Ecumenismo, tolerancia y paz social

A través de la Historia de la Humanidad, las religiones siempre han estado en tensión con la sociedad por su adhesión a los poderes institucionalizado...
1 downloads 0 Views 97KB Size
A través de la Historia de la Humanidad, las religiones siempre han estado en tensión con la sociedad por su adhesión a los poderes institucionalizados. Estas adhesiones y alianzas han generado conflictos y guerras que han dejado miles de muertes, dolor y resentimientos que se han socializado generacional e históricamente. Igualmente siempre han existido carismáticos, no en el sentido de la Renovación Carismática sino en el sentido expresado por Max Weber, es decir, personas y colectivos que han contestado estas alianzas y han propuesto modelos de iglesias cercanas y aliadas con los pobres, identificadas con las luchas de las mayorías y gestoras de paz, de justicia y de solidaridad. Son líderes que evocan pasados de muerte y violencias, recuperan la memoria de los pueblos oprimidos y provocan nuevas lecturas y acciones para transformar la realidad de exclusión y miseria. Son líderes, hombres y mujeres, que convocan a todos los pueblos para una nueva humanidad, nuevas sociedades, donde el Reino de Dios se haga presente y actuante para construir y fortalecer dinámicas de paz duraderas. Las religiones deben unir esfuerzos para apoyar a hombres y mujeres creyentes o no, que estén dispuestos a dejar un mundo mejor para las siguientes generaciones. Las barreras sectáreas y fundamentalismos entre las religiones son una contradicción a los mensajes de amor que promueven y divulgan. Es primordial la concreción de iniciativas en defensa de la vida reflejadas en Políticas Públicas. La sociedad está cansada de discursos y homilías de buena voluntad y espera acciones, sobre todo, testimonios. Las comunidades confesionales, y de espiritualidaes, como actores sociales, pueden proponer alternativas para el cuidado de la vida, la tolerancia y la paz social.

Muchas gracias. 11

CONCEJO ECUMÉNICO CRISTIANO DE GUATEMALA

III CONFERENCIA INTERNACIONAL AMERICA LATINA ROMPIENDO CON EL NEOLIBERALISMO, HACIA LA CONSOLIDACIÓN DE UN NUEVO MODELO

Ecumenismo, tolerancia y paz social

Rev. Vitalino Similox Salazar Guatemala, Junio 2 de 2011

III CONFERENCIA INTERNACIONAL AMERICA LATINA ROMPIENDO CON EL NEOLIBERALISMO, HACIA LA CONSOLIDACIÓN DE UN NUEVO MODELO

Ecumenismo, tolerancia y paz social Vitalino Similox Salazar1 Guatemala, Junio 2 de 2011 INTRODUCCIÓN: El llamado a que la religión, desarrolle un papel democratizador, fomentando la tolerancia, el respeto, el pluralismo religioso, étnico y la convivencia pacífica, en un país dividido, fragmentado, violentado y sectorizado, es una exigencia justa y necesaria. Que de la propuesta y práctica ecuménica, se espere igualmente la promoción y valoración de la tolerancia y la paz social, pues tienen un sentido nuevo y es una característica y un valor cuya exigencia es insoslayable en los tiempos actuales. En medio de ésta ola imparable e incontrolable de violencia, en una coyuntura electoral, es comprensible la exigencia que la religión aliente la generación de transformaciones en el seno de la sociedad en base a una transformación del ser humano, y a partir de darle a la fe, una proyección práctica en la vida diaria en sus dimensiones individuales y sociales. 1

Pastor de la Iglesia Presbiteriana de Guatemala, Licenciado en Teología, Doctor en Sociología y Ciencias Políticas y actual Secretario General del Concejo Ecuménico Cristiano de Guatemala.

1

La tolerancia debe tener diferenciado su espacio, claramente marcado para no redundar en la anarquía. El pluralismo que desiste de imponer reglas normativas universales puede parecer tentador: se ofrece como una propuesta más “humilde”, no autoritaria, defensora de la libertad de opinión; pero conduce a un callejón sin salida. Toda comunión humana necesita de reglas de juego, cuya infracción será plausible de penalización. El respeto delante de otras personas no implica, en absoluto, la obligación de aprobar sus credos. Existen deidades terriblemente “inhumanas”, dioses opresores, cultos satánicos; no hay como conferirles legitimidad. Además, las personas buscan certezas; no logran vivir con la duda permanente. Por más paradójico que parezca: el relativismo acaba generando nuevos fundamentalismos; arroja a las personas en los brazos de los dictadores. Por lo tanto, ni este ni aquel promete éxito en la construcción de una sociedad sostenible.

CONCLUSIONES: Siendo así, la religión adquiere una función paradigmática. Al buscar conjugar la variedad y la unidad se vuelve ejemplo de lo que debe ocurrir también en la esfera política y social. El ecumenismo permite la identidad propia, pero descarta el individualismo y el corporativismo. Exige tolerancia, pero no ilimitada. No pretende eliminar la variedad sino compatibilizarla y capacitarla para la convivencia. Se trata de un ambicioso proyecto y, todavía, de alta urgencia en una sociedad plural que, sin consensos básicos, no logrará sobrevivir. Es importante, pues, subrayar que el ecumenismo eclesiástico tenga su réplica secular. Se establece como imperativo a todo ser humano y al conjunto de los pueblos. Así como la comunión no permite estar restringida a la comunidad cristiana, tampoco al ecumenismo. Está comisionado a propugnar la causa de la paz social, muy de acuerdo con los objetivos del “cristianismo”. 10

compara a una competencia olímpica en disputa por la medalla de oro, sino a un curso de capacitación en la comunión de los santos. Esa comunión no es ninguna “ficción científica”; ella es una posibilidad real, al pleno alcance de la unidad en acción, programática y orgánica. La convivencia plural en la Iglesia y en la sociedad se vuelve ilusoria sin un mínimo de tolerancia. Es este otro término clave que significa originalmente la concesión de espacio y protección para las minorías, incluyendo el reconocimiento de su legitimidad, aunque en carácter excepcional. “Tolerar” es sinónimo de “soportar” que en su sentido amplio, significa el respeto debido a la alteridad social, cultural y étnica de personas y grupos.Y, en efecto, la “intolerancia” imposibilita la sociedad plural; tiene naturaleza autoritaria, violenta. El Estado moderno es tolerante. Garantiza el libre ejercicio de la religión y de las diferentes espiritualidades, atendiendo así a uno de los derechos humanos fundamentales. Tampoco la religión puede dejar de lado esa categoría. Se opone a los “fundamentalismos” de todos los tipos que ejercen tiranía y amenazan la paz. La tolerancia está vinculada al reconocimiento de la libertad de conciencia, una afirmación cristiana básica. Jesucristo no nivela a sus seguidores; les confiere el derecho a la diferencia. Algo análogo vale para la humanidad en su totalidad; la variedad es el signo de la creación. Por tanto, debe haber tolerancia recíproca, expresándose en una “simbiosis” constructiva. Ella será dinámica, mutuamente desafiante y, por eso mismo, fecunda. La tolerancia se distingue de la permisividad. Ella tiene límites, no se puede “soportar” la suspensión del mandamiento, el atentado a la propia libertad o a la dignidad humana, ni puede conformarse con el crimen, la violencia. La comunión humana, cualquiera que sea, debe trazar líneas divisorias entre lo permitido y lo prohibido. 9

Estamos en un cambio de época, no solamente una época de cambios, que invariablemente tiene implicaciones para el quehacer religioso, ecuménico y social en nuestro país, que supone retos, desafíos, por las nuevas formas de vida, de sociedad y de cultura, y cuya exigencia a la religión es que priorice la orientación hacia la interacción entre las intenciones, las ideas y las acciones que confluyan, mediante una proyección educadora y transformadora de las actuales y futuras generaciones en el ejercicio que vincula fe y vida, y la reafirmación de mejores prácticas de convivencia social, intercultural, intrafamiliar, de género, intergeneracional y laboral, entre otras. I.

DEFINIENDO CONCEPTOS La presente ponencia intenta responder a preguntas, tales como: qué papel juegan las religiones y las espiritualidades en construcción de dinámicas de paz y de solución a estos conflictos? ¿Cómo las iglesias, están contribuyendo a generar procesos de paz o por el contrario, contribuyen en la generación de más violencias? ¿Qué papel han desempeñado las experiencias ecuménicas en estos procesos de construcción de paz en Guatemala? Cuál ha sido la apuesta de las religiones para la paz, la tolerancia y la paz social en nuestro país? Para responder en parte a estas preguntas es importante comprender, las diferencias y las relaciones entre religiones, espiritualidades y el ecumenismo. Las religiones son prácticas y representaciones socioreligiosas que se plasman en instituciones. Las espiritualidades por su lado, son las maneras de vivir, de sentir, de expresar la fe en la relación con Dios, con el prójimo y con la naturaleza y, el ecumenismo, es la “casa de todos/as”, del encuentro, de la interacción en actitud constante de tolerancia, respeto y paz entre diversas razas, credos, lenguas, culturas y religiones. 2

II.

EL CAMINO RECORRIDO Los noventas marcan un nuevo momento en la historia de Guatemala. Se impusieron las políticas neoliberales, la globalización y en todo el mundo los pobres aumentaron, igual las clases medias y los ricos se enriquecieron aún más con el libre flujo de sus capitales. En el contexto de estas crisis que no solamente impactaron el campo económico sino también el ámbito familiar y afectivo (separaciones, madres solteras, madres cabeza de familia, violencia intrafamiliar, violencia contra la mujer), el campo laboral (desempleo), el campo político (corrupción, paramilitarismo y narcotráfico) amplios sectores sociales experimentaron una crisis de sentido, de sus proyectos de vida, situaciones que les llevaron a nuevas búsquedas y relaciones con lo sagrado, con iglesias y experiencias de fe, de otras cosmovisiones relacionadas con lo trascendente. Se amplió así el hecho religioso en nuestro país, crecieron las iglesias pentecostales, neopentecostales y del lado católico, la Teología de la Liberación entró en crisis y la Renovación Carismática y el pentecostalismo, se posicionó en la sociedad. Todo esto indica que las religiones no son estáticas, que cambian en la medida en que personas y grupos sociales son afectados por las dinámicas políticas, económicas, sociales, medioambientales, entre otras. Desde la perspectiva sociorreligiosa, se analiza a los actores sociales que intervienen en contextos de conflictos sociales, políticos, se definen como conectores, aquellos actores que inciden individual o colectivamente, a través de alianzas y redes, en procesos de paz.A su vez se define a los divisores, como aquellos actores que en lugar de contribuir a la transformación de conflictos y paz, dividen y acentúan las situaciones locales, regionales o nacionales respecto a las violencias y conflictos. 3

deplorar la globalización o saludarla como nueva conquista. Es cierto que el proceso es irreversible. En consecuencia, las religiones deben ajustarse a un mundo crecientemente plural que le niega monopolios tradicionales. Multiculturalidad significa la coexistencia de distintas culturas en el mismo ambiente, lado a lado, en inmediata comparación. Chocan, en proporción antes inédita, los estilos de vida, los credos religiosos, las ideologías, los intereses, los derechos, las expectativas. En esas condiciones, la sostenibilidad social depende del arte de convivir con las diferencias. He aquí el crucial desafío de la multiculturalidad, la búsqueda del exterminio será necesario del otro con la intención de suprimir la disidencia? ¿O será necesario conformarse con el “todo vale” de una sociedad caótica, desorientada? Ante un cuadro tal, el primer imperativo a atender es el aprendizaje del realismo. Es importante sepultar los sueños imperialistas, es decir el deseo a veces clandestino de aniquilar al otro participante y convertirlo al propio credo. Un desafío para el cristianismo será una faz multidenominacional; esto significa el certificado de defunción para cualquier ecumenismo conversionista, proselitista, reconquistador. Priorizará su propósito original que jamás quería fundir; quería, eso sí, unir. Además, el realismo implica que la confesión de ninguna institución eclesiástica, por si sola, es capaz de representar a la ecumene en la integridad. La catolicidad de la Iglesia excede a las concretizaciones particulares. Las Iglesias poseen, cada cual, sus dones y sus defectos; también ellas, no dejan de ser pecadoras. El progreso del ecumenismo tiene por premisa la disposición a la autocrítica, a la confesión de los pecados. El buen ecumenismo no se 8

Libertad y Autonomía en sus procesos de opción y toma de decisiones relacionadas con sus Proyectos de Vida, incluida la opción religiosa. 3.) Legitimación de la violencia, de los actores que generan diferentes formas de violencias: se observa que muchos actores religiosos, hombres y mujeres legitiman con sus discursos y acciones a individuos y grupos sociales que con su poder contribuyen en la generación de conflictos y violencias. Muchas veces se actúa con ingenuidad pero otras, con clara conciencia de sus acciones, opciones, intereses y consecuencias para si mismo/a, para su familia y para sus iglesias. 4.) Fundamentalismos religiosos: Generalmente, las religiones, iglesias y actores religiosos que se posicionan más como divisores frente a procesos de construcción de paz, expresan en sus discursos y prácticas religiosas internas, diversas formas de fundamentalismos propios de su formación bíblico-teológica, de su trayectoria sociohistórica, de sus prácticas sociales enmarcadas en un sectarismo que difícilmente posibilita apertura hacia otras cosmovisiones religiosas y hacia nuevas prácticas sociales, políticas, económicas. III.

RELIGIÓN, TOLERANCIA Y PAZ SOCIAL = IMPLICACIONES La sociedad del siglo XXI será multicultural. En esto se reflejan los efectos de la globalización que dio la oportunidad a un intercambio cultural sin precedentes, que mezcla a los pueblos y acerca a las religiones. Ya no es posible aislarse en un mundo estrecho. Los modernos medios de transporte y de comunicación eliminaron las fronteras de espacio y de tiempo y no solo posibilitan sino también fuerzan el encuentro con el otro. Se puede 7

Desde esta perspectiva advertimos que en Guatemala las religiones han desempeñado históricamente funciones sociales como divisoras y como conectoras. Como divisoras, cuando a través de sus discursos y prácticas socio-religiosas contribuyen, impiden y/o actúan como actores que en lugar de construir confianzas, transparencias , valores y compromisos éticos para la paz, dividen, señalan, juzgan, y optan por legitimar los poderes responsables de las violencias y conflictos, sea a nivel coyuntural o estructural. Ejemplos de prácticas conectoras en la historia reciente en Guatemala: 1. La solidaridad para con la población más vulnerable. Una acción pastoral que ha estado acompañada de actitudes de compasión, de entrega, de entusiasmo palabra que en su etimología significa Dios con nosotros (en Theos-mos). Estas actitudes han fortalecido compromisos no solamente para satisfacer el hambre por un día sino también para optar por solidaridades de fondo, de cambio y transformación social para transformar los conflictos de orden estructural (hambre, desempleo, tenencia de tierra, salud, educación, vivienda, bienes naturales, defensa de territorios, etc) 2. El compromiso por el desarrollo sostenible y el medio ambiente: Muchas iglesias trabajan acompañando a la población vulnerable pero no definen estrategias de soluciones y prácticas de autosostenibilidad a mediano y largo plazo.Trabajan en la inmediatez, lo que es importante, pero hace falta ir más allá, profundizar sobre las causas y consecuencias de los conflictos, para responder con estrategias claras para solucionarlos en el corto, mediano y largo plazo. De igual manera, el problema del medio ambiente ya no es un problema local, es un problema 4

global, incumbe a todos/as cuidar los recursos que se tiene, el agua, la biodiversidad, la tierra. El planeta tierra está en peligro y las catástrofes, terremotos, calentamiento global, los cambios energéticos en el sistema planetario, hablan de la urgencia de amar, cuidar y tomar medidas a nivel micro y macro para evitar catástrofes mayores, incluida nuestra propia extinción. 3. La opción por la justicia y la vida con dignidad: une, identifica, fortalece, el trabajo que desde la fe, contribuye para forjar una Guatemala justa, equitativa y solidaria, a partir de pequeñas, medianas o grandes apuestas. El Reino de Dios es como una semilla…y si todos/todas sembramos, esta semilla de la Justicia se extenderá y se contribuirá de manera significativa a la paz social y a la tolerancia. La apertura a procesos políticos, económicos, sociales: que no solo a significado prácticas asistencialistas, prácticas para responder a la necesidad del día a día, que son importantes pero la solución real está en responder a los problemas de fondo de la sociedad e incidir, transformar las relaciones políticas, económicas, sociales, avanzar en la construcción de micro y macro poderes (empoderamiento de hombres y mujeres) para formular políticas públicas que beneficien a todos los sectores sociales, étnicos, mujeres, niños, jóvenes y lograr así, mayores equilibrios en la distribución de la riqueza y de la justicia social. 4. La mediación en conflictos de orden micro y macro social: las iglesias tanto católica como evangélica, tienen un amplio reconocimiento a nivel local, regional y nacional y es importante poner al servicio de la paz este reconocimiento simbólico, político. Los conflictos son de diferente orden y es fundamental preparar al liderazgo religioso a nivel teórico y metodológico, en la 5

transformación de conflictos y mediaciones para la paz, a nivel familiar, eclesial, vecinal y en esferas macro sociales, en interlocusión con actores que se definen claramente como conectores y conductores de paz. 5. El respeto, apoyo y empoderamiento de las mujeres, las mayorías. Los aportes de las mujeres son muy valiosos en los procesos de construcción de paz y al ser valorados hay un efecto positivo, tanto en la vida de las iglesias como en su papel como constructora de paz a todo nivel.

Ejemplos de prácticas divisoras en la historia reciente en Guatemala: 1.) Celos y competencias al interior de las iglesias: Esta es una de las mayores dificultades que bloquean e impiden acciones ecuménicas para la paz. Creer que somos los únicos que actuamos bien, que tenemos la verdad teológica, nos debilita y en lugar de construir procesos de paz nos encierra en círculos sectáreos que inciden en dinámicas de conflictos y violencias, tanto a nivel local, regional y nacional. 2.) Proselitismo y oportunismo, afán de buscar miembros en medio de la crisis: tristemente observamos que algunas iglesias buscan recursos a nivel nacional solo para ampliar su membresía y de alguna manera “utilizan” el dolor, la angustia, la vulnerabilidad de la gente, de los pobres del campo y las ciudades para ampliar su institucionalidad. Las acciones respecto a la Ayuda Humanitaria y al acompañamiento de procesos de desarrollo deben estar acompañadas de actitudes críticas y autocríticas para evitar manipulaciones y al contrario, lograr que las personas afectadas emocionalmente logren reconciliarse con valores éticos mínimos de Dignidad, 6