recibidas mtegras por el montaje rigido, y los medios empleados para limitar el retro¬ ceso, como los frenos de cuerdas, rejas, pianos inclinados, frenos hidraulieos, etc., no aliviabanen absolute el tormento sufrido por el montaje durante el tiro. La reja misma, que es el procedimiento que m£s limita el retroceso, es una causa de gran quebranto para el mon¬ taje, debido a la pdrdida demasiado brusca de la fuerza viva de retro¬ ceso del cafion, haciendo que la enrefia se levante y caiga con fuerza sobre el terreno. Los alemanes no hacen uso de la reja en el nuevo cafidn modelo de 1896 mas que en los casos excepcionales de tiro rapido, debido a las causas indicadas, que hacen se destroce el mon¬ taje. El montaje rigido, aun construido de acero, tiene una resistencia muy pequefia. Es preciso recurrir a la construccibn de montajes elasticos, que den una inmovilidad absoluta durante el tiro. Dos oficiales de artilleria del ejercito frances fueron los primeros que resolvieron completamente el problema. El coronel Locard, inventor del freno hidroneumatico de los cafiones de 12 y de 15.5 cortos, y el coronel Deport, que combinando el empleo del freno hidroneumatico de gran curso, con una reja, construyeron el cafion de campafiade 7,5, modelo de 1897; la nueva pieza hace 24 disparos por minuto. La cuestidn de la posibilidad material de obtener un cafidn de campafia de tiro rapido, presentada en 1891 y muy discutida el 92 y 93, vemos queda perfectamente resuelta en 1897 por la artilleria francesa, quedando por demostrar las ventajas de este cafion. El general Langlois, entonces coronel, se encarga de responder en su notabilisima obra sobre la artilleria, publicada en 1892. Establece y demuestra los dos principios de artilleria siguientes:

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1.° En un mismo sistema de artilleria, de dos projectiles que al llegar al objetivo tengan la misma velocidad reman ente, produce mas afecto con relacion & su peso el de menor calibre. («Consideraciones sobre la correccidn del tiro y la reparticidn de impactos*, largas de examinar). 2.° Para producir el efecto maximo con un peso dado de municiones de pequeno calibre, es precise que estas sean lanzadas en el minimum de tiempo. Ademas, el coronel Langlois demostrd que en la lucha de arti¬ lleria la rapidez del tiro era cuestion capital: una diferencia de mi¬ nutes en obtener resultados mortiferos, podra ser asunto de vida 6 muerte para una artilleria. Queda, para terminar, examinar la cuestidn del consume de municiones. Es evidente que un cafion que hace 24 disparos por minuto, consume una cantidad enorme de muuiciones, sobre todo si lo comparamos con un candn que haga dos disparos por minuto, como sli¬ ced ia en los antiguos. La verdadera cuestidn es ver si el consumo de municiones de la artilleria en el campo de batalla, aumenta con la velocidad del tiro de sus cafiones. Si se pasa revista a las grandes luchas de la artilleria en el siglo xix, encontramos lo siguiente: Disparos _ . . . (16 octubre Leipziek } • , , r { 18 octubre Wa

Sed&n..

( j

. 84.000 ) „ _ ... } Por los franceses. 95.000 ) 36.000 76.000

Por los prusianos. Por los austriacos.

35.000

Por los prusianos.

Examinando estos datos histdricos se ve demostrado, que en las grandes luchas del siglo pasado, el ndmero de disparos de la artille¬ ria no sdlo no aumentd sino que disminuyo, a pesar de haber aumentado la velocidad de tiro de los cafiones. Ademas de esta razdn histdrica, existe otra fundada en principios establecidos por el general Langlois, citados anteriormente, viendose que el cafidn de tiro rapido, para producir un efecto dado, empleard menos municiones, por ser sus projectiles de menor cali¬ bre y poder dispararlos en menos tiempo.

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A todo lo expuesto hay que anadir: que el consumo de munieiones es menor con los m^todos de tiro actuates, y que los repuestos de lasmismas son considerables. Un cuerpo de ejercito aleman 6 fian¬ ces dispone de 46.000 disparos prdximamente para sus 24 baterias, mas que los que hizo todo el ejercito prusiano en la jornada de Sedan.

AKTIIlIiEHm t>E CRCnPRflR

CONSIDERACIONES GENERALES Las armas portatiles de fuego reglamentarias en los principales ejercitos, se ha visto que se diferencian muy poco, pudiendo decirse que su valor es el mismo; en este coneepto se ha hecho un estudio de eonjunto de todas ellas; que nos ha dado a conoeer los efectos de su fuego en todos los easos que pueden presentarse. Respeeto de artillerla no puede establecerse lo mismo. Las artillerias actualmente reglamentarias son muy variadas, y sus efectos muy distintos, y habrfa necesidad de examinarlas y estudiarlas aisladamente para conocerlas; lo que ademas de exigir una gran extensi 20 1,0 id. » 30 0,47 id. » 40 0,26 id. » 100 0,04 id. Estd admitido que la densidad de 0,3 puede considerarse como suficiente; el cuadro precedente nos ensefia, por lo tanto, que esta

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densidad, buena hasta 20 metres y aceptable hasta 40 metres, es despreciable d una distancia de explosidn mayor. Se deduce de esto que aunque los cascos per su fuerza son eficaces hasta 100 metres, no deben considerarse come tales a mds de 40 metres, atendiendo d la rapida disminucidn de su densidad. Vamos a estudiar la seccidn del haz de explosidn per un plane horizontal que pase per el objetivo d una distancia de tiro de 3.000 metros, d la que corresponde un angulo de caidade 6° prdximamente. S61o se examinard la hoja inferior APB, pues ya se ha visto que es la tiniea aprovechable. La seccion que se va d estudiar estd comprendida entre dos ramas

Canon Proyeclil ordinario eslalLmdo at d aire Fig. 56. de hiperbola, que tienen por direcciones asintdticas las proyecciones horizontales pr,ps,ptypu({§ las generatrices horizon tales de los conos cuyas proyecciones verticales se confunden en P t'. (Fig. 56) Por razdn de las grandes aberturas de los conos y de las pequefias distancias de los vertices de las hiperbolas al punto p, puede consi¬ derarse que estas curvas se confunden rapidamente con las direccio¬ nes asintdticas. Estas direcciones son muy fdciles de obtener, no hay mas que resolver el problema elemental de descriptiva de «Conocidos los abatimientos sobre el piano vertical de dos rectas que giran alrededor de otra (P 0) bajo dngulos dados (55° y 45°), y su proyeccidn vertical (P^), encontrar sus proyecciones horizontales». La zona eficazmente batida, d sea aquella en que la velocidad remanente de los cascos y su densidad es satisfactoria, no es mas que una pequefia parte de esta seccidn, que puede determinarse graficamente para las diferentes alturas de explosion.

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Estas alturas de explosion influyen a la vez y de manera contraria en la profundidad y densidad de la zona batida; debiendo considerarse para obtener buenos resultados, eotno altura maxima de ex¬ plosion. aquella que de caseos que disten a lo mds 20 metros del punto de explosion. Sea PA —20 metros la generatriz mas fijante del haz, se va a calcular la profundidad y anchura de la zona batida. El ealculo da: PS= PA sen. 61° = 17in549 iI^=:Pirctg. 6lo z= 9m ,69 HB =' P JET ctg. 510=: Um,20 se tendra AB, profundidad del haz;=ffJ5—^4^=14,20—9;69=:4,50. Se ve, que para una altura de explosion, Hmite de 18 metros proximamente, se tiene un intervalo HA no batido de 10 metros y una zona AB batida de 4in;50 de profundidad. Para conocer la anchura de esta zona, se describe desde el punto p un arco de eirculo, con un radio pq igual & la proyeccion horizontal de la generatriz de 40 metros, que es la que limita la zona que tiene la densidad de cascos aceptable. Esta proyeccibn^g la da el calculo: ^>2 =40 — 1-7,492 pqzzz^J 40- — 17,49-' m 36 prdximamente. Con un radio de 36 metros, tomando corno centro p, se describe el arco cd cuya longitud es proximamente de 60 metros, y tomando el arco por la cuerda, esta sera la anchura de la zona batida. Esta anchura es, como se ve, doble de la dada por el Shrapnel. A medida que la altura de explosion disminuye, la zona batida tiene menos profundidad y mas anchura. Para una altura de explosibn minima de 3 metros, la profundidad es de 1 metro y la anchura de 65 metros prdximamente. Experiencias de polfgono comprueban todos los resultados obtenidos por el cdlculo. De todo lo dicho, se deduce quo la zona efieazmente batida por este proyectil es ancha, pero muy poco profunda; esta profundidad no pasa nunca de 5 metros. Proyectil ordinario de percusidn.—El proyectil ordinario con espoleta de percusibn, que choca con el terreno, esta sujeto a las mismas leyes quo el Shrapuel de percusibn, rebota y estalla en la rama ascen9

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dente de su nueva trayectoria en las mismas condiciones que aquel, siendo tambien los cascos de la hoja inferior del cono de explosidn los tinieos que se aprovechan; los de la hoja superior, que son lanzados al espacio atin con may ores angulos que en el Shrapnel, llegan al terreno sin fuerza y son inofensivos. La abertura del haz de explosibn depende, como sesabe, de la carga interior; de la velocidad de rotacibn y de la velocidad remanente del proyectil: se comprende, por lo tan to, que el cono de explosibn del proyectil ordinario a percusion, sera mas abierto que el del mismo proyectil estallando en el aire. El haz del proyectil a percusibn es denso y hueco, y esta limitado por dos conos de revolucibn cuyas aberturas son un poco mayores que en este mismo proyectil cuando estalla en el aire; como en aquel, dnicamente se aprovechan los cascos de la hoja inferior, los de la superior son lanzados al espacio bajo angulos todavia mayores y pierden rapidamente su velocidad, debido a su forma irregular, a cau¬ sa de la gran fuerza de su carga interior; la hoja inferior APB del co¬ no de explosidn, que es la linica aprovechable, es mis rasanteque en el Shrapnel i percusidn; esto hace que en el tiro a percusidn i grandes

CaAon. ProtjccUL orditiario de, fJcrcilHoii Fig. 57. distancias, sea este proyectil preferido al Shrapnel, pues en este caso siendo el angulo de rebote grande, se ha visto en el estudio del tiro con Shrapnel que el cono de explosidn se levanta, disminuyendo la densidad y fuerza de las balas y cascos y la profundidad y anchura de la zona eficazmente batida, mientras que en el proyectil ordinario d percusidn, a mayor dngulo de rebote mas rasante es la hoja inferior APB y, por lo tanto, mayor la profundidad de la zona batida. (Fig. 57)

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La anchura de esta zona, que a todas las distancias tiene grandes dimensiones con el empleo del proyectil ordinario a percusion, se ha visto que en este tiro con el Shrapnel era de 10 metros a 3.000 metros, decreciendo muy rapidamente al aumentar la distancia. Se ve, pues, las ventajas que presenta el empleo de este proyec¬ til a grandes distancias. Al disminuir la distancia de tiro, sucede lo mismo & los angulos de calda, y por lo tanto, los de rebote disminuyen tambien, y siendo la hoja inferior del cono de explosidn cada vez mas vertical, disminuye la profundidad de la zona batida, mientras que en el Shrapnel a percusion se ha visto sucede todo lo contrario; por lo tanto, a distancias medias y pequenas desaparecen las venta¬ jas de este proyectil. En el tiro contra obstdculos, este proyectil es, sin duda alguna, superior al Shrapnel d percusidn, debido a la gran potencia de su explosivo y a la resistencia de su ojiva, que no puede separarse como en el Shrapnel, y que le da una gran fuerza de penetracidn. Obus. Shrapnel estallando en el aire.—El haz del Shrapnel lanzado por el obhs cuando estalla en el aire, es lleno y analogo al del Shrapnel del canon; asi como su seccidn, dimensiones y la densidad dada por las 500 balas y cascos del proyectil, que se reparten tambidn de identica manera. Si se considera el cono de explosion bajo un angulo de calda de

Obus Shrapnel edalLmdom el awe Fig. 58. abertura media es de 20°, se ve que la inclinacion de la trayeeloria del casco mas fijante es de 40°, y de 20° la del casco mas lejano. (Fig. 58)

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La velocidad remanente de las balas y cascos es menor que en el Shrapnel del cafion; lo que a igualdad de cireunstancias las hace menos mortlferas. Los limites entre que puede variar la altura y la distancia de ex¬ plosion son los misinos para el Shrapnel del cahdn y del obiis; sin embargo, conviene tener presente la disminucion de la velocidad re¬ manente para obtener el maximo de resultados. La altura de explosidn de de la distancia de tiro, siempre dara resultados eficaces. Shrapnel a percusion.—Se ha visto que el Shrapnel con espoleta de percusion, que cae sobre el terreno bajo angulos mayores de 10° 6 en un suelo blando, produce efectos tan localizados que se pueden considerar como nulos. Ahora bien, como los obuses son piezas destinadas al tiro curvo, los angulos de caida de sus proyectiles son siempre grandes, aun en los obuses de campaha, cuyo tiro es bastante tendido; estos angulos alcanzan & las distancias medias a 30°, mientras que los del cafidn tienen un valor medio de 6°. For estas razones, el tiro de percusidn con el Shrapnel puede considerarse que no produce efectos; y si estos proyectiles llevan es¬ poleta de doble efecto, es solo con el fin de que su efecto no se pierda en absoluto, en el caso de que no estalle en el aire. Proyectil ordinario estallando en el aire. —La carga interior del proyectil da lugar & la formacion de 1.000 cascos, de un peso medio de 10 gramos, pero de ellos 300 prdximamente son lanzados al espacio bajo angulos tan grandes que en su caida no pueden producir efectos. El haz a que da lugar este proyectil es analogo al del proyectil ordinario de candn, pero mas denso, debido a su mayor peso; ademas, lanzado en este caso con menor velocidad inicial, sus cascos reciben de la carga de explosion una velocidad perpendicular a la direccidn de la trayectoria, mayor que las recibidas por las del proyectil ordi¬ nario del cafidn. Por estas razones la abertura del" haz es mayor en el proyectil ordinario del obus que en el del cafidn. El cono interior tiene un angulo de abertura de 110° prdximamente, y el exterior de 140°. La hoja inferior APB del haz, que es la tinica capaz de produ¬ cir efectos, es todavia mas fijante que la del mismo proyectil en el cafidn, por la gran curvatura de la trayectoria. (Fig. 59) Siendo el cono de explosion mas abierto y mas nutrido, la zona

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de terreno batida serd tambien mas abierta y rnds profunda que la del proyeetil del cafidn. La densidad de los eascos es easi la misma, pero eomo sus velocidades remanentes son mas pequefias, la altura de explosidn mdxima debe ser de 15 me¬ tres en lugar de 18. Para un dngulo de ealda de 20°, la trayeetoria mas fijante de los caseos es la vertical. Para dngulos de caida mayores, una parte de estos cascos serla proyectada detras de la vertical del punto de explosion. Froijeclil ordinario cslallando en cl aire Proyeetil ordinario apercusion,—Todas las coDsideraciones hechas al tratar del Shrapnel a percusion, sonaplicables al proyeetil ordinario empleado en igiml forma; sin embargo, este proyeetil da magmficos resultados en el tiro contra obstaculos y sus efectos son superiores a los del proyeetil ordinario del cafidn, debido a la mayor potencia de su carga interior.

Proyeetil torpedo. Este proyeetil tiene por objeto producir, por su explosion a pereusidn, efectos de mina. Cuanto mayor sea la fuerza de su carga in¬ terior, may ores y mas violentos seran sus efectos. Para eonseguir los efectos de mina, es precise que el proyeetil penetre en el obstaculo lo mds posible antes de producirse su explosidn; con este fin esta dotado de un tapdn especial para retardarla. Este proyeetil estd destinado a aumentar la potencia de la artilleria para la destruccidn de obstdculos, y en particular de los atrincheramientos; sus efectos dependen de su carga interior y de su penetracidn, siendo tanto mayores cuanto mas grandes sean estas, independienlemente de que el tiro que se ejecute sea tendido 6 curvo.

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Vamos a examinar sus efectos, considerando el proyectil del eandn ligero de eampafia d las distancias medias. Olras de tierra.—En tierras recien movidas, como son las que constituyen las obras improvisadas de campafia, produce este pro¬ yectil embudos de 2 metros prdximamente de diametro y de 0,50 de profundidad. Las trincheras abrigos mas fuertes, tienen 2 metros de espesor en su cima y 0,80 de relieve, pudiendo ser destruidas con 3 6 4 proyectiles por metro de Irente. Cuando el espesor del parapeto es superior a 2 metros, los efectos de las explosiones sucesivas no se suman, por que las tierras removidas por un nuevo proyectil llenan en parte los embudos de los proyectiles precedentes. Para abrir una brecha de 1 metro de altura en un parapeto de estas condiciones, que fcenga 3 metros de espesor y 1,30 de relieve, es preciso alojar en el 15 proyectiles por metro de frente. Si se consideran las obras de posicidn, cuyos parapetos tienen de 4 d 6 metros de espesor y de 1,80 d 2,50 de relieve, el numero de proyectiles necesarios para producir una brecha de 6 metros de ancho y 1 de profundidad es de 300 proximamente; contando, como siempre, tinieamente los proyectiles recibidos por la porcion de pa¬ rapeto que se quiere destruir. Ademas del parapeto existen en toda obra de campana las defensas accesorias (alambradas, piquetes, pozos de lobo, etc.), que cons¬ tituyen un obstaculo para la marcha del asaltante y que serd conveniente destruir. El proyectil torpedo estallando en estas defensas las destruye, formando un embudo de 3 metros cuadrados de superficie, siendo necesarios 15 proyectiles, prdximamente, para abrir una bre¬ cha de 1 metro de frente y 10 de profundidad. Muros y casertos.—Contra muros de menos de 0,60 de espesor este proyectil no produce efectos, pues estalla despues de haberlo atravesado. Cuando el muro tiene mas de 0,60 de espesor, 6 cuando esta adosado & tierras, los efectos de este proyectil son enormes. En este caso, al contrario de lo que ocurre en los parapetos, la destruccidn se verifica a cada golpe sumandose los efectos, que conducen rapida 6 instantaneamente al hundimiento de la mamposterfa. Contra caserios, ademas de los efectos que producira en los edificios, este proyectil obra sobre los defensores que se abrigan en ellos, por la expansion de los gases de su carga, que bastan por si solos para asfixiar a los defensores pr6ximos.

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Bosqnes.—Este proyectil, estallando al choque, corta los arboles de 0,30 de diametro. Dos projectiles son suficiente para talar una linde de bosque de 1 metro de frente y de 15 de profundidad. El proyectil torpedo que por efecto de un rebote bace explosion en el aire, produce un haz bueco cuya abertura es de 180° proximamente. Los cascos, de aristas vivas, estan animados de una veloeidad de m^s de 1.000 metros, produciendo beridas borrorosas; sin embargo, su radio de accidn es solamente de unos 30 metros, debido a su forma irregular que bace que pierdnn r&pidamente la velocidad. III.-EMPIEO DE LOS PR0YECTILES Conocidos los diferentes projectiles y sus variados efectos, vamos a examinar el empleo que se puede dar a cada uno de ellos, con el fin de obtener siempre el mdximum de resultados en todos los casos que pueden presentarse. Canon. Shrapnel estallando en el aire.— Las balas y cascos del Sbrapnel nunca pueden atravesar m&s de un hombre, ni aun a pequefias distancias. La mocbila es & prueba de las balas, asi como el casco reglamentario, quedando sin efecto todas las balas que eaigan sobre ellos. Contra tropas acostadas el efecto del Sbrapnel se aminora notablemente. El calculo y la experiencia demuestran que contra tropas de pie este proyectil es cuatro veces mas eficaz que contra tropas acostadas. Las piezas dotdtlas de plancbas de proteccidn, como el cafidn frances de 7,5, pueden abrigar a todos sus sirvientes, porque aun los mas alejados pueden, agachdndose, quedar desenfilados; la inclinaci6n media del cono de explosi6n es de 1,9. Estas plancbas de proteccidn se construyen a prueba de las balas del Sbrapnel y del fusil. La caballerla se encuentra completamente dentro de la accidn del Sbrapnel; su tiniea defensa consiste en su movilidad y ligereza, con el fin de presentar un objetivo muy movible. Contra tropas atrincheradas el Sbrapnel, estallando en el aire, no puede producir efecto mas que en el caso en que los hombres se descubren para tirar; su cono de explosion es muy rasante para poder penetrar en el interior del atrincheramiento. Sin embargo, pue-

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de obligar a los hombres & permaneeer en el fondo de la trinchera, pues en el momento que se descubran para haeer fuego caen dentro de la accion de este proyeetil; se ve, pues, que de una manera indirecta los inutiliza. La correeeibn del tiro con este proyeetil no exige una gran pre¬ cision. Shrapnel a percusidn.—A distancias grandes y medias la accidn de este proyeetil es muy pequena, tanto en anchura como en profundidad. A pequenas distancias este proyeetil produce efectos analogos a los del Shrapnel en el aire, siempre que el terreno sea favorable al rebote. Conviene tener presente que para la misma distancia la velocidad de las balas del cono del Shrapnel a percusion es bastante menor que las del cono del mismo proyeetil estallando en el aire, siendo, por lo tanto, menor su fuerza de penetracidn. Contra tropas atrincheradas el Shrapnel a percusion, que cae directamente sobre el obstaculo, puede poner fuera de combate los hombres de las inmediaciones. Lo mismo sucedera con los proyectiles que despues del rebote proyecten su cono de explosidn en el in¬ terior de la trinchera, por razon de la gran curvatura que se ha visto tiene el cono de explosion del Shrapnel a percusidn. En el tiro contra obstaculos este proyeetil, debido & su pequefia carga de explosidn y a la debilidad de su ojiva que, como ya se sabe, lleva una linea de rotura, es poco apropiado para producir efectos destructores. Sus efectos son, sin embargo, suficientes para abrir brecha en los obstaculos ordinarios de un campo de batalla, como muros y cercas usuales, y para producir algunas demoliciones en puentes de peque¬ nas dimensiones. Contra caserios y bosques este proyeetil no produce efectos, estalla despues de atravesar el primer muro sin poder atravesar un segundo. Todo lo mas que se puede pedir a este proyeetil es hacer imposible la permanencia en la linde de un bosque d caserio. El Shrapnel, tanto & percusidn como estallando en el aire, sdlo puede hacer un caserio indefendible cuando sea capaz de producir efecto ineendiario. La correccidn del tiro de Shrapnel a percusidn tiene que ser muy precisa para producir buenos resultados. Esta precisidn exige un gran consume de muuiciones, que en la mayoria de los casos sera desproporcionado con el objeto que se proponga.

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Proyectil ordinario estallando en el aire.—Debido a la gran inelinacion de las trayectorias de los cascos de este proyectil, las tropas son igualmente vulnerables acostadas 6 de pie. Si se compara este proyectil con el Shrapnel estallando en el aire, se encuentra que este ultimo es ocho veces mas eficaz contra tro¬ pas de pie y dos veces mas contra tropas acostadas. El Shrapnel presenta, ademas, la ventaja de batir, en un tiro con varias alzas, el terreno de una manera uniforme, debido a la unidn y snperposicibn de sus grandes dvalos. El proyectil ordinario estallando en el aire, en un tiro igual, deja claros en el terreno no batidos, debido a la pequena profundidad de su haz. Se ve, pues, que el proyectil ordinario estallando en el aire es un mal proyectil en el tiro contra tropas descubiertas. Contra tropas atrincheradas los resultados tampocp son satisfactorios. Las tropas abrigadas detras de los atrincheramientos usuales del campo de batalla, estan totalmente desenfiladas bajo angulos que varian entre 24° y 40°, y en parte hasta un dngulo de 69°, y como el angulo de caida del casco mas fijante del proyectil que estalla en el aire es de 61°, se ve que en el tiro con estos proyectiles las tropas colocadas detras de un atrincheramiento estan, en parte, protegidas. La correccion del tiro con este proyectil tiene que ser de una grandisima precisidn, y para conseguir un tiro eficaz. se necesitara un consumo considerable de municiones, que siempre sera desproporcionado al resultado que se trate de obtener. Proyectil ordinario d permsion.—A distancias pequeilas y medias los efectos de este proyectil son muy pequenos; a grandes distancias puede dar buenos resultados, debido a lo rasante que es la hoja in¬ ferior de su cono de explosidn, mientras que la del Shrapnel a percusidn es muy curva; sus cascos conservan peor la velocidad, debido & su forma irregular. Contra obstaculos de una cierta resistencia este proyectil es muy superior al Shrapnel de percusidn. Su ojiva resistente lepermite penetrar en ellos con facilidad y la mayor potencia de su explosidn produce resultados mayores; para que los efectos sean maximos se emplea en este caso el proyectil con retardo en la explosidn. La correccidn del tiro tiene que ser aun mas precisa que en Shrapnel de percusidn, sobre todo a pequenas distancias.

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LAS ARMAS DE FUEGO

Obus. Shrapnel cstallando en el am?.—Contra tropas descubiertas, los efectos de este proyectil son analogos a los del Shrapnel del candn; sin embargo conviene tener presente que la velocidad de sus caseos y balas es inferior, lo que en igualdad de circunstancias las haee menos mortiferas. Contra las tropas atrineheradas, sabemos que estan en parte desenfiladas entre 40° y 69°, y totalmente eon angulos inferiores; y eomo la inclinacibn de la trayectoria del easco mas fijante es prdximamente de 40° & las distaneias ordinarias del tiro, vemos que este proyec¬ til es impotente para batir las tropas abrigadas en los atrineheramientos; para que sea eficaz es preciso que las tropas se descubran para tirar. Shrapnel apercmion.-—Hemos visto que para que este proyectil d£ resultados eficaces, es preciso que su angulo de eaida sea inferior a 10°; lo cual con el tiro curvo de los obuses de campafia, sdlo se conseguira, en general, a las pequefias distaneias. Los efectos de este proyectil, conseguido el rebote, son analogos a los del Shrapnel del cafidn; no olvidando que la velocidad de sus cascos y balas es mas pequefia, lo que le bace inferior en igualdad de cireunstaijcias. Los efectos de los Shrapnel del cafidn y del obiis, tan to de percusion como estallando en el a ire, son equivalentes, lo mismo que las consideraciones de correccidn del tiro. Proyectil ordinario cstallando en el aire.~Contra las tropas descubiertas, los efectos de este proyectil son an&logos a los del proyec¬ til del cafldn; la velocidad de sus cascos es mayor, aunque se pierde r&pidamente. Contra las tropas atrincheradas sus efectos son magnlficos, siendo esta la razdn de la adopcidn del obtis ligero de campafia. La hoja inferior del cono de explosion es mas densa y mas profun da que la del proyectil del cafidn; su anchura es prdximamente la misma. Esta hoja inferior del cono de explosion puede considerarse como vertical, lo que hace que las tropas sean siempre batidas aunque se encuentren en el fondo del atrincheramiento. Los sirvientes de los eafiones provistos de planchas de protecci6n, se encuentran siempre bajo la accibn de este proyectil, resultando estos resguardos inutiles.

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La correceidn del tiro exige gran precision, debido a lo fijante de la hoja inferior del cono de explosidn. Proyectil ordinario a percusion.—Los efectos de este proyeetil son analogos a los del canon, siempre que se consiga el rebote. Contra los obstdculos sus resultados son muy superiores, debido a su mayor potencia, empleandose con retardo en la explosion. La correceidn igual. Proyectil torpedo. Este proyectil de percusidn, si se produce el rebote, sus efectos son sobresalientes contra las tropas al descubierto y atrincheradas 6 protegidas. Su envuelta, destrozada por la poderosa carga interior, lanza sus cascos en todas direcciones, creando una zona de terror en sus inmediaciones, tan to por lo mortifero de sus cascos, como por la asfixia que produce la expansidn de sus gases, unieadose al efecto material el efecto moral. La dificultad de obtener en la correccion del tiro la grandfsima precision necesaria para obtener resultados eficaces, hace que en la prdctica resulten notablemente disminuidos, colocando este proyectil en condiciones inferiores a los otros. Contra los muros, caserios y bosques, y para demoler toda clase de obstaculos resistentes, este proyectil no tiene rival; sus efectos materiales aumentan considerablemente la potencia de la artillena contra los obstaculos, que se uniran al efecto moral producido por el ruido y soplo infernal de su explosidn. La correceidn del tiro contra estos grandes objetivos no ofrece difieultades, y los resultados que se obtengan siempre justificara el consumo de municiones empleadas. En general se empleara con retardo en la explosidn. CONCLUSIONES El empleo de los proyectiles de campana podemos determinarlo en la forma siguiente: 1.° El Shrapnel estallando en el aire: es el proyectil por excelencia de la artilloria de eampaila, contra los objetos animados que no estan completamente desenfilados 6 eoloeados-bajo abrigos. 2.° El Shrapnel de percusion: sirve para obtener la distancia en la correceidn del tiro y para una defensa prdxima.

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LAS ABM AS DR FUEGO

3.° El proyectil ordinario estallando en el aire: se emplea contra objetos animados muy desenfilados, 6 colocados bajo abrigos. Los efectos del proyectil del obtis, son en este caso superiores a los del cafidn. 4.° El proyectil ordinario de percusion: sirve para la correccion del tiro, para la defensa prdxima y cuando falta el Shrapnel. 5.° El proyectil torpedo: es el proyectil ideal para destruir toda clase de obstaculos y blindajes, por resistentes que sean. 6.° Contra los objetivos que se encuentren mas lejos que los limites de graduacion de las espoletas, se empleara con preferencia el proyectil ordinario de percusion. 7.° Para destruir objetivos de una cierta resistencia, se emplear&n los proyectiles ordinarios de percusidn. Los efectos del proyectil del obus son superiores a los del candn, alcanzando el maximum de resultados empleandolos con retardo en la explosidn. 8.° Los abrigos blindados son destruidos por el obus, tirando bajo grandes dngulos, el proyectil de percusidn con retardo. Para utilizar toda la fuerza de penetracidn de estos proyectiles, las baterias deben situarse & menos de 2.000 metros, de lo contrario los angulos decaida seran pequenos. 9.° El tiro con el proyectil a percusidn, tendido d curvo, con d sin retardo, es el verdadero tiro de desmonte contra la artillerla.

TIRO DE lifl ARTILillEHlA

Examinareinos sucesivameute: 1.° Sistema de panteria. 2.° Determinacidn de los elementos iniciales del tiro,, 3.° Metodos de tiro. SISTEMAS DE PUNTERIA Consideraciones generales. La puntena puede ser directa 6 indireeta. Se llama tiro con punteria directa, aquel que se efeetiia apuntando el arma directamente sobre el objetivo que se quiere batir; en este caso la linea de mira pasa por la rantira del alza, el punto de mira y el objetivo verdadero. En el tiro con punteria directa, el objetivo que se quiere batir esta & la vista del que apunta. Se llama tiro con punteria indireeta, el que se efeetiia cuando se apunta el arma sobre un objetivo que se emplea como auxiliar y que no es el verdadero que se desea batir; en este caso, la llnea de mira pasa por la ranura del alza, el punto de mira y el objetivo auxiliar. En el tiro con punteria indireeta el verdadero objetivo esta oculto, no siendo visible para el tirador. La pdlvora sin humo permite aprovechar todas las ventajas que nos proporciona el tiro con punteria indireeta, ocultando la artilleria y haciendo muy diflcil al enemigo averiguar su emplazamiento; porque los linicos datos que podia tener, como son los rebotes y surcos de los proyectiles, son muy inciertos. No hay que olvidar, que cuando el terreno que se encuentra delante de la artilleria en fuego no es sufieiente hiimedo, el rebufo de las piezas levanta una gran polvareda, que ademas de molestar grandemente para la punteria, delatara inmediatamente el emplazamiento de las baterias.

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LAS ARMAS DE FUEGO

Ademas hay que tenor presente, que en el tiro con punterfa indirecta, a lo mas que se puede aspirar es & eoloear las baterlas desenfiladas de la vista del enemigo; el desenfilarlas del fuego no podrd consegiiirse; por la sencilla razdn de que los angulos de caida son mayores que los de proyeecion, y que por lo tanto, los cafiones eontrarios, tirando con iguales trayectorias que los propios, siempre conseguir&n batirlos. El quedar desenfilado de los fuegos enemigos s61o podra conseguirse con las baterlas de obuses, por lo curvo de sus trayectorias. Los obuses se ve son indispensables cuando el enemigo posee esta clase de piezas, pues de lo contrario nos verlamos obligados a recibir el fuego de estas baterlas sin poder responder £ & ni causarles dafio alguno. Las baterlas de obuses bien emplazadas, sblo pueden ser batidas por otras baterlas de las mismas piezas. La llamada cresta de la artilleria es un nuevo tecnicismo sin va¬ lor alguno; porque para la artilleria existen muchas posiciones que pueden tomar este nombre. (Fig. 60)

Fig. 60. Examinando la figura, se ve; en efecto, que en A estarla la cresta para el tiro con punterla indirecta, en B para el tiro con punterla directa, y en C la verdadera cresta, porque desde ella puede la arti¬ lleria batir completamente todo el terreno que tiene delante. Existen mucbas crestas para el tiro con punterla indirecta, segbn el grado de desenfilada que se quiera dar. El tiro con punterla directa, presenta las ventajas de ser mas sencillo, mas facil y mas rdpido, y de no necesitar la vigilancia del terreno del frente; ademas es m&s racional, por ser logico y natural que el combatiente vea al enemigo que le bate y que el va a batir, lo que le da mucba m&s tranquilidad, levantando su valor moral. El tiro con punterla indirecta, ademas de una preparacion mas larga, necesita una vigilancia muy cuidadosa del frente, para evitar un golpe de mano que una caballerla bien mandada sabrd y podra efectuar. • En resumen: el tiro con punterla indirecta debe emplearse siem-

AL COMEN55AR EL SIGLO XX

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pre que pueda garantizarse en absolute el quedar desenfilado de la vista del enemigo; en todos los demas casos se empleara el tiro con punteda directa. Las piezas pueden apuntarse individual 6 eolectivamente. En la punteda individual, cada pieza se apunta sobre la porcidn del objetivo que le corresponde batir, 6 sea sobre un objetivo parti¬ cular. La deriva es la misma para todas las piezas, 6 igual a la deriva normal de las tablas de tiro, con las correcciones del viento 6 desnivel de las ruedas, si se considera necesario. En este case, los pianos de tiro de las piezas pasan por el objetivo particular que cada una ha de batir. Esta punteda es la que se emplea siempre en el tiro de combate, contra objetivos en movimiento. En la punteda eolectiva, todas las piezas se apuntan sobre un mismo punto li objetivo de punteda. Si se da a todas ellas la deriva normal de las tablas de tiro, los pianos de tiro seran en este caso convergentes. Para batir, apuntando de este modo, todo el frente del objetivo, sera preciso hacer pasar cada uno de los pianos de tiro por su objeti¬ vo particular; para lo cual es necesario dar a cada pieza su deriva correspondiente, haciendo lo que se llama un escalonamiento de derivas. Repartido en esta forma el fuego, hay que cuidar que los pianos de tiro de las piezas extremas, pasen por lo menos & 10 metros del extremo correspondiente del objetivo. La punteria eolectiva es la que se emplea siempre en el tiro con puntena indirecta. I.—MATERIAL ALEMAN Puntena directa. Punto de mira.—El punto de mira, en el material aleman, se encuentra colocado a la derecha del cafidn, y a la altura del pivote central. (Fig. 39) Alza.—El alza esta unida permanentemente a la pieza, y estd formada de un vastago circular que puede resbalar libremente en el inte¬ rior de una vaina mbvil; esta, & su vez, puede resbalar en una ranura practicada en una pieza met&liea, atornillada al costado derecho de la culata. Para estos movimientos, el vastago y la vaina llevan su co¬ rrespondiente eremallera. (Fig. 40)

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LAS ARMAS DE EUEGO

El vdstago.—Esta graduado en distaneias hasta 5.000 metros, haciendose la lectura sobre el borde superior de la vaina. La vama.—Esta graduada en dos sentidos; correspondiendo a cada divisibn una modifieacion en la distancia de 50 metros. El cerd se encuentra en la parte media^ y la lectura se hace sobre un trazo de referencia marcado en la culata. Esta vaina sirve para corregir la altura de explosibn. El nivel.—-Es de burbuja de aire, y va colocado en la parte supe¬ rior del alza, pudiendo inclinarse con relacibn a ella por medio de un tornillo; un circulo graduado^ cuyo cero corresponde a la posicion horizontal, sirve para marcar las diferentes inclinaciones. Este nivel se emplea para la punteria en altura, en el tiro indirecto, y para medir los angiilos de situacidn. La plancha de las derivas, esta fija a la parte superior del alza, y graduada en milesimas de la linea de mira. La ranura de mira es movil, pudiendo desplazarse lateralmente a lo largo de la plancha, por la accion de un tornillo. Esta plancha sirve para hacer las correcciones de deriva necesarias en el tiro. La ranura en que se aloja la vaina con el vastago del alza, esta inclinada hacia la izquierda, quedando corregida automaticamente la derivacion. La linea de mira esta determinada, por la ranura de mira de la plancha de derivas, y por el pun to de mira; para hacer la punteria se opera en la forma que se expone en el ejemplo siguiente: Apuntar una pieza sobre un objetivo B situado a 3.000 metros. Se eoloea el vastago del alza en la graduacion 3.000 y la deriva en la graduacion correspondiente, si hay necesidad de hacer alguna correccibn. Se coloca la pieza aproximadamente en la direccibn del objetivo, moviendo para ello la contera, y despues se afina la direccibn sirviendose del tornillo de punteria en altura y del tornillo de punteria en direccibn que tiene el afuste, hasta conseguir que la linea de mira pase por el objetivo. Llave de espoletas.—Sirve para colocar estas en la graduacibn co¬ rrespondiente. Las espoletas, como ya se sabe, est&n graduadas en distaneias. Para hacer variar la altura de explosibn, es preciso levantar 6 bajar la trayectoria, 6 sea, aumentar 6 disminuir la distancia en una cantidad conveniente. Esto se consigue moviendo la vaina mbvil en uno u otro senti-

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do. A cada divisidn eorresponde, como se ha dicho ya, 50 metros de la distancia. Esta vaina ha reemplazado a las placas de aha nsadas hasta hace poeo, teniendo sobre ellas la yentaja de servir para las eorreeciones en los dos sentidos. Coloeando plaeas, se podia antes disminuir la distancia, pero la correccion inversa no era posible, & menos de haber tenido la precaucidn de colocar algunas antes de empezar el tiro, en euyo caso, retirandolas sucesivamente, consegulase el objeto. Punteiia indirecta. Comprende la punterla en direccion y la punterla en altura. Plancheta de referencias.—Se compone de una plancheta con su alidada, que se coloca sobre la culata del canbn, quedando fija sobre tres tetoncitos dispuestos con este objeto. La alidada puede moverse sobre un clrculo graduado, estando dotada de un tornillo de presidn para fijarla en la posicibn conveniente. Sirve para la punterla en direccion, operando como sigue: Se avanza una de las piezas a brazo, hasta que se vea el objetivo verdadero y el objetivo auxiliar, y se apuntan, la pieza sobre el ob¬ jetivo verdadero y la alidada sobre el auxiliar, y se lee la distancia angular entre estos dos puntos. Se coloca nuevamente la pieza en su posicidn en la baterla, y se da a todas las piezas la graduacidn lelda. Estas colocan la alidada en la graduacion indicada, y apuntan sobre el objetivo auxiliar, dirigiendo la visual por la alidada. En seguida se hacen las correcciones necesarias para la reparticidn del tiro. Nivel de punterla. (Fig. 61).—Es parecido al nivel de punterla francos. Sirve para dar la inclinacidn conveniente al cafibn, a las distancias superiores a 5.000 metros. A las distancias inferiores a 5.000 mjetros, limite superior de la graduacidn del alza, se emplea para la punterla en altura el nivel del alza. Con el nivel de punterla se opera en la forma siguiente: se coloca este en la graduacibn correspond!ente, y es llevado sobre la pieza; se la inelina hasta conseguir colocar la burbuja outre sus refe¬ rencias. Si hay caso, se aumenta el angulo de situacidn. 10

14() LAS AKMAS DE F0EGO Para apuntar la pieza, con el nivel del alza; sobre un objetivo 3, Baslicfor.S'

Baslidor

Direcdprh del bianco

Talow,

\ Talon Nivel de punlpria

188S

Fig. 61. situado a su misma altura y a 3.000 metres, se hace lo siguiente: (Figura 62) Se coloca el nivel en cero y el alza en la division 3.000. Se inclina en seguida la pieza hasta que la burbuja entre sus referencias. La Hnea de mira iVP, pasara entonces por el objetivo B. Si el objetivo no esta & la misma altura, se mide el dngulo de situacibn con el nivel; sea 20 este dngulo. Fig. 62. Se coloca el nivel en la divisidn 20, y se opera como anteriormente. La medida del angulo de situacibn se efectiia como sigue. El alzay la vaina se colocan en cero; una vez liecho estosedirige la linea de mira al objetivo, y se hace entrar la burbuja entre sus referencias por medio del tornillo del nivel, y la graduacidn que marque

AL C0MEN2AR EL SIGLO XX

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el Indice dara el angulo de situacidn. Se ve que el alza permite haeer la punterla en direceidn y altura, en la punterla direeta; y la punterla indireeta en aliura, hasta 5.000 metres. Ademas sirve para medir los angulos de situaeion y para haeer las eorrecciones en la altura de explosidn. Jalon de referencias.—Es un pale herrado de 1,90 metres prdximamente, que sirve eomo punto de referencia. Una vez dada la direceidn a la pieza sirviendose de un objetive auxiliar, se puede abandonar la plancheta de referencias, refiriende la pieza d retaguardia. Se opera come sigue: Un sirviente toma el jaldn y se coloea & 10 metres d retaguardia de la pieza; el apuntader dirige una visual per el punto de mira y la ranura de mira del alza, haciendo elavar el jalen en esta diree-. ci6n. El jaldn puede emplearse tambien para haeer la referencia de la pieza, sin servirse de la plancheta, cuando el apuntader puede ver el objetive desde un punto elevado situado a retaguardia de la pieza, 6 subido sobre un armbn, a eaballo, etc. En este case, la punteria se hace en la siguiente forma: el apun¬ tader, desde este punto, hace colocar la pieza lo mas exactamente pesible en la direccion del objetive, colocando, despues de hecho esto, el jaldn como anterior men te. Cada pieza esta dotada de dos alzas, dos Haves de espoleta, dos jalones, una plancheta de referencias y un nivel de punteria. En el curse del tiro se observa la Knea de mira despues de cada disparo, haciendo las eorrecciones necesarias sirviendose para ello de los tornillos de punteria. RESUMEN Examinando lo expuesto, se ve que los aparatos y su empleo son poco precisos. El montaje del cafidn sobre un afuste, facilita la punteria en direccidn, aumentando por consiguiente la rapidez del tiro. En el fuego ordinario, que so, hace sin la reja, hay que colocar nuevamente la pieza en su posicibn despues de cada disparo, apunt&ndola nueva¬ mente. En el fuego rapido se emplea la reja, -pero debido £ la divergencia de los pianos de tiro y del eje de la pieza, y la rigidez del mon¬ taje, hay que corregir la punteria a cada disparo, y despues de va-

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LAS ARMAS DE FUEGO

rias desviaciones sucesivas, hay que apunlar nuevamente por com¬ plete). La punterla tiene que interrumpirse durante la carga. La punteria sobre el objetivo tiene grandes inconvenientes y carece de preci¬ sion; porque los objetivos en el combate no estan perfectamente definidoS; dando lugar a confusiones y a falta de unidad en el conjunto. Se colocan referencias dnicamente en el tiro con punteria indirecta. Esta referencia se hace sobre un jalon colocado en las inmediaciones; lo que nos proporciona poca exactitud. La correccion de la punteria, debida £ las desviaciones de la pieza en el curso del fuegO; se hace dirigiendo nuevamente la linea de mira sobre el objetivo, 6 sobre el punto de referencia, segdn que el tiro sea con punteria directa 6 indirecta. La referencia a retaguardia, presenta inconvenientes faciles de comprender. II.—MATERIAL FRANCES Punteria directa. Punto de mira.—El candn contiene el punto de mira auxiliar. (Figura 42) Aparato de punteria. (Fig. 50).—Sirve para colocar la pieza en direccidn del objetivo que se quiere batir; se encuentra colocadcfa la izquierda del candn, a la altura de los mufiones, y unido de una manera fija e invariable al pequeno afuste, participando de todos sus movimientos. Esta formado por un arbol que tiene en su parte superior un colimador, y va dotado de un nivel de burbuja de aire, situado al pie de dicho arbol. La Unea de mira.—Esta determinada por el cruce de dos ranuras claras perpendiculares que lleva el colimador, una vertical para la punteria en direcei6n, y otra horizontal para la punteria en altura. Esta liltima sirve tambien para dar el dngulo de situacidn. El arbol tiene una raya vertical, hacia su parte inferior, que sir¬ ve de referencia y que se encuentra en el piano de punteria. Este &rbol se introduce, £ frotamiento duro, en un orificio que le sirve de alojamiento, quedando fijo y sin otro movimiento que el de rotacidn. La boca de este orificio tiene un platillo graduado en toda su circunferencia.

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Este alojamiento, con su platillo y con el arbol que en ^1 se aloja, pueden girar sobre su eje por medio de un tornillo colocado a la izquierda^ que en su cabeza tiene un tambor graduado. La deriva.—Esta dada por este tambor y platillo graduados. La unidad de medida de los angulos, adoptada para la deriva, es la milesima de la distancia\ es deeir; que si se hace girar el piano de tiro alrededor de su interseccibn con el piano de punterla el va¬ lor de una unidad, cada uno de sus puntos se habrd desplazado, 6 sea que se habra separado del canbn en una cantidad igual a una mile¬ sima de su distancia & la interseccidn de dichos pianos. En un cuadrante hay aproximadamente 1.600 milesimas. El platillo.—Esta dividido en cuatro cuadrantes, llevando cada uno ocho divisiones numeradas 0, 2, 4, 6.... 12, 14. Cada una de estas divisiones vale, por lo tanto, 200 milesimas. El cero marca la separacibn entre dos cuadrantes consecutivos. El tambor.—Esta dividido en 200 divisiones, valiendo cada una una milesima. Se ve, que si se hace girar con la mano el arbol del colimador, desplazando el trazo de referenda de la columna una divisidn del platillo, damos al arbol, y por consiguiente al piano de punterla, el mismo desplazamiento angular que si hu- B bieramos hecho girar el tambor de 0 a 200. & p El dngulo del piano de tiro y del piano de punterla, esta determinado por las divi¬ siones del platillo y del tambor. Cuando el trazo de referencia del arbol esta en el cero del platillo, y el tambor en 100, el piano de punterla y el piano de tiro son paralelos por construccibn. En el caso que el piano de punterla oeupa la posicion C D con relacibn al piano de tiro A B, se ve que los numeros leldos representan la deriva con relacibn a la llnea: pla¬ tillo tambor 100: pero en el caso en que el piano de punterla ocupa la posicibn C D', los numeros leldos son el complemento de la deriva & 1.600: platillo 02 tambor 100. (Fig. 63). En la practica se ha convenido en 11amar deriva a los dos mimeros del platillo y del tambor. As! se dice: Primer caso: = Deriva = Platillo 2 — Tambor 175 Segundo caso: = Deriva = Platillo 12 — Tambor 115

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LAS ARMAS DE FUEGO

El tambor y el platillo se dispondran de manera que los trazos de referenda se encuentren enfrente de las divisiones nombradas. Una vez dirigido el piano de punteria sobre on objetivo determinado, si se quiere llevar mas haeia la izquierda 6 d la derecba el punto de eaida de un proyectil, basta aumentar 6 disminuir la deriva. Es mas cdmodo dar las derivas en milesimas, pues en esta forma se pueden efectuar las eorrecciones por simple adicion 6 substraceion. En este segundo easo, se facilita el cdlculo tomando como origen de la graduaddn del platillo, no el cero del cuadrante en que se encuentra, si no el cero del cuadrante inmediato de la derecba. Las divisio¬ nes 0, 2, 4, ... .del primer cuadrante, se leen entonces 16,18, 20. •. Ejemplo: Restar de la deriva 25 la deriva 175; se establece la primera bajo la forma 1.625, tendremos 1.625 — 175 = 1.450 Cada vuelta del volante del tornillo de punteria en direccion, eorresponde a 2 milesimas. Cuando el cafidn se encuentra en el centro del eje, £ igual distancia de las dos ruedas, se pueden dar 26 vueltas de volante a la derecba 6 a la izquierda, 6 sean 52 milesimas a cada lado. La extensidn total del resbalamiento sobre el eje corresponde, por lo tanto, a un frente de 208 metros & 2.000 metros de distancia. Para la punteria en direccion, no bay mas que bacer girar el vo¬ lante correspondiente para que la curena resbale sobre el eje, basta que la linea de fe vertical del colimador pase por el objetivo. La punteria en altura puede bacerse con el colimador 6 con el nivel. Con el colimador, basta bacer girar el volante correspondiente basta conseguir que la linea de fe horizontal pase por el objetivo. Una vez conseguido esto, debe inmediatamente colocarse la burbuja del nivel entre las referencias. jEZ nivel. (Fig. 64).—Ademas de la punteria en altura, sirve para medir los angulos de situacidn; se encuentra colocado en el mismo costado y en prolongacidn del platillo y del tambor de derivas. Este aparato esta graduado en milesimas de la distancia, la graduacidn de 5 en 5 milesimas y numeradas de 10 en 10. Si se apunta un candn en altura sirviendose del colimador, y se coloca el nivel valiendose del tornillo correspondiente, de tal manera que la burbuja quede entre las referencias, si el disco graduado marca 20, quiere decir que la diferencia de altitud entre el cafi6n y el

AL COMENZAR EL SIGLO XX objetivo es igual a

20 Q00

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de la distancia que los separa. Si se sabe

que esta distancia es de 3.000 metres, la diferencia de altura sera: 20

X 3.000 = 60 metros.

Reelprocamente: si se sabe que la diferencia de nivel entre los

Nivel Fig. 64. dos puntos, situados a 3.000 metros, es de 15 metros, lamilesimade la distancia es: ^ ^ =3,7 por lo tan to deberemos colocar la divi¬ sion JL!L = 5y ©nfrente del indice; y baciendo girar el cafidn en su 3 , piano vertical hasta que la burbuja entre en las referencias, se tendra la pieza apuntada en altura. Si el objetivo esta mas elevado que el cafidn, se toma la graduacidn sefialada con el signo +, y si estd mas bajo, la graduaci6n sefialada con el signo •—. Una vuelta del volante del tornillo de punterla en altura, corresponde sensiblemente & un grado. El volante lleva 16 divisiones, cada una vale -^r de grado, 6 sea prdximamente una milesima. A las graduaciones de los volantes de los tornillos de direccidn y altura hay que darles muy poco valor; porque los engranajes no son perfectos y se destruyen y aflojan con el uso. Una vez determinada la linea de mira,* sea con el colimador 6 con el nivel, no debe ya tocarse este dltimo. Cualquiera que sea el procedimiento empleado para la punteria en altura, una vez hecha, los disparos sucesivos se apuntan siempre valiendose del nivel. A cada disparo se observa la burbuja, y si esta

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se ha desplazado de las referencias, se la colocara nuevamente, sirviendose del volante del tornillo de punterla en altura. Aim. (Fig. 48).—Funciona independientemente, y seencuentra a la derecha del eaflon; un tornillo sin fin, eon su tuerca correspondiente movida por una maniyela, hace girar el cafion sobre su aEuste en un piano vertical. Un tambor graduado, movido al mismo tiempo, gira sobre su eje. En este tambor se encuentran las graduaciones de alza, de 500 a 5.500 metros. Marcada la distaneia, no hay mas que hacer girar la manivela hasta que la graduacifin eorrespondiente del tambor se encuentre enfrente de un trazo marcado en la plancbeta sobre que gira el tambor. Perforador. (Fig. 65).«—Sirve para perforar las espoletas en el punto conveniente, para que a cada distaneia la explosifin se produzca a la altura que se desea. Las espoletas se sabe que estan graduadas en duraeiones de trayectos. Este aparato va eolocado-en el carro de municiones entre los dos eajones. Colocada la ojiva en su alojamiento, no bay que baeer m&s que bajar la palanca eorrespondiente, que obrando sobre una l&mina-punz6n perfora la espoleta. Hay que euidar de levantar bien la palanca, antes de extraer el proyectil, para evitar se rompa el punzbn que ba becho la perforacidn. Para baeer variar la altura de explosion se hace uso del corrector. Para esto, no hay mds que baeer girar el clrculo del corrector sobre el clrculo graduado del perforador, sirviendose de las dos manos, hasta que su referencia se encuentre en la graduacidn eorrespon¬ diente. Hecho esto, cuando se marque la distaneia, se hace girar la manivela eorrespondiente, hasta que su referencia se encuentre sobre la graduacidn de esta distaneia. Cada division del corrector vale y^qo ^e 'a ^^s^ancia- La divisidn 20 corresponde A la altura-tipo, que es

3 1 Q0Q

de la distaneia.

Para levantar el punto de explosidn, es preciso aumentar el corrector en tantas divisiones como milesimas queramos anadir & la altura de explosion observada. Para bajarlo se opera en sentido inverse. Para obtener explpsiones bajas desde el principio del tiro, es necesario poner el corrector en la divisidn 18, por ser 20 la graduaci6n que corresponde A la altura-tipo. Si al principio del tiro se ban cometido errores en la evaluacidn

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del angnlo de sitnacidn, las explosiones se producen encima 6 debajo

Fig. 65. del punto de explosidn tipo, y a mm distancia angular igual al error cometido, evaluado eu mil^simas. Es muy importante que el angulo de situacidn inicial no difiera

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LAS ARMAS DE FUEGO

del angulo de situaeion real, porque la graduaeidn del corrector no permite corregir mas que ^ 20 en cada sentido, y no sera suficiente, cuando el error fuera grande, para corregir la altura de explosidn. Hay que apreciar este dngulo de situaeion, con un error menor 6 -j-7Q^(25 metres, a 2.500 metres). Una evaluacidn erronea tendria, ademas, el gran inconveniente de falsear d la vez la distancia de tiro y el corrector, encontrados en una correccidn del tiro, y estos datos no podrian ser utilizados por baterlas que tomaran posiciones en las inmediaciones. Las modifieaciones en el angulo de situacidn, se traducen por una modificacidn igual e inversa en el corrector. Ejemplo: un tiro corregido con Angulo de situaeion 20, corrector lO, puede ser ejecutado en las mismas condiciones, con Angulo de situaeion 10, corrector 20. Por lo tanto, en las comunicaciones de las baterias, basta con dar la distancia que se encuentra en frente del trazo 20 del corrector, en lugar de dar el angulo de situaeion con la distancia y el correc¬ tor. Esta distancia corresponde a un angulo de situacibn exacto, y la nueva bateria adoptara, con la distancia comunicada y el correc¬ tor 20, el angulo de situaeion que haya medido. En el tiro de percusidn, las espoletas no se perforan. Cuando la correccidn del tiro se ejecuta por medio de la observacidn de los puntos de explosidn, es decir, valiendose del tiro de tiempos, el corrector inicial, que dara la explosion a la altura-tipo, se debe disminuir con el fin de que la altura de explosidn sea

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para hacer mds facil y precisa la observacidn. Punteria indirecta. Esta clase de punteria puede hacerse por los medios siguientes: Golimador movil.—Se encuentra al lado del fijo, ya descripto, y puede girar alrededor de un eje horizontal que permite darle una inelinaeion cualquiera en un piano vertical. (Fig. 50) Barras.—Cuando esto no sea suficiente, se emplean unas barras que sirven para alargar el arbol, levantaodo, por lo tauto; el eolimador.

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Los datos siguientes sirven para escoger el grado de desenfilada que se quiera dar a las piezas. El eolimador, en su posieidn ordinaria^ se encuentra a una altura sobre el terreno de lm,20 prdximamente. La unidn de una barra lo levanta 0m,30, y por consiguiente se encontrara del terreno a lm,50. La union de dos barras, lo eolocara del terreno a una altura de lm,80. En todos los casos se haee la punteria por visibn directa, valiendose para ello de uno li otro colimador, segiin las necesidades. Las barras deben quitarse en el curso del tiro, y se tomara un punto de referencia. Estos datos nos dan los medios que deben emplearse, segtin el grado de desenfilada que se quiere obtener. Si el punto objetivo apuntado esU mas alto que el objetivo verdadero, la pieza estard mas desenfilada del objetivo verdadero que del objetivo apuntado. Jalon de referencias.—Se usa cuando el empleo de las dos barras y el colimador mdvil no permitan efectuar la punteria. Lo mas practico es apuntar eada pieza d ojo, eolocdndose en una elevacion 6 a eaballo, y despues se toma un punto de referencia para efectuar la punteria en los disparos sucesivos. Cuando este procedimiento no es aplicable, se pueden considerar dos casos: 1.° El objetivo de punteria es visible para un hombre subido so¬ bre el asiento del apuntador (2m,25 altura). En este caso, un hombre toma un jaldn y se coloca a 20 metros prdximamente delante del candn, cuidando siempre de no descubrirse al enemigo. El apuntador da primeramente al cafidn una direccion aproximada, y coloca el tambor y el platillo en las graduaciones prescriptas. Hecho esto, sube sobre su asiento y se sirve del corddn de refe¬ rencias como de una plomada, haciendole pasar entre los dos volantes de punteria. Dirige una visual por el cordon y el. objetivo que se apunta, y hace clavar el jaldn en esta alineacidn. Una vez hecho esto, se toma el jaldn colocado como objetivo de punteria. 2.° El objetivo de punteria no es visible m&s que para un hom¬ bre subido en el armdn (2ra;85); podrla llegarse a 3m;20 colocando un cubo. El procedimiento consiste, en este caso, en jalonar la alineacidn

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del punto objetivo de punteria, subiendose para ello en el armdn, determinando en seguida una alineacibn paralela a la primera y que pase per el colimador. Se opera en la forma siguiente. Un hombre toma un jaldn y se coloca a 20 metros delante del eafidn. El apuntador, una vez eolocadas las graduaciones del tambor y platillo, se sube sobre el armdn, y utilizandoel cordon de referencias como plomada, hace clavar el jalon en la alineacidn con el objetivo apuntado. Durante esta operacidn se dirige la Ifnea de mira del cafidn de manera que pase prdximamente £ 2m;50 del jalon. Un hombre pone el pie sobre el extremo del cordon que esta en tierra; otro coge con el pulgar y el Indice el otro extremo del corddn, tendiendolo hasta que su mano pase por la vertical del colimador. Hecho esto, los dos hombres con la longitud del corddn obtenida, se trasladan al jaldn; uno de ellos apoya el extremo del corddn sobre el pie del jaldn, y el otro tiende el cordon en una direccidn perpen¬ dicular al primer jalonamiento. Sobre el otro extremo del corddn se planta el jaldn. Todo terminado, se toma el jaldn como punto de punteria. En todas estas operaciones hay que cuidar que los hombres no se descubran a la vista del enemigo. Meferencias.—Terminada la punteria inicial, se refiere siempre la pieza a un punto saliente del terreno, lo mismo en el tiro con punteria indirecta que en el que se hace con punteria directa. La referenda en direccidn, consiste en dirigir la linea de fe ver¬ tical del colimador al punto de referencia escogido. Esto se hace moviendo la deriva, sin tocar nunca el volante del tornillo de punteria en direccidn. Apuntado el cafidn, cuando se ordena la referencia, se mueve el tambor hasta conseguir que la linea de fe vertical del colimador pase por el punto de referencia, y se le fija en esta posicidn. Si despues de dar al tambor todo su desplazamiento, no se consigue hacer la referencia, entonces se desplaza el trazo vertical de la columna una 6 varies divisiones del platillo, hasta hacer pasar la linea de fe vertical del colimador al otro lado del punto de referencia, y se mueve despues el tambor hasta conseguir la referencia exacta. Hecha la referencia de la pieza, debe siempre apuntarse &ta al punto de referencia con la nueva deriva sin preocuparse para nada del punto de punteria inicial.

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Cuando el angulo de situacidn del punto de referenda sea demasiado grande, y no pueda dirigirse a el la Hnea de fe vertical del colimador, se emplea el colimador mdvil, al que siempre se puede dar la inclinacidn necesaria en un piano vertical. Cuando se emplean las barras para la punteria inicial, estas deben quitarse para hacer la referenda, teniendo especial cuidado de que nunca queden colocadas durante el tiro. Los desplazamientos sufridos por la pieza durante el tiro, se corrigen con el volante del tornillo de punteria en direccion. La referenda en altura se obtiene con el nivel. Se eoloeara para ello la burbuja entre sus referencias, sirviendose del tornillo que tiene el nivel, sin tocar para nada el volante del tor¬ nillo de punteria en altura. En el curso del tiro se observara el nivel, y cuando sea preciso porque se desplace la burbuja, se la eoloeara nuevamente entre sus referencias, valididose del volante del tornillo de punteria en altura. Aparatos de bateria. Nivel de punteria. (Fig. 61).—Sirve para dar la inclinacibn al candn, 6 para corregirla, cuando el dngulo de tiro ha sido deterruinado valiendose del alza. Estas operaciones son necesarias para la correccibn de las llneas de mira. Este nivel sirve tambien para tirar en los casos en que la Hnea de mira no sea exacta, debido al mal funcionamiento 6 deterioro del aparato de punteria. Anteojo de bateria. (Fig. 66).—Sirve para observar el tiro; esta, ademas, dispuesto para medir: 1.° Las distancias angulares, en milesimas, y traducir inmediatamente esta medida en mimeros de las graduaciones del tambor y platillo. 2.° Las alturas de explosibn, y servir de referenda a la altura tipo. 3.° El angulo de situacibn. La graduacibn del platillo del anteojo (figs. 67 y 68), corresponde & las del platillo y tambor del aparato de punteria. El intervalo entre dos divisiones, correspondiente & dos divisiones consecutivas del platillo del aparato de punteria, esta dividido en 20 partes que valen cada una 10 milesimas, 6 sean 10 divisiones del tambor del aparato de punteria.

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La divisi6n del centre esta pintada de rojo, y marca 100, eorrespondiendo d la division 100 del tambor. La graduaeion debe leerse en el sentido del movimiento de las

Anieojo debaleruu Fig. 66.

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agujas de un reloj. La graduacidn correspondiente al case de la figura, se leera: platillo 2, tambor 60. Come cada una de las pequeflas divisiones vale 10 mil^simas, se pueden generalmente apreciar kasta 5 milesimas.

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Coloeando el tripode que soporta el anteojo, en el lugar elegido, se precede primero a la punterla en altura, para lo cual se hace gi-

Flsta do conjimlo deLplalillo delanledjo de punlert 'ruv Fig. 67. rar el anteojo en su abrazadera hasta que los trazos de la divisidn del micrdmetro (Fig. 69) esten verticales; se hace luego girar el an¬ teojo alrededor del eje de rotacion de la abrazadera, hasta que el objetivo a que se apunta se proyecte sobre la extremidad inferior de una de dichas divisiones. Para la punterla del anteojo en direccidn, se hace girar el anteo¬ jo sobre su pivote vertical hasta que el objetivo de punterla se pro¬ yecte sobre el gran trazo vertical del micrdmetro. Medida del angulo entre dos puntos. —Puede medirse: 1.° Con el micrdmetro.—Se apunta el anteojo al objetivo. Cada una de las divisiones del micrdmetro vale una milesima, bastando, por lo tanto, leer el numero de divisiones comprendidas entre los.dos pun¬ tos que marcan el dngulo que se quiere medir. 2.° Con la graduacion del platillo.—El micrdmetro sdlo permite apreciar los dngulos inferiores d 60 mildsimas; cuando se quiere me¬ dir un frente considerable, se recurre a la graduacidn del platillo, operando como sigue. Se dirige el anteojo a uno de los puntos considerados, y se coloca

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LAS ABM AS DE FUEQO

el Indice del indicador movil sobre una de las divisiones eorrespondientes & tambor cero; se dirige en seguida una visual al otro punto y se lee sobre el platillo la graduaei6n que marque el Indice, y se tendra la distancia que separa los dos puntos. Debido a la disposicidn espe¬ cial de las graduaciones del plati¬ llo cuando desde el emplazamiento de una pieza se ha determinado el angulo formado por el objetivo que esta pieza quiere batir y el bianco de punteria marcado, se puede leer inmediatamente la deriva correspondiente. Para esto, se coloca, cuando el anteojo esta dirigido al objetivo, el indice del indicador del platillo enfrente de la divisidn, platillo cero, tambor 100; si se dirige en seguida el anteojo al objetivo de punteria, el indice del indicador nos dara la deriva correspondiente. Medida del angulo de situacion. —Para medir este dngulo, se colo¬ ca el anteojo en la direccion deseada, cuidando antes de que los

Micromelro delanleojo debaleria Fig. 68.

Fig. 69.

tazos del micrdmetro queden horizontales, para lo cual se hace girar 1 anteojo en su abrazadera. Se coloca en seguida la burbuja del niel entre sus referencias, haciendo girar el anteojo sobre la charnela lorizontal.

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Hecho esto, se lee la divisi6n del mierdmetro sobre la que se proyecta el objetivo. Esta divisidn da^ en milesimas, el valor del angulo de situacidn. Si el objetivo se proyecta encima del gran trazo horizontal, el an¬ gulo es positive; si debajo, negative. Beferir la altura-tipo. —La altura-tipo se aprecia validndose de los trazos que ocupan el medio campo superior del anteojo. Cuando el anteojo estd apuntado, el trazo horizontal AB, del micrdmetro, esta situado & una altura-tipo sobre el objetivo, y el trazo horizontal CD a dos alturas-tipo. Durante las marchas y lejos del enemigo, el anteojo se lleva en un cofre especial del carro de bateria. Hay dos anteojos per bateria. • Prdximos al enemigo (fig. 70), el anteojo es llevado por el hombre encargado de su manejo.

Fig. 70. Eegleta de direction. (Fig. 71)—La regleta de direccidn es una lamina alargada, de madera; que lleva una graduacion cuyo intervale niJ 1 1 • • PL • • 1 i i 1 i _l 1 i i i i i i i—i i i i 1i i I-N Z>7 Ji? /) 0 PL 2 50 Ibo iio ViI m ufl "Q ' ' 'o%n' • ' -dhJ Blanco a la izquierda La& graxluadonej del Plalilh) 2 y del PlaUUo />} estan pintados de rojo ^

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Blanco a la derecha Reylxis de- direxxibw Fig. 71. corresponde a un dngulo de 10 milesimas, cuando esta colocada a 0m,50 del ojo. n

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Un cordon de seda terminado en un botdn, que se abroeha en el ojal superior de la guerrera, asegura esta distancia en la posicidn ruilitar. La regleta esta destinada a medir las distancias angulares. Lleva inscripciones que permiten traducir estas distancias en divisiones del tambor y platillo. Determinar la deriva de un cafton con relacion a un objetivo de punteria.—Se coloca el hombre en el emplazamiento que debe ocupar el caiidn, y si este esta en bateria se coloca detras del aparato de punteria. Consideramos los dos casos siguientes: 1.° El objetivo real esta a la izquierda del objetivo de punteria .(Fig. 72). Se coloca la regleta de manera que nos de frente, la cara

Objetivo ' r VJ T"r nr^- •"yp- • Blanco & Fig. 72. que lleva la palabra objetivo en su extremo izquierdo, agarrdndola con la mano derecha y colocdndola a la altura de la vista. Se coloca sobre la vertical del objetivo que se quiere batir, la divisidn 100, que se encuentra encima de la palabra bianco, desplazando luego el pulgar de la mano derecha hasta que el borde de su ufia estd sobre la vertical del objetivo de punteria. Se lee la graduacibn de la regleta, y estos seran los elementos que determinan la de¬ riva, y, por lo tanto, la direccidn del cation, b sean las graduaciones del tambor y platillo. 2.° El objetivo real esta a la derecha del objetivo de punteria (Fig. 73). Se coloca la regleta en forma que nos presente la palabra

Fig. 73,

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bianco en su extreme dereeho, agarrandola con la mano izquierda y colocandola £ la altura de la vista. Se coloca sobre la vertical del objetivo la division 100, corriendo luego la mano izquierda como en el caso anterior. Se leen y se enumeran los elementos que definen la direccion del cafion. Medir la distancia angular entre dos puntos. (Fig. 74).—Para medir el frente de un objetivo, 6 la distancia angular entre dos pun¬ tos, se toma como punto origen de las medidas angulares el punto de la izquierda 6 de la derecha, segiin que la regleta este colocada en la posicidn objetivo a la izquier¬ da 6 en la posicion objetivo a la derecha. En los dos casos, la divi¬ sion 100 se coloca sobre la vertical del punto tornado como origen, y la ufia del pulgar sobre la vertical del otro punto 6 de la otra extremidad del objetivo. La graduacion que hay que leer en este caso, es la que se encuentra en medio de la regleta y proxima al borde horizontal infe¬ rior. Para hacer la lectura conviene volver la mufieca, con el fin de ver, sobre la graduacion, las divisiones en orden ascendente. RESUMEN Examinado lo expuesto, se ve que los aparatos nos dan uua gran precisidn en su empleo. El montaje especial del can6n nos facilita notablemente la punterfa en todas direcciones, dando una gran rapidez al tiro. El fuego siempre se ejecuta abatiendo el freno, e inmovilizando, por consiguiente, el montaje. Por excepcidn, y contra un objetivo que se desplaza rapidamente, se hace fuego sin abatir aquel. Una vez hecho el abatimiento, el primer disparo se hace sin tomar asiento los sirvientes, colocdndose estos fuera de la direccibn de las ruedas. Sentada la pieza y enterrada la reja, despues del primer disparo toman asiento los sirvientes. La punterla no se interrumpe durante la carga. La punteria sobre un objetivo de punteria tiene inmensas venta-

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LAS ARMAS DE FT7EGO

jas; porque puede escogerse un punto perfectamente determinado. El apuntador no tiene otra obligacion quo bacer pasar siempre la Hnea do mira por este objetivo, sin preocuparse para nada del fuego. La pieza so refiere siempre sobre un punto saliente del terreno, situado lo m&s lejos posible, lo quo nos proporciona gran exaetitud. El piano de tiro y el piano del eje de la pieza coinciden en todas las posiciones; debido & esto, la punteria en direecion no varia nunca en el eurso del fuego. Las ligeras eorreeciones que hay que haeer en la punteria en altura, en el fuego, se haeen observando el nivel, cuidando que la burbuja est£ siempre entre sus referencias. Por excepcibn, en el tiro contra un objetivo en movimiento, se apunta directamente sobre el, sin referir la pieza. El alza independiente constituye un verdadero progreso.

DETElRCmrlACION DE Li OS EliEOQEflTOS IfllCIflliES DELi TI^O

CONSIDERACIONES GENERALES La determinacion de los elementos iniciales del tiro se hace an¬ tes de romper el fuego. La precision con que se ejecuta ejerce una influencia capital sobre la correccion y rapidez del tiro. Lo que vamos a exponer a continuacion permite realizar la preparacion del tiro con precisidn suficiente para romper el fuego en buenas condiciones inmediatamente despues de ocupada la posicidn, 6 para asegurar un emplazamiento favorable a las batems en posicidn de vigilancia. Los elementos iniciales del tiro son: La deriva. El angulo de situacidn. La distancia. La altura de explosidn. El tiro debe repartirse cob exactitud, y; a ser posible, antes de romper el fuego. Cuando la auchura del objetivo es superior al frente que puede batir una batoria (200 metres), se dividira en trozos de esta extensidn y se batir&n sucesivamente. Todo lo que se va a exponer se refiere al tiro de una bateria. En el caso que haya varias baterias, se emplearan los mismos procedimientos en cada una de ellas, teniendo presentes lasconsideraciones que se hacen al tratar del tiro de grupo y de masa. Las formaciones en bateria, adoptadas en Francia y en Alemania, son las siguientes: MATEBIAL ALEMiN Formacion en bateria.—Los carros se colocan a 6 metros detras de las piezas y dando frente a retaguardia, como indican las llneas de puntos. (Fig. 75)

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LAS ABMAS DE FUEGO

Por excepcion se desenganchan los avantrenes, en cnyo easo se eolocan detras de los armones de las piezas. * I

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Baleriw akniana Fig. 75. MATERIAL FRANCES Formacion en bateria.—Los avantrenes se colocan a 45 metres a retaguardia, cada uno detr&s de la pieza 6 carro respectivo. Pueden agruparse tambien detrds de la primera y cuarta pieza; en este easo, los avantrenes de la segunda y tercera, con los de sus carros, se colocan detras de los de la primera y cuarta. Los caballos se colocan siempre a retaguardia de los avantrenes. (Figura 76) I —MATERIAL ALEMAN Preparacion del tiro contra un objetivo determinado. Medida de la distancia.—La distancia que separe la bateria del objetivo, puede medirse: 1.° Por medio de pianos. 2.° Por medio del sonido. 3.° Por tnedio del telemetro. 4.° Por medio de la vista. Con el piano, ya se sabe el procedimiento, se deduce la distancia valiendose de la escala.

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El sonido.—Cuarido se aprecia elaramente el valor de tiempo

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BaleriaJmn&sa' Fig. 76. entre el fogonazo y el estampido del eandn, se puede conoeer con bastante exactitud la distancia. Se sabe que la luz se propaga instantaneamente, y el sonido con una velocidad de 335 metros por segundo; el sonido, para recorrer un kildmetro, tarda 3 minutos proximamente. El telemetro.—Su empleo es de todos conocido. A simple vista.—Este procedimiento necesita una gran practica, y es expuesto a grandes errores. A distancias superiores a 2.000 metros no debe emplearse nunca. Medida del angulo de situacion.—Los angulos de situacidn pueden medirse: 1.° Con el aparato de punteria. 2.° Utilizando los pianos. Con el aparato de punteria: se apunta el cafidn en altura al ob~ jetivo, se nivela el nivel del alza, y se lee la graducidn correspondiente. La graduacidn lelda sera el angulo de situacion. Con el piano se opera como es sabido: una vez vista la diferencia de altura entre los dos puntos, y dividida por el numero de hectd-

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LAS ARMAS DE FUEGO

metres de la distaneia, se transforman en grades. Estos grades nos daran la medida del angulo de situaeion. Determinacion de la altura-tipo.—La determinaci6n de la alturatipo, puede hacerse: 1.° Refiriendola a un punto determinado. 2.° Observando las explosiones de los projectiles. El maximum de efectos de les Shrapnels se produce a una altura de explosidn de de la distancia; se observa, pues, que el dngulo bajo el cual se yen los puntes de explesidn a todas las distancias, es constante. Puede deducirse la regla practica siguiente. Determinar en el campo, per medio del aparato de punteria; un punto eualquiera, la cdspide de un arbol, la altura de una casa, etc.; todos los puntos de explosidn de los projectiles deberan projectarse sobre el punto elegido. La determinacidn de la altura-tipo, valiendose de la observacidn de las explosiones de los projectiles, se estudiara al tratar de los «Metodos de tiro». Determinacion de la deriva.—La derivacidn se corrige automaticamente, por lo tanto no haj que tenerla en cuenta. Las correcciones necesarias, para evitar la influeneia del viento, de la diferencia de nivel de las ruedas j del movimiento transversal del objetivo, se hacen sobre la plancheta de derivas. Estas correcciones se haran corriendo la ranura de mira & la derecha 6 a la izquierda, segdn el sentido en que influja la causa que se considera. Haj que cuidar que estas correcciones sean exactas, por la gran influeneia que pueden tener en el curso del tiro. Determinada la deriva, el capitan reparte el tiro designando & cada pieza su objetivo particular, al cual apuntan directamente. Para esto se vale de los gemelos, dividiendo el objetivo convenientemente. Puede establecerse el paralelismo entre las piezas, para lo cual se opera como sigue. Se apunta la l.a pieza a su objetivo particular, j situadas las pie¬ zas a la misma altura, se colocan las planchetas de referenda. Colocadas las alidadas en la perpendicular del eje del cafibn, deben estar en la misma alineacidn; para conseguirlo se desplaza la contera, afinando la alineacion con el tornillo del afuste. Lo mismo se hace cuando se apunta otra pieza cualquiera de la bateria.

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Establecido el paralelismo, la bateria bate un frente igual al suyo. Si el frente que se quiere batir es mayor que el frente de la bate¬ ria, es preciso dar a las piezas un escalonamiento, que sera igual a la difereneia entre ^ del frente del objetivo y i del frente de la ba¬ teria. Apuntandose siempre las piezas directamente sobre el objetivo, es preferible hacer la reparticidn de este, y asignar & cada una su objetivo particular. Las derivas ser&n siempre iguales para todas las piezas. Preparacidn del tiro en la posicidn de vigilancia. La punteria se hace directamente sobre el objetivo, por lo tanto, hasta que este se presente no pueden tomarse disposiciones espepeciales de preparacidn para el tiro. Se puede, sin embargo, determinar los elementos iniciales del tiro, correspondientes a puntos importantes del terreno, en los cuales se presuma pueda presentarse el objetivo. En el momento en que este se presente, pueden utilizarse los datos recogidos. En el caso que un objetivo se presente en lugar no previsto, se precede como en el caso de la preparacidn del tiro contra un obje¬ tivo determinado. RESUMEN Examinados estos procedimientos, se ve son bastante rudimentarios y faltos de precision, tan necesaria sobre todo para el tiro a grandes distancias. La reparticidn del tiro es muy imperfecta. Los procedimientos que pueden emplearse dan pocos recursos. Inutilizada el alza, cosa facil, por estar completamente al descubierto, se queda imposibilitado de hacer la punteria en altura, y la pun¬ teria en direccidn se hara en muy malas condiciones. El tener que observar la linea de mira a cada disparo, ademas de lento, es muy errdneo, porque jamas se apunta al mismo punto. La preparacidn del tiro en la posicidn de vigilancia, puede decirse que no existe, porque hay que esperar aparezca el objetivo, a menos que este se presente eh los puntos previstos,

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II.—MATERIAL FRANCES Preparacidn del tiro contra un objetivo determinado. Medida de la distancia.•—La distancia de la bateria al objetivo puede medirse: 1.° Valiendose de pianos. 2.° Valiendose del sonido. 3.° Valiendose del telemetro; y 4.° A simple vista. Con el piano se emplea el procedimiento de todos conocido, sirviendose de la escala. La regleta de direeeibn lleva una graduaeibn eon una eseala de en la que est&n los pianos franeeses. El sonido permite apreeiar con bastante exactitud la distancia, siempre que se aprecie claramente el intervale entre el fogonazo y el estampido, como se ha visto ya al tratar de esta operacidn en los me todos empleados por los alemanes. El telemetro que llevan todas las baterlas, se empleard en casos muy excepcionales. La apreciacion de las distancias a simple vista, esta considerada como muy errdnea, y sblo aplicable a las pequefias distancias. Medida del dngido de situation.—Los angulos de situacibn pueden medirse: 1.° Cod el anteojo de bateria. 2.° Con el aparato de punterla. 3.° Sirviendose de pianos. Con el anteojo de bateria ya se ha visto al estudiar este aparato. Con el aparato de punteria, apuntar el cafibn en altura al obje¬ tivo sirviendose del colimador, nivelar el nivel y leer en su graduacidn el angulo de situacion. Con el piano, leer la diferencia de altura entre la bateria y el objetivo, y dividir el ntimero que se obtenga por el ntimero de hectdmetros de la distancia. Determination de la altura-tipo.—La altura-tipo puede determinarse: 1.° Con el anteojo de bateria. 2.° Refiridndose a un punto determinado. 3.° Observando las explosiones de los proyectiles. Con el anteojo de bateria ya es conocida la manera de operar.

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Refiri^ndose a un punto determinado, las mismas consideraciones que se han hecho al tratar del material aleman. Observando las explosiones de los proyectiles, ya se estudiara al tratar de los «Metodos de tiro.* Determination de la deriva.—Vamos & examinar sueesivamente: 1.° Elementos de caleulo de la deriva. 2.° Medida de las distancias angulares. 3.° Convergencia. 4.° Paralelismo. 1.° Elementos de cdlculo de la deriva.—Cuando el platillo estd en cero, y el tambor en ciento, se sabe que el piano de punteria y el piano de tiro son paralelos por construceidn. Los valores que es precise dar al tambor para tener en cuenta la derivaeidn, estan inscriptos en el. Los valores que es necesario dar al tambor para tener en cuenta el viento, la diferencia de nivel de las ruedas, y el movimiento trans¬ versal del objetivo, son los siguientes. Cinco milesimas, para un viento medio 6 fuerte a las medias dis¬ tancias. Diez milesimas, para un viento muy fuerte 6 a grandes dis¬ tancias. Esta correccidn influye en mas 6 en menos, segiin que el viento viene de la izquierda 6 de la derecha. Cinco milesimas por cada 15 centimetros de diferencia de nivel entre las ruedas. Esta correccidn es en aumento cuando la rueda de¬ recha esta mas baja que la izquierda, y en disminucion en el caso contrario. Debe tenerse especial cuidado en evitar queden las piezas colocadas en estas condiciones, que influyen desfavorablemente en el tiro, aun cuando la correccidn este perfectamente hecha. Cinco milesimas, para la velocidad transversal del paso. Esta correccidn se hard en mds ! unica, descariMm? ieomt ioorw" gas, 6 progresivo, TiiV progsvsivo sijv abanico puede ejeCUtarSO COU abanico (Fauchage) S 6 sin el; es decir, en la misma direccidn, 6 repartiendolo lateralmente; haciendo uso del desplazamiento que en un piano horizontal tienen las modernas piezas de tiro rapido con este objeto. Tiro con abanico (Fauchage).-—1.° Tiro con alza unica. Se ejecuta como se ha visto, al describir esta clase de tiro, con la diferencia que para cada disparo el apuntador da tres vueltas a la manivela & la derecha 6 a la izquierda, desplazando la pieza lateralmente. Cada tres disparos, el apuntador coloca nuevamente el canon en la direccion primitiva. 2.° Tiro por descargas.—Se efeetua en la misma forma, dando el apuntador tres vueltas a la derecha 6 a la izquierda, para cada descarga. En general, el tiro por descargas es sin abanico. 3.° Tiro progresivo.—Se hacen tres disparos con cada alza, dando entre cada dos, tres vueltas a la manivela en el mismo sentido; al variar de alza se gira la manivela en sentido contrario, para no perder tiempo, y asi se contimia. (Figura 79) Los proyectiles, a las distancias ordinarias de combate, quedan esparcidos con estesistema a 15 metros de intervalo proximamente. El tiro progresivo se efeetua ordinariamente con abanico. En resumen: los sistemas de tiro con la artilleria moderna son;

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♦el tiro con una sola alza y el tiro con varias alzas, empleando el pro-

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"^3 1 l 1 '~jz~ 1 ~ ~~l7> 1ZjZ — T 1 nl t 1i 'ii I i . _l L_— loorn? loo pis loo mf Tiro progresivo con abanico CFauJmge) Fig. 79.

cedimiento del tiro progresivo. Ambas clases de tiro pueden ejecutarse con 6 sin abanico. Descarga de comprobacidn.—Terminada la correccion del tiro, debe efectuarse siempre una descarga con todas las piezas que hayan de tomar parte en el tiro de eficacia; esta tiene por objeto comprobar los elementos antes de entrar en esta clase de tiro, mejorando el alza si fuese necesario, especialmente en el tiro contra obstaculos. Esta descarga debe hacerse con tiro de tiempos 6 de percusibn segun el tiro de eficacia deba ser de una li otra clase, y con el alza elegida para iniciar este tiro. En el tiro progresivo se hara con el alza de la rama corta de la horquilla. La descarga de comprobacidn, debe repetirse siempre que en el tiro se introduzcan modifieaeiones importantes. En el tiro contra tropas, sobre todo en el combate proximo, puede suprimirse; pero nunca dejara de efectuarse en el tiro contra obstaculos. Vamos a examinar los diferentes casos que pueden presentarse, y la manera de corregir y efectuar el tiro en cada uno de ellos. I.0—Tiro contra blancos fijos a distancias superiores a 1.500 metros. Proyectiles.—Se ha visto ya que en esta clase de tiro, se emplea el Shrapnel, estallando en el aire, y cuando este falte el proyectil ordinario & percusidn. Una vez corregido el tiro se pasa inmediatamente al tiro de eficacia. Tiro de explosion con el Shrapnel.—Eleccion y manera de encontrar la horquilla.•—La profundidad de la zona eficazmente batida por el cono de explosidn del Shrapnel que estalla en el aire, disminuye al aumentar la distancia; pudiendo considerarse que tiene un valor

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medio de 100 metros a las distancias superiores a 1.500 metres y de 200 & las mas pequefias. La amplitud de la horquilla, en el case que consideramos, sera por lo tanto de 100 metros; para determinarla se emplean saltos sucesivos de 200 metros 6 mayores, segun las cireunstaneias, en las alzas de los disparos hechos para eneontrarla. Correccion del tiro con explosiones en el aire.—Se earga por se¬ ries, y a las espoletas se da la graduaeidn correspondiente a la rama eorta de la horquilla, tirando con el alza correspondiente a esta misma distancia. Esta correccidn tiene por objeto hacer que el proyectil haga explosidn & la altura-tipo que como se sabe debe ser ^ de la distan¬ cia de tiro (4 metros para 1.000 de distancia, 8 para 200, etc.); y que el intervalo de explosion sea el conveniente, 6 sean 50 metros con el Shrapnel, si se quiere obtener el maximo efecto. Cuando las espoletas estan graduadas en distancia, como sucede en Alemania, se opera en la forma siguiente: si en la serie se obtienen dos choques, 6 en el caso que el terreno est£ en pendiente, dos explosiones que se observen debajo del objetivo, lo que nos demostrara que las explosiones se verifican demasiado cerca del bianco, sera preciso levantar el centro de explosiones y para esto se levantara la vaina mdvil del alza una divisidn. La distancia marcada por el alza, despuds de becho esto, contimia siendo la misma y por lo tanto la distancia al punto de explosidn, pero la trayectoria se levauta puesto que se ba levant ado la vaina del alza una division. Sea el cafidn A B, y supdngase que un proyectil tiene el punto de explosion en S sobre la trayectoria B 0; levantando la vaina mdvil del alza una divisidn, el cafidn tomara la posicidn A' B', y el punto de explosidn del proyectil estard en S/ sobre la trayectoria (Fig. 80)

Fig. 80. El punto de explosidn que estaba en S, se ve, pues, que se ha trasladado a S', mas alto que el anterior sobre la nueva trayectoria.

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Para volver & la trayectoria primifciva, puesto que sp ha levantado la vaina m6vil una division, 6 sean 50 metres, habra que hacer bajar el alza, dentro de la vaiua movil, otra division, correspondiente a 50 metres. La nueva distancia de explosion, correspondiente a D — 50 me¬ tres, siendo D la distancia corta de la horquilla, desplazara horizontalmente el punto de explosion de S a S' r Si, al contrario, se observan dos disparos may altos (mas del doble de la altura-tipo), se baja la vaina mdvil una divisidn, y operando en la forma que hemos visto se tendra una distancia al punto de explosion correspondiente A la distancia D-\- 50 metros. Cuando las espoletas estan graduadas en segundos y ddciraas de segundo, 6 sea en duracibn de trayecto, como sucede en Francia, se opera en la siguiente forma: si se tienen dos disparos muy altos se aumenta la duracion del trayecto en cuatro decimas de segundo; despues de dos disparos altos se aumenta la duracion del trayecto en dos decimas de segundo; y despues de un disparo alto y otro A buena altura se aumenta una decima; si los dos disparos est&n a buena altura, 6 son uno alto y otro bajo, no se modifica la duracidn del tra¬ yecto. Si los disparos observados son bajos en lugar de altos, se aplican las mismas correcciones cambiando su sentido, es decir, disminuyendo la duracibn del trayecto en lugar de aumentarla. Una vez corregida la altura, es preciso corregir el intervalo de explosion, porque puede suceder que la rama corta de la horquilla sea excesivamente corta, y que la rama larga sea muy justa 6 inversamente. Con el Shrapnel, este intervalo debe ser de 50 metros para obtener el maximum de efecto, cuanto mas aumenta este intervalo tanto m&s disminuye el efecto. For lo tanto, es preciso cerciorarse que la rama corta de la horquilla es buena bajo el punto de vista del in¬ tervalo. Si en la serie de disparos efectuados con la rama corta de la hor¬ quilla, se obtiene un solo disparo largo, esta distancia es buena; pero al observar m&s de uno largo debe considerarse como mala la distancia y hacer las modificaeiones indicadas. Tiro de ejicacia.—Determinadas la altura y el intervalo de explosidn, se pasa inmediatamente al tiro rapido, siguiendolo sin interrupcidn hasta obtener los resultados deseados. Caso en que no pueda obtenerse la horquilla de 100 metros.—Si a

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causa de dificultades de observacion 6 por gran profundidad del objetivo no puede llegar a obtenerse m&s que una horquilla mayor que la de 100 metros, el procedimiento que se emplea es batir el terreno comprendido entre las ramas de la horquilla obtenida, de adelante atras, y despues de atras adelante, por medio de series de disparos escalonados en 100 metros (tiro progresivo), 6 bien con el fuego por descargas. Caso en que el objetivo estd oculto.—Si el objetivo se encuentra a una cierta distancia y oculto detras de una cresta, por ejemplo, se corrige el tiro sobre la cuspide de la cresta y una vez este corregido se bate una zona de terreno detrds de ella haciendo uso del tiro progresivo. Para determinar la zona de terreno que debe batirse, se utilizaran las noticias que pueden obtenerse de la situacidn del enemigo. Tiro de percusion con el proyectil ordinario.—Se ha visto que cuando falta el Shrapnel, d las distancias grandes, se emplea el pro¬ yectil ordinario a percusion. La profundidad de la zona batida por este proyectil, a distancias superiores d 1.500 metros, tiene un valor medio de 50 metros aumentando esta profundidad d medida que lo hace la distancia. La horquilla, para el tiro con este proyectil, debe ser por lo tanto de 50 metros, y para llegar a ella se emplean variaciones en la distancia de 200 metros 6 mayores segtin las circunstancias. Para comprobarla se hace una serie con la rama corta. Si en esta serie se obtiene de 2 a 4 disparos cortos, esta distancia es buena; si el mimero de disparos cortos es mayor, se toma la rama larga disminuyendola si es preciso en 25 metros. Tiro de eficacia.•—Se pasa en seguida al tiro rdpido con la distan¬ cia escogida. Caso en que no pueda obtenerse la horquilla de 50 metros.—En este caso se adopta una horquilla de 100 metros 6 mayor, siempre lo mas pequefia posible, batiendose el terreno comprendido entre sus dos ramas, con un tiro por descargas, haciendo series escalonadas de 50 en 50 metros. Caso en que el objetivo este oculto.—Despues de corregido el tiro sobre la cresta de la masa cubridora, se emplea en este caso el tiro por descargas escalonado en 50 metros. Observacion.—La correccidn de la altura de explosidn con las espoletas graduadas en distancias, es mas complicada para el capit&n, que con las graduadas en duraciones de trayecto. En el primer caso,

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es precise desplazar el punto de explosidn horizontal y verticalmente; mientras que en el segundo no se elechia mas que un desplazamiento directo sobre la trayectoria ya determinada. El primer procedimiento es, sin embargo, mas sencillo para los sirvientes de las piezas, y esta consideracidn debe sar la que ba deterrninado su adopcidn en Alemania, puesto que no proporciona ninguna olra ventaja. 2.°—Tiro sobre un objetivo fijo a distancias inferiores a 1.500 metros. Troyectiles.-—En este tiro debe emplearse el Shrapnel estallando en el aire, 6 el mismo proyectil a percusion, cuyos electos ya se ha visto aumentan al disminuir la distancia. Por excepcion puede em¬ plearse el proyectil ordinario a pereusion, cuando no bay tiempo de cambiar de proyectil 6 cuando faltan los Shrapnels. Tiro de explosion con el Shrapnel.—La profundidad de la zona batida por el Shrapnel estallando en el aire, a distancias inferiores a 1.500 metros, es de 200 metros como valor medio. La amplitud de la horquilla que se adopte ba de ser por lo tanto de 200 metros. Obtenida esta horquilla con tiro a percusidn, se corrige el tiro de explosidn como para las distancias superiores & 1.500 metros. El tiro de eficaeia se ejecuta con las mismas reglas y condiciones que d las distancias grandes, pero con intervalos de fuego mas cortos. En todos los demas casos que puedan presentarse, se siguen las mismas reglas y principios que se ban visto al tratar del tiro a dis tancias superiores; teniendo siempre presente que en este caso la hor¬ quilla ha de ser de 200 metros. Tiro apercusion con los dos proyectiles.—Se adopta como ampli¬ tud de la horquilla 100 metros, por las razones ya expuestas. La correccion del tiro se bace en la misma forma que se ba visto al tratar del tiro a distancias superiores a 1.500 metros. El tiro de eficaeia se ejecuta con intervalos de fuego muy pequefios. A las distancias inferiores a 1.500 metros debe darse al fuego rapido gran intensidad. Para todos los demas casos, deben emplearse las mismas reglas y principios que en tiro a distancias superiores, no olvidando que la amplitud de la horquilla en este caso es de 100 metros en lugar de 50.

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LAS ARMAS BE FTJEGO 3.°—Tiro sobre un objetivo movil.

Proyectiles.—El empleo de proyectiles a las diferentes distancias es el mismo que en el tiro sobre un bianco fijo. El tiro de tiempos es siempre preferible aun a pequefias distancias. Cuando las circunstancias lo permitan, debe corregirse el tiro so¬ bre los puntos de paso probables del objetivo, y a su paso por ellos hacer un tiro rapido nutrido 6 una descarga. UorqtiiUa.—Se adopta una amplitud de 200 metros contra la infanteria, de 400 contra la artillerla y de 600 contra la caballeria. Tiro de explosion con el Shrapnel.—Se busca la horquilla, y una vez obtenida se entra en el tiro de explosidn, con la rama larga 6 corta segun que el objetivo se aleje 6 acerque a la batena. Se ejecuta primero un fuego ordinario, y cuando el objetivo se aproxima y entra en la zona eficaz de la distancia elegida, se pasa al fuego rapido. Cuando el objetivo ha franqueado dicha zona, se hace un salto en el sentido de su marcha, y se precede en la misma forma. Tiro depercmibn con los dos proyectiles.— Los mismos metodos ya expuestos. 4.°—Tiro a distancias inferiores a 300 metros. Proyectiles.—Para la defensa prdxima se emplea el Shrapnel con la espoleta en cero. El Shrapnel, empleado en esta forma, substituye con ventaja al bote de metralla, no teniendo sus inconvenientes; el proyectil al salir de la boca de la pieza hace explosidn, produciendo un haz mas uniforme que el bote. Tiro.—Con el alza en cero, el apuntador elige el mismo su punto de mira, y se ejecuta un fuego rapido al que debe darse el maxi¬ mum de desarrollo. 5.°—Tiro contra los objetivos desenfilados. Proyectiles.—Ya se ha visto que contra esta clase de objetivos se emplea el proyectil ordinario estallando en el aire, siendo m&s ventajoso el del obtis que el del cahdn. Examinaremos estos dos tiros. Cafidn.— Tiro de explosion con el proyectil ordinario. —La ampli¬ tud de la horquilla es de 50 metros; una vez obtenida ^sta, se pasa al tiro de explosidn ejecutado con la rama menor de dicha horquilla.

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Cuando no puede obtenerse la horquilla, se ejecuta el tiro de explosi6n con la distancia de los riltimos disparos cortos observados con relacion a la cresta de la masa cubridora. La correccidn de la altura de explosibn (20 metros como maxi¬ mum), se efectiia como se ha dicho para el Shrapnel. Debido a la gran abertura del cono de explosidn y pequefia profundidad de la parte util del haz (5 metros como mdximum), el tiro de eficacia sera nulo si el intervalo de explosion no estd exactamente corregido. En la imposibilidad de obtener en la practica esta exactitud, se emplea el tiro por descargas empleando series de disparos escalonados de 25 en 25 metros, a partir de la rama corta de la horquilla; con el fin de que regando progresivamente el terreno de projectiles, se obtengan algunas descargas eficaces. Ademas, se ha visto al estudiar este proyeetil, que si el defensor permanece en el fondo de las trincheras ningiin casco les alcanza. Obus.—Tiro de explosion con elproyectil ordinario.—Seemplean con esta pieza y para esta clase de tiro, los mismos mdtodos que para el tiro con canon. La correccion se obtiene con projectiles ordinarios en tiro rasante. El tiro de eficacia se ejecuta con projectiles ordinarios estallando en el aire, en tiro rasante igualmente. La altura de explosibn como maximum debe ser de 15 metros. Los defensores, aun cuando permanezcan en el fondo de la trinchera, seran batidos, si el tiro esta bien corregido. Procediendo por series escalonadas en 25 metros, se obtendr&n rafagas eficaces en la trinchera. Observaciones.—Si adem&s de todo lo expuesto, se tienen en cuenta los desvios producidos por las espoletas, se ve que finicamente la casualidad 6 un grandisimo consumo de municiones, podra darnos buenos efectos en esta clase de tiro con el proyectil ordinario. La utilidad, por tanto, del empleo de este proyectil en tiro de tiempos es bastante dudosa, pues sus efectos contra los obst&culos tampoco son muy notables. 6.°—Tiro contra obstaculos. Proycctiles.—Para destruir objetivos de una cierta resistencia, se emplean los projectiles ordinarios a percusibn. El mdximum de efec-

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LAS AKMAS LE FUEGO

to se obtiene, empleandolos con retardo en la explosidn. Los efectos del proyectil del obris son superiores a los que se obtienen con el del cafidn. Tiro de percusion con el proyectil ordinario.—El mismo metodo que se emplea en el tiro contra un objetivo fijo, la unica diferencia es que la horquilla es de 50 metros a todas las distancias. 7.°—Tiro contra abrigos blindados. Proyectiles.—Contra estos objetivos se emplea el tiro curvo con el obiis; usando el proyectil ordinario de percusion con retardo en la explosion. Tiro de obus d percusion con el proyectil ordinario .■—La amplitud de la horquilla es de 100 metros, y para determinarla se emplea el tiro rasante. Se pasa en seguida al tiro curvo estrechando la horqui¬ lla a 50 metros, y acabando la correccion por medio de series. Corregido el tiro, se pasa al tiro de eficacia, empleando el pro¬ yectil con retardo en la explosion y procediendo por saltos de 25 metros de una rama a la otra de la horquilla. 8.°—Tiro contra globos. Proyectiles.—Contra los globos se emplea el Shrapnel en tiro de tiempos. Tiro de tiempos con el Shrapnel.—La correccion se efectiia con el tiro de tiempos, tratando de colocar el punto de explosidn de los proyectiles sobre la ctispide del globo. Una vez conseguido esto se levanta la trayectoria y se adelanta el punto de explosidn, con el fin de utilizar toda la amplitud del cono de explosion. No es necesario que los cascos tengan gran velocidad remanente ni que el cono de explosion sea muy denso, porque como el objetivo es muy debil, con algunos cascos que consigan herirlo serd suficiente. Por esta razdn se utiliza toda la amplitud del cono de explosidn, con el fin de aumentar las probabilidades de herirle. El tiro que se emplee sera siempre progresivo. C0NCLUSI0NES Examinados los metodos de tiro de la moderna artillerfa de tiro rapido, se v^ que contra objetivos perfectamente definidos se emplea el tiro con una sola alza.

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Este tiro necesita una observaci6n segura en las inraediaciones del objetivo, exigiendo una correecion larga, minueiosa y difleil; pero una vez corregido el tiro, da el maximum de efeetos con el mini¬ mum de municioues. Los procedimientos aplicables contra objetivos profundos, mal definidos, 6 muy movibles, son el tiro progresivo y el tiro por descargas al mando del capitan. El primero presenta la ventaja de utilizar el m&ximum de velocidad de tiro del moderno material; el segundo, permite tener mds en la mano el fuego, economizando municiones y haciendo variar la velocidad de tiro, pudiendolo aplicar £ una profundidad cualquiera y con saltos de amplitud variable, segtin las circunstancias. El tiro con abanico, que permite la nueva artillerla, se emplea siempre que se considere conveniente, independientemente del procedimiento de tiro utilizado. A cada uno de estos saltos corresponde una serie de 4 6 6 disparos, segiin el ntimero de piezas de la baterla. El tiro progresivo no da todo el gran rendimiento de que es sus¬ ceptible, con un cafidn de tiro acelerado. Losalemanes ban conservado la bateria de 6 piezas, mientras que los franceses ban reducido su mimero a 4. El fuego rapido no es constante, llegado el momento oportuno se le da toda su intensidad, y una vez conseguido el objeto, la artille¬ rla deja de tirar. La manera de obrar de la artilleria de tiro rapido, espor racbas cortas y violentas, obteniendo los resultados deseados en el menor tiempo posible. A sus grandes efeetos materiales, la artilleria moderna de campafia une mayor fuerza moral. La adopcidn del obbs de campana se ve que tiene por objeto batir tropas atrincberadas y abrigadas; sin embargo, su empleo, como el del cafidn, puede extenderse £ todas las fases del combate, en el que podra jugar un papel importante, gracias a su propiedad prin¬ cipal de poder permanecer invisible en el campo de batalla. Su combinacidn con el cafidn, una vez que su adopcidn se ha generalizado, constituye una necesidad para la artilleria en el com¬ bate.

pUEGO DE Ilfl fll^TIIiLiE^m

CONSIDERACIONES GENERALES La artilleria obra linicamente por su fuego: 6ste esta caracterizado por su gran alcance y por su accidn sobre los obst&eulos, presentando ademas la ventajosa particularidad de poder rectificarse. Los proyectiles empleados por ella permiten, por el humo de su explosibn, apreciar los puntos de cafda con relacibn al objetivo. Tiene, por lo tan to, en su mano los elementos de tiro, y como ade¬ mas dispone de un arma estable, fija sobre el terreno, en lugar de estar sujeta por la mano de un hombre acalorado por el combate, se ve que tiene la seguridad de poder efectuar las correcciones necesarias en el tiro y por consecuencia de dar al fuego toda su efieacia. El fuego de la artilleria adquiere toda su efieacia gradualmente, a medida que la correccibn es mas precisa, pero se tiene la seguri¬ dad de llegar a obtenerla, y una vez conseguida la conservard hasta el momento en que el objetivo se desplace. Es precise evidentemente reducir al minimum este periodo de correccidn, y a este fin tiende la artilleria, buscando sin cesar metodos de tiro a la vez sencillos y rapidos y dando a la instruccibn de los ofieiales toda la gran importancia que tiene. La artilleria emplea tres gdneros de tiro: tiro tendido 6 rasante, tiro por sumersibn, y tiro vertical. El tiro rasante es el que se ejecuta con la carga maxima, dando por lo tanto, la mayor velocidad inicial, la trayectoria mas tendida y el efecto util mds considerable. Este es el tinico tiro empleado por las baterias de campafia. El tiro por sumersibn 6 curvo esta destinado d batir objetivos ocultos detrds de espaldones 11 obstdculos, y se ejecuta con cargas reducidas a fin de obtener trayectorias poco tendidas. Este es el tiro que hacen los cafiones cortos y obuses.

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Cuando el angulo de tiro es superior a 45°, el tiro se llama ver¬ tical, por caer el proyectil sobre el objetivo casi vertical men te. Este es el tiro que hacen los morteros contra las bovedas de las casamatas y repuestos. Este tiro tiene que efectuarse siempre & muy cortas distancias. El tiro de la artilleria puede ser: de percusion, cuando el proyectil estalla por efecto del choque en su punto de caida, 6 con explosibn en el aire, producida esta por el funcionamiento de la espoleta de tiempos. El tiro con explosidn en el aire, llamado tiro de tiempos, es el ordinariamente empleado por la artilleria de campana. En todo tiro hay que considerar, el alcance y la direccion; ademas, en el tiro de tiempos interviene un tercer elemento que es la duracion y la magnitud del trayecto recorrido por el proyectil sobre su trayectoria hasta el punto de explosidn. Los elementos para el tiro estan dados por las tablas de tiro, construidas para cada ©specie de bocas de fuego. Estas tablas dan, ademas de los tres elementos que se ha visto son indispensables para el fuego, las ordenadas maximas y zonas peligrosas respectivas. El conocimiento de las tablas de tiro es indispensable para dirigir el fuego de las piezas de sitio, costa, etc.... En las piezas de cam¬ pana el alza lleva en si misma todas las indicaciones necesarias pa¬ ra la ejecucion del fuego. La derivacibn, mayor en el tiro curvo que en el rasante, aumenta con la distancia. Como esta determinada para cada una de ellas, es facil conseguir esta correccion practicando la ranura en que se aloja el alza inclinada, corrigiendose asi automaticamente la derivacibn. FUEGO DE UNA BATERIA Se estudiaran sucesivamente las distintas disposiciones para el fuego de una bateria, pues una vez conocido este, es facil comprender el de una masa de artilleria compuesta de varias baterias. Election de la position.—Las posiciones para la artilleria no pueden definirse topograficamente. Las condiciones que debe reunir una buena posicibn, varian segtin el fin que se persiga y la situacibn tactica. Debe buscarse una posicibn tal que se tenga un campo de tiro extenso y descubierto y un frente que sea en lo posible perpendicu¬ lar & la llnea de tiro; debiendo llenar ademas la condicibn de poder-

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se batir el terreno hasta las mismas bocas de las piezas, y que los emplazamientos de estas tengan una buena proteccion contra las vistas del enemigo, y caminos practicables a retagnardia. Es ventajoso tomar posicidn detras de la cresta de una altura que descienda en pendiente suave en la direccidn del enemigo. Un terreno blando, delante del frente de la bateria, es favorable, siempre que no dificulte los movimientos de la misma. Los abrigos, de cualquier clase que sean, son siempre ventajosos, haciendo mas dificil para el enemigo la observacion del tiro. Es preciso evitar la proximidad de puntos salientes y el colocarse en bateria delante de ellos, 6 proyectandose en el horizonte; sin em¬ bargo, las posiciones que se proyectan sobre fondos obscuros son dificiles de descubrir por el enemigo. Reconocimiento de la position.—Toda posicion, antes de ser ocupada, debe ser reconocida cuidadosamente. El comandante de la artilleria dispone de exploradores para los reconocimientos. Puede ganarse mueho tiempo haciendo que dichos exploradores den los datos necesarios por medio de sefiales convenidas. Debe evitarse con gran cuidado el llamar la atencion del ene¬ migo prematuramente sobre la posicion que se trate de ocupar; por esta razdn, el reconocimiento detallado debe hacerse siempre a pie dejando a retaguardia y a cubierto la escolta; por la misma razon no deben nunca dejarse sefiales ni hombres marcando la posicidn. Marcha d la position.—Una vez reconocidos la posicidn y los ca¬ minos de acceso a ella, desde el punto de vista de la viabilidad y seguridad contra un ataque del enemigo, la bateria ejecuta su mar¬ cha de aproximacidn protegida por los exploradores. En estas marchas deben aprovecharse los caminos siempre que sea posible. Es ventajoso, en todos los casos, aprovechar caminos paralelos con el fin de disminuir la profundidad de la columna, y si es posible, hacer marchar la bateria por secciones. A1 avanzar hacia la posicion, es preciso poner especial cuidado en aprovechar los abrigos que puedan utilizarse; obrando asf se puede conseguir la sorpresa y evitar perdidas prematuras. En terreno descubierto y, sobre todo, tratandose de grandes unidades, es ventajoso dirigirse hacia la posicidn en linea de columnas; cada bateria debe sin embargo adoptar la formacidn m&s conveniente, y el despliegue debe dejarse & la iniciativa del capitan. Muchas veces es conveniente reunir la bateria 6 baterias en una

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posiei6n de espera, a cubierto por lo menos de la vista del enemigo y situada detras de la posieidn que se va & ocupar, asegurandose asf la ruptura simultdnea del fuego y la ealma y orden al entrar en baterla. Esta posicion de espera debe estar lo mas eerea posible de la posieion de fuego, tomando cada baterla la formacidn m&s conveniente para desenfilarse por lo menos de las vistas del enemigo. En esta posicidn se pueden y deben tomar las disposiciones de combate; cargando las piezas y dando el alza 6 el angulo de tiro; y el capitan indicara a los jefes de seceidn, de pieza y apuntadores, el fin que se propone la baterla en el eombate que va a empezar. No hay que confundir esta posieidn de espera, con la posicidn de vigilancia. La velocidad de la marcha depende de la situacidn tactica y de las condiciones del terreno; para ocupar al posicidn, sobre todo cuando este en las inmediaciones de la infanterla, debe emplearse el galope para animar y levantar la moral de las tropas. Ocupacion de la posicion.—Deben hacerse todos los esfuerzos posibles para llegar a la posicidn sin ser vistos por el enemigo, y rom¬ per el fuego simultaneamente y por sorpresa. Cuando no puedan utilizarse, 6 cuando falten abrigos que protejan la marcha, es preciso suplirlos con la rapidez de esta y de la entrada en baterla. La manera de entrar en baterla varla segdn la situacidn y la naturaleza del terreno. La entrada en baterla detras de una cresta ofrece la mejor proteccidn, pero en un terreno diflcil ocasiona frecuentemente la llegada sucesiva de las piezas, retardando el momento de romper el fuego; lo mas practico es desfilar a lo largo de la cresta y todo lo mas proximo a ella que el desenfile lo permita, haciendo frente & la derecha 6 a la izquierda cuando se llegue al sitio escogido para el emplazamiento. En los movimientos en retirada, siempre que para ello no sea preciso dar grandes rodeos, y especialmente bajo un fuego violento del enemigo, es muy ventajoso abordar la nueva posicidn por retaguardia. Dentro de la baterla pueden emplearse diversos procedimientos para establecerse en la posicidn; el objeto es llegar a ella sin llamar la atencion del enemigo y romper siempre el fuego simult&neamente y por sorpresa. Las baterlas que entren sucesivamente en fuego en el desarrollo

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de la lucha, deben evitar cuidadosamente el eolocarse en posieidn al lado 6 a la altura de objetivos sobre los euales el enemigo haya eorregido ya su tiro; un pequefio escalonamiento en profundidad, todavla resulta insuficiente. Para disminuir las perdidas de personal en las baterias, deben estar los sirvientes de rodillas 6 tendidos durante el fuego. Election de ohjetivos.—La artilleria nunea debe tirar mas que contra objetivos definidos 6 zonas de terreno determinadas, en las cuales, indicios precisos hayan senalado la presencia del enemigo. Obrar de otra manera sera perder las ventajas de una posicidn oeulta, desenmascarandose imdtilmente y exponiendose & peligros desconocidos. Los comandantes de la artilleria 6 bateria har&n reconocer la zona correspondiente por ofieiaies 6 clases convenientemente instriridas; es preciso, en una palabra, reconocer para tirar, y no tirar para reconocer. Importancia de la preparation del tiro.—Los resultados sorprendentes que puede dar un buen empleo del material moderno de tiro rapido, no se obtendr&n m&s que con una buena y completa preparacidn del tiro, que ha de ser por necesidad larga y minuciosa. Se entiende por preparacidn del tiro, el con junto de operaciones ejecutadas desde el reconocimiento de la posicidn hasta el momento en que el capitan ordena romper fuego. Los reglamentos disminuyen la duracidn de esta preparacion, repartiendo las diferentes operaciones entre el personal de las baterias, y jamas debe acortarse esta preparacion, bajo ningun pretexto, suprimiendo alguna de sus partes. La artilleria, una vez roto el fuego, llama la atencidn del enemi¬ go; el humo producido, aunque poco con las polvoras hoy en uso, es el suficiente para sefialar el emplazamiento de las piezas, y los fogonazos permiten medir la extension del frente que ocupan; todo lo cual favorece la preparacidn de su fuego al enemigo. Si la preparacidn es insuficiente, el tiro es ineficaz, siendo precise rectificarlo; y esta rectificacidn necesita mas tiempo que el que hubiese exigido una preparacibn mas completa, sin contar los danos sufridos. Una preparacidn insuficiente, sera por tanto para la artilleria una causa de gran inferioridad, que nunca podra ser compensada. Con el antiguo material, podia ocurrir que una artilleria mal empefiada en la lucha, pudiese por el valor de su personal y talento de sus jefes ser capaz hasta de obtener ventaja en el curso del com-

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bate; aetualmeute, Ja rapidez y la importancia de Iqs resultados obtenidos despues de unabuenapreparacion del fuego, obligaran & una artillerfa mal preparada a rehusar la lucha, y si quiere escapar de una destruecidn completa es preeiso que cese de tirar y se retire a esperar una oeasion favorable para entrar nuevamente en combate. Una artilleria que se empefia en la lueha sin preparaeidn com¬ pleta, s61o conseguira el poder ser destruida inutilmente por un enemigo muy inferior. Punter las.—Existen, como ya sabemos, dos clases de punterias, directa e indirecta; en la primera, se apunta directamente sobre el objetivo; la segunda, se ejecuta sirviendose de un objetivo auxiliary empleando metodos ya explicados. Carga.—Se emplea la carga por piezas, y la carga por series. La carga por piezas se ejecuta en el momento en que la pieza precedente va a tirar; indicando cada pieza a la siguiente el alza y graduacidn de la espoleta. La carga por series, se ejecuta por todas las piezas de la baterfa a la vez, con la misma alza y graduacion de espoleta. Velocidad del tiro.—El tiro puede ser lento, ordinario 6 rapido. El tiro lento es excepcional y esta en desuso; es preferible antes que emplearlo, que la artilleria no tire. La velocidad del tiro ordinario es de cuatro & seis disparos por minuto y baterfa, permitiendo la observacidn de cada disparo. El tiro rapido alcanza una velocidad de ocho a diez disparos por minuto y pieza con el material aleman, y de veinte a veinticuatro con el franees. Este tiro es el usual de la artilleria moderna; empleandose generalmente, una vez corregido el tiro, a todas las distancias contra objetivos movibles, y a menos de 1.500 metres tambien contra los blancos fijos. En Francia, el tiro r&pido se considera como el ilnico que debe emplear la artillerfa; una vez corregido el tiro, hara fuego desarrollando toda la velocidad de que es susceptible el nuevo material. La artilleria francesa obra por medio de rachas 6 rafagas violentas y densas, y una vez conseguido su objeto cesa de tirar. En Alemania, el tiro ordinario es el mas usual; el tiro r&pido se emplea dnicamente en cases especiales. Su reglamento dice: « La apreciacion de la situacion tactica debe servir de base para la eleccidn de la velocidad del tiro». Se ve que el reglamento aleman admite todas las velocidades de tiro, combinadas segtin las circunstancias; en el combate no cesard

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nunca de tirar la artillerla; raientras que la francesa prefiere no tirar y obrar rapida y energicamente cuando sea necesaria su intervenci6n. Fuegos.—Los fuegos pueden ser: por piezas 6 por descargas de toda la bateria. El fuego por piezas lo mandan los jefes de seccidn en el tiro ordinario y lento, y los jefes de pieza en el tiro rapido. El fuego por descargas, siempre lo mandara el capitan. El eapit&n marca en todos los casos la distancia, la graduacion de la espoleta, el proyectil que debe emplearse y la velocidad de tiro. • Los jefes de seccidn repiten lo mandado por el capitan, marcan la direccidn del tiro, y reparten el fuego. una vez obtenido el primer disparo en buenas condiciones. En el tiro curvo de obiis, determinan la carga y el dngulo de tiro correspondiente a cada distancia. Los jefes de pieza son responsables del servicio, del buen estado y funcionamiento del mecanismo de cierre, de la punteria, de la exacta graduacion y preparacidn de las espoletas y con el obtis de la confeccidn de las cargas. Direction de los fuegos.— Es necesario siempre, batir el objetivo que en cada fase del combate sea el punto decisivo, sin preocuparse de las perdidas posibles. El tiro a grandes distancias, contra las columnas en marcha, sdlo puede admitirse cuando no se tenga interes en conservar oculta al enemigo la posicidn que se ocupa. Al principio del combate la lucha serd contra la artillerla enemiga. El fuego debe dirigirse primero contra las fracciones de dicha artillerla, cuyos efectos se dejen sentir mas, despuds contra aquellas cuyos fuegos se crea puedan apagarse en breve tiempo. Si el estado de la lucha contra la artillerla enemiga lo permite, podra tirarse contra toda masa de infanterla que se presente en orden cerrado. En el tiro contra la infanterla desplegada, el fuego se dirige siem¬ pre contra la llnea mas avanzada, a menos que las fracciones en orden cerrado que se encuentren detras ofrezcan un bianco muy favo¬ rable. Cuando el fuego se dirige contra llneas de tiradores, es precise batir sucesivamente todas sus partes, aim aquellas que sean menos visibles, con el fin de quebrantarla por igual en todo el frente. El tiro contra la caballerla a grandes distancias sdlo serd eficaz

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LAS ARMAS DE FUEGO

cuando se presente eu grandes masas. Contra los ataques de la caballerla debe emplearse siempre el fuego rapido, repartiendolo sobre toda la primera Imea y vigilando con cuidado las liueas siguientes y los flancos. Es ventajoso en muchas ocasiones tomar coino objetivo en el fue¬ go los Estados Mayores, siempre que estos sean de importancia. La designacion y repartieidn de objetivos se bar a valiendose de los puntos salientes del terreno. La eficacia del tiro se aumenta considerablemente por la ruptura simultanea y por sorpresa de un fuego perfectamente preparado y bien dirigido en su conjunto. Con el fin de obtener un resultado rapido y decisive, deben reunirse varias baterias, las p^ecisas, contra el mismo objetivo y aumentar la rapidez del tiro. El fuego debe repartirse sobre los distintos objetivos y uniformemente sobre toda la Ifnea enemiga, si se quiere evitar que las fraceiones, que de no hacerlo asf resultarlan indemnes, puedan hacer sentir todos sus efectos. Esta reparticidn del fuego nunca debe degenerar en una disper¬ sion que resultarfa iniitil, pues la superioridad del ntimero no puede dar resultados eficaces mas que por la concentracion de los fuegos, para llegar a ella no debe temerse el cruzarlos. Cuando no se tenga la superioridad del mimero, debe procurarse, por medio de concentraciones de fuegos, obtener durante un cierto tiempo superioridad contra una parte de la linea enemiga, sin abandonar por esto el resto. Ruptura del fuego.—La artilleria s61o debe romper el fuego cuando su tiro este perfectamente preparado. El fuego se rompera simultaneamente, lo mismo por una que por varias baterias. Esta simultaneidad es necesaria si se quiere sorprender al enemigo y aprovechar las ventajas del tiro rapido. La orden para la ruptura del fuego la dara siempre el comandante de la artilleria. Cambio de objetivo.—El cambio de objetivo, mandado por el eapitdn, puede hacerse conservando 6 variando el proyectil y la graduacidn de la espoleta. Cambio de jrente.—Este movimiento, mandado por el capitan, puede y debe hacerse en lo posible sin que el fuego se interrumpa. Para hacer frente & retaguardia, se da la vuelta a brazo a las piezas, haciendo previamente cambiar de posicidn al ganado y carrua-

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jes que se encuentran en el nuevo frente. Ouando dnicamente se quiera oblieuar £ste, se coloca primeramente una de las seeciones en la nueva direccion, efectdanlo despues la otra. Cambio deposition.—Todo eambio de posieion suspende los efectos del fuego, no debiendo, por lo tanto/ejeeutarse mas que cuando sea indispensable. La artilleria en moviiniento, bajo el fuego enemigo, resulta inofensiva y vulnerable; sus movimientos deben reducirse, por lo tanto; a los indispensables. Las baterias se trasladan a la nueva posicibn sin dividirse. Las masas superiores ejecutan generalmente los movimientos por escalones. Para disminuir p^rdidas, deben reunirse los earruajes a eubierto de la vista del enemigo, marehando desde alii rapidamente a la nue¬ va posicidn. En el easo de que un fuego violento impida llegar a la nueva posicidn eon las piezas enganchadas, se reuniran los earruajes al abrigo del fuego enemigo y desde all! se eonduciran las piezas abrazo. Para eambiar de posieidn, en seguida que haya eesado el fuego se cargan las piezas eon Shrapnel, eon el fin de empezar inmediatamente la correceidn del tiro en la nueva posicidn. Los jefes de los esealones vigilaran los cambios de posieidn, sefialando el eamino y veloeidad con el fin de no perder jamas la unidn de los diferentes esealones. Las formaciones varian segun la naturaleza del terreno, eada bateria debe tomar la que su capitan crea la mas conveniente. Los mo¬ vimientos de avance se ejecutan a aires vivos, a los movimientos en retirada debe siempre preceder un tiempo al paso. Toda entrada en bateria sobre una nueva posieidn, debe ser preeedida de un reconocimiento. Munitiones.—Las munieiones de la artilleria se encuentran. 1.° En los armones y carros de munieiones. 2.° En los esealones de munieiones. 3.° En las columnas ligeras de munieiones de las divisiones. 4.° En las columnas de munieiones de artilleria de los euerpos de ejdreito. Un cuerpo de ejereito dispone, para la artilleria de campafia moderna, de 350 a 400 disparos por pieza para el cafidn, siendo la mayoria Shrapnels; y para el obtis de 200 & 250 por pieza, siendo la mayoria proyeetiles ordinarios.

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LAS ABMAS DE FUEGO

En el eampo de batalla, los esealones de munieiones siguen a las baterlas; cuidando de estar siempre ligados con ellas. Se coloearan, en el momento del combate, de 300 a 400 metros a retaguardia y siempre desenfilados. Las columnas ligeras de munieiones estan siempre a las ordenes del comandante de la division, siendo este el que ha de fijar su a vance. Las columnas de euerpo de ejercito, estan a las drdenes de su comandante. El aprovisionamiento de la bateria se hace cambiando los carruajes de las primeras Imeas por los de la retaguardia. Las muni¬ eiones de los armones s61o deben emplearse cuando sea indispen¬ sable. Todo el personal encargado del reemplazo de munieiones debe estar animado de la firme voluntad de aprovisionar la linea de fuego sin esperar ordenes ni avisos. Una interrupcidn en el fuego puede ser de fatales consecuencias con el fuego moderno. La artilleria nunca debe abandonar una posicion por falta de munieiones. Si se presenta este easo, abrigara su personal y esperara las munieiones, a menos que reciba 6 tenga drdenes contrarias. Toda bateria en fuego debe consagrar todos sus esfuerzos y utilizar todos sus recursos para que el fuego no llegue nunca a interrumpirse. Las columnas ligeras de munieiones deben dar todo el material que pidan las baterxas, asi como el personal y ganado, aun £ riesgo de quedar ellas mismas desorganizadas. La artilleria combate con sus fuegos, sostenerlos siempre es su deber.

EFECT0S DEL FUEGO Se han visto ya los efectos de los proyectiles, y que los cascos del Shrapnel estallando en el aire, se agrupan en el terreno dentro de un 6valo sensiblemente eliptico, euyas dimensiones medias son de 30 metros de anchura y 200 de profundidad. Si con una misma pieza se tira una serie de Shrapnels en las mismas condiciones de alza y graduacidn, el grupo de impactos de los cascos se encontrara dentro de un 6valo cuyas dimensiones son 60 metros de ancho y 400 metros de profundidad prdximamente. Esto es debido a que los proyectiles no estallan todos en el mismo punto.

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AL COMEKZAR EL SIGLO XX

Los puntos de explosidn de los proyectiles se agrupan dentrb de un elipsoido que tiene por centro el punto medio de explosidn; por eje mayor, en el sentido de la trayectoria, ocho veces el desvio pro¬ bable de explosidn en longitud; y por ejes pequenos, ocho veces los desvids probables en altura y en direccidn de los puntos de explosidn. Los desvios en altura y en direccion dependen de la precisidn de la pieza, siendo tanto mds pequenos cuanto mayor sea aquella. El desvio en longitud, depende de la diferencia de las espoletas, debidas a defectos de construccidn, errores en la graduacidn y diferencia s en la duracion de la combustion del mixto. Dejando a un lado los defectos de construccibn y de graduacidn inherentes a toda obra humana, la velocidad de combustion del mixto de la espoleta de tiempos, varia con la presion y aumenta como la ralz cuadrada de esta. Por consiguiente, toda causa de variacidn de la presion atmosferica hara variar la velocidad de combustidn, y, por lo tanto, la altura de explosibn. Las causas de variacidn son: 1.° La altitud.'—La presidn disminuye con ella y por lo tanto la velocidad de combustidn. 2.° La temperatura y el estado higrometrico. La altura de explosidn se ve que varia de un lugar a otro y de un momento & otro. Varia tambien con el calibre, para un lugar y un momento dados, debido al desplazamiento diferente de aire de los diversos proyectiles, que ocasionan cambios en la presidn atmosfdriea. Los desvios que tienen por causa defectos de %3onstrucci6n, estan casi anulados, debido a los grandes progresos de la industria; los desvios debidos a la duracion de la combustidn del mixto, existiran siempre. A las distancias medias de combate (2.500 metros), un cafidn bate eficazmente los frentes siguientes: Tiro de tiempos i Tiro sin abanico ... 20 £ 25 metros. (altura de explosion tipo)... / Tiro con abanico... 50 » Tiro de percusion 6d 7 » Una bateria puede batir eficazmente, a las distancias medias, los siguientes frentes: . Tiro de tiempos S Tiro sin abanico.... 100 metros. (altura de explosion tipo)... ( Tiro con abanico... 200 » Tiro de percusion 25 14

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LAS ABMAS DE FUEGO

En resumen, una bateria bate eficazmente, y sin dejar claros^ un frente de 100 a 200 metres y una prolundidad de 400 a 500; a las distancias medias de combate (2.500 metres). En estas fajas de terrene, se agrupan todos los caseos y balas de les proyectiles. La agrupacion herizontal y la densidad de les eascos es muy irre¬ gular, sin que pueda hacerse el'estudie precise que se ha heche de la dispersion de las armas portatiles, per ser les factores que intervienen en el fuego de la artilleria muy variables. En la practica se la puede considerar ceme igualmente densa y uniformemente repartido. En circunstancias ordinarias de visualidad y terrene, este resultade se obtiene con el tiro rapido en tres minutes preximamente. La correccidn del tiro necesita dos minutes; el tiro eficaz dura ceme maximum un minute. En la zena batida, una tropa que se presente al descubierto es aniquilada, perdiendo preximamente el 85 per 100 de su efective. En una linea de piezas en bateria, cuyos sirvientes estan protegidos per los escudos, las perdidas sen de 20 a 30 per 100. Si el objetivo es una tropa colecada en trincheras abrigos, que se descubre solo en parte para tirar, las perdidas sen de un 20 per 100 prox imamen te * de su efective. Las perdidas de una tropa acostada son del 10 al 15 per 100, come maximum. Vemos que sobre un frente de 200 metres prdximamente, una bateria obtiene en tres minutes resultados importantes y casi decisivos. Una tropa quetnarcha al descubierto bajo el-fuego eficaz de la artilleria, si quiere escapar de una destruccion completa y casi instantanea, se vera obligada a acostarse, quedando, per lo tanto, inmovilizada. La artilleria tiene que abrigar su personal detras de les escudos y de les armones, y las tropas atrincheradas necesitan ocultarse en el fondo de la trinchera. Se ve, per le tanto, que toda tropa que se encuentre dentro de la zona efieazmente batida per la artilleria, si no queda fuera de comba¬ te, per lo menos esta inmovilizada e imposibilitada para la lucha. Todo lo que acabamos de exponer se refiere a la artilleria francesa de tiro rapido; respecto a la artilleria alemana hay que tener presen¬ te lo estudiade y que es de tiro acelerado. Concentracim de los fuegos.—La artilleria debe emplearse per

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AL COMKtfZAB EL SIGLO XX

masas, y empefiar en la lueka lo antes posible el mayor niimero de baterias; pues debe eonseguir desde el principio del eombate la superioridad, tanto por el numero de baterias empenadas en la lueha como por la coneentracidn de sus foegos. Consecuencia de esto parece ser la de quo debe empefiarse en el eombate la mayor cantidad de baterias, todas si es posible; porque a mayor niimero de baterias mayor fuego, y menos tiempo para obtener el resultado que nos proponemos. Esto, que parece un axioma, es completamente falso. A continuaeion un valor medio de numerosos ejercicios practieados con ba¬ terias de 7,5 de tiro rapido. Una bateria de cuatro piezas, tirando a 2.200 metros sobre un objetivo de 100 metros de frente (blancos representando una bateria), proporciona los siguientes datos: Duracion de la correccion del tiro, 5 minntos y medio. Eficacia del tiro progresivo, 45 por 100. Dos baterias de cuatro piezas, a la misma distancia de tiro y so¬ bre el mismo objetivo, dan los siguientes resultados: Duracion de la correccidn del tiro. ..j ^ Eficacia del tiro progresivo

bat 1 ia

« ' > J V, minutos. 51 por 100

Se ve, que para obtener un tanto por ciento un poco superior, se ha necesitado doble tiempo y expuesto dos baterias al fuego del enemigo, que ha podido destruirlas. Debe, por lo tanto, emplearse toda la artilleria necesaria, pero sin amontonarla, teniendo el resto en espera y dispuesta a entrar inmediatamente en fuego. La artilleria debe procurar, siempre que le sea posible, batir los objetivos de enfilada; y, para conseguirlo, no debe temerse cruzar los fuegos, asi como cuando sea necesario concentrarlos en momentos decisivos. Para procurarse el beneficio de los fuegos oblicuos, las baterias colocadas bajo el mismo mando pueden cambiar entre si sus objeti¬ vos, tirando en direcciones oblicuas en lugar de tirar sobre su frente.

VULi^Ef^ABmiDflDES DE URS

FORmflCIOISlES

l.-EFECTOS DEL FUEGO DE LAS ARMAS PORTATILES Metodo de calculo. Se sabe la manera de reeonstituir en totalidad 6 en parte una dispersidn, de la cual se eonocen los desvlos probables^ y calcular el numero probable de impaetos contenidos en una poreibn de ella, cuando se conocen sus dimensiones y su situacibn respeeto al punto eentro de impaetos. Se ha visto que, en la praetica, los resultados experimentales se acerean tanto mas & las cifras obtenidas por el edlculo, euanto el numero de disparos efectuados es mayor. El calculo de la vulnerabilidad relativa de las diversas formaciones, no es mas que una aplicacidn de estos principios. Se entiende por vulnerabilidad de una formacion, la relacion que existe entre el numero de impaetos que puede reeibir, y el numero de disparos hechos. Se dice que bajo un fuego dado, una formacidn tiene una vulnerabilidad de 0,038, cuando de 1.000 disparos puede recibir 38 impaetos. El principio, para el metodo de calculo de las vulnerabilidades, es el siguiente. Se determina primero la superficie vulnerable £ de la formaeion, 6 sea la superficie que realmente presenta esta a los efectos del fuego. Esta superficie sera la suma de las superficies vulnerables de los hombres que la eomponen. Segun el caso, se considera para el c&lculo un rectangulo que tenga la misma superficie total que el objetivo, 6 un rectangulo que tenga la misma altura y ancho que la formaeion de la que se quiere conoeer la vulnerabilidad; se ealcula, por los procedimientos conocidos, el numero de impaetos K contenidos en estos reetangulos, y se colocan sus centres en la misma situacion, con relacion al centro de impaetos, en que se encuentran en la formacibn que se estudia.

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LAS ARMAS DE FUEGO

Estos rectangulos son superficies de comparacion; el numero de impactos por ellas contenidos, nos dara la vulnerabilidad de la formacidn de que se trate. Si se toma un rectangulo de la misma superficie total que la formacion considerada; al que puede llamarse rectangulo equivalente, la vulnerabilidad Vdel objetivo sera igual al numero de impactos Kde la superficie de comparacion; teniendose por tanto V=K. Si se toma un rectangulo que tenga la misma altura y el mismo ancho que la formacion considerada, que se puede llamar rectangulo envolventey se puede admitir que la vulnerabilidad Fde la formaci6n; y el numero de impactos Kdel rectdngulo equivalente, estan en la misma relaeion que la superficie vulnerable S de la formacion, y la superficie 8 del rectangulo envolvente ^ = J-)

dedonde,

V=KX~-

Esta hipotesis de la proporcionalidad entre el numero de impactos y las superficies, es perfectamente admisible, sin que conduzca d grandes err ores en la practica. En los tiros colectivos, las agrupaciones de impactos que se producen son de grandes dimensiones; la superficie que ocupa un hombre en una formacion, es muy pequeila con relaeion a la superficie total de dicha agrupacion, y como se puede considerar la densidad de los impactos uniformes, el numero de impactos sera proporcional a la superficie. La superficie total de la formacion es la suma de las su¬ perficies parciales de sus individuos; y se puede decir, que cuando los hombres y los intervalos que los separan estan igualmente repartidos sobre el frente, la vulnerabilidad de la formacion y el numero de impactos recibidos por el rectangulo en volvente, estan en la misma relacibn que sus superficies respectivas. Este metodo de calculo da la vulnerabilidad de una formacidn de condiciones determinadas y conocidas, sometida a los efectos de un fuego cuya precision se eonoee tambien; permite, por lo tanto, conocer cual de dos formaciones expuestas a los efectos de un mismo fuego es la mas vulnerable, y, por consiguiente, fijar cuales son las forma¬ ciones mas ventajosas para la marcha y la espera bajo el fuego de las diferentes annas.

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VULNERABILIDAD RELATIVA DE LAS DIFERENTES FORMACIONES Vulnerabilidad relativa de los objetivos mdividuales. Estudiaremos las vulnerabilidades: 1.° Del hombre de pie. 2.° Del hombre de rodillas. 3.° Del hombre aeostado. 4.° Del hombre a caballo; expuestos al fuego de mi hombre que tenga una instruceion media. Se tomaran como desvlos probables de la dispersion de este tiro, los del tiro individual del combate que se encuentran en el cuadro ya dado, y se supondra que el centro de impactos y el del objetivo coineiden. Esto establecido, se determinara la superficie vulnerable de cada uno de los objetivos que se trata de estudiar; esta superficie sera distinta segun la manera como se presenten los objetivos, pero para mayor sencillez se considerara el caso mas general de que se presen¬ ten de frente. . La superficie vulnerable de un objetivo, es igual a la comprendida en el interior del contorno que se obtenga proyectandolo sobre un piano vertical. Midiendo las siluetas asf obtenidas, se han encontrado para hombres de talla media los valores siguientes. hombre de pie

Superficie vulnerable. Para el caballo Para el jinete

( \ idem de rodillas ■j\ idem aeostado.... idem a caballo

0m ,42 0m ,35 0m ,21 0*>

0,37)

Como superficies de comparacion se tomaran los reetangulos equivalentes, procurando que sus formas y dimensiones sean lo mas parecidas posibles a los objetivos que representan. Estos reetangulos tendrfin las dimensiones siguientes;

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LAS ARMAS DE FUEGO DliMEKSIONES DEL RECTANGULO Objetivos

Superficies 0m2,42

Hombre de pie

m2

Idem de rodilla

0 ,36 0m2,21

Idem aeostado Idem montado

Altura

Anchura

i^eo' l^io 0ln,50

0m)26

2m)40

0mj40

0n>,32 0m)42

A las diferentes distancias, la vulnerabilidad V de los objetivos es igual al ntimero de impaetos K recogidos en los reetangulos equivalentes Kz=zV. Haciendo uso de las tablas que ya se conocen, se podra determinar el niimero de impaetos contenidos en cada rectangulo equivalente, y por lo tanto, la vulnerabilidad de los diferentes objetivos. Operando en esta forma, se ha obtenido el cuadro siguiente. Vulnerabilidad de los objetivos individuales. Distancias

Hombre de pie

De rodillas

Aeostado

A caballo 0,700 0,392

100 200

0,500

0,585

0,529

0,242

0,249

300 400

0,126 ' 0,069

500

0,043 0,027

0,116 0,063 0,038

0,170 0,074 0,029 0,023

0,024

0,014

600

0,234 0,141 0,091 0,060

La eomparaeion de estas cifras permite apreciar la vulnerabilidad relativa de los diversos objetivos. Se ve que, a excepcion de las distancias muy pequenas, la posicidn del hombre aeostado es la menos vulnerable; que la posieion de rodillas es siempre mas vulnerable que la de un hombre aeostado, y que hasta 200 metros es un poeo mds vulnerable que la posieion de pie, y entre 200 y 600 metros un poeo menos. Que la posieion de pie hasta 200 metros, es la menos vulnerable y la mas vulnerable de 200 metros en adelante. Se ve tambien, que a partir de 500 meti'os, la vulnerabilidad de

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los objetivos individuales es muy peqiieiia; y hay muy pocas probabilidades de herir a un hombre aislado cualquiera que sea su posici6n. El hombre a caballo es siempre un objetivo muy vulnerable, sobre todo a las pequenas distancias. Vulnerabilidad relatiya de los objetivos cofectivos. Se ealculara la vulnerabilidad de los objetivos siguientes: La escuadra con un efectivo de 14 hombres. La seccidn id. de 56 Id. El pelotdn id. de 112 id. (1). La compailia id. de 224 id. En cada uno de estos objetivos se examinaran las formaciones si¬ guientes: 1.° Formaciones en una sola fila, con 6 sin intervalos. 2.° Formaciones en dos filas. 3.° Formaciones por el flanco. 4.° Formaciones en columna. En todos los ealculos, se tomara como valor de la precisidn del tiro, los desvios probables de los tiros colectivos de una tropa de instruccidn media, cuya tabla expuesta anteriormente es ya conocida. 1.°—FOKMACIONES EN UNA SOLA FILA A.—Sin intervalos. B.—Con intervalos. A. Formaciones sin intervalos—En las formaciones en una sola fila sin intervalos, cada hombre ocupa un frente de 0m,70 y las for¬ maciones tendran los frentes siguientes: Escuadra Seccidn Peloton Compania

14 X 0,70 = G^SOn / 10 metres. 66 X 0,70 = 39m,20 | numeros ) ^0 id. 112X0,70=i 78m,40 redondos. \ 80 224 X 0,70 = 166m,80 / » 160 id.

Las vulnerabilidades de estos objetivos se calculan reemplazandolos por rectangulos de las mismas dimensiones y formas, y aplicando la ley de la proporcionalidad entre el numero de impactos y ]as superficies que los eontienen. El tiro se supone corregido sobre el centro del objetivo. (]) Para afrreviar llamamos pclotdu & la media compania.

.

LAS ABM AS DE FUEGO

Operando en esta forma, se obtienen el cuadro y grafico siguientes: (Fig. 81) Vulnerabilidad de /as formaciones en una fila sin interua/os.

Distancias 200

ESCUADRA

SECCION

De pie De rod 11 las Acostado

De pie De rodillas Acostado

0,306 0,231

0,117

0,293 0,196 0,306 0,207 0,131 0,231 0,155 0,094 0,179 0,122 0,074 0,142 0,099 0,059 0,117

0,097 0,079

0,08C 0,048 0,097 0,065 0,040 0,080

900 1.000

0,063

0,052 0,032 0,067 0,043 0,025 0,057

1.100 1.200 1.300

0,041

300 400 . 500 600 700 800

1.400

0,179 0,142

0,051 0,032 0,025 0,019

1 500

0,015

1.600

0,012

1.700 1.800

0,009

1.900

0,006 0,004

2.000

0,003

0,034 0,019 0,048 0,026 0,014 0,041 0,020 0,011 0,035 0,015 0,008 0,030 0,012 0,006 0,026 0,010 ' 0,005 0,022 0,007 0,004 0,019 0,005 0,003 0,016 0,004 0,002 0,013 0,003 0,001 0,011

COMPANlA

0,293 0,196 0,207 0,131 0,155 0,094 0,122 0,074

De pie 0,306 0,231 0,179 0,142

0,099 0,059 0,117 0,080 0,048 0,097 0,066 0,041 0,080 0,055 0,034 0,067 0,046 0,028 0,057 0,039 0,023 0,048 0,033 0,019 0,041 0,027 0,016 0,035 0,023 0,014 0,030 0,020 0,012 0,026 0,018

0,011

0,022

0,009 0,019 0,013 0,007 0,017 0,011 0,006 0,015

0,016

0,008 0,005 0,012

De rodillas Acostado 0,293 0,196 0,207 0,131 0,155 0,094 0,122 0,074 0,099 0,059 0,080 0,048 0,066 0,055 0,046 0,039

0,041 0,034 0,028

0,023 0,033 0,019 0,027 0,016 0,023 0,014 0,020 0,012 0,018 0,011 0,016 0,009 0,014 0,007 0,012 0,006 0,009 0,005

Examinando y comparando las eifras del euadro, se ve: 1.° Que a todas las distancias; la formacidn de pie es an poco mas vulnerable que la formacibn rodilla en tierra, y que esta lo es mas que la formacion aeostados. Estas vulnerabilidad es son entre si como los mimeros 4 para la formacion de pie, 3 de rodillas, 2 aeostados. 2.° Que hasta una cierta distancia, la vulnerabilidad es inde-

AL COMENZAR EL SIGLO XX

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pendiente del frente. La eompania en ana fila, sin intervalos, tiene la misma vulnerabilidad que la escuadra hasta 700 metres; la misma que la seccion hasta 1.600 Yulnrru bilidadej de las formadenes itl IttKtJtkv y que el peloton hasta el Sin intervalos limite del alza. Esto proviene de que, . Cempaiiuz de pis . CompaMa de rvdillas hasta 700 metres, la dis¬ _ Companuv acoslados persion de un fuego eolectivo tiene una anehura e,3oo "" .1' ■ ■ 1 menorqueel frente de una i I i 1 escuadra; hasta 1.600,me1 1 1 l\ ner que el de una seccion. '\\ 1 1 \\ A 2.000 metres dicha dis¬ 1 I r< 1A 1 1 persion tiene una anehura 1 1 1 1 de 65 metres, menor que •A v\ 1 I * \> 1 1 el frente de un peloton (80 1 \\ \ Y 1I \ \ \ ojoo metros). Hasta 700 me1 \ 1 tros, la escuadra, la sec¬ 1 X AX 1 1 l cion, el pelotdn y la eom¬ X 1 pania, recihiran el mismo ! i numero de proyectiles 6 Zoo"* doo loo loco 15oo1$oo Zooo impactos. Esoala- de dtelaruias B. — Formaciones con Fig. 81. intervalos. La vulnerabilidad de estas formaciones se deduce facilmente de las eifras dadas en el cuadro precedente. Admitida la proporcionalidad entre el numero de impactos y las superficies que las contienen, la vulnerabilidad de una linea que tenga un hombre por metro de frente, serd dos veces mayor que la otra que tenga un hombre por cada dos metros, puesto que en un mismo frente se tendra doble numero de hombres expuestos al fuego. La relacion que existe entre el numero de hombres que tiene una formacion en linea, y el numero de metros 6 pasos que bcupa de frente, se llama densidad de la linea. 20 Hombres en 20 metros de frente forman una linea cuya den¬ sidad es la unidad — — 1. 20 ~ Con un hombre cada dos metros de# frente, la- densidad sera la mitad — = -1- . 20 2 La vulnerabilidad de una linea que tiene un hombre por cada

220

LAS ARMAS DE F0EGO

metro de frente, se ha visto es doble que la de otra llnea quetiene un hombre por cada dos metres de frente; por lo fcanto, puede decirse, que las vulnerabilidades de estas formaciones estan en la misma relacidn que sus densidades. Esto establecido, si se eonsidera una linea de infanteria en una fila, en la que cada bombre ocupa 0m,70 !de frente, la densidad de esta linea sera 0,70 La misma tropa en una fila y con un paso de interyalo; dando al paso 0m 60, tendra una densidad de —1,30 Llamando V la vulnerabilidad de la primera formacion, y Vl la de la segunda, se tendra: 1 -Yl — y —yx — y x o 54 y V ~ t—y X 1,30"^ X0554 0/70 Por lo tanto, para obtener la vulnerabilidad de la linea en una fila con un intervalo de un paso, se multiplica por 0,54 la vulnera¬ bilidad de esta misma linea sin intervalos. Se encontraria de la misma manera, que basta multiplicar las cifras del cuadro precedente por 0,34, para tener la vulnerabilidad de la linea con dos pasos de intex'valo, y asi sucesivamente. Operando en esta forma, se ve que hombres colocados a 5 pasos de intervalo, tienen la misma vulnerabilidad que si estuvieran aislados. 2.°—Formaciones en lInea de dos pilas Las formaciones en linea en dos bias, tienen la misma vulnera¬ bilidad que las mismas formaciones en una sola fila. Para comprender esto, basta considerar que si por una parte la linea en dos filas tiene la mitad de vulnerabilidad que la en una sola fila, puesto que ocupa la mitad de frente, por otra tiene doble vulnerabilidad porque la fuerza de penetracion de los proyectiles basta el extreme del alza, es la suficiente para poner fuera de combate dos hombres colocados uno detras de otro. Bajo el mismo fuego y en las mismas condiciones, las formacio¬ nes en linea en dos filas tienen, por lo tanto, la misma vulnerabili¬ dad que las formaciones en una sola fila del mismo efectivo. Ahora bien, la poca fuerza de penetracion de los cascos y balas de los pro¬ yectiles de la artilleria, hace que el hombre de segunda fila este pro-

221

AL COMENZAR EL SlGLO XX

tegido mas 6 menos por el de la primera, y en este easo las formaciones en dos filas son algo menos vulnerables que las en una sola. El calculo de la vulnerabilidad de las formaciones en linea en dos filas sin intervalos, es identico al indicado para las formaciones en una sola fila, en las mismas condiciones. En dos filas las diversas formaciones en linea tienen en mimeros redondos el frente siguiente: Escuadra.. 6 metres, con 7 hombres de frente. Seccion... 20 id. con 28 id. Pelotdn... 40 id. con 56 id. Compania. 80 id. con 112 id. La vulnerabilidad obtenida con estos frentes, habra que multiplicarla por dos, puesto que las formaciones son en dos filas; y se sabe que los proyectiles de las annas portatiles ponen fuera de combate a los dos hombres de una hilera. La vulnerabilidad de las formacio¬ nes en linea en dos filas estara dada por la formula V=KX |rX2. Se ha obtenido operando asi el cuadro siguiente: Vulnerabilidad de las formaciones en dos filas. ESCUADRA Distancias 200 300 400 600 600 700 800 900 1.000 1.100 1.200 1.300 1.400 1.600 1.600 1.700 1.800 1.900 2.000

SECCI6N

De pie De rodillas Icostado

De pie

0,612 0,586 0,392 0,462 0,414 0,262 0,358 0,310 0,188 0,276 0,237 0,140 0,216 0,182 0,100 0,161 0,136 0,080 0,121 0,102 0,062 0,090 0,077 0,048 0,067 0,057 0,036 0,050 0,042 0,026 0,038 0,031 0,018 0,028 0,023 0,015 0,021 0,018 0,011 0,016 0,014 0,008 0,012 0,011 0,006 0,009 0,008 0,004 0,007 0,006 0,003 0,006 0,004 0,002 0,003 0,002 0,001

0,612 0,462 0,358 0,284 0,234 0,194 0,160 0,134 0,114 0,096 0,081 0,068 0,067 0,047 0,038 0,030 0,023 0,017 0,012

COMPANlA

De rodillas kostado 0,586 0,414 0,310 0,244 0,198 0,160 0,132 0,110 0,092 0,078 0,066 0,054 0,045 0,038 0,032 0,027 0,022 0,015 0,007

0,392 0,264 0,188 0,148 0,118 0,096 0,082 0,068 0,056 0,046 0,038 0,032 0,026 0,021 0,016 0,012 0,009 0,008 0,006

Depie 0,612 0,462 0,358 0,284 0,234 0,194 0,160 0,134 0,114 0,096 0,082 0,070 0,060 0,052 0,044 0,038 0,034 0,030 0,024

De rodillas Acostado 0,586 0,414 0,310 0,244 0,198 0,160 0,132 0,110 0,092 0,078 0,066 0,064 0,046 0,040 0,036 0,032 0,028 0,024 0,018

222

LAS ARMAS DE FUEGO

Examinando y comparando las vulnerabilidades de las formaciones en linea en una y en dos filas, se ve; que hasta cierta distancia, la eseuadra^ la seccion y el peloton, son dos veces mas vulnerables en dos filas que en una; y que a partir de esta distaneia, las formaciones en dos filas, aunque siempre mas vulnerables que en una sola fila, lo son en una pequeila proporcion. La vulnerabilidad de la escuadra hasta 500 metros, de la seccion hasta 1.200 y del peloton hasta 1.600 metros, es doble en las formaciones en dos filas que las en una sola; a partir de estas distaneias, se puede decir que las vulnerabilidades son iguales. Esto proviene de que hasta las distancias indicadas, estas unidades tienen una anchura mayor que la de la dispersion, tanto en una como en dos filas; y por lo tanto, dentro de dicha dispersion, en dos filas habra doble numero de hombres que en una sola. La compahla Vzdnembilidadet de lasjannacbites en una-y, en dosjtlas

Una O dos filas, tiene siempre un frente superior a la anchura de la agrupacion de impactos a todas las distan¬ cias, y es por lo tanto doblemente vulnerable en dos filas que en una sola. Este estudio comparativo de las formaciones en una y dos filas, se ve en el grafico siguiente. (Fig. 82) 3.0—Formaciones POR EL FLANC0

En las formaciones por el flanco, varios hombres colocados unos detras de otros, pueden ser puestos fuera de j Zfitas Scedetv combate por un mismo proI tjila, ■+ ^-*• + 2filas yectil. Es preciso, por lo tan¬ Esatadras ifda. to, tener en cuenta la fuerza Fig. 82. de penetracion de estos en el calculo de las vulnerabilidades de estas formaciones. Esta fuerza de penetracidn depende de la velocidad remanente, y variara, por lo tanto, con la distancia a que el tiro se efecttie. Las Zoo™ 5qo

iooo iSoo Escala de- dlstandae

2coa

228

AL COMENZAH EL SIGLO XX

otras causas que hacen variar la fuerza de penetracion de un proyectil, como es la mayor 6 menor consistencia del objetivo, se las eonsidera eomo invariables y se hace easo omiso de ellas; porque el objetivo considerado es el cuerpo humano en las condieiones ordinarias y sin proteceion alguna. El numero de heridas que produce un mismo proyectil en una formacion, se llama Coeficiente de penetracion. Este numero de heri¬ das que puede causar, sera el numero de hombres que podra poner fuera de combate. Los proyectiles actuales pueden a 500 metros poner fuera de combate cuatro hombres; a 1.100, tres hombres; a 2.000, dos hom¬ bres. Se ha calculado el cuadro siguiente que da los coeiicientes de penetracion a diferentes distancias. Distancias 500

Coeficientes

Distancias

Coeficientes

Distancias

Coeficientes

4 3,9

1.000

3,2

1.500

2,3

1.100

3

1.600

2,2

1.200 1.300

2,8

1.700

800

3,7 3,5

2,6

1.800

. 2,1 2

900

3,4

1.400

2,4

1.9G0

2

2.000

2

600 700

Estas cifras son los valores medios; el valor 3,5, por ejemplo, quiere decir que 10 proyectiles producen 35 heridas. Esto establecido, el calculo de las vulnerabilidades de las formaciones por el flanco, se hace segun los mismos principios y procedimientos que Tos adoptados para las otras formaciones. Como cada pro¬ yectil produce varias bajas, se multiplicaran los resultados obtenidos por los coeficientes de penetracion a las distancias correspondientes. El calculo de las vulnerabilidades de las formaciones por el flan¬ co, presenta algunas dificultades, porque la superficie vulnerable es eompleja y varia con la distancia. Esta superficie vulnerable se cornpone: 1.° De la superficie vulnerable de la fila de cabeza, que esta expuesta al fuego en toda su altura H. 2.° De las superficies vulnerables que presentan las otras filas, expuestas al fuego en una altura variable h. (Fig. 83)

224

LAS ARMAS DE FtTEGO Esta altura h, depende de la distancia que hay entre cada dos filas y d© la tension de la trayectoria. En la figura se ve que A "" j'jtU

zyia

Ji = d X tang co.

.v'jjia La distancia entre las filas es eonstante, Flg 83 ' " pero la tension de las trayectorias yaria con la distancia; por lo tanto, la superficie vulne¬ rable de estas formaciones aumenta con la distancia a que el tiro se ejecuta. Operando en la forma indicada se ha obtenido el siguiente cuadro:

At, comemza n el skii.o xx

S25

226

LAS ARMAS DE EtfEGO

Examinando y comparando las cifras de este cuadro, se ve que la vulnerabilidad, muy grande a las pequenas distancias, disminnye rapidamente a medida que la distancia aumenta. Esto proviene de que la dispersion aumenta eon la distancia, y la penetracidn de los proyeetiles disminuye. Las formaeiones de a dos, mucho menos vulnerables que las formaciones de a cuatro, & las peVulrumbUidades de lasjermado^ueperdjl/wxe quefias distancias, pierden poeo a poco esta ventaja cuando la distancia aumenta. Esto provie¬ 0.60a ne de que presentan menos fren¬ 0.500 te, y ademas de que a las pequefias distancias las trayectoo,foo rias son mas tendidas, y, por lo »\\ M tanto, las superficies vulnera¬ o.3oo >Vy bles mas pequenas. VA Esto mismo puede tambien O,%0O yA verse, examinando el grafieo de 3 vulnerabilidad de las formaeio¬ XX'A c4oo % nes por el fianco. (Fig. 84) See

tooo /Sao Escala de- distancias

Zcoo

4 0—Formaciones en coltjmna

dedA De todas las formaciones de dedz una tropa, las formaciones profundas y con un frepte de algu3ie!I — 4. — + — + — *consideracion, son las que m£s difieultades presentan para ^ig. 84. el calculo de su vulnerabilidad. Esta dificultad proviene de que, sobre distintas unidades, los efectos del fuego son diferentes; y que las superficies vulnerables son diflciles de determinar y varlan con las distancias & que el fuego se ejecuta. Si se examina, por ejemplo, la formacion de una compafiia en columna de secciones, se ve que la primera seccion presenta toda su altura Ffal fuego; & las secciones segunda, tercera y cuarta llegan directamente solo los proyectiles que pasan por encima de las precedentes, y no pueden batirse directamente mas que en una altura h que depende de la distancia & que el tiro se ejecuta; la figura da (Fig. 85) PehUn&tpU j

h-=dY- tag to.

AL COMENZAE EL SIGLO XX

227

Ademas, es imposible admitir que los hombres de las diferentes secciones se cubran exactamente los unos a los otvos; y a las seecio-

nes segunda, tercera y cuarta, podran llegar directamente algunos proyectiles que paseu por los huecos que existen entre los hombres de las secciones precedentes, y que las batirdn en toda su altura. La cuarta seccion, por ejemplo, sera batida: 1.° En la altura ht por los proyectiles que pasan por encima de las secciones precedentes. 2.° Por una parte de los proyectiles que llegan directamente a la tercera seccion, y que no ban sido detenidos por ella. 3.° Por una parte de los proyectiles que llegan directamente a la segunda seccion, y que no ban sido detenidos ni por esta ni por los de la tercera. 4.° Por una parte de los proyectiles que llegan directamente al frente de la pvimera seccibn, y que no ban sido detenidos ni por esta ni por la segunda ni por la tercera. La profundidad de la columna es muy pequefia comparada con la profundidad de la dispersion sobre el terreno, y se puede admitir que la densidad del fuego es la misma para las cuatro secciones. Se sabe ya calcular la vulnerabilidad v de cada seccibn aislada a las diferentes distancias, y se conoce el cuadro correspondiente en las formaciones en dos filas. La primera seccibn se la puede considerar aislada, su vulnerabi¬ lidad sera F, = v, para obtener las vulnerabilidades de las otras sec¬ ciones babra que muitiplicar a v por un coeficiente distinto para cada una de ellas y calculado teniendo en cuenta para cada grado de intensidad en el fuego, la superficie total que es susceptible de ser batida. Esta intensidad de fuego disminuye a medida que el mimimero de secciones que tiene que atravesar aumenta; se tendra: Primera seccion V{ = v Segunda seccion V^ — v^C Tercera seccidn V3 = v X C Cuarta seccion V^v X C"

LAS ARMAS PR FHEGO

228

La vulnerabilidad V de la coinpafn'a, sera la suma de las vulnerabilidades parciales r=v(f-i-c-hC'-hC//). El valor de este coeficieiite; por el que hay que multiplicar la vul¬ nerabilidad v de la seceidn en dos filas, para obtener la vulnerabili¬ dad V de la columna, se encuentra en el cuadro siguiente, as! como la vulnerabilidad total, a las diferentes distancias. Vulnerabilidad de la columna de compahia. COLUMNA DE PIE Distancias

Coeficiente

500 600

2,38

700 800

2,46 2,51

2,41

Vulnerabilidad

COLUMNA DE RODILLAS Coeficiente

0,676 0,564 0,477

2,18 2,24 2,31

0,402

2,39 2,47

900

2,56

1.000 1.100

2,62

0,343 0,299

2,70

0,259

2,57 2,69

1.200 1.300

2,78

0,225

2,33

2,88

0,196

2,98

Vulnerabilidad 0,532 0,443 0,370 0,315 0,272 0,236 0,210 0,184 0,161

1.400

2,99

0,170

3,14

1.500

3,12

0,147

1.600 1.700

3,23

0,123

3,32 3,43

3,35

0,100

3,55

0,096

3,68 3,83 3,99

0,081 0,057

1.800 1.900

3,47

0,080

3,56

2.000

3,64

0,060 0,044

0,141 0,126 0,110

0,028

Las cifras de este euadro demuestran que una compafna en eolumna de secciones es la formacidn mas vulnerable de todas las que puede tomar esta unidad. En esta formacidn, la compafna es tres veces mas vulnerable que desplegada en Hnea en dos filas. Vulnerabilidad relativa de la compania en sus diferentes formaciones. El metodo de c&leulo empleado para determinar las vulnerabilidades de las diferentes formaciones, permite calcular y comparar las

229

AL OOMENZAR F.I. SIGLO XX

vulnerabilidades de una misma unidad en sus distintas formaciones. Tomando como ejemplo una eompama en sus diversas formaciones, se puede calcular las vulnerabilidades respeetivas y obtener el cuadro y grafico siguientes: (Fig. 86) Vulnerabilidad relatiua de fas companias de pie en sus divers as posiciones.

DISTANCIAS

500 600 700 800 900

Columna de co mpani a 0,676 0,564

LlNEA DESPLEGADA En 2 filas

En 1 fila

Colnmna por elflanco las secciones de 4 de frente

0,284

0,142

0,573

0,234

0,401

0,477 0,402

0,194

0,117 0,097

0,160

0,080

0,202

0,286

0,343

0,134

0,067

0,145

1.000

. 0,299

0,114

0,057

0,108

1.100

0,096 0,082

0,048 0,041

0,080

1.200

0,259 0,225

1.300

0,196

0,070

0,035

0,061 0,046

1.400 1.500

0,170

0,060

0,030

0,034

0,147

0,052

0,026

0,026

1.600

0,123

0,044

0,022

0,021

1.700

0,100

0,038

0,019

0,016

1.800 1.900

0,080

0,034

0,060

0,011 0,008

2.000

0,044

0,030 0,024

0,017 0,015 0,012

0,005

Comparando las cifras de este cuadro, se ve: 1.° Que a todas las distancias, la fonnacion mas vulnerable es la eolumna de secciones. 2.° Que la llnea en dos filas es, a todas las distancias, dos veces mas vulnerable que en una fila. 3.° Que la eompafna por el flanco, las secciones de a cuatro y con los intervalos necesarios para que una seccidn no pueda ser batida por el fuego dirigido sobre las prdximas, es a partir de 1.000 metros en adelante, menos vulnerable que la linea desplegada en dos filas.

280

LAS ABM AS DE FUEGO Que esta misma formacion, a partir de 1.400 metres, es menos vulnerable que la linea desVubumbilidades de lasJonnadoties de tuue plegada en una fila. ccmpania, de pie0,600

Vulnerabilidad relativa de las formaciones de la caballena.

fooo l5oo Eocala de dislancias ijinca {izjuaz \iju*- + (ehinmade conipaniaudwtwapot'eljlaruvded/i -• Fig. 86.

Zooo

El metodo de calculo expuesto anteriormente, es aplicable a todos los objetivos; y vamos a examinar como ejemplos las vulnerabilidades de la eaballerla en la Imea desplegada en dos filas, y en la li¬ nea desplegada en una fila y con intervales, formacidn empleada per esta arma en la carga a discrecidn. A. — Cdballerta en Unea desple¬ gada en dos filas.—Admitiremos las cifras reglamentarias: que cad a hombre ocupa un metro de frente, teniendo: La seccidn, 12 hileras. Pelotdn de dos secciones, 24 hileras.

Escuadrdn, 48 hileras. La prof undid ad de la formacion es de 6 metres. El jinete de segunda fila es protegido en parte por el de la primera; para simplificar, se admitira que la superficie vulnerable del jinete de segunda fila es constante e igual a su valor medio a todas las distancias, 6 sea, un tercio de la altura total; se admitira tambien que la penetracion de los proyeetiles es tal, que los que hieren a un caballo no causan mds que una herida, mientras que los que hie¬ ren a los hombres de primera fila pueden herir a los de la segunda. Se puede tomar como coeficiente de penetracion medio 1,20, 6 sea, que 100 proyeetiles que llegan a la formacidn causan 120 heridas. Esto establecido, para calcular la vulnerabilidad de la primera fila, se multiplicara el mimerode impactos K contenido en el rectangulo envolvente, por la relacidn entre la superficie vulnerable de la fila y la superficie del rectangulo de comparacion; el resultado obtepido hay que aumentarlo en uu tercio de su valor, que es la vulne-

231

AL COMENZAR EL STGLO XX

rabilidad de la segunda fila, y despues multiplicar la suma por 1,20, coeficiente de penetracidn de los proyeetiles. Operando asi, se ha obtenido el cuadro siguiente: Vulnerabilidad de la Caballeria en IJnea de dos fl/as. Distancias .

Seccion

Medio Escuadrdn

Escuadrdn

100

0,640 0,619

0,640

0,640

200

0,619

0,619

300

0,531

400

0,432

0,531 0,432

0,531 0,432

500

0,355

0,355

0,355

600 700

0,292

0,292

0,248

0,248

800

0,207

0,207

900

0,207 0,179 0,152

0,152

j

0,292 0,248

1.100

0,176 0,146 0,121

0,132

0,132

1.200

0,100

0,116

0,116

1.300

0,079

0,098

0,099

1.400

0,063

0,084

0,086

1.500

0,050

0,072

0,076

1.600

0,041

0,061

1.700

0,031

0,050

0,068 0,058

1.800

0,025

0,042

0,051

1.900

0,021

0,036

0,047

2.000

0,016

0,029

0,040

1.000

0,179

B.—Caballeria en una fila con intervalos. La superfieie vulnerable de un jinete es 0m;96, y su altura media m 2 ,40; la seceidn de 24 hombres en una fila con intervalos, se supondra que ocupa 50 metros de frente. Esto establecido, se sabe calcular por los procediiuientos expu^stos el cuadro siguiente:

232

las aemas de fuego

Vulnerabilidad de la CabalIen'a en una fila. Distancia Vulnerabilidad Distancia Vulnerabilidad Distancia Tuloerabilidad 100

0,192

200

0,186

600 700

300 400

0,159 0,130

500

0,106

Distancia Vulnerabilidad

1.100 1.200

0,040 0,035

800

0,088 0,064 0,062

1.300

900 1.000

0,054 0,046

1.400 1.500

0,030 0,026

1.600 1.700 1.800 1.900

- 0,023

2.000

0,020 0,017 0,016 0,014 0,012

Se puede construir el grafico adjunto: (Fig. 87) Vulnerabilidad de la Artillena. Es imposible aplicar a los objetivos constituidos por la Artilleria, el metodo de ealculo empleado para la Infanteria y la Caballeria. Las superficies vulnerables de esVnlnerabiUdades dt lajjbrmactitiss de la Czballerht tos objetivos, son muy pequenas con relacion a las su¬ perficies de los rectangulos Soo envolventes; y en estas condiciones no se puede admitir Aoo \ la proporcionalidad entre el \ niimero de impactos y las 300 superficies que las contienen. \ Zoo > * Es precise acudir a la expeX | riencia directa para obtener \ loo V■ las vulnerabilidades de estos objetivos. Se ban ejecutado tiros a 0 doo icoo l5oo Zooo diferentes distancias, sobre F'scala de dislaneias objetivos representando una seccion de dos piezas en baiZfitas terfa. \tfda ccn inlcrvaJos *• + + + + + ++ + + h Los resultados experiLinail BivisiOn- — — —. mentales, regularizados por Rscuadivu los procedimientos ordinarios Fig. 87. conocidos, ban dado la vul¬ nerabilidad aproximada para las distancias correspondientes.

233

AL COMENZAR EL SIGLO XX

Para pasar de estos resultados a los que se obtendrian sobre un objetivo mas importaute, una bateria por ejeinplo; se ha caleulado para cada distaneia la relacion que existe entre el niimero de impaetos eontenidos en las bandas vertieales, que tengan por ancho los frentes de la seceion y de la bateria; y se ha admitido que las vulnerabilidades de la seccidn y de la .bateria, estan en la misma relacidn que el niimero de impactos en ellas eontenidos. Operando asl, se ha obtenido el cuadro siguiente: Vulnerabilidad de los objetiuos de ArtiUeria. Distaneia

Secci6n

Bateria

500

0,100

0,100

600

0,090

0,090

700

0,082

0,082

800 900

0,074

0,074

0,067

0,067

1.000

0,060

0,060

1.100

0,054

0,054

1.200

0,048

0,048

1.300

0,042

0,043

1.400

0,037

0,039

1.500

0,032

0,036

1.600

0,027

0,032

1.700

0,022

0,028

1.800

0,018

0,025

1.900

0,016

0,022

2.000

0,014

0,020

Para terminar, presentamos el cuadro adjunto y el grafieo correspondiente, con los resultados obtenidos efectuando el tiro sobre blaneos representando los diferentes objetivos. (Fig. 88)

234

LAS ARMAS DE FUEGO Oi Ol • o

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