Mes Nacional de la Juventud Julio 2014

Mes Nacional de la Juventud Julio 2014

Semana 1:

Maestro… ¿Dónde Vives? “Los jóvenes aspiran a una vida grande. El encuentro con Cristo, el dejarse aferrar y guiar por su amor, amplía el horizonte de la existencia, le da una esperanza sólida que no defrauda.”

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(LF,55) Objetivo: Reafirmar la persona de Jesús como modelo de vida para los jóvenes

Dinámica rompehielo: Todos los participantes se dividen en parejas y se sientan en el suelo espalda con espalda y entrelazan los brazos, a la orden del animador intentan levantarse los dos al mismo tiempo sin soltarse. Una vez arriba, buscan otra pareja que se haya levantado y realizan el mismo ejercicio entre los cuatro, luego entre ocho y así hasta que todos estén de espaldas y con los brazos entrelazados y todos se puedan levantar.

Desarrollo del tema: I momento: El hombre más extraordinario. Se le entrega a cada participante una copia de la lectura “el hombre más extraordinario” (ANEXO 1) y se les pide que resalten aquellas características que más le llaman la atención de ese personaje. Una vez que han realizado

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la lectura, se les pide que en parejas compartan las características que resaltaron y el por qué las eligieron. II momento: La persona de Jesús Se realizan cinco equipos y a cada uno se le asigna uno de los rasgos de la personalidad de Jesús (ANEXO 2), a partir del cual los equipos deberán de representar mediante un sociodrama como es aplicable ese rasgo o característica en la vida de los jóvenes.

Oración: En el centro del salón se coloca una imagen de Cristo resucitado, el cirio pascual y la biblia; alrededor de estos se colocan los participantes. El animador pide a los jóvenes que hagan memoria de todas aquellas cosas buenas y significativas que pasaron en el año en aquellos lugares que frecuentan, la familia, el trabajo, el estudio, la comunidad. Deja un momento de silencio para que cada uno piense y luego les pide que elijan una de esas cosas, quizás la más significativa y que la escriban en una tarjeta. Esas tarjetas se colocan a los pies de la imagen. Se brinda un espacio de silencio y reflexión y se reproduce el audio “No tengáis Miedo de Mirarlo a Él” de Juan Pablo II, posteriormente se deja otro espacio de silencio y reflexión. Mientras se reproduce música de fondo. En el mismo ambiente de reflexión se hacen las siguientes lecturas: Lector 1: Cumpliendo el mandato recibido de su Padre, Jesús se entregó libremente a la muerte en la cruz, meta del camino de su existencia. El portador de la libertad y

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del gozo del Reino de Dios quiso ser la víctima decisiva de la injusticia y del mal de este mundo. El dolor de la creación es asumido por el Crucificado que ofrece su vida en sacrificio por todos: Sumo Sacerdote que puede compartir nuestras debilidades; Víctima Pascual que nos redime de nuestros pecados; Hijo obediente que encarna ante la justicia salvadora de su Padre el clamor de liberación y redención de todos los hombres. Lector 2: Por eso, el Padre resucita a su Hijo de entre los muertos. Lo exalta gloriosamente a su derecha. Lo colma de la fuerza vivificante de su Espíritu. Lo establece como Cabeza de su Cuerpo que es la Iglesia. Lo constituye Señor del Mundo y de la historia. Su resurrección es signo y prenda de la resurrección a la que todos estamos llamados y de la transformación final del universo. Por Él y en Él ha querido el Padre recrear lo que ya había creado. Lector 3: Jesucristo, exaltado, no se ha apartado de nosotros; vive en medio de su Iglesia, principalmente en la Sagrada Eucaristía y en la proclamación de su Palabra; está presente entre los que se reúnen en su Nombre (Cfr. Mt. 18,20) y en la persona de sus pastores enviados (Cfr. Mt. 10,40; 28,19ss.) y ha querido identificarse con ternura especial con los más débiles y pobres (Cfr. Mt. 25,40). Posteriormente oración y peticiones espontaneas, para finalizar en signo de comunidad se reza el Padre Nuestro.

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Semana 2:

Soy Joven… Soy propuesta!!! “Evita que te menosprecien por ser joven; más bien debes ser un ejemplo para los creyentes en tu modo de hablar y portarte, en amor, fe, y pureza de vida.” I Timoteo 4,12 Objetivo: Incentivar al joven a vivir su fe, siendo así, portadores del mensaje de Cristo vivo, en todos los ambientes en los que se desempeñe. Dinámica rompehielo: El animador invita a formar dos círculos (uno dentro del otro) con igual número de personas y pide que se miren frente a frente. Es recomendable tener una música de fondo. Pide que se presenten con la mano y digan su nombre, qué hace, qué le gusta y qué no le gusta. Inmediatamente el animador da la señal para que se rueden los círculos cada uno en sentido contrario, de tal forma que le toque otra persona enfrente. El animador pide que se saluden dándose un abrazo y pregunten a la otra persona las mismas preguntas que hicieron antes, después vuelven a girar de nuevo y esta vez se saludan con los pies, posteriormente con los codos, los hombros, etc.

Desarrollo del tema: I momento: Reporteros Se le entrega a cada participante una ficha que contiene las siguientes preguntas: 6

• ¿Qué alegrías se encuentran? • ¿Qué dificultades se enfrentan? • ¿Cuáles son sus anhelos?

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• ¿Cómo es ser joven?

• ¿Dónde están los jóvenes? Posteriormente se da un tiempo prudencial para que los participantes se entrevisten entre sí. Cada uno de los jóvenes deberá entrevistar al menos a cuatro participantes. Una vez realizadas las entrevistas, el animador motiva a los participantes a que, en plenario, se compartan las impresiones recolectadas y se realiza una reflexión acerca del ser y el quehacer de los jóvenes en la actualidad.

II momento: Siluetas. Una vez que se ha reflexionado cómo son los jóvenes, se conforman equipos y se le entrega a cada uno un papelógrafo, en el cual dibujarán una silueta de un joven y a su alrededor escribirán las actitudes y prácticas que deben de poseer los jóvenes para ser ejemplo y portadores del mensaje de Cristo en sus contextos. Una vez elaborados los papelógrafos serán expuestos ante el resto de participantes y se colocan en un lugar donde permanecerán visibles durante el resto de los encuentros.

Oración: En el centro del salón se coloca una alfombra o similar con varios elementos que representen la juventud. Se propone música de fondo para crear el ambiente y colocar: balones

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o artefactos deportivos, aparatos electrónicos, ropa, libros, instrumentos musicales, un crucifijo, la biblia, velas, y otros elementos que consideren conveniente. El animador invita a los participantes a colocarse alrededor y en un rato de silencio a reflexionar con cuales elementos se identifican. Si alguien lo desea puede expresarlo al resto del grupo. Se realiza una breve reflexión acerca de la vida de los jóvenes en la actualidad, haciendo énfasis tanto en aspectos positivos como negativos, así como en la capacidad de ser ejemplo en sus diferentes ambientes. Se realizan las siguientes peticiones: • Por todos los jóvenes, para que su pasión, su grandeza, sus ideales, los pongan al servicio de una sociedad más justa, más humana y más fraterna, según los criterios de Dios. Roguemos al Señor.  • Por nuestros jóvenes, para que no se dejen llevar por lo más fácil y cómodo, sino que iluminados por la entrega de Cristo, den su vida por Dios y por los hermanos. Roguemos al Señor. • Por los jóvenes, para que su alegría, sea un contagio de esperanza para todas nuestras comunidades. Roguemos al Señor. • Por todos los jóvenes que están en búsqueda de aquello que pueda orientar sus vidas y darle sentido, para que encuentren “estrellas de esperanza” en su camino que les haga descubrir el gozo de la fe. Roguemos al Señor.

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Se concluye la oración con peticiones espontáneas por parte de los participantes y se agradece a Dios por las diferentes bendiciones que nos brinda día a día.

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• Por aquellos jóvenes que viven en familias dividas, en ambientes de riesgo o en situaciones difíciles, para que, en esos sufrimientos, la luz de la fe les haga madurar y desde ahí puedan ser luz para otros. Roguemos al Señor.

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Semana 3:

Vive tu fe… “Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que ha sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos” I Tim 6, 12 Eucaristía – Mes de la Juventud Recomendamos por la dinámica que deseamos desarrollar y propiciando un mejor aprovechamiento para los jóvenes que asistan, que esta Eucaristía se haga en horas de la noche (Si no se pudiera, sugerimos que sea en una eucaristía durante el día y con la comunidad, pero dándole el protagonismo posible a los jóvenes tomando en cuenta ésta celebración sugerida). Así se podrá explotar la temática del combate que será preciso asumir para contra restar el pecado=oscuridad con la gracia=luz que Dios nos concede. Preparar todo lo necesario para la celebración eucarística: altar, ambón, credencia, vasos sagrados, ornamentos, velas, asamblea, crucifijo, flores, misal, leccionario, etc. Para acondicionar el ambiente lo más posible, y ayudar al joven a ingresar en un clima de reflexión y celebración profunda del amor de Dios, disponer el lugar celebrativo, con imágenes que ayuden a los jóvenes a apropiarse visualmente y disponer su corazón ante el misterio que van a vivir; entre estas imágenes proponemos: pecados sociales, jóvenes derrotados, jóvenes llenos de vida, pasajes misericordiosos de Jesucristo, Jesucristo en la vía de la Cruz, etc…

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Sugerimos pedirle a los jóvenes que se coloquen una pequeña piedra en el zapato antes de iniciar la Eucaristía, esto nos ayudará a entender la acción del pecado en la vida del ser humano… Este momento, debe ir acompañado de una preparación o catequesis que haga tomar conciencia al joven de algunos elementos: el pecado causa dolor y sufrimiento, como el dolor, sufrimiento y molestia que causará esa piedra en nuestro pie; así como pareciera ilógico colocarse una piedra que nos estorba y produce dolor, así también nos parece ilógico entrar en la dinámica del pecado; pero también así como consciente y libremente nos colocaremos la piedra, de igual modo libre y conscientemente ingresamos en los terrenos del pecado… Reflexionamos, rápidamente en la acción del pecado en el joven (esto lo podríamos ejemplificar con palabras alusivas a las imágenes que luego en el espacio celebrativo encontrarán los jóvenes sobre el pecado social y juvenil). Monición Inicial: Queridos jóvenes muy amados de Dios, hoy nos hemos encontrado como familia para compartir con Aquél que ha dado la vida por nosotros y que nos ha invitado a ver dónde vive… Ahora, amigos; seremos testigos de cómo Dios nos ayuda a vencer las tinieblas del pecado y de la muerte… Él es la luz… y nos vamos a encontrar nuevamente con esa luz que siempre nos guiará en la vida… y Él que es la luz, Jesús, hoy también nos está llamando a una historia de amor…; con esa fuerza que Él nos concede, vamos ahora a dar testimonio de su acción en medio de nosotros. Estando todo preparado previamente para la celebración eucarística, y propiciando un ambiente de acogida expresa a los jóvenes, se les va llamando por su nombre (expresión de la llamada que Dios nos hace, Dios como único motor real para la vida del joven); esto, mientras

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van haciendo ingreso al lugar celebrativo, donde en medio de la oscuridad tomará un lugar preponderante el cirio pascual, signo de Cristo glorioso y resucitado (con Cristo podemos combatir el buen combate de la fe). Sugerimos también, que la asamblea de jóvenes se ubique de tal manera que ayude a propiciar, vivir y sentir el carácter de comunidad y familia de Dios, durante la celebración y fuera de ella. Pedimos que la piedra, se solicite ser retirada en el momento del acto penitencial, una vez más este momento debe ir acompañado de una catequesis, que nos recuerde que Dios tiene el poder para realizar esa acción liberadora que sana, perdona, alivia y llena de vida…; no obstante, para que esta acción se dé, nuevamente, se requiere de nuestra libertad que permita a Dios realizar su obra… y así como libremente vamos a propiciar el sacar la piedra, así debemos propiciar dejar el espacio a Dios para que Él nos perdone y transforme. Oración Colecta: Muéstrate propicio con tus hijos, Señor, y multiplica sobre ellos los dones de tu gracia, para que, encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren fielmente en el cumplimiento de la ley. Por nuestro Señor Jesucristo. Monición I Lectura: El Dios que hemos conocido donde vive, el Dios que sabe cuál es nuestra realidad más humana, ahora nos trae el mensaje más esperanzador y lleno de amor que nuestros oídos y corazón podrán ser testigos… Escuchemos. Lectura del libro de la Sabiduría 12,13.16-19

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Fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todo, ante quien tengas que justificar tu sentencia. Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te hace perdonar a todos. Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total, y reprimes la audacia de los que no lo conocen. Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres. Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento. Palabra de Dios. Monición Salmo: Este mensaje de amor de Dios por nosotros nos llena de esperanza… constatar que Dios nos cuida, experimentar la fuerza de Dios, sentir la dulce esperanza de su gracia que se convierte en perdón para nosotros… nos hace invocar una vez más: su infinita misericordia. Salmo 85 Tú, Señor, eres bueno y clemente Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: “Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.” Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal,

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mírame, ten compasión de mí. Monición II Lectura: Queridos jóvenes, la súplica confiada dirigida a Dios, siempre tiene acogida en el corazón amoroso de Él… y ahora con San Pablo, seremos testigos de lo que es capaz Dios de hacer por sus elegidos, es decir de lo que es Dios capaz de hacer por nosotros. Lectura de San Pablo a los Romanos 8, 26-27 Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios. Palabra de Dios. Monición al Evangelio: Hoy Jesús, nos comparte una Buena Noticia, Él mismo nos dirá cómo es su reino y cuáles son los criterios que rigen para poder entender su plan de amor… Abramos el corazón a este mensaje de salvación y dejemos que Él nos transforme a su voluntad. En pie, cantamos.  Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13, 2443 En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: “El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?”

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Él les dijo: “Un enemigo lo ha hecho.” Los criados le preguntaron: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?” Pero él les respondió: “No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.” Les propuso esta otra parábola: “El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.” Les dijo otra parábola: “El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente.” Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: “Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.” Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: “Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.” Él les contestó: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.”

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Palabra del Señor. Recomendamos que la homilía, actualizando estos textos que se han proclamado, proponiendo una Buena Noticia que es lo que Dios siempre nos comparte, se ilumine la vida del joven teniendo como marco el proceso que se hace en el mes de la juventud y la cita que engloba esta tercera semana juvenil, por tanto algunas ideas podrían ser: --

El joven que se ha encontrado consigo mismo, descubre un campo fértil donde Dios quiere actuar con su infinita misericordia, porque el Dios que es rico en bondad, no sólo muestra su fuerza y gracia para con todos, sino que con paciente predilección se acerca ante el caído, ofreciendo la dulce esperanza de que en el pecado hay lugar para el arrepentimiento.

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Ir donde vive el Maestro, conocer dónde vive Dios… es comprender que Dios quiere habitar en mi propia vida, y por eso me concede su Espíritu que viene en mi debilidad, para hacer de mi un santo de Dios. No es una simple idea, es el encuentro con una persona, y una persona viva: Cristo.

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Hoy, nosotros llamados por Dios, no porque lo merezcamos sino porque Él así lo dispuso por su gracia (como lo enseña Pablo a los Romanos), nos ha elegido para que descubramos y asumamos esas actitudes que identifican al Reino de Dios… Por eso, hemos venido hoy a celebrar la Eucaristía, para llenarnos de Dios, para estar con Él y poder luego comunicarlo, dando solemne testimonio al profesar la fe. Realidad que implicará un combate que venceremos sólo con Él: combate contra la oscuridad del pecado (noche=oscuridad/cirio=luz), combate

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contra las consecuencias que el pecado provoca en la humanidad (imágenes de ambientación), combate contra nosotros mismos (piedra), combate contra el mal…; pero en medio todo eso, surge y vence la paciencia de Dios, el amor de Dios, la gracia de Dios, la vida de Dios… Así, bendecidos por los dones de su gracia, y encendidos por la fe, poder ser jóvenes de esperanza que llenos de amor, den firme testimonio del paso de Dios por su vida.

Preces Elevemos nuestras súplicas al Padre de la misericordia, por todos ustedes estimados jóvenes y por todos los que ejercemos el servicio de la evangelización. A cada intención, aclamamos: Haz que seamos fieles mensajeros del Evangelio. --

Te pedimos, Señor, por todos los jóvenes, para que fortalecidos cada día más por tu amor, crezcamos en el entusiasmo de conocerte y comunicarte a los demás. Roguemos al Señor.

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Te pedimos por tantos jóvenes, enviados a evangelizar, para que cada día comprendan más el amor que comunican. Roguemos al Señor.

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Para que el servicio pastoral que nosotros como jóvenes realizamos o podemos realizar, esté siempre fortalecido por el testimonio, para que quienes nos miren, vean afirmado el empeño por mostrar la luz de Cristo a todos los hermanos. Roguemos al Señor.

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Que cada día, con mayor fecundidad suscites en nuestras comunidades, nuevos jóvenes comprometidos 17

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en el encuentro con Jesucristo, que quieran dedicarse al servicio de la predicación de la Palabra y por ende con el anuncio del Reino. Roguemos al Señor. --

Por los jóvenes que se nos han adelantado y están en la presencia de Dios, para que, por la fe que testimoniaron y la entrega que realizaron en su vida, les sirva para los bienes eternos. Roguemos al Señor.

Te pedimos, Señor, que aceptes benignamente las súplicas que te dirigimos, y que bendigas con tus dones a quienes has elegido, para que vayamos por el mundo predicando el Evangelio y el Reino del Padre, con nuestra propia vida. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Credo Se recomienda dedicarle un momento especial a la Profesión de Fe, se busca hacer referencia al cita que nos ubica en el tema de hoy “y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos”. De tal forma que los jóvenes puedan ir intercalando los elementos de la profesión de fe con episodios de su propia vida y el paso de Dios por su propia historia. Para el ofertorio, se recomienda colocar una vasija con brazas frente al altar, de tal manera que cada joven en un momento de recogimiento pueda plasmar en un papel (pequeño preferiblemente) dos ideas: ¿Qué necesito cambiar de mi vida hoy, y sólo con la ayuda de Jesús puedo lograr? y ¿Cuál es la ofrenda que hoy le hago a Jesús de mi vida? La idea, es orientar al joven para que comprenda que unido al pan y al vino ofrenda por excelencia, en cada misa mi vida debe convertirse en la ofrenda agradable a Dios…

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La vida de cada joven (lo bueno y lo malo) vamos a presentarlo a Dios, y en catequesis hacerle comprender al joven que seremos testigos del cumplimiento de la oración litúrgica: “recibe y santifica la ofrenda de tus hijos… y que sirva para la salvación”… Así, colocando incienso en la vasija, presentamos también nuestra vida a quien nos ama hasta el extremo. Oración sobre las Ofrendas: Oh Dios, que has llevado a la perfección del sacrificio único los diferentes sacrificios de la antigua alianza, recibe y santifica las ofrendas de tus fieles, como bendijiste la de Abel, para que la oblación que ofrece cada uno de nosotros en honor de tu nombre sirva para la salvación de todos. Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio: V. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu. V. Levantemos el corazón. R. Lo tenemos levantado hacia el Señor. V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario,  es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar,  Señor, Padre santo,  Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor. 

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Quien, por su misterio pascual, realizó la obra maravillosa  de llamarnos del pecado y de la muerte  al honor de ser estirpe elegida,  sacerdocio real,  nación consagrada,  pueblo de su propiedad,  para que,  trasladados de las tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. 

Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo. Potenciar el rito de la paz, mediante un gesto oportuno según la costumbre del lugar. Oración después de comunión: Muéstrate propicio a tu pueblo, Señor, y a quienes has iniciado en los misterios del reino concédeles abandonar el pecado y pasar a una vida nueva. Por Jesucristo nuestro Señor. Recomendamos para enfatizar la idea de la oración postcomunión y hacer el enlace como la cuarta semana que nos hará meditar en la misión; confeccionar y entregar el signo de la cruz al final de la Eucaristía, pues la cruz es la puerta del cielo, es un manantial de gracia, es el

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trono del nuevo Rey… en la Cruz han quedado nuestros pecados, queremos pasar a una nueva vida, a un nuevo compromiso, a un nuevo estado de permanente misión y por eso le rogamos que esté propicio a nosotros que somos su pueblo… Cada joven recibe la cruz acompañado de alguna frase como podría ser: “Que la Cruz de Cristo te identifique, por tu amor y por tu entrega”. A finalizar la Eucaristía, es aconsejable propiciar un ágape.

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Semana 4:

Callejeros de la Fe. ¡Qué bueno es que los jóvenes sean «callejeros de la fe», felices de llevar a Jesucristo a cada esquina, a cada plaza, a cada rincón de la tierra! (EG 106) Objetivo: Promover la vivencia de la fe a partir del espíritu misionero, llevando al joven a ser discípulo evangelizador de otros jóvenes.

Dinámica Rompehielo: Para esto deben usar palillos de dientes. Primero divide el grupo en varios subgrupos y diles que escojan un animal con su sonido respectivo, y elijan un líder de grupo. Haz que todos los grupos escuchen el sonido de los demás grupos, luego esparce o tira los palillos por todo el salón, o donde te reúnas, por dentro y afuera. Luego diles que tienen que buscarlos pero la única manera de recogerlos es haciendo como su animal, como un perro, un gato pero que el único que puede levantarlos del suelo o donde se encuentre es el líder, y ellos deben llamarlo con su sonido seleccionado.

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I momento: Llamados a compartir la fe. Con todos los participantes reunidos en el salón se proyecta el video “Llamados a compartir la Fe” Una vez que es observado el video en grupos de cinco personas se reflexionan las siguientes preguntas:

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Desarrollo del tema:

• ¿Me siento hoy anunciador? • ¿En qué momentos/situaciones anuncio la Buena Nueva? ¿Cómo lo hago? • ¿Hay algún momento donde pudiendo hacer este anuncio no lo hago? ¿Por qué? • ¿Mi grupo o comunidad juvenil anuncia la Buena Nueva a otras personas? ¿A quiénes? ¿Cómo lo hacemos? Cada pequeño grupo pondrá en hojas en blanco tres o cuatro frases que hayan surgido en lo conversado y que sientan que tienen fuerza y que valen para ser compartidas con el resto de los jóvenes. Se vuelven a juntar todos los pequeños grupos y cada uno compartirá lo escrito. Estas hojas se irán pegando en un afiche con el título “Nosotros anunciamos la Buena Nueva...”. Este afiche después se coloca en un lugar visible durante el resto del encuentro.

II momento: La Buena Nueva tiene propósitos. Se divide el grupo en siete subgrupos y a cada uno se le entrega una ficha que contiene uno de las siete finalidades de la Buena Nueva, que estamos llamados a compartir:

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1. Crear una comunidad para el Reino (Mc 1, 16 - 20). Vocación de los primeros discípulos. La Buena Nueva tiene como primer objetivo congregar a las personas en torno a Jesús y así, crear comunidad. 2. Hacer nacer conciencia crítica (Mt 1, 21 - 22). Admiración delante de la enseñanza de Jesús. La manera como Jesús anuncia la Buena Nueva provoca en el pueblo conciencia crítica con relación a los escribas, sus líderes. 3. Combatir el poder del mal (Mc 1, 23 - 28). Expulsión de un demonio. La Buena Nueva combate y expulsa el poder del mal que destruye la vida humana y aliena las personas. 4. Restaurar la vida para el servicio (Mc 1, 29 - 34). Cura de la suegra de Pedro y de muchos otros enfermos. “La suegra se levantó y comenzó a servirlos”. La Buena Nueva cuida de la vida enferma y busca restaurarla para el servicio. 5. Permanecer unido al Padre por la oración (Mc 1, 35). Jesús ora en un lugar desierto. Hace parte de la Buena Nueva, permanecer unida a su raíz que es el Padre, a través de la oración. 6. Ampliar y profundizar la conciencia de la misión (Mc 1, 36 - 39). Anuncio de la Buena Nueva por las aldeas de Galilea. La Buena Nueva exige que el misionero no se cierre en los resultados ya obtenidos sino que mantenga siempre la conciencia de la misión. 7. Reintegrar a los marginados en la convivencia (Mc 1, 40 - 45). Un leproso es curado y enviado a los sacerdotes.

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Cada grupo a partir de la finalidad designada deberá de elaborar una historieta, esta representación buscará “actualizar a hoy” el relato de los Evangelios, para eso habrá que pensar qué personajes aparecerán en el relato, en dónde se daría la escena si se diera hoy, qué sucedería, qué dirían los personajes hoy.

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La Buena Nueva acoge a los marginados y los reintegra en la convivencia humana.

Posteriormente se colocan las historietas en un lugar visible y son expuestas al resto del grupo.

Oración Se coloca en el centro del salón una imagen de Jesús y el Cirio Pascual encendido. Se invita a participar de un momento de silencio mientras se escucha el canto “Alma Misionera”. En el mismo ambiente de silencio y reflexión se le entrega a cada joven una vela encendida, cuya luz ha sido tomada del Cirio como símbolo de la luz de Cristo que debe trasmitir, además de un pergamino con el mensaje del Papa Francisco “No balconeen a la vida” (ANEXO 3). Se da un espacio prudencial para que cada muchacho lea el pergamino mientras de fondo se escuche el Canto “Un Nuevo Sol”. Cerramos la celebración con una oración comunitaria, donde cada uno pueda pedirle a Jesús aquel rasgo en que necesita ayuda para hacer realidad el anuncio de la Buena Noticia en la vida cotidiana. A cada pedido, responderemos con alguna invocación: “Jesús, danos tu espíritu misionero” o similar.

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Anexo 1.

EL HOMBRE MAS EXTRAORDINARIO Tiene entre 30 y 35 años. Es un obrero robusto capaz de sufrir noches de vigilia, largas jornadas de camino bajo el sol. Su presencia y su mirada seducen. Sabe ser tanto de piedad como de indignación. Su palabra es una veces ruda, otras afectuosa. Pero siempre directa, muestra que penetra los pensamientos y los corazones de los que le rodean, Conoce el trabajo de los hombres porque lo ha practicado largo tiempo. Es un hombre lleno de buen sentido que no se paga con palabras sino que quiere actos... No es un intelectual, porque no ha frecuentado las escuelas, pero sus conocimientos son profundos y amplios, animados de una viva imaginación: sabe presentar las escenas de la vida cotidiana, los oficios, las fiestas, las estaciones del año. Comprende a las gentes por instinto, porque su sensibilidad, que es viva, abre los corazones a las necesidades de los otros. Y todo esto lo realiza sin demagogia. Guarda en todo un equilibrio magnífico. No vive como todo el mundo, es un separado. Ha dejado su trabajo profesional para cumplir una misión itinerante. ¿De qué vive entonces? De la hospitalidad de los amigos, de los regalos. Además, de todo eso no se preocupa. Un régimen frugal, en un ambiente que le encanta, le es suficiente, sin desdeñar la ocasión de hacer honor al que

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No está casado, pero no tiene repulsa hacia las mujeres. Les habla directamente y con cortesía. Libre de todo lazo se pone a disposición de todos, para servirles, para amarles y hacerles amar. Los que sufren en su alma o en su cuerpo son los que atraen su benevolencia. Con todo es sencillo, a su altura, acogedor, hombre de pueblo y gran señor a la vez.

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le invita. Y esa vida ruda día a día es la que propone a sus compañeros.

No se une a una clase social, a pesar de su preferencia hacia los pobres. Guarda una soberana independencia respecto a los que le solicitan: familia, amigos, autoridades religiosas y civiles, opinión pública. No hace política. No se mezcla en negocios. Su empresa va más lejos o más alto. Cumple su misión con una impresionante autoridad. Que nadie busque el influenciarle o hacerle torcer la línea de su destino, entonces reacciona vivamente. Además jamás consulta a nadie sobre lo que tiene qué decir o hacer. Nunca se vuelve atrás. Jamás duda. Tranquilo, seguro de sí, domina y construye su destino, su drama. Sabe actuar con paciencia, progresar, adaptarse, pero siempre marchando en línea recta. Afronta lúcida y valientemente la incomprensión, la envidia, el odio, a lo largo de una lucha sin tregua. Nadie le asusta. Dice la verdad, guste o no guste. Le causan horror los hipócritas y los orgullosos. Permanece insensible ante el entusiasmo irreflexivo de sus admiradores. Sabe descubrir hábilmente las trampas de sus enemigos. Con toda paciencia corrige los errores de sus amigos. Admira la fe y la generosidad de los humildes, anima la confianza

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que le dan sus compañeros, pero sin adularlos nunca. Les confía sus designios, los asocia a su misión. Este retrato es rigurosamente histórico. Este hombre es auténtico. SE LLAMA JESUS. SU GRANDEZA intriga, pero no aplasta. SU AMOR libera y estimula.

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LA PERSONALIDAD DE JESÚS Los rasgos fundamentales de su personalidad humana, tal como fueron percibidos por sus discípulos e incluso por sus enemigos:

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Anexo 2:

Un hombre libre Ya desde su adolescencia (cf. Lc 2,41-52) Jesús se manifiesta como un hombre libre frente a todo y frente a todos los que puedan obstaculizar su misión. Libre frente a su familia (cf. Mc 3,21) y a sus amigos (cf. Mc 8,31-33). Libre frente al poder político de los romanos (cf. Lc 13,3133). Y libre, sobre todo, frente a los ritos, las prescripciones y las costumbres del judaísmo de su tiempo, cuando él creía que se convertían en obstáculos para cumplir la auténtica voluntad de Dios y servir al bien del hombre. Fue precisamente esta libertad la que irritó a todos los poderes constituidos, que decidieron acabar con él.

Abierto a la vida. Hombre realista, cercano a la naturaleza, en contacto directo con la vida palpitante de sus contemporáneos. Jesús no especulaba con teorías abstractas. Pensemos en las parábolas que reflejan la vida diaria de su tiempo. Su mensaje es práctico, concreto. Jesús vive cercano a la naturaleza, atento a la vida del campo, abierto al mundo que le rodea. Observa a los pájaros, a los lirios, a las higueras,... Jesús observa el trabajo costoso y duro de los pescadores, viñadores, pastores, mujeres del hogar... Observa a los niños, a los enfermos... Jesús saca

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enseñanzas muy acertadas a partir de las experiencias de la vida y le sirven para anunciar su mensaje.

Un hombre para los demás Jesús dijo que «no había venido a ser servido, sino a servir» (Mc 10,45). En efecto, nunca buscó su propio interés, no se preocupó de su propia fama (cf. Mt 8,20), no buscó dinero ni seguridad alguna (cf. Lc 16,3), tampoco buscó el poder (cf. Jn 6,15), no vivió para una esposa ni una familia y supo renunciar a sus proyectos para servir a los demás (cf. Mc 6,32-37). Fue siempre un hombre disponible para los otros. Además, sabía acoger a cada persona en su originalidad y en su problemática irrepetible. No pensaba en la humanidad, sino en cada hombre y en todo hombre que se cruzaba en su camino, como Zaqueo (cf. Lc 19,1-10), la samaritana (cf. Jn 4), la adúltera (cf. Jn 8,2-11)… Y, sobre todo, estuvo siempre de parte de los que necesitaban ayuda para ser libres y encontrar la verdad de su vida: el pueblo humilde (cf. Mc 6,34), la gente inculta (cf. Jn 9,34), las personas de mala reputación (cf. Lc 7,36.50), los enfermos (cf. Mc 1,23-28), las mujeres (cf. Lc 8,2-3) y los niños (cf. Mc 10,13- 16).

Un hombre con una gran sensibilidad La fortaleza de su carácter se armonizaba con una gran riqueza de sentimientos. Era sumamente sensible para apreciar las maravillas de la naturaleza: le gustaban los montes y el mar, y se fijaba en la belleza de las flores y de los pájaros (cf. Mt 6,26-30). Pero sus sentimientos se manifiestan sobre todo en las relaciones humanas. Siente una compasión espontánea ante todo tipo de necesidad o desgracia (cf. Mc 1,41; Lc 7,11-17; Mc 6,32-33); ama

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Hombre de oración.

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profundamente a sus amigos y llora ante su muerte (cf. Jn 11,35-38; 18,8); se indigna ante la injusticia o la adulteración de la religión (cf. Mc 3,5; 10,14; Jn 2,13-22); se angustia profundamente ante la perspectiva de su muerte (cf. Mc 14,33).

La oración no es algo secundario en la vida de Jesús. La oración le acompaña en todas las grandes decisiones y acontecimientos importantes de su vida. La oración está presente en todos los momentos de su vida. Se retiraba a lugares solitarios con frecuencia para orar. Su misma actividad, su trabajo va acompañado de la oración. Jesús se siente acompañado de su Padre Dios: Jn. 16,32. La oración de Jesús revela confianza e intimidad con su Padre Dios. Es un diálogo filial y confiado. Jesús se dirige siempre a Dios llamándole Padre.

Anexo 3. Queridos jóvenes, Jesucristo cuenta con ustedes. Acuérdense de este momento, cada uno sabe el nombre de la semilla que entró, déjenla crecer y Dios la va a cuidar. Estos son los entrenamientos para seguir a Jesús: la oración, los sacramentos y el servicio a los demás. Queridos jóvenes, por favor ¡no balconeen en la vida! ¡Métanse en ella! ¡Jesús no se quedó en el balcón, se metió! ¡No balconeen la vida, métanse en ella como hizo Jesús! Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que «juguemos en su equipo» Escuchen en el corazón qué les dice, por favor  no se metan en la cola de la historia, ¡sean protagonistas! ¡Jueguen para adelante! ¡Pateen adelante! ¡Construyan un mundo mejor! ¡Jesús nos ofrece algo más grande que

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la Copa del Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda, una vida feliz. Jesús me dice a mí, a vos, a cada uno: «Vayan, y hagan discípulos a todas las naciones» S.S. Francisco