Condicionalidad de las Instituciones Financieras Internacionales. Agustín A. Casas (UdeSA)

JEL CLASS: F02 - International Economic Order; Economic Integration and Globalization F33 - International Monetary Arrangements and Institutions F35 – Foreign Aid F42 – International Policy Coordination D78 – Positive Analysis of policy making. D82 - Asymmetric and Private Information P16 – Political Economy

Abstract: El análisis de la condicionalidad de los IFIs hacia los países tomadores de crédito se ve influido fundamentalmente por su dependencia de los intereses de los países acreedores y por la débil capacidad de negociación de los países deudores (baja utilidad de reserva). De esta forma los organismos multilaterales de crédito enfrentan un trade-off entre eficiencia en la condicionalidad (asumiendo costos particulares debido a la existencia de información asimétrica) y crédito fácil (de parte de los deudores). Cuando la cantidad de países que necesitan el mismo tipo de políticas que las que benefician a los acreedores es alta, el IFI puede imponer reglas heterogéneas pero debido a los costos no necesariamente lo hace. Este enfoque permite relacionar el trabajo con el de la literatura de centralización/descentralización.

IFI’s conditionality is shaped twofold. In one hand, by the participation constraint of lending countries. On the other hand, by the weak negotiation power of borrowing countries (determined by international financial architecture). Thus, International Financial Institutions (IFIs) must choose its optimal policy –conditionality- depending on the possible trade off between the preferred policies of lending countries and those of the borrowing ones. Due to asymmetric information, IFIs do not know what is the growth-enhancing policy preferred by borrowing countries. Exogenous factors, such as country types, participation constraints, reserve utilities, etc. will be of great importance in determining the outcome of a principal-agent model: homogeneous rules between different countries.

Condicionalidad de las Instituciones Financieras Internacionales. Agustín A. Casas (UdeSA) Introducción. Las recientes críticas a las Instituciones Financieras Internacionales (IFI´s) provenientes tanto del sector académico como de los medios de comunicación han generado un manto de sospecha sobre la eficiencia de las condiciones “acordadas”. Por un lado, la percepción generalizada indica que tales organismos aplican “recetas” uniformes e independientes de cada situación. Tales paquetes de políticas responden a las recomendaciones más ortodoxas de lo que se dio a conocer como el consenso de Washington.1 Por otra parte, resulta natural pensar que un análisis detallado de la situación de cada país permitiría llevar a cabo políticas particulares y por ende más eficientes. En este contexto se plantea la tensión entre el uso de las herramientas disponibles para los IFI´s que caracterizan su accionar (reglas homogéneas vs. heterogéneas y menú). Si bien las críticas corrientes hacia estos organismos se vinculan prioritariamente con la aplicación de un “paquete” de medidas, han surgido nuevos planteos. El mentado premio Nóbel J. Stiglitz2 se ha hecho el portavoz más frecuente de las críticas a las políticas en sí mismas3. Por otra parte se ha evidenciado en la prensa claramente la dependencia del organismo del grupo G-7, que influencia por lo menos algunas de sus decisiones y conduce a curiosas paradojas: mientras el FMI recomienda la independencia de los Bancos Centrales éste organismo responde directamente en sus préstamos al grupo de países prestamistas.4 Otro ejemplo del descontento generalizado con el accionar de estos organismos se ve reflejado por las propuestas de un “FMI regional”, considerando particularidades propias de cada región a la hora de proponer políticas condicionales, a diferencia de los actuales IFI´s. 5 El objetivo de este trabajo es el análisis de la performance de las Instituciones Financieras Internacionales (IFI)6 cuando realizan préstamos condicionados. La condicionalidad está implicada en el intercambio entre los organismos multilaterales de crédito y los países tomadores y consiste fundamentalmente en restricciones de política impuesta a estos países. Este tipo de condicionalidad es directa; llamaremos indirecta a la estrategia elegida por el grupo de países acreedores, que condiciona la elección el organismo multilateral. Puntualmente se analizará el diseño institucional que determina el comportamiento de tales organismos y su relación con los países acreedores, en cuanto a la forma en que se imponen las políticas y no sus contenidos. El trabajo se estructura de la siguiente forma: en primer término se comentan los papers más destacados que tratan el tema de condicionalidad macroeconómica. En segundo lugar se caracterizan los escenarios bajo los que el IFI actúa, describiendo costos y beneficios de aplicar reglas (homogéneas vs. Heterogéneas) o contratos contingentes. Además en esta sección se explica brevemente el modelo a desarrollar, con su estructura básica y timing. En tercer lugar se exponen los resultados más importantes y explicamos el comportamiento de los actores y comparamos lo obtenido respecto a un maximizador benevolente. Por último, concluimos en la sección cuatro. Luego se comentan algunas extensiones. 1

J. Williamson (1994). J. Stiglitz (2002). 3 En esta misma línea encontramos los argumentos de los Foros Sociales de Porto Alegre y sus mayores interlocutores. Miná (2002). 4 Clarín Económico, Domingo 26 de Enero de 2003. 5 Clarín Económico. Domingo 3 de Noviembre del 2002 6 En particular IMF y Banco Mundial. 2

2

1. Literatura relacionada. Debido a los distintos puntos de vista que el debate sobre condicionalidad puede tomar presentaré ordenadamente los puntos más importantes. En primer lugar, condicionalidad implica la intervención en decisiones gubernamentales de organismos multinacionales cuya neutralidad ha sido puesta en vilo numerosas veces7; de allí la importancia de la discusión ética y moral sobre este tipo de acciones8. En segundo lugar, a pesar de la relevancia de ese tipo de evaluación, la literatura teórica más actual se concentra sobre cuestiones más prácticas. Por un lado existen justificaciones de eficiencia para explicar la condicionalidad a través de IFIs (Rodrik 1995); y por otro, tomando por dada la ventaja relativa de estos organismos para ejercer condicionalidad, surgen planteos sobre diseño y efectividad. En cuanto al primer punto, se destacan las ventajas informacionales y las tecnologías de enforcement que los IFIs pueden otorgar a las reformas en los países. Rodrik estructura su trabajo en torno a los inversores privados internacionales y sus necesidades para explicar el surgimiento de los organismos multilaterales de crédito. Debido a que los flujos de capitales privados son sensibles a las políticas –y al monitoreo- llevadas a cabo en los países, el IFI posee una ventaja relativa informacional para exigir (condicionalidad) y monitorear el comportamiento de los países tomadores de crédito, internalizando posibles externalidades. Ahora bien, para poder llevar a cabo esta función (y señalar las características a los inversores privados con los incentivos adecuados) el IFI debe comprometer parte de su patrimonio en forma de préstamos y ejercer condicionalidad. Finalmente, éste es el organismo que puede llevar a cabo de forma más eficiente este trabajo por sus ventajas informacionales y la tecnología de enforcement. En lo que se refiere a diseño G. Federico (2001) destaca el problema de compromiso que surge en las IFIs cuando los objetivos propiamente económicos se sopesan con consideraciones de altruismo. Para ello el autor modela un juego con tres actores fundamentales: un país acreedor (que hace las veces de FMI, en su modelo), los países recipientes y la elite política de tal país. La utilidad del acreedor depende positivamente de su consumo y del consumo del país deudor –acompañado de un shock que indica altruismo. A su vez, la elite elige qué proporción del préstamo se va a apropiar con fines privados, y el resto queda para el país. El problema fundamental del planteo es la inconsistencia intertemporal del acreedor: presta plata a cambio de una política, el deudor no la lleva a cabo, pero por commitment débil el préstamo continua sin represalias. Por un lado, si el acreedor tiene poco commitment en condicionar el préstamo (que va de la mano con mucho altruismo) la elite gobernante puede empobrecer al país para calificar para el préstamo. Esto es conocido en la literatura como “el dilema del buen samaritano”, que da lugar a políticas pobres en el país recipiente, altas transferencias entre acreedores y deudores y Pareto ineficiencias. Por otra parte, “…the donors suffers from the conflict between aid as ‘reward’ and aid as ‘insurance’ motives”. Sin embargo Federico introduce una mejoría que permite obtener un second-best en términos de reforma, a pesar de que subsiste el trade off mencionado. También en cuestiones de diseño/eficacia, A. Drazen (2002) señala los problemas que surgen de la “no alineación" de objetivos entre el IFI y el gobierno; y los provenientes de disidencias internas en el país tomador de créditos, destacando un enfoque de political economy. El autor desarrolla un modelo que explica por qué la “alineación” (ownership) de intereses es fundamental para poder concretar las reformas sugeridas por el IFI y de antemano aceptadas por la elite gobernante. En este ejercicio el rol del organismo es fundamental debido a los conflictos de intereses dentro del propio país deudor con grupos con capacidad de veto. También concluye que cuando el IFI y el país tomador de crédito

7

Hayter (1971) es un buen ejemplo de la postura más controvertida respecto a la condicionalidad impuesta por los IFIs. 8 Ver Myers (1987). 3

tiene objetivos diferentes (no alineación), la condicionalidad de la institución ayuda a alcanzar dichas políticas “…but makes the country worse off than unconditional lending...”. El aporte más importante proveniente de la literatura empírica es Dollar-Svensson (2000). La importancia de este trabajo radica en un enfoque sistemático de los préstamos del Banco Mundial desde 1980 a 1995, mientras que el resto de los trabajos son casos particulares. Los resultados de este paper señalan que los préstamos fueron exitosos cuando existían condiciones político-institucionales que favorecían la aplicación de las reformas, independientemente de la exigencia del organismo internacional. Asimismo podríamos relacionar el presente trabajo con la literatura de federalismo fiscal. La tradicional dicotomía entre centralización y descentralización entre los gobiernos nacionales y subnacionales puede extrapolarse al modo de ejercer condicionalidad por parte de los IFIs. Tales instituciones tienen básicamente la posibilidad de condicionar uniformemente o atendiendo particularidades propias de cada país (que haría las veces de “descentralización”). En este sentido la provisión de bienes públicos locales se ve afectada por costos particulares de la descentralización (Besharov (2002) ), amén de las externalidades. En el presente trabajo destacamos los costos que surgen de problemas informativos, que a diferencia de la literatura tradicional, surgen porque la elección de políticas particulares aún recae sobre una institución centralizada (IFI). Por otra parte, el teorema de descentralización de Oates señala que ante la ausencia de spillovers la descentralización es preferida a la centralización. Pensado en función de este trabajo podríamos considerar que los beneficios de los acreedores de que se lleve una política que los beneficia, más allá de que están prestando dinero a cierto interés, es una externalidad positiva. De todos modos modelaremos esto en la utilidad de los acreedores. 2. El modelo 2.1. Timing Con el objetivo de analizar el uso de condicionalidad uniforme de parte de los IFIs, se desarrollará un juego en tres etapas. En t=0 los países acreedores se ponen de acuerdo en la política preferida conjuntamente; en t=1 el organismo (IFI) presta el dinero sujeto a restricciones de política preestablecidas (y previamente consensuadas por los acreedores). En el último período se produce un shock idiosincrático (θi) en los países tomadores de crédito y en se ejecutan las políticas condicionantes de crédito. Respecto al modelo a plantear, existen dos comentarios importantes para realizar. En primer lugar, no se modela el mecanismo decisorio de los países acreedores sino que se los toma como un único actor (o bien, como varios pero idénticos). En segundo término, tampoco nos introducimos en los problemas particulares de los países deudores ni cómo toman la decisión de pedir o no un préstamo al IFI. De esta forma nos centramos únicamente en la decisión de tal organismo.

Acreedores deciden política óptima

IFI´s prestan e imponen la política que maximiza su utilidad

Shock informativo θ

Se ejecuta la política.

Se observan las utilidades

2.2. Información asimétrica

4

Ahora bien, es importante la interpretación del shock idiosincrático en cuanto a su relación con la eficiencia de las políticas impuestas. Federico (2001) desarrolla un modelo de principal agente donde en t=0 se produce el shock que determina el grado de altruismo del país acreedor. En general, mucho altruismo y commitment débil implican mayor apropiación para fines privados de la elite, menor producción en el país y por lo tanto menor capacidad de repago y de aplicar las políticas condicionantes9. Drazen (2002) introduce un tercer jugador, un grupo de interés, el cual tiene capacidad de veto sobre las políticas a realizarse. Esto ejemplifica de qué forma el diseño institucional de cada país y su composición “política” pueden afectar la realización de las reformas. En este caso la naturaleza determina la composición “partidaria” de cada país. De forma más general, podemos considerar que θi refleja directamente preferencias ideológicas que no necesariamente son consistentes con el paquete de condicionalidad (consenso de Washington). O bien, las políticas propuestas por los IFIs uniformemente relacionadas con la liberalización comercial y financiera no son eficientes debido a distorsiones propias de cada país.10 Por otra parte Saiegh, Sanguinetti y Tommasi (2001) “…argue that the nature and characteristics of the observed policies are conditioned by the rules of the political under which those transactions are made”. En esta línea podemos considerar que el shock determina esas reglas bajo las que las transacciones se llevan a cabo a nivel local. De esta forma las características institucionales (shocks) determinan cuestiones de enforcement intertemporal, commitment, etc que indican qué políticas son factibles de llevar a cabo y cuales no. 2.2.1. Los shocks y las diferencias entre países. En t=2 se produce lo que llamamos el shock idiosincrático, y que dará lugar a los pagos de los jugadores involucrados. Su principal característica radica en que determina las distinciones entre países y hace a los deudores heterogéneos. Esta variabilidad entre las características de los países tiene dos fuentes determinadas por el mismo shock. Por un lado el shock determina el “tipo” de país; es decir, sujeto a ciertas características generales de los países se los clasifica en tipos. Por ejemplo, cuando sólo dos tipos de políticas son posibles, podemos dividir a los países entre los que prefieren (o les conviene) una o la otra. A este shock lo llamaremos “shock tipo” y lo denominamos θT. Por otra parte, una vez determinado el “tipo” del país se determinan características (por ejemplo institucionales) que indican no cual es el tipo de política que puede llevarse a cabo, sino qué política en particular. Este “shock institucional” θI puede estar sujeto a otras interpretaciones que veremos más adelante. De esta forma el shock θT toma valores discretos que indican “tipo” con ciertas probabilidades, y determina la distribución del shock θI . A su vez, el grupo de acreedores y del IFI sí conoce que existe el shock θ (θT, θI) y conoce las distribuciones posibles y la distribución de las distribuciones, es decir la del shock tipo.

9

Saiegh-Sanguinetti-Tommasi (2000) introducen θ como preferencias de política. En la literatura de regla vs discreción la opción es la de optar por un θ fijo o no. En este caso, podríamos suponer que E(θ) es la imposición de política y θi es la preferencia. 10 Ray Debraj, Development Economics, Ch. 17. 5

Shock Institucional (θI ) Valores altos Valores bajos11

θ =(θT, θI ) Shock “tipo” ( θT )

A B

Entonces los tipos de condicionalidad y las estrategias disponibles pueden pensarse en función de los shocks. Es decir, condicionar con reglas homogéneas es no mirar la distinción entre ninguno de los shocks y elegir siempre la misma política para cualquiera de los cuatro casilleros. Utilizar reglas heterogéneas es observar la distinción entre tipos, sin mirar el nivel de θI ; y la estrategia de menús se lleva a cabo observando el shock institucional. De todas formas, el beneficio de saber “tipo” es que conocemos la distribución condicional del otro shock, dado θT (y conociendo el institucional sabemos las probabilidad de que sea de un tipo u otro). En cuanto a eficiencia, sin tener en cuenta los costos de conocer cada uno de los shocks, podríamos ordenarlos. Elegir la política óptima sabiendo sólo la distribución de distribuciones, es decir respecto a E(θ) es la menos eficiente, para el país deudor debido a que es la menos precisa en términos de conocimiento del país y es, de hecho, igual para todos. Luego condicionar respecto a E(θI |θT) y la más eficiente sería condicionar respecto a θI. porque conocen más de del tipo de país y de las características institucionales propias, respectivamente. Retomando las interpretaciones de θ podríamos decir que en términos de Federico (2001) θT se refiere a cuestiones generales, o bien la existencia o no de altruismo, y el shock institucional al grade de altruismo. Según Drazen (2002), θT identificaría la existencia de “ownership” o no, y θI el grado de conflicto en cada uno de los casos. Finalmente, según la interpretación de Saiegh, Sanguinetti, Tommasi (2001) θT revelaría la existencia de mecanismos de “enforcement” intertemporal y el shock institucional qué políticas son “outcomes” posibles dadas esas características y cuáles no. 2.3. Las estrategias disponibles. Para resolver este juego es necesario evaluar las estrategias disponibles de cada uno de los jugadores y determinar a través de un proceso inductivo (hacia atrás) cuáles son los posibles resultados, y bajo qué circunstancias se daría cada uno.. Los países tomadores de crédito no poseen poder de elección dentro del juego planteado, en el sentido de que sólo tienen una estrategia disponible.. Esto se debe fundamentalmente a que no hemos modelado la decisión del país de pedir o no un préstamo al organismo multilateral. De esta forma, el supuesto es que los países que lo hacen porque obtienen una utilidad mayor (frente a la alternativa de no pedir el préstamo). Este primer punto es para cualquier estrategia utilizada por el IFI. Las estrategias disponibles para el grupo de países acreedores de los IFI´s son las tres. Los acreedores pueden exigirle a la institución que imponga reglas homogéneas, heterogéneas o contratos contingentes. No obstante este grupo elegirá la misma estrategia en todos los equilibrios dentro del marco teórico propuesto. Luego, las instituciones financieras internacionales tienen a su disposición 9 estrategias, tres para cada elección del acreedor: Elegir políticas condicionantes iguales para todos los países (reglas homogéneas), elegir políticas distintas para países cualitativamente distintos (reglas heterogéneas), o bien elegir una política contingente al shock (menú).

11

En realidad, el shock institucional tiene un sentido más intuitivo si lo pensamos como un shock continuo, sin embargo, a los fines de la exposición lo introducimos así. 6

2.3.1. Descripción de las estrategias disponibles. El ejercicio de la condicionalidad puede ser pensado en función de las estrategias disponibles. En este sentido podemos identificar dos formas de condicionar las políticas de los países deudores. Por un lado observamos la condicionalidad directa, que es simplemente la estrategia elegida por el IFI. Por otra parte, la estrategia elegida por el grupo de países acreedores condiciona la elección del organismo multilateral de crédito; a esto lo llamamos condicionalidad indirecta. Cada una de las estrategias, o bien cada una de las formas de condicionar las políticas de los países tomadores de crédito tiene costos y beneficios particulares que en última instancia afectan la utilidad de los actores. El beneficio de implementar reglas homogéneas es fundamentalmente su fácil implementación, tanto para acreedores como para el IFI. Sin embargo el uso de este tipo de condicionalidad afectaría a priori la efectividad de la política impuesta para la solución del problema del país deudor cuando existe heterogeneidad de algún tipo. Si los países deudores son distintos entre sí, con características económicas, institucionales y sociales diferentes, es dable suponer que las políticas que se necesitan para paliar los desequilibrios no sean todas iguales. Las alternativas consisten en hacer más específicas las políticas impuestas. Para ello encontramos dos posibilidades: reglas heterogéneas y contratos contingentes. Como ya se mencionó brevemente reglas heterogéneas implica condicionar a los países deudores según las características específicas de cada país12. Esto permitiría obtener mejores resultados en términos de eficiencia en la resolución de los problemas atacados. Sin embargo, ni el grupo de los países acreedores ni el IFI, conoce de antemano ante que tipo país se encuentra. Esta salvedad introduce el costo más claro de condicionar con esta herramienta y que es el costo de análisis específico para identificar el tipo de país. Cabe notar que este costo surge de las asimetrías informativas que existe con los deudores. Si los países tomadores de crédito dicen ser de un tipo, los acreedores y el IFI deben monitorear que eso sea cierto. Por otra parte, puede haber problemas informativos dentro del propio país; es decir, si los mismos deudores no saben a qué tipo responden entonces el IFI debe pagar un costo de investigación. El sentido económico de este costo depende de la interpretación que hagamos del shock. Es importante mencionar que los acreedores tienen un costo adicional de implementar este recurso. Los organismos no son instituciones independientes totalmente; de hecho sus fondos provienen de estos Estados Nacionales interesados en la prosecución de políticas que convienen al propio estado, y no exclusivamente al tomador de crédito.13 ¿Cómo afecta esto a su utilidad? Si los Estados aportantes permiten que el IFI utilice reglas heterogéneas, corren el riesgo de que se diluyan los intereses propios y no se preste atención a la utilidad del Estado que inicialmente aportó los fondos. Ahora bien, otra opción es condicionar según el shock del país a través de contratos contingentes. La ventaja de utilizar este recurso radica nuevamente en la eficiencia de la política. Al proponer un menú de políticas que dependen del shock realizado, el organismo no necesita saber qué tipo de país es. No obstante, el problema informativo revela dos problemas. El IFI no observa directamente el shock, sino que lo conoce indirectamente a través del enviado del organismo (el cual puede coludir con el país deudor). La otra asimetría viene dada por saber si el país ha llevado a cabo la política exigida por el IFI. Entonces introducimos un segundo shock que viene por la observabilidad de la política

12

Los países podrían agruparse según algunas características, determinadas por un shock. Más adelante supondremos que existen dos tipos de países según la política a ejecutar: existe un grupo de países que necesita de la política A para crecer, y otro grupo que necesita de la política B. 13 Por supuesto, existe la cuestión del altruismo (pero no se hará hincapié en este punto para poner de manifiesto la NO independencia de los IFI´s). 7

ejecutada14. Aún así, uno podría cuestionarse de qué manera esto afecta al IFI. Haremos el supuesto de que el país maximiza su bienestar a través del PBI, entonces si éste no ha llevado a cabo la política exigida es porque existía otra con mayores rendimientos. Esto reportará un beneficio para el IFI. Sin embargo, también representará un costo, ya que no lleva a cabo la política que más beneficia a los países acreedores del IFI. Del mismo modo que con reglas heterogéneas el grupo de países acreedores tiene un costo adicional en implementar este tipo de condicionalidad debido a que corre el riesgo de que se apliquen políticas que no los benefician. Entre los costos específicos de reglas heterogéneas y menús también encontramos los “costos de influencia o lobby”, tradicionales en la literatura de Federalismo Fiscal. En este caso podemos identificar a los países deudores interesados en sobornar –con recursos reales- a los enviados de los organismos multilaterales, o distorsionar el shock. Debido a que haremos el supuesto que el shock que determina el tipo de país esta correlacionado temporalmente y que una vez que se investiga es de información pública, en el caso de reglas heterogéneas estos costos no serán importantes. No obstante, el shock que determina características institucionales sólo es observable por el enviado del IFI, por lo que surge el mencionado costo en el marco de contratos contingentes. Ahora bien, una vez delineadas las estrategias disponibles, el punto es identificar cuál es el comportamiento que más se asemeja al modo de actuar de los actores, y en particular, de los organismos internacionales de crédito. En este sentido, el paquete de reformas conocido por el nombre de Consenso de Washington coincide con las reformas propuestas y/o llevadas a cabo por países deudores a instancias de los IFI´s (en especial FMI), a pesar de que estas instituciones poseen muchos más años de historia que el mentado Consenso. Este uso a priori de políticas pre establecidas al ejercer condicionalidad bien podría encasillarse dentro del caso previamente descripto como reglas fijas homogéneas. Si bien existen algunas particularidades en cuanto a las exigencias para cada caso, cabe resaltar que el tipo de políticas propuestas pueden ser todas clasificadas dentro de los lineamientos del Consenso. Considerando esto se está dando prioridad conceptual a las características cualitativas de las políticas y no a su nivel (cantidad). De aquí en más, trataremos de entender las circunstancias que conducen a este modo de actuar para analizar cuestiones de eficiencia y bienestar general. 2.4. El trade off central. La descripción de las posibilidades de acción del IFI permite observar de forma clara los intereses de tales instituciones a la hora de realizar (y tomar) préstamos de los países deudores (y acreedores). Por un lado los IFI´s derivan utilidad de condicionar los préstamos a políticas que le resulten beneficiosas a los países acreedores de tales instituciones. Esta idea refleja fundamentalmente dos conceptos. Primero, los países acreedores deciden una regla que les conviene; segundo, la institución la aplica indiscriminadamente para obtener rentas de estos países, por ejemplo crédito fácil. Por otra parte, estas organizaciones tienen otra fuente de ingresos que es la proveniente del repago de los créditos. En consecuencia también derivan utilidad de llevar a cabo políticas convenientes para los países deudores. De esta forma cuando la regla “propuesta” por los países acreedores no coincide con la que beneficia a los países deudores, el IFI se encuentra ante un trade off entre llevar las políticas que benefician a unos o a otros países. Asimismo, cuando esa política sí es la mejor para el deudor, tal dicotomía sobre la fuente de financiamiento se diluye.

14

Cabe destacar que el problema de obsevabilidad también podría observarse en los otros casos pero no estudiaremos estas asimetrías en aquéllos. 8

La exposición del caso particular resulta mucho más esclarecedor, y aun sin perder la generalidad deseada. Para ello consideramos que de lo expuesto se desprende naturalmente que la utilidad de los IFI´s depende fundamentalmente de dos cosas: el grado de avance de las políticas macroeconómicas al estilo Washington Consensus y de la efectividad de tales políticas, siendo el PBI un buen indicador. UIFI =

U ( wc , pbi ) cuando se realiza el préstamo 0 cuando no

La utilidad depende positivamente de la “cantidad” de políticas impuestas por la mentada dependencia de los países acreedores. Estos países, industrializados y exportadores, obtienen rentas directas de la implementación de las políticas ortodoxas, siendo la apertura comercial el ejemplo más esclarecedor. Asimismo, llevar una política de préstamos sujetos a condicionalidades acorde con estos lineamientos le permite a los IFI´s obtener el favor de aquéllos países, especialmente a través del crédito fácil. Cabe destacar que los países acreedores también pueden encontrar interés en el crecimiento, pbi, de los países deudores. Este interés tiene 4 formas de entenderse: (i) altruismo, (ii) orden internacional, (iii) egoísmo y (iv) repago. Es decir, a los países les interesa directamente porque se preocupan del bienestar de otros países porque son “buenos” (i) y porque quieren cobrar sus préstamos (iv). Les interesa indirectamente porque desean mantener un orden internacional15 y por la cuestión del egoísmo. Este punto (iii) indica que el pbi influye positivamente en UA, y el ejemplo del Washington Consensos lo permite ver claramente. El punto del egoísmo se encuentra relacionado con el paquete de wc porque a mayor crecimiento del país deudor a través de estas políticas debiera haber una mayor influencia de tales medidas, y por ende, mayores rentas para los países industrializados (ie. si la política exigida es la liberalización comercial, mayor crecimiento del pbi generará mayores intercambios con el grupo de acreedores). Por razones obvias (repago y altruismo) los IFI´s también se encuentran interesados en el PBI de los países condicionados. Además el shock también afecta a pbi y a UIFI, pues es el que determina las características propias del país ante el que nos encontramos. De esta forma, la utilidad de las instituciones financieras internacionales cuando prestan a condición de la aplicación de las políticas macroeconómicas del Washington Consensus, quedaría de la siguiente forma: UIFI (wc) = U ( wc , pbi ( wc, θ ) ) Cuando el wc se aplica exitosamente, la utilidad de las IFI´s sube inexorablemente según lo recién explicado, sin embargo debido a que no siempre este tipo de políticas resultan eficaces -el pbi no aumenta todo lo que podría. La aplicación de reglas ortodoxas homogéneamente reduciría la utilidad del país deudor ( UDEUDOR = U (pbi) ) respecto a la mejor situación; es decir, en este caso el pbi y por ende la utilidad del IFI no alcanzan sus máximos valores posibles. Por otra parte, indirectamente, esta reducción afectaría negativamente a la utilidad del acreedor y por ende el grado de avance de las políticas no sería el deseado en un principio. Con estos comentarios ya se puede observar que el trade-off central que enfrenta el IFI es entre la capacidad de repago de los países deudores y los beneficios extraídos del contento de los acreedores (continuidad en los aportes)16.

15

O sea, mantener a todos los países dentro de una estructura económica parecida, donde no aparezcan eventuales desvíos que pudieran afectar la estabilidad económica y política mundial preferida por los acreedores (Hayter 1971) 16 Expuesto de esta forma pareciera que los países acreedores no tienen interés en la devolución de sus préstamos sin embargo los aportes a los IFI´s operan como un pago a cambio de imponer políticas que los benefician. 9

Asimismo podríamos introducir un nuevo costo proveniente de otra asimetría que se relaciona con la apropiabilidad del pbi; es decir, hasta qué punto el IFI conoce realmente los resultados de la política impuesta para poder obtener el repago deseado. Debido a que este punto no modifica sustancialmente el trade off original no fue explicitado con anterioridad y no se lo hará en adelante. 2.5. El problema informativo Una vez presentada la función de utilidad de los IFI´s, y habiendo quedado clara su relación con deudores y acreedores, pareciera sencillo determinar en qué casos conviene implementar la política que conviene a los acreedores y en qué otros conviene implementar la que beneficia a los deudores. Sin embargo la parte más problemática (y la más interesante) radica en determinar cuál es la política óptima si no se cuenta con información completa sobre los países; y por ende no se puede elegir claramente que condicionalidad aplicar. 2.6. Consecuencias de implementar una u otra opción La decisión del organismo en cuanto al método a utilizar es de vital importancia para determinar cuál es el poder de negociación del “enviado del IFI” y su independencia. El caso de reglas homogéneas implica que el negociador de la institución no tiene en absoluto ningún poder de negociación. En cambio, en reglas heterogéneas y contratos contingentes, es importante para determinar qué política se llevará a cabo. No por cumplir un rol de negociador estrictamente, sino más bien porque es el encargado de observar los shocks. En el primer caso no observa el shock futuro, pero dado el supuesto de correlación intertemporal, puede determinar la esperanza condicional del futuro shock. Cabe resaltar que los shocks pasados sólo pueden ser observados si se “paga” el costo de investigación. En el caso de contratos, el enviado aparece luego del shock y lo observa. Aquí surge el problema de agencia (colusión). 17 3. Resultados. 3.1 ¿Cuántas estrategias tienen los acreedores? Si bien el planteo del modelo ha sido expuesto con un grupo de acreedores que posee el mismo tipo de opciones que el organismo multilateral la pregunta que titula esta sección resulta relevante para comprender el comportamiento del grupo de prestamistas. Es decir, la cuestión es determinar si los acreedores tienen una política preferida PA, que maximiza su utilidad independientemente de la elección de los IFI´s, o bien la estrategia de estos grupos afecta la política preferida más allá de motivos de cómo instrumentarla. UACREEDOR = UA ( Pa, pbi(θ), N ) PA = argmax UACREEDOR ( ) Para ello es necesario saber si conocer el shock cambiaría en algo la política elegida por los acreedores y por ende su utilidad. En principio, la respuesta debería ser afirmativa; es decir, conocer el shock podría mejorar su utilidad. Si la utilidad del grupo de acreedores dependiera sólo de la política impuesta, entonces no conocer el shock ni el pbi afectarían su accionar. Ahora bien, dado que hemos considerado que su utilidad sí depende de la utilidad de los deudores (pbi) por los motivos expuestos en la sección anterior, entonces el shock sí afecta y sí podría suceder que elijan una política distinta. No obstante el interés por 17

Si bien aquí el problema se plantea de forma unidireccional, es claro que puede existir causalidad en dos direcciones. Es decir, la decisión del IFI´s de utilizar un tipo de reglas determina el tipo de los funcionarios que tendrán.

10

la utilidad de los deudores (altruismo, repago, orden internacional, egoísmo) afectan tangencialmente a UA. En estos términos su importancia para decidir la política óptima dependería de su relevancia -individual o conjunta- en la utilidad, sin embargo supondremos que su trascendería es efectivamente tangencial y que no afecta la política elegida. En resumen, la elección de la estrategia a seguir por parte de los acreedores responderá a costos de instrumentación, y nos dedicaremos a evaluar esto en el siguiente punto. 3.2 ¿Por qué los países acreedores imponen reglas homogéneas? La inducción hacia atrás implica que los acreedores maximizan su utilidad según las acciones que seguiría el IFI para cada estrategia elegida por los acreedores; es decir que tiene en cuenta su función de reacción. En el caso expuesto los acreedores prefieren imponer la política Pa, y la elección de la estrategia responde a cuál es la mejor forma de instrumentarla. En esta sección se explica como instrumentarlo de una forma que no sea reglas homogéneas implica mayores riesgos (menos utilidad) para los acreedores, debido a que el IFI podría elegir políticas distintas a las preferidas por el grupo de acreedores. Eligiendo una condicionalidad uniforme el castigo por no imponer esa política se hace más explícito y minimiza los desvíos de esta política. Entonces, por lo expuesto hasta aquí, en nuestro modelo la utilidad de los países acreedores depende exclusivamente de que la condicionalidad impuesta por parte de los IFI´s sea la que los beneficia. Entonces su utilidad depende de la política impuesta (que denominaremos P) y del pbi, que depende del shock informativo θ: UACREEDOR = UA ( Pa, pbi(θ), N ) Con reglas homogéneas, la política preferida por el grupo de países acreedores del IFI es Pa* = argmax UA( N, P | θ ). Como se observa, la utilidad del acreedor también depende de la cantidad de países que impongan esta política. A su vez, cabe destacar que pbi afecta UA de una forma distinta que a la utilidad del IFI; es decir, el interés por la maximización de esa variable es relevante una vez que se sigue Pa y sólo tangencialmente, por los motivos expuestos anteriormente. En cambio, el uso de heterogéneas impone costos netos al grupo de acreedores. El pago del costo de análisis específico es para poder elegir la regla que realmente maximiza el pbi del país deudor. Sin embargo, aunque el resultado de la investigación fuese que la política que cumple tal requisito es una distinta a Pa*, el grupo de acreedores maximiza su utilidad imponiendo esta política18. Esto implica que no tienen ningún beneficio de saber que política es la optimiza la utilidad de los deudores (es importante destacar que este punto es rigurosamente cierto con sólo dos políticas posibles Pacreedor y Pdeudor –distintas- ya que cuando P es una función continua que depende positiva pero decrecientemente de PBI, su influencia de segundo orden en la utilidad de los acreedores podría llegar a experimentar alguna mejora antes de restar los costos) No obstante, cabe la posibilidad de que utilizando un menú en lugar de una regla, los países acreedores obtendrían una utilidad mayor. Esto se debería a que fundamentalmente elegirían una política que maximiza su utilidad, teniendo en cuenta el pbi de los países. Como se puede observar, en el caso de reglas homogéneas, eligen el mismo PA * para todos los países. En cambio, con contratos contingentes PA, i* = argmax UA (N, P | θi ), lo que implica que dado el shock, determinan la política óptima. A pesar de esto, los países acreedores perciben un costo de colusión entre el enviado y el país deudor. Debido a que es este enviado el que observa el shock, éste podría verse “tentado” a reportar el shock que conduce exclusivamente a la maximización del pbi del país. Si efectivamente se diera un shock tal que al acreedor le da lo mismo, no habría incentivos a la colusión, sin embargo con shocks distintos sí.

18

Esto se debe a que los acreedores sólo maximizan con PA (ver sección 3.1). 11

Asimismo en un caso con “commitment parcial” puede suceder que la política finalmente llevada a cabo no sea observable, representando un nuevo shock (incluso inobservable para el enviado). En tal escenario podemos suponer que el país acata la política propuesta con cierta probabilidad 1-Q (cuando el IFI sí observa el shock). Entonces, la utilidad del acreedor se vería completada por dos términos, uno que exprese la probabilidad de colusión y el monto de pérdida de utilidad, y por otro, que refleje la probabilidad de que el deudor no tenga commitment. UA = (1-Prob) UA (P a|θREAL) + Prob colusión UA (Pd |θCOLUSIÓN) + (1-Prob)(1-Q) UA (P |θ) P 1-P

Política Observable (Q) Colusión / Commitment No colusión / Commitment

No Observable (1-Q) Colusión / No commitment No colusión/ No commitment

De esta forma los países acreedores elegirán reglas homogéneas cuando perciban que Prob es muy baja y que Q (commitment) es muy alto. Dado que los acreedores parecen usar este tipo de reglas, consideraremos que perciben que la probabilidad de colusión es muy alta y que la probabilidad de que exista commitment de parte de los deudores es muy baja. O sea, el caso de menú es rechazado tanto por motivos “de utilidad”19 como por motivos de instrumentación. En resumen, el acreedor rechaza el uso de reglas heterogéneas porque el IFI podría elegir políticas que maximicen la utilidad de los deudores (pbi ) que sólo tiene efectos de secundarios en la de los acreedores. El supuesto implícito detrás de este razonamiento es que estas cuestiones secundarias (por ejemplo altruismo) no son lo suficientemente importantes como para compensar el costo, ni la pérdida de utilidad propia –como se explicó anteriormente. Esta estrategia reporta, en consecuencia menores pagos que la homogénea. Por otra parte, el uso de menús se ve rechazado a pesar de imponer las políticas que maximizarían la utilidad de los acreedores –contingentes al shock- por los problemas informativos y los costos que implican. Esta situación surge de los problemas de información y de enforcement, que hace que tenga menos pagos para el acreedor. En conclusión, la estrategia de reglas homogéneas es la que los acreedores elegirán en todas las situaciones, más allá de la elección de los IFI´s. 3.3 ¿Cuál es la mejor respuesta del IFI, dada la decisión de los acreedores? En primer término los acreedores deciden su estrategia, luego los IFI´s deciden la suya; sin embargo pareciera verse limitado su accionar. Los países acreedores “castigan” no obtener su utilidad de reserva con la no continuación de préstamos a los organismos multilaterales. Esta circunstancia es la restringe las posibilidades de tal institución a sólo decidir bajo qué condiciones se instrumentará la política previamente decidida. Una vez que los países acreedores exigen una política dada resta por ver si a los IFI´s les conviene condicionar en base a una regla homogénea que la imponga, o bien pagar un “costo de investigación” y plantear exigencias de política heterogéneas. Por supuesto esto dependerá del peso de los acreedores y de los países en cuanto a capacidad de financiamiento. Para responder esta pregunta será necesario comparar la utilidad del IFI obtenida en cada escenario. Se descarta la posibilidad de que elijan un menú por los mismos motivos que para los países acreedores; no sucederá lo mismo con reglas heterogéneas porque el pbi también entra directamente en la utilidad del IFI. O sea, que su es relevante para la financiación de los organismos multilaterales. En primer lugar, ¿por qué los países acreedores no estarían de acuerdo con reglas heterogéneas? Fundamentalmente porque implica que en algunos casos se deban llevar 19

Nos referimos a “motivos de utilidad” según lo expuesto en 3.1 12

políticas distintas a las que maximizan su utilidad. De esta forma la decisión del IFI pasa por contemplar la posibilidad de observar el shock “tipo” condicionado θT (y elegir la política que más beneficia al país),o no pagar ese costo e imponer directamente la condición de los acreedores, o bien proponer alguna política intermedia (solución que sería posible en un contexto con más de dos políticas) La utilización del IFI de reglas heterogéneas implica el pago de un costo de investigación que permite tener información del shock futuro; es decir, dicha institución conocerá E(θt|θt-1,…,θt-T). El supuesto fundamental subyacente es que los shocks están correlacionados intertemporalmente y que los shocks pasados son observables por el IFI, una vez asumido el costo fijo (de investigación). Ahora bien, porqué no se revelan los mismos problemas informativos que con contratos contingentes. La diferencia sustancial es que en el caso del menú sólo el enviado observaba el shock actual (t) en el momento t. En cambio, como toda la información pasada es pública una vez realizada la investigación, el enviado del IFI no tiene ventajas informativas sobre el organismo propiamente dicho. Esto diluye el problema de la colusión. Entonces con reglas heterogéneas el IFI conoce qué tipo de política es la que maximizaría la utilidad del país deudor (condicionada en los shocks pasados). Esto no implica que esta sea la política implementada por la institución dado que no necesariamente es la que maximiza su utilidad. Hasta aquí la diferencia con reglas homogéneas se da únicamente porque se conoce más certeramente qué política prefiere el país y por lo tanto la relevancia del PBI del deudor en el trade-off “crédito fácil – repago” aumentaría. Sin embargo existe otro costo adicional que es el de investigación de θ. De esta forma la elección del IFI depende de tres componentes: 1. Utilidad marginal de Pa( ) : Es decir, de los castigos y recompensas de los países acreedores por llevar a cabo políticas que los benefician. 2. Utilidad marginal de Pd( ): Con este punto nos referimos en cómo cambia la capacidad de repago del país cuando crece el PBI (que depende de qué política sea la condicionante) 3. Costos de investigación: Aquí la relación importante es respecto a los dos componentes anteriores. Es decir que el IFI estaría indiferente sólo cuando UmgPa = Umg Pd -Costos Presentado en estos términos la capacidad de elegir qué estrategia llevar a cabo depende de los beneficios que obtienen maximizar la utilidad de uno (o de otro) de los actores, de los costos y de la cantidad de países deudores y fundamentalmente de sus características. 3.3.1

Sólo dos políticas son posibles.

Si bien un caso donde las únicas políticas posibles son Pa y Pd aparenta estar muy restringido, nos permitirá entender claramente todos los escenarios posibles. Dado que ya establecimos que los países acreedores deciden una política para todos los casos (Pa), el IFI tendría sólo tres estrategias posibles, pero como ya desechamos menú por los costos provenientes de las asimetrías de información quedan por evaluar las alternativas homogéneas y las heterogéneas. Si la política que maximiza el bienestar del país fuesr la misma que la decidida a priori por los países acreedores, el IFI convalida tal política debido a que no existe trade off; Pa = Pd es la política que maximiza todas las utilidades. Por el contrario, el conflicto de interés surge si la política que más beneficia al país deudor fuese Pd. Dependiendo de los componentes anteriormente mencionados el IFI puede estar maximizando su utilidad con una u otra política. Si la institución financiera exige como política la misma que maximiza la utilidad del país, entonces la utilidad del grupo de países acreedores no está siendo maximizada. Por otra parte, si el IFI eligió esta política, el castigo no era suficientemente alto como para disuadir este comportamiento, o bien los beneficios de elegirla eran muy altos (en términos de repago). La pregunta pertinente en este punto se refiere a la utilidad de reserva de los acreedores; es decir, ¿seguirán prestando dinero al

13

IFI? La respuesta la encontraremos más adelante, cuando analicemos cuestiones de “bienestar general”. No obstante, el accionar observado de los IFI´s es más consistente con la elección de la política Pa. En este caso son los países deudores los que pierden en términos de utilidad debido a que no se maximiza su producto. Esto implicaría directamente que tales países no puedan honrar sus deudas tan fácilmente como si se hubiese llevado a cabo la política alternativa. A continuación presentamos la evaluación pertinente, 3.3.2

Porqué el IFI también elige reglas homogéneas

Sin la participación de los acreedores o de los países tomadores de crédito las instituciones financieras internacionales no tiene razón de ser; de allí que su utilidad de reserva sea nula. No obstante, es cuestionable suponer que el resto de los participantes formen parte de las transacciones independientemente de la elección del IFI. En este punto los países acreedores tienen un “poder de negociación” mayor que el de los deudores. Su utilidad de reserva es alta en el sentido de que es dable pensar que si no la cubren, tienen inversiones alternativas mejores. Ahora bien, la situación de los deudores es mucho más débil. Es decir, el IFI se encuentra en una posición monopólica respecto a los países tomadores de crédito. Esto sucede porque los objetivos de las distintas instituciones pueden pensarse como complementarias, o bien porque actúan conjuntamente. En el caso del Banco Mundial y el FMI, se dedican a cuestiones de desarrollo y de desequilibrio de balanza de pagos respectivamente. Además el accionar conjunto de estas instituciones es una práctica periódica que acentúa esta situación. Debido a que los países en problemas acuden a estas instituciones debido a que no pueden corregir sus falencias autónomamente, independientemente de la política que se les proponga, seguirán participando del préstamo y sus condiciones20. La utilidad de reserva es lo suficientemente baja como para que incluso la política que no maximiza su utilidad les signifique una situación mejor que la de la no existencia del préstamo.

0

1 Homog.

1

Homog.

?

Homog.

θT=D

Homog.

0 θT=B

Figura 2. POLÍTICA ÓPTIMA DE LAS INSTITUCIONES FINANCIERAS INTERNACIONALES.

Como ya mencionamos, el IFI obtiene utilidad positiva cuando existe como tal. De esta forma cuando el organismo impone reglas homogéneas asegura su funcionamiento. Por supuesto, este planteo representa un caso extremo de utilidad marginal del Pa( ). Es decir, el castigo es infinito: si el IFI no lleva a cabo la política propuesta por los acreedores, deja de existir. Esta situación sería si sólo si la utilidad de reserva de los acreedores es su utilidad máxima. No obstante es improbable que la estructura de “castigo” sea tan exagerado, debido a que el grupo de países acreedores sí obtiene utilidad de la existencia del organismo de crédito, y por ende su utilidad de reserva será menor a la óptima. Ahora bien, cuando los países deudores son “muchos” podemos pensar una estructura de castigos y recompensas que dependa de cuál es la necesidad “relativa” de la política Pa. Es decir, qué sucede si para algunos países la política óptima es Pa, y para otros su opuesta. En este caso, si la cantidad de países que necesitan de políticas tipo Pa es lo 20

Este punto es sumamente cuestionable, sin embargo aceptaremos que lo propuesto es cierto con el argumento empírico de que los países no niegan nunca un préstamo de los organismos multilaterales de crédito una vez que se iniciaron las negociaciones. Aparte, como ya se mencionó con anterioridad, no modelamos cómo toman la decisión de acudir a los IFIs los países tomadores de crédito. 14

suficientemente alta como para que los acreedores obtengan, por lo menos, su utilidad de reserva, entonces el IFI sí podría condicionar bajo reglas heterogéneas. Ahora bien, ¿estos organismos multilaterales de crédito conocen cuántos países necesitan de una u otra política? Hasta aquí los actores eligieron las acciones que más le convenían teniendo en cuenta E ( θ ), lo cual implica que conocen la distribución de los shocks (o bien, la distribución de las distribuciones). Entonces podemos decir que conocen cuantos países van a tener un tipo de shock, o van a necesitar de una política en particular.21 En resumen, la elección de los organismos multilaterales de crédito se ve acotada por el alto poder de negociación de los actores y por la cantidad de países que necesitan de la política que ellos necesitan. Es decir, que su capacidad de elegir una política de reglas heterogéneas sólo sería posible con muchos países necesitando de una política distinta, y aún así debido a los “costos de investigación” estarían imponiendo reglas homogéneas. 3.2.3 Bienestar mundial La idea central de considerar lo que llamamos Bienestar Mundial es observar si la decisión tomada por los IFI´s podría ser alterada de forma tal que en su conjunto la política de préstamos condicionados resulte más eficiente en términos de utilidades. Como se explica a continuación esto será posible dependiendo de algunas circunstancias especiales. Un maximizador benevolente elegiría la opción que reporte mayores beneficios al conjunto de actores de la estructura propuesta. Con determinado peso para cada uno de ellos, su función objetivo debería tener en cuenta las tres funciones de utilidad. De esta forma UMB = U (UA, UIFI, UPAIS ; ND, weights), donde la ND representa la cantidad de países deudores. La cantidad de países que maximizan su utilidad con Pd afecta la decisión de los IFI´s y la continuidad del sistema de forma muy relevante, ceteris paribus el “peso” de cada actor. A medida que su cantidad aumenta, resulta más difícil que los países acreedores sigan participando del crédito cuando se eligen reglas heterogéneas. Esto implica que el organismo multilateral deberá elegir reglas homogéneas según lo expuesto anteriormente. La decisión del maximizador benevolente deberá ser la misma, de lo contrario, todos los participantes terminarían con menor utilidad pues no existiría el sistema crediticio internacional. Por otra parte, si la cantidad de países que necesitan de aquella política es relativamente baja, el IFI podría elegir la política que más los beneficia. Sin embargo no necesariamente eso maximizaría su beneficio (depende de las utilidades marginales y del costo de investigación) y por lo tanto seguiría escogiendo la propuesta por los acreedores. Éste es el caso relevante para el maximizador benevolente, debido a que la elección del IFI es óptima individualmente, pero podría no serlo conjuntamente. Si bien maximiza su utilidad y la de los acreedores, los países aún podrían estar mejor. Esto significa que sería posible un outcome donde se les quitara un poco de utilidad a los acreedores (hasta que lleguen a la utilidad de reserva) y a los IFI´s (como para que tengan cualquier utilidad positiva), para maximizar el bienestar del resto de los países deudores. La implicancia directa de esta aseveración es que la intervención del maximizador benevolente mejora la utilidad conjunta pero de ninguna manera impone una mejora en términos de Pareto. Cabe destacar tal mejora del bienestar general sería factible sólo para ciertos valores de las utilidades marginales, de los costos de investigación y de ND y weights 22. Otro posible alejamiento de lo que elegiría el planificador benevolente ocurriría en caso de que la cantidad de países que necesitan de una política no sea la que apriorísticamente se esperaba, dada la distribución. En tal caso, el maximizador hubiese

21

Por ejemplo, si la distribución es Bernoulli con prob=0.5, esperaríamos que la mitad de los países tenga PA Por supuesto, también es posible que el maximizador benevolente no hubiese podido ejecutar acciones que impliquen mejoras de bienestar (para otros valores de los parámetros). 22

15

elegido la política que correspondiese a la distribución real de que tipos de países son en este subjuego. Los resultados con más de dos políticas no son conceptualmente distintos, a pesar de que el equilibrio no necesariamente maximizará la utilidad de alguno de los actores. En este escenario, todos obtendrán una utilidad mayor que la de reserva pero se puede dar que la política que escogería el maximizador benevolente no optimice ninguna utilidad individual pero sí la conjunta. 4.Conclusiones Con el objetivo de comprender el contexto decisorio de los organismos multilaterales de crédito en el momento de imponer políticas condicionantes al dar préstamos se ha desarrollado un juego con tres actores: un grupo de acreedores, el mismo IFI y los países tomadores de crédito (que no son estrictamente jugadores). La presencia de características económicas, sociales e institucionales particulares a cada país a priori inobservables introduce problemas de información asimétrica. Estas circunstancias las introdujimos dentro del modelo en forma de dos shocks, uno que determina el “tipo” de país θT, y el otro que determina características idiosincrásicas más específicas θI. Además, para observar específicamente el comportamiento de los IFI´s se han realizado algunos supuestos que se condicen con el accionar percibido en la realidad de estas instituciones. Como se ha explicado en el trabajo, la decisión de estas instituciones se ve seriamente restringida por lo que hemos llamado condicionalidad indirecta, es decir, por las condiciones de préstamo de los acreedores. Dado que todos los actores se preocupan por su utilidad individual, amén de las cuestionas altruistas que no han sido determinantes, el grupo de acreedores sigue la estrategia de reglas homogéneas y posee una alta utilidad de reserva. Considerando que el IFI deriva utilidad de su existencia, la estrategia seguida por ese grupo restringe de forma fundamental la elección de la estrategia propia. Ante el tradeoff central entre capacidad de repago y crédito fácil, el organismo multilateral se inclina hacia la continuidad de préstamos fáciles debido a la mencionada condicionalidad indirecta y a la diferencia entre “poderes de negociación” (ya se comentó que el de los deudores es prácticamente nulo). Esta situación da lugar a algunas situaciones interesantes. En primer lugar, si es elevado el número de países que necesita de la misma política que el acreedor desea imponer, entonces el IFI impone reglas homogéneas. Por otra parte, una situación invertida donde el número de países que necesitan de otra política es alto, el IFI también debe imponer reglas homogéneas para poder cubrir la utilidad de reserva. Es decir, que el equilibrio de reglas homogéneas que impone las condiciones del grupo de acreedores es un equilibrio en dos casos completamente antagónicos y que tienen implicancias muy distintas. Entonces, si bien existen equilibrios, para ciertos valores, donde el maximizador benevolente puede mejorar el bienestar mundial es importante destacar que no consigue realizar mejoras paretianas. La verdadera distribución de los shocks, es decir, las características institucionales y por ende la política que maximiza el bienestar de los deudores debe sujetarse a otro tipo de análisis. Aquí no se analizó el contenido de las políticas sino su instrumentación. Resulta evidente que en términos de bienestar general la primer distribución de “tipos” de países es mejor que la segunda. Sin embargo, dado que ambos son equilibrios consistentes con la realidad observada, no podríamos realizar comentarios poco arriesgados en cuanto al comportamiento de instituciones como el IMF o el WorldBank. Ahora bien, el modelo plantea la posibilidad de que a los países deudores les impongan condiciones (directas) que no necesariamente implican una maximización de su utilidad. Esto podría ser un factor importante –entre otros- en la existencia de problemas importantes de repago de créditos a nivel mundial. Cabe mencionar que estos problemas no se refieren exclusivamente al default sino también a renegociaciones de deuda. Probablemente de aquí si podemos extraer conclusiones más pertinentes sobre la realidad 16

observada; es decir, dada la presencia de los problemas para repagar los préstamos de los IFI´s podríamos conjeturar que el equilibrio presente en los préstamos de tales instituciones sea el correspondiente a países deudores que necesitan de otras políticas (distintas a las condicionadas) para crecer más. El análisis de las distribuciones de los shocks, o bien de las características idiosincrásicas de los países escapa a los objetivos de este trabajo, que se ha planteado evaluar la forma de condicionar las políticas y no sus contenidos. No obstante podemos relacionar nuestros resultados con los del resto de la literatura y sacar nuevas conclusiones. En primer término nuestros resultados son consistentes con Drazen (2002) en el sentido de que “ownership” facilita la implementación de las políticas, sin embargo en nuestro caso su existencia reportaría mayores beneficios en cuanto a crecimiento y por lo tanto, capacidad de repago de deuda. En segundo lugar, Saiegh, Sanguinetti, y Tommasi argumentan que “policy recommendations should be aimed not at the level of policy reform, but rather at the level of institutional reform, with emphasis on political institutions”. Sin embargo este tipo de reformas se puede efectivizar sólo bajo reglas heterogéneas, equilibrio que es posible, pero que en nuestro modelo depende de varias circunstancias. Por último, a pesar de que las recomendaciones de la literatura de federalismo fiscal indican fundamentalmente que ante ausencia de externalidades es “mejor” la provisión descentralizada, nuestro modelo arrojó que en términos generales, el equilibrio alcanzado es comparable al centralizado. Como se explicó con anterioridad la concentración del poder de negociación del lado de los acreedores implica que los IFI´s sigan en líneas generales el accionar “recomendado” por aquéllos y que en última instancia podría no estar beneficiando a los receptores de tales préstamos.

17

Extensiones. Organismo regionales: En menor orden de importancia, una extensión a este trabajo serviría para evaluar la aplicación de ideas tales como organismos regionales de crédito, en el contexto de la literatura de “centralización vs. descentralización”, teniendo en cuenta la eficiencia de tales instituciones. La adaptación del modelo para analizar las propuestas de regionalización de los organismos multilaterales de crédito es mínima en el sentido de que podemos partir de que los organismos regionales ya tienen conocimiento de algunas características propias de la región sin necesidad de pagar costos. O bien, que los organismos regionales se agrupan entre los que tienen los shocks correlacionados entre sí, debido a procesos históricos, culturales e institucionales parecidos. En este caso, podríamos establecer que a mayor descentralización mayor conocimiento del shock futuro θi. Sin embargo es importante tener en cuenta que a medida que se reduce el área de acción surgen nuevos costos. Estos provienen del lado de la financiación del organismo que antes no fueron tenidos en cuenta porque contábamos con el supuesto de que los shocks no estaban correlacionados entre países. En esta nueva especificación resulta preponderante tener en cuenta que organismos regionales van a tener a estar sujetos a mayores riesgos por tal motivo. Monopolio: Una alternativa que mejora la capacidad de negociación de los países deudores y que sigue proveyendo incentivos a los acreedores para prestar es la de competencia en el sistema internacional de crédito. Al condicionar por las políticas que maximiza la utilidad de los deudores, la posición del IFI y los acreedores se vuelve menos intransigente, y los resultados pueden mejorar. Lo interesante de las opciones anteriores es que de alguna forma equilibraría la balanza de negociaciones dándole un poco más de poder a los países acreedores, y por lo tanto mayor margen de decisión a los IFI´s. Juegos repetidos: La repetición del juego revela varias situaciones novedosas respecto a lo realizado. En primer lugar podríamos tener en cuenta el efecto a mediano o largo plazo de las políticas aplicadas. De la misma forma, podría existir un conjunto de políticas: una paquete a corto plazo y otro a largo plazo. En este sentido los países acreedores, y por ende el IFI, podría tener distintos intereses para largo y corto plazo. En segundo lugar, cualquiera de los actores podría jugar con estrategias trigger. Que algún miembro de los países acreedores utilice esta estrategia, no da a lugar a que se utilice otro tipo de políticas distintas a Pa. En tal sentido, habría que analizar con más detalle las utilidades de reserva de los países deudores.

18

Problemas de agencia. Un punto de suma importancia es el de analizar que tecnologías de enforcement intertemporal podrían introducirse en el uso de contratos contingentes. Considerando que pareciera ser que este tipo de contratos es el que reporta mayor utilidad bruta y que desechamos su uso por los altos costos relativos percibidos, mejoras en el desarrollo institucional (diseño) que eviten la colusión y/o que obliguen al país a invertir en lo indicado, implicaría mejoras de bienestar y posiblemente paretianas. No investigar. Ante el conocimiento de la distribución de países de un tipo o del otro, cabría preguntarse si el IFI no podría decidir simplemente de otra forma con qué políticas condicionar. Es decir, si a priori conoce cuántos países hay de un tipo o del otro ya sabe si cubre o no la utilidad de reserva de los acreedores. Si lo hace, podría exigirle a un determinado número de países esa política, y al resto la otra. Esto podría redundar en una mayor eficiencia ya que se evita los costos de investigar las peculiaridades de cada país y podría “acertarle” en la política que necesitan. Continuos de políticas posibles: Queda por ver qué pasaría con un grupo de políticas más amplio que Pa y Pd. En tal caso, los equilibrios posibles podrían ser más y no necesariamente estarían tan lejos de proveerle la máxima utilidad a los acreedores.

19

Bibliografía. Besharov G. Influence Costs in the Provision of Local Public Goods. Duke University, Department of Economics, 2002. Dollar D. Y Svensson J. What explains the succes or failure of structural adjustment programmes?. The economic journal. 2000 Drazen A. Conditionality and ownership in IMF lending: Apolitical Economy Approach. 2002 IMF staff papers. Federico G. IMF conditionality. 2001. Nuffield College, University of Oxford Federico G. Samaritans, rotten kids and policy conditionality. 2001. Nuffield College, University of Oxford Haggard S y Kaufman R. The politics of economic adjustment. 1992 Princeton ed. Hayter, T. Aid as Imperialism. Hayter, Teresa. New York: Penguin Books, 1971. Miná G. Un mundo mejor es posible. Ediciones “Le Monde Diplomatique ‘El dipló’”. Buenos Aires 2002. Myers R. The political morality of the IMF. 1987 Carnegie Council Rodrik D. Why is there multilateral lending? NBER 5160. 1995 Sachs J. Developing country debt abd the world economy. NBER 1989 Saiegh, S., Sanguinetti, P., Tommasi, M. Fiscal Federalism in Argentina: Policies, Politics, and Institutional Reform. LACEA, Spring 2001. Stiglitz J. El malestar en la globalización. Ed. Taurus, 2002. Tommasi M., Weinschelbaum F. A Principal-Agent Building Block for the Study of Decentralization and Integration. 2001. Tomé Fuentes M. The process of Structural Adjustment Reform in the Argentinean Provinces. Tesis de Licenciatura UdeSA 2002. Williamson, J. (1994) The Political Economy of Policy Reform, Institute for International Economics, Washington.

20