16 de Enero de 2006 MAYOR PRESENCIA

16 de Enero de 2006 - Nota - Pág. 14 Témpanos que pueden ser un síntoma Gustavo González Bonorino, director del Centro Austral de Investigaciones Ci...
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16 de Enero de 2006

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Témpanos que pueden ser un síntoma Gustavo González Bonorino, director del Centro Austral de Investigaciones Científicas, señaló a 'La Prensa' que hay mayores desprendimientos de témpanos que navegan por nuestras costas. 16/01/2006 Dos gigantescos témpanos que se desprendieron del continente antártico llamaron la atención, hace pocos días, de los buques comerciales y las patrullas de la Prefectura Argentina que transitan por las aguas del mar Argentino. Los dos 'icebergs', dadas sus dimensiones, según dijeron sus avistadores, bien podrían haber servido como escenografía natural para filmar una nueva versión de 'Titanic”. Por suerte, con el buen patrullaje de Prefectura y los avances tecnológicos en navegación, los dos colosos, de más de 300 metros de largo y 40 de altura, se dirigieron rumbo a Brasil sin provocar accidentes. Allí se irán derritiendo, convirtiéndose sólo en el recuerdo de un fenómeno curioso. Sin embargo, esta aparición abre el interrogante sobre las causas de este episodio ¿Estamos ante un nuevo aviso del peligroso calentamiento global que derrite y despega cada vez más grandes porciones de hielo del continente antártico? ¿Fenómenos como el de la irrupción de estos dos grandes témpanos se repetirán con mayor frecuencia? Gustavo González Bonorino, director del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic), indicó a La Prensa que el desprendimiento de témpanos es un fenómeno que suele ocurrir en esta época del año. "Los témpanos son desprendimientos de bloque de hielo que se desprenden de los glaciares que llegan al mar cada verano. Es un fenómeno que se observa en Groenlandia, la Antártida y en el Perito Moreno de Santa Cruz", mencionó el investigador, quien agregó que en verano al tornarse el agua más cálida esta situación se incrementa. Más de diez mil témpanos suelen quedar a la deriva en los polos Sur y Norte. Sin embargo, hay una importante diferencia: los icebergs del sector antártico son muchos más grandes que los que suelen observarse en el hemisferio norte. "Esto ocurre porque en la Antártida, cuando el hielo llega al mar de Wedell, por ser un mar menos movedizo, genera una suerte de plataforma, una nata sobre el mar. Esta plataforma comienza a resquebrajarse luego, generándose témpanos enormes", comentó el director del instituto que depende del Conicet. Una vez que estos gigantescos témpanos caen al mar son llevados por una corriente giratoria que va de oeste a este. "La corriente de Malvinas los lleva luego hacia el norte y terminan derritiéndose con el correr de las semanas", comentó el geólogo. González Bonorino informó que Prefectura registró unos 13 témpanos flotando frente a la costa argentina. "Los mismos se van alejando del área de navegación", explicó. Si bien los radares pueden detectar los témpanos de estas dimensiones, hay situaciones que pueden provocar mayores riesgos. "Cuando un témpano se desprende posee una capa de nieve que lo hace más visible. En cambio, cuando envejece, el hielo se hace más denso y pesado y se solidifica, y puede hundirse un poco más, aunque es muy raro que se haga poco visible". El profesional indicó que existe una relación matemática que establece que cada metro de iceberg que vemos fuera del agua, significan nueve metros de profundidad en su tamaño bajo la superficie. MAYOR PRESENCIA

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El investigador reconoció que este año se ha dado una mayor presencia de grandes icebergs en nuestro mar, aunque no se han estudiado aún si esto responde a alguna causa en la que esté implicada la imprudente mano del hombre. "Hay una cuestión cíclica que aparentemente está mostrando que cada cierta cantidad de años aparecen más icebergs frente a nuestras costas. Lo mismo ocurre con el derretimiento de los hielos. Hubo grandes desprendimientos ocurridos hace unos 15 mil años causados por la naturaleza", explicó González Bonorino. El especialista contó que ya se está intentando realizar estudios y con letras los témpanos son marcados para seguir una estadística. "Es importante que ahora se determine cada cuanto este fenómeno se repite, si se hace más frecuente o no y si son cada vez más los témpanos que van a la deriva". González Bonorino también afirmó que en la Antártida se ha comprobado que el hielo se retiró mucho, aunque esto no ocurre en el lado este. "Es mucho lo que aún se debe estudiar, pero sin duda que estamos ante un alerta. La quema de bosques, el uso indebido de aerosoles, la contaminación, son cuestiones que pueden hacer daño y sin duda es bueno actuar y prevenir", señaló. El desprendimiento y derretimiento de la masa de hielo implicaría si no se detiene, un ascenso del nivel del mar que podría provocar el anegamiento de costas. También puede provocar importantes cambios en el clima mundial. "Tal vez a ciencia cierta aún no sabemos si estos desprendimientos y el llamado calentamiento global es por obra de un fenómeno natural o por acción del hombre", dijo el director del Cadic. "Por eso finalizó- hay que estar muy alertas. Porque si es el hombre el que lo está provocando, a diferencia de lo que ocurre con un fenómeno natural, no tendremos tiempo de reacomodar las cosas, y entonces las consecuencias pueden ser impredecibles.". Sergio Limiroski

Revista Viva - Nota - Pág. 50 ¿El fin de los mundiales? Para el investigador del Conicet Pablo Alabarces, el hincha argentino ama más la camiseta de su club, que la de la Selección. La espectacularización del Mundial, dice, le quita fervor a la pasión futbolera. 15/01/2006 Por Ana Laura Pérez

¿Cree –como el historiador Luis Alberto Romero– que los mundiales simbolizan las viejas guerras entre ejércitos? Algo de eso hay. Por supuesto, es puro símbolo: hay que hacer lo que el poeta inglés Samuel Coleridge llamaba “la suspensión voluntaria de la creencia”, como en el teatro, y aceptar creer que los veintidós hombres adentro de una cancha representan dos naciones en disputa. Lo bueno es que, a diferencia de la guerra, un partido es bastante efímero: no deja demasiadas consecuencias, salvo que se trate de una humillación mayúscula. ¿Alcanza una camiseta para expresar una idea tan compleja como la del patriotismo? No, claro, y ese es el problema: como el patriotismo es demasiado complejo, como no se trata simplemente de una pasión de 90 minutos, al reducirlo a una camiseta también se reduce como idea y se vuelve pura chatura, un par de gritos y alguna lágrima. Y eso es muy pobre, y bastante peligroso. ¿Qué pasa cuando a la épica deportiva le falta el héroe, como en el caso de la Argentina con Maradona?

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Es que no hay épica sin héroe épico. Como mucho, un héroe colectivo: pero el deporte argentino (bueno, todo el deporte) es tan individualista que no soporta la falta de un héroe aislado e identificable. Fíjese el caso del básquet: hay más juego colectivo que en casi ningún deporte, pero precisa un Manu Ginóbili. En el fútbol, eso se agrava hasta el abuso: hace tres mundiales que parecemos estar a la búsqueda del héroe perdido. Si el aguantedel hincha sólo puede expresarse en el enfrentamiento con hinchas enemigos, ¿cómo se expresa esa entrega en un mundial? Justamente: no hay aguante. Por eso hay tanta distancia entre los hinchas militantes y la Selección nacional: no se puede aguantar. Los hinchas prefieren a sus clubes, no a la Selección, porque no hay forma de poner el cuerpo en esa relación. Sería interesante de ver qué ocurriría en un nuevo Mundial en la Argentina. Igualmente, el otro seguiría ausente, porque los que viajan son turistas, no hinchas: y contra ellos no se aguanta. ¿Son los mismos sentimientos los expresados como amor a la camiseta del club que los más abstractos de nacionalidad, cuando se trata de alentar los colores patrios? No. En el amor a la camiseta pesa el territorio, el barrio, el aguante compartido, los relatos de enfrentamientos, las tradiciones familiares. Esa relación se vive como cotidiana, familiar, naturalizada. El hincha no puede dejar de amar su camiseta. Pero la del equipo nacional, ¿no es también la suya? En esa situación, en cambio, el hincha puede fácilmente dejar de alentar a una selección. Justamente, hay mucha abstracción: el club, en cambio, es pura cotidianeidad. Que esa ceremonia híper mediatizada de los mundiales sea compartida por mujeres y chicos, ¿no desmasculiniza el rito futbolero? Sí, lo desmasculiniza, pero en cierta medida. ¿Por qué? Porque esa ceremonia es antes que nada espectáculo de los medios, y éstos no pueden darse el lujo de prescindir de por lo menos la mitad de los consumidores. Eso sí: el relato deportivo sigue en manos masculinas, y eso es notorio en las transmisiones; cuando la cámara ve una mujer, la elige sólo por su belleza. Es decir, siguen hablando los hombres. Con la globalización, ¿gana o pierde emoción el deporte puro? Pierde bastante. Un colega inglés sostenía que estamos asistiendo al fin de los mundiales. Después de todo, el Barcelona junta lo mejor de los seleccionados brasileño, argentino y holandés. ¿Para qué ver un mundial si lo podemos ver todos los domingos? Lo emotivo puede seguir apareciendo de la mano de lo inesperado: por ejemplo, una sorpresiva campaña de un equipo africano. No en vano, los hinchas suelen depositar simpatías en esos equipos. Si superan su racismo, claro... ¿Por qué dice en su libro Hinchadas, que el fútbol puede volver a convertirse en el soporte del gran relato nacional? Porque con el fútbol nunca se sabe. Ojalá que no: la sociedad argentina ha ganado en racionalidad y en política después de la crisis de 2001-2002, y ya sabe que un triunfo deportivo no soluciona absolutamente nada, que apenas agrega narcisismo. Que una nación es algo mucho más complejo e importante que unos cuantos partidos de fútbol. Pero hacer pronósticos en nuestra cultura es harto complicado: la combinación de un héroe futbolístico con una nueva crisis política puede traer aparejada la aparición de otro Maradona. Lo veo difícil, afortunadamente.

QUIEN, QUE

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Autoridad de prestigio en sociología del deporte, Pablo Alabarces es titular del Seminario de Cultura Popular y Cultura Masiva de la Facultad de Sociales de la UBA y coordinador del Grupo de Estudios sobre Culturas Populares del Gino Germani. Licenciado en Letras (UBA), magíster en Sociología de la Cultura (IDAES-UNSAM) y doctor en Filosofía (University of Brighton) es autor de varios libros: Hinchadas (Prometeo), que compiló, es el último.

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Inversión en ciencia 500 15/01/2006 investigadores y 1.500 becarios fueron incorporados el año pasado a la carrera científica por el Conicet, cumpliendo así la promesa del plan estratégico 2005-2008: la creación de entre 250 y 300 nuevos cargos sumados a la cobertura de 150 a 250 vacantes anuales, para alcanzar la meta de 5200 investigadores en ese período. Se ensancha así la base, pero falta que los científicos que emigran puedan reinsertarse en el país. Ver más en www.conicet.gov.ar

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