LA NUEVA COLOMBIA ENERGETICA Y MINERA

LA NUEVA COLOMBIA ENERGETICA Y MINERA Palabras del Presidente Betancur al sancionar la Ley de reestructuración del Ministerio de Minas: Casa de Nariño...
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LA NUEVA COLOMBIA ENERGETICA Y MINERA Palabras del Presidente Betancur al sancionar la Ley de reestructuración del Ministerio de Minas: Casa de Nariño, 10 de enero de 1.984.

Han pasado más de diez años desde el alza abrupta del precio del petróleo, que inicio el reacondicionamiento económico mundial, suscitó cambios tecnológicos tendientes a diversificar las fuentes y a optimizar el uso de una energía cada vez más costosa; y desató el interés sobre los recursos naturales y su papel en el desarrollo y el comercio. Colombia no podía ser ajena a esos cambios: Ellos han provocado ajustes continuos en las políticas de recursos energéticos y minerales, para garantizar el abastecimiento interno y convertirse en exportador energético y minero. 1.-

EL FORTALECIMIENTO DE ECOPETROL

Aquellas alzas encontraron al país en posición vulnerable con crecimiento del consumo de petróleo hasta del 10% anual, en contraste con una declinación de las reservas, lo que nos convirtió en importadores desde 1.975, con obvia incidencia en la balanza cambiaria y en las finanzas de ECOPETROL. Pero el país revisó tal situación y ha venido ajustándose para cubrir los mayores costos de suministro de combustibles; ha fortalecido a ECOPETROL en exploración y explotación, y fomentado su vinculación con las compañías privadas nacionales y extranjeras, cambiando las concesiones por la asociación. Lo cual, con los estímulos de precios para la producción nueva e incremental de petróleo, ha permitido superar desde 1.980 la tendencia declinante y contar con incrementos promedios de hasta 7.5% anual,

alcanzando la producción actual en volumen superior a los 165.000 barriles diarios, la más alta desde 1.974. 2.-

LA LECCION DE LA CRISIS

Quiero señalar que si bien el alza del petróleo nos afectó debido a la dependencia en suministros externos, también es cierto que ha hecho posible el aprovechamiento de recursos energéticos alternos, particularmente gas natural, carbón y energía hidráulica, los que con los anteriores precios del petróleo no hubiese sido posible desarrollar en la forma acelerada como se tiene y hoy se proyecta: el juego de compensaciones ha tenido balance positivo para Colombia. Por ejemplo, hemos aprovechado las reservas de gas natural que superan los 4 billones de pies cúbicos, sustituyendo los combustibles derivados del petróleo que se utilizaban en la generación eléctrica y en la industria, particularmente en la Costa Atlántica. Otro ejemplo: se volvieron rentables proyectos y reservas de carbón, cuya explotación, (como El Cerrejón Zona Norte y Zona Central), nos convertirá en exportadores netos de energía, con una nueva fuente de divisas: con razón se ha dicho que las exportaciones de carbón que inició Carbocol a finales de 1.982 (34.000 toneladas con destino a Carboex de España), tienen la misma significación para el futuro que las primeras exportaciones de café en el siglo pasado. 3.-

LA INCITACION ENERGETICA

Otro ejemplo: la crisis petrolera hizo que nuestro potencial hidroenergético, surgiera como alternativa más conveniente y eficiente para producir la energía eléctrica que necesita el país hacia su progreso, su crecimiento industrial y el mejoramiento del nivel de vida de la población urbana y rural. La generación de energía eléctrica que en 1.972 era de 2.300 MW se ha elevado a 5.150 MW, de los cuales un 67% corresponde a plantas hidráulicas; y con el plan de generación aprobado en mayo de 1983, en el cual se prevé la entrada de plantas hasta 1.985, vamos a contar para ese entonces con 14.229 MW, que en un 82% será de origen hidráulico.

Para llevar electricidad a las zonas rurales, se cuenta hoy con el Plan Nacional de Electrificación Rural (PNER) que adelanta el ICEL, el cual beneficiaría 145.000 viviendas entre 1.983 y 1.986. En la Costa Atlántica se tiene un plan similar, el PERCAS, para beneficiar las zonas rurales de esa región. Finalmente, el país tomó conciencia sobre las posibilidades de utilización de fuentes nuevas y renovables de energía y ha venido adelantando programas, como los ejecutados a través del Centro Gaviotas en los campos solar y eólico, (en la propia Casa de Nariño se utiliza ya energía solar); y los de energía geotérmica, microcentrales y biodigestores que adelantan varias empresas del sector. 4.-

EL RESURGIR MINERO

En la parte minera los aumentos ocurridos en el precio internacional del oro desde principios de los años 70, indujeron el resurgimiento de la minería de metales preciosos, volviendo explotables minas abandonadas: el resultado ha sido un incremento superior al 7% anual en la producción de oro, la cual pasó de algo menos de 6 toneladas en 1.972 a 16 toneladas hace 2 años, para estabilizarse en un promedio de 14 toneladas anuales en la actualidad. Esto ha generado empleo en regiones marginadas y ha fortalecido las reservas internacionales. Con el nuevo proyecto aurífero de Marmato, Zona Baja, y la recuperación de la producción en el Chocó, podemos esperar un dinamismo mayor. Igualmente, la explotación desde mediados de los años 60 permitió determinar reservas comerciales de otros minerales como el níquel, fosfatos y cobre; y proyectar la explotación de los mismos. No obstante el impacto de la recesión mundial sobre los precios del níquel, se inició en Cerromatoso la producción y exportación de ferroníquel desde mediados de 1.982; y para 1.984 contamos con los estudios de prefactibilidad de cobre de Mocoa (Putumayo) y para la industrialización de la roca fosfórica en Pesca (Boyacá), dos proyectos de gran minería.

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LAS NUEVAS EXIGENCIAS

Este recuento sobre la evolución y perspectivas de nuestros recursos energéticos y mineros, establecen la participación del sector en nuestro crecimiento económico, y propicia la descentralización del desarrollo y el estímulo a la demanda interna, particularmente de bienes de capital. Pero exige ajustes institucionales para garantizar las metas. Recordemos como en los ocho años desde la última reestructuración del Ministerio de Minas y Energía en 1.975, se han creado Carbones de Colombia S.A. (CARBOCOL), Compañía Colombiana de Uranio S.A. (COLURANIO) y Financiera Eléctrica Nacional S.A. (FEN); y se ha avanzado también en la tecnificación de los instrumentos de planificación sectorial, sobre experiencia, planes y metodologías desarrolladas por ECOPETROL e ISA: el Estudio Nacional de Energía (ENE), que avanza en su segunda fase, permite evaluar las alternativas de inversión entre los subsectores y entre éstos y el resto de la economía, para una mejor asignación de los recursos provenientes del ahorro interno y del crédito externo. Algo similar se proyecta disponer en la rama minera con el estudio para el plan de desarrollo minero.

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UN NUEVO MINISTERIO

Era evidente la necesidad y conveniencia del fortalecimiento institucional del Ministerio de Minas y Energía, con el fin de que cumpla sus funciones de organismo rector y coordinador de la política sectorial. Como expresa la exposición de motivos de la Ley que hoy se sanciona, el Ministerio debe asumir un papel de primer orden y ejercer en forma más eficaz sus funciones de planeación, coordinación, vigilancia, control y fiscalización de los subsectores bajo su tutela, es decir, la minería y la energía, mediante cuatro Direcciones Generales: Minas, Hidrocarburos, Energía Eléctrica y Fuentes no Convencionales, y Asuntos Legales. Se han puesto las bases para fortalecer la planeación sectorial mediante la sistematización, acopio y manejo de la información energética y minera. La

División de Seguridad e Higiene Minera permitirá poner en ejecución varias medidas que tanto el Ministerio de Minas y Energía, como el Ministerio de Trabajo y de Seguridad Social y el Ministerio de Salud Pública, han venido promoviendo y solicitando para subsanar las precarias condiciones de seguridad en que se desenvuelve la minería, particularmente en las explotaciones subterráneas de carbón y que se reflejan en periódicas tragedias: el mejoramiento de la seguridad con el complemento de estaciones y equipos de salvamento, deberá ser entonces una labor prioritaria y continua a desarrollar por el Ministerio. Algo similar se puede comentar respecto al establecimiento de una Sección encargada de la protección del medio ambiente, la cual coadyuvará a la labor que desarrolla el INDERENA, en actividades relacionadas con la exploración, explotación y manejo de los recursos mineros y energéticos. Se fortalece, igualmente, la asistencia técnica a la pequeña y mediana minería, mediante zonas mineras de Bogotá y de la Costa Atlántica. El impulso al desarrollo y aprovechamiento de las fuentes nuevas y renovables de energía se logrará a través de la nueva División de Fuentes No Convencionales de Energía. Por último, la participación del Ministerio en la Junta Nacional de Tarifas hará posible una real coordinación y control de las políticas de precios de la energía y facilitará que las definiciones se adopten con mejor conocimiento de causa. La Ley que hoy se sanciona no constituye la solución definitiva de los complejos problemas de diverso orden que enfrenta el desarrollo del sector minero-energético de Colombia; pero complementa el logro de las políticas y programas que se ha trazado el país en el corto y mediano plazo. Agradezcamos a los legisladores y funcionarios que así lo entendieron.