MATERIALES DE FORMACION

MATERIALES DE FORMACION 2011 MODULO 1 Economía, temas coyunturales e inflación. INDICE METODOLOGIA Y PLANIFICACION…………………………………………………………..3 SOBRE ...
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MATERIALES DE FORMACION 2011

MODULO 1 Economía, temas coyunturales e inflación.

INDICE METODOLOGIA Y PLANIFICACION…………………………………………………………..3 SOBRE LA ASIGNACION UNIVERSAL POR HIJO………………………………………..6 Por equipo Isepci GLOSARIO SOBRE ECONOMIA Por equipo Isepci……………………………………………………………………………………….9 EL MODELO DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES 1930-1955 Síntesis del libro de Mario Rapoport Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2003)………………………………………………………………………………………………..22 LA HEGEMONÍA NEOLIBERAL Y LA DINÁMICA DE LA ECONOMÍA MUNDIAL. Enrique Arceo…………………………………………………………………………………………….39

EL MODELO ECONÓMICO ACTUAL……………………………………………………………44

EL MODULO ABORADRÁ CONCEPTOS GENERALES Y LUEGO SE IMPRIMIRAN POR MES LOS RESULTADOS DEL INDICE BARRIAL DE PRECIOS, QUE SE CONSTRUYEN SOBRE LA BASE DEL TRABAJO COLECTIVO CON EL MOVIMIENTO BARRIOS DE PIE. LAS INSTACIAS DE CAPACITACION SE SOSTENDRAN UNA VEX POR MES TODOS LOS MESES Y EN CADA INSTANCIA SE DEBERÁ TENER LA FLEXIBILIDAD PARA INCORPORAR ELEMENTOS DE LA COYUNTURA

OBJETIVOS: •

Avanzar en los conceptos centrales económicos que permitan comprender situaciones de la vida cotidiana y del funcionamiento de lo social.



Poder poner en común los resultados del IBP mes y discutir sobre las implicancias de los mismos en la vida cotidiana de los vecinos de los Barrios y sobre la importancia que tiene para barrios de pie ser parte de esta experiencia



Analizar la situación real y la invisibilización de la pobreza que existe así como los mecanismos por los cuales esto se lleva adelante (INDEC; AUMENTO DE LA AUH;ETC)



Deconstruir los discursos que naturalizan la pobreza como o que la invisibilizan. Estudiar los mecanismos por los cuales logran hacer esto.

La capacitación se dividirá en dos partes: 1. Análisis de los datos e implicancias políticas

2. Desarrollo de un tema en particular que sea de interés.

Se realizarán planificaciones específicas por mes

Modelos base de actividad a modo de ejemplo: ACTIVIDAD 1: ABRIR CON LLUVIA DE IDEAS, SOBRE EL TEMA DE LA INFLACIÓN

Actividad 2: Viendo la lista de precios del 2001/2002 y comparando lo que podías comprar con los 150$ del plan trabajar (que nos parecía poquísimo) y lo que podés comprar con la AUH ¿te parece que ganamos o perdimos? Precios 2001 harina lata tomate aceite ly1/2 arroz azúcar pollo queso mant. huevos carne picada fideos leche sachet asado pan merluza

0,51 0,53 2,10 1,03 0,60 1,70 2,80 1,29 1,80 0,99 0,50 3,40 1,66 4,41



En 10 años algunos productos subieron 8 veces su valor.



Los alimentos aumentaron el 400%



La ropa el 300%



La leche el 500%

2002 1,40 1,38 5 2,44 1,32 3,50 5,40 2,28 3,20 1,38 1,20 5,40 2,30 5,44

¿Es la misma proporción en que aumentaron los sueldos y los planes sociales? Hoy, cuando tenemos la Asignación o el plan Argentina trabaja aunque sea más plata, lo que podemos comprar con esa plata es lo mismo o menos que lo que podíamos comprar en el 2002 con un plan jefes y jefas. El gobierno, el INDEC dice que se puede vivir con 5 pesos por día. ¿Qué pensamos nosotros y nosotras? ¿Qué vivimos todos los días, cuando vamos al súper, al almacén o a la verdulería? ¿Podemos vivir con $5 por día? ¿Vive Aníbal Fernández con 5 pesos por día? ¿Vive el intendente de esta localidad con 5 pesos por día? ¿De dónde sale la plata para la educación, para la salud pública y para la AUH? ¿De los bolsillos de los que nos gobiernan? NOOOOOO de nuestros propios bolsillos, del IVA (cada vez que compramos algo nos cobran el 21% de más en forma de impuesto es se llama IVA: Impuesto al Valor Agregado y lo pagamos todos y todas más allá de cuanto ganemos, el empresario que gana 15.000 pesos por mes paga lo mismo que nosotros de IVA), también los aportes por jubilación y demás impuestos entonces: La plata que cobran los funcionarios (los ministros, los diputados, los intendentes) también sale del mismo lugar, PERO ELLOS COBRAN COMO MINIMO 8000 PESOS Y NOSOTROS COMO MAXIMO 600 O 1200 PESOS. ¿Es justo o no que exijamos lo que nos corresponde? Cuando vas al hospital o a la salita ¿Te atienden bien? ¿Cuánto cuestan los remedios? ¿Qué pasa si no tenés plata para el remís y la persona que está enferma, está muy mal? ¿Los colectivos pasan de noche por el barrio? En la escuela tus hijos reciben una buena educación? ¿Con lo que les enseñan podrán mejorar su vida? ¿Por qué vos no tenés las mismas posibilidades que otros? ¿No merecés vivir mejor? Entonces ¿No te merecés tener una casa digna, que te atiendan bien en los hospitales, que tus hijos tengan una educación de calidad ¿Cuánto hace que no comés un asado con todo? No te merecés comer lo que te guste? ¿Por qué? ¿Por qué conformarnos con vivir mal si este país da para que todos y todas vivamos bien? ¿Por qué la presidenta y sus funcionarios tienen 70 millones de dólares en sus cuentas y nosotros no podemos tener ni una casita?

En Argentina hace 8 años que la economía crece, que el País se enriquece y si bien mejoraron un poco las cosas, mejoraron mucho más para algunos que para otros. Menos del 5% de la población se queda con más del 70% de las riquezas que se generan en el país. ¿Por qué nos dicen que no se puede hacer más si en algunos momentos sí se pudo? Si con lo que el País creció todos y todas podríamos estar mucho pero mucho mejor de lo que estamos. No hay que conformarse con lo poco que nos dan. Nos dicen Nunca Menos, nos dicen que no nos quejemos que ya bastante han hecho. Y nosotros les decimos que se puede estar mucho mejor, vivir en un país sin tanta corrupción, sin tanta inflación y con trabajo, salud y educación para todos y todas.

Sobre la Asignación Universal por Hijo Hace una semana el gobierno tomó una serie de importantes medidas respecto a la AUH que son importantes analizar. •

Después del último aumento instrumentado para la AUH en julio de 2010, que la llevó de 180 a 220 pesos (22,2%), ahora se la eleva a 270 pesos los que significa una suba del orden del 22.7%.



Esta medida beneficia a 3.591.565 niños y jóvenes, y también a embarazadas, que están relacionados con 1.917.342 adultos.



Esta medida eleva el presupuesto asignado a la AUH de 9.635 a 11.824 de millones de pesos por año.



Sobre un total de 12.333.747 niños menores de edad registrados en el último censo, 3.536.822, es decir, el 29%, son alcanzados por la AUH. De éstos 2.225.000 cobrarán los 270 pesos, y de allí la retribución va en escala descendente. Los niños alcanzados por la AHU siguen superando a los que cobran por acción de dependencia que son 3.374.874, o sea un 27%.



De acuerdo a los datos oficiales que serán actualizados el próximo 26 de setiembre, la pobreza alcanzaría al 5,7% de hogares lo que implica un 8,3% de personas. En condiciones de indigencia habría –siempre de acuerdo a las estadísticas oficiales- un 2,2 %de hogares y un 2,4% de personas.



El censo 2010 arroja para la Argentina un total de 40.117.096 habitantes, por lo que de acuerdo a los porcentajes dados a conocer oficialmente tendríamos en nuestro país un total de 3.329.718 pobres, y 962.810 de indigentes.

Hasta aquí algunos de los datos mas importantes contenidos en los últimos anuncios y datos oficiales. Si nos detenemos un poco ellos se pueden observar ciertas inconsistencias que son sustanciales. La primero que se observa es que los porcentajes de indigencia y de pobreza, que se refieren a la relación entre los ingresos de las familias y el costo de las Canasta Básica de Alimentos (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT) respectivamente, están asentados en los datos de variación de precios del INDEC, que por ejemplo para agosto computa un 0,8 % de aumento. De esta manera para el Instituto Oficial una familia compuesta por dos adultos y dos hijos menores cubre sus necesidades de subsistencia con 609,56 pesos por mes y no es considerada indigente; mientras que si sus ingresos llegaran a los 1347 pesos mensuales, dejaría de ser pobre. Para el conurbano bonaerense los datos que el INDEC provee son significativamente coincidentes con los deslegitimados datos nacionales. Según ese Instituto Oficial un 10,6% de habitantes de esta región del país son pobres, mientras que un 2,4% serían indigentes. Los datos del Índice Barrial de Precios (IBP) del mes de julio para el conurbano bonaerense pusieron el costo de la Canasta Básica de Alimentos en 1145 de pesos, de acuerdo al relevamiento del ISEPCI y el CIPPES 1 . Mientras que según la misma encuesta la Canasta Básica Total llega a los 2520 pesos, siendo esa la cifra para cubrir los recursos indispensables para estar por encima de la línea de pobreza. Estos datos llevan a concluir que en esa región del país la pobreza abarca a un 23,2% de la población y la indigencia a un 5,7%. Las referencias oficiales dicen que la AUH

llega a 1.917.342 familias a través de

3.536.822 niños que reciben este ingreso. Esto nos lleva a un número de alrededor de diez millones de personas en todo el país sobre los que impacta este recurso, que claramente está mucho más cerca del 23.2 % de pobres que informa el IBP 2 , que del 8,3% anunciado por el gobierno nacional.

1 2

ISEPCI(www.isepci.org.ar) y CIPPES (www.cippes.org) Aunque este porcentaje calculado por IBP es para el conurbano.

Por último es también interesante considerar la incidencia en el presupuesto nacional del monto asignado a la AUH que con el aumento consignado llega a 11.824 de pesos por año en el marco de un presupuesto total aproximado para el año 2011 3 de unos 375.000 millones. Con lo que estamos hablando de poco más del 3% del presupuesto nacional destinado a un recurso dirigido a impactar sobre el 25% de la población más pobre de la sociedad. La Presidenta califica a la AUH como “el plan más importante a nivel global”. Isaac Yuyo Rudnik ISEPCi Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana www.isepci.org.ar

GLOSARIO DE ECONOMIA "La economía es algo sencillo, no es para nada complicado. Si te explican una vez y no entendés, si lo hacen dos veces y hasta tres y seguís sin entender, el problema no sos vos, sino que te están cagando" Arturo Jauretche

ALGUNOS TÉRMINOS ECONÓMICOS Inflación La inflación es el aumento continuo y generalizado de los precios de los bienes y servicios. Esto significa un aumento del costo de vida y pérdida del valor de la moneda, por lo tanto de los ingresos familiares. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) es la forma de medir los aumentos de los precios de la canasta básica y otros bienes y servicios. El INDEC es el organismo oficial encargado de medir estas variaciones y presentarlas mensualmente. En la 3

¿Cómo relacionan el manejo de los índices que miden la evolución de los precios con las políticas que lleva adelante un gobierno para frenar la inflación?

Sólo es un aproximado, ya que aquí no están considerados los ingresos extraordinarios aun no calculados. También hay que tener en cuenta que durante la mayor parte del 2011 el tope de la AUH fue de 220 pesos, por lo que el monto anual destinado a este rubro será menor a lo aquí registrado.

actualidad existen muchos debates acerca de la validez de estos índices producto de la manipulación de sus resultados. Para comprender el fenómeno de la inflación, se debe distinguir entre aumentos que se producen en algunos artículos por ¿Hubo en la historia reciente razones estacionales (por ejemplo, en de la Argentina invierno aumenta la lechuga) o similares; y hiperinflación? ¿Qué pasó? los que se dan en forma generalizada y ¿Qué consecuencias trajo? sostenida en el tiempo. Dentro de estos ¿Cómo jugaron los sectores económicos de poder antes, últimos también podemos hacer una durante y después? distinción respecto al grado de aumento. Hay Para ustedes, ¿cómo y quiénes países donde la inflación se encuentra producen la inflación? controlada por debajo del 10% anual, otros con inflaciones medias que no superan el 20% anual y países en los que el crecimiento sostenido de precios ha superado el 100% anual. Cuando la variación de los precios alcanza el 50% mensual se la denomina hiperinflación.

¿Cómo y quienes producen la inflación? En la historia de nuestro país y nuestra región, la inflación es un fenómeno complejo que impacta en el desarrollo de nuestras vidas cotidianas y tiene que ver con elementos políticos y económicos. A lo largo de la historia, los sectores económicos concentrados, que tienen el poder económico, y los partidos políticos que los representan, han utilizado a la inflación como forma de “apriete” al gobierno de turno por un lado y para disciplinar y controlar a la sociedad por el otro. Los economistas de derecha, que también conocemos como liberales, argumentan que el aumento de salarios e ingresos produce un efecto inflacionario que se conoce como “inflación por demanda agregada”. Esto significa que al aumentar la cantidad de dinero que se tiene para consumir, se genera un aumento en los precios de los bienes y servicios, originando un círculo vicioso. La solución que encuentran estos sectores para frenar la inflación es no aumentar los salarios y los ingresos o mantenerlos por debajo de los índices de inflación. Lo que ellos llaman “inflación por demanda agregada”, para nosotros/as no es más que una herramienta de los formadores de precios para lograr apropiarse nuevamente de una parte importante de los ingresos de los trabajadores y los sectores populares. Es decir, cuando mejora el ingreso de los sectores populares, aparece la posibilidad de una distribución más equitativa del ingreso, pero al aumentar los precios, los formadores de precios se “comen” esta mejora, porque ahora que tenemos más plata, pagamos más para comprar lo mismo que antes, con lo cual, otra vez ellos aumentan sus ganancias a costa del pueblo.

Efectos de la inflación en la distribución de la riqueza. Veamos qué pasa en concreto

Los formadores de precios son empresas o grupos que producen monopólicamente varios bienes o servicios. De esta manera, al aumentar los precios de sus bienes, hacen que todos los productos de esa rama y sus derivados aumenten. Por ejemplo, si aumenta el combustible que maneja una empresa, no sólo aumenta ese producto, sino todos los productos que tienen que ser transportados. ¿Qué otros ejemplos podemos mencionar?

La inflación, como dijimos, tiene efectos redistributivos. El aumento en los precios disminuye el poder adquisitivo del salario y los ingresos de los sectores populares. Aun cuando los sueldos, subsidios, pensiones, jubilaciones, changas o cualquier otro tipo de ingreso vayan aumentando de vez en cuando (por ejemplo las jubilaciones o los sueldos, que se actualizan una o dos veces por año), estos aumentos no logran evitar la pérdida de los ingresos, ya que la suba en los precios es un proceso continuo.

Plusvalía El único factor de la sociedad que produce valor es el trabajo humano. Cuando se aplica trabajo humano a un producto se crea valor. Veamos un ejemplo, si del trigo se produce harina, el valor aumenta. Es decir, la materia prima tiene un valor menor que un producto que ha sido transformado por el trabajo humano. Así se crea la riqueza o valor. Pero cuando el trabajador a través de su Fuerza de Trabajo crea valor, no se queda con todo ese valor, sino que recibe solo un salario que le permite obtener los bienes que necesita para vivir y reproducirse. El resto del valor creado se lo apropian los capitalistas, es decir, los propietarios de los Medios de Producción (MP).

Los medios de producción son las máquinas, los productos necesarios para producir bienes, la propiedad de la tierra, etc. ¿Quiénes son los dueños de los MP en Argentina?

Entonces, Marx llama plusvalía a esa diferencia entre el salario pagado al obrero por su fuerza de trabajo y el valor que crea a través de su trabajo no remunerado, y que es apropiado por el empleador. Es el plus de valor que el trabajador le agrega al valor del producto original sin obtener remuneración, constituyendo así la base de la acumulación capitalista. Por ejemplo: de un yogur que se vende a $4, hay $2 que son de costo de producción, maquinaria, etc., otros $0.5 cvs que son de mi salario. Queda $1.5 restante: esa es la plusvalía que el patrón obtiene de mi trabajo y que constituye su ganancia. Distribución de la Riqueza La riqueza se divide entre el trabajo y el capital. La distribución de la riqueza tiene que ver con lo que veníamos desarrollando sobre quienes tienen el capital, los medios de producción y quienes tienen la fuerza de trabajo. Pero no sólo estos elementos definen la forma en la que se distribuye la riqueza en una sociedad. También el Estado distribuye de una u otra manera la riqueza. Puede inclinar para un lado u otro la balanza, y aún sin cambiar el sistema, puede ser más justo o más injusto. Por ejemplo, al dictar leyes hace que la relación entre capital y trabajo sea más o menos equilibrada. Si una ley laboral reconoce derechos y beneficios para los trabajadores, si el Estado interviene para que los sueldos garanticen la satisfacción de las necesidades del trabajador/a y su familia, si las jubilaciones son dignas, si existen planes de asistencia social que garanticen el consumo necesario de una familia sin trabajo; y a la vez, si se controla la actividad de los formadores de precios para que no aumenten permanentemente, la riqueza se distribuye de manera más equitativa. El sistema tributario es la forma en la que un Estado estructura los impuestos. En Argentina gran parte de lo que recauda el Estado sale de un impuesto directo al consumo que es el IVA y una parte menor, del denominado impuesto a las ganancias. Pero el IVA lo pagamos todos cada vez que compramos algo. Cuando compramos un litro de leche pagamos un 21% de IVA, al igual que un litro de whisky. En cambio, el impuesto a las ganancias se paga cuando alguien posee sueldos muy altos o muchas propiedades. Por eso aumentar el impuesto a las ganancias o a la renta financiera, y direccionar esos fondos para subir la asignación por hijo o aumentar el presupuesto de salud y educación, por ejemplo, es avanzar en una política redistributiva. Sostener un impuesto directo al

consumo de la canasta básica tan elevado es regresivo, porque pagamos lo mismo quienes no tenemos dinero que quienes ganan millones de pesos. El Estado, entonces, cobra impuestos y recauda dinero Recordemos qué pasó cuando se que decide cómo y dónde planteó el debate sobre la Resolución ubicarlo. Las decisiones que 125. ¿Qué era lo que se discutía? va a tomar el gobierno están ¿Quiénes representaban cada una de condicionadas por los las posiciones enfrentadas? ¿Cuál fue intereses de los poderosos y nuestra posición y por qué? Por último, por la lucha del pueblo. ¿cómo se desencadenó el conflicto? Según el resultado de esta Relacionarlo con estos elementos que confrontación, se puede invertir más en salud y educación, equipando hospitales y creando escuelas, o decidir utilizar recursos para pagar la deuda externa.

Deuda Externa La deuda externa es la suma de las deudas que tiene un país hacia entidades extranjeras. Se componen de deuda pública (la contraída por el Estado) y deuda privada (la contraída por particulares). La deuda externa con respecto a otros países se da con frecuencia a través de organismos como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.

El Modelo de Sustitución de Importaciones 1930-1955 La información contenida en ésta guía (el período 1930 -1945) es una síntesis del libro de Mario Rapoport Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2003). Los cuadros y las citas textuales son extraídas del mismo libro. Las conclusiones políticas a veces son coincidentes con las del autor y a veces no. 1.1 Crisis de 1930. Situación Internacional. Crisis de superproducción. Desempleo. PBI de EEUU 1929 u$s 82 billones. 1932 u$s 38 billones. 1938 u$s 68 billones.



Comercio Internacional: El descenso de las importaciones afecta especialmente a los países exportadores de productos primarios, especialmente aquellos que tienen su mercado principal

en países europeos, como La Argentina. A medida que avanza la década se van delineando tres grandes bloques económico- políticos: a) EEUU, Reino Unido, Francia; b) Alemania, Italia, Japón; c) Unión Soviética. Es la manifestación de la disputa entre las potencias imperialistas por un lado, y de la confrontación de éstas con la URSS, por otro. 1.2 Las políticas para superar la crisis. 1.2.1 Keynes: Las causas del desempleo están en la insuficiencia de la demanda. El desarrollo deviene del impulso de la demanda y la inversión y no del ahorro. Que éste predomine sobre la inversión no depende de las tasas de interés y de los salarios, sino de la demanda en crecimiento. La intervención del estado es indispensable para corregir el funcionamiento del mercado que nunca puede garantizar por sí sólo el pleno empleo. 1.2.2 EEUU: Influenciados por estas ideas los gobiernos de EEUU desarrollan a partir de 1933 las políticas del “New Deal” que desde una fuerte intervención del estado impulsan: Respaldo a la inversión, devaluación del dólar, flexibilización de las políticas proteccionistas que en los primeros tiempos de la crisis fueron instauradas por todos los países, produciendo un fuerte descalabro del sistema multilateral de comercio y pagos. 1.2.3 La 2° guerra mundial va a resolver las secuelas de la crisis, mucho más que las políticas keynesianas expresadas en el New Deal. Sobre el final de la guerra y ya prefigurada la derrota de Alemania, empieza a delinearse el nuevo orden internacional. En 1944 se reúnen 44 países en Bretton Woods para tomar decisiones respecto a las nuevas reglas para el sistema internacional de pagos y cambios. Allí se define: a) Establecer el dólar y el oro como activos de reserva y referencia para las monedas de todos los países signatarios del acuerdo, sobre la base de la convertibilidad del dólar en oro; y b) Se crean dos organismos internacionales, el FMI y el BIRF (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, pronto transformado en Banco Mundial) como ámbitos compensatorios que contarían con fondos para acudir en auxilio de los países en problemas, manteniendo un equilibrado crecimiento. El estatuto planteaba “facilitar la expansión y el crecimiento equilibrado del comercio internacional, contribuyendo así al fomento y mantenimiento de altos niveles de ocupación y renta real, así como al desarrollo productivo de todos los miembros” No hay mención alguna a la necesidad de políticas de ajuste o similares, sino todo lo contrario. El representante norteamericano en la reunión declaraba que uno de los objetivos del FMI “era que los flujos de capitales debían ser controlados, porque de otro modo se volverían una fuerza independiente y destructiva contra las relaciones comerciales entre los países”. 2. Situación Nacional. 2.1Las consecuencias de la crisis. • • • •



Reducción de los precios internacionales de cereales a la mitad. Reducción de las exportaciones en un 36% de 1929 a 1930. Deterioro de los términos de intercambio. Ajuste presupuestario. Reducción de salarios

2.2 Las políticas ante la crisis 2.2.1 El Tratado Roca-Runciman. En 1932 una reunión de la Comunidad Británica realizada en Ottawa, decidió limitar las importaciones de productos de fuera de la Comunidad, entre ellos las carnes argentinas. Ante esto, por presión de los ganaderos viaja a Londres una delegación gubernamental encabezada por el vicepresidente Julio A. Roca, y en mayo de 1933 firma este tratado que en lo esencial: • Garantizaba una cuota de carne enfriada en el mercado británico un 10% menor que la de 1932, la mas baja de los últimos años. • Inglaterra abría un 15% del mercado británico a los frigoríficos argentinos. • A cambio las empresas británicas lograban desbloquear el envío de remesas a Inglaterra, lo cual no era permitido a otros países. • Se aseguraba un trato “benevolente” a los inversores británicos. • No se incrementaban los aranceles a la importación de los productos británicos como el carbón. • El tratado era por tres años, y en 1936 es renovado bajo condiciones muy similares. Este tratado agudiza las contradicciones entre ganaderos criadores e invernadores (informe de Lisandro de la Torre), y la disputa entre Inglaterra y EEUU por los negocios en la Argentina. 2.2.2 La intervención del Estado. Siguiendo las tendencias internacionales, durante la década del 30 del siglo pasado, aunque de manera contradictoria, las administraciones conservadoras impulsaron la intervención del estado en la economía y dieron los primeros pasos para el desarrollo del Modelo de Industrialización por sustitución de importaciones. La intervención del estado se dio principalmente a través de: • Creación de Juntas Reguladoras. 21 comisiones reguladoras fueron creadas en este período de las cuales las más importantes fueron las de trigo y carne. • Control de Cambios. Ante la fuga de capitales se establece el Control de Cambios, que desde un tímido punto de partida, va incorporando nuevas facultades, evolucionando hasta convertirse en un instrumento de política económica, Básicamente establece: a) se definen tres tipos de cambio diferenciales, para exportadores, para importadores, y libre. b) Obliga a los exportadores a liquidar las divisas en el Banco Nación c) Instaura el permiso para los importadores estableciendo un orden de prioridades para el destino de las divisas: i)para pagar la deuda pública; ii) adquirir materias primas y combustibles indispensables para las industrias nacionales; iii) artículos indispensables para el consumo.







Creación del Banco Central. Se produce en 1935 con las siguientes funciones: a) Supervisa las situaciones de los bancos; b) Absorción de los sobrantes del mercado para constituir un fondo anticíclico; c) Capacidad para autorizar expansión del crédito en los momentos de baja de la economía; d) Manejo del control de cambios. Uno de los límites más importantes del Banco Central en sus primeros años fue la composición de su directorio, si bien el presidente y el vice eran designados por el Poder Ejecutivo, los bancos extranjeros tenían mayoría en el directorio. Política Fiscal. Ante el descenso de la recaudación aduanera, hubo un impulso al desarrollo de los impuestos internos. Se creó el impuesto a los réditos, apuntados esencialmente sobre las ganancias empresarias y hubo un sustancial crecimiento del gasto público.

El Tándem Pinedo-Prebisch. Federico Pinedo fue ministro de economía del gobierno del General Agustín P. Justo que asumió la presidencia en 1932 y tuvo como uno de sus colaboradores principales a Raúl Prebisch. Es interesante seguir la evolución de su pensamiento pues es representativa de cómo se van reacomodando las clases dominantes ante los cambios de la situación internacional. En 1933 en ocasión de firmar el tratado que lleva su nombre en Londres, el entonces Vicepresidente Roca pronuncia su famosa frase diciendo que la Argentina era “por su interdependencia recíproca desde el punto de vista económico una parte integrante del Reino Unido”. Federico Pinedo, entonces Ministro de Economía, después de un período alejado de la función pública (Prebisch no dejó de ocupar lugares en las distintas administraciones a lo largo de la década) vuelve a principios de los ’40. En un discurso pronunciado en Nueva York en 1941 manifiesta: “Nosotros, argentinos, figuramos entre aquellos que con mas frecuencia han incurrido en el grave error de mirar a Europa como el modelo principal y casi exclusivo[…] pero no traduciría mi verdadera opinión si expresara que son solo motivos de estricto carácter económico[…] lo que nos aconsejan buscar con premura un acercamiento con EEUU y con los demás países del continente” • Las contradicciones entre EEUU y el Reino Unido: A lo largo de la década se manifiestan las fuertes contradicciones de intereses. El transporte es uno de los campos donde se libra una de las batallas principales. Los intereses ingleses defendiendo a rajatabla la vigencia de ferrocarriles y tranvías que se encontraban en total decadencia por la carencia de inversiones y renovación de sus flotas, pugnando por detener el avance del transporte automotor. Los gobiernos conservadores por un lado acceden a sucesivos pactos para defender los intereses ingleses, pero por otro lado promueven desde el estado la construcción de una red vial, que no cambia en lo sustancial el modelo con centro en el puerto de Bs As(la red corre en paralelo a las vías de los ferrocarriles), pero que significa un apoyo al desarrollo del transporte automotor. 2.3 El proceso de Industrialización 1930-1945. • Caída de la producción en general en los primeros años de la década. El descenso de las exportaciones arrastró las inversiones. • A partir de 1933 se inició la recuperación, primero sobre la base de la capacidad ociosa y los bajos salarios. La desocupación oscila entre un 15 y un 20%, con la relatividad de los cálculos







que se pueden hacer sobre la época. “Existe en la Argentina mano de obra buena y barata, que no está echada a perder y es complaciente y voluntariosa” (Informe del agregado comercial inglés a su país). Desde esa fecha en adelante la industria se convierte en el sector más dinámico de la economía, liderando en las siguientes décadas el desarrollo productivo del país. La intervención del estado mediante el impulso de la obra pública cumple un rol importante, con la ya mencionada red vial, que promueve la industria de la construcción y sus conexas, cuyo crecimiento reduce las importaciones. Por ejemplo: en 1930 el consumo de cemento portland era de 755.000 toneladas de las cuales 409.000 eran importadas. En 1938 el consumo era de 1.254.300, y la importación ascendía a 82.650 toneladas. Las ramas líderes de este período son las destinadas al consumo directo: alimentos y textiles.

A lo largo de la década una importante corriente de inversiones extranjeras (EEUU y Europa) se establecen en el país. En este período la mayor parte de la industria –sobre todo grandes establecimientos- son extranjeros, aunque hay matizados inversores de origen nativo, provenientes de las oligarquía terrateniente aggiornada.

En 1939 738 establecimientos industriales que representaban el 1,4% del total de empresas industriales, generaban el 57% del total de la producción, mientras que el 82% de establecimientos generaban el 10,7 de la producción y el 22% del empleo. 2.3.1 Los límites de este proceso de industrialización •









Desarrollo tecnológico limitado. a) Los equipos eran versiones tecnológicas respecto a los modelos en funcionamiento en los países centrales. b) En la mayoría de los casos era maquinaria reciclada con alto nivel de obsolescencia después de varios años de uso. c) Varios establecimientos fueron creciendo sobre la matriz de un pequeño o mediano taller. Si bien las políticas económicas facilitaron en esta década el desarrollo de la industria, subsistieron trabas importantes, como el “proteccionismo al revés”. El arancelamiento a las materias primas e insumos importados indispensables para el desarrollo de algunas industrias, encarecía sus productos y los sacaba de competencia respecto a los importados que no pagaban aranceles o eran muy reducidos. El argumento para estas políticas era que no había que fomentar las “industrias artificiales” que eran las que no contaban con los insumos nacionales suficientes. Por ejemplo, no tenía sentido apoyar la industria siderúrgica pues en esos años aun eran muy incipientes la producción local de hierro y carbón. Aun eran predominantes los intereses de la oligarquía agropecuaria, que si bien apuntalaba el desarrollo de la industria, pretendía mantenerla dentro de ciertos límites, entre otras cosas porque no veía bien la existencia de un mercado interno vigoroso, que limitara los saldos exportables de sus productos más importantes. Las coincidencias industrialistas entre las multinacionales y la oligarquía no pretendían una Argentina plenamente industrializada con altos niveles de integración vertical y horizontal. Mantenerla dentro de estos límites contribuía a sostener la dependencia de los insumos y la tecnología externa. En 1940 Pinedo decía: “No pensamos llegar a una industrialización total, masiva del país, pero no hay porque abandonar algunas producciones industriales, totalmente sanas […] No veo porque ha de ser mas infecunda la fabricación del papel con árboles que brotan en la llanura [...] No se por qué la elaboración de algunas materias primas, que este país produce, como el cuero, para la fabricación de botines, sea una actividad reprochable…” Se desarrollan las industrias livianas sobre utilización intensiva de mano de obra, principalmente alimentos y textiles, y en menor medida metalúrgica.

3. Los efectos de la guerra mundial sobre el sector industrial • • • •

Escasez de materias primas y combustibles. Descenso de las exportaciones. Sanciones de EEUU por sostener la política de neutralidad. Profundización de la sustitución de importaciones.

• • • •





Crecimiento del PBIndustrial (4,6% anual) por encima del PBI (3,6%anual). Crecimiento de las exportaciones industriales (principalmente a Brasil) ante las restricciones del mercado mundial. El crecimiento de Fabricaciones Militares que tiene su punto de partida la instalación en 1927 de la Fábrica Militar de Aviones en Córdoba. En 1941 se crea la Dirección de Fabricaciones Militares. Salvo en 1945, los indicadores económicos de los años que abarca la guerra son positivos. La ocupación creció un 12%, con igual porcentaje de aumento para el salario real. También creció el PBI, pero en el marco de un creciente proceso inflacionario que marcó un 64% para el período.

Hacia el final de la guerra se desarrolla un fuerte debate entre distintas propuestas de cómo encarar la posguerra , habida cuenta que el aparato industrial existente tenía un alto grado de obsolescencia, cuya renovación implicaba altos costos que no era posible afrontar con las políticas en curso. Pinedo y Prebisch coincidían en sostener las “industrias totalmente sanas”, que no requerían la producción de materias primas, maquinarias y bienes durables costosos, porque ello llevaría a un proceso inflacionario y a un aumento del trabajo colectivo más allá de lo imprescindible para satisfacer las necesidades de la población. Según Prebisch, no habría que mantener el aparato industrial existente más allá de las capacidades de producción del país y la realidad del mercado interno. El 25 de agosto de 1944 se crea el Consejo Nacional de Posguerra dependiente de la Vicepresidencia de la Nación, encabezado por el propio Perón. Allí tienen fuerte influencia las

ideas keynesianas, con la referencia concreta en el New Deal en pleno desarrollo, que ponen el acento en la necesitad de sostener el pleno empleo y privilegiar la demanda como los factores fundamentales para el crecimiento económico. El secretario general del Consejo, José Antonio Figuerola, será el redactor principal del primer Plan Quinquenal del Gral Perón. 4. El período de posguerra. El gobierno peronista. 1946-1955. 4.1. Situación Internacional. • EEUU Se consolida como la primera potencia capitalista sobre la base su supremacía económica y militar. Inglaterra y los países europeos deben enfrentar la reconstrucción de sus estructuras económicas destruidas por la guerra, y en el caso del primero debe también encarar la renovación de su aparato económico que venía rezagado desde las décadas anteriores, en un contexto de fuerte endeudamiento, tanto con EEUU como con países como La Argentina, que en el período de guerra le habían provisto de materias primas indispensables difiriendo los pagos correspondientes. • La Unión Soviética emerge liderando el campo socialista, en un mundo dividido en dos campos que compiten y confrontan en todos ámbitos y en cada rincón de mundo. Es el tiempo de la guerra fría que tiene a Europa como el principal terreno de disputa. La rápida reconstrucción de Europa se convierte entonces en la prioridad del campo capitalista en general, y de EEUU en especial, que lanza entonces el Plan Marshall, consistente en un gigantesco plan de ayuda a los países europeos. • América Latina no está dentro de las prioridades de EEUU y de hecho el Plan Marshall tiene efectos negativos para las exportaciones desde esta región hacia Europa. En los primeros años de la posguerra los términos de intercambio fueron favorables a los productos primarios, lo que además confluyó con la necesidades de abastecimiento de alimentos para una población que recuperaba poder adquisitivo. Pero después, al ser EEUU el principal proveedor de recursos, exige como contrapartida que sus productos –que compiten con los de nuestro país- sean privilegiados, mientras que las economías europeas se recomponen, y van alcanzando el autoabastecimiento con su propia producción de alimentos, para posteriormente se convertirse en exportadores de los mismos.





Las políticas económicas de los países europeos siguen los lineamientos de las ideas keynesianas, mediante la intervención del estado buscando garantizar el pleno empleo, el sostenimiento de la demanda y las inversiones, mediante tres vías: las nacionalizaciones, la planificación, y la creación de una serie de instituciones que constituirán el “estado de bienestar”. Por ejemplo, en 1945 el laborismo ganó las elecciones en Inglaterra y lanzó un plan de nacionalizaciones que incluía el Banco de Inglaterra, el sector minero y varias empresas productivas y de servicios. Bajo las orientaciones keynesianas el capitalismo inicia un período de fuerte crecimiento que abarca 30 años consecutivos, hasta llegar a 1973 cuando la crisis del petróleo saca a la superficie fuertes límites y contradicciones que venían incubándose desde años anteriores.

4.2 Situación Nacional. Las políticas económicas en el gobierno peronista. •

El modelo agroexportador que mostró definitivamente sus límites durante la crisis del ’30, inició un contradictorio proceso de renovación de la mano de los gobiernos conservadores obligados a llevar adelante cambios, que al no constituir transformaciones integrales, volvieron a mostrar limitaciones insalvables durante el período de la segunda guerra mundial. • Las ideas keynesianas de fuerte influencia en muchos países del mundo, encuentra su instrumentador en la Argentina de los años 40 en las políticas económicas del peronismo. • La promoción del mercado interno, el nacionalismo económico, la intervención del estado, el desarrollo industrial, y el impulso de la redistribución del ingreso, fueron los pilares principales sobre los que se basaron las políticas económicas del peronismo. • Claramente atravesó dos etapas: la primera, que fue desde el inicio a 1949 en la que la redistribución del ingreso, la búsqueda de la soberanía económica, con la ampliación de la intervención del estado como herramienta central, fueron sus características principales; la siguiente etapa se inicia cuando llegó la crisis que abarcó los años 49-52 y se definió por un giro hacia la búsqueda de soluciones “ortodoxas” desde éste último año hasta su caída en 1955. 4.2.1. Los objetivos generales • Perón en su discurso al Congreso en 1947 en la presentación del primer Plan Quinquenal: “…en 1810 fuimos libres políticamente; ahora anhelamos ser económicamente independientes […] por diferencias de los precios de los artículos importados y los exportados de un solo país en cuatro años la República perdió casi cuatro mil millones de pesos. […] Debemos producir el doble de lo que estamos produciendo, multiplicarlo por cuatro mediante una buena industrialización; es decir enriqueciendo la producción por la industria; distribuir equitativamente la riqueza, y aumentar el estándar de vida de nuestras poblaciones hambrientas que son la mitad del país; cerrar este ciclo con una conveniente distribución y comercialización de esa riqueza; y cuando el ciclo de la producción, industrialización y consumo se haya cerrado, no tendremos necesidad de mendigar mercados extranjeros, porque tendemos el mercado dentro del país y habremos solucionado uno de las cuestiones mas importantes: la estabilidad social…” 4.2.2. La intervención del Estado y la política de nacionalizaciones • Entre 1945 y 1947 se nacionalizaron las empresas de distribución del gas de la Capital Federal y Pcia de Bs As extendiendo los centros de distribución y rebajando las tarifas en un 30%. Se construyó un gasoducto desde Comodoro Rivadavia con un recorrido de 1.700 km que duplicó la cantidad de usuarios (216.000 a 400.000 entre 1943 a 1949. • En 1946 se nacionalizó el servicio telefónico mediante la adquisición la subsidiaria en la Argentina de la ITT norteamericana.



Después de un complicado proceso de negociaciones que incluyó la discusión sobre la manera que el Reino Unido saldaría la deuda pendiente del período de guerra con la Argentina, el 13 de febrero de 1947 se firmó la adquisición de los ferrocarriles británicos. Mas allá de los cuestionamientos por el precio pagado por un material notoriamente deteriorado, lo cierto que la apropiación por parte del estado del principal medio de transporte existente se convierte en una herramienta fundamental para encarar las transformaciones que se buscaban. • Entre 1946 y 1948 se nacionalizó el Servicio de Transporte Urbano de la Ciudad de Bs As, creándose la empresa Transportes de Bs As de propiedad estatal. • En 1941 había sido creada la Flota Mercante del Estado, en 1946 el gobierno peronista compró cuatro nuevos barcos italianos. En 1949 adquirió la Compañía Argentina de Navegación Dodero, creando la Flota de Navegación de Ultramar y la Flota de Navegación Fluvial. • Sobre la base de varias empresas estatales de aviación menores en 1950 nació Aerolíneas Argentinas que en los años siguientes alcanzaría reconocimiento mundial. En esa época se construye el aeropuerto internacional de Ezeiza. • Se creó la Dirección Nacional de Centrales Eléctricas, y se expropiaron varias usinas eléctricas de origen norteamericano, se terminaron de construir varias centrales hidroeléctricas en todo el país, y se instalaron usinas térmicas. • En 1946 se iniciaron exploraciones geológicas en Río Turbio, se encontraron yacimientos de carbón para sustituir las importaciones, se construyó el puerto de aguas profundas en Río Gallego para sacar la producción. • YPF renovó su flota de buques, e inició la exploración en distintos puntos del país, encontrándose nuevos yacimientos, pero al no avanzar en la producción no se pudo llegar al autoabastecimiento. • En marzo de 1946, poco antes de que asuma el Gral Perón, el gobierno del Gral Farrell nacionalizó el Banco Central. Con un directorio encabezado por Miguel Miranda, se orientó a promover el crédito a través de diferentes bancos: para el sector agropecuario el Banco Nación, para la industria el Banco de Crédito Industrial, el Hipotecario para la construcción de viviendas, y la Caja Nacional de Ahorro Postal para captar el pequeño ahorrista y otorgar créditos al consumo. Se nacionalizaron los depósitos de todos los bancos, incluidos los de los privados, con lo que el estado tenía el control total del direccionamiento del crédito, lo que le permitía promover a determinados sectores de la economía y a otros no. 4.2.3 El gasto público y la política fiscal • En una primera etapa el estado promovió el aumento del gasto público acompañando el crecimiento económico del período 45-48. La política de nacionalizaciones y la incorporación de nuevos empleados a la administración pública fueron responsables principales de estos incrementos. Se expandieron así tanto los gastos de capital (inversiones, nacionalizaciones) como los gastos corrientes (conformados en un 50% por los sueldos de los empleados públicos). En el período 35-39 el total de empleados públicos era de 324.000, en el 45-49 fue de 683.000, llegando a 883.000 en 1955. • Sin embargo con el advenimiento de la crisis del 49, la política seguida fue la de una brusca contracción del gasto en el rubro de inversiones en capital, buscando conservar el equilibrio fiscal, a contramano de las orientaciones keynesianas, que recomiendan aumentarlo –o por lo menos mantenerlo en los niveles que están- en los ciclos de baja(políticas anticíclicas).



En la política de recaudación se buscó implementar un sistema más progresivo, sancionando nuevos impuestos a los beneficios empresarios, a las ganancias de capital, al “exceso de beneficios” y a la riqueza personal. • La recaudación previsional también aportó a las necesidades fiscales, sobre todo porque el sistema de aportes de los trabajadores activos, si bien venía implementado desde antes, se masificó con el gobierno peronista y en los primeros años tendría la contrapartida de un reducido número de beneficiarios. 4.3 La política agropecuaria y la creación del IAPI Las superficies sembradas y la producción de granos y oleaginosas que se estancaron durante la guerra, continuaron en la misma situación en los años siguientes, aun cuando sumada a la producción de carnes, siguieron dándole al conjunto de la actividad agropecuaria un peso conjunto de la actividad económica del país. sustancial en el



Durante la campaña electoral el peronismo esbozó una propuesta de reforma agraria, que en los hechos posteriores no quiso o no pudo concretar. La propiedad de la tierra no dejó de estar concentrada, solo que inició un proceso que se fue acentuando en los años posteriores consistente en la desconcentración geográfica de las propiedades de un solo dueño, la conformación de los propietarios como Sociedades Anónimas, o la división entre varios miembros de una familia, lo que les permite eludir el carácter de latifundio. • En 1944 a instancias de Perón se sancionó el Estatuto del Peón Rural que convirtió en ley los derechos de los trabajadores del campo estableciendo el salario mínimo, reglando las condiciones de trabajo, e incorporando la estabilidad laboral y las vacaciones pagas, entre otras cosas. • Se congeló el precio de los arrendamientos, lo que llevó a muchos propietarios a vender porque sus ganancias se achicaron. • Se creó el Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (IAPI) que absorbiendo la función de la Junta Reguladora de Granos, compraba la totalidad de la producción a los productores al precio previamente fijado, separaba lo que debía ser consumido en el mercado interno, y comercializaba en el exterior lo destinado a tal fin, quedándose con la diferencia, lo que le permitía al gobierno obtener los recursos indispensables para llevar adelante las transformaciones que se proponía. El funcionamiento del IAPI fue un poderoso instrumento redistributivo de la política económica del gobierno, que le permitió transferir ingresos hacia la industria y al conjunto de la economía, contar con recursos para la obra pública y ayudar a solventar la política e nacionalizaciones. 4.4 La política Industrial: alcances y límites •

La memoria del Banco Central del año 1946 dice: “La experiencia de los seis años de la guerra había señalado la extremada conveniencia de que en la economía del país se alentasen los procesos industriales. Pudimos ver en esos años, en contra de arraigadas creencias, que la Argentina era capaz de producir muchísimos bienes que hasta ese momento importaba; y pudo verse también que una mayor incorporación de trabajo argentino a las materia primas que tan abundantemente producía era el único camino para elevar, el estándar de vida de la población” A continuación: “No se trata , como se comprenderá de promover la industrialización indiscriminada conforme a ideas de un cerrado nacionalismo económico que podrían conducir a disminuir el intercambio internacional y encarecer los artículos manufacturados. Antes, al contrario se trata de seguir, en la medida de lo posible, el ejemplo dado por otras grandes naciones, en las cuales siempre se defiende la producción local para la cual existen fuentes y aptitudes

nativas” El objetivo de promover el desarrollo industrial es explícito, pero el fantasma de las concepciones de Pinedo y Prebisch seguía merodeando por allí. •

La activa participación del Banco de Crédito Industrial (BCIA) es uno de los rasgos característicos de la política industrial del peronismo. El BCIA financió tanto a grandes emprendimientos como a las pequeñas y medianas empresas. En 1946 tenía el 20% del total de los créditos a la industria, llegando en 1949 a tener el 80%, bajando después al 50%.



Las líneas de créditos del BCIA siguieron la evolución de la política económica del gobierno peronista. En los primeros años haciendo un esfuerzo para financiar las inversiones de capital indispensables para la renovación del obsoleto equipamiento heredado de la etapa anterior, en la siguiente los créditos estuvieron destinados a sostener las inversiones realizadas, financiando los “gastos de explotación” que principalmente son los de mantenimiento. Entre 1946 y 1948 se produce una fuerte renovación de equipos mediante la adquisición de bienes de capital, principalmente norteamericanos, y ya en 1949 estas importaciones decaen abruptamente.



En 1945 por primera vez en la historia la participación industrial en el PBI supera al sector agropecuario: 22,8 a 20%. En 1947 llega al 24,5%, luego decae, pero de ahí en adelante mantendrá su primacía sobre el agro.

4.5 La política de ingresos



Las ideas keynesianas de sostener la demanda y buscar el pleno empleo, orientaron hacia la profundización del proceso de industrialización asentado en la dinamización del mercado interno. Para lo cual se apostó a una doble redistribución de ingresos: una desde el capital hacia el trabajo, buscando un equilibrado proceso de acumulación que mantuviera contenida la tasa de explotación (el plusvalor extraído a cada trabajador) de dentro de ciertos límites, garantizándole un ingreso suficiente a los asalariados para impulsar el aumento del consumo, y por lo tanto el crecimiento de la masa de ganancia a través de la expansión de la producción. Esto se expresó en la primera etapa en la suba de los salarios reales y de la participación de los asalariados en el ingreso nacional. El posterior decrecimiento se hace presente a medida que irrumpe la crisis.

La otra vía de redistribución pasa por la transferencia de ingresos desde el sector agropecuario al conjunto de la economía en general y a los sectores industriales en particular, para lo cual se utilizaron los instrumentos ya analizados(IAPI principalmente).

4.6 La crisis económica y el sector externo • En los tres primeros años aprovechando la continuidad de la favorable tendencia de los términos de intercambio hubo un fuerte incremento de las exportaciones. • Sin embargo, también crecieron las importaciones, por la adquisición de bienes de capital para el impulso del proceso de industrialización.



Hacia 1949, cuando se produce por primera vez un déficit en la balanza comercial, empezaron a manifestarse los primeros síntomas de una crisis, que en principio parece responder a causas coyunturales provenientes del sector externo, pero que poco a poco va mostrando su carácter estructural confluyendo desequilibrios internos.



En el orden externo confluyen una serie de factores: el deterioro de los términos de intercambio (suben los precios de los productos industrializados, bajan los de menor valor agregado como los agropecuarios); las restricciones en el mercado europeo que impone el Plan Marshall al exigir EEUU ser el principal proveedor de productos agropecuarios. En el orden interno las limitaciones de la estructura agropecuaria basada en el latifundio, con poca renovación tecnológica (baja utilización de maquinarias y agroquímicos) dificultaba incrementar la producción, bajar los costos y mejorar la competitividad, en un mercado internacional que incorporaba nuevos países exportadores, algunos de los cuales hacía poco eran importadores. El crecimiento del mercado interno por el aumento del poder adquisitivo de la población, en un marco de estancamiento de la producción agropecuario, agravada por las sequías sucedidas entre 1949 y 1952, reducía los saldos exportables.







A esta altura el aparato industrial conformado, si bien si bien superaba algunas limitaciones de la etapa previa, no había logrado incorporar ramas que excedieran las industrias livianas.



Los alimentos los y textiles continuaban siendo las industrias líderes, seguidas a cierta distancia, por la metalmecánica y la de vehículos y maquinarias. Las dos primeras ya habían agotado sus posibilidades de seguir sustituyendo exportaciones. Siendo industrias de baja complejidad asentadas en la utilización intensiva de mano de obra, por la que se pagaban salarios relativamente altos, y con un mercado llegando al límite de sus posibilidades de expansión, se restringían las condiciones para continuar un proceso de acumulación aceptable sin afectar el ingreso de los trabajadores.



La dependencia externa para el equipamiento del aparato industrial continúa siendo muy fuerte, al no haberse destrabado la incorporación de industrias pesadas, fundamentalmente las productoras de bienes de equipo, la siderurgia y la producción de combustibles, por lo que el inicio de la década del ’50 encuentra al gobierno peronista sumergido en un debate alrededor de las distintas alternativas que se presentan para seguir adelante.



Como decíamos más arriba el comienzo de este proceso se había basado en una doble redistribución de ingresos: desde el capital hacia el trabajo y desde el sector agropecuario hacia el conjunto de la economía en general y a la industria en particular. Ambas, por distintas razones, estaban agotadas o se habían tornado insuficientes, por las razones explicadas.

5. Las alternativas que se presentan •



La primera, alentar el crecimiento de la producción agropecuaria mediante un avance sobre la gran propiedad improductiva, promoviendo la incorporación de tecnología, buscando bajar costos, mejorar la productividad, lo que permitiría mejorar la competitividad en los mercados internacionales, a la vez que abastecer el mercado interno y elevar los saldos exportables, para recuperar los saldos favorables en la balanza comercial y obtener las divisas necesarias para iniciar la instalación de industrias pesadas, todo ello sin afectar el ingreso de los trabajadores, y manteniendo el camino redistributivo desde los sectores agropecuarios hacia el conjunto de la economía. Esto implicaba, pasar de la etapa de distribuir la renta agraria mediante el control de la comercialización, a hacerlo avanzando sobre la gran propiedad terrateniente. La segunda opción, a la que finalmente se encaminó el gobierno peronista era buscar que la producción del campo se recuperara de las sequías mediante el otorgamiento de créditos en condiciones favorables, manteniendo el régimen vigente (control de la comercialización), buscando avanzar en el proceso de industrialización en las promoviendo las inversiones extranjeras. Los contratos con la Standad Oil, y la nueva ley de inversiones extranjeras que permite el envío de parte de sus ganancias al exterior, son la expresión de esta nueva etapa



en la política económica del gobierno peronista. Esta apertura significa una relativización de la consigna de nacionalismo económico y empezar a cambiar la lógica de acumulación de la etapa en la que el aumento de salarios reales eran proporcionales a la elevación de la productividad, lo que de hecho significaría un descenso de la participación de los asalariados en la renta nacional. Esto condujo en los años inmediatos posteriores a la adopción -ya con otros gobiernos- del modelo desarrollista, que le abrió importantes resortes de la economía a los monopolios extranjeros, y sin abandonar el mercado interno como espacio de acumulación fueron “desenganchando” los aumentos de la productividad de los aumentos salariales, poniendo el acento en la extracción de plusvalía relativa. Lejos estuvieron estos modelos de resolver las crisis del sector externo que volvieron recurrentemente una y otra vez.

La hegemonía neoliberal y la dinámica de la economía mundial. Enrique Arceo

1. Investigador invitado del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO. El autor agradece las detalladas observaciones de Daniel Azpiazu a la versión preliminar del presente trabajo. 2. El promedio de extensión de las crisis norteamericanas de posguerra es de algo más de ocho meses y la actual, iniciada a fines de 2007, durará, al menos, hasta fines de 2009 y todo hace augurar una lenta recuperación.

El neoliberalismo ofreció una respuesta articulada y plenamente congruente con los intereses del gran capital frente a la crisis que se hace manifiesta en los países centrales a mediados de los años setenta. Esta crisis tiene su sustento en una caída de la tasa de ganancia. La misma es resultado, por una parte, de la progresiva disminución del producto por unidad de capital, es decir, de la necesidad de invertir un monto creciente de capital para obtener un determinado aumento de la producción. Este factor es el más importante y es atribuible, en buena medida, al agotamiento de las tecnologías desarrolladas en los años veinte y la inmediata posguerra, que continúan, en esa época, siendo predominantes. Por otra parte, la creciente combatividad de la clase obrera en un contexto de baja desocupación determinaincrementos salariales superiores a los de la productividad. Esto se traduce en una elevación de la tasa de inflación que es magnificada por el incremento en el precio de las materias primas tras un largo período de expansión de su demanda. Pero los mayores costos no pueden ser enteramente trasladados por el capital a los precios en razón de la creciente competencia internacional resultante de la recuperación de las economías alemana y japonesa. Esto determina una caída de la participación de los beneficios en el producto que acentúa el descenso de la tasa de ganancia (ver gráficos N° 1 y 2). Se inicia así una etapa de alta inflación y escaso crecimiento en la que fracasan los intentos de los estados para superar la situación mediante la expansión del gasto público y del déficit fiscal. Los remedios keynesianos están diseñados para crisis originadas en la insuficiencia de la demanda; la crisis de los setenta refleja una insuficiencia en la generación de excedente por el capital y, por lo tanto, requería políticas de otro tipo. Una posibilidad era la adopción de un conjunto demedidas orientadas a elevar la productividad del capital (la relación producto/capital) y evitar que la reducción de la inversión generase una caída en el ritmo de crecimiento de la productividad del trabajo y del empleo. Lo cual exigía una fuerte y coordinada acción estatal. El grupo de economistas neoliberales liderado por Friedrich Hayek, que venía sosteniendo desde fines de la segunda guerra mundial que la limitación de los mecanismos de mercado constituía una amenaza a la libertad económica y política va a defender otra política, centrada en el aumento de la participación de los beneficios en el producto. Esta corriente afirma, ganando creciente consenso en el centro y la derecha política, que el origen de la crisis es el excesivo poder del movimiento obrero, que ha socavado las bases de la acumulación capitalista y llevado los gastos sociales del Estado a un nivel insostenible. Esto ha generado, sostiene, una inflación y un estancamiento cuya reversión exige la contracción del gasto social, la disciplina presupuestaria del Estado, el cese de su intervención en los mercados, el restablecimiento de una tasa “natural” de desempleo (en los hechos el rápido crecimiento del ejército industrial de reserva) y reducciones de los impuesto sobre las

ganancias más elevadas y las rentas a fin de restituir una “saludable” desigualdad. Esto permitirá, proclaman, restablecer la estabilidad monetaria y dinamizar las economías. A comienzos de la década de los ochenta, con el ascenso de Margaret Thatcher al gobierno en el Reino Unido y de Ronald Reagan en los Estados Unidos,empieza el proceso de consolidación hegemónica a nivel mundial de esta corriente y de los intereses que la sostienen (el gran capital financiero y productivo). La política monetaria se tornó fuertemente restrictiva,disminuyendo las presiones inflacionarias vía la caídade la demanda y el consiguiente aumento deldesempleo. Se implementaron políticas orientadas a desregular los mercados (incluido el laboral) y a ampliar, a través de la privatización masiva de las empresas y de los servicios públicos, el campo de inversión para el capital privado. Las restricciones a la operatoria local e internacional del sistema financiero fueron removidas, permitiendo un rápido incremento de su rentabilidad, la proliferación de nuevos instrumentos financieros y un cambio sustancial en el manejo de las empresas productivas. El control de una proporción significativa de su capital por inversores financieros (fondos de pensión, fondos mutuos de inversión, etc.) determina, dada su exigencia de elevada rentabilidad en el corto plazo, la aplicación de una política centrada en la maximización de los ingresos de los accionistas. Esto implica el aumento de la distribución de dividendos y la compra masiva por las empresas de sus propias acciones para elevar su cotización en bolsa, pero también la terciarización de las actividades que no arrojan suficientes beneficios, la reducción de los costos salariales mediante la disminución del personal ocupado, la reestructuración de los procesos productivos, la intensificación de los ritmos de trabajo, la polivalencia funcional y la precarización de la relación laboral. Simultáneamente, la búsqueda por el capital de la reducción de sus costos impulsa la inversión directa en los países menos desarrollados, generando una nueva división internacional del trabajo en el seno de la industria mundial. Los fragmentos de los procesos productivos más intensivos en trabajo y menos susceptibles de automatización pasan a quedar radicados en los países periféricos, cuyo crecimiento queda subordinado a la expansión de sus exportaciones. Lo cual es asegurado por la formidable presión que ejercen los países centrales, en especial a través del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, para la eliminación de las políticas previamente implementadas para proteger el mercado interno y condicionar la actividad de las empresas transnacionales. Pero el desmantelamiento de estas políticas es también impulsado por el accionar de los sectores dominantes locales, ansiosos por acomodarse al nuevo contexto y aprovechar las oportunidades de beneficios (y de especulación) generadas por la abundante oferta de fondos externos. El neoliberalismo es, en este sentido, en la periferia, el instrumento político que posibilita la rápida creación de las condiciones necesarias para la libre movilidad del capital en nivel mundial y el establecimiento de circuitos globales de producción y distribución. La salida de la crisis que instrumenta el neoliberalismo se asienta, por consiguiente, en el desmantelamiento de la intervención estatal resultante de los logros de las luchas obreras en los países centrales y de las luchas populares y de los movimiento nacionales en la periferia. Todo ello bajo la justificación, presuntamente científica, de la capacidad de los mercados para autoregularse y para asegurar el máximo crecimiento en escala mundial como consecuencia de la óptima asignación de la inversión que posibilita el libre desplazamiento de los capitales hacia las localizaciones y actividades más redituables. Los resultados fueron una paulatina recuperación de la tasa de ganancia a partir de mediados de los años ochenta. Un crecimiento global mediocre, notoriamente inferior al alcanzado en el período 1950-1974 y, en los países centrales, un aumento sustancial de la tasa de desocupación resultante del menor crecimiento, pero también de las privatizaciones y del traslado de parte de la actividad al exterior. Una tendencia al estancamiento de los salarios promedio. Una elevación significativa de las desigualdades salariales como consecuencia de la disminución de los salarios mínimos y de la presión de la competencia externa sobre el salario de los trabajadores no calificados. Un descenso marcado en la tasa de sindicalización.

Una creciente inseguridad laboral, ya que las empresas, para alcanzar los niveles de rentabilidad exigidos por los accionistas, ajustan continuamente el tamaño y composición de sus planteles a las variaciones en el nivel de actividad. Un deterioro de las redes de seguridad social y un aumento sustancial de la desigualdad en la distribución del ingreso, con una fuerte concentración en el 1% de la población con mayores ingresos, propietaria de la mayor parte de los activos financieros. Estas transformaciones se reproducen en la periferia, donde tiene lugar un proceso de crecimiento marcadamente desigual y diferenciado. Una parte (Africa subsahariana, América del Sur y una porción sustancial de Asia) permanece inserta en la anterior división internacional del trabajo como productora de alimentos y materias primas. Tiene tasas de crecimiento marcadamente inferiores a las experimentadas en el período anterior, en el que sehabía expandido una industria de variable complejidadcuyos fragmentos más complejos y con mayorcontenido tecnológico son desmantelados como consecuencia de la apertura económica y la reorientación de las inversiones de las empresas transnacionales hacia el mercado mundial, con el consiguiente aumento de la desocupación y caída de los salarios reales. Otra porción de la periferia queda inserta en la nueva división internacional del trabajo y experimenta un muy rápido crecimiento de sus exportaciones industriales, pero con resultados disímiles. En algunos países la expansión de las exportaciones se da paralelamente con la desaparición de la porción más compleja de su anterior estructura industrial. En otros, donde la manufactura tenía un escaso desarrollo previo, el sector exportador (si bien bajo la constante amenaza de que la inversión externa, que lo controla, se relocalice en países con salarios aún más bajos) genera un fuerte incremento de la ocupación en procesos industriales elementales en el marco de la internacionalización de los procesos productivos. Pero este sector mantiene escasas relaciones con el resto de la economía y su efecto fundamental es un incremento de la masa salarial sin variaciones significativas en los salarios reales. Finalmente, especialmente en Corea, Taiwan y China, tiene lugar un proceso de industrialización apoyado en las exportaciones industriales y con una muy activa participación del Estado destinada a posibilitar el desarrollo de actividades crecientemente complejas y la expansión de las empresas locales en el mercado mundial. La dinámica de conjunto de la economía mundial se caracteriza, a partir de estas transformaciones, por una muy rápida expansión de las relaciones capitalistas de producción y por fuertes prisiones sobre los salarios resultantes de los cambios impuestos por el neoliberalismo y por la desaparición del bloque socialista y la plena incorporación de China e India al mercado mundial, que han implicado la duplicación de la oferta de mano de obra en una economía mundial crecientemente interconectada. El comercio internacional crece mucho más rápido que la producción como consecuencia de la profundización en la división internacional del trabajo; la inversión directa extranjera, que es el motor de la incorporación de nuevas áreas y actividades al mercado mundial crece, a su vez, más rápido que el comercio; y los flujos internacionales de capital financiero aumentan, por su parte, a una velocidad sustancialmente mayor. Esta dinámica, periódicamente sacudida por crisis financieras que afectan regiones enteras e impactan en el ritmo de crecimiento del conjunto de la economíamundial, tiene como eje la economía norteamericana en razón de sus dimensiones; la importancia de su mercado financiero; su mayor crecimiento, desde los años noventa, respecto al resto de los países centrales y su gigantesco déficit comercial, que la han transformado en una verdadera aspiradora de la producción mundial y, en especial, de los productos industriales provenientes del Este de Asia. Y, a su vez, el crecimiento de esta última región impulsa la demanda de materias primas y alimentos provenientes del resto de la periferia. El crecimiento de conjunto es sustancialmente inferior al del período 1950-1973 por la menor tasa de expansión de los países desarrollados, pero desde los años noventa el crecimiento de la periferia, y en especial de China, supera al de estos países (Cuadro N° 1) y se constituye en la principal contribución al crecimiento de la economía mundial. Se trata de una transformación sustancial que incidirá

crecientemente sobre las características de un orden internacional que experimentará importantes cambios con la actual crisis.

Fragmento del artículo: América Latina. Los límites de un crecimiento exportador sin cambio estructural del Libro Los condicionantes de la crisis para América Latina de Enrique Arceo. Página 69.

En 1974 aún predomina una división internacional del trabajo basada en la exportación de productos primarios por los países en desarrollo y de productos manufactureros por los desarrollados. A comienzos del siglo XXI el 70% de las exportaciones de los países en desarrollo está constituido por manufacturas (estas representaban en 1965 el 7% y en 1985 el 30%) y este porcentaje es solo algo más bajo que la participación de las exportaciones de productos manufactureros en las exportaciones mundiales (75%). Los “saltos” en la participación de las manufacturas coinciden, por otra parte, con las olas de inversiones directas en 1987-1991 y 1995-2001, lo que subraya la estrecha relación entre la internacionalización de los procesos productivos impulsada por las empresas transnacionales y los cambios en la estructura del comercio mundial, uno de cuyos rasgos salientes es el fuerte incremento, sobre todo a partir de 1990, de la participación de los países en desarrollo en el comercio mundial, que pasó del 29% al 35%5. A su vez, el producto bruto de las filiales de empresas transnacionales se incrementó del 30% del producto bruto mundial en 1990 al 48% en 2005 y el stock de inversión extranjera del 8,5% del producto bruto mundial en 1990 al 22,7% en 2005. El crecimiento de las ventas de las filiales extranjeras es más rápido que el de sus exportaciones, puesto que una parte creciente de la inversión externa se concentra en servicios, pero ello no obstante estas crecieron del 25% de las exportaciones mundiales en 1982 al 33% en 20056. La tesis de una nueva sociedad transnacional tiene, en estos procesos, un serio sustento. Se ha entrado, sin duda, en un nuevo estadio de desarrollo de la economía mundial capitalista. Pero resulta imprescindible precisar el alcance de estos cambios para no imputar a la realidad rasgos a los que tiende la “lógica del capital”, pero que no definen adecuadamente las modalidades actuales de su reproducción en escala mundial. 5 E stos porcentajes resultan de sustraer, al “mundo”, las exportaciones de los países de altos ingresos de la OCDE, la fuente de los datos son los World Development Indicators del Banco Mundial y contienen los intercambios que se realizan en el interior de la Unión Europea y entre Estados Unidos y Canadá, lo cual reduce significativamente la participación del resto del mundo. Además, los países de altos ingresos de la OCDE incluyen a la República de Corea. Si se excluye a este país y el intercambio dentro de la Unión Europea y entre Canadá y Estados Unidos, la participación de los países menos desarrollados (incluida Corea) en el comercio de mercancías alcanza, en 2004, el 53%. 6 C álculos propios en base a datos de UNCTAD, World Investment Report, 2006.

El Canje de la Deuda y la Asignación Universal

El Modelo Económico Actual En el año 2007 empezaron los primeros síntomas de una crisis económica internacional que al momento de manifestarse en toda su plenitud no sorprendió a nadie, pues fue precedida de múltiples señales incontrastables que anunciaban su llegada, y cuyas consecuencias aun sufrimos por estos días en todo el mundo. Durante 2008 y 2009 el gobierno argentino intentó distintos caminos para preservar la continuidad del modelo iniciado en aquél convulsionado 2003, aun cruzado por los coletazos de la implosión del 2001. Es que no había terminado la tormenta, que en la Argentina de principios de siglo arrasó con la versión vernácula de los “exitosos” mecanismos de valorización financiera, que durante varios años fueron creando en el mundo burbuja tras burbuja, permitiéndole a la globalización parida en los noventa, continuar huyendo hacia adelante para zafar de las limitaciones de un modelo de acumulación, que lo constriñe a las franjas cada vez reducidas de la economía productiva, que les provee ganancias extraordinarias. Una extendida corriente de pensamiento trasmite la idea que la crisis, por lo menos esta vez, nos llegó de afuera, ya que el modelo en curso venía muy bien, superando paso a paso las lacras de la herencia neoliberal. Sin embargo, aun reconociendo que desde 2003 hubo importantes avances en dirección contraria a la que dictan buena parte de los dogmas neoliberales, también es innegable la permanencia de fuertes huellas del modelo noventista que no han sido removidas de nuestra realidad. Entre ellas, la existencia de una importante porción de la población que sigue bajo la línea de pobreza, de la cual una parte está sumergida en la indigencia después de siete años consecutivos de crecimiento; la decisión de someterse a condiciones inaceptables para obtener crédito en el mercado financiero internacional con el objetivo de cubrir las crecientes dificultades presupuestarias para sostener la obra pública, parte de las tarifas subsidiadas de los servicios públicos, y el gasto social en general, en los niveles que venían desde 2003; la permanencia de una normativa para el sector financiero que lo mantiene en el limbo impositivo, y permite la movilidad casi sin límites de los capitales facilitando los movimientos especulativos indispensables para darle continuidad a los circuitos de valorización financiera; o la negativa cerrada a considerar cambios en un sistema impositivo regresivo que exime de impuestos a las multinacionales mineras que hacen negocios multimillonarios saqueando nuestros recursos naturales, y le cobra rigurosamente a través del IVA, a los que sólo tienen lo mínimo para la subsistencia. Hoy llegamos a la sanción del decreto para una asignación por hijo que favorece a los niños y jóvenes de los sectores más postergados de la población, como una forma de paliar la miseria de millones de compatriotas que siguen excluidos del modelo que se puso en marcha en 2003, y que vienen luchando desde hace muchos años por la concreción de esta medida, acompañados por un amplio espectro de los sectores progresistas de la sociedad. Lucha que en los últimos tiempos venía generando presiones cada vez más fuertes sobre el gobierno, a través de un creciente proceso de movilizaciones. “La plata de los trabajadores vuelve a los trabajadores”, dijo la Presidenta en el momento del anuncio, aludiendo que los recursos para esta asignación provendrán del Anses, mientras en el plenario de IDEA que se desarrollaba en simultáneo, los grandes empresarios que estaban reunidos allí respiraron aliviados, ya que la asignación no será financiada por un impuesto a la renta financiera

como reclama el proyecto presentado en el Parlamento Nacional por las diputadas de Libres del Sur, lo que permitiría terminar con ese inexplicable privilegio de estar exenta de gravámenes, sostenido desde la dictadura. Son los mismos empresarios que concuerdan con que el rumbo elegido por el gobierno para atenuar las carencias presupuestarias, sea el de buscar financiamiento en el mercado internacional, haciéndole groseras concesiones a los reclamos con que el poder financiero viene presionando desde hace casi un lustro: la reapertura de negociaciones con los tenedores de bonos que rechazaron el canje en 2004, el pago de la deuda con el Club de Paris, y el reenganche con el FMI. La reindustrialización Sobre la base de un cambio alto, el recorte a los pagos de la deuda pública, la recomposición relativa de la relación capital-trabajo, y en un contexto de elevados precios internacionales de los productos agropecuarios de exportación, se redinamizó fuertemente el mercado interno, se crearon millones de puestos de trabajo y se elevaron los salarios reales. Siguiendo a Eduardo Basualdo 4 diremos que la reactivación industrial indujo un importante descenso de la desocupación y una acelerada recomposición del salario real tanto de los trabajadores registrados como de los que están en negro. Que fue consecuencia de una serie de medidas impulsadas por el gobierno de Kirchner como “el aumento del salario mínimo, vital y móvil, la incorporación de los aumentos de salario de suma fija al salario básico, el impulso para que se retomaran las negociaciones colectivas de trabajo, la derogación de la ley Banelco, todas las cuales intentan reordenar el mercado laboral, el aumento de las jubilaciones mínimas, etc…Sin embargo, cuando estas transformaciones en el mercado de trabajo se traducen, sobre la base de las mismas estadísticas en términos de distribución del ingreso se constata una situación sorprendente que no parece estar en consonancia con esos cambios, y es que la participación de los asalariados en el ingreso en el año 2007(28%) es significativamente inferior al 2001(31%), es decir a la que estaba vigente antes de la crisis de la convertibilidad y la valorización financiera. No deja de ser paradojal que cuando el salario real es equivalente al que regía antes de la crisis de 2002 y la ocupación un 16% superior, la participación de los ingresos sea un 11% mas reducida que la vigente en 2001…es que mientras que el PBI aumentó un 31% entre 2001 y 2007, la masa salarial(equivalente al salario real por la ocupación)lo hizo sólo un 16%” La explicación es que entre esos años el crecimiento de la productividad está muy por encima del aumento del salario real, tendencia que se viene profundizando desde 1976 a la fecha. El aumento de las ganancias empresarias en todo éste período, queda aun mucho más claro si lo analizamos desde la perspectiva del costo salarial. “…las evidencias empíricas disponibles indican que entre 2001 y 2007 la productividad del trabajo se elevó el 2%, mientras que el salario real está un 1% por debajo del valor alcanzado en 2001, y finalmente el costo salarial nada menos que el 33% por debajo del nivel alcanzado en el año base” con lo que se deduce que “…finalizada la valorización financiera y avanzada la transición hacia la 4

En “Los condicionantes de la crisis en América Latina” compilación dirigida por Enrique Arceo y Eduardo Basualdo de reciente aparición, se realiza a través de la participación de diferentes autores un excelente análisis de la situación actual de la región, sus posibilidades y dificultades para enfrentar la crisis. En esta parte tomamos datos y conclusiones del artículo de Basualdo en ese libro: “Evolución de la economía argentina en el marco de las transformaciones de la economía internacional de las últimas décadas”

definición de un patrón de acumulación alternativo, los trabajadores no han recuperado, a pesar del acelerado crecimiento económico, la participación del ingreso que tenían, no ya en las postrimerías de la etapa de sustitución de importaciones, sino la que alcanzaban en 2001, el año final de la valorización financiera” También es interesante observar cual fue el resultado de este proceso para los grandes grupos económicos en varios planos. “El primero de ellos es la elevada incidencia económica que tenían las ventas de las grandes firmas (las primeras 200) entre 1995 y 2001, ya que representan en promedio el 34,2 % del PBI, generando el 14,3% del valor agregado, aproximadamente. Por otra parte, que el incremento de las ventas es significativamente superior al aumento del PBI en todo el período y las etapas consideradas dentro del mismo. Finalmente, en la postconvertibilidad se acentúa el grado de concentración económica, ya que en promedio las ventas de las grandes firmas pasan a representar el 49,7% del PBI y generar alrededor del 20,9% del valor agregado, entre 2001 y 2005.” Siguiendo el comportamiento de éstas empresas, ahora observando su rentabilidad: “Los resultados provenientes de los balances corporativos son tan contundentes que basta mencionar al respecto que la tasa de rentabilidad promedio de la etapa 2003-2005 (8,93%) es un 160% más elevada que la registrada entre 1995 y 2001(3,34%), y supera en el 150% a la de 1995(5,8%), momento en el cual las grandes firmas obtuvieron la tasa de rentabilidad más alta del período 1991-2001.” Y por último la incidencia de este sector del empresariado en las exportaciones “la participación de la cúpula empresaria ya era mayoritaria (54%) en el período 1995-2001 y se incrementa (70,8%) en 2002-2005, en buena medida por la creciente participación del petróleo.” Por el costado de las inversiones extranjeras, éstas se mantuvieron dentro de las tendencias de la década pasada. Una de las líneas de IED que desembarcaron en este período, aprovechando las ventajas de los bajos costos salariales, buscaron desarrollar sectores para la exportación sin producir transferencias de tecnología alguna, continuando con la instalación de plantas que son principalmente ensambladoras, como la producción automotriz. Al respecto nos dice Enrique Arceo: “Los fragmentos de los procesos productivos mas intensivos en trabajo y menos susceptibles de automatización pasan a quedar radicados en los países periféricos cuyo crecimiento queda subordinado a la expansión de sus exportaciones”. 5 Y en este punto es importante abordar otro tema que el gobierno puso en debate a la hora de definir las características principales del modelo que impulsó, al que emparentó con el “modelo coreano”. En su momento dijimos que éste no era viable, porque ese modelo se impuso sobre una feroz represión que acalló cualquier reclamo popular durante muchos años, lo que les permitió mantener bajísimos costos de mano de obra y realizar una enorme acumulación a los grupos económicos beneficiados. Segundo, porque la facilitación de créditos blandos, desgravaciones impositivas, y otras prebendas para las empresas por parte del Estado, iban acompañadas de metas acordadas que aquellas debían cumplir rigurosamente, y que les permitió –primero copiando y después incorporando innovaciones nativas- desarrollar una poderosa industria electrónica propia que desembarcó exitosamente en el mercado internacional, sobre todo en el bloque del sudeste asiático, en parte asociada y en parte compitiendo con las multinacionales que las precedieron. Mas allá de que el duro modelo político sobre el que se asentó, no estuvo nunca en los papeles kirchneristas, 5

“Los condicionantes de la crisis en América Latina”, artículo de Enrique Arceo: “Los límites de un crecimiento exportador sin cambio estructural”

lo cierto es que el camino seguido por los tigres asiáticos que lograron instalar una desarrollada industrialización, tuvo como instrumento determinante un Estado con una sólida voluntad de participar y encausar al proceso económico, e incluso dirigir a los propios oligopolios que fueron en definitiva sus principales beneficiarios. Ese elemento fundacional estuvo lejos de los límites que desde el principio se puso el gobierno de Kirchner, para su intervención en la economía. Las ideas predominantes que sus mismos integrantes pregonaban, fueron la de “fortalecer los mecanismos de control y evitar caer en la trampa del estado empresario”. Así es que cada estatización que se concretaba -la mayoría de ellas para impedir el colapso de la empresa en cuestión y evitar una crisis mayor- fue siempre acompañada del enfático anuncio de que pronto sería privatizada nuevamente, lo que en más de un caso se concretó. Al cabo de seis años el estado no se fortaleció lo suficiente para estar a la altura de las circunstancias no sólo porque se recuperó muy poco en su rol de gestor de los resortes claves de la economía, sino porque sucede lo mismo en la función de control de los mismos (la persistencia del proceso inflacionario es una prueba flagrante), siendo que los entes públicos encargados de esa tareas vuelven a ser prendas de negociación con las mismas empresas de servicios que deberían ser monitoreadas. Aquí puede argumentarse que la correlación de fuerzas sigue muy desfavorable entre un estado desguasado tras décadas de vaciamiento, y los poderosos grupos económicos que tienen en sus manos los principales resortes de la economía. Sin embargo era obvio en 2003-2005 que la debacle de los instrumentos políticos que les habían servido en los 90, y el propio desprestigio en que había caído la política económica sostenida por esa cúpula empresaria, le permitió a Kirchner adquirir un grado importante de autonomía respecto a ella, y tomar medidas que en términos políticos la debilitó aun mas. La otra línea de IED son las que arribaron para apropiarse de procesos industriales ligados a la producción de alimentos, mediante fusiones y/o adquisiciones en sectores que ya tenían fuerte presencia en el mercado nacional y en el regional, todo lo cual produjo una continuidad de la extranjerización de la producción industrial. Extranjerización que si bien se inició antes de 2003, nada se hizo durante el período kirchnerista para detenerla o limitarla. Mientras que los monopolios nativos (con fuertes vínculos históricos y económicos con la oligarquía agropecuaria) continuaron vendiendo gran parte de sus empresas a capitales extranjeros –algunas de las cuales ocupaban posiciones oligopólicasantes y después de la devaluación de 2002, y enviaron sus capitales al exterior valorizándolos por la devaluación y/o la participación en la especulación financiera, buscan ahora volver a insertarse en el país, en el complejo de los agronegocios, y en las empresas de servicio que siguen en su mayoría en manos privadas. El resultado es un proceso de reindustrialización cualitativamente distinto al que se desarrolló en la etapa de sustitución de importaciones, en la cual la alianza de la burguesía nacional con los trabajadores, estaba cimentada en el interés mutuo de sostener la masificación del mercado interno, en el que el rol como consumidores de éstos últimos fue una de sus características principales. Aquél modelo tuvo además una importante cuota de autonomía del capital extranjero, que si bien nunca dejó de estar presente en la economía nacional, lejos estuvo de ser un sector predominante. En una economía altamente concentrada y extranjerizada, la industrialización se movió dentro de los parámetros fijados por la estrategia de las multinacionales para maximizar sus ganancias, estableciendo enclaves en los países periféricos desde los cuales exportar, aprovechando las ventajas que ofrece cada país y/o región. Este modelo de división internacional profundiza la dependencia y las asimetrías, pues el centro se reserva el

conocimiento de la totalidad, y la capacidad de decisión. En la puja distributiva que inevitablemente surge en la medida que los trabajadores en algún momento dan pelea por mejorar sus posiciones, las empresas multinacionales tienen la posibilidad de levantar sus filiales y emigrar a otro país o región que les ofrece mejores condiciones, lo que significa para nuestras naciones vivir bajo un chantaje permanente. Estamos siempre en la disyuntiva entre la nada o venderle el alma al diablo. Múltiples ejemplos significativos se vienen sucediendo en la Argentina desde que se inició este siglo. Desde la época del traslado casi masivo de filiales de empresas extranjeras a Brasil y otros destinos, hasta la abierta extorsión de llevar adelante cierres y despidos anticipados, ante las supuestas consecuencias que la crisis internacional le acarrearía a las empresas automotrices, que llevó al gobierno a subsidiarlas para sostener sueldos y ritmos de producción y de venta. Esta estructura objetivamente extranjerizada y dependiente, sin embargo, tuvo la cancha limitada para ejercer plenamente todo su poder en los primeros dos años en los que el gobierno kirchnerista gozaba de un enorme consenso político. En la medida que éste se fue enredando en su propia madeja de errores y vacilaciones que deterioraron su credibilidad popular, los monopolios empezaron a mostrar los dientes con el impulso del proceso inflacionario. Esa fue la primera gran pulseada que el gobierno perdió con los monopolios, allí evidenció límites y debilidades que ya no podría superar, y que decidirían a las cúpulas empresarias primero a no ceder un centavo de la enorme participación en el ingreso que habían alcanzado, y después a ir por mas. Y aquí nuevamente aparece el debate de la correlación de fuerzas para reforzar una posición soberana y ponerle límites a la depredación neoliberal. Sin entrar en un desarrollo mas detallado que queda para otra nota, simplemente nos remitimos a las experiencias de algunos países vecinos como Bolivia o Venezuela, donde se viene negociando otras condiciones con las mismas multinacionales, que en la mayoría de los casos no abandonan esos países. También podría esgrimirse el relativo argumento de “las realidades diferentes”, ante lo cual vale la pena recordar la experiencia propia del período 2003-2005, en los que una firme decisión política generó otras condiciones. La distribución del ingreso Los trabajadores ingresan en la etapa que se inicia con el nuevo milenio, despojados de derechos y conquistas, con bajísimos niveles de organización, con una burocracia sindical que fue cómplice del modelo neoliberal, y sigue controlando los grandes gremios industriales, y una estructura económica semidestruida que incorpora una clase obrera profundamente fragmentada, dividida en múltiples “categorías de trabajadores, en blanco, en negro, tercerizados, desocupados, subocupados, pobres e indigentes que en muchas ocasiones se superponen entre sí porque, en conjunto, no solo identifican circunstancias laborales distintas, sino condiciones de existencia marcadamente diferentes.” La industrialización promovida por el gobierno kirchnerista, si bien en parte apuntó a subsanar algunas de estas insuficiencias, en líneas generales se asienta mucho mas en el aprovechamiento de las carencias y las dificultades que arrastran los trabajadores, ya que el interés de incorporarlos al proceso productivo está limitado solo a determinadas franjas, por dos razones principales. En primer lugar, porque la lógica neoliberal en la que se mueven los monopolios que hoy controlan el complejo industrial está encuadrado dentro de los lineamientos de las multinacionales, que buscan maximizar sus ganancias en los países periféricos que dan

ventajas comparativas. En la producción industrial que no está ligada al sector alimenticio, ante la ausencia de ventajas comparativas dinámicas, la Argentina solo puede ofrecer bajos costos laborales. En este aspecto Pierre Salama 6 aporta información interesante: “Los datos más recientes elaborados por el Bureau of Labour Statistics (mayo de 2008) muestran que las diferencias en los salarios son importantes, inclusive en México: el costo por hora en la industria manufacturera es de 0,6 dólares estadounidenses en China contra 21,37 en los Estados Unidos, 19,02 en Japón, 2,61 en México y 0,3 en India durante 2002. Esto explica que para los productos no ponderados se asiste a la deslocalización de usinas instaladas a México, China o Vietnam, el aumento de los costos de transportes están compensados por la disminución de costos de mano de obra combinada con la unidad de los salarios y la productividad” En la Argentina, como vimos, el costo salarial descendió desde el 2001 un 33%, y en la producción industrial actualmente apenas supera los cuatro dólares la hora. Este achatamiento salarial si bien dejó de tener la presión de un ejército industrial de reserva, que en el final de la convertibilidad llegó a niveles de entre el 25% y el 40% según se incluya o no a los subocupados, que para el caso de los obreros industriales ejercen casi el mismo papel, tiene en el período kirchnerista la “ayuda” de la persistencia de una enorme masa de trabajadores en negro que hoy llegan al 38% de los ocupados. A esto hay que agregarle una importante cantidad de trabajadores precarizados que si bien están en blanco –entre otros el estado sigue contratando en estas condiciones- están dentro de la categoría contratos basura. El mantener esa porción tan alta de trabajadores en negro y precarizados, obviamente es funcional a la política de contención salarial requerida por los monopolios y acordada por la burocracia de la CGT, que para garantizarla exige, entre otras cosas, el no reconocimiento de la CTA, pues ésta podría desbordarla en la medida que se vayan deteriorando los ingresos de los trabajadores. La segunda causa de desinterés para incorporar al conjunto de los trabajadores al proceso productivo es que el destino principal de la producción se dirigió a las franjas de alto consumo del mercado interno y a las exportaciones, por lo que tampoco estaban todos contemplados como consumidores. El resultado fue la apropiación de la tajada más grande del excedente por parte de las grandes empresas, lo cual le dio continuidad al proceso de concentración y centralización de capitales, una ampliación de la brecha entre ricos y pobres, la persistencia -después de varios años de crecimiento- de bolsones de pobreza que oscilan entre un 15 y un 30-40% de la población según sean medidos por las cuestionadas estadísticas oficiales o por otras entidades, algunas mas confiables que otras. Aquí conviene detenerse brevemente para observar de cerca los parámetros oficiales. Como es sabido el Indec elabora dos índices: el de la canasta básica de alimentos (CBA) y el de la canasta básica total (CBT), el primero considera el costo de los alimentos básicos para que una persona pueda subsistir, y el segundo la amplía “con la inclusión de bienes y servicios no alimentarios (vestimenta, transporte, educación, salud, etc.)” (Indec) Para setiembre de 2009, la CBA del Indec tiene un valor mensual de $148,22 = u$s 38, y la CBT $344,45=u$s 87, valores que darían aproximadamente por día, $4,90=u$s1,30 para la CBT, y $11,15=u$s2,90 para la CBA. Teniendo en cuenta que actualmente 1 kg de carne cuesta promedio $8=u$s2,10, 1kg de pan $6=u$s1,55, 1doc de huevos $6=u$s1,55, es difícil ver que una alimentación decente que debe contar con otros elementos mínimos para cocinar, como gas o carbón, pueda sostenerse 30 días con esos valores. La página del Indec muestra 6

“Los condicionantes de la crisis en América Latina”, artículo de Pierre Salama: “Argentina, Brasil y México, frente a la crisis internacional”

también una tabla detallada de productos con sus volúmenes respectivos, que garantizarían una alimentación de subsistencia, que es la utilizada para calcular la cifra de la CBA. Si en la CBT se incorporan los gastos de vestimenta, salud, transporte, educación y otros, podemos decir que es igualmente dudoso que esos $344,45 sean suficientes, ya que por ejemplo, un trabajador del conurbano bonaerense que debe trasladarse de su casa al trabajo gasta en transporte un promedio $5=u$s1,30 diarios, o sea un gasto mensual de $125=u$s32,46, lo que lo dejaría con lo que le resta muy cerca de cubrir sólo la CBA, o por lo menos lejos de poder solventar los gastos de vestimenta, educación, y salud. Si bien no debe haber trabajadores que ganen sólo $344 por mes si están ocupados unas 40 horas semanales, hay muchos jefes y jefas de hogar de más de cuatro miembros que son único sostén, y que ganan por debajo de la cifra que resulta de multiplicar ese exiguo valor por la cantidad de integrantes de la familia. Si a esto le agregamos que los hospitales públicos de las zonas mas carenciadas están vaciados y/o arancelados, en los que en los últimos años se ha desinvertido, escuelas públicas diferenciadas de acuerdo a la zona o el barrio donde se encuentran, con presupuestos mucho mas reducidos para las que están en las zonas marginales, y muchas otras manifestaciones similares, es absolutamente claro que la política hacia estos millones de argentinos, están destinadas en el mejor de los casos a un mantenimiento, que evite su salto del redil político de contención mínima. Ni siquiera es cierto que los hacedores de este modelo contemplen un desarrollo industrial progresivo que tarde o temprano le podrá trabajo dar trabajo a todos. En ningún caso se observan políticas activas que apunten a sacarlos de la situación de pobreza estructural en la que se encuentran, y/o que los prepare para integrarse plenamente al modelo presente y futuro. No hay allí, para ellos perspectivas de incorporación plena a un proceso productivo que solo los requiere como ejército industrial de reserva. Todo esto nos da lugar a pensar que mas allá de las intenciones subjetivas, muchas de las medidas tomadas en los comienzos del gobierno de Kirchner, estaban mas cerca de ser el piso y el techo de un modelo que ya se estaba desarrollando dentro de márgenes y objetivos muy determinados, que de constituir los primeros pasos de un camino en dirección de construir un modelo genuinamente alternativo. Por otro lado desmiente fehacientemente la afirmación que la crisis económica internacional interrumpió el avance hacia un modelo de inclusión para los cuarenta millones de argentinos. Entre la reapertura del canje y la asignación universal La batalla por la 125 –como lo hemos dicho muchas veces- fue la confrontación que a los monopolios les permitió marcar definitivamente la raya de la que el gobierno no podrá pasar en una política de distribución del ingreso, para afrontar la etapa signada por la crisis económica internacional. Inmediatamente después vino la estatización de las AFJP que le posibilitó al oficialismo hacerse de los fondos indispensables para paliar la escasez que sobrevendría por una disminución en la recaudación fiscal, producto de una combinación de descenso del comercio internacional y de la actividad económica interna. Como en otros terrenos, en este también el accionar del gobierno marca un importante avance pero dentro de los límites de un molde que nunca es traspasado. Obviamente que los multimillonarios recursos de los aportes jubilatorios de los trabajadores dejen de ser confiscados por los monopolios financieros y pasen a manos del estado es un elemento de la mayor importancia. Pero a renglón siguiente es importante analizar hacia donde son canalizados estos recursos por sus nuevos administradores estatales. Solo mencionaremos algunos

botones de muestra. El primero y mas significativo. Veinte días antes de la estatización de las AFJP se sancionó la ley de Movilidad Jubilatoria que desde ahí en más implementa un régimen de dos aumentos por año, que serán cuantificados por una fórmula laboriosamente negociada entre distintos sectores, que contempla una combinación de índices de aumento salarial aportados por el Ministerio de Trabajo y el Indec, y que en definitiva apuntaban a cuidar de no sobrepasar la limitada capacidad de recaudación del Anses, en las condiciones que regían en ese momento de existencia de las AFJP. Sin embargo ésta modalidad no varió cuando el Estado pasó a disponer de toda la recaudación por aportes jubilatorios, y los aumentos a los jubilados que empezaron a implementarse recién seis meses después, siguieron regidos por aquella mezquina fórmula, que en la práctica mantiene las jubilaciones mínimas dentro de parámetros de subsistencia, siguiendo el achatamiento general de los depreciados salarios. Los recursos del Anses fueron destinados, dice el gobierno, a sostener el nivel de actividad económica, en el marco de la crisis internacional. En parte es cierto, pero es importante ver donde los puso efectivamente. En primer lugar a subsidiar salarios de las empresas para que estas no efectivicen despidos, evitando cierres y reducción de turnos. Si bien en algunos casos de Pymes esto puede estar justificado, la masa mayoritaria fue destinada a las empresas monopólicas que en ningún momento dejaron de percibir las ganancias extraordinarias de los últimos años, pero extorsionaron al gobierno que cedió sin resistencia alguna, para cubrirse de eventuales consecuencias de la crisis que nunca le llegaron. Por otro lado se habilitaron créditos al consumo con el objetivo de garantizar las ventas de las mismas empresas, como el caso las automotrices. Estos recursos del Anses son destinados por estos días a la implementación de la asignación universal por hijo, que llevará un recurso mínimo a millones de compatriotas que hasta ahora no recibían nada. Con todo lo auspicioso que es esta medida, que por un lado reconoce la existencia de una indigencia extendida y consolidada, y por otro lado instaura un derecho para todos los niños, niñas, y jóvenes, es igualmente importante explicitar que no se está redistribuyendo riqueza, que no esta traspasando recursos de los mas ricos a los mas pobres, sino que se los están reacomodando entre diferentes franjas de los postergados sectores populares. 7 El propio Ministro de Economía dijo en el momento de explicación del decreto, que se recurrió a los fondos del Anses, para no “dar malas señales” a los sectores financieros en momentos que se está negociando con los tenedores de bonos la reapertura del canje de la deuda, al igual que por las mismas razones se postergó sin fecha el envío de un proyecto de una nueva ley de entidades financieras para reemplazar la que rige desde la dictadura. Y aquí es importante detenernos brevemente en el comportamiento del sector financiero. “Los quince bancos que cotizan en la Bolsa de Comercio pasaron de ganar 1555 millones de pesos en el primer semestre de 2008 a 2533 millones en el mismo período de este año, un aumento del 65 por ciento. De ellos, sólo el Banco Francés y el Galicia ganaron menos que el año pasado. En el caso del Francés se debió a una importante inversión que está realizando para atraer clientes hacia sus tarjetas de crédito; el Galicia sólo resignó un 5 por ciento de sus utilidades del primer semestre de 2008, que había sido un balance record en su historia. El HSBC pasó de ganar 98,7 millones de pesos en los primeros seis meses de 2008 a 395 millones en el mismo lapso de este año, un incremento del 295 por ciento. El Citibank, que había ganado 191 millones de pesos en el primer 7

No cambia la sustancia de nuestro planteo si los recursos provienen de un crédito del Banco Mundial, como menciona un versión que circula, pues es contraer nueva deuda que la pagaremos todos los argentinos y no los sectores financieros cuyas millonarias operaciones siguen eximidas.

semestre de 2008, obtuvo 282 millones entre enero y junio de 2009, un 98 por ciento más.” (Suplemento Económico Diario Pág 12, 01/11/2009). En plena crisis económica internacional con repercusiones importantes sobre todos los sectores de la economía nacional, mientras los empresarios le piden a los trabajadores “responsabilidad” para que acepten un cuasi congelamiento salarial, los bancos incrementaron sus ganancias en un 65%, restringieron créditos al sector productivo, en particular a las Pymes, volcándose casi exclusivamente hacia los créditos al consumo por los que cobran altísimas tasas de interés (25% en tarjetas de crédito, 50% en descubiertos de cuenta corriente) mientras en el mercado internacional abundan la liquidez y por ende créditos por los que se cobra alrededor del 1%. La ley de entidades financieras de la dictadura le resta al Estado Nacional cualquier posibilidad de direccionamiento de los recursos de los argentinos depositados en los bancos privados, por lo que éstos durante la crisis restringieron los créditos productivos en general y los destinados a las Pymes y Cooperativas en particular. La banca pública cubrió en parte el bache, obteniendo por los créditos a las Pymes y a las cooperativas menores beneficios, lo que en la práctica significa subsidiar las enormes ganancias de la gran banca privada. La recaudación impositiva decreció como consecuencia de la baja del comercio exterior, y de la disminución de la actividad económica interna. Al gobierno le quedaban tres caminos para enfrentar la situación. Uno, una política de ajuste del gasto público con las consiguientes restricciones a los ingresos de los sectores populares; dos, encarar una reforma impositiva que permitiera sacar los recursos necesarios de los enormes excedentes de los que los monopolios se apropiaron en estos años; tres, buscar incrementar los ingresos fiscales mediante endeudamiento en el mercado financiero internacional. Optaron por esta última opción, mezclada con una porción de la primera. Por de pronto el presupuesto para el 2010 contempla una suba del gasto público del 12%, lo que descontada la inflación real esperada, implica una cuota de ajuste. Pero la apuesta principal para cerrar el balance fiscal en 2010 está hoy sobre la obtención de préstamos en el mercado financiero internacional. Esta opción no es gratuita porque exige tres condiciones que si bien no es indispensable que se cumplan todas juntas para ubicar la primera emisión de bonos, por lo menos debería haber señales claras que están encaminadas. La primera, reabrir el canje de la deuda, lo que implica incorporar un plus a la deuda pública de diez mil millones de dólares que hasta hora no figuraban en los libros; la segunda, “normalizar” la relación con el FMI que es imposible que se produzca, sin condiciones ni evaluaciones y recomendaciones públicas sobre el curso de la economía, que inevitablemente significa entrar en el juego de que si esas evaluaciones son positivas bajan las tasas de interés que debe pagar el país, y si son negativas, suben; y tercera, la búsqueda de acuerdo con el Club de Paris, que viene encadenada con la anterior, ya que hasta ahora es imposible cerrar ningún trato allí sin retomar la relación con el Fondo. Es difícil ver que los abundantes capitales que circulan por el mundo puedan ser captados por bonos emitidos por el Estado Argentino a las reducidas tasas que hoy se están ofreciendo. El hecho de que exista una importante liquidez en el mercado internacional, coexistiendo con procesos recesivos en las economías mas desarrolladas, es una manifestación de que la profunda crisis que atravesamos no ha forzado ningún cambio sustancial en la lógica neoliberal del capitalismo. Los enormes montos de divisas emitidas por los países del norte volcadas a los mercados para paliar la crisis, ahora vuelven a circular velozmente por el planeta buscando rápidas ganancias a través de negocios especulativos, que en el próximo tiempo pueden generar nuevas burbujas –no hay que

descartar que busquen inflarlas en los países del sur- o en los cada vez mas acotados nichos productivos, que sobre la base de bajos salarios dan altos niveles de productividad. En este contexto los recursos que puedan obtenerse, en el mejor de los casos serán para ayudar a cerrar la brecha fiscal de los próximos dos años, financiando gastos corrientes tanto de la Nación como de las Provincias, pero no serán soporte de emprendimientos productivos que inicien nuevos circuitos virtuosos. En el año 2005 cuando se concretó el canje de la deuda con una importante quita, fue contra el FMI, y todos los voceros nativos y extranjeros del poder financiero. Sin embargo, allá fuimos y lo hicimos con Kirchner a la cabeza. Sólo unos pocos meses después, el mismo presidente le dijo NO AL ALCA en la cara al mismísimo Bush en aquellas gloriosas jornadas de Mar del Plata. Hoy el imperialismo norteamericano, los organismos financieros internacionales, y la política económica neoliberal que siguen promoviendo, están mucho más complicados que en aquella oportunidad para imponer condiciones. Pero el gobierno argentino aun cuando esté encabezado por las mismas personas, está mucho más débil para enfrentar a los mismos actores nativos y foráneos de entonces, que ahora lucen fortalecidos, mucho más por los errores y limitaciones de la administración kirchnerista, que por méritos propios. Economía y construcción política El proyecto noventista del menemismo fue posible en la medida que los sectores dominantes que lucraron con ese modelo, construyeron con Menem a la cabeza, un bloque que incorporó la firme adhesión de un vasto espectro de sectores sociales, muchos de los cuales no sólo que no eran beneficiados sino directamente perjudicados, pero que durante varios años creyeron que era la única vía posible para cambiar la Argentina en un sentido favorable a sus intereses. Si bien el modelo de los noventa avanzó en consonancia con lo que sucedía en un mundo dominado por las ideas neoliberales, tuvo en nuestro país importantes propagandistas, que proveyeron discurso y fundamentación para cada uno de los pasos y momentos en que se fue desarrollando, logrando arrastrar tras sus ideas a toda la dirigencia política de los dos partidos tradicionales, e incluso a los disidentes de ellos, que intentaban dibujar un discurso opositor-progresista. Un bloque político-social de esas características, sostén de un modelo que predominó en el país durante una década produciendo cambios sustanciales, no se desarrolla por generación espontánea sobre la base de condiciones objetivas favorables, sino que es consecuencia de una construcción coherente, llevada adelante por un conjunto de dirigentes, que aunque pudieran ser de diferente origen y extracción, tuvieron claro que querían ir a fondo en la consecución de sus objetivos. Menem fue su principal gestor y constructor, emitiendo gestos inequívocos y tomando medidas de gobierno que marcharon siempre en una sola dirección, instalando una impronta de ideas y conceptos que fueron hegemónicos en el conjunto de la sociedad. Cuando el bloque se fisuró por diferencias que llegaron a ser irreconciliables entre sus usufructuarios dominantes, se abrieron brechas por las que penetró la resistencia popular, contribuyendo a que las grietas se convirtieran en las fracturas que produjeron la implosión de 2001, quebrándose entonces la hegemonía de las ideas neoliberales en la Argentina. Kirchner inició su mandato avanzando raudamente en dirección contraria. En ese andar atropellado y desordenado se llevó puestos a la Corte Suprema menemista, al vicepresidente Scioli que intentó condicionarlo, a la cúpula de las FFAA, a las multinacionales propietarias de las empresas privatizadas que reclamaban aumento de

tarifas cuando, igual que ahora, embolsaban inmensas ganancias, a las relaciones carnales con los EEUU, al ALCA, al PJ y a la UCR, y a todo lo que tuviera olor a compromiso fundamental con la dictadura, el menemismo, la Alianza, y también con el duhaldismo. Se empezaba a delinear un nuevo bloque político y social de carácter popular, en el que si bien estaban sectores que habían participado en el festival de los noventa tanto en lo económico como en lo político, no eran protagonistas ni dirigentes de esta etapa. El kirchnerismo avanzó a construir un perfil y un discurso claramente alternativo en el que, por ejemplo, las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y los Movimientos Sociales tuvieron un rol muy importante. Los recortes para ir hacia un modelo de construcción que avanzara en el camino de una nueva forma de hacer política, se fueron produciendo junto a la delimitación de por donde y hasta donde avanzarían las transformaciones en la estructura económica heredada del menemismo y la Alianza. Es difícil saber si fueron las carencias de construcción política las que llevaron a ver a los poderosos factores del poder económico nativo e internacional como actores con los que no queda otra opción que negociar dentro de las condiciones que ellos imponen, o una visión limitada a un “capitalismo en serio” claramente restringido, es lo le impuso límites a una construcción política que podría desbordar por izquierda con sus demandas. Lo cierto es que hoy ambos marchan en paralelo poniendo márgenes concretos que el kirchnerismo no quiere sobrepasar. El nuevo bloque se resquebrajó antes de llegar conformarse plenamente, y como sucede en estos casos, los primeros en desertar fueron los sectores más poderosos que empezaron a buscar otros horizontes más favorables a sus intereses. No les era fácil iniciar un rumbo que de hecho implicaba volver a promover – aunque en forma atenuada o disfrazada- las fracasadas recetas neoliberales. La táctica kirchnerista de ir corrigiendo por derecha la conformación inicial de su perfil político fue la mejor ayuda que pudieron recibir, pues por ese camino se deterioró el consenso popular, herramienta insustituible a la hora de resistir la escalada de presiones y agresiones con las que fueron logrando sus objetivos. Y los objetivos de la derecha empiezan a cumplirse plenamente cuando es la propia conducción del proyecto popular la que lleva adelante algunos de sus reclamos más importantes. Más allá de las importantes consecuencias económicas que trajo, no fueron menores las que se produjeron para la construcción del consenso popular durante el primer período, el rechazo al ALCA, al FMI, la contundente definición que el canje no se reabriría nunca más. La reapertura del canje, o el retomar la relación con el FMI, así como el regreso al Partido Justicialista, no son inocuas en el terreno político, ya que quiebran por el medio la lógica de una construcción sociopolítica popular que en un país como la Argentina debe preparase para confrontar con poderosas minorías que dirigen el país desde hace doscientos años, que en los cortos períodos que debieron ceder el gobierno, supieron conservar las porciones de poder necesarias, para poder recuperarlo en su totalidad más o menos rápidamente. Los efectos políticos que traerán la reapertura del canje o el retomar las relaciones con el FMI, serán tan nocivos para el kirchnerismo, como los resultados económicos en el mediano plazo. “Al principio de nuestro gobierno era claro que necesitábamos de los Movimientos Sociales, hoy podemos prescindir de ellos” dijo el Jefe de Gabinete de Cristina en relación a la negativa del gobierno de otorgarle a los Movimientos Sociales participación en las cooperativas de trabajo que se están poniendo en marcha en estos días, en los barrios mas pobres donde tienen importante inserción. La carencia de proyecto para integrar a un 30% de la población que continúa viviendo en condiciones de marginación, va de la mano de la opción por el PJ para ser los intermediarios políticos con la continuidad de su modelo

clientelista. Correr del medio a los Movimientos Sociales se ha convertido en una prioridad para el mediano plazo, al igual que avanzar hacia una reforma política que consagre el resurgimiento del bipartidismo e impida la emergencia de nuevas expresiones políticas. El gobierno se va calzando anteojeras cada vez mas gruesas, que le impiden ver que no va poder terminar con los Movimientos Sociales porque los niegue como representantes de los trabajadores desocupados entre los que tienen un sólido y bien ganado prestigio a partir de un trabajo consecuente desarrollado desde hace una década; no podrán limitar la representatividad de la CTA, aunque les niegue la personería gremial, pues se la ha ganado por estar siempre en las luchas de los trabajadores especialmente entre los estatales de todo el país; no podrán limitar la representación política a las devaluadas y desprestigiadas estructuras del PJ y la UCR. Todas esas falsas opciones son piedras que van profundizando el camino suicida que se empezó a andar el kirchnerismo cuando ató su destino al Partido Justicialista. Noviembre de 2009 Isaac Yuyo Rudnik Movimiento Libres del Sur

MODULO 1 Jóvenes de Pie

INDICE METODOLOGIA DEL TALLER……………………………………………………………….3 JUVENTUD Y NUEVAS FORMAS DE PARTICIPACION Realizado por el equipo Isepci………………………………………………………….6 RECORRIDO HISTORICO: La historia reciente de nuestro país Por Maria Elena Benso del equipo Isepci………………………………………….8

LA HISTORIA ES LA HISTORIA DE LAS LUCHAS POPULARES Realizado Por Isaac “Yuyo” Rudnik…………………………………………………12

ANEXO EMERGENCIA DE CULTURAS JUVENILES ESTRATEGIAS DEL DESENCANTO…….……………………………………………….28 Rossana Reguillo Cruz Buenos Aires: Norma, 2000 Grupo Editorial Norma Barcelona, Buenos Aires, Caracas. Guatemala, Lima. México, Panamá, Quito. San José, San Juan, San Salvador Santafé de Bogotá. Santiago

METODOLOGIA DE FORMACION LA HISTORIA ARGENTINA Y LA ORGANIZACIÓN JUVENIL El objetivo es avanzar en un conocimiento general sobre la historia política del país, desde la dictadura militar de 1976 hasta la actualidad. Para esto dividiremos en tres grandes etapas históricas: •

DICTADURA MILITAR



RETORNO DE LA DEMOCRACIA, CONSOLIDACIÓN DEL MODELO ECONOMICA NOELIBERAL Y CONSTITUCION DE LOS PARTIDOS POLITICOS TRADICIONALES



QUIEBRE: 2001 Y ACTUALIDAD

El eje conceptual y político que deberá atravesar a los diferentes períodos históricos será LAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DE LA JUVENTUD INTRODUCCIÓN: Se pasara un video de nuestros compañeros y compañeras cantando, agitando en una marcha, con la siguiente canción y la letra se repartirá a cada participante: Somos el movimiento Esos pibes que vienen peleando Desde la resistencia, siempre venimos aguantando Algunos giles decían, no combatas con la policía Pero poniendo el pecho, por la patria doy la vida

Quiero ver todos los pibes y a mi gente, Aguantando como lo hicimos en diciembre Quiero ver al Che Guevara y a la Evita En mi bandera La de Argentina Por una patria La socialista Para abrir se realizará un pequeño debate sobre qué significa la letra de esta canción, qué queremos decir con esto y por qué. Se retomará en profundidad a la misma al cierre de la capacitación. PRIMERA ETAPA DEL TALLER: Desarrollo expositivo de una línea de tiempo, que contextúe cada momento histórico y se aborden tres ejes centrales sobre las características de cada momento. Para esto se dividirán en tres grupos, cada uno de los coordinadores deberá trabajar con un afiche en el cual estará la línea de tiempo. Es muy importante esta parte porque sobre la claridad de este recorrido se inserta el desarrollo posterior de la capacitación. El coordinador deberá mantener un delicado equilibrio entre desarrollar y contar qué pasó en la historia argentina pero siempre convocando a los conocimientos previos del grupo. Preguntando qué saben de cada momento y a partir de ahí desarrollar aquello que falte. Para esto tendrán un material conceptual de soporte. Ver en ANEXO. Actividad intermedia de vinculación con la segunda etapa del taller: DRAMATIZACIÓN.

Cada uno de los grupos deberá dramatizar las formas de organización juveniles en una de las etapas. Luego, deberán dramatizar todos juntos, sosteniendo los roles que han desarrollado, las formas nuestras actuales de organización juvenil. Lo importante de este momento es que se comprenda aquello que nosotros tomamos como experiencia de organización juvenil en otros momentos y lo sintetizamos con nuestra propia realidad cotidiana, adaptando, las formas históricas de organización. Por otro lado también visibilizar el rol del movimiento social como forma de organización (el coordinador que deba encargarse de la década del 90 tiene que tener en mente que esos actores deberán

luego

cobrar

protagonismo

en

el

momento

general

de

la

dramatización) SEGUNDA PARTE: síntesis de as formas de organización y resistencia juvenil. El juego de las gigantografias. Se expondrán gigantografías de: MILITARES DICTADORES /ALFONSIN-MENEM-DE LA RUA/CRISTINA Y ALGUN INTENDENTE O SCIOLI Por otro lado se pondrán a disposición diferentes objetos que simbolicen las formas organizativas de la juventud en los diferentes momentos. El juego consiste en sintetizar las formas de organización juvenil en cada etapa y elaborar un resumen de lo debatido en el taller. TERCERA ETAPA: cierre y síntesis El objetivo es poder hacer en plenario una síntesis de lo visto. Se puede, para esto retomar la letra de la canción y pensar nuevamente en qué queremos decir

con esto. Ahora tendremos más elementos para aportar sobre qué significa su contenido. Se puede terminar con un agite, con esta canción y después con otras.

JUVENTUD Y NUEVAS FORMAS DE PARTICIPACION Por Lucia Bianchi del equipo Isepci A la juventud la conmueve aquello que una gran parte de la política, excluye: ¿Cómo frenar la destrucción global del medio ambiente? ¿Cómo puede ser conjurada, superada la desocupación, la muerte de toda esperanza, que amenaza, precisamente, a los hijos del bienestar? ¿Cómo vivir y amar con el peligro del sida? Cuestiones todas que caen por los retículos de las grandes organizaciones políticas... “La anarquía, los graffitis urbanos, los ritmos tribales, los consumes culturales, la búsqueda de alternativas y los compromisos itinerantes, son las nuevas prácticas por las cuales los jóvenes participan y no son solo expresiones mas o menos inofensivas de un montón de desadaptados”. Podemos decir que las formas de participación juvenil cambiaron pero tenemos que discutir en profundidad qué significan estos cambios y en que momentos históricos se dan. El neoliberalismo que se instauró en la década del noventa fragmentó y partió a la sociedad. El individualismo se filtró en las formas de relacionarse más común mientras que nuevas tecnologías de la comunicación crecían y eran incorporadas a las formas de dominación del sistema en su etapa de globalización. Miles de pobres, una sociedad neoliberal y fragmentada en la cual los medios de comunicación son el ejemplo vivo de la nueva etapa del sistema.

Sin embargo fue en esa misma época que crecieron grandes movimientos de participación: en toda América Latina los movimientos sociales, los movimientos de desocupados, los movimientos de mujeres y jóvenes inundaban las calles y construían formas de participación. Así fue como se le dijo en el 2005 no al ALCA 8 en America Latina y surgieron nuevos gobiernos muchos de ellos están cambiando la realidad de sus países. Entonces, ¿Como vemos nosotros a las formas de participación de los y las jóvenes ahora? ¿Cómo funciona la relación entre juventud y medios de comunicación? Estos debates atraviesan hoy en día a la sociedad. ¿Si el Facebook es una forma de participación pero está despolitizada y cada uno está solito en él, podemos usarla para organizarnos y participar? Como hacemos para que los jóvenes, que tienen nuevas formas de hacerse notar, de juntarse y relacionarse pero todas ellas con poco contenido político, puedan ponerle a esas prácticas transgresoras la posibilidad de transformar la realidad? Muchos jóvenes dicen: “la política es una mierda” Como culparlos si por muchos años lo fue y lo sigue siendo ya que quienes gobiernan son los partidos políticos tradicionales que destruyeron al país. Pero tenemos que buscar maneras de agregarle a eso la POSIBILIDAD DE CAMBIAR LA REALIDAD. Si, claro que la política de los partidos tradicionales es una mierda, pero también podemos, nosotros y nosotras crear nuevas formas de hacer política, pensando en cambiar la realidad. Para esto tenemos que: •

TENER CLARIDAD Y CONSTRUIR ENTRE NOSOTROS Y NOSOTRAS CUALES SON LAS FORMAS POR LAS CUALES LOS JOVENES SE JUNTAN, SE ORGANIZAN, SE REUNEN. QUE TEMAS LES INTERESAN, LOS CONVOCAN.



CUALES SON LAS RELACIONES ENTRE LOS JOVENES Y LOS MEDIOS DE COMUNCIACION

Y

COMO

PODEMOS

POTENCIAR

NUESTROS

ESPACIOS

DE

COMUNICACIÓN CON LOS JOVENES A PARTIR DE ESTAS HERRAMIENTAS

8

Fue un intento de acuerdo impulsado por EEUU. Pretendía asegurar la libre circulación de las mercaderías y el capital desde Alaska a Tierra del Fuego. Era una clara política de dominación de America Latina y fue derrotada luego de miles y miles de manifestaciones, campañas contra ella en todos los países de la región cuando Hugo Chaves y Néstor Kirchner hicieron una movida para decirle no al ALCA en la cara a Bush en Mar del Plata, mientras que miles de jóvenes íbamos a Mar del Plata en tren con Maradona y Chaves para manifestarnos en lo que se llamó el Tren del ALBA



COMO ORGANIZARSE Y TAMBIEN PARA QUÉ. DISCUTIR LA POSIBILIDAD DE QUE LOS JOVENES, CON SUS NUEVAS FORMAS DE ORGANIZARSE, DE REUNIRSE, DE VINCULARSE, DE ARMAR GRUPOS, PUEDAN TAMBIÉN PENSARSE COMO SUJETOS DE CAMBIO Y TRANSFORMACIÓN.

RECORRIDO HISTORICO: La historia reciente de nuestro país en clave del desarrollo de organizaciones juveniles Por Maria Elena Benso del equipo Isepci En 1975 ya había muerto Perón y gobernaba su viuda Isabel Martínez. Los conflictos que fueron apareciendo durante los años anteriores se agravaron a partir de la muerte de Perón a causa de las medidas económicas que perjudicaban más y más al pueblo y de la represión que ,por ejemplo, producía 37 muertos en una semana. Esta represión era llevada a cabo por una organización clandestina llamada triple A (Alianza Anticomunista Argentina). El pueblo no dejaba de luchar, a través de sus organizaciones sindicales (había paros y marchas todos los días) y de las organizaciones juveniles. El empresariado local y las multinacionales no lograban imponer el plan económico que deseaban a causa de la resistencia popular por lo cual Isabel ya no les servía (aunque

hacía todo lo que querían) entonces prepararon el golpe y el 24 de marzo de 1976 lo dieron. Encarcelaron a la presidenta (en un chalet) y tomaron el gobierno las Fuerzas Armadas. SE CREO LA JUNTA MILITAR formada por Videla, Massera y Agosti desatando la represión más sangrienta de la historia. El principal objetivo del gobierno militar era desarmar a las organizaciones populares y juveniles para instaurar un nuevo modelo económico: EL NEOLIBERALISMO. PARA ESTO REALIZO:

¾

Una represión que se dirigió a todos y todas los que podían ser una amenaza para ese plan económico que debían llevar a cabo:

¾

Reducir salarios y cancelar Derechos Laborales

¾

Abrir a la importación a productos que se elaboraban en el país favoreciendo la industria extranjera

¾

Endeudar el país en beneficio del capital internacional (FMI y BM)

¾

Producir desocupación y terror para disciplinar a los trabajadores

¾

Hacer pagar al pueblo argentino la deuda de empresarios particulares (nacionalización de la deuda externa)

Para lograrlo. ƒ

Suspendieron todos los partidos políticos y los sindicatos

ƒ

Prohibieron las actividades públicas (hasta los carnavales)

ƒ

Gobernaron con Estado de Sitio (suspendiendo todos los derechos civiles)

ƒ

Encarcelaron, torturaron y mataron a miles de argentinos /as haciendo “desaparecer” a 30.000

ƒ

Les robaron sus hijos y sus bienes personales

ƒ

Obligaron a miles a irse del país

ƒ

Militarizaron fábricas

ƒ

Anularon todos los convenios laborales o sea los derechos de los trabajadores.

ƒ

Ejercieron la censura en lo que se publicaba, en películas y en TV

ƒ

Prohibieron libros y toda expresión cultural que les parecía “peligrosa” o inconveniente

ƒ

Persiguieron a los jóvenes y serlo era ya motivo de sospecha

A Videla le sucedió Viola y a él Galtieri. El pueblo no había dejado de luchar, a pesar del miedo se hacían acciones con mucho cuidado , el 30 de marzo de 1982 se realiza un gran paro nacional, reprimido, pero ya no había posibilidades de detener el gran descontento y Galtieri decide recuperar las Islas Malvinas para ganarse el apoyo popular. Esto termina con una guerra perdida con Inglaterra, el desastre total para las Fuerzas armadas que se ven obligadas a llamar a elecciones. RETORNO DE LA DEMOCRACIA En 1983 gana la presidencia Raúl Alfonsín, con el 52% de los votos. La juventud se organiza fuertemente pidiendo justicia y los organismos de derechos humanos luchaban por el juicio y castigo. Miles de jóvenes comienzan nuevamente a participar en política, buscando en ella la posibilidad de transformar la realidad, motorizados por el retorno de la democracia y la lucha por los Derechos Humanos. Durante su gobierno, Alfonsin comienza un juicio a los militares asesinos pero debido a la presión de los militares que se sublevan en Campo de Mayo y sin apoyarse en el pueblo que durante cuatro días se movilizó en Plaza de Mayo (un millón de personas), les otorga la Ley de Obediencia Debida que deja en la impunidad a casi todos terminando de ser juzgados y condenados solamente los miembros de las Juntas. En lo económico a pesar de sus promesas de no pagar la deuda externa con el hambre del pueblo hace todo lo contrario y recorta planes sociales ( caja PAN y viviendas de

autoconstrucción) y no avanza en mejoras para los trabajadores por lo que debe enfrentarse a muchas huelgas por ej. la de docentes por 42 días ,al final de su mandato se desata una hiperinflación (las cosas aumentaban de la mañana para la tarde) sumiendo a la gente en el hambre y la desesperación de manera que comienzan los saqueos

a

supermercados

y

cuando

ya

nada

los

contiene

Alfonsín

entrega

anticipadamente el gobierno a quien había sido elegido en elecciones Carlos Menem. Carlos Menem y la consolidación del neoliberalismo: Durante este gobierno, que se extiende por 10 años, y mediante una hábil propaganda sumada al terror que había dejado la hiperinflación logran imponer un plan parecido al de los militares pero por convencimiento y amenazas ( todo puede volver: el hambre y la muerte) . A pesar de que muchos sectores luchan encarnizadamente no logran frenar las privatizaciones que dejan más 200.000 desocupados, la apertura de la importación (¡otra vez!) que hace quebrar y cerrar miles de industrias dejando millones de desocupados, el endeudamiento con el FMI y el BM y la reforma educativa que consigue un enorme deterioro en la educación. Al final de su mandato la organización de los desocupados en fogoneros primero y piqueteros después y de agrupaciones como Patria Libre que denuncian el vaciamiento del país lo van poniendo en jaque y en 1998 gana la Alianza un frente de radicales y progresistas que promete cambiar el modelo y lo que hace es traicionar las expectativas de sus votantes manteniendo todo

y agravando la situación ya desesperante de los

sectores empobrecidos que cada vez son más. Debemos comprender que Menem, del PJ (el partido creado por Perón) traicionó todo lo que significaban Perón y Evita para el pueblo, es decir usó sus imágenes y sus símbolos para llevar a cabo un proyecto que favoreció a las clases dominantes y al capital extranjero a cambio de enriquecimiento y poder para todos y todas sus funcionarios; y que no le hubiera sido posible gobernar sin el apoyo disimulado o explícito del radicalismo que gobernaba varis provincias en las que aplicó el mismo plan.

DESDE EL RETORNO DE LA DEMOCRACIA, HUBO DOS GRANDES PARTIDOS POLITICOS: LA UCR Y EL PJ. AMBOS FUERON COMPLICES DE LA INSTAURACION DEL MODELO ECONOMICO NEOLIBERAL QUE DEJO EN LA POBREZA A MILES Y MILES DE PERSONAS. SU FORMA DE HACER POLITICA FUE MEDIANTE LA CORRUPCION Y ACUERDOS ENTRE ELLOS. POR EJEMPLO, EN 1994 S FIRMO EL PACTO DE OLIVOS ENTRE ALFONSIN Y MENEM. ESTE PACTO LE PERMITIO A MENEM MODIFICAR LA CONSTITUCION Y PRESENTARSE NUEVAMENTE A ELECCIONES (ANTES NO SE PODIA SER DOS VECES PRESIDENTE) 2001: EL ARGENTINAZO Así, después de infinidad de conflictos todo estalla en diciembre de 2001. El 19 y 20 de diciembre, se produce una insurrección, hay saqueos, lucha en las calles, tremenda represión que deja entre 40 y 60 muertos pero el presidente de la Rua debe irse en helicóptero y a partir de ahí el grupo dominante no logra estabilizarse, asumen varios presidentes y finalmente se hace cargo Duhalde quien gobierna con represión pero no puede controlar al pueblo. Hasta que finalmente en el Puente Pueyrredon manda a desalojar una manifestación con armas de fuego asesinando a dos jóvenes piqueteros Santillán y Kosteki, ante el repudio de la gran mayoría de la gente que sale en enormes manifestaciones debe llamar a elecciones y no presentarse. LO QUE SE PUSO EN DISCUSIÓN EN EL 2001 Y SE VEIA EN LA CONSIGNA QUE SE VAYAN TODOS ERA EL PUEBLO CUESTIONANDO A AQUELLOS PARTIDOS POLITICOS QUE NOS HABIAN LLEVADO A LA POBREZA, VACIANDO EL PAIS EN FUNCION DE SUS INTERESES ECONOMICOS, QUE SACIABAN MEDIANTE LA CORRUPCION Y ALTOS SUELDOS.

En 2003 es entonces elegido Néstor Kirchner Comienza su mandato con medidas que sorprenden por lo osadas, nombra nuevos miembros de la Corte Suprema (que estaba formada por corruptos menemistas), descabeza a las Fuerzas Armadas, deroga las leyes de la impunidad de Alfonsín ,

comienza a reivindicar a los luchadores asesinados , se integra con América Latina e incorpora a los Ministerios a representantes de los Movimientos Sociales. El llamado que convocó a diferentes organizaciones fue el de la transversalidad. Una salida a la crisis de los partidos políticos tradicionales, que se venia viendo desde el que se vayan todos del 2001. Con respecto a lo económico impulsa el consumo interno y pone en práctica planes sociales destinados a los más pobres pero cuando consigue entusiasmar a gran parte del pueblo él primero y Cristina después abandonan lo que parecía una renovación de la política y vuelven a integrarse al PJ, con todos sus corruptos a quienes mantienen y alientan, soltándole la mano a los Movimientos y personas honestas que deben renunciar a sus cargos. En el 2009 KIRCHNER vuelve a asumir como presidente del PJ y se recompone Se abre así una nueva etapa de “cambiar algo” para que todo siga igual”, mintiendo con las cifras del INDEC, manteniendo la salud y educación de calidad para unos pocos, acercándose a los EEUU sin cuestionar sus políticas invasoras y favoreciendo la apropiación y explotación de nuestros recursos naturales por empresas extranjeras.

La historia, es la Historia de las Luchas Populares Por: Isaac Yuyo Rudnik Director del Instituto Isepci y referente del Movimiento Libres del Sur

El alfonsinismo no nos regaló nada, el kirchnerismo tampoco

La Historia Reciente

Los últimos años no han pasado en vano, no sólo porque se han obtenido conquistas importantes en el terreno de las reivindicaciones concretas, sino que su realización fue la culminación de un largo y difícil proceso de resistencia, en el curso del cual todos y todas los nacidos en estas tierras aprendimos que muchos de los dogmas supuestamente inconmovibles, que nos habían impuesto como verdaderos principios sacrosantos en los años 90, no sólo no eran inconmovibles, sino que podíamos vivir mucho mejor sin ellos. Que no eran ni santos ni constituían el principio de nada bueno, y que lejos de conducirnos al paraíso nos llevaban directo al infierno, lo habíamos comprendido participando en luchas en las que perdimos muchos de nuestros derechos, pero ganamos en conciencia de quienes eran y siguen siendo los que nos roban los recursos que nos corresponden, y cuales son las formas predilectas que utilizan para saquearnos y explotarnos. Entendimos que el endeudamiento público creció a través de formas artificiales, generando voluminosas cuentas, que alcanzaron magnitudes imposibles de saldar en su totalidad, lo que trajo la "necesidad" de refinanciarlas una y otra vez pagando intereses cada vez mas abultados, de modo que cuando más pagamos más debemos. Por eso peleamos duro durante décadas por el No Pago de la Deuda Externa, y nos alegramos cuando en medio de la crisis de 2001-2002 se suspendieron los pagos, en 2005 se le impuso a los acreedores una quita del 65%, y se sancionó una ley en el Congreso de la Nación que prohibía pagarle ni un centavo a los que no habían aceptado esa reducción. Mientras tanto se mantenía el No Pago de la deuda con el Club de Paris, y en los años en que se sostuvo el default y no hubo búsqueda de nuevo endeudamiento masivo de parte del estado, fue el tiempo en que nuestra economía pudo volver a crecer. Con Menem, De la Rua y Cavallo, que impusieron la convertibilidad y la apertura irrestricta de la economía produciendo la mayor destrucción que se recuerde de nuestro aparato productivo, con la secuela de millones de desocupados y hambreados, supimos que el Libre Comercio es enemigo de cualquier perspectiva de desarrollo nacional. Entonces luchamos contra los TLC y fuimos decenas de miles los que nos movilizamos contra la implementación del ALCA en el marco de una lucha continental que se desarrolló sin pausas desde Canadá a Tierra del Fuego. Y cuando el ALCA fue enterrado en aquellas históricas jornadas de Mar del Plata en 2005, bailamos en las calles con nuestros hermanos latinoamericanos, porque nos sentimos capaces de decirle NO al Libre Comercio en la propia cara del mismísimo Bush. Y denunciamos los intentos de la Unión

Europea de imponerle al Mercosur un TLC, que sabíamos que era igual al ALCA no sólo porque conocimos su contenido, sino porque sufrimos en carne propia la explotación directa a los trabajadores argentinos y el saqueo de nuestros recursos naturales de parte de las empresas europeas. Entonces nos regocijamos cuando el Presidente Kirchner en su primer viaje por el viejo continente les dijo a los popes de las transnacionales, que en los 90 se adueñaron de las empresas de servicios públicos, que podían irse sino aceptaban que las reglas habían cambiado. Fuimos muertos, desaparecidos y nuestros hijos apropiados, encarcelados, exilados, perseguidos por la dictadura genocida, que le puso el broche final a su trágico itinerario, cuando nos llevó a la derrota de Malvinas. Estuvimos en las huelgas y conflictos obreros que bancaron la resistencia y marchamos codo a codo cada jueves con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Festejamos la recuperación de la democracia, la liberación de miles de presos políticos, el regreso de otros tantos exilados, lloramos emocionados cuando los integrantes de las Juntas Militares fueron condenados por sus crímenes. Centenares de miles nos movilizamos rodeando los cuarteles en la rebelión de Semana Santa defendiendo la democracia y la continuidad de los juicios a los genocidas. Denunciamos las leyes de punto final y obediencia debida y nos manifestamos cientos de veces contra ellas. Nuevamente, centenares de miles salimos a la calle en todo el país, contra el indulto menemista. La lucha por los DDHH que nunca decayó, se revitalizó con la sangre joven de nuestros HIJOS, que llegaron, entre otras cosas, promoviendo los escraches. Nos conmovimos cuando Néstor Kirchner, dijo “somos hijos de las Madres de Plaza de Mayo”, cuando decretó la entrega de la ESMA a los organismos de DDHH para convertirla en el Museo de la Memoria y obligó al Jefe del Ejército a retirar la foto de Videla, cuando le dio impulso a los juicios a los genocidas y a la búsqueda de las Abuelas de sus nietos apropiados, cuando pidió perdón en nombre del Estado y la Democracia por sostener veinte años de impunidad. Resistimos cada una de las transformaciones regresivas que impulsó el menemismo. Luchamos contra la entrega de las empresas del estado, contra la privatización del sistema de jubilaciones, la destrucción de la educación y la salud públicas, contra el cierre de decenas de miles empresas y de los despidos en la administración pública, que en conjunto dejaron en la calle a millones de trabajadores. Denunciamos la complicidad de la burocracia que pasó a convertirse en sindicalismo empresario y acompañamos el surgimiento de formaciones sindicales alternativas, como la CTA. Promovimos la

organización de los trabajadores desocupados en nuevos Movimientos Sociales que se fueron construyendo en los cortes de las rutas de todo nuestro territorio, en la pelea cuerpo a cuerpo de millones de mujeres y hombres que con sus hijos en brazos pelearon por pan y trabajo, y se sintieron hermanados en la lucha de calles con los que se manifestaban reclamando legítimamente por sus ahorros confiscados. Desde ahí fuimos protagonistas de las Jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 hundiendo al sistema neoliberal que había predominado varias décadas en nuestro país. Festejamos la huída de De la Rua y seguimos luchando contra el intento de Duhalde de imponernos una democracia aun mas restringida por una fuerte cuota de represión. Lo enfrentamos en cientos de batallas que se sucedieron en los arduos meses que duró su administración. En el puente Pueyrredón mostró su verdadero rostro cuando nos envió la policía a escarmentarnos, en aquél histórico 26 de julio de 2002, en que Maxi y Darío entregaron sus jóvenes vidas peleando por un cambio verdadero. Desconfiamos de un Kirchner que llegó a la presidencia con el aparato del PJ duhaldista. Pero cambiamos de parecer cuando una parte sustancial de los crecientes recursos que llegaron al país de la mano del aumento de las exportaciones, fueron destinados a paliar la situación desesperante en que vivía mas de la mitad de la población, mientras que se promovían políticas que alentaron la generación millones de puestos de trabajo, y el ingreso al sistema de jubilaciones de los argentinos que en los 90 se habían quedado sin trabajo o lo pudieron retener en negro. Le pusimos el cuero en la calle y en todos los lugares que había que estar desde el principio hasta el final, a la lucha por la implementación de las retenciones móviles a las exportaciones de soja. Apoyamos reestatizaciones como las del Correo Argentino, de Agua y Saneamientos Argentinos, de áreas de distribución de la energía eléctrica, de Aerolíneas Argentinas, del sistema de jubilaciones. Luchamos todos estos años hasta lograr su sanción, por una nueva ley de Medios Audiovisuales y dijimos que es un paso adelante -aunque claramente insuficientela instauración de la Asignación Universal por hijo. Denunciamos una y otra vez la creciente extranjerización de los principales resortes de nuestra economía, y la centralización de capitales sin pausas a costa de colosales traslados de ingresos desde los sectores populares, la entrega de las empresas del estado y de nuestros recursos naturales. En los diferentes momentos fueron unos u otros los sectores mas beneficiados que se constituyeron en poderosos monopolios capaces de condicionar e imponer los principales lineamientos de la política económica nacional,

transformando en un abismo lo que antes era una brecha entre los ingresos de los argentinos mas ricos y los mas pobres. Por eso nos alegramos cuando Kirchner declaró al asumir su mandato “que no venía a gobernar para las corporaciones”, nos sentimos convocados cuando llamó a movilizarnos contra los aumentos indiscriminados de la petrolera Shell, apoyamos la creación de la nueva empresa estatal de energía Enarsa, la sanción parlamentaria de la leyes de protección de los bosques y la de los glaciares. Desde los principios del período menemista repudiamos a la Corte Suprema que legitimó cada una de las maniobras, muchas de ellas claramente anticonstitucionales, que legalizaron la entrega de nuestro patrimonio nacional. Nos movilizamos desde finales de los 90 y a principios de esta década, junto a miles de personas que realizaron cientos de manifestaciones pidiendo la renuncia de esos jueces corruptos que constituían la vergonzosa “mayoría automática” que respondía directamente a las órdenes de Carlos Menem. Por eso valoramos como un paso adelante en el camino de recuperar una institucionalidad democrática mas transparente, le decisión del Presidente Kirchner de promover su reemplazo inmediato. Ya en los años ’80 decíamos que las estructuras de los partidos tradicionales estaban agotadas como vías para desarrollar participación popular en pos de producir cambios progresivos en la estructura de nuestra sociedad. Los compromisos asumidos con las políticas neoliberales por la UCR y el PJ, cristalizadas en el tristemente célebre Pacto de Olivos, corroboraron largamente esas previsiones. Durante todo el proceso de resistencia a la depredación neoliberal siempre encontramos a sus principales referentes en puestos ejecutivos o legislativos poniendo en funcionamiento las medidas que arrasaron con derechos y conquistas de los sectores populares, traicionando una y otra vez sus promesas electorales. Por eso, junto a millones de argentinos, les exigimos “que se vayan todos” durante las jornadas de diciembre de 2001 y en los meses posteriores. Creímos que se presentaba una oportunidad histórica para acelerar los tiempos de una construcción alternativa cuando el Kirchnerismo llamó a desarrollar una nueva fuerza política diferenciada de aquellas “estructuras corruptas” (sic Néstor Kirchner) y allá fuimos con un conjunto de organizaciones políticas y sociales a hacer el esfuerzo necesario para que eso fuera posible. Quien quiera oir y ver, que mire y escuche Desde la instauración de la dictadura en 1976 hemos atravesado múltiples situaciones diferentes en el contexto de un mundo que sufrió profundas transformaciones. Tuvimos

duras derrotas, perdimos conquistas y derechos, muchas de los cuales después recuperamos y/o estamos en camino de lograrlo. Pasamos momentos de gran alegría matizados por otros signados por decepciones profundas. Elegimos una y otra vez representantes que nos traicionaron, aunque siempre hubo otros que se esforzaron por mantener la consecuencia. A principios de los ’90 cuando el menemismo copó todas las estructuras de la sociedad, a caballo de la confusión generada por que llegaba al gobierno en nombre del peronismo embanderado en sus consignas históricas, en el ominoso contexto internacional signado por la caída del muro, se instaló la famosa idea de que la reconversión neoliberal era una aplanadora imparable. Nosotros recurrimos a la historia de nuestro pueblo para explicar que más temprano que tarde esa supuesta aplanadora iba a chocar con otro muro: el de la resistencia popular. Es que cuando pensamos en Historia (con mayúscula) pensamos en la Historia de las Luchas Populares, y allí estaba para los que querían verlos, hechos sucedidos en las anteriores cuatro décadas que podían dar una idea bastante aproximada de cual sería el devenir. Desde la resistencia peronista a la fusiladora del 55 y el cordobazo en 1969, pasando por las movilizaciones contra el gobierno desarrollista de Frondizi y las miles de tomas de fábricas contra el ilegítimo gobierno radical de Arturo Illia; desde las manifestaciones de decenas de miles jóvenes con la consigna de la unidad obrero- estudiantil que terminaron con la dictadura de Onganía, hasta la gesta del Che y la Revolución Cubana que se metieron en el corazón y la mente de varias generaciones de argentinos dispuestos a entregar su vida por un cambio revolucionario. Allí, en esa historia que era tan reciente, tan vívida y transparente, estaba todo lo necesario para entender que lo de la famosa aplanadora neoliberal, era un artificioso recurso propagandístico de los enemigos del pueblo, sin fundamento objetivo, destinado a obnubilar nuestras mentes, oscurecer nuestros corazones y doblegar la voluntad de resistencia. Hoy tenemos una diferencia sustancial con un conjunto de compañeros y organizaciones del campo popular en la interpretación del significado de los derechos y conquistas recuperadas desde el 2002-2003 en adelante, y obviamente sobre el kirchnerismo mismo. Una mirada superficial de los últimos años de la Historia Argentina podría reflejar un panorama caótico, incoherente, cuyos saltos y sobresaltos dependieron exclusivamente -o por lo menos casi- de la voluntad de los gobernantes de turno.

Como siempre, el hilo conductor que encadena una explicación coherente de períodos políticos que se suceden inmediatamente, pero que sin embargo son tan disímiles entre sí, es el proceso de lucha desarrollado desde los sectores populares, con los consiguientes avances y retrocesos que se expresan en los niveles de acumulación política y social, reflejados en las debilidades y fortalezas de las formas organizativas que se van construyendo, y en la interacción que éstas desarrollan con los gobiernos que se van sucediendo. Y desde esta perspectiva es posible tener una visión más acertada sobre los andariveles que pueden evolucionar las futuras situaciones. En cambio, es mucho mas probable que nos equivoquemos, y quedemos presos de las sensaciones e impresiones que pueden ser pesimistas u optimistas- que nos provocan las realidades coyunturales, si en nuestro análisis predomina la idea de observar el conjunto de los fenómenos políticos y sociales, bajo el prisma de las características y voluntades de los gobernantes de cada uno de estos períodos. Sin negar los méritos de Kirchner, que al asumir su mandato presidencial manifestó una clara voluntad de impulsar cambios importantes respecto a las políticas públicas que habían predominado en las décadas de control neoliberal del estado, cada una de las decisiones progresistas tomadas por su gobierno, fueron precedidas de luchas y movilizaciones que las venían reclamando desde hacía años, lo cual explica el rápido consenso obtenido en los primeros meses de mandato. Esas luchas trajeron, además, importantes

aprendizajes

que

nos

permiten

discernir

entre

las

medidas

que

verdaderamente implican cambios de fondo, y aquellas que significando progresos, pueden ser pasos intermedios en camino a transformaciones mas profundas, o solo constituirse en meros paliativos para ganar tiempo y sostener el continuismo.

El agotamiento del proyecto nacional Aplaudimos la quita del 65% que produjo el canje de los bonos de deuda externa en el 2005 complementada con la ley que prohibía para siempre su reapertura, y la decisión de no recurrir a nuevas emisiones de bonos en un mercado financiero internacional que siempre termina imponiendo condiciones que abortan toda posibilidad de desarrollo nacional. Por eso no nos parecen positivas medidas que van en sentido inverso, como reabrir el canje para volver al mercado financiero internacional aprobando nuevas emisiones de bonos de la deuda pública que aceptan la jurisdicción de tribunales Londres o Nueva York; o pagar con reservas las cuotas de la deuda externa que se vencen este

año, en un contexto de crecientes dificultades producidas por una crisis internacional que acota la entrada de recursos genuinos al país. Ni tampoco que fueran progresistas las declaraciones de la presidenta[1] asegurándole enfáticamente a los monopolios financieros que hará todos los sacrificios necesarios para sacar al país del default, parafraseando el tristemente célebre discurso de Carlos Pellegrini de finales del siglo XIX, prometiéndole a los acreedores británicos hacer todo lo necesario para “honrar la deuda argentina”.[2] Pensamos que el default vigente en los años de crisis lejos estuvo de perjudicarnos, sino que nos benefició largamente, y que en la actualidad las reservas hay que usarlas para impulsar el desarrollo nacional. Como no creemos en el Libre Comercio, no vemos con buenos ojos el relanzamiento de las negociaciones para acordar un TLC entre la Unión Europea y el Mercosur, que sólo servirá para que las potencias de aquella región nos trasladen mas rápida y directamente la crisis que las agobia. Es innegable que fue un fuerte retroceso el veto presidencial a la ley de glaciares, lo que significa avalar la persistencia a rajatabla de la minería a cielo abierto que produce daños irreparables al medio ambiente en la zona cordillerana, y promueve la continuidad del saqueo de nuestros recursos naturales en términos similares a la época colonial y a los mas recientes años ’90. En la misma línea está la negativa a reglamentar la ley de bosques que impide su entrada en vigencia, y permite que sigan los desmontes indiscriminados de inmensas extensiones de bosques y reservas naturales para masificar aun mas las plantaciones de soja. No hay nada justifique que después de siete años con un gobierno que dice encarnar un proyecto nacional y popular se haya profundizado la diferencia de ingresos entre ricos y pobres. Lo que significa que la distribución de los ingresos nacionales, que aumentaron hasta hacer crecer en un 50% el PBI desde 2002-2003 hasta acá, fue claramente favorable a los sectores mas concentrados. Y esto sucede a pesar de que se crearon millones de puestos de trabajo, porque el estado permite que la mitad de ellos en el sector privado estén en negro y en condiciones precarizadas, situación en la que se mantienen cientos de miles de empleados públicos nacionales, provinciales y municipales. Las amañadas estadísticas oficiales no pueden esconder la permanencia de bolsones de pobreza e indigencia que alcanzan a millones de compatriotas, situación que no altera esencialmente la reciente implementación de la Asignación Universal por Hijo, y que no

puede esconder la falta de políticas activas para incorporar a esta porción sustancial de nuestra población al proceso productivo. Es que el actual modelo económico asienta su desarrollo en la agro exportación, principalmente de soja, y en una industrialización absolutamente dependiente que tiene en la producción automotriz a una de sus columnas vertebrales. Industria que las transnacionales la han ido convirtiendo en poco mas que una gran maquila, en armadurías a base de autopartes importadas, y cuyos productos terminados son vendidos crecientemente en el mercado externo, generando una peligrosa ecuación que no cierra para los intereses nacionales, ya que ha medida que aumentan la producción y las exportaciones, las importaciones y la consiguiente salida de recursos del país, crecen en mayor proporción. A lo que hay que agregar que las decisiones sobre las fábricas asentadas en nuestro territorio: si se mantienen o se cierran, se agrandan o achican, se toman en las casas matrices sin ningún condicionamiento nacional. También hay que tener en cuenta que en el período kirchnerista se prolongaron y extendieron las concesiones a las multinacionales que controlan nuestros recursos petroleros y mineros, en condciones iguales y/o peores que las establecidas en la época menemista; no se modificaron las leyes financieras que vienen de la dictadura que favorecen la especulación y facilitan la indetenible fuga de capitales; no se cambiaron las regresivas reglamentaciones fiscales que gravan a los mas pobres (se paga IVA en productos como la leche y el pan) y exceden de pagar impuestos a los mas ricos(están excedidos de pagar todo impuesto las explotación minera y las transacciones financieras). Es difícil pensar entonces que en el pensamiento de los que encabezan este modelo económico esté construir un modelo nacional y popular, que fortalezca la soberanía, y avance en la distribución equitativa del ingreso, promoviendo la inclusión. Una cosa es invertir en exclusividad los escasos recursos que el estado captura -en proporción a los que siguen obteniendo los monopolios nativos y extranjeros- en mantener el consumo sin contrapartida equivalente en inversiones productivas, con el único fin de sostener el control de una situación política adversa. Otra cosa muy diferente sería impulsar el incremento de los ingresos fiscales mediante una reforma impositiva progresiva, buscando la incorporación de millones de compatriotas al proceso productivo del que siguen excluidos, mediante inversiones en la educación y la salud públicas, combinadas con una política de crédito destinada principalmente a las Pymes, apuntando no sólo a generar nuevas fuentes de trabajo, sino también a desmonopolizar el

mercado. Sino hay un desarrollo productivo que rompa el predominio cada vez mas ostensible de los monopolios nativos y extranjeros sobre la economía argentina –ya sea mediante la creación de empresas del estado, como del impulso de las Pymes- el modelo nacional es inviable, pues la capacidad de decisión del estado es limitada, y los recursos destinados a promover el consumo vía asignación universal o aumentos de salarios, son rápidamente recuperados por los que tienen el monopolio de la producción, la importación, y la comercialización desde los alimentos a los automóviles, y los textiles. Todos sabemos que no hay modelo soberano sin recuperación de los recursos naturales, y de los principales resortes de la economía, y no hay justicia social sin redistribución del ingreso.

La viabilidad de una contraofensiva de la derecha es la parálisis de la movilización “La derecha ha sufrido un golpe político, ha perdido el mando del Estado, ha perdido la capacidad de seducir estatalmente a la sociedad, pero tiene mucho poder económico todavía. Es distinta la forma de consolidación del punto de bifurcación cuando es el sector popular el derrotado, política y materialmente, que cuando se trata del sector empresarial, porque puede perder en lo político pero conserva poder económico que le permite tener poder de veto permanente. Entonces, ahí sigue ese adversario, fragmentado, desorientado, pero como adversario, y con capacidad de bloqueo.”(Álvaro García Linera, Le Monde Diplomatique de Bolivia. Setiembre de 2009.) La conclusión del vicepresidente de Bolivia a pocos días de haberle infringido una durísima derrota a la derecha de su país, al lograr sancionar la nueva constitución del estado, viene a corroborar la experiencia transcurrida en una década de gobiernos que en América Latina intentan tomar distancias del neoliberalismo de los 90. La derecha es poderosa aun en el momento que sufre fuertes derrotas políticas, entre otras cosas porque conserva poder económico –esto seguirá siendo así en los próximos años en un mundo dominado por el capitalismo- desde el que está en condiciones de reorganizarse políticamente y eventualmente emprender nuevos contraataques. Este dato, que es insoslayable para la conducción del bloque que intente desarrollar un modelo nacional y popular en alguno de nuestros países, en condiciones internacionales adversas –aun cuando las regionales sean favorables- no es una novedad, la cuestión es como abordar esta situación.

Aquí sería útil introducir algunas disquisiciones sobre los diferentes procesos. Porqué la derrota de la Concertación en Chile, mientras que en el mismo período fueron reelegidos el Mas con Evo en Bolivia, el Frente Amplio con Pepe Mujica en Uruguay, y Rafael Correa obtenía sucesivos triunfos político-electorales. Las diferencias entre unos y otros las veníamos apuntando desde hace años. El gobierno de la concertación chilena era un mero administrador de la continuidad de una estructura económica neoliberal que no se modificó en casi nada, asentado en el sistema electoral binominal heredado del pinochetismo, lo que produjo su inevitable debilitamiento, de la mano de una extendida decepción entre vastos sectores populares que le dieron su apoyo durante dos décadas. En cambio en Bolivia, Ecuador, Venezuela, Uruguay, sus gobiernos produjeron cambios importantes, en algunos casos produciendo transformaciones estructurales. El hecho de que la derecha es poderosa no significa que la correlación de fuerzas sea inalterable, por el contrario, la experiencia demuestra claramente que en los países en los que las políticas de los gobiernos progresistas concretaron cambios profundos tanto económicos como políticos (desde estatizaciones y nacionalizaciones a reformas constitucionales), los embates de los grupos mas concentrados no pudieron torcer el rumbo progresivo. Es que al momento de asumir los gobiernos, en todos los casos las fuerzas populares se encontraron con estructuras políticas y económicas adversas, consecuencia de décadas de predominio neoliberal. Producir cambios en ellas es una cuestión de vida o muerte para la vigencia y desarrollo de proyectos alternativos. ¿Cuál fue la visión de la conducción del MAS en aquél momento de victoria para el campo popular? “Yo no creo, no obstante, que la oposición haya sido desbaratada definitivamente. La oposición hoy no tiene un proyecto de poder, carece de discurso movilizador con efecto estatal pero tiene aún mucho poder económico, mucho poder mediático y tiene un poder de veto gigante en muchas cosas. Sigue siendo un adversario riesgoso… La derecha ha sufrido un golpe político, ha perdido el mando del Estado, ha perdido la capacidad de seducir estatalmente a la sociedad, pero tiene mucho poder económico todavía.” (ídem) De esta seria advertencia que responde a un estricto y objetivo análisis de la realidad, pueden sacarse dos conclusiones que van a dar como resultados la búsqueda de dos caminos diferentes: una, el de tener miedo a mayores confrontaciones, pensando que como la derecha es fuerte hay que negociar con ella respetándole significativos espacios de poder a los que no podremos acceder nunca; otra, no bajar la guardia jamás,

comprender que los momentos de negociación, y eventualmente de tregua, son siempre transitorios, porque los poderosos no establecen acuerdos expresos o implícitos para respetarlos, sino para tomarse un respiro y volver buscar recuperar posiciones perdidas o ganar nuevas. Ya esto constituye la naturaleza misma del pensamiento neoliberal que es la concepción que por estos tiempos mejor expresa las aspiraciones de los monopolios imperialistas. La defensa de los intereses nacionales y populares exige de los que impulsamos proyectos que se proponen representarlos, claridad absoluta en este aspecto. Intentar atajos que supuestamente implicarían evitar enfrentamientos o pensar que se pueden transitar alternativas sin producir cambios políticos y económicos estructurales, es ir inevitablemente por un camino de derrota. Uno de los argumentos preferidos de los que proponen poner el objetivo principal en sostener la actual situación en vez de profundizar los cambios, es el anuncio desde hace años de una inminente contraofensiva imperialista. Manifestación de ésta serían el golpe de estado en Honduras, la reinstalación de la cuarta flota, el acuerdo de EEUU con Colombia para la apertura de nuevas bases militares yanquis, el mantenimiento del bloqueo a Cuba, y las victorias electorales de la derecha en Colombia y Chile. Pero esta visión de la situación latinoamericana que habla de una contraofensiva yanqui que incluye la posibilidad de intervención militar, no contiene en sus análisis los sucesivos triunfos electorales en Ecuador, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Uruguay, y ahora la anunciada tercera reelección del PT en Brasil. Tampoco dice que la apertura de nuevas bases en Colombia, es consecuencia del cierre de las que tenía EEUU en Ecuador, y que todo esto fue largamente discutido en la Unasur, en un debate entre los presidentes trasmitido en directo por televisión a todo el mundo, donde el colombiano Álvaro Uribe tuvo que proporcionar explicaciones dando garantías que no serían utilizadas para intervenir en la región, hecho que no había sucedido nunca desde que EEUU se convirtió en potencia dominante sobre la región. Más difícil de explicar es, como se conjuga esta supuesta contraofensiva con la crisis económica que en los últimos años viene golpeando sin pausas a todas las potencias del norte sin excepción, y que no sólo coloca enormes dificultades en sus funcionamientos económicos, sino también pone en tela de juicio los fundamentos del propio modelo neoliberal que encarnan. Sin dejar de ver que el imperialismo

siempre

está

al

acecho

para

apuntalar

todo

tipo

de

opciones

desestabilizadoras que aprovechen los límites y debilidades de los procesos progresistas, creemos que los yanquis hoy tienen dificultades para apoyar abiertamente en América

Latina –como lo hicieron durante todo el siglo XX- opciones que burlen la voluntad popular expresada en los procesos de cambio en curso. Una cosa es no perder de vista jamás “que no se puede confiar en el imperialismo, pero ni tantico así, nada." [3] Otra muy distinta es verlo como invencible y en definitiva no valorar en su justa medida la acumulación política atesorada desde la que en la últimos años los sectores pulares le disputamos la hegemonía político-ideológica al neoliberalismo en la región. La clave para defender la continuidad de los gobiernos elegidos democráticamente, pasa por el sostenimiento del consenso político que los llevó a ganar las elecciones, y la experiencia que se viene dando indica que éste se mantiene y se fortalece, cuando los gobiernos populares profundizan las transformaciones, aun a costa de subir los niveles de confrontación con las minorías que defienden sus privilegios, y con el propio imperialismo yanqui cuando éste comanda acciones conspirativas abiertas o encubiertas. Si hay un ejemplo nítido en América Latina que busca evitar producir cambios en sectores claves de las estructuras políticas y económicas, y por ello termina perdiendo lastimosamente el consenso popular acumulado en sus primeros tiempos de gobierno, es el proceso seguido por el kirchnerismo en la Argentina.

Nadie nos regaló nada Las movilizaciones que atravesaron nuestro territorio en los últimos 35 años y posibilitaron la recuperación de derechos y conquistas en lo que va de esta década, lejos de detenerse por el conformismo o el miedo a que si avanzamos podemos perder lo obtenido, se van multiplicando. Los que luchamos por los derechos de los trabajadores, por la democracia sindical y la vigencia plena de los DDHH, seguimos reclamando por la personería de la CTA, denunciando la reedición del sindicalismo empresario de los ’90, esta vez a través de Hugo Moyano; contra las persecuciones y los despidos de los compañeros y compañeras que luchan, y la vigencia de la precarización laboral en los ámbitos públicos y privados. A la vez que nos movilizamos apoyando la continuidad de los juicios a los genocidas, nos manifestamos contra la reinstalación, cada vez mas ostensible, de la política del gatillo fácil que persigue y asesina a los jóvenes, denunciando el mantenimiento de la estructura policial heredada de la dictadura, que distribuye la droga, resguarda la trata de personas y todo tipo de delitos. Que es cómplice de las organizaciones políticas tradicionales que el kirchnerismo prometió renovar, y cuenta con el amparo de una corporación judicial de la que solo cambió la

cúpula. Seguimos luchando por la redistribución del ingreso, reclamando trabajo genuino desde un movimiento de desocupados que rechaza las inmorales prácticas del clientelismo, por el derecho a tener salud y educación públicas dignas, denunciando la persistencia del abandono del estado en la atención de millones de argentinos, que están contemplados sólo como ejemplo de los que les puede pasar, si pierden el trabajo por reclamar por sus derechos enfrentando a las estructuras políticas y sindicales oficiales. En los 80 festejamos el regreso a la democracia, apoyamos la consigna de que con la “democracia se cura se educa y se come”, pero repudiamos y nos movilizamos contra los ajustes que vinieron de los sucesivos planes económicos alfonsinistas que iban en sentido contrario. Apoyamos el juicio a las juntas militares, y fuimos a rodear los cuarteles contra los militares que se alzaban contra la democracia. Pero rechazamos y nos manifestamos una y otra vez contra las leyes de punto final y obediencia debida, y rechazamos la nefasta teoría de los dos demonios. Éramos concientes que Alfonsín no nos había regalado la democracia, que la habíamos reconquistado con la fuerza de nuestra lucha, y que de nosotros dependía su permanencia y profundización. En el inicio de este siglo, supimos que Duhalde no nos regalaba los planes sociales que puso en vigencia cuando asumió la presidencia y que empezaron a ser un paliativo para la acuciante situación que vivían millones de compatriotas. Por eso lo enfrentamos cuando quiso restringirnos y acallar la continuidad de nuestros justos reclamos. Tampoco Kirchner nos regaló la política de DDHH que llevó a la cárcel a decenas de genocidas, ni la extensión y profundización de las políticas sociales, ni los millones de puestos de trabajo que se generaron en estos años. Ni el anuncio de renovación política, ni la política exterior que rompió con la de relaciones carnales con EEUU. Entonces cuando fue inconsecuente en las políticas para renovar las fuerzas de seguridad, en el impulso de la redistribución, en la renovación de políticas y políticos a los que en el 2001 les exigimos que se vayan, y en la instrumentación de las medidas indispensables para la refundación de un proyecto nacional, fuimos por la construcción de otras alternativas, que empezaron a emerger en las legislativas de 2009. En los 90 denunciamos incansablemente al menemismo que degradó la política como acto de servicio, como práctica militante, y la convirtió en una carrera profesional individual en la que todo vale en pos de llegar a la cima. Aquellas imágenes de Menem fotografiado con automóviles de lujo, o construyéndose mansiones suntuosas para uso personal, mientras la desocupación crecía a niveles incontrolables, y todos los días salían a la luz

actos de corrupción cometidos en todos los niveles de su gobierno, eran el símbolo de una impunidad que se mostraba abiertamente para banalizar y naturalizar todos estos hechos repudiables. Los Kirchner no están muy alejados de aquellas prácticas cuando declaran que su patrimonio personal que al momento de asumir en 2003 ascendía a poco mas de seis millones de pesos, hoy se eleva a cuarenta y seis millones, justificando su crecimiento en operaciones inmobiliarias, o sea en actividades especulativas. Los que encabezan la construcción de un modelo nacional, que declama tener en la reindustrialización uno de sus pilares fundamentales, se enriquecen mediante actividades especulativas septuplicando su patrimonio en los siete años que llevan ocupando la presidencia. Peor aun es la justificación de algunos de sus voceros supuestamente progresistas, diciendo que está bien que esto suceda porque solo siendo muy ricos, Néstor y Cristina podrán resistir las presiones a que están sometidos. O sea que para enfrentar a los más poderosos hay que ser ricos. [4] Justificaciones truchas de pura cepa neoliberal. La rápida descomposición del gobierno de De la Rua empezó desde el primer día que se instaló, y todo su mandato se convirtió en la crónica de una muerte anunciada. No obstante eso, numerosos sectores que lo integraron provenientes del campo progresista, sostuvieron hasta el final que había que resguardarlo porque era mejor que el fenecido menemismo, y lo acompañaron hasta la puerta del helicóptero defendiendo la posición que era el mal menor. Las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 terminaron definitivamente con aquél debate. Nuevamente los hechos de la realidad están allí, para el que quiera verlos y oirlos. El recurso de meter miedo a perder lo obtenido para impedir nuevos avances, fue largamente utilizado desde el ’83 en adelante. Alfonsín con la amenaza del regreso de los militares. Menem con el fantasma de la inflación. Actualmente con la consigna de “kirchnerismo o restauración conservadora”. Otra vez se echa mano del. recurso de atemorizar para defender el statu quo. No es posible que los que dicen impulsar políticas progresistas que sólo pueden llevarse a cabo sobre la base de la movilización y la lucha, busquen desmovilizar y atemorizar con el caballito de batalla de que se viene la derecha, atacando a las organizaciones populares que reclaman por sus derechos acusándolas de divisionistas y desestabilizadoras, pretendiendo debilitarlas y sacarlas de la calle. Hoy es claro que el que perdió capital político es el gobierno, y no las organizaciones populares que una vez mas, reemprenden el camino de las movilizaciones para seguir recuperando derechos y conquistas, y buscando construir nuevas alternativas políticas,

que sin perder amplitud, expresen las aspiraciones de renovación que se manifestaron en las jornadas de diciembre de 2001. Este pueblo no está en vigilia, atrincherado, temeroso de perder lo conseguido. No nos conformamos con que esto es lo posible. Estamos en la búsqueda de nuevos canales de participación y movilización que nos permitan sentar las bases de un Nuevo Proyecto Nacional y Popular.

Isaac Yuyo Rudnik Movimiento Libres del Sur Junio de 2010 [1] Las deudas que esta Presidenta quiere pagar y va a pagar con las reservas del Banco Central, en el marco de lo que dice la Constitución y la propia Carta Orgánica del Banco Central se encuentran depositadas en las cuentas de Economía. Quiero asegurarles a todos aquellos que son acreedores de la Argentina que van a cobrar sus deudas, que no voy a permitir que un juez defaultee la deuda, ya la defaulteó otro presidente y esto ocasionó graves, gravísimos perjuicios a todos los argentinos y al erario público. Discurso de Cristina Fernández de Kirchner por cadena nacional 5/03/2010

[2] El día que dejemos de pagar ese servicio quedaremos anotados en la bolsa de Londres como fallidos fraudulentos y no seremos nada ni nadie. Seremos una Nación sin crédito y sin honra(…)Si la República Argentina falta a sus compromisos, no se levantará en 30 años, y si paga ahora en crédito ahora con honor, crecerá su crédito mañana inmensamente. Reportaje a Carlos Pellegrini, La Nación, 15 de noviembre de 1890.

[3] El Che habla de Patrice Lumumba, el Congo y el Imperialismo.12/12/1964

[4] "Hay que tener un patrimonio muy grande, una vida ya hecha, saldada, que tus hijos y nietos no te van a poder reprochar por tu actividad política, peleándote con el establishment" Diputada Nacional Diana Conti, 03/02/2010. Canal 26

MODULO 1 Jóvenes de Pie

INDICE METODOLOGIA DEL TALLER……………………………………………………………….3 JUVENTUD Y NUEVAS FORMAS DE PARTICIPACION Realizado por el equipo Isepci………………………………………………………….6 RECORRIDO HISTORICO: La historia reciente de nuestro país Por Maria Elena Benso del equipo Isepci………………………………………….8

LA HISTORIA ES LA HISTORIA DE LAS LUCHAS POPULARES Realizado Por Isaac “Yuyo” Rudnik…………………………………………………12

ANEXO EMERGENCIA DE CULTURAS JUVENILES ESTRATEGIAS DEL DESENCANTO…….……………………………………………….28 Rossana Reguillo Cruz Buenos Aires: Norma, 2000 Grupo Editorial Norma Barcelona, Buenos Aires, Caracas. Guatemala, Lima. México, Panamá, Quito. San José, San Juan,

San Salvador Santafé de Bogotá. Santiago

METODOLOGIA DE FORMACION LA HISTORIA ARGENTINA Y LA ORGANIZACIÓN JUVENIL El objetivo es avanzar en un conocimiento general sobre la historia política del país, desde la dictadura militar de 1976 hasta la actualidad. Para esto dividiremos en tres grandes etapas históricas: •

DICTADURA MILITAR



RETORNO DE LA DEMOCRACIA, CONSOLIDACIÓN DEL MODELO ECONOMICA NOELIBERAL Y CONSTITUCION DE LOS PARTIDOS POLITICOS TRADICIONALES



QUIEBRE: 2001 Y ACTUALIDAD

El eje conceptual y político que deberá atravesar a los diferentes períodos históricos será LAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN DE LA JUVENTUD INTRODUCCIÓN: Se pasara un video de nuestros compañeros y compañeras cantando, agitando en una marcha, con la siguiente canción y la letra se repartirá a cada participante:

Somos el movimiento Esos pibes que vienen peleando Desde la resistencia, siempre venimos aguantando Algunos giles decían, no combatas con la policía Pero poniendo el pecho, por la patria doy la vida Quiero ver todos los pibes y a mi gente, Aguantando como lo hicimos en diciembre Quiero ver al Che Guevara y a la Evita En mi bandera La de Argentina Por una patria La socialista Para abrir se realizará un pequeño debate sobre qué significa la letra de esta canción, qué queremos decir con esto y por qué. Se retomará en profundidad a la misma al cierre de la capacitación. PRIMERA ETAPA DEL TALLER: Desarrollo expositivo de una línea de tiempo, que contextúe cada momento histórico y se aborden tres ejes centrales sobre las características de cada momento. Para esto se dividirán en tres grupos, cada uno de los coordinadores deberá trabajar con un afiche en el cual estará la línea de tiempo. Es muy importante esta parte porque sobre la claridad de este recorrido se inserta el desarrollo posterior de la capacitación. El coordinador deberá mantener un delicado equilibrio entre desarrollar y contar qué pasó en la historia argentina pero siempre convocando a los conocimientos previos del grupo. Preguntando qué saben de cada momento y a partir de ahí

desarrollar aquello que falte. Para esto tendrán un material conceptual de soporte. Ver en ANEXO. Actividad intermedia de vinculación con la segunda etapa del taller: DRAMATIZACIÓN. Cada uno de los grupos deberá dramatizar las formas de organización juveniles en una de las etapas. Luego, deberán dramatizar todos juntos, sosteniendo los roles que han desarrollado, las formas nuestras actuales de organización juvenil. Lo importante de este momento es que se comprenda aquello que nosotros tomamos como experiencia de organización juvenil en otros momentos y lo sintetizamos con nuestra propia realidad cotidiana, adaptando, las formas históricas de organización. Por otro lado también visibilizar el rol del movimiento social como forma de organización (el coordinador que deba encargarse de la década del 90 tiene que tener en mente que esos actores deberán

luego

cobrar

protagonismo

en

el

momento

general

de

la

dramatización) SEGUNDA PARTE: síntesis de as formas de organización y resistencia juvenil. El juego de las gigantografias. Se expondrán gigantografías de: MILITARES DICTADORES /ALFONSIN-MENEM-DE LA RUA/CRISTINA Y ALGUN INTENDENTE O SCIOLI Por otro lado se pondrán a disposición diferentes objetos que simbolicen las formas organizativas de la juventud en los diferentes momentos. El juego consiste en sintetizar las formas de organización juvenil en cada etapa y elaborar un resumen de lo debatido en el taller.

TERCERA ETAPA: cierre y síntesis El objetivo es poder hacer en plenario una síntesis de lo visto. Se puede, para esto retomar la letra de la canción y pensar nuevamente en qué queremos decir con esto. Ahora tendremos más elementos para aportar sobre qué significa su contenido. Se puede terminar con un agite, con esta canción y después con otras.

JUVENTUD Y NUEVAS FORMAS DE PARTICIPACION Por Lucia Bianchi del equipo Isepci A la juventud la conmueve aquello que una gran parte de la política, excluye: ¿Cómo frenar la destrucción global del medio ambiente? ¿Cómo puede ser conjurada, superada la desocupación, la muerte de toda esperanza, que amenaza, precisamente, a los hijos del bienestar? ¿Cómo vivir y amar con el peligro del sida? Cuestiones todas que caen por los retículos de las grandes organizaciones políticas... “La anarquía, los graffitis urbanos, los ritmos tribales, los consumes culturales, la búsqueda de alternativas y los compromisos itinerantes, son las nuevas prácticas por las cuales los jóvenes participan y no son solo expresiones mas o menos inofensivas de un montón de desadaptados”. Podemos decir que las formas de participación juvenil cambiaron pero tenemos que discutir en profundidad qué significan estos cambios y en que momentos históricos se dan. El neoliberalismo que se instauró en la década del noventa fragmentó y partió a la sociedad. El individualismo se filtró en las formas de relacionarse más común mientras

que nuevas tecnologías de la comunicación crecían y eran incorporadas a las formas de dominación del sistema en su etapa de globalización. Miles de pobres, una sociedad neoliberal y fragmentada en la cual los medios de comunicación son el ejemplo vivo de la nueva etapa del sistema. Sin embargo fue en esa misma época que crecieron grandes movimientos de participación: en toda América Latina los movimientos sociales, los movimientos de desocupados, los movimientos de mujeres y jóvenes inundaban las calles y construían formas de participación. Así fue como se le dijo en el 2005 no al ALCA 9 en America Latina y surgieron nuevos gobiernos muchos de ellos están cambiando la realidad de sus países. Entonces, ¿Como vemos nosotros a las formas de participación de los y las jóvenes ahora? ¿Cómo funciona la relación entre juventud y medios de comunicación? Estos debates atraviesan hoy en día a la sociedad. ¿Si el Facebook es una forma de participación pero está despolitizada y cada uno está solito en él, podemos usarla para organizarnos y participar? Como hacemos para que los jóvenes, que tienen nuevas formas de hacerse notar, de juntarse y relacionarse pero todas ellas con poco contenido político, puedan ponerle a esas prácticas transgresoras la posibilidad de transformar la realidad? Muchos jóvenes dicen: “la política es una mierda” Como culparlos si por muchos años lo fue y lo sigue siendo ya que quienes gobiernan son los partidos políticos tradicionales que destruyeron al país. Pero tenemos que buscar maneras de agregarle a eso la POSIBILIDAD DE CAMBIAR LA REALIDAD. Si, claro que la política de los partidos tradicionales es una mierda, pero también podemos, nosotros y nosotras crear nuevas formas de hacer política, pensando en cambiar la realidad. Para esto tenemos que: •

TENER CLARIDAD Y CONSTRUIR ENTRE NOSOTROS Y NOSOTRAS CUALES SON LAS FORMAS POR LAS CUALES LOS JOVENES SE JUNTAN, SE ORGANIZAN, SE REUNEN. QUE TEMAS LES INTERESAN, LOS CONVOCAN.

9

Fue un intento de acuerdo impulsado por EEUU. Pretendía asegurar la libre circulación de las mercaderías y el capital desde Alaska a Tierra del Fuego. Era una clara política de dominación de America Latina y fue derrotada luego de miles y miles de manifestaciones, campañas contra ella en todos los países de la región cuando Hugo Chaves y Néstor Kirchner hicieron una movida para decirle no al ALCA en la cara a Bush en Mar del Plata, mientras que miles de jóvenes íbamos a Mar del Plata en tren con Maradona y Chaves para manifestarnos en lo que se llamó el Tren del ALBA



CUALES SON LAS RELACIONES ENTRE LOS JOVENES Y LOS MEDIOS DE COMUNCIACION

Y

COMO

PODEMOS

POTENCIAR

NUESTROS

ESPACIOS

DE

COMUNICACIÓN CON LOS JOVENES A PARTIR DE ESTAS HERRAMIENTAS •

COMO ORGANIZARSE Y TAMBIEN PARA QUÉ. DISCUTIR LA POSIBILIDAD DE QUE LOS JOVENES, CON SUS NUEVAS FORMAS DE ORGANIZARSE, DE REUNIRSE, DE VINCULARSE, DE ARMAR GRUPOS, PUEDAN TAMBIÉN PENSARSE COMO SUJETOS DE CAMBIO Y TRANSFORMACIÓN.

RECORRIDO HISTORICO: La historia reciente de nuestro país en clave del desarrollo de organizaciones juveniles Por Maria Elena Benso del equipo Isepci En 1975 ya había muerto Perón y gobernaba su viuda Isabel Martínez. Los conflictos que fueron apareciendo durante los años anteriores se agravaron a partir de la muerte de Perón a causa de las medidas económicas que perjudicaban más y más al pueblo y de la represión que ,por ejemplo, producía 37 muertos en una semana. Esta represión era llevada a cabo por una organización clandestina llamada triple A (Alianza Anticomunista Argentina).

El pueblo no dejaba de luchar, a través de sus organizaciones sindicales (había paros y marchas todos los días) y de las organizaciones juveniles. El empresariado local y las multinacionales no lograban imponer el plan económico que deseaban a causa de la resistencia popular por lo cual Isabel ya no les servía (aunque hacía todo lo que querían) entonces prepararon el golpe y el 24 de marzo de 1976 lo dieron. Encarcelaron a la presidenta (en un chalet) y tomaron el gobierno las Fuerzas Armadas. SE CREO LA JUNTA MILITAR formada por Videla, Massera y Agosti desatando la represión más sangrienta de la historia. El principal objetivo del gobierno militar era desarmar a las organizaciones populares y juveniles para instaurar un nuevo modelo económico: EL NEOLIBERALISMO. PARA ESTO REALIZO:

¾

Una represión que se dirigió a todos y todas los que podían ser una amenaza para ese plan económico que debían llevar a cabo:

¾

Reducir salarios y cancelar Derechos Laborales

¾

Abrir a la importación a productos que se elaboraban en el país favoreciendo la industria extranjera

¾

Endeudar el país en beneficio del capital internacional (FMI y BM)

¾

Producir desocupación y terror para disciplinar a los trabajadores

¾

Hacer pagar al pueblo argentino la deuda de empresarios particulares (nacionalización de la deuda externa)

Para lograrlo.

ƒ

Suspendieron todos los partidos políticos y los sindicatos

ƒ

Prohibieron las actividades públicas (hasta los carnavales)

ƒ

Gobernaron con Estado de Sitio (suspendiendo todos los derechos civiles)

ƒ

Encarcelaron, torturaron y mataron a miles de argentinos /as haciendo “desaparecer” a 30.000

ƒ

Les robaron sus hijos y sus bienes personales

ƒ

Obligaron a miles a irse del país

ƒ

Militarizaron fábricas

ƒ

Anularon todos los convenios laborales o sea los derechos de los trabajadores.

ƒ

Ejercieron la censura en lo que se publicaba, en películas y en TV

ƒ

Prohibieron libros y toda expresión cultural que les parecía “peligrosa” o inconveniente

ƒ

Persiguieron a los jóvenes y serlo era ya motivo de sospecha

A Videla le sucedió Viola y a él Galtieri. El pueblo no había dejado de luchar, a pesar del miedo se hacían acciones con mucho cuidado , el 30 de marzo de 1982 se realiza un gran paro nacional, reprimido, pero ya no había posibilidades de detener el gran descontento y Galtieri decide recuperar las Islas Malvinas para ganarse el apoyo popular. Esto termina con una guerra perdida con Inglaterra, el desastre total para las Fuerzas armadas que se ven obligadas a llamar a elecciones. RETORNO DE LA DEMOCRACIA En 1983 gana la presidencia Raúl Alfonsín, con el 52% de los votos. La juventud se organiza fuertemente pidiendo justicia y los organismos de derechos humanos luchaban por el juicio y castigo. Miles de jóvenes comienzan nuevamente a participar en política, buscando en ella la posibilidad de transformar la realidad, motorizados por el retorno de la democracia y la lucha por los Derechos Humanos. Durante su gobierno, Alfonsin comienza un juicio a los militares asesinos pero debido a la presión de los militares que se sublevan en Campo de Mayo y sin apoyarse en el pueblo que durante cuatro días se movilizó en Plaza de Mayo (un millón de personas), les

otorga la Ley de Obediencia Debida que deja en la impunidad a casi todos terminando de ser juzgados y condenados solamente los miembros de las Juntas. En lo económico a pesar de sus promesas de no pagar la deuda externa con el hambre del pueblo hace todo lo contrario y recorta planes sociales ( caja PAN y viviendas de autoconstrucción) y no avanza en mejoras para los trabajadores por lo que debe enfrentarse a muchas huelgas por ej. la de docentes por 42 días ,al final de su mandato se desata una hiperinflación (las cosas aumentaban de la mañana para la tarde) sumiendo a la gente en el hambre y la desesperación de manera que comienzan los saqueos

a

supermercados

y

cuando

ya

nada

los

contiene

Alfonsín

entrega

anticipadamente el gobierno a quien había sido elegido en elecciones Carlos Menem. Carlos Menem y la consolidación del neoliberalismo: Durante este gobierno, que se extiende por 10 años, y mediante una hábil propaganda sumada al terror que había dejado la hiperinflación logran imponer un plan parecido al de los militares pero por convencimiento y amenazas ( todo puede volver: el hambre y la muerte) . A pesar de que muchos sectores luchan encarnizadamente no logran frenar las privatizaciones que dejan más 200.000 desocupados, la apertura de la importación (¡otra vez!) que hace quebrar y cerrar miles de industrias dejando millones de desocupados, el endeudamiento con el FMI y el BM y la reforma educativa que consigue un enorme deterioro en la educación. Al final de su mandato la organización de los desocupados en fogoneros primero y piqueteros después y de agrupaciones como Patria Libre que denuncian el vaciamiento del país lo van poniendo en jaque y en 1998 gana la Alianza un frente de radicales y progresistas que promete cambiar el modelo y lo que hace es traicionar las expectativas de sus votantes manteniendo todo

y agravando la situación ya desesperante de los

sectores empobrecidos que cada vez son más. Debemos comprender que Menem, del PJ (el partido creado por Perón) traicionó todo lo que significaban Perón y Evita para el pueblo, es decir usó sus imágenes y sus símbolos para llevar a cabo un proyecto que favoreció a las clases dominantes y al capital extranjero a cambio de enriquecimiento y poder para todos y todas sus funcionarios; y que no le hubiera sido posible gobernar sin el apoyo disimulado o

explícito del radicalismo que gobernaba varis provincias en las que aplicó el mismo plan. DESDE EL RETORNO DE LA DEMOCRACIA, HUBO DOS GRANDES PARTIDOS POLITICOS: LA UCR Y EL PJ. AMBOS FUERON COMPLICES DE LA INSTAURACION DEL MODELO ECONOMICO NEOLIBERAL QUE DEJO EN LA POBREZA A MILES Y MILES DE PERSONAS. SU FORMA DE HACER POLITICA FUE MEDIANTE LA CORRUPCION Y ACUERDOS ENTRE ELLOS. POR EJEMPLO, EN 1994 S FIRMO EL PACTO DE OLIVOS ENTRE ALFONSIN Y MENEM. ESTE PACTO LE PERMITIO A MENEM MODIFICAR LA CONSTITUCION Y PRESENTARSE NUEVAMENTE A ELECCIONES (ANTES NO SE PODIA SER DOS VECES PRESIDENTE) 2001: EL ARGENTINAZO Así, después de infinidad de conflictos todo estalla en diciembre de 2001. El 19 y 20 de diciembre, se produce una insurrección, hay saqueos, lucha en las calles, tremenda represión que deja entre 40 y 60 muertos pero el presidente de la Rua debe irse en helicóptero y a partir de ahí el grupo dominante no logra estabilizarse, asumen varios presidentes y finalmente se hace cargo Duhalde quien gobierna con represión pero no puede controlar al pueblo. Hasta que finalmente en el Puente Pueyrredon manda a desalojar una manifestación con armas de fuego asesinando a dos jóvenes piqueteros Santillán y Kosteki, ante el repudio de la gran mayoría de la gente que sale en enormes manifestaciones debe llamar a elecciones y no presentarse. LO QUE SE PUSO EN DISCUSIÓN EN EL 2001 Y SE VEIA EN LA CONSIGNA QUE SE VAYAN TODOS ERA EL PUEBLO CUESTIONANDO A AQUELLOS PARTIDOS POLITICOS QUE NOS HABIAN LLEVADO A LA POBREZA, VACIANDO EL PAIS EN FUNCION DE SUS INTERESES ECONOMICOS, QUE SACIABAN MEDIANTE LA CORRUPCION Y ALTOS SUELDOS.

En 2003 es entonces elegido Néstor Kirchner

Comienza su mandato con medidas que sorprenden por lo osadas, nombra nuevos miembros de la Corte Suprema (que estaba formada por corruptos menemistas), descabeza a las Fuerzas Armadas, deroga las leyes de la impunidad de Alfonsín , comienza a reivindicar a los luchadores asesinados , se integra con América Latina e incorpora a los Ministerios a representantes de los Movimientos Sociales. El llamado que convocó a diferentes organizaciones fue el de la transversalidad. Una salida a la crisis de los partidos políticos tradicionales, que se venia viendo desde el que se vayan todos del 2001. Con respecto a lo económico impulsa el consumo interno y pone en práctica planes sociales destinados a los más pobres pero cuando consigue entusiasmar a gran parte del pueblo él primero y Cristina después abandonan lo que parecía una renovación de la política y vuelven a integrarse al PJ, con todos sus corruptos a quienes mantienen y alientan, soltándole la mano a los Movimientos y personas honestas que deben renunciar a sus cargos. En el 2009 KIRCHNER vuelve a asumir como presidente del PJ y se recompone Se abre así una nueva etapa de “cambiar algo” para que todo siga igual”, mintiendo con las cifras del INDEC, manteniendo la salud y educación de calidad para unos pocos, acercándose a los EEUU sin cuestionar sus políticas invasoras y favoreciendo la apropiación y explotación de nuestros recursos naturales por empresas extranjeras.

La historia, es la Historia de las Luchas Populares Por: Isaac Yuyo Rudnik Director del Instituto Isepci y referente del Movimiento Libres del Sur

El alfonsinismo no nos regaló nada, el kirchnerismo tampoco

La Historia Reciente Los últimos años no han pasado en vano, no sólo porque se han obtenido conquistas importantes en el terreno de las reivindicaciones concretas, sino que su realización fue la culminación de un largo y difícil proceso de resistencia, en el curso del cual todos y todas los nacidos en estas tierras aprendimos que muchos de los dogmas supuestamente inconmovibles, que nos habían impuesto como verdaderos principios sacrosantos en los años 90, no sólo no eran inconmovibles, sino que podíamos vivir mucho mejor sin ellos. Que no eran ni santos ni constituían el principio de nada bueno, y que lejos de conducirnos al paraíso nos llevaban directo al infierno, lo habíamos comprendido participando en luchas en las que perdimos muchos de nuestros derechos, pero ganamos en conciencia de quienes eran y siguen siendo los que nos roban los recursos que nos corresponden, y cuales son las formas predilectas que utilizan para saquearnos y explotarnos. Entendimos que el endeudamiento público creció a través de formas artificiales, generando voluminosas cuentas, que alcanzaron magnitudes imposibles de saldar en su totalidad, lo que trajo la "necesidad" de refinanciarlas una y otra vez pagando intereses cada vez mas abultados, de modo que cuando más pagamos más debemos. Por eso peleamos duro durante décadas por el No Pago de la Deuda Externa, y nos alegramos cuando en medio de la crisis de 2001-2002 se suspendieron los pagos, en 2005 se le impuso a los acreedores una quita del 65%, y se sancionó una ley en el Congreso de la Nación que prohibía pagarle ni un centavo a los que no habían aceptado esa reducción. Mientras tanto se mantenía el No Pago de la deuda con el Club de Paris, y en los años en que se sostuvo el default y no hubo búsqueda de nuevo endeudamiento masivo de parte del estado, fue el tiempo en que nuestra economía pudo volver a crecer. Con Menem, De la Rua y Cavallo, que impusieron la convertibilidad y la apertura irrestricta de la economía produciendo la mayor destrucción que se recuerde de nuestro aparato productivo, con la secuela de millones de desocupados y hambreados, supimos que el Libre Comercio es enemigo de cualquier perspectiva de desarrollo nacional. Entonces luchamos contra los TLC y fuimos decenas de miles los que nos movilizamos contra la implementación del ALCA en el marco de una lucha continental que se desarrolló sin pausas desde Canadá a Tierra del Fuego. Y cuando el ALCA fue enterrado en aquellas históricas jornadas de Mar del Plata en 2005, bailamos en las calles con nuestros hermanos latinoamericanos, porque nos sentimos capaces de decirle NO al Libre

Comercio en la propia cara del mismísimo Bush. Y denunciamos los intentos de la Unión Europea de imponerle al Mercosur un TLC, que sabíamos que era igual al ALCA no sólo porque conocimos su contenido, sino porque sufrimos en carne propia la explotación directa a los trabajadores argentinos y el saqueo de nuestros recursos naturales de parte de las empresas europeas. Entonces nos regocijamos cuando el Presidente Kirchner en su primer viaje por el viejo continente les dijo a los popes de las transnacionales, que en los 90 se adueñaron de las empresas de servicios públicos, que podían irse sino aceptaban que las reglas habían cambiado. Fuimos muertos, desaparecidos y nuestros hijos apropiados, encarcelados, exilados, perseguidos por la dictadura genocida, que le puso el broche final a su trágico itinerario, cuando nos llevó a la derrota de Malvinas. Estuvimos en las huelgas y conflictos obreros que bancaron la resistencia y marchamos codo a codo cada jueves con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Festejamos la recuperación de la democracia, la liberación de miles de presos políticos, el regreso de otros tantos exilados, lloramos emocionados cuando los integrantes de las Juntas Militares fueron condenados por sus crímenes. Centenares de miles nos movilizamos rodeando los cuarteles en la rebelión de Semana Santa defendiendo la democracia y la continuidad de los juicios a los genocidas. Denunciamos las leyes de punto final y obediencia debida y nos manifestamos cientos de veces contra ellas. Nuevamente, centenares de miles salimos a la calle en todo el país, contra el indulto menemista. La lucha por los DDHH que nunca decayó, se revitalizó con la sangre joven de nuestros HIJOS, que llegaron, entre otras cosas, promoviendo los escraches. Nos conmovimos cuando Néstor Kirchner, dijo “somos hijos de las Madres de Plaza de Mayo”, cuando decretó la entrega de la ESMA a los organismos de DDHH para convertirla en el Museo de la Memoria y obligó al Jefe del Ejército a retirar la foto de Videla, cuando le dio impulso a los juicios a los genocidas y a la búsqueda de las Abuelas de sus nietos apropiados, cuando pidió perdón en nombre del Estado y la Democracia por sostener veinte años de impunidad. Resistimos cada una de las transformaciones regresivas que impulsó el menemismo. Luchamos contra la entrega de las empresas del estado, contra la privatización del sistema de jubilaciones, la destrucción de la educación y la salud públicas, contra el cierre de decenas de miles empresas y de los despidos en la administración pública, que en conjunto dejaron en la calle a millones de trabajadores. Denunciamos la complicidad de la burocracia que pasó a convertirse en sindicalismo empresario y acompañamos el

surgimiento de formaciones sindicales alternativas, como la CTA. Promovimos la organización de los trabajadores desocupados en nuevos Movimientos Sociales que se fueron construyendo en los cortes de las rutas de todo nuestro territorio, en la pelea cuerpo a cuerpo de millones de mujeres y hombres que con sus hijos en brazos pelearon por pan y trabajo, y se sintieron hermanados en la lucha de calles con los que se manifestaban reclamando legítimamente por sus ahorros confiscados. Desde ahí fuimos protagonistas de las Jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 hundiendo al sistema neoliberal que había predominado varias décadas en nuestro país. Festejamos la huída de De la Rua y seguimos luchando contra el intento de Duhalde de imponernos una democracia aun mas restringida por una fuerte cuota de represión. Lo enfrentamos en cientos de batallas que se sucedieron en los arduos meses que duró su administración. En el puente Pueyrredón mostró su verdadero rostro cuando nos envió la policía a escarmentarnos, en aquél histórico 26 de julio de 2002, en que Maxi y Darío entregaron sus jóvenes vidas peleando por un cambio verdadero. Desconfiamos de un Kirchner que llegó a la presidencia con el aparato del PJ duhaldista. Pero cambiamos de parecer cuando una parte sustancial de los crecientes recursos que llegaron al país de la mano del aumento de las exportaciones, fueron destinados a paliar la situación desesperante en que vivía mas de la mitad de la población, mientras que se promovían políticas que alentaron la generación millones de puestos de trabajo, y el ingreso al sistema de jubilaciones de los argentinos que en los 90 se habían quedado sin trabajo o lo pudieron retener en negro. Le pusimos el cuero en la calle y en todos los lugares que había que estar desde el principio hasta el final, a la lucha por la implementación de las retenciones móviles a las exportaciones de soja. Apoyamos reestatizaciones como las del Correo Argentino, de Agua y Saneamientos Argentinos, de áreas de distribución de la energía eléctrica, de Aerolíneas Argentinas, del sistema de jubilaciones. Luchamos todos estos años hasta lograr su sanción, por una nueva ley de Medios Audiovisuales y dijimos que es un paso adelante -aunque claramente insuficientela instauración de la Asignación Universal por hijo. Denunciamos una y otra vez la creciente extranjerización de los principales resortes de nuestra economía, y la centralización de capitales sin pausas a costa de colosales traslados de ingresos desde los sectores populares, la entrega de las empresas del estado y de nuestros recursos naturales. En los diferentes momentos fueron unos u otros los sectores mas beneficiados que se constituyeron en poderosos monopolios capaces de

condicionar e imponer los principales lineamientos de la política económica nacional, transformando en un abismo lo que antes era una brecha entre los ingresos de los argentinos mas ricos y los mas pobres. Por eso nos alegramos cuando Kirchner declaró al asumir su mandato “que no venía a gobernar para las corporaciones”, nos sentimos convocados cuando llamó a movilizarnos contra los aumentos indiscriminados de la petrolera Shell, apoyamos la creación de la nueva empresa estatal de energía Enarsa, la sanción parlamentaria de la leyes de protección de los bosques y la de los glaciares. Desde los principios del período menemista repudiamos a la Corte Suprema que legitimó cada una de las maniobras, muchas de ellas claramente anticonstitucionales, que legalizaron la entrega de nuestro patrimonio nacional. Nos movilizamos desde finales de los 90 y a principios de esta década, junto a miles de personas que realizaron cientos de manifestaciones pidiendo la renuncia de esos jueces corruptos que constituían la vergonzosa “mayoría automática” que respondía directamente a las órdenes de Carlos Menem. Por eso valoramos como un paso adelante en el camino de recuperar una institucionalidad democrática mas transparente, le decisión del Presidente Kirchner de promover su reemplazo inmediato. Ya en los años ’80 decíamos que las estructuras de los partidos tradicionales estaban agotadas como vías para desarrollar participación popular en pos de producir cambios progresivos en la estructura de nuestra sociedad. Los compromisos asumidos con las políticas neoliberales por la UCR y el PJ, cristalizadas en el tristemente célebre Pacto de Olivos, corroboraron largamente esas previsiones. Durante todo el proceso de resistencia a la depredación neoliberal siempre encontramos a sus principales referentes en puestos ejecutivos o legislativos poniendo en funcionamiento las medidas que arrasaron con derechos y conquistas de los sectores populares, traicionando una y otra vez sus promesas electorales. Por eso, junto a millones de argentinos, les exigimos “que se vayan todos” durante las jornadas de diciembre de 2001 y en los meses posteriores. Creímos que se presentaba una oportunidad histórica para acelerar los tiempos de una construcción alternativa cuando el Kirchnerismo llamó a desarrollar una nueva fuerza política diferenciada de aquellas “estructuras corruptas” (sic Néstor Kirchner) y allá fuimos con un conjunto de organizaciones políticas y sociales a hacer el esfuerzo necesario para que eso fuera posible. Quien quiera oir y ver, que mire y escuche

Desde la instauración de la dictadura en 1976 hemos atravesado múltiples situaciones diferentes en el contexto de un mundo que sufrió profundas transformaciones. Tuvimos duras derrotas, perdimos conquistas y derechos, muchas de los cuales después recuperamos y/o estamos en camino de lograrlo. Pasamos momentos de gran alegría matizados por otros signados por decepciones profundas. Elegimos una y otra vez representantes que nos traicionaron, aunque siempre hubo otros que se esforzaron por mantener la consecuencia. A principios de los ’90 cuando el menemismo copó todas las estructuras de la sociedad, a caballo de la confusión generada por que llegaba al gobierno en nombre del peronismo embanderado en sus consignas históricas, en el ominoso contexto internacional signado por la caída del muro, se instaló la famosa idea de que la reconversión neoliberal era una aplanadora imparable. Nosotros recurrimos a la historia de nuestro pueblo para explicar que más temprano que tarde esa supuesta aplanadora iba a chocar con otro muro: el de la resistencia popular. Es que cuando pensamos en Historia (con mayúscula) pensamos en la Historia de las Luchas Populares, y allí estaba para los que querían verlos, hechos sucedidos en las anteriores cuatro décadas que podían dar una idea bastante aproximada de cual sería el devenir. Desde la resistencia peronista a la fusiladora del 55 y el cordobazo en 1969, pasando por las movilizaciones contra el gobierno desarrollista de Frondizi y las miles de tomas de fábricas contra el ilegítimo gobierno radical de Arturo Illia; desde las manifestaciones de decenas de miles jóvenes con la consigna de la unidad obrero- estudiantil que terminaron con la dictadura de Onganía, hasta la gesta del Che y la Revolución Cubana que se metieron en el corazón y la mente de varias generaciones de argentinos dispuestos a entregar su vida por un cambio revolucionario. Allí, en esa historia que era tan reciente, tan vívida y transparente, estaba todo lo necesario para entender que lo de la famosa aplanadora neoliberal, era un artificioso recurso propagandístico de los enemigos del pueblo, sin fundamento objetivo, destinado a obnubilar nuestras mentes, oscurecer nuestros corazones y doblegar la voluntad de resistencia. Hoy tenemos una diferencia sustancial con un conjunto de compañeros y organizaciones del campo popular en la interpretación del significado de los derechos y conquistas recuperadas desde el 2002-2003 en adelante, y obviamente sobre el kirchnerismo mismo.

Una mirada superficial de los últimos años de la Historia Argentina podría reflejar un panorama caótico, incoherente, cuyos saltos y sobresaltos dependieron exclusivamente -o por lo menos casi- de la voluntad de los gobernantes de turno. Como siempre, el hilo conductor que encadena una explicación coherente de períodos políticos que se suceden inmediatamente, pero que sin embargo son tan disímiles entre sí, es el proceso de lucha desarrollado desde los sectores populares, con los consiguientes avances y retrocesos que se expresan en los niveles de acumulación política y social, reflejados en las debilidades y fortalezas de las formas organizativas que se van construyendo, y en la interacción que éstas desarrollan con los gobiernos que se van sucediendo. Y desde esta perspectiva es posible tener una visión más acertada sobre los andariveles que pueden evolucionar las futuras situaciones. En cambio, es mucho mas probable que nos equivoquemos, y quedemos presos de las sensaciones e impresiones que pueden ser pesimistas u optimistas- que nos provocan las realidades coyunturales, si en nuestro análisis predomina la idea de observar el conjunto de los fenómenos políticos y sociales, bajo el prisma de las características y voluntades de los gobernantes de cada uno de estos períodos. Sin negar los méritos de Kirchner, que al asumir su mandato presidencial manifestó una clara voluntad de impulsar cambios importantes respecto a las políticas públicas que habían predominado en las décadas de control neoliberal del estado, cada una de las decisiones progresistas tomadas por su gobierno, fueron precedidas de luchas y movilizaciones que las venían reclamando desde hacía años, lo cual explica el rápido consenso obtenido en los primeros meses de mandato. Esas luchas trajeron, además, importantes

aprendizajes

que

nos

permiten

discernir

entre

las

medidas

que

verdaderamente implican cambios de fondo, y aquellas que significando progresos, pueden ser pasos intermedios en camino a transformaciones mas profundas, o solo constituirse en meros paliativos para ganar tiempo y sostener el continuismo.

El agotamiento del proyecto nacional Aplaudimos la quita del 65% que produjo el canje de los bonos de deuda externa en el 2005 complementada con la ley que prohibía para siempre su reapertura, y la decisión de no recurrir a nuevas emisiones de bonos en un mercado financiero internacional que siempre termina imponiendo condiciones que abortan toda posibilidad de desarrollo

nacional. Por eso no nos parecen positivas medidas que van en sentido inverso, como reabrir el canje para volver al mercado financiero internacional aprobando nuevas emisiones de bonos de la deuda pública que aceptan la jurisdicción de tribunales Londres o Nueva York; o pagar con reservas las cuotas de la deuda externa que se vencen este año, en un contexto de crecientes dificultades producidas por una crisis internacional que acota la entrada de recursos genuinos al país. Ni tampoco que fueran progresistas las declaraciones de la presidenta[1] asegurándole enfáticamente a los monopolios financieros que hará todos los sacrificios necesarios para sacar al país del default, parafraseando el tristemente célebre discurso de Carlos Pellegrini de finales del siglo XIX, prometiéndole a los acreedores británicos hacer todo lo necesario para “honrar la deuda argentina”.[2] Pensamos que el default vigente en los años de crisis lejos estuvo de perjudicarnos, sino que nos benefició largamente, y que en la actualidad las reservas hay que usarlas para impulsar el desarrollo nacional. Como no creemos en el Libre Comercio, no vemos con buenos ojos el relanzamiento de las negociaciones para acordar un TLC entre la Unión Europea y el Mercosur, que sólo servirá para que las potencias de aquella región nos trasladen mas rápida y directamente la crisis que las agobia. Es innegable que fue un fuerte retroceso el veto presidencial a la ley de glaciares, lo que significa avalar la persistencia a rajatabla de la minería a cielo abierto que produce daños irreparables al medio ambiente en la zona cordillerana, y promueve la continuidad del saqueo de nuestros recursos naturales en términos similares a la época colonial y a los mas recientes años ’90. En la misma línea está la negativa a reglamentar la ley de bosques que impide su entrada en vigencia, y permite que sigan los desmontes indiscriminados de inmensas extensiones de bosques y reservas naturales para masificar aun mas las plantaciones de soja. No hay nada justifique que después de siete años con un gobierno que dice encarnar un proyecto nacional y popular se haya profundizado la diferencia de ingresos entre ricos y pobres. Lo que significa que la distribución de los ingresos nacionales, que aumentaron hasta hacer crecer en un 50% el PBI desde 2002-2003 hasta acá, fue claramente favorable a los sectores mas concentrados. Y esto sucede a pesar de que se crearon millones de puestos de trabajo, porque el estado permite que la mitad de ellos en el sector privado estén en negro y en condiciones precarizadas, situación en la que se mantienen cientos de miles de empleados públicos nacionales, provinciales y municipales. Las amañadas

estadísticas oficiales no pueden esconder la permanencia de bolsones de pobreza e indigencia que alcanzan a millones de compatriotas, situación que no altera esencialmente la reciente implementación de la Asignación Universal por Hijo, y que no puede esconder la falta de políticas activas para incorporar a esta porción sustancial de nuestra población al proceso productivo. Es que el actual modelo económico asienta su desarrollo en la agro exportación, principalmente de soja, y en una industrialización absolutamente dependiente que tiene en la producción automotriz a una de sus columnas vertebrales. Industria que las transnacionales la han ido convirtiendo en poco mas que una gran maquila, en armadurías a base de autopartes importadas, y cuyos productos terminados son vendidos crecientemente en el mercado externo, generando una peligrosa ecuación que no cierra para los intereses nacionales, ya que ha medida que aumentan la producción y las exportaciones, las importaciones y la consiguiente salida de recursos del país, crecen en mayor proporción. A lo que hay que agregar que las decisiones sobre las fábricas asentadas en nuestro territorio: si se mantienen o se cierran, se agrandan o achican, se toman en las casas matrices sin ningún condicionamiento nacional. También hay que tener en cuenta que en el período kirchnerista se prolongaron y extendieron las concesiones a las multinacionales que controlan nuestros recursos petroleros y mineros, en condciones iguales y/o peores que las establecidas en la época menemista; no se modificaron las leyes financieras que vienen de la dictadura que favorecen la especulación y facilitan la indetenible fuga de capitales; no se cambiaron las regresivas reglamentaciones fiscales que gravan a los mas pobres (se paga IVA en productos como la leche y el pan) y exceden de pagar impuestos a los mas ricos(están excedidos de pagar todo impuesto las explotación minera y las transacciones financieras). Es difícil pensar entonces que en el pensamiento de los que encabezan este modelo económico esté construir un modelo nacional y popular, que fortalezca la soberanía, y avance en la distribución equitativa del ingreso, promoviendo la inclusión. Una cosa es invertir en exclusividad los escasos recursos que el estado captura -en proporción a los que siguen obteniendo los monopolios nativos y extranjeros- en mantener el consumo sin contrapartida equivalente en inversiones productivas, con el único fin de sostener el control de una situación política adversa. Otra cosa muy diferente sería impulsar el incremento de los ingresos fiscales mediante una reforma impositiva progresiva, buscando la incorporación de millones de compatriotas al proceso

productivo del que siguen excluidos, mediante inversiones en la educación y la salud públicas, combinadas con una política de crédito destinada principalmente a las Pymes, apuntando no sólo a generar nuevas fuentes de trabajo, sino también a desmonopolizar el mercado. Sino hay un desarrollo productivo que rompa el predominio cada vez mas ostensible de los monopolios nativos y extranjeros sobre la economía argentina –ya sea mediante la creación de empresas del estado, como del impulso de las Pymes- el modelo nacional es inviable, pues la capacidad de decisión del estado es limitada, y los recursos destinados a promover el consumo vía asignación universal o aumentos de salarios, son rápidamente recuperados por los que tienen el monopolio de la producción, la importación, y la comercialización desde los alimentos a los automóviles, y los textiles. Todos sabemos que no hay modelo soberano sin recuperación de los recursos naturales, y de los principales resortes de la economía, y no hay justicia social sin redistribución del ingreso.

La viabilidad de una contraofensiva de la derecha es la parálisis de la movilización “La derecha ha sufrido un golpe político, ha perdido el mando del Estado, ha perdido la capacidad de seducir estatalmente a la sociedad, pero tiene mucho poder económico todavía. Es distinta la forma de consolidación del punto de bifurcación cuando es el sector popular el derrotado, política y materialmente, que cuando se trata del sector empresarial, porque puede perder en lo político pero conserva poder económico que le permite tener poder de veto permanente. Entonces, ahí sigue ese adversario, fragmentado, desorientado, pero como adversario, y con capacidad de bloqueo.”(Álvaro García Linera, Le Monde Diplomatique de Bolivia. Setiembre de 2009.) La conclusión del vicepresidente de Bolivia a pocos días de haberle infringido una durísima derrota a la derecha de su país, al lograr sancionar la nueva constitución del estado, viene a corroborar la experiencia transcurrida en una década de gobiernos que en América Latina intentan tomar distancias del neoliberalismo de los 90. La derecha es poderosa aun en el momento que sufre fuertes derrotas políticas, entre otras cosas porque conserva poder económico –esto seguirá siendo así en los próximos años en un mundo dominado por el capitalismo- desde el que está en condiciones de reorganizarse políticamente y eventualmente emprender nuevos contraataques. Este dato, que es insoslayable para la conducción del bloque que intente desarrollar un modelo nacional y

popular en alguno de nuestros países, en condiciones internacionales adversas –aun cuando las regionales sean favorables- no es una novedad, la cuestión es como abordar esta situación. Aquí sería útil introducir algunas disquisiciones sobre los diferentes procesos. Porqué la derrota de la Concertación en Chile, mientras que en el mismo período fueron reelegidos el Mas con Evo en Bolivia, el Frente Amplio con Pepe Mujica en Uruguay, y Rafael Correa obtenía sucesivos triunfos político-electorales. Las diferencias entre unos y otros las veníamos apuntando desde hace años. El gobierno de la concertación chilena era un mero administrador de la continuidad de una estructura económica neoliberal que no se modificó en casi nada, asentado en el sistema electoral binominal heredado del pinochetismo, lo que produjo su inevitable debilitamiento, de la mano de una extendida decepción entre vastos sectores populares que le dieron su apoyo durante dos décadas. En cambio en Bolivia, Ecuador, Venezuela, Uruguay, sus gobiernos produjeron cambios importantes, en algunos casos produciendo transformaciones estructurales. El hecho de que la derecha es poderosa no significa que la correlación de fuerzas sea inalterable, por el contrario, la experiencia demuestra claramente que en los países en los que las políticas de los gobiernos progresistas concretaron cambios profundos tanto económicos como políticos (desde estatizaciones y nacionalizaciones a reformas constitucionales), los embates de los grupos mas concentrados no pudieron torcer el rumbo progresivo. Es que al momento de asumir los gobiernos, en todos los casos las fuerzas populares se encontraron con estructuras políticas y económicas adversas, consecuencia de décadas de predominio neoliberal. Producir cambios en ellas es una cuestión de vida o muerte para la vigencia y desarrollo de proyectos alternativos. ¿Cuál fue la visión de la conducción del MAS en aquél momento de victoria para el campo popular? “Yo no creo, no obstante, que la oposición haya sido desbaratada definitivamente. La oposición hoy no tiene un proyecto de poder, carece de discurso movilizador con efecto estatal pero tiene aún mucho poder económico, mucho poder mediático y tiene un poder de veto gigante en muchas cosas. Sigue siendo un adversario riesgoso… La derecha ha sufrido un golpe político, ha perdido el mando del Estado, ha perdido la capacidad de seducir estatalmente a la sociedad, pero tiene mucho poder económico todavía.” (ídem) De esta seria advertencia que responde a un estricto y objetivo análisis de la realidad, pueden sacarse dos conclusiones que van a dar como resultados la búsqueda de dos

caminos diferentes: una, el de tener miedo a mayores confrontaciones, pensando que como la derecha es fuerte hay que negociar con ella respetándole significativos espacios de poder a los que no podremos acceder nunca; otra, no bajar la guardia jamás, comprender que los momentos de negociación, y eventualmente de tregua, son siempre transitorios, porque los poderosos no establecen acuerdos expresos o implícitos para respetarlos, sino para tomarse un respiro y volver buscar recuperar posiciones perdidas o ganar nuevas. Ya esto constituye la naturaleza misma del pensamiento neoliberal que es la concepción que por estos tiempos mejor expresa las aspiraciones de los monopolios imperialistas. La defensa de los intereses nacionales y populares exige de los que impulsamos proyectos que se proponen representarlos, claridad absoluta en este aspecto. Intentar atajos que supuestamente implicarían evitar enfrentamientos o pensar que se pueden transitar alternativas sin producir cambios políticos y económicos estructurales, es ir inevitablemente por un camino de derrota. Uno de los argumentos preferidos de los que proponen poner el objetivo principal en sostener la actual situación en vez de profundizar los cambios, es el anuncio desde hace años de una inminente contraofensiva imperialista. Manifestación de ésta serían el golpe de estado en Honduras, la reinstalación de la cuarta flota, el acuerdo de EEUU con Colombia para la apertura de nuevas bases militares yanquis, el mantenimiento del bloqueo a Cuba, y las victorias electorales de la derecha en Colombia y Chile. Pero esta visión de la situación latinoamericana que habla de una contraofensiva yanqui que incluye la posibilidad de intervención militar, no contiene en sus análisis los sucesivos triunfos electorales en Ecuador, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Uruguay, y ahora la anunciada tercera reelección del PT en Brasil. Tampoco dice que la apertura de nuevas bases en Colombia, es consecuencia del cierre de las que tenía EEUU en Ecuador, y que todo esto fue largamente discutido en la Unasur, en un debate entre los presidentes trasmitido en directo por televisión a todo el mundo, donde el colombiano Álvaro Uribe tuvo que proporcionar explicaciones dando garantías que no serían utilizadas para intervenir en la región, hecho que no había sucedido nunca desde que EEUU se convirtió en potencia dominante sobre la región. Más difícil de explicar es, como se conjuga esta supuesta contraofensiva con la crisis económica que en los últimos años viene golpeando sin pausas a todas las potencias del norte sin excepción, y que no sólo coloca enormes dificultades en sus funcionamientos económicos, sino también pone en tela de juicio los fundamentos del propio modelo neoliberal que encarnan. Sin dejar de ver que el

imperialismo

siempre

está

al

acecho

para

apuntalar

todo

tipo

de

opciones

desestabilizadoras que aprovechen los límites y debilidades de los procesos progresistas, creemos que los yanquis hoy tienen dificultades para apoyar abiertamente en América Latina –como lo hicieron durante todo el siglo XX- opciones que burlen la voluntad popular expresada en los procesos de cambio en curso. Una cosa es no perder de vista jamás “que no se puede confiar en el imperialismo, pero ni tantico así, nada." [3] Otra muy distinta es verlo como invencible y en definitiva no valorar en su justa medida la acumulación política atesorada desde la que en la últimos años los sectores pulares le disputamos la hegemonía político-ideológica al neoliberalismo en la región. La clave para defender la continuidad de los gobiernos elegidos democráticamente, pasa por el sostenimiento del consenso político que los llevó a ganar las elecciones, y la experiencia que se viene dando indica que éste se mantiene y se fortalece, cuando los gobiernos populares profundizan las transformaciones, aun a costa de subir los niveles de confrontación con las minorías que defienden sus privilegios, y con el propio imperialismo yanqui cuando éste comanda acciones conspirativas abiertas o encubiertas. Si hay un ejemplo nítido en América Latina que busca evitar producir cambios en sectores claves de las estructuras políticas y económicas, y por ello termina perdiendo lastimosamente el consenso popular acumulado en sus primeros tiempos de gobierno, es el proceso seguido por el kirchnerismo en la Argentina.

Nadie nos regaló nada Las movilizaciones que atravesaron nuestro territorio en los últimos 35 años y posibilitaron la recuperación de derechos y conquistas en lo que va de esta década, lejos de detenerse por el conformismo o el miedo a que si avanzamos podemos perder lo obtenido, se van multiplicando. Los que luchamos por los derechos de los trabajadores, por la democracia sindical y la vigencia plena de los DDHH, seguimos reclamando por la personería de la CTA, denunciando la reedición del sindicalismo empresario de los ’90, esta vez a través de Hugo Moyano; contra las persecuciones y los despidos de los compañeros y compañeras que luchan, y la vigencia de la precarización laboral en los ámbitos públicos y privados. A la vez que nos movilizamos apoyando la continuidad de los juicios a los genocidas, nos manifestamos contra la reinstalación, cada vez mas ostensible, de la política del gatillo fácil que persigue y asesina a los jóvenes, denunciando el mantenimiento de la estructura policial heredada de la dictadura, que

distribuye la droga, resguarda la trata de personas y todo tipo de delitos. Que es cómplice de las organizaciones políticas tradicionales que el kirchnerismo prometió renovar, y cuenta con el amparo de una corporación judicial de la que solo cambió la cúpula. Seguimos luchando por la redistribución del ingreso, reclamando trabajo genuino desde un movimiento de desocupados que rechaza las inmorales prácticas del clientelismo, por el derecho a tener salud y educación públicas dignas, denunciando la persistencia del abandono del estado en la atención de millones de argentinos, que están contemplados sólo como ejemplo de los que les puede pasar, si pierden el trabajo por reclamar por sus derechos enfrentando a las estructuras políticas y sindicales oficiales. En los 80 festejamos el regreso a la democracia, apoyamos la consigna de que con la “democracia se cura se educa y se come”, pero repudiamos y nos movilizamos contra los ajustes que vinieron de los sucesivos planes económicos alfonsinistas que iban en sentido contrario. Apoyamos el juicio a las juntas militares, y fuimos a rodear los cuarteles contra los militares que se alzaban contra la democracia. Pero rechazamos y nos manifestamos una y otra vez contra las leyes de punto final y obediencia debida, y rechazamos la nefasta teoría de los dos demonios. Éramos concientes que Alfonsín no nos había regalado la democracia, que la habíamos reconquistado con la fuerza de nuestra lucha, y que de nosotros dependía su permanencia y profundización. En el inicio de este siglo, supimos que Duhalde no nos regalaba los planes sociales que puso en vigencia cuando asumió la presidencia y que empezaron a ser un paliativo para la acuciante situación que vivían millones de compatriotas. Por eso lo enfrentamos cuando quiso restringirnos y acallar la continuidad de nuestros justos reclamos. Tampoco Kirchner nos regaló la política de DDHH que llevó a la cárcel a decenas de genocidas, ni la extensión y profundización de las políticas sociales, ni los millones de puestos de trabajo que se generaron en estos años. Ni el anuncio de renovación política, ni la política exterior que rompió con la de relaciones carnales con EEUU. Entonces cuando fue inconsecuente en las políticas para renovar las fuerzas de seguridad, en el impulso de la redistribución, en la renovación de políticas y políticos a los que en el 2001 les exigimos que se vayan, y en la instrumentación de las medidas indispensables para la refundación de un proyecto nacional, fuimos por la construcción de otras alternativas, que empezaron a emerger en las legislativas de 2009. En los 90 denunciamos incansablemente al menemismo que degradó la política como acto de servicio, como práctica militante, y la convirtió en una carrera profesional individual

en la que todo vale en pos de llegar a la cima. Aquellas imágenes de Menem fotografiado con automóviles de lujo, o construyéndose mansiones suntuosas para uso personal, mientras la desocupación crecía a niveles incontrolables, y todos los días salían a la luz actos de corrupción cometidos en todos los niveles de su gobierno, eran el símbolo de una impunidad que se mostraba abiertamente para banalizar y naturalizar todos estos hechos repudiables. Los Kirchner no están muy alejados de aquellas prácticas cuando declaran que su patrimonio personal que al momento de asumir en 2003 ascendía a poco mas de seis millones de pesos, hoy se eleva a cuarenta y seis millones, justificando su crecimiento en operaciones inmobiliarias, o sea en actividades especulativas. Los que encabezan la construcción de un modelo nacional, que declama tener en la reindustrialización uno de sus pilares fundamentales, se enriquecen mediante actividades especulativas septuplicando su patrimonio en los siete años que llevan ocupando la presidencia. Peor aun es la justificación de algunos de sus voceros supuestamente progresistas, diciendo que está bien que esto suceda porque solo siendo muy ricos, Néstor y Cristina podrán resistir las presiones a que están sometidos. O sea que para enfrentar a los más poderosos hay que ser ricos. [4] Justificaciones truchas de pura cepa neoliberal. La rápida descomposición del gobierno de De la Rua empezó desde el primer día que se instaló, y todo su mandato se convirtió en la crónica de una muerte anunciada. No obstante eso, numerosos sectores que lo integraron provenientes del campo progresista, sostuvieron hasta el final que había que resguardarlo porque era mejor que el fenecido menemismo, y lo acompañaron hasta la puerta del helicóptero defendiendo la posición que era el mal menor. Las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 terminaron definitivamente con aquél debate. Nuevamente los hechos de la realidad están allí, para el que quiera verlos y oirlos. El recurso de meter miedo a perder lo obtenido para impedir nuevos avances, fue largamente utilizado desde el ’83 en adelante. Alfonsín con la amenaza del regreso de los militares. Menem con el fantasma de la inflación. Actualmente con la consigna de “kirchnerismo o restauración conservadora”. Otra vez se echa mano del. recurso de atemorizar para defender el statu quo. No es posible que los que dicen impulsar políticas progresistas que sólo pueden llevarse a cabo sobre la base de la movilización y la lucha, busquen desmovilizar y atemorizar con el caballito de batalla de que se viene la derecha, atacando a las organizaciones populares que reclaman por sus derechos acusándolas de divisionistas y desestabilizadoras, pretendiendo debilitarlas y sacarlas de la calle.

Hoy es claro que el que perdió capital político es el gobierno, y no las organizaciones populares que una vez mas, reemprenden el camino de las movilizaciones para seguir recuperando derechos y conquistas, y buscando construir nuevas alternativas políticas, que sin perder amplitud, expresen las aspiraciones de renovación que se manifestaron en las jornadas de diciembre de 2001. Este pueblo no está en vigilia, atrincherado, temeroso de perder lo conseguido. No nos conformamos con que esto es lo posible. Estamos en la búsqueda de nuevos canales de participación y movilización que nos permitan sentar las bases de un Nuevo Proyecto Nacional y Popular.

Isaac Yuyo Rudnik Movimiento Libres del Sur Junio de 2010 [1] Las deudas que esta Presidenta quiere pagar y va a pagar con las reservas del Banco Central, en el marco de lo que dice la Constitución y la propia Carta Orgánica del Banco Central se encuentran depositadas en las cuentas de Economía. Quiero asegurarles a todos aquellos que son acreedores de la Argentina que van a cobrar sus deudas, que no voy a permitir que un juez defaultee la deuda, ya la defaulteó otro presidente y esto ocasionó graves, gravísimos perjuicios a todos los argentinos y al erario público. Discurso de Cristina Fernández de Kirchner por cadena nacional 5/03/2010

[2] El día que dejemos de pagar ese servicio quedaremos anotados en la bolsa de Londres como fallidos fraudulentos y no seremos nada ni nadie. Seremos una Nación sin crédito y sin honra(…)Si la República Argentina falta a sus compromisos, no se levantará en 30 años, y si paga ahora en crédito ahora con honor, crecerá su crédito mañana inmensamente. Reportaje a Carlos Pellegrini, La Nación, 15 de noviembre de 1890. [3] El Che habla de Patrice Lumumba, el Congo y el Imperialismo.12/12/1964 [4] "Hay que tener un patrimonio muy grande, una vida ya hecha, saldada, que tus hijos y nietos no te van a poder reprochar por tu actividad política, peleándote con el establishment" Diputada Nacional Diana Conti, 03/02/2010. Canal 26

ANEXO

Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicación

EMERGENCIA DE CULTURAS JUVENILES ESTRATEGIAS DEL DESENCANTO Rossana Reguillo Cruz Reguillo Cruz, r. Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del desencanto. Buenos Aires: Norma, 2000 Grupo Editorial Norma Barcelona, Buenos Aires, Caracas. Guatemala, Lima. México, Panamá, Quito. San José, San Juan, San Salvador Santafé de Bogotá. Santiago

Soy anarquista. soy neonazi, soy un esquinjed y soy ecologista. Soy peronista, soy terrorista, capitalista y también soy pacifista / Soy activista sindicalista, soy agresivo y muy alternativo. Soy deportista, politeísta y también soy buen cristiano / Y en las tocadas la neta es el eslam pero en mi casa si le meto al tropical... Me gusta tirar piedras, me gusta recogerlas, me gusta ir a pintar bardas y después ir a lavarlas. CAFÉ TACUBA

Me llaman el desaparecido / que cuando llega ya se ha ido volando vengo volando voy / deprisa deprisa a rumbo perdido. / Cuando me buscan nunca estoy / cuando me encuentran yo no soy / el que está enfrente porque ya / me fui corriendo mas allá. Me dicen el desaparecido / fantasma que nunca esta / me dicen el desaparecido / pero esa no es la verdad / llevo en el cuerpo un dolor / que no me deja respirar / llevo en el cuerpo una condena que siempre me echa a caminar. MANU CHAO

Introducción

A la juventud la conmueve aquello que la política, en gran parte, excluye: ¿Cómo frenar la destrucción global del medio ambiente? ¿Cómo puede ser conjurada, superada la desocupación, la muerte de toda esperanza, que amenaza, precisamente, a los hijos del bienestar? ¿Cómo vivir y amar con el peligro del sida? Cuestiones todas que caen por los retículos de las grandes organizaciones políticas... Los jóvenes practican una denegación de la política altamente política. ULRICK BECK (1999) En América Latina, los testimonios cotidianos que evidencian su irrenunciable búsqueda de una sociedad más inclusiva y democrática se estrellan contra el creciente deterioro económico, la incertidumbre y la fuga del futuro. El debilitamiento de los mecanismos de integración tradicional (la escuela y el trabajo, centralmente) aunado a la crisis estructural y al descrédito de las instituciones políticas, genera una problemática compleja en la que parecen ganar terreno la conformidad y la desesperanza, ante un destine social que se percibe como inevitable. Es en este contexto donde adquiere relevancia la pregunta por las formas organizativas juveniles, por sus maneras de entender y ubicarse en el mundo, por los diversos modos en que se asumen ciudadanos. Los jóvenes se han autodotado de formas organizativas que actúan hacia el exterior -en sus relaciones con los otros— como formas de protección y seguridad ante un orden que los excluye y que, hacia el interior, han venido operando como espacios de pertenencia y adscripción identitaria, a partir de los cuales es posible generar un sentido en común sobre un mundo incierto. La anarquía, los graffitis urbanos, los ritmos tribales, los consumes culturales, la búsqueda de alternativas y los compromisos itinerantes, deben ser leídos como formas de actuación política no institucionalizada y no como las practicas mas o menos inofensivas de un montón de desadaptados. Entre los jóvenes, las utopías revolucionarias de los setenta, el enojo y la frustración de los ochenta, han mutado de cara al siglo veintiuno, hacia formas de convivencia que, pese a su acusado individualismo, parecen fundamentarse en un principio ético-político generoso: el reconocimiento explicito de no ser portadores de ninguna verdad absoluta en nombre de la cual ejercer un poder excluyente. Por ello, principalmente, este es un libra sobre jóvenes. Pese a las diferencias entre los distintos tipos de adscripción identitaria que dan forma al territorio de las culturas juveniles, algunas de cuyas manifestaciones se analizan en este libro, parece haber una constante: el grupo de pares, que opera sobre la base de una comunicación cara a cara, se constituye en un espacio de confrontación, producción y circulación de saberes, que se traduce en acciones. De maneras diversas, con mayor o menor grado de formulación, lo que caracteriza a estas grupalidades es que han aprendido a tomar la palabra a su manera y reapropiarse de los instrumentos de comunicación. Por ello, este es un libro de y sobre la comunicación. La consigna "no hay futuro", que ha operado como bandera interclasista entre los jóvenes (por diferentes motivos), que señalaría por tanto que todo presente es absurdo parece estar cambiando por la de "no habrá futuro", a menos que podamos intervenir a tiempo, como coinciden diferentes colectivos juveniles. Ello significa pensar y actuar en el presente a partir del compromiso con uno mismo, con el grupo y con el mundo. Por ello, este es un libro sobre un futuro que no puede renunciar a la memoria. En el caótico paisaje político y social que nos desvela, conviene tener en cuenta la pregunta acerca de quien o quienes están socializando para la vida; donde los espacios inclusivos que den un lugar a la diversidad; donde los procesos articuladores que integren en la esfera publica las diversas voces y esfuerzos cotidianos. Reconocer la densidad (y la complejidad) de un tejido social conformado por una multiplicidad de colectivos que están dinamizando día a día la sociedad, requiere estudiar las formas organizativas que "desde abajo" platean propuestas de gestión y de acción, aunque estas escapen a las formas tradicionales de concebir el ejercicio político y a sus escenarios habituales. Por ello, este es un libro que quiere aludir n las transformaciones de la escena política. Metodológicamente en este libro se ha utilizado un modelo múltiple, cuyo componente central radica en las dimensiones discursivas de la acción. A lo largo de varios años he dado seguimiento a muchos y muy diversos colectivos juveniles, priorizando los espacios y los tiempos en que pasan a un estado activo y visible en el

espacio publico. Se utiliza la observación, la entrevista en profundidad, tanto individual como colectiva y, de manera privilegiada el grupo de discusión, como dispositivos metodológicos que han permitido, simultáneamente, situar al actor y penetrar el universo de sus representaciones. Analizar, desde una perspectiva sociocultural, el ámbito de las prácticas juveniles, hace visibles las relaciones entre estructuras y sujetos, entre control y formas de participación, entre el momento objetivo de la cultura y el momento subjetivo. Intentar comprender los modos en que cristalizan las representaciones, valores, normas, estilos, que animan a los colectivos juveniles, es una apuesta que busca romper con cienos "esteticismos" y al mismo tiempo con esa mirada "epidemiológica" que ha pesado en las narrativas construidas alrededor y sobre los jóvenes. El enfoque sociocultural implica, entonces, historicidad, es decir miradas de largo plazo y, necesariamente, una problematización que atienda lo instituyente, lo instituido y el movimiento. Las impugnaciones que los jóvenes le plantean a la sociedad están ahí, con sus fortalezas y debilidades, con sus contradicciones y sus desarticulaciones. Las culturas juveniles actúan como expresión que codifica, a través de símbolos y lenguajes diversos, la esperanza y el miedo. En su configuración, en sus estrategias en sus formas de interacción comunicativa, en sus percepciones del mundo hay un texto social que espera ser descifrado: el de una política con minúsculas que haga del mundo, de la localidad, del futuro y del día un mejor lugar para vivir. De todo ello trata este libro. Muchas deudas se han acumulado a lo largo del trayecto. Mi agradecimiento y reconocimiento a Aníbal Ford, inteligente y generoso interlocutor, en estos tiempos donde abunda el simulacro y escasea la palabra. A Renato Ortiz, a Néstor Garcia Canclini y a Jesús Martin Barbero, con quienes la aventura de pensar es siempre un desafío placentero; a Jose Manuel Valenzuela y Alonso Salazar, cómplices de tantas lunas y socios en la incertidumbre; a José Antonio Perez Islas, que sabe ponerle nombre al compromiso; a Mónica Valdés, que nunca se agota en el intento; a los intelectuales "defenos", Adrián de Garay, Cesar Gisneros, Alfredo Nateras, Maritza Urteaga, por las críticas fecundas y los problemas en que me ponen sus preguntas; a Alejandra Navarro, Arsi Quevedo, Irene Rojas y Margarita Hernández, mis asistentes de investigación en diferentes momentos del proceso, por su talento y generosidad; y, por supuesto, a la banda: el Benja, el Guilligan, el Pelos, el Héctor, el Sotelo y muchos otros que han sabido ser, además de mis sensibles guías, mis amigos en esta travesía. Guadalajara, México Mayo de 2000

CAPITULO 1 PENSAR LOS JOVENES. UN DEBATE NECESARIO

Adoptar el punto de vista de los oprimidos o excluidos puede servir, en la etapa del descubrimiento, para generar hipótesis o contrahipótesis, para hacer visibles campos de lo real descuidados por el conocimiento hegemónico. Pero en el momento de la justificación epistemológica conviene desplazarse entre las intersecciones, en las zonas donde las narrativas se oponen y se cruzan.... El objetivo final no es representar la voz de los silenciados sino entender y nombrar los lugares desde donde sus demandas o su vida cotidiana entran en conflicto con los otros, NÉSTOR GARCIA CANCLINI (1997)

Los jóvenes han sido importantes protagonistas de la historia del siglo XX en diversos sentidos. Su irrupción en la escena pública contemporánea de América Latina puede ubicarse en la época de los movimientos estudiantiles de finales de la década de los sesenta... Aunque en ese entonces fueron mas propiamente pensados como "estudiantes", empezaba a ser claro que un actor social que tendía a ser visto con temor o con romanticismo y que había sido "construido" por una pujante industria cinematográfica como un "rebelde sin 1

causa" , afirmaba, 1 En 1955, James Dean protagonizo dirigido por Nick Ray, la película que contribuyó a configurar el imaginario social de la juventud

a través de sus expresiones, una voluntad etc. participar como actor político de manera enfática, los movimientos estudiantiles vinieron a señalar los conflictos no resueltos en las sociedades "modernas" y a prefigurar lo que sería el escenario político de los setenta. Cuando muchos jóvenes se integraron a las guerrillas y a los movimientos de resistencia, en distintas partes del continente, fueron pensados como "guerrilleros" o "subversivos". Al igual que en la década anterior, el discurso del poder aludió a la manipulación a que eran sometidos "los jóvenes" por causa de su "inocencia" y enorme "nobleza", como atributos "naturales" aprovechados por oscuros intereses internacionales. La derrota política, pero especialmente simbólica, aunada al profundo desencanto que generó el descrédito de las banderas de la utopía y el repliegue hacia lo privado, volvieron prácticamente invisibles, en el terreno político, a los jóvenes de la década de los ochenta. Mientras se configuraba el "nuevo" poder económico y político que se conocería como neoliberalismo, los jóvenes del continente empezaron a ser pensados como los "responsables" de la violencia en las ciudades. Desmovilizados por el consumo y las drogas, aparentemente los únicos factores "aglutinantes" de las culturas juveniles, los jóvenes se volvieron visibles como problema social. 2

Los chavos banda , los cholos y los punks en México; las maras en Guatemala y El Salvador, los grupos de sicarios, bandas y parches en Colombia los landros de los barrios en Venezuela, los favelados en Brasil, empezaron a ocupar espacios en la nota roja o policíaca en los medios de comunicación y a despertar el 3

interés de las ciencias sociales . Al finalizar la década de los ochenta y en los tempranos noventa, una nueva operación semántica de bautizo estaba en marcha: se extendía un imaginario en el que los jóvenes eran construidos como "delincuentes" y "violentos". El agente manipulador de esta etapa, seria la "droga". Así arranco la última década del siglo XX. "Rebeldes", "estudiantes revoltosos", "subversivos", "delincuentes" y "violentos", son algunos de los nombres con que la sociedad ha balizado a los jóvenes a partir de la última mitad del siglo. Clasificaciones que se expandieron rápidamente y visibilizaron a cierto tipo de jóvenes en el espacio público, cuando sus conductas, manifestaciones y expresiones entraron en conflicto con el orden establecido y desbordaron el modelo de juventud que la modernidad occidental, en su "versión" latinoamericana, les tenía reservado.

Pero, sin alusión a la fuerte crisis de legitimidad de las instituciones de los sesenta, ni al inicio de la crisis de los Estados nacionales y al afianzamiento del modelo capitalista de los setenta, ni a la maquinaria desatada para reincorporar a los disidentes a las estructuras de poder en los ochenta, y mucho menos, sin hacer referencia a la pobreza creciente, a la exclusión y al vaciamiento del lenguaje político de los noventa, resulto fácil convertir a los jóvenes unto en "victimas propiciatorias", en receptores de la violencia institucionalizada, como en la figura terrible del "enemigo interno" que transgrede a través de sus practicas disruptivas los ordenes de lo legitimo social 2 Para facilitar al lector la comprensión de algunos términos en sus contextos de uso se incorpora al final del libra un glosario. Ver Pág. 165 3 Este proceso no se dio solo en América Latina. Las "clikas" o bandas en algunas ciudades de América del Norte, integradas en su mayoría por las llamadas minorías culturales como latinos y negros; la emergencia de los grupos de skinheads en Inglaterra, como un movimiento de "autodefensa" juvenil frente a la inmigración, que se extendió rápidamente hacia Alemania, Francia y España; los el movimiento anarco-punk y de manera mucho mas reciente los okupas en España, como movimiento de resistencia a los valores del "neoliberalismo" han sido algunos de los movimientos juveniles que han desperado el interés en Estados Unidos y en Europa.

El siglo XXI arranca con evidentes muestras de una crisis político-social. De maneras diversas y desiguales, los jóvenes han seguido haciendo estallar las certezas y han continuado señalando, a través de los múltiples modos en que se hacen presentes, que el proyecto social privilegiado por la modernidad en América Latina ha sido, hasta hoy, incapaz de realizar las promesas de un futuro incluyente, justo y, sobre Lodo, posible. En un continente mayoritariamente juvenil en el que el país mas "viejo" de la región es Uruguay con un promedio de edad de 31 anos, y el mas joven Nicaragua, con un promedio de 16 años; y con un crecimiento poblacional que se ubica entre el 2 y 3 % para la mayoría de los países de la región, la pregunta por los modos en que los y las jóvenes viven, experimentan e interpretan un mundo lesionado por múltiples conflictos y enfrentado a la paradoja de una globalización que parece acentuar fuertemente los valores locales, se hace urgente.

Los contextos y la condición juvenil La juventud como hoy la conocemos es propiamente una "invención" de la posguerra, en el sentido del surgimiento de un nuevo orden internacional que conformaba una geografía política en la que los vencedores accedían a inéditos estándares de vida e imponían sus estilos y valores. La sociedad reivindico la existencia de los niños y los jóvenes como sujetos de derechos y, especialmente, en el caso de los jóvenes, como sujetos de consume. En el periodo de la posguerra, las sociedades del Primer Mundo alcanzaban una insospechada esperanza de vida, lo que tuvo repercusiones directas en la llamada vida socialmente productiva. El envejecimiento tardío, operado por las conquistas científicas y tecnológicas, reorganizó los procesos de inserción de los segmentos más jóvenes de la sociedad. Para restablecer el equilibrio en la balanza de la población económicamente activa, la incorporación de las generaciones de relevo tenia que posponerse. Los jóvenes deberían ser retenidos durante un período mas largo en las instituciones educativas. La ampliación de los rangos de edad para la instrucción no es nada mas que una forma "inocente" de repartir el conocimiento social, sine también, y principalmente, un mecanismo de control social y un dispositivo de 6

autorregulación vinculado a otras variables . Es también en la posguerra cuando emerge una poderosa industria cultural que ofertaba por primara vez bienes "exclusivos" para el consume de los jóvenes. Aunque no el único, el ámbito de la industria musical fue el más espectacular. En el caso de Estados Unidos, principal "difusor" de lo que seria el nuevo continente social de la adolescencia" como ha llamando Yonnet (1988) al mundo juvenil, las venias de discos pasaron de 277 millones en 1955 a 600 millones en 1959 y a 2000 millones en 1973 (Hobsbawm, 1995). El acceso a un mundo de bienes que fue posible por el poder adquisitivo de los jóvenes de los países desarrollados, abrió el reconocimiento de unas señales de identidad que se internacionalizarían rápidamente. Para el historiador Eric Hobsbawm, la cultura juvenil se convirtió en la matriz de la revolución cultural del siglo XX, visible en los comportamientos y costumbres, pero sobre todo en el modo de disponer del ocio, que pasaron a configurar cada vez mas el ambiente que respiraban los hombres y mujeres urbanos (1995;331).

6 En la Europa judía de 1660, la instrucción llegaba hasta los trece años en el caso de los varones pudientes y a los diez años en el caso de los varones pobres que debían entrar a servir a esta edad (Horowilz, 1996); este es un ejemplo de como la instrucción escolar no es una variable independiente.

La visibilización creciente de los jóvenes y su enfrentamiento al statu quo, se daba en paralelo con la universalización acelerada de los derechos humanos en un clima político que trataba de olvidar los fascismos autoritarios de la época precedente. Los jóvenes "menores" se convertían en sujetos de derecho, fueron separados en el piano de lo jurídico de los adultos. La profesionalización de los dispositivos institucionales para la vigilancia y el control de un importante segmento de la población, va a crecer al amparo de un Estado benefactor que introduce elementos "científicos'' y "técnicos" para la administración de la justicia en reilación con los menores. Centres de internamiento, tribunales especializados, ya no castigo, si no rehabilitación y 7

readaptación, van a transformar el aparato punitivo para los menores infractores . Lo que esto señala, entre otras cosas, es la necesidad de la sociedad de generar dispositivos especiales para un segmento de población que va a irrumpir masivamente en la escena publica y la conciencia de que ha "aparecido" un nuevo tipo sujeto para el que hay que generar un discurso jurídico que pueda ejercer una tutela acorde con el clima político, y que al mismo tiempo opere como un aparato de contención y sanción. Puede decirse entonces que son tres procesos los que "vuelven visibles" a los jóvenes en la última mitad del siglo XX: la reorganización económica por la vía del aceleramiento industrial, científico y técnico, que implicó ajustes en la organización productiva de la sociedad; la oferta y el consumo cultural, y el discurso jurídico. La "edad" adquiere a través de estos procesos una densidad que no se agota en el referente biológico y que asume valencias distintas no solo entre diferentes sociedades, sino en el interior de una misma sociedad al establecer diferencias principalmente en función de los lugares sociales que los jóvenes ocupan en la sociedad. La edad, aunque referente importante, no es una categoría cerrada y transparente. Sin embargo, no se trata de sustituir un referente (el de la edad) por otro conjunto de referentes que tampoco son transparentes ni determinan la configuración de los mundos juveniles. Existen algunas "líneas de fuga" que exigen problematizar los contextos dinámicos en los que emerge la categoría "joven". Resulta evidente que la realización tecnológica y los valores a ella asociados, lejos de achicar la brecha entre los que tienen y los que no, entre los poderosos y los débiles, entre los que están dentro y los que están fuera, la ha incrementado. La posibilidad de acceso a una calidad de vida digna, es hoy para mas de 200 millones de 7 Pan profundizar en el tema, ver el estudio de la investigadora mexicana Elena Azaola (1990). 8 Un varón, por ejemplo de 18 años, perteneciente a los estratos socioeconómicos medios, experimenta la condición juvenil desde su adscripción a los instituciones escolares y una tutela negociada con los adultos responsables que su proceso de incorporación social; mientras que otro joven de la misma edad pero inserto en un universo socioeconómico pauperizado, que para sobrevivir se incorpora tempranamente a los circuitos de la economía informal, no suele ser definido como joven. 9

de latinoamericanos un espejismo. Si este dato se cruza con el perfil demográfico del continente, mayoritariamente juvenil, no se requieren grandes planteamientos para inferir que uno de los sectores mas golpeados por el empobrecimiento estructural es precisamente el de los jóvenes. La incapacidad del sistema educativo del Estado para ofrecer y garantizar educación para lodos, el crecimiento del desempleo y de la sobrevivencia a través de la economía informal, indican que el marco que sirvió como delimitación. para el mundo juvenil, a través de la pertenencia a las instituciones educativas y a la incorporación tardía a la población económicamente activa, esta en crisis. No deja de resultar paradójico el deterioro en el ámbito económico y laboral y una crisis generalizada en los territorios políticos y jurídicos, mientras que se fortalecen los ámbitos de las industrias culturales para la construcción y reconfiguración constantes del sujeto juvenil. El vestuario, la música, el acceso a ciertos objetos emblemáticos. constituyen hoy una de 1as más importantes mediaciones para la construcción identitaria de los jóvenes, que se ofertan no solo como marcas visibles de ciertas adscripciones sino,

fundamentalmente, como lo que los publicistas llaman, con gran sentido, "un concepto". Un modo de entender el mundo y un mundo para cada "estilo", en la tensión identificación-diferenciación. Efecto simbólico y, no por ello, menos real, de identificarse con los iguales y diferenciarse de los otros, especialmente del mundo adulto. Inexorablemente, el mundo se achica y la juventud internacionalizada que se contempla a si misma como espectáculo de los grandes medios de comunicación, encuentra, paradójicamente, en una globalización que pende a la homogeneización la posibilidad de diferenciarse y sobre todo, alterativas de pertenencia y de identificación que trascienden los ámbitos locales, sin negarlos. Ahí, donde la economía y la política "formales" han fracasado en la incorporación de los jóvenes se fortalecen los sentidos de pertenencia y se configura un actor "político", a través de un conjunto de prácticas culturales, cuyo sentido no se agota en una lógica de mercado. Las constantes chapuzas, la inversión de las normas, la relación ambigua con el consumo, configuran el territorio tenso en el que los jóvenes repolitizan la política "desde fuera", sirviéndose para ello de los propios símbolos de la llamada sociedad de consumo, como intento argumentar a lo largo de este libro.

Narrativas en conflicto Con excepciones, el Estado, la familia, la escuela. siguen pensando a la juventud como una categoría de transito, como una etapa de preparación para lo que si vale; la juventud como futuro, valorada por lo que será o dejara de ser. Mientras que para los jóvenes. el mundo esta anclado en el presente, situación que ha sido finamente captada por el mercado. 9 América Latina comenzó la década de los 90 con 200 millones de pobres, es decir, con 70 millones más los que tenía 1970, principalmente como resultado de la pobreza urbana (Roux, 1994)

La construcción cultural de la categoría "joven", al igual que otras "calificaciones" sociales (mujeres e indígenas, entre otros) se encuentra en fase aguda de recomposición, lo que de ninguna manera significa que ha permanecido hasta hoy inmutable. Lo que resulta indudable es que vivimos una época de aceleración de los procesos. lo que provoca una crisis en los sistemas para pensar y nombrar el mundo, Si bien es cierto que la "juventud no es mas que una palabra" (Bourdieu, 1990), una categoría construida, no debe olvidarse que las categorías no son neutras, ni aluden a esencias; son productivas, hacen cosas, dan cuenta de la manera en que diversas sociedades perciben y valoran el mundo y, con ello, a ciertos actores sociales. Las categorías, como sistemas de clasificación social, son; también y, fundamentalmente, productos del acuerdo social y productoras del mundo. Resulta entonces importante tratar de entender el conocimiento que se ha producido con relación a los jóvenes a través de una revisión de la literatura especializada, bajo el supuesto de que estas miradas "recogen" e interpretan los imaginarios presentes en la sociedad, en tanto estas narrativas aspiran a producir explicaciones sobre diferentes procesos sociales. Se trata entonces de elaborar un análisis y una reflexión critica sobre los conceptos, las categorías, los enfoques utilizados, para ayudarnos en esta búsqueda de luces sobre los modos en que los jóvenes son pensados.

Desde donde hablan los saberes En un primer movimiento, intento analizar la naturaleza, límites y condiciones del discurso especializado que 10

se ha producido en Latinoamérica sobre las culturas juveniles, siempre desde una perspectiva sociocukural . Conceptualizar al joven en términos socioculturales implica en primer lugar no conformarse con las delimitaciones biológicas, como la de la edad, porque ya sabemos que distintas sociedades, en diferentes etapas históricas han planeado las segmentaciones sociales por grupos de edad de muy distintas maneras y que, incluso, para algunas sociedades este tipo de recorte no ha existido. No se trata aquí de rastrear las formas en que las sociedades han construido la categoría "jóvenes"", sino de enfatizar el error que puede

representar pensar a este grupo social como un continuo temporal y ahistórico. Por el contrario, para entender las culturas juveniles, es fundamental partir del reconocimiento de su carácter dinámico y discontinuo. Los jóvenes no constituyen una categoría homogénea, no comparten los modos de inserción en la estructura social, lo que implica una cuestión de fondo: sus esquemas de representación configuran campos de acción diferenciados y desiguales. Y pese a esta diferenciación, en términos generales, la gran mayoría de los estudios sobre culturas juveniles no han logrado problematizar suficientemente la multiplicidad diacrónica y sincrónica en los "modos" de ser joven, y las mas de las veces esta diferencia ha sido abordada (y reducida) al tipo de "inserción" socioeconómica de los 10 Se excluyen aquí las perspectivas psicológicas y las criminalísticas. 11 Para este fin, ver por ejemplo Giovanni Levi y Jean-Claude Schmitt (1996). Y el excelente trabajo de recuperación histórica desde la antropología de Carles Feixa (1988).

jóvenes en la sociedad (populares, sectores medios o altos), descuidando las especificidades que, tanto la subjetividad como los marcos objetivos desiguales de la acción, generan. En términos de la vinculación de los jóvenes con la estructura o sistema básicamente dos tipos de actores juveniles: a) los que han sido pensados como "incorporados", cuyas practicas han sido analizadas a través o desde su pertenencia al ámbito escolar, laboral o religioso; o bien, desde el consumo cultural; b) los "alternativos" o "disidentes", cuyas practicas culturales han producido abundantes paginas y que han sido analizados desde su no-incorporación a los esquemas de la cultura dominante. Desde luego este recorte es un tanto arbitrario pero ¿que recorte analítico no lo es? El balance se inclina tanto en términos cuantitativos como en lo referente a la relativa consolidación de lo que podría considerarse una "perspectiva" de estudio, del lado de los "alternativos" o ''disidentes"; mientras que sobre "los incorporados", la producción tiende a ser dispersa y escasa. Estas tendencias señalan que el interés de los estudiosos se ha centrado de manera prioritaria en aquellas formas de agregación adscripción y organización juvenil que transcurren al margen o en contradicción con las vías institucionales. Esto apunta a una cuestión resulta vital y no es de ninguna manera "inocente" o "neutra" la pregunta por el sujeto. La pregunta por los jóvenes en tanto sujetos de estudio ha estado orientada por una intelección que, con sus matices y diferencias, desde diversas perspectivas ha intentado reconocer cuales son las características y las especificidades del sujeto juvenil. La casi imposibilidad de establecer unos márgenes fijos, "naturales" al sujeto de estudio, ha llevado a una 12

buena parle de los estudiosos de esta vertiente a situarse en los territorios de los propios jovenes lo que ha dado como resultado una abundante cantidad de libros, reportes, monografías, tesis, videos, que miran al joven como esencialmente contestatario o marginal. Sin embargo y pese a la relativa consolidación de este tipo de enfoques, es frecuente encontrar en estos estudios una tendencia fuerte a (con) fundir el escenario situacional (la marginación, la pobreza, la exclusión) con las representaciones profundas de jóvenes o, lo que es peor, a establecer una relación mecánica y transparente entre prácticas y representaciones. Por ejemplo, la calle en tanto escenario "natural", se ha pensado como "antagonista" en relación con los espacios escolares o familiares y no es problematizada como el espacio de extensión de los ámbitos institucionales en las prácticas juveniles. Así, los jóvenes en la calle parecieran no tener vínculos con ningún tipo de institucionalidad y ser ajenos a cualquier normatividad, además de ser necesariamente contestatarios con respecto al discurso legitimado u oficial. En términos generales, esto ha ocultado al análisis la fuerte reproducción de algunos "valores" de la cultura tradicional, como el machismo o incluso la aceptación pasiva de una realidad opresora que se vive a través de 14

una religiosidad popular profundamente arraigada en algunos colectivos juveniles . 12 El barrio, la calle, el rock, el graffiti, las publicaciones subterráneas, los movimientos de protesta.

14 Un contra-ejemplo de esto, es el excelente trabajo de Alonso Salazar (I990). que en Colombia ha venido desmitificando los mundos populares de los jóvenes al mostrar la complicidad acrílica de muchos de estos jóvenes con una cultura opresora y opresiva.

En ese mismo sentido, las practicas como el lenguaje, los rituales de consumo cultural, las marcas de vestuario, al presentarse como diferentes y, en muchos casos, como atentatorias del orden establecido, han llevado a planearlas como "evidencias" incuestionables del contenido liberador a priori de las culturas juveniles, sin ponerlas en contexto (deshistorizadas) o sin problematizarlas con la mediación de instrumentos de análisis que posibiliten trascender la dimensión descriptiva y empíricamente observable en los estudios sobre jóvenes. En lo general, en el conocimiento producido en torno a las culturas juveniles, pueden reconocerse dos momentos o tipos de conocimiento: un momento descriptivo y un momento interpretativo. Un primer momento, que para efectos prácticos puede ubicarse en la primera mitad de la década de los 15

ochenta, estaría caracterizado tanto por acercamientos de tipo emic (especifico, finalista, punto de vista interior), como por acercamientos de tipo etic (genérico, predictivo y exterior). Pero ambos tipos tienen en común un tratamiento descriptivo. Mientras que en el primer tipo (emic) es el punto de vista del "nativo" lo que prevalece, se asume por ende que todo lo "construido" y dicho al interior del sistema es necesariamente "la verdad"; mientras que en la segunda vertiente (etic) lo que organiza el conocimiento proviene de las imputaciones de un observador externo al sistema, que no sabe (no puede, no quiere) dialogar con los elementos emic, es decir con las representaciones interiores o nativas. Pese a las diferencias en la toma de posición del observador, estos acercamientos comparten un enfoque descriptivo, con una escasa o nula explicitación de categorías y conceptos que oriente la mirada del investigador. Ello vuelve prácticamente imposible un dialogo epistémico entre perspectivas, ya que las diferencias en la apreciación se convierten fácilmente en un forcejeo inútil entre posiciones. Donde unos ven ''anomia'' y ''desviaciones'' otro ven ''cohesión'' y ''propuestas'' Ello ha derivado también en mutuas descalificaciones, que en términos metafóricos pueden pensarse como 16

una lucha entre "técnicos" y "rudos" . En una imagen externa, los primeros tienden a recurrir al lenguaje normativo de la ciencia, a partir del cual "descalifican" el conocimiento "militante'' producido por los segundos; mientras que estos últimos recurren a su posición interna de intelectuales orgánicos para descalificar las proposiciones "técnicas y asépticas" de los primeros. Pero en la medida en que muy pocos de estos discursos logran trascender lo descriptivo, el intercambio posible queda atrapado en el nivel de la anécdota del dato sin problematización que resulta fácil adecuar al marco conceptual, que se privilegia, lo que a su vez ha desembocado desafortunadamente, en una substancialización de los sujetos juveniles y de sus practicas. No se trata en ningún momento de descalificar la cantidad de estudios producidos en esta época y lo que han aportado en términos de conocimiento en Lomo de las culturas juveniles, pero si es importante apuntar que en términos generales, la producción de este periodo se caracterizo por una autocomplacencia a la que no parece preocuparle la construcción de un andamiaje teórico-metodológico que supone los estudios realizados. Hay, en cambio, una tendencia en esta etapa a fijar una posición en torno del sujeto de estudio; en otros términos, hay mas preocupación por definir y calificar que por entender. 15 Según la propuesta de Pike (1954) para el estudio de la conducta (retomada a su vez de Sapir) en la que se distinguen: "phonemics". que se ocupa de los sonidos en el sentido físico, y "phonemics", que trata los fonemas en sentido lingüístico. 16 En la lucha libre mexicana, existen dos tipos de luchadores: los técnicos, que se caracterizan por respetar las reglas del juego y las indicaciones del arbitro; mientras que los rudos no respetan las reglas, actúan a espaldas del arbitro y son, sin embargo, generalmente los favoritos del publico.

Es hacia finales de la década de los ochenta y a lo largo de los noventa cuando puede reconocerse la emergencia paulatina de un nuevo tipo de discurso comprensivo en torno a los jóvenes. De carácter

constructivita, relacional, que intenta problematizar no solo al sujeto empírico de sus estudios, sino también a las "herramientas" que utiliza para conocerlo. Se trata de perspectivas interpretativo-hermenéuticas, que van a intentar conciliar la oposición exteriorinterior, como parte de una tensión indisociable en la producción de conocimiento científico. Los jóvenes van a ser pensados como un sujeto con competencias para-referirse en actitud objetivante a las entidades del mundo, es decir, como sujetos de discurso, y con capacidad para apropiarse (y movilizar) los objetos tanto sociales y simbólicos como materiales, es decir, como agentes sociales. En otras palabras, se reconoce el papel activo de los jóvenes en su capacidad de negociación con las instituciones y estructuras. En este tipo de acercamientos se opera una distancia entre un pensamiento que "toma" el mundo social y lo registra como datum, como dato empírico independiente del acto de conocimiento y de la ciencia que lo propicia (Bourdieu, 1995), y un pensamiento que es capaz de hacer la crítica de sus propios procedimientos. 17

La vertiente de estudios interpretativos sobre las culturas juveniles ha incorporado de maneras diversas el reconocimiento del papel activo de los sujetos, el de su capacidad de negociación con sistemas e instituciones y el de su ambigüedad en los modos de relación con los esquemas dominantes. Ello ha ido posibilitando trascender las posiciones esencialistas: o todo pérdida o todo afirmación. Y ha hecho posible encontrar otro nivel para la discusión, que no se agota en la anécdota o en el dato empírico. Las clasificaciones explicitas como las edades de vida, el momento de la mayoría de edad o, desde el discurso biologísta, las transformaciones corporales, "evidentemente no poseen sino un valor indicativa y resultarían insuficientes para definir y entender los contextos de una historia social y. cultural de la juventud" (Levi y Schmtt, 1996; 15). En tal sentido, el segundo periodo o vertiente de estudios, y voy a referirme aquí al caso de México, puede considerarse abierto a partir de lo que podría entenderse como los primeros trabajos claramente diseccionados 18

en la línea de ana "historia cultural" de la juventud y los que podrían ubicarse desde una perspectiva interdisciplinaria que buscan problematizar al sujeto juvenil en su complejidad. Se tratara de historizar a los sujetos y prácticas juveniles a la luz de los cambios culturales, rastreando orígenes, mutaciones y contextos político-sociales. Además, bajo la perspectiva hermenéutica se indaga en la configuración de las representaciones, de los sentidos que los propios actores juveniles atribuyen a sus prácticas, lo que permite trascender la mera descripción a través de las operaciones de construcción del objeto de estudio y con la mediación de herramientas analíticas. En el modo constructivita y centralmente cultural que ha dado forma a los estudios de esta etapa, resulta fundamental señalar la importancia que ha tenido otra vertiente de trabajos que, abrevando en una larga tradición latinoamericana, se ubican mis en una perspectiva de crónica periodística. En el caso de México, el trabajo clave de Carlos Monsiváis, que ha sabido simultáneamente penetrar y rescatar con agudeza aquellos elementos significativos y pertinentes para la comprensión de las formas culturales de la juventud, al tiempo en que se ha constituido en un critico implacable de la categoría "juventud", pero interlocutor generoso de los estudiosos en este campo. Alonso Salazar (1990) en Colombia, que a partir de su incursión en los mundos del narcotráfico, del sicariato y de las comunas en Medellín, ha puesto al descubierto. Una situación descamada y terriblemente compleja del mundo juvenil, al saber colocar simultáneamente la mirada del observador extremo y la mirada del "nativo". 17 Representantes de esta corriente en América Latina, son por ejemplo, Jesús Martín Barbero, Carlos Mario Perea. 18

Aquí

el

trabajo

pionero

de

José

Manuel

Valenzuela

(1988).

En el caso de Venezuela, puede señalarse el trabajo de José Roberto Duque y Boris Muñoz (1995), que han logrado incorporar con gran sentido critico las diferentes voces involucradas en la problemática juvenil de Caracas. Hablan los jóvenes desde su precaria situación social, pero se incorporan también las voces de autoridades gubernamentales, representantes de la Iglesia, promotores sociales y analistas.

Desde luego estos autores no agotan el espectro de producciones que desde la crónica o ensayo periodístico han posibilitado una mirada cualitativamente diferente sobre las culturas juveniles "alternativas" o disidentes", representan, en todo caso y de manera indicativa, un tipo de discurso comprensivo sobre la realidad de los mundos juveniles en sus complejos procesos de interacción con la sociedad.

De lo tematizable a lo representado "La caída de tabiques entre disciplinas" (García Canclini. 1997), y la emergencia y paulatina consolidación de estudios llamados interdisciplinarios o "de frontera", han sido una consume en los últimos arios de investigación sobre juventud en América Latina. Los contornos imprecisos del sujeto y sus prácticas han colocado al centro de los análisis la vida cotidiana. de los mundos juveniles, no necesariamente como tema, sino como lugar metodológico desde el cual interrogar a la realidad. Desde esta mirada, que se sitúa en los propios territorios de los jóvenes, las temáticas abordadas han sido diversas, pero en términos generales pueden ser reconocidos tres grandes ejes que, desde luego, tienen relación con los debates y preguntas que desde las ciencias sociales se plantean a lo "real". a) el grupo juvenil y las diferentes manaras de entender y nombrar su constitución, lo que hace referencia al peso otorgado por los analistas a la identidad como un factor clave para entender las culturas juveniles; b) una segunda temática importante es la de la alteridad, los "otros" en relación con el proyecto identitario juvenil. c) Lo que podría denominarse el proyecto y las diferentes practicas juveniles o formas de acción, constituyen el tercer ejemplo importante.

El grupo o los nombres de la identidad La problematización en lomo de los modos de estar juntos (Martín Barbero, 1995) de los jóvenes, ha sido elaborada de diversas maneras, La diferenciación mas clara esta relacionada con la direccionalidad del enfoque. Es decir, un tipo de estudios va de la constitución grupal a lo societal; otro tipo va de los ámbitos sociales al grupo. En el caso del primer enfoque, la identidad grupal se convierte en el referente clave que permite "leer" la iteración de los sujetos con el mundo social. Hay por tanto un colectivo empírico, al que se observa y desde el cual se analizan las vinculaciones con la sociedad. A este tipo, por ejemplo, corresponden las etnografías de bandas juveniles que centraron la atención durante la década de los ochenta. Por razones del propio enfoque, para conceptualizar la agregación juvenil, se ha recurrido a categorías como "identidades juveniles", "grupos de pares", "subculturas juveniles"; y las mas de las veces, sobre todo durante la primera mitad de la década de los ochenta en el case de México, se utilizo el término "banda" como "categoría" para nombrar el modo particular de estar juntos de los jóvenes populares urbanos. Esta mirada intragrupal, si bien ha aportado muy importantes elementos de comprensión, ha resultado insuficiente para captar las vinculaciones entre lo local y lo global y para pensar la interculturalidad. De otra parte, han ido cobrando fuerza los estudios que van de los ámbitos y de las prácticas sociales a la configuración de grupalidades juveniles. El rock, el use de la radio y la televisión, la violencia, la política, el uso de la tecnología, se convierten aquí en el referente para rastrear relaciones, usos, decodificaciones y recodificaciones de los significados sociales en los jóvenes. No necesariamente debe existir entonces un colectivo empírico, se habla de los "jóvenes de clase media", de los "jóvenes de los sectores populares", etc., que se constituyen en "sujetos empíricos" por la mediaci6n de los instrumentos analíticos; se trata de modos de estar juntos" a través de las practicas, que no se corresponden necesariamente con un territorio o un colectivo particular. Esta vertiente ha buscado romper con los imperativos territoriales y las identidades esenciales y para ello han, construido categorías como la de "culturas juveniles", "adscripción identitaria", "imaginarios juveniles" (pese a lo pantanosa que puede resultar esta última). Es una mirada que trata de no perder al sujeto juvenil pero que busca entenderlo en sus múltiples "papeles" e interacciones sociales.

Los otros Un tema recurrente en los estudios sobre juventud, no por obsesión de los analistas, sino porque aparece de manera explícitamente formulada por los jóvenes, es el de lo otro o "el otro", para hacer referencia -casi siempre- al "antagonista", o "alteridad radical", que otorga mas allá de las diferencias, por ejemplo socioeconómicas y regionales, un sentimiento de pertenencia a un "nosotros". La identidad es centralmente una categoría de carácter racional (identificación - diferenciación). Todos los grupos sociales tienden a instaurar su propia alteridad. La construcción simbólica "nosotros los jóvenes" instaura diferentes alteridades principal aunque no exclusivamente, con respecto a la autoridad: la policía, el gobierno los viejos, etcéteras. Diferentes estudios se han ocupado de construir corpus de representaciones en los que es posible analizar las separaciones, las fronteras, los muros que las culturas juveniles construyen para configurar sus mundos. Más allá de la dimensión antropoformizada de esas alteridades (policía-gobierno, maestros-escuela), algunos trabajos que trascienden lo puramente descriptivo, -han señalado que estas figuras representan un orden social, al que se califica como represor e injusto. Esto puede parecer una obviedad, pero en tanto en el campo 19

de estudios sobre la juventud no se logra trascender la anécdota ni el dato empírico , el énfasis analítico en los procesos, de construcción de la alteridad queda atrapado en las queda atrapada en las propias figuras con que se las representa.

Proyecto y acción colectiva Algunos de los enfoques clásicos en torno a la conceptualización de proyecto político y acción colectiva han cendrado prioritariamente su mirada en aquellas formas de participación formales, explicitas, orientadas y estables en el tiempo (por ejemplo, el primer Touraine, 1994), con la consecuente teorización que parece reconocer solo como cultura política aquellas representaciones y formas de acción formales y explicitas. Este tipo de intelección ha provocado que las grupalidades juveniles, efímeras, cambiantes, implícitas en sus formulaciones, sean leídas como carentes de un proyecto político y que se reduzca su relación en este ámbito, 20

por ejemplo, a la participación electoral ". Paulatinameme y en relación con la literatura sobre nuevos movimientos sociales y las reconceptualizaciones sobre lo político (el mismo Touraine, 1992; Melucci 1989; Offe, 1990; Maffesolli 1990; Lechner, 1995), aparece en la literatura sobre juventud una revaloración de lo político que deja de, estar situado mas allá del sujeto constituyendo una esfera autónoma y especializada; y adquiere corporeidad en las practicas cotidianas de los actores, en los intersticios que los poderes no pueden vigilar. 19 En algunos casos, no se logra una separación entre la "militancia" en la lucha por los derechos humanos de los jóvenes, de la tarea de producir conocimiento. En diversas y numerosas reuniones donde se abordan temas relacionados con la juventud, muchos asistentes demandan que se hable un lenguaje "común", que "se renuncie a la teoría", que se hable de las cosas que "verdaderamente afectan a los jóvenes", en una especie de populismo que confunde espacios y fines. Ello ha obstaculizado, no sólo en el caso de los jóvenes, sino también en el de las mujeres, los indígenas y algunas otras "minorías", la posibilidad de un debate riguroso que pueda ayudar a dinamizar los movimientos sociales. 20 Un ejemplo de la reducción de lo político a la cuestión electoral, puede verse en el balance realizado en México por R, Becerra Laguna (1996)

La política no es un sistema rígido de normas para los jóvenes, es mas bien una red variable de creencias, un bricolaje de formas y estilos de vida, estrechamente vinculado a la cultura, entendida esta como "Vehiculo o medio por el que la relación entre los grupos es llevada a cabo" (Jameson; 1993). Sin embargo, es imponente reconocer que las articulaciones entre culturas juveniles y política están lejos de haber sido finamente trabajadas, y que en términos generales estas relaciones se han venido construyendo como una relación de negatividad, es decir, como negación o descalificación de los constitutivos políticos en 21

las representaciones y acciones juveniles .

El punto de quiebre Por otra parte, los estudios en torno a los jóvenes que transitan por las anas "predecibles" tienden a ser disperses y escasos. Otra característica muy importante de esta literatura, es que en vanos casos el objeto principal de estudio no lo constituyen los jóvenes, sino que son enfoques centrados por ejemplo en el aparato escolar, en las comunidades eclesiales de base u otros grupos de carácter religioso, en las fabricas, en los

sindicatos, cuyos autores están mas interesados en los modos de funcionamiento de instituciones y espacios que en las culturas juveniles. Los jóvenes aparecen entonces en su rol de "estudiantes", de ''empleados", de "creyentes", de "obreros" En este sentido, son la narrativa cinematográfica y la literatura las que han logrado interesantes acercamientos analíticos y críticos en torno a los espacios tradicionales de socialización de los jóvenes, como la escuela, la familia, el trabajo, sin "perder" al sujeto juvenil". El desencuentro entre la producción de conocimiento de la vertiente que se ocupa de los "no-institucionales" y la que se ocupa de los "incorporados" es profundo, y da como resultado, para una y para otra, análisis parciales en los que hay, de un lado, insuficiente tratamiento de los aspectos estructurales e institucionales, no necesariamente antagónicos a las expresiones culturales juveniles y, de otro lado, una focalización en la institución en detrimento de la especificidad juvenil. De un lado, sujetos sin estructura; de otro, estructuras sin sujetos. Un nuevo filón, que pudiera constituirse como punto de equilibrio entre estas perspectivas, lo constituyen los estudios que se ocupan del consume cultural juvenil. La relación con los bienes culturales como lugar de la negociación-tensión con los significados sociales. El consumo cultural como forma de identificación-diferenciación social (Bourdieu, 1988; García Canclini, 1991), que coloca al centro del debate la importancia que en términos de la dinámica social tiene hoy en día consolidación de una cultura-mundo que repercute en los modos de vida, los patrones socioculturales, el aprendizaje y fundamentalmente en la interacción Aquí se muestra al joven como un actor posicionado socioculturalmente, lo que significa que hay una preocupación por comprender las interrelaciones entre los distintos ámbitos de pertenencia del joven -la familia, la escuela, el grupo de pares-, al tiempo que se enfatiza en el sentido otorgado por los jóvenes a la grupalización, con el significado de "comunidades imaginarias" (Anderson, 1983) a las cuales adscribirse, El reconocimiento de la insuficiencia de perspectivas que han "parcializado al joven, mostrándolo de manera excluyente como alternativo o como integrado, ha representado un punto de quiebre en los discursos comprensivos sobre estos actores sociales y, al mismo tiempo, ha inaugurado un modo de acercamiento que 21 Creo firmemente que 105 zapatitas y en concreto el "Sup Marcos" han sabido captar (y aprovechar) con precisión; este sentido polifónico de lo político en los jóvenes Por ejemplo los programas especiales en MTV Latino, la muy reciente la canción del Sup, en la que a ritmo de rock, el Sup "rapea" las consignas zapatistas "para todos, todo", que le ha costado severas criticas, tantos de las derechas como de las izquierdas, incapaces -por distintos motivos- de entender la necesidad de nuevos mecanismos de interpelación a los jóvenes.

intenta mostrar que sin "perder" la centralidad del genero, de la etnia, del territorio y, manteniendo en tensión productiva las relaciones entre estructuras y sujetos, resulta posible articular a los análisis la presencia de lo social sistemático sin perder la especificidad del sujeto juvenil.

Pensar a los jóvenes en contextos complejos demanda una mayor articulación entre las diferentes escalas geopolíticas; locales y globales y, un tejido mas fino en la relación entre las dimensiones subjetivas y los contextos macrosociales. Resulta urgente "deconstruir" el discurso que ha estigmatizado a los jóvenes, a los empobrecidos principalmente, como los responsables del deterioro y la violencia, ya que: "...la preocupación de la sociedad no es tanto por las transformaciones y trastornos que la juventud esta viviendo, sino mas bien por su participación como agente de la inseguridad que vivimos y por el cuestionamiento que explosivamente hace la juventud de las mentiras que esta sociedad se mete a si misma para seguir creyendo en una normalidad social que el descontento político, la desmoralización y la agresividad expresiva de los jóvenes están desenmascarando" (Martín Barbero, 1998;23). Pensar a los jóvenes es una tarea que se inscribe en el necesario debate sobre el horizonte de futuro. Si como ha dicho García Canclini (1999) en la inevitabilidad globalizadora aparecen "interrupciones" que ponen en cuestión su relate homogéneo, tal vez la pregunta por los jóvenes ayude a visualizar caminos alternos. La discusión hasta aquí planteada tiene un doble objetivo: de un lado, reconocer las fortalezas y debilidades en el conocimiento producido en torno a los jóvenes, como condición reflexiva para comprender con creatividad y rigor los cambios que, en el siglo que arranca, están experimentando las culturas juveniles; de otro lado, se trata de sentar las bases para replantear un conjunto de conceptos, estrategias metodológicas, análisis empíricos e interpretaciones que se abordan a partir del siguiente capitulo. Me ha parecido fundamental hacer explicito el lugar desde el que parto para intentar estas reformulaciones.

CAPITULO 2 NOMBRAR LA IDENTIDAD UN INSTRUMENTO CARTOGRAFICO En rigor, no tiene mucho sentido la búsqueda de "una" identidad; seria más correcto pensarla a partir de su interacción con otras identidades, construidas según otros puntos de vista. Desde esta perspectiva la "autenticidad" e "inautenticidad" se toma una conceplualizacion inadecuada En la medida en que es socialmente plausible, una identidad es valida, lo que no significa que sea verdadera o falsa. RENATO ORTIZ (1996)

La constricción de lo juvenil Los jovenes en tanto categoría social construida no tienen una existencia autónoma, es decir al margen del resto social, se encuentran inmersos en la red de relaciones y de interacciones sociales múltiples y complejas. Para situar al sujeto juvenil en un contexto histórico y sociopolítico, resultan insuficientes las concreciones empíricas, si estas se piensan con independencia de los criterios de clasificación y principios de diferenciación social que las distintas sociedades establecen para sus distintos miembros y clases de edad. A este respecto Bourdieu (1994) ha señalado que las relaciones entre, la edad biológica y la edad social son muy complejas y que "hablar de los jóvenes como de, una unidad social, de un grupo constituido, que posee intereses comunes, y referir estos intereses a una edad definida biológicamente, constituye una manipulación evidente". Lo que este planteamiento permite inferir es la necesidad de realizar análisis en, una doble perspectiva. De un lado, lo que aquí se define como una "historia cultural de la juventud", que al develar las relaciones de fuerza que crean las divisiones sociales de clases y de edad en procesos históricamente situados, permite romper con definiciones esencialitas y ubicar la problemática juvenil en una perspectiva que no se agota en el dato biológico. De otro lado, lo que llamaremos el análisis empírico de las identidades juveniles, que al colocarse etnográficamente en las interacciones y configuraciones que van asumiendo las grupalidades juveniles, permite entender la enorme diversidad que cabe en la categoría "jóvenes" y salir así de la simplificación de lo joven como dato dado. En relación con los modos en que la sociedad occidental contemporánea ha construido la categoría "joven", es importante enfatizar que los jóvenes, en tamo sujeto social, constituyen un universo social cambiante y discontinuo, cuyas características son resultado de una negociación-tensión entre la categoría sociocultural asignada por la sociedad particular y la actualización subjetiva que sujetos concretes llevan a cabo a partir de la interiorización diferenciada de los esquemas de la cultura vigente. En el capitulo anterior se plantea que son tres las condiciones constitutivas centrales desde las que se ha configurado y clasificado socialmente al sujeto juvenil en el mundo contemporáneo los dispositivos sociales de socialización-capacitación de la fuerza de, trabajo; el discurso jurídico y industria cultural. Aunada a estas tres esferas, hoy una dimensión muy importante esta conformada por los dominios tecnológicos y la globalización. Ello significa que los jóvenes han adquirido visibilidad social como actores diferenciados a) 2 través de su paso, por afirmación o negatividad, por las instituciones de socialización, b) por el conjunto de políticas y normas jurídicas que definen su estatuto ciudadano para protegerlo y castigarlo, c) por la frecuentación, consumo y acceso a un cierto tipo de bienes simbólicos y productos culturales específicos.

En los dos primeros ámbitos en el de la socialización y en el del discurso jurídico los jóvenes han sido definidos en términos generales como sujetos pasivos que se clasifican en función de las competencias y atributos que una sociedad particular considera deseables en las generaciones de relevo para darle continuidad al modelo asumido. Sin embargo, y quizás aquí estribe una de las pistas claves para entender las transformaciones en los modos de socialidad juvenil (Maffessoli, 1990), el ámbito de las industrias culturales ha consolidado sus dominios mediante una conceptualización activa del sujeto, generando espacios para la producción, reconocimiento e inclusión de la diversidad cultural juvenil. Es decir, mientras las instituciones sociales y los discursos que de ellas emanan (la escuela, el gobierno en sus diferentes niveles, los partidos políticos, etc.), tienden a "cerrar" el espectro de posibilidades de la categoría joven y a fijar en una rígida normatividad los limites de la acción de este sujeto social, las industrias culturales han abierto y desregularizado el espacio para la inclusión de la diversidad estética y ética juvenil. Lo cultural tiene hoy un papel protagónico en todas las esferas de la vida. Puede aventurarse la afirmación de que se ha constituido en un espacio al que se han subordinado las demás esferas constitutivas de las identidades juveniles. Es en el ámbito de los significados, los bienes y los productos culturales donde el sujeto juvenil adquiere sus distintas especificidades y donde despliega su visibilidad como actor situado socialmente con esquemas de representación que configuran campos de acción diferenciados. Es pues, de manera privilegiada, en el ámbito de las expresiones culturales donde los jóvenes se vuelven visibles como actores sociales.

De mapas y hologramas Aunque los estudios sobre juventud poco a poco empiezan a ocupar un lugar en el conjunto de las ciencias sociales, es necesario reconocer que el tema en América Latina, en general, no surge como un objeto de investigación en el ámbito académico propiamente dicho. Sin desconocer o restar importancia a las conclusiones que diferentes académicos han hecho al avance en la comprensión de las culturas juveniles, hay que señalar que en América Latina han sido en buena medida las los organismos no gubernamentales, enfrentados a una problemática cotidiana, creciente y desgarradora, en un contexto de violencia y empobrecimiento, los que han ido colocando el Lema como un asunto vital para las sociedades y volviéndolo visible para las agendas financiadoras. Aunque este no es el case de México, donde el lema ha estado mas claramente vinculado a los ámbitos académicos de reflexión, este planteamiento no deja de resultar interesante en la medida en que devela una problemática que no ha sido abordada con suficiente profundidad. En algunos países, especialmente en la región sudamericana, enfrentarse a una violencia social temprana, protagonizada en buena medida por los sectores más jóvenes de la sociedad, llevo a diversas organizaciones no gubernamentales a un trabajo urgente sobre el terreno. Ello deriva en un excelente trabajo cotidiano de intervención realizado en medio de unas coyunturas dramáticas, que han dificultado un proceso más pausado de reflexión teórica. En los encuentros latinoamericanos sobre juventud, la queja recurrente de quienes tienen la responsabilidad de operar programas de atención a la juventud, es siempre la falta de tiempo para "recuperar la practica", como suele decir-se en la investigación-acción. Así que existen infinidad de experiencias muy interesantes y ricas en resultados y en intuiciones que se agotan en la propia práctica sin ayudar a reformular la teoría. Esto, a su vez, genera otro problema: la falta de mapas para los organismos públicos responsables del diseño y aplicación de políticas publicas para la juventud. La "casuística" resulta un instrumento débil para oponer al discurso autoritario y paternal con que los gobiernos de la región suelen abordar el tema de la juventud. En este sentido, el (casi histórico) desencuentro entre los que se dedican a las tareas de promoción social y los académicos ha derivado en una especie de torre de Babel, en la que cada investigador o estudioso construye y nombra de maneras diferentes tanto la categoría sociológica "juventud" como las concreciones empíricas, lo que ocasiona una confusión de pianos y de modos de nombrar las practicas agregativas y a sus actores. A partir de un proceso exhaustivo de revisión bibliográfica de estudios, monografías y artículos, y de mi práctica de investigación, propongo aquí una categorización, que es de conferirles su especificidad a las distintas manifestaciones y expresiones sociales que hoy día asumen los jóvenes. En relación con las concreciones empíricas de los modos de agregación e interacción juvenil, se plantean cuatro conceptos clave:

• E1 grupo: este concepto hace referencia a la reunión de varios jóvenes que no supone organicidad, cuyo sentido esta dado por las condiciones de espacio y tiempo. • El colectivo: refiere a la reunión de varios jóvenes que exige cierta organicidad y cuyo sentido prioritariamente esta dado por un proyecto o actividad compartida; sus miembros pueden o no compartir una adscripción identitaria, cosa que es poco frecuente. • Movimiento juvenil: supone la presencia de un conflicto y de un objeto social en disputa que convoca a los actores juveniles en el espacio público. Es de carácter táctico y puede implicar la alianza de diversos colectivos o grupos. • Identidades juveniles: nombra de manera genérica la adscripción a una propuesta identitaria: punks, taggers, skinheads, rockeros, góticos, metaleros, okupas, etcétera. Se proponen además tres conceptos ordenadores cuya pertinencia esta dada por el tipo de mirada privilegiada por el observador externo: • Agregación juvenil: permite dar cuenta de las formas de grupalización de los jóvenes. • Adscripciones identitarias: nombra los procesos socioculturales mediante los cuales los jóvenes se adscriben presencial o simbólicamente a ciertas identidades sociales y asumen unos discursos, unas estéticas y unas practicas. • Culturas juveniles: hace referencia al conjunto heterogéneo de expresiones y prácticas socioculturales 26

juveniles Las formas, situaciones y procesos que recogen los conceptos aquí propuestos no son equivalentes y nombran distintas cosas. Mirar a los jóvenes en tanto sujetos de estudio supone la explicación del punto de vista del observador y la objetivación de los modos en que construye su objeto. El riesgo de no establecer las distinciones analíticas pertinentes es el de permanecer atrapados en la esencialización de lo joven, como si este fuera un dato "natural" y no, como de hecho es, una construcción social e histórica. En tal sentido, las criticas demoledoras de Carlos Monsiváis son absolutamente pertinentes por ejemplo cuando señala; "no he visto nunca volar a nadie como joven", o cuando afirma "yo nunca fui joven" (1996:9). Mas allá del (delicioso) sarcasmo, tras estas declaraciones lo que se revela es que cualquier intento de construir una definición univoca de los jóvenes se estrella contra lo efímero de la categoría y contra la evidencia de que hay una dificultad de "arranque" en cualquier intento clasificador. Es simplista plantear que los obreros, por ejemplo, pueden definirse exclusivamente por una actividad productiva; las mujeres, por la diferencia biológica; los indígenas, por su pertenencia a una etnia; los ecologistas, por su defensa de los ecosistemas, y por lo tanto, los jóvenes por su edad. Las identidades sociales no son monocausales, por el contrario están compleja y multidimensionalmente articuladas a un conjunto de elementos sociales, económicos, políticos. Los planteamientos que se contentan con la fijación de unos límites de edad, no habrán hecho nada más que una operación clasificatoria de sentido común. La posibilidad de sostener que puede hablarse de un sujeto juvenil, supone la elaboración de múltiples articulaciones, que ancladas efectivamente en unos rangos de edad, sean capaces de dar cuenta de los arraigos empíricos en que esa edad deja de ser dato natural y se convierte en un revelador de modos particulares de experimentar y participar del mundo. Es importante señalar, sin embargo, que la crisis estructural y simbólica de la sociedad contemporánea ha incrementado el autoidentificador "nosotros los jóvenes". Para los estudiosos de estos fenómenos, ese es un dato constatable, empíricamente verificable. Pero, ¿qué significa esto?, ¿hoy si hay jóvenes y en otras etapas no hubo? Hay una enorme

26 Algunos estudiosos han planteado de manera reciente la noción de "mundos juveniles", sin embargo, a mi juicio esto resulta sumamente problemático, en tanto es un concepto fenomenológico (mundos de la vida de I lusscrl), cuyo sentido es el de referir los saberes sociales de fondo, históricamente construidos y culturalmente adquiridos, Mientras que en relación con los jóvenes se ha usado para agrupar bajo esta nación uno la "expresión", como la representación de la expresión. Por unto, me parece que genera mis problemas de los que resuelve.

dificultad para responder de manera rigurosa esta pregunta. Si fuera valido hacer un símil con las identidades "femeninas", la pregunta seria igual de complicada; el hecho de que las mujeres se pensaran a si mismas como una identidad cultural diferenciada solo recientemente, ¿significa que las mujeres no existían mas allá de la diferencia biológica? En parte, la respuesta a esta pregunta estaría dada por las condiciones que hicieron que las mujeres accedieran a la posibilidad de pronunciarse con respecto a si mismas. Por el memento, creo que esta pregunta en relación con los jóvenes no tiene ciertamente una respuesta univoca; pero, en el mismo sentido de las mujeres, en la sociedad contemporánea se han dado las condiciones para que los jóvenes se vuelvan visibles como actores sociales para el los mismos y para la sociedad. También señalemos que la explosión de los referentes identitarios, en paradójica reciprocidad con el debilitamiento de los ritos de pasaje propios de esta época, contribuye a que los jóvenes encuentren en sus colectivos una identificación mediada no solo por la especificidad de los colectivos en cuestión, sino por la edad, z la que ciertas identidades juveniles tienden a dar mucha importancia para explicar el sentido de realización y bienestar .que proporciona compartir con iguales un horizonte de vida. Es curioso que mientras el discurso académico se esfuerza por dotar de complejidad y de constitutivos múltiples el referente "joven", ellos parecen muy cómodos con asumirse a si mismos como tales, como si al pronunciar la (rase "nosotros los jóvenes" estuvieran apelando a una verdad de carácter universal y autoevidente. Sin embargo, para el analista, el problema estriba en la elaboración de un andamiaje que permita argumentar que los jóvenes constituyen no solo un objeto-problema-legitimo, analíticamente hablando, sino además una categoría sociocultural diferenciable del resto social, sin caer en la reducción a los rangos de edad pero sin prescindir de estos.

Entre lo efímero y los compromisos itinerantes La multiplicidad de sentidos propia de la sociedad de fin de milenio disloca los dispositivos cohesiona-dores de la vida social. De un lado, esta multiplicidad de referentes ha significado un desfase o, para decirlo con Giddens (1993), un "desanclaje" entre las practicas y el sentido de las practicas que ha derivado en lo que podría considerarse una especie de "implosión"", es decir en un quiebre hacia adentro del sistema-mundo de la vida, que erosiona el tejido social y, al poner en crisis los metarrelatos dominantes, genera incertidumbre. Pero, de otro lado, esta misma multiplicidad ha representado o puede representar una refundación de un pacto social abierto a la pluralidad. Esta paradoja social, la incertidumbre como única certidumbre, la posibilidad de un nuevo orden de cosas a partir de la erosión, es condición fundamental para entender la gestión político-cultural de los jóvenes en estos momentos de desplazamientos y tránsitos. Los jóvenes en tanto sujetos empíricos no constituyen un sujeto monopasional que pueda ser "etiquetable" simplistamente como un todo homogéneo; estamos ante una heterogeneidad de actores -que se constituyen en el curso de su propia acción, y practicas que se agrupan y se desagrupan en microdisidencias comunitarias en las que caben distintas formas de respuesta y actitudes frente al poder (Reguillo, 1993). La ecología, la libertad sexual, la paz, los derechos humanos, la defensa de las tradiciones, la expansión de la conciencia, el rock, se convierten en banderas, en objetos-emblema que agrupan, que dan identidad y establecen las diferencias entre los jóvenes. Otros, transitan en el anonimato, en el pragmatismo individualista, en el hedonismo mercantil y el gozo del consume; para otros no hay opciones, son los desechables, "para los que la muerte se convierte en una experiencia mas fuerte que la vida" (Martín Barbero, 1993) embargo, pese a las especificidades y diferencias dadas por la situación y la ubicación social que guarda cada grupo de jóvenes, todos parecen compartir una idea precaria del futuro y experimentar la vivencia del tiempo discontinuo.

Para pensar esta discontinuidad, es útil aquí reflexionar con Bourdieu (1994) a propósito de los jóvenes y los "trayectos de vida". Refiriéndose al campo escolar, señala el "(antiguamente) había trayectorias relativamente claras: el que pasaba del certificado de estudios primarios entraba a un curso complementario, una escuela secundaria o un liceo; estas trayectorias estaban ciertamente jerarquizadas y nadie se confundía (...) El sistema escolar antiguo obligaba a interiorizar profundamente los límites (...) como algo justo e inevitable". Este señalamiento puede trasladarse a otros ámbitos de la vida, el trabajo, el matrimonio, la paternidad o maternidad, como metas-destino previsibles y más o menos inevitables. Pero, fundamentalmente, lo que interesa de estas claras trayectorias" es lo relativo a la reproducción social y a la continuidad de la organización social a través de las practicas. Desdibujados los referentes que le dan cohesión sentido a la vida social, esta no se presenta ya mas como una continuidad espacio-temporal. La diversificación, complejización y, especialmente, el deterioro de los mecanismos de integración de la sociedad actual, han significado que la vida para todos los actores sociales, pero particularmente para los jóvenes, se presenta como incertidumbre. Los trayectos de vida que podían preverse en sus distintas etapas y en función de las metas a conseguir, están sujetos hoy más que nunca a los avatares que experimenta un sistema de instituciones caducas o incapaces de entender las crecientes demandas, sociales y de ofrecer alternativas. Por ejemplo, la crisis en el sistema educativo que no atina a incorporar los cambios acelerados que experimenta la sociedad. Por citar un indicador, puede señalarse el crecimiento-expansivo de las tecnologías de comunicación que, entre otras cosas, convierten al ciudadano de fin de milenio en un actor conectado a múltiples redes e interpelado por discursos muchas veces incompatibles. A través de la música, de los llamados "fanzines", del acceso a la información mediante complejas redes internacionalizadas y, especialmente, a través de la porosidad comunicativa entre distintos colectivos juveniles, los jóvenes han rebasado a la institución escolar que permanece, en términos generales, al margen de los procesos de configuración sociocultural de las identidades juveniles, y sigue pensando al "joven" como "ejemplo de libro de texto" con un proceso de desarrollo lineal que debe cubrir ciertas etapas y expresar ciertos comportamientos. Sin negar u descalificar la importancia de la dimensión psicológica en la conformación del joven como identidad social, ha existido un abuso de argumentos psicologistas -que no psicológicos-, que ha penetrado el discurso educativo con una grave simplificación de las conductas juveniles. Entonces, un elemento que debiera ser lomado muy en seno, el de los procesos psicológicos profundos, que permitiría un entendimiento mucho mas integral, se conviene, desde el poder, en mirada condescendiente, en palmadita afectuosa que se da con el aliento contenido en la esperanza de que la "enfermedad juvenil" desaparezca y no obligue a la aplicación de correctivos. Así, ciertas marcas identitarias (por ejemplo las rastas en el pelo, los tatuajes, las perforaciones en distintas del cuerpo), ciertas practicas (el uso constante de walkmans, como si se tratara de una prótesis; el graffiti, los tags o firmas en las paredes; el slam) y el uso de drogas blandas y duras, no encuentran en este discurso explicación que no se agote en las características naturales de los jóvenes", cuya inclinación positiva es trastocada por la "desintegración familiar" o "la perdida de valores sociales". La escuela se erige en fiscal, juez y jurado, pero difícilmente se asume como parte de la problemática de las culturas juveniles y mucho menos como propiciadora de esa problemática por su incapacidad de entender que el ecosistema bidimensional que descansaba centralmente en la alianza familia-escuela ha sido agotado, y que entre una y otra institución hay un conjunto complejo de dispositivos mediadores, entre ellos los medios de comunicación, que posibilitan al joven el acceso simultaneo a distintos mundos posibles. La dimensión expresiva de las culturas juveniles no se reduce al comportamiento más o menos alocado de unos "no-niños, no-adultos", en sus prácticas y lecturas del mundo radican pistas clave para descifrar las posibles configuraciones que asuma la sociedad.

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Es en este sentido que los planteamientos de la antropóloga Margaret Mead , hechos en 1969, cobran una vigencia particularmente relevante. Mead recurre a un triple esquema para explicar la reproducción sociocultural; para ella existen tres tipos de culturas; a) la posfigurativa que en términos simples es aquella en la que los niños aprenden de sus mayores. El presente y el futuro están anclados en el pasado. Son propiamente las culturas de la tradición; 27 Agradezco profundamente a Jesús Martín Barbero haber llamado mi atención sobre un texto de Mead, Cultura y Compromiso, y sugerirme pistas centrales y algunas de las claves para la interpretación de este texto a la luz del momento

b) la cofigurativa es aquella en la que tanto niños como adultos aprenden de sus pares. El futuro está anclado en el presente. Son propiamente las culturas de la modernidad avanzada; c) la prefigurativa es aquella cultura en la que los adultos aprenden de los niños; para Mead se trata de un momento histórico sin precedentes "en el que los jóvenes adquieren y asumen una nueva autoridad mediante su captación prefigurativa del futuro desconocido" (1970; 35). Hay que señalar que toda clasificación es arbitraria planteada siempre en función de ciertos supuestos; en tal sentido, lo que interesa rescatar de Mead, es el señalamiento de que la sociedad esta experimentando un nuevo momento cultural, donde pasado y presente se reconfiguran a parir de un futuro incierto y que son los jóvenes los actores "mejor dotados" para asumir la irreversibilidad de los cambios operados por elementos tales como la mundialización, el desarrollo iconológico, la internacionalización de la sociedad, entre otros. De maneras diversas, algunos estudiosos de la juventud hemos señalado que las representaciones y practicas 28

juveniles debieran ser leídas como “metáforas del cambio social . Aceptar este planteamiento permitiría romper con ciertas lecturas lineales que solo atienden a las actitudes contestatarias o impugnadoras de los jóvenes, y privilegiar un acercamiento en términos de cambio social, es decir, "hacer hablar" al conjunto de elementos que entre los jóvenes apuntan a "nuevas" concepciones de la política, de lo social, de la cultura, en lo general; y, en lo particular, a los modos de relación con el propio cuerpo, con los elementos mágicoreligiosos, con las instituciones. Porque el análisis de estas dimensiones revela las formas y contenidos que puede ir asumiendo la sociedad. La propuesta de Mead debe ser colocada en referencia a la multitemporalidad de los procesos sociales, especialmente en el caso de América Latina, lo que significa hacerse cargo de que nuestra modernidad debe ser entendida como un presente que comporta una vasta historia de signos culturales heterogéneos” (Hopenhayn, 1995). En otras palabras, al interior de una misma sociedad pueden presentarse simultáneamente formas post, co y prefigurativas que, coincidiendo en el espacio y en el tiempo, no comparen los modos de 29

relacionarse con el futuro y con el pasado , vectores que modalizan las relaciones sociales. Pese a ello y sin dejar de reconocer el peligro de las generalizaciones, pensar que el mundo se esta desplazando hacia formas culturales prefigurativas posibilita colocar el análisis de las culturas juveniles como lugares de nuevas síntesis sociopolíticas que están construyendo referentes simbólicos distintos a los del mundo adulto, o bien, usándolos de maneras diferentes. Mead, juega con una analogía interesante. Los jóvenes pensados como los primeros colonos o pioneros de la formación del nuevo mundo. Para la antropóloga, la figura del sujeto juvenil en la sociedad actual se asemeja a: "los inmigrantes que llegaban como pioneros de una nueva comarca, sin ningún conocimiento acerca de lo que les exigirían sus nuevas condiciones sociales. Los últimos en llegar podían tomar come modelos a sus grupos de pares. Pero entre los que inauguraban la corriente, los adultos jóvenes tenían por único modelo sus propias adaptaciones e innovaciones experimentales. Su pasado, la cultura que había plasmado su comprensión sus pensamientos, sus sentimientos y sus concepciones del mundo no eran una guía segura para el presente. Y los ancianos que los acompañaban, alados al pasado, no podían proporcionarles modelos para el futuro" (1970). Distintas adscripciones identitarias juveniles y los colectivos a que estas, dan forma revelan como una constante la gran capacidad de adaptación de los jóvenes ante situaciones novedosas y la experimentación innovadora y esencialmente desacralizadora, como actitudes y competencias a través de las cuales se posicionan en el mundo. Desde luego puede argumentarse que esto es una consume histórica que se repite, en

la medida en que han sido los adultos jóvenes los que en diferentes etapas históricas han "roto" o por lo menos reformulado los sentidos sociales dominantes. Sin embargo, la analogía de Mead coloca como un punto clave para la reflexión el quiebre en los modos de transmisión de los conocimientos y valores de una sociedad. 28 De manera pionera esta idea ha sido desarrollada por el investigador catalán Carles Feixa (1988). 29 Por ejemplo entre los pueblos indígenas, la tradición esta anclada en un respeto profundo por los ancianos, lo que es vivido por cientos de jóvenes indígenas como un orden absolutamente natural. Situación que coexiste en un México donde diversos colectivos juveniles guardan hoy profunda distancia (crítica) respecto de instituciones y practicas del mundo adulto y oficial.

En tal sentido, la novedad que comportan las culturas juveniles para la vida social escriba, no tanto en sus prácticas mas o menos irruptivas o disrrptivas o en su resistencia a la socialización, sino fundamentalmente en la velocidad y capacidad de procesamiento de la información que hoy, de manera inedia, circula por el planeta. A esta forma de integrar conocimientos de muy diversa índole para producir "nuevos" significados, la llamé 30

en 1995 después de un prolongado trabajo de campo entre bandas juveniles , cuyas representaciones del mundo si bien tendían a reproducir algunos esquemas de una cultura machista, religiosa y homofóbica, hablan encontrado maneras novedosas para resistir las condiciones de miseria y opresión en las que se encontraban inmersos, transformando por ejemplo, mediante complejas operaciones cognitivas y simbólicas, los estigmas sociales que sobre ellos pesaban en emblemas identitarios. Hoy, esta metáfora orgánica, la del metabolismo acelerado puede ser sustituida por una metáfora tecnológica, visual y auditiva el videoclip. El videoclip rompen la lógica narrativa al generar un discurso sincrético de “imposibles narrativos” (Reséndiz, 1991), que se encuentran fuera de los relates de la modernidad. Su especificidad expresiva radica en la ruptura espacio- temporal" de los elementos audiovisuales. Para este autor, el encadenamiento no visual de los enunciados del videoclip "no puede leerse desde el espacio cognitivo del discurso de la modernidad". Son otros los mapas que se requieren para codificar y decodificar el sentido y las formas de esta narrativa, que no solo se sobrevive a si misma, cosa que se preguntaba Resendiz en 1991, sino y que parece afianzarse, mas 31

allá de su especificidad como "genero" o "formato", como "estilo expresivo" . El término clip que le otorga un sentido distinto y particular al video: "como instrumento para unir dos conceptos", es el que señala lo que anticipaba Resendiz, el videoclip como condensador de múltiples discursos propios de la sociedad industrial avanzada: el cine, la publicidad, la imagen digitalizada, la coreografía, la música, el decorado. Decir que los jóvenes piensan en videoclip (el mundo como una sucesión de imágenes, no necesariamente armónicas y coherentes), es una forma de aludir a los modos condensados de representación y acción de las culturas juveniles, que con nuevo lenguajes o mejor, nuevas síntesis, parecen señalar a través de sus prácticas y expresiones cotidianas que han rebasado los modelos post y cofigurativos. Si el palimpsesto ha sido una figura clave para interpretar los procesos de apropiación y resistencia de las cultures populares, hoy, es la figura del hipertexto la que mejor permite acercarse y comprender los procesos de configuración simbólica y social de las culturas juveniles. El hipertexto, mas que una reescritura (como lo implica el palimpsesto) supone la combinación infinita y los constantes links ligaduras) que reintroducen permanentemente un cambio de sentido tanto en su acepción de dirección como de significación. Se puede ir hacia adelante o hacia atrás, hacia un lado o hacia el otro, arriba o abajo y en otro plano, al saltar de un site a otro puede perderse de vista el punto de partida o el "sentido original" (aunque la 'Ventana inicial" permanezca ahí, lista para ser activada), lo que para estos navegantes, los jóvenes, es irrelevante, en la medida en que cada "salto" los coloca con renovado entusiasmo en un nuevo lugar. En buena medida esto ha ocasionado muchas dificultades tamo para IDS estudiosos de las culturas juveniles como para las instituciones de control social, para "fijar" a los sujetos y comprender el sentido de sus prácticas. Como los inmigrantes precursores de Mead, las culturas juveniles parecen "adaptarse e interpretar el mundo contemporáneo con mayor facilidad que los adultos socializados por el discurso lineal y continuo de la

modernidad, entrenados para la decodificación binaria del mundo (hombre/mujer, blanco/negro, cielo/infierno) 30 Esta experiencia esta recogida en el libro En la colle otra vez Las bandas juveniles, texto que fue actualizado en 1995. 31

El

cine,

por

ejemplo,

ha

ido

incorporando

elementos

del

videoclip.

Los quiebres de la identidad Para intentar comprender los sentidos que animan a los colectivos juveniles y a los jóvenes en general, hay que desplazar la mirada de lo normativo, institucionalizado y del "deber ser", hacia el terreno de lo incorporado y lo actuado; buscando que el eje de "lectura" sea el propio joven que, a partir de las múltiples mediaciones que lo configuran como actor social, "haga hablar" a la institucionalidad. Las identidades juveniles no pueden pensarse al margen de las transformaciones en las coordenadas espacio-temporales de la llamada "sociedad red" (Castells, 1999); no resulta factible hacer su análisis si se soslaya el importante papel que el mercado esta jugando en la redefinición de las relaciones entre Estado y la sociedad. El tiempo y el espacio son coordenadas básicas para la vida social. Y también ellas se ven enfrentadas a múltiples tensiones por la aceleración y la contracción o expansión (según se vea) en la era de las nuevas tecnologías de información. La recepción en tiempo real de las noticias-mundo y el acceso (desigual) a discursos y productos culturales de todos los puntos del planeta, posible por los medios de comunicación y la Internet, vuelven mucho mas complejo el panorama social para el joven, en la medida en que lo acercan a representaciones que pueden entrar en franca contradicción con los supuestos valorados localmente poniendo en crisis la legitimidad de algunas representaciones, obligándolo a un reajuste constante entre su experiencia inmediata y ciertos discursos que parecen cada vez menos lejanos. Las representaciones, los sentidos de la vida, se ven enfrentados a una sensación de "extrañamiento", que implica someter a prueba constante el valor operado. En términos prácticos ello significa que hoy, como nunca, la identidad esta atravesada por fuerzas que rebasan la dimensión local y la conectan a "comunidades imaginarias", en el sentido manejado por Anderson (1983), que desbordan los limites geográficos del Estado-nación. Por ello resulta fundamental indagar sobre; las fuentes que nutren los imaginarios de los jóvenes y ubicar .los referentes a los que atribuyera mayor o menor credibilidad y como a partir de estas fuentes se derivan "programas" de acción. Sin embargo, si algo parece claro hoy día, es que a los fenómenos de globalización y desterritorialización económica y mundialización de la cultura, se le oponen fenómenos de "relocalización". Los jóvenes parecen "responder" a estos flujos globales, dotando de sentido a "nuevos" territorios, que en términos socioespaciales 32

pueden ser pensados como "comunidades de sentido" , por ejemplo, el grupo en el barrio, el colectivo cultural o político, etc., que, entre otras funciones, operan como una especie de "circulo de protección" ante la incertidumbre provocada por un mundo que se mueve mucho mas rápido que la capacidad del actor para producir respuestas. Por ello cobra un peso decisivo la indagación en torno de los consumos culturales, que hay que pensar como una categoría compleja, de carácter situacional y diferencial; resulta urgente dotarla de una densidad mayor que la que la restringe al conteo de horas empleadas en ver televisión o hablar con los amigos o leer el periódico. Si "el consumo sirve para pensar", como ha señalado García Canclini, es porque su análisis permite entender las distintas configuraciones del mundo, que de maneras contradictorias y complejas los jóvenes construyen a partir de sus vínculos con las industrias culturales pero anclados en sus propios colectivos o lugares de significación. 32 Concepto que retomo de los trabajos del mexicano Guillermo audiencias

Organizar el desconcierto

OTXJZCO

(1991) en relación con sus estudios sobre activas.

Los jóvenes, las mujeres, los ecologistas, algunos movimientos indígenas y étnicos, constituyen hoy lo que 33

algunos teóricos de los movimientos sociales denominan "nuevos movimientos sociales " que en términos muy generales se distinguen por: a) No partir de una composición de clase social (aunque no la excluyen). b) Organizarse en torno de demandas por el reconocimiento social y la afirmación de la identidad (y no por la búsqueda del poder). c) Ser más defensivas que ofensivos (lo que no necesariamente se traduce en mayor vulnerabilidad). Pese a estas características, estos movimientos sociales se han convertido en verdaderos agentes de transformación social en la medida en que ellos tienden a ocupar espacios donde no existen instituciones o donde estas han dejado de responder (según la percepción de la gente) a las necesidades y demandas de la sociedad. Pero, mas que interesar aquí un planteamiento acabado en torno de los movimientos sociales, interesa utilizar la figure de los nuevos movimientos sociales para entender el replanteamiento de las formas de organización de los jóvenes que desbordan los modos tradicionales de acuerpamiento social. Asumir que los jóvenes se agrupan o debieran agruparse y organizarse alrededor de principios racionales inscritos en la lógica de determinadas prácticas políticas, es cada vez menos un principio operante, Al deterioro de las instituciones y formas de la política "clásica", la respuesta, por la vía de la acción colectiva juvenil, ha sido la de formación de asociaciones de distinta índole que cristalizan intereses parciales de alcance limitado. La tensión en la escena pública, que se expresa, a través por ejemplo, de la visibilidad de cierta "involución política" (el regreso de los autoritarismos) y la emergencia de practicas mas abiertas y tolerantes -todavía deudoras de antiguas herencias-, obliga a la cautela, Entonces, mas que hablar de "formas organizativas novedosas", habría que hablar de "multiplicidad de expresiones juveniles organizativas". Sin implicar que sea un fenómeno nuevo, puede decirse que a partir de la década de los 80 (que puede ubicarse de manera laxa como el inicio de la crisis estructural de la llamada modernidad tardía), los jóvenes han ido buscando y encontrando formas de organización que, sin negar la vigencia -y poder de convocatoriade las organizaciones tradicionales (partidos, sindicatos, grupos de iglesia, clubes deportivos), se separan de "lo tradicional" en dos cuestiones básicas: de un lado, se trata de expresiones autogestivas, donde la responsabilidad recae sobre el propio colectivo sin la intermediación o dirección de adultos o instituciones formales (por ejemplo, grupos de bandas, de taggers, de góticos, de anarcopunks, etc.); y de otro lado, la concepción social de una forma de poder a través de la cual buscan alejar el autoritarismo. Por supuesto, el objetivo no es el de mitificar las expresiones organizativas juveniles, sino el de señalar algunas de las características que, exploradas de manera cualitativa, requerirían, para tener un panorama mas extenso, formas de objetivación complementaria, datos "duros". Resulta urgente captar la heterogeneidad y la diversidad de expresiones organizativas juveniles, las que aquí se han denominado "tradicionales" tanto como las emergentes, y ubicar como se experimenta desde ellas el poder, la autoridad, la formulación de proyecto(s), las formas de gestión, las formas de inclusión de sus miembros, las estrategias de reclutamiento, las interacciones con otras organizaciones en el piano horizontal (otros movimientos sociales) y vertical (con el Estado y las instituciones gubernamentales) y, especialmente, los len-guajes que estas organizaciones expresan como nuevos signos de lo político. 33

Entre

otros,

pueden

mencionarse

a

Touraint

a

Pizzomo

y

a

Melucci.

CAPITULO 3 ENTRE: LA INSUMlSlÓN Y LA OBEDIENCIA BIOPOLÍTICA DE LAS CULTURAS JUVENILES El control panóptico cumplía una función importante; sus instituciones eran concebidas ante todo como cosos correccionales. Su propósito aparente era retirar al preso del camino de la perdición moral que había lomado por propia voluntad o al que se había visto arrojado sin culpa suya; inculcarle hábitos que le permitieran volver al redil de la "sociedad normal"; "detener la podredumbre moral", combatir y vencer la pereza, la ineptitud, la falta de respeto por las normas sociales o la indiferencia hacia ellas; todos esos males que se sumaban para volverlo incapaz de llevar una vida normal". ZYGMUNT BAUMAN (1999)

Las grandes revoluciones históricas han inventado, entre otras cosas, los cuerpos ciudadanos, en el sentido de modelar según los esquemas de los proyectos triunfadores como debía ser este cuerpo en sus dimensiones 34

públicas y privadas . El cuerpo caliente y masculino de la Grecia clásica, el cuerpo frío y negado de la época victoriana, el cuerpo disciplinado de la Europa protestante, el cuerpo sufriente de la tradición judeo-cristina, 34 Un excelente análisis de estos elementos lo ofrece Richard Sennet, en su libro Carne y piedra (1997).

CAPITULO 5

NACIONES JUVENILES. CIUDADANÍA: EL NOMBRE DE LA INCLUSIÓN

Y aquí es donde uno se pregunta, a partir de las relaciones entre antropología y comunicación (...) entre las series culturales y comunicacionales y las políticas, económicas y sociales, si algo no esta faltando en América Latina. Si algo no se quedo raudo. Ya sea (rente a los precarios procesos de integración, crudamente economicistas, casi olvidados en las agendas de análisis sociocultural... O frente a cantos otros procesos, que debieran ser el centro o el contexto de la sincronización entre los tiempos relativamente largos de las investigaciones académicas y los cortos, reales, del análisis y la acción política. ANIBAL FORD (1999)

Al iniciarse la década de los noventa se consolidaron o se aceleraron algunas de las tendencias que venían anunciándose desde la década anterior, esto es: la mundialización de la cultura por vía de las industrias culturales, los medios de comunicación y las súper tecnologías de información (Internet es el ejemplo mas acabado, aunque no el único); el triunfo del discurso neoliberal montado sobre el adelgazamiento del Estado y sobre la exaltación del individualismo; el empobrecimiento estructural y creciente de grandes sectores de la población; descrédito y deslegitimación de las instancias y dispositivos tradicionales de representación y participación (especialmente los partidos políticos y los sindicatos). Estos elementos han significado para los jóvenes una afectación en: a) su percepción de la política, b) su percepción del espacio y c) su percepción del futuro Situados en los márgenes de la sociedad -objetiva o simbólicamente-, los jóvenes, pese a las diferencias (de clase, de género, de emblemas aglutinadores) parecen compartir varias características en este fin de siglo, como se ha intentado mostrar con algunos casos empíricos. 1. Poseen una conciencia planetaria, globalizada, que puede considerarse como una vocación intemacionalista. Nada de lo que pasa en el mundo les es ajeno, se mantienen conectados a través de complejas redes de interacción y consumo, dentro y fuera de los circuitos del mercado. 2. Priorizan los pequeños espacios de la vida cotidiana como trincheras para impulsar la transformación global 3. Hay un respeto casi religioso por el individuo, que se conviene en el centre de las practicas. Puede decirse que la escala es individuo-mundo y que el grupo de pares no es ya un fin en si mismo (corno sucedía en la década de los ochenta), sino una mediación que debe respetar la heterogeneidad. 4. Existe una selección cuidadosa de las causas sociales en las que se involucran. Sus protestas tienen dedicatorias explícitas y van de las grandes transnacionales, a las policías y gobiernos locales. 5. El barrio, entendido como el territorio propio, ha dejado de ser el epicentro del mundo y de sus prácticas.

Tránsitos y mutaciones Cuando los mapas geopolíticos del mundo se transforman, cuando los Estados nacionales parecen verse desbordados por un aclarado proceso de globalización y cuando la organización social de la tecnología parece haberse convertido en un eje central para la definición de los proyectos sociales de fin de siglo, la pregunta por la conformación de las culturas juveniles adquiere una importancia fundamental, en tanto ellas son portadoras de las contradicciones constitutivas de unas sociedades en acelerados procesos de transformación. De que manera los jóvenes están realizando la idea de nacionalidad, de que maneras articulan sus microuniversos simbólicos con los procesos globales, de que manera incorporan, reinterpretandolos, los

sentidos culturales objetivados en instituciones, discursos, productos, de que" manera sus practicas revelan la tensión entre la tradición y el cambio social. Se trata de preguntas complejas que demandan colocarse en el terreno de las practicas sociales, en los territorios de los jóvenes; pero de otro lado resulta clave no perder de vista que los jóvenes son actores en el mundo social y no fuera de este, y en tal sentido, la: agenda de investigación en torno a los jóvenes debe ser capaz de plantear interrogantes al conjunto de la sociedad. Se trata entonces de entender las identidades juveniles en el entramado complejo y múltiple de sus interacciones. Es importante en este sentido retomar el concepto propuesto por Mary Louise Prau (1997): "zona de contacto", en sus estudios sobre las formas de relación y representación entre las metrópolis colonizadoras y las "periferias". Desde una perspectiva critica, Prau pone de relieve "que los sujetos se constituyen en y por sus relaciones mutuas", lo que permite a la autora trascender en su análisis la dicotomía entre dominantesdominados y mirar las relaciones en términos de "copresencia, de interacción, de una trabazón de comprensión y practicas, muchas veces dentro de relaciones de poder radicalmente asimétricas". Asumir este enfoque, que afortunadamente empieza a ser una perspectiva compartida por muchos estudiosos de las culturas juveniles, implica entender que los jóvenes no están "fuera" de lo social, que sus formas de adscripción identitaria, sus representaciones, sus anhelos, sus sueños, sus cuerpos, se construyen y se configuran en el "contacto" con una sociedad de la que también forman parte. Proponer la reflexión en estos términos significa aceptar el desafío que están planteando dos elementos fundamentales y que pueden considerarse hoy ya como constitutivos apócales: a) la transformación en las formas de "ciudadanía", b) la transformación en la percepción y, concepción del espacio y del tiempo, operada por los procesos de globalización. En lo que toca a la globalización, hay que señalar que ninguna cultura local, ningún grupo social puede hoy entenderse al margen de los vínculos, cruces y a veces yuxtaposiciones entre lo local, lo nacional y lo global. Sin embargo, esta tríada amenaza con convertirse en un discurso muy cómodo para apelar de manera genérica y socializadora a un proceso que solo la investigación con arraigo empírico -que no empirismo- puede ayudar a comprender a través de sus expresiones y manifestaciones particulares. El mundo como realización de lo local y lo local como expresión de un mundo múltiplemente conectado, configuran el escenario complejo de fin de siglo. El mundo se desterritorializa, es cierto, con respecto al quiebre de un centre con la periferia, con respecto al discurso de un mercado que se globaliza, con respecto a Internet y sus redes virtual es, pero solo para volver a relocalizarse, a reterritorializarse, es decir a establecer sus nuevas coordenadas de operación. Quizás uno de los elementos mas pertinentes de estos procesos en relación con las culturas juveniles es lo que podríamos denominar "invención del territorio", noción que permita trabajar la relación entre la reorganización geopolítica del mundo y la construcción-apropiación que hacen los jóvenes de "nuevos" espacios a los que dotan de sentidos diversos al trastocar o invertir los usos definidos desde los poderes. Por ejemplo, las culturas juveniles han dotado "a la calle", al concierto o "la tocada" -como nombran los espacios musicales los jóvenes mexicanos- de una función política que desborda los espacios formales y legítimamente constituidos para la práctica de la política. Al dotar a "la esquina" del barrio de fundones múltiples como escuchar música, discutir cuestiones publicas, estar juntos, leer poemas y realizar algunas ceremonias colectivas de consume de drogas, los colectivos juveniles que existen en los ámbitos locales transforman el territorio en un signo cultural y político que vuelve evidente, sin la explicitación de la protesta, las exclusiones derivadas de un orden social que al globalizarse opera un vaciamiento de sentido en el espacio. Junto con otras categorías socioculturales de identidad, mujeres e indígenas por ejemplo, los actores juveniles, al inventar territorios para la acción en una forma de respuesta a las exclusiones, valores, símbolos y formas de comunicación derivadas de la globalización y portadoras de sus propios mecanismos de dominación, señalan que todos estos procesos de escala planetaria no desaparecen el territorio, ni lo convierten en un "no lugar", a la manera de Auge (1993). El análisis de las culturas juveniles desde estas lógicas posibilita entender la reconfiguración de lo local en sus

relaciones complejas (de resistencia, negociación y conflicto) con lo global. Quizás uno de los "lugares" que se ha visto sacudido desde sus raíces por la dinámica de cruces y cheques entre lo global y lo local sea el de la ciudadanía, que condensa uno de los debates centrales para la sociedad, hoy: la inclusión frente a la exclusión. Mas que abordar en este punto, la crisis económica y política de la modernidad latinoamericana, sin olvidar estos factores, resulta fundamental pensar la crisis cultural de la modernidad latinoamericana, que se ha vuelto mas evidente conforme se vuelven visibles los actores, las practicas y los procesos, que, en su afán de volverse moderna, América Latina "olvido", en tamo no cabían en un proyecto de signo eurocéntrico, masculino, adulto y blanco. Indígenas, negros, mujeres, quedaron al margen por su "inviabilidad". Después de sesenta años de 63

"modernidad" en -la región" , los excluidos han vuelto al centro del debate y de la acción, volviendo visible la incapacidad de este modelo para incorporar la diferencia, sin convertiría en desigualdad. Los reclamos aparecen en la forma de mujeres que buscan mayores y mejores espacios de participación, de movimientos indígenas y éticos que reclaman su derecho a la inclusión desde su diferencia, en la dramatización con que las culturas juveniles narran su identidad. Manifestaciones todas de la crisis sociopolítica cuyo núcleo radica en la cultura, es decir, en la forma en que se construyo el modo de pensar, mirar y nombrar el mundo. Las culturas juveniles, algunos movimientos indígenas y un protagonismo ciudadano creciente, han venido a cuestionar el poder legitimo de unos Estados autoritarios y a evidenciar las promesas incumplidas de una modernidad que no ha logrado hacer realidad el sueño de unas naciones en las que todos caben. En las practicas irruptivas de muchos colectivos juveniles, mas allá de la estridencia o el silencio, mas allá de la resistencia o el conformismo, mas allá de las músicas y los graffitis, lo que se puede ver es el estallamiento en mil pedazos de ese proyecto político social que se muestra incapaz de ofrecer alternativas a mas de 200 millones de latinoamericanos en situación de pobreza. El modelo clásico y restringido de la ciudadanía, en sus tres dimensionas: civil, política y social (Marshall, 1365), se ve hoy fuertemente cuestionado por lo que algunos estudiosos, Rosaldo (1992) por ejemplo, denominan "ciudadanía cultural", para hacer alusión al derecho a la ciudadanía desde la diferencia. Diferentes analizadoras socioculturales permiten fortalecer esta idea. Por ejemplo, el movimiento indígena zapatista del sudeste mexicano, aparecido en 1994, en su fase temprana planteó varias e importantes ideas, aquella de "para todos, todo, nada para nosotros" o la consigna de "mandar obedeciendo". Lo que el movimiento indígena ha logrado, ha sido plantear una idea distinta del ejercicio del poder. Aparecen en la arena política movimientos no interesados en la loma del poder, pero si en propiciar otras formas de poder, lo que ha venido a reconfigurar in idea de una ciudadanía pasiva, a una de carácter activo. La visibilización se conviene en nueva estrategia política. La carnavalización de la protesta, la dramatización de los referentes identitarios, la imaginación para captar la atención de los medios de comunicación, trastoca las relaciones en el espacio público y señala la transformación en los modos de hacer política. El Lema de la visibilidad es un asunto clave en lo que toca a la reconfiguración de las formas sociopolíticas del mundo. Las culturas juveniles se vuelven visibles. Los jóvenes, organizados o no, se convierten en "termómetro" para medir los tamaños de la exclusión, la brecha creciente entre los que caben y los que no caben, es decir, "los inviables", los que no pueden acceder a este modelo y que por lo tanto no alcanzan el estatuto ciudadano. De otro lado, no puede dejar de señalarse la centralidad de la cultura en las sociedades contemporáneas. Lo que he venido llamando la culturalización de la política, para hacer alusión a la reconfiguración de los referentes que orientan la acción de los sujetos en el espacio publico y los llevan a participar en proyectos, propuestas y expresiones de muy distinto cuno, pone en crisis los supuestos de una política dura, normativizada y restringida a los "profesionales". 63 Tomando como fecha la década de los treinta, momento de la "epopeya" modernizadora en el case de México, Argentina y Brasil.

Es esita idea la que a mi juicio, puede ayudar a destrabar no solo las agendas de investigación para universidades y organizaciones sociales, sino de manera fundamental las agendas para las políticas publicas,

para los partidos y las autoridades. Se trata de señalar aquí, enfáticamente, que no es que los jóvenes sean apáticos, ni estén ausentes de la participación como quiere hacernos creer cierto tipo de discurso desmovilizador; y, por supuesto, sin intención de convertir estas paginas en apología de los jóvenes, puede afirmarse, a través de una ya larga trayectoria de investigación empírica, que los jóvenes, aunque de manera balbuceante, están inaugurando "nuevos" lugares de participación política, nuevos lugares de enunciación, nuevos lugares de comunicación.

Preguntas y articulaciones A veces parece existir una especie de reproche a los investigadores que trabajamos desde los colectivos juveniles y desde sus procesos de adscripción identitaria, cuando nombramos su identidad a través de una palabra; raztecas, góticos, taggers, punks, metaleros, etc. Nombres que se interpretan desde las lecturas externas como un proceso de etiquetación promovido por los propios investigadores. Pero, lo que se intenta con este tipo de análisis es recuperar el modo en que cada uno de estos grapes juveniles construye sus propios procesos de autoidentificación. Son los nombres con los que se autonombran y cuya diversidad y expansión señala, entre otras cosas, la fragmentación identitaria entre los jóvenes y la diferenciación de caminos y búsquedas que emprenden en su intento por domesticar el caos. La pregunta pertinente, me parece, es si esta fragmentación puede pensarse realmente en términos de multiculturalidad tanto a escala local como a escala global o, estamos asistiendo a un proceso de "gheiizacion" de las identidades que terminará por volver autistas o terriblemente intolerantes a las distintas agregaciones juveniles, procesos favorecidos tanto por la especialización del mercado como por el papel que, algunos medios de comunicación están jugando en el modo de narrar el conflicto social.

Crear las alternativas Los distintas formas de agregación juvenil parecen estar reivindicando de manera creciente el valor de lo local, del conumitarismo y del autoempleo, que no pueden entenderse al margen de los procesos de globalización, de individualización y del proyecto económico dominante. En este nivel, por ejemplo, la creación de microempresas culturales y artesanales, de brigadas que hacen danza, boletines y otras producciones culturales (como en el caso de los raztecas y punks), obliga a un replanteamiento en el modo tradicional en que las políticas de juventud pretenden atender los problemas del empleo. Ante la precarización del empleo, llamada eufemísticamente "flexibilización", algunas identidades juveniles parecen encontrar la forma de decirle a la sociedad "yo puedo reinventar las formas de trabajo". En este nivel son varias las preguntas pertinentes. Por ejemplo, la necesaria indagación en relación con las formas de autoempleo que aparecen entre los jóvenes y que de un, lado hacen visible el deterioro estructural de los mecanismos de incorporación social, pero de otro lado, apuntan hacia una "sensibilidad" distinta para relacionarse con la lógica del empleo formal característica del siglo XX. Hay ahí una pregunta estructural y una pregunta cultural.

Rituales para, el desconcierto En el trabajo de seguimiento y acompañamiento de las formas que asumen las identidades juveniles, la pista en torno a la socioestética, come como una categoría que permite analizar la manera en que "la forma" termina por convertirse en fondo. Un conjunto importante de colectivos juveniles empiezan a buscar maneras posibles de salir de los circuitos del mercado, entendido aquí como la oferta regulada de "identidades a la carta". El vestuario, las marcas corporales; la apariencia, buscan no solo la expresión libre del cuerpo, sine la dramatización de algunas de las creencias fundamentales de las que hacen parte. Muchas de las estéticas juveniles son producto de mezclas, préstamos e intercambios, que resignifican en una solución de comunidad la contradicción. En este nivel no basta el trabajo in situ, es decir no basta "estar ahí", en términos antropológicos (Geertz. 1997). Se trata también de trabajar con los productos y los procesos de producción cultural de los jóvenes, para tratar de "escuchar"' que es lo que están tratando de decir a través de sus músicas, de su poesía, de sus grafittis., que es lo que están tratando de decide a la sociedad en términos de configuraciones cognitivas y configuraciones afectivas y especialmente, de configuraciones políticas.

Los anclajes Con relación a las rupturas de las formas de vida socialmente legitimadas, entre los jóvenes, resulta fundamental no perder de vista las diferencias y similitudes ancladas en la pertenencia a una clase y a los diferentes estratos socioeconómicos. Las generalizaciones siempre; resultan peligrosas y en sociedades tan jerárquicamente clasistas como las nuestras, este componente sigue jugando un papel clave a la hora de la conformación de las identidades sociales. De que jóvenes estamos hablando, donde están sus anclajes profundos y sus anclajes situacionales.

Fuerzas y tensiones El estudio de las concreciones empíricas que asumen las diferentes-grupalidades juveniles permite no solo el análisis "fino" de representaciones y prácticas diferenciadas. Las expresiones juveniles, señalan, de diferentes maneras, que la globalización no es solo un fenómeno de carácter económico o un proceso que paso solamente por los grandes medios de comunicación. No se puede tampoco apelar, simplistamente, a una explicación por la vía del "contagio cultural". Si hay algo que parece caracterizar a los movimientos sociales del tercer milenio es la tensión entre dos fuerzas aparentemente antagónicas. La metáfora gravitacional puede ser útil aquí. Una primera fuerza "centrípeta" (la que mantiene a los cuerpos girando alrededor de un centre) se manifiesta en el constante retorno a un pasado que se extravió en alguna parte del camino; los movimientos ambientalistas, algunos movimientos indigenistas y varios movimientos juveniles, se moverían "atraídos" por "el centro" que puede representar la refundación del pasado. De otro lado, una fuerza centrifuga (la que aleja a los cuerpos del centro hacia la tangente), estaría expresándose en los movimientos de repliegue, de automarginación frente a un presente que se percibe caótico y sin opciones. La denegación de la política altamente política, de la que habla Beck (1999), puede entenderse muy bien en estos movimientos desde los márgenes. Estas tensiones no se corresponden con los movimientos conservacionistas y tampoco con el individualismo narcisista de la era posmoderna. El asunto es complejo y escapa a la etiquetación ideológica en estos tiempos en que el sentido no tiene domicilio fijo. No hay demasiadas certezas pero los nuevos habitantes de la aldea global no parecen encontrarse demasiado cómodos en el tiempo-espacio del presente, y lo hacen sentir. El que numerosos colectivos juveniles (y muchos movimientos sociales), retomen a los temas indígenas, a los temas de la negritud, al de las minorías inmigrantes o a la nación fundacional, como el caso de las identidades chicanas en los Ángeles que han acunado para esa ciudad el nombre la "Nueva Azulan" (según algunas teorías, Azulan es el nombre original de México), plantea una pregunta con mayúsculas. Procesos que pueden verse como una búsqueda de referentes, de certidumbres, de lugares de anclaje. Ante la velocidad, el deterioro de los emblemas aglutinadores y la disputa planetaria por la conquista de una nueva hegemonía capaz de reacuerpar a la sociedad, los jóvenes, ¿buscarían en el "origen" y en los "márgenes" elementos para explicar el presente y proyectar el futuro? En el proceso de blanquización de varias de las sociedades modernas latinoamericanas, el patrimonio del origen quedo como un pasado glorioso, que había que superar; en la adopción de un modelo en el que se dio una fuerte tendencia a borrar todo aquello que impedía el avance hacia esa modernidad de escaparate, hubo grandes perdidas. Hoy, actores históricamente excluidos de esos procesos de modernización, ciudadanos de tercera y quinta categoría, intentan recuperar ese pasado, a veces, de forma democrática; a veces, con ciertos regresos autoritarios o románticos. Pero no deja de resultar paradójico que en plena era de la "sociedad red" de la "aldea global" y de la llamada "sociedad postindustrial, se busque el sentido del presente en el pasado y el sentido del lugar en el afuera. Por ello, la relación. entre lo local y lo global implica como reto para la investigación, la capacidad de movimiento, de desplazamiento veloz y de atención concentrada en los distintos espacios que se convienen en lugares de altísima densidad significativa para pensar la sociedad. Estoy convencida de que uno de esos lugares es el de los territorios juveniles.

El "síndrome Giuliani" y los medios de comunicación Los jóvenes -aunque, por supuesto, no de manera exclusiva- se han convertido en los destinatarios de un autoritarismo que tiende a fijar en ellos de manera obsesiva los miedos, la desconfianza, las inquietudes que provoca hoy la vulnerabilidad extrema en diversos ordenes sociales. La "doctrina Giuliani" exportada al mundo desde Nueva York a partir de 1993. ha colocado en el ojo del huracán a los jóvenes de los sectores populares. "Tolerancia cero", como se denomino en NY la campaña policíaca para combatir el pequeño crimen, bajo el supuesto de que quien rompe una ventana o hace un graffiti es capaz de volar un edificio en pedazos, no solamente ha impactado a los gobiernos del continente en sus "programas" de combate a la violencia, sino que además, de manera tenia pero eficiente, se ha instalado en el lenguaje de los medios de comunicación (la televisión, principalmente) para actuar como caja de resonancia de un imaginario al que le sobran miedos y le faltan chivos expiatorios. El tratamiento informativo que se hace de la nota en general y en particular cuando se habla de los jóvenes, esta lleno de calificaciones y estigmatizaciones, que fomentan-generan una opinión publica que tiende a justificar el clima de violencia policíacos y de constantes violaciones a los derechos humanos. La configuración de los miedos que la sociedad experimenta ante ciertos grupos y espacios sociales tiene una estrecha vinculación con ese discurso de los medios que, de manera simplista, etiqueta y marca a los sujetos de los cuales habla. Mediante estas operaciones, ser joven equivale a ser "peligroso", "drogadicto o marihuana","violento"; se recurre también a la descripción de ciertos rasgos raciales o de apariencia para construir las notas. Entonces, ser un joven de los barrios periféricos o de los sectores marginales se traducen en ser "violento", "vago", "ladrón", "drogadicto", "malviviente" y "asesino" en potencia o real. Se refuerza con esto un imaginario que atribuye a la juventud el rol del "enemigo interno" al que hay que reprimir por todos los medios. Estamos aquí ante una especie de "transferencia" de responsabilidades. Al tratar la violencia, la falta de seguridad, el incremento de la delincuencia, sin contextos sociopolíticos, se hace aparecer a los sectores marginales, a los pobres de la sociedad, especialmente los jóvenes, como los responsables directos de la inseguridad en las ciudades y esto, de nueva cuenta, favorece el clima de hostigamiento y represión y otra vez, la justificación de las medidas legales e ilegales que se emprenden en contra de estos actores. De ahí que el saldo de los acontecimientos, arroje como balance una esquizofrénica dicotomía ente "muertos buenos" y "muertos malos", o peor aun "muertos olvidables". Las noticias de hechos de violencia en contra de jóvenes" se convienen en algo natural, normal, pasan a segundo piano, se olvidan. Y con esta amnesia se contribuye a la aceptación de la impunidad, a la tolerancia infinite que no es capaz de ponerle un freno a la violencia provenga de donde provenga. La multidimensionalidad de las violencias que han estallado en este último tramo hacia el tercer milenio, las vuelve difícilmente asibles y por lo tanto difícilmente representables. El mecanismo mas sencillo es el de recurrir a un "chivo expiatorio" a quien pasarle las facturas. La contribución que en esto realizan buena parte de los medios de comunicación por omisión o por acción, es indudable. Cuando las instituciones políticas han caído en el descrédito y deslegitimación, cuando la autoridad se muestra incapaz de dar respuestas eficientes a los problemas de las comunidades, cuando la sociedad no encuentra cauces de participación, es fácil que los medios dejen de ser precisamente eso, "medios", y se conviertan en actores de peso complete que se erigen en jueces, en árbitros, cuyas construcciones del acontecer tienen efectos reales sobre la sociedad contemporánea. Se trata de una bola de nieve, mientras impere un imaginario que atribuye a ciertos actores sociales unas características que justifiquen las razzias eufemísticamente llamadas "operativos antipandillas", mientras se consienta la violencia institucionalizada u otras, mediante mecanismos discursivos que la expliquen por su vinculación con algunos constitutivos identitarios (la religión, el color, la raza, la edad, el sexo), mientras impere entre gobernantes y gobernados una relación de miedo y desconfianza, no será posible avanzar en el diseño de principios reguladores que la sociedad requiere para enfrentar los desafíos que le plantea la magnitud de la crisis que atraviesa. Hay, en la triple relación: políticas públicas de combate a la delincuencia, el discurso y los dispositivos de los medios de comunicación y los imaginarios colectivos, una agenda de investigación urgente en tanto ella puede ayudar a repensar los modos de la ciudadanía juvenil.

Ciudadanías, un relato posible La irrupción en la escena política de las dimensiones de la vida privada y cotidiana y la visibilización creciente del discurso de la diferencia cultural como un componen-te indisociable -de las democracias modernas, han hecho estallar las concepciones clásicas de ciudadanía, que ha reconocido básicamente tres dimensiones: la civil, que garantiza los derechos civiles y las libertades personales para los miembros de un territorio delimitado; la política, que busca garantizar el derecho al sufragio y a la participación y, finalmente; la social (que aparece asociada al fortalecimiento del Estado de bienestar), referida a los derechos al bienestar y vinculados a la política social del Estado-nación (Marshall 1965). Estas tres acepciones conciben la ciudadanía como un status o situación legal (Ramírez, 1998), Lo que importa destacar aquí es que son los movimientos sociales en su compleja heterogeneidad los que han venido a señalar la insuficiencia de una conceptualización pasiva en la que la ciudadanía parece una graciosa concesión de los poderes y no, como de hecho esta demostrando ser, una mediación fundamental que sintetiza o integra las distintas identidades sociales que el individuo moderno puede actualizar (mujer, indígena, negro, profesional, consumidor, espectador, joven, publico, ho-mosexual, etc.), para participar con derechos plenos en una sociedad. El debate en lomo a la ciudadanía es hoy día uno de los mas vigorosos, tamo en los foros sociopolíticos como académicos, y ello se explica, en parte, por la necesidad de renombrar un conjunto de procesos de incorporación y reconocimiento social que no se agotan en la pertenencia a un territorio, en el derecho al voto y a la seguridad social, sino que de manera creciente se articulan a la reivindicación de la diferencia cultural como palanca para impulsar la igualdad. Se debate ya una cuarta dimensión de la ciudadanía, "la cultural" (Rosaldo, 1992), dimensión que se ha hecho visible en las luchas políticas de minorías y excluidos de los circuitos dominantes, en las que el reconocimiento de la pertenencia a una comunidad específica, con los derechos y obligaciones que de ello se derivan, es la demanda central £ la que se integran las otras dimensiones, sin anularlas ni contradecirlas. En el contexto latinoamericano, donde la política social y las políticas publicas para los jóvenes se restringen, en el mejor de los casos, al ámbito de la educación formal o capacitación, a la salud y el depone, este resulta un tema complejo. Algunas investigaciones empíricas han señalado que los jóvenes son especialmente sensibles a este tema. Quieren participar pero no saben como colocarse ante una sociedad que los exalta y los reprime simultáneamente. Cuando se indaga en su discurso, lo que va apareciendo es un conjunto de "prácticas sin nombre", es decir, la casi imposibilidad para ellos mismos de nombrar su pertenencia ciudadana. Ello me ha llevado a formular la hipótesis de que para la mayoría de los jóvenes, la ciudadanía se define en la practica , se iría de una concepción activa que se define en el hacer: "si estudio o trabajo (en lo que sea), hago una revista cultural o loco en un grupo, soy ciudadano", en cambio, "si no aparezco en lisias (de admisión a las instituciones de educación) o no consigo trabajo, la policía me reprime o carezco de espacios de expresión, no soy ciudadano". Así, la ciudadanía aparece directamente vinculada al eje de la inclusión-exclusión. Y, además de las condiciones objetivas que la soportan (instituciones, políticas, servicios, normas) tiene un componente afectivo importante que se expresa en "nuevas sensibilidades" (Martín Barbero, 1998), que reorganiza los saberes tradicionales en un contexto de incertidumbre para ponerlos a funcionar, a veces con un sentido pragmático, a veces critico, con el objeto de ganar espacios de inclusión y participación. Resulta difícil captar los distintos significados, tradicionales y emergentes con que los jóvenes dotan de sentido a la ciudadanía: la ciudadanía como el ámbito de los derechos civiles (tribunales, leyes, impartición de justicia); La ciudadanía como ámbito de los derechos políticos (democracia formal, democracia representativa y democracia directa); como ámbito de los derechos sociales (servicios de seguridad social, educación, derecho al empleo); como ámbito de los derechos culturales (inclusión reconocimiento de su identidad diferencial) Captar estos sentidos permitirá avanzar en la intelección de la distintas formas en que los jóvenes participan real o virtualmente en el espacio social. Si la ciudadanía se define en el hacer, son las practicas el territorio privilegiado para explorar la participación juvenil, que no puede restringirse, por las razones que se han discutido, a los ámbitos explícitamente formales. En la complejidad de sentidos con que los jóvenes habitan el espacio publico, radican pistas para entender el futuro en nuestras sociedades.

Si, de un lado, es fundamental reconocer (y aplaudir) los signos de una sociedad civil en plena emergencia;" de otro lado, se requiere de un optimismo cauteloso que permita hacer la critica de las formas de socialidad contemporánea.

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MODULO 3 ORGANIZACIÓN Y PARTICIPACIÓN

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INDICE METODOLOGIA DEL TALLER……………………………………………………………….3 “EL MOVIMIENTO SOCIAL EMPUJA EL CAMBIO POLÍTICO” 18 de octubre de 2011 Entrevista de Paul Walder a Alvaro García Linera, Vicepresidente de Bolivia…………………………………………………………………..4

POR LA RECONSTRUCCION DE UN DISCURSO NACIONAL Y POPULAR Realizado por el equipo Isepci Isaac Yuyo Rudnik………………………………………………………………………………..14

EL DESCONTENTO DESBORDADO, LA MOVILIZACIÓN ESTUDIANTIL, Y EL NUEVO CHILE Por Héctor Testa Ferreira………………………………………………………………………34

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METODOLOGIA DE FORMACION EL objetivo del encuentro es poder identificar los conceptos de participación y organización como la base que sustenta la posibilidad de generación de cambios sociales y políticos en los procesos latinoamericanos en general y de Argentina en particular. Deberá realizarse de manera descentralizada, primero habrá una instancia de formación de formadores a cargo de los capacitadores y la coordinadora general. Luego se implementarán en las diferentes zonas. Los conceptos a desarrollar serán: Democracia participativa y Estado. La organización como forma de generar alternativas políticas. Mecanismos de democracia participativa. América Latina y las experiencias de cambio a partir de los movimientos sociales y su participación en los gobiernos Luego, se debatirá sobre las características políticas, económicas y sociales que existen en la actualidad en la Argentina. Por último, se realizará un debate sobre nuestras propuestas en las cuales los participantes deberán pensar políticas, iniciativas y propuestas concretas enmarcadas en los debates llevados adelante en las instancias previas de la capacitación.

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“El movimiento social empuja el cambio político”

Alvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia, es también un destacado intelectual de la Izquierda boliviana y latinoamericana. Incluso hoy, en pleno proceso de cambio y bajo la intensidad del cargo, no sólo escribe profusamente sino que observa reflexivamente el trance revolucionario. Su historia revolucionaria en el Ejército Guerrillero Túpac Katari, su formación en ciencias puras y sociales (es matemático y sociólogo), su conocimiento del mundo y la cultura indígena, así como su atenta lectura de Marx, Lenin y Gramsci, entre otros, le llevó a moldearse como un nexo, o un traductor, entre los campesinos indígenas y las clases medias urbanas, señala el periodista Pablo Stefanoni en la introducción de La potencia plebeya, antología de ensayos del vicepresidente. La conversación que sostuvimos con el vicepresidente de Bolivia tuvo como contexto la marcha de los indígenas del Tipnis (Parque Nacional Isidoro Securé), conflicto que García Linera comprende como parte, tal vez necesaria, de las tensiones creativas de todo proceso revolucionario, cuyo desenlace si bien apunta hacia el socialismo, no es ni inmediato ni rápido ni tampoco unidireccional. Es un proceso singular. Como estudioso del marxismo y de cultura indígena, vínculo que intenta organizar y fusionar en sus numerosos ensayos, hoy observa el proceso de cambio político, económico y cultural boliviano como un proceso no sólo único, sino con muy pocas referencias en los clásicos. Durante diez años rastreó por diversas bibliotecas textos y cuadernos de Marx sobre “los pueblos sin historia”, sin encontrarlas. La revolución avanza en estas oleadas y retrocesos, en este camino de liberación en el que surgen tensiones, conflictos, que han de resolverse creativamente. Un proceso que no está libre de peligros. Desde 2005 el gobierno del presidente Morales ha estado expuesto a todo tipo de conspiraciones, ataques y atentados de la oligarquía y el imperio, que hoy espera utilizar para sus propios fines las nuevas tensiones sociales. En medio de esta permanente lucha y de todo esto nos habla el vicepresidente, García Linera. Han surgido nuevamente conflictos sociales, que están expresados con evidencia en la marcha de los indígenas del Tipnis. ¿Cómo se interpreta este movimiento en un contexto revolucionario protagonizado por la misma sociedad, por los mismos

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pueblos? Hay una mezcla entre legítimas preocupaciones y demandas de sectores sociales. Que no las hubiera hablaría de una sociedad muerta. Todo proceso revolucionario no es homogéneo, eso sería una dictadura. Un proceso revolucionario es un cambio continuo, tendencias, demandas, posiciones. La revolución es la forma de discurrir, orientados a fines y metas comúnmente construidas. En esta etapa, derrotado inicialmente el adversario fundamental y su proyecto de Estado, de economía, de sociedad -conservador, neoliberal, racista, neocolonial-, la efervescencia tiende a concentrarse al interior del movimiento popular, lo que hemos denominado las tensiones creativas de la revolución, contradicciones secundarias de un lado y de otro, porque no hay un diseño de cómo se conduce una revolución. Ni Lenin lo tenía. Todo proceso revolucionario siempre ha tenido esta complejidad respecto a la ruta. Comienzan a surgir tensiones al interior del movimiento popular como parte de la construcción del proceso revolucionario y el gobierno debe saber muy bien oír, equilibrar, potenciar. Pero como el adversario ha sido derrotado sólo temporalmente en su forma visible y personificada, intentará convertir las tensiones internas en contradicciones que escindan el bloque, que lo debiliten y lo desgasten. Siento que estamos viviendo en Bolivia esas tensiones, desde las que surgen movimientos legítimos. Es muy legítimo que los compañeros se preocupen sobre el futuro del bosque, pero también es legítimo que se demande una carretera para unir regiones. Sobre estas demandas se van a encontrar legítimas preocupaciones propias de sectores sociales, pero a veces está la presencia malsana de otro tipo de intereses, de orientaciones políticas que intentarán manipular, cooptar, direccionar estas tensiones para generar una confrontación. Una revolución es un proceso que tiene un horizonte. ¿Hacia dónde avanza esta revolución? ¿Cuáles son los riesgos de estancamiento, retroceso o pérdida con este tipo de conflictos? Este es un proceso de transición hacia una nueva estructura social, que no la vamos a construir solos. Es una nueva estructura social de carácter planetario. Hay algunos compañeros que nos piden que en Bolivia se haga lo que tiene que hacerse en el mundo. Nos piden el comunismo. ¡Cómo le piden tanto a un pequeño país! Bolivia hará

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su aporte, está la decisión, la voluntad, ciertas potencias anidadas en sus estructuras comunitarias nos colocan en buenas condiciones. Transición, sí, pero ¿hasta cuándo? Hasta que otros países, otros sectores sociales, puedan acoplarse a este ritmo. ¿Cómo un pequeño país de diez millones de habitantes va a apuntar hacia un lugar si el resto del continente está apuntando a otro? Pero aquí vamos. Tenemos un norte, que es una sociedad postcapitalista, que llamaremos socialista, comunista, pero eso no se hace ni en un año, ni en diez, ni en décadas, y tampoco lo hará Bolivia sola, ni el continente, sino el mundo. Bolivia puede ofrecerse a entregar su experiencia en este tránsito. Bolivia no puede ir sola en este proceso que es regional y planetario: ¿qué visión tiene usted de este proceso en la región? ¿Avances? ¿A qué asistimos hoy? Creo que el continente está viviendo el momento más progresista, hasta cierto punto revolucionario, de los últimos 50 o cien años. Varias cosas influyen. El retroceso de la lógica neoliberal, tan destructiva, criminal, que cercena derechos sociales y conquistas humanas que tenía la sociedad años atrás. Al mismo tiempo, este fenómeno ha ido permitiendo la presencia de gobiernos progresistas, de Izquierda, revolucionarios, en el continente, lo que no significa necesariamente gobiernos de carácter socialista. Lo interesante es que esta emergencia no es casual, sino que permite que el continente se convierta en una especie de avanzada planetaria y de debates. Estamos debatiendo qué hacemos con la salud, con la educación, qué hacemos con los bosques, con la economía, de una manera muy sana, muy fresca, sin tutelajes, sin esa actitud servil de las elites gobernantes anteriores, que asumían que todo lo que decía Estados Unidos y Europa era sagrado. Esa barbaridad, sacralizada durante veinte años en el continente, ha retrocedido. Nos ha hecho reflexionar, aun equivocándonos, desde nuestra propia experiencia, creatividad y libertad. Lo interesante es que esto surge en medio de dos cosas: una crisis de la hegemonía norteamericana en el mundo entero, tal vez peligrosa para América Latina, pero también permite que entre aire fresco, que se resquebrajen esas murallas asfixiantes con las que EE.UU. tenía controlado el continente. América Latina puede mirar hacia otros lados, hacia China, por ejemplo, para satisfacer ciertas necesidades de su

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economía. Eso ha llevado a que el continente esté en una excelente situación: gobiernos progresistas, mayor amplitud de vinculación económica, menos dependencia a los miedos y a las crisis que se dan en el mundo entero y capacidad de resistencia a partir de las propias economías y de la articulación regional. Apropiación de la riqueza es colectiva Tenemos a la vista una crisis mundial y caída del valor de las materias primas, lo que afectará a las economías exportadoras. ¿Cómo puede solventar esta situación la articulación regional? Yo creo que el continente de una manera no muy planificada, pero convergente, ha ido creando un espacio regional. ¿Por qué las economías latinoamericanas no han sido tan afectadas por la crisis económica global, tanto en 2008 como ahora? Porque diversifican sus productos a varios mercados y porque han apostado también a sus propios mercados internos, como Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia. Exportamos mucho, el doble o el triple que hace cinco años, pero la mitad de nuestro crecimiento depende hoy del mercado interno. Hay más mercado regional. Las tres recetas se han dado: diversificación de mercados internacionales, mayor vinculación regional de nuestras economías y una fuerte presencia del mercado interno, aun cuando no tanto como en los años 50. ¿Qué peso tiene la articulación económica regional en los procesos revolucionarios? ¿Qué estructura económica ve en Unasur? Teniendo en cuenta que en Latinoamérica también hay grandes corporaciones, ¿cómo participa el mercado? Es difícil. Si uno quiere ser realista, apuntar hacia un modelo socialista es muy lento. Las velocidades de los pueblos son muy distintas. Lo que sí podemos imaginar a corto plazo es este espacio regional económico-político actuando al unísono en el contexto de un espacio mundial. Se puede definir, a partir de sus riquezas internas, un mejor posicionamiento de cada país en particular, pero presentado como colectivo en el contexto mundial, como proveedores de materias primas, niveles de formación profesional más o menos avanzados, vinculación con los dos océanos, poseedores de riquezas clave para la economía del siglo XXI, comenzando por el agua, biodiversidad, petróleo, litio, alimentos.

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En algunos países hay mayor presencia de la iniciativa privada, en otros más presencia del Estado. Internamente, cada país sabrá absorber y distribuir de la mejor manera en función de su propia composición interna. Pero hoy, en la mayor parte de continente, yo diría que en un 80 por ciento, las corrientes apuntan a una mayor presencia del Estado. Del mismo modo, por el desarrollo de los pueblos se instalará una agenda de mayor equilibrio. No es un regreso al estatismo absorbente, que tapa los poros de la sociedad; es una mezcla, una tensión creativa, de presencia del Estado como distribuidor de la riqueza y presencia de lo privado como dinamizador de iniciativas económicas. Brasil a su modo, Venezuela a su modo, Bolivia a su modo… no hay un modelo. Aquí nadie puede imponer al otro un modelo, nadie puede decirnos éste es el camino del mundo. En el caso de Bolivia hablamos de economía plural. ¿Cuáles son las principales fuerzas que explican el fuerte desarrollo económico de los últimos años? La economía está definida para satisfacer necesidades humanas, para generar bienestar, no para acumular riquezas. Bolivia ha basado su crecimiento en exportaciones y en el crecimiento interno. Estamos exportando más gas, más minerales, y han subido los precios. Excelente. Pero además, hoy el 80 por ciento de la riqueza queda en manos de bolivianos: antes ese 80 por ciento quedaba en mano extranjeras. Se ha modificado la relación de propiedad y el control del excedente, se ha exportado más, pero también se ha logrado un desarrollo, una expansión gigantesca de la economía interna. Eso significa mejor distribución interna, potenciamiento de la economía local, de la pequeña producción, de la economía campesina. Bolivia ha apostado a la exportación y al mercado interno. Tanto como modelo de desarrollo económico, modo de distribución de la riqueza y modo de expansión de la satisfacción de las necesidades de la gente. Esa es la gran diferencia con el modelo neoliberal. El país crece a una alta tasa, pero la apropiación de la riqueza es colectiva. La derecha no desaparece Pese a estos evidentes avances sociales, surgen movimientos como los indígenas del

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Tipnis. Usted vincula el abierto y, por cierto, sospechoso apoyo de la derecha a los indígenas como la búsqueda del desgaste del gobierno para intentar una restauración conservadora. El adversario no desaparece. Se le están afectando intereses muy grandes. Es evidente que quieren de un modo u otro que este proceso termine. Mire usted: antes, todo el dinero que llegaba al Estado se entregaba a pequeñas elites financieras, agroindustriales y familiares. Al campo y a la gente en la calle, nada. Ahora el Estado tiene cinco veces más dinero. ¿Usted cree que hay gente en este país que no desea usufructuar de ese dinero? Que un campesino -o un profesor universitario- esté redireccionando esos recursos para beneficiar a los más humildes cuando eso podría estar potenciando las economías de sus familias, como lo hacían antes, eso no nos lo van a perdonar nunca. No perdonarán que la renta de la economía boliviana no se canalice a los grupos familiares que controlaban el país. Todos estos argumentos apuntan a que la crisis puede profundizarse en cualquier momento… Siempre está el riesgo de la restauración. Lo han intentado. Me han intentado matar, también al presidente Evo. Han intentado un golpe de Estado hace sólo tres años. Hace tres años gobernábamos sólo dos departamentos: La Paz y Oruro. No podíamos viajar por el país o llegar a un aeropuerto regional, tenían tomadas las instituciones, renunciaban los ministros, las secretarias lloraban, la seguridad nos decía que de aquí solo saldríamos muertos. Y tras eso, la contratación de mercenarios para intentar crear un conflicto que permitiera la intervención de la ONU. Han intentado todo, y seguramente vendrán más dificultades. La derecha nunca va a detenerse. No puede hacerlo ahora como proyecto político alternativo. Hace cinco años hubo un empate catastrófico, con dos proyectos políticos que disputaban la adhesión militante de la sociedad. Pero uno fue derrotado, que es el proyecto neoliberal. Aunque no hay tal proyecto, eso no significa que no haya reacción ni riesgo de restauración aprovechando las fisuras que se dan. Son conflictos que se dan al interior del bloque popular, que tienen que darse y necesitan darse, pero si no se los sabe tratar de manera revolucionaria y democrática pueden convertirse en punta de lanza para el potenciamiento de la reacción.

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Pese a ello se avanza y se profundiza el proceso revolucionario. ¿Qué prioridades consideran para afianzarlo? Hay que seguir considerando estas tensiones, seguir profundizando el proceso de revolución, de transformación, potenciar a los sectores subalternos. Hemos dicho que en esta etapa, una vez que se tiene el poder político, lo que corresponde es avanzar hacia el poder económico. Que la sociedad laboriosa amplíe el poder económico. Esa es una cosa complicada, que no se hace por decreto. Tiene que ver con la capacidad económicamente autoorganizativa de la sociedad. El Estado puede brindar elementos, recursos, pero la fuerza autoorganizada de la sociedad no la da el Estado. Cambio político, económico. ¿El proceso de cambio y el poder político en manos indígenas ha permitido que emerja la verdadera identidad de Bolivia? No podrá haber nunca más una Bolivia sin indios. Así de claro y fuerte. Los indígenas han asumido la conciencia de su mayoría y de su poder. Eso representa una conquista irreversible en la memoria y en la piel de la gente. La pregunta es si se consolidará lo indígena organizado, asumiendo el liderazgo desde el Estado, como es hoy, o simplemente como un acoplamiento secundario y casi testimonial, como suele darse en otras partes del mundo. No por haberse tomado conciencia de su situación significa que se tenga el poder. Acción reivindicativa y acción política Volviendo a los actuales problemas, ¿es posible que la heterogeneidad de los movimientos sociales que conforman la base del gobierno tienda hoy a su fragmentación? ¿Radica ahí un problema real? ¿Es necesaria una institucionalidad política de mayor peso? Acuérdese que la socialdemocracia europea surgió de los movimientos obreros en el siglo XIX. Eran fundamentalmente estructuras sindicales. Después vino el proceso de institucionalización partidaria, ya en el siglo XX el movimiento obrero aparece subordinado a una estructura política. Hay algo de novedad, pero también de continuidad en lo que sucede hoy en Bolivia. Yo no diría que la falta de institucionalización sea un elemento deficitario. El riesgo es que la institucionalización vaya a separar el partido, la elite política y la toma de decisiones de las

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organizaciones sociales. Esa es la experiencia europea que no habría que repetir. ¿Cuál es la enseñanza de Bolivia comparada con los inicios de la socialdemocracia, a comienzos del siglo XX? Que esta separación entre acción reivindicativa y acción política es una separación artificialmente construida; que es posible que ambas vayan juntas, que lo reivindicativo es político. Hemos absorbido del movimiento social las reivindicaciones de nacionalizar, las reivindicaciones de Asamblea Constituyente, las demandas de industrializar. No ha surgido de la reflexión partidaria. O la misma toma del poder: indígenas tomando el poder. Eso no ha surgido de un partido político y ni siquiera de un partido político indígena. Ha surgido de la acción colectiva. Bolivia es un ejemplo de que la acción reivindicativa puede tener niveles de universalidad, es decir, de construcción de una plataforma de carácter nacional. -Pese a ello persiste el problema: creo que hay una cierta fragilidad política en la pura reivindicación, que siempre es corporativa y por tanto fragmentada. El movimiento social no siempre construye demandas de carácter universal. Esto lo hace de manera excepcional. Como movimiento social tiene miradas corporativas. Esta es una de las tensiones creativas que estamos viendo. Después de la gran oleada viene el repliegue. Y durante estos repliegues, que pueden ser temporales o prolongados, el movimiento social se repliega en lo corporativo. Este es el problema de hoy, no la falta de institucionalización. El problema es que el movimiento social tiende en momentos a lo corporativo, lo que nos lleva a un vacío. Qué haces en ese momento, cuando un grupo lo quiere todo incluso con el riesgo de arruinar al resto. Marx no dice nada, Lenin tampoco, Robespierre tampoco, tal vez Mao, pero es muy críptico lo que escribe. ¿Dónde apoyarse? Hay que inventar el camino propio. ¿Hay que darle más poder al Estado? Pero cómo, para que el Estado no le arrebate iniciativas a la sociedad. Estas son las tensiones creativas, que no están en ningún manual. Por el momento, la sociedad se repliega sobre sí misma. Hay que confiar en la revitalización de la sociedad. No importa que haya marchas, pero que se reivindique lo universal, porque así surgió este proceso, cuando compañeros indígenas, campesinos, obreros, se miraron como gente abusada, humillada, pero que entendían que salían adelante juntos. Así se creó este proceso. Entonces, hay que seguir confiando en esa

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fuerza vital de la sociedad. El Estado no puede reemplazar a la sociedad, y menos un Estado revolucionario, pero a la vez tampoco puede quedar arrinconado por el corporativismo de las organizaciones sociales. Tiene que ir reinvindicando lo común, pero apoyado en lo social. Hay que confiar que habrá una nueva oleada, que algunos sectores impulsarán lo universal y otros no. Entonces, con el apoyo de esos sectores y en base al diálogo democrático, impulsar lo universal. Durante el siglo XIX se formó una convicción política que marcó gran parte de ese siglo y el siguiente, pero tal vez es sólo una función de líderes e intelectuales… La gente lucha por cosas concretas. Nosotros, los intelectuales, los políticos, nos inventamos ideales para movernos moralmente. La gente que busca comida, trabajo, con el tiempo va haciendo ideales en torno a los cuales se agrupa, pero es un proceso largo. Se pregunta, por ejemplo: Tengo que nacionalizar los hidrocarburos. ¿Por qué? Porque el país y sus ciudadanos necesitan esos recursos. Porque en este país hay recursos que no me llegan, que se los llevan los extranjeros. A partir de su vida concreta se construyen ideales. Este es apenas un despertar, que puede ser ahogado, pero es un despertar en un proceso de largo aliento. América Latina todavía dará mucho que hablar en términos de sus procesos revolucionarios que son de ida y de venida. No nos imaginemos procesos de ascenso permanente. ¿Como en el movimiento chileno por la educación: de lo concreto a lo universal? La demanda de la educación como derecho colectivo es una cosa fundamental. No sólo afecta la manera en que un gobierno ha imaginado el uso de los recursos de su presupuesto, afecta una política de gobierno. También se pone en debate la educación como un bien público, que el Estado debe asumir, o como un servicio privado cuyo acceso depende del volumen de la billetera. Esa es la lógica neoliberal de la educación. Pero hay una tercera capa, que nos lleva al viejo debate marxista de valor de uso o valor de cambio. ¿Es la educación un valor de uso, un bien necesario que requiere el ser humano para satisfacer sus necesidades, o es un negocio, una mercancía? En esta reivindicación tan simple se está jugando la política gubernamental, la lógica neoliberal, la razón

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estructural de una sociedad. Por eso es tan bella esta reivindicación. Donde se presente tiene esta profundidad estructural, que nos conmueve a todos. Es un hecho universal. No es gremial ni reivindicativo. Los jóvenes que luchan por educación, que lo hacen también en Europa, están luchando por un nuevo universo, por un nuevo entendimiento de lo que es patrimonio de todos, derecho de todos por ser humanos, por ser ciudadanos, independientemente del territorio o condición económica. Publicado en “Punto Final”, edición Nº 744, 14 de octubre, 2011

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POR LA RECONSTRUCCIÓN DE UN DISCURSO NACIONAL Y POPULAR Por Isaac Yuyo Rudnik, como continuidad del debate con Horacio González, Director de la Biblioteca Nacional y miembro de Carta Abierta.

Estimado Horacio, perdón por la demora y por la extensión. Como nos ha sucedido en otras oportunidades, cuando la nota de intercambio, se refiere en una parte importante a la coyuntura, van surgiendo hechos del devenir político cotidiano, sobre los que uno quiere opinar e integrar al análisis. Y así sale medio extenso, pero manteniendo el objetivo de incorporar ideas al debate. Una vez muchas gracias por sostener este debate que para mí y nuestros compañeros y compañeras sigue siendo sumamente fructífero. Por la Reconstrucción de un Discurso Nacional y Popular El amplio triunfo de Cristina en las elecciones nacionales del domingo 23, entre otras calificaciones también ha obtenido, tanto de parte de oficialistas como de opositores, la de ser una contundente victoria en el terreno cultural. El kirchnerismo dice que se impuso una vez mas sobre el modelo neoliberal, haciendo eje en algunos temas emblemáticos: el crecimiento de la economía, el modelo de inclusión, el protagonismo de la política en las decisiones nacionales por sobre los intereses de las corporaciones, destacando también algunos lineamientos políticos centrales que lo han distinguido durante estos años, como las políticas de Derechos Humanos, las de integración regional, la no represión a los conflictos sociales, la implementación de leyes como, la de medios, las nacionalizaciones de las AFJP y de Aerolíneas Argentinas, etc. Desde la derecha destacan otros aspectos del modelo kirchnerista, o en algunos casos los mismos pero caracterizados de diferente manera: el impulso constante a la confrontación entre los argentinos, las limitaciones a la libertad de prensa, la intervención desmedida del estado en la economía, el aislamiento económico del mundo, el avance permanente de la inseguridad. Nosotros obviamente no compartimos ninguna de las dos perspectivas. La batalla cultural en los primeros años La batalla cultural por cambiar los valores que instaló el neoliberalismo, es una de las preocupaciones esenciales de todos los que queremos construir un modelo alternativo.

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Sin echar luz sobre cada rincón desde los que continúan irradiando su nefasta influencia, en muchos casos de manera encubierta o indirecta, casi siempre a través de nuevas formas pero reciclando viejos contenidos, corremos el riesgo de convertirnos –algunos de nosotros involuntariamente y otros no tanto- en sus agentes reproductores, y por lo tanto sostenedores de ese viejo orden que nos proponemos reemplazar. En definitiva se trata de cómo transitamos el largo y sinuoso camino por librarnos de aquella hegemonía cultural mientras vamos edificando una nueva, en paralelo a las transformaciones indispensables en las bases estructurales que coloquen los cimientos de la nueva sociedad. Hay una imbricación profunda e inseparable entre los cambios estructurales y los culturales, no puede haber avances unilaterales sólo en uno u otro campo que sean sustentables, ya que se van relacionando permanentemente entre sí como impulso o como contrapeso entre ambos, según cual quede más avanzado o retrasado respecto al otro. Nuestra discusión no es términos abstractos ni meramente teóricos sino que se viene dando en un contexto político concreto, sobre elementos de la realidad cotidiana que se produjeron y reprodujeron en la última década, y hoy nos siguen atravesando de la cabeza a los pies. La fortísima coraza que se fue armando durante las décadas de predominio neoliberal, se resquebrajó en las históricas jornadas de los años 20012002. Los múltiples reclamos sectoriales, provenientes de la resistencia a las duras agresiones recibidas por un amplio espectro de la sociedad de parte del modelo noventista, fueron confluyendo, hasta culminar sintetizándose en el “Que se vayan todos”. En aquella dirigencia política estaba la representación de todo lo que era rechazado. En lo estrictamente político: los dobles discursos, las traiciones, la política como carrera para el enriquecimiento individual, la utilización de los cargos ganados por el voto popular para beneficio propio, el robo del patrimonio público. En lo económico: la destrucción del aparato económico nacional, la extranjerización de la economía, la liquidación de millones de fuentes de trabajo, el desguace del estado, el pago de la deuda externa a costa del hambre de las mayorías populares. Millones de argentinos se movilizaron, se reunieron y debatieron sobre las problemáticas existentes en miles de asambleas. Fueron expresamente cuestionados varios de los elementos básicos del modelo económico neoliberal, y en la práctica se dejaron de lado muchos de sus principios ideológicos: sobre el hacé la tuya, apareció la unidad entre el piquete y la cacerola; sobre el no te metás se instalaron miles de asambleas en todos los barrios del país debatiendo y decidiendo; por sobre la resignación y el miedo se movilizaron millones a lo largo y a lo ancho de nuestro territorio poniendo en

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el centro de la escena las necesidades mas impostergables, enfrentando en algunos casos duras acciones represivas; sobre el individualismo que provocó profundas heridas en nuestro tejido social, se produjo el reencuentro con nuestra histórica cultura solidaria llevado a cabo por cientos de miles de mujeres y hombres que tomaron en sus manos el desarrollo de comedores populares, auto organizándose en Movimientos Sociales que surgieron sólidos y orgullosos de ser portadores de nuevas identidades. Las luchas por resolver problemas acuciantes como el hambre de millones; los debates en las asambleas; las ideas y pensamientos de académicos, periodistas, intelectuales librepensadores y/o orgánicos de diferentes sectores sociales; la difusión de propuestas diversas para encaminar la crisis; instalaron una gigantesca batalla cultural que pasó a ocupar el centro de la escena política nacional. De un lado las poderosas minorías, con el modelo que las había enriquecido durante décadas explotándole como una bomba entre las manos, desconcertadas, sin alternativa; del otro lado millones de compatriotas, rechazando visceralmente lo existente, buscando alternativas en medio de la niebla y la polvareda que levantaban las batallas que librábamos día a día. Llegó el presidente Kirchner, encabezando un gobierno surgido de las entrañas de una dirigencia política que en medio de la debacle que atravesaba, buscó en aquél ignoto gobernador de Santa Cruz la única salida a la que en ese momento pudo echar mano. Sorpresivamente éste hace propias muchas de las reivindicaciones que surgían del reclamo popular. En un marco que no había lugar para bonapartismos, el kirchnerismo se ubica rápidamente del lado de las mayorías que rechazan todo lo que estaba emparentado con el noventismo, identificándose con decisiones y definiciones sumamente tajantes: confrontación con el sector mas poderoso de las corporaciones económicas que impulsaba una profundización de las políticas de ajuste llevadas a cabo hasta allí, sostenimiento de la cesación de pagos primero y renegociación con una importante quita de la deuda externa después, rechazo al ALCA e impulso de la integración regional en reemplazo de las relaciones carnales con EEUU, redinamización del mercado interno a través del sostenimiento de un dólar alto; denuncia de la complicidad de las estructuras políticas tradicionales -en particular a la del PJ- con la instrumentación del modelo neoliberal, renovación del poder judicial, conclusión para las políticas de criminalización de la protesta social, final para la impunidad de los genocidas de la última dictadura incluido pedido de perdón en nombre del estado y la

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democracia por las vergonzosas conciliaciones producidas en este aspecto, amplia convocatoria a la construcción de estructuras políticas capaces de representar una superación las existentes. Era una valiente apuesta a romper con el miedo, que en los años 80 paralizó -tanto en el terreno político como el económico- los primeros impulsos de cambio del alfonsinismo bajo la coacción de una posible vuelta de los militares; y en los noventa esterilizó las ansias renovadoras de la oposición progresista al menemismo con el chantaje del regreso de la hiperinflación, colocándola finalmente como furgón de cola de la derecha radical en la Alianza. Ante las amenazas de las empresas monopólicas dueñas de las privatizadas, Kirchner les dijo en su primera gira europea que eligieran, si querían quedarse y aceptar las nuevas reglas de juego o irse; el 19/11/2003 el gobierno da una señal contundente del camino emprendido con la reestatización del Correo Argentino rescindiendo el contrato a la Sociedad Macri; en octubre de 2004 se creaba la empresa estatal Enarsa (Energía Argentina Sociedad Anónima), mientras que meses después(abril 2005) cuando se produjo la ruptura del congelamiento de tarifas por parte de la Shell, el presidente convocó públicamente al boicot contra la petrolera multinacional; después de casi dos años de sucesivas intimaciones del FMI y los acreedores externos, vino la quita unilateral en la deuda externa y el pago al Fondo Monetario con punto final a la relación que por décadas implicó rendirle cuentas sumisamente. Cuando en el 2005 el presidente norteamericano George Bush estuvo en nuestro país buscando relanzar el ALCA, la respuesta fue NO en su propia cara. A la resistencia a renunciar por parte de los miembros mas corruptos de la Corte Suprema menemista la réplica fue el anuncio por cadena nacional de promoverles juicio político; al intento del entonces vicepresidente Daniel Scioli de constituirse en un factor de poder alternativo dentro del propio gobierno representando los intereses de las corporaciones bajo el argumento de “que en el gobierno hay tres poderes, yo soy la cabeza de uno de ellos”, Kirchner lo humilló públicamente dejándolo en espera varias horas en la puerta de su despacho, sin recibirlo finalmente y no se reunió con él hasta el final de su mandato; a algunas manifestaciones de malestar en las Fuerzas Armadas por la continuidad de los juicios por violación de las Derechos Humanos, sobrevino la orden de descolgar el retrato del dictador Videla por parte del Comandante en Jefe del Ejército; a los aprietes de la estructura del PJ a la propia

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Cristina en el Congreso de Parque Norte del 2004 la contestación fue: Aquí No volvemos Nunca Más, hay que construir nuevas fuerzas políticas que sean capaces de convocar a lo mejor de cada una de las existentes, trazando una línea de división transversal entre la dirigencia corrupta e irrecuperable, y la militancia y las bases. Eran los tiempos de convocatoria a la “transversalidad”, en la que Néstor Kirchner le enrostraba a esa dirigencia ser los continuadores del Pacto de Olivos. En junio de ese año una delegación de importantes funcionarios kirchneristas encabezados por los ministros Carlos Tomada, Oscar Parrilli, y Alicia Kirchner participaban en el lanzamiento del Frente de Organizaciones Sociales(FOP) constituido por el Movimiento Evita, la Federación de Tierra y Vivienda, el Frente Transversal, y el Movimiento Barrios de Pie, que lanzamos el documento La Hora de los Pueblos en el que llamábamos a construir el espacio kirchnerista por fuera del PJ. En diciembre en la Facultad de Derecho, el FOP y otros sectores políticos conformamos el Frente Patria Para Todos. De allí en adelante la participación de Ministros en los congresos de éstas y otras organizaciones políticas y sociales impulsoras de propuestas de cambios radicales, fueron una constante en aquellos tiempos. Esta invitación a desarrollar una renovación de las organizaciones políticas y un cambio en las orientaciones económicas para una profunda redistribución de la riqueza transitaba sobre un terreno no exento de riesgos. Pero allí marchábamos por ese camino plagado de trampas sorteando dificultades, respondiendo al sentimiento de profundo y extendido repudio a cualquier conciliación con ese pasado inmediato, que alimentaba el compromiso con un futuro plagado de incertidumbres en el que estaba todo por construir. Los fracasos del golpe de estado del 2002 y del paro petrolero en el 2003 en Venezuela, mostraban la voluntad de la derecha y el imperialismo de no resignar sus poderosos intereses en la región, a la vez, que con decisión y movilización popular era -y es- posible enfrentarlos y sostener y profundizar los cambios emprendidos. El 27/10/2002 Lula gana las elecciones y asume la presidencia de Brasil el 1° de enero de 2003. En los primeros años de gobierno hubo varios mensajes del gigante del norte para la Argentina respecto a cual debía ser la política hacia Cuba y Venezuela. Respecto a ésta, la senadora Cristina Kirchner dijo en una visita a EEUU que nadie le elegía los amigos a la Argentina, y en relación a Cuba, en el 2004 la contestación al ingreso de disidentes a la embajada argentina en La Habana para obtener el status de refugiados, fue el retiro de los mismos y la expulsión de nuestro servicio exterior de los funcionarios que apañaron esa situación.

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El discurso del gobierno kirchnerista, tanto en sus aspectos retóricos como en las acciones concretas que iban construyendo el perfil de la convocatoria político-social, y delineando claramente por donde pasaba la línea que demarcaría el campo en el que se paraba el kirchnerismo, prácticamente no tenía fisuras. Cuando decimos que ese discurso fundacional que convocaba a la “refundación de la Patria”(sic Néstor Kirchner) no tenía fisuras, no significa que ignorábamos en aquellos momentos, que el marchar sobre ese campo minado con una fuerza decidida pero pequeña, inevitablemente obligaba a tener incorporados en nuestro equipo muchos de los ingenieros que habían sido constructores del modelo que buscábamos reemplazar, y que muy probablemente seguían comprometidos con sus beneficios esperando el momento para volver a la carga. Así pudimos llevar adelante la patriada de ganar en la provincia de Buenos Aires con la candidatura de Cristina en las legislativas del 2005. Este triunfo, aun con la participación en nuestro bloque de nefastos personajes, principalmente en el conurbano, reforzó el discurso de ruptura con lo viejo, porque lo preponderante fue la derrota del PJ duhaldista, que hasta ese momento aquilataba una imagen de invencibilidad. Se robustecía por esa vía una representación que claramente convocaba al desarrollo de algo nuevo. 2004 y 2005 fueron años de extraordinaria fortaleza para las ideas de cambio en el ámbito regional. En julio de 2004 Venezuela se incorpora al Mercosur como estado asociado, el 15 de agosto Hugo Chávez gana el referéndum revocatorio con el 60% de los votos, el 27 de octubre Tabaré triunfa en las elecciones en Uruguay asumiendo como presidente en representación del Frente Amplio el 1° de marzo de 2005. En mayo de ese año se destraba el formidable proceso de movilizaciones en Bolivia que provoca la caída del gobierno de Carlos Mesa y la convocatoria a las elecciones presidenciales. En noviembre en la Cumbre de Mar del Plata se produce el entierro definitivo del ALCA. El 18 de diciembre Evo Morales gana las elecciones en Bolivia, asumiendo el 22 de enero de 2006 la primera magistratura. En esta primera mitad de la década inaugural del milenio en curso, cobra impulso en nuestra región una gigantesca ola política favorable a los intereses populares, que no se detiene en la segunda mitad, (En 2006: Lula es reelegido en octubre; Rafael Correa gana en Ecuador apenas un mes después; en diciembre Chávez es reelegido. En 2007: Cristina Kirchner gana en octubre; en diciembre se firma en Buenos Aires el acuerdo para poner en marcha el Banco del Sur. En 2008: en abril Lugo gana en Paraguay; en mayo se firma el tratado constitutivo de la UNASUR en Brasilia; la larga confrontación que

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Evo afronta por afirmar el proceso de cambio culmina en 2009 con la sanción de una nueva Constitución y una derrota estratégica de la derecha en ese país). El marco económico internacional acompaña claramente esta tendencia, con una suba generalizada y sostenida de los productos tradicionales que exportamos al mundo, revirtiéndose la pendiente de varias décadas de acelerado deterioro de los términos de intercambio, todo lo cual genera un cambio cualitativo en la correlación de fuerzas respecto a la situación que los pueblos tuvimos que afrontar en las últimas décadas del milenio anterior. Los debates y las decisiones Los años iniciales de gobierno no transcurrieron sin debate al interior de la dirigencia kirchnerista. Obviamente no podía ser de otra manera, ya que si bien en los primeros tiempos toda la atención debía estar concentrada en estabilizar y darle sustentabilidad al barco que venía bastante escoriado, era indispensable decidir la dirección principal en la que marcharía. Después de las elecciones legislativas de 2005, en noviembre, se produce la salida de Roberto Lavagna y su reemplazo por Felisa Miceli en el Ministerio de Economía. En aquel lugar clave ese cambio no podía ser una señal más promisoria. En aquel lugar clave ese cambio no podía ser una señal más promisoria, ya que había una equivalencia directa entre la ruptura con el duhaldismo y la exclusión de ese ministro proveniente del riñón de los grupos económicos nativos participantes activos de la alianza dominante en los 90. Sin embargo también iban surgiendo otros elementos que mirados en perspectiva, eran manifestaciones nítidas de que el huevo de la serpiente estaba vivo y actuaba inoculándonos –todavía en dosis pequeñas pero que se irían incrementando y acumulando- el veneno de la impotencia y el posibilismo. Lo primero, y quizás lo principal es como y donde se daban los debates al interior del kirchnerismo. Desde su primer día en la presidencia Néstor Kirchner fue implementando sus medidas, sin consultas previas, casi siempre inesperadamente. En el mejor de los casos los ministros y secretarios se enteraban minutos antes de ser anunciadas las del área que les correspondía. Había una explicación muy razonable: el estado que recibió era un queso gruyere con miles de agujeros por donde se filtraba no sólo la información mas confidencial, sino que tenía múltiples vasos comunicantes con conspiradores de toda laya interesados en que el gobierno fracasara, a través de la

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permanencia de altos funcionarios que seguían actuando como empleados encubiertos de los grupos económicos desplazados. Esta manera de actuar permitía retener el factor sorpresa como una herramienta de gran valor, para un gobierno que necesitaba superar la debilidad congénita que arrastraba. Con el correr de los meses se fue delimitando el pequeño círculo de cuatro personas para la toma de las definiciones, que luego de la salida de Alberto Fernández se redujo a tres, y cuando falleció Néstor a dos. Así nos fuimos enterando de las diferentes orientaciones por la vía de los hechos, para los que no sólo no había consulta o comunicación antes de ser adoptadas, sino tampoco demasiadas explicaciones posteriores. De esa forma fuimos sabiendo después de ganarle al PJ de Provincia de Buenos Aires en las legislativas de 2005, que se estaban incorporando a nuestro bloque a todos los intendentes del conurbano que quisieran subirse a este carro aun cuando habían estado con Duhalde hasta el minuto anterior, y que la forma era “adquisición llave en mano”: vos venís al kirchnerismo nosotros no nos metemos con tus negocios allí. Paralelamente para el esquema del 2006 se debilitaba el Programa de Promotores Comunitarios del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, que venía preparándose desde el 2004 para poder –entre otras cosas- enviar los recursos al territorio a través de una vía alternativa al clientelismo tradicional de intendentes y gobernadores. También se frenaba la ofensiva por cambiar de raíz la policía de la provincia de Buenos Aires que había tenido su inicio con los publicitados allanamientos a los desarmaderos, que rápidamente que rápidamente quedaron congelados, y la convocatoria a la conformación de una nueva estructura policial (la Policía 2), que se fue diluyendo. O sea que no habría innovaciones en el combo cómplice PJ+policía+administración del delito+poder judicial (sobre éste último nunca hubo cambios, salvo en la Corte Suprema). A lo largo de 2006 la convocatoria a la construcción transversal fue desapareciendo del relato de Néstor y Cristina, mientras abundaban apariciones públicas de ellos y sus ministros más notorios junto a gobernadores e intendentes poco antes caracterizados como impresentables. Como fue el caso del sustento del presidente al intento del gobernador Rovira de Misiones para legalizar su reelección indefinida, derrotado en un plebiscito por una amplia coalición con participación de sectores progresistas. O en el año siguiente, el apoyo al fraude de De la Sota para que su delfín Juan Schiaretti se quede con la gobernación de Córdoba que legítimamente había ganado Luis Juez. Mientras la promesa de otorgarle la personería a la CTA iba al baúl de los recuerdos, y la CGT de Moyano se reafirmaba como interlocutor excluyente de los trabajadores ante gobierno.

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A los que trabajábamos desde el kirchnerismo con el eje de la renovación política nos resultaba cada vez más difícil explicar que era una propuesta consecuente, y no un nuevo engañapichanga. Cómo justificar que de allí en adelante el PJ sería la columna vertebral donde se apoyaría la construcción del proyecto popular. Como compartir la identidad kirchnerista con notorios personajes con los que nos habíamos enfrentado hasta no hacía mucho. La cuestión del no debate, de las no explicaciones, de las decisiones tomadas en un círculo cada vez mas cerrado como metodología permanente y extendida en el tiempo, incorporadas definitivamente al perfil y a la sustancia del discurso kirchnerista, obviamente no es tema secundario pensando en darle sustentabilidad a un modelo que dice defender los intereses populares, y cuya dirigencia expresa que es conciente que para ello deberá afectar los intereses de poderosas minorías. La transversalidad dio lugar a la Concertación, que implicaba pasar de una convocatoria a lo mejor de la militancia de cada una de las identidades políticas con arraigo popular, a un acuerdo entre las cúpulas de los aparatos políticos sobrevivientes de la debacle de 2001-2002. Así llegamos a la fórmula Cristina-Cobos para las elecciones de 2007. Inserción en la Economía Mundial y Rol del Estado En la definición del perfil económico apareció en discusión –siempre en términos absolutamente restringidos y con información que trascendía en cuentagotas- el “modelo coreano”, que suponía fomentar un firme acuerdo entre un estado, a esta altura claramente fortalecido principalmente en el terreno político, con unos pocos grandes grupos económicos por rama productiva, lo cual obviamente significaba apostar por una propuesta que le ponía serios límites a la redistribución de la riqueza. En la región había un debate sobre las posibilidades para un modelo económico que no estuviera asentado de manera excluyente en los grupos monopólicos nativos y/o extranjeros, sobre los alcances posibles de la renegociación con las multinacionales alrededor de la apropiación de los recursos naturales, y/o de la renta financiera, sobre la relación más conveniente para nuestros países con los mercados regionales y el mercado mundial, etc. Esto se materializaba por ejemplo, en las discusiones de cómo se incorporaría Venezuela al Mercosur, que iban –y van- mucho mas allá de las

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demoras de los parlamentos, sino que estaban centradas en si Brasil y Argentina aceptaban o rechazaban los reclamos de la República Bolivariana tendientes a preservar espacios protegidos para su futuro proceso de industrialización. En las opiniones divergentes respecto a las decisiones de Bolivia de sostener su modelo productivo confrontando con las multinacionales petroleras, incluso con la propia Petrobrás. En las dificultades y/o beneficios que podrían traernos a los argentinos el tipo de negociación con el poder financiero que llevó adelante el gobierno de Kirchner respecto a la deuda pública, y los pasos posteriores que se dieron. En la aceptación o rechazo al ALCA (el rechazo en la Cumbre de las Américas de 2005 fue sostenido por el Mercosur y Venezuela). En el debate interno en el Frente Amplio respecto a firmar o rechazar un TLC con EEUU( el “regionalismo abierto” propuesto por Danilo Astori vs. la prioridad sobre el Mercosur de la mayoría del FA que finalmente predominó); y en los pasos importantes que debíamos dar ante cada situación. En definitiva que lugar buscar en el marco global, y a que modelo de desarrollo podríamos aspirar. En ese contexto, en las que según nuestro punto de vista la correlación de fuerzas eran relativamente favorables a los sectores populares tanto en nuestro país como en la región, el kirchnerismo fue tomando sus decisiones, que estuvieron apuntadas a enrolarnos en un modelo donde el estado evidentemente fortalecido, utilizó esa nueva posición para promover la oligopolización de la economía, y la inserción del país en el mercado mundial desde las exportaciones de alimentos, complementados con el desarrollo del complejo minero, y de una industria automotriz que aprovechando las ventajas comparativas de una mano de obra capacitada y barata en relación a sus países de origen, se insertó sin dificultades en las planificaciones globales de las multinacionales del ramo. Aquí no hubo un estado débil o un gobierno disminuido que debió ceder posiciones ante las presiones del poder económico de los monopolios nativos y extranjeros. Hubo una cadena de determinaciones que respondieron coherentemente a la adopción de un determinado modelo, que a nuestro juicio contiene dos elementos básicos. Uno, aceptar el lugar que nos propone el orden económico mundial controlado por las transnacionales: debemos ser proveedores de alimentos, minerales y ocupar los reducidos espacios dentro del universo industrial en los que pudiéramos ofrecer ventajas comparativas, para el armado de la industria automotriz de la región. No se ideó una estrategia propia para aprovechar los recursos extraordinarios que llegan en estos años en que se revirtieron los términos de intercambio, para empezar a salir de

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la reprimarización de la economía a que nos llevó el neoliberalismo, para impulsar una genuina diversificación industrial de la mano de la apertura de una significativa porción del mercado para medianas y pequeñas empresas. En 2011 seguimos con una estructura industrial que abarca, casi igual que como salimos de los 90(17%), un 19% del PBI, con el agravante que una parte sustancial de ella está destinada a la exportación, monopolizada por un centenar de empresas, y contiene reducido valor agregado nacional. Dos, respecto al Estado. Este va jugar un rol importante en el proceso económico participando activamente mediante diferentes medidas, que en sus aspectos mas visibles tienden a atenuar la redistribución regresiva del ingreso que devienen de las estructuras conformadas en la etapa de predominio neoliberal, y a intentar conservar márgenes de autonomía ante las presiones de las transnacionales, y los monopolios nativos. Pero sobre la base de un autolímite muy claro, el Estado NO va tomar el rol de Estado Empresario, sólo va intervenir entonces como regulador desde la fuerza de su autoridad política. Si el estado es un complejo entramado de relaciones de poder entre diferentes sectores sociales que disputan momento a momento, reflejándose la correlación de fuerzas de cada etapa en el proyecto de país que se va construyendo, es difícil ver cual es entonces el camino elegido para desmontar el estado neoliberal, y reconstruir el nacional y popular, teniendo en cuenta que no hay convocatoria a la participación de los sectores populares (las decisiones se toman en círculos cada vez mas acotados) y no hay decisión de remozar la arquitectura desguazada en los 90. Coherente con esas definiciones se dieron continuidad a los tratados mineros con Chile y con las empresas extranjeras que habían sido firmados en la época menemista, se prorrogaron anticipadamente los contratos para la explotación petrolera aprobados en ese mismo período en condiciones leoninas, se otorgó permisividad sin límites para el avance de la sojización de nuestra agricultura y para la venta indiscriminada de las principales empresas a capitales extranjeros, hubo enconada negativa a las reformas tributaria y de las leyes de entidades financieras e inversiones extranjeras sancionadas por la dictadura. Desde las más altas instancias del gobierno se confirmó –y confirmaconstantemente que el Estado no asumirá el rol de empresario, que es equivalente a asegurarle a las privatizadas que sus negocios son intocables. De ahí en adelante se fueron tomando diferentes medidas buenas o no tanto, según el punto de vista. Pero ninguna que afectara esas estructuras centrales y por lo tanto el flujo de ganancias monopólicas. Desde la estatización de las AFJP, hasta la ley de medios, pasando por la

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nacionalización de Aerolíneas, y la implementación de la AUH, que fueron medidas progresistas, estuvieron enmarcadas dentro de estos límites. Las consecuencias no fueron gratuitas. El crecimiento de la economía desde 2007 a la fecha se mantuvo en el promedio de los primeros años –con la salvedad del 2009 que debimos soportar los coletazos de la crisis mundial- pero en este último período, no hubo avances en el descenso de los índices de pobreza, no creció la incorporación de mano de obra en blanco, no mejoraron las proporciones de distribución de la riqueza. El crecimiento del PBI en este período de casi un lustro proporcionalmente produjo muy poco “derrame” sobre los sectores populares. La manipulación de los datos del INDEC a partir de 2007 se convirtió en una necesidad indispensable de un modelo con relato progresista pero conformado con elementos estructurales objetivos que lo desmienten. En octubre de 2007 ganamos las presidenciales con Cristina, afrontando las inevitables consecuencias de muchas de estas contradicciones, principalmente en el terreno político, manifestadas en un importante desgaste en los centros urbanos. A principios de 2008 enfrentamos los duros e interminables meses de la batalla por las retenciones móviles que terminaron en derrota, en los que florecieron los efectos de las opciones definidas anteriormente. Pasado el momento de aquél fracaso, la conducción kirchnerista reafirmó el rumbo en todos los aspectos, quedando claro, que no se habían cometido errores estratégicos sino que habían tomado un camino que no ponía en discusión. El voto no positivo de Julio Cobos y las posiciones en contra de los legisladores del PJ elegidos algunos recientemente en las listas con Cristina, no afectaban la sustancia. Cobos pasó a ser un traidor, y a la mayoría de los legisladores los fueron “recuperando” en los meses siguientes mediante estratagemas como comprarlos o chantajearlos. El miedo como articulador del consenso Aquí se produce un punto de inflexión definitivo entre el discurso kirchnerista de los primeros años, y el post retenciones móviles. En mayo se constituye el Espacio Carta Abierta que realiza aportes de invalorable importancia a la lucha de ideas, en aquellos días de discusiones mediáticas y movilizaciones callejeras, buscando esclarecer cuales eran las verdaderas intenciones

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de las patronales agropecuarias, y porqué era necesaria esta medida ofensiva sobre ganancias extraordinarias, provenientes del principal recurso natural de la Nación. En los meses siguientes el gobierno tiene la suficiente habilidad para convertir las debilidades manifestadas durante el conflicto, en una fortaleza, al girar 180 grados su discurso. El contenido principal pasa a ser el espectro ominoso del posible e inminente retorno de la derecha noventista. Todo lo que estaba en contra del gobierno pasó a ser instrumento de la derecha. El discurso del miedo a la pérdida de lo obtenido desde el 2003 en adelante, reemplazó las propuestas de continuidad de cambios en la estructura económica, y de renovación de las estructuras políticas cuyos representantes en las listas del Frente para la Victoria habían votado en contra de las retenciones móviles. Amplios sectores de los espacios progresistas que incluso cuestionaron los cambios impulsados en el primer período, pasaron a defender el gobierno por temor a la regresión neoliberal. Néstor Kirchner que ya había asumido la presidencia del PJ, concurre en diciembre de 2008 al plenario de Carta Abierta, y ante la pregunta en tono crítico respecto a la razones por las que había retornado al justicialismo, la respuesta fue: “ustedes se imaginan lo que hubiera pasado si yo no estaba en ese lugar”. O sea, la renovación política es tarea imposible, es un objetivo definitivamente abandonado. La derrota en las legislativas del 2009 fue el corolario de una serie de causas en las que se combinaron la confusión de un discurso cuyo contenido exclusivo fue la agitación del miedo a la derecha, con las consecuencias de una crisis mundial, que deprimió los ingresos de los sectores populares. El 2010 fue el año de la recuperación de la crisis y sobre el final, el lamentable fallecimiento de Néstor Kirchner. La movilización popular que se generó retomando lo mejor de su discurso, fundamentalmente el que perfiló durante los primeros años de gobierno, y la recuperación económica ofrecieron una nueva oportunidad para que el kirchnerismo recuperara la voluntad de cambios profundos, convocando a llevarse por delante todos los obstáculos. Sin embargo nada de esto sucedió. En realidad las medidas como la sanción de las leyes de medios, la nacionalización de las AFJP, la estatización de Aerolíneas, y la del matrimonio igualitario vieron la luz antes de su desaparición. Se reafirmaron y profundizaron las grandes líneas de acción delineadas desde el 2007 a la fecha, y principalmente hay una utilización recurrente del miedo a la regresión al neoliberalismo como herramienta para clausurar cualquier debate que

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pueda cuestionar las decisiones del gobierno. La apelación al temor –con el ejemplo de la crisis europea- fue una constante en la última campaña para las elecciones presidenciales. Ante la recurrencia de la crisis mundial Después del amplio triunfo electoral de Cristina el 23 de octubre la crisis mundial continúa sin dar respiro y, aunque hay una resistencia por parte del gobierno a aceptar sus consecuencias locales, éstas empiezan a manifestarse en nuestro país y nuevamente aparecen los interrogantes sobre cual es el rumbo que tomará, ante lo cual es importante detenernos brevemente en qué situación nos encontramos para afrontar la situación. Lo primero que debemos tener en cuenta es que la estructura económica está fuertemente monopolizada y extranjerizada. La incidencia de las ventas de las 200 primeras grandes firmas respecto al valor bruto de producción del conjunto de la economía alcanza en el año 2008 al 31,9%, mientras que la facturación de las, aproximadamente 100 empresas industriales que integran esa cúpula representa nada menos que el 42,7% del valor de la producción industrial en dicho año. También es importante tener presente que estas 200 grandes empresas generan el 74% de las exportaciones argentinas. Por otro lado el informe de la Encuesta de Grandes Empresas (Enge) del Indec para el año 2009, dice que de las primeras 500 grandes empresas del país, 324 son extranjeras. Obviamente estas grandes empresas ocupan lugares claves en la economía nacional, entre ellas ser formadoras de precios y beneficiarias del grueso de las ganancias acumuladas tanto por la vía de las exportaciones como por las ventas en el mercado local. En ellas el peso de las de origen extranjero es determinante, y las decisiones se toman en sus casas matrices, teniendo en cuenta la participación de sus filiales locales en la cadena regional o global a la que están integradas. En ese contexto de oligopolización y extranjerización el gobierno interviene con instrumentos sumamente restringidos, condicionado a las débiles herramientas que se preservó en estos años. Las grandes empresas “asociadas al estado”, que controlan cada rama de la producción y son formadoras de precios en las diferentes áreas, siguen la lógica de maximizar sus ganancias aprovechando las condiciones de participación casi solitaria en los mercados que tutelan, aun cuando llegaron a esta situación porque reciben del estado todo tipo de subsidios y exenciones impositivas. Porque indiscutiblemente no existe para ellas una lógica de “devolución

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de favores”. El manejo a voluntad de los precios es entonces una herramienta de uso generalizado para mantener e incrementar sus ganancias. Por lo tanto el resultado de negociaciones desde el estado empresa por empresa, sólo tienen efectos antiinflacionario en las estadísticas del Indec. La evolución de los precios no es administrada por el estado sino por los grandes grupos. Esta realidad que venimos sufriendo desde hace varios años ahora se agrava por un agudo retorno de la crisis mundial que encuentra en situación de frágil equilibrio las cuentas públicas. Después de la derrota en las legislativas del 2009, el gobierno – favorecido por la recuperación económica mundial- impulsó un fuerte crecimiento de la economía, pero siempre dentro de los límites del mismo modelo. Lo que significa que los recursos a los que fue echando mano –el ANSES, las reservas del Banco Central, las ganancias de los bancos oficiales, los incrementos de la recaudación fiscal que incluyen los provenientes de las retenciones a las exportaciones- sirvieron fundamentalmente para incrementar el consumo de todos los sectores de la población, aumentando las ganancias de las empresas que controlan los mercados (que no dejaron de subir los precios), y de los bancos que sostuvieron los créditos al consumo. Las derivaciones contractivas de la crisis en el 2009 no fueron aprovechadas para imponerle a los sectores mas concentrados genuinas medidas redistributivas, como la reforma a la ley de entidades financieras o el aumento a las retenciones a las exportaciones mineras, y tampoco los incrementados recursos del estado en el 20102011 fueron utilizados para iniciar un auténtico proceso de diversificación de la producción y desmonopolización industrial. Respecto a la producción industrial es importante tener presente que, como decíamos mas arriba, si bien creció en términos absolutos, su participación en el conjunto del PBI bordea el 19%, que está más cerca del 17% con que emergimos de la hecatombe de los 90, que del 27% con que transitábamos los últimos años de la década de los 80. Tampoco fueron utilizadas las posibles y reales secuelas de la crisis mundial para imponerle a las empresas trasnacionales controles y limitaciones a la remisión de ganancias. Desde el 2003 a la fecha las remesas giradas al exterior duplican a las enviadas en la época de la convertibilidad, constituyendo dos tercios de las reservas acumuladas en el Banco Central. A esto hay que agregar la constante fuga de capitales, que en épocas anteriores se financiaba por el fraudulento endeudamiento externo, y ahora son divisas provenientes principalmente del crecimiento de las exportaciones que mediante mecanismos lícitos e ilícitos terminan depositados en el exterior.

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Los problemas empezaron entonces a manifestarse a través de un incremento de la demanda de dólares para su envío al exterior, en un marco en que la crisis mundial incentiva a las transnacionales a concentrar recursos en sus casas matrices, produciendo una fuerte presión sobre un tipo de cambio que sufre un creciente retraso consecuencia de una inflación que no cede. Sólo en 2010 la remisión de ganancias de las empresas alcanza a 7200 millones de dólares, lo que significa casi un 50% del saldo comercial en ese mismo año. El gobierno acusa el impacto y reacciona con desconcierto, como en otras oportunidades, sorprendido por las respuestas de las empresas con las tejió alianzas en todos estos años. Va primero sobre los “coleros” del mercado minorista que tienen una incidencia marginal, después dicta una resolución que obliga a un sector de los exportadores a liquidar sus divisas en el mercado local -a lo que estaban inexplicablemente exceptuados- y finalmente aborda las negociaciones con las empresas exportadoras y les solicita liquiden las divisas y que repartan las ganancias en pesos, lo que va acompañado de una apelación pública de la presidenta y un compromiso de las automotrices a no remitir o por lo menos limitar la remisión de ganancias. O sea estamos ante una repetición de la experiencia de la fracasada experiencia de intentar acotar los aumentos de precios negociando empresa por empresa, ahora aplicada al intento de acotar la remisión de divisas sin introducir cambios sustanciales en las escuálidas estructuras existentes. Introducir el debate poniendo como alternativa, los sucesos que están acaeciendo en Europa, con el planteo que si no estuviera este gobierno nos estarían aplicando nuevamente aquellas recetas, es nuevamente apelar al miedo aplicando un eje falso. Como lo vienen manifestando los dirigentes de los principales grupos económicos, y lo reafirmaron los integrantes de la conducción de la UIA durante la visita presidencial a su última reunión, hay un apoyo de las grandes empresas al camino que sigue el gobierno. Su reclamo principal está centrado en una reducción del gasto público y un control sobre las actualizaciones salariales a discutirse en las próximas paritarias, que permitan enfriar el consumo y ajustar la inflación. No sólo que las cúpulas empresarias –en las que hoy siguen estando una parte sustancial de los grupos que fueron parte de la alianza dominante en los noventa- no están pidiendo ajustes similares en la Argentina a los que se están llevando adelante en Europa, sino que los rechazan expresamente. ¿Será que estos monopolios nativos y extranjeros que comandaron la economía argentina en la época de predominio neoliberal, hoy giraron a ser sostén de un

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proyecto nacional y popular? Las políticas impulsadas por la derecha europea tienen como objetivo producir un brutal traslado de ingresos desde los trabajadores hacia los sectores más concentrados, en el menor tiempo posible, para entre otras cosas, mejorar las “condiciones de competitividad” de los monopolios de la eurozona que vienen perdiendo terreno anta la fuerte competencia asiática, y -en menor medida- de los países “emergentes” de otras regiones. Entonces allí van por la destrucción de estado de bienestar indispensable en la era de la guerra fría pero que ahora dejó de cumplir la función relevante de contención política y social de otrora; impulsando el traspaso de las empresas estatales a la órbita privada; la baja de los costos laborales mediante el descenso del poder adquisitivo de los salarios sobre la base de promover un extendido ejército de desocupados y precarizados; restricción de los mercados internos y consolidación de economías esencialmente exportadoras; utilización del endeudamiento estatal para saldar las deudas de los bancos –ya sea mediante la emisión de miles de millones de euros o tomando créditos a tasas descontroladascomo uno de los mecanismos privilegiados para acelerar la redistribución regresiva de la riqueza. Obviamente estos objetivos ya han sido largamente cumplidos en nuestro país, desde las privatizaciones, hasta la baja de los costos salariales. En la industria europea el costo de la hora salarial está por encima de los 30 dólares por hora promedio, mientras que en nuestro país no supera los 8 dólares en las ramas de punta, habiéndose consolidado un aparato industrial que en sus sectores mas dinámicos –como la automotriz- está instalado para las exportaciones, por lo que el salario es fundamentalmente un costo y no un valor que sea importante conservar para sostener la demanda. Los grupos monopólicos que controlan las diferentes sectores de la producción consolidados en la primera década de este milenio, no están interesados en desarrollar el mercado interno mas allá de la franja de sectores altos y medioaltos, porque allí está la demanda de productos capaz de salvaguardar los niveles de ganancia alcanzados durante el neoliberalismo, mientras que buscan mantener el equilibrio histórico entre el consumo interno y los saldos exportables para la exportación de alimentos. Cual es el Modelo Querido Horacio, en este tiempo que venimos sosteniendo este debate contigo, y discusiones con otros compañeros y compañeras, siempre aparece la visión que

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nosotros en definitiva caracterizamos al kirchnerismo como una continuidad irrestricta del neoliberalismo con serio parentesco con el menemismo, y que nuestras propuestas sólo podrían concretarse dentro de un modelo socialista en los términos ortodoxos o similares. Ni una ni otra cosa. Primero porque no creemos que la alternativa sea, entre este modelo o el retorno al que nos gobernó en los noventa. Ya vemos que ni los sectores que fueron parte de la alianza dominante en esa década tienen hoy interés en recrear de manera absoluta aquellas políticas de las que fueron beneficiarios. Igual que en el caso del debate sobre como abordar la compleja crisis económica mundial que nos acosa –y que todo indica que mantendrá una fuerte incidencia en los próximos años- los compañeros y compañeras con los que polemizamos recurren siempre al mismo argumento de que hay que apoyar las orientaciones en curso sin ninguna restricción, o nos aplicarán las recetas que el FMI impone en Europa. En el terreno político, este gobierno se construye sobre la base de decisiones que no es permitido ni discutir ni criticar, con la única posibilidad de participar cuando llaman a la Plaza a apoyar, con el Partido Justicialista manejando las estructuras políticas nacionales y provinciales. El PJ no es un gigante dormido. Es un monstruo grande y pisa fuerte. Coparticipa de todos los negociados que atraviesan el país desde la distribución de la droga a la trata. Y los defiende con todas las herramientas que tiene a mano cuando estos se ven amenazados. Está comprometido con la minería a cielo abierto que destruye nuestra cordillera, con la ampliación de la frontera sojera para lo cual no dudan en expulsar de sus tierras, y si es necesario matar, a los pueblos originarios y los campesinos que resisten desde la agricultura familiar. La burocracia sindical con la que por estos días mantiene algunas disputas, pero que fue encumbrada en la CGT de la mano de Néstor y Cristina, tiene lazos históricos, ideológicos y personales con los represores de la dictadura. Alguno de ellos se posicionaron contra el menemismo, pero actualmente todos son partícipes de entramados espurios que los convierten en sindicalistas ricos. No hubo ni hay lugar en el universo kirchnerista para la CTA, ni siquiera para el sector que le es manifiestamente afín. No estamos diciendo que el kirchnerismo es igual a menemismo, porque el debate transcurre en un contexto nacional y regional, donde en la última década la alternativa no pasó ni pasa por sostener los cambios o regresar a los noventa, sino entre estancamiento o profundización de las transformaciones progresistas. El discurso kirchnerista contiene elementos retóricos y estructurales que apelando a un

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posibilismo injustificable, estancó las perspectivas de cambio dentro de un modelo sumamente limitado, por lo cual no puede y no quiere dar una batalla a fondo por extirpar de raíz elementos sustanciales de la cultura neoliberal. A la estructura de por sí restringida, por estos días se han ido incorporando nuevos peligrosos elementos a su retórica que esperamos no signifique un punto de inflexión en el conjunto del discurso. La convocatoria al apoyo incondicional y sin discusiones reemplazó definitivamente al llamado a la movilización. El pedido de Cristina de que “no boicoteen el país” ante algunos tibios reclamos, es una señal brutal de profundización de ese camino. En el olvido quedó aquella apelación de “no hay que asustarse de los conflictos porque son parte de la realidad de una sociedad que está viva”, que le dirigían a los empresarios cada vez que estos reclamaban orden. En estos días la presidenta nos explica que cortar las calles es antidemocrático. Y ante alguna confrontación con algunos dirigentes sindicales –que hasta no hace mucho eran funcionarios de este gobierno- el planteo del Ministro de Trabajo no es democratizar las organizaciones sindicales, sino clausurar su personería gremial. La grotesca repetición mensual de índices que no reflejan la realidad de millones de argentinos que se mantienen por debajo de los índices de pobreza a los se los quiere invisibilizar; la legitimación desde el discurso oficial de la militancia política como carrera en la que todo vale para ascender; el enriquecimiento desmedido de todos los funcionarios fieles, entre ellos la propia presidenta que multiplica inexplicablemente su patrimonio familiar. Es que la coordenada de la retórica y la de la estructura en algún momento confluyen y suman cero. No hay posibilidad de que alguna de ellas fugue sola hacia delante. Por nuestra parte no estamos planteando alternativas a este modelo desde ninguno preestablecido. Seguimos en la búsqueda de una verdadera alternativa post neoliberal, que partiendo desde el punto en el que estamos parados, defendiendo las conquistas alcanzadas por las luchas de todos y todas durante esta última década, cristalizadas en múltiples nuevas construcciones, podamos evitar la trampa del estancamiento, logremos sortear el peligro que nos pongan una loza como techo. Para avanzar desde el escalón que alcanzamos hay que cambiar algunas leyes de la dictadura: Inversiones extranjeras, de entidades financieras, del Banco Central, hay

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que promover una reforma tributaria. Hay que fortalecer en serio al Estado devolviéndole el rol de actor económico en áreas estratégicas como la energía, los hidrocarburos, la minería, las comunicaciones, y en el control del comercio exterior. No hay ninguna experiencia de desarrollo nacional con inclusión (el modelo coreano se levantó sobre una brutal represión, entre otras diferencias) en el marco de una economía concentrada y centralizada y controlada por monopolios privados, donde la intervención del estado, por mas decidida y enérgica que sea, solo cuente con herramientas de control y regulación asentados en su “autoridad política”. Por eso cuando Uds afirman que recuperaron el valor de la política, les decimos que en el mejor de los casos se quedaron a mitad de camino. Porque los monopolios tienen la interlocución de un estado débil, y porque la militancia es una actitud de entrega al trabajo, al servicio de las necesidades de nuestro pueblo sin esperar retribuciones, o no es militancia como la queremos y la entendemos, no es parte de la política que queremos reconstruir. Nuestro perfil, nuestra retórica, nuestro discurso, no se mueven de ahí. Vamos a intentar una y otra vez todas las veces que sea necesario, porque estamos convencidos que hay sobradas condiciones para avanzar a la reconstrucción de un discurso que asentado en una genuina participación popular, sea la piedra fundacional de un modelo más justo, más democrático, más comprometido en la defensa de nuestra soberanía nacional. Isaac Yuyo Rudnik

He recabado información para la realización de esta nota de libros y notas de Eduardo Basualdo, Mónica Peralta Ramos, y publicaciones editadas en diferentes diarios y revistas

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EL DESCONTENTO DESBORDADO, LA MOVILIZACIÓN ESTUDIANTIL, Y EL NUEVO CHILE Por Héctor Testa Ferreira Las mayorías deben ir perfilando su autorepresentación en el Estado de Chile, su Constitución Política, sus leyes e instituciones, pues éstas debieran ser el reflejo de de sus opciones, decisiones, anhelos, necesidades, y los monopolios y autoritarismos que han gobernado nuestra Historia patria deben terminar, para siempre. Por cierto, se vendrán varios años donde esta inflexión muestre su real sentido, pero, sin duda, una época de esperanzas se ha puesto en movimiento, y nuestro esfuerzo debe apuntar a que no se apague nunca, crezca, madure, y avance. El amplio y muy mayoritario rechazo social al proyecto de HidroAysén marcará otro hito en la maduración y avance del proceso aquí esbozado [...] Tanto por la magnitud de éste, como por que toca todos los puntos claves del entramado de poder político y económico construido en las últimas décadas en nuestro país, como por los aprendizajes que han ido adquiriendo los actores sociales y políticos que genuinamente participan de él [...] Los descontentos siguen acumulándose y la represa antidemocrática será superada… mientras tanto, la transición a una democracia plena y apropiada por las mayorías, seguirá siendo tarea pendiente. "HidroAysén: (Mayo

la

represa

de

los

descontentos de

continúa

llenándose" 2011)

I. La coyuntura inmediata y el largo proceso histórico: Si a principios de Mayo la revuelta ciudadana contra el proyecto megaeléctrico de HidroAysén sumaba descontentos y movilizaciones de diverso tipo en casi todas las ciudades del país, mostrando con nitídez el alcance nacional y al alza de un movimiento social amplio y masivo, hoy, más de tres meses después, podemos decir que ya es parte del sentido común que incluso la propia elite no puede omitir, el hecho de que esa suma de descontentos ha adquirido una fuerza, convicción y vocación de poder, inéditas desde la lucha contra la caída de la dictadura. En estos últimos meses, no es exagerado decir que las multitudinarias marchas y otras diversas manifestaciones, y más allá, la sensación de efervescencia que las ha acompañado entre la ciudadanía en general, son sólo analogables a la época de la Unidad Popular.

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Lo que sucede en el espacio público en su expresión más concreta y material, es decir, las calles y plazas, ha vuelto a cobrar su fuerza y relevancia, para horror de quienes conciben la política y el poder como algo que debiera estar enclaustrado en ciertos salones y edificios. En esa vereda, en la cara de La Moneda gobernante, la respuesta ha sido también analogable a épocas pasadas, pero de sus partes más violentistas, oscuras y tristes: una represión policial similar a la que hubo bajo los gobiernos de la Concertación pero exponenciada por la masividad y omnipresencia de las movilizaciones, un autoritarismo sin límites de una buena proporción de declaraciones y acciones de los dirigentes de la derecha gobernante, y, sin exagerar, un perfil reaccionario y hasta fascista que les sale por los poros a algunos, hoy, además, con la facilidad y exposición provocada por los nuevos medios y redes de comunicación. Ese otro espacio público, el virtual, también ha sido copado por la movilización, provocando una contundente derrota al cerco mediático y comunicacional que tuvimos por tanto tiempo. Y es que ha corrido mucha agua bajo el puente, y aunque algunos no lo quieran, la Historia sigue su curso, y siempre, a la larga, la hacen los Pueblos. Las últimas palabras de Allende, y su figura histórica en general, han vuelto a resonar con fuerza y cobrar un sentido que ya no es el de la derrota testimonial convertida en victoria sólo moral, sino que el de la posibilidad de una victoria social, cultural, y también política, tras la derrota coyuntural de orden militar-neoliberal continuada a grandes rasgos por los gobiernos que le siguieron. La actual es una multitudinaria revuelta ciudadana contra el neoliberalismo, ese modelo político, social, económico y cultural implantado antidemocráticamente y reforzado por el escenario histórico generado en la transición pactada que encabezó la Concertación. El “y va a caer, y va a caer, la Educación de Pinochet” no sólo es un canto destinado a evidenciar el fracaso histórico de la derecha pinochetista en su intento de reconfigurar culturalmente al país y ponerlo a favor de “la obra” del régimen dictatorial, sino que ilustra un juicio de denuncia hacia lo incompleta de la transición a la democracia y los actores políticos que la encabezaron: en su momento, se logró derribar a la dictadura militar y la derecha más extrema del Gobierno, pero no así los mecanismos de reproducción del sentido histórico con que aquellas gobernaron, plasmados de manera referencial en la Educación, que es justamente la dinámica de reproducción de una sociedad.

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Así, la responsabilidad de las cúpulas concertacionistas no ha sido un hecho pasado por alto por las mayorías: si el abandono electoral que las hizo perder en las elecciones pasadas fue un aviso, lo de los últimos meses ha sido un juicio ciudadano que difícilmente podrán revertir. De nada han servido las excusas de que “la derecha no nos dejó modificar el marco institucional impuesto”, o que “no teníamos mayoría en el parlamento por culpa del binominal”. Se equivocan los referentes concertacionistas: se les acusa del abandono de la lucha democrática una vez que llegaron al Gobierno, se les rechaza por ser cooptados por las ideas neoliberales y de derecha, se les denuncia por su oligarquización y corrupción moral y política. En resumen, se les encara por su Cogobierno de 20 años con la derecha y el alto empresariado. II. La Educación y la marcha de los que sobran y los que no sobran: A mediados de los ochenta, y en pleno proceso de movilización social contra la dictadura pinochetista, una canción se convirtió en estandarte musical de la exclusión social, económica, y política instaurada por el régimen contra las nuevas generaciones: el baile de los que sobran. La canción de Los Prisioneros expresaba la gigantesca oposición social, en especial de las nuevas generaciones, contra el autoritarismo militar y el terrorismo de estado y, también, contra el modelo económico de perfil neoliberal que se había venido instaurando con particular fuerza y profundidad desde fines de los setenta en adelante. Como supo muy tempranamente el pueblo chileno, la implantación de un muy extremista sistema de economía y sociedad "de libremercado" implicaba necesariamente políticas de shock económico, drástica destrucción y reconstrucción de empleos, quiebre y regeneración de actividades económicas e industriales completas. La modelación económica y productiva de orden nacional-desarrollista que se había construido en Chile durante el siglo XX (y el Estado Docente que lo acompañó como forma educacional y de integración social), fueron dramáticamente echadas abajo tras el golpe militar, y la instauración de medidas sistemáticamente neoliberales a fines de los setenta y principios de los ochenta, iban a tener en la crisis del ´82 y los años siguientes su momento de catalizador y cristalización: eran años de crisis, de mayoritario desempleo, subempleo, o empleo informal, de precariedades, de masiva salida de compatriotas en búsqueda de mejores destinos (el exilio económico cuantitativamente mayor que el político, aunque siempre con un trasfondo también político). Una época en que la mayor parte del pueblo de Chile simplemente sobraba

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en la "reconstrucción nacional" emprendida por la dictadura de los militares, la derecha más autoritaria, y unos cuantos intelectuales políticos (Jaime Guzmán) y económicos (la camada de economistas e ingenieros comerciales neoliberales). Es sintomático y muy ilustrativo el hecho que la canción mencionada trataba el fenómeno de la exclusión social, política y económica con un cierto énfasis, precisamente, en lo educacional: los doce juegos, los ojos en el profesor, a otros les enseñaron secretos que a ti no, a otros dieron de verdad esa cosa llamada educación. Taponeada y golpeada la posibilidad de que las mayorías intentaran una mejor vida por la vía de un proyecto político, dado el derrocamiento militar de la UP y el terrorismo de Estado presentes, la mejor vida justamente implicaba oponerse a la dictadura militar, pero también, poner la atención en el cómo sobrevivir y abrirse paso individual o familiarmente en el contexto del nuevo orden social, económico, laboral. Y a pesar de que por esos años el rechazo a la dictadura y el rechazo al modelo económico eran la misma cosa, el foco de las dirigencias políticas se terminó poniendo en la negociación con las cúpulas políticas del gobierno dictatorial para exigir o gatillar su caída, mientras ésta terminaba de cuajar el ordenamiento institucional, político, económico que legarían tras su salida. En las características de esa negociación y su devenir una vez que la dirigencia pinochetista abandonó el Ejecutivo, pero no sus innumerables posiciones de poder, está la raíz de la progresiva desafección y rechazo de las mayorías ciudadanas hacia la política. Por otra parte, con la cooptación de las dirigencias concertacionistas y el encauzamiento de la movilización social contra la dictadura en los marcos institucionales establecidos por ella, se consolidaría el modelo neoliberal llevando a cabo una profunda revolución económica y transformación sociocultural en el país. El retraimiento hacia las vidas privadas y familiares, una de sus principales consecuencias más inmediatas, generó, junto con la sobreexigencia laboral (una de las jornadas de trabajo más largas del mundo) y una considerable inseguridad subjetiva (altas tasas de depresión, descomposición social, y estrés), un esfuerzo de magnitudes puesto en dirección hacia financiar la educación de la que el Estado se desatendía en su financiamiento y control. La legislación educacional instaurada por la dictadura había abierto un marco de negocios y lucro para los privados inexistente hasta entonces, generando una inédita ampliación de la cobertura, pero a la vez, el esfuerzo final en financiar no sólo la

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educación, sino que las ganancias de esa nueva actividad económica, terminó recayendo en las familias y estudiantes. La carga financiera fue corroyendo cada vez más los ingresos presentes y futuros de familias y estudiantes, y la desatención estatal fue generando incentivos para el crecimiento de la educación privatizada, la jibarización y privatización silenciosa de las instituciones "públicas", y, sobretodo, reforzando una estratificación y segmentación socioeconómica sin precedentes. El tema de la educación fue constituyéndose así en una piedra en el zapato para los sucesivos gobiernos concertacionistas, sucediéndose Ministros renunciados y políticas agravantes de la situación, cayendo en una obsecuencia y arrogancia tal que no atendieron las advertencias (entre ellas, las constantes movilizaciones) que señalaban que tal situación pondría, tarde o temprano, en entredicho la sostenibilidad social y política del modelo que con tanto entusiasmo habían abrazado. Visto desde hoy, llama la atención la despreocupación de la clase política, y en especial de la Concertación, por simplemente dejar pasar el tiempo y acomodarse con gran oportunismo político al alejamiento de las nuevas generaciones al modelo que se iba implantando. La desafección hacia los partidos y la política en general y la no inscripción electoral incluso la quisieron presentar como un síntoma positivo: formularon la idea de que los jóvenes "no estaban ni ahí" y que una democracia de baja intensidad demostraba que se estaban haciendo bien las cosas y el país marchaba bien. Omitieron el hecho de que una transformación de la magnitud que tuvo la revolución neoliberal en Chile debe su perdurabilidad y proyección en el tiempo a múltiples factores que exceden con mucho la opinión que tienen las elites dominantes de él, y que entre los más relevantes están las opciones de quienes crecieron bajo élla: el juicio y las acciones de las nuevas generaciones. Y no sólo de quienes el sistema les somete a un permanente rechazo por sobrar, sino que a aquellos que precisamente los trata como si no sobraran, por estar adentro e incluidos en él. Aquí otra de las particularidades de la movilización por la educación en Chile: proviene, además de los sectores más desventajados de la sociedad, de quienes precisamente han entrado a sus esferas y dinámicas de inclusión relativa, en el acceso a bienes de consumo, a posibilidades de endeudamiento, a expectativas de calidad de vida. Es por eso la explosividad y profundidad de la movilización actual: no sólo ataca los excesos y malos funcionamientos del sistema, sino que su misma lógica esencial, su buen funcionamiento que es, también, causante de malestares e indignaciones. En esa clase trabajadora relativamente incluida en el sistema, y que es

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llamada un tanto eufemísticamente clase media, es que ha ido también madurando un creciente descontento y rechazo hacia el modelo, y desde donde el emerge, en parte, la actual movilización. De la confluencia política de las distintas capas sociales y los distintos actores presentes y actuantes en estas movilizaciones, dependerá parte de la proyección de lo que está sucediendo. III. Las nuevas generaciones, el movimiento estudiantil, la nueva escena política: De los actores sociales que se movilizaron y construyeron progresivamente contra la implantación y profundización del modelo neoliberal bajo los gobiernos de la transición concertacionista, el movimiento estudiantil fue el que tuvo -junto con el movimiento mapuche, caso aparte, y que toca otros puntos de la ilegítima constitución del Estado chileno-, más continuidad, capacidad de movilización, y una profundidad y solidez organizativa y programática no menores, atendidos además todos los obstáculos y dificultades para hacer política en una época donde todo consipiraba contra ello. Debido a la radicalidad de las reformas en torno al mundo del trabajo y una legislación antisindical férrea que dejaba poco margen para la organización de los trabajadores en general, y a la fragmentación social que incentivaba de diversas formas la individualización y el retraimiento hacia las vidas privadas por parte de la mayor parte de la ciudadanía, el espacio estudiantil, representativo en parte de las nuevas generaciones que se venían incubando bajo la creciente sociedad de mercado en los años noventa, fue una de las principales trincheras de organización y capacidad de movilizarse en un sentido antineoliberal en años en que tal cosa era abiertamente minoritaria. Aquí, año tras año, ciclo tras ciclo de movilizaciones, se fue atrincherando un sentido común abiertamente crítico contra el neoliberalismo y la clase política binominal. Las federaciones estudiantiles universitarias comenzaron a ser uno de los lugares donde la Concertación fue perdiendo fuerza y presencia de manera más nítida, y con el correr de los años tal asunto fue creciendo en un sostenido anticoncertacionismo, tanto electoral como culturalmente, de las nuevas generaciones. Sobretodo en la última década, tal cosa se vio reforzada y multiplicada por la reorganización del movimiento estudiantil en los liceos y colegios, cobrando una masividad mayor aún cuando en las instituciones privadas de educación escolar y superior también comenzó a haber mayores niveles de organización y politización. Y también, por el declive progresivo de la influencia política de los partidos de la Concertación en las universidades, tanto por los sucesivos desencantamientos provocados por las presidencias "socialistas" de

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Lagos y Bachelet (y los tensionamientos que aquello provocaba en las juventudes concertacionistas en sus anclajes estudiantiles), como por la emergencia de fuerzas de diverso tipo que tenían como uno de sus ejes fundantes, la crítica, rechazo, o distanciamiento de aquellas, y las tan falseadas políticas "progresistas" que decían promover e impulsar. El avance progresivo de estas tendencias disruptivas no trajo un avance inmediato de nuevos referentes políticos nacionales ni grandes estallidos, ni desbordes visibles de los múltiples obstáculos para su despegue y confrontación en la política institucional, pero permitió hacer crecer una multitud de espacios, iniciativas, colectivos, organizaciones, redes, que tuvieron una prueba de su fuerza el año 2006, un aviso que la clase política no tomó en cuenta, festejando manos en alto un acuerdo parlamentario forjado a espaldas del movimiento estudiantil. La resolución final de la gigantesca movilización del 2006 fue una victoria pírrica de la clase política y en especial de las cúpulas de la Concertación, que además de dejar en claro la inexistencia de posibilidades reales de reformas dirigidas a un gobierno más ciudadano y democracia más participativa enarboladas en la campaña de Bachelet, mostraron, de manera más general, lo ya insuperable de los límites del progresismo bajo los gobiernos de la Concertación, y, aún más ampliamente, la incapacidad de la clase política neoliberal de atender el proceso de pérdida de legitimidad que maduraba contra ella. De todas formas, la revuelta del 2006 fue sólo una muestra más de ese proceso: año tras año, y sin excepciones, el movimiento estudiantil impulsó movilizaciones que aunque no lograron romper los cercos mediáticos y políticos, fueron forjando capacidades, convicciones, saberes. El producto de todo eso es lo que ha decantado en la movilización actual, que simplemente ha desbordado todo tipo de obstáculos. Dicho con la figura utilizada por lo de HidroAysén: la represa simplemente ya se desbordó, todo indica que no hay ni habrá vuelta atrás, y el predominio sin contrapesos del neoliberalismo, de un capitalismo extremo y un orden político altamente conservador y autoritario, ha llegado a su fin en Chile. No está de más decir que la profundidad de la inflexión histórica en curso representa una dificultad para abordarla tanto analítica como políticamente (tanto de parte de los poderes instituidos como de las tendencias constituyentes), por más que los cuadros dirigentes más lúcidos y las elites intelectuales intenten generar explicaciones e hipótesis de salidas políticas dentro de los marcos instituidos, o digan

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retrospectivamente que "esto lo veníamos diciendo". En las coyunturas constituyentes queda al descubierto a cabalidad lo complejo de narrar sucesos históricos en pleno desarrollo, pues en éstas, el campo de posibilidades políticas e históricas se abre, y con esto, el hablar de la ciudadanía activa, de las militancias políticas y sociales, el actor social de estos procesos refundacionales, más tiene que acompañar y estar inmerso en esos procesos, proponer y aportar a ellos, oponerse a los intentos por bloquearlos, que intentar anticiparse o formular análisis acabados e imparciales. Lo que se requiere es una acción y un discursos situados en el proceso de transformaciones, en la construcción de ese cambio de época. Por otra parte, el hablar y la acción dominante, es decir, el de las elites y los actores hegemónicos en la época de la transición, al contrario, seguramente intentarán (como ya hace) domesticar, contener, y bloquear las tendencias refundacionales y constituyentes, e impedir, por ejemplo, la realización del primer proceso constituyente realmente democrático y participativo en toda la historia nacional. Ese actuar político necesita y necesitará un discurso legitimante que, en especial desde las cúpulas concertacionistas, justificará e intentará defender la obra de los Gobiernos de la Concertación, por una parte, y la dictadura militar, por otra, tarea en la que incluso podrán converger miembros de ambas coaliciones. Por nuestra parte, las nuevas fuerzas sociales y políticas expresadas en aquél polo en formación que intenta construir una etapa de transformaciones que supere la era neoliberal con un sentido democratizante y socializador, tienen por delante la gigantesca tarea de destituir los discursos, programas, y políticas públicas del neoliberalismo, y tendrán que discernir paso a paso y en cada momento qué tipo de articulaciones, acuerdos mínimos, avances relativos, se pueden y deben tener en relación a las fuerzas del esquema instituido. Por lo demás, como confirman las experiencias de los bloques populares y progresistas que gobiernan la casi totalidad de los países de Sudamérica (con el reciente triunfo de Ollanta Humala en Perú, sólo Colombia y Chile como excepción), la llegada al Gobierno, e incluso una Asamblea Constituyente y Nueva Constitución, sólo es un paso entre muchos dentro de un proceso refundacional y constituyente. Así, las coyunturas políticas y sociales de esta relevancia ponen en juego un sinnúmero de tiempos y tendencias de largo aliento y profundidad, y su desarrollo e implicancias finales sólo se aprecian a cabalidad con el correr del tiempo. Por tanto, las disputas de estos meses, la escena política del presente y seguramente de los próximos años, deben ser vistas mirando siempre distintos tiempos y las varias capas

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del

conflicto

y

la

crisis

política

y

social

desatada.

IV. Algunas perspectivas para una coyuntura y proceso Constituyente: Dichas todas las prevenciones anteriores, algunas ideas para visualizar algunas tendencias y líneas de fuga del presente. Partiendo por lo más general, importante decir que esta revuelta social, ciudadana, y popular contra el sistema neoliberal en Chile, coincide con un momento mundial de decaimiento y crisis de éste. No sólo por las revueltas y los problemas sistémicos puestos a prueba durante este año 2011 y los anteriores, con la literalmente crítica situación económica en Europa y Estados Unidos en particular pero del capitalismo neoliberal en su conjunto, y, para más remate, las revueltas en el mundo árabe como expresión de crisis de su sistema colonial e imperial, sino que, además, en nuestro continente, con una evidente y mayoritaria tendencia hacia gobiernos, movimientos, y mayorías, que intentan superarlo como modelo económico, y también como dominio político, social y cultural de las oligarquías y elites dominantes en casi todos los países de la región. Si Chile antes era utilizado como ejemplo de un modelo neoliberal y ultracapitalista exitoso y “ejemplo a seguir”, la movilización actual derrumba ya definitivamente tal apología sostenida por las derechas y clases dominantes a nivel regional y global. El mundo y nuestra América miran con atención lo que está sucediendo, pues lo que aquí sucede es una revuelta en un país donde el sistema funcionaba, y de hecho, bajo sus parámetros, sigue funcionando con éxito. Otro punto importante: esto no es un estallido social gatillado por una baja repentina en el funcionamiento del sistema, ni por una medida política en particular, sino que es una multitud en movimiento y puesta en marcha de manera relativamente autónoma, y tal característica debe ser defendida, desarrollada, potenciada. Claro, la coyuntura ha sido alimentada por varios factores, como la derrota electoral de la Concertación y la puesta en el Gobierno de una coalición con menos anclajes sociales, experticias políticas, y legitimidades históricas, o como el mismo terremoto que hizo evidenciar un sinnúmero de falencias y irracionalidades del modelo, o la demostración de un soterrado descontento regional en la revuelta magallánica, o el muy mayoritario rechazo a la política ambiental y energética del país. Pero aún teniendo todo lo anterior en cuenta, el movimiento social ha logrado levantar un ciclo de movilizaciones de manera relativamente independiente de los factores externos, y más aún, tomando por sorpresa a la misma elite política que ha

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copado tan monopólicamente el espacio público e institucional del país. Ésta última, junto con los actores dominantes económica y mediáticamente, claro que ya intenta revertir su distancia hacia el fenómeno histórico constituyente desplegado, pero ya no tiene la iniciativa exclusiva y excluyente al que le llamó eufemísticamente como “la extraordinaria gobernabilidad de la democracia chilena”, o, con más soberbia que realidad, “la excepcionalidad chilena en el contexto latinoamericano”. Bajo sus pies, se forjó un proceso social e histórico que no controla, no gobierna, ni tiene muchos mecanismos de cooptación y dispersión, por mucho que en la coyuntura específica y más concreta de las demandas más directas, la termine ganando: más bien será una tregua transitoria que una solución definitiva. En esa coyuntura de largo plazo que se ha desplegado, de aquí en adelante al movimiento social le caben múltiples tareas, pero que tienen en la proyección política de sus demandas y anhelos el eje crucial y determinante. No se trata de que se haga un viraje en sus acciones y trayectorias hacia el presente en que se encuentra, sino que justamente es el paso que lógicamente deben dar hacia construir una mayoría amplia y diversa que, primero, ponga en juego en su seno una unión identitaria, programática, y también electoral, construida sobre la base de su diversidad interna y de lo que ha venido haciendo y pensando hasta ahora. En ese sentido, entendernos como un proceso constituyente en construcción y en curso y desde ya, permite a los diversos actores mirar las perspectivas que todo paso va a ir teniendo en distintos planos y tiempos. Bajo esa dinámica, ese nuevo Chile en movimiento y en marcha que estamos presenciando en las movilizaciones actuales irá adquiriendo su unidad y solidificando sus convicciones y capacidades, y no se detendrá por mucho que las coyunturas más inmediatas vayan cambiando y sucediéndose. Es insoslayable el hecho de que seguimos en un escenario institucional y político-electoral altamente desfavorable, y que falta mucho camino por recorrer en términos de articulación política de los descontentos y movilizados. No se trata de desviarse de las urgencias que este proceso seguro irá teniendo, y que las ha tenido con creces durante estos meses, sino en inscribirlas en un autoaprendizaje y una maduración social y política más amplia y compleja que seguramente durará varios años: un proceso constituyente, una refundación del país. Enlazándolo con la coyuntura más inmediata, superar "la demanda por la Educación Pública" hacia ejercer un proceso de autoeducación construida desde y para las mayorías y en especial sus actores más activos y participantes (por de pronto, los actores movilizados), pues la Educación no es otra cosa que la autoreproducción de

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una sociedad en un momento dado. Aquí, como a todos los actores sociales de la Educación le consta, urge una construcción de comunidades educativas deliberantes y activas en el proceso educativo. En otras palabras, es esencial la demanda por un alza significativa de los recursos destinados a la Educación por parte del Estado y el sistema económico en general, como asimismo las cuestiones asociadas a aquello (la política sobre nuestros recursos naturales, la reforma tributaria), pero la Educación que debiéramos querer va mucho más allá que una demanda peticionista al Estado: debemos profundizar los contenidos democratizantes, la descentralización y desconcentración de ella y el poder en general, las prácticas e idearios que nos permitirán refundarla radicalmente, yendo a la raíz de nuestra crítica hacia el modelo educativo y no sólo a su modo de financiamiento. Y algo similar, con todos las otras áreas primordiales de este proceso constituyente en curso. En este proceso político en marcha se deben hacer esfuerzos en el sentido de superar los hegemonismos, el afán sectario, los caudillismos personalistas, y propiciar la creatividad movilizadora, los nuevos liderazgos, conducciones y dinámicas de acción, los contenidos democratizantes y libertarios en nuestras prácticas, construcciones organizativas, idearios y discursos. En eso, superar los marcos conceptuales del siglo pasado, y más en general, de una modernidad y una era histórica con múltiples muestras de decadencia e irracionalidad (llámesele como se le llame), que debe, necesaria y urgentemente, ser superada. También, y más en concreto, superar el mapa político de izquierda-centro-derecha, por mucho que explique ciertas cuestiones actuales (y por cierto mucho de nuestra Historia), relativizar ciertos dogmas antes pontificados, y someter todo al escrutinio del presente y sus condiciones actuales tan cambiantes y revolucionadas. Los procesos constituyentes y refundacionales que se han vivido y viven en la casi totalidad de los países de nuestra América son una caja de herramientas y aprendizajes a tener en cuenta y cuya difusión y socialización es del primer orden de prioridades. Construir una unidad en la diversidad, una multitud de espacios y organizaciones que empujen, desde sus particularidades y diferencias, en un proceso transformador con acuerdos programáticos y unión en el trabajo y la participación conjunta: encarar la acción transformadora en una movilización permanente, en una democracia y acción colectiva participativa puesta en marcha desde las propias organizaciones y movimientos movilizados. En eso, lo que suceda en las coyunturas electorales y los

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avances en términos de reformas políticas que viabilicen los triunfos parciales pero crecientes de las mayorías descontentas y movilizadas, serán una puesta a prueba para todos, y tal cosa no permite delegaciones, ni exclusiones ni autoexclusiones para nadie. La mayoría descontenta y movilizada debe llegar a tener un Gobierno Nuestro, por mucho que ahí recién comience otra etapa tan difícil y compleja como la que se ha recorrido hasta ahora. Las mayorías deben ir perfilando su autorepresentación en el Estado de Chile, su Constitución Política, sus leyes e instituciones, pues éstas debieran ser el reflejo de de sus opciones, decisiones, anhelos, necesidades, y los monopolios y autoritarismos que han gobernado nuestra Historia patria deben terminar, para siempre. Por cierto, se vendrán varios años donde esta inflexión muestre su real sentido, pero, sin duda, una época de esperanzas se ha puesto en movimiento, y nuestro esfuerzo debe apuntar a que no se apague nunca, crezca, madure, y avance. Héctor Testa Ferreira, Invierno de 2011, el más multitudinario y esperanzador que hemos visto pasar.

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MODULO FORMACION DE FORMADORES

«La pedagogía del oprimido, como pedagogía humanista y liberadora tendrá, pues, dos momentos distintos aunque interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van desvelando el mundo de la opresión y se van comprometiendo, en la praxis, con su transformación, y, el segundo, en que, una vez transformada la realidad opresora, esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación» Paulo Freire

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INDICE PROPUESTA METODOLOGICA, EL ROL DEL COORDINADOR…………………………………………………………………..3 PARTICIPAR DECIDIENDO EDUCACION POPULAR Y PARTICIPACION POLÍTICA PARA QUE Por equipo de investigación ISEPCI Lucia Bianchi……………………..…………………………………………………………………..4

CONCEPTOS CENTRALES DE LA EDUCACIÓN POPULAR PEDAGOGO DE LOS OPRIMIDOS Y TRANSMISOR DE LA PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA..........................12

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez

EN http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm

ANEXO FORMACION DE EDUCADORES Y EDUCADORAS DESDE LA MIRADA DE FREIRE Maite Arandia Loroña Universidad del País Vasco 1 de agosto de 2004……………………………………………………………………………….19

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METODOLOGIA DE FORMACION Los encuentros se realizarán a principio de año y comenzarán con el plan de capacitación. Características metodológicas: Como todo espacio de formación y debate debe ser amplio, abierto y crítico. Permitiendo que los participantes expongan sus dudas, sus visiones, sus experiencias y vivencias, recuperando conocimientos previos y colectivizándolos. Para esto es clave la idea de construcción o proceso: el conocimiento es un producto colectivo cuando partimos de lo más concreto a lo abstracto y volvemos a anclar lo conceptual en la práctica, en la militancia y en nuestra cotidianeidad. Para esto es necesario que todos opinen sobre lo que saben y experimentan día a día. En este proceso o construcción colectiva de conocimiento es central el rol del coordinador como guía, facilitador. Esto implica que debe fomentar la participación, interpelar y guiar el debate en función de lograr una síntesis. Sobre este eje trabajaremos en dicha instancia Por último, con respecto a la dinámica de los encuentros, se complementarán los talleres teóricos con las instancias prácticas. Para luego volver al espacio teórico y sintetizar, poner en discusión las experiencias prácticas y conceptualizarlas.

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EDUCACIÓN POPULAR Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA ¿PARA QUÉ? Por equipo de investigación ISEPCI Lucia Bianchi Breve marco introductorio Durante años se han desarrollado estudios vinculados a los temas educativos desde la mirada de los movimientos progresistas de América Latina y el Caribe. Estos debates han sido acompañados desde el campo teórico y académico. La referencias a Freire, a Cirigliano, a Francisco Gutiérrez entre otros se hacen indispensables para describir el desarrollo teórico-político en torno a las problemáticas de la educación como práctica liberadora de los pueblos. En la actualidad, se presentan ciertos elementos que reavivan el debate y vuelven a poner en el centro de la escena a las problemáticas educativas, no sólo a nivel social general, sino también para el propio funcionamiento interno de las organizaciones políticas y sociales que tienen como objetivo transformar la realidad. Las prácticas sociales se han modificado. El mundo globalizado que se construye luego de la caída del muro de Berlín instituye la idea de un pensamiento único y el fin de las ideologías, se concreta sobre la base de la aplicación de políticas neoliberales en el plano cultural, social, político y económico. Una nueva hegemonía se edifica y lo hace en el marco del desarrollo tecnológico de grandes dimensiones. Afirma Castells: “El surgimiento de la sociedad red, no puede entenderse sin la interacción de dos tendencias relativamente autónomas: el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y el intento de la antigua sociedad de reequiparse mediante el uso del poder de la tecnología para servir a la tecnología del poder”10. El proceso de globalización incluye en él la lógica de la fragmentación y desmovilización. Nuevas prácticas se sostienen sobre una cultura que naturaliza a las situaciones de injusticia social, interpenetrando en el sentido común la lógica del poder dominante. Sin embargo, fue durante la década del noventa que se desarrollaron los grandes movimientos sociales, quienes han motorizado y llevado adelante las resistencias a la implementación del neoliberalismo en la región. Y no lo han hecho, únicamente en el plano de la oposición a las políticas públicas y económicas sino también divulgando a partir de la práctica política, luchas culturales y de disputa de sentido: el eje vertebrador tenía que ver con pensar en la posibilidad

10

Castells, M. (1999). La Era de la Información. Volumen I, II y III. México: Siglo Veintiuno Editores. Pág. 39

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de otro mundo posible. En que el pensamiento único no era tal y por lo tanto no iba a poder sostenerse por mucho tiempo, que la pobreza generada, inmoral y feroz, iba a ser el núcleo de nuevas transformaciones, con la certeza de que la salida estaba en articular diferentes experiencias en una propuesta política innovadora de disputa y construcción de poder. Fue a principios del nuevo siglo que los mismos irrumpieron en la escena social, en muchos casos volviéndose gobiernos, en otros apostando a que los procesos más tibios –como fue el caso de la Argentina- avanzaran en un sentido progresivo. Estas nuevas expresiones políticas en América Latina, comienzan a mostrar su fortaleza a partir de la integración de los mismos a nivel regional. El camino ha empezado, pero se hace al andar Ha pasado alrededor de una década de aquel momento de emergencia de nuevos gobiernos surgidos sobre la base de la organización y participación popular. Cuando hablamos de estos gobiernos no podemos concebir que han surgido de generación espontánea. Han surgido de pueblos que decían basta al neoliberalismo en la región. Sí es cierto que muchos de esos gobiernos retroalimentaron esa participación y fue esa relación dialéctica lo que les permitió avanzar en políticas soberanas. ¿Qué hubiera sido de Evo y la constituyente sin la participación integral del pueblo Boliviano? ¿Qué hubiera sido de Correa sin la participación popular y el apoyo de la UNASUR? ¿Cómo abordar disputas con el sector concentrado del poder económico sin tener al pueblo apoyando esas medidas? Argentina, en los últimos años es caso paradigmático de lo contrario. La resolución 125 mostró los límites de un gobierno que no generó movilización ni participación popular. Nadie niega los avances sino que se cuestiona la sostenibilidad de un proyecto político popular sin pueblo organizado. Muchos dirán, “Cristina ganó con el 54 por ciento de los votos” claro que sí, lo hizo. Pero el voto no es ni puede ser nunca sinónimo de participación. No la reemplaza, el voto es apoyo, no necesariamente participación. Porque la democracia reducida a lo meramente institucional no es promotora de cambios. Porque no se enfrenta a los grandes poderes sino es mediante luchas que son complejas y difíciles, en las cuales las relaciones de fuerza implican más que votos. Implican un complejo articulado de acciones en el plano económico, social, político y cultural ¿Como generar participación con la estructura de un partido político tradicional? Ante esto debemos ser categóricos: no se genera. No hay manera de armonizar participación con el PJ por la simple razón de que los intereses son antagónicos. Porque a los intendentes del conurbano nunca les va a interesar un pueblo organizado que los desborde y supere.

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La clave de los otros países es y ha sido nuevas alternativas. Y ahí está el frente amplio uruguayo para demostrarnos una vez más que es posible salir de la lógica bipartidista, ponerse de acuerdo y avanzar. De todos modos, aún en los procesos más avanzados los desafíos son muchos. “hemos llegado al gobierno pero no al poder” afirmaba Evo en una oportunidad. El poder diseminado en la estructura económica, mediática y social sigue siendo bastión de las derechas más retrogradas en América Latina. A ese poder debemos oponerle sólidas construcciones ideológicas y dar batallas culturales y políticas. Deconstruir el pensamiento hegemónico que el neoliberalismo nos dejó es un proceso iniciado en América Latina, pero no acabado. Y la lucha es larga y de trincheras: avanzamos, retrocedemos y seguimos. Dentro de esta complejidad se presentan nuevas formas de participación y la necesidad de debate sobre qué organizaciones políticas constituir y sobre la base de qué estructura. ¿Son pertinentes las formas tradicionales de organización de la izquierda en la actualidad? ¿Debemos reformular a las mismas? ¿Hasta qué punto? ¿Podemos sintetizar las formas históricas de lucha con nuevas maneras de ser y hacer política, que conserven los valores genuinos pero con espacios más plurales, democráticos y participativos? Estos debates no son sólo metodológicos o formales. Son de concepto. Atrás de cada práctica hay una posición política y es esta posición sobre la que debemos reflexionar, aunque la misma tenga implicancias metodológicas, hablamos de ideas. Es en este marco complejo y ante tamaños desafíos que debemos reflexionar sobre las formas de organización, la participación y el campo educativo como articulatorio de prácticas populares liberadoras. Lo educativo ya no es –y nunca fue- únicamente el proceso de alfabetización sino que, debe ser entendido como una práctica política de generación de una nueva hegemonía. Que desnaturalice las prácticas sociales que reproducen la desigualdad, que aporte al debate y mediante él a maneras de participar en la cual los sujetos se encuentran, resignifican y unen en función de objetivos en común. Lo educativo desde una mirada de construcción de nuevos discursos y prácticas populares, nacionales y latinoamericanas tampoco toca únicamente a las convocatorias comunicacionales o de interpelación de la sociedad. Debe ser pensado en las organizaciones políticas progresistas y de izquierda, como forma misma de organización. Desarrollaremos a partir de aquí algunos ejes sobre el cual consideramos que se inserta la necesidad de avanzar en nuevos procesos educativos y de formación de cuadros dentro de los movimientos políticos y sociales que abogan por la

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transformación social. Entendemos que el problema de la participación implica “involucrar al desarrollo humano de las personas y de sus relaciones, contando con su plena participación. Una voluntad de buscar cambios concretos, inclusive en la vida propia, que unan el mundo individual con el colectivo, el subjetivo y el social personal”11. Es por esto, que los espacios que se conforman deben basarse en la definición de objetivos (concretos y realizables) definidos por el grupo, para que se sientan parte y comiencen el camino a construir de acá en adelante para la organización. “En aquellas organizaciones donde la responsabilidad afecta a todos los miembros, y a la totalidad de las acciones de la vida de la organización, puede ser adecuado hablar de corresponsabilidad (…) se orienta hacia la conducta en la organización que desarrolla cada sujeto para conseguir los fines y objetivos que se propusieron. En definitiva, corresponsabilidad significa asumir los riesgos y disfrutar los éxitos y al mismo tiempo obligarse ante los fracasos”12. Sino hay debate, sino hay un protagonismo y certeza en la capacidad de tomar decisiones colectivas, sino se plantea el espacio articulatorio de lo subjetivo puesto en contexto y la identidad colectiva, sobre la base de objetivos compartidos no hay participación, no hay pensamiento crítico y por lo tanto, no hay organizaciones que produzcan cambios. Esbozaremos algunas ideas en este sentido, sin obturar el debate, procurando ampliarlo. Pensamiento-acción-reflexión para generar participación Nos referimos a procesos educativos con potencialidad transformadora cuando los mismos apuntan a generar espacios colectivos de debate y reflexión, que permita a los participantes exponer sus dudas, visiones, experiencias y vivencias, recuperando conocimientos previos y colectivizándolos. Una perspectiva cultural que recupere la idea de construcción o proceso: el conocimiento es un producto colectivo. Por lo cual, partimos siempre de lo más concreto a lo abstracto y volvemos a anclar lo conceptual en la práctica. Para esto es necesario que todos opinen sobre lo que saben y experimentan día a día. Todos estos esfuerzos deben “conllevar un marco crítico que le proporcione a quien aprende la posibilidad de tomar distancia teórica de lo que acaba de aprender, dar

11 12

Cardoso, Nelson, “La Comunicación Comunitaria”, Pág. 21 Op Cit

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cuenta de su ubicación social y cultural, y formular una crítica y una ampliación de ese aprendizaje” 13 . En síntesis, la idea de proceso educativo en términos amplios debe incluir la posibilidad de deconstruir discursos sociales naturalizados, poner en contexto las experiencias individuales y conseguir generación de perspectivas críticas que involucren la producción de nuevas formas de resolución de problemas y aplicación de conceptos. El objetivo central que motoriza a estos espacios es la participación. Entendemos que la participación implica “involucrar al desarrollo humano de las personas y de sus relaciones. Una voluntad de buscar cambios concretos, inclusive en la vida propia, que unan el mundo individual con el colectivo, el subjetivo y el social personal” 14 . Es por esto, que los espacios que se conforman deben basarse en la definición de objetivos (concretos y realizables) definidos por el grupo, para que se sientan parte y comiencen

el

camino

a

construir

espacios

de

participación:

“En

aquellas

organizaciones donde la responsabilidad afecta a todos los miembros, y a la totalidad de las acciones de la vida de la organización, puede ser adecuado hablar de corresponsabilidad (…) se orienta hacia la conducta en la organización que desarrolla cada sujeto para conseguir los fines y objetivos que se propusieron. En definitiva, corresponsabilidad significa asumir los riesgos y disfrutar los éxitos y al mismo tiempo obligarse ante los fracasos” 15. Sino hay debate, sino hay un protagonismo y certeza en la capacidad de tomar decisiones colectivas, sino se plantea el espacio articulatorio de lo subjetivo puesto en contexto y la identidad colectiva, sobre la base de objetivos compartidos no hay participación, no hay pensamiento crítico y por lo tanto, no hay organizaciones que produzcan cambios. Adentrándonos en las características metodológicas (a las cuales siempre entendemos como ancladas en concepciones y no como meros instrumentos) queremos destacar tres estrategias de intervención: Lo solidario que supone: “La perspectiva de solidaridad, centrada en los lazos sociales, es posible una aproximación al conocimiento y al análisis de la realidad local, de los significados que se atribuyen a los acontecimientos en ese medio, y de la influencia de lo macrosocial en ellos”16 Otro eje es lo histórico–social como “como instrumento de la intervención en lo social, constituye otro plano de acceso a la construcción de identidad. La historia muestra una posibilidad concreta de intervención, que recupera la memoria

13 BUCKINGHAM, D. (2008) Alfabetizaciones en medios digitales. Un enfoque alternativo del uso de la tecnología en la educación. En: Más allá de la tecnología. Buenos Aires: Manantial. 14 Cardoso, Nelson, “La Comunicación Comunitaria”, Pág. 21 15 Op Cit 16 Carballeda Alfredo, “La intervención” la intervención en espacios microsociales, Cap 5, hoja pág. 124

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colectiva, poniéndola en escena” 17 Por último el eje

lúdico expresivo “como

estrategia de intervención para desarrollar actitudes y conductas diferentes de las habituales que posibilitan otra forma de vinculación con el mundo”18 Es importante comprender a la educación popular como la forma misma de organización y estructuración de los nuevos movimientos políticos y sociales, que den respuestas a nuevas formas de participación y que construya espacios colectivos capaces de generar pensamiento crítico, con sujetos formados para dar respuestas a diversas y complejas situaciones que los escenarios políticos actuales demandan. Dichas organizaciones deben, por supuesto evitar el asambleísmo pero mantener en sus ámbitos espacios en los cuales sus integrantes sientan que pueden y deben opinar, cuyo rol no es pasivo. Para esto la formación política y educativa se torna estratégica. Instrumentación de la propuesta conceptual/metodológica La propuesta metodológica se sustenta sobre la base de la educación popular orientada a la generación de espacios participativos amplios y plurales en función de decodificar las nuevas formas de participación, para esto debemos tener en cuenta: ¾ El rol del coordinador y facilitador En ese proceso o construcción colectiva de conocimiento es central el rol del coordinador como guía, facilitador. Esto implica que debe fomentar la participación, interpelar y guiar el debate en función de lograr una síntesis. Es importante que la palabra circule, que quienes tienden a monopolizar la voz dejen espacios a quienes tienden a mantenerse más al margen. El coordinador debe encontrar un equilibrio entre opinar, orientar y guiar y dejar participar y expresarse a todos los que conforman el grupo. ¾ Conocimiento de las características del grupo al que vamos a coordinar Cada grupo tiene características definidas que a su vez se relacionan con los contextos sociales, históricos, económicos

y culturales. Siempre tenemos que

pensar a quien dirigimos la propuesta educativa. ¾ Claridad sobre los objetivos propuestos:

17 18

Op Cit Op Cit

200

Cada taller o dinámica tiene como objetivo abordar un tema y conceptos vinculados a este. En general, cuando reflexionamos de manera colectiva existe una tendencia a “irse por las ramas”

a hablar en general y si bien esto es

necesario, hay que buscar la manera de acotar el tema de discusión para poder llegar a síntesis e ideas fuerza. ¾ Generar participación y debate, Guiar sin sobreponer la voz: propiciando un clima de debate que permita realizar preguntas, emitir opiniones diversas, pensando en términos de hacer circular la palabra para que todos y todas se sientan parte de la formación y puedan aportar a la elaboración colectiva de conocimiento. Siempre sucede que hay quienes hablan mucho y quienes no se animan a emitir opinión. Esto hay que equilibrarlo. Por otra parte estas instancias se abren para que todo sea debatido, aclarar que cualquier duda, pregunta o cuestionamiento de uno puede ser enriquecedor es útil al comenzar los talleres explicitar que aquí no hay nadie que tenga “la verdad” sino que entre todos y todas construiremos una posición, una mirada, algunos conceptos que podemos llamar conocimiento o saber colectivo. ¾ Manejar los tiempos y recursos necesarios para la formación. Es importante que el debate no se extienda ni se disperse. Las actividades tienen tiempos y objetivos específicos. Si el taller se extiende demasiado, limita la participación porque al hacerse largo, todos y todas estamos muy cansados. Poder dejar tiempo para la puesta en común, la síntesis de ideas implica tener presente el horario de comienzo, los tiempos establecidos y esa tarea es del coordinador o la coordinadora. Por su parte, tendrá que tener en mente los recursos técnicos y materiales necesarios: afiches, si es necesario material audiovisual, marcadores, etc. ¾ Capacidad de generar síntesis A su vez siempre es necesaria una síntesis. En medio los integrantes del grupo o comisión pueden polemizar, debatir, disentir y ejemplificar con elemento de sus propias vivencias. Pero es necesario llegar colectivamente a una síntesis. Entendemos por síntesis la capacidad colectiva de ordenar las ideas discutidas. Esta síntesis implica llegar a consensos. ¾ Apelar a la experiencia previa, vivencias y subjetividades

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Cuando hablamos de educación popular, nos referimos al proceso de poner en común aquello que sabemos y complementarlo con aquello que otros y otras saben. Para esto

es necesario partir de lo que cada uno conoce, por sus vivencias,

experiencias cotidianas, por aquello que siente, padece y construye día a día. Pero esto en un ámbito colectivo debe llevar a que podamos conceptualizar sobre todas esas vivencias y experiencias y las pongamos en discusión y debate: ¿Por qué me pasó o me pasa esto? ¿Solo a mí me pasa? ¿Se puede cambiar? Esto es lo que llamamos reflexión. Luego esa reflexión, si se quiere más “teórica” o “abstracta” hay

que

poder

bajarla

a

la

acción.

Por

eso

hablamos

de

pensamiento/reflexión/acción/. Qué vivimos, porqué lo vivimos y cómo podemos cambiarlo. Esta construcción que va desde lo que nos sucede cotidianamente. Lo que sentimos a poder reflexionar en conjunto sobre las causas y luego pasar a pensar en la necesidad de accionar para cambiar esta realidad que determina a las experiencias es un objetivo central cuando hablamos de educación popular.

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CONCEPTOS CENTRALES DE LA EDUCACIÓN POPULAR Pedagogo de los oprimidos y transmisor de la pedagogía de la esperanza © Enrique Martínez-Salanova Sánchez

EN http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm

¿Quién fue Paulo Freire? Una pedagogía de la experanza Paulo Freire

Paulo Freire (1921-1997) fue uno de los mayores y más significativos pedagogos del siglo XX. Con su principio del diálogo, enseñó un nuevo camino para la relación entre profesores y alumnos. Sus ideas influenciaron e influencian los procesos democráticos por todo el mundo. Fue el pedagogo de los oprimidos y en su trabajo transmitió la pedagogía de la esperanza. Influyó en las nuevas ideas liberadoras en América Latina y en la teología de la liberación, en las renovaciones pedagógicas europeas y africanas, y su figura es referente constante en la política liberadora y en a educación. Fue emigrante y exilado por razones políticas por causa de las dictaduras. Por mucho tiempo, su domicilio fue el Consejo Mundial de las Iglesias en Ginebra, Suiza.

Nació en Recife, Brasil, en 1921. En 1947, fue director del Departamento de Educación y Cultura del Servicio Social de la Industria. Estudió letras y se doctoró en 1959 en Filosofía e Historia de la Educación con la tesis «Educación y actualidad brasileña», en la que se sientan las bases de su método, según el cual todo proceso educativo debe partir de la realidad que rodea a cada individuo. En los años 50, perteneció al primer Consejo Estatal de Educación de Pernambuco. En 1961, fue nombrado director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife. En 1963 puso en práctica su primer experiencia educativa de grupo, dentro de la Campaña Nacional de Alfabetización, consiguiendo la alfabetización de 300 trabajadores rurales en mes y medio. Fue acusado por la oligarquía y por ciertos sectores de la Iglesia de agitador político. Como consecuencia del golpe militar de 1964, debió abandonar su actividad, calificada de subversiva, y buscó refugio en Chile, donde participó en diversos planes del gobierno democristiano de Eduardo Frei, como el programa de educación de

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adultos del Instituto Chileno para la Reforma Agraria (ICIRA). En Chile escribe Pedagogía del oprimido, cuyo contenido desagradó al gobierno de Santiago. Profesor de la Universidad de Harvard, colaboró con los grupos dedicados a la reforma educativa en los ámbitos rurales y urbanos. En 1970 se trasladó a Ginebra (Suiza), donde trabajó en los programas de educación del Consejo Mundial de las Iglesias. Después de dieciséis años de exilio, en 1980 volvió a Brasil, impartiendo docencia en la Universidade Estadual de Campinas y en la Pontifícia Universidade Católica de São Paulo, ciudad esta última de la que fue Secretário de Educação. En 1986, recibió el premio internacional «Paz y Educación» de la UNESCO. Fue investido doctor «honoris causa» por una veintena de universidades de todo el mundo. El contexto en el que se inició Paulo Freire

Pablo Freire conoció desde niño la realidad del nordeste brasileño, en el que hasta hacía poco se vivía en esclavitud y que por aquellos tiempos las clases rurales vivían en relaciones laborales de opresión, marginadas del proceso social, político y económico y sin participación alguna en las decisiones importantes para el país. Es ahí donde se introduce Paulo Freire, que intenta que sus coterráneos rompan su pasividad y silencio, que reconozcan la fuerza de su unidad transformadora, que adquieran la capacidad crítica para relacionarse con la sociedad y que se liberen de sus ataduras, única posibilidad de cambio de la sociedad. Se inserta en las nuevas ideas revolucionarias que existían en América Latina en los años 60, imbuido del lenguaje de liberación surgido de de las corrientes más avanzadas del catolicismo, que provocaron la teología de la liberación, y utilizando elementos de la dialéctica marxista para la visión y comprensión de la historia.

Deshumanización

La «deshumanización» es la consecuencia de la opresión, y afecta a los oprimidos y a quienes oprimen. Los oprimidos, en reacción contra los opresores, a quienes idealizan, desean convertirse a su vez en opresores. Es una gran contradicción, que desafía al oprimido proponiéndole una nueva fórmula, transformarse en los restauradores de la libertad de ambos.

De esta forma, debería nacer un hombre nuevo que supere la

contradicción: ni opresor ni oprimido: un hombre liberándose, humanizándose.

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Educación Bancaria: el saber como un depósito

En la concepción bancaria, el sujeto de la educación es el educador el cual conduce al educando en la memorización mecánica de los contenidos. Los educandos son así una especie de «recipientes» en los que se «deposita» el saber. El único margen de acción posible para los estudiantes es el de archivar los conocimientos, convertidos en objetos del proceso, padeciendo pasivamente la acción del educador. De este modo, a mayor pasividad, con mayor facilidad los oprimidos se adaptarán al mundo y más lejos estarán de transformar la realidad. La educación bancaria es, por tanto, un instrumento de opresión. Educación Problematizadora: diálogo liberador

La propuesta de Freire es la «Educación Problematizadora» que niega el sistema unidireccional propuesto por la «Educación bancaria» ya que da existencia a una comunicación de ida y vuelta, y elimina la contradicción entre educadores y educandos. Ambos, educador y educandos, se educan entre sí mientras se establece un diálogo en el cual tiene lugar el proceso educativo. Con la «Educación Problematizadora» se apunta claramente hacia la liberación y la independencia, pues destruye la pasividad del educando y lo incita a la búsqueda de la transformación de la realidad, en la que opresor y oprimido encontrarán la liberación humanizándose.

La dialogicidad: Esencia de la educación como práctica de libertad

El diálogo es un fenómeno humano por el cual se nos revela la palabra, de la que podemos decir que es el diálogo mismo. Por ello hay que buscar la palabra y sus elementos constitutivos. Descubrimos así que no hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo. La palabra inauténtica no puede transformar la realidad, pues privada de su dimensión activa, se transforma en palabrería, en mero verbalismo, palabra alienada y alienante, de la que no hay que esperar la denuncia del mundo, pues no posee compromiso al no haber acción. Sin embargo, cuando la palabra hace exclusiva referencia a la acción, se convierte en activismo, minimiza la reflexión, niega la praxis verdadera e imposibilita el diálogo.

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Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión. El diálogo implica un encuentro de los hombres para la transformación del mundo, por lo que se convierte en una exigencia existencial. Y no podemos dejar de recordar que para Freire, la palabra tiene dos fases constitutivas indisolubles: acción y reflexión. Ambas en relación dialéctica establecen la praxis del proceso transformador. La reflexión sin acción, se reduce al verbalismo estéril y la acción sin reflexión es activismo. La palabra verdadera es la praxis, porque los hombres deben actuar en el mundo para humanizarlo, transformarlo y liberarlo.

El método de Paulo Freire

El método de Freire es fundamentalmente un método de cultura popular, que, a su vez, se traduce en una política popular: no hay cultura del pueblo sin política del pueblo. Por este motivo, su labor apunta principalmente a concienciar y a politizar. Freire no confunde los planos político y pedagógico: ni se absorben, ni se contraponen. Lo que hace es distinguir su unidad bajo el argumento de que el hombre se hace historia y busca reencontrarse; es el movimiento en el que busca ser libre. Ésta es la educación que busca ser práctica de la libertad. La metodología surge de la práctica social para volver, después de la reflexión, sobre la misma práctica y transformarla. De esta manera, la metodología está determinada por el contexto de lucha en que se ubica la práctica educativa: el marco de referencia está definido por lo histórico y no puede ser rígido ni universal, sino que tiene que ser construido por los hombres, en su calidad de sujetos cognoscentes, capaces de transformar su realidad. La manera en que Freire concibe la metodología quedan expresadas las principales variables que sirven de coordenadas al proceso educativo como acto político y como acto de conocimiento; éstas son: la capacidad creativa y transformadora del hombre; la capacidad de asombro, que cualquier persona tiene, sin importar la posición que ocupe en la estructura social; la naturaleza social del acto de conocimiento y la dimensión histórica de éste. Otras características del método de Freire son su movilidad y capacidad de inclusión. Por ser una pedagogía basada en la práctica, ésta está sometida constantemente al cambio, a la evolución dinámica y reformulación. Si el hombre es un ser inacabado, y este ser inacabado es el centro y motor de esta pedagogía, es

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obvio que el método tendrá que seguir su ritmo de dinamicidad y desarrollo como una constante reformulación.

La palabra y la imagen generadora

Las lecciones para los adultos se organizaban a partir de la palabras generadoras, por medio de diapositivas, fotografías, dibujos o carteles que generaban un diálogo. En Brasil podía comenzar por la palabra generadora tijolo (ladrillo), a partir de una imagen o fotografía de un ladrillo. En Chile, comenzaba por la palabra trabajo, y la imagen de alguien trabajando, según el entorno, urbano o campesino en el que se encontrara el grupo de adultos y las experiencias vividas por ellos. Los participantes de los círculos de cultura dialogaban entre sí y con quien dirigía el debate, sobre los contenidos asociados a las diferentes figuras, y la repercusión en su propia vida. En ocasiones, cuando había posibilidades, se trabajaba con películas y grabaciones que se convertían en generadoras de diálogo.

La alfabetización como camino de liberación

Para Paulo Freire, el proceso de alfabetización tiene todos los ingredientes necesarios para la liberación. «... el aprendizaje y profundización de la propia palabra, la palabra de aquellos que no les es permitido expresarse, la palabra de los oprimidos que sólo a través de ella pueden liberarse y enfrentar críticamente el proceso dialéctico de su historización (ser persona en la historia)». El sujeto, paulatinamente aprende a ser autor, testigo de su propia historia; entonces es capaz de escribir su propia vida, consciente de su existencia y de que es protagonista de la historia. Podemos entender la alfabetización como la conquista que hace el hombre de su palabra, lo que ciertamente conlleva la conciencia del derecho de decir la palabra.

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Fases del método para la alfabetización

En la alfabetización es necesario seguir el método activo dialogal, crítico. 1º Fase: Levantamiento del universo vocabular (universo de las palabras habladas en el medio cultural del alfabetizando) de los grupos con los cuales se trabaja. Se extraen los vocablos de más ricas posibilidades fonéticas y de mayor carga semántica, con sentido existencial y emocional. 2º Fase: Elección de las palabras seleccionadas del universo vocabular investigado. 3º Fase: Creación de situaciones existenciales típicas del grupo con el que se va a trabajar. Las palabras utilizadas reciben el nombre de generadoras, ya que a través de la combinación de sus elementos básicos propician la formación de otras. A partir de esas palabras se configuran las situaciones existenciales. 4º Fase: Elaboración de guías (Flexibles) que auxilien a los coordinadores de debate en su trabajo. 5º Fase: Descomposición de las familias fonéticas correspondientes a los vocablos generadores. Se plasman las situaciones en láminas, diapositivas o proyecciones que, de la experiencia vivida por el alfabetizando, pasan al mundo de los objetos. De uno en uno, los educandos van todos haciendo palabras nuevas con las posibles combinaciones a su disposición. Este proceso va creando conocimientos de palabras que enriquece la posibilidad de decirse diciendo su mundo.

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Algunas Frases célebres sobre la educación (de wikipedia) 1. Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho 2. Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado 3.

Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos

4.

Enseñar exige la corporización de las palabras por el ejemplo

5.

Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando

6.

Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad

7.

Enseñar exige saber escuchar

8.

Nadie es, si se prohíbe que otros sean

9. La Pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación 10. No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión 11. Decir la palabra verdadera es transformar al mundo 12. Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa 13. El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación 14. El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas 15. Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos 16. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre 17. La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados "ignorantes" son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una "cultura del silencio" 18. Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra 19. Defendemos el proceso revolucionario como una acción cultural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y profundo de concienciación 20. La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente de la Humanización del hombre.

209

ANEXO

210

FORMACION DE EDUCADORES Y EDUCADORAS DESDE LA MIRADA DE FREIRE Maite Arandia Loroña Universidad del País Vasco 1 de agosto de 2004

211

MODULO FORMACION DE FORMADORES

«La pedagogía del oprimido, como pedagogía humanista y liberadora tendrá, pues, dos momentos distintos aunque interrelacionados. El primero, en el cual los oprimidos van desvelando el mundo de la opresión y se van comprometiendo, en la praxis, con su transformación, y, el segundo, en que, una vez transformada la realidad opresora, esta pedagogía deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación» Paulo Freire

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INDICE PROPUESTA METODOLOGICA, EL ROL DEL COORDINADOR…………………………………………………………………..3 PARTICIPAR DECIDIENDO EDUCACION POPULAR Y PARTICIPACION POLÍTICA PARA QUE Por equipo de investigación ISEPCI Lucia Bianchi……………………..…………………………………………………………………..4

CONCEPTOS CENTRALES DE LA EDUCACIÓN POPULAR PEDAGOGO DE LOS OPRIMIDOS Y TRANSMISOR DE LA PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA..........................12

© Enrique Martínez-Salanova Sánchez

EN http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm

ANEXO FORMACION DE EDUCADORES Y EDUCADORAS DESDE LA MIRADA DE FREIRE Maite Arandia Loroña Universidad del País Vasco 1 de agosto de 2004……………………………………………………………………………….19

213

METODOLOGIA DE FORMACION Los encuentros se realizarán a principio de año y comenzarán con el plan de capacitación. Características metodológicas: Como todo espacio de formación y debate debe ser amplio, abierto y crítico. Permitiendo que los participantes expongan sus dudas, sus visiones, sus experiencias y vivencias, recuperando conocimientos previos y colectivizándolos. Para esto es clave la idea de construcción o proceso: el conocimiento es un producto colectivo cuando partimos de lo más concreto a lo abstracto y volvemos a anclar lo conceptual en la práctica, en la militancia y en nuestra cotidianeidad. Para esto es necesario que todos opinen sobre lo que saben y experimentan día a día. En este proceso o construcción colectiva de conocimiento es central el rol del coordinador como guía, facilitador. Esto implica que debe fomentar la participación, interpelar y guiar el debate en función de lograr una síntesis. Sobre este eje trabajaremos en dicha instancia Por último, con respecto a la dinámica de los encuentros, se complementarán los talleres teóricos con las instancias prácticas. Para luego volver al espacio teórico y sintetizar, poner en discusión las experiencias prácticas y conceptualizarlas.

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EDUCACIÓN POPULAR Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA ¿PARA QUÉ? Por equipo de investigación ISEPCI Lucia Bianchi Breve marco introductorio Durante años se han desarrollado estudios vinculados a los temas educativos desde la mirada de los movimientos progresistas de América Latina y el Caribe. Estos debates han sido acompañados desde el campo teórico y académico. La referencias a Freire, a Cirigliano, a Francisco Gutiérrez entre otros se hacen indispensables para describir el desarrollo teórico-político en torno a las problemáticas de la educación como práctica liberadora de los pueblos. En la actualidad, se presentan ciertos elementos que reavivan el debate y vuelven a poner en el centro de la escena a las problemáticas educativas, no sólo a nivel social general, sino también para el propio funcionamiento interno de las organizaciones políticas y sociales que tienen como objetivo transformar la realidad. Las prácticas sociales se han modificado. El mundo globalizado que se construye luego de la caída del muro de Berlín instituye la idea de un pensamiento único y el fin de las ideologías, se concreta sobre la base de la aplicación de políticas neoliberales en el plano cultural, social, político y económico. Una nueva hegemonía se edifica y lo hace en el marco del desarrollo tecnológico de grandes dimensiones. Afirma Castells: “El surgimiento de la sociedad red, no puede entenderse sin la interacción de dos tendencias relativamente autónomas: el desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y el intento de la antigua sociedad de reequiparse mediante el uso del poder de la tecnología para servir a la tecnología del poder”19. El proceso de globalización incluye en él la lógica de la fragmentación y desmovilización. Nuevas prácticas se sostienen sobre una cultura que naturaliza a las situaciones de injusticia social, interpenetrando en el sentido común la lógica del poder dominante. Sin embargo, fue durante la década del noventa que se desarrollaron los grandes movimientos sociales, quienes han motorizado y llevado adelante las resistencias a la implementación del neoliberalismo en la región. Y no lo han hecho, únicamente en el plano de la oposición a las políticas públicas y económicas sino también divulgando a partir de la práctica política, luchas culturales y de disputa de sentido: el eje vertebrador tenía que ver con pensar en la posibilidad

19

Castells, M. (1999). La Era de la Información. Volumen I, II y III. México: Siglo Veintiuno Editores. Pág. 39

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de otro mundo posible. En que el pensamiento único no era tal y por lo tanto no iba a poder sostenerse por mucho tiempo, que la pobreza generada, inmoral y feroz, iba a ser el núcleo de nuevas transformaciones, con la certeza de que la salida estaba en articular diferentes experiencias en una propuesta política innovadora de disputa y construcción de poder. Fue a principios del nuevo siglo que los mismos irrumpieron en la escena social, en muchos casos volviéndose gobiernos, en otros apostando a que los procesos más tibios –como fue el caso de la Argentina- avanzaran en un sentido progresivo. Estas nuevas expresiones políticas en América Latina, comienzan a mostrar su fortaleza a partir de la integración de los mismos a nivel regional. El camino ha empezado, pero se hace al andar Ha pasado alrededor de una década de aquel momento de emergencia de nuevos gobiernos surgidos sobre la base de la organización y participación popular. Cuando hablamos de estos gobiernos no podemos concebir que han surgido de generación espontánea. Han surgido de pueblos que decían basta al neoliberalismo en la región. Sí es cierto que muchos de esos gobiernos retroalimentaron esa participación y fue esa relación dialéctica lo que les permitió avanzar en políticas soberanas. ¿Qué hubiera sido de Evo y la constituyente sin la participación integral del pueblo Boliviano? ¿Qué hubiera sido de Correa sin la participación popular y el apoyo de la UNASUR? ¿Cómo abordar disputas con el sector concentrado del poder económico sin tener al pueblo apoyando esas medidas? Argentina, en los últimos años es caso paradigmático de lo contrario. La resolución 125 mostró los límites de un gobierno que no generó movilización ni participación popular. Nadie niega los avances sino que se cuestiona la sostenibilidad de un proyecto político popular sin pueblo organizado. Muchos dirán, “Cristina ganó con el 54 por ciento de los votos” claro que sí, lo hizo. Pero el voto no es ni puede ser nunca sinónimo de participación. No la reemplaza, el voto es apoyo, no necesariamente participación. Porque la democracia reducida a lo meramente institucional no es promotora de cambios. Porque no se enfrenta a los grandes poderes sino es mediante luchas que son complejas y difíciles, en las cuales las relaciones de fuerza implican más que votos. Implican un complejo articulado de acciones en el plano económico, social, político y cultural ¿Como generar participación con la estructura de un partido político tradicional? Ante esto debemos ser categóricos: no se genera. No hay manera de armonizar participación con el PJ por la simple razón de que los intereses son antagónicos. Porque a los intendentes del conurbano nunca les va a interesar un pueblo organizado que los desborde y supere.

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La clave de los otros países es y ha sido nuevas alternativas. Y ahí está el frente amplio uruguayo para demostrarnos una vez más que es posible salir de la lógica bipartidista, ponerse de acuerdo y avanzar. De todos modos, aún en los procesos más avanzados los desafíos son muchos. “hemos llegado al gobierno pero no al poder” afirmaba Evo en una oportunidad. El poder diseminado en la estructura económica, mediática y social sigue siendo bastión de las derechas más retrogradas en América Latina. A ese poder debemos oponerle sólidas construcciones ideológicas y dar batallas culturales y políticas. Deconstruir el pensamiento hegemónico que el neoliberalismo nos dejó es un proceso iniciado en América Latina, pero no acabado. Y la lucha es larga y de trincheras: avanzamos, retrocedemos y seguimos. Dentro de esta complejidad se presentan nuevas formas de participación y la necesidad de debate sobre qué organizaciones políticas constituir y sobre la base de qué estructura. ¿Son pertinentes las formas tradicionales de organización de la izquierda en la actualidad? ¿Debemos reformular a las mismas? ¿Hasta qué punto? ¿Podemos sintetizar las formas históricas de lucha con nuevas maneras de ser y hacer política, que conserven los valores genuinos pero con espacios más plurales, democráticos y participativos? Estos debates no son sólo metodológicos o formales. Son de concepto. Atrás de cada práctica hay una posición política y es esta posición sobre la que debemos reflexionar, aunque la misma tenga implicancias metodológicas, hablamos de ideas. Es en este marco complejo y ante tamaños desafíos que debemos reflexionar sobre las formas de organización, la participación y el campo educativo como articulatorio de prácticas populares liberadoras. Lo educativo ya no es –y nunca fue- únicamente el proceso de alfabetización sino que, debe ser entendido como una práctica política de generación de una nueva hegemonía. Que desnaturalice las prácticas sociales que reproducen la desigualdad, que aporte al debate y mediante él a maneras de participar en la cual los sujetos se encuentran, resignifican y unen en función de objetivos en común. Lo educativo desde una mirada de construcción de nuevos discursos y prácticas populares, nacionales y latinoamericanas tampoco toca únicamente a las convocatorias comunicacionales o de interpelación de la sociedad. Debe ser pensado en las organizaciones políticas progresistas y de izquierda, como forma misma de organización. Desarrollaremos a partir de aquí algunos ejes sobre el cual consideramos que se inserta la necesidad de avanzar en nuevos procesos educativos y de formación de cuadros dentro de los movimientos políticos y sociales que abogan por la

217

transformación social. Entendemos que el problema de la participación implica “involucrar al desarrollo humano de las personas y de sus relaciones, contando con su plena participación. Una voluntad de buscar cambios concretos, inclusive en la vida propia, que unan el mundo individual con el colectivo, el subjetivo y el social personal”20. Es por esto, que los espacios que se conforman deben basarse en la definición de objetivos (concretos y realizables) definidos por el grupo, para que se sientan parte y comiencen el camino a construir de acá en adelante para la organización. “En aquellas organizaciones donde la responsabilidad afecta a todos los miembros, y a la totalidad de las acciones de la vida de la organización, puede ser adecuado hablar de corresponsabilidad (…) se orienta hacia la conducta en la organización que desarrolla cada sujeto para conseguir los fines y objetivos que se propusieron. En definitiva, corresponsabilidad significa asumir los riesgos y disfrutar los éxitos y al mismo tiempo obligarse ante los fracasos”21. Sino hay debate, sino hay un protagonismo y certeza en la capacidad de tomar decisiones colectivas, sino se plantea el espacio articulatorio de lo subjetivo puesto en contexto y la identidad colectiva, sobre la base de objetivos compartidos no hay participación, no hay pensamiento crítico y por lo tanto, no hay organizaciones que produzcan cambios. Esbozaremos algunas ideas en este sentido, sin obturar el debate, procurando ampliarlo. Pensamiento-acción-reflexión para generar participación Nos referimos a procesos educativos con potencialidad transformadora cuando los mismos apuntan a generar espacios colectivos de debate y reflexión, que permita a los participantes exponer sus dudas, visiones, experiencias y vivencias, recuperando conocimientos previos y colectivizándolos. Una perspectiva cultural que recupere la idea de construcción o proceso: el conocimiento es un producto colectivo. Por lo cual, partimos siempre de lo más concreto a lo abstracto y volvemos a anclar lo conceptual en la práctica. Para esto es necesario que todos opinen sobre lo que saben y experimentan día a día. Todos estos esfuerzos deben “conllevar un marco crítico que le proporcione a quien aprende la posibilidad de tomar distancia teórica de lo que acaba de aprender, dar

20 21

Cardoso, Nelson, “La Comunicación Comunitaria”, Pág. 21 Op Cit

218

cuenta de su ubicación social y cultural, y formular una crítica y una ampliación de ese aprendizaje” 22 . En síntesis, la idea de proceso educativo en términos amplios debe incluir la posibilidad de deconstruir discursos sociales naturalizados, poner en contexto las experiencias individuales y conseguir generación de perspectivas críticas que involucren la producción de nuevas formas de resolución de problemas y aplicación de conceptos. El objetivo central que motoriza a estos espacios es la participación. Entendemos que la participación implica “involucrar al desarrollo humano de las personas y de sus relaciones. Una voluntad de buscar cambios concretos, inclusive en la vida propia, que unan el mundo individual con el colectivo, el subjetivo y el social personal” 23 . Es por esto, que los espacios que se conforman deben basarse en la definición de objetivos (concretos y realizables) definidos por el grupo, para que se sientan parte y comiencen

el

camino

a

construir

espacios

de

participación:

“En

aquellas

organizaciones donde la responsabilidad afecta a todos los miembros, y a la totalidad de las acciones de la vida de la organización, puede ser adecuado hablar de corresponsabilidad (…) se orienta hacia la conducta en la organización que desarrolla cada sujeto para conseguir los fines y objetivos que se propusieron. En definitiva, corresponsabilidad significa asumir los riesgos y disfrutar los éxitos y al mismo tiempo obligarse ante los fracasos” 24. Sino hay debate, sino hay un protagonismo y certeza en la capacidad de tomar decisiones colectivas, sino se plantea el espacio articulatorio de lo subjetivo puesto en contexto y la identidad colectiva, sobre la base de objetivos compartidos no hay participación, no hay pensamiento crítico y por lo tanto, no hay organizaciones que produzcan cambios. Adentrándonos en las características metodológicas (a las cuales siempre entendemos como ancladas en concepciones y no como meros instrumentos) queremos destacar tres estrategias de intervención: Lo solidario que supone: “La perspectiva de solidaridad, centrada en los lazos sociales, es posible una aproximación al conocimiento y al análisis de la realidad local, de los significados que se atribuyen a los acontecimientos en ese medio, y de la influencia de lo macrosocial en ellos”25 Otro eje es lo histórico–social como “como instrumento de la intervención en lo social, constituye otro plano de acceso a la construcción de identidad. La historia muestra una posibilidad concreta de intervención, que recupera la memoria

22 BUCKINGHAM, D. (2008) Alfabetizaciones en medios digitales. Un enfoque alternativo del uso de la tecnología en la educación. En: Más allá de la tecnología. Buenos Aires: Manantial. 23 Cardoso, Nelson, “La Comunicación Comunitaria”, Pág. 21 24 Op Cit 25 Carballeda Alfredo, “La intervención” la intervención en espacios microsociales, Cap 5, hoja pág. 124

219

colectiva, poniéndola en escena” 26 Por último el eje

lúdico expresivo “como

estrategia de intervención para desarrollar actitudes y conductas diferentes de las habituales que posibilitan otra forma de vinculación con el mundo”27 Es importante comprender a la educación popular como la forma misma de organización y estructuración de los nuevos movimientos políticos y sociales, que den respuestas a nuevas formas de participación y que construya espacios colectivos capaces de generar pensamiento crítico, con sujetos formados para dar respuestas a diversas y complejas situaciones que los escenarios políticos actuales demandan. Dichas organizaciones deben, por supuesto evitar el asambleísmo pero mantener en sus ámbitos espacios en los cuales sus integrantes sientan que pueden y deben opinar, cuyo rol no es pasivo. Para esto la formación política y educativa se torna estratégica. Instrumentación de la propuesta conceptual/metodológica La propuesta metodológica se sustenta sobre la base de la educación popular orientada a la generación de espacios participativos amplios y plurales en función de decodificar las nuevas formas de participación, para esto debemos tener en cuenta: ¾ El rol del coordinador y facilitador En ese proceso o construcción colectiva de conocimiento es central el rol del coordinador como guía, facilitador. Esto implica que debe fomentar la participación, interpelar y guiar el debate en función de lograr una síntesis. Es importante que la palabra circule, que quienes tienden a monopolizar la voz dejen espacios a quienes tienden a mantenerse más al margen. El coordinador debe encontrar un equilibrio entre opinar, orientar y guiar y dejar participar y expresarse a todos los que conforman el grupo. ¾ Conocimiento de las características del grupo al que vamos a coordinar Cada grupo tiene características definidas que a su vez se relacionan con los contextos sociales, históricos, económicos

y culturales. Siempre tenemos que

pensar a quien dirigimos la propuesta educativa. ¾ Claridad sobre los objetivos propuestos:

26 27

Op Cit Op Cit

220

Cada taller o dinámica tiene como objetivo abordar un tema y conceptos vinculados a este. En general, cuando reflexionamos de manera colectiva existe una tendencia a “irse por las ramas”

a hablar en general y si bien esto es

necesario, hay que buscar la manera de acotar el tema de discusión para poder llegar a síntesis e ideas fuerza. ¾ Generar participación y debate, Guiar sin sobreponer la voz: propiciando un clima de debate que permita realizar preguntas, emitir opiniones diversas, pensando en términos de hacer circular la palabra para que todos y todas se sientan parte de la formación y puedan aportar a la elaboración colectiva de conocimiento. Siempre sucede que hay quienes hablan mucho y quienes no se animan a emitir opinión. Esto hay que equilibrarlo. Por otra parte estas instancias se abren para que todo sea debatido, aclarar que cualquier duda, pregunta o cuestionamiento de uno puede ser enriquecedor es útil al comenzar los talleres explicitar que aquí no hay nadie que tenga “la verdad” sino que entre todos y todas construiremos una posición, una mirada, algunos conceptos que podemos llamar conocimiento o saber colectivo. ¾ Manejar los tiempos y recursos necesarios para la formación. Es importante que el debate no se extienda ni se disperse. Las actividades tienen tiempos y objetivos específicos. Si el taller se extiende demasiado, limita la participación porque al hacerse largo, todos y todas estamos muy cansados. Poder dejar tiempo para la puesta en común, la síntesis de ideas implica tener presente el horario de comienzo, los tiempos establecidos y esa tarea es del coordinador o la coordinadora. Por su parte, tendrá que tener en mente los recursos técnicos y materiales necesarios: afiches, si es necesario material audiovisual, marcadores, etc. ¾ Capacidad de generar síntesis A su vez siempre es necesaria una síntesis. En medio los integrantes del grupo o comisión pueden polemizar, debatir, disentir y ejemplificar con elemento de sus propias vivencias. Pero es necesario llegar colectivamente a una síntesis. Entendemos por síntesis la capacidad colectiva de ordenar las ideas discutidas. Esta síntesis implica llegar a consensos. ¾ Apelar a la experiencia previa, vivencias y subjetividades

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Cuando hablamos de educación popular, nos referimos al proceso de poner en común aquello que sabemos y complementarlo con aquello que otros y otras saben. Para esto

es necesario partir de lo que cada uno conoce, por sus vivencias,

experiencias cotidianas, por aquello que siente, padece y construye día a día. Pero esto en un ámbito colectivo debe llevar a que podamos conceptualizar sobre todas esas vivencias y experiencias y las pongamos en discusión y debate: ¿Por qué me pasó o me pasa esto? ¿Solo a mí me pasa? ¿Se puede cambiar? Esto es lo que llamamos reflexión. Luego esa reflexión, si se quiere más “teórica” o “abstracta” hay

que

poder

bajarla

a

la

acción.

Por

eso

hablamos

de

pensamiento/reflexión/acción/. Qué vivimos, porqué lo vivimos y cómo podemos cambiarlo. Esta construcción que va desde lo que nos sucede cotidianamente. Lo que sentimos a poder reflexionar en conjunto sobre las causas y luego pasar a pensar en la necesidad de accionar para cambiar esta realidad que determina a las experiencias es un objetivo central cuando hablamos de educación popular.

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CONCEPTOS CENTRALES DE LA EDUCACIÓN POPULAR Pedagogo de los oprimidos y transmisor de la pedagogía de la esperanza © Enrique Martínez-Salanova Sánchez

EN http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_paulo_freire.htm

¿Quién fue Paulo Freire? Una pedagogía de la experanza Paulo Freire

Paulo Freire (1921-1997) fue uno de los mayores y más significativos pedagogos del siglo XX. Con su principio del diálogo, enseñó un nuevo camino para la relación entre profesores y alumnos. Sus ideas influenciaron e influencian los procesos democráticos por todo el mundo. Fue el pedagogo de los oprimidos y en su trabajo transmitió la pedagogía de la esperanza. Influyó en las nuevas ideas liberadoras en América Latina y en la teología de la liberación, en las renovaciones pedagógicas europeas y africanas, y su figura es referente constante en la política liberadora y en a educación. Fue emigrante y exilado por razones políticas por causa de las dictaduras. Por mucho tiempo, su domicilio fue el Consejo Mundial de las Iglesias en Ginebra, Suiza.

Nació en Recife, Brasil, en 1921. En 1947, fue director del Departamento de Educación y Cultura del Servicio Social de la Industria. Estudió letras y se doctoró en 1959 en Filosofía e Historia de la Educación con la tesis «Educación y actualidad brasileña», en la que se sientan las bases de su método, según el cual todo proceso educativo debe partir de la realidad que rodea a cada individuo. En los años 50, perteneció al primer Consejo Estatal de Educación de Pernambuco. En 1961, fue nombrado director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife. En 1963 puso en práctica su primer experiencia educativa de grupo, dentro de la Campaña Nacional de Alfabetización, consiguiendo la alfabetización de 300 trabajadores rurales en mes y medio. Fue acusado por la oligarquía y por ciertos sectores de la Iglesia de agitador político. Como consecuencia del golpe militar de 1964, debió abandonar su actividad, calificada de subversiva, y buscó refugio en Chile, donde participó en diversos planes del gobierno democristiano de Eduardo Frei, como el programa de educación de

223

adultos del Instituto Chileno para la Reforma Agraria (ICIRA). En Chile escribe Pedagogía del oprimido, cuyo contenido desagradó al gobierno de Santiago. Profesor de la Universidad de Harvard, colaboró con los grupos dedicados a la reforma educativa en los ámbitos rurales y urbanos. En 1970 se trasladó a Ginebra (Suiza), donde trabajó en los programas de educación del Consejo Mundial de las Iglesias. Después de dieciséis años de exilio, en 1980 volvió a Brasil, impartiendo docencia en la Universidade Estadual de Campinas y en la Pontifícia Universidade Católica de São Paulo, ciudad esta última de la que fue Secretário de Educação. En 1986, recibió el premio internacional «Paz y Educación» de la UNESCO. Fue investido doctor «honoris causa» por una veintena de universidades de todo el mundo. El contexto en el que se inició Paulo Freire

Pablo Freire conoció desde niño la realidad del nordeste brasileño, en el que hasta hacía poco se vivía en esclavitud y que por aquellos tiempos las clases rurales vivían en relaciones laborales de opresión, marginadas del proceso social, político y económico y sin participación alguna en las decisiones importantes para el país. Es ahí donde se introduce Paulo Freire, que intenta que sus coterráneos rompan su pasividad y silencio, que reconozcan la fuerza de su unidad transformadora, que adquieran la capacidad crítica para relacionarse con la sociedad y que se liberen de sus ataduras, única posibilidad de cambio de la sociedad. Se inserta en las nuevas ideas revolucionarias que existían en América Latina en los años 60, imbuido del lenguaje de liberación surgido de de las corrientes más avanzadas del catolicismo, que provocaron la teología de la liberación, y utilizando elementos de la dialéctica marxista para la visión y comprensión de la historia.

Deshumanización

La «deshumanización» es la consecuencia de la opresión, y afecta a los oprimidos y a quienes oprimen. Los oprimidos, en reacción contra los opresores, a quienes idealizan, desean convertirse a su vez en opresores. Es una gran contradicción, que desafía al oprimido proponiéndole una nueva fórmula, transformarse en los restauradores de la libertad de ambos.

De esta forma, debería nacer un hombre nuevo que supere la

contradicción: ni opresor ni oprimido: un hombre liberándose, humanizándose.

224

Educación Bancaria: el saber como un depósito

En la concepción bancaria, el sujeto de la educación es el educador el cual conduce al educando en la memorización mecánica de los contenidos. Los educandos son así una especie de «recipientes» en los que se «deposita» el saber. El único margen de acción posible para los estudiantes es el de archivar los conocimientos, convertidos en objetos del proceso, padeciendo pasivamente la acción del educador. De este modo, a mayor pasividad, con mayor facilidad los oprimidos se adaptarán al mundo y más lejos estarán de transformar la realidad. La educación bancaria es, por tanto, un instrumento de opresión. Educación Problematizadora: diálogo liberador

La propuesta de Freire es la «Educación Problematizadora» que niega el sistema unidireccional propuesto por la «Educación bancaria» ya que da existencia a una comunicación de ida y vuelta, y elimina la contradicción entre educadores y educandos. Ambos, educador y educandos, se educan entre sí mientras se establece un diálogo en el cual tiene lugar el proceso educativo. Con la «Educación Problematizadora» se apunta claramente hacia la liberación y la independencia, pues destruye la pasividad del educando y lo incita a la búsqueda de la transformación de la realidad, en la que opresor y oprimido encontrarán la liberación humanizándose.

La dialogicidad: Esencia de la educación como práctica de libertad

El diálogo es un fenómeno humano por el cual se nos revela la palabra, de la que podemos decir que es el diálogo mismo. Por ello hay que buscar la palabra y sus elementos constitutivos. Descubrimos así que no hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre acción y reflexión y, por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra verdadera sea transformar el mundo. La palabra inauténtica no puede transformar la realidad, pues privada de su dimensión activa, se transforma en palabrería, en mero verbalismo, palabra alienada y alienante, de la que no hay que esperar la denuncia del mundo, pues no posee compromiso al no haber acción. Sin embargo, cuando la palabra hace exclusiva referencia a la acción, se convierte en activismo, minimiza la reflexión, niega la praxis verdadera e imposibilita el diálogo.

225

Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión. El diálogo implica un encuentro de los hombres para la transformación del mundo, por lo que se convierte en una exigencia existencial. Y no podemos dejar de recordar que para Freire, la palabra tiene dos fases constitutivas indisolubles: acción y reflexión. Ambas en relación dialéctica establecen la praxis del proceso transformador. La reflexión sin acción, se reduce al verbalismo estéril y la acción sin reflexión es activismo. La palabra verdadera es la praxis, porque los hombres deben actuar en el mundo para humanizarlo, transformarlo y liberarlo.

El método de Paulo Freire

El método de Freire es fundamentalmente un método de cultura popular, que, a su vez, se traduce en una política popular: no hay cultura del pueblo sin política del pueblo. Por este motivo, su labor apunta principalmente a concienciar y a politizar. Freire no confunde los planos político y pedagógico: ni se absorben, ni se contraponen. Lo que hace es distinguir su unidad bajo el argumento de que el hombre se hace historia y busca reencontrarse; es el movimiento en el que busca ser libre. Ésta es la educación que busca ser práctica de la libertad. La metodología surge de la práctica social para volver, después de la reflexión, sobre la misma práctica y transformarla. De esta manera, la metodología está determinada por el contexto de lucha en que se ubica la práctica educativa: el marco de referencia está definido por lo histórico y no puede ser rígido ni universal, sino que tiene que ser construido por los hombres, en su calidad de sujetos cognoscentes, capaces de transformar su realidad. La manera en que Freire concibe la metodología quedan expresadas las principales variables que sirven de coordenadas al proceso educativo como acto político y como acto de conocimiento; éstas son: la capacidad creativa y transformadora del hombre; la capacidad de asombro, que cualquier persona tiene, sin importar la posición que ocupe en la estructura social; la naturaleza social del acto de conocimiento y la dimensión histórica de éste. Otras características del método de Freire son su movilidad y capacidad de inclusión. Por ser una pedagogía basada en la práctica, ésta está sometida constantemente al cambio, a la evolución dinámica y reformulación. Si el hombre es un ser inacabado, y este ser inacabado es el centro y motor de esta pedagogía, es

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obvio que el método tendrá que seguir su ritmo de dinamicidad y desarrollo como una constante reformulación.

La palabra y la imagen generadora

Las lecciones para los adultos se organizaban a partir de la palabras generadoras, por medio de diapositivas, fotografías, dibujos o carteles que generaban un diálogo. En Brasil podía comenzar por la palabra generadora tijolo (ladrillo), a partir de una imagen o fotografía de un ladrillo. En Chile, comenzaba por la palabra trabajo, y la imagen de alguien trabajando, según el entorno, urbano o campesino en el que se encontrara el grupo de adultos y las experiencias vividas por ellos. Los participantes de los círculos de cultura dialogaban entre sí y con quien dirigía el debate, sobre los contenidos asociados a las diferentes figuras, y la repercusión en su propia vida. En ocasiones, cuando había posibilidades, se trabajaba con películas y grabaciones que se convertían en generadoras de diálogo.

La alfabetización como camino de liberación

Para Paulo Freire, el proceso de alfabetización tiene todos los ingredientes necesarios para la liberación. «... el aprendizaje y profundización de la propia palabra, la palabra de aquellos que no les es permitido expresarse, la palabra de los oprimidos que sólo a través de ella pueden liberarse y enfrentar críticamente el proceso dialéctico de su historización (ser persona en la historia)». El sujeto, paulatinamente aprende a ser autor, testigo de su propia historia; entonces es capaz de escribir su propia vida, consciente de su existencia y de que es protagonista de la historia. Podemos entender la alfabetización como la conquista que hace el hombre de su palabra, lo que ciertamente conlleva la conciencia del derecho de decir la palabra.

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Fases del método para la alfabetización

En la alfabetización es necesario seguir el método activo dialogal, crítico. 1º Fase: Levantamiento del universo vocabular (universo de las palabras habladas en el medio cultural del alfabetizando) de los grupos con los cuales se trabaja. Se extraen los vocablos de más ricas posibilidades fonéticas y de mayor carga semántica, con sentido existencial y emocional. 2º Fase: Elección de las palabras seleccionadas del universo vocabular investigado. 3º Fase: Creación de situaciones existenciales típicas del grupo con el que se va a trabajar. Las palabras utilizadas reciben el nombre de generadoras, ya que a través de la combinación de sus elementos básicos propician la formación de otras. A partir de esas palabras se configuran las situaciones existenciales. 4º Fase: Elaboración de guías (Flexibles) que auxilien a los coordinadores de debate en su trabajo. 5º Fase: Descomposición de las familias fonéticas correspondientes a los vocablos generadores. Se plasman las situaciones en láminas, diapositivas o proyecciones que, de la experiencia vivida por el alfabetizando, pasan al mundo de los objetos. De uno en uno, los educandos van todos haciendo palabras nuevas con las posibles combinaciones a su disposición. Este proceso va creando conocimientos de palabras que enriquece la posibilidad de decirse diciendo su mundo.

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Algunas Frases célebres sobre la educación (de wikipedia) 21. Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho 22. Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado 23. Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos 24. Enseñar exige la corporización de las palabras por el ejemplo 25. Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando 26. Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad 27. Enseñar exige saber escuchar 28. Nadie es, si se prohíbe que otros sean 29. La Pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación 30. No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión 31. Decir la palabra verdadera es transformar al mundo 32. Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa 33. El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación 34. El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas 35. Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos 36. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre 37. La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados "ignorantes" son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una "cultura del silencio" 38. Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra 39. Defendemos el proceso revolucionario como una acción cultural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y profundo de concienciación 40. La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente de la Humanización del hombre.

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ANEXO

FORMACION DE EDUCADORES Y EDUCADORAS DESDE LA MIRADA DE FREIRE Maite Arandia Loroña Universidad del País Vasco 1 de agosto de 2004

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