ORACIONES PARA CADA MES Septiembre: Gracias por el Colegio Jesús, gracias por el Colegio y por los profesores y compañeros y por los patios, libros y clases, aunque nos cueste empezar de nuevo y cambiar verano por otoño. Jesús, cada curso es un gran regalo y una suerte que no todos tienen, y una oportunidad de crecer, y un aprender a viajar por la vida. Jesús, quiero soñar y compartir mucho, y que mis sueños se hagan realidad con un impulso cada día de esfuerzo e ilusión, sin falsas promesas ni planes vacíos. Te pido por mis compañeros y amigos. Cuídalos a todos mucho para que un día podamos cumplir los sueños que Tú tienes dentro para cada uno de nosotros.

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Octubre: Gracias por los frutos de la tierra y por los misioneros Señor, la Iglesia este mes quiere darte gracias. Gracias por la tierra que nos diste y que tantos frutos y alimentos nos produce. Gracias por los hombres que la han trabajado y que ahora la preparan para nuevas cosechas. Señor, octubre es también mes misionero. Si hay que elegir a un grupo de personas, las más generosas de la tierra, es muy fácil acertar: los misioneros. Están en los rincones más complicados, arriesgan su vida por los demás, son tu ONG preferida, la que lleva tu presencia y tu Evangelio, la que ayuda y alimenta como Tú lo hacías. En este mes de octubre, gracias, Señor, por los frutos de la tierra, el pan que alimenta nuestro cuerpo, y gracias por los misioneros, el pan que alimenta nuestras almas.

Noviembre: Enséñanos a mirar como los santos -Los santos te miraron mucho, Señor, y de tanto mirar se les pegó tu mirada. Porque quisieron fijarse en Ti y Tú quisiste fijarte en ellos. -Señor, enséñanos a mirar. -Los santos miraron mucho a la gente y de tanto mirar la quisieron con toda el alma. Así salieron de alegres, sencillos y generosos. Y la gente también les miró como amigos. -Señor, enséñanos a mirar. -En la Iglesia tenemos un santo para cada día y cada uno de nosotros tenemos nuestro santo. Son como mil retratos tuyos, en los que aprendemos a verte y conocer tu rostro. -Señor, enséñanos a mirar. -Señor, enséñanos a mirar y a mirarte, a fijarnos en las personas y en las cosas buenas, y ayúdame a ser yo también de los que se van pareciendo cada día más a Ti. -Señor, enséñanos a mirar.

Diciembre: Gracias por la familia... -Gracias, Señor, por mis padres, ellos me recuerdan tu rostro. -Gracias, Señor, por mis hermanos, ellos me dan la oportunidad de discutir cosas y de querernos. -Gracias, Señor, por mi hogar, al que sólo le falta el no tener tanto. -Gracias, Señor, por mis abuelos, a los que quiero con locura. Gracias, Señor, por mis hermanos los hombres, hijos del mismo Padre Dios y de la misma Madre, María. -Gracias, Señor, por diciembre, que nos une a todos en Navidad.

Estamos en Navidad -Dije a la tele: ¡Háblame de Navidad! Y me llenó la cabeza de campanadasy champán. -Dije al árbol: ¡Háblame de Navidad! Y el árbol se despojó de los regalos. -Dije a la estrella: ¡Háblame de Navidad! Y la estrella se apagó para que saliera el sol. -Dije a la nieve: ¡Háblame de Navidad! Y la nieve se escondió en la tierra para hacerse fuente.

-Dije a un pobre: ¡Háblame de Navidad! Y el pobre me sentó a su mesa. -Dije a un niño: ¡Háblame de Navidad! Y el niño me sonrió. -Dije a mi madre: ¡Háblame de Navidad! Y mi madre me dio un beso en la frente. -Dije a Dios: ¡Háblame de Navidad! Y el beso de Dios se hizo hombre. Gracias, Señor, por tu beso, el de Navidad y el de cada día. Gracias por la estrella y la nieve, por el pobre y la sonrisa del niño. Gracias por el beso de mis padres que tanto me dice con su silencio. Todos ellos anuncian, como los profetas, tu Navidad, ¡nuestra Navidad!

Enero: Un nuevo año Un nuevo año, otro más del milenio dos mil. ¡Tú sí que estrenaste milenio, Señor! Todo empezó de nuevo cuando Tú naciste. Y el mundo entero se encontraba en paz. Tenía que ser así. Me gustaría, puesto a soñar, que volvieras a hacerte muy presente en la Tierra. Y que si alguien preguntase dónde estás, como los Magos de Oriente, pudiéramos explicar cómo y dónde encontrarte. Ayúdanos a recorrer este año en paz. Que la guerra se convierta tan sólo en un recuerdo del pasado. Que los países ricos seamos capaces de perdonar esa «Deuda Externa» tan injusta a los pobres. Y que todas las Iglesias cristianas estrechemos más nuestros lazos de unidad Señor: esta paz y unidad que te pido por el mundo las quisiera también para nosotros, compañeros, profesores y familiares. Haznos constructores de tu paz. Amén.

Febrero: Ayúdanos a compartir ¡Gracias, Señor, por hacer este mundo tan grande, tan maravilloso y tan diverso! Como somos muchos, podemos compartir; y como somos diferentes, podemos completarnos. Pero hay diferencias que no entiendo, Señor. ¿Por qué unos tanto y otros tan poco? Hay diferencias que Tú no hiciste. Hay injusticias que Tú no quieres. Este mes nos invita a luchar contra el hambre, a compartir los bienes por justicia y por amor, a ser muchos, diferentes, pero más hermanos. ¿Nos ayudarás a conseguirlo, Señor? Ayúdanos a compartir diferencias, las que nos ayudan y enriquecen, y a destruir diferencias injustas, las que dividen y destruyen a la humanidad. Amén.

Marzo: Estamos en Cuaresma, Señor Estamos en Cuaresma, Señor. Y como soy cristiano, quiero prepararme para la fiesta, la mayor fiesta del año, la Pascua. Semana a semana voy a esforzarme en hacer las cosas bien hechas, como a ti te gustan. A veces se me olvidan los buenos propósitos, pero Tú me entiendes. Siempre que es Cuaresma, empieza a florecer la naturaleza. ¡Seguro que quieres tu fiesta bien florida! Cuando veo brotar las flores en primavera y siento que renace la vida, pienso, Señor, que tienes alma de artista y corazón de Padre. Quiero abrir las puertas de la Cuaresma como una primavera que quiere renacer. Padre, amigo, ecólogo, artista, jardinero, maestro y cuidador eterno. ¡Gracias!

Abril: ¡Gracias por la vida! Señor, Tú has querido que en el mes de abril despierten los campos y brote la vida. Las plantas y flores que estaban dormidas, las llenas de vida que empieza a latir. Señor, Tú has querido que en el mes de abril alumbre a los hombres tu luz y alegría. Jesús resucita en la Pascua florida y el hombre ese día comienza a vivir Abril de primavera... ¡Mil gracias por la vida, Jesús, luz verdadera! ¡Mil gracias por morir! Gracias, Padre querido y ¡bendito sea el día de Pascua en que tu Hijo nos hizo sonreír!

Mayo: Mes de María -Dios te salve, María. Ayúdanos a vivir este día con todas nuestras ilusiones e inquietudes. Recibe esta pequeña ofrenda de mayo, como un ramo que traemos ante ti. -Dios te salve, María. Ayúdanos a trabajar y a servir. Que sepamos ayudar a los necesitados compartiendo con ellos nuestras vidas al estilo de Jesús. -Dios te salve, María, Madre del buen ejemplo, Madre del buen consejo. Ayúdanos a vivir como hijos de Dios y hermanos de todos los hombres. -Dios te salve, María. Venimos a saludarte con cariño en el mes que hemos elegido para ti. Queremos día a día rezar ante tu imagen, porque eres la Madre de Jesús y nuestra buena Madre. -Dios te salve, María. Necesitamos estar cerca de ti, porque Tú eres el mejor modelo de lo que hay que aprender desde jóvenes para vivir como amigos de Jesús.

Junio: Oración por la vacación y el descanso Señor Jesús, creador del gozo y la alegría: Quiero hacer de mi corazón una fábrica de gozo y alegría para sembrarla a los cuatro vientos. Señor Jesús, que inventaste la felicidad compartida: Quiero ser feliz con mis amigos y que ellos sean felices conmigo con una sana y sincera amistad. Señor Jesús, inventor del fin de semana y el descanso: Quiero aprender a descansar con cosas que dejan sonrisa en el alma, sin dejarme arrastrar por modelos vacíos. Señor Jesús, creador del verano y del cielo azul: Quiero gozar de la naturaleza y la amistad sintiendo cada día tu presencia con corazón agradecido y alegre. Y rezar contemplando las estrellas. Y escuchar el silencio y la guitarra. Y reír con los chistes y las bromas. Y beber agua fresca de la fuente. Y correr y jugar y sentarme a descansar. Y todo esto sin dejar de pensar en los demás. Que mi descanso, Señor, no sea una carga para nadie y sepa ayudar a que otros descansen. Amén.