"El Estrago En La Transferencia"

"El Estrago En La Transferencia" (*) Reunion Lacanoamericana De Psicoanalisis, Montevideo. 2007. Liliana Lamovsky El tema que hoy me convoca surge d...
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"El Estrago En La Transferencia" (*) Reunion Lacanoamericana De Psicoanalisis, Montevideo. 2007.

Liliana Lamovsky

El tema que hoy me convoca surge de mi quehacer clínico con pacientes mujeres que luego de varios años de análisis con cambios y avances indiscutibles en su posición subjetiva, se instalan en un estado de gran malestar con su analista, con desconfianza y temor a ser destruidas. También, me refiero a aquellas otras que me consultaron para un reanálisis tras la interrupción en muy malos términos del lazo transferencial con su analista que había tomado para ellas la figura del estrago, aún cuando tenían reconocimiento de las dificultades que fueron resolviendo en el mismo. Qué lleva a estas mujeres a entrar en una situación crítica donde circula el odio transferencial y el sentimiento de ser estragadas por su analista justamente en un momento de sus vidas en que podrían disfrutar de los logros trabajosamente adquiridos en su análisis?. Por qué, aún así, persiste la nostalgia de un Otro a quien no se puede terminar de perder? Pensamos que se trata de la repetición de un mismo concepto, el estrago madre-hija que viene a habitar la transferencia. Obstáculo en la dirección de la cura en donde la relación estragante con la madre viene a primer plano. Un rasgo esencial de estos momentos de crisis bajo transferencia es que la analista y el análisis toman la densidad de un real insoportable, descalificando la función misma de la palabra. “El estrago que es en la mujer la relación a su madre” como lo señala Lacan, se presenta en estos análisis, articulado al amor de transferencia. Esta dificultad parece señalar un punto de real clínico que demanda la presencia real del analista, lo confronta con el odioenmoramiento transferencial y cuestiona necesariamente el deseo de analista. DE QUE HABLAMOS CUANDO DECIMOS ESTRAGO? Según el diccionario, es sinónimo de ruina, destrucción, devastación, daño. Lacan menciona el estrago tres o cuatro veces en toda su obra y no siempre, refiriéndose estrictamente a la relación madre- hija. Por ejemplo, en el seminario IV, habla del superyo materno como devastador, en el XVII,

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plantea que el Deseo de la Madre siempre produce estragos : “ estar dentro de la boca del cocodrilo, eso es la madre”. Es metáfora del goce de La Madre, que no hay. En L’Etourdit dice que la relación de la hija con la madre, en su mayor parte implica un estrago y que a pesar del viraje al padre, la hija sigue esperando mas subsistencia de su relación con la madre. En la Conferencia en Yale, comenta : “… la niña se halla en un estado de reproche, de disarmonía con ella. Tengo bastante experiencia analítica para saber cuan devastadora puede ser la relación madre- hija”. Para complejizar el tema, propongo diferenciar el estrago estructurante e inevitable en la relación madre- hija, de aquel otro estrago de efecto subjetivo arrasador que ocasiona daño. En “Consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica”, Freud hace derivar la sexualidad femenina de la envidia al pene y plantea cuatro consecuencias de la misma, entre las cuales, la tercera toca a la relación con la madre responsable de la falta de pene en la niña, la cual no le perdona este perjuicio y surge la decepción, consecuencia de descubrir que no sólo ella, tampoco la madre lo tiene. Lacan dirá, luego de su relectura de Freud, que la mujer está privada en lo real de un objeto simbólico. Aquí ubicamos el estrago estructurante. Ën el artículo siguiente sobre sexualidad femenina, Freud acentúa otra vez el odio hacia la madre, lleno de reproches diversos y explica la intensidad de este odio por la intensidad del amor que lo precede y por una decepción que no decanta en resignación. Esta decepción es estructurante porque propicia el viraje hacia el padre, luego de encontrarse con la castración. Precipita la entrada de la niña al complejo de Edipo. Entonces, el amor desemboca en odio, una parte del odio se supera con el viraje hacia el padre pero otra permanece toda la vida ligado a la madre, con un reclamo que puede eternizarse. Por lo tanto, en Freud, el estrago estaría relacionado al destino del falo en la niña. Sin embargo, en este caso, no es la madre la que produce el estrago sino que el estrago es un hecho doloroso que se instala en la relación madre hija, inevitable en la mayoría de los casos, debido al reproche que una hija dirige a su madre y que ésta no puede calmar. Es producto de un desencuentro radical en la relación donde predomina el odioenamoramiento. Por lo dicho en el párrafo anterior, considero incorrecto llamar estrago al estructurante, pienso que la decepción y el reproche de la hija a la madre no es estragante del sujeto. Dejaría el término estrago sólo para aquellos casos clínicos donde hay un sujeto arrasado, dañado. Propongo que lo que estraga es el goce materno sin barrar. Los conceptos freudianos son retomados por Lacan en el seminario V en el que pone en cuestión la fase fálica. Se trata del deseo ordenado por la ley del significante. Del deseo infantil que es el deseo del Otro o el deseo de ser deseado por el Otro. La relación con el Otro primordial centra el destino del sujeto en tanto depende del deseo del Otro. Devenir o no el ser deseado, esa es la apuesta. Por supuesto, esta dialéctica supone un tercer término, la Metáfora Paterna que servirá de barrera a la satisfacción de ser el objeto exclusivo del deseo de la madre. - Página 2 de 7 Copyright 2011 - EFBA - Todos los derechos reservados

Qué es el ESTRAGO desde esta perspectiva? El estrago en la relación madre hija provoca un obstáculo en el camino hacia el deseo, un cierto fracaso de la salida fálica freudiana, convirtiéndose en un enigma y un impasse en la dirección de la cura. Se presentan en la clínica, pacientes mujeres que evidencian una relación al goce con su madre oculta bajo el matiz de la queja, el reproche y aún la complacencia. En tales casos, en la palabra de la madre es ubicado el insulto, la mentira, el rechazo o la seducción. La madre es el Otro no barrado por la ley simbólica. El estrago está estrictamente relacionado al destino del falo materno en la niña. En la madre, algo escapó a la ley que debería haberla hecho objeto del intercambio simbólico. La madre tiende a mantenerse como Otro real gozante, convocando a la fusión imposible o a la persecución. En estos casos, el hijo queda en el lugar del objeto del fantasma materno. Así lo dice Lacan en Dos notas sobre el niño: “Cuando la distancia entre la identificación con el Ideal del yo y la parte tomada del Deseo Materno no tiene mediación (la que asegura normalmente la función del padre), el niño queda expuesto a todas las capturas fantasmáticas. Se convierte en objeto de la madre y su única función es, entonces, revelar la verdad de este objeto”. Esto no quiere decir que la relación entre el sujeto y su madre salga del campo de la palabra. No se trata de reducir el estrago a la cuestión de la relación dual. El estrago, en el lazo madre-niña, está desde el comienzo situado en el campo de lo simbólico, al menos en los casos a los que me remito. Hijas de mujeres que no cuentan imaginariamente con la falta, que mantienen una posición de reivindicación fálica y que no toleran sustitutos de ellas mismas, ofreciéndose como objeto único.. En todo caso, diremos que el Deseo de la Madre comporta una zona oscura no saturada totalmente por el Nombre del Padre y como tal, sin límite definido. El estrago toca los confines de la marcación simbólica y surge en el campo del deseo de la madre. En esa x del deseo de la madre. La relación al falo materno que construyen estos sujetos, no les deja otra alternativa que encarnar el falo o intentar arrancarlo, producto de la creencia en la potencia del Otro no barrado. En estos casos , la función paterna en deficit no logra establecer un punto de corte, manifestándose el padre mas al servicio del capricho materno que como agente de su privación. Por lo tanto, el rasgo que caracteriza al padre es la impotencia y su goce se ubica al servicio de la madre. Decíamos que el deseo materno no se satura totalmente por el significante. Hay en la madre, al lado de su deseo, un goce. Si existe un resto que escapa del deseo de la madre, que escapa a la significación fálica, se trata del surgimiento de un goce no reducible al deseo y refractario al límite simbólico. De qué goce se trata? Habrá alguna forma de estrago que no reenvíe totalmente a la demanda y al deseo del falo? MM Chatel en su trabajo “ A falta de - Página 3 de 7 Copyright 2011 - EFBA - Todos los derechos reservados

estrago, una locura de publicación” dice que para que el goce de una mujer encuentre la decencia necesaria al de una madre, debe ser envuelto. De lo contrario, este goce femenino es goce de madre, por lo tanto, incestuoso y criminal. Qué es lo que envuelve al goce sexual femenino?. Lo que Lacan designa como “pere-versión”. Que el hombre que goza de una mujer y que la hace gozar, sustrae el goce al hijo del cual será el padre. O sea que el deseo del padre, desvía el destino del goce hacia el lado del goce femenino. Finalmente, agrega que el peligro del “goce de la madre” es la crueldad de la sexualización de la relación maternal. Observamos en la clínica que estas analizantes suelen referirse a la locura, al desenfreno materno respecto al orden del discurso. La voz de la madre se recibe como mandato insensato, con tono amenazador que ordena e injuria o en otros casos, con características oraculares que evidencian un saber absoluto y una sentencia concomitante, arbitrariedad que cae sobre la niña. A diferencia del ideal que se articula al deseo, el superyo se articula al goce y se presenta bajo una dimensión imperativa. Freud dice que la causa de las neurosis narcisísticas o mejor diremos con I. Vegh, el fracaso del narcisismo es la frustración de amor, en consecuencia se van a proponer como un todo entero, con su yo, para intentar encontrar un lugar en la economía libidinal de ese Otro que fue mezquino en su don de amor. Esa frustración de amor deja al sujeto mas expuesto a los embates del obsceno y feroz superyo El yo representa lo que ellos son, priman las relaciones especulares y la transferencia va a estar teñida con esa coloratura, en algunas ocasiones con un tono paranoide. Mas de una vez, acusarán al analista de gozar espuriamente de ellas. El déficit de función paterna imposibilita la pacificación en las relaciones con los otros. Por eso, estas mujeres suelen tener dificultades en su vida amorosa, en aceptar poner su cuerpo en el intercambio simbólico. Dificultad en dar o en prestarse. Anhelan una fascinación, una captura fusional. El estrago moviliza lo insaciable del amor mas que el deseo. Cristaliza al sujeto en el odioenamoramiento de la demanda absoluta. MATERIAL CLINICO Se presenta una señorita de 28 años, muy seria y formal en su vestimenta, cautelosa y discreta en su decir. “No se lo que quiero, me preocupa la soledad”. “Busco un gran amor.” “Quiero ser escritora. Me interesa lo sobrenatural, lo que no tiene explicación, lo que tiene relación con la muerte”. “Yo siento que puedo salir airosa de todo esto si experimento el gran amor o el talento”. “Estudio abogacía hace diez años. No puedo dar las últimas materias.” Habla con aparente calma, su reserva oculta una gran violencia contenida. Demasiada prevención denota que no arriesga su cuota de narcisismo. - Página 4 de 7 Copyright 2011 - EFBA - Todos los derechos reservados

Le fue transmitido que mostrar bronca y agresión es cosa de hombres y ser mujer es sufrir, si no sufre es egoísta. Parece ocupar una posición pasiva gozosa. Vive con sus padres y sus dos hermanos. Se ubica en serie con sus hermanos. “Somos inhibidos, poco sociables, vivimos aislados en casa. Tenemos muchos miedos”. El hermano mayor, el preferido por la madre, cuando niños, la odiaba, la hostigaba hasta dañarla. Está convencida de que es “enana” aunque tiene una buena altura. En realidad, era la preocupación de su madre cuando ella era niña. Consultaba a endocrinólogos para que le indicaran tratamientos para hacerla crecer. La escondía cuando venían familiares de visita a la casa porque tenía vergüenza de tener una hija tan pequeña. Ahora es ella misma la que se aisla y esconde. Denigrada por la mirada de una madre tiránica e intrusiva, se presenta como un objeto denigrado. Sin embargo fue la preferida de su padre, al que describe con admiración. “Mi padre es un hombre extremadamente amable, muy caballero, muy a la antigua. Mi madre lo ridiculiza todo el tiempo.” Con dudas y esfuerzo, logra terminar la carrera. A partir de este momento, puede comenzar a hacerse preguntas, se pregunta por su deseo, para qué estudió abogacía?, era un deseo de su padre?, sirve ella para litigar?. Por qué no estudió letras que era su vocación? Por qué no comenzar ahora? Por qué está sola? Qué le pasa que no puede tener una pareja? Luego de algunos años de análisis, comienza a sentirse irascible en sesión, desconfiada, reconoce sentir hostilidad con la analista. Interpreta algunas intervenciones como críticas hacia ella, en otras oportunidades dice que le falto el respeto o la ataco. Tiene la fantasía de que la analista le cuenta a su madre todo sobre ella. Circulan significantes de traición y confabulación. Trabajamos el fantasma de quedar subsumida al Otro y su posición de sometimiento a la demanda del Otro, en diversos vínculos, con la madre, con su jefe, con los hombres con los que se relaciona sexualmente en forma bastante promiscua. Parece instalarse en una escena donde ella es la víctima pasiva de un verdugo que la trata en forma cruel y sádica. Trae un sueño: “la madre la toca como solía hacerlo en su infancia, le acaricia la espalda y la cola, ella le saca las manos de encima pero la madre insiste. Le grita, la rechaza pero la madre insiste” Luego de cuatro años, surge la transferencia erótica haciendo resistencia al avance del análisis. Dice tener fantasías eróticas sexuales con la analista. Tiene sueños, donde la analista aparece como una figura adorada por la paciente. Ante una situación en que se siente denigrada (le da vergüenza decir cuanto gana), me dice: “Ud sabe lo que siento por usted y lo difícil que es no ser correspondida”. Posteriormente, después de muchas vueltas, confiesa odio por su madre ligado a la violencia con que la ha tratado.. Recuerda que tenía 9 años y estaba enferma. “Mi madre tenía la costumbre de aplicarnos supositorios, a mi me molestaba y esa noche me resistí. Mi madre se alteró, se descontroló y - Página 5 de 7 Copyright 2011 - EFBA - Todos los derechos reservados

bruscamente, me toco mal en una zona íntima, me sentí vejada, se le fue la mano, gráficamente se le fue la mano mientras me decía, aquí la que mando soy yo.” “Ella era muy agresiva. Disponía de mi cuerpo y de mi altura como si fuera de ella. Mi papá no me defendía.” Relaciono con el sueño que trajo tiempo atrás y el significante “dar la espalda” surge no sólo como ofrecerse como objeto de goce al Otro sino también como irse, abandonar al Otro. Surge, también el deseo de tener un mejor ingreso para “despegar” de la casa familiar. Al poco tiempo, registro que con frecuencia, entra al consultorio y hace un gesto extraño, mirando de costado en dirección al baño. Busco una clave, escuchando su discurso, no encuentro y finalmente le pregunto. En un clima muy paranoide, responde que, desde hace un tiempo, ella cree que su madre, de acuerdo conmigo, está encerrada en el baño, enterándose de todo lo que ella dice. Le propongo si quiere que vayamos las dos a abrir la puerta del baño, me responde que no es necesario, que me cree. Habla de los excesos de su madre, de la manera en que toma a sus hijos como objetos de su posesión. De sus abusos, de cómo la atacó por atrás. Relaciona con que yo estoy atrás de ella y tiene que cuidarse de mi. Recién entiendo su temor permananente de que le meta algo en la mente, o en el culo?. Tiene arrinconada a la analista en el lugar de un superyo cruel y obsceno. Cuando intervengo, le parece que la agravio igual que los otros. Aún así, seguimos trabajando sobre su imposibilidad de separarse de un hombre que la somete. El la llama en cualquier momento, a altas horas de la madrugada, ella corre a donde él está. “Yo hago lo que él quiere y él lo sabe. Tiene un efecto destructivo sobre mi. Quedo hecha trizas, vacía de todo, como absorbida por un vampiro. Me parece un demonio, yo le di ese poder. Sus ojos me hipnotizan, me muestran sadismo, lujuria.” Trabajamos su fascinación con alguien que la daña. Transita el noveno año de análisis, comenzó la carrera de letras y surge la posibilidad de un departamento para irse a vivir sola. Está muy entusiasmada. Al mismo tiempo, plantea dejar su análisis, necesita tomar distancia pero le preocupa darme un dolor muy grande. También tiene el temor de que no pueda volver mas como en aquel sueño donde deseaba cruzar un puente que llevaba hacia una nueva ciudad.Una amiga que la acompaña le dice: si cruzás, no podés volver mas. Le digo que se atreva a cruzar el puente hacia una nueva vida que probablemente sea ella la que no va a necesitar volver mas.

BIBLIOGRAFIA Freud S: Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos. Libro XIX. Ed. Amorrortu. - Página 6 de 7 Copyright 2011 - EFBA - Todos los derechos reservados

Sobre la sexualidad femenina. Libro XXI. Ed. Amorrortu. Lacan J. : Sem 4. La relación de objeto. Ed. Paidós. Sem 5 Las formaciones del inconciente. Ed. Paidós. Sem 17 El reverso del psicoanálisis. Ed. Paidós. Dos notas sobre el niño. Intervenciones y textos 2. Ed Manantial. 1993. L’Etourdit. Inédito. EFBA. 1972. Conferencias en las universidades de Estados Unidos. Yale. 1975. MMChatel. A falta de estrago, una locura de publicación. Litoral 17. 1994 Ferreyra N. : La dimensión clínica del psicoanálisis. Ed. Kliné. 2005.

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