EL BARROCO (Siglo XVII)

EL BARROCO (Siglo XVII) 1- El Barroco: aspectos generales El barroco es un movimiento artístico y cultural extendido por toda Europa durante el siglo ...
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EL BARROCO (Siglo XVII) 1- El Barroco: aspectos generales El barroco es un movimiento artístico y cultural extendido por toda Europa durante el siglo XVII y que entraña una evolución de las ideas del Renacimiento, que en algunos casos supone cambios drásticos en la forma de pensar. Mientras el hombre renacentista concibe la vida como una etapa en la que hay que disfrutar antes de que llegue la muerte, para el hombre del Barroco la vida se convierte en pesimismo y desengaño; el hombre ve el mundo como un conjunto de falsas ilusiones que acaba con la muerte. Frente al clasicismo renacentista el Barroco valora la libertad absoluta para crear y distorsionar las formas, la condensación conceptual y la complejidad en la expresión. Todo ello tenía como finalidad asombrar o maravillar al lector o espectador. Curiosamente, el término barroco no se aplicó al campo de la literatura hasta bien entrado el siglo XX. Tradicionalmente se entendía por barroco el conjunto de obras pictóricas, escultóricas y arquitectónicas del periodo indicado.

2- Contexto histórico, social y cultural (Siglo XVII) 2.1- Contexto histórico y social 2.1.1- La decadencia política y militar El siglo XVII fue para España un período de grave crisis política, militar, económica y social que terminó por convertir el Imperio Español en una potencia de segundo rango dentro de Europa. Los llamados Austrias menores Felipe III, Felipe IV y Carlos II- dejaron el gobierno de la nación en manos de ministros de confianza o validos entre los que destacaron el duque de Lerma y el conde-duque de Olivares. En política exterior, el duque de Lerma, valido de Felipe III, adoptó una política pacifista y logró acabar con todos los conflictos heredados del reinado de Felipe II. Por el contrario, el conde-duque de Olivares, valido de Felipe IV, involucró de lleno a España en la guerra de los Treinta Años, en la que España sufrió graves derrotas militares. Durante la segunda mitad del siglo, Francia (reinado de Luis XIV) aprovechó la debilidad militar española y ejerció una continua presión expansionista sobre los territorios europeos regidos por Carlos II. Como consecuencia de esta presión, la Corona española perdió buena parte de sus posesiones en Europa, de modo que a principios del siglo XVIII el Imperio español en Europa estaba totalmente liquidado. 1

En política interior, la crisis no fue menos importante. El duque de Lerma procedió a la expulsión de los moriscos (1609), con lo que se arruinaron las tierras de regadío del litoral levantino, y permitió la generalización de la corrupción administrativa. Posteriormente, la política centralista del condeduque de Olivares provocó numerosas sublevaciones en Cataluña, Portugal, Andalucía, Nápoles y Sicilia. La rebelión catalana (guerra dels segadors, 1640) fue sofocada el año 1652, mientras que la sublevación portuguesa desembocó en la independencia de ese país (1668). 2.1.2- La crisis social y económica En el siglo XVII, España sufrió una grave crisis demográfica, consecuencia de la expulsión de casi 300.000 moriscos y de la mortalidad provocada por las continuas guerras, el hambre y la peste. La sociedad española del siglo XVII era una sociedad escindida: la nobleza y el clero conservaron tierras y privilegios, mientras que los campesinos sufrieron en todo su rigor la crisis económica. La miseria en el campo arrastró a muchos campesinos hacia las ciudades, donde esperaban mejorar su calidad de vida; pero en las ciudades se vieron abarcados al ejercicio de la mendicidad cuando no directamente a la delincuencia. Por otra parte, la jerarquización y el conservadurismo social dificultaban el paso de un estamento a otro y sólo algunos burgueses lograron acceder a la nobleza. La única posibilidad que se ofrecía al estado llano para obtener los beneficios que la sociedad estamental concedía a los estamentos privilegiados era pasar a engrosar las filas del clero. Este hecho, unido al clima de fervor religioso, trajo como consecuencia que durante el siglo XVII se duplicara el número de eclesiásticos en España.

2.2- Contexto cultural 2.2.1- La fundamentación del racionalismo El pensamiento racionalista tuvo en el siglo XVII algunas de sus figuras más destacadas: Descartes, Leibniz, Spinoza... Todos ellos relegaron la posibilidad de un saber revelado y defendieron que la razón es la principal fuente de conocimiento humano. De este modo sentaron las bases del racionalismo. Quienes más influyeron en el pensamiento posterior fueron el físico italiano Galileo Galilei y el matemático francés René Descartes. Galileo Galilei (1564-1662) fue uno de los fundadores del método experimental. A partir de sus observaciones, enunció las leyes de caída de los cuerpos y refrendó la teoría heliocéntrica de Copérnico. Debido a sus conclusiones, Galileo fue sometido a un humillante proceso inquisitorial, en el que se le obligó a abjurar de sus argumentos sobre el desplazamiento de la Tierra alrededor del Sol. 2

René Descartes (1596-1650) fundamentó el racionalismo filosófico y científico. Partiendo de la crítica de los sentidos como forma de conocimiento, considera que la ciencia ha de fundamentarse en la intuición de principios incuestionables; desde ese momento, la razón elabora construcciones cada vez más abstractas, siguiendo un método deductivo. En España, la influencia del racionalismo apenas se dejó sentir. En su lugar, se registra una actitud de escepticismo hacia la naturaleza humana, escepticismo que conduce a una visión pesimista del mundo radicalmente opuesta al optimismo renacentista. Un buen ejemplo de esta actitud lo encontramos en Baltasar Gracián, para quien las únicas armas de que se dispone para combatir el estado de crisis y ruina de la sociedad son el individualismo y la desconfianza hacia los demás.

2.2.2- El sentimiento de desengaño ante el hombre y la realidad Frente al vitalismo y el idealismo del Renacimiento, la cultura barroca se caracteriza por una concepción negativa del mundo y la vida, que se concreta en los siguientes aspectos reflejados en los textos: - El mundo carece de valor, es caótico y está lleno de dolor y peligros. - La realidad es cambiante y compleja. No podemos llegar a aprehenderla. - Los sentidos nos engañan; nada es lo que parece. - La vida es algo inconsistente: “es una sombra, una ficción, es sueño”. - La vida es breve, el tiempo pasa destruyéndolo todo. Vivir es ir muriendo. -

El hombre es visto como un ser imperfecto y finito (maldad intrínseca del

ser humano – “El hombre es un lobo para el hombre” (Hobbes) Varias son las actitudes que pueden adoptar los escritores frente a la gravedad de los tiempos y ante el desengaño y la frustración: -

La queja o la protesta ( literatura satírica; novela picaresca)

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La angustia vital (sonetos morales y filosóficos de Quevedo)

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La búsqueda de consuelo en varios terrenos: la religión (actitud ascética que predica apartarse del mundo y poner los ojos en la otra vida), la actitud estoica que invita a despegarse del mundo y aceptar los sufrimientos y la muerte con serenidad.

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La evasión de la realidad, refugiándose en la estética pura (Góngora) o bien ofreciendo formas de diversión, a lo cual respondió en buena medida el teatro de la época. 3

3- El arte barroco 3.1- El Barroco, un arte teatral El barroco artístico contrasta abiertamente con el ideal de armonía, proporción y medida que propugnó el Renacimiento. Las principales características del arte barroco son:  

 

Dinamismo. El artista barroco desea crear sensación constante de movimiento. Frente al predominio de las líneas rectas en el arte renacentista, el Barroco se vale, sobre todo, de la línea curva. Teatralidad. El artista intenta conmocionar emotivamente al espectador y para ello recurre a procedimientos hiperrealistas. Esta intencionalidad se aprecia, por ejemplo, en la representación de Cristos yacentes y en toda la imaginería sacra. Decorativismo y suntuosidad. El artista del Barroco atiende por igual a lo esencial y a lo accidental. De ahí su minuciosidad en la composición de pequeños detalles y su gusto por la ornamentación. Contraste. El artista barroco se manifiesta contrario al equilibrio y a la uniformidad renacentista. Su ideal es acoger en una misma composición visiones distintas, y hasta antagónicas, de un mismo tema. En los cuadros de asunto mitológico, por ejemplo, los dioses aparecen mezclados con personajes del pueblo.

3.2- Arquitectura, escultura y pintura La arquitectura barroca se desarrolla desde el principio del siglo XVII hasta dos tercios del siglo XVIII. En esta última etapa se denomina estilo rococó. Se manifiesta en casi todos los países europeos y en lo que eran por aquel entonces los territorios de España y Portugal en América, hoy países independientes. La escultura barroca se desarrolla a través de las creaciones arquitectónicas, sobre todo en estatuas, y también en la ornamentación de ciudades en plazas, jardines o fuentes. En España también se manifestó en imágenes religiosas talladas en madera, en la llamada imaginería con la que se esperaba despertar la fe del pueblo Durante el Barroco la pintura adquiere un papel prioritario dentro de las manifestaciones artísticas. Constituye la expresión más característica del peso de la religión en los países católicos y del gusto burgués en los países protestantes. Ej.: Caravaggio, Velázquez, Murillo, Zurbarán, EL Greco… Se desarrollan nuevos géneros como los bodegones, paisajes, retratos, Vanitas, cuadros de género o costumbristas, así como se enriquece la iconografía de asunto religioso. Existe una tendencia y una búsqueda del realismo que se conjuga con lo teatral y lo efectista. El color, la luz y el movimiento son los elementos que definen la forma pictórica. 4

En cuanto a la concepción del espacio, la visión de las escenas en profundidad, la estructuración de las composiciones mediante diagonales y la distribución de manchas de luz y de color (claroscuro), configuran el espacio como algo dinámico, donde los contornos se diluyen y las figuras pierden relevancia frente a la unidad de la escena.

4- Literatura barroca: Culteranismo y conceptismo El Barroco es una época de contrastes y por esa razón ofrece dos tendencias literarias que se oponen; pero que persiguen el mismo fin: romper el equilibrio clásico. El culteranismo es una corriente literaria que se basa principalmente en la forma de las palabras; mientras que el conceptismo se basa en el significado o concepto de la palabra. CULTERANISMO

CONCEPTISMO

Corriente literaria que cultiva la forma de las palabras dejando en un segundo plano su contenido y pretende crear un mundo de belleza, impresionando para ello los sentidos con los más variados estímulos de luz, color, sonido y con un lenguaje ampuloso y culto.

Corriente literaria que profundiza en el sentido o concepto de las palabras; se puede definir como una agudeza mental que da preferencia a las ideas con el fin de impresionar la inteligencia o el deseo de decir mucho con pocas palabras.

Recursos

Recursos

- Frecuentes metáforas, no con el fin - Abuso de la metáfora con el fin de crear un mundo de belleza absoluta: de embellecer, como el culteranismo, Puertas de rubíes en lugar de labios. sino para impresionar la inteligencia: Lumbre por pecado. - Uso frecuente de cultismos: palabras - Juegos de palabras: utilización de tomadas del latín o del griego: una misma palabra con significados Argentar en lugar de platear; tórrido, diferentes: "Salió de la cárcel con umbroso, áureo... tanta honra, que le acompañaron doscientos cardenales, sino que a - Abuso del hipérbaton. Consiste en ninguno llamaban eminencia". alterar el orden de una oración, con lo (Quevedo.) que se llega a hacer difícil su comprensión: Un torrente es su barba - Estilo breve y conciso, que se logra impetuoso, en lugar de: su barba es mediante la elipsis o eliminación de un torrente impetuoso. palabras. Aplican el refrán: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno". - Uso de palabras parónimas. Es decir, palabras de un sonido parecido y - Antítesis de palabras, frases o diferente significado; con lo que logran ideas, con el fin de impresionar y impresionar y llamar la atención sobre agudizar la mente: "Mi negra capa, nuestros sentidos: Nubes-naves. ya blanca por los pecados". 5

5- La poesía barroca  Temas: - Pervivencia de los temas renacentistas, que sufren un nuevo enfoque: AMOR (fuente de contrastes, adquiere sentido trascendente) NATURALEZA (ofrece ejemplos moralizadores; adquiere valor simbólico) MITOLOGÍA (sus asuntos son ennoblecidos por la brillantez formal barroca o caricaturizados) - Temas propios del barroco, fruto de la desilusión y el pesimismo: - Inconsistencia de la vida y fragilidad de lo terreno (sueño, símbolo de vida y de muerte, motivo de las ruinas, tópico del Ubi sunt…) - Realidad engañosa (el engaño a los ojos, el mundo como teatro) - Fugacidad de la vida y presencia constante de la muerte (reloj, rosa marchita…) - Problemas sociales… 

Formas poéticas: - Poesía de metro culto: continúa la herencia de la poesía italianizante renacentista (verso endecasílabo / soneto, canción) - Poesía de metro popular: imita las formas de la lírica popular (letrillas, glosas, villancicos…) Romancero nuevo

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Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente, es un soñado bien, un mal presente, es un breve descanso muy cansado. Es un descuido que nos da cuidado, un cobarde con nombre de valiente, un andar solitario entre la gente, un amar solamente ser amado. Es una libertad encarcelada, que dura hasta el postrero paroxismo; enfermedad que crece si es curada. Éste es el niño Amor, éste es su abismo. ¡Mirad cuál amistad tendrá con nada el que en todo es contrario de sí mismo! FRANCISCO DE QUEVEDO

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