Las Bibliotecas, las escuelas y los juegos en Ejea de los Caballeros

“Las Bibliotecas, las escuelas y los juegos en Ejea de los Caballeros” 1 2 Índice Presentación, Teresa Ladrero Parral, .............................
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“Las Bibliotecas, las escuelas y los juegos en Ejea de los Caballeros” 1

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Índice

Presentación, Teresa Ladrero Parral, ....................................................................................................................................................................................................... 5

1. Breve historia de las escuelas y la educación en Ejea, por Asunción Gil Orrios..................................................................................................... 7 El Estudio de Gramática .................................................................................................................................................................................................................................... 7 La educación hasta principios del siglo XX................................................................................................................................................................................................. 8 La educación en los años treinta del siglo XX.........................................................................................................................................................................................10 De la Junta Cervantina al Colegio Cervantes. ..........................................................................................................................................................................................11 Colegios privados y nuevos centros escolares........................................................................................................................................................................................12

2. Las Bibliotecas ejeanas a través del tiempo, por Asunción Gil Orrios.........................................................................................................................15

3. Juegos y juguetes de antaño, por Javier Dehesa Baqué....................................................................................................................................................17

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En 2016 se conmemora el IV Centenario de la muerte de Miguel de Cervantes -el “príncipe de los ingenios” que sigue encabezando nuestro patrimonio literario- en la idea de que la lectura de su obra, y la de los clásicos en general, continúa siendo hoy fuente de placer y conocimiento. Ejea tuvo una relación especial con su figura y su obra, a través de la Junta Local Cervantina que se fundó en 1915, cuya existencia rememoramos. Pero también en 2016 se dan cita otras efemérides culturales en Ejea: se cumplen 470 años de la fundación del Estudio General de Gramática y Dialéctica y 70 años de la creación de la Biblioteca Municipal y de la construcción del colegio Cervantes, en 1946. La exposición titulada “Las Bibliotecas, las escuelas y los juegos en Ejea de los Caballeros” repasa la evolución de estos centros culturales que han existido en la población y de los juegos infantiles de la chiquillería que poblaba sus salas, a través de paneles explicativos, de un gran aporte fotográfico, de libros y de un variado tipo de objetos y recursos. Esta publicación complementa la muestra organizada desde el Área de Cultura del Ayuntamiento de Ejea en la línea de recuperar la memoria de lo nuestro, lo que nos identifica, y para poner en valor aquellos centros que pusieron, y lo siguen haciendo, el saber al alcance de todo el vecindario.



Teresa Ladrero Parral. Alcaldesa de Ejea de los Caballeros.

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Breve historia de las escuelas y la educación en Ejea por Asunción Gil Orrios

El Estudio de Gramática de Ejea El Estudio General de Gramática y Dialéctica se fundó el año 1546. En su creación se menciona al abad de la Oliva, entre otros clérigos, y se dice que se erige para mejor servicio de los habitantes y pobladores de Ejea de los Caballeros (“pro commoditate incolarum et habitatorum oppidi Exee Militum”) y que quien se opusiera a su creación incurriría “en la indignación de Dios omnipotente y en la de los beatos Pedro y Pablo, sus apóstoles”. En la designación del preceptor o maestro debía asistir el Prior de la Iglesia de San Salvador. Este importante foco de cultura fue concedido a Ejea por bula del papa Paulo III, aprobada el 22 de octubre de 1546. El Estudio estuvo ubicado hasta el siglo XIX en la calle que conserva su nombre, en las llamadas Casas de la Abadía. Los estudios de gramática eran centros de enseñanza secundaria. Se abrieron en las más pujantes localidades aragonesas a instancias de sus concejos y rivalizaban entre sí por acaparar alumnos, lo que provocó algunos pleitos. Su base era la enseñanza del latín con arreglo al Arte de Antonio de Nebrija. Los conocimientos de latín y filosofía escolástica eran imprescindibles para obtener las órdenes sacerdotales o cursar carreras universitarias. Así, impartían lengua latina, literatura, historia, ciencia, arte, filosofía, teología, poesía y música. Las clases duraban cuatro horas diarias: de ocho a diez de la mañana y de dos a cuatro de

Detalle de una escena del Estudio de Gramática de Ejea de los Caballeros. Estampas de su historia, de José Luis Cano.

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la tarde. Los maestros cobraban su salario en trigo y en dinero aportado por el Concejo y por los estudiantes, generalmente de buenas familias, aunque estaban obligados a dar a los pobres enseñanza gratuita. En 1553 el concejo de Ejea pagaba 500 ducados por material para su fábrica y dos años después contrataba al picapedrero Juan Sorabe para trabajar en el edificio, en el que también lo hicieron en 1556 los albañiles Antón Navarro y Antón de Vara. En 1577 se estaba obrando en su capilla. El magisterio de gramática se suprimió en 1833 por la escasez de fondos y se llegó a un acuerdo con los franciscanos para que atendieran a cada niño que en adelante realizase esos estudios.

La educación hasta principios del siglo XX En la Edad Moderna algunos concejos asumieron la responsabilidad de contratar a un maestro de primeras letras, que tenía además como una de sus principales tareas la de enseñar la doctrina cristiana. De 1512 data el primer maestro conocido en Ejea, Alfonso Arias. En 1600 se encargaba de enseñar a leer, escribir y contar Francisco Sagaún y del magisterio de Gramática Juan de Aliaga. Sus salarios se pagaban de los efectos de Primicia.

Niñas de varias edades con sus maestras a principios del siglo XX. Niños uniformados con sus profesores, dos sacerdotes.

Niñas uniformadas con dos hermanas Mercedarias.

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Delfín Bericat con sus alumnos.

pios y, como la idea no fructificó, finalmente se ofreció a las Hermanas Mercedarias de la Caridad. Cuatro de ellas llegaron a Ejea para hacerse cargo del hospital-asilo de Nuestra Sra de La Oliva el 8 de septiembre de 1901, el mismo año en que el Papa León XIII concedía la aprobación pontificia a la congregación. Al poco tiempo compaginaron sus funciones con la enseñanza. Debido al estado de ruina del edificio, desde 1935 se trasladaron, primero, a un local arrendado a Diego Madrazo en la calle Ramón y Cajal nº 18, y después a la Calle Mediavilla nº 41, por donde tenía la entrada, mientras la puerta del corral daba al Muro.

Niñas con su maestra en los años 20.

Hospital-Convento de las Hermanas Mercedarias en La Oliva.

Niños con su maestro en los años 20.

Al principio, las clases se ubicaron en cuartos alquilados o compartiendo espacio en otras edificaciones, hasta que se construyeron los colegios de nueva planta. Durante un tiempo la enseñanza de las primeras letras se llevó a cabo en el edificio del Hospital de la villa. En 1910 se instalaba una nueva escuela de niños en una casa alquilada en el barrio de la Corona. En parte del antiguo convento de Capuchinos se instaló una escuela pública en 1919 y, en la misma nueva Casa Consistorial estrenada en 1931, parte de sus dependencias se dedicaron a complementar el espacio insuficiente de esta escuela del antiguo convento. El edificio anexo a la iglesia de la Virgen de la Oliva se quiso ceder para instalar un colegio gestionado por los padres Escola-

Hospital-Convento de las Hermanas Mercedarias en el paseo del Muro en los años 80.

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El 17 de noviembre de 1990 se bendijo e inauguró el nuevo colegio en el actual emplazamiento, donde ya habían comenzado el curso escolar. Allí se trasladaron desde la antigua “Casa Oneca” del paseo del Muro -en la que se habían habilitado también en 1954 las dependencias del hospital municipal donde las Hermanas ejercían su labor sanitaria y asistencial-, y las otras aulas que habían tenido que instalarse en un edificio alquilado de la calle Cervantes.

Escuela Mixta de La Llana inaugurada en 1933.

Alumnas de las monjas fotografiadas en distintas actividades, pintoras, bordadoras o portando libros para sus lecturas.

La educación en los años treinta del siglo XX En esta época se emprendió una ambiciosa reforma educativa, en la convicción de que dedicar recursos a la educación era invertir en progreso y desarrollo, de la mano del primer bienio democrático republicano. El objetivo prioritario de extensión de la enseñanza a la totalidad de la población en edad escolar a través de un amplio programa de construcción de escuelas en toda España tuvo su traslación local en la inauguración de las nuevas escuelas de las Niñas y las escuelas de La Llana. Un objetivo necesario si tenemos en cuenta el triste panorama educativo que ofrecía la localidad, muy afectado por el absentismo escolar y por el analfabetismo. Así, Ejea asistió en 1932 a la inauguración de las escuelas graduadas de niñas, compuestas de 8 secciones, y la ampliación, también hasta 8, de las secciones de niños. La siguiente pro10

Recuerdo escolar de Miguel Mateo en la escuela de La Llana en 1948.

puesta educativa, que se gestó y se concluyó íntegramente por la corporación ejeana presidida por Juan Sancho, fue la construcción de una escuela mixta en el barrio de La Llana, inaugurada en 1933. El arquitecto Regino Borobio proyectó la edificación con dos cuerpos unidos, destinado el primero a escuela y el otro a vivienda de la maestra. Se autorizaron dos escuelas de párvulos en Ejea y una en Rivas. Además, se impartían clases para adultos y, dada la gran cantidad de alumnos de ambos sexos, se crearon 4 plazas de profesoras para mujeres. Se realizaron fructíferas gestiones para

De la Junta Cervantina al colegio Cervantes. A raíz de la conmemoración del III Centenario de la muerte de Cervantes se fundó en Ejea una Junta Local Cervantina, encargada de organizar los diversos actos. Para ello, el 5 de abril de 1915 se reunían en la Casa Consistorial el alcalde Justo Zoco, el cura Párroco Miguel Borraz y el maestro de la Escuela Nacional de Niños, Delfín Bericat, que actuaría de Secretario. El 8 de abril quedaba constituida la Junta en esta forma: Presidente, Justo Zoco; Vocales: Miguel Borraz, los abogados Virgilio Miguel y Pedro Remacha y el médico Martín Blesa. Profesora y alumnas de las Escuelas Graduadas de Niñas con sus batas y grandes lazos, en 1934.

agilizar la aprobación del proyecto de construcción del grupo escolar de niños (actual colegio “Cervantes”), adjudicándose las obras, y el Ayuntamiento solicitó además la construcción de un instituto en 1933, ofreciendo los locales y una aportación anual, pero estos proyectos se interrumpieron por la guerra civil.

El 16 de mayo acometían la misión de allegar fondos para la estatua de Cervantes a levantar en Madrid, la organización de veladas literarias y otros actos. Los festejos a celebrar en Ejea consistieron en que, de acuerdo con el dueño del teatro Imperio, en el mes de septiembre se celebraría una función teatral a beneficio del centenario y con el producto obtenido se organizaría una velada en honor de Cervantes con todo el esplendor posible, en relación con los recursos que se pudiera contar.

Las organizaciones políticas tenían sus propios medios de acercar la cultura, crítica, abierta y laica, a las clases populares. En Ejea, la “Casa del Pueblo” se convirtió en un centro educativo en el que se impartían clases de forma gratuita a niños y adultos, además de llevarse a cabo otras actividades como el teatro y la poesía. El local también contaba con una biblioteca y se realizaban lecturas, en especial de la prensa obrera.

Alumnos de párvulos en el patio del antiguo Convento de Capuchinos.

Profesorado asistente al Homenaje a Delfín Bericat en 1934.

Grupos de niños de párvulos.

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Para entonces el Quijote se había convertido en lectura escolar, incluso obligada. La celebración del III Centenario del Quijote y la lectura de su obra introducida en los planes de enseñanza inspiraron la creación de la Fiesta del Libro, en el Real Decreto de 6 de febrero de 1926. A partir de 1931 su celebración se trasladó del día en que se creía había nacido Cervantes, 7 de octubre, a la fecha que conmemoraba su muerte, el 23 de abril. La Fiesta del Libro y los homenajes al creador del Quijote tuvieron mucho que ver en la actual denominación del colegio Cervantes ejeano, uno entre los numerosos centros a los que ha dado nombre en España. El 2 de diciembre de 1946 se entregó al Ayuntamiento el nuevo grupo escolar construido por el arquitecto Regino Borobio. Se trasladó todo el material existente en las viejas escuelas instaladas en el antiguo convento de Capuchinos para comenzar las clases tras las vacaciones de Navidad. El acto de bendición e inauguración del nuevo edificio o “Escuela Graduada de Niños” se verificó el día 8 de enero de 1947. En abril, con motivo de la Fiesta del Libro y el IV Centenario del nacimiento del insigne escritor, se repartieron entre las clases ejemplares del Quijote y el Ayuntamiento propuso denominar “Cervantes” al colegio, a lo que la Dirección General de Enseñanza Primaria accedía en junio de ese año.

Formación Profesional. En 1982 se inauguró, anexo al Mamés Esperabé y después incorporado a él en el curso 1989-90, el colegio de educación especial de la comarca. En su edificio se instaló después el alumnado de Educación Infantil.

Escolares representando el cuento de Pinocho.

Hoy el colegio se emplaza en un moderno edificio del paseo de la Constitución.

Colegios Privados y nuevos centros escolares Además de los colegios públicos en Ejea han existido otros centros privados, hoy concertados o desaparecidos. Crearon aulas el Seminario de San Carlos Borromeo o el Instituto Cerbuna. En 1950 se abrió el colegio “Corazón de María”, cuyo edificio aún se conserva en la calle Libertad. En el último cuarto del siglo XX se construyeron nuevos centros. El 23 de febrero del año 1978 se inauguró en la zona de Luchán un nuevo colegio nacional de ámbito comarcal de Enseñanza General Básica. Se denominó “Mamés Esperabé” en homenaje a este ejeano nacido en 1830 que fue profesor y rector de la universidad de Salamanca durante 31 años (precedió a Unamuno), miembro de la comisión creada para reorganizar la segunda enseñanza y uno de los creadores de las bases de estudio de la 12

Chicos en una actuación escolar.

En 1984 se abrió el colegio Ferrer y Racaj en el barrio de La Llana, en un solar cuyo espacio integró, además, interesantes experiencias, como una pajarera de observación y un huerto escolar. En el año 2010 se llevaron a cabo obras de ampliación para contar con dos nuevas aulas. También con ubicación en La Llana, en 1967 se cedían terrenos a la Delegación Nacional de Auxilio Social para la construcción de la Guardería Infantil, que

comenzó a funcionar en 1972. El Club Betania también contó con Guardería. Otro servicio educativo se inauguró en las Eras Altas el 9 de diciembre de 2009 como Escuela Municipal Infantil “Gloria Fuertes”, que acoge a niños y niñas de hasta 3 años. En 1952 se inauguraba el Centro de Enseñanza Media y Profesional de Ejea, de modalidad agrícola y ganadera, conocido como el “Instituto Laboral”. Se instaló en el edificio construido para ser sede del Hospital de Ejea, tras su cesión al Estado. Después pasó a ser el Centro de Enseñanza Media “Reyes Católicos”, llegando a nuestros días como centro de servicios culturales y educativos, denominado “Casa de la Educación”, donde se ubican la Escuela de Adultos, el Centro de Profesores y la Escuela Oficial de Idiomas. Los dos centros públicos de educación secundaria que se construyeron posteriormente, “Reyes Católicos” y “Cinco Villas”, están situados al este del casco urbano. La EFA o Escuela Familar Agraria Boalares es un centro privado de Formación Profesional con especialidad forestal y del medio natural.

Clase del grupo escolar de niñas.

Antiguo Instituto Laboral.

Instituto Cinco Villas.

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Las Bibliotecas de Ejea a través del tiempo por Asunción Gil Orrios

En 1880 existió una Biblioteca Popular creada en Ejea, a la que enviaba libros el Ministerio. Otra Biblioteca Municipal Popular se fundó como consecuencia de la R. O. de Gobernación de 17 de septiembre de 1926 que establecía la Fiesta del Libro, para cuya creación se presupuestaron 620 pts. En un cuarto de la nueva Casa Consistorial recién estrenada en 1931 llegó a instalar la nueva corporación salida de las urnas otra Biblioteca Municipal. De la época republicana se conoce la existencia de Bibliotecas Circulantes promovidas por particulares y Bibliotecas formadas en centros como la Casa del Pueblo de la UGT.

Biblioteca Municipal recién inaugurada en 1946.

Obra de la Biblioteca Popular Circulante patrocinada por José Tachini.

Biblioteca Municipal instalada en la Casa de Cultura de la Plaza de Goya, años 90.

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Pero, la Biblioteca Pública Municipal de Ejea como institución que, aunque con algún traslado y cambio, ha llegado hasta hoy, nacía en el año 1946, ocupando una sala habilitada en la planta baja de la Casa Consistorial. Su colección inicial constaba de 2.427 libros, sumados los esfuerzos del Ayuntamiento al lote de fundación facilitado por el Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas, que constituía el núcleo principal. Creada como Biblioteca Pública Municipal Comarcal, estaba destinada a cubrir por sí, o con el auxilio de la Biblioteca Central de Zaragoza, el servicio de lectura de la comarca de las Cinco Villas. Su nacimiento está íntimamente ligado al de otro centro cultural ejeano. En el transcurso de las fiestas patronales, el domingo 15 de septiembre de 1946 se bendijo el nuevo Grupo Escolar de Niños (hoy colegio Cervantes), aunque su entrega oficial tuvo lugar en diciembre. Acto seguido, se inauguró la Biblioteca

Pública Municipal y, por la tarde, la “Magna Exposición de Arte” ubicada en el Grupo Escolar de Niñas, en cuyo transcurso se rindió homenaje al pintor ejeano Mariano Félez, muestra por la que fue galardonado el Ayuntamiento con la “Medalla de Oro del Arte 1946”. La Biblioteca recibió por aquellos años un premio nacional. Según la Orden de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educación Nacional, publicada en el Boletín Oficial del Estado de diez y nueve del febrero de 1950, en el concurso anunciado con motivo de la Fiesta del Libro de 1949 se concedió uno de los tres premios otorgados en España, a la Biblioteca Pública municipal ejeana consistente en la suma de 500 pesetas para la Biblioteca, otra cantidad igual para el Encargado de la misma y 250 pesetas para un lector de los que más se distinguieron en el año 1948.

Chicas disfrazadas, las de adelante sostienen juguetes como una muñeca y una regadera decorada y otros objetos como cuerdas o llaves.

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JUEGOS Y JUGUETES DE ANTAÑO por Javier Dehesa Baqué

Jugar sin juguetes: Al recordar las formas de jugar en épocas pasadas –años cuarenta y cincuenta del pasado siglo-, vienen a la memoria una serie de circunstancias que condicionaron la vida cotidiana de aquellos años. Escasez y sucedáneos presidían el quehacer diario, y su influencia se dejaba sentir también en los juegos. En una sociedad en la que los niños veían en sus casas hacer tortillas de patata sin huevo y sin patatas que eran sustituidos por unos polvos amarillos y boniatos no era raro que los niños jugaran sin juguetes por lo que no podemos hablar de juguetes sino de juegos. Cualquier objeto de deshecho se convertía en posible juguete. Una alpargata vieja nos permitía jugar a la “alpargateta”, despojos de los animales como alguna vejiga de cerdo inflada se convertían en pelota para jugar al fútbol o los cuernos de una cabra clavados en un marco de madera nos permitían jugar a los toros, y las articulaciones de cualquier cordero proporcionaban las piezas necesarias para jugar a las “tabas”. Tres características fundamentales tenían aquellos juegos, en primer lugar había una total separación entre juegos de niños y de niñas, sería impensable ver a una niña jugando al fútbol o a un niño jugando a las “tabas”. Otra de las características era la dureza de los juegos de los chicos que contrastaba con la suavidad de los femeninos. Y por último siempre se jugaba colectivamente, el juego individualizado no existía.

Alumnos jugando a ¡churro va! en Boalares en el encuentro de colegios de Ejea de 1989.

En algunos casos se divertían tanto los niños como las niñas imitando los quehaceres diarios de los mayores, bastaba poner las manos en una pared y empezar a soltar patadas imitando dar coces para que los otros jugadores intentaran sujetarte las piernas para ponerte unas imaginarias herraduras. Las niñas hacían “comidicas”. A las cinco de la tarde se salía de la escuela, ibas corriendo a casa a coger la merienda, que en la mayoría de los casos era pan con chocolate, pan mojado con vino y azúcar y en septiembre pan con uva negra, el pan siempre presente y escaso. La merienda 17

también era comunitaria y muchas veces había intercambios después de acordar el trato dejando bien claro cuánto chocolate le dabas al otro por la uva que él tenía. Sentados en una enorme jardinera que había debajo de los porches y que nosotros llamábamos “la pesebrera” sin duda por su enorme parecido con un pesebre dábamos cuenta de nuestras meriendas. Aquella gran jardinera daba lugar a una sorda lucha entre guardias municipales y la chiquillería, lucha que duró años. Para nosotros “la pesebrera” era nuestra y aunque el Ayuntamiento se esforzaba todos los años en plantar enredaderas, hiedras y rosales los chicos con tozudez y constancia nos empeñábamos en destruir. Cuando los coches empezaron a echar a los niños de la plaza al hacer imposible jugar, los niños empiezan a desertar a otros sitios y curiosamente el Ayuntamiento dejó de preocuparse por la jardinera y no volvió a plantar nada en ella. Quizá llegaron a la conclusión de que las guerras sin enemigos no tenían sentido y eran imposibles. Una vez terminada nuestra merienda y formados los grupos empezábamos los juegos que variaban según la época del año. En invierno los “pitos” (canicas) se llevaban la palma en cuanto al número de adeptos y jugadores. Es invierno y la plaza nos proporciona un espacio soleado y reducido con los porches que siempre nos daban cobijo en días de lluvia y cierzo. Por el contrario en verano desertábamos de la plaza y extendíamos nuestro radio de acción a lugares para nosotros lejanos. A jugar al fútbol íbamos a la “huerta de la Galinda”, lugar que hoy ocupa el supermercado Simple y casas aledañas en la avenida de Pablo Cosculluela. Para el juego del “olivero” o “civilicera” íbamos al Paseo del Muro y por fin los más osados se recluían en el “recreíco de los frailes”, rincón recoleto en el que bajo unas enormes acacias estaba el convento de los frailes capuchinos en el solar que hoy ocupa el mercado municipal y la plaza de la Villa. Allí se iba a lo prohibido a fumar los primeros cigarrillos, unos infames “ideales” de papel amarillo o si el presupuesto no llegaba hacíamos una excursión al soto donde hoy está el parque central a coger “puricos de Arba” que eran unos juncos que ardían con cierta facilidad y sustituían a los cigarrillos, mientras comentábamos la publicidad de las películas que se proyectaban en el cine de “Lubela”, unas grandes fotografías pegadas a un cartón que nos transportaban a lugares del lejano oeste o guapas artistas que imaginábamos en exóticas escenas. En honor a la verdad tenemos que reconocer que tanto los juegos de los chicos como los de las chicas se regían por unas 18

normas que se cumplían con exactitud y dignidad. El tramposo o tramposa quedaba desacreditado. Cuando las diferencias exacerbaban los ánimos la cosa terminaba en una “vaquera”, paliza a palo limpio en medio de un corro de chavales que se encargaban de jalear y exacerbar los ánimos. Los juegos de las niñas tenían una particularidad y era que siempre se acompañaban con alguna cancioncilla acompasada de ciertos movimientos de los brazos o las piernas que entraban a formar parte de ese juego. JUEGOS DE NIÑAS Las tabas La goma El diábolo La culebra El cuadrante

JUEGOS DE NIÑOS Los pitos Civilicera El olivero La alpargateta El verdugo

Juguete infantil con forma de autobús. Colección Javier Dehesa. Teatrillo infantil. Colección Javier Dehesa.

Zoótropo o maquina para ver escenas a modo de películas. Colección Javier Dehesa.

Rompecabezas de abecedario. Colección Javier Dehesa.

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EXPOSICIÓN

“Las Bibliotecas, las escuelas y los juegos en Ejea de los Caballeros” Comisaria Exposición: Asunción Gil Orrios Del 24 de octubre al 15 de noviembre Sala de Exposiciones de la Parroquia

Textos: Asunción Gil Orrios y Javier Dehesa Baqué

Organiza:

AYUNTAMIENTO DE EJEA DE LOS CABALLEROS Edición catlálogo:

AYUNTAMIENTO DE EJEA DE LOS CABALLEROS DIPUTACION PROVINCIAL

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