Literatura I. Unidad 3. Tema. Novela

Literatura I Unidad 3. Tema. Novela Novela Origen y desarrollo de la novela La novela es uno de los géneros literarios más complejos que hay, y, r...
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Literatura I Unidad 3.

Tema. Novela

Novela Origen y desarrollo de la novela

La novela es uno de los géneros literarios más complejos que hay, y, rastrear sus orígenes es una ardua tarea, pues encuentra sus bases temáticas y estilísticas en los primeros escritos épicos como las epopeyas o las leyendas, no obstante, la novela llega a consolidarse como género literario entre los siglos XVI y XIX, en un contexto de grandes transformaciones sociales, políticas, religiosas y tecnológicas. El género literario predominante que precedió a la novela fue el romance, sin embargo, empezó a perder presencia debido a que seguía un estilo que buscaba realzar los sucesos narrados, lo cual hacía su lectura sumamente difícil y monótona; la novela por su parte se centraba menos en la forma y buscaba innovar en cuanto a recursos narrativos, como son la intriga, el suspenso o la sorpresa, permitiendo a los escritores explotar su creatividad, centrarse en las anécdotas que deseaban contar y construir narraciones de gran complejidad, como son las obras de Bocaccio y Caucher en las que un grupo de personas se reunía para narrar historias de intriga y romance. La novela adquirió mucha popularidad debido a la aparición de la imprenta, pues en un principio los únicos círculos de lectores eran las elites culturales, ya que el coste de la producción y difusión de libros era sumamente elevado, no obstante, la mayor causa de su apogeo son las vertientes que tomó a partir del S.XVI, que fue cuando apareció la obra de Miguel de Cervantes Saavedra titulada El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha (1615), la cual fue precursora de la novela moderna, y, su principal característica es que hizo de la novela un género transgresor, pues era una fuerte sátira

sobre las historias de caballería que semejaban mucho a los poemas épicos de los griegos en los que se exaltaban las virtudes de los héroes y se transmitían mensajes con una fuerte carga moral. Así pues, con el tiempo, la novela adquirió tintes de tipo amarillista, pues en algunos lugares como España, Francia e Inglaterra se criticaba la situación social y el nepotismo de los gobernantes haciendo uso de nombres y lugares ficticios para evitar la censura o las demandas por difamación, lo cual se sigue viendo en nuestros días en obras como 1984 de George Orwell escrita en 1948, en la que se hace una fuerte crítica sobre la guerra fría y los mecanismos de control social. Como punto final de este apartado es importante señalar que la novela hizo que se aceleraran los procesos de alfabetización en cuanto a lectura, pues las personas tenían mucha curiosidad por desentrañar la verdad encriptada en aquellas narraciones, reconocer a los personajes de los que hacían mofa o encontrar el hilo negro de la intriga que se planteaban. Así pues, con el surgimiento de la novela, la literatura se convierte en algo del dominio popular y abre amplios campos de creación artística, permitiendo a los escritores explotar su creatividad y centrarse más en la narración que en el estilo.

Elementos y características de la novela.

Como ya se ha dicho la novela es un género literario que se caracteriza por una ambivalencia, pues es del dominio popular, pero presenta una gran complejidad en cuanto al estilo de narración, por lo que es importante distinguir sus elementos y características. Empezando por los elementos estructurales de la novela, se puede señalar que los hay de dos tipos, los externos y los internos.  Los que se refieren a la estructura externa, que son la organización de su contenido, que puede ser por capítulos, sub capítulos, tratados o partes, como se puede observar en el Quijote de Saavedra, que está dividido en dos partes compuestas por numerosos capítulos o en Drácula de Bram Stoker (1897), que está dividida en los diarios de los protagonistas que desembocan en una historia común.



Los que hacen referencia a la estructura interna, que son la acción, el ambiente, los personajes, las historias secundarias y el orden en el que se presentan los eventos, el cual puede ser de las siguientes maneras: A) Lineal o cronológico, que es cuando la trama tiene un principio, un desarrollo y un final que siguen un orden lógico o de sucesión, como es el caso de Justina del Marques de Sade (1900) o Los miserables de Víctor Hugo (1862). Esta estructura del relato es la más simple porque permite al lector ir descubriendo junto con los personajes el desenlace de los eventos con pleno conocimiento de sus orígenes. B) In media res, que es cuando se comienza en medio de un asunto, es decir se plantea un inicio abrupto en la narración para captar la atención del lector, quien en ocasiones no reconoce los orígenes de los eventos o los descubre junto con los personajes mientras se van desenlazando. Este es un estilo de narración sumamente complejo porque no se respeta un orden lógico entre los eventos e implica varios saltos temporales del pasado al presente o del presente al futuro, como sucede en 1984 de Orwell, donde la acción se desarrolla en medio de una sociedad industrializada post apocalíptica. C) Flash Back, que es cuando el narrador traslada la acción al pasado o bien la presenta como un recuerdo, de tal modo que el lector hace la labor de un historiador, como sucede en la novela del Quijote, en la cual se narran las aventuras del caballero de la triste figura como si fueran registros del pasado. Este estilo de narración es simple, pues del mismo modo que el lineal nos permite acceder a todo el universo en el que se desarrolla. D) Flashforward, que es cuando el narrador anticipa la acción de los personajes o intenta predecir qué consecuencias tendrán, como sucede en la novela de Richard Matheson titulada En algún lugar del tiempo publicada en 1975, en la cual se narra una historia de viajes en el tiempo en la que las acciones del personaje se pueden anticipar con facilidad e intentan ser predichas. Este estilo de narración es sumamente moderno y

complejo, y, generalmente se utiliza para mantener al lector en el suspenso de si las acciones se desembocarán como se espera. E) Contrapunto, que es cuando varias historias se entrelazan dando así solución a los distintos eventos hasta que se llega a un desenlace común, como sucede en la novela de Drácula, que se vale de los diarios de los protagonistas para contarnos la historia, como ya se dijo en párrafos anteriores. Este estilo de narración es sumamente complejo porque permite al lector indagar en la vida de los protagonistas y construir su propia visión del universo narrado. Así pues, es importante distinguir entre aquellos elementos que hacen referencia al a estructura externa de la novela, pues son los que nos permiten distinguirla de otros géneros literarios en un análisis superficial, y, aquellos que hacen referencia a la estructura interna pues nos permiten reconocer este género a través de un análisis más minucioso y realizar una lectura ordenada y sistemática.

Tipos de novela según su contenido y tema.

La novela, como ya se ha dicho antes, se destacó por ser uno de los géneros literarios en los que se abordó una gran diversidad de temáticas, por lo que resulta complicado hacer una taxonomía de las novelas con base en su contenido, no obstante, esto se puede lograr poniendo especial atención a su desarrollo histórico, pues la novela, como toda producción artística, surge en un contexto determinado, tiene la función de cumplir ciertas necesidades sociales y debe adaptarse a las demandas de un publico especifico. El primer tipo de novela reconocido es la pastoril, que surge en el S.III después de la era común y

tiene su apogeo en el renacimiento; la principal característica de estos textos es que eran narraciones sencillas y extensas en las que se idealizaba a los personajes implicados y a los ambientes en los que se desenvolvían. Este tipo de novela describía historias de inocentes amores entre personas del campo, pues no se aprecia ningún tipo de escena erótica o de conflictos entre los personajes. La novela pastoril más famosa, según Robert Lauer (2011), es La Arcadia de Jacopo Sannazaro, pero pronto este género fue perdiendo popularidad, aunque algunos autores lo retoman, como se puede observar en la primera parte del Quijote de Miguel de Cervantes, donde se narra la historia de dos pastorcillos enamorados. El

segundo tipo de novela reconocido es la bizantina, que surge en Grecia durante el imperio de Alejandro Magno; este tipo de narraciones se caracterizó porque mostraba todas las peripecias a las que tenían que enfrentarse dos jóvenes amantes para poder consumar su relación. Entre las obras más representativas de este género se encuentra Heliodoro de Ermesa, autor de Etiópicas o Teagenes y Cariclea, no obstante en el renacimiento algunos autores como Alfonso Núñez Reinoso, autor de Historia de los Amores de Clareo y Florisea (1552) y Miguel de Cervantes, autor de La española inglesa (1617), revivieron este género que fue un antecedente para las novelas de aventuras o de caballería, pues muchos las consideraban escritos épicos en prosa. El tercer tipo de novela reconocido es la satírica, que surge en roma y se caracteriza por hacer mofa de los vicios y perversidades de la sociedad. La obra más representativa de este tipo de novela es El Satiricón de Petronio, escrita en el S.I después de la era común. El cuarto tipo de novela reconocido es la de aventuras o caballería, que surge en países como España y narran historias sobre héroes con valores como el honor y la lealtad a la patria y las batallas. La obra más representativa de este género es El cantar del Mio Cid de autor anónimo, la cual según algunos expertos encuentra sus bases en la novela bizantina y en los escritos épicos de los griegos.

El quinto tipo de novela reconocido es la picaresca, que ilustra la vida de los parias de la sociedad, como los vagabundos, estafadores, truhanes o nobles arruinados. Este tipo de novela encuentra sus bases en la sátira y en la burla, por lo que se considera como la primera forma de anti novela y uno de sus textos más representativos es El Quijote de Miguel de Cervantes, pues se narra la historia de un hidalgo arruinado y demente que constantemente se ve inmiscuido en aventuras que ridiculizan el noble oficio de la caballería. El sexto tipo de novela reconocido es la novela gótica, que surgió en el S.XVIII y se caracteriza por mezclar el terror con el romance y manejar escenarios como ruinas, iglesias o monasterios. Entre las obras más representativas de este género se encuentran El monje de Mathew Lewis publicada en 1796; este tipo de historias dieron origen a otras novelas como Drácula de Bram Stoker, publicada en 1897. El séptimo tipo de novela reconocido es la histórica, que es característica de la época romántica, es decir del S. XIX. Este tipo de escritos versan sobre temas reales sucedidos en el pasado y una de las obras más reconocidas es Quo Vadis de Enrique Sienkiewiez, escrita en 1896. El octavo tipo de novela es la policiaca, que surge entre los S.XVIII y XIX y que trata de un crimen que parece no tener solución y un detective que lo investiga. Entre las obras más representativas de este género se encuentra la de Sir Arthur Conan Doyle, quien dio vida a Sherlock Holmes en 1887. El noveno tipo de novela reconocida es la romántica, que surge en países como Francia e Inglaterra y se enfoca principalmente en narrar historias en las que el amor y la virtud triunfan sobre el mal, aunque se introduce el erotismo como un elemento estructural. Entre las producciones más representativas de este tipo de novela se encuentra la obra de Samuel Richardson titulada Pamela o la

virtud recompensada (1740). Es importante señalar que después de esta época hubo un movimiento de teatro erótico dirigido por escritores famosos como el Marques de Sade, quien hizo una mofa del título antes reseñado con su obra Justina o los Infortunios de la virtud escrita en el S.XIX. El décimo tipo de novela reconocido es la novela realista o naturalista, que es básicamente la antítesis de la novela romántica, pues se centra en hacer hondas descripciones del ambiente y las costumbres de los personajes sin exaltar sus valores. Entre las producciones más representativas de este tipo de novela se encuentra la obra de Honorato de Balzac titulada La Comedia Humana escrita entre 1830 y 1850, la cual intenta mostrar distintos aspectos de la vida cotidiana y se divide en nada menos que ochenta y cinco tomos. Finalmente los desarrollos de novela más actuales son la biográfica o autobiográfica y la contemporánea. La primera hace referencia a aquellas personas importantes o al autor de la obra, como es el caso de El lobo estepario de Herman Hesse. La novela contemporánea, por su parte, plantea problemas irresolubles, tremendamente caóticos, a los cuales los personajes tienen que encontrar solución, es de hacerse reseñar que las novelas contemporáneas mezclan los temas de los géneros anteriores, como se puede observar en las obras de Gabriel García Márquez o José Saramago. Es importante señalar que en el caso de México las novelas han cobrado distintos tintes, que van desde aquellas que se enfocan en el indigenismo hasta aquellas que se enfocan en la revolución, lo cual es una muestra de que el contexto social e histórico influye en la producción artística. Así pues, es importante recuperar que las transformaciones que han sufrido las novelas obedecen a las demandas sociales y culturales de cada época, y, que en la actualidad las novelas reúnen varios elementos de la realidad y permiten al lector sumergirse en una historia llena de intriga, misterio y suspenso.

Novela como forma de expresión artística y social.

En síntesis y para concluir este apartado es importante plantear que la novela es una forma de expresión artística y social, pues como todo arte hace alusión a los sueños, aspiraciones y temores de los hombres, pero como todo medio de difusión les permite plasmar sus ideas, desacuerdos, críticas y preferencias. El carácter artístico de la novela no está disociado de su carácter social, pues como lo plantea Wittgenstein (1999), el lenguaje está de la mano con las formas de vivir, creer, interpretar al mundo, criticarlo e imaginarlo. En este sentido resultaría sumamente incoherente pensar que después de la Segunda Guerra Mundial se hable de caballería, que después de la Revolución Mexicana se hable del sueño americano o que después de la Guerra de los Pasteles se hable de las virtudes de la nobleza. Los cambios en los estilos de redacción y en las temáticas de las novelas obedecen a los cambios sociales, a las transformaciones que hay entre el público y la élite cultural, escritores y lectores, emisores y receptores, pues conforme pasa el tiempo sus necesidades de creación y esparcimiento van cambiando, ya que el ejercicio de la lectura y la escritura es una cuestión que nos permite entrar en contacto con nosotros mismos y sumergirnos en un universo fantástico que tiene mucho de nuestra realidad. Así pues, es importante reiterar la importancia del contexto social en los análisis de textos, pues sólo de esta manera se puede comprender su verdadero sentido y emitir una crítica razonable.