DESMITIFICANDO CUBA Ethan Ayala La isla de Cuba, así como el régimen que la gobierna, han sido objeto de muchos prejuicios y mitos originados por la ignorancia de lo que acontece en el día a día de los cubanos. A lo largo de los 56 años que han pasado desde la consumación de la Revolución del 1 de enero de 1959, el régimen cubano se ha ido modificando en diferentes aspectos y dimensiones, por lo que sería un error considerar que siempre ha sido igual, o que los cubanos viven ahora como lo hacían hace veinte años. Tras un viaje realizado durante el verano a la isla, pude constatar lo diferente que era la realidad cubana respecto a lo que la gente me había dicho antes de ir y de lo que mis propios prejuicios me sugerían. La ventaja del viaje fue la oportunidad de recibir clases de historia cubana y su relación con México y Estados Unidos por un profesor originario de la isla y uno mexicano. De la misma forma, la estancia en la isla y la convivencia con cubanos de todos tipos, edades e ideologías, me dio la oportunidad de replantear mis concepciones sobre la isla y tratar de llegar, por medio de este artículo, a aclarar algunos de los mitos que existen en la mente de muchos mexicanos. Primero me gustaría abordar el tema de los mitos políticos, pues la mayoría de la gente desconoce la estructura del sistema político cubano. La gente desconoce, por ejemplo, que Fidel Castro se convirtió en Presidente de Cuba hasta 1976, pues desde el triunfo de la revolución y hasta ese año, era el Primer Ministro bajo la presidencia de Osvaldo Dorticós Torrado, quien era el Jefe de Estado y representaba a Cuba ante el resto de los Estados, de acuerdo a la Constitución de 1940 (violada por Fulgencio Batista al dar el golpe de Estado de 1952). Contrario a lo que algunos piensan, en Cuba sí se realizan elecciones, aunque no para Presidente de la República. Las elecciones se realizan cada dos años y medio para la elección de los miembros que integran la Asamblea Municipal de cada uno de los 168 municipios. Aunque es verdad que en Cuba el único partido político permitido es el Partido Comunista de Cuba (PCC) y se restringe la libertad de asociación con fines políticos, creer que formar parte del PCC es la única alternativa para entrar a la política es un error. De

acuerdo a la Ley Electoral de 1992 (vigente hasta el día de hoy), en su artículo octavo, se establece que “Tienen derecho a ser elegidos todos los cubanos, hombres o mujeres, incluidos los miembros de los institutos armados que se hallen en el pleno goce de sus derechos políticos, sean residentes permanentes en el país por un período no menor de cinco (5) años antes de las elecciones y no se encuentren comprendidos en las excepciones previstas en la Constitución y la ley”.1 Lo anterior no pone como requisito pertenecer al PCC, y de hecho, ni el PCC, ni ninguna agrupación estatal está facultada para proponer candidatos. Los candidatos son propuestos en las asambleas de cada barrio por los mismos vecinos que integran la comunidad y posteriormente son votados a mano alzada. En la ciudad de Trinidad, el grupo de estudiantes del ITAM que fuimos este verano, fuimos hospedados por un hombre de menos de 40 años, que luego de la cena, nos platicó de su experiencia en la política trinitaria. Según nos explicó, él era miembro de la Asamblea de su municipio, y lo había logrado sin pertenecer al PCC. Sus vecinos lo respaldaban al grado de haberlo reelecto para otro periodo con más del 50% de los votos. Fue él quien nos explicó las particularidades del sistema político y quien nos demostró con su ejemplo que las elecciones eran hechas sin la intervención del Estado ni del partido de manera coercitiva, sino que por el contrario, la gente tenía un papel mucho más protagónico al elegir y ser elegidos, pues los miembros de las asambleas no le rinden cuenta al partido, sino directamente a los mismos vecinos con los que conviven a diario. Es importante mencionar que son las Asambleas Municipales quienes eligen a los candidatos a la Asamblea Nacional del Poder Popular, parlamento unicameral y órgano supremo del poder del Estado Cubano, y son los ciudadanos quienes votan y eligen a sus miembros. Tanto los miembros de las Asambleas Municipales como los de la Asamblea Nacional, no se dedican enteramente a ser                                                                                                                         1

 Base  de  Datos  Políticos  de  las  Américas.  (1999)  “Cuba:  Ley  Electoral  de  1992”.  Georgetown  University  y   Organización  de  Estados  Americanos.  En:  http://pdba.georgetown.edu/Electoral/Cuba/cuba.html.   Consultada  el  29  de  septiembre  de  2014.  

miembros de ellas, sino que día con día se desempeñan en su profesión y se reúnen pocas veces al año a legislar. Mientras la Asamblea Nacional no sesiona, es representada por un Consejo de Estado que se elige de entre sus miembros y sus principales figuras son la del Presidente y Vicepresidente. Este esquema político es generalmente desconocido por los extranjeros y es complicado concebir que Fidel y Raúl Castro hayan sido electos primero asambleístas y luego presidentes, al estilo parlamentario, y que su liderazgo sea refrendado cada cinco años sin que el PCC los postule. Existen también muchos mitos económicos sobre Cuba, pues al ser un sistema tan diferente al nuestro, es borrosa la línea que divide lo que es, de lo que creemos saber al respecto. Es claro que el Estado controla la economía y que es dueño de la mayor parte de las propiedades, pero la propiedad privada también existe. Con el cambio de presidente en 2008, una serie de reformas concernientes a la propiedad han ido implementándose, de manera que los cubanos ahora pueden poner sus pequeños establecimientos y a cambio pagar impuestos al Estado sobre sus utilidades, elemento desconocido para ellos hasta entonces. La inversión extranjera es también permitida, aunque fuertemente regulada. Quizá el mayor avance hasta el momento no sean los permisos para poner negocios privados, sino la posibilidad de realizar compra venta de propiedades entre particulares, lo que sin embargo es complicado de realizar, teniendo en cuenta que son pocos los cubanos con el poder adquisitivo para comprar propiedades. Otro elemento que considero importante resaltar es el papel que juegan las remesas en la economía cubana. Es común escuchar acerca de la isla que en Cuba la clase política y quienes trabajan en el gobierno son quienes mejor ganan y por lo tanto quienes tienen un mayor poder adquisitivo. Durante el viaje de este verano tuve la oportunidad de ir como invitado al hogar del antiguo Embajador de Cuba en China, y pude constatar de primera mano la falsedad de esta creencia, sin conocer, por supuesto, a nadie de mayor jerarquía en el gobierno cubano. El lugar de esa familia era exactamente igual a los del resto de la colonia, como cualquier otro barrio que puede encontrarse en la ciudad de La Habana, siendo quizá la única

diferencia, la decoración del interior, que conservaba claros vestigios de la estancia de la familia en China. Con esto pude constatar que aunque hay una diferencia de salarios entre quienes se dedican al gobierno y quienes no, esta no es una diferencia significativa. Lo que realmente hace una diferencia importante en el poder adquisitivo de las familias cubanas son las remesas que reciben quienes tienen familiares en el extranjero, particularmente en Estados Unidos. Otro mito que suele estar presente al hablar de Cuba es la cuestión de la salida de los cubanos de la isla. Si bien es cierto que durante mucho tiempo tenían prohibido salir del país y quienes se iban perdían tanto la nacionalidad como sus propiedades, esto ya no es una realidad. Actualmente es posible salir del país sin los riesgos antes mencionados si se tramitan los permisos adecuados. El problema es que la gran mayoría de los cubanos no puede costear salir del país por todos los gastos que ello implica, causando en el extranjero la impresión de que es el régimen quien impide su salida con métodos ya sea legales o coercitivos. Un último mito que quisiera deshacer en este espacio engloba en cierta forma a todos los temas que se han tocado en líneas anteriores, y es el del régimen comunista como causante del malestar económico de la isla. Es cierto que los cubanos tienen grandes carencias sociales y económicas y que han sufrido crisis de inimaginables proporciones en ciertas etapas de su historia. Es cierto también que al recorrer las calles de La Habana uno se encuentra con todo tipo de gente y con múltiples construcciones que parecerían ruinas. Cuba es un país de contrastes que pareciera detenida en la década de los 60, pero es importante resaltar un elemento que se suele olvidar al momento de culpar al régimen: el bloqueo económico. No es mi intención decir que el régimen funcionaría perfectamente si no estuviera bajo el bloqueo o que no tiene la culpa de los malestares de su sociedad, pues no sé si la tenga, pero sí creo firmemente que Cuba tendría mucho menos problemas si fuera capaz de abrirse al comercio con el resto del mundo y de solucionar por este medio algunas de las carencias ocasionadas por sus condiciones geográficas. José Mejía, un conocido periodista de televisión cubano que se hospedaba en el mismo hotel que nosotros, hacía mucho énfasis en este

aspecto, y estoy de acuerdo con él. Si el sistema económico y político de Cuba no estuviera condenado a lidiar con un fuerte bloqueo por parte de Estados Unidos, entonces sería mucho más fácil identificar la fuente de los problemas de la isla y actuar en consecuencia. De otro modo, es un error decir que la causa de todos los males de Cuba es el régimen, cuando probablemente cualquier economía, comunista o capitalista, estaría condenada al fracaso de enfrentar un bloqueo ilegal como el que sufre la isla. Como internacionalistas debemos de estar abiertos a nuevas ideas y diferentes esquemas sociopolíticos, pues la tolerancia a otras culturas es fundamental para el desempeño de nuestra profesión. Juzgar sin conocer puede resultar contraproducente en cualquier aspecto de nuestras vidas. Es por esto que espero haber contribuido a aclarar algunos de los mitos que suelen existir alrededor de Cuba y su forma de vida, un país fascinante y con mucho potencial para las relaciones de México con el resto de América Latina.