EL 23 DE ENERO DE 1958

EL 23 DE ENERO DE 1958 (Américo Martín) 1 Manuel Caballero afirmó con probidad que la democracia nació plenamente el 14 de febrero de 1936. Sin negarl...
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EL 23 DE ENERO DE 1958 (Américo Martín) 1 Manuel Caballero afirmó con probidad que la democracia nació plenamente el 14 de febrero de 1936. Sin negarlo, creo que ese galardón debe otorgársele al 23 de enero de 1858. En 1936 se inició la modernización política y del país. Las corrientes universales contenidas por la dictadura de Gómez se abrieron paso y cristalizaron en partidos modernos, sindicatos, federaciones estudiantiles y gremios. Pero todavía hubo que vivir el controvertido 18 de octubre de 1945 –un gran paso adelante o una irrupción innecesaria, según la posición que se asuma- y el retorno de la dictadura militar el 24 de noviembre de 1948. En cambio, el 23 de enero pueblo y militares democráticos derriban la dictadura e implantan la democracia, consagrándola en la más participativa y unánime de las Constituciones de Venezuela, la de 1961. 2 El 23 de enero fue un limpio pronunciamiento cívico que arrastró a los militares descontentos que sin embargo estaban obligados a guardar silencio y subordinarse estrictamente al mando superior. Nadie imaginaba que había tanto potencial democrático subyacente en las Fuerzas Armadas de la más delineada dictadura militar de nuestra historia independiente. La verdad no siempre está a la vista pero tarde o temprano se hace presente. 3 No había claras razones económicas o sociales para explicar tan tremendo sacudimiento popular. El crecimiento sostenido de la economía, el empleo, la estabilidad monetaria y el visible progreso material. Había alta seguridad ciudadana. El dictador lucía sólido, seguro, protegido por un ejército bien armado y disciplinado y por órganos de inteligencia temibles. Se construyeron apartamentos a granel sobre todo en Caracas. Había mucho miedo y visible oportunismo. Pero las cárceles estaban llenas de presos muchos de ellos torturados, los partidos de oposición ilegalizados o muy restringidos, la prensa censurada o autocensurada. Había apenas tres universidades nacionales, signo de la despreocupación por la educación. Por

añadidura esas universidades no gozaban de libertad de cátedra.

autonomía ni

4 Se predicaba la militarización y se exaltaba a los Padres de la Patria, Bolívar sobre todo. Palabras suyas se repetían abrumadoramente donde fijáramos la vista. Tres heroicas imágenes ilustraban afiches que en todas las esquinas y lugares nos miraban en muda advertencia si no amenaza: Miranda, el Precursor, Bolívar, el Libertador, Pérez Jiménez, el constructor. El dictador sería el hijo, legatario y continuador de la obra emancipadora de Bolívar. 5 ¡Con razón dijera Jean Paul Sartre que los muertos son el alimento de los vivos! Y en efecto, no pueden quejarse de la forma como aprovechan su historia para apuntalar regímenes mediocres o militarizados porque, a diferencia de lo que oficialmente predica la hagiografía revolucionaria, nuestro gran Libertador ya no pertenece al mundo animado como tampoco su autodesignado sucesor. 6 Permítanme una digresión que creo oportuna. Cuando la esposa de Lenin, Nadia Krupskaya, protestó ante Stalin alegando que su marido jamás habría aceptado ser deificado y momificado, se ha dicho que recibió esta respuesta: Cálmese camarada Krupskaya y recuerde que como yo soy el secretario general puedo nombrar otra viuda oficial del camarada Lenin. Lo dicho: los muertos no pueden protestar. Son el alimento de los vivos. 7 El 23 de enero es una fecha que no puede ni va a ser olvidada. Sus lecciones son permanentes y milagrosamente actuales, y por eso está a cubierto de campañas masivas de olvido y tergiversación. Resumo rápidamente varias de ellas: Primera. El dictador comenzó a desplomarse cuando la resistencia superó el desánimo generalizado y decidió participar vigorosamente en las elecciones de la Constituyente de 1952. La abstención tenía lógica, por supuesto, pero fue puesta de lado ante el colosal entusiasmo despertado por la convocatoria a votar. La gente vislumbró las posibilidades de la participación electoral pese al brutal ventajismo, el intimidante choque de

botas claveteadas, la militarización de la juventud y del pueblo, la falaz ideología única del Nuevo Ideal Nacional, las fanfarrias militares de la Semana de la Patria, y las tendenciosas invocaciones a Bolívar sobre el trasfondo de la persecución y el terror. ¿Y qué se sacó de eso la resistencia, habida del brutal fraude cometido por la dictadura? Se sacó la lección de la unidad y la lección de que podíamos confluir en aquello que nos afecta a todos, colocando sabiamente de lado lo que naturalmente nos separa y seguirá separándose como prueba de que la fuerza está en la unidad de lo diverso y la debilidad en el pensamiento único y la falsa identidad ideológica. 8 Segunda No fue fácil superar los apasionados conflictos y recriminaciones entre partidos que luego se unirían en la Junta Patriótica. No fue sencillo que la izquierda aceptara la unidad de lo diverso; que la democracia cristiana podía tener una historia de enfrentamientos contra ella sin perjuicio de cimentar la coincidencia frente al sombrío enemigo común, como también lo hizo con la socialdemocracia de AD y con URD. Cuando la unidad fue sincera y se dotó de una referencia única y un programa mínimo común, la dictadura puso de manifiesto que internamente estaba minada no obstante el estólido vigor y fortaleza que pregonaban sus armadores. 9 Tercera El programa de mínimos se reducía a remover el obstáculo que impedía el restablecimiento de la democracia. No se trataba de renunciar a la configuración ideológica de los protagonistas de la unidad, exigencia que más bien conspiraría contra la amplitud, la representatividad y la confianza necesarias para derribar el superarmado régimen militar. Se enfiló la lucha contra el propio dictador, y sus socios civiles: Vallenilla y Estrada. A todos los demás, civiles y militares, se les tendió la mano aunque hubieran trabajado contra la resistencia o cometido acciones cuestionables. Se trataba de aislar por completo a la cima de la dictadura y nada mejor que ganar a todo el que se pudiera ganar y neutralizar a los que fueran susceptibles de serlo. A muchos podría parecerles poco éticos los acuerdos con tales o cuales personas, olvidando que la máxima expresión de la Ética consistía en derrotar la hermética tiranía que pisoteaba los derechos humanos, impedía

el libre juego de las corrientes de funcionamiento de la justicia imparcial.

pensamiento

y

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10 Sé que la política es compleja y tiene reglas difíciles de tragar, pero es la responsable de que la Humanidad haya avanzado hacia estadios superiores de civilización, obstruidos como suelen estar por las imposiciones de los dictadores. Mientras más rápido entendamos la sana lógica de la política, más rápido nos reencontraremos con la libertad, la independencia y el pluralismo democrático. 11 Por eso pese a la desatención oficial, el consistente ejemplo del 23 de enero es una fecha inolvidable. No obstante, sus negadores no cejan. Como no pudieron borrar la noble fecha ni sustituirla por el madrugonazo del 4 de febrero de 1992, terminaron por aceptarla, pero eso sí, tratando de tergiversarla con el objeto de acomodarla a sus designios. 12 En lo que pudiéramos llamar su versión personal de aquella insurrección cívico-militar (por cierto, no militar-cívico) el presidente Maduro no menciona los partidos artífices del movimiento ni a sus líderes principales. No aparecen AD, Copei, URD y ni siquiera el PCV. Se esfumaron los nombres de Betancourt, Caldera, Jóvito, Gustavo Machado y Pompeyo Márquez. Solo se exalta a un miembro de la Junta Patriótica, el meritorio compañero de lucha Fabricio Ojeda, quien a la sazón era el representante de URD, acompañando a Aristeguieta Gramcko de Copei, Ortiz Bucarán de AD y García Ponce del PCV. Desde la torre de Miraflores sobrepone a Fabricio a los demás miembros de aquella mesa de iguales, sin que Fabricio pudiera aclarar el asunto, como sin duda lo hubiera hecho. Una exaltación destinada a convertir a Fabricio en el líder del todo. Fabricio hubiera protestado, como tampoco hubiese aceptado que se le convirtiera en una suerte de primer boceto del presidente Chávez, tal como Antonio Guiteras de Fidel Castro o el Precursor Miranda del Libertador Bolívar. Fabricio goza del respeto de sus compañeros y del país pero no habría aceptado jamás la forma como, aprovechando su forzado silencio, quieren ponerlo en contra de la coalición de partidos que lideró el proceso insurreccional.

13 Conmemoramos pues con sólidas razones el 58 aniversario del luminoso 23 de enero de 1958. Lo hacemos en un país de libertad y democracia en franco retroceso. Signo visible del lamentable momento que vive Venezuela es la dura ofensiva oficial contra los medios, sus dueños, directivos, periodistas, columnistas y trabajadores en general. Con saña especial se atenta contra los medios por su significado y proyección extrafronteriza. El método empleado trata de revestirse de legalidad. Con falaz moralismo se extienden la censura y la autocensura, la amenaza contra radio y telenovelas, las multas millonarias, el cierre de medios y ahora el control selectivo del papel con el fin de imponer silencios y adhesiones. 14 En tiempos de guerra fría y división bipolar del mundo, los dictadores militares latinoamericanos escondían sus bárbaros atropellos debajo de la alfombra de la no intervención. En la actualidad en cambio no es posible repetir esos métodos y por eso la desmesura se reviste con raído ropaje constitucional. Es un reconocimiento al poderoso desarrollo del Derecho Internacional Humanitario. Prevalece la protección de los derechos humanos sobre el principio mismo de no intervención. Aunque no sea consagrada normativamente, tiene todo su efecto vinculante. Ocurre que en la Constitución de Venezuela la causa de los derechos humanos está expresamente reconocida en la Ley Fundamental. Prevalece sobre el significativo y correcto principio de no intervención.

15 No pueden desestimarse algunos signos favorables al diálogo en la esfera del gobierno y del bloque de partidos que la conforman. Sería el camino apropiado para encontrarnos todos, más allá de intereses banderizos; libres de odios y del escarnecimiento al adversario, en la suprema tarea de impedir el naufragio del país; este barco en que estamos todos. El presidente Maduro debe pronunciarse a favor de un diálogo de verdad, sin esguinces ni candidez. A partir de la convicción de que el drama de nuestra agobiada Venezuela no puede continuar. El país no lo merece. Los venezolanos cada día se manifiestan por el cambio, cambio en dirección al progreso y a la plena democracia, a la producción, el desarrollo autosostenido. La nación ha de liberarse de la humillante

condición de pluriimportadora y monoexportadora, ha de garantizar altos niveles de vida y empleo pleno, sin el crimen desatado e impune y educación y salud masivas y de calidad. 16 No es posible desconocer que en el gobierno aparecen signos todavía vacilantes inclinados al diálogo, aun cuando no falten quienes quieren desnaturalizarlos. Esos signos deben ser alentados. La MUD y la alternativa democrática insistirán en su esfuerzo por sostener el diálogo, que está en su naturaleza. Es propio del pluralismo democrático dialogar, discutir los problemas que lo ameriten. Alertas por supuesto, sin candidez, pero insistir.

17 La Mesa de la Unidad Democrática, coordinada por un hombre culto y experimentado como lo es Ramón Guillermo Aveledo e integrado por líderes políticos de primera línea cuya presencia en este acto comunica sentido de perseverancia, tuvo un gran desempeño en las confrontaciones electorales. Cimentó la unidad con base en primarias, tarjeta unitaria y candidatos electos por el pueblo o escogidos en el más amplio de los consensos, y ahora debate serenamente la forma de proceder en las nuevas condiciones. Le cumplió fielmente al país con una conducción democrático-electoral llena de logros brillantes. Le corresponde continuarlos con los ajustes necesarios para enfrentar unida las complejidades del momento. El borbollante hervidero social ha hecho nacer liderazgos vinculados a los problemas más sentidos. En el movimiento obrero, cuya libertad sindical ha sido abolida en la Ley del Trabajo. En el amplio campo educativo donde se consolidan niveles organizativos de educadores, maestros, padres y estudiantes. En grupos poblaciones castigados por la inflación, la recesión y el desempleo. En áreas especializadas para conformar un pensamiento que sea vertido en modelos de desarrollo democráticos y eficaces. En el impulso a la descentralización y lucha contra el despojo de competencias constitucionales a los poderes estadales y locales. En todos esos lugares se han creado direcciones propias. La MUD debe acompañarlas, solidarizarse con ellas. No pretende sustituirlas sino reconocerlas, divulgar sus éxitos y concebir una unidad global de objetivos. Con la experiencia que ha adquirido sabrá

encontrar el mejor de los caminos para sostener y fortalecer la unidad mientras se fortalecen y sostienen los estupendos liderazgos locales que la realidad ha hecho nacer. 18 Una palabra final sobre la defensa de la libertad de expresión y de los medios, que constituyen un arma afilada de la democracia. En nombre de la Mesa de la Unidad Democrática, que me ha hecho el honor de encomendarme la representación que estoy ejerciendo transitoriamente en esta fecha histórica, brindo la más vehemente solidaridad y afecto a los medios asediados y expreso la convicción de que la embestida que los agobia será revertida sin violencia y en el marco estricto de la Constitución, por la voluntad de nuestro pueblo 19 Culmino pues con la invocación de dos estrofas de Himnos diferentes. El que originalmente se entona en la acera de allá, el hermoso himno de la Internacional: ¡arriba pueblos de la tierra!, ¡en pie famélica legión! Y el que se levanta en la acera de acá, el himno de Venezuela clamando ¡Abajo cadenas! Esas estrofas, todas ellas, le vienen bien a los venezolanos que luchan por el cambio y progreso democráticos. ¡Arriba pues pueblo venezolano desde el fondo de tus duras carencias! ¡Abajo cadenas que silencien la libre expresión doblegando a los medios en su noble misión de informar en y con libertad!