PROGRAMA No. 246

NUMEROS

Cap. 11:16 - Cap. 12

Continuamos hoy estudiando el capítulo 11 de Números y en nuestro programa anterior, estábamos hablando de la queja de Moisés. Y vimos en los versículos 10 al 15, cómo Moisés elevó su queja a Dios. Y dijimos que Moisés no era un hombre perfecto, de ninguna manera. Era simplemente un sencillo ser humano, que era usado poderosamente por Dios. Ahora, Moisés dijo, que prefería morirse, a tener que sufrir lo que sufría con esa multitud. Y creemos que estamos de acuerdo, que era muy difícil soportar a esa gente. Hay pastores y obreros cristianos que sufren de úlceras y colapsos nerviosos. Hay algunos hombres que hasta han salido del ministerio. Han hecho lo mismo que quiso hacer Moisés. Se han quejado al Señor de que la carga era demasiado grande para ellos. Se han cansado de soportar las críticas, las quejas, el lloriqueo, y las dificultades. Pero veamos ahora en el versículo 16, la respuesta de Jehová para Moisés. Leamos el versículo 16 de este capítulo 11 de Números:

Números 11:16 " . . .y esperen allí contigo."

Ahora, Moisés se equivocó al quejarse de esta manera a Dios. Moisés dijo que él era el que estaba llevando todo el pueblo. Bueno, él no era el que estaba llevando al pueblo. Dios nunca le pidió hacer eso. Dios era quien les estaba llevando a ellos y también a Moisés.

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Pero, Moisés no confiaba completamente en el Señor. Ahora Dios dice: "Está bien Moisés, te ayudaré, si eso es lo que quieres." Dios, paciente y bondadosamente, provee entonces algunos asistentes para que le ayuden a Moisés. Setenta ancianos fueron nombrados para ayudarle.

A propósito, este grupo de setenta ancianos, continuó por toda la historia de Israel. En los tiempos de nuestro Señor Jesucristo, se llamaba el Sanedrín. Una noche este grupo se reunió y decidió dar muerte al Señor Jesucristo. Creemos que quizá Moisés no debió haber fundado esta organización.

Amigo oyente, estamos propensos a creer, hoy en día, que si multiplicamos los comités de las iglesias y modernizamos las organizaciones y los métodos, que aquello resolverá los problemas. Bueno, no ha resuelto los problemas, porque lo que necesitamos amigo oyente, no son más organizaciones. No necesitamos más sanedrines. Continuemos ahora con el versículo 17 y veamos lo que dice el Señor:

Números 11:17 " . . .no la llevarás tú solo."

Dios había llamado a Moisés a dirigir al pueblo, y Dios proveería la fuerza para capacitar a Moisés. Dios siempre provee la fuerza necesaria. Nunca pide que hagamos más de lo que podemos hacer.

Si es que usted cree amigo oyente, que está trabajando

demasiado, bueno, quizá es verdad que esté trabajando demasiado. Quizá esté haciendo más de lo que Dios quiere que usted haga. Dios no sobrecarga a los que son de El. Continuemos con el versículo 18:

Números 11:18 " . . . os dará carne, y comeréis." TTB

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Ahora, Dios dijo: "¿Quieren comer carne? Pues bien, voy a darles carne.” Veamos los versículos 19 y 20:

Números 11:19,20 " . . . ¿Para qué salimos acá de Egipto?

Es interesante leer el comentario que el Espíritu de Dios hace en cuanto a este incidente. El Salmo 106 es un salmo histórico y leemos allí en el versículo 15: "Y él les dio lo que pidieron; mas envió mortandad sobre ellos."

Ahora, Dios oyó su queja y contestó sus

oraciones. Nos imaginamos que algunos andarán contando cómo Dios les ha contestado las oraciones. Pero, fíjese usted amigo oyente, que en este caso, El envió mortandad sobre ellos.

Nunca debemos perder de vista, el hecho de que debemos siempre hacer que sean conocidas nuestras peticiones delante de Dios, con acciones de gracias, como lo dice el Apóstol Pablo en su carta a los Filipenses, capítulo 4 y versículo 6. Estemos agradecidos, porque sabemos que Dios oirá y contestará nuestras oraciones, aunque la mayoría de las veces acontezca que Dios conteste que no, la cual también es una buena respuesta. Hemos descubierto durante los años, que muchas veces la negativa de Dios ha sido la mejor respuesta. A veces, las cosas por las cuales oramos, no constituyen lo que es mejor para nosotros. Si imploramos y nos quejamos lo suficiente, bueno, Dios contestará nuestra oración, según nuestro deseo. Pero nos exponemos al peligro de que El envíe mortandad sobre nosotros. Y creemos que quizá eso nos sucede muchas veces a los cristianos.

Un cierto hombre que era oficial en una Iglesia, en cierta ocasión se acercó a su pastor y le pidió que orara por él. Su negocio estaba casi en la bancarrota, y le pidió al pastor que orara para que el Señor bendijera su negocio. Le informó al pastor, que esto le ofrecía una

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oportunidad para hacerse rico, si lograba pasar por este período crítico. El pastor era un predicador joven y, bueno, decidió orar inmediatamente por este hombre. Y oró pidiendo que el hombre ganara mucho dinero y que Dios estableciera su negocio. El hombre, también oró. Dios oyó esas oraciones y el hombre se enriqueció. Pero, esto fue la peor cosa que jamás pudo haberle acontecido. Tenía una buena familia, hasta cuando ganó su dinero, el dinero que él dijo que necesitaba. Pero después, perdió a todos los hijos. ¿Se fija usted? Dios concedió su petición y le dio dinero, pero envió mortandad sobre él. Sobre esto, lo dice el Apóstol Santiago en su carta capítulo 4, versículos 2 y 3: ". . . no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites".

Ahora, Dios le dice a Moisés, que por un mes entero, comerán carne hasta

cuando llegue a serles repugnante. Haría esto porque habían despreciado al Señor y habían llorado delante de El. Leamos los versículos 21 y 22:

Números 11:21,22 " . . . los peces del mar para que tengan abasto?"

Moisés pregunta a Dios cómo es que piensa hacer esto. Dios le contesta que lo hará. No debemos, amigo oyente, preguntarle al Señor cómo hará alguna cosa, después que El dice que lo hará. El lo hará, no según el cómo suyo, ni según el cómo mío, sino según su propio cómo. Lo hace de la manera que El quiere hacerlo. Continuemos con los versículos 23 al 25:

Números 11:23-25 " . . . profetizaron, y no cesaron."

Ahora, fíjese usted, que realmente, no había más poder que antes.

Había más

organización que la que había antes, pero no había más poder. El mismo Espíritu estaba dividido entre ellos. Ahora, versículos 26 al 30:

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Números 11:26-30 " . . . él y los ancianos de Israel."

Josué era muy fiel y leal a Moisés y eso era algo maravilloso.

Pero aún más

maravilloso, amigo oyente, es el hecho de que esto revela que Moisés no tenía celos. No tenía celos de que otros también pudieran profetizar.

Creemos que en el ministerio cristiano, hay tres grandes pecados. El uno es la pereza; otro, los celos, y el otro es el aburrimiento. Y desafortunadamente, hay algunos que son culpables de todos tres. Vemos pues, aquí, que Moisés no era un hombre celoso. Y los celos son cosa terrible. Veamos ahora, cómo Dios provee la carne. Leamos el versículo 31 de este capítulo 11 de Números:

Números 11:31 " . . . casi dos codos sobre la faz de la tierra."

Note usted, que el Señor, realmente les da codornices para comer. Versículo 32:

Números 11:32 " . . . alrededor del campamento."

Creemos que esos "diez montones," que se menciona aquí, sería el equivalente a unos 86 galones. No tenían instalaciones refrigerantes, y por eso, tenían que cocinar de una vez, todas esas codornices. Pero, sabe usted lo que pasa. Leamos los versículos 33 al 35:

Números 11:33-35 " . . . y se quedó en Hazerot."

Como usted ve, demostraron una verdadera glotonería. Despreciaron el maná que Dios TTB

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les había provisto antes. Y Dios, amigo oyente,

juzga tales cosas y todavía lo hace.

Recuerde que el Apóstol Pablo escribió allá en su primera carta a los Corintios, capítulo 11, versículo 31 y 32: "Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo" (I a Corintios 11:31,32). Y así, amigo oyente, concluimos nuestro estudio del capítulo 11 de Números. Y llegamos ahora al capítulo 12. En este capítulo, tenemos los celos de María y de Aarón y el castigo de María.

El hogar de Moisés, no es tratado en la Biblia. No creemos que fuera un hogar feliz, pero, la verdad es que es muy poco lo que sabemos en cuanto a este hogar. Ahora, el pueblo de Israel se halla en su marcha desde Sinaí hasta Cades-barnea. En este capítulo, encontraremos una rebelión en las posiciones más altas entre los líderes de los hijos de Israel. Leamos el versículo 1 de este capítulo 12:

Números 12:1 " . . . tomado mujer cusita."

No creemos que esta mujer fuera la hija del sacerdote de Madián. Si este fuera el caso, habría sido llamada madianita. Al parecer, pues, ésta es otra mujer que Moisés había tomado como esposa. Y esto provee la ocasión, para que María y Aarón traten de culpar a Moisés. Sus celos, pues, se dirigieron hacia este punto débil. Ahora, el versículo 2 dice:

Números 12:2 " . . . Y lo oyó Jehová."

Ahora, esta es la hermana mayor de Moisés la que habla. María podía decir: "Bueno, ¿Y quién se cree Moisés? Pues, me acuerdo del tiempo cuando él era sólo un pequeño bebé en una arquilla y yo le cuidaba. Si yo no le hubiera cuidado, ¿dónde estaría él ahora?" Y TTB

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vemos que Aarón, el sumo sacerdote, es hermano mayor, y él también habla. Versículo 3:

Números 12:3 " . . . sobre la tierra."

Es interesante notar que se dice en cuanto a Moisés y en cuanto a nuestro Señor Jesucristo, que ambos eran mansos. Recuerde usted, que ante Dios, la mansedumbre no es una debilidad. La mansedumbre es ser obediente a Dios y hacer Su voluntad. Ahora, el versículo 4, dice:

Números 12:4 " . . . Y salieron ellos tres."

No ve usted, que este es un asunto de familia.

Veamos entonces lo que ocurre.

Versículos 5 hasta el 9:

Números 12:6-9 " . . . se encendió contra ellos; y se fue."

Dios dice, que es El quien escoge a los profetas. El dice que Moisés es mayor que los demás. Que él es fiel en toda la casa de Dios. Y Dios trataría con él de una manera diferente, a la que trató con cualquier otro profeta. Dios trató con Moisés, de una manera directa. Y notamos que esto es verdad al estudiar el Antiguo Testamento. No encontramos que Dios haya tratado con cualquiera otro profeta, de la manera en que trató con Moisés. Dios apareció en sueños a Abraham, apareció en sueños a José, pero Dios trató con Moisés cara a cara. Moisés es diferente a todos los demás. Más tarde veremos que Dios dice allá en Deuteronomio 18:18: "Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare" (Dt. 18:18). Aquel profeta, que sería como Moisés, es el Señor Jesucristo mismo. Veamos ahora el TTB

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castigo de María, hermana de Moisés. Leamos el versículo 10:

Números 12:10 " . . . y he aquí que estaba leprosa."

Se habían portado muy tontamente. María se puso leprosa y esto les demoró allí en el campamento. Moisés oró entonces al Señor por ella; pero ella tuvo que ser excluida del campamento, por siete días. Y el pueblo no podía seguir en su marcha, mientras ella estuviera excluida del campamento. Leamos ahora los versículos 15 y 16:

Números 12:15,16 " . . . y acamparon en el desierto de Parán."

Ahora, ¿por qué no fue atacado de lepra Aarón? Bueno, porque Aarón era el sumo sacerdote. Sin embargo, Dios juzgó este asunto de familia y Aarón quedó afectado por esta lepra de María. Fue Aarón quien imploró a Moisés diciéndole allá en el versículo 11: “¡Ah! Señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado.”

El castigo fue causado por los celos de los dos.

Por contraste, no

encontramos celos en Moisés. Y así, amigo oyente, concluimos nuestros estudio del capítulo 12 de Números. Y también vamos a detenernos aquí por esta ocasión, y en nuestro próximo programa, Dios mediante, comenzaremos nuestro estudio del capítulo 13 de Números. Le invitamos, pues, a sintonizarnos. Será pues, hasta entonces. Que Dios le bendiga ricamente.

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