MEDALLA DE ORO DE LA CIUDAD AL DIARIO LA VERDAD Excelentísimo Señor Presidente de la Comunidad Autónoma; Presidente del Consejo de Administración de Corporación de Medios de Murcia, José Antonio Lozano Teruel, y demás miembros del Consejo; Director General Daniel Gidrón Sánchez; y José María Esteban Ibáñez, director de La Verdad; Corporación Municipal; Miembros del Grupo Multimedia de La Verdad; excelentísimas e ilustrísimas autoridades civiles y militares; Señoras y Señores, Murcia,

su

Corporación

Municipal

y

sus

ciudadanos, celebramos hoy este acto solemne como expresión de su afecto y cariño hacia quienes por su

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trayectoria

personal

o

profesional

se

hacen

merecedores de tal distinción. Esta sincera manifestación no se ciñe únicamente al Ayuntamiento, ni a la Corporación Municipal, y prueba de ello son las numerosas adhesiones de distintas personalidades, instituciones, organismos y entidades del municipio y de la Región a este expediente, ratificando de esta manera lo que ya era público y notorio: Su intachable trayectoria al servicio de la sociedad murciana. La Medalla de Oro es el máximo reconocimiento que otorga el Ayuntamiento a las personas, colectivos e instituciones que, de alguna forma, han contribuido a engrandecer el nombre de nuestra querida Murcia. Debo decir que, en el caso del Diario La Verdad, esta labor no sólo está fuera de toda duda, sino que, además, se puede decir que en muchos casos ha ido más allá de lo que podríamos considerar habitual.

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Y lo ha hecho desde sus mismos orígenes, desde que vio la luz su primer número el 1 de marzo de 1903, bajo la dirección entonces de Meinardo Sánchez de los Ríos, durante poco menos de 11 días, y Nicolás Ortega Pagán, acompañados en la Redacción de Ponce

de

León,

posteriormente

Francisco

Obispo

de

Jaca

Frutos y

Valiente,

Salamanca

y

Comisario Delegado de la Junta de Gobierno, Juan Bautista Luis Pérez, quien después fue Obispo de Oviedo. En ese momento se iniciaba un proyecto que iba a caminar de la mano de la propia historia y evolución de toda la Región. La cabecera ha visto pasar decenas de directores, como la ciudad ha sido testigo de continuas sustituciones al frente de la Corporación Municipal.

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Desde que el periódico inició su cita diaria con los murcianos y hasta hoy, La Verdad ha reflejado fielmente el progreso de Murcia y ha remarcado los acontecimientos más importantes a lo largo de los últimos 100 años: En unos casos, hechos alegres y festivos, pero también los avatares y las desgracias propias de la vida. Tanto en unos casos como en otros, siempre encontramos la información en sus páginas. Unos cambios que no sólo se han ceñido al periódico, sino que también han tenido su reflejo en las diversas sedes que han albergado su redacción y talleres. Comenzando por la calle Isabel la Católica, que abandonaría para ubicarse en la céntrica Plaza Cetina y Calle Garnica y posteriormente en la calle Polo de Medina y Plaza de las Balsas, para marchar después a la calle Zarandona y asentarse en la Plaza de los Apóstoles. Ronda Norte y, actualmente, las modernas

instalaciones

del

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Camino

Viejo

de

Monteagudo, han cerrado el ciclo de traslados –por el momento-. En su inicio en 1903, de la mano de movimientos católicos, y con el objetivo de contrarrestar a El Liberal se encontró con una Murcia envuelta en enfrentamientos religiosos, clericales, movidos por las pasiones de la lucha de clases en esos albores del Siglo XX. Así fue, que la presencia de El Liberal provocó que el Cabildo y el Obispado crearan La Verdad, “diario católico” con capital de la diócesis y de sus feligreses. Pero no sólo con colaboración económica, sino que aportaron redacción y administración: D. José Mejías (coadjutor de Santa Eulalia), D. Juan Hernández (párroco de Puebla de Soto), D. Juan Bautista Luis Pérez, doctoral y posterior Obispo de Oviedo y el Deán D. José María Molina, entre otros,

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formaron parte de su historia y pretendieron combatir la postura anticlerical de El Liberal. De su iniciativa surgieron periodistas notables y comenzaron una andadura que felizmente dura ya más de 100 años. 100 años de servicio a una ciudad y a una población. 100 años de la historia de un pueblo que, al igual que a los demás, le tocó vivir unos momentos trascendentes. Desde dificultades económicas, hasta momentos trágicos, como aquellos de la quema de rotativas y quioscos, un desgraciado capítulo de confrontación innecesaria. En 1931 la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, reunidos en Los Jerónimos –nuestro pequeño Escorial- crean “Editorial La Verdad S.A.” con objeto de superar las dificultades del período.

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Entre plumas

sus

directores

murcianas,

como

encontramos Sánchez

grandes

Madrigal,

y

políticos como Francisco Martínez García, concejal y Alcalde de Murcia, José Ballester, Antonio Reverte, Federico Salmón, etc. En estos más de 100 años también la historia de La Verdad se ha visto jalonada de buenas y malas noticias: la guerra española le fuerza a la inactividad y son asesinados dos de sus últimos directores, Martínez García y Federico Salmón, así como su administrador, Pedro Sánchez Barba. Incluso tiene que afrontar la escasez de medios, especialmente de papel, para poder llegar a los lectores, pero al mismo tiempo modernizará las rotativas e instalaciones. Ilustres murcianos han informado, entretenido y acompañado los sentimientos de los murcianos desde las páginas de La Verdad. Ha compartido con nosotros y nuestros antepasados fiestas y también infortunios,

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como la riada de 1919 o la nevada que bloqueó Murcia en 1926, así como relevantes acontecimientos y pequeñas anécdotas: Como la polémica del Entierro de la Sardina en la que el periódico vería oscuras intenciones en los “Dioses del Olimpo” que portaban las carrozas; como desde la distribución en la beneficiencia

municipal

de

la

vacuna

contra

la

tuberculosis a la prohibición de que los vehículos circularan por la Trapería o la creación del galardón de la Medalla de Oro de la Ciudad en el año 26. Las plumas de Andrés Blanco, Sánchez Madrigal, Frutos

Baeza,

Valiente,

Martínez

Andrés

Tornel,

Baquero,

Francisco

Ricardo

Frutos

Codorníu,

Raimundo de los Reyes, y dibujantes como Luis Garay y Gil de Vicario fueron de las primeras en llegar a los lectores y dar cuenta de acontecimientos culturales y sociales, como el estreno del himno a Murcia el 9 de junio de 1922 en el Teatro Romea, o las obras de pavimentación de la Platería, la creación del autogiro

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por Juan de la Cierva y la propuesta de fundar la Escuela de Artes, Oficios e Industria. Más tarde darían el relevo a Luis Esteve, Castillo Puche y Luis Ballester, que colaboran en el diario. Las fotos de Tomás Lorente, que son parte viva de nuestra

historia,

acompañan

las

informaciones.

Antonio Crespo, Asensio Sáez, Baldomero Ferrer, ”Baldo”, y después Juan Torres Fontes, Antonio de los Reyes y Carlos Valcárcel son algunos de los nombres de quienes han hecho Historia desde las páginas del centenario diario. Más adelante se incorporan al equipo de redacción Juan Francisco Sardaña Fabiani, José García Martínez, Antonio Montesinos, González Conejero, Ismael Galiana, Muñoz Barberán y Pedro Soler, entre otros. La Verdad que hoy conocemos es el fruto del trabajo de hombres y mujeres que tuvieron que enfrentarse a las limitaciones de cada época, guiados

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por una vocación de servicio y de amor a Murcia y a su profesión. Tuvieron que emplear medios que hoy nos sorprenden, como el uso de palomas mensajeras para enviar crónicas con motivo de la llegada de Alfonso XIII a Cartagena o prensas manuales para editar el periódico. Pero la información veraz y la defensa de los intereses de Murcia han sido los sólidos pilares en los en los que se ha asentado su labor. En 1988, y tras su paso desde la fundación diocesana, posteriormente de la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, La Verdad pasa a ser propiedad de “Corporación de Medios de Murcia”, y se integra en el primer holding de prensa diario de España, el actual Grupo Vocento, lo que supone su modernización y adaptación a las nuevas tecnologías.

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Un diario en expansión no se limita a una edición en

papel.

Desde

su

pertenencia

a

este

grupo

empresarial, La Verdad ha permitido que desde cualquier lugar del mundo se conozca Murcia a través de Internet. Se ha abierto una ventana al universo gracias al aprovechamiento de las nuevas tecnologías y ha apostado también por la radio y la televisión. El gran futuro de La Verdad va de la mano del futuro de la ciudad, al igual que han caminado sus pasos a lo largo de este siglo. Hoy La Verdad se ha consolidado como una gran corporación multimedia en prensa, radio, la incipiente televisión, y la Verdad digital. Murcia se enorgullece de contar con este diario ya centenario. Y es ahora el momento en el que corresponde reintegrar el débito que los murcianos hemos contraído con La Verdad, que ha mostrado su entrega y cariño a la ciudad sin pedir nada a cambio.

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Queremos que este reconocimiento perdure en la memoria histórica de la ciudad para las generaciones venideras. Por eso hacemos entrega del máximo galardón honorífico que Murcia concede a quienes por su trayectoria se han hecho acreedores de tal honor. Su profunda vinculación con las instituciones y personas de la ciudad ha sido muy relevante. Bastaría recordar los diferentes nombramientos con los que ha destacado en sus reconocidos premios “Los Mejores”. Todos ellos son ejemplo de la honesta relación que ha mantenido siempre el diario con Murcia y con los murcianos. Prueba de ello fueron sus campañas en pro de la creación del Conservatorio y la Universidad o su defensa de la necesidad de que la Autovía del Mediterráneo llegase hasta Murcia. Actualmente, es meritoria su postura reivindicativa en el asunto que

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más preocupa a los murcianos: El agua. El profundo compromiso del diario con la Región se constata de esta forma en su apoyo y firme respaldo en la reivindicación de un agua que necesitamos y es de justicia que recibamos. Son los intereses de Murcia y La Verdad es nuestro portavoz. Por estos motivos. Por su historia, sus raíces murcianas y su densa trayectoria al servicio de Murcia, La Verdad es una institución más que merecedora de recibir la Medalla de Oro de la ciudad como agradecimiento por su generosa contribución para engrandecer el nombre de Murcia. Reconocimiento que deseo hacer extensivo a todos los redactores, publicistas, redactores gráficos, informáticos, secretarias y demás profesionales que hacen o han hecho posible que La Verdad mantenga su cita diaria con los lectores a lo largo de sus 101 años de existencia.

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Agradecimiento

que

no

viene

sólo

del

Ayuntamiento, sino de los miles de murcianos que saben que La Verdad es también uno de los grandes referentes de nuestra ciudad. Enhorabuena a todos. Muchas gracias.

Miguel Ángel Cámara Botía

2 de diciembre de 2004

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