Ponencia en Congreso

Ponencia en Congreso Evolución histórica de dos estructuras económico sociales agrarias: el caso de Misiones y Tucumán. Un acercamiento a la situación...
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Ponencia en Congreso Evolución histórica de dos estructuras económico sociales agrarias: el caso de Misiones y Tucumán. Un acercamiento a la situación de los agricultores familiares y los asalariados. Autores: Ramisch, Guillermo. [email protected] Chifarrelli, Diego. [email protected] Golsberg, Celeste. [email protected] Presentado en: VI JORNADAS INTERDISCIPLINARIASDE ESTUDIOS AGRARIOS Y AGROINDUSTRIALES Grupo de trabajo: Área temática 4. Procesos de reestructuración en áreas rurales Lugar y fecha: Buenos Aires, noviembre de 2009 Unidades: Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar, Región NOA (IPAF NOA) – INTA. Perteneciente al CIPAF – INTA AER Puerto Rico - INTA, Misiones Página Web: http://www.inta.gov.ar/cipaf/index.htm

VI JORNADAS INTERDISCIPLINARIAS DE ESTUDIOS AGRARIOS Y AGROINDUSTRIALES Evolución histórica de dos estructuras económico sociales agrarias: el caso de Misiones y Tucumán. Un acercamiento a la situación de los agricultores familiares y los asalariados.

Ramisch, Guillermo (*), Chifarrelli, Diego (**) y Golsberg, Celeste (*), Área temática: 4 (Procesos de reestructuración en áreas rurales).

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1. INTRODUCCION

El presenta trabajo surge como una contribución parcial a un proceso mas amplio de investigación en el que buscamos caracterizar la situación de la Pequeña Agricultura Familiar en Argentina (PAF). En este en particular, estamos analizando los principales rasgos de la evolución de dos estructuras económico-sociales agrarias (EES), como la de Tucumán y Misiones. Buscamos comprender las posibilidades de reproducción de la PAF según progresa la acumulación de capital. Para esto, seguimos la propuesta teórico-metodológica del PIMSA basada en la utilización de los censos nacionales, principalmente el de población, aunque también utilizamos el agropecuario y otras fuentes estadísticas. Partimos de la categoría de población y de cómo esta se dispone en el proceso de producción y reproducción social bajo el capitalismo, comprendiendo que cada modo de producción social tiene sus propias leyes de población. La elección de estas dos provincias tiene que ver con la posibilidad de analizar un mismo proceso —el desarrollo de la acumulación de capital en el campo—bajo dos situaciones concretas distintas. Tucu-

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(*) y (**) Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. (*) IPAF NOA, Jujuy. (**) AER Puerto Rico, Misiones.

mán y Misiones han encabezado históricamente el ranking de las provincias más densamente pobladas y de más elevada ruralización. Sin embargo, presentan notables diferencias. En Tucumán, el asentamiento intenso de la población en el campo ocurre a principios del siglo pasado mientras que en Misiones este fenómeno se desarrolla hasta prácticamente la mitad del siglo, aunque se sigue desarrollando de forma menos intensa hasta 1980. Tucumán ha tenido un agro tempranamente ligado a la gran industria, con un elevado peso de relaciones asalariadas y semisalariadas. En Misiones, en cambio, el rasgo distintivo ha sido el carácter pequeño propietario de base inmigratoria fundamentalmente europea. ¿Cuáles son los principales rasgos que definen hoy a estas dos provincias en lo relativo a sus agros? ¿Qué hay de general y que de singular? ¿Cuál es la situación de la PAF y los asalariados hoy? ¿Que elementos surgen del proceso de desarrollo del capital en estas dos provincias para evaluar el futuro de la PAF y los asalariados en ambas? ¿Qué lecciones pueden extraerse de cara a la formulación de proyectos de desarrollo que apunten a la sustentabilidad y a la equidad social?

2. EL MOVIMIENTO DE LA SOCIEDAD BAJO EL CAPITALISMO

2.1. Razón histórica y naturaleza del modo de producción capitalista Es importante comenzar afirmando que el capital no es una “cosa” sino, una relación social de producción. Relación social que en su proceso de desarrollo histórico, va separando a los productores directos de sus medios de producción, produciendo por un lado trabajadores libres — de sus medios de producción— y por otro, propietarios libres de poder emplearlos según el derecho consagrado en la constitucionalidad moderna. Vale decir, el desarrollo de esta lógica de producción social, es a su vez, el desarrollo de las dos clases fundamentales que corresponden a este modo de producción: la clase de los empresarios capitalistas (o burguesía) y la de los trabajadores asalariados (o proletariado). En las sociedades en donde rige el modo de producción capitalista, la producción y la distribución de bienes funciona subsumida al proceso de valorización del capital. En otras palabras, lo que motoriza la economía capitalista es la obtención de la ganancia empresarial y no la satisfacción de las necesidades sociales. La ganancia empresarial es la expresión realizada en el ámbito de la circulación del proceso de metabolismo de trabajo asalariado ocurrido en el ámbito de la producción, en donde los trabajadores asalariados producen más valor que el que el empresario ha desembolsado para poner en movimiento el proceso. Si la ganancia justifica la inversión, la economía funciona, sino, se produce ralentización, crisis y desinversión hasta que el sistema llega a un nuevo punto de equilibrio en donde el proceso se reinicia bajo nuevas condiciones. Ahora bien, el modo de producción capitalista es un tipo de organización social histórica que se ha desarrollado, a su vez, como expresión de un tipo particular de relación entre las fuerzas

productivas y las relaciones de producción. Hasta el momento, la humanidad ha vivido bajos distintos modos de producción que han expresado distintos grados de desarrollo de las fuerzas productivas. En la medida que han aportado a este desarrollo, los modos de producción anteriores se expandieron, en la medida que las relaciones de producción comenzaron a trabar el desarrollo de las fuerzas productivas, los modos de producción comenzaron procesos de decadencia, inaugurándose etapas de transiciones y revoluciones sociales (Germer, 2006). A su vez el aumento en la capacidad productiva de la humanidad ha significado también el desarrollo del intercambio y el comercio, es así como se fue configurando el sistema mundial que caracteriza nuestra época. Es por eso que desde un punto de vista histórico, lo que hoy se denomina globalización o mundialización, no es otra cosa que el producto de cientos de años de desarrollo de la división social del trabajo provocado por el incesante incremento de las fuerzas productivas. Esta fue, si se nos permite, la función progresiva del capitalismo: contribuir a este desarrollo, posibilitar un nuevo ciclo de expansión de las fuerzas productivas a escala planetaria con un incremento en la productividad del trabajo nunca antes visto. Ahora bien, al afirmar que el modo de producción capitalista es histórico estamos afirmando que como los anteriores modos de producción, éste recorrerá un ciclo de nacimiento, desarrollo, esplendor (creemos que hasta aquí ya se ha avanzado), decadencia y descomposición, y extinción y su consecuente reemplazo por nuevas relaciones que potencien un nuevo ciclo histórico de desarrollo de las fuerzas productivas. Lo que nos intereso mostrar hasta aquí es la alta relación que existe entre el desarrollo de las fuerzas productivas —y el grado de desarrollo de la división social del trabajo a este proceso asociado— y el momento por el que transita un determinado modo de producción social, en nuestro caso, el modo de producción capitalista que “es la fuerza que mueve nuestra época y la caracteriza” 2 . Ya entrando en las determinaciones internas que explican el devenir del capitalismo, nos interesa marcar el fenómeno de la competencia empresarial. La anarquía entre producción y consumo que eleva al mercado como organizador social de las prioridades determina un comportamiento competitivo a nivel empresarial en donde aquellos que logran los menores costos unitarias ganan, mientras que los que no inician distintos grados de de descapitalización y van siendo enviados a las filas del trabajo asalariado. 3 Este proceso está en la base de la concentración y centralización de los medios de producción que es consustancial al proceso de acumulación. La concentración es impulsada por la penetración de las relaciones capitales en nuevos 2

Kautsky (2002:3) comenzaba su obra clásica “La cuestión Agraria” haciendo observable esto mismo. “El modo de producción capitalista domina la sociedad de hoy y el antagonismo de clase que engendra entre capitalistas y proletarios es la fuerza que mueve nuestra época y la caracteriza”. 3

“La lucha de la competencia se libra mediante el abaratamiento de la mercancía. La baratura de la mercancía depende, cateribus paribus, del rendimiento del trabajo y éste de la escala de producción. Según esto, los capitales más grandes desalojan necesariamente a los más pequeños” o también que según avanza el régimen capitalista, “aumenta el volumen mínimo de capital individual necesario para explotar un negocio en condiciones normales” Marx (2001).

campos de producción, mientras que la centralización los es por la competencia que se establece entre los capitales ya existentes para ganar escala y competitividad. En esta fase del capitalismo, si bien se siguen desarrollando los dos aspectos, la centralización adquiere proporciones gigantescas con el desarrollo del capital financiero 4 . Por último, es necesario destacar otros dos procesos asociados a la producción de una superpoblación relativa a las necesidades de acumulación de capital. Por un lado, según sean los ciclos (alcistas, de estancamiento, de crisis o recesivos) por los que pasa el capital con respecto a la variación de la tasa de ganancia, encontraremos también, una mayor o menor proporción de sobrepoblación de obreros que va a funcionar, como toda mercancía, regulando el valor de la fuerza de trabajo. Pero por otro lado, conforme avanza la acumulación en términos históricos —no ya meramente coyunturales— aumenta la población obrera producida en exceso y la población no productiva, parasitaria. La ampliación de la población obrera sobrante y la ampliación de la población no productiva son indicadores del grado de descomposición social por el que comienza transitar el capitalismo mismo.

2.2. Extensión y profundidad del desarrollo del capital Es posible reconocer en la historia del desarrollo del capital, dos etapas distintas. Una primera llamada de “subsunción formal” en donde el capital se limita a convertir los las producciones artesanales en empresas capitalistas con el objetivo de producir excedente bajo su mando. En esta etapa, el capital solo puede crecer extendiendo la base técnica heredada. Cuando el capital se desarrolla sobre la base de una misma base técnica, ocurre lo que denominamos desarrollo predominantemente en extensión. La segunda etapa, denominada de “subsunción real” ocurre cuando sobre el anterior proceso comienza a operar y predominar, la modificación misma de la base técnica a instancia de la aplicación de la ciencia y el sistema de maquinaria al proceso de producción. Cuando el capital avanza de esta forma decimos que existe un desarrollo predominantemente en profundidad. Entonces, cuando el capital se reproduce en “extensión” lo que hace es ampliar la producción multiplicando una situación productiva dada, en cambio, cuando se reproduce en “profundidad” este va revolucionando esa situación productiva imponiéndose completamente sobre el trabajo. Cuando la acumulación ocurre en extensión, conjuntamente con esta se incrementa el número de obreros, cuando ocurre en profundidad, la tendencia es la contraria, al sustituirse el componente vivo del capital por el muerto.

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Por capital financiero nos referimos, siguiendo a Lenin, a la unión del capital industrial y el bancario, es decir, a la forma de producción que se hace dominante y comanda este período de internacionalización de las relaciones mercantiles, en la cual, la gran banca, la gran industria, el gran comercio y la gran producción agraria se fusionan en verdaderas corporaciones. Es la forma que toma el capital para-si, como producto del despliegue de sus propias contradicciones. Es la forma típica de vanguardia que rige el actual período histórico, que opera subordinando a todas las demás formas anteriores (manufacturas, fabricas, supermercados, pequeños y medianos productores agrarios e industriales) al imponer el tiempo social de producción que regula la vida económica.

Para nuestro estudio, esto es importante porque en regiones en donde la colonización de la frontera agrícola está abierta, el capital tiende a reproducirse predominantemente en “extensión” ocupando el territorio productivo sobre una base técnica. Cuando un territorio ya está ocupado, lo normal es que comience a predominar el desarrollo predominantemente en profundidad, pues la acumulación solo puede avanzar revolucionando el proceso técnico, ya que la posibilidad de extenderse ha sido vedada por el fin de la superficie ocupable Y esto se observa en el movimiento de la población rural y agrícola. Ambas tienden a aumentar de forma absoluta conforme se ocupan productivamente nuevas zonas. Cuando el capital comienza a desarrollarse en “profundidad” es cuando podemos observar la disminución de ambas poblaciones, merced al aumento de la productividad del trabajo ocasionado por el desarrollo de las fuerzas productivas. Como consecuencia de esto se pueden observar procesos de expropiación de pequeños propietarios, la disminución de los obreros ocupados en relación al capital invertido, y, consiguientemente, en la expulsión de la población agrícola.

3. NUESTRO CASO DE ESTUDIO

3.1. El movimiento de la población rural y agrícola La categoría de población es la base desde donde resulta posible acercarnos al fenómeno de la organización y movimiento de una EES, en tanto ésta va definiendo en su dinámica esencial una particular forma de disposición de los recursos humanos en el espacio productivo-social y en el tiempo. Todo modo de producción presenta sus propias leyes poblacionales, leyes que se relacionan no solo con la población empleada, sino también, con aquella población que va siendo producida en exceso a las capacidades ocupacionales que en un determinado momento todo modo de producción posee. En el modo de producción capitalista existen dos tendencias que nos interesan particularmente para ser aplicadas en el estudio del agro que son:

a)

La

tendencia histórica al descenso de la PR frente la población urbana y b) la tendencia a la disminución de la PA conforme el capital desarrolla sus potencias productivas en profundidad. Cabe destacar que este último fenómeno es propio de toda rama que ha quedado subsumida a la producción capitalista. Siguiendo estos dos indicadores (PR y PA) es posible acercarse a una estimación del momento por el que transita una determinada EES agraria en cuanto al grado de madurez del sistema. Como puede observarse en el gráfico 1 y 2, Misiones y Tucumán presentan grados relativos de desarrollo del capitalismo agrario muy distintos, a pesar de ser dos provincias que se han caracterizado por poseer una importante población en el medio rural. En Misiones la PR comienza a estancarse y a presentar un leve decrecimiento recién a partir de la última década, mientras que en Tucumán, la PR cae marcadamente a partir de 1960. Esto esta muy ligado al comportamiento que sigue la PA, la cual cae desde la misma fecha que la PR en Tucumán, mientras que para Misiones, el proceso comienza a observarse en 1991.

Población Rural y Agrícola Misiones

Población Rural y Agrícola Tucumán 400.000

350.000

350.000

300.000 250.000

250.000

PR

200.000

PA

150.000

Población

Población

300.000

200.000

PR

150.000

PA

100.000

100.000

50.000

50.000

0

0

1914

1.947

1.960

1.980

Años

1.991

2.001

1914

1.947

1.960

1.980

1.991

2.001

Años

Gráficos 1 y 2. Variación de la Población Rural y Agrícola en Tucumán y Misiones (1914-2001)

El agro tucumano disminuye en su conjunto la capacidad de empleo de la fuerza de trabajo desde 1960 mientras que en Misiones lo hace desde 1991. Aquí también hay algunas diferencias. Por ejemplo, la PA cae en Misiones entre 1991-2001 un 25% pero la PR apenas lo hace en un 2,2%. En Tucumán, los datos son 41% PA y 32% PR para el mismo período. Esto muestra que en Tucumán la merma en la PA explica mucho más la caída en la población rural que en Misiones. Visto desde otro ángulo, la PR tucumana absorbe menos población sobrante de la rama que la misionera. Si bien nos estamos acercando de forma general al movimiento de cada provincia y por ahora no estamos tomando cierta diversidad interna en cada una de las mismas, podemos afirmar que el paso de un desarrollo de tipo en extensivo a uno predominantemente intensivo ocurre para el agro tucumano en 1960 mientras que en Misiones el proceso es mas reciente y se visualiza a partir de 1990. Parte de ésta diferencia esta en el hecho de que en Misiones, la colonización del territorio se ha desarrollado hasta los años 1980 e incluso 1990 5 .

3.2. Aproximación al grado de desarrollo de las fuerzas productivas Hasta donde se han desarrollado las fuerzas productivas lo indica de modo palpable el grado hasta el cual se ha desarrollado en ella la división del trabajo. Toda nueva fuerza productiva, cuando no se trata de una simple extensión cuantitativa de fuerzas productivas ya conocidas con anterioridad trae como consecuencia un nuevo desarrollo de la división del trabajo. La división del trabajo dentro de una nación se traduce, ante todo, en la separación del trabajo industrial y comercial con respecto al trabajo agrícola y, con ello, en la separación de la ciudad y el campo y en la contradicción de los intereses entre una y otro. Su desarrollo ulterior conduce a la separación del trabajo comercial del industrial. Pero ¿cómo medir el grado de desarrollo de las fuerzas productivas materiales en relación a los datos con los que podemos contar (CNPyV)? 5

Como la Colonización Oficial de Comandante Andresito y la de los departamentos Manuel Belgrano y San Pedro

Carrera y Podestá (1989) proponen agrupar los datos sobre la distribución por ocupaciones de toda la población económicamente activa en los siguientes apartados: Población Agrícola, Población industrial y comercial y Población no productiva 6 . El criterio seguido para la organización de los datos censales en estos tres apartados se corresponden “estrictamente” a lo planteado por los autores (Carrera y Podestá, 1989:13-15 y Anexo C-III-1), no lo describiremos aquí por razones de espacio y focalización del trabajo, pero los resultados obtenidos son los siguientes (cuadro Nº1 y 2):

Categoría

1991

2001

Nº Población Agrícola

%



%

51620

10,9

33960

8,1

Población Industrial y comercial

220390

46,4

207690

49,4

Población no productiva

202669

42,7

178362

42,5

Cuadro Nº1. Distribución de la población agrícola, industrial y comercial y no productiva en la provincia de Tucumán para los años 1991 y 2001. Fuente: elaboración propia, según metodología descrita, en base a información del CNPyV 1991 y el CNPHyV 2001. 1991

Categoría

2001



%

Población Agrícola

96573

29,6

Nº 70619

23,6

%

Población Industrial y comercial

132788

40,7

121829

40,7

Población no productiva

97273

29,8

107242

35,8

Cuadro Nº2. Distribución de la población agrícola, industrial y comercial y no productiva en la provincia de Misiones para los años 1991 y 2001. Fuente: elaboración propia, según metodología descrita, en base a información del CNPyV 1991 y el CNPHyV 2001.

Ahora ¿cómo interpretar estos datos? La población agrícola no puede ser definida al margen del régimen histórico concreto de producción en que se inserta. La población de un país de economía capitalista débilmente desarrollado (no es el caso de la Argentina) es casi exclusivamente agrícola, lo que no significa que sólo se dedique a la agricultura sino que la población ocupada en la agricultura transforma ella misma los productos de la tierra y está muy poco desarrollada la división social del trabajo. Como afirmamos cada régimen histórico concreto de producción tiene sus leyes de población propias; en el régimen de producción capitalista la población agrícola disminuye constantemente en relación a la no agrícola mientras la población industrial y comercial crece en términos absolutos, la población agrícola disminuye en términos absolutos, salvo que se produzca una expansión sobre nuevas tierras, lo cual implica un crecimiento aun mayor de la población industrial y comercial (Carrera y Podestá, 1987). Esto nos permite comprender parte de lo que sucede en las provincias analizadas. En Tucumán la población agrícola venia descendiendo desde 1960, como hemos observado en un apartado 6

Mas exactamente que no participa en la actividad económica.

anterior. Esto se condice con la importancia absoluta y relativa que posee la población industrial y comercial, en torno al 50 % del total, esto nos estaría indicando un alto grado de desarrollo de la división social del trabajo y, a la vez, un alto grado de desarrollo económico capitalista. Pero otro dato muy interesante que aparece en este cuadro es el alto peso que posee la población no productiva (jubilados, pensionados, trabajadores estatales o personas que viven de la asistencia del Estado, etc.). Como hemos mencionado conforme se desarrolla el capital predominantemente en profundidad lo hace modificando permanentemente las fuerzas productivas, esto es incorporando tecnología que disminuye la mano de obra y por tanto aparece un efecto repulsivo de trabajadores, generando población sobrante para las necesidades del capital. Esta población sobrante la podemos observar en la importante proporción de población que se encuentra en la categoría no productiva pero también en la población desocupada como se observa en el siguiente cuadro.

Año

Ocupados

Desocupados

PEA

Absoluto

%

Absoluto

%

Absoluto

1947

198156

96,2

7884

3,8

206040

1960

247260

95,9

10681

4,1

257941

1970

153800

98,7

1950

1,3

155750

1991

362355

91,0

35920

9,0

398275

2001

329449

65,4

174045

34,6

503494

Cuadro Nº3. Distribución de la población Económicamente Activa en la provincia de Tucumán según estén ocupados o desocupados, para los años 1947, 1960, 1970, 1991 y 2001. Fuente: elaboración propia, en base a información del CNPyV 1947, 1960, 1970, 1991 y el CNPHyV 2001.

Aquí observamos que la PEA aumento en términos absolutos, puntualizándose un descenso particular en el año 1970, que se recupera y sobrepasa los límites históricos, en los años subsiguientes. El porcentaje de población desocupada para el primer periodo 1947 – 1970 se mantiene bajo para aumentar significativamente para el año 1991 y mas que triplicarse para el 2001, claramente en este último censo encontramos el efecto particular de la crisis de convertibilidad (Basualdo, 2006), pero más allá de este efecto este es un proceso que se observa previamente como se observa en los datos. Esto se condice con los datos observados en el cuadro Nº1 de distintas maneras el efecto del desarrollo del capitalismo en profundidad se observa en los datos presentados. En la provincia de Misiones se observa que la población industrial y comercial también tiene una importancia relativa alta (en torno al 40%), esto nos demuestra que aquí también la división social del trabajo se ha desarrollado. Pero la diferencia central aquí radica en que la población agrícola sigue teniendo una importancia destacada y por tanto la población no productiva es menor (comparativamente con los índices alcanzados en Tucumán). Esto se explica desde diferentes cuestiones. Por un lado, como hemos mencionado en misiones conviven modelos de

desarrollo capitalista predominantemente en extensión y predominantemente en profundidad (Chifarelli, 2009), esto con una frontera agrícola en expansión (por lo menos hasta el momento). Por lo tanto el medio rural y la producción agrícola están funcionando como “buffer”, conteniendo a la población sobrante para el capital que no encuentra posibilidades laborales en otros rubros productivos 7 . No obstante como podemos observar en el cuadro Nº2 la población agrícola disminuye tanto en términos absolutos cuanto relativo. Esto nos comienza a demostrar que este fenómeno encuentra sus límites concretos en la medida que avanza el proceso de acumulación.

3.3. Movimiento de las categorías ocupacionales El análisis del movimiento de las categorías ocupacionales permite acercarse indirectamente a los grupos sociales fundamentales que conforman una EES y dan vida a la producción material misma. Las relaciones entre obreros y patrones dan cuenta de la relación social general del modo de producción capitalista, mientras que las de trabajador por cuenta propia (TCP) y familiares sin remuneración (TFSR) puede estar hablando de más de una situación, como por ejemplo, diversas formas productivas de tipo mercantil, de subsistencia o incluso, algunas formas “miserables” de ganarse la vida como cartoneros, etc. La relación social general que establece en su desarrollo el modo de producción capitalista es la relación trabajo asalariado-capital. Conforme se despliega ésta —que no es otra cosa que el despliegue mismo del proceso de acumulación—aumenta el proletariado a instancias de los productores directos. Ahora bien, esta tendencia al incremento del proletariado conforme avanza la acumulación es propia de momentos en los que el capital se despliega sobre una base técnica dada, es decir, en momentos de desarrollo predominantemente en extensión. Sin embargo, lo propio del capital —y más en esta época— es revolucionar constantemente la base tecnológica sobre la que opera, hecho que está ligado, como venimos afirmando, a la repulsión de importantes masas de obreros de la producción. Por lo tanto, esta dialéctica entre la atracción e incremento del proletariado y su repulsión hacia las filas de la superpoblación relativa conviven, haciéndose más importante esta última en las crisis de superproducción en particular y según avanza la acumulación y la senilidad del capital en general. Con esto queremos decir que en una época avanzada del capital es posible encontrar importantes sectores de la población asalariada expulsados de la producción que reproducen su existencia material en condiciones de extrema precariedad y bajo relaciones no estrictamente asalariadas. Esta población queda oculta muchas veces en los censos bajo la categoría TCP o TFSR.

7

Un caso emblemático al respecto lo constituyen los trabajadores motosierristas del municipio de Puerto Libertad (departamento de Iguazú), quienes luego de perder las fuentes laborales por la incorporación de procesadoras forestales comenzaron un proceso de ocupación y puesta en producción de tierras, como única alternativa para garantizar, al menos mínimamente, sus condiciones materiales de existencia.

Ya entrando en nuestro caso, vemos que en todo el período analizado ambas provincias muestran la presencia de relaciones asalariadas de considerable importancia, aunque es notablemente superior esta categoría en Tucumán. En efecto, como se muestra en los gráficos 3 y 4, el agro Tucumano muestra un desarrollo distinto al de Misiones. En Misiones —y siempre analizando el proceso en sus rasgos generales— la relación que se observa entre obreros y patrones marca el predominio del pequeño patrono, mientras que en Tucumán, los datos muestran una mayor cantidad de obreros por patrón, hecho que indica el predominio de la gran y mediana empresa. Sin embargo, a pesar de las diferencias, ambas provincias siguen una tendencia similar pues el número de obreros empleados por patrón crece desde 1947 en las dos como destacamos en cuadro Nº 4. En efecto, más que se duplica en Tucumán y se cuadruplica en Misiones.

Grafico 3. Categorías ocupacionales según CNPyV (1947-2001)

Grafico 4. Categorías ocupacionales según CNPyV (1947-2001)

Relación

Tucumán

Misiones

1947

7,2

1,5

1960

13,4

3,2

1980

16,2

9,3

Obrero/Patrón

1991 2001

5,3 17,9

6,2

Cuadro 4. Relación obreros por patrón según CNPyV (1947-2001)

En Tucumán, el proceso de desarrollo predominantemente en extensión se cancela, como decíamos, en 1960 mientras que en Misiones lo hace a partir de 1991, dando lugar al desarrollo predominantemente en profundidad que involucra, como mostramos, la disminución en términos absolutos de la PA. Lo que observamos en su conjunto en Tucumán es que toda la estructura ocupacional disminuye pero guardando cierta relación hacia su interior. En cambio, en Misiones, lo que se ve es un incremento notable de la categoría de TCP y TFSR dentro del descenso absoluto general que caracteriza el movimiento de las últimas décadas. La hipótesis que sostenemos es que en Misiones, aún ya comenzado el proceso de desarrollo del capital en profundidad, la situación de una frontera agrícola para la colonización permitió y ciertamente permite — aunque ya de manera muy reducida— el asentamiento de la población que comienza a exceder las capacidades ocupacionales de las zonas ya colonizadas. El estudio de Chifarelli (2009) mencionado en el norte provincial demuestra como al interior de esta provincia existen comportamientos ocupacionales distintos, encontrándose repulsión de asalariados, TCP y TFSR en el Noroeste y absorción en el Noreste. En Tucumán, la población excedente migra de la rama mientras que en Misiones permanece en zonas de frontera agrícola bajo distintas modalidades de subsistencia, combinando incluso el trabajo asalariado de tipo estacional con la producción domestica. En Tucumán, los TCP han pasado desde 1947 hasta el 2001 del 15 al 17% aproximadamente. Mientras que los TFSR han caído del 10% al 4,5%. El proletariado ha sido y es el elemento fundamental del agro Tucumano estando siempre por encima del 60% superando el 70% en el 2001. En cambio en Misiones, los TCP han pasado —en el mismo período— del 5,9% al 41,5%, mientras los TFSR pasaron del 14,7% al 26%. Por otro lado, el proletariado ha pasado del 47,8% a 27,8%, hecho que se ve explicado por la caída de los patrones del 31,49% al 4,3%. Este cambio es mucho menos drástico en Tucumán en donde los patrones caen del 9,1% al 4,1%. Estos datos marcan el pauperismo que ha experimentado un importante sector de la pequeño burguesía agraria misionera que ha quedado reducida a pequeño burguesía pobre o productor de subsistencia, perdiendo capacidad de explotar fuerza de trabajo ajena, debiendo recurrir a los familiares directos. En síntesis, el proceso de acumulación de capital en

ambas provincias nos está mostrando distintas particularidades en relación a las modalidades que va asumiendo ésta. En Tucumán, el régimen de gran industria produjo un proletariado y semiproletariado agrario numeroso que alcanzó su pico en los años 60´comenzando luego un proceso importante de desalojo de las distintas categorías que componen PEA, aunque manteniendo cierta estructura relacional hacia su interior. En Misiones, este desarrollo ocurre con un peso extremadamente importante de la figura del pequeño patrono, figura que pierde presencia desde los 80´dando lugar a una importancia relativa sobresaliente de la categoría TCP y TFSR.

3.4. La residencia de la población agrícola Observemos que sucede con la distribución de la población agrícola según el lugar en donde reside (cuadro integrado Nº5).

Tucumán Categoría

Misiones

Población Agrícola

Categoría

Población Agrícola

Absoluta

%

Absoluta

%

TOTAL

33960

100

TOTAL

70619

100

Rural

24196

71,2

Rural

59899

84,8

Disperso

21976

64,7

Disperso

57442

81,3

Agrupado

2220

6,5

Agrupado

2457

3,5

Urbano

9764

28,8

Urbano

10720

15,2

Cuadro Integrado Nº5. Distribución de la población económicamente activa de la rama de la Agricultura según se encuentren en zona rural o urbana en la provincia de Tucumán y Misiones para el año 2001. Fuente: elaboración propia en base a información del CNPHyV 2001.

En este cuadro podemos ver que en Tucumán casi un 29% de la población que trabaja en la rama agrícola (ganadera, forestal y pesquera) reside en centros urbanos. Mientras que el 71% restante reside en zonas rurales. Este es un fenómeno que podría estar expresando dos cuestiones: la primera es una emigración de los propietarios rurales ya sea de grandes o medianas explotaciones a los pueblos o ciudades en busca de mejores condiciones de vida (básicamente servicio y esparcimiento) dejando el trabajo directo de su explotación al trabajo asalariado en distintas condiciones de contratación, quedando el propietario a cargo de la administración y dirección de la explotación. Por el otro lado un aumento de los trabajadores rurales que tienen residencia en el sector urbano. Igualmente en cualquiera de los dos casos esta es una muestra más del avance de las relaciones salariales y del desarrollo del capitalismo en la agricultura que se convierte en una rama de la industria. A su vez, el asentamiento en los pueblos y ciudades le otorga a la fuerza de trabajo un grado de movilidad distinto, movilidad que resulta indispensable para una familia que debe construir un ingreso colectivo en una época en la cual, el trabajo precarizado es el dato más relevante del mercado laboral (Ramisch 2008). La complementación de ingresos se ha tomado como un fenómeno destacado en esta etapa de la globalización de la

agricultura analizado bajo el término de pluriactividad (Craviotti, 1999; Neiman et. al., 2001; Schneider, 2003; Schneider y Conterato, 2006). En nuestro caso lo entendemos como una estrategia de subsistencia, como expresión de la situación de precariedad y empobrecimiento de las distintas fracciones de la agricultura familiar dentro de su situación de crisis estructural y como parte de un proceso transicional hacia la asalarización. En el caso de Misiones esta tendencia es menor y se condice con lo analizado hasta el momento. La población agrícola que reside en los sectores urbanos es marcadamente menor 15%. No obstante este proceso se manifiesta en algunos departamentos en donde el capitalismo se ha desarrollado en profundidad. Este es el caso del departamento de Iguazú (cuadro Nº6), en donde para el año 1991 ya el 48% de la población agrícola residía en la zona urbana y este índice aumenta al 71% para el años2001 8 .

Población Agrícola en el Depto. Iguazú Categoría

1991

2001

Absoluta

%

Absoluta

%

TOTAL

3101

100

2607

100

Rural

1589

51,2

742

28,5

Disperso

1589

51,2

742

28,5

Agrupado

0

0

0

0

1512

48,8

1865

71,5

Urbano

Cuadro Nº 6. Distribución de la población económicamente de la rama de la Agricultura según se encuentren en zona rural o urbana en el departamento de Iguazú para los años 1991 y 2001. Fuente: elaboración propia en base a información del CNPyV 1991 y el CNPHyV 2001.

3.5. Comparación de potencia y antigüedad de los tractores La antigüedad y la potencia de los tractores es otro indicador complementario a lo que venimos exponiendo. Los registros del CNA de 1988 indicaban que de las 8.976 unidades que constituían del parque de tractores de la provincia de Tucumán, el 82% tenía más de 10 años, es decir que la mayoría de éstos equipos datan de la década de 1970 y que la potencia de los mismos era menor a los 100 HP en su gran mayoría (91%). En el extremo opuesto nos encontramos con un 3 % de equipos de más de 140 HP. En cambio, para el año 2002, 14 años después podemos observar que el parque de tractores se redujo, pasando a 7.778 unidades, es decir que se redujeron 1.198 dispositivos, acompañando la pérdida de pequeñas y medianas explotaciones familiares cañeras. Sólo el 6 % de los tractores se ha renovado, pero con artefactos de gran 8

Cabe señalar que la proporción de población del depto. Iguazú que trabaja en la rama de la Agricultura y pertenece a la categoría ocupacional obrero correspondía a 65% para el año 1991 y 75% para el año 2001. Para profundizar este tema ver Chifarelli (2009).

potencia (más de 140 HP), coincidentes con el incremento de escala de producción. También se pone de manifiesto la mayor cantidad de tractores envejecidos de más de 15 años (71%) (Ver gráficos 5 y 6). Las unidades cañeras que aún se preservan siguen contando con su parque de maquinaria deteriorado que en su conjunto promedia los 30 años y son utilizados en las unidades de pequeña y mediana escala para las labores de preparación de suelo, armado de camellones, aporques y traslado de la caña en los carros. Las nuevas unidades de mayor porte, si bien algunas se incorporan a la actividad cañera, en su mayoría han sido incorporadas en la reciente y creciente expansión de la frontera agropecuaria vinculada al complejo sojero.

Porcentaje

Comparación de antiguedad de tractores años 1988 - 2002 Tucumán 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0%

71% 1988

48%

2002

34% 11% 11%

8% 6% Menos de 5 años

13%

5 a 9 años 10 a 14 años Antigüedad de tractores

15 años y más

Gráfico 5. Construido sobre la base de CNA 1988 y 2002 Comparación de potencia de tractores años 1988 - 2002 Tucumán 60%

48% 43%

Porcentaje

50%

1988

40% 30% 20%

2002

25% 20%

23% 13%

12% 6%

10%

3% 6%

0% Hasta 50 HP 51-75 HP

76-100 HP 101-140 HP Mas de 140 HP Rango de potencia de tractores

Grafico 6. Construido sobre la base de CNA 1988 y 2002

Para el caso de Misiones, a fines de la década de 1980 se contaba con 8.574 tractores en su mayoría de mediano porte (menores a 100 HP), de los cuales el 50 % ya tenía más de 15 años. La distintivo con respecto a Tucumán es que para el año 2002, no se observan diferencias importantes en cuanto a la composición del parque de tractores, mas aún, podríamos afirmar que se trata del mismo parque —ya que solo se han perdido 132 unidades— sólo que más envejecido. En efecto, el 90 % de los tractores cuenta con más de 15 años, siendo en su mayoría

(70%) de pequeña potencia (Ver gráficos 7 y 8). Sin embargo hay un dato importante que es el del incremento en los tractores de más de 140 HP. Si bien esta categoría pasa de ocupar el 1 al 2 % en el total de tractores del período señalado, aumenta de 7 a 15 en la categoría (114%). Esta maquinaria de gran potencia es la que usa el complejo forestal y es la única que no solo se estaría renovando sino ampliando. Como vemos, el grueso del parque de tractores históricamente vinculado al pequeño productor misionero está sufriendo un proceso de obsolescencia material muy ligado al proceso de pauperismo que enfrenta desde hace algunas décadas este sector.

Comparación de antigüedad de tractores años 1988-2002

Porcentaje

Misiones 100% 90% 80% 70% 60% 50% 40% 30% 20% 10% 0%

90% 1988 2002

50% 29%

10%

11%

Menos de 5 años

7%

2%

1%

5 a 9 años

10 a 14 años

15 años y

Años de antigüedad

más

Grafico 7. Construido sobre la base de CNA 1988 y 2002 Comparación de potencia de tractores años 1988-2002 Misiones 90% 80%

Porcentaje

70%

76% 70%

60%

1988

50%

2002

40% 30% 20%

21% 17% 4% 5%

10%

1% 2%

1% 2%

0% Hasta 50 HP 51-75 HP 76-100 HP 101-140 HP Mas de 140 HP Potencia tractores

Grafico 8. Construido sobre la base de CNA 1988 y 2002

3.6. El movimiento de la estructura fundiaria Otro de los indicadores que dan cuenta de este proceso en las provincias en cuestión es la estructura fundiaria. Si tomamos como punto de partida el CNA 1960, encontramos que para am-

bas provincias el número total de explotaciones agropecuarias eran alrededor de 20.000 unidades, concentrándose más del 90 % de las mismas en aquellas unidades de menos de 100 has. En Misiones de manera particular en aquellas entre 5 y 25 has como producto del proceso de colonización que estableció las 25 has como unidades económicas en la mayoría de las regiones. En Tucumán la moda fue entre 5 y 10 has durante el asentamiento de los zafreros azucareros que recibieron una parcela de tierra como pago por las deudas que los ingenios contrajeron con éstos, durante la crisis de sobreproducción de comienzos del siglo pasado (Ver cuadro 7).

Escala en Has

EAP´s 1960 Tucumán

EAP´s 1960 (%)

Misiones

Tucumán

Misiones

0a5

8337

1.755

40%

9%

5 a 25

7916

11.346

38%

59%

25 a 100

3099

5.510

15%

29%

100 a 200

582

375

3%

2%

200 a 1000

574

196

3%

1%

1000 a 2500

129

43

1%

0%

Más de 2500

107

25

1%

0%

100%

100%

TOTAL

20.744

19.250

Cuadro 7. Explotaciones Agropecuarias según escala, de las provincias de Tucumán y Misiones en el año 1960

Sin embargo podemos observar que en el período intercensal 1960-2002 para la provincia de Tucumán se registró una pérdida de 11.189 EAP´s (representan el 54%); en cambio para Misiones se incrementó en 7.822 EAP´s (representan el 41%) para igual período. En el primer caso, las mermas se produjeron de manera pronunciada en casi todos los estratos. Ahora bien, teniendo en cuenta que el 85 % de las EAP´s de la provincia son cañeras y que el área implantada no ha variado sustantivamente su extensión en la provincia (alrededor de las 200.000 has), podemos afirmar que estamos ante la presencia de una centralización de la propiedad fundiaria, en manos de grandes empresas o bien cañaverales propios de los ingenios. El estrato de cañeros más afectado fue el de hasta 25 has (ver gráfico 9) que justamente por su menor escala no pudieron competir con los márgenes de rentabilidad necesarios para mantenerse en la actividad.

Variación intercensal 1960-2002

300%

245%

250%

194%

Tucumán

200%

M isiones

150%

130%

148%

89%

100%

41%

20%

50%

-2%

0% -50% -100%

-34% -65%

0 a 5 has

-52%

5 a 25 has

-43%

-31%

-20%

-41%

25 a 100 100 a 200 200 a 1000 a Más de has has 1000 has 2500 has 2500 has

-54%

TOTAL

Gráfico Nº 9. Variación intercensal de EAP´s 1960-2002 según escala y total, de las provincias de Tucumán y Misiones.

En el caso de Misiones el incremento del total de EAP´s en un 41 %, es acompañado con un incremento de la superficie cultivada. Se pasa de las 979.633 has cultivadas en 1960 se registraron 2.112.310 has en el 2002 (INDEC, 1960-2002), es decir un incremento del 216 %. No obstante, cuando analizamos cada uno de los estratos encontramos algunas particularidades que también ponen de manifiesto centralización de la propiedad fundiaria. Por un lado, el único estrato que registró pérdida de unidades fue el inferior (0 a 5 has), con una merma 596 EAP´s (34%); por otra parte el resto de las capas incrementaron sustantivamente sus unidades. Esto se debe en parte a las segundas y terceras oleadas de colonizaciones planificadas y no planificadas por el estado provincial; pero en el caso particular de los estratos superiores, de más de 1000 has, centralizaron alrededor del 47 % de la superficie productiva incorporada.

4. LOS DATOS, LA AGRICULTURA FAMILIAR Y LOS ASALARIADOS

4.1. El concepto de Agricultura Familiar utilizado en nuestro análisis. La definición teórica y/o empírica de la PAF está plagada de ambigüedades y disparidades de conceptos, por ello su definición se torna muy difícil. A nuestro entender la Agricultura Familiar debe ser explicada y definida desde las relaciones sociales de producción dentro del modo de producción capitalista. Así, la naturaleza de clases de la sociedad capitalista se hace observable en la existencia contradictoria de dos polos sociales en movimiento y tensión, como sostenía Kautsky (2002), polos que encuentran su fundamento en relación a la posesión o no de los medios para la producción y reproducción de la existencia humana. Según esto, las dos clases sociales fundamentales bajo el capitalismo son: la clase de los empresarios capitalistas y la

clase de los asalariados o del proletariado. Si partimos de este análisis básico, debemos comprender al pequeño productor dentro de la clase de los capitalistas, ya que poseen medios de producción y venden mercancías en el mercado. Esto puede parecer un contrasentido si se aborda la realidad con algunos preconceptos. Pero, el término “pequeño” señala una diferencia de grado que puede ser utilizada de modo relativo según quien sea el “grande”. Esto lo observa Piñeiro (2003), Germer (2006) considerando que esta categorización no permite caracterizar los procesos sociales de producción. Ahora bien, ante esta dificultad de clasificación de los pequeños agricultores dentro del espacio social, existe un punto en donde el peso decisivo en la obtención de los medios materiales de existencia tiene como determinante la producción y venta de mercancías o bien, la venta de la fuerza de trabajo. Este nos marca el pasaje de una clase social a otra. A partir de esta dialéctica, entonces, podremos encontrar la “frontera” que divide a las dos grandes clases constitutivas de la sociedad moderna. Sin embargo, es cierto que esta “frontera” posee un ancho en donde los tipos sociales existen de manera borrosa y se rehúsan a una clasificación taxativa. Pero este problema se supera si se capta la realidad un su forma dinámica: el capital sólo existe como valor en movimiento cuyo fin es su propia valorización. Y es justamente sobre la base de esta dinámica del capital en la que se produce y transforma el conjunto social, reproduciendo capitalistas en un polo cada vez más pequeño y proletarios en otro cada vez más grande (Ramisch, 2008). Obsérvese que no estamos diciendo exclusivamente capitalistas y proletarios. En el marco de este movimiento bipolar, entonces, es donde es posible comprender un gradiente de situaciones que dan cuenta de procesos “a medio camino” de expropiación de medios de producción y de constitución de una población sobrante para las necesidades del capital. Procesos que pueden tomar distintas formas según sea la marcha de la acumulación y su consecuente capacidad de empleo de la fuerza de trabajo. Desde esta perspectiva, la Agricultura Familiar está conformada por un conjunto de actores pertenecientes a dos clases diferentes y distribuidas en cuatro sub-categorías, como se muestra en el cuadro Nº 7.

Clase social

Capas

Venta de mercancías/fuerza de trabajo

Burguesía:

1. Grandes grupos económicos finan-

Venta de mercancías con consumo de

propietarios

cieros, empresarios capitalistas y te-

fuerza de trabajo asalariada.

de sus condi-

rratenientes.

ciones materiales de exis-

2. Pequeña explotación capitalista

tencia

Proletariado y

Venta de mercancías con consumo de fuerza de trabajo asalariada y familiar

3. Pequeños Productores de Mercan-

Venta de mercancías con consumo de

cías Simples

fuerza de trabajo familiar.

4. Semiasalariado

Venta de mercancías con venta de fuerza de trabajo y consumo de fuerza de trabajo

semiproletariado: no propietarios

familiar 5. Asalariados con lote

ción de autoconsumo.

de sus condiciones mate-

Venta de fuerza de trabajo con produc-

6. Asalariados puros

Venta de fuerza de trabajo

riales de existencia.

Cuadro Nº 7. Caracterización de la Agricultura Familiar utilizada en análisis de la estructura económicosocial.

En gris hemos destacado las correspondientes a la agricultura familiar según la categorización más amplia que para nuestro país es la propuesta por el Foro Nacional de la Agricultura Familiar. Según nuestro punto de vista, esta categorización es demasiado abarcativa, aunque este no es el lugar para desarrollar una justificación del tema. Solo decimos que si alguien vive más del salario que de la tierra este ya es más un asalariado que un pequeño productor, lo mismo de alguien que vive no ya de emplear la fuerza de trabajo familiar sino de emplear trabajo asalariado permanente.

4.2. Discusión de los datos de la evolución comparada: la PAF y los asalariados Este escrito no pretende ser más que una aproximación desde varios indicadores al movimiento que cobran dos EES agrarias concretas según progresa la acumulación en Argentina. Hemos podido comprar que el desarrollo del capitalismo en estas dos provincias se encuentra avanzado y esto se manifiesta en que en las dos, si bien en Misiones el proceso arranca más tardíamente, comienza a predominar el tipo de desarrollo en profundidad. Asociado a este fenómeno encontramos dos procesos característicos:

a) En lo relativo a la PAF encontramos: expropiación de la PAF por parte de los grandes y medianos capitales; aumento del pauperismo, hecho más que visible en Misiones en donde la PAF capitalizada y la pequeño burguesía pierden peso dando lugar al incremento de los pequeños productores de mercancías simples y del semiasalariado. Vimos esto en la pérdida de peso de los empleadores de trabajo asalariado para Misiones y en el consecuente aumento de los trabajadores por cuenta propia y familiares. Pero también, en el envejecimiento del parque de tractores, base de estos sectores productivos. En Tucumán el proceso marca directamente el desalojo de importantes sectores de la PAF, sobre todo aquellas capas más pequeñas, llegando incluso hasta el asalariado con lote, fuerza de trabajo del sistema de la gran industria azucarera.

b) En lo relativo a los asalariados, vemos: un descenso absoluto en ambas EES — como no podía ser de otro modo según avanza el proceso de desarrollo en profundidad— aunque a nivel relativo vemos que aumenta en Tucumán y disminuye en Misiones. En Misiones disminuye porque aumentan las formas productivas de sobrevivencia familiar en algunos intersticios de frontera agrícola que quedan y por la disminución de los patrones asociado al procesos de pauperización de la pequeño burguesía agraria.

Parte de estas poblaciones sin duda han migrado, aunque parte permanece como población sobrante en los territorios. En Misiones, como vimos, el excedente todavía tiene lugar en la misma zona rural, mientras que en Tucumán, parecería urbanizarse y camuflarse como lo demuestra el incremento de la población no productiva en el empleo estatal, pensiones, subsidios, planes sociales, etc. Los datos indican una tendencia muy poco favorable para el desarrollo de la PAF y el de los asalariados en ambas provincias de un modo general. El desempleo “abierto” y la indigencia azotan a Tucumán, mientras que el pauperismo se destaca en Misiones. En este contexto, la evolución de la PAF enfrenta un escenario bastante desfavorable y el empleo no parece crecer para albergar a los trabajadores que lo demandan. Esto tenderá a mantener el salario en niveles “infrahumanos”, a expandir las economías de subsistencia y la migración, siempre y cuando en otros puntos del país existan mercados en expansión que la demanden. La competencia sigue promoviendo el diseño de escalas de producción que minimicen los costos unitarios y esto se realiza con un incremento en la inversión de capital. Vale decir, para persistir en la producción no alcanza con mantener los niveles de inversión sino que hay que acumular. Esta es como vimos el germen del problema y se puede visualizar en lo que va pasando con el parque de tractores como un indicador; este se pierde o se torna marcadamente obsoleto para la mayoría mientras una pequeña franja de productores puede renovar y crecer en las escalas de potencia.

5. CONCLUSION En el presente trabajo y a pesar de tratarse de un acercamiento muy elemental al movimiento de la sociedad, hemos hecho observable como la realidad no es un ente ininteligible, que se rehúsa a ser pensada, sino que es posible no solo acercarse a la comprensión de los fenómenos sino también a las tendencias que de alguna forma modelan los acontecimientos empíricos y explican los cambios y las continuidades. En este trabajo hemos podido hacer observable como el capital se desarrolla siguiendo cursos particulares, aunque desplegando en los mismos, sus leyes generales. Hemos puesto de relieve este desarrollo en el medio rural y agrario, mostrando como las leyes del capital se abren paso, ampliando las relaciones asalariadas por un

lado, pauperizando por otro, expulsando capitales y asalariados sobrantes en su dinámica de acumulación. Los datos no nos permiten ser optimistas acerca del futuro que enfrenta la PAF, aunque si se quiere realizar proyectos de desarrollo que sean sustentables y equitativos —y si esto es viable dentro del capitalismo— habría que pensar seriamente en ganar escalas de producción que permitan reducir costos e incorporar maquinaria avanzada, hecho que requerirá de importantes sumas de dinero y de una elevada capacidad organizativa, dos falencias importantes en el sector, aunque la capacidad organizativa está mejorando en Argentina. La PAF choca con la tendencia a esta ampliación en la escala de producción que se va imponiendo objetivamente, más allá de los gobiernos.

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