Ortigosa de Cameros a 2 de agosto de 2008

¡Buenas noches!, quisiera agradeceros a todos la asistencia, en nombre de la Junta de la UNION TERTULIA ORTIGOSANA. Con vuestra presencia, brindáis un apoyo muy especial a este proyecto, que ni para los más optimistas habría llegado a alcanzar esta dimensión. Hoy es un día muy especial, nuestro querido “casino”, reinicia su andadura para proyectar, secundar y llevar a cabo, cuantas actividades se nos ocurran. De esta manera, recobra su papel como plataforma cultural de Ortigosa. Y ciertamente, no se me ocurre mejor manera de hacerlo que con nuestra danza como protagonista. Hoy son muchas las preguntas que nos podemos hacer sobre su origen y significado. Un artículo anónimo sobre la danza coral ritual en la península ibérica, nos indica que se trata de una manifestación coreográfica ligada a celebraciones de carácter religioso, que se repiten cíclicamente en determinadas solemnidades, año tras año. Se lleva a cabo con el único objeto de rendir homenaje a la divinidad o a un santo, como signo de veneración y reverencia, imprimiendo un carácter religioso y solemne que exterioriza el sentir tradicional más ancestral de una colectividad, respecto del objeto de culto en cuyo honor se realiza. Se trata, pues, de danzas ligadas a simbolismos religiosos cristianos, muchas de las cuales se cree que pudieron tener su origen más remoto, en la acomodación de antiguos rituales paganos existentes en nuestras tierras desde tiempos prehistóricos, de los que la arqueología ha dado muestras abundantes. Según diversas investigaciones de carácter histórico y etnográfico, está documentado que durante los siglos XVI y XVII creció en España la afición a las danzas, muchas de las cuales han perdurado hasta nuestros días, aunque en mayor o menor medida modificadas durante los siglos XVIII y XIX. Hay estudios monográficos que ponen de manifiesto, el curioso paralelismo existente entre las manifestaciones de este carácter que han perdurado hasta nuestros días en la geografía ibérica, en su gran mayoría sin aparentes conexiones históricas; un paralelismo que tiene que ver no sólo con la instrumentalización de las músicas que acompañan a las danzas, sino también con determinadas coreografías e incluso con algunas vestimentas de los danzantes. A lo largo de la historia ha habido épocas en las que estas danzas rituales han sido prohibidas. La más significativa prohibición ocurrió durante el reinado de Carlos III; en 1777 se promulgó una Real Cédula sobre disciplinantes, empalados, cruces de mayo y bailes en el interior de las iglesias. En ella se prohibió de modo taxativo la ejecución de las danzas tradicionales dentro de los templos, al igual que en otras épocas lo hicieran en diversas diócesis los prelados con el fin de zanjar los numerosos abusos que, al parecer, se sucedían en multitud de ocasiones. Pese a todo, las danzas se han ejecutado y se ejecutan en espacios abiertos, donde marca la tradición, de acuerdo con los recorridos establecidos en sus actuaciones, y también se baila en el interior de los templos parroquiales y en las ermitas y santuarios, igualmente en los momentos tradicionalmente señalados. 1

Por regla general suelen ser varones los protagonistas de las danzas rituales, siendo casi nula la presencia de la mujer. Ello es debido a las reiteradas prohibiciones de la Iglesia en este sentido, que impedían a las mujeres participar en este tipo de actos. Se accede al oficio de danzante mediante subasta, con la condición de ser natural del pueblo o por promesa o devoción. El número de danzantes suele ser ocho, aunque hay veces que son doce, seis o cuatro. Cuando están en formación, los que ocupan los primeros puestos en las dos filas que se forman reciben el apelativo de guías. Habitualmente, el grupo lo completa un personaje que asume el papel de director de la danza, con distintas denominaciones, según los pueblos: alcalde o maestro de la danza, zarragón, zurronero, zorramoscas, zurrimoscas, cachiberrio, cache, bobo, zurraguero, zarrón, zorra, porra, zángano, rector o botarga. Su misión no termina en el adiestramiento de los danzantes, sino que abarca también la dirección de la danza y el estar pendiente de que ésta se ejecute con la comodidad necesaria para los danzantes, impidiendo que la gente se les acerque demasiado y les interrumpa. Su indumentaria suele diferir de la de los danzantes, siendo por lo general estrafalaria, dado que al papel de rector y supervisor de la danza, se le sumaba el de gastar bromas al público, golpeando con su vara a quienes se acercaban a los danzantes. Por lo que respecta a la indumentaria usada por los danzantes hay que decir que fue y es muy similar en todos los sitios, aunque siempre con algún elemento diferenciador. En general se caracteriza por cubrirse la cabeza con grandes gorros de flores o pañuelos atados a un lado y cayéndoles las puntas; camisa blanca con cintas o mantones de manila, a modo de banda sobre el pecho o atados a la cintura. Visten faldas cortas o faldellines de color blanco o rojo, almidonados y adornados con tiras bordadas y cintas de colores. Debajo se cubren hasta la pantorrilla con pololos del mismo color, así como las medias y zapatillas. En algunos sitios la falda corta se sustituye por unos calzones cortos ajustados hasta la rodilla. Hay danzas específicas para rendir homenaje a los santos o a la custodia en el instante en que efectúa la salida del templo, junto a las puertas del mismo. Hay también danzas sólo realizadas durante la procesión, discurriendo los danzantes por el trayecto que sigue la misma, generalmente dando la cara al trono o paso que porta al santo en cuyo honor se baila. Y, por último, hay danzas que se ejecutan en un espacio concreto, que habitualmente es una plaza o un lugar señalado en el recorrido procesional, aunque habitualmente se efectúan fuera del contexto de las procesiones, teniendo un carácter de muestra. En tales casos, los bailes no suelen realizarse en presencia de la imagen del santo en cuyo honor se realizan. El hecho de tener documentada una danza desde hace siglos no implica que la música al son de la que se ejecuta comparta la misma antigüedad. Al igual que las coreografías, la instrumentación de sus melodías ha sufrido continuos cambios, siendo objeto de reiteradas readaptaciones y recreaciones que no siempre han respetado escrupulosamente las raíces musicales de los ritmos que acompañan y dan soporte a las mismas. Los estudios al respecto

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han constatado el hecho de que coreografías nuevas se han montado a partir de soportes musicales antiguos y viceversa. La música que acompaña a las danzas se ejecuta actualmente con tambor y dulzaina, al margen de que en algunas coreografías los propios danzantes con sus castañuelas o paloteas acompasan el ritmo de la música. En ciertos pueblos la música corre a cargo de un solo instrumentista, que habitualmente hace sonar la flauta y el tamboril a cuyo ritmo tienen lugar las danzas. Las paloteas son palos cilíndricos de unos 30 cm. de largo, perforados en uno de sus extremos para acoplar en él una cinta que asegura la sujeción del mismo a la muñeca del danzante. La cinta se adorna con borlas de lana roja o azul. El palo suele ser de madera de espino seca, torneada. Termina el artículo enumerando diversas poblaciones de la geografía española, coincidentes en la indumentaria y/o puesta en escena y tan equidistantes entre si: Graus. Aragón. Alagón. Aragón. Méntrida. Toledo Valdeve. Isla del Hierro. Belinchón. Guadalajara. Villacañas. Toledo. Frías.Valladolid. Arcones. Valladolid. Ampudia de Campos. León. Laguna de Negrillos. León. Vilanova del Infantes. Pontevedra. Ortigosa de Cameros. La Rioja. Alcudia. Valencia. Oñate. País Vasco. Majaelrayo. Guadalajara. Valverde de los arroyos. Guadalajara. Un estudio realizado por los Srs. Javier Asensio, Fernando Jalón y Helena Ortiz sobre LAS DANZAS PROCESIONALES DE CAMEROS Y EL NORTE DE SORIA de forma resumida, nos dice: Una línea que no coincide siempre con las cumbres del sistema Ibérico – divisorias del Duero y del Ebro– separa las provincias de Soria y La Rioja. El límite se mete en tierras del Ebro sin un criterio coherente. En realidad se trata de un territorio montañoso con una gran homogeneidad histórica y cultural. Antes de que se crearan las actuales provincias, la mayor parte del territorio camerano –hoy en la provincia de La Rioja– pertenecía a la entonces extensísima provincia de Soria. Esta amplia serranía ibérica fue cabeza o puerto de las cañadas soriana oriental y occidental. Los ganados sorianos ya

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eran nombrados en tiempos del Arcipreste de Hita –"rehalas de Castilla con pastores de Soria" reza el Libro del buen amor–. Los inmensos rebaños de estas sierras bajaron durante siglos hasta Extremadura, La Mancha y Andalucía en un continuo viaje anual de ida y vuelta. Aún quedan restos de esta secular trashumancia. Además de estos largos viajes de norte a sur de España también se daban otras relaciones de más corto alcance. Las cumbres y laderas del puerto de Santa Inés, del Piqueras, del Cerro Castillo, de Canto Hincado o del Nocedillo no fueron obstáculo para la comunicación de los pueblos de las tierras altas de Soria con las del Camero Nuevo o Viejo. Muchas razones históricas, económicas y demográficas han potenciado los vínculos entre los habitantes de ambas laderas. La dinastía de los Ramírez de Arellano, que durante siglos ejerció el señorío de Cameros, mantuvo su residencia habitual desde el siglo XV en la localidad soriana de Yangüas, villa que fue la capital del citado señorío. Sobre el mencionado estudio, nos centramos exclusivamente en los Cameros y continúa diciendo: Camero Nuevo. La mayor parte de los pueblos de esta extensa comarca tuvieron danzas procesionales durante el siglo XX. Los danzadores llevaban –y aún llevan en las pocas localidades donde pervive– sayas almidonadas de color blanco. Ejecutan un amplio repertorio de paloteados o troqueaos, como suelen llamarse en La Rioja. Montenegro de Cameros, en la provincia de Soria, tuvo una danza encasillable dentro de esta comarca con su zurronero, el pasacalles a ritmo de agudo, un troqueao llamado Los Carlistas y los danzadores con sus sayuelas blancas. Camero Viejo. También fue esplendoroso el arte de la danza en esta comarca surcada por el río Leza, hasta la primera mitad del siglo XX. Mantienen similitudes con las danzas del Camero Nuevo pero también algunos rasgos distintivos: los danzadores no llevan sayas, visten pantalón y camisa blanca con cintas cruzadas. La danza de Santa Cruz de Yangüas (Soria) era típicamente camerana, con su zurraguero y los danzadores vistiendo pantalones blancos. Se trata de un islote en la tierra de Yangüas: Santa Cruz, limítrofe con los pueblos del Camero Viejo, fue la única localidad de la comarca de Yangüas que tuvo danza en el siglo XX. . Las melodías se han trasmitido con una letrilla o, lo que es lo mismo, una canción sustentaba la danza, una canción que marcaba el ritmo de los pasos de los danzantes. Y he aquí cómo, igual que las melodías son conservadoras y por lo tanto nos traen estilos musicales antiguos, las letras también son conservadoras y nos traen hasta este siglo XXI, canciones de la antigua lírica hispana, del Barroco, del Renacimiento y, quizás, de la Edad Media.

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El sentido de la mayoría de estas letras no tiene ninguna relación con la danza. Hay muy pocas excepciones a esta regla. En general, no hay nada en las letras que nos indique la ejecución de la danza: No hay nada verde en la danza del Verde, no hay una naranjuela en La naranjuela, ni los danzadores forman una coreografía que se parezca a una hoja del pino cuando ejecutan esta danza. La intrascendencia del significado favorece ciertos “accidentes” en la transmisión oral. El principio conservador procura que la canción se mantenga como una entidad inconfundible, pero el rodar de boca en boca durante siglos, sin un soporte escrito, provoca que algunas letras se despeñen en el absurdo. En las danzas hay movimientos de rotación y traslación: los danzadores van y vienen, cambian de sitio y regresan al punto de partida. Los movimientos en paralelo de los danzadores están sutilmente sugeridos en los paralelismos de las letras. Como podemos comprobar se dan muchas repeticiones: “Verde, verde está la hoja de la noguera, verde, verde está y el aire la llevará”. Tantas idas y venidas, esos vaivenes léxicos y procesionales alrededor del santo patrón o la Virgen del lugar, transmiten la sensación festiva, religiosa y profundamente humana de que la vida es un don de Dios. Algunas letras nos dicen claramente la época en que fueron compuestas. En la primera mitad del siglo XIX, la valentía autoproclamada de los soldados del bando liberal durante las guerras carlistas se quedó enquistada en los versos de la danza Los carlistas. El lenguaje poético de la mayoría restante lleva la impronta de la lírica de los siglos XVI al XVIII y no es descabellado pensar que alguna copla se cantase entre el pueblo llano del medievo. El tema central de cada pieza es muy variopinto. Ocupándonos tan sólo de nuestro repertorio, las letras hablan de: 1.- Amores y galanteos: La red “Tiéndeme la red morena morenita tiéndeme la red morena y morená. Soy soltera, soy Osera vivo en Aguilar soy zarandera y me quiero zarandear”. (Cabezón, Ortigosa, Pinillos de Cameros, LR). VARIANTES en Laguna, Soto de Cameros, Muro y Torre de Cameros

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2.- Resonancias bélicas: Los carlistas “Los carlistas han jurado que a Madrid han de venir y han dicho los soldados que primero han de morir”. (Ortigosa de Cameros, LR). VARIANTES en Almarza de Cameros, Pinillos, Torre de Cameros, Laguna, Cabezón y Muro de Cameros 3.- Árboles y plantas: La naranjuela “Quién te cortó naranjuela quién te cortó de la rama. Quien te cortó mal le venga mal le venga, mal le vaya quién te cortó de la rama”. (Valdeavellano, Rollamienta, SO). VARIANTES en Muro, Torre, Laguna, Almarza y Ortigosa de Cameros Quién te cortó naranjuela / quién te cortó de la rama / quien te venga, quien te vaya / quién te venga de la rama (Ortigosa de Cameros, LR). El verde “Verde, verde está la hoja de la noguera verde, verde está el aire se la llevará. Seca, seca está la hoja del pino seca, seca está el santo la recogerá”. (Islallana, LR). VARIANTES en Laguna, Cabezón, Muro, Almarza, Pinillos y Ortigosa de Cameros: Qué verdes que son / la hojas de mi noguera / Qué verdes que son / las hojas de mi cocón (Ortigosa de Cameros, LR). Verde, verde está / la hoja de la noguera / verde, verde está / y el aire la secará (Ortigosa de Cameros). 4.- Animales: Que se van las cabras “Tris tris tris que se van las cabras tris tris tris por aquellas majadas.

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Tris tris tris que se van los chivos tris tris tris por aquellos trigos”. Muro de Cameros, LR). VARIANTES: Tris tris tris / que se van las cabras / tris tris tris / por aquellas majadas. /Tris tris tris / que se van los chivos / tris tris tris / por aquellos trigos. / Tris tris tris / que se van los chivos / tris tris tris / que los hay Cirilo (Ortigosa de Cameros, LR). Las tres maravillas “Tres, tres, tres maravillas tres conejitos son que se vuelvan seis”. (Ortigosa de Cameros, LR). VARIANTES en Almarza y Muro de Cameros 5.- Lugares y parajes: Trigo menudito “Trigo menudito me lo habéis de dar pa poder entrar en Roma más menudito me lo habéis de dar para en Roma entrar”. (Ventrosa de la Sierra. LR) VARIANTES en Islallana, Muro y Ortigosa de Cameros: Trigo menudito / tú me lo has de dar /trigo menudito / para entrar en Roma / para en Roma entrar (Ortigosa de Cameros, LR). Tras este recorrido por los orígenes y significado de la danza, que a modo de curiosidad nos ha servido de preámbulo, damos paso al acto central de este homenaje. Pretendemos hacer un agradecimiento público a la labor de tantas y tantas personas que durante estos sesenta y dos años, han hecho posible que la danza llegue hasta nuestros días. Este evento se focaliza en dos personas, nuestros queridos “tío Mesio” y “Modesto”. Pero sería injusto no nombrar a Miguel, “Miguelín” para todos nosotros, ni al “tío Maisi” , quienes con su acordeón y tambor, marcaron en tantas ocasiones el ritmo de la danza. Querríamos hacer una mención especial para “Serafín”, más conocido entre nosotros como el gaitero de Albelda, quien ha fallecido recientemente, habiendo sido una pieza vital con su dulzaina, en las procesiones de los últimos años. La continuidad está garantizada, pues tenemos gente joven implicada y a los que llegará su momento, también para homenajear.

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No tenemos un registro de danzadores, por lo que nos abstenemos de nombrar a ninguno de los que han pasado a lo largo de estos 62 años, pues con toda seguridad cometeríamos una injusticia con el olvido de muchos. Es muy difícil acertar en el nº de ortigosanos que hemos danzado ante nuestra Virgen del Carmen, pero con un cálculo sencillo y aproximado y contando que el relevo se diese a cada lustro, la cifra se aproximaría a los cien. Desde aquí lanzamos una propuesta, a fin de que todas las familias en las que haya habido danzadores, nos faciliten sus nombres y años aproximados de danza. Como quiera que estamos hablando de nuestro pasado reciente, no tiene que ser excesivamente difícil, la creación del mencionado registro. El año que viene nos gustaría hacer una exposición monográfica sobre la danza de Ortigosa y en este mismo escenario. Para ello os pedimos que nos facilitéis cuanta documentación obre en vuestro poder: videos, fotografías, diapositivas, etc Y como homenaje a esta larga lista anónima de danzadores y poniendo fin a esta exposición, vayan estos “recuerdos de un danzador”: Un año más ha llegado el día grande. Es 16 de julio. Invade mi cuerpo una mezcla entre nerviosismo y emoción. Comienzo a vestirme, es un ritual que se da año tras año. Un pensamiento me detiene un instante, me pregunto: ¿Cuántos danzadores se abran puesto este traje antes? ¿Cuántas abuelas, madres o hermanas habrán almidonado las enaguas? Voy caminando hacia S. Martín, mientras mi mente reproduce las notas de la danza una y otra vez. Cada año es diferente; no es uno más, siempre el propósito de superación. Esperamos en dos filas la salida de la patrona, ante la mirada cómplice de cuantos antecesores lo hicieron años atrás. Los nervios están a flor de piel. Tres sonidos marcan el inicio y la aparición de la Virgen del Carmen por el pórtico. Los tres se confunden entre si: las campanas redoblan, han dado las doce; los cohetes irrumpen en el cielo azul de julio y los primeros compases dan paso a la procesión. En este mismo momento se acaban los nervios y mirando a la imagen de la Virgen, piensas: “va por ti virgencita”  MUSICA DE LA DANZA  HOMENAJE: entrega de placas. Terminó el acto con unas jotas interpretadas por nuestro amigo “el navarro” y compuestas por Santiago García, que reproducimos a continuación: JOTA 1ª: “En la Unión se decidió un homenaje al tio Mesio, para que más homenaje que tenerle en el recuerdo”

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JOTA 2ª: “Cuando el tio Mesio sintió que le llegaba el relevo, se fue tranquilo pensando que nos dejaba a Modesto”. JOTA 3ª: “Los danzadores son flores que a la Virgen van bailando, cuando una flor se marchita un capullo está brotando”.

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