ESTEREOTIPOS NEGATIVOS HACIA LOS ADULTOS MAYORES EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS

CUADERNOS HISPANOAMERICANOS DE PSICOLOGÍA, Vol. 9 No. 1, 35-44 ESTEREOTIPOS NEGATIVOS HACIA LOS ADULTOS MAYORES EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Nidia A...
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CUADERNOS HISPANOAMERICANOS DE PSICOLOGÍA, Vol. 9 No. 1, 35-44

ESTEREOTIPOS NEGATIVOS HACIA LOS ADULTOS MAYORES EN ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS Nidia Aristizábal-Vallejo1, Adriana Morales, Bibian Camila Salas, Ángela Marcela Torres2 Universidad El Bosque

Resumen El objetivo del presente estudio fue identificar el nivel de estereotipos negativos hacia los adultos mayores en los estudiantes de V semestre de la Universidad El Bosque. Dicha identificación se realizó a través de un muestreo estratificado por afijación proporcional; se seleccionaron 61 participantes y se aplicó el Cuestionario de Estereotipos Negativos hacia la Vejez (CENVE). Los resultados evidenciaron posiciones intermedias en cuanto al nivel de estereotipos negativos. Así bien, el 52% tiene un nivel bajo y el 43%, un nivel alto; en los extremos se encuentra el 3%, que presenta un nivel muy bajo y el 2%, un nivel muy alto. Los niveles intermedios también se dieron en cada una de las tres dimensiones que mide el CENVE. En cuanto al análisis del peso de los factores, se empleó un análisis factorial para determinar cuál de ellos puntuó más alto. Los resultados mostraron que la dimensión salud determina que hay un estereotipo negativo con respecto a las otras dos dimensiones que puntuaron menos. Con base en los hallazgos, los estudiantes tienen un el nivel intermedio del estereotipo negativo hacia los adultos mayores, lo cual sugiere que hay que trabajar en la modificación de dichos estereotipos, especialmente en aquellos que cursan carreras relacionadas con la salud. Lo anterior debido a que, en su desempeño profesional, atenderán directamente a la población de 60 años o más. Palabras clave: envejecimiento, edadismo, actitudes estereotipadas, vejez. Abstract The objective of this study was to identify the level of negative stereotypes toward older adults in fifth semester students at El Bosque University. By using a statistical formula, a sample of 61 students was chosen. Then, the questionnaire of Negative Stereotypes toward Elders (CENVE) was applied. The results showed that the majority of the participants had an intermediate level of negative stereotype- the 52% scored at the low level category and the 43%, at the high level. Besides, the 2% scored at the very high level and the 3%, at the very low level. Also, intermediate levels were found for the three dimensions that the instrument evaluates- health, motivation and personality. With respect to the analysis of the factors weight, a factorial analysis was used. It was found that health dimension had more weight compared to the others. In general, the students have an intermediate level regarding negative stereotypes. It suggests it is necessary to work with the objective of decreasing this, in special in students whose careers are related to the health field, because they probably will get in touch with population over 60 years old. Key words: aging, stereotyped attitudes, old age. Directora de Tesis, Psicóloga. Doctora en psicología del envejecimiento. Profesora asociada de la Universidad El Bosque. Estudiantes que optan por el título de psicólogas.

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La transformación demográfica y el envejecimiento avanzado de la población es un hecho, así como la existencia de los estereotipos negativos hacia el envejecimiento y la edad adulta mayor. Entonces, es fundamental identificar los estereotipos que poseen las personas, con el fin de buscar estrategias que permitan la modificación de los mismos y la creación de una cultura del envejecimiento. Esto resulta relevante ya que, indudablemente, todos los seres humanos se desarrollan y envejecen durante todo el ciclo vital; y gracias a los avances actuales, cada día se incrementará más la esperanza de vida y habrá más personas mayores. Envejecimiento de la población, vejez y sociedad El envejecimiento de la población es un hecho universal y uno de los mayores logros de la humanidad. Dicho envejecimiento se está dando con mayor celeridad en los países en desarrollo. De acuerdo con el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el envejecimiento (2002), la notable transición demográfica que se está produciendo hará que, para mediados del siglo XXI, los porcentajes de la población mundial correspondientes a viejos y jóvenes sean iguales. Según se tiene previsto, el porcentaje de las personas de 60 y más años en todo el mundo se duplicará entre el año 2000 y el 2050; pasará del 10% al 21%. En contraste, el porcentaje correspondiente a los niños se reducirá en un tercio y pasará del 30% al 21%. Dado lo anterior, es importante conocer el crecimiento de la población de adultos mayores y muy mayores que se ha venido dando en Europa, Latinoamérica y especialmente en Colombia. En el siglo XX, se produjo una revolución de la longevidad en el mundo. La esperanza media de vida al nacer ha aumentado 20 años desde 1950 y ahora llega a 66 años. Además, se espera que ésta haya aumentado 10 años más para 2050. Este triunfo

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demográfico y el rápido crecimiento de la población en la primera mitad del siglo XXI significa que el número de personas de más de 60 años, que era de alrededor de 600 millones en el año 2000, llegará a casi 2.000 millones en el 2050; así mismo, se proyecta un incremento mundial de la proporción del grupo de población definido como personas de edad. Se espera que ésta pase del 10% en 1998 al 15% en 2025. Ese aumento será más notable y más rápido en los países en desarrollo, donde se presume que la población de edad se cuadruplicará en los próximos 50 años. En Asia y América Latina, la proporción del grupo clasificado como personas de edad aumentará del 8% al 15% entre 1998 y 2025, mientras que en África se prevé que esa proporción aumente sólo del 5% al 6% durante ese período, y que después se duplique para el año 2050. En Europa y América del Norte, entre 1998 y 2025, la proporción de población clasificada como personas de edad aumentará del 20% al 28% y del 16% al 26%, respectivamente. Una transformación demográfica mundial de este tipo tiene profundas consecuencias para cada uno de los aspectos de la vida individual, comunitaria, nacional e internacional (Plan de Acción Internacional Madrid, 2002). Por su parte, el aumento progresivo de la población colombiana, especialmente del grupo de los adultos mayores, representa un desafío para las políticas y los recursos, en lo concerniente al desarrollo, la calidad de vida, el cumplimiento de los derechos y la inclusión social. En sólo un siglo, el país pasó de 4´355.470 personas a un total de 41.468.384, de las cuales, el 6.3% (2´612.508) es mayor de 65 años, el 54.6% pertenece al sexo femenino y el 45.4% de las personas mayores son hombres. El 75% de la población general vive en las cabeceras municipales, a pesar de que, en las áreas rurales, hay mayores tasas de fecundidad. Esto se traduciría en un incremento natural de la población allí ubicada, pero el efecto es contrarrestado por las altas tasas de migración. Del total de la población

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adulta mayor, el 63.12% se concentra en Boyacá, Tolima, Bogotá, Cundinamarca, Caldas, Antioquia, Valle del Cauca, Quindío, Santander, Atlántico y Bolívar. Adicionalmente, el 28.8% se encuentra en las principales ciudades: Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla (Departamento Administrativo Nacional de Estadística, DANE, 2006). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2001), para que el envejecimiento resulte una experiencia positiva, la prolongación de la vida debe ir acompañada de la mejora de la calidad de quienes alcanzan una edad avanzada. Esto exige la puesta en marcha de políticas y estrategias que valoren la contribución de las personas de edad a sus familias, comunidades y economías, y que les permitan mantener un nivel óptimo de bienestar. El fenómeno del envejecimiento es un desafío para las sociedades y exige respuestas oportunas y eficaces en el ámbito de las políticas públicas para crear, a mediano plazo, condiciones dignas y seguras para que las personas de más avanzada edad puedan vivir plenamente esta etapa de la vida. Según Baltes y Mayer (1999), es importante establecer una clasificación de los grupos de adultos mayores en: a) los mayores (60 a 69 años de edad), b) los muy mayores (70 a 84 años de edad) y c) los más mayores (85 años en adelante). Esta clasificación es importante ya que permite evidenciar la diferenciación de los adultos mayores mediante un parámetro cronológico. Se debe tener en cuenta que la vejez no es una etapa homogénea; es claro que existen diferencias significativas entre una persona de 60 años a una de 85 años. En las sociedades occidentales, el término vejez se asimila fundamentalmente a un descenso de las diversas capacidades funcionales del organismo. La vejez es un estado natural de cada persona, la cual se identifica con una situación social, como jubilación, retiro o ineptitud. Casi en los umbrales del siglo XXI, los fenómenos del envejecimiento poblacional que se observan en los países desarrolla-

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dos siguen actuando más allá de las pautas previstas por los demógrafos; la baja tasa de fecundidad y el explosivo incremento de la esperanza de vida han avanzado de forma más rápida de lo que se había pronosticado (Morales, 2002). De acuerdo con Weaver (1999), la imagen social del envejecimiento y la vejez debe cambiarse. De hecho, se hacen generalizaciones y se crean mitos acerca del envejecimiento. Por su parte, las personas mayores tienden a exagerar los problemas de salud y las dificultades financieras en esta etapa. Por otro lado, la información objetiva acerca del envejecimiento rara vez es discutida en grupos familiares o presentada a la media de la población. Si esto fuera distinto, se ayudaría a desmitificar el envejecimiento y la vejez. Sin dejar de lado la transformación demográfica que se está viviendo y las implicaciones o consecuencias que en todos los ámbitos de la vida individual y social tiene el envejecimiento poblacional, es importante identificar los prejuicios que tienen los adultos jóvenes, en especial los futuros profesionales, quienes deben dar respuesta a la dinámica de la sociedad en todos sus ámbitos. Estereotipos De acuerdo con Barón y Byrne (2005), los estereotipos son creencias referidas a características o rasgos compartidos por miembros de grupos sociales específicos y los rasgos típicos o modales que supuestamente poseen quienes pertenecen a dichos grupos. Los estereotipos son marcos cognoscitivos, con fuerte influencia en el procesamiento de la información relevante. Ahora bien, según Amador, Malagón y Mateo (2001), los estereotipos se transforman en esquemas funcionales que dirigen los actos mucho más que la propia realidad. En el caso de los mayores, estas creencias actúan de manera que comprometen las relaciones de las personas con ellos, ya que se presentan marcadas valoraciones, las cuales suelen ser prejuicios. Dichos prejuicios no sólo se dan al

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comunicarse, sino no que perjudican y obstaculizan las propias vías de la convivencia. Por su parte, Montoro (1998) afirma que los estereotipos son ideas sobre las características personales de la mayoría de un grupo de individuos; estos tienden a ser el resultado de simplificaciones, por lo cual son opiniones sesgadas. El problema de los estereotipos; en general, es que no se conoce su grado de adecuación a la realidad. Es decir, en qué medida son representaciones verdaderas o falsas. Las ideas o creencias de los mayores y el proceso de envejecimiento, cuando conllevan connotaciones de valoración positiva o negativa, se convierten en actitudes o prejuicios que, en última instancia, pueden favorecer la aparición de conductas discriminatorias hacia los miembros de un determinado grupo. Los estereotipos son categorías compartidas en la cultura del grupo, y a pesar de que pueden ser modificados con la experiencia individual, son aprendidos como parte del proceso de socialización y aprendizaje. Una de las particularidades de los estereotipos es que suponen un proceso de simplificación de la realidad e ignoran características que son típicas del grupo, por lo que no reconocen la diversidad de los miembros del mismo. Dicha diversidad es; sin embargo, el hecho más valorado y reconocido por todos los investigadores de la vejez. Por otro lado, la discriminación basada en la edad se refiere a conductas y situaciones en las que las personas son excluidas de las actividades normales de la vida o tratadas de diferente modo debido a la edad. La existencia de discriminación basada en la edad es una idea muy extendida en la sociedad, a pesar de que la mayoría de las personas de edad avanzada continúan con un nivel funcional físico y psicológico aceptable. Así mismo, el aspecto más importante de los estigmas y estereotipos de la vejez es su carácter negativo e incapacitante. Debido a la edad, las personas mayores son injustamente relegadas y consideradas poco importantes para la sociedad; ser

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viejo equivale a estar físicamente incapacitado, a sufrir pérdidas mentales, ser económicamente dependientes, experimentar aislamiento y perder estatus social. A menos que el adulto mayor posea ciertos talentos, destrezas importantes o pueda mantener una vida independiente en sus últimos años de vida, las personas de edad avanzada encuentran que el estigma de la vejez limita sus oportunidades. Por consiguiente, como muchos elementos sociales en desventaja, la población de edad avanzada suele estar sujeta a la pobreza y al aislamiento social (Gaceta, 2002, citado por Aristizabal-Vallejo, 2004). Ahora bien, de acuerdo con Blanca, Sánchez y Trianés (2005), la influencia que tienen los estereotipos negativos en la forma en la que los individuos son percibidos y evaluados ha sido comprobada, así como su impacto en las autopercepciones. Aunque no hay muchos trabajos sobre los estereotipos sociales hacia la vejez, en la última década se han multiplicado las publicaciones sobre este tema. A través de estos estudios se ha podido comprobar que las creencias más comunes hacia esta etapa son las que la asocian con enfermedad, con deterioro de las habilidades físicas, cognoscitivas y con falta de intereses vitales. Por lo tanto, la vejez y el envejecimiento son temas relevantes para la investigación psicológica, ya que resulta importante estudiar y evaluar los estereotipos negativos de la vejez; como se ha mencionado, muchas creencias con respecto a esta etapa se relacionan con hábitos de vida poco saludables y con autopercepciones negativas. Por otra parte, Losada-Baltar (2004), dentro del concepto general de los estereotipos que se refirieren a la vejez, destaca el término edadismo, el cual hace referencia al mantenimiento de estereotipos o prejuicios negativos hacia las personas sólo por el hecho de ser mayores. La discriminación hacia las personas mayores tiene tres componentes: cognoscitivo, conductual y emocional. Este tipo de sesgo favorece una descripción negativa de esta población y; en consecuencia, la realización de prácticas profesionales discriminatorias.

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De acuerdo con Horton, Baker y Deakin (2007), los adultos mayores están subjetivamente relacionados con los estereotipos negativos, teniendo en cuenta sus habilidades físicas y cognoscitivas. El poder y la prevalencia de los estereotipos culturales relacionados con la edad resultan; en primer lugar, por la forma como son tratados por la sociedad y; en segundo lugar, los estereotipos culturales afectan la forma como los adultos mayores se perciben a sí mismos. Las investigaciones sugieren que los estereotipos influyen en las decisiones para comprometerse en la actividad cognoscitiva y física, así como en la habilidad para recuperarse de la enfermedad y mantener la calidad de vida. Por otra parte, en los años venideros, la demanda de profesionales para trabajar con las poblaciones de adultos mayores aumentará considerablemente. Esto significará una gran responsabilidad para las instituciones educativas y los programas encaminados a preparar profesionales calificados que trabajen en el campo de la gerontología. Dicha responsabilidad es mayor si se tiene en cuenta que, en estudios anteriores, se ha identificado que las experiencias académicas y no académicas influyen en la elección de carreras como la gerontología (Mark, Cohen, Thomas y Barton, 2006). Así mismo, el incremento en la población de adultos mayores requiere no solamente más profesionales que trabajen en campos relacionados, sino también la creación de nuevos servicios. Sin embargo, estudiantes de carreras tales como medicina, enfermería, psicología y trabajo social, a menudo tienen poco interés por el trabajo con este tipo de población. Lo anterior puede deberse a la falta de retos que representa esta tarea, a la ausencia de estatus social si se desempeña y a los bajos ingresos que representa. En este orden de ideas, diferentes variables explican las actitudes negativas generalizadas y la falta de interés para trabajar con cohortes de adultos mayores. Realizar un cambio en la dirección de esta tendencia implica la inclusión de temas relacionados con la edad en los programas académicos de las

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diferentes universidades, así como la promoción directa del contacto con los ancianos (Concalves, 2009). La revisión conceptual y la evidencia empírica presentada destacan la presencia de estereotipos negativos hacia las personas mayores y cómo dichos estereotipos guían el comportamiento hacia ese grupo poblacional. Objetivos Objetivo General Identificar los estereotipos negativos que tienen los estudiantes de todas facultades de la Universidad El Bosque, de V semestre, hacia los adultos mayores de 60 y más años. Objetivos Específicos. Comparar los estereotipos presentes entre facultades de salud (enfermería, medicina, odontología y psicología) y las otras disciplinas (administración de empresas, artes, biología, educación bilingüe, educación preescolar, diseño industrial, ingeniería ambiental, ingeniería electrónica, ingeniería industrial e ingeniería de sistemas). Determinar y comparar estadísticamente el aporte de los factores salud, motivación y personalidad del cuestionario de estereotipos negativos (CENVE) y establecer la significancia estadística. Hipótesis descriptivas. Las hipótesis descriptivas del estudio son las siguientes: 1. Los estudiantes de V semestre de la Universidad El Bosque tendrán puntuaciones altas en cuanto al nivel de estereotipo negativo. 2. Los estudiantes del campo de la salud (enfermería, odontología, medicina y psicología) tendrán una puntuación menor de estereotipos negativos hacia la vejez, en comparación con los estudiantes de los demás campos científicos.

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3. El factor salud tendrá mayor peso en el cuestionario de estereotipos negativos, con relación a los factores motivacional-social y carácter-personalidad, en todos los estudiantes. Método Tipo de investigación Este estudio fue de tipo descriptivo – comparativo. Participantes Se seleccionaron los participantes mediante un muestreo estratificado por afijación proporcional, con un nivel de confianza del 95% y un error máximo admisible 0,35%. La muestra estuvo compuesta por un total de 61 estudiantes de ambos sexos, 35 mujeres y 26 hombres con edades que oscilan entre los 18 y 29 años de edad; todos fueron estudiantes de V semestre de varias facultades de la Universidad El Bosque. El único criterio de inclusión que se tuvo en cuenta fue que los participantes fueran estudiantes de V semestre de la Universidad El Bosque. De la muestra se excluyeron los estudiantes de Optometría e Instrumentación Quirúrgica ya que no tenían estudiantes en dicho semestre. Instrumento Para la recolección de datos se empleó el Cuestionario de Estereotipos Negativos hacia la Vejez (CENVE, de Blanca et al., 2005). El CENVE está compuesto por 15 ítems y tres factores referidos a las siguientes dimensiones: 1. Salud: afirmaciones acerca del deterioro general de ésta y de las discapacidades. 2. Motivación – social: creencias en las carencias afectivas. 3. Carácter - personalidad: rigidez mental y problemas de labilidad emocional. El instrumento cuenta con cuatro opciones de respuesta en escala Likert: a) muy en desacuerdo, b)

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en desacuerdo, c) de acuerdo, y d) muy de acuerdo. La puntuación del instrumento oscila entre 5 y 20 puntos para cada uno de los tres factores. La máxima puntuación del cuestionario es de 60 puntos; y la puntuación para cada dimensión está entre 5 y 20 puntos. La interpretación de los resultados del total del cuestionario será de: a) de 15 a 28 corresponde a muy bajo, b) de 29-39 equivale a bajo, c) de 40-50 corresponde a alto y d) de 51-60 equivale a muy alto nivel de estereotipo negativo hacia las personas mayores. Procedimiento Para la realización de la presente investigación se llevaron a cabo los siguientes pasos: 1. Adaptación por jueces expertos del cuestionario de Estereotipos Negativos hacia la Vejez (CENVE), para su ajuste al idioma español; 2. prueba funcional del instrumento de estereotipos. Ésta fue aplicada a 25 estudiantes de I semestre de la Facultad de Psicología; se obtuvieron resultados similares a los descritos por las autoras del instrumento. Para el análisis de los ítems se realizó un análisis factorial, el cual presenta una saturación similar al instrumento original; 3. identificación de las facultades que tienen V semestre vigente y solicitud del consentimiento informado a las mismas; 4. aplicación del CENVE a los estudiantes de V semestre en las Facultades de Medicina, Administración de Empresas, Enfermería, Odontología, Licenciatura en Pedagogía Infantil y en Educación Bilingüe, Ingeniería Ambiental, Industrial, Electrónica y de Sistemas, Diseño Industrial, Formación Musical, Biología y Psicología (diurno – nocturno); 5. recolección de la puntuación del instrumento de estereotipo; 6. elaboración de la base de datos; y 7. análisis de resultados, cuyo análisis se realizó mediante el programa SPSS (versión 15.0). Este análisis arrojó posiciones intermedias en cuanto al nivel de estereotipos negativos de la vejez.

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Resultados A continuación, se presentan los resultados de la investigación. En primer lugar, los obtenidos de las 14 facultades que participaron en la investigación. Posteriormente, los concernientes a la comparación en cuanto al nivel de estereotipo negativo presentado en las facultades de salud y las otras facultades. Por último, los resultados, con respecto a los factores del cuestionario CENVE, que tuvieron más peso en las respuestas de la muestra. En la figura 1 se observará la distribución de las respuestas en cuanto a la interpretación del total de la prueba. Allí se evidencia que un alto porcentaje de las respuestas se ubicó en las opciones bajo y alto.

Figura 1. Estereotipos negativos hacia las personas mayores en el total de la muestra de estudiantes de quinto semestre de la Universidad El Bosque.

Ahora bien, como se mencionó anteriormente, la muestra se dividió en dos grupos, las facultades de salud y otras facultades. Al hacer una comparación del nivel de estereotipos negativos, las facultades de salud presentan una media menor (35.2), mientras que la presentada por las otras facultades fue de (37.5). Para determinar si las diferencias encontradas fueron significativas se aplicó el estadístico T Student; y se evidenció que no hay diferencias (ver figura 2).

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Figura 2. Comparación del nivel de estereotipo negativo entre facultades de salud y otras facultades.

Por otra parte, en la figura 3 se observa la puntuación por dimensiones del cuestionario CENVE (salud, motivación y personalidad) entre hombres y mujeres. Se evidencia que ambos sexos se encuentran en un nivel intermedio de estereotipo negativo.

Figura 3. Resultados por dimensiones y sexos.

En la tabla 1 se observan los resultados del análisis de varianza, donde el componente salud tiene un valor de 26,06. Esto explica la mayor varianza hallada con relación a los otros dos componentes, motivacional-social y carácter-personalidad. Dados los resultados anteriores se concluye que el total de la muestra presentó un nivel de estereotipo negativo hacia los ítems que conforman el factor salud (deterioro de memoria y en las capacidades normales, dependencia de otros y el deterioro cognoscitivo). Los resultados presentados evidencian la existencia de un nivel intermedio de estereotipos negativos hacia las personas mayores en los estudiantes de V semestre de las distintas facultades de la Universidad

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El Bosque. Se encontraron diferencias mínimas entre los estudiantes de salud (Enfermería, Medicina, Odontología y Psicología), con relación a los de otras facultades. Por otra parte, se halló que el componente de salud es el que explica la varianza presentada en los tres factores que mide el CENVE. Tabla 1 Análisis de factores salud, motivación y personalidad Varianza total explicada Componente

Total

% de la varianza

% acumulado

Salud

3,91

26,06

26,06

Motivacional-social

1,8

11,97

38,03

Carácter-personalidad

1,58

10,52

48,54

Discusión Con este estudio se ha alcanzado el objetivo que se pretendía, el cual consistió en identificar los estereotipos negativos de los estudiantes de V semestre de la Universidad El Bosque. En primer lugar, se analizó el nivel de estereotipo de la muestra seleccionada. En segunda instancia, se realizó la comparación de las medias de los puntajes obtenidos por los estudiantes de las facultades de las ciencias de la salud con respecto a las otras disciplinas. Así mismo, se llevó a cabo la comparación entre sexos y se analizaron los puntajes obtenidos por los estudiantes de las facultades de salud; por último, se determinó el factor que tuvo más peso. Los resultados muestran que los participantes se ubican en posiciones intermedias en cuanto al nivel de estereotipos negativos, lo cual indica que no se acepta la hipótesis que planteaba que los estudiantes de V semestre de la Universidad El Bosque tendrían puntuaciones altas en cuanto al nivel de estereotipos negativos. Pese a que el nivel es intermedio, no se puede desconocer la presencia de estereotipos negativos frente al envejecimiento por parte de la muestra seleccionada. Además, no puede decirse que existen diferencias significativas entre los diferentes profesionales; por lo tanto, el

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campo de formación disciplinar no afectaría en la formación de estereotipos. En cuanto a la segunda hipótesis descriptiva, donde se afirma que los estudiantes del campo de la salud (Enfermería, Odontología, Medicina y Psicología) tendrían una puntuación menor de estereotipos negativos hacia la vejez, en comparación con los estudiantes de los demás campos científicos, se halló que los resultados de las medias fueron de 35.7 en los estudiantes de las facultades de salud y de 35.7 en los de las demás facultades. Con la aplicación de la T de Student, con un nivel se significación de -1.054, se evidenció que no existen diferencias estadísticamente significativas, por lo que la hipótesis planteada se excluye. En cuanto a los resultados obtenidos en la comparación de las facultades de las áreas de la salud, se encontró que los estudiantes de medicina presentan la puntuación más alta dentro de cuatro facultades comparadas, precedida por Enfermería. Estos hallazgos son importantes puesto que los campos anteriormente mencionados son altamente susceptibles al contacto con adultos mayores, y el desempeño profesional se puede ver sesgado significativamente, sin omitir que puede existir un riesgo para el paciente mayor que busca una atención de calidad para suplir sus necesidades. Por otra parte, en cuanto a las Facultades de Psicología y Odontología no se observa una gran diferencia entre sus puntuaciones. Sin embargo, no se desconoce la presencia de estereotipos, para lo cual el psicólogo puede diseñar estrategias que contrarresten los efectos que puede tener este fenómeno en el futuro desempeño profesional de estos estudiantes. Dados estos resultados, es pertinente resaltar lo mencionado por Mehrotra, Townsend y Berkman (2009), quienes afirman que el incremento de la población de adultos representa un desafío para las instituciones de educación superior, especialmente las que ofrecen programas en el área de las ciencias de la salud. Es claro que éstas deben brindar pautas que permitan mejorar la calidad de vida de los adultos mayores.

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Otro aspecto a tener en cuenta para este estudio fue la diferenciación de resultados entre hombres y mujeres. Se evidencia un mayor nivel de estereotipo negativo hacia la vejez en lo referente a las áreas de salud y personalidad del cuestionario CENVE, por parte del sexo masculino. Esto se relaciona con el estudio hecho por Gellis, Sherman y Lawrence (2008, citado por Aristizabal-Vallejo, 2004), quienes concluyeron que los varones tienen actitudes más negativas que las mujeres. Más específicamente, a pesar de que no hay diferencias significativas en las puntuaciones, se denota que los hombres tienen una puntuación más alta que las mujeres. Por otra parte, en lo que respecta al análisis de los factores, en la tercera hipótesis se esperaba que el factor salud tuviera mayor peso en cuanto a los estereotipos negativos, puesto que generalmente esta etapa del ciclo de vida según Gaceta 49 (2002, citado por Aristizabal-Vallejo 2004) se asocia a estar físicamente incapacitado a sufrir pérdidas mentales, ser económicamente dependientes, experimentar aislamiento y perder estatus social. Posterior al análisis, se confirman las conclusiones expuestas por estos autores, puesto que los resultados demostraron la presencia de un estereotipo negativo marcado en este factor. Los hallazgos anteriores también se apoyan en la investigación realizada por Blanca et al. (2005), cuyos resultados han comprobado recurrentemente que las creencias más comunes hacia esta etapa son las asociadas con enfermedad, deterioro de habilidades físicas y cognoscitivas, así como con la falta de intereses vitales. Se demuestra que tales creencias se relacionan, en esta etapa, con hábitos de vida poco saludables y autopercepciones negativas. De igual forma, se sugiere tener en cuenta más variables, como rangos de edades, esquemas culturales, creencias religiosas y tipo de experiencias previas que el participante haya tenido con los adultos mayores. Además, se propone, para futuras investigaciones, replicar el estudio en otro tipo de

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población, como es el caso de docentes y otros profesionales. En síntesis, la presente investigación contribuyó al fortalecimiento de la línea de gerontología, ya que hizo posible la identificación de los niveles de los estereotipos negativos de los estudiantes de V semestre de toda la Universidad El Bosque. En Colombia, la gerontología es un tema que no despierta gran interés, muy probablemente por el desconocimiento y debido a los estereotipos propiamente dichos. En una sociedad consumista y competitiva como la actual, el trabajo con ancianos no representa una fuente de ingresos tan lucrativa como en otros campos, pese a que el envejecimiento es un fenómeno que está en aumento y; por ende, tendrá un impacto en la vida de los futuros profesionales. Es claro que la vejez y el envejecimiento no sólo se relacionan con el área de la salud, sino con todos los campos de la vida humana. Por tal motivo, se espera contar con recursos humanos cualificados que puedan anticipar los posibles efectos negativos del envejecimiento demográfico, optimicen los recursos y respondan de manera oportuna y eficaz a las necesidades que implica esta etapa de la vida. Referencias Amador, L., Malangón, J., y Mateo, F. (2001). Los estereotipos de vejez. Palma: Universitat de les Illes Balears. Aristizábal-Vallejo, N. (2004). Imagen social de los mayores en estudiantes jóvenes. [Tesis de grado]. Salamanca: Universidad de Salamanca. Baltes, P. y Mayer, K. (1999). The Behavior Aging Study: aging from 70 top 100. New York: Cambridge University Press. Blanca, M. Sánchez, C y Tríanes, M. (2005). Cuestionario de evaluación de estereotipos negativos hacia la vejez. Revista Multidisciplinar de gerontología, 15 (4), 212-220. Barón, R. y Byrne, D. (2005). Psicología Social. España: Prentice Hall.

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