La salud de nuestros conductores

La salud de nuestros conductores Estudio II: Alimentación y conducción profesional. Presentación: Dada la importancia de los hábitos alimentarios en...
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La salud de nuestros conductores Estudio II: Alimentación y conducción profesional.

Presentación: Dada la importancia de los hábitos alimentarios en la vida y en el trabajo, se

Controles Aleatorios en la Unidad de Control Psicofìsico

ha realizado un estudio referido a su incidencia en los conductores de vehículos de pasajeros de larga distancia, con interesantes conclusiones surgidas de la administración de una encuesta sobre alimentación y del registro de datos antropométricos (peso, talla, Indice de Masa Corporal) en casi un millar de conductores profesionales evaluados (957 exactamente) en el contexto de la Unidad de Control Psicofísico sita en la Terminal de Ómnibus de Retiro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Introducción: Alimentación saludable y trabajo Diversos estudios demuestran que llevar a cabo una dieta saludable y equilibrada que contemple la ingesta de alimentos en la cantidad y frecuencias adecuadas contribuye a la prevención de enfermedades, ayuda a combatir el estrés, favorece el mantenimiento del nivel de energía y mejora

Los conductores en la Terminal de Omnibus de Retiro disponen de un sistema de selección aleatoria para realizar el exàmen médico y psicológico. Al momento se realizaron más de 2200 examenes en el contexto de la Unidad de Control Psicofísico.

el rendimiento físico y mental. No sólo la obesidad, epidemia mundial del siglo XX según la Organización Mundial de la Salud, se constituye como un

Gráfica de la alimentación diaria

factor de riesgo derivado de una mala alimentación sino que existen otros muy importantes a considerar. Por alimentación saludable entendemos “aquella que logra aportar todos los nutrientes esenciales y la energía que cada persona necesita para mantenerse sana”. Ciertos entornos laborales dificultan una alimentación adecuada, por la calidad de los alimentos a los que se tiene acceso, por la frecuencia y ritmo del trabajo e, incluso a veces, por desconocimiento sobre la planificación y preparación de comidas convenientes a consumir cuando se está fuera del hogar. Esta es la situación que afecta a los conductores profesionales ya que debido a las particularidades de su actividad laboral están muchas horas fuera de su domicilio, deben alimentarse durante el recorrido del viaje que efectúan y su dieta queda sujeta mayoritariamente a comidas a las que pueden acceder durante el mismo en paradores, estaciones de servicio, restaurantes, etc. 2

Según el Ministerio de Salud de la Nación (2016) “La alimentación variada asegura la incorporación y aprovechamiento de todos los nutrientes que necesitamos para crecer y vivir saludablemente. Alimentarse saludablemente, además de mejorar la calidad de vida en todas las edades, ha demostrado prevenir el desarrollo de distintas enfermedades.”

Frente a la cuestión acerca de si “la actividad laboral afecta la posibilidad de llevar a cabo una alimentación sana”, un gran porcentaje de los conductores (el 45%)

Gráfico I: Percepción sobre alimentación personal

se manifiesta positivamente (ver gráfico II) y está de acuerdo con esta afirmación. Asimismo, señalan que esta realidad se debe a los frecuentes cambios de turnos y horarios, a los extensos recorridos y a las comidas disponibles en las rutas, descriptas como poco variadas, con alto contenido calórico y graso y de bajo aporte nutricional. Al indagar sobre sus hábitos alimentarios, se observa que sólo el 27% de los conductores indica hacer las cuatro comidas diarias cuando está en servicio y un alto porcentaje del total de conductores encuestados (40%) señala que debe resignar una de las principales comidas (almuerzo o cena) debido a las circunstancias en las que desarrollan su actividad. No obstante, el 61,5% de los conductores logra incorporar frutas y verduras a su dieta.

El 87% de los conductores evaluados considera que su alimentación es saludable, no obstante el 45% de ellos, expresa que las particularidades en las que se desarrolla la actividad laboral de la conducción dificultan llevar a cabo una dieta saludable. Gráfico II: Percepción sobre alimentación y trabajo

El 24,2% recurre a sándwiches o comidas rápidas la mayoría de las veces y sólo el 14,3% consume habitualmente snacks o golosinas en su jornada laboral. El 65,4% expresa que no suele incorporar productos de bajas calorías o “ligth” a su dieta. Una primera aproximación a estos y otros datos muestra las dificultades que presentan los conductores a la hora de optar por una alimentación sana. En base a ellos, podemos definir, en primer lugar, que existe la necesidad de ejercer un reconocimiento de los entornos vulnerables que observamos y, por otro lado, la necesidad de señalamiento, análisis y estudio de esta problemática para contemplar, por último, la posibilidad de realizar un diseño, tratamiento y desarrollo de acciones de prevención, promoción y educación para la salud sobre alimentación saludable en la población de interés con un enfoque integral, es decir, de varios actores. La experiencia acumulada en este tema indica que cuando se implementan esas acciones correctamente

no sólo repercuten en la prevención de

enfermedades sino que también mejoran la productividad laboral. Como lo afirma un estudio reciente, “una nutrición adecuada es la base de la 3

Para comer sano se recomienda: • Distribuir los alimentos en 4 comidas principales y 2 colaciones. • Moderar el tamaño de las porciones. • Consumir por día 2 frutas y 3 porciones de verduras de todo tipo y color, preferentemente crudas. • En el almuerzo y en la cena, incluir en la mitad del plato verduras y comer de postre una fruta. • Incorporar legumbres, cereales integrales, semillas y frutas secas. • Consumir carnes rojas o blancas (pollo o pescado) no más de 5 veces por semana. • Cocinar sin sal. Reemplazarla por perejil, albahaca, tomillo, romero y otros condimentos. • Evitar el uso del salero en la mesa. • Limitar el consumo de azúcar y alcohol.

productividad, la seguridad, los salarios y la estabilidad laboral en los lugares de trabajo, que son intereses compartidos por gobiernos, empleadores, sindicatos y trabajadores” (Christopher Wanjek, 2005). Por lo tanto, una alimentación saludable colabora también en la prevención de enfermedades que son causales de licencias médicas y está comprobado que mejora el rendimiento laboral, la atención y la concentración en el trabajo. Índice de masa corporal, obesidad y riesgo psicofísico en los conductores profesionales Con el fin de poder analizar la población de interés sobre problemas relacionados con sobrepeso y obesidad, se registraron datos antropométricos de los conductores evaluados (Peso, Talla, Índice de masa corporal) observándose que (ver clasificación del IMC según OMS):

“Nuestra misión es la de colaborar en la creación de un convenio eficaz entre la población de conductores, las entidades regentes de la salud y las distintas organizaciones implicadas en el transporte. Por lo tanto, se busca desde la Unidad de control Psicofísico trabajar por el mejoramiento de los problemas sanitarios del sector, desde un perspectiva de atención primaria, involucrando educación, promoción y prevención en salud.” (Departamento de Control Psicofísico) Gráfico III: distribución según IMC

47,63% sufre algún tipo de obesidad (Tipo I: 32,89%; Tipo II: 10,86% y Tipo III: 3,89%); 24,24% sobrepeso grado II (preobesidad), 13,56% sobrepeso grado I, 14,57% se encuentra en su peso ideal o normopeso (Ver gráfico III). En relación a lo observado, según un informe de la Organización mundial de

Clasificación del IMC según la Organizaciòn Mundial de la Salud

la salud (2015) indica que la Argentina posee un 63,4% de su población que padece sobrepeso y un 23,6% sufre obesidad. No obstante en la población de conductores evaluados, el porcentaje de obesos se incrementan significativamente (Ver gráfico comparativo). Estas proporciones señalan una realidad preocupante por el alto riesgo que representa la obesidad frente a la aparición incipiente del síndrome metabólico, la insulinaresistencia asociada, hipertensión arterial y una serie de complicaciones físicas de alto impacto en la vida de los conductores. Al respecto, según la Organización Internacional del Trabajo (IOT) en concordancia con otros organismos, “los riesgos para la salud asociados al sobrepeso y a la obesidad son claros. Los datos de numerosos estudios han mostrado una relación en forma de J entre el peso corporal y la mortalidad por cualquier causa. Aunque el índice de mortalidad aumenta si el IMC es mayor de 25, el aumento se hace muy pronunciado si el IMC supera 30." 4

Para obtener un dato fehaciente del peso ideal se debe contemplar además del Indice de masa corporal, la contextura osea y moscular que posee el sujeto a la hora de su valoración.

Por su lado, la Organización Mundial de la Salud también advierte que un Índice de Masa Corporal (IMC) elevado es un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, tales como: las enfermedades cardiovasculares (principalmente cardiopatía y accidente cerebrovascular), la diabetes; los trastornos del aparato locomotor (en especial la osteoartritis, enfermedad degenerativa de las articulaciones muy discapacitante), y algunos cánceres (del endometrio, la mama y el colon). Los datos obtenidos de las evaluaciones realizadas a los conductores indican que la obesidad se constituye como un factor de riesgo que se presenta de manera precipitada en la población de interés. Como observamos a partir de la encuesta realizada, esta realidad puede relacionarse con una mala alimentación, con el sedentarismo propio de la actividad y con la falta de tiempo suficiente para realizar actividad física.

“El riesgo relativo de hipertensión arterial y de diabetes es tres veces mayor en adultos obesos respecto a los no obesos, y aún más entre los 25 y 45 años. Estas patologías determinan además aislamiento social, depresión, estrés, baja autoestima y menor rendimiento laboral, por ausentismo y aumento de licencias médicas. Por lo tanto un estilo de vida no saludable, afecta no solo al individuo y su familia, sino además tiene un alto costo para la sociedad.” (Drewnowski A, Darmon, N.;2005)

En efecto, el 45% de los conductores indica que nunca realiza actividad física, el 28,77% logra hacerla una vez por semana, el 19,59% dos veces por semana y sólo el 6,64% más de dos veces por semana, tomando en consideración que la actividad física no sólo abarca el ejercicio físico en sí mismo sino también otras actividades que entrañan movimiento corporal y se realizan como parte de los momentos de juego, del trabajo, de formas de transporte activas, de las

Control y seguimiento

tareas domésticas y de actividades recreativas. Los profesionales actuantes en el contexto de la Unidad de Control Psicofísico recomiendan a todos los conductores evaluados que presentan indicadores de obesidad que planifiquen o realicen alguna actividad en sus tiempos libres, en sus hogares y en los momentos de viaje cuando no están al volante. La finalidad de estas indicaciones

es la de favorecer la reducción del riesgo de

hipertensión, cardiopatía coronaria, etc. y, por supuesto, colaborar con el control del peso. Cabe

señalar que ante tales recomendaciones se han obtenido datos

sumamente alentadores al examinar a los conductores en distintas instancias de evaluación, donde a partir de un seguimiento caso por caso se ha comprobado que un grupo destacado de ellos ha reducido su peso corporal entre 4 y 7 kilos, consultado a un nutricionista, iniciado algún tipo de actividad física o mejorado sus hábitos alimentarios, conforme a sus historias clínicas y en un lapso de aproximadamente dos meses. 5

La unidad de Control Psicofìsico cuenta con un registro de historias clínicas con datos relevantes sobre cada conductor observado. Esta herramienta permite hacer un seguimiento de su estado clínico, alteraciones y/o mejoras que puedan ser de interés tanto para el conductor sobre su estado de salud como para los profesionales actuantes. A partir de ello pudo observarse que ante las recomendaciones realizadas por parte de los profesionales, un numero significativo de conductores comenzaron algún tratamiento o cambiaron ciertos habitos que se relacionan con su salud física y psíquica.

Estas tareas están orientadas a que los conductores tomen conciencia de los principales problemas de salud y los distintos riesgos existentes, destacándoseles la importancia de la consulta a un médico de cabecera o nutricionista que realice los cuidados médicos sensibles, holísticos, personalizados y continuos. En el contexto de la Unidad de Control Psicofísico (UCP) se percibe un desconocimiento por parte de los conductores de las problemáticas asociadas a la obesidad. Por ello, las acciones preventivas que se realizan en el control diario de la UCP deben complementarse con planes educativos que colaboraren con la toma de conciencia de los riesgos asociados a la obesidad y de las virtudes de una buena alimentación, como así también al diseño de programas integrales de prevención y promoción de la salud tal como viene impulsando el Departamento de Control Psicofísico para la población de conductores de Cargas Generales.

“Las actitudes, conductas y riesgos que un conductor afronta no sólo afectan al sujeto en sí mismo -se enferma, se accidenta, etc.-, sino que las mismas repercuten en la vida social. Es por eso que el ejercicio que nos encomendamos es de por sí complejo ya que la actividad del transporte representa múltiples riesgos para sí y para otros.” (Departamento de Control Psicofísico) Gráfico IV: Indice de masa corporal y tensión arterial.

Correlaciones y discusión Se analizan y se correlacionan distintos datos antropométricos, basales y psicométricos para ver las diferencias poblacionales según el índice de masa corporal donde se observa que a mayor Indice de Masa Corporal se produce un aumento de los promedios de la Tensión Arterial sistólica (ver gráfico) y diastólica.

Gráfico V: Indice de masa corporal y pulsaciones por minuto.

Una correlación positiva también se observa en relación a la media de las pulsaciones por minutos, donde se comprueba un leve aumento de los promedios según un Índice de masa corporal mayor (ver grafico). Por otro lado, cuando se analizan las medias poblacionales de los desempeños del Test Atencional (stroop), el cual permite determinar la capacidad de respuesta a la interferencia de distractores, la fatiga y la presencia de stress, también obtenemos variaciones en el desempeño según el Indice de mása corporal: es decir que a medida que aumenta el IMC se observa una leve disminución de respuesta a la interferencia (stroop) en la población evaluada. Al respecto, diversos estudios (Cawley y cols.,2008; Marquez-Iturria, 2013) encontraron que existen diferencias entre las personas normopeso y personas que sufren obesidad sobre distintas facultades cognitivas o Ejecutivas (Stroop, Control inhibitorio y Fluidez verbal). 6

Gráfico VI: Indice de masa corporal y atención selectiva.

No obstante, las diferencias obtenidas en los resultados de este estudio pueden también deberse a que la obesidad trae aparejado en muchos casos cansancio, somnolencia y alteraciones en el sueño como la Apnea obstructiva del

Responsabilidad social: Abordaje integral de la salud del conductor profesional

sueño por lo tanto el desempeño se ve influenciado por esta realidad, es decir en promedio los conductores con un Índice de masa Corporal más elevado podrián encontrarse más cansados a la hora del control. Conclusiones Como se desprende de todos los datos relevados, este estudio muestra una alta prevalencia de obesidad y sobrepeso (síndrome metabólico) en la población de conductores de pasajeros de larga distancia. Asimismo, se observa que la asociación entre la obesidad y la elevación de la tensión arterial, el aumento de pulsaciones por minuto y la disminución en los niveles de atención y concentración es similar a la de los datos encontrados en la literatura específica. En el contexto del alto riesgo de presión arterial alta crónica que puede observarse en esta población, diabetes mellitus (tipo II), hipercolesterolemia, debido a los altos índices de obesidad y sobrepeso, se recomienda la implementación de medidas para su modificación o control. Teniendo en cuenta los aspectos destacados en este estudio, los cambios deben ser alentados en relación a los hábitos de vida, que se caracterizan por la realización de actividad física regular, control de peso y dieta. Esto, por ende, pone de relieve la importancia de los programas de educación para la salud que fomentan la adopción y el mantenimiento de los niveles de vida saludables y estimulan la toma de decisiones preventivas que modifiquen las conductas de riesgo. Para ello, es necesaria la colaboración de todas las partes interesadas (Estado, Empresa, Conductores). Bibliografìa consultada Batista-Foguet JM, Coenders G, Alonso J. Análisis factorial confirmatorio. Su utilidad en la validación de cuestionarios relacionados con la salud. Med Clin (Barc.) 2004; 122 (Suppl.1): 21-7. Cawley J, Spiess CK. Obesity and skill attainment in early childhood. Econ Hum Biol 2008 Colectivo de autores. El estado físico: uso e interpretación de la antropometría. Ginebra: OMS; 1995:357-459 Drewnowski A, Darmon N. The economics of obesity: dietary energy density and energy cost. Am J Clin Nutr 2005.

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“Un conductor profesional debe contribuir positivamente a mejorar los alcances y los lineamientos de su función, de la empresa en la que trabaja y sobre todo velar por el cuidado de la vía pública a partir de una mejora de sus condiciones de salud y de vida. Por lo tanto, la promoción de la salud que llevamos a cabo, busca integrarse de modo capilar sobre aquellos procesos instituyentes que transforman las realidades institucionales, tomando como punto de partida o foco de atención al actor individual o capital humano y su contexto: el trabajador o el profesional del transporte. Desde allí la misión será que él mismo pueda sentirse parte integrante de los procesos existentes, optando por acciones de transformación que apunten a valores como la justicia, la solidaridad, pero sin dejar de considerar la productividad y la competitividad en el trabajo, esenciales también para la salud de cualquier trabajador. Por ende, la busqueda de habitos saludable, donde se incluye una alimentación sana por parte de los conductores profesionales será ejemplo del cumplimiento de todo ello.” (Departamento de Control Psicofísico)

Elias MF, Elias PK, Sullivan LM, Wolf PA, D’Agostino RB. Lower cognitive function in the presence of obesity and hypertension: the Framingham heart study. Int J Obes Relat Metab Disord 2003. Khosla T, Lowe CR. Índices of obesity derived from body weight and height. Br J Prev Soc Med 1967;21:22-8. Modelo de perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud. Washington,. DC: OPS, 2016. Murray AJ, Knight NS, Cochlin LE, McAleese S, Deacon RM, Rawlins JN, Clarke K Deterioration of physical performance and cognitive function in rats with short-term highfat feeding. FASEB J 2009. OIT (1998), Introducción al Estudio del Trabajo, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra. OIT (2012), Enfoque integral para mejorar la alimentación y nutrición en el trabajo. Santiago. World Health Organization. Obesity. Preventing and management the global epidemic. Geneve: WHO; 1998.

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