El urbanismo y la ciudad moderna

El urbanismo y la ciudad moderna Natalia González Zaragoza [email protected] DNI: 48395126-K TELF: 600745169 INTRODUCCIÓN La ciudad y su urbanism...
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El urbanismo y la ciudad moderna

Natalia González Zaragoza [email protected] DNI: 48395126-K TELF: 600745169

INTRODUCCIÓN La ciudad y su urbanismo engloban el sentido artístico y cultural de una sociedad, en ella conviven todo tipo de actividades humanas que enriquecen a la sociedad. En este artículo, se recogen los orígenes de la formación de ciudades , su evolución y las aportaciones que dieron los distintos períodos históricos. Debido a que se trata de un tema de gran extensión muchas de las aportaciones son esquemáticas y concretas. Al final del artículo, se muestra un interés en comparar a la ciudad actual con su pasado histórico urbano y el conflicto estético y funcional entre la modernidad y su cultura histórica.

EL URBANISMO Y LA CIUDAD MODERNA Italo Calvino “Las ciudades invisibles”: “Pero la ciudad no dice su pasado, lo contiene, como las líneas de las manos, escrito en los ángulos de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las astas de las banderas, surcado a su vez cada segmento por raspaduras, muescas, incisiones, pararrayos” La ciudad nace como un arte que engloba a toda tipo actividad humana y, dentro de las artísticas, satisface en todas sus variedades a los ciudadanos con todo tipo de espectáculos, arquitectura, escultura, teatro, gastronomía…, todas estas facetas han contribuido a lo largo de la historia a la riqueza de un país. Las ciudades occidentales fueron concebidas por Dédalo y sus descendientes. Muchos son los inventos de Dédalo, pero entre los más conocidos se encuentran la vela de navegación, el laberinto, la danza llamada choros, las ciudades y las fortificaciones, entre otras. Parece ser que la danza griega llamada choros, esconde el origen mitológico de la creación de ciudades. Cuando se escogía un lugar donde se iba a construir una ciudad, los danzantes caminaban sobre un espacio ordenado como un laberinto para después acabar haciendo un fuego venido de una ciudad anterior y materna. Esto permite situar a las ciudades más antiguas sobre un laberinto ruinoso, el cual, debía ser atravesado, por civilizaciones pasadas, danzando sobre él. Bueno, el comienzo de este artículo nos ofrece una visión mitológica y simbólica de la ciudad, pero, desde un punto de vista más objetivo toda ciudad

nace normalmente de un camino o cruce de caminos. Normalmente tenían una posición estratégica, por lo que se situaban cerca de ríos que han marcado siempre una frontera. Si definimos a la ciudad desde sus funciones esenciales, encontramos ciudades militares, comerciales, religiosas, universitarias,…; las defensivas se instalaron sobre rocas inexpugnables, mientras las comerciales en tierras ricas; y así, dependiendo de su función, su estructura era diferente. Surgieron en el Oriente, en torno al Nilo, y en la India, en la Edad de los metales, alcanzándose posteriormente toda la costa mediterránea y China. Las construcciones se realizaban con ladrillos y disponían de cloacas y cisternas. Babilonia era de forma rectangular, organizándose en amplios barrios por medio de amplias calles. Las ciudades cretenses se caracterizaban por un orden geométrico ortogonal pero, adaptándose al relieve natural del terreno. Las ciudades griegas sitúan en el centro de la ciudad los edificios fundamentales de su sociedad, como la acrópolis y el ágora, dentro de la singularidad de las ciudades-estado. Los griegos también realizaron trazados ortogonales, pero en ciudades como Atenas, son fruto de un crecimiento donde se mezclan zonas planificadas y otras de crecimiento espontáneo, pues la creación y disposición de sus templos se regían por otras motivaciones más religiosas, por lo que no buscaban un orden urbanístico lógico. Esto lo podemos ver en la Acrópolis, cuyo orden era impuesto por concepciones religiosas y no siguiendo la lógica del trazado reticular. Los romanos heredaron las tradiciones urbanísticas de sus predecesores, los etruscos, como fue el trazado ortogonal, y cobró especial importancia la presencia del Foro, con funciones cívicas, comerciales y religiosas. Los romanos, como sabemos, fueron grandes ingenieros y dotaron a sus ciudades de todo tipo de infraestructuras: cloacas, puentes, acueductos… Con el desarrollo urbanístico medieval, el castillo se convierte en centro de gobierno y de referencia sobre el crecimiento urbano, creando anillos concéntricos de casas en torno al mismo, aspecto que también ocurría con los monasterios. Las ciudades son cercadas por murallas, por lo que no incrementan su tamaño, esto obliga a que las construcciones de viviendas y la estructura urbanística en general tienda a la acumulación y al desorden estructural. En la alta Edad Media surgen las catedrales como foco fundamental de las principales ciudades burguesas, pero el ordenamiento que se realizaba alrededor de las casas seguía siendo desordenado y caprichoso, asimétrico y con frecuentes cambios de dirección. En el s.XIV, con la construcción de catedrales urbanas, el saber procedente de las universidades y los escritos concebidos para agrandar la creciente burguesía, como los elaborados por Boccacio y Chancer, reflejaban el nuevo florecimiento de las ciudades.

La ciudad islámica organizó la estructura urbanística de un modo laberíntico, la organización de calles obedece a un constante fraccionamiento del espacio de un modo tortuoso. Un ejemplo es la ciudad de Isfahan, antigua capital de Irán que presenta una organización espontánea en la estructura urbanística y destaca por sus fastuosos monumentos. En España, destacan las ciudades de Córdoba y Granada, en cuyos cascos antiguos se muestra una laberíntica red de callejones. Durante el Renacimiento se produce una intensa actividad teórica sobre la definición de modelos de ciudad, que racionalizan los espacios para favorecer al bienestar de sus ciudadanos. Destaca el proyecto urbanístico “Sforzinda de il Filarete”, de planta estrellada de ocho puntas, que supuso el ideal renacentista. Durante el Barroco se introduce la línea recta y la exaltación de la perspectiva visual. Se crean grandes avenidas donde destacan los edificios más importantes de una ciudad, plazas donde convergen las calles y callejuelas, espacios ajardinados donde conviven con la arquitectura. La unión entre urbanismo y arquitectura alcanza su punto más álgido en la historia. Con la revolución industrial en el s.XIX, aumenta la concentración de gente en las ciudades. En este siglo se producen grandes planes urbanísticos siguiendo trazados regulares y nacen grandes y nuevos barrios. Pero estos nuevos barrios produjeron la zonificación, es decir, la división de barrios según las distintas clases sociales y las diferentes funciones urbanas de la ciudad. La nueva racionalización empleada en la construcción de ciudades da lugar a que las fábricas se concentren alrededor de la ciudad, y la emigración rural viva hacinada en el centro de las ciudades y en la periferia sin las mínimas condiciones higiénicas. La mejora urbanística de las ciudades modernas y el origen de leyes sanitarias y normas constructivas permitieron que se mitigasen los graves problemas que se estaban creando. El fenómeno de la urbanización empieza a desarrollarse desde el s.XIX a la actualidad, como un proceso en el que la población tiende a aglomerarse en núcleos en los que hay actividad industrial, por lo que las zonas rurales tienden a disminuir en población y por lo tanto en crecimiento urbanístico. Surge un progreso nuevo llevado a cabo por Arturo Soria: la ciudad lineal, que supone un acercamiento de la ciudad al campo. Arturo la concibió como una larga franja que unía dos ciudades contiguas. Las zonas verdes permitieron compensar el exceso antinatural de las ciudades. Con la ciudad-lineal y la ciudad-jardín se quiso cambiar radicalmente la ciudad moderna, devolviéndole el verde original de la naturaleza. Esta idea fue impulsada en el pensamiento de E.Howard.

Con el surgimiento de la Bauhaus, nace la ciudad funcional y en general el arte mecánico y funcional. La ciudad se entiende como un proyecto donde se atienden a consideraciones económicas, funcionales, higiénicas y estéticas. El análisis de la ciudad es en sí mismo un proceso continuo de crecimiento y transformación. Todo análisis urbano supone una investigación de la morfología de una ciudad. Uno de sus objetivos es el de estudiar los crecimientos de las ciudades a través de los espacios urbanos y los distintos tipos de edificios. Nos encontramos distintos modos de ciudad: La radio céntrica y la ortogonal son las más usadas. La radio céntrica está inscrita en un círculo, en anillos sucesivos a partir de un núcleo central y parece responder a un tipo de crecimiento natural. La ciudad en cuadrícula u ortogonal inscrita en un cuadrado o rectángulo es igual de frecuente que la anterior. Su característica fundamental es la regularidad y claridad de su plano, de trama ortogonal, con manzanas cuadradas o rectangulares. También existe la ciudad de forma de espina de pescado con una larga calle principal y calles transversales más cortas. La estructura fundamental de toda ciudad moderna es su trazado o la adición de los sucesivos trazados que la constituyen, es decir, su tejido urbano. Es el resultado de diversos procesos históricos y puede ser apretado y denso o por el contrario espaciado. La organización del espacio urbano se refleja en el plano de la ciudad. Una ley que puede constatarse es la persistencia del plano primitivo de la ciudad. Pese a las modificaciones que una urbe sigue a lo largo de los siglos, con la adición o incluso supresión de una calle o varias calles. Siempre resulta legible en el plano la antigua estructura. Desearía destacar del espacio urbano tres espacios fundamentales y distintos. Uno es la calle; esta se transforma en carretera en los arrabales y en calle en el centro de la ciudad. La calle fue la principal aportación rectilínea del Renacimiento. Otro elemento es la plaza, que es un espacio de remanso, lugar de reunión y de encuentros. La plaza junto a la avenida fueron los dos ejes del urbanismo del Barroco. En las avenidas estaban los monumentos y edificios más significativos, como los palacios y las iglesias. Las encrucijadas en cambio, son ante todo un nudo de comunicaciones dentro del tejido urbano. En ellas todo es movimiento. La imagen de una ciudad no está formada solo por el diseño urbano de sus edificios, la disposición de sus calles, monumento s, parques, etc. Sino también por otros elementos que forman parte del mobiliario, como son las indicaciones de tráfico, las cabinas de teléfono, los carteles publicitarios, farolas, etc. A este mobiliario debe unirse otros fenómenos urbanos que caracterizan a una ciudad,

por ejemplo los grafitis; estas pintadas juveniles que aparecen en muros y vagones de metros y trenes establecen una imagen que va ligada directamente al concepto de ciudad industrializada. Actualmente en las ciudades convive el eclecticismo artístico, sobre todo en las más antiguas; sus valores antiguos y teorías clásicas sobre cómo debe ser su estructura han cambiado notablemente. Por ejemplo los edificios de ocio, diversión o cines actuales han sido desplazados lejos de la ciudad para ubicarse ahora en la salida de éstas. Respecto a su estética, gobierna en la actualidad de modo generalizado el minimalismo, de formas depuradas, en los que el espacio y la carencia de cualquier adorno, incluso verde, son sus principales propuestas. La experiencia estética en el crecimiento de la actual ciudad, se ha ido eliminando poco a poco al igual que en las tendencias vanguardistas y las artísticas ya no se busca conmover al espectador por su belleza sino por su entretenimiento y diversión. En su lugar se prefiere la lógica matemática, el racionalismo, la depuración de las formas, creando ritmos repetitivos; pero esta nueva estética ya fue definida en los tratados y teorías de arquitectos y urbanistas como Le Corbusier, Hilberseimer, Bruno Tant, Scheerbart o Ferris, que mostraban en sus escritos a una ciudad futura desligada de su pasado o desprovista de historia . La idea común de todas ellas era la de crear una ciudad utópica, infinita de la cual se ignorase cual era su centro. Algunas características de la ciudad actual son: la organización de las ciudades de acuerdo con sus funciones productivas y consumidoras, ciudades satélites o ciudades -evento, ciudades de ocio, etc. Los dogmas funcionalistas que rigen la estructura y funcionamiento de una ciudad se erigieron en los años treinta, en la Carta de Atenas. En ella, se recogen las ideas de Le Corbusier, que fundamento las características de la nueva ciudad moderna y neo-técnica, la cual debía compaginar su preocupación por la eficacia y la estética. Artistas como Léger o Mondrian definieron a la ciudad como obra de arte total, y esta debía ser diseñada como un nuevo espectáculo cultural y artístico, pero su diseño luminoso o eléctrico, sus espacios inmateriales, sus rascacielos infinitos, pantallas gigantes de publicidad y video, etc., configuraron a un nuevo tipo de ciudad global e impersonal. En la película de Fritz Lang “Metropolis”, película fetiche del expresionismo alemán, la decoración muestra a una ciudad futurista estilizada, casi irreal, ajena a los problemas sociales; pues en el subsuelo de la ciudad viven obreros esclavizados para que esa ciudad mejore día a día. Esta película muestra claramente otras impresiones y aportaciones, que se acercan a definir a la ciudad actual como ajena o despreocupada a los conflictos diarios de una ciudad real.

BIBLIOGRAFÍA: La linterna mágica. Vanguardia, media y cultura tardomoderna. Eduardo Subirats. Ediciones Siruela. Diccionario de las artes. Félix de Azúa. Editorial Planeta. Historia de la Arquitectura del Renacimiento. Leonardo Benévolo. Editorial Gustavo Gili. Historia de la Arquitectura Moderna. Kenneth Frampton. Editorial Gustavo Gili. Saber ver la arquitectura. Bruno Zevi. Editorial Apostrofe- Poseidón. Las ciudades invisibles. Italo Clavino. Editorial Minotauro. México 1991. Historia del urbanismo, artículo de Albania Contreras. Artículos de Wikipedia: El hecho urbano. El proceso de urbanización. La ciudad industrial.

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