FUNCIONES DEL LENGUAJE *Definición y tipos Las funciones del lenguaje se definen como los diferentes usos de este dependiendo de las intenciones que persigue el emisor de un mensaje. Así pues, hay tantas funciones de la comunicación como intenciones se pueden perseguir al transmitir ese mensaje. Fundamentalmente existen 6 funciones del lenguaje, y cada una de ellas pone el foco o la importancia en un elemento diferente de la comunicación, y usa unos recursos expresivos diferentes.

1. Referencial 2. Emotiva 3. Apelativa 4. Fática 5. Poética 6. Metalingüística

Intención de un texto Las funciones del lenguaje son muy importantes porque nos dicen de manera directa las intenciones de los mensajes que integran un texto. Para determinar la intención de un texto solo tenemos que identificar las funciones del lenguaje que se dan en sus enunciados y saber cuál de ellas es la más importante que gobierna a las demás. Normalmente solo hay una función del lenguaje en un texto, pero puede haber varias. Por ello es importante ejercitarse en su identificación. La objetividad y la subjetividad también nos van a ayudar a identificar las funciones, y por lo tanto, las intenciones de un texto. Por lo que antes de nada debemos saber si un texto es objetivo o subjetivo. Eso nos encaminará hacia unas funciones o hacia otras. * Las funciones típicas de la objetividad son: referencial y metalingüística. * Las funciones típicas de la subjetividad son: emotiva, apelativa, poética. * La función fática puede aparecer indistintamente en ambas.

Textos objetivos Texto con función referencial e intención informativa:

Muere Francisco Rocasolano, abuelo de la Reina Letizia Francisco Rocasolano, abuelo de la Reina Letizia, ha fallecido a los 98 años. El taxista ingresó el pasado 25 de julio en el Hospital Clínico de Salamanca, aquejado de problemas respiratorios. El abuelo 'Paco', como era conocido en la familia, ha muerto rodeado por sus allegados, que se trasladó hasta Salamanca al conocer su estado de salud. El abuelo de la Reina siempre supo mantenerse en un segundo plano. Discreto y amable con la prensa, acompañó a Doña Letizia siempre que lo requerían. Doña Letizia canceló el lunes su asistencia al acto de entrega de los Premios Nacionales de la Moda, que iba a presidir esta mañana en el Museo del Traje de Madrid, para dedicarse a su familia. Casado desde 1950 con Enriqueta, Paco primero trabajó como mecánico y, posteriormente, se hizo con una licencia de taxi. A bordo de su vehículo surcó las calles de Madrid hasta que en 1991 se jubiló. El matrimonio tuvo dos hijos, Paloma y Francisco, que trabaja como conductor en Luxemburgo. Además, Enriqueta es madre de Otilia, una niña que nació fruto de su primer matrimonio. El matrimonio ahorró dinero para comprarse una segunda residencia en Torrevieja, donde todos los veranos acudían sus hijos con sus nietos. Allí ha pasado muchas semanas la Reina Letizia. A finales de los 90, la pareja decidió fijar su residencia en una urbanización a las afueras de Alicante. Las bondades del clima mediterráneo y el hecho de que sus hijos y nietos ya fueran mayores favoreció esta situación. En 2003 la fama les sorprendió por el matrimonio de su nieta Letizia con Don Felipe, entonces Príncipe de Asturias. El matrimonio estuvo presente en su boda, vivió con ilusión el nacimiento de Leonor y Sofía de Borbón, sus biznietas, y se volcó en su familia. En el año 2006 volvieron a Madrid. Se instalaron en casa de Paloma Rocasolano y comenzaron los años más difíciles. La muerte de su esposa en 2008 supuso un duro golpe para él, que un año antes se había enfrentado a la muerte de su nieta Érika, quien falleció en su domicilio de Madrid.

Este texto es una noticia leída en un periódico. La noticia es un género periodístico objetivo, por lo que ya sabemos, antes de leer, que su intención debe estar directamente relacionada con las 2 funciones típicas de la objetividad: referencial y metalingüística. La función metalingüística no es muy habitual en los periódicos, salvo que haya secciones dedicadas a la lengua en suplementos culturales. La función referencial es la más habitual de las noticias. Después de leer muy atentamente el texto corroboramos y comprobamos que se trata de un texto objetivo, en el que no hay opinión alguna del periodista, y además, vemos que la función única del texto es referencial. Por todo esto, debemos concluir que la intención del texto es la de informar. Sin embargo hay que precisar un poco más esta intención, especificando de qué informa la noticia. En este caso informa de manera objetiva de la muerte del padre de la reina Letizia, del impacto de esta muerte en la agenda de la la Reina, de su pequeña historia personal y de la muerte de su esposa. No obstante, en el interior del texto hay una oración que tiene otra función: "A bordo de su vehículo surcó las calles de Madrid", en la que podemos reconocer una metáfora con función poética, o algún pasaje con la intención de deslizar la opinión personal del periodista, aunque de forma muy soslayada, como en “El abuelo de la Reina siempre supo mantenerse en un segundo plano”. A pesar de ello, el peso de la función referencial es mucho mayor. Por lo tanto, la intención del texto es informativa.

Texto con función metalingüística e intención aclarativa

La conjunción o siempre sin tilde, incluso entre cifras Hasta ahora se venía recomendando escribir con tilde la conjunción disyuntiva o cuando aparecía entre dos cifras, a fin de evitar que pudiera confundirse con el número cero. Este uso de la tilde diacrítica no está justificado desde el punto de vista prosódico, puesto que la conjunción o es átona (se pronuncia sin acento) y tampoco se justifica desde el punto de vista gráfico, ya que tanto en la escritura mecánica como en la manual los espacios en blanco a ambos lados de la conjunción y su diferente forma y menor altura que el cero evitan suficientemente que ambos signos puedan confundirse (1 o 2, frente a 102). Por lo tanto, a partir de este momento, la conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra monosílaba átona, con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos: ¿Quieres té o café?; Terminaré dentro de 3 o 4 días; Escriba los signos + o – en la casilla correspondiente.

Este texto está sacado del Diccionario Panhispánico de dudas de la RAE. Se trata de un manual cuya intención principal es aclarar aspectos de la lengua española, por lo que su función es metalingüística. Todos los textos de ese volumen tienen una misma intención y la función que predomina en ellos es siempre la misma. Lo mismo sucede en otros libros como: manuales de clase de lengua, otros diccionarios y obras de consulta. En los textos normativos es clave también la función apelativa, pues su intención también es la de modificar o guiar los comportamientos. En nuestro caso concreto se trata de guiar el comportamiento lingüístico de los hablantes de español. Esto se refleja en enunciados con función apelativa como “a partir de este momento, la conjunción o se escribirá siempre sin tilde”.

Texto con función referencial y metalingüística a la vez

Se dice "cro-que-ta": las palabras del español que peor pronunciamos "Que no, abuela, que se dice cro-que-ta. Cro-que-ta. Cocreta no existe. Se lo repito despacio: cro-que-ta". ¿Quién no se ha visto en una igual? Mucho se ha dicho acerca de si la RAE iba a incluir o no dicha desviación lingüística -por el momento, no figura en el diccionario-, y el debate no es tontería, pues son muchas las palabras que pronunciamos mal. Si ese uso incorrecto se extendiera lo suficiente pasaría, sin duda, a ser correcto, como ha ocurrido numerosas veces a lo largo de la historia de la lengua. Se dice con frecuencia que los españoles pronunciamos muy mal en inglés, y el comentario resulta irónico ya que lo que realmente pronunciamos mal es el español. Sea por razones fonéticas, fonológicas o de dialectología, varios vocablos se desvían del uso pertinente y se pronuncian con otras variantes que, si bien normalmente son reflejo de un estrato cultural más bajo, podrían llegar a implantarse como normativas de la lengua si su uso se fijase realmente. Las palabras que peor pronunciamos ¿Cuáles son, pues, las palabras peor dichas en castellano? Según la encuesta que realizó la empresa SpinVox, son las siguientes:

1. Veniste Los tiempos verbales son los que más padecen la mala pronunciación. La conjugación verbal española es compleja y presenta múltiples irregularidades, por lo que a menudo son objeto de confusión cuando el nivel cultural es bajo.Veniste en lugar de *viniste es uno de los errores más frecuentes en castellano aunque dentro de los verbos, tampoco se quedan cortos conducí en lugar de conduje y "andé en vez de anduve.

2. Transtorno Es sencillo observar de dónde procede este error: se dice transporte, transatlántico, transformación. Sin embargo, se dice trastorno, sin n. La adición de la nasal en esta palabra es frecuentísima por analogía con todas aquellas que en castellano sí la presentan -que son muchas-. [...]

Este texto, a diferencia del anterior, no está sacado de un manual, diccionario o libro de clase. Es el extracto de un artículo periodístico. Por ello, podemos ver que combina la intención de la noticia y la del manual o diccionario. Posee las dos funciones del lenguaje típicas de la objetividad, la referencial, que se centra en los primeros párrafos, y la metalingüística, que ocupa sobre todo los errores numerados. Así pues, este es el único caso en el que podemos decir que ambas funciones se combinan, por lo que la intención de este texto es que los hablantes españoles pronuncian mal su idioma, a la vez que se señalan y aclaran esos errores. Además, hay algunos enunciados con intenciones diversas, como la expresiva o emotiva en los primeros párrafos, pues hay citas ficticias que apelan a la individualidad, y alguna que otra valoración subjetiva del problema.

Los errores ortográficos graves más comunes en nuestro idioma La modista espanola Elena Benarroch ha dicho en alguna ocasión que "cuando alguien viste bien, te fijas en lo que dice; cuando viste mal, no te fijas en otra cosa". Algo muy parecido sucede con la ortografía. No hay peor carta de presentación que una hache ausente, una be donde deberíamos encontrar una uve o una jota donde debería haber una ge: a menos que uno sea Juan Ramón Jiménez, que sólo escribía con jotas, la licencia no está permitida. Es, entonces, fundamental escribir cuidando la ortografía, ya sea para un informe laboral, el currículo, un correo electrónico informal o una carta de amor: igual que no salimos a la calle en pijama, debemos presentar a las palabras duchadas, repeinadas, con todo en su sitio. Y con las reglas ortográficas aplicadas pertinentemente. Para ayudar en tan ardua tarea, aquí exponemos algunos de los errores más frecuentes, así como su corrección. Vaya por delante que obviamos uno de los, sin duda, más habituales errores que se cometen: la ausencia o el exceso de tildes. Si no se quieren aprender las reglas de acentuación en español, acaso lo mejor que puede uno hacer para poner las tildes donde debe, es leer mucho.

1. Haber, a ver La diferencia es fundamental, pero su error es muy común. No hay como echar un ojo por las redes sociales o introducir las expresiones en cualquier buscador para comprobar que un gran porcentaje de la población se equivoca en el uso. Haber es un verbo, se escribe con hache y con be, y se utiliza como auxiliar (He comido, Puede haber vuelto ya) o como impersonal (Hay judías para comer). A ver es la combinación de la preposición a con el verbo ver. A ver qué pasa. Es, sin embargo, frecuente, hallar la grafía: *Haber qué pasa. Para evitar errores, debemos pensar que a ver equivale a veamos (Veamos qué pasa). De esa manera eludiremos un error tan habitual como grave. De lo contrario debemos recordar que, como dice con humor un tuit popular: "Hay un círculo del infierno reservado para los que confunden a ver con haber. el Haberno". [...]

Textos subjetivos Texto con función poética e intención creativa:

Asomado al balcón que soy yo porque te amo... Asomado al balcón que soy yo porque te amo, pasas por mis recuerdos igual que se atraviesa una casa vacía. Frente a mi soledad se alza seriamente un viejo panorama de edificios sin luna: luces suaves de esta madrugada con gente triste y niebla en las glorietas. Luces brillantes de la madrugada.

Te quedas en Madrid. A mí me esperan casas cerca del mar, ese cansancio azul de los hoteles, los cuartos alquilados donde alguien ha muerto alguna vez. No pasarán, los días, tan despacio.

Pero vendrán las lluvias, la nostalgia creciendo como crece el amor en épocas de guerra. Alguien recordará, seguramente, el largo invierno del ochenta y seis.

Asomado al balcón que soy yo porque te amo... Asomado al balcón que soy yo porque te amo, pasas por mis recuerdos igual que se atraviesa una casa vacía. Frente a mi soledad se alza seriamente un viejo panorama de edificios sin luna: luces suaves de esta madrugada con gente triste y niebla en las glorietas. Luces brillantes de la madrugada. Te quedas en Madrid. A mí me esperan casas cerca del mar, ese cansancio azul de los hoteles, los cuartos alquilados donde alguien ha muerto alguna vez. No pasarán, los días, tan despacio. Pero vendrán las lluvias, la nostalgia creciendo como crece el amor en épocas de guerra. Alguien recordará, seguramente, el largo invierno del ochenta y seis.

Este texto es un poema de Benjamín Prado. Los enunciados que componen los poemas tienen, sobre todo, una función poética, pues su intención es la de crear belleza mediante las palabras. Además, se suele combinar esta función con la emotiva, pues también los poetas muestran la intención de expresar sus sentimientos, emociones y a veces incluso sus opiniones. Así, la intención de este poema es, sobre todo, la de crear belleza con el lenguaje. Además, logra expresar sentimientos y emociones como el amor por la persona a quien dirige el poema, su soledad ante su ausencia y su nostalgia.

Texto con función apelativa y emotiva: intención influir y expresar

Cómo acabar con los incendios Hay que ponerse a trabajar para evitar los incendios, y tomar referencia del saber popular “los incendios se apagan en invierno”. Las autoridades se deberían activar para coordinar todo el proceso, pues tenemos 17 autonomías y más de 8.000 Ayuntamientos, pero los montes están en el olvido. Cada año hay más maleza, por tanto, se deberían formar equipos en los Ayuntamientos para trabajar todo el año, especialmente en invierno, para podar los árboles, cortar los sobrantes, arbustos, tojos, etcétera; y dejando controladas las zonas con amplios cortafuegos. Todos los restos de la poda se pueden quemar de manera controlada o pasarlos para obtener biomasa. Las autonomías tendrían que cooperar económicamente con los Ayuntamientos para el gasto de personal. El coste puede ser superior a lo que se aporta para apagar, pero ahora lo que tenemos son montes quemados.

Cómo acabar con los incendios

Hay que ponerse a trabajar para evitar los incendios, y tomar referencia del saber popular “los incendios se apagan en invierno”. Las autoridades se deberían activar para coordinar todo el proceso, pues tenemos 17 autonomías y más de 8.000 Ayuntamientos, pero los montes están en el olvido. Cada año hay más maleza, por tanto, se deberían formar equipos en los Ayuntamientos para trabajar todo el año, especialmente en invierno, para podar los árboles, cortar los sobrantes, arbustos, tojos, etcétera; y dejando controladas las zonas con amplios cortafuegos. Todos los restos de la poda se pueden quemar de manera controlada o pasarlos para obtener biomasa. Las autonomías tendrían que cooperar económicamente con los Ayuntamientos para el gasto de personal. El coste puede ser superior a lo que se aporta para apagar, pero ahora lo que tenemos son montes quemados.

Este texto es una "carta al director" enviada por un lector al diario El País. Las cartas al director son textos subjetivos de opinión. Como todas ellas, en esta el escritor emite sus opiniones propias guiadas por sus sentimientos y emociones en muchos casos, por lo que suele abundar la función emotiva. Además, puesto que casi todas ellas se acercan a las "quejas", suelen contar con buena parte de sus enunciados con una función apelativa, pues tratan de aconsejar o influir en el comportamiento de alguien a quien apelan con su carta. En este caso la función apelativa pesa algo más sobre la emotiva. También se dan otras funciones de un peso mucho menor como la poética, mediante la cual se copia la sabiduría en forma de literatura popular. En resumen, podemos decir, una vez estudiadas las funciones, las intenciones principales de esta carta al director son: expresar su punto de vista subjetivo sobre el problema de los incendios, y proponer soluciones incitando a tomarlas a las autoridades competentes.

Texto con función apelativa y emotiva: intención influir y expresar

Reforma educativa por acuerdo Nunca se insistirá demasiado en la importancia de la educación para el futuro de un país: porque no se conoce un instrumento más eficaz para asegurar la movilidad social y disminuir las desigualdades, y por su impacto en la competitividad de la economía. El programa presentado por Ciudadanos lleva por título Un pacto nacional por la educación, lo que es de agradecer, ya que desde su mismo encabezamiento se plantea la reforma de la educación como resultado del acuerdo entre distintas fuerzas políticas. Si algo ha sido dañino en nuestro país es el trazado partidista de las distintas reformas educativas, más orientadas a imponer el propio modelo que a orientar la actividad educacional durante largos periodos de tiempo, mucho más dilatados que los ciclos electorales. Una reforma no debe estar sujeta a cambios drásticos, aunque sí a la evolución social y tecnológica. El contenido de las ideas que se proponen es sugerente, y sus grandes líneas acertadas, aunque la prosecución del pacto debería requerir un espíritu abierto. En el ámbito de la enseñanza infantil, primaria y secundaria, es de destacar el énfasis en la formación de los profesores, que junto con los medios materiales asignados y la autonomía de los centros son los verdaderos artífices de la educación. Debemos hacer lo imposible por devolver el ánimo a los docentes, cada vez con más responsabilidades y menos apoyo de las familias, al tiempo que se aumentan los esfuerzos en dotarles de formación, experiencia y una metodología adecuada. La evaluación y la rendición de cuentas de docentes y centros son, por otra parte, el correlato obligado de una mayor atención a sus necesidades.

En el caso de la enseñanza universitaria, la insistencia en sistemas de evaluación que se correlacionen con la distribución de recursos, la internacionalización, la flexibilidad para combatir trabas burocráticas excesivas o el énfasis en la investigación va también en el sentido de hacer más eficaces nuestras instituciones docentes y aumentar su calidad. En todo caso, lo que importa es fijar ejes de posibles acuerdos que se concreten en reformas consensuadas, durables y con capacidad de evolución.

Reforma educativa por acuerdo Nunca se insistirá demasiado en la importancia de la educación para el futuro de un país: porque no se conoce un instrumento más eficaz para asegurar la movilidad social y disminuir las desigualdades, y por su impacto en la competitividad de la economía. El programa presentado por Ciudadanos lleva por título Un pacto nacional por la educación, lo que es de agradecer, ya que desde su mismo encabezamiento se plantea la reforma de la educación como resultado del acuerdo entre distintas fuerzas políticas. Si algo ha sido dañino en nuestro país es el trazado partidista de las distintas reformas educativas, más orientadas a imponer el propio modelo que a orientar la actividad educacional durante largos periodos de tiempo, mucho más dilatados que los ciclos electorales. Una reforma no debe estar sujeta a cambios drásticos, aunque sí a la evolución social y tecnológica. El contenido de las ideas que se proponen es sugerente, y sus grandes líneas acertadas, aunque la prosecución del pacto debería requerir un espíritu abierto. En el ámbito de la enseñanza infantil, primaria y secundaria, es de destacar el énfasis en la formación de los profesores, que junto con los medios materiales asignados y la autonomía de los centros son los verdaderos artífices de la educación. Debemos hacer lo imposible por devolver el ánimo a los docentes, cada vez con más responsabilidades y menos apoyo de las familias, al tiempo que se aumentan los esfuerzos en dotarles de formación, experiencia y una metodología adecuada. La evaluación y la rendición de cuentas de docentes y centros son, por otra parte, el correlato obligado de una mayor atención a sus necesidades. En el caso de la enseñanza universitaria, la insistencia en sistemas de evaluación que se correlacionen con la distribución de recursos, la internacionalización, la flexibilidad para combatir trabas burocráticas excesivas o el énfasis en la investigación va también en el sentido de hacer más eficaces nuestras instituciones docentes y aumentar su calidad. En todo caso, lo que importa es fijar ejes de posibles acuerdos que se concreten en reformas consensuadas, durables y con capacidad de evolución.

Este texto es un editorial periodístico. Mediante este género, también subjetivo, se establece la línea de opinión del periódico, y nunca va firmado. Como se aprecia, la función que tiene más presencia es la emotiva, pues ante todo son las opiniones personales, guiadas por emociones subjetivas las que tienen mayor presencia. Como es habitual en este tipo de textos, esta función se combina con la apelativa, pues siempre se trata de influir en la opinión de quienes leen. Y también se da la combinación de enunciados con una función referencial, que se limitan a informar de modo neutro, pero su presencia es totalmente anecdótica.

Así pues, la intención de este texto es, como en el caso anterior la de expresar opiniones personales e influir en los lectores acerca de la conveniencia de un nuevo pacto nacional sobre educación. En camio, el orden de importancia de las intenciones se ha invertido. Ahora tiene más relevancia la expresión del punto de vista personal sobre la influencia en los lectores o incluso en los políticos que han redactado un programa electoral sobre educación.

Palabrotas

Dicho ofensivo, indecente o grosero. Así lo define el diccionario de la RAE. Así deberíamos empezar a utilizarlo todos. Y sin embargo, aún creemos que esto va de evitar palabras malsonantes. Los Pujol, los Bárcenas, los Urdangarín y los Fabra jamás tiraron de palabros vulgares. Y sin embargo, indecentes, groseros y ofensivos lo han sido un Rato. Por eso, te invito a que hoy actualices tus palabrotas. Porque decir tacos no es lo mismo que ofender, ser indecente o resultar grosero. Porque decir palabrotas ya no es lo que era, me cago en diez. Palabrota es tarde. No hay nada más palabrota que la palabra tarde. La castración voluntaria de cualquier futuro. Toda una autolimitación resignada en el tiempo. La sensación de que todo esto ya no toca. La convicción de que todo aquello ya no es. Que hasta un reloj de muñeca puede más que tú. Y sin embargo, cuánta gente la sigue desafiando más allá de los 40 y de los 50 y de los 60 también. Gente que descubre al amor de su vida, gente que monta su primera empresa, gente que decide tener su primer hijo, gente que vuelve a estudiar por primera vez. Gente que vive sin contar las vueltas que haya dado al sol. Y lo disfruta todo como si fuera ayer. Porque lo es. Palabrota es fácil. Me lo contó hace poco un Gabilondo, uno de tantos y tan buenos, y realmente me convenció. Cualquiera que te venda algo fácil, te estará mintiendo. Aprenda inglés fácil, mentira. Adelgace fácil, mentira cochina también. Lo fácil es el alpiste favorito de los necios. Y el caldo de cultivo de todo timo, estafa y frustración. Nadie da duros a cuatro pesetas. Y si lo hace, ya me dirás tú qué coño haces con cinco pesetas hoy. Palabrota es culpa. La guarida de todos y cada uno de los reproches. La cueva donde van a refugiarse las sombras de cualquier relación. En cuanto se deja de buscar soluciones para buscar culpables, se está tapiando la salida, se está emparedando un sueño en vida, se está cerrando toda esperanza por defunción. Aprender a avanzar sin culpa es la asignatura pendiente de tantas parejas rotas que no cabrían ni en su propia tristeza. Palabrota es lejos. Porque la distancia es la religión que practican los vagos. Sea la distancia a una meta, o al prójimo, da igual. Quien pone unos kilómetros por medio como motivo para no hacer algo se está limitando a sí mismo, ya sea su altura moral o la talla de su vida, y siempre se verá superado por algo tan sencillo como una cinta métrica. O un triste GPS, qué más da. Palabrota es falso. Porque la credibilidad ha sustituido al resto de los valores. Tú ya puedes ser lo que quieras, que si nadie te cree, estás jodido. Y esto hay demasiada gente que aún no lo ha entendido. La credibilidad es el cemento de todo prestigio. Y el prestigio es lo único que te puede salvar de la mediocridad, del olvido y de la nada. El largo plazo es la única esperanza para el que pretende crear valor. Pan para mañana y hambre para hoy. Dejemos de encumbrar a los honestos sólo

porque hacen lo que deberían hacer todos los demás. Y prescindamos de los que no lo son, porque simplemente no nos merecen. Ya está. Y para terminar, la más palabrota de todas, es imposible. La madre bastarda de todos los retos. El no hay huevos del corazón. Detrás de cada imposible está esperándote una nueva vida, algo que jamás llegaste a imaginar. Lo hicimos porque no sabíamos que era imposible. Lo conseguimos porque jamás lo dejamos de intentar. Dejemos de decir palabrotas. Dejemos de creérnoslas. Eliminémoslas de nuestro vocabulario. Y a lo mejor, de ese modo, volveremos a ser personas bien educadas. Qué coño. Joder ya.

Palabrotas Dicho ofensivo, indecente o grosero. Así lo define el diccionario de la RAE. Así deberíamos empezar a utilizarlo todos. Y sin embargo, aún creemos que esto va de evitar palabras malsonantes. Los Pujol, los Bárcenas, los Urdangarín y los Fabra jamás tiraron de palabros vulgares. Y sin embargo, indecentes, groseros y ofensivos lo han sido un Rato. Por eso, te invito a que hoy actualices tus palabrotas. Porque decir tacos no es lo mismo que ofender, ser indecente o resultar grosero. Porque decir palabrotas ya no es lo que era, me cago en diez. Palabrota es tarde. No hay nada más palabrota que la palabra tarde. La castración voluntaria de cualquier futuro. Toda una autolimitación resignada en el tiempo. La sensación de que todo esto ya no toca. La convicción de que todo aquello ya no es. Que hasta un reloj de muñeca puede más que tú. Y sin embargo, cuánta gente la sigue desafiando más allá de los 40 y de los 50 y de los 60 también. Gente que descubre al amor de su vida, gente que monta su primera empresa, gente que decide tener su primer hijo, gente que vuelve a estudiar por primera vez. Gente que vive sin contar las vueltas que haya dado al sol. Y lo disfruta todo como si fuera ayer. Porque lo es. Palabrota es fácil. Me lo contó hace poco un Gabilondo, uno de tantos y tan buenos, y realmente me convenció. Cualquiera que te venda algo fácil, te estará mintiendo. Aprenda inglés fácil, mentira. Adelgace fácil, mentira cochina también. Lo fácil es el alpiste favorito de los necios. Y el caldo de cultivo de todo timo, estafa y frustración. Nadie da duros a cuatro pesetas. Y si lo hace, ya me dirás tú qué coño haces con cinco pesetas hoy. Palabrota es culpa. La guarida de todos y cada uno de los reproches. La cueva donde van a refugiarse las sombras de cualquier relación. En cuanto se deja de buscar soluciones para buscar culpables, se está tapiando la salida, se está emparedando un sueño en vida, se está cerrando toda esperanza por defunción. Aprender a avanzar sin culpa es la asignatura pendiente de tantas parejas rotas que no cabrían ni en su propia tristeza. Palabrota es lejos. Porque la distancia es la religión que practican los vagos. Sea la distancia a una meta, o al prójimo, da igual. Quien pone unos kilómetros por medio como motivo para no hacer algo se está limitando a sí mismo, ya sea su altura moral o la talla de su vida, y siempre se verá superado por algo tan sencillo como una cinta métrica. O un triste GPS, qué más da. Palabrota es falso. Porque la credibilidad ha sustituido al resto de los valores. Tú ya puedes ser lo que quieras, que si nadie te cree, estás jodido. Y esto hay demasiada gente que aún no lo ha entendido. La credibilidad es el cemento de todo prestigio. Y el prestigio es lo único que te puede salvar de la mediocridad, del olvido y de la nada. El largo plazo es la única esperanza para el que pretende crear valor. Pan para mañana y hambre para hoy. Dejemos de encumbrar a los honestos sólo porque hacen lo que deberían hacer todos los demás. Y prescindamos de los que no lo son, porque simplemente no nos merecen. Ya está. Y para terminar, la más palabrota de todas, es imposible. La madre bastarda de todos los retos. El no hay huevos del corazón. Detrás de cada imposible está esperándote una nueva vida, algo que jamás llegaste a imaginar. Lo hicimos porque no sabíamos que era imposible. Lo conseguimos porque jamás lo dejamos de intentar.

Referencial Emotiva Poética Metalingüística Apelativa

Este texto es una "columna de opinión" de un periódico. Como se puede apreciar, las funciones más importantes son, por orden, la emotiva, la poética y la apelativa. La aparición de la referencial y la metalingüística al principio es meramente anecdótica. Sorprende que la función poética tenga tanta importancia, pero es que cuando los profesionales de la información opinan, suelen introducir enunciados poéticos para hacer más atrayente su opinión. Por ello, podemos decir que la intención principal de este texto es expresar su opinión personal de desapego, hastío y vergüenza sobre el uso de determinadas palabras de nuestro idioma, como "imposible, lejos, falso, etc...", haciéndolo siempre de una forma poética y atractiva para el lector, tratando de influirle para que no las utilice, como si fueran palabrotas.