La madre

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ías de cuidado

Todos sabemos que el embarazo dura nueve meses y que requiere de muchos cuidados para que éste llegue a feliz término con el parto. Si la madre tuvo una atención adecuada en el parto, un buen control del embarazo y un cuidado en su alimentación, no habrá mayor problema, y tanto ella como el niño estarán gozando de buena salud. Pero no todos los cuidados para la madre concluyen con el nacimiento del niño. Luego del parto existen todavía, por lo menos, cuarenta días de riesgo en donde la madre debe extremar sus cuidados para no poner en riesgo su salud. VIDA quiere hablar del puerperio, es decir, del período de cuarenta días después del parto. Estos días son momentos difíciles e importantes para dos seres que viviendo juntos durante nueve meses no se habían conocido: la madre y su bebé. Pero este tiempo precioso puede ser desaprovechado si la madre enferma y pone en peligro su vida.

Es una publicación semanal del diario La República en colaboración con la Organización Panamericana de la Salud.

El puerperio Todas las mamás, mientras están gestando (se le llama así a los nueve meses que dura el embarazo), son llamadas mujeres gestantes o simplemente embarazadas. Pero luego de dar a luz reciben otro nombre, un poco extraño, que las bautiza en su nueva condición de madres como mujeres “puérperas”. Reciben este nombre debido a la etapa iniciada a partir del parto: “el puerperio”. ¿Pero qué es el puerperio? El puerperio es el período comprendido a partir del momento que termina de salir la placenta hasta los cuarenta

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días después de ocurrido el parto. En estos días, la madre debe tener algunos cuidados con su cuerpo, pues éste todavía no se ha repuesto de los nueve meses de “trabajo” formando a un niño. Su cuerpo termina muy agotado y cambiado. En estas seis semanas después del parto es cuando el cuerpo de la madre vuelve poco a poco a su estado anterior; es decir, a tratar de ser lo que era antes del embarazo. Éste es un trabajo adicional y el cuerpo queda a merced de posibles infecciones y hemorragias que pueden poner en peligro su vida.

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Los cambios antes y después Todos nos damos cuenta fácilmente de los cambios que ocurren en el cuerpo de una mujer embarazada. Esto lo podemos comprobar con sólo observar a una mujer gestante: en primer lugar empieza a crecer el vientre mes a mes. Su rostro cambia de apariencia y en general todo su cuerpo cambia; por eso todos podemos reconocer que está embarazada. Pero junto a estos cam-

bios externos, ocurren otros muy importantes dentro del cuerpo de la mujer y que no son posibles de observar a simple vista. Dentro de ella hay una “revolución” progresiva que dura los nueve meses del embarazo. Así, todo su organismo se acondiciona para cobijar y formar a un niño, además de poder soportar el parto. Mientras nosotros sólo vemos lo externo, el cuerpo de la

futura madre está trabajando por dentro a “cien por hora”. El útero o matriz, donde se forma el bebé, crece poco a poco y se ensancha para darle comodidad al bebé, pero a la vez está incomodando al resto de órganos, los cuales felizmente comprenden lo que está sucediendo y la mayoría de veces casi no protestan. El útero es uno de los órganos del cuerpo que

más “trabaja” durante el embarazo y el parto. También es el que tiene más riesgos de complicaciones graves después del parto.

¿Qué ocurre dentro? Imaginen la forma y tamaño de un pequeño globo. Ahora imaginen lo que ocurre cuando este globo es inflado. Pues sencillamente crece y se agranda. Ahora, ¿qué pasa cuando es desinflado? Claro, luego de salir el aire es posible notar que el globo recupera su tamaño normal, pero siempre queda algo más grande que al inicio. Queda diferente. Algo similar ocurre con el útero: al darle sitio al bebé para que vaya desarrollándose mes a mes, se va ensanchando y creciendo de tamaño. Luego de ocurrido el parto, el útero no regresa de inmediato a su forma anterior, queda agrandado. Pero, a diferencia del globo, el útero recupera su forma anterior poco a poco y lentamente. El bebé, al nacer, sale por una especie de “corredor” que es la vagina, luego de abrir una puerta que sería el cuello uterino. Tanto ese corredor como la puerta que ayudaron a venir al mundo al niño quedan abiertos después

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Después del parto

ANTES DEL EMBARAZO

DESPUÉS DEL EMBAR

por la vagina si la madre descuida su higiene, o también si el parto fue atendido en malas condiciones higiénicas. La hemorragia puede ser el resultado de una mala atención del parto o un inadecuado cuidado después del mismo.

Peligros del puerperio

del nacimiento, y al igual que el útero tardan semanas en volver a cerrarse, es decir, en volver al estado que tenían antes del embarazo. Es en ese momento, cuando el útero queda desocupado durante la

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etapa del puerperio y mientras el cuello uterino vuelve lentamente a cerrarse, que la madre corre el riesgo de adquirir infecciones y sufrir hemorragias. La infección es causada por bacterias que ingresan

Toda mujer que ha dado a luz debe saber que el útero es un órgano completamente libre de gérmenes, es decir, estéril mientras que la vagina y los genitales externos tienen gérmenes. Después de dar a luz, una mujer queda con el cuello uterino expandido (abierto) y por esa puerta es muy fácil que desde el exterior ingresen al útero bacterias que compliquen su salud produciéndole infecciones peligrosas.

Recordemos antes que todas las personas tenemos defensas naturales que nos protegen de las bacterias y enfermedades. En el caso de una mujer que ha dado a luz, estas defensas quedan muy disminuidas, y el cuerpo no tiene tanta fuerza para defenderse de las bacterias que amenazan a su organismo después del parto. Estas defensas tendrán

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AZO

blemas. Por eso es bueno conocer estas señales. En el caso de las puérperas, los siguientes son signos de infección: 1. Malestar general y dolor en el vientre. Se siente un especial decaimiento y malestar en todo el cuerpo, como si algo no estuviera bien o una sensación de “estar enferma”. 2. Fiebre que a veces llega a altas temperaturas. La primera señal es la sensación de calentura (fiebre). La única forma de saber exactamente la temperatura en el cuerpo es usando un termómetro. Si éste marca 38 grados o más, entonces hay fiebre y debemos

aun menos fuerza o resistencia si la madre está desnutrida o anémica, lo cual complicaría su etapa del puerperio. Y más aún, si ha dado a luz en su casa o fue atendida en condiciones poco higiénicas por una persona no profesional y poco capacitada.

averiguar qué está produciendo esta fiebre. Otras veces, el aumento de temperatura es evidente. Incluso hay sudoración. Esta sensación es precedida de fuertes escalofríos y temblores en todo el cuerpo. Aquí ni siquiera se necesita un termómetro para saber si hay fiebre. Todos debemos reconocer una fiebre cuando es muy alta. 3. Sensación de dolor y enrojecimiento en los genitales. Esto es normal inmediatamente después del parto y poco a poco va desapareciendo esta sensación. Si después de haber disminuido las molestias reaparecen y causan incomo-

¿Cómo darse cuenta de la infección? Afortunadamente, nuestro cuerpo casi siempre nos avisa cuando “algo” le está causando pro-

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Debe tener cuidados

didades a la madre, puede ser un signo de infección. 4. Secreción en los genitales externos e internos. Esta secreción o sangrado también es normal después del parto. Pero si continúa después de varios días, es muy peligroso; especialmente si al cabo de los días el sangrado se vuelve oscuro y toma un olor desagradable. A veces, si la mujer se descuida, la secreción puede llegar a formarse por dentro del útero y salir por los genitales de la mujer. 5. El tamaño del útero no disminuye. El útero debe disminuir su tamaño poco a poco en los días posteriores al parto; de lo contrario, si permanece grande, es un aviso de que algo anda mal. Algunas veces, cuando hay una infección seria, la barriga de la madre se afloja y pueden ocurrir náuseas, vómitos o diarreas. 6. Molestias urinarias intensas. Éstas son molestias relacionadas con una infección urinaria. La mamá puede tener ganas de orinar a cada rato y sentir dolor intenso al hacerlo, o también puede tener dolor bajo el ombligo después de orinar. 7. Molestias en los senos. Las mamas se hinchan, enrojecen y calientan como si tuvieran fiebre. Se siente dolor al

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tocarlas, especialmente en los pezones. Luego, poco a poco, estas molestias se reducen a una sola zona en el seno donde se llega a formar pus, lo cual requiere ser curado por un médico.

¿Qué peligros traen las infecciones y hemorragias? De producirse una infección, uno de los peligros más graves es que, si la mamá está débil, la

¿Cómo darse cuenta de las hemorragias? La pérdida de sangre es muy clara. Debido a ella se producen escalofríos y pérdida de fuerzas con un fuerte decaimiento y debilidad en la mujer. La madre puede, inclusive, perder la conciencia o desangrarse debido a esta debilidad. Es bueno agregar que las mujeres que más peligro tienen de sufrir hemorragias son aquellas que han tenido bebés de más de cuatro kilos de peso, las que han tenido varios bebés en un parto (mellizos, trillizos, etc.), las que tienen más de 35 años y las que han acumulado mucho líquido en el útero, es decir, las que tienen barriga grande y bebé pequeño.

infección puede llegar a la sangre, infectar todo su cuerpo y llegar a producirle la muerte. También, como consecuencia de ella, se pueden afectar gravemente los órganos internos (útero, ovarios y trompas), lo cual traería como consecuencia la esterilidad de la mujer, es decir, no podría volver a tener hijos. Con las hemorragias también se puede poner en riesgo la vida debido a la pérdida violenta y continua de sangre. En caso de cesáreas, el peligro de hemorragias es aun mayor debido a que la mujer ha sufrido dos heridas: una en el interior, en el útero, y otra en la barriga. Estas heri-

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mayor problema, luego de aproximadamente cuarenta días. En caso contrario, si se sospecha de alguna complicación, la madre debe ir inmediatamente en busca de ayuda al centro de salud más cercano.

das pueden infectarse y causar graves daños a la madre.

Recomendaciones finales Inmediatamente después del parto, toda mujer debe descansar en cama aproximadamente seis horas para evitar complicaciones innecesarias como hemorragias violentas que pongan en peligro su vida. Luego de esto la mujer debe continuar poco a poco su vida normal. El sangrado, producido después del parto, irá desapareciendo según transcurran los días, es decir, aproximadamente dentro de los cuarenta días que

dura la etapa del puerperio. De no tener ninguna complicación, la madre no debe permanecer en cama pues hay mayores riesgos de infección. Al estar de pie es más fácil que salga la sangre, lo cual puede ayudar a evitar que ingresen las bacterias. La madre se puede bañar al día siguiente del parto. Además, debe hacerse siempre una buena higiene de los genitales, sobre todo después de orinar y defecar. Debe tener cuidado de no contaminarse al momento de defecar o de usar el papel higiénico. De seguir estas indicaciones, la etapa del puerperio pasará sin causar

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Cápsulas

6AIJ AL LECTOR

¿Qué se debe hacer después del parto?

JUEGO FAMILIAR A los niños pequeños les gusta conocer su cuerpo y usted puede enseñarles a manera de juego. Inténtelo, puede ser divertido y si lo hace con más de un niño mucho mejor. Comience tocándose una parte de la cara, por ejemplo la nariz, y estimule a que el niño también lo haga. Luego pregúntele dónde está la nariz. Para el niño será un juego y para usted una manera de enseñarle.

¿CRÍA GALLINAS?

UN JUGO DE ALFALFA Dicen nuestras abuelas que un jugo de alfalfa, diario, es muy recomendable contra la anemia. Afirman que como es una planta que tiene minerales y vitaminas puede ayudar a que los pacientes se recuperen. Ah... y no se olvide de lavarla bien, antes de prepararla.

Criar gallinas en el patio donde juegan los niños puede crearles problemas de salud. Lo que sucede es que los niños al ensuciarse las manos con el excremento de las gallinas, fácilmente pueden contaminarse cuando se las llevan a la boca. Y esto es muy frecuente. Lo mejor es criarlas en un gallinero.