Programa Municipal de SIDA de Rosario

Programa Municipal de SIDA de Rosario Han transcurrido más de dos décadas desde que en el año 1981 se identificaron los primeros casos de lo que luego...
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Programa Municipal de SIDA de Rosario Han transcurrido más de dos décadas desde que en el año 1981 se identificaron los primeros casos de lo que luego fue conocido como SIDA, Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Desde entonces, el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), que provoca dicha enfermedad, se ha extendido rápidamente en todo el mundo. En la ciudad de Rosario ante la aparición de la epidemia, se inició a mediados de la década del 80, un amplio conjunto de actividades orientadas a investigar acerca del virus, brindar información a la comunidad, asistir dentro de la red de salud, realizar el monitoreo epidemiológico y promover la detección voluntaria del VIH. Ante la necesidad de orientar y coordinar acciones y estrategias, se creó un programa capaz de diseñar conjuntamente con Organizaciones No Gubernamentales, políticas sustentables para el desarrollo conjunto de prácticas participativas, democráticas, eficaces y solidarias. En este sentido, desde entonces el Programa busca alcanzar los siguientes objetivos: • prevenir nuevas infecciones por VIH en la comunidad, • brindar la mejor calidad de vida a las personas afectadas y • mejorar la gestión y articulación de acciones entre instituciones públicas y privadas. En la ciudad de Rosario, la actividad de monitoreo de la epidemia de VIH / SIDA comienza a principios de la década del `90, luego de algunas primeras acciones en la década anterior como la incorporación de las pruebas serológicas en los Bancos de Sangre municipales. En 1992 se crea el que luego sería Sistema Municipal de Epidemiología y también el Programa Municipal de Sida, una de cuyas principales funciones consistía en el monitoreo epidemiológico de esta problemática. Desde entonces comienzan a potenciarse una serie de acciones tendientes a mejorar la evaluación de la información epidemiológica. A la recolección sistemática y análisis de los casos de SIDA registrados a través de notificación pasiva o de búsqueda activa y de infecciones por VIH, que en forma temprana constituyó un insumo epidemiológico en nuestros sistemas de monitoreo, se suma en 1997 el análisis de los llamados Sitios (o Poblaciones) Centinelas: Bancos de Sangre, Embarazadas (el cual se enriqueció a partir del año 2000 con la Prevalencia en parturientas) y Consultantes a Dispositivos de Consejería y Detección. También se registra y analiza la evolución de la mortalidad por SIDA en nuestro medio (en el caso de este indicador el análisis se extiende a toda la ciudad). Se suman asimismo en los últimos años, el monitoreo de otros indicadores e informaciones tendientes a enriquecer y potenciar la capacidad de análisis del Sistema de Vigilancia Epidemiológica. En relación a los Dispositivos de Consejería y Detección del VIH/SIDA se observa un aumento creciente año a año del número de personas consultantes, con más de 3000 consultas anuales en la actualidad, y una Prevalencia de alrededor del 2%. El

análisis de la Prevalencia de VIH en las Mujeres Parturientas, que nos acerca a la Prevalencia en la Población General, nos muestra cierta estabilidad en los últimos siete años analizados: alrededor del 0.7% para los años 1998-2004, coincidente esto con las estimaciones de ONUSIDA para los grandes núcleos urbanos de nuestro país. A partir del análisis de la tendencia en la mortalidad por SIDA en los últimos años analizados se evidencia un marcado descenso coincidente con la tendencia nacional. La epidemia ha generado una serie de preconceptos relativos a la muerte y la sexualidad que desplazan el problema hacia ámbitos individuales y generan, muchas veces, culpabilizaciones, segregaciones y procesos discriminatorios hacia los sujetos. En tal sentido, el campo de las prácticas sociales en general, y particularmente las disciplinas de la salud, se encuentran frente a un desafío permanente para el diseño y elaboración de estrategias de intervención adecuadas que a un mismo tiempo tengan eficacia preventiva y eviten la reproducción de los estigmas y procesos de exclusión vigentes. Algunas actividades de prevención del VIH tienen la oportunidad de contribuir a configurar nuevas formas de aceptación de la diferencia a través de su inclusión en el ámbito de la promoción de la salud y la prevención del VIH. Evitar nuevas infecciones por el VIH es la primera defensa contra la epidemia de Sida. Muchos años de experiencia han demostrado que los esfuerzos en prevención funcionan y son más eficaces cuando las comunidades son involucradas y además se combinan con programas sólidos de asistencia y apoyo a las personas que viven con VIH. Como un cambio cultural a destacar, estamos asistiendo a una incipiente comprensión por parte de la comunidad de que lejos de los fatalismos de otra época, hoy podemos y debemos enfrentar esta epidemia con la convicción de que su control es posible, de que la infección es prevenible y tratable, de que las personas viviendo con VIH son parte esencial de la solución y no del problema, de que la transmisión madre-hijo debería ser casi nula. Para garantizar esto, debemos avanzar aún bastante en romper una serie de silencios remanentes sobre una amplia gama de problemas que generan situaciones de riesgos para la salud de las personas en general, y que son al mismo tiempo fuertes determinantes de riesgo de infección por VIH. Nos referimos a cuestiones tales como la violencia contra la mujer, las condiciones de los privados de la libertad, la victimización de los usuarios de drogas, la persecución de los y las trabajadoras sexuales, etc. Estas cuestiones situacionales de inequidad son el principal condicionamiento de la persistencia endémica de nuevas infecciones y casos de SIDA en nuestra ciudad. Las actividades de prevención del VIH/SIDA de la Municipalidad de Rosario están basadas en el respeto de los Derechos Humanos y en la perspectiva de género y se planifican y desarrollan distritalmente acompañando el programa de descentralización de la administración municipal. De esta manera se hace posible un trabajo en la cercanía de la comunidad destinataria de las acciones, lo que genera una mayor y más duradera apropiación de las estrategias preventivas y asistenciales delVIH/SIDA. Esta relación con la comunidad se constituye a través de equipos multidisciplinarios distritales orientados desde el nivel central del programa, a través de Áreas Específicas de Trabajo, de Proyectos Focalizados como así también a través del cofinanciamiento para la ejecución de proyectos de Organizaciones No Gubernamentales. Todos los equipos distritales coordinan sus acciones con los Centros de Atención Primaria de la Salud y con los Centros de Distrito existentes.

Así la problemática del VIH/SIDA va atravesando de manera transversal todas las estructuras de trabajo comunitario municipal con la intención de tejer una red solidaria, accesible y reflexiva frente a esta temática. La prevención del VIH en el conjunto poblacional de Rosario se apoya en cuatro ejes estratégicos: a) La información, educación y comunicación social relacionadas al VIH/SIDA (componente IEC). b) La integración de la prevención, la detección y la asistencia del VIH/SIDA al trabajo comunitario. c) La Difusión de uso de preservativos. d) La promoción de la detección voluntaria del VIH/SIDA. Todas las acciones dirigidas a la prevención de la transmisión del VIH son apoyadas por acciones y estrategias comunicacionales masivas, individuales y focalizadas destinadas a la ciudadanía. En este sentido, el sitio web www.pmsida.gov.ar funciona como un lugar de encuentro e información, ya que cuenta con toda la información referente a la epidemia y la prevención. Desde el inicio de la epidemia de VIH/SIDA las políticas públicas de salud municipales buscaron también incorporar la prevención a través del proceso educativo, en el nivel de la escuela primaria, universitaria y especialmente en el nivel medio. La capacitación de equipos docentes favoreció la inclusión del tema en la agenda de trabajo, produciendo materiales diversos como manuales, libros electrónicos, encuentros para compartir experiencias, etc. La prevención del VIH en Rosario se integra como un componente de importancia de las diversas prácticas de trabajo comunitario, en especial el trabajo articulado de las áreas de Salud y Promoción Social. El proceso de capacitación permanente a todo el personal de salud contribuye al cumplimiento de este objetivo, generando una genuina apropiación de la temática. Esto permite a los equipos generar su propia autonomía en la toma de decisiones y construir con la comunidad una prevención y convivencia posible con la problemática. A su vez, numerosas personas viviendo con VIH trabajan en forma permanente en tareas de prevención y asistencia específicas, aportando su vivencia en todos los casos. La disminución de la transmisión vertical del VIH dan cuenta del trabajo preventivo realizado. En este sentido se ha logrado el ofrecimiento de la prueba voluntaria del VIH al 100% de las mujeres embarazadas, y se están realizando un promedio de 1, 8 pruebas de VIH por embarazo y parto. Aquellas mujeres embarazadas con VIH tienen garantizado el acceso a los tratamientos triples antirretrovirales así como la posibilidad de elección, según se considere oportuno, entre el parto por cesárea o por canal de parto. En el año 2004, el municipio compró y distribuyó 300.000 preservativos que se distribuyeron en la comunidad a través de la Red Municipal de Salud, en Centros de Salud y Hospitales, en actividades comunitarias, en ámbitos de la Secretaría de Promoción Social, etc. También se los entrega a personas e instituciones vinculadas al Programa Municipal de SIDA. Su uso se difunde a través de todas las actividades comunicacionales y capacitaciones, y de forma cada vez más intensa a través del proceso asistencial de salud. La creciente demanda de preservativos está indicando el inicio de un proceso de habituación a su uso, especialmente en sectores juveniles. El ofrecimiento de la realización de las pruebas de detección voluntarias del VIH con su respectivo acompañamiento, asesoramiento y contención es una estrategia prioritaria, recomendada y difundida en la actualidad por organismos internacionales

(ONUSIDA/OMS), al plantearse como un método eficaz para profundizar los esfuerzos de la promoción de la salud y de la prevención de las nuevas infecciones. El asesoramiento relativo a la problemática del VIH/SIDA, posee un papel preponderante, pues se constituye en un elemento de apoyo para los diferentes momentos que pueden transcurrir desde antes de la infección, pasando por el momento de la detección y hasta la decisión singular de comenzar el tratamiento más adecuado para cada una de las personas. Actualmente, esta función está incorporada al proceso asistencial general de salud. Sumado a esto, el Programa Municipal de SIDA implementó Servicios de Consejería y Detección del VIH en diversos efectores municipales como Hospitales, Centros de Atención Primaria de la Salud y Centro de la Juventud. Estos servicios están pensados como “espacios singulares” para que los ciudadanos y ciudadanas puedan acudir sin turnos ni esperas, a solicitar información personalizada sobre la problemática del VIH / SIDA, manifiestar sus dudas, y requerir la realización del análisis del VIH, en el marco de un diálogo que posibilite tanto el asesoramiento como la contención. La tarea se desarrolla con tres objetivos centrales: • Favorecer condiciones de accesibilidad geográfica, económica, cultural, para la realización del análisis de detección del VIH en forma confidencial, anónima y gratuita a toda la población, • Propiciar entrevistas individuales a los fines de acompañar, y contener la experiencia subjetiva de realización del análisis de detección del VIH, • Compartir y socializar información acerca de la problemática del VIH/SIDA y asesoramiento relativo a las prácticas de cuidados necesarios para promover salud. Estos espacios permiten potenciar prácticas más seguras y de cuidado entre las personas, así como también la detección temprana de la infección por el VIH, en una persona aconsejada y contenida de manera adecuada, podría permitirle cuidar a sus compañeros/as actuales y futuros de una posible transmisión. La puesta en marcha de estos dispositivos ha sido un proceso heterogéneo que respetó las necesidades de cada lugar y las posibilidades de los equipos de salud. Hoy se encuentran funcionando 18 Servicios de Consejería distribuidos en cinco distritos de la ciudad. En 20 años de trabajo en la epidemia local de VIH / SIDA, se ha generado un proceso de integración entre las tareas de prevención y asistencia en las estructuras generales de trabajo, reforzado con proyectos focalizados que resultan fundamentales para la articulación intersectorial y para determinadas poblaciones con mayor vulnerabilidad. Estos proyectos, pensados en relación a la diversidad, con la equidad como principio y reconociendo que a mayor vulnerabilidad es justo destinar mayor esfuerzo preventivo, coinciden con los lineamientos internacionales vigentes que reconocen un rol tanto a la prevención en la población general como a la prevención focalizada en poblaciones de alta vulnerabilidad. Así el proyecto de prevención dirigido a trabajadoras y trabajadores sexuales se inició en 1996, con el objetivo de concientizar y movilizar a este colectivo de personas en riesgo. A este fin se incorporaron al Programa Municipal de SIDA dos trabajadoras sexuales para capacitarlas y habilitarlas al trabajo preventivo entre pares. Su acción central ha sido la distribución nocturna de preservativos y material informativo a las personas que ejercen el trabajo sexual en el ámbito callejero en condiciones de la más alta vulnerabilidad. A estas personas se las contacta en su espacio de trabajo, así como también se les brinda la posibilidad de disponer de

preservativos que pueden ser retirados de acuerdo a las necesidades particulares en la sede del Programa Municipal de Sida. El proyecto de reducción de daños asociados al uso de drogas se inició en el año 2000 y la estrategia integral busca reducir los riesgos que implica el consumo de drogas, respetando los derechos humanos de aquellas personas que no pueden o por el momento no quieren dejar de consumirlas. Las acciones incluyen el trabajo en la calle con la participación de usuarios de drogas, promoviendo la utilización de agujas y jeringas descartables y su entrega regular a los usuarios, tanto en la calle como en Centros de Salud y Hospitales. Durante el año 2003 estas actividades se enmarcaron en el proyecto Prevención del Abuso de Drogas y del VIH/SIDA en los Países del Cono Sur, (Proyecto AD/ARG/02/G17) de la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas (UNODC) y ONUSIDA. Rosario es una ciudad multicultural a la que día a día llegan personas de otras provincias del país en busca de un lugar que les brinde oportunidades. Desde hace 30 años, Rosario ha recibido un creciente flujo inmigratorio de pueblos originarios residentes en las provincias del noreste del país, lo que ha generado un asentamiento local cercano a las 25.000 personas. Desde el año 2001, se desarrolla el proyecto de prevención del VIH / SIDA en comunidades aborígenes residentes en la ciudad, favoreciendo el acercamiento e integración a una cultura diferente que precisa reinterpretaciones. En el 2004 se obtuvo financiamiento por parte del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria, lo que ha permitido profundizar y ampliar la cobertura del trabajo. De esta manera este proyecto se configura como el primer trabajo extenso y específico para la prevención y la asistencia del VIH/ SIDA en población indígena de la Argentina. Frente a las concepciones tradicionales de “salud y enfermedad” se generaron espacios para discutir y reconstruir este proceso. Así se fue generando una mayor capacidad para comprender la complejidad de los determinantes y explicar estas relaciones entre los procesos más generales de la sociedad y la salud de los individuos y los grupos sociales. La comprobación empírica del carácter histórico de la enfermedad no está dada por el estudio de su manifestación en los individuos, sino por el análisis del proceso que se da en la colectividad humana. Es decir, la naturaleza social de la enfermedad no se verifica en el caso clínico sino en un modo característico de enfermar y morir de los grupos humanos. En este sentido, el tratamiento antirretroviral de alta eficacia (TAAE) marca un punto de inflexión en la evolución de los casos individuales. Desde el campo científico de los ensayos clínicos, esto se ha venido traduciendo al campo social y de la gestión sanitaria, incorporándose a las pautas culturales de la comunidad, y reduciendo las tasas de mortalidad allí donde se lo implementa. El TAAE se compone de un mínimo de tres drogas que deben ser indicadas en cierto momento evolutivo de la infección por VIH/SIDA y de acuerdo a las particularidades de cada persona. Argentina figura entre los países del mundo que ha podido afrontar los altos costos de esta terapéutica a escala poblacional a través de su compra y provisión a las jurisdicciones sanitarias por parte de un programa nacional y a través de normas regulatorias del ámbito de salud de obras sociales y empresas de medicina prepagas. Este acceso se inicia a principios del ’90 y se generaliza a partir de 1997, con cierta demora respecto de otros países más desarrollados del mundo. La Secretaría de Salud Pública de Rosario, por medio de su Red de Centros de Salud y Hospitales, brinda atención médica y social integral en forma gratuita a más de

700 personas viviendo con VIH que reciben TAAE, y a 300 más que aún no han debido iniciarlo. Para el monitoreo de estos pacientes y de sus tratamientos, se dispone de determinaciones de subpoblaciones linfocitarias CD4/CD8 y de carga viral, suministradas por el nivel nacional. En los esquemas habituales de TAAE en uso se cuentan desde un mínimo de 4 hasta 10 y más pastillas por día, que deben ser ingeridas por boca en esquemas horarios fijos y de manera permanente e ininterrumpida en el tiempo, sin omisiones si es que se quiere obtener su máximo beneficio. En conocimiento de las dificultades que plantea la correcta adherencia a estos tratamientos, por su rigidez horaria y por ciertos efectos colaterales, los equipos de salud trabajan cotidianamente en la búsqueda de las mejores formas de que las personas viviendo con VIH/SIDA puedan cumplir con sus esquemas, compatibilizándolos con sus modos de vida, hábitos y recursos. Siguiendo la tendencia de trabajo mundial, y ante la aparición de un creciente número de casos de VIH resistente a diversos antirretrovirales, desde el gobierno municipal de Rosario, se ha incorporado desde el año 2003 el estudio de Genotipo con Fenotipo Virtual del VIH, como una intervención de indudable relación costo / beneficio para la optimización de los resultados del tratamiento. La atención de los diversos aspectos sociales que la epidemia de VIH plantea llevó a desarrollar un área específica de acción social para las personas viviendo con VIH/SIDA, (PVVS). Este área funciona en el CEMAR, y se ocupa de la obtención de diversos beneficios, destinados a las múltiples necesidades que presentan los individuos y familias alcanzados por la epidemia, tales como el problema habitacional, cuestiones jurídicas, pensiones diversas, etc. Así como en tantas otras áreas, en el campo de trabajo del VIH / SIDA, la política municipal ha sido intensificar el trabajo conjunto y consensuado con la comunidad, sosteniendo y articulando acciones y estrategias con múltiples actores institucionales. Entre estos actores, las personas viviendo con VIH/SIDA, y las organizaciones no gubernamentales, son clave ya que su participación activa enriquece y optimiza la tarea gubernamental, permitiendo la evaluación y rediseño periódico de las acciones más pertinentes para nuestro contexto. En relación a las PVVS, toda la red de salud municipal trabaja con el objetivo de favorecer su participación en diversas áreas y proyectos de trabajo, generando espacios para su involucramiento y mayor protagonismo. Las redes locales de PVVS reciben apoyo especial para sus actividades, ya sea a través del financiamiento de proyectos, como por medio de la facilitación de ámbitos físicos, capacitaciones, impresión de materiales, viajes a encuentros y congresos, etc. Desde los inicios del Programa Municipal de SIDA, una tercera parte de su personal está formado por personas viviendo con VIH /SIDA. La idea de este trabajo, es que las personas viviendo con VIH que se apropian de su problemática, realizan un valioso trabajo de prevención primaria al evitar transmitir el VIH, y colaboran en la construcción de la prevención secundaria en sí mismos y entre pares. En cuanto a las ONGs, el municipio tiene una clara política de integración democrática brindando el apoyo a las iniciativas propuestas por diversas organizaciones. Desde 1998 el apoyo se materializa a través de una convocatoria anual a presentación de proyectos, que luego son evaluados y seleccionados para su co-financiamiento por parte del municipio. Actualmente el 12% del presupuesto del Programa Municipal de SIDA se destina a esta finalidad. A la convocatoria acuden y

han sido seleccionadas, ONGs de diversa extracción como: ONGs específicas de SIDA, ONGs de adicciones, ONGs dedicadas a la comunidad GLTTB ( gay, lésbica, travesti, trasnsexual, bisexual), ONGs dedicadas al género femenino, ONGs del sector educativo, ONGs con trabajo con chicos de la calle, ONGs que agrupan a trabajadoras sexuales, etc. Además de este apoyo financiero, y como otra forma de interacción, el Programa Municipal de SIDA y la Secretaría de Salud Pública de Rosario por su intermedio, reciben asesoría periódica en diversos temas vinculados al VIH / SIDA de parte de un Comité Asesor de las ONGs locales, delineado por la misma ordenanza de creación del Programa, en 1992. Como perspectiva de trabajo, se espera sostener el proceso en curso de progresiva apropiación por parte de la comunidad y la red de salud de actitudes claves como el diálogo sobre el problema del VIH, el uso del preservativo, y la concurrencia voluntaria