Creciendo en familia

Año 1 / Número 2 / Buenos Aires / Octubre de 2004

La relación de la escuela con los padres sufre un deterioro significativo desde los últimos años. ¿Cuáles son las causas y consecuencias de estos cortocircuitos?

Escuela vs. Padres ADEMÁS: LOS LÍMITES: ¿PERJUDICAN O AYUDAN EN LA EDUCACIÓN DE LAS PERSONAS?

Abuelos en el hogar:

La patria: ¿ausente

ADD: ¡Cuesta tanto que

la edad de dar | Pág 30

en la familia? | Pág 24

mi hijo atienda! | Pág 34

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Creciendo en familia

COMITÉ EDITORIAL: Conformado por Dr. Pedro Luis Barcia, Presidente de la Academia Argentina de Letras, Miembro de Número de la Academia Nacional de Educación Dr. Ludovico Videla, Decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA, especialista en temas de Economía y Familia Prof. Alfredo Van Gelderen, Académico Secretario de la Academia Nacional de Educación Lic. Alicia Zanotti de Savanti,Titular de Psicología Social en la Facultad de Filosofía y Letras, especialista en Psicología de Familia. Dra. Paola Scarinci de Delbosco, Adjunto Ordinario en “Historia de la Filosofía Contemporánea” de la Facultad de Filosofía y Letras DIRECTOR: Lic. Santiago Bellomo CONSEJO DE REDACCIÓN Lic. Alicia Zanotti de Savanti Lic. Analía Velez de Villa Dr. Alejandro Molina Lic. Juan Pablo Roldán Lic. Ricardo Moscato Lic. María Cristina Arias de Boronat Dr. Carlos Cambiano EDITOR: Tristán Rodríguez Loredo REDACCIÓN: Inés Casares, Verónica Cevasco, Rosa Londra, Ana Roberts y Analía Vélez de Villa. DISEÑO: Juan Melano FOTOGRAFÍA: Geraldine Bardin Revista editada por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Católica Argentina en el marco de su Programa de Servicios Educativos (PROSED). Registro de propiedad en trámite.

La autoridad en crisis Por Santiago Bellomo Director de Creciendo en Familia

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ifícilmente alguien niegue la importancia y necesidad de los límites en la educación de los hijos. Suele haber un marcado consenso al respecto. El escenario cambia cuando discutimos los modos en que estos límites deben aplicarse. No todos los padres están de acuerdo a la hora de definir la forma en que debe ejercerse la puesta de límites o la intensidad que estos deben tener. Además, incluso en el caso de que estuviéramos todos de acuerdo en este último punto, ello no garantizaría la adecuada puesta en práctica del ejercicio de la autoridad. Es evidente que la sola claridad intelectual no asegura la vivencia de una paternidad saludable. Se requiere, además de esta claridad (en rigor, deberíamos hablar de “prudencia”), de una serie de aptitudes afectivas que garanticen que entre la intención y la ejecución no se producirán “distorsiones”. Las carencias afectivas de los padres y educadores suelen, muchas veces, malograr las mejores y más claras intenciones educativas. Estas dos condiciones inherentes al sano ejercicio de la paternidad, prudencia y equilibrio emocional, están poco extendidas entre los padres del siglo XXI. Esto da lugar a una doble crisis de autoridad: la “crisis de sentido” y la “crisis del ejercicio”. La primera de ellas está íntimamente asociada con la marcada confusión que existe hoy en la Argentina con referencia a la naturaleza y el fin de una legítima autoridad, cualquiera sea ella su modalidad. Los adultos no parecemos haber encontrado el rumbo. Autoridadrepresión, libertad-tolerancia. He aquí premisas que no terminan de conciliarse, tanto en la vida civil como en la vida familiar. Los argentinos estamos padeciendo una tremenda confusión respecto de lo que es y debe ser la autoridad. Así, lo que primeramente debiera entenderse como un servicio destinado a hacer crecer integralmente a la persona, suele confundirse con “poder” o “dominación”,

con “acompañamiento incondicional”, con “amistad”, con “sostén físico”, etc. Digámoslo sin miramientos: O la autoridad hace crecer (en lo biológico, psicológico, social, espiritual, etc) o pierde su legitimidad, quedando, por así decirlo, sin carácter y fuerza propia. La “autoridad deslegitimada” es por desgracia un fenómeno demasiado extendido en nuestro país: raras veces las autoridades civiles suelen cumplir el cometido que les corresponde. Por desgracia también esta pérdida de legitimidad se ha extendido más allá del ámbito político, afectando a muchos padres y educadores, que no terminan de entender cuál es la naturaleza y sentido de la verdadera autoridad. La “crisis del ejercicio” de la autoridad está muy ligada a la dificultad del adulto de asumir el “costo afectivo” de ser quien debe hacer crecer. Ser autoridad es en ocasiones difícil: implica convivir con el miedo, la frustración, el cansancio, la humillación, el rechazo afectivo (aunque, por supuesto, tiene su costado gratificante). Los padres solemos tener carencias afectivas que ponen en riesgo el correcto ejercicio de la paternidad. Esto explica muchos desajustes actuales: la tendencia a “delegar” lo más posible este costo afectivo en otros, a pretender llevar una relación de “pares”, a evitar ser visto como “ogro”, o “retrógrado”, a ser incapaz de tolerar la sana independencia de criterio... Es natural que esta doble crisis de autoridad tenga impacto directo en la escuela y en la familia, generando conflicto y confusión no sólo en cada parte aisladamente, sino también en la relación misma. La familia y la escuela han entrado en “cortocircuito”. Es imperioso que todos los actores involucrados nos cuestionemos fuertemente acerca de las causas y posibles soluciones a este conflicto. En el presente número deseamos hacer nuestro aporte para colaborar en esta tarea de reflexión.

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EDITORIAL

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SUMARIO

Cortocircuito: ¿Escuela vs. Padres?

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La relación de la escuela con los padres sufre un deterioro significativo desde los últimos años. ¿Cuáles son las causas y consecuencias de estos cortocircuitos?

Abuelos en el hogar: la edad de dar

El miedo a las convulsiones

Los mayores en la familia representan un principio de coherencia familiar: testimonian “de dónde venimos” y “hacia dónde vamos”.

Ante un cuadro febril agudo, se desencadenan los miedos: la temida convulsión. Qué se puede hacer ante una de ellas. Posibles consecuencias.

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El valor del dinero

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El dilema de cómo enseñarles a los chicos el verdadero valor del dinero en un entorno general consumista.

La patria: ¿ausente en la familia?

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“Mamá, ¿qué es la patria?” ... “Donde nacemos y crecemos”, “la Argentina, nuestro país”,“las costumbres y tradiciones: lo que nos hace ser argentinos...” son demasiadas palabras...

Austeridad, ¿una virtud olvidada? Columna, por Juan Pablo Roldán

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5 ETAPAS DEL DESARROLLO

PRIMERA INFANCIA

Estimular el aprendizaje: Más allá de los objetos que colaboran con el desarrollo del bebé, promover su capacidad de juego es tarea de los padres. Consejos para la hora de jugar. 22

NIÑOS

¡Cuesta tanto que mi hijo atienda! Saber hablar y saber escuchar son dos claves para lograr una buena comunicación dentro del matrimonio y entre los hijos porque así aprende a dialogar toda la familia. 36

NOTA DE FONDO

Los límites, ¿limitan?

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La concepción arraigada en la sociedad destaca el aspecto negativo y coercitivo de los límites y no rescata lo que tienen de positivo: permiten a las personas desarrollar en plenitud todo su ser. El límite como un auténtico servicio a la vida.

ADOLESCENCIA

Y la vocación: ¿Dónde está? El dilema existencial de los jóvenes cuando se asoman al inicio de su vida adulta: ¿racionalidad vs. gustos? ¿Influencia paterna vs. autonomía? 24

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SUMARIO

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EXLCUSIVO PARA PADRES

La presencia del padre en la formación de los hijos En la formación de los hijos, el padre tiene un papel específico e irremplazable: ser una fuente de seguridad y afecto para ayudarlos a salir al mundo.

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omo los rieles sobres los cuales avanza el tren. Así deben ser la madre y el padre en la formación de sus hijos: distintos e independientes, pero paralelos y de igual importancia. ¿Existe una especificidad del papel paterno en la formación de los hijos? Roberto Chouhy -doctor en Psicología Clínica y especialista en terapia familiar- explica la postura del psicoanálisis: “El niño nace y permanece por un tiempo muy importante fusionado a la madre, en una total simbiosis. Pero para que crezca, se estructure y se inserte en sociedad, debe atravesar un proceso que tiene que ver con el desprendimiento de la madre. El padre tiene un rol muy importante en facilitar este tránsito: es un tercero con el cual el chico establece un vínculo afectivo que le da la seguridad para hacerlo. Podríamos decir que es ‘ir al padre para ir al mundo’”. Y siguiendo con las imágenes viales, ilustra: “Es más fácil cruzar un puente si hay alguien esperándote del otro lado”. Un aporte irremplazable “Mamá nos cuida y papá nos reta”, escribió Josefina en su cuaderno, como parte de un ejercicio sobre la familia. Con la drasticidad de sus nueve años, ella expresó una realidad que percibía en su casa: los límites son tarea del papá. Sin despreciar la función normativa del rol paterno, el doctor Chouhy prioriza el componente afectivo.“«Paternar» es un acto de amor y de responsabilidad –define–. Es en el contexto de un vínculo afectivo con el hijo en donde aparecen, en segunda

A medida que los hijos crecen, el padre debe encontrar la manera de vincularse con cada uno de ellos.

instancia, las nociones de lo normativo, la ley y el límite.” Ni mater familia, ni madre-padre, ni supermamá. No hay caso: ni la mejor madre del mundo puede hacer de papá. El papel del hombre es irremplazable en este proceso por el cual el niño se constituye como sujeto autónomo y adquiere la capacidad de empatía y de autorregulación emocional y de impulsos. “En particular sabemos que la forma en que el varón juega con su padre es esencial para la adquisición de la capacidad de regular el impulso agresivo”, explica el es-

pecialista. A medida que los hijos crecen, el padre debe encontrar la manera de vincularse con cada uno de ellos. La psicóloga social Adriana Ceballos -orientadora familiar y coordinadora general de Padres en Red– considera: “La función paterna es importante en cada etapa del crecimiento. Pero hay un momento en el que su accionar se hace más preponderante y es entrando en la preadolescencia. La madre da al hijo el ser y el padre el tener; es decir, el afuera. Lo invita a ser ciudadano. Será de gran ayuda que sea él

7 quien, en sintonía con la madre, tro o un sacerdote, que establece proponga de forma contundente con el niño una relación afectiva. ciertas pautas y luego ambos las hagan cumplir”. Hay que estar En cualquier edad, es importante La familia de comienzos del siglo que la relación sea personal y priva- XXI no es la misma que la de los alda con cada uno de los hijos.“No es bores del siglo XX. En plena época algo que pueda darse de manera victoriana, el papel del hombre se grupal. Debe haber reagotaba casi exclusivagularmente tiempos a mente en ser proveedor Hoy los homsolas en los que padre de la familia, mientras que bres se dedidialogue, comparta y la mujer se encargaba de can entre un se dé a conocer a cada la casa y de los hijos. Pero 20 y un 30 por uno de sus hijos. La mano es necesario mirar tan ciento más a la dre debe saber que estos atrás para notar cambios crianza de los momentos son necesaen este sentido: hoy los hijos que sus rios, permitirlos y prohombres se dedican entre pares de sólo moverlos”, agrega el docun 20 y un 30 por ciento dos décadas tor Chouhy. En el caso más a la crianza de los hiatrás. del hijo varón, en estos jos que sus pares de sólo espacios de encuentro se dos décadas atrás. produce la transmisión de valores “Hoy se reclama a los padres respecto de lo que significa ser un que proporcionen otro nivel de hombre. protección, uno que pueda alejar ¿Y cuando el padre no está? En a los hijos de fuerzas destructivas esas ocasiones, es importante que la de algunos grupos, el abuso de las madre sepa que su hijo, tanto si es drogas y la promiscuidad sexual. varón como si es mujer, va a tener la La resolución de este conflicto no necesidad emocional y espiritual de es algo fácil para un hombre cuya desarrollar una conexión afectiva identidad primaria es la del sostén con una figura masculina. Ese “otro de la familia”, explica Ceballos. papá” muchas veces es un abuelo, Y ser sostén de la familia es de un tío, un hermano mayor, un maes- por sí una tarea complicada en un

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EXCLUSIVO PARA PADRES

TESTIMONIO

Recuerdos de la infancia



Me es casi imposible expresar lo que él fue para mí, pero quizás estos recuerdos pinten cuán maravilloso es haberlo tenido como padre... Sobre todo evoco su alegría. Cuando volvía de su trabajo reconocíamos su llegada por su silbido, y era toda una fiesta ir a recibirlo. Alzaba a los chicos y los tiraba por el aire, y nos llenaba a todos de besos, preguntándonos cómo nos había ido y cómo nos habíamos portado.”* Así recuerda Sara María Shaw de Critto a su padre.También se acuerda de los paseos por el puerto de Buenos Aires, de las lecciones para aprender a nadar y de las batallas de almohadonazos, entre tantos otros momentos compartidos. Enrique Shaw nació en París en 1921 y dos años más tarde regresó con su familia a la Argentina, tierra de sus padres. Aquí vivió hasta su muerte, en 1962. Fue mucho lo que sembró en apenas 41 años: virtuoso padre de nueve hijos, se destacó también como empresario. En 1952 fundó la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), que desde entonces despliega una intensa acción evangelizadora dirigida a la clase empresaria.Tal es su fama de santidad, que se ha abierto la causa para su canonización. Para más información acerca de ACDE, visite www.acde.org.ar o escriba a [email protected] *Extraído de Romero Carranza, A., Enrique Shaw y sus circunstancias, Buenos Aires, Fundación A. Shaw, 1984, págs. 170 a 173.

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EXCLUSIVO PARA PADRES

TESTIMONIO

Padre o no padre: no da lo mismo

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icardo Chouhy “Es muy peligroes profesor en so el discurso universidades social que está de Argentina, Uruentrando en guay y México. Reanuestra cultura lizó su formación en acerca de que es los Estados Unidos, lo mismo si hay país en el cual entre padre o no.” el 40 y el 50 por ciento de los menores de 18 años no vive con su padre biológico. Su visión respecto del tema de la ausencia del padre es radical: “En este momento, la ausencia del padre es el tema clave de las expresiones más serias de psicopatología infanto-juvenil. Hoy tenemos muchísimos estudios hechos en Estados Unidos de seguimiento de un gran número de chicos a lo largo de muchos años. ¿Qué es lo que se observa? Que el niño que crece sin padre presenta un aumento muy significativo de riesgo de enfermedad mental, de problemas en la escuela, de vulnerabilidad a las adicciones, de actividad criminal en la adolescencia y de embarazo adolescente.” “Es muy peligroso el discurso social que está entrando en nuestra cultura acerca de que es lo mismo si hay padre o no. Si importamos este discurso, vamos a traer esas pestes. Y es un gravísimo error pensar que tienen que ver con la pobreza: la variable crucial es la adhesión familiar. Evidentemente, cuando algo se quiebra entre el padre y el hijo, aparecen consecuencias muy serias no sólo para ese chico sino para toda la sociedad.”

país en el cual las alarmantes cifras de desempleo conviven con uno de los índices de sobreocupación más elevados del mundo –el 50 por ciento de los hombres argentinos con empleo trabajan más de 45 horas semanales–. El punto crucial es, entonces, decidir cómo utilizar el escaso tiempo libre. La especialista considera:“Es importante compartir tiempo con los hijos.Y no adhiero a la calidad solamente: también es importante la cantidad. Hoy en día, estar con el hijo todo lo necesario se puede complicar por exigencias laborales, pero hay que proponerse lograr un equilibrio razonable entre trabajo y familia”. Para ello, propone una idea sencilla: “Incluir en la agenda las ocasiones importantes y algunos otros momentos especiales para compartir con los hijos. Así, a la hora de asumir un compromiso, aparecerá el recordatorio de ‘volver a casa temprano’. Si a esto le sumamos la disponibi-

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lidad de atender al hijo por teléfono cuando necesite comunicarse, el padre se asegura una presencia estable”. Cada uno a lo suyo La presencia física del padre en el hogar es condición necesaria pero no suficiente; se necesita también una disponibilidad emocional. “Un padre presente en el más pleno sentido de la palabra fortalece y prepara a ese niño para salir al mundo e insertarse en sociedad. Si ese hijo tiene una madre y un padre que lo ayudaron a crecer y a formar una nueva familia, las probabilidades de éxito son altísimas”, concluye el doctor Chouhy. Una madre y un padre que fueron para él como los rieles que forman las vías del tren: en absoluta coordinación, cada uno hizo lo suyo para enseñarle a recorrer su propio camino.

Inés Casares

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Los límites, ¿limitan? La concepción arraigada en la sociedad destaca el aspecto negativo y coercitivo de los límites y no rescata lo que tienen de positivo: permiten a las personas desarrollar en plenitud todo su ser.

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s de noche. El auto avanza rápidamente por la ruta. Las líneas blancas brillan a los costados del camino, delineándolo. El conductor no se aparta de ellas a pesar de que debe llegar rápido a destino. No necesita pensar cuál es el camino correcto, ni tomar atajos no señalizados, ni desvíos que lo distraigan de su objetivo. Decidió, antes de emprender su viaje por cuál ruta viajaría. Una vez en ella, no cuestiona las líneas blancas, las acepta. De ellas depende para llegar seguro, a su destino. Es que las líneas blancas, curiosamente, no son sólo una coerción para su andar: también son una liberación del peligro que entrañaría conducir fuera de su cauce. Los límites, como las líneas blancas que demarcan la ruta, defienden un valor: una ruta segura, un camino rápido, un destino deseable. Por eso son necesarios y positivos, a la vez que restrictivos. Sin embargo, muchas veces, se perciben sólo en su aspecto negativo: se hace hincapié en lo que deniegan o prohíben y se pierde de vista su faceta propositiva: una vasta realidad que ellos hacen posible, sólo por estar allí, firmes y constantes. La existencia de los límites se constata en los hechos de la realidad: las cosas son porque tienen características propias y determi-

nadas y porque no tienen otras. Y aunque esto se compruebe a diario, muchas veces la falta de límites en la educación es la causa de un sinnúmero de problemas actuales. La necesidad de educar Desde el punto de vista de la persona, los límites “son las señales, los mojones que muestran, “desde dónde” alguien puede desarrollarse y plenificarse. Por lo tanto, marcan -experiencia mediante- lo que no nos pertenece pero también lo que es propio”, dice el psicólogo Carlos Boronat. Según él, “descubrir los límites que le pertenecen a alguien es alcanzar el secreto de cómo educarlo. Cuando los padres preguntan ‘¿a qué hora le permito regresar a mi hijo?’, ‘¿está bien que vaya a bailar a esta edad?’, ‘¿qué hago si lo encuentro tomando alcohol?’, es como si estuvieran preguntando: ‘¿Cuáles son los límites que le corresponden a mi hijo?’”. Para el psicólogo, cada hijo lleva “escrito” en sí mismo límites distintos, que es necesario conocer en cada caso. Para la filósofa Marisa Mosto, los límites son reorganizadores de las conductas y los deseos de los hijos y están al servicio de la conservación y el desarrollo de la vida en todas sus facetas. Así,

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NOTA DE FONDO

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la legitimidad de su presencia en el discurso depende de su objetividad, de que efectivamente se encuentren al servicio de la vida. “La vida humana tiene un orden propio de crecimiento biológico, psíquico y espiritual. Si ese orden no se respeta, nos enfermamos, nos desarrollamos mal”, dice Mosto. La identidad de los hijos es también un límite para los padres que se encuentran ante el desafío: educarlos, sí; pero antes, conocerlos y amarlos. “Como a nivel metafísico los límites dan una identidad a los seres, conservarlos es respetar las identidades”, dice. “Los padres deben confirmar y desarrollar el modo de ser propio de sus hijos. Estos, a su vez, viven y crecen dentro de un orden determinado que implica el respeto por el propio ser, el de los demás y del mundo circundante. En las distintas etapas de la vida los padres ejercen diferentes grados de protagonismo. En la infancia será mayor por la falta de autoconocimiento y conocimiento de la realidad por parte de los niños”, explica. ¿Cómo comenzar? “Los límites, y más en los primeros años, deben ser suficientemente importantes, pocos, claros y estables”, dice el psicólogo y educador Julio César Labaké en su libro Valores y límites en la educación ¿Por qué? “En medio de una maraña de normas y prohibiciones el chico acaba por sentir muy pesada la realidad, llena de obstáculos, y eso no colabora ni para fomentar en él su “sentimiento de posesión de la vida” (¿cómo lo ha de experimentar si “todo” está demarcado desde fuera de él, si todo es peligroso, si todo queda fuera de su alcance?), ni para que retenga lo fundamental que debe tener en cuenta en sus conductas”. Estas normas básicas servirán para estructurar las tres imágenes básicas de la personalidad: imagen de sí mismo, imagen del mundo o realidad e imagen de la relación posible entre uno mismo y la realidad. “Cuando vivimos dando nor-

La identidad de los hijos es también un límite para los padres que se encuentran ante el desafío: educarlos.

mas en todo y para todo, estamos destruyendo el valor mismo de las normas y, lo que es igual de grave, porque se conjugan ambas dimensiones, destruyendo la sana experiencia de que el mundo es vivible y le pertenece a uno, como a todos”, continúa Labaké. Las normas básicas, a las que luego se integrarán otras con el correr del tiempo, originarán “la experiencia de unos valores que merecen ser respetados”. “Estos hechos de vida vivida son los que constituyen la base de la educación y de la educabilidad que luego se extiende a los ámbitos generales de la existencia”, dice el psicólogo. Temor al límite Los papás muchas veces temen poner límites a sus hijos, aun reconociendo los valores a preservar. En otras ocasiones, los padres

dudan porque perciben que la regla a imponer hará sufrir a sus hijos, aunque reconozcan que el valor a preservar es importante. “Quizás se quiere evitar el sufrimiento inmediato, sin saber que se está sembrando uno mayor a largo plazo. Otras veces los adultos mismos pasan por períodos vitales complicados que les quitan las energías necesarias, para afirmar y mantener los límites. Puede ser también que no tengan certezas firmes acerca de qué sea más conveniente hacer en determinadas circunstancias. O que partiendo de un concepto equivocado, teman perder el amor de sus hijos por el sufrimiento que determinadas prohibiciones les ocasionarían. Lo cual, es sabido, es absolutamente a la inversa”, explica Mosto. Ser demasiado permisivo, o caer en el autoritarismo, son los

11 JULIO CÉSAR LABAKÉ

“El límite es un servicio a la vida”

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dos extremos en los que los papás temen caer. “Son las antinomias entre las cuales se escurre el verdadero secreto de la paternidad: ser fuertes. No se trata de “dar” permisos o de “negarlos” y así convertirse en malos o buenos”, dice Boronat. “Es necesario ser firmes y no duros, es decir seguros en nuestras convicciones y además ser tiernos, pero no “fofos”. El padre no debería tener miedo al ejercicio de su paternidad; cuando sucede, en lugar de acortar distancias con el hijo, se superponen los límites de cada uno, no se sabe quién es quién y a menudo el padre pierde su propio rol por el temor a no ser querido. La consecuencia será un hijo débil por falta de soporte adecuado”. La psicopedagoga María del Carmen Aguilar Rivera hace hincapié en la posibilidad de convivencia que permiten los límites.

“Es respetarse a uno mismo y al otro”, define y agrega: “es uno de los deberes que los padres deben ejercer como autores de la obra que han creado, sus hijos. Renunciar a ellos es decir que sí al abandono y negar la posibilidad de su crecimiento integral como persona, o sea, el desarrollo bio-psicoafectivo-social y espiritual ya que en la medida en que se sabe hasta dónde llegar se puede crecer en todas estas dimensiones”. El afecto fundamental Para Boronat, antes de exigir el respeto a ciertos límites es imprescindible conocer bien a quién se dirigirán, antes que nada porque le pertenecen a esa persona. “Es reconocerlo en lo que realmente es para mostrárselo del modo en que le sea posible entenderlo: conocer a otro es conocer sus límites y para ello hay

Por qué tantos argentinos se destacan

en el mundo, especialmente en los países desarrollados? El psicólogo y educador Julio César Labaké lo sabe: “Somos despiertos e inteligentes, pero aquí no rendimos tan bien como en otros lugares donde las instituciones son disciplinadas”. Agrega: “somos un pueblo burlador de la ley y eso hace que eduquemos mal”. El conflicto que los argentinos tienen con la ley hace que muchas veces los padres teman poner límites a sus hijos. “Ellos tampoco han aceptado sus propios límites”, dice Labaké. El niño es impotente –porque no maneja el poder sobre la vida- e incontinente –porque no puede darle dimensión adecuada a sus deseos-. Necesita, entonces, un mediador hasta que pueda madurar la manifestación de sus impulsos y deseos. La madre, el padre y sus maestros en los primeros años lo ayudan a adecuarse a la realidad y a no seguir viviendo en la fantasía de sus deseos. ¿Cuándo hacen daño los límites? “Cuando no hay un valor que lo justifique y el modo de fijarlo por parte de la autoridad menosprecia a la criatura; cuando lo acompaña la rabia o no es el lugar adecuado”, dice Labaké. Contemplar el temperamento de cada niño también es necesario. “El límite es un servicio a la vida por parte de la autoridad. Algunos chicos necesitan más firmeza, otros más permisividad”, explica Labaké. Demasiadas reglas para un niño excesivamente receptivo harán de él un obsecuente; por el contrario, si a un niño más rebelde no se le ponen límites con más firmeza, el resultado será mucha más rebeldía. “Los límites nos liberan en lugar de reprimirnos: nos libran del egocentrismo, del desorden, de perder el tiempo...”, remarca Labaké. “Decir que no a lo menos valioso es aprender a decir que sí a lo que tiene más valor. Esta es la elección que permite autogobernarse y sólo la autoridad amorosa de un padre es la que ayuda a un chico a descubrirlo”. He ahí el desafío de los padres: ejercer su amorosa –siempre amorosa- autoridad para que sus hijos sean libres.

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que recorrer el mismo camino que conduce al amor. Así, los límites son educativos solamente en la línea del amor”. Para Mosto, la norma debe existir dentro de un contexto general de interés y dedicación por la vida del hijo. “Sin un mensaje afectivo claro, la vivencia del límite, cuando no se lo termina de entender, puede ser muy violenta: ese otro que nos ama y nos cuida tiene autoridad, porque este límite concreto se encuentra dentro de un contexto de respeto y preocupación por la propia vida”, dice. La autoestima es el otro valor que queda resguardado y acrecentado por este cuidado de los padres. “El amor de los padres revela a los hijos su valor como seres humanos. Si un niño se siente amado, se sabe importante y experimenta su vida como algo valioso, como algo que vale la pena cuidar y proteger. Así, será capaz a su vez, de tomar él mismo las riendas sobre su vida cuando

PARA COMPRENDER

En su justa medida

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ara el pensamiento clásico, los límites son constitutivos de las cosas. Con lo cual, respetar la consistencia de las cosas –su medida intrínseca- es aceptar el orden natural. Desde esta perspectiva, desarrollarse es cumplir con lo que se es, mientras que salirse de los límites es exterminarse (ex, “fuera de”; término, “límite”). Entonces, cualquier actitud que no respete esta medida intrínseca de las cosas se considera frustrante, porque se aleja de lo que es justo, de su propia medida. Cualquier exceso es considerado perjudicial, porque lo máximo es lo justo. Así, la moral clásica no es represiva sino que predica el respeto a lo que se es, el conocimiento propio para la consecuente aceptación de lo que es justo para uno. Con el advenimiento de la filosofía iluminista, en el siglo XVIII, se difundió en Europa el deseo de independencia y

autonomía y de no aceptar nada dado. A las personas y a su obrar le queda imponer un orden, ahora artificial. La realidad ya no tiene límites propios sino que éstos son externos, artificiales, decididos por el hombre. Esta medida externa es puramente cuantitativa y no respeta la naturaleza de las cosas, por eso, cualquier menoscabo –límitea esta medida es resignarse a menos de lo que se podría obtener. Mientras esta concepción de límite, limita; la primera, plenifica. Cuando se trata de educar, la tentación es el permisivismo o la liberación “iluminista”. Para la cultura clásica, represión y permisivismo son dos caras de la misma moneda: en ambos casos, no se respeta lo constitutivo de las cosas, su medida intrínseca porque fuera de los propios cauces no hay plenitud sino frustración.

13 llegue el momento”, dice Mosto y propone seguir de cerca a los hijos para saber cuándo poner el límite y cuando no. La autoridad –la palabra proviene del latín augeo que significa “hacer crecer, enriquecer”- que ejercen los padres debe hacer mejores a sus hijos. “El poder de los padres como toda forma legítima de poder es servicio a la vida. Ni el autoritarismo ni el permisivismo están al servicio de la vida, son formas irresponsables de ejercer el poder”, explica Mosto, que no desconoce el peso que el ritmo de vida actual ejerce sobre los padres y su voluntad de ejercer su autoridad. “La educación de los hijos requiere mucha disponibilidad, anímica y de tiempo por parte de los padres, y nuestro sistema de vida consume gran parte de nuestra energía: a veces, se esperan soluciones rápidas y saltear conflictos que demandan una energía que no se tiene”, dice Mosto. “A veces el sistema de vida nos obliga a elegir entre trabajar bien o ser buenos padres. Es una alternativa perversa, porque obviamente lo más urgente es la supervivencia física que el trabajo permite, pero lo que da sentido a la vida son los vínculos. Y los vínculos requieren tiempo y energías”, destaca. La valoración de los límites que tiene la sociedad también es un elemento importante a tener en cuenta a la hora de educar. Boronat opina que para los argentinos el límite es interpretado solamente en su aspecto negativo y se asimila a represión, fascismo, rigidez y ejemplo de decadencia generacional. “El exceso o mal uso de los límites pueden llevar a estas conclusiones”, explica. “Y probablemente haya sido esto lo que nos llevó a querer escapar de los límites, extra-limitarnos en muchas de nuestras conductas desordenadas e improvisadas, como si la espontaneidad estuviera reñida con los límites. En realidad, éstos muestran en dónde y cómo se puede realizar todo lo que es posible, las restricciones, son propias

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de las elecciones que cada uno haga entre estas posibilidades”. “Ni el autoritarismo ni el permisivismo están al servicio de la vida, son formas irresponsables de ejercer el poder”

dades. Pienso que el gran desafío de esta época es el rescate de las identidades personales”. Ser personas Una personalidad armónica “Los límites configuran la es el resultado de la vivencia de identidad de los seres. La salud valores, sustentados por límites. de mi crecimiento depende del Para Boronat, “sólo se llega a respeto de los límites de mi natu- ella si se es ayudado para ello, raleza, de los otros y del mundo. porque requiere de un desplieLos límites no son algo extrínse- gue ordenado. Esta ayuda que co, forman parte de la constitu- proveen los adultos a los menoción misma de los seres, lo que res, es el esfuerzo permanente ocurre es que el ser humano, en de conocerlos y acercarlos cuisu libertad puede desviarse de dadosamente hasta el límite de ellos”, reflexiona Mosto. Por eso, sus propios límites”. para ella, “la cultura actual tiende a la disolución de las identiRosa Londra

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VALORES

Virtudes olvidadas: la austeridad Austeridad, pobreza y penitencia El adjetivo austero es definido por la Real Academia Española como “agrio, astringente y áspero al gusto; mortificado, penitente; severo, rígido”. Tales calificativos parecen congruentes con la interpretación corriente de la austeridad como una virtud propia de una época de escasez, de pobreza, de privaciones, de poco desarrollo técnico y poca posibilidad de confort. Por este motivo, hoy en día no parecería un valor universal sino que sería adecuada únicamente para aquellos que, por imperio de la necesidad, no pudieran satisfacer sus necesidades como querrían. Por ejemplo, en cuanto la austeridad implica una moderación en la adquisición y el uso de los bienes materiales y una conformidad y resignación en el momento de recibir males inevitables, sería una cualidad útil para el argentino medio de hoy, sumergido en una pauperización generalizada. Asimismo, se trataría de una virtud exigible en general a los pobres, a quienes se les reprochan con frecuencia, por este motivo, sus excesos y derroches imprudentes. En cambio, ejercerla en medio del bienestar material supondría una supervivencia indebida de pretéritas costumbres sombrías, impropia en una época de “éticas indoloras” como la actual. Hoy la divisa parecería ser la de “gozar la vida y sus bienes”, sin culpas anticuadas y mientras se tenga la fortuna de poder hacerlo. Austeridad para todo hombre de toda condición Sin embargo, para el pensamiento clásico, la virtud de la austeridad no es sólo un remedio para tiempos de indigencia, sino que interpela a todo hombre “que se decida a vivir como hombre”, en expresión de R. Guardini. La persona aus-

Por Juan Pablo Roldán Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Católica Argentina

Los hombres necesitamos de la austeridad, que nos impide autoengañarnos, nos evita buscar desesperadamente y sin éxito lo infinito en lo finito.

tera limita, modera, sus tendencias a poseer, a disfrutar, a evitar todo displacer, pero lo hace para vivir una vida verdaderamente humana. En efecto, un animal no tiene la posibilidad del desenfreno o de la búsqueda obsesiva de la acumulación de bienes.Toda tendencia a lo infinito es signo de la presencia del espíritu. El animal no la tiene por lo que no corre el riesgo de excederse en sus apetencias, sino que actúa siempre dentro de sus límites naturales. Los hombres, en cambio, necesitamos de la austeridad, que nos impide autoengañarnos, nos evita buscar desesperadamente y sin éxito lo infinito en lo finito. Por ello, no se trata solamente de una resignación conformista y pasiva

frente a la mala fortuna, sino de una actividad positiva, emparentada con la virtud del ascetismo (del verbo griego ασκεω, que significa trabajar, disponer con arte, ejercitar, ejecutar). La riqueza de la austeridad Quien es austero, entonces, puede descubrir, respetar y amar el valor de las cosas y personas que lo rodean. En cambio, quien busca poseer desenfrenadamente, no quiere nada en particular ni goza de nada. Basta pensar en los niños que, influidos por la mentalidad consumista de sus padres o de su entorno, no se asombran de nada y se aburren de todo. La actitud compulsiva y angustiada de

15 los seguidores de la moda llevó al escritor G. K. Chesterton a definirla como “la dictadura de lo efímero sobre los desertores de la eternidad”. Estos desertores de la eternidad que se refugian en lo efímero no descubren la belleza del mundo que los rodea. Véase, por ejemplo, la limitación y el empobrecimiento cultural, la insensibilidad, que se da en aquél que sólo tiene un punto de vista “interesado”, cínico (una conocida definición dice que cínico es “aquél para quien todo tiene precio y nada tiene valor”) obsesionado con la posesión material, con el placer como un fin, o con la imagen propia construida y artificial... Quien está de tal forma volcado hacia fuera, paradójicamente, es ciego ante lo que lo rodea, vive en “un mundo de pomposas fachadas de cartón, detrás de las cuales mora la nada absoluta”, según escribiera J. Pieper. Más todavía, la austeridad embellece a quien la adquiere, es una especie de “cosmético interior”, que se refleja, por la unidad del hombre, en el exterior. No se trata aquí de una belleza sólo física, superficial o artificial (como sucede cuando se adivina la contradicción entre una aparente belleza exterior y la falta de belleza interior), sino del “resplandor del bien y la verdad”. Es fácil reconocer la belleza de quien tiene orden y serenidad interiores, de aquél en quien lo exterior está en armonía con lo interior. Es realmente doloroso, en sentido inverso, el caso particular de los niños que son privados, sin culpa alguna, de esa belleza interior, por influencia de los adultos. Por lo demás, no se trata de una virtud exclusivamente masculina, sino que existe una muy profunda austeridad ligada a la auténtica belleza femenina. En no pocas ocasiones, la mujer es modelo de austeridad en la familia, en su trabajo o en su ambiente. Austeridad y libertad Cuando uno decide, opta por un camino y por fuerza deja de lado otros. El verbo latino decido significa, en su primera acepción, cortar. Es por este motivo que, para elegir, es indispensable una cierta austeridad para poder renunciar a

CRECIENDO EN FAMILIA

VALORES

Quien no es educado en la austeridad, entonces, es condenado a ir debilitando su libertad.

las posibilidades que no se ejecutarán. Quien no es austero, desea conservarlo todo y por eso no decide, pero lo conserva sólo potencial o ilusoriamente y no realmente, porque, finalmente, no obtiene nada en particular ni realiza nada concreto. Es que en esto consiste el escepticismo. La palabra griega σκεψις significa considerar, reflexionar. Es escéptico quien evalúa las posibilidades que se le presentan, pero no elige ninguna. El escepticismo, por lo tanto, es un problema de la voluntad y no de la inteligencia. Quien no es educado en la austeridad, entonces, es condenado a ir debilitando su libertad, su capacidad de decisión, a no poder realizarse, a ser impotente para asumir responsablemente su vida, a no quererla sino a dejarla pasar con indiferencia.

En conclusión, la austeridad no implica debilitar las tendencias vitales ni disfrutar menos de la vida sino, por el contrario, fortalecerlas para que sean auténticas. No se trata de combatirlas, sino de ponerlas en orden frente al espíritu, que corre el riesgo de absolutizarlas. La austeridad nos previene del desenfreno, que es una forma de egoísmo autodestructivo y que aísla de los demás, y nos abre a una verdadera “autopreservación altruista” -en palabras de J. Pieper-, es decir, a un camino de plenitud personal y de encuentro con los otros. Por eso, más allá de los condicionamientos culturales, más allá de los estereotipos que tanto influyen en nosotros, deberíamos tener la libertad y la audacia de redescubrir y educar en esta pequeña gran virtud, indispensable para una vida verdaderamente humana.

16 CRECIENDO EN FAMILIA

Colegios Adheridos al Programa de Servicios Educativos (PROSED)

Colegios Adheridos al 4 de Octubre de 2004

ALFA

Colegio Agustiniano

Colegio Alemán de Quilmes

Colegio Betania

Colegio Cardenal Copello

Colegio Cardenal Pironio

Colegio Carmen Arriola de Marin

Colegio de los Santos Padres

Colegio del Salvador

Colegio Esquiú

Colegio Franco Argentino

Colegio Hans Christian Andersen

Instituto Inmaculada Concepción

Colegio Jesús en el Huerto de los Olivos

Colegio José Hernández

Colegio Las Cumbres

Colegio Lincoln

Colegio Los Robles

Colegio Manuel Belgrano

Colegio Mater Ter Admirabillis

Colegio Michael Ham

Colegio Nazaret

Colegio Ntra. Sra. de la Misericordia

Colegio Ntra. Sra. de la Misericordia

17 CRECIENDO EN FAMILIA

Facultad de Filosofía y Letras Universidad Católica Argentina

Colegio Ntra. Sra. de Lourdes

Colegio Palermo Chico

Colegio Parroquial Juan XXIII

Colegio Patris

Placido Marin

Pilgrims’ College

Colegio Saint Mary of the Hills

Colegio San Agustin

Colegio San Esteban

Colegio San Gabriel

Colegio San Ignacio

Colegio San Juan el Precursor

Colegio San Martín de Tours (mujeres)

Colegio Santa Inés

Colegio Santa María de Luján

Colegio Santo Tomás de Aquino

Escuela Argentina del Oeste

Escuela Argentina Modelo

Escuela de Educación Media No 3 “Jorge Newbery”

Escuela Modelo Devon

Fundación Hernandiana

Godspell College

St. Brendan’s College

Quilmes High School

Fundación de Altos Estudios para la Ciudad de Ballester

18 CRECIENDO EN FAMILIA

COLEGIOS ADHERIDOS

Instituto Espíritu Santo

Instituto La Providencia

Instituto Ntra. Sra. del Carmen

Instituto Padre Vicente Grossi

Instituto Parroquial San Pedro Claver

Instituto Patrocinio San José

Instituto San José

Instituto San José Hermanos Maristas

Instituto Sagrada Familia

Instituto San Isidro Labrador

Instituto Santa Ana

Instituto Santísimo Sacramento

Jardín Maternal San Benildo

Otros Colegios Adheridos al Programa de Servicios Educativos (PROSED) Inst. Form. Profesorado y Técnica No 39

Instituto María Auxiliadora de San Isidro

Colegio Madre Teresa Nuestra Señora de Luján

Instituto Superior Santo Domingo Guzmán Colegio Santa Teresa de Jesús

Jardín Maternal y de Infantes Juan Diego

Instituto Vuelta del Ombú Instituto Manuel Belgrano de Avellaneda

Institución Unidad Académica Dante Alighieri Colegio de las Esclavas del S. C. de Jesús Instituto María Ana Mogas Instituto Monseñor Emilio Di Pasquo

Instituto Pedro Póveda

Colegio Ausonia Colegio FASTA Catherina Colegio María Reina

Colegio Santa Teresita del Niño Jesús

Colegio de las Esclavas del Sdo. Corazón de Jesús

19

Cortocircuitos: ¿Escuela vs. Padres? La relación de la escuela con los padres sufre un deterioro significativo desde los últimos años. ¿Cuáles son las causas y consecuencias de estos cortocircuitos?

F

ederico lo sabe: sus padres no confían en el colegio y los profesores desconfían de sus padres. Lo escucha en su casa: que hay favoritismos, que el colegio soluciona “todo” con sanciones disciplinarias, que la psicopedagoga “no se sabe para qué está” y que el proyecto educativo del colegio “es una linda teoría pero nada de práctica”. Lo escucha en el colegio: que los padres “¿dónde están?”, que como son muy permisivos y no ponen límites, el colegio, entonces, “no puede hacer nada” y que “el proyecto educativo necesita del apoyo de la familia para materializarse”. Federico cree que, a veces, sus profesores tienen razón. El mismo se cansa de compañeros que faltan el respeto o que no estudian nunca. Otras veces, concuerda con sus padres, cuando profesores desmotivados van a la clase a quejarse y no enseñan mucho. Eso sí, cuando él tiene algún problema –de disciplina o un examen en el que la mayoría desaprobó o una profesora muy exigente- sus padres lo defienden. Esto lo tranquiliza, al principio.Aunque, luego, lo confunde más todavía. Porque si sus padres critican tanto al colegio y discuten sus normas, seguir yendo a “ese” colegio, por lo menos, es un sin sentido. “Una pérdida de tiempo”, define él. El descrédito que sufren las instituciones educativas y los docentes en los últimos años, más los problemas que aquejan a las familias, repercuten negativamente en la relación entre padres y colegio, convirtién-

“La escuela funciona con un total sentido de vocación y semiprofesionalismo y sufre un gran desgaste. Le es muy difícil satisfacer las necesidades básicas para la que fue creada”.

dola en un verdadero diálogo de sordos. Por eso, la pregunta es válida: ¿se ha roto el pacto educativo? “Tradicionalmente, dicho contrato se establecía con claridad, ambas partes sabían lo que querían”, opina Vilma Zaldumbide, rectora del ILSE (Instituto Libre de Segunda Enseñanza). Este mutuo acuerdo fortalecía a ambas partes, puesto que, al asumir mensajes y códigos similares, padres y docentes complementaban sus tareas propias. La situación actual no es la misma: “hoy el adolescente crece muy solo: se autodirige, es autodeterminante, el adulto opina poco y, a veces, nada. La escuela se pregunta, ¿con quién se debe establecer el contrato?” , dice Zaldumbide.

Para el profesor Alfredo Van Gelderen, secretario de la Academia Nacional de Educación y Profesor Consulto de la UCA “el pacto educativo que existía entre las familias y la escuela se ha roto. La escuela actual funciona con un total sentido de vocación y semiprofesionalismo y sufre un gran desgaste y le es muy difícil satisfacer las necesidades básicas para la que fue creada. Los mensajes y meta mensajes que los medios de comunicación imponen en los niños, como así también los desvalores, tienen mayor fuerza que las enseñanzas de los profesores”. La ruptura del “pacto educativo” se manifiesta de múltiples formas. Por un lado, existe una marcada subesti-

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NOTA DE TAPA

20 CRECIENDO EN FAMILIA

NOTA DE TAPA

mación y desconfianza mutua: los padres critican a los docentes y directivos con la misma intensidad y displicencia con la que éstos critican a los padres. Este “diálogo de sordos” se caracteriza por una profunda desconfianza ya que ambas partes son incapaces de comprender las dificultades de la contraparte y valorar sus limitados pero bienintencionados esfuerzos educativos. Por otro lado, se percibe una actitud defensiva mutua. Muchos padres se asocian a sus hijos en contra del colegio, especialmente en instancias de exámenes o sanciones disciplinarias, ante situaciones que alumnos y padres consideran injustas o improcedentes. Los viajes,fiestas de egresados o cualquier otra actividad en la que la escuela se involucre medianamente y que afecte los intereses de las familias sirven también para avivar las quejas. Ante esto, docentes y directivos, hastiados del recurrente cuestionamiento, se “atrincheran” para contener y responder a las acusaciones de alumnos y padres. En ocasiones, hacen circular en forma general “retos” encubiertos, exhortando a los padres que hagan estudiar a sus hijos, que velen por la higiene o que establezcan pautas de conducta más firmes. Las causas de la ruptura Estos conflictos son consecuencia de numerosos factores de diversa complejidad. “Ambas instituciones, familia y escuela, se ven acechadas en sus mismos fundamentos y los cambios culturales echan sombras sobre la realidad educativa. Por ejemplo, el aumento de las preocupaciones laborales y económicas, la falta de tiempo, el avance del “mundo joven”, el reemplazo de los ideales por los ídolos y el valor de las personas por la cotización de los personajes”, señala Jorge Barros, rector general del Colegio San Juan el Precursor. “Esto afecta el modo de relacionarse de las familias y el colegio, porque la relación cambia cuando sus términos cambian”. Hasta hace unos años, las familias contaban con elementos de solidez propios muy superiores a los actuales: tenían mayor estabilidad, menos estrés, más miembros y mayores oportunidades de interacción entre ellos. La familia, como lugar de encuentro y diálogo, dejó de existir en

muchos casos y este cambio de paradigma afecta la comunicación entre padres y escuela.

Muchos padres se asocian a sus hijos en contra del colegio, especialmente en instancias de exámenes o sanciones disciplinarias, ante situaciones que alumnos y padres consideran injustas o improcedentes.

Algunas de las causas del deterioro de la relación escuela-familia se encuentran en: Insuficiente acompañamiento familiar en los procesos de enseñanza-aprendizaje: las ocupaciones cotidianas de los padres debilitan la calidad de acompañamiento de la formación escolar de los hijos. Muchos papás monitorean de lejos el rendimiento y conducta del hijo y sólo se involucran ante situaciones graves.También se percibe un marcado debilitamiento de la autoridad de los padres que tienden a delegar en la escuela ciertas responsabilidades y atribuciones que, en rigor, son indelegables. “Se observa una abdicación de la autoridad y del rol propio de la familia en favor de los colegios, revistiéndolos de una misión casi redentora y poniendo en ellos expectativas que sobrepasan sus finalidades propias”, indica Barros. Crisis de la figura del docente: la crisis educativa argentina tiene como uno de sus motivos más fuertes la desjerarquización del rol docente y el deterioro de la calidad de la formación de maestros y profesores. La tarea de enseñar se asume muchas

veces no tanto a partir de una genuina vocación sino por el anhelo de inserción laboral ya que se trata de una carrera de alta salida laboral y gran estabilidad. El desprestigio social del maestro acrecienta la tendencia al no-compromiso y la mediocridad, que se justifica a veces bajo el pretexto de falta de motivación, insuficientes recursos económicos o limitada expectativa de desarrollo profesional, a pesar de que estos motivos tienen enorme peso en la explicación del deterioro de la calidad de enseñanza. Sin embargo, no son la única explicación de este deterioro, del que es responsable también el docente mismo y sus directivos, que en ocasiones asumen su tarea sin el ánimo y la responsabilidad suficientes. Contratos inconsistentes: en la elección de las escuelas suelen primar razones y motivaciones alejadas de lo pedagógico. Los padres pocas veces se interesan por el proyecto educativo de la institución elegida, a lo que se suma el hecho de que numerosas escuelas carecen de proyecto institucional. El valor de la cuota, la cercanía a la propia vivienda, las referencias de conocidos y amigos, o el tipo de familias de la comunidad educativa suelen ser los motivos de la elección. En sectores de medianos y altos recursos, también pesa la tra-

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NOTA DE TAPA

dición y el status social que otorga la pertenencia a un determinado círculo. Asimismo, las escuelas están limitadas y a la vez reticentes a hacer valer criterios sanos de admisión. Se produce así un “contrato” muy endeble en el que intervienen, por una parte, padres poco consustanciados con un proyecto institucional y, por otro, escuelas sin un proyecto sólidamente configurado y sin una estrategia de comunicación y concientización suficientemente instaurada. Este compromiso,tan inconsistentemente asumido, se nota cuando las expectativas de los padres contrastan con las de la escuela. Estos factores, junto con otros de tipo socio-económicos, jurídicos y culturales, devienen en una relación que, de poco madura, se torna a veces en “enfermiza”. Escuela y familia saben que se necesitan pero al mismo tiempo se critican y cuestionan, con o sin razones. En el medio de esta verdadera“pulseada”, el hijo / alumno -cuya educación exigiría una mínima unidad de criterios- ve desdibujada la autoridad de docentes, directivos y padres, a fuerza de la mutua desautorización. Van Gelderen resume: “entre padres y escuela no existe el afecto de sociedad, no se ven como parte de un todo, que es la sociedad donde todos vivimos. Se debe buscar el devenir de una “comunidad educativa” que los reúna, mancomunados para el bien de las futuras generaciones”. Confianza: la base para recomponer el pacto educativo La relación que se entabla entre familia y escuela es tan peculiar que sólo cabe situarla en el marco de la confianza. La escuela debería ser una prolongación de la familia, adquiriendo así su pleno sentido. “Tendría que ser una instancia articulada con la familia para dar una muy buena formación en lo cultural, en lo científico y en lo humano”, señala Zaldumbide. Esta relación de confianza familia-escuela debe estar marcada por una actitud de responsabilidad compartida y complementaria en la tarea de educar a los hijos, donde se establezca una vía abierta de información y de orientación, sobre la educación de los hijos, constructiva y libre de tensiones. En definitiva, se trata de

Se produce así un “contrato” muy endeble entre padres poco consustanciados con un proyecto institucional y escuelas sin un proyecto sólidamente configurado y sin una estrategia de comunicación.

“recobrar la confianza en el poder educativo natural de los padres y en la persona del maestro”, afirma Barros. También es necesario redefinir los roles propios de la escuela y de la familia. La escuela -ámbito específico de formación integral de la persona humana, a través de la transmisión sistemática y crítica de la cultura- y la familia -íntima comunidad de vida y amor- deben refundar su relación más en lo que los une -una misma vocación y la persona del hijo-alumnoque en la competencia por defenderse de un aparente adversario común más poderoso, que intimida y fascina al mismo tiempo, como el mundo, los medios o las modas. Para Barros, una salida posible al conflicto sería “devolver la prioridad al encuentro personal (padres-hijos, educadoralumno, padres-educadores) y entablar una comunicación abierta y confiada que se nutra de la permanente búsqueda de conquistar en nosotros, aquellos mismos valores que queremos para nuestros hijos y alumnos”. ¿Cómo salimos? Creando una comunidad educativa que debe contar con: •Responsabilidad y compromiso de los padres para educar a sus hijos en valores y por parte de la escuela, en cumplir con un proyecto educativo en sintonía. •Confianza mutua. •Espacios de diálogo entre ambas partes en el que se devuelva la prio-

ridad al encuentro personal (padreshijos, educador-alumno, padres-educadores). •Redescubrimiento del afecto por los otros como parte de un todo, de una sociedad en la cual todos estamos inmersos. Se deteriora el vínculo escuelafamilia: Cuando la escuela: •Adjudica la plena responsabilidad de las dificultades educativas a los padres. •Realiza llamados de atención generales en forma explícita o encubierta. •Toma una actitud defensiva, que impide rescatar los aportes bienintencionados de las familias que realmente desean colaborar con el proyecto educativo institucional. Se cierra al diálogo con los padres: Cuando los padres: •Adjudican la plena responsabilidad de las dificultades educativas al colegio. •Generan “corrillos” en los que se critica solapadamente a la escuela, sin la intención de acercar propuestas de mejoramiento. •Desautorizan a las autoridades o docentes delante de los hijos, perdiendo de vista que toda diferencia de criterio merece ser resuelta al margen de quien está siendo educado. •Utilizan a la escuela como “depósito” de sus hijos, delegando toda la tarea educativa en ella.

22 CRECIENDO EN FAMILIA

PRIMERA INFANCIA

Estimular el aprendizaje Más allá de los objetos que colaboran con el desarrollo del bebé, promover su capacidad de juego es tarea de los padres. Consejos para la hora de jugar.

A

nte la variedad de juguetes que ofrecen las vidrieras podría pensarse que sólo basta elegir el indicado para que los chicos adquieran una serie de aprendizajes y habilidades asombrosas, además de divertirse con ellos. Sin embargo, rendidos ante la evidencia, muchas veces los padres descubren que los mejores y más sofisticados juguetes no aseguran el entretenimiento de sus niños ni el aprendizaje. ¿Por qué? “No importa tanto el juguete como objeto, sino que hay que reconocer que el juego es una actividad social: implica un encuentro con otros”, explica Gabriela Valiño, psicopedagoga clínica. La importancia del juego en esta etapa de la vida es primordial. Además de constructor de vínculos, primero con su madre y después con el mundo, “el juego es el lenguaje del niño, su vía de expresión y de comunicación. A través de él desarrolla y fortalece diferentes aspectos: emocional, madurativo, motriz, social, lingüístico”, enumera Regina Ófele, doctora en Psicología Educacional, especializada en Juego.

“El juego es el lenguaje del niño, su vía de expresión y de comunicación.”

Hora de jugar, hora de aprender Una de las preocupaciones de los padres es que el desarrollo de sus hijos sea óptimo. “Estimular significa promover y favorecer los diferentes aspectos que hacen al desarrollo integral del niño”, dice Ófele. “A través del juego se estimula el aprendizaje, primero, dando permiso para jugar. Segundo, ofreciendo diferentes posibilidades lúdicas como la de transformar cualquier objeto cotidiano en un juguete y crear un juego a partir de allí.” Mantener una buena relación personal con el niño, acompañándolo y permitiendo que pueda explorar todas las posibilidades de juego en los objetos que lo rodean parece ser todo lo necesario para lograr el desarrollo y el aprendizaje. “El juguete por sí mismo no hace que el niño aprenda”, destaca Valiño. “Las personas necesitamos de otras personas para desarrollarnos, no de cosas. En vez de estímulos, existen vínculos estimulantes”. Sin embargo, es válido preguntarse acerca del juguete adecuado para

el niño en esta etapa. “Es el que provoca ganas de jugar con el niño por un largo rato, descubriendo con él sus posibilidades, sus preferencias, sus logros”, dice Valiño. Así, se logra“ jugar con el niño ubicando al juguete-objeto como mediador del juego compartido”, completa. Los objetos cotidianos fascinan a los más pequeños a la hora de jugar. “Una tela, un cucharón, un almohadón, una revista vieja de hojas resistentes, una caja de cartón favorecen y promueven muchas más oportunidades de juego que un juguete carísimo”, propone Ófele. Investigar los elementos de la cocina, descubrir cajones con pañuelos o desenrollar el papel higiénico pueden ser experiencias enriquecedoras, lo mismo que explorar los elementos naturales –tierra, agua, arena-. Eso sí: es clave respetar los intereses individuales porque todos tienen predilección por algún tipo de objetos o juegos que habrá que descubrir y alentar. “Durante el primer año el niño conoce y aprende con la vista, las manos, los oídos, el olfato y el gus-

23 to, mediante la boca”, explica Ófele. Pero mes a mes, hay objetos que pueden ser más útiles y novedosos para el pequeño. Durante el segundo mes de vida, ya puede disfrutar de móviles de colores; a partir del tercer mes, cuando reacciona a voces y sonidos, es el momento de los juguetes musicales; en el cuarto mes, cuando toma objetos con las manos ya es posible presentarle animalitos, mordillo o sonajero con aro; en el sexto, cuando puede tomar los objetos con ambas, puede disfrutar de animales de peluche, muñecas de tela o primeros bloques. En el octavo mes, cuando los niños comienzan a gatear, tomar y soltar objetos, las pelotas blandas de tela o lana, set de baldecitos que puedan ir metiéndose uno dentro de otro o encastres sencillos pueden ser juguetes adecuados. “Además, son fundamentales los juegos que la madre, y luego los demás adultos, puedan hacer con el bebé -repetición de sonidos, canciones de cuna, juegos sobre las rodillas del adulto, juegos simples con las manos y los dedos, con los pies y las diferentes partes del cuerpo-“, destaca Ófele. El rol de los padres A través del vínculo con sus padres el pequeño aprende cómo se juega con otro y para qué se juega.

A través del vínculo con sus padres el pequeño aprende cómo se juega con otro y para qué se juega.

“Por ejemplo, un padre que enseña que jugar es acertar a un resultado –por ejemplo, encastrar- está enseñándole a su hijo una posición de jugador que se hará presente en el juego con sus amigos. Es decir, la competencia aparece significada no como progresión del desarrollo sino ligada al éxito o fracaso personal, que no es lo mismo que ganar o perder en un juego”, dice Valiño. ¿Qué pasa cuando alguno de los papás no logra jugar con su hijo? “No hay una forma ‘adecuada’ de jugar, sino que es variable, incluso con cada hijo se puede jugar de forma diferente”, responde Ófele.Ante la dificultad del adulto, conviene probar diferentes alternativas o revisar qué pasa en ese vínculo porque tendrá consecuencias en el niño. “Lo manifestará de distintas maneras: enfermedad física, apatía, llantos o estados constantes de disconformidad y en el futuro pueden manifestarse trastornos en la personalidad y en el aprendizaje”. Una profesional puede guiar a los padres, acerca de las distintas posibilidades de juego ya sea en una consulta, ya sea en una reunión de juegos-. Esta puede ser una solución. “La posibilidad de intercambiar diferentes estrategias lúdicas y aprender nuevas herramientas puede ser estimulante y relajar la relación madre-hijo”, opina Ófele. Muchas veces el juego del niño advierte sobre alguna dolencia o trastorno de aprendizaje que requerirá la ayuda de un profesional para

solucionarla. Algunas se manifiestan cuando el chico: -Evita el juego y el jugar por un período prolongado. -Siempre juega a lo mismo o repite constantemente el mismo contenido en sus juegos. -No puede crear situaciones diferentes en sus juegos. -No puede jugar con otros niños (sobre todo a partir de los cuatro años de edad). -No puede jugar solo, exigiendo siempre la compañía de un adulto o de un compañero de juego. -No puede concentrarse en sus juegos, cambiando constantemente de actividad (sobre todo a partir de los tres años). Otras conductas que requieren atención son: -manifiesta indiferencia o dificultad en el encuentro con personas distintas a los padres, -ausencia de angustia cuando la mamá o el papá se retira, -indiferencia en la elección de objetos -y cuando, con el paso del tiempo, el niño en lugar de tomar algo distinto de a su propio cuerpo para jugar y sentirse bien (muñeco, móvil, maraca, sabanita) sigue focalizado en sí mismo (chupándose la mano, un dedo o el pie) como única alternativa.“Aquí se podría pensar que el proceso evolutivo, que es del propio cuerpo hacia los objetos, no está en progreso”, termina Valiño.

¡A jugar! Algunas pautas para estimular el juego y aprendizaje en los chicos: v Habilitar momentos y espacios de juego. v Permitir al niño jugar tanto solo como

acompañado. v No interrumpir sus juegos para promover la atención y concentración. v Conceder al niño la posibilidad de ganar. v Permitir juegue con objetos cotidianos siempre que sean seguros. v No estar pendientes de pautas de desarrollo sino disfrutar jugando.

v Seleccionar

juguetes de acuerdo con sus intereses y lo que sea novedoso para él. v Ofrecer alternativas más que prohibir. v Permitir o tolerar que el niño se ensucie jugando, tolerar ruidos, cambios de lugar y de orden. v Promover juegos cooperativos más que competitivos. v Preferir objetos que permitan diferentes posibilidades de juego en lugar de aquellos que permiten una sola actividad, por ejemplo, tocar un botón.

CRECIENDO EN FAMILIA

PRIMERA INFANCIA

24 CRECIENDO EN FAMILIA

ADOLESCENCIA

¿Y la vocación dónde está? El dilema existencial de los jóvenes cuando se asoman al inicio de su vida adulta: ¿racionalidad vs. gustos? ¿Influencia paterna vs. autonomía? “¿Qué vas a ser cuando seas grande?” “Veterinaria y peluquera”, “cajera de Disco”, “doctor, como mi papá”, “piloto de aviones y astronauta”,“secretaria del pediatra y mamá”. Las respuestas originaban hace unos años un sinfín de comentarios graciosos. Hoy, cuando faltan pocos años para ser “grande”, la pregunta obligada es “¿qué vas a estudiar?” y las respuestas crispan los nervios de padres, tíos y abuelos, ansiosos por la indefinición adolescente. Entonces, se decide consultar al orientador vocacional, quien, cual oráculo moderno, debe descubrir en el joven capacidades y aptitudes, desterrar miedos y dar su veredicto: “serás... ingeniero”. No hay soluciones mágicas. “La orientación vocacional es un proceso orientativo, no directivo. Se espera que sea breve, y que por medio de la administración de las técnicas quede todo claro y resuelto pero no es una solución mágica, rápida y externa: es un proceso”, remarca Matías Muñoz, psicólogo clínico y profesor adjunto de Psicología de la Personalidad en las carreras de Psicología y Psicopedagogía, en la UCA. ¿Qué es la vocación? La vocación es un “llamado” que se despierta en la propia naturaleza individual de la persona, reclamando el desarrollo de una serie de potencialidades y aptitudes. Es una inclinación natural a un estado, profesión o carrera. Se basa en la conjunción de aptitudes –capacidades en esa área- e intereses –motivaciones- y una necesidad de disponer la energía en sentido de esa

tendencia. Es un gusto propio, que se relaciona fuertemente con la identidad de la persona y por eso mismo, se expresa como una propensión individual –que hace a la persona prestar atención a todo lo que se relacione con ella-, que produce enorme satisfacción personal y deseo de entrega a los demás y de lograr cierta forma de trascendencia a través de ella. La vocación, en definitiva, es una forma concreta de expresión de los sueños y los valores de una persona. Esta natural inclinación puede verse afectada hoy en su realización –elección vocacional- por problemas sociales y económicos que inciden en los jóvenes y les impiden identificarla y concretarla a través de un estudio o actividad

No hay soluciones mágicas. “La orientación vocacional es un proceso orientativo, no directivo.”

específica. Así, en el proceso de orientación vocacional se manifiestan: Subestimación de las propias capacidades y desmotivación que llevan a una posición negativa para afrontar estudios universitarios. Estas actitudes se sustentan en un discurso pesimista que circula en la sociedad -”no hay futuro”- y que descarta la educación como valor en sí mismo y herramienta de movilidad social. Descalificación del propio entorno familiar que no motiva al joven a estudiar porque descree de las posibilidades de empleo en el futuro. Falta de autonomía y responsabilidad en el joven para administrar sus tiempos, cumplir tareas

25 sin controles ni supervisión adulta. Se origina en el modo de educación recibido en la familia y en la escuela que no cultiva el sentido de independencia que se necesita para seguir estudios superiores. Por su relevancia para la vida futura y porque la elección debe tomarse en un período muy vulnerable de la vida –la adolescencia, cuando todavía no existe una integración y maduración del sistema psicológico-, la definición vocacional es una tarea compleja. ¿Por que es tan difícil elegir? “Elegir es mirar para adentro, mirar para afuera y frente a esta realidad definir los intereses personales y empezar un camino. No hay éxito o fracaso en una elección. Es un camino que se hace al andar”, sentencia María Teresa Ronchino, psicóloga, especialista en orientación vocacional. Elegir implica renunciar, dejar cosas de lado. Pero cuando la elección tendrá consecuencias duraderas para el resto de la vida, la dificultad es mayor. La responsabilidad se siente como una carga y existe un gran temor a equivocarse o fracasar. A la complejidad del contexto actual –la cultura de “todo ya” impone un vértigo especial al proceso de elección vocacional-, se añaden dificultades relacionadas con el nivel de desarrollo emocional de quien debe elegir. Así, la renuncia que supone hacer una elección es, en ocasiones, una valla insalvable para personalidades poco acostumbradas a la frustración, generadas por un ejercicio de la paternidad demasiado concesivo y contemplativo. Estas personalidades padecen con más fuerza aún el peso de una elección vocacional, y suelen verse tentadas a postergar esta elección. Surge así el “año sabático”, como recurso para la evasión de la elección. También se observa incapacidad de decisión en chicos que han desarrollado intereses que están muy alejados del mundo real, por haber vivido un clima social y afectivo alejado de actividades y problemáticas actuales. La elección vocacional también implica el paso a una nueva etapa

CRECIENDO EN FAMILIA

ADOLESCENCIA

“más adulta” de la vida, lo cual para algunos jóvenes es difícil de asumir y concretar. Mantener la elección original es difícil para muchos que “deambulan” por distintas carreras -algunas de ellas muy dispares entre sí- hasta sentir que han acertado; otros, sufren “conflictos vocacionales” ante la devolución de los primeros parciales, ya que interpretan el traspié académico como el indicio de una incorrecta elección, lo cual no siempre es acertado. El papel de los padres y de la escuela Los padres ocupan un papel primordial en el proceso de elección vocacional. Esta participación no debería generar presión en los chicos, sino más bien ser un acompañamiento en la situación de duda del adolescente. Es importante que los papás puedan contener la movilización emocional que la decisión despierta, las ansiedades, las angustias, los miedos. “Acompañar sin invadir, lograr un vínculo en el que el hijo se sienta sostenido y con margen para moverse, decidir y equivocarse”, define Muñoz. Como parte central de esta tarea de acompañamiento, los padres pueden ayudar facilitando un ambiente que favorezca la introspección, frente al frenesí que suele significar el último año del secundario (viaje de egresados, despedidas varias, etc.), activismo y estado de ánimo exactamente inversos al que resulta necesario para una reflexión profunda. Por su parte, la escuela, juega también un papel importante en la concreción de la vocación de los chicos. Ante la creciente competitividad del mercado educativo y laboral, un replanteo de sus objetivos, -que deberían tender a la formación integral de la persona, capacitándola para entender la realidad actual-, permitiría a los jóvenes imaginar cómo insertar y desarrollar, en esa misma realidad, su proyecto de vida –una vocación concreta- que exprese los ideales y valores que la misma escuela en el ciclo educativo ayudara a desarrollar.

PARA COMPRENDER

S.O.S. Padres Qué pueden hacer los padres para ayudar a sus hijos en su búsqueda vocacional:

1 2 3 4 5

No presionarlos

“La sinceridad de un padre acompañada por la posibilidad de tolerar las diferencias entre ese hijo y uno mismo, facilita el camino a quien está eligiendo”, indica Muñoz. Diferenciar deseos propios de los de sus hijos.

No dar por sentado que los chicos siempre saben qué quieren. Escucharlos y permitir jugar con opciones diferentes. Desalentar la elección motivada por el miedo. La vocación es una decisión individual: “Los chicos no están acostumbrados a hacerse responsables por sus elecciones porque socialmente no se favorecen las conductas de elección o individualidad”, explica Ronchino. Asumir una actitud atenta y prudente. Detectar si la tendencia a la postergación o al cambio de rumbo vocacional tienen base en la incapacidad para renunciar y asumir comportamientos más adecuados para la edad o en un proceso natural de “ensayo - error”.

26 CRECIENDO EN FAMILIA

SALUD

Convulsiones febriles

¿Señal de alarma? Ante un cuadro febril agudo, se desencadenan los miedos: la temida convulsión. Qué se puede hacer ante una de ellas. Posibles consecuencias.

C

on el cuerpo caliente y las mejillas rojas, el bebé está aletargado por la fiebre. Repentinamente sus ojos se van para atrás, el cuerpo se pone rígido, los brazos y las piernas tiemblan y se mueven involuntariamente. Pierde el conocimiento. La desesperación se apodera de los padres que no saben cómo ayudarlo. Corridas, llamadas al médico y al servicio de emergencia. Después de unos minutos, que a los padres les parecen horas, la fiebre baja y la crisis pasa. El chiquito duerme tranquilo, pero la preocupación paterna continúa: ¿por qué una convulsión?, ¿tendrá secuelas neurológicas?, ¿podríamos haberlo evitado?, ¿volverá a pasar? Las convulsiones febriles son uno de los episodios de los niños pequeños más temidos por los padres. Sin embargo, “son expresión de un proceso benigno, la forma de convulsión más frecuente en la infancia y normalmente no dejan secuelas neurológicas”, explica el doctor Néstor José Abramovich, Jefe de Consultorios Externos de Pediatría del Hospital de Clínicas José de San Martín. ¿Por qué se producen? “La convulsión implica un desequilibrio entre la excitación y la inhibición neuronal”, declara el pediatra. “Puede desencadenarse por diferentes factores: hipersensibilidad a la fiebre por factores neuroquímicos y enzimáticos, infecciones virósicas o bacterianas, administración de vacunas, tensión emocional o predisposición genética (frecuentemente hay antecedentes familiares de cuadros similares)”. El grado de temperatura que dispara el acceso es variable, aunque es

“La convulsión implica un desequilibrio entre la excitación y la inhibición neuronal”

más frecuente que se manifieste por encima de los 39 grados. Según la neuróloga infantil María Vaccarezza, “suceden en niños neurológicamente sanos con edades comprendidos entre los seis meses y los cinco años, sin evidencia de infección intracraneal ni antecedentes de convulsiones afebriles. Aunque no se conoce el patrón hereditario, está bien demostrada la transmisión genética”. El 90 por ciento de los casos se produce en los primeros tres años de vida, con un pico de incidencia entre los dieciocho y veinticuatro meses. Las crisis pueden repetirse, entre un 40 y 50 por ciento de los casos, es-

pecialmente las formas complejas y cuanto más precoz haya sido la aparición del primer episodio. Las convulsiones febriles se clasifican en simples y complejas. Las primeras son convulsiones generalizadas –con pérdida de conocimiento-, duran menos de quince minutos y no presentan anormalidades neurológicas posteriores. Las complejas duran más de quince minutos mientras que el estatus convulsivo febril es una crisis de más de treinta minutos de duración en el cual un 20 por ciento de los casos puede sufrir una secuela neurológica de tipo motora, intelectual o epilepsia posterior. “Para evitar

27 que exista una secuela neurológica, hay que impedir que la crisis se prolongue”, destaca la neuróloga. Por eso, una vez que se haya presentado la convulsión, se propone bajar la fiebre con antitérmicos y medidas físicas (baños tibios) así como el uso de un anticonvulsivo por vía rectal para controlar la crisis. En cuanto a la prevención, “en el caso de pacientes con mayor riesgo de volver a sufrir episodios, que son los niños con antecedentes familiares de convulsión febril o epilepsia o que hayan tenido su primera convulsión antes de los quince meses, otros autores recomiendan administrar, por boca, un anticonvulsivo asociado a antitérmicos en caso de fiebre”, dice Vaccarezza. En cambio, si se trata de chicos que han sufrido convulsiones complejas la indicación habitual es la de recibir medicación antiepiléptica. A pesar de que la mayoría de las convulsiones febriles simples no generan daño neurológico, “siempre que presente un niño fiebre y convulsiones debe ser examinado por un médico pediatra para descartar que el origen de la alta temperatura no corresponda a una meningitis. El foco infeccioso se tratará con antibióticos y antitérmicos”, explica Abramovich. “Ante una convulsión febril compleja, especialmente en el primer episodio, debe ser internado”, continúa el pediatra. Ni terror ni ingenuidad: el desarrollo de convulsiones febriles requiere de especial atención y seguimiento por parte de los padres, pero no debe provocar pánico ni despertar grandes temores. Como en todos los casos, la consulta oportuna al pediatra puede servir para reducir ansiedades y dimensionar realmente el alcance del fenómeno, que generalmente suele resultar inocuo en cuanto a sus consecuencias. Ante una crisis Saber qué hacer ante una convulsión febril es muy importante: •Mantener la calma, así ayudará a su hijo. •Mirar la hora para saber cuánto dura el episodio. Cualquier ataque que pase de los quince minutos,

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SALUD

Recordemos que la tolerancia nos ayuda, a veces, a evitar conflictos, y otras, a encontrar soluciones. La tolerancia viene de la fuerza interior

El desarrollo de convulsiones febriles requiere de especial atención y seguimiento por parte de los padres, pero no debe provocar pánico ni despertar grandes temores.

necesita ayuda médica de emergencia. •Dejar descansar al niño en una superficie blanda o en sus brazos, en posición decúbito lateral. •Aflojar toda la ropa y alivianarla lo más posible. •No colocar objetos en la boca del chico, ni entre los dientes. Tampoco intentar darle alimentos o agua y sacarle el chupete o cualquier objeto o alimento que esté en su boca. •Intentar bajar la fiebre por medios físicos –baños tibios, paños húmedos, ropa ligera- o medicamentosos. No hay que dar medicamentos por vía oral durante el ataque. Hay que recordar que los chicos

pueden perder el conocimiento durante el episodio, pero normalmente vuelven en sí sin ayuda. Una vez recobrado del ataque, que por lo general dura unos pocos minutos, probablemente el niño deseará dormir. Si entonces no respira normalmente requerirá la ayuda médica inmediata. Recordar que un niño que presente convulsiones febriles no está por ello enfermo, debiendo por tanto llevar una vida normal. No se le deberá, por ello, de sobreproteger; solamente tendrán los padres que preocuparse por saber qué es lo que debe hacerse en presencia de un cuadro febril o ante la aparición de una nueva convulsión.

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EDUCACIÓN

Escuelas ricas para gente pobre Extracto de la conferencia dictada por el Dr. Llach en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Católica Argentina realizada el 06/10/04

N

o voy a brindarles un panorama catastrofista de la educación. Soy enemigo de los panoramas catastrofistas, soy enemigo de los blancos y negros. Creo que la realidad siempre muestra matices. Es muy difícil comunicar los matices. Generalmente si uno dice que “Todo es un desastre” incluso le va mejor, recibe más aplausos, tiene más prensa, etc. El panorama de la educación argentina es matizado (...) A riesgo de resultar simplista, enumeraré a continuación, y muy sintéticamente, algunos puntos salientes del diagnóstico de la situación de la educación argentina -El capital humano es todavía una ventaja relativa del país. En la Argentina la población tiene cuatro años más de estudio que en Brasil lo cual es una ventaja, que más o menos se ha conservado a lo largo de todos los grupos de edad. -La esperanza de escolaridad de un chico de cinco años que hoy entra al sistema en preescolar asciende a 17,4 años, que es un promedio inclusive superior al de los países de la OECD, o sea de los países desarrollados; y superior también a Corea y a países latinoamericanos con los cuales podríamos comparar, como Brasil, Chile o México. -Argentina está 20% por abajo en la prueba PISA y PIRLS, que son las dos que se han dado a conocer. La primera que hace la OECD con la UNESCO y la PIRLS que la hace este instituto holandés. -Estas mismas pruebas indican

Por Juan José Llach Ex Ministro de Educación de la República Argentina Director del proyecto Escuelas Ricas para los Pobres

En Corea lo que gana un maestro es 2,8 veces, casi 3 veces el producto por habitante. En Argentina, 0,9.

que sólo un 5% de los chicos de la Argentina lograron la comprensión lectora que tiene el 25% con mayor puntaje en el mundo. Digamos que este problema de la comprensión lectora está muy extendido a lo largo y a lo ancho de la pirámide social, no es solamente el problema de los pobres. -Argentina está invirtiendo poco en educación: está un 30% debajo de los países desarrollados en proporción al producto por habitante (no en términos absolutos). Vale decir, que estamos en un tercio a lo que gastan ellos o menos. Y estamos también un 17% por debajo de América Latina. -¿Cuánto se le paga al maestro o a la maestra en comparación

con el ingreso del país? Vemos que la Argentina está por debajo de los países desarrollados, por debajo de Chile, de Brasil. En Corea lo que gana un maestro es 2,8 veces, casi 3 veces, el producto por habitante. En Argentina, 0,9. -Encontramos una indignante discriminación social dentro del sistema educativo de la Argentina, que no solamente tiene que ver con el poder económico en sentido de que yo puedo pagar una escuela muy cara y otro no pueda pagarlo (evidentemente hay una desigualdad en este sentido), sino que aún dentro del sistema de gestión estatal se observa esta desigualdad -En el capital humano se da lo

29 que podríamos llamar la dinámi- ción de la doble escolaridad seca de la segregación. Existe una ría fundamental. En los sectores movilidad interna de los actores sociales de menor ingreso, la indel sistema educativo, directivos cidencia de la simple escolaridad y docentes, tal que se van agluti- es ínfima: los chicos asisten tres nando por un lado en las buenas horas a la escuela con lo cual, adeescuelas los mejores; y en las es- más de una cantidad de actividacuelas mediocres, los mediocres. des de contención social (como El cambio educativo en lo que la alimentación) tienen algo de concierne a la equidad (no es- Matemática y Lengua. Esto evidentoy hablando de los contenidos), temente está a años luz de las potiene que empezar de abajo para sibilidades que tienen chicos con arriba en varios sentiuna doble jornada en la Las personas dos. Por un lado, desde cual tendrían la oportuque se ven las escuelas y no desde nidad de la expresión atraídas hacia el sistema. No me canso artística, científica, los la carrera de repetirlo: tenemos idiomas, el deporte, la docente, son que darles cada vez recreación, la sociabilipersonas con mayor protagonismo a dad, etc. menor bagaje las escuelas como actoPor supuesto, un elecultural que el res verdaderos del sistemento imprescindible que históricama educativo, más que es la cuestión docente. mente existía a las planificaciones Me parece que mejocentralizadas. En este rar de manera sostenida sentido, creo que se cumplió una la calidad de la educación para importantísima función histórica todos es impensable sin una jeen cuanto a la extensión de la es- rarquización de la docencia. Clacolaridad, pero ahora estamos en ramente las personas que se ven una etapa cualitativa: necesitamos atraídas hacia la carrera docente mejorar escuela por escuela. (lo digo con mucho cuidado pero En segundo lugar, hay que dar creo que también hay que decirprioridad a las escuelas más po- lo), son personas con menor babres porque son las que más lo gaje cultural que el que históricanecesitan, comenzando desde el mente existía; lo cual me parece nivel inicial hacia arriba. Por eso, muy positivo desde el punto de nosotros proponemos, por ejem- vista del progreso individual que plo, universalizar el nivel inicial significa para muchas de estas para que no ocurra lo que pasa personas. Pero tal vez esto no es hoy en escuelas del segundo o tan positivo desde el punto de tercer cordón del GBA. Allí uno vista de la capacidad de transmise encuentra con chicos que no tir conocimientos que tiene esta han pasado por el preescolar ni persona en comparación con siquiera el nivel inicial, el prees- otras. Me pregunto, ¿qué tipo de colar y se sientan en primer año docentes queremos formar para de la EGB, cuando en realidad es- lograr estos desafíos? Por último, tán haciendo la sala de cuatro. tenemos la cuestión del financiaEn tercer lugar, la generaliza- miento, que es imprescindible. La

Para lograr un cambio tan general y de tamaña magnitud, creo que hace falta un claro liderazgo.

Argentina está gastando el 3,6% de su producto en educación contra 6% que mandaba la Ley Federal. Estamos a una distancia de $10.000 millones de pesos redondos. Frente a eso nosotros calculamos, por ejemplo, cuánto costaría realmente universalizar el nivel inicial y extender la doble escolaridad empezando por el 40% de las zonas más pobres de la Argentina. Esto costaría $2.000 millones que es 0,4 %. Pasaríamos de 3,6 a 4%, un margen tremendo como para llegar a lo que dice la Ley Federal. En la medida en que no haya una expectación específica de recursos a la educación esto nunca se va a hacer porque la educación nunca es urgente. Es muy difícil que se generen las condiciones para un cambio educativo de esta naturaleza si no hay un fuerte liderazgo en algún punto. Todos nosotros podemos hacer mucho pero la magnitud del problema es tremenda. Calculen ustedes en la provincia un sistema con 4.250 pequeñas “empresas. Se imaginan que todos los días tiene que atender cara a cara, persona a persona a 4.250.000 personas. ¿Cómo gestionar eso?. Para lograr un cambio tan general hace falta un liderazgo. Por supuesto que mientras tanto es mucho lo que puede hacerse creando conciencia para que esto ocurra. Porque la Argentina todavía tiene la oportunidad de dar un salto cualitativo en la educación: tiene historia, provisión, hay escuelas por todos lugares de la Argentina que son extraordinariamente valiosas. Hay una base como para poder dar ese salto cualitativo.

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FAMILIA

La edad de dar Los abuelos en la familia representan un principio de coherencia familiar: testimonian “de dónde venimos” y “hacia dónde vamos”. Quererlos y cuidarlos es valorarlos y permite la alegría del encuentro entre las generaciones.

S

ucedió en Italia. Giorgio Angelozzi, un profesor de latín y griego de ochenta años publicó un aviso en los diarios solicitando ser adoptado por una familia. Giorgio, que enviudó hace doce años, vive solo en su casa rodeado de siete gatos y pasa sus días escuchando música o leyendo en su jardín. No tiene problemas económicos ni de salud. Pero necesita una familia y nietos que lo quieran como abuelo. La historia, conmovedora y tierna, expone también el drama de una sociedad que deja de lado a sus ancianos –un tercio de los cuales vive solo- por presiones de la vida moderna. Tal vez, muchos abuelos argentinos desearían tener el coraje de hacer lo mismo, porque no tienen una familia o porque, teniéndola, no encuentran cobijo en ella y quisieran compartir aun más su experiencia de vida con sus predecesores. “La necesidad predominante del anciano es ser recibido en todo lo que tiene para dar”, explica el psicólogo Claudio García Pintos. “Cuando no hay quien lo reciba se endurece y enferma. Darse, implica la más plena manifestación del ser humano como auto trascendente. Y esa característica es propia de la vejez”. Para el especialista, en esta etapa se da una crisis de pertenencia social y familiar. La sociedad le otorga al viejo un “rol sin rol”, “es decir, lo que se espera de él es nada. Y la familia a veces no sabe o no puede hacerse a la idea de tener un viejo”.

Sin embargo, el rol del abuelo o abuela dentro de la familia nuclear no siempre es claro o está visto como positivo.

El papel en la familia -“Mami, en la casa de la abuela me comí tres platos de fideos”. -“¿Cóoomo? Si a mí me decís que no te gustan...” -“Es que la abuela los hace más ricos”. - “Pero, si yo los hago igual que ella...” El diálogo reproduce la especial relación que se da entre abuelos y nietos. Esa atracción magnética y recíproca -generación de por medio- se construye basándose en cuentos sobre las rodillas, chocolates y dulces o paseos interminables a la plaza. Tiempo, algo que parece faltar siempre en la vida de los adultos en actividad, es el material del que chicos y abuelos

disponen en abundancia y, por lo general, saben emplearlo en mutuo beneficio con grandes gratificaciones para ambos. Sin embargo, el rol del abuelo o abuela dentro de la familia nuclear no siempre es claro o está visto como positivo. Los abuelos que todavía trabajan no pueden ocuparse tanto de sus nietos; los que no lo hacen, no encuentran un lugar definido dentro de la familia, por ejemplo, si no hay nietos pequeños para cuidar, si viven lejos o si por razones de salud, no pueden hacerlo. Para García Pintos la vejez implica una crisis de roles de la vida cotidiana. “Yo era el muchacho de la esquina, el empleado bancario, el

31 papá de Juan, el amigo de Pedro cuando los jóvenes comienzan y el esposo de María. De repena pensar en formar su propia te, en el barrio me dicen ‘abuefamilia”. lo’, me han jubilado del banco, Muchas veces se da la incomJuan ha crecido ya no soy su prensión por parte de la familia ‘papi’ sino que algo cambió y tal hacia al abuelo, basada en el desvez, María ya no esté y ahora conocimiento de ciertas caractesoy viudo”, grafica Garrísticas que con el paso cía Pintos los elemen- Los abuelos, en de los años se hacen tos que confluyen en presentes en las persogeneral, dejan una crisis de identidad nas. “Aparecen los miede atraer a los a esta edad. “Hay otros dos: a no tener dinenietos cuando, roles por descubrir y ro, a quedarse sin los a las puertas realizar, pero lograrlo remedios necesarios, de la adolesimplica un proceso que a no poder subsistir; cencia, éstos no todos los viejos puetambién hay apegos tienen otros den transitar”, dice el a ciertas rutinas o cointereses y psicólogo. sas. Por ejemplo, muactividades. La búsqueda activa de chos abuelos quieren nuevas funciones puede dormir en su cama y ser el camino hacia el equilibrio y estar rodeados de sus cosas, por hacia una tercera edad más salueso no aceptan invitaciones de dable. “Muchos abuelos no pensus familiares a programas que saron en qué hacer después de incluyan pasar la noche afueretirarse de la actividad”, dice ra”, explica Casabal. el doctor Martín Casabal, médico Pero el papel de la familia en clínico dedicado a adultos mayola contención afectiva de los mares. “Se encuentran con un regayores es irrenunciable. “Al abuelo que no esperaban: más vida, lo hay que quererlo porque es más años”. el abuelo, porque es nuestro, Para García Pintos, el rol del porque es cabeza de familia, abuelo/a “debe ser una especie porque es mi sangre. Hay que de principio de coherencia faquererlo en su humanidad y miliar”. Al final del ciclo de la en su existencialidad, la que da vida, este verdadero “pionero testimonio de alguien que vive existencial”, “demuestra que el glorioso momento de llegar a después de la tan temida línea la vejez. Si quererlo dependiede los sesenta años, hay una ra de que tenga éste u otro rasvida posible y buena”, dice. El go por el cual nos convenga o abuelo representa la tradición, el justifique quererlo, deberíamos “de dónde venimos”, y al mismo cuestionarnos qué es para nosotiempo testimonia “hacia dónde tros querer a alguien”, cuestiona vamos”. Por esto es un principio García Pintos. de coherencia. La participación del abuelo en “Mamá, ¿por qué tenemos que la educación del nieto también ir a visitar al abuelo?” La frase tan es, a veces, un tema controvertemida ha sido escuchada con sial. Desde la respuesta habitual ligeras variantes por muchos pa“que los abuelos malcrían” hasta dres de hijos mayores a los diez la postura de abuelas que han años. Los abuelos, en general, deasumido casi el papel de madres jan de atraer a los nietos cuando, reemplazando a mamás biológia las puertas de la adolescencia, cas que trabajan todo el día y no éstos tienen otros intereses y acpueden estar al frente de su casa, tividades. hay términos medios más saluda“En general, el abuelo queda bles. descolocado durante la adoles“No son los educadores pricencia de sus nietos y lo sufre meros pero tampoco ‘malcrían’”, mucho”, dice Casabal, “porque dice García Pintos. “Son imágeellos miran a sus nietos y quienes de identificación, tan imren transmitir su experiencia. Su portantes como la de los padres figura vuelve a ser revalorizada y la de otros terceros significati-

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FAMILIA

PARA TENER EN CUENTA

Abuelos en casa Algunos consejos para recrear el vínculo con los abuelos

1 2 3 4 5

El abuelo necesita ser recibido. No necesita tanto recibir como dar.

Dedicarle tiempo: sentarse a hablar con ellos, escucharlos.

Visitarlos (aunque sea brevemente) varias veces a la semana, o llamarlos por teléfono.

Hacernos sentir presentes en sus vidas y hacerlos sentir presentes en las nuestras. Si reconociéramos que el beneficio es mutuo, seguramente lo haríamos.

No necesitan tantos viajes ni tantas vacaciones compartidas, ya que a veces, se los deja en un lugar desconocido, igualmente solos.

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FAMILIA

vos en la vida de un individuo. Cuando uno es abuelo, curiosamente, está maduro como para educar a un hijo. Pero ahora es el turno del nieto, y se abre una especie de segunda paternidad no biológica que demanda del abuelo mucha prudencia como para no entrar en conflicto (colisión funcional) con la figura de los padres”. La participación en la vida cotidiana de sus nietos pequeños hace muchísima diferencia en la vida de los abuelos. “En estos momentos, se está estudiando en la Universidad de Londres lo que se dio en llamar la ‘hipótesis abuela’. Se plantea que las abuelas que tienen una presencia afectiva y efectiva en el cuidado de sus nietos, logran una mayor expectativa de vida, una mejor calidad de vida y una disminución de incidencia de enfermedades físicas. Por eso mismo se replantea la menopausia, entendida ahora como el cierre de la maternidad biológica y la apertura de una nueva maternidad no biológica”, explica García Pintos, que agrega que inclusive los varones que cuidan a sus nietos conservan un mejor nivel psicofísico de vida. La “escucha” que ofrecen a sus nietos -que muchas veces los padres no pueden satisfacer- y un nivel de comprensión muy amplio son las razones de la afinidad, aunque el especialista advierte que “deben estar atentos a acompañar (a sus nietos) con una amorosa rigurosidad, es decir, no convertirse en cómplices de ellos ni en socios de desbordes”. Cuando hay que convivir La convivencia con el abuelo es un tema difícil de enfrentar para la mayoría de las familias y también para los abuelos. La realidad de la enfermedad o las dificultades económicas son los mayores miedos para los adultos mayores que no quieren ser una carga para sus hijos y sus nietos. “Repiten constantemente en la consulta: ‘no quiero ser una carga’”, dice Casabal. “Sin embargo, para la mayoría de los ancianos es más útil y saludable el contacto familiar que

¿Es más fácil convivir con un adolescente o con un “joven adolescente” de treinta años? Seguramente no.

una pastilla”. Pero, ¿es realmente difícil convivir con los abuelos? García Pintos lo aclara: “La familia no siempre está preparada para la convivencia y el mito popular presenta al viejo como alguien de difícil convivencia. Pasar a vivir con la madre o suegra es percibido como lo peor que le puede pasar a una persona. Sin embargo, ¿es fácil convivir con un adolescente o con un “joven adolescente” de treinta años? Seguramente no. ¿Es fácil convivir con nosotros? Tampoco. Entonces, lo difícil es convivir”. En realidad, los problemas de convivencia surgen porque se pretende que sólo el abuelo se adapte al sistema familiar que ya viene funcionando como tal y no se reconoce que todos deben realizar ajustes para lograr una buena convivencia. “De todas formas, esta convivencia se resuelve de distinta forma según sea el tipo de familia: madura o inmadura, funcional o disfuncional, sobre protectora, tipo clan, abandónica, distante, entre otros tipos”, explica García Pintos. Cuando los abuelos están todavía en actividad –esto es, cumplen alguna función aunque estén alejados del campo laboral- son mejor recibidos por sus familiares. “Porque alivian a la familia el peso

de su vejez. Inicialmente, la familia no quiere que el viejo sea viejo y trata de que él recupere su juventud, como sea. Cuando no hay más remedio que aceptarlo viejo, surge un nuevo dilema: cargar con él o no. Cuando el viejo, mantiene actividad, la situación familiar suele verse aliviada, no material sino afectivamente”, explica García Pintos. En cuanto a la valoración de los viejos, el psicólogo dice que “casi nunca los viejos fueron valorados por serlo. Cuando fueron respetados, fue en función de atributos que sustentaban: poder económico, poder militar, poder político. Es decir, siempre se respetó el ‘poder’; aún en la cultura oriental”. Y ofrece una consigna que puede servir de guía para una sana relación con los mayores: “valorar a los viejos es cuidarlos. Si no los cuidamos, no los valoramos”. Giorgio, con su aviso, consiguió comenzar a escribir un final feliz para su historia. Eligió una familia –de los cientos que respondieron su pedido- y ahora se prepara para compartir su amor por los poetas latinos con sus nuevos nietos, Mateush y Dagmara. ¿Seremos capaces nosotros de ayudar a nuestros abuelos a escribir un final feliz para su historia?

Rosa Londra

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El valor del dinero “Bueno, mamá, si no tenés más plata andá al cajero, ahí te dan”, contestó Pedro (4) ante la mirada perpleja de su mamá que le explicaba que no tenía suficiente dinero para comprarle el juguete que pedía. La frescura de respuestas similares despierta sonrisas en los papás pero también un ligero escalofrío: ¿cómo enseñarles a los chicos el verdadero valor del dinero?

P

ara Claudia Saporosi, economista y madre de cuatro hijos, lo esencial es enseñar a los chicos que el dinero no es un fin en sí mismo. “Es difícil verlo así porque hoy se puede comprar casi cualquier cosa con dinero”, dice. Saporosi suele poner a sus alumnos este ejemplo: si una persona está en medio del Sahara con una valija llena de dinero y tiene sed, no se “toma” los billetes. “El dinero posibilita el acceso a los bienes, pero no debe ser un fin en sí mismo. Más bien, cada uno tendría que plantearse qué es tener una mejor vida o cuál es la mejor vida que tiene planeada para su familia”, explica. Más allá del dinero Muchos chicos -inmersos en una sociedad en la que se privilegia el consumo- pueden creer que acceder a determinados bienes es imprescindible para alcanzar la felicidad. Así, tener dinero se convierte en la meta final. Por eso, es importante hacerles notar que hay situaciones en la vida en las que el dinero no soluciona nada. “Para la mayoría de las cosas se requiere dinero, incluso para el mejoramiento espiritual de la persona como una buena educación. Sin embargo, yo destaco a mis hijos que las cosas más importantes como el amor, la salud o la vida no se compran con dinero”, dice Alicia Caballero, economista, consultora y madre de tres hijos. Mostrarles a los chicos conductas racionales de consumo también es válido para que ellos comprendan el modo de manejarse de los padres

Una de las primeras cosas que se puede enseñar a los chicos, sobre todo con el ejemplo, es que al dinero hay que ganarlo, que es el resultado de un esfuerzo.

con relación al uso del dinero y vayan formando su propio criterio al respecto. “Es sano que tengan la sensación de límite. Cuando vamos a la juguetería no les compro el juguete más caro; es bueno darles la sensación de medida”, dice Caballero que distingue el derroche -“es la ausencia de límites” de la avaricia -“una actitud de privación extrema”- y prefiere educar a sus hijos en una sana austeridad: “no quiero que crean que el dinero es la meta máxima en la vida o el pasadizo a la felicidad, aunque para muchas cosas sea indispensable”. Muchas veces a los papás se les hace difícil explicar la gran diversidad de situaciones económicas de

familias cercanas a los chicos: ¿por qué algunas personas disfrutan de vacaciones en lugares espléndidos o tienen estilos de vida dispendiosos mientras otras deben administrar cuidadosamente su dinero para llegar a fin de mes? Caballero sugiere que a los chicos hay que explicarles estas diferentes situaciones como parte de la diversidad de la vida. “Hay quienes pertenecen a familias muy ricas, otros que tienen golpes de fortuna y hay personas que tienen que trabajar muy duro para ganar su dinero. A mis hijos les explico que en algunos casos la cantidad de dinero ganado se relaciona con el esfuerzo aplicado y en otros casos, no”.

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ECONOMÍA Y FAMILIA

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ECONOMÍA Y FAMILIA

TESTIMONIOS

Lo que cuesta y lo que vale

E

l dinero es un medio, no un fin; un instrumento para conseguir el fin. Es esencial enseñar que el dinero es limitado y hay que ganarlo trabajando. Se debe enseñar a valorizar los bienes, sean abundantes o no. En esto juega esencialmente el poner límites. El ahorro permite hacer entender a los chicos la prudencia, el no consumir hoy va a permitir consumir más en el futuro. Es importante enseñar a los chicos que toda acción implica un trabajo y que el trabajo dignifica a las personas, por que todo tiene que ser ganado con el trabajo. Cuanta menor edad tengan los chicos menos carga sobre los asuntos económicos deben tener. Cuando existe una situación económica difícil en la casa hay que contestar a sus inquietudes explicando qué pasa sin comprometerlos emocional o psicológicamente. Dar mensualidades o pagar por tareas en la casa son opciones efectivas para inculcar el valor del dinero. Consistencia en las conductas: no se puede enseñar el valor del ahorro en juguetes o bienes de los chicos y después que ellos vean que se compra por impulso (ropa u otros bienes)

El valor del esfuerzo Una de las primeras cosas que se puede enseñar a los chicos, sobre todo con el ejemplo, es que al dinero hay que ganarlo, que es el resultado de un esfuerzo –el trabajo- que tiene un sentido para la persona, más allá de la retribución económica. “Hay que enseñar a los hijos desde pequeños que el dinero no es ilimitado –por eso hay que cuidarloy que hay que ganarlo trabajando”, dice Saporosi y recuerda el mandato bíblico “ganarás el pan con el sudor de tu frente”.Esto hace que los chicos aprendan a cuidar sus cosas “porque cuanto más abundancia de bienes hay, es más difícil valorarlos”. Plantearse un objetivo vital es fundamental, para que el dinero encuentre su razón de ser como medio en la vida de las personas. “Preguntarse para qué estamos, qué queremos hacer de nuestra vida, qué es lo más importante son cuestiones válidas para plantear a los chicos desde que empiezan a tener sus propios bienes, los juguetes”, dice Saporosi. También destaca que en ocasiones es muy difícil para las familias limitar el consumo presente porque hoy la sociedad adolece de límites. “Por eso considero fundamental decirle a mi hijo: “no te compro el tercer juguete porque ya tenés dos y es suficiente; reservemos el dinero para otra cosa”.

“En Argentina es difícil explicar el valor del ahorro, porque el que ahorra es muchas veces penalizado”, dice Caballero, mamá de tres chicos de 8, 6 y 3 años. “Pero creo que a los chicos hay que inculcarles la costumbre del ahorro: privarse de algo hoy para acceder a un bien más valioso en el futuro. Inclusive a mis hijos les explico que hay diferentes monedas: unas son valor de cambio –como nuestros pesos- y otras reserva de valor -como el dólar o el euro-”. Una de las dudas habituales de los papás es acerca de la conveniencia de enterar a los hijos acerca de las dificultades económicas de la familia. Hacerles conocer la realidad parece la opción más razonable, aunque nunca preocupándolos con cuestiones tan detalladas que puedan angustiar, ya que no les corresponde a ellos resolverlas. “No pueden vivir aislados, aunque hay que atenuarles ciertas cosas porque necesitan un marco de tranquilidad para crecer y no conviene preocuparlos con cosas que escapan a su manejo”, dice Caballero. “Por ejemplo, no es necesario decirles que no se llegó a pagar las expensas o el teléfono, pero sí que no dejen el televisor encendido todo el tiempo o la luz prendida en un lugar de la casa cuando están en otro. Hay que enseñarles a ser austeros o a consumir poco si hay problemas económicos. Sin embargo, hay situaciones en las que no queda más remedio que explicarles todo: si hay que cambiarlos de colegio, lamentablemente hay que informarles que no se puede seguir pagando la cuota”, explica Saporosi. Otorgar una mensualidad para sus gastos es una forma de que los chicos aprendan a manejarse solos y administrar su dinero. “Por supuesto, depende de la madurez del chico”, dice Caballero que además del pago mensual ofrece a sus hijos uno o dos pesos por limpiar el auto. “No les pago si no terminan bien la tarea; por buen desempeño escolar puedo comprarles algún juguete. Sin embargo, no les doy dinero por las buenas notas o por portarse bien”, explica. “Es el dinero que se calcula que el chico necesitará en un mes y

35 TESTIMONIOS

Contando monedas

“ debe aprender a hacerlo durar”, dice Saporosi, que explica que esta solución además de enseñar a los chicos que el dinero no es ilimitado evita la cantinela: “me das plata..., me das plata...”. Eso sí: los padres deben asistir al hijo ante actividades no planificadas, salidas inesperadas, o ante un robo. En cuanto al pago por tareas realizadas, Saporosi lo emplea como opción cuando, en el verano, sus hijos disponen de más tiempo libre. Sin embargo, distingue la colaboración en tareas comunitarias como la de levantar la mesa que no es retribuida con dinero de otras tareas como la limpieza del auto que sí es retribuida. “Dar plata porque sí no enseña”, remarca. Para todos Pero como el mundo no termina en los confines del hogar, también enfrentamos a los hijos a las necesidades de “los otros”, especialmente aquellas personas privadas de la dotación de bienes mínima necesaria para vivir con dignidad. Lamentablemente, esto pasó a formar parte del paisaje urbano de una ciudad como Buenos Aires en los últimos años. Porque la raíz de estas preocupaciones descansan en que el derecho a la propiedad privada está limitado por la universalidad al que están origi-

nalmente destinados. Es la “hipoteca social” a la que hace referencia Juan Pablo II. Así, la responsabilidad de compartir los bienes de que dispone la familia con otras personas que disponen de menos, es algo que los chicos también deben comenzar a experimentar desde pequeños. “Trato de educar a mis hijos en la caridad y en compartir con personas que, sin merecerlo, tienen mucho menos”, dice Caballero. Involucrarlos en acciones concretas como separar de sus propios juguetes o ropa las que vaya a regalar y conocer la realidad de quien lo recibe enseña mucho a los chicos, lo mismo que explicarles el sentido de campañas solidarias o de la limosna. Y recordar que la prosperidad se origina en una serie de virtudes también es una lección que puede servirles de mucho a los chicos, especialmente cuando se ven a diario situaciones de extrema pobreza y desigualdad. “El origen moral de la prosperidad resulta claro en el curso de la historia. Este se encuentra en una constelación de virtudes: laboriosidad, competencia, orden, honestidad, iniciativa, sobriedad, ahorro, espíritu de servicio, fidelidad a las promesas, audacia; en resumen: amor a un trabajo bien hecho”. (Juan Pablo II, Insegnamenti).

Desde que eran chiquitos y tenían

desde 10, 12, 15 o 17 -cuenta Diana Elvira de Ezcurra (grafóloga), siete hijos ya mayores, de Bella Vista, San Miguel- trabajaban en mi casa: cortaban el pasto, los cercos, pintaban algo… entonces yo les pagaba, y con eso ellos tenían su platita los fines de semana. Así les hacíamos valorar el dinero que les dábamos. Incluso a veces se peleaban, que a mí me toca cortar el pasto y ese tipo de cosas. Cuando pedían una cantidad para ir al cine con un amigo, o hacer un determinado programa se la dábamos, también si era para algo relacionado con sus estudios. Ahora ya son grandes y, gracias a Dios, muy generosos: más bien ellos dan, y no piden de más, ahora algunos me ayudan hasta de su propio sueldo: “mamá, ¿necesitás plata?”, “Mamá, acá tenés un regalito”. A nosotros no nos faltó nunca la plata pero tampoco nos sobró. Eso es muy importante en cuanto a cómo manejarse. Ellos mismos se daban cuenta como iban heredando los uniformes, los zapatos, toda la ropa: del más grande al más chico. Los libros se prestaban entre familias. Mis chicos supieron siempre que acá hay límites y que todo el tiempo nos estamos sacrificando por ellos. Por eso son generosos. Así como ellos antes cortaban el pasto, ahora como no están me pagan un jardinero.”



Alberto Gómez, San Antonio de Areco,

47 años, 3 hijos: “Les damos dinero cuando lo necesitan o cuando lo piden. Les enseñamos a gastar en cosas útiles y necesarias, a no gastar de más, en cosas que no son necesarias o no sirven y de esta manera se ahorra”. “Les enseñamos el valor del dinero como sacrificio: para comprar algo o para tener dinero, hay que dejar algo de lado. Creemos que a partir de los 16 ó 17 años, ya tienen la edad suficiente como para hacerse cargo de la situación económica que se vive en casa y es por eso que los ponemos al tanto de si se va a hacer una compra importante, un arreglo, un cambio de auto y todo lo que esto implica de sacrificio”.

CRECIENDO EN FAMILIA

ECONOMÍA Y FAMILIA

36 CRECIENDO EN FAMILIA

NIÑEZ

ADD: ¡Cuesta tanto que mi hijo atienda! E

n el aula, Carolina está impaciente. Mueve sus manos y se revuelve en la silla. Una compañera debe contestar pero ella sabe la respuesta y se adelanta. La grita. Su compañera la mira enojada. Pero Carolina no registra el incidente, ahora distrae a su compañera de banco, tratando de que le muestre su nueva cartuchera. Desde su nacimiento, los padres de Carolina se vieron ante el desafío de contener su actividad desmesurada, un sinfín de travesuras y los permanentes conflictos que ocasionaba con sus hermanos.Ahora, en primer grado su hiperactividad le provoca verdaderos problemas: no termina las tareas en clase, le cuesta seguir la explicación de la maestra, molesta a sus compañeros y no puede permanecer sentada en su silla. Su madre debe hacer un seguimiento exhaustivo de sus actividades y ayudarla todos los días a completar tareas inconclusas. El Síndrome de Dispersión de la Atención con o sin Hiperactividad o ADD por sus siglas en inglés (Attention Déficit Disorder) es un síndrome biocomportamental del desarrollo -determinadas diferencias biológicas en el circuito cerebral tienen un rol importante en la aparición de estos síntomas-, en el campo de la atención, control de los impulsos y la regulación de la actividad inapropiados desde el punto de vista evolutivo. Esto hace que quienes presentan este cuadro manifiesten déficit atencional, impulsividad e hiperactividad. Es crónico -dura toda la vida, aunque con

37 PARA TENER EN CUENTA

manifestaciones variadas según el ciclo evolutivo-, tiene diversos síntomas y es de origen genético. “Estos niños no pueden estructurar su comportamiento, tienen dificultades para elaborar una conducta adecuada y presentan una particular impulsividad en sus actos y emociones”, explica el pediatra Carlos Mamóndez. “Pueden presentar síntomas precoces en la primera infancia tales como hipermotilidad, trastornos alimentarios o de sueño, irritabilidad, desconsuelo, disconformidad, dificultades para jugar o entretenerse y tendencia a los accidentes, entre otros”, completa Mamóndez. Se trata de un trastorno del desarrollo porque su presencia implica una pauta evolutiva diferente de la que mantienen quienes no tienen ADD. Los síntomas no pueden atribuirse a alteraciones neurológicas, sensoriales, del lenguaje o motoras graves; tampoco a retraso mental o trastornos emocionales severos. No son la consecuencia de un estilo de crianza en particular, del modo de vida actual, ni de desatención por parte de los padres o educadores, aunque estos niños requieran, una vez identificado este problema, un trato particular. “Estas dificultades se asocian normalmente a déficit en las conductas gobernadas por reglas y a un determinado patrón de rendimiento”, dice la psicopedagoga Lidia Buzzela. “Es una disminución en la capacidad de mantener la atención organizando el comportamiento en forma autodirigida, autosostenida, planificada conforme con reglas en función de objetivos futuros”. En su presencia juegan un rol fundamental los lóbulos frontales del cerebro, particularmente el prefrontal, relacionado con las funciones ejecutivas -procesos de control que involucran capacidad inhibitoria o demora en el tiempo de respuesta, que posibilita a la persona, iniciar, mantener, detener y cambiar sus procesos mentales para lo cual establece prioridades, se organiza y pone en práctica una estrategia-. El ADD se origina, entonces, en un déficit en la capacidad inhibitoria de

una zona del cerebro sobre otra. Las sospechas comienzan cuando el niño no presta atención el tiempo necesario para realizar una actividad que está al alcance de pares de la misma edad, inteligencia y escolarización. “Se dispersa fácilmente”, “Está en la luna”, “No termina nada que empieza”,“No escucha lo que le digo”,“Cuesta mucho trabajo hacer que se concentre en la tarea”, “Pierde sus útiles escolares”, “Es totalmente desordenado y desorganizado”, son algunas de las frases típicas que padres o maestros usan para describir las conductas de estos niños. “Su tiempo de atención es corto y variable y no permanece el lapso requerido para que una información sea procesada”, dice Buzzela. La capacidad para prestar atención evoluciona con la edad y a los cinco años un niño puede sostener la atención durante quince minutos en una actividad, sin estar bajo la supervisión de un adulto. Se calcula que los chicos con ADD tienen un retraso en su capacidad atencional y de recordar de un 30 por ciento de su edad actual, esto es, sus dificultades en el aula con sus pares son similares a las que tendría un chico de seis años en un aula de chicos de nueve en lo que respecta a su habilidad para focalizarse y controlarse a sí mismo. Existe un subtipo de ADD en el que está ausente la hiperactividad, “son los niños “hipoactivos”; en ellos el foco atencional se selecciona y controla en forma rígida: la atención se dirige hacia adentro, hay poca responsabilidad a la demanda ambiental y probablemente procesamiento de la información más lento”, explica Buzzela. Son perezosos en responder a las tareas, atienden a eventos internos más que a las demandas externas y demoran más en completar tareas escritas. Son vistos como “soñadores despiertos”, apáticos e inmotivados y, a veces, de movimientos lentos: se quedan mirando fijo, se pierden del contexto y no son perturbados por los estímulos. La cuestión social Carolina comenzó a tener pro-

Consejos para tratar el ADD

S

eguir estos consejos en el trato con niños que presentan ADD puede ser de utilidad:

•No comparar al niño con sus hermanos ni centrarse en los aspectos negativos de su comportamiento. •Revisar sus cuadernos y señalar los aspectos positivos, uno por vez. •Darle la oportunidad de cumplir con ciertas responsabilidades dentro de las tareas cotidianas de la casa. •La integración del niño en redes sociales de pertenencia es fundamental: grupos de scouts, por ejemplo, o en actividades comunitarias diversas. •Hacer entre los padres comentarios positivos respecto a los logros de su hijo. •Elegir el colegio cuidadosamente: hay que evitar los de estilo rígido y con alumnado numeroso. •Darle la oportunidad de establecer relaciones uno a uno -se manejan mejor con ellas que con las grupales-. El niño con ADD no es responsable por su condición: es quien la sufre, antes que nadie. Los maestros deben conocer la situación para instrumentar medidas pedagógicas y disciplinarias adecuadas. La actitud comprensiva y tranquila de los adultos es el mejor antídoto para su sufrimiento. A la hora de enfrentar tareas que exigen atención es necesario preparar un ambiente adecuado, sin estimulación y con tiempos acotados. Ante la duda, el especialista determinará si se está ante ADD o ante un problema de mala formación de hábitos. Cada niño debe ser evaluado en su manera personal y única de comportarse para elegir las indicaciones más convenientes para él.

CRECIENDO EN FAMILIA

NIÑEZ

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NIÑEZ

blemas con sus compañeras. Ninguna la prefería, la calificaban de “brusca” y “salvaje”. Alteraba el curso de los juegos, ya que no esperaba su turno ni terminaba de jugar sino que se retiraba diciendo: “Estoy aburrida”. Interrumpía las actividades en las que quería participar y terminaba peleando con sus compañeras, a las que en ocasiones agredía físicamente con empujones o tirones del pelo. Pronto, le resultó difícil que alguien la invitara a jugar a su casa o que aceptaran sus propias invitaciones. “El niño impulsivo impresiona desfavorablemente a pares y a otros adultos: sus actitudes intrusivas, tanto motoras como verbales, las dificultades para respetar las reglas de la relación con los demás traen aparejados conflictos, peleas y rechazo”, dice Buzzela. Además, los accidentes –por la combinación de falta de atención, impulsividad y sobre actividad- están presentes en la vida de estos niños. “Si está jugando a la pelota y se le va al medio de la calle ¿cómo hace para recuperarla de manera segura? Debe inhibir el impulso de salir corriendo, evaluar los peligros -autos, árboles, tránsito- y monitorear lo pasos que seguirá. Su dificultad en controlar los impulsos lo llevará a salir corriendo a buscar la pelota”, ejemplifica la psicopedagoga. La entrada a primer grado implica, a un niño con ADD, una serie de exigencias atencionales y conductuales que encuentra especialmente difíciles de cumplir. Tareas incompletas, desprolijidad, cumplir con rutinas de aseo diarias o respetar horarios originan conflictos permanentes con padres y maestros, que si no advierten este problema pueden perder la paciencia en el trato con el niño. Sobrevienen así otros problemas como aislamiento, frustración –debido a que tienen una correcta percepción de la realidad y son conscientes de sus limitaciones-, baja autoestima –sentimiento de inutilidad y de ser distinto de sus compañeros-, agresividad –al percibir sus desventajas-, hasta depresión.

“Cuando no es tratado a tiempo persisten las características en la adolescencia y la adultez: bajo rendimiento académico, dificultad para encontrar o mantener el trabajo y para concretar decisiones vocacionales, baja autoestima y confusión para pensar y elaborar sus proyectos de vida”, explica Mamóndez. El diagnóstico La presentación heterogénea de este síndrome hace que muchas veces no se diagnostique rápidamente, con consecuencias desagradables para el niño y su entorno.“Un diagnóstico precoz –idealmente, antes de primer grado- permite no sólo un tratamiento oportuno y eficaz sino que también previene dificultades evolutivas más serias a medida que crecen y suman frustraciones, muchas de ellas evitables, que afectan particularmente su autoestima”, explica Mamóndez. Pero ¿cómo distinguir un niño activo y vital de uno hiperactivo? “Para que la hiperactividad -motora o verbal- se considere inapropiada se debe tener en cuenta el contexto y si persigue un fin. El movimiento normal es aquel que está dirigido a una meta y explicable en función de ella; los

movimientos del hiperactivo son ociosos, sin utilidad y faltos de un propósito”, aclara Buzzela. Así, si en el patio es difícil distinguir unos de otros, en el aula, la diferencia es notoria: el niño hiperactivo no logra inhibir su actividad para adaptarse a los requerimientos del aula. Debido a que no hay tests médicos para diagnosticar ADD, el criterio utilizado está basado en el comportamiento del chico. La Academia Americana de Pediatría recoPARA TENER EN CUENTA

Inserción social

1 2 3 4 5

Estructurar los recreos.

Comprometer a los padres en el proceso de socialización.

Alentar la vida social extraescolar.

Compañeros tutores.

Trabajar dinámica grupal.

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NIÑEZ

mienda una evaluación detallada sobre la base de la información de padres, cuidadores diarios de los chicos y sus maestras: la historia de su desarrollo, escalas rankeadas, observaciones y resultados de tests. Además, el médico debe determinar si los síntomas afectan logros académicos, el desempeño en el aula, relaciones sociales y familiares, el funcionamiento independiente del niño, la autoestima, las actividades de ocio y el propio cuidado. Estos comportamientos deben presentarse en dos ámbitos distintos, en la escuela y en la casa, durante por lo menos seis meses y deben ser más frecuentes y más severos que en otros chicos de la misma edad y de su mismo nivel de desarrollo. El tratamiento “El pediatra puede detectar precoz y oportunamente este síndrome y diseñar un plan terapéutico integral”, dice Mamóndez, quien aconseja que sea un profesional quien coordine el equipo que se requiera para el tratamiento adecuado: psicopedagoga y/o psicólogo infantil. Además de la medicación, el tratamiento se puede completar con rehabilitación cognitiva conductual, psicoeducación y apoyo familiar e intervención centrada en el niño y en el ámbito escolar. - Farmacoterapia: debe ser evaluada permanentemente por el médico tratante. Puede tener efectos secundarios no deseados; sin embargo, su eficacia se aprecia a corto plazo: mejora la atención, la persistencia en la realización de los trabajos, se reducen la inquietud y la actividad motora gruesa. También facilita las conductas que constituyen requisitos para lograr el aprendizaje; mejoran las relaciones familiares y sociales porque se reducen los conflictos y aumentan las interacciones positivas con los padres y hermanos. El niño es más obediente y cumple normas de convivencia durante más tiempo. Así, padres y profesores, disminuyen las órdenes verbales y modifican el estilo restrictivo habitual y con esto aumentan las reacciones positivas hacia su conducta, los

halagos, aprobaciones y contactos con el niño. “Como gran parte los síntomas se reinstalan cuando se suspende la medicación, no todos los aspectos relevantes mejoran con la medicación y no todos los pacientes responden a la medicación ya que los efectos colaterales alteran la ecuación costo beneficio se hace necesario potenciar los logros de la medicación con otros abordajes”, explica Buzzela. - La Rehabilitación Cognitiva Conductual mejora la performance del niño en resolver problemas, el manejo de la frustración y las habilidades sociales. “Sin embargo, no logra sin auxilio de la medicación, mejorar adecuadamente el funcionamiento curricular, atencional y/o cognitivo y puede resultar agotador para padres y docentes mantener en el largo plazo los programas de modificación comportamental”, dice Buzzela. - La Psicoeducación y Apoyo Familiar informa, detecta comportamientos inapropiados, tanto en el niño como en la familia, realiza pequeñas modificaciones en la estructura familiar y enseña a la familia técnicas cognitivas y comportamentales básicas y supervisa su utilización. “Los padres deben saber que el problema no se origina en errores de crianza o edu-

cación inapropiada, en una constitución alterada, desganada o en conflictos familiares irresueltos”, dice Buzzela. - La intervención centrada en el niño –instruyéndolo en habilidades sociales y cognitivas- y las intervenciones en el contexto escolar –asesorando al docente para que el niño sea comprendido y se elaboren estrategias personalizadas para optimizar su rendimiento académico- también forman parte del tratamiento.

PARA TENER EN CUENTA

Consejos Para mejorar el proceso

de enseñanza- aprendizaje: Para mejorar el proceso de enseñanza•Respetar y aprovechar el estilo cognitivo y de aprendizaje: del niño. •Respetaraprendizaje y aprovechar el estilo cognitivo y •Desarrollar de aprendizaje del niño. habilidades meta cognitivas. •Desarrollar habilidades meta cognitivas. •Supervisar las tareas •Supervisar las tareas en forma frecuente y en forma frecuente y conconstante.stante. •Acotar de la duración •Acotar la duración las tareas.de las tareas. •Preferir el uso de cuadernos a carpetas. •Preferir en el uso de cuad•Usar recordatorios el aula. ernos a carpetas. •Reforzar positivamente la actividad. •Usar recordatorios en •Exaltar el apropiado. el comportamiento aula. •Permitir al •Reforzar niño relajarse. positivamente

40 CRECIENDO EN FAMILIA

SOCIEDAD

La patria: ¿ausente en el hogar? “Mamá, ¿qué es la patria?” Si las preguntas difíciles de los chicos se reconocen en las respuestas dubitativas de los padres, ésta es una de ellas.“...Donde nacemos y crecemos”,“la Argentina, nuestro país”,“las costumbres y tradiciones: lo que nos hace ser argentinos...” son demasiadas palabras que no terminan de expresar lo que es la patria.

S

egún el historiador Guillermo Furlong en su libro La Revolución de Mayo, el concepto de patria se compone de dos elementos básicos: el vínculo sucesivo de la tradición y el vínculo simultáneo de la unidad espiritual. Estos dos elementos son los que unen a un grupo de personas con un pasado, un presente y un futuro en común. Por eso, más allá de las costumbres ancestrales, los ritos tradicionales o los territorios con los que se conforma el país, lo que define la patria es la coexistencia de esos dos vínculos.Pero no sólo eso: la patria es “aquello que, en el planeta que todos habitamos y en la historia

“La Patria es una empresa común, que sólo realizan los hombres que tienen fe en una misión y en un destino colectivo”.

que todos diariamente tejemos, señala un destino y configura una empresa colectiva”, explica Furlong.Así, como todo hombre tiene un destino que cumplir, toda nación tiene algo concreto que realizar. Este sentido de misión y de destino es la mirada hacia el futuro que se necesita para comprender, en toda su dimensión, el concepto de patria: “una empresa común, que sólo realizan los hombres que tienen fe en una misión y en un destino colectivo”. ¿Por qué hoy es tan difícil hablar de patria? Una de las explicaciones posibles es que el ejercicio del patriotismo –el apego a este vínculo que se

expresa de múltiples maneras-, si no está pasado de moda, por lo menos, está bastante mermado dentro de la sociedad argentina. Las urgencias cotidianas, las malas experiencias políticas y económicas en el país, la falta de amor por lo propio -música, comida, costumbres, bailes o tradiciones-, la escasa conciencia de comunidad, la sobre valoración de un modelo de consumo “externo” en detrimento de lo autóctono y la falta de un sentimiento de misión colectiva menoscaban el sentido conceptual de patria. “La patria es un valor a redescubrir”, apunta Ricardo Moscato,

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SOCIEDAD

vicerrector del Colegio Del Salvador. “Hoy se ubica a la patria en lo negativo porque hay una ausencia de raíces en un clima cultural de desmemoria. El lugar de la patria en la familia está desdibujado. Y esto se debe a un impacto negativo de las urgencias cotidianas, y a veces, porque falta la visión del todo que es la patria”, sentencia. “Hoy existe una falta de sentimiento de pertenencia, es bastante sintomático que la juventud de nuestro país esté pensando que la única salida sea Ezeiza o que en un mundo globalizado como el que vivimos, nuestras propias tradiciones sean menospreciadas en beneficio de otras que nada tienen que ver con nosotros”, agrega Roxana Flammini, licenciada en Historia y directora del Centro Estudios del Antiguo Oriente, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UCA. El ejercicio de la memoria Moscato explica con claridad dónde debería estar la salida. “El redescubrimiento de la patria va de la mano de un ejercicio de memoria. Y esta recuperación debe hacerse a través del relato de la patria, a través de la familia y de la escuela. La patria es un sentimiento de comunidad que debe ser enriquecido por la vida familiar”. En las grandes ciudades –como Buenos Aires- vivenciar la patria parece todavía más difícil. Cosmopolita, con una vida apurada que muchas veces fomenta el individualismo y siempre abierta a nuevas tendencias como puerto de salida y de entrada al mundo, Buenos Aires difiere de otras ciudades del interior, donde se mantienen todavía costumbres ancestrales, se respetan más los símbolos patrios y se hace un verdadero culto de lo propio. “Es importante recuperar a la patria entendida como un todo y no como mi espacio, mi barrio, mi familia. Esto es notable en la ciudad de Buenos Aires: aquí hay menos sentido de patria que en el interior. Quizá influya el hecho de haber sido el puerto de ingreso de mucha migración externa y también de ser la puerta de egreso de muchos jóvenes que creen que acá no hay futuro”, indica Moscato.

Una concepción equivocada de país puede impedir la constitución de una verdadera Nación, donde haya un “ídem sentire”, una soberanía definida y defendida, una comunidad de intereses, un sentimiento de patria arraigado. Si la patria es un sentido de misión en común, adquiere urgencia revitalizar el concepto y tenerlo presente a la hora de educar. Reencontrarse con las raíces puede permitir hallarse nuevamente como pueblo. “Hemos olvidado el sentido de la gratuidad”, señala Moscato. Ejercitar la memoria, recuperar la gratitud con la sociedad de la que se forma parte y pensar en la patria como algo dinámico pueden ser tareas importantes, entonces. El papel de la escuela es uno de los más relevantes en este

CONCEPTOS

El buen patriota



Todos aman su patria, y muy pocos tienen patriotismo: el amor a la patria es un sentimiento natural, el patriotismo es una virtud que procede de la inclinación al suelo donde nacemos, y recibimos las primeras impresiones de la luz. Para amar a la patria basta ser hombre, para ser patriota es preciso ser ciudadano” (Bernardo Monteagudo). Un buen patriota es alguien que tiene la virtud del “patriotismo”: el deber general que impone aquella parte de la justicia que consiste en «el amor y la piedad hacia la patria en cuanto tierra de nuestros mayores o antepasados».

42 CRECIENDO EN FAMILIA

DIALOGAR EN FAMILIA

desafío, junto con la familia. Su deber es entonces, educar en un sano patriotismo, favoreciendo la crítica inteligente, sin desconocer la propia realidad, pero tampoco adscribiendo a un falso sentido de lo que se es; una educación que se base en la integración de todos y cada uno de los habitantes del país. La responsabilidad de los padres también es educar a sus hijos en la diversidad, lo que no implica uniformidad ni fragmentación. La idea de que se puede vivir individualmente, desconfiando uno del otro, pensando en el bien personal y no en el común de todos, podría hacer que cada individuo tuviera tantas patrias como personalidades. “El paso siguiente es la desfragmentación total de la patria y el fin del sentimiento de unión como pueblo, la idea de país un año buscando oportunidades de sin Nación”, asegura Moscato. “La crecimiento profesional-, la distancia patria debe ser redescubierta a tra- les duele especialmente en los movés de dos instancias: por un lado, a mentos de celebración de la propia través del conocimiento de nuestros patria, cuando ellos a pesar de estar próceres, de nuestra música, litera- lejos, no faltan a la cita: “En los días tura, pintura y un elemento subje- patrios sentimos mucha nostalgia. tivo que abarque los sentimientos Nos ponemos la escarapela y estapuestos al servicio de un proyecto mos orgullosos de ser argentinos. común de amor y unidad.Y, por úl- Es un sentimiento muy fuerte que timo, la formación ética, que debe revive en esos momentos. A la disestar presente para redescubrir este tancia, se empieza a valorar todo sentimiento de patria y conformar lo relacionado con nuestras raíuna nueva ciudadanía”, ces”. A pesar de que su La responsaindica Moscato. hijo Gonzalo ya se adaptó, bilidad de los Recuperar el sentido extrañan porque, pese a de pertenencia es clave padres también todo, en la Argentina “no es educar a para construir un protodo está tan mal como sus hijos en la yecto en común. “Como parece y afuera las cosas diversidad, lo padres tenemos la oblise ven de otra manera”. que no implica gación de transmitirles a Diego Anchelerguez uniformidad ni nuestros hijos el sentido trabaja para Bank Of Amefragmentación. de pertenencia, lo que rica y vivió casi dos años significa ser argentino y en el exterior. Desde su amar la bandera. Transexperiencia, hace un diagmitirles nosotros lo que significa nóstico: “Creo que la causa principara nosotros la patria, con el pal de la falta de sentimiento de paejemplo para que las generacio- tria corresponde a la existencia de nes que vienen vivan el sentido de instituciones corruptas, obsoletas y patria con naturalidad y respeto”, como consecuencia, destruidas, a agrega Flammini. políticos que no nos representan y a un incremento de la “viveza crioDesde afuera lla” que hace que no confiemos los La experiencia de vivir en el ex- unos en los otros. Todo esto atenta terior es muchas veces reveladora en contra de que nos sintamos parde este vínculo pasado y presente te de un todo” y define la patria: “la con una comunidad. Y la necesidad entiendo como una idea de país en de expresar la vivencia de la patria, a que entren todos y no se excluya a la distancia, se vuelve urgente. A Vic- nadie, en donde se respeten las difetoria y Gustavo López, -un matrimo- rentes formas de pensar y se respete nio que se fue a Madrid hace más de a la persona como tal”.

Redescubrir el valor de la patria, sentirse responsable y protagonista es fundamental para encontrar y asegurar un camino de identidad posible para los jóvenes, una misión en común.

Las experiencias distintas conllevan a un mismo diagnóstico: la pérdida del sentimiento de patria en el hogar, en el trabajo, en la escuela y, más allá de las causas, el problema de asumir con responsabilidad la tarea de redescubrir la patria es acuciante. Y en esta tarea, sentirse responsable y protagonista es fundamental para encontrar y asegurar un camino de identidad posible para los jóvenes, una misión en común. Como lo expresa Furlong: “si esa misión colectiva existe, la patria comprende una región o país, y comprende un conjunto de tradiciones, pensamientos y sentimientos comunes, incluso prejuicios, y hasta puede ser de errores, que hacen que todos los de esa patria se sientan hermanados y como conspirando a un mismo fin”.

PARA TENER EN CUENTA

Raíces para el futuro La tarea de redescubrir la patria se basa en: v Conocimiento de un pasado común: historia, música, costumbres, literatura, pintura. v Sentimientos puestos al servicio de un proyecto común de amor y unidad. v Formación ética que descubra los propios valores y conforme una nueva ciudadanía.

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La virtud y la energía educativa Q Por Pbro. Juan A. Torrella

El padre Juan A. Torrella es el vicario de Educación de la Arquidiócesis de la Ciudad de Buenos Aires.

uiero saludar desde aquí a hombres y mujeres ran las vacunas, repartieran otros virus por doquier. intrépidos. Se sentirán a gusto en compañía Algo así nos ocurre como sociedad. Dilapidamos de José Manuel Estrada. Un laico con pasión por otros carriles lo que con esfuerzo nos cuesta y hondura. Esto reclamaba con vigor a los hombres construir. y mujeres de su tiempo:“¡...pueblo argentino, acuérHay que transitar desde la diversidad de comunidate de ti mismo y levántate! ¡Levántate en la virdades, de grupos e instituciones, para ir confluyendo tud!”. Nos separan ciento diez años de su muerte, en un concordar en un proyecto educativo copero sigue intacta su idea de construir una Argentina mún animado por valores básicos compartilímpida y fuerte. dos como nación. Con memoria, con grandeza, con Cuánta de su vitalidad, de su compromiso aurealismo. daz, necesitamos hoy para elevar los senderos por La alternativa es el tironeo estéril, los mensajes los que venimos transitando como país. Los sueños contrapuestos, el negociar con lo más sagrado que para esta, nuestra patria que estamos viviendo, nos son nuestros chicos, el marchar sin rumbo ni brúinvitan a levantarnos con ímpetu y a entregarnos a la jula. ¿Qué es esto sino despilfarro? Despilfarro que mejora de la casa común con una energía inusitada, podemos vivir en nuestra familia, en nuestra escuela, para que la habiten nuestros pequeños con segurien cada comunidad. Es hora de multiplicar lo que dad y en plenitud. nos alimenta. Me parece conveniente que detengamos nuestra Por último quiero incorporar una cuestión nada mirada en algunos reduccionismos de moda que menor. Nuestro tiempo goza afortunadamente de impactan sobre el modo de educar en logros, sólo anticipados por la fantasía, en Abundante nuestra sociedad. Son simplificaciones en muchos campos del quehacer humano. información, las que solemos caer. Quisiera presentar al Logros que nos han ayudado a desarrotodavía no es menos tres de ellas: informar por educar, llar una conciencia de todopoderosos. educación. Aún despilfarrar energías educativas, silenLas posibilidades de progreso se nos anmás, cuantiosa ciar la conciencia de los límites. Tienen tojan irrefrenables a la vez que imaginainformación no que ver con la educación como proceso mos que están allí al alcance de nuestras bien procecomplejo, con la atención a las distintas manos. Me gusta la expresión de un autor sada, afecta variables y dimensiones que interactúan que habla de conciencia de “asegurados” la calidad del y con la bidireccionalidad permanente del (y contra todo riesgo). acto de educar que comporta siempre el proceso educaVamos bien hasta que a la vuelta de tivo. magnífico juego de libertades. la esquina nos desayunamos con algo Nos sorprende a diario la cantidad y inesperado. Se devela la existencia del variedad de información que manejan nuestros chilímite. Límites que cada uno conoce y podría enucos. Y esto es básicamente bueno. Observemos de merar. De esa negación surgen muchas frustraciones entrada: abundante información todavía no es y resentimientos. El que los ha reconocido y los ha educación.Aun más, cuantiosa información no bien aceptado, se ha tornado adulto. Desde allí el adulto procesada afecta la calidad del proceso educativo. -que significa el que alcanzó la estatura, diríamos la Fíjense que se ha puesto en marcha un mecamedida humana- servirá a las generaciones abriénnismo facilista de cargar sobre los centros educadoles al gozoso encuentro con la realidad desnuda, tivos cuanta falencia se detecte en nuestro existir que siempre será mejor que el más perfecto de los cotidiano como comunidad. Consiguientemente la mundos virtuales. escuela debe suplir esas ausencias abordando dicha “¿Se deteriora la esmeralda porque no se la problemática.Y así se van sumando temas y cuestioelogie?”, se pregunta Marco Aurelio. Indudablemennes que hacen cola para aguardar ser tratados por te, la verdad y el bien, cuando toman cuerpo, valen algún educador que encuentre el lugar, momento y por sí y al permanecer ocultas o peor aun denostadinámica oportunos “para hablar sobre ellos”. Baste das, no pierden consistencia. Allí el valor de educar concluir con esto que todos hemos experimentado: a fondo y en serio. Hay un testigo que todo lo ve y el mucho hablar no alcanza para llegar al núcleo pergoza con la hechura de sus manos. Pero ¡cuánto mesonal del educando. jor una sociedad que pugna al unísono por lleSi nos situáramos en el campo de la salud, resulvar a plenitud a todos sus hijos y alardea con taría poco comprensible que aquellos que proveyepasión de este cometido!

CRECIENDO EN FAMILIA

OPINIÓN

44 CRECIENDO EN FAMILIA

OPINIÓN

San Martín, padre y maestro Una faceta poco conocida pero no por ello menos atractiva es la del General San Martín como padre de su única hija Merceditas. El acento en la educación de la niña, sus célebres máximas y la relación con sus nietas.

E

l 10 de febrero de 1824 partían hacia Europa, a bordo de Le Bayonnais, el general José de San Martín y su pequeña hija Mercedes. Luego de brindar doce años de su existencia a la causa de la emancipación americana, el Libertador dejaba el suelo patrio para no inmiscuirse en las luchas entre partidos, pero sobre todo con el fin de dedicar sus mayores esfuerzos a la educación de la infanta mendocina, como la denominó su orgullo paterno cuando vio la luz en la ciudad cuyana. La niña no había gozado, casi, de las caricias del General, pues había regresado desde Mendoza a Buenos Aires en brazos de su joven madre, Remedios de Escalada, cuando el entonces jefe del Ejército de los Andes cruzó la cordillera en pos de la libertad de Chile y Perú. Fue una despedida dolorosa y larga, pues aquella separación podía convertirse en permanente. Los riesgos que ofrecía el camino a la capital –indios, maleantes, perros cimarrones, etcétera- y los peligros de la guerra que San Martín emprendía, eran más que suficientes para abrigar tal temor. Rodeada del afecto de su familia materna pero carente de la presencia de su padre, Mercedes se había convertido en una criatura consentida, que reclamaba límites. No había contribuido a aplicarlos la enfermedad de Remedios, que murió el 3 de agosto de 1823, sin que su esposo pudiera darle el último abrazo. Cuando

Por Miguel Ángel De Marco Presidente de la Academia Nacional de la Historia y Director del Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UCA.

San Martín no contaba con demasiados recursos, pero sacrificó lo poco que tenía para buscar un colegio adecuado.

el héroe llegó a Buenos Aires, apenas tuvo el consuelo de levantarle un modesto monumento de mármol con la inscripción: “Aquí descansa doña Remedios de Escalada. Esposa y amiga del General San Martín”. Con respecto a Merceditas, debió adoptar medidas drásticas. Su suegra usó a su “chiche” –así la llamaba- para litigar con su severo y expeditivo yerno, acostumbrado a sortear barreras bastante mayores que las que tendía aquella señora de mal carácter. El general Tomás Guido, su amigo y confidente, le había advertido: “la vista de mi tía Tomasa va a aumentar

los malos ratos de usted, porque con ella se renuevan las llagas”. Y no se equivocó. Luego de pasar un tiempo en Buenos Aires, San Martín solicitó permiso militar al gobierno para ausentarse al extranjero. Adoptó las medidas convenientes para facilitar la partida de Mercedes, y embarcó con ella. Luego de largos y penosos días de navegación llegaron al puerto del Havre, pasaron a Inglaterra y estuvieron en ciudades holandesas hasta llegar a Bruselas. Era el punto elegido por San Martín para residir y procurar la educación de su hija. No contaba con

45 CRECIENDO EN FAMILIA demasiados recursos, pero sacrificó lo poco que tenía para buscar un colegio adecuado entre los varios que existían en la ciudad. El General, antes de dejar a su hija en el internado que había elegido, redactó sus conocidas “Máximas”, reflejo de los principios que enaltecieron su existencia. Deseaba que Mercedes adquiriese saberes, pero sobre todo requería que se le enseñara a “humanizar el carácter y hacerlo sensible aún con los insectos que nos perjudican...”, “inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira”, “estimular la caridad con los pobres”, “respeto a la propiedad ajena”, “acostumbrarla a guardar un secreto”, “inspirarla sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones”, “dulzura con los criados, pobres y viejos”, “que hable poco y lo preciso”, “acostumbrarla a estar formal en la mesa”, “amor al aseo y desprecio al lujo”, “inspirarla amor por la patria y por la libertad”. San Martín, que vivía con gran modestia en una casa de la Rue de la Fiancée, visitaba a su hija todos los sábados y la llevaba de

Deseaba que Mercedes adquiriese saberes, pero sobre todo requería que se le enseñara a “humanizar el carácter y hacerlo sensible”.

paseo los domingos. Cuando se registraba alguna falta en el libro de la directora, no valían los ruegos y promesas de enmienda. El general daba media vuelta y partía, seguramente con un nudo en el corazón. Aplicaba una pedagogía “militar” que puede parecer demasiado dura pero que no disminuyó el amor y devoción de la Infanta mendocina hacia su padre. Según el chileno Benjamín Vicuña Mackenna, la niña “aprendió con notable perfección todas las artes que adornan a su sexo; la música, el dibujo, los idiomas vivos y con particularidad la pintura al óleo en que esta notable señora, no obstante la debilidad de su vista, es una maestra”. Cuando en 1832, a los dieciséis años, Mercedes contrajo matrimonio con Mariano Balcarce, que pertenecía a la legación argentina en Londres, San Martín pudo escribir con orgullo al padre de su yerno, que había sido uno de sus colaboradores más destacados en la guerra de la independencia: “La educación que Mercedes ha recibido bajo mi vista no ha

tenido por objeto formar de ella lo que se llama una dama de gran tono, pero sí el de ser una tierna madre y buena esposa. Con esta base y las recomendaciones que adornan a su hijo de usted, podemos prometernos el que estos jóvenes sean felices, que es a lo que aspiro”. Así fue, y el Libertador encontró en ese hogar, aumentado con el nacimiento de dos niñas María Mercedes, que murió muy joven, y Josefa Dominga, el calor y la contención que necesitó a lo largo de su existencia. Con él vivieron todos en la casa de Grand Bourg y en la morada de Boulogne Sur Mer. Como corolario, es justo citar las conmovedoras palabras que San Martín dedicó a su hija en su testamento:“Aunque es verdad que todos mis anhelos no han tenido otro objeto que el bien de mi hija amada, debo confesar que la honrada conducta de esta y el constante cariño y esmero que siempre me ha manifestado, han recompensado con usura todos mis esmeros, haciendo mi vejez feliz...”

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LECTURAS RECOMENDADAS

Un cuento antes de dormir Por la Lic. Analía Vélez de Villa

Las clasificaciones de libros por edades y sexo son muchas veces movibles e intercambiables.

PARA CHICOS Y CHICAS DE 4 A 6 AÑOS LIBROS PARA LOS PRIMEROS AÑOS DE VIDA Chau mamá, chau papá. Margarita Mainé. Planeta Junior. Esta historia está incluida en la colección Lucía y Nicolás. Es ideal para los chicos que no aceptan que sus papás tengan que ir a trabajar. La encuadernación es resistente y el diseño, atractivo.

Tomasito cumple dos. Graciela Beatriz Cabal. Alfaguara infantil. Primeros lectores. Los niños se identifican fácilmente con las historias de Tomasito. Muy buena diagramación: las imágenes ocupan un lugar destacado.

Mascotas.

La araña madrina.

Yo quiero a mi hermanito.

Silvia Schujer. Atlántida Mini. Un cuento escrito en imprenta y con letras mayúsculas (ideal para lectores principiantes). Magníficas ilustraciones de Poly Bernatene. Incluye una poesía canción con su correspondiente partitura.

Esas cosas no se hacen. Atlántida.

Mona Lisa y la regaderita

Mi papá.

verde. Canela (Gigliola Zecchin). Primera Sudamericana Un cuento fantástico que nos acerca al fascinante mundo de Lewis Carroll: aquí también es posible modificar las dimensiones, y que lo más grande quepa en lo más pequeño. Un ofrecimiento atractivo.

Lista para salir. Jill Murphy. Edhasa. ¿Quién no conoce todavía al señor y a la señora Enorme, dos elefantes “humanos”? En este cuento aparece la abuelita que llega para cuidar a los niños elefantes cuando salen los papás. Una familia tierna y encantadora.

las con sus problemas en la escuela. Basta con decir que en 1984 Christine Nöstlinger obtuvo el premio Hans Christian Andersen, el Nobel de la literatura infantil.

Velázquez para niños.

Sally Johnson y Eduardo Javier Ruiz. Remolino.

El objetivo de este libro es formativo. Anita dice dónde está, es decir, Anita empieza a nombrar el mundo.

Nos hallamos ante un libro álbum, pues la imagen ocupa el lugar más destacado. Un ejemplar “empastado”, que logra una unión perfecta de colores y tintas en las figuras. No hay que saber leer para disfrutar de

Textos antiguos y conductas actuales. Las historias se comprenden dentro de la esfera de la ética: las palabras estimulan las buenas acciones.

Pepo en casaa.

Graciela Montes. Elena Torres. Libros del Quirquincho.

Anthony Browne. Los especiales de a la orilla del viento. Fondo de Cultura Económica.

otros. Prólogo y selección Nerio Tello. Longseller.

Es un libro documental con finalidad didáctica. Está ilustrado con excelentes fotografías. El texto tiene caracteres grandes y claros.

Anita dice dónde está.

Pensado para un lector de jardín de infantes, para un niño que sufre los celos y que no sabe bien qué le sucede. Un texto que invita al diálogo con los más chicos de la casa.

LIBROS PARA CHICOS Y CHICAS DE 7 A 9 AÑOS

Sigmar. Abre tus ojos.

Pepo presenta actividades cotidianas de los más chiquitos. Una colección dedicada a los que dan los primeros pasos en el mundo de los libros. La edición es perfecta: formato cuadrado y encuadernación cartoné.

este papá tan maravilloso y tan común.

Marina García y Emilio Sola. Ediciones Continente.

La puerta para salir del mundo. Ana María Shua. Primera Sudamericana. Con una prosa notable y un ritmo cautivante, la narradora abre las puertas de la verdad y de la mentira e invita a los pequeños lectores a descubrir, entre otras cosas, la mentira de la televisión.

Las mejores fábulas de todos los tiempos (versiones completas). Esopo, De La Fontaine y

A través de este libro, los niños acceden al mundo de la pintura de Velázquez, y lo hacen por medio de juegos visuales y de stickers. Una buena propuesta.

Nuevas historias de Franz en la escuela.

El libro de las hadas para niños.

Christine Nöstlinger. Torre de Papel. Grupo Editorial Norma.

Selección e ilustraciones de Michael Hague. Ediciones B. GrupoZeta.

Franz es un niño de siete años que aparece en muchas de sus obras (De por qué a Franz le dolió el estómago, etc.). En este libro nos muestra cómo hace Franz para arreglárse-

La cubierta del libro, las ilustraciones, la tipografía, la encuadernación y el texto, todo, merece la calificación de “sobresaliente”.

47 LIBROS PARA CHICOS Y CHICAS DE 10 A 12 AÑOS

PARA CHICOS Y CHICAS DE 13 Y 14 AÑOS La zapatera prodigiosa.

habita al otro lado, en la realidad.

Federico García Lorca. Clásicos de Bolsillo. Joyas del Teatro. Longseller. Introducción Patricia Bouzas. Personajes eternos del teatro popular occidental: el zapatero, su mujer, los pretendientes y las vecinas chismosas... en la pluma de un poeta genial.

Alí Babá y los cuarenta ladrones.

A filmar canguros míos. Ema Wolf. Primera Sudamericana.

Cántaro.

Diversos argumentos esperan ser puestos en acción. La autora presenta catorce historias (posibles guiones) de géneros diferentes, con la intención de ser filmadas, o simplemente, representadas.

Cuidada versión del cuento de Las mil y una noches: una cultura diferente puede hacerse próxima... Las palabras mágicas nos traen el encantamiento del Oriente (sólo hay que pronunciarlas). Muy útil la recomposición del contexto.

¡Por todos los dioses...! Ramón García Domínguez. Torre de Papel Grupo Editorial Norma.

Hermano sol, hermana Luna. La historia de San Francisco. Margaret Mayo. Blume. Remembranzas de la vida del santo con alta calidad en las ilustraciones y en el diseño. El estilo literario es dinámico: cinco cuentos breves animan la evocación de la vida del pobrecito de Asís.

El viejo poeta Homero dialoga con un niño de nuestra época y le cuenta sus historias legendarias. Gran capacidad para recrear la oralidad. Una beneficiosa motivación.

Voces de infancia. Poesía argentina para los chicos. Los libros de Boris. Colihue. Cincuenta poetas y más de cien poemas. Enrique Banchs, Eduardo González Lanuza, Germán Berdiales... al alcance de los niños.

Cuentos de Canterbury. Geoffrey Chaucer. Clásicos de Bolsillo. Longseller. Traducción, compilación y prólogo Antonio Tulián.

Los hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros.

He aquí la historia de un grupo de peregrinos que se dirige a Canterbury, unido por un objetivo común: visitar la tumba de Santo Tomás Beckett. Se propone a cada peregrino que cuente una historia. Un clásico interesante.

Recreación de las leyendas artúricas. Una relectura de la Edad Media hecha por un escritor del siglo XX. Hoy como ayer: mitos y arquetipos en torno a la Tabla Redonda.

John Steinbeck. Sudamericana.

La historia interminable.

Novelas ejemplares I y II.

Michael Ende. Alfaguara. Santillana.

Miguel de Cervantes Saavedra. Longseller.

El Reino de Fantasía está en un serio peligro: pronto va a desaparecer sin que sus habitantes puedan evitarlo. Sólo hay un ser que podría ayudarlos, un niño llamado Bastian, una criatura que

Las Novelas ejemplares son, en palabras de Goethe a Schiller, “un tesoro de deleite y de enseñanzas”. Recomendamos especialmente la lectura de “El celoso extremeño”.

LIBROS PARA CHICOS Y CHICAS DE 15 A 17 AÑOS Las armas secretas. Julio Cortázar. Sudamericana. Lo fantástico en lo cotidiano. Un salto hacia lo inverificable. Prodigioso.

sombría y palabras transparentes. Para lectores exigentes.

Colección de poemas

Juan Rulfo. Sudamericana.

(los mejores versos épicos, dramáticos y de amor escritos en lengua castellana a lo largo de la historia). José Calles Vales. Belén Bermejo Meléndez. El Ateneo.

Textos enraizados en lo popular. Estos campesinos mexicanos nos descubren un mundo violento y lírico. Atmósfera

Desde la Edad Media hasta el siglo XX: más de doscientos textos para lectores incansables.

El llano en llamas.

pesino, humano y sabio. Un día recibe la vista de unos jóvenes militantes de un partido político. Dos mundos caben en esta novela perfecta.

Tradiciones peruanas. El disputado voto del señor Cayo. Miguel Delibes. Destino. Áncora y Delfín. El señor Cayo es un viejo cam-

Ricardo Palma. Losada. Palma crea un género propio e inconfundible, la tradición. Él hace vivir la historia con una prosa diáfana y con un agudo sentido del humor.

CRECIENDO EN FAMILIA

LECTURAS RECOMENDADAS

48 CRECIENDO EN FAMILIA

INTERNET

Ahora es posible jugar y aprender al mismo tiempo en la web. Los siguientes sitios de Internet son especialmente recomendados para los chicos:

PequeNet http://www.pequenet.com Esta web está dirigida a los niños que quieran aprender a leer, jugar y cantar. La reportera Casilda te ofrece una serie de cuentos fantásticos, juegos divertidos y partituras de diversas canciones populares que podrás escuchar y cantar.

Cyberkids http://www.cyberkids.com ¿Querés publicar tus trabajos en Internet y a la vez conocer a más chicos y chicas como vos? Cyberkids te ayuda a conseguirlo. Esta página publica los trabajos de niños con edades comprendidas entre los 7 y los 12 años y ofrece diferentes chats para que se comuniquen entre ellos. También contiene enlaces interesantes.

ChicosNet

http://www.chicos.net

Esta revista electrónica para chicos y chicas se actualiza cada día y ofrece diversos contenidos: juegos, chistes, preguntas y respuestas, instrucciones para crear páginas web, experimentos, recetas de cocina, un servicio de novedades y apartados destinados a los más pequeños y a los padres.

49 CRECIENDO EN FAMILIA

INTERNET

Plaza Sésamo http://www.ctw.com

Si tenés preguntas sobre la infancia y sobre cuáles son las diferentes actividades que puede realizar tu hijo, visitá la página de Plaza Sésamo. En la sección Preschool encontrarás explicaciones sobre cómo enseñar a los hijos en edad preescolar los recursos didácticos más apropiados para cada etapa.

Keith Haring http://www.haringkids.com Esta divertida página fue realizada por Keith Haring para enseñar lo mejor del arte a los niños, a través de actividades y juegos interactivos. Los pequeños pueden colorear los dibujos de Haring, jugar, enviar sus propios bocetos y fotos y realizar su propia historia partiendo de un dibujo del pintor.

KIDZ http://www.worldvillage.com/kidz Jerry y Beth, los dos protagonistas de Kidz, te prepararon una página on-line repleta de juegos, rompecabezas y experimentos. Hay enlaces diferentes para chicas y chicos. También se pueden mandar unas postales electrónicas muy especiales.

50 CRECIENDO EN FAMILIA

CUENTO

Risas de gatos Por Analía Vélez de Villa ¿Quién no conoce a Torcuato, el gato persa?... El que tiene el pelo largo, el pecho ancho y los ojos muy grandes y redondos. El que es amigo de Marcial, de Leoncio y de Timoteo, y de otros gatos sin nombre que pasean por la calle Gorostiaga a las doce de la noche. Marcial es un hábil cazador de ratones. Su dueña dice que es un gato guerrero. Leoncio parece un puma de pelo suave rubio oscuro. Timoteo es un gato siamés, de ojos oblicuos y azules. Hay que maullar un rato para que los patrones entiendan que ya es hora de salir. Los humanos tardan demasiado en abrir las ventanas de la cocina, la puerta del lavadero o la verja del jardín... pero al fin los gatos marchan y se encuentran en la esquina. Ellos se entienden muy bien: mueven las orejas hacia adelante y los bigotes hacia los costados. Están contentos. Van y vienen con las colas muy rectas; después trepan por los techos y se sienten libres como pájaros. ¡Qué noche para sentarse en el balcón de la casa abandonada! ¡Qué linda la luna blanca! Suben. Allí bostezan un rato, no porque tengan sueño, sino para decirse que están tranquilos y confiados. Una vez más la señora del delantal a cuadritos se acerca con un plato hondo. ¡Milanesas! La carne en trozos queda al alcance de todos los hocicos. Se arrima Marcial ladeando la cabeza y redondeando la espalda; le sigue Leoncio ronroneando bajito.Timoteo no se anima a pegar el salto, de todos modos, él ya ha comido su alimento balanceado especial para gatitos siameses. De pronto todas las orejas se levantan y se dirigen hacia atrás. En fila por el muro viene un gato con la cabeza alta y la cola erizada. Los cuatro agitan sus rabos violentamente. Están muy nerviosos. El grandote sigue avanzando por el tejado. Por fin lo reconocen: es el gato rayado de ojos amarillos, que ha aparecido hace muy poco y que es de lo más chistoso. Él no tiene dueño. Dice que durante el día se alza sobre los árboles y que duerme en el baldío de la calle Maure. Esta noche vino con muchos amigos que lo escoltan como a un rey, hasta que uno se cae y todos se burlan. Es muy gracioso porque cuando el pobre salta desde el techo, se revuelve en el aire hasta que aterriza sobre sus cuatro patas. Timoteo tiene miedo: se le erizan todos los pelos.Torcuato descubre entre ellos a la gata del 2º B. ¡Cuántos pretendientes y cuántos murmullos! La gata se llama Ofelia, siempre que camina va rozándose con las paredes, con los altos tallos de las

plantas y con todo lo que encuentra a su paso. Marcial lanza un gruñido de ataque, y otro le responde con un bufido enfadado... pero esta noche no hay pelea. Ofelia sigue contoneándose y al fin se acurruca por allí. El gato callejero parece un gato montés. Es un poco salvaje y muy popular, sabe imitar a todos. Si él se ríe de Ofelia, todos se ríen de ella; y si se ríe de los pelitos parados de Timoteo, todos lo festejan también. Y cuando no se ríe, da arañazos sobre los troncos de los árboles. Y los demás lo interpretan clarito: ¡éste sí que es un animal fornido! El gran gato indica a sus rivales cuál es su territorio, y de paso, les enseña cómo son sus garras. Timoteo, con sus bigotes replegados hacia atrás, no puede reírse: un poco porque tiene miedo y otro poco porque no le parece bien reírse de los demás, pero a pesar de eso, lanza una risotada y cree, entonces, que ya tiene muchos amigos, pero el gran gato ahora se burla de su oscura cara de gatito siamés... Y todos estallan en una carcajada.A Leoncio tampoco le gusta ridiculizar a los otros, pero si no se ríe de sus bromas, nunca podrá ser su amigote, y entonces le muestra su dentadura sonriente fuerte y aguda. Buen motivo para que el gran gato se burle primero de sus dientes y después de su pelaje leonado. Todo es motivo de jarana: las orejas de éste, la cola de aquél, el hocico de este otro, los bigotes del de más allá, la gordura del que está acá y la voz del ... y pronto todos los gatos se sienten molestos. Marcial es valiente y se anima a maullar:“No hay que reírse de los demás sino con los demás”. El grandote lo observa con las pupilas finitas y la mirada fija. Sus ojos son una amenaza. Al rato contesta: “Yo me río con los demás y me río de vos también”. Pero esta vez los gatos están muy ofendidos y nadie le sigue el juego. Entonces, para impresionarlos, el gato salvaje eriza su pelo y aparenta ser más grande todavía. Pero ya no hay engaño que valga y ninguno se ríe. Marcial toma la palabra y habla del verdadero sentido del humor y todos los gatos, hasta los más chiquitos, entienden la lección y repiten a coro:“Reírse con los demás”... El gran gato está serio y pensativo. Entre las risas de antes, los llantos de ahora, los maullidos, los gemidos y lamentos... se abre una ventana. Un baldazo y una vecina que grita y protesta. Los gatos salen disparados. Ahora Torcuato, Marcial, Leoncio y Timoteo caminan sonrientes por Gorostiaga. Es muy tarde y hay que volver a casa. Será hasta mañana, en la misma esquina.

“Creciendo en familia” es una revista para la formación de los padres, editada por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Católica Argentina en el marco de su Programa de Servicios Educativos (PROSED), y distribuida gratuitamente a las familias a través de las instituciones educativas adheridas a dicho programa. Costo sugerido para la institución adherida: $1- por ejemplar. Informes, adhesiones y envíos: [email protected] TE: 4338-0807/0791