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3. "El primer milagro" 3. El primer milagro Juan 2:1-12 ¿Por qué es que ese milagro es tan importante? Debemos interesarnos en los milagros de Cristo? ¿O debemos interesarnos más en lo que los milagros significan? El significado de una señal o milagro es algo que da información acerca de algo más. Muchas de las definiciones de señales usan el vocablo “símbolo”, y un símbolo es algo que representa algo más. Señales significan la importancia de la existencia de algo más. Lo mismo sucede con señales bíblicos, y es interesante que en ese pasaje la palabra “señal” es lo que Juan designa un “milagro”. Un grave error en la boda He aquí lo que sucedió: Ese fue el día en que Jesucristo reclutó sus primeros discípulos y también fue cuando empezó oficialmente su ministerio público. Cristo y su familia: su madre y hermanos, además de los discípulos, les invitaron a una boda. Y todos fueron. Es importante explicar que las bodas, en la tradición de los judíos, duraban siete días. Los invitados contaban con que el novio como anfitrión, serviría comida y bebida durante todos esos días. Sabiendo cuanto trabajo y dinero se gasta en la preparación de una boda hoy, boda que dura solo unas pocas horas, es difícil imaginar todo lo que implicaba algo así como el de Caná, que duró siete días. Quizás el novio no sabía cuanto era necesario para su boda porque apenas empezó y luego se acabó el vino. Lo que vemos aquí es, básicamente, un ejemplo de la matemática judaica del primer siglo: había acabado el vino y una boda inacabada era contraria a las costumbres sociales de la época, algo equivalente a una gafe, inaceptable. Si eso no fuera remediado el novio sería el hazmerreir del pueblo por mucho tiempo. Me acuerdo de niño, cuando fui a una boda en la misma calle donde vivíamos, en São Paulo, pasó algo semejante. La diferencia fue que en esa boda no estaba Jesucristo. Como la casa donde hicieron la boda era pequeña y muchos los invitados, dividieron en dos el grupo de invitados. La mitad entró primero para comer mientras la otra mitad esperaba al lado de fuera. No tardó mucho hasta que el primer grupo comió toda la comida que había, no sobrando nada para los que estaban fuera. Así, el segundo grupo se quedó sin comer. Me acuerdo la novia, con lagrimas en los ojos, dándonos una bronca seria porque habíamos comido todo lo que había, sin consideración a los que se quedaron fuera esperando. Hace muchas décadas que pasó eso y todavía me acuerdo muy bien la situación de la novia. Algo inolvidable. I. “Ya no tienen vino” María, la madre de Jesucristo, también estaba presente en la boda. Al enterarse de que había acabado el vino, se acercó a su Hijo mayor. (Esta es la primer mención de la madre de Cristo en el evangelio de Juan). Este relato es prueba de que María conocía el poder de Cristo y su identidad. Nosotros, por haber leído los demás evangelios sabemos que María conocía muy

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bien a su Hijo. La impresión que tenemos es que Jesucristo no responde positivamente al lo que le pide su madre. ¿Qué dijo él?: “ Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? respondió Jesús. Todavía no ha llegado mi hora” (NVI). Otra versión así lo traduce: “¿Qué quieres conmigo, mujer? Aun no ha venido mi hora” (VR-V). Ese dialogo es fácil ser mal entendido. A principio parece que Cristo le falta el respeto a su madre o que fue grosero con ella. ¿Será eso verdad? La realidad es que Cristo siempre trató las mujeres de “mujer”. Eso era común en aquella época, pero parece que Cristo así la llama para mostrar que él ahora hacía parte de otra familia. Se acuerdan cuando él se enteró que su madre y hermanos estaban buscándole, ¿mientras él ministraba a un grupo de discípulos? Al enterarse de que le buscaban, reaccionó así: “ ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Replicó Jesús.49 Señalando a sus discípulos, añadió: Aquí tienen a mi madre y a mis hermanos” (Mat.12:48-49). En vez de grosería, esa era su manera de distanciarse de su familia carnal y acercarse más a su familia espiritual que poco a poco se estaba formando. También, la respuesta de Cristo a María, hace con que sepamos que nadie aquí en la tierra le controlaba, ni mismo su madre; solamente el Padre celestial. Ni mismo su mamá tenía el privilegio de controlar su vida. Sus acciones las gobernaba totalmente Dios y nadie más. También podemos ver que la actitud de María revela la humildad y el carácter que demostró durante 30 años antes, cuando el ángel Gabriel le apareció, informándole qué estaba por acontecer: “…Que él haga conmigo como me has dicho”.(Luc.1:38) Aquí les dije: “Hagan lo que él les ordene” (Juan 2:5). [Hay comentaristas que opinan que esa boda fue de uno de los parientes de Cristo; quizás de una de sus hermanas. Grande fue el esfuerzo para él y sus discípulos estar presente. Tuvieron que viajar desde muy lejos. En segundo lugar, tuvo lugar en el pueblo donde vivían María y demás hermanos de Cristo, y en tercer lugar, estaban los discípulos también presentes, aunque sin conocer bien quien era Jesucristo.] Algo que vemos en este relato del capítulo 2 de Juan es que Cristo no vino tan solo para anunciar la venida del reino y salvar a los perdidos. Cristo también se interesaba en las cosas más sencillas de la vida diaria como participar de una boda. Concluimos que todo lo que sucede en la vida, lo que está más allá de nuestras posibilidades, podemos confiarle al Señor que él nos ayudará en lograr lo que necesitamos. II. El significado de las señales Enseguida vemos que Cristo, por su propia iniciativa decide hacer algo acerca de la falta del vino. ¿Qué hace? Instruye a los siervos a que llenen seis tinajas con agua, cuyas tinajas la usaban para los ritos de purificación los judíos. Una vez llenas hasta la orilla, les instruye que vayan al encargado del banquete. Al sacar el liquido de las tinajas, el agua se había transformado en vino. El encargado, ignorando lo sucedido, felicita al novio por haber dejado lo mejor del vino para el final de la fiesta. Los siervos aparentan no saber lo que sucedió, sino, como resultado, los discípulos creen en Cristo. Cierta vez un alcohólico se convirtió a Cristo. Uno de sus antiguos compañeros le preguntó, como era posible él creer en todas las cosas extrañas que se encontraban en la Biblia, los llamados milagros. Enseguida le preguntó: “¿No crees que Cristo transformó el agua en vino, verdad?” He aquí él contestó: “Si, creo; porque en nuestra casa Cristo transformó la bebida en un porvenir para mi”.

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¿Haz pedido alguna vez para que Dios te de una señal, o para que haga algún milagro? Quizás pensaste: Si Dios me mostrarse alguna cosa milagrosa, yo creería más en él. Jamás dudaría. Mi fe sería más fuerte. Bien lo sé porque me he sentido así. Quizás fuera un momento de debilidad, y quisiera confirmar su verdad y su existencia de manera poderosa. En esa narrativa solo los discípulos creyeron en Cristo cuando él hizo el milagro o la señal de transformar el agua en vino. Aunque los empleados se fijaron en lo que sucedió, no se sabe si algún de ellos se convirtió. ¿Será que eran indiferentes a todo aquello? ¿Tendrían miedo? Tenían miedo pero no creyeron. A veces los empleados respetan las personas con autoridad al punto de actuar automáticamente a todo lo que hacen. El encargado no parece fijarse quien produjo milagrosamente más vino. Pero si lo hizo, él lo ignoró y quizás dio cualquier explicación racional. Un comentarista dijo: “El encargado intentó no pensar en milagro para no tener que cambiar de posición. Aunque el encargado no fuera transformado por el milagro, los discípulos de Cristo sí fueron”. Lo que quiero decir es que hubo más que una reacción al milagro de Cristo, aunque los discípulos fuesen los únicos que, según se sepa, fueron transformados. Eso nos dice dos cosas: primera, estar en la presencia de un milagro no significa que se puede presenciar ese milagro; segundo, aun presenciar a un milagro, no quiere decir que la persona entienda el significado del milagro ni la reacción que Dios espera que tenga. III. ¿Qué más significa una señal o un milagro? Milagros, por si solos no son tan importantes. La voluntad de Dios no es impresionar ni asombrar, ni tampoco entretener a nadie con su poder sobrenatural. Decimos en el inicio que señales o milagros son indicadores. Ellos atraen y dirigen nuestra atención a algo, o en este caso, a alguien. Me parece buena idea llamar a los milagros “señales” porque demuestran la importancia de esas obras poderosas de Cristo y donde se encuentra la verdadera importancia. Juan no los describe con riqueza de detalles, pero los usa para impresionarnos. Y por lo tanto, nuestra pregunta seria esta: Si transformar agua en vino es una señal, ¿cuál es su significado? ¿Cuál es el significado de una señal? ¿Adonde nos dirige la señal nuestra atención? A. Vino nuevo en tinajas viejas Noten, primeramente, los potes de piedra. La narrativa da un retrato vivido de las tinajas que fueron usadas en la transformación del agua en vino. Las tinajas de aquel lugar eran usadas por los judíos normalmente para sus ritos de purificación. En el inicio estaban vacíos y esperaban que alguien los llenase. El judaísmo de la época de Cristo, por lo menos a nivel liderazgo, era corrupto e espiritualmente muerto. Era vacío, y llenar aquellas tinajas con vino nuevo era señal de que algo nuevo estaba por suceder en el centro del judaísmo. Eso nos recuerda que había continuidad entre Jesucristo y el judaísmo, entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, algo imposible de ignorar. B. Gracia sobre gracia Las tinajas las llenaron de agua hasta la orilla. Cada una tenía la capacidad de 80 a 120 litros. Habían 6 tinajas. Todos esos datos indican la extravagancia de los dones disponibles a través de Cristo, cuya lectura encontramos en Juan 1:17, donde dice que recibimos “gracia sobre gracia”.

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C. El verdadero novio El encargado, al probar el vino felicita al novio por la sorpresa de dejar el buen vino para el fin de la fiesta. Sabemos que el novio no era responsable por el buen vino. Más adelante en Juan 3:29-30, Juan el Bautista se refiere a Cristo como “novio”. Aquí a Jesucristo lo revelan como novio, el único que puede ofrecer vino nuevo, agua viva, o sea, vida nueva. D. Apuntando a la gloria de Cristo Nuestro relato dice explícitamente que por la señal de Cristo, él “reveló su gloria”. ¿Qué quiso decir con eso? Leamos 1:14 donde dice que la gloria de Cristo es la del Hijo único del Padre. Eso nos lleva a la relación de Cristo con su Padre. Podemos confiar en Cristo que nos revela quien es el Padre. Ele hace el Padre conocido por nosotros. Un motivo de hacer conocidos los milagros era que autenticaban el carácter y la persona de Cristo, y su relación con el Padre celestial. Al revelar su gloria a través de señales, Cristo reveló quien es él y quien es el Padre celestial. E. Su hora no había llegado Cuando le dice su madre que se acabó el vino, Cristo contesta: “Todavía no ha llegado mi hora”. ¿Qué quiso decir con eso? Que su ministerio no lo había empezado? ¿Qué quiso decir con “hora”? Veamos lo que dice Juan 17:1-5. Aquí él alude a su “hora”. Juan 17 es un pasaje que muchos llaman “la oración del sumo sacerdote”. Otros la llaman “la verdadera oración del Señor”, porque es la oración que él profirió, y no la que enseñó a los discípulos. Eso tiene lugar en el evangelio de Juan, donde él ora a Dios en el Jardín del Getsemaní, según otros evangelios. La primer cosa que dice en la oración es: “Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti, 2 ya que le has conferido autoridad sobre todo mortal para que él les conceda vida eterna a todos los que le has dado. 3 Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado. 4 Yo te he glorificado en la tierra, y he llevado a cabo la obra que me encomendaste. 5 Y ahora, Padre, glorifícame en tu presencia con la gloria que tuve contigo antes de que el mundo existiera”. Cuando Cristo habla de su “hora” se refiere a la cruz, al camino del Calvario, que pronto tomaría. Una vez que Cristo revela su gloria por los primeros milagros o señales, aquella hora se acercaba. El evangelio de Juan conecta ese evento a la cruz y sirve de cerradura a todo lo que le precede. Es camino a la cruz y al resucitar que Cristo es glorificado y Dios lo hace conocido. Conclusión: El motivo principal de las señales, de los milagros de Cristo, eran para que su gloria fuera revelada; que pudiéramos creer en él. El punto principal es atraer nuestra atención a quien es Cristo y cual es su misión. Nuestra misión es ver más allá del milagro lo más rápido posible y enfocar en Cristo; verle con ojos de fe, de asombro, de confianza, por fin, maravillados sabiendo que al verlo, estaremos viendo al propio Padre. Por lo tanto, ¿cuál debe ser nuestra relación a ese milagro de Cristo? Racionalizamos como hizo el encargado de la fiesta? Reaccionamos con asombro sin creer, como hicieron los siervos? O ese milagro más grande no es tanto la transformación del agua en vino. No. El milagro aquí es la creencia de los discípulos. El acto de depositar nuestra fe en Cristo es más

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asombroso que todos los milagros y señales juntos. Hay partes de los evangelios donde Cristo no pudo realizar milagros por la falta de fe de las personas. Hay otros lugares donde la fe precede a los milagros, como el de la mujer que tenía el flujo de sangre y que sanó al tocar la túnica del Maestro. Todos debiéramos tener más interés en buscar más a Cristo que a los milagros y señales que él hizo. 3. El primer milagro Preguntas para refrescar la memoria: 1. ¿Cuál era el significado de una señal (o milagro) en el ministerio de Cristo? 2. ¿Por qué era importante el milagro (o la señal) de Cristo en la boda? 3. Al leer Juan 2:4, ¿qué impresión tenemos e la reacción de Cristo a su madre? 4. ¿Cuál pasó a ser la familia verdadera de Jesucristo? (Mat. 12:48) 5. ¿Controlaba María a su hijo Jesucristo? 6. ¿Cuál fue la actitud de María a la reacción de Jesucristo? 7. ¿Qué es lo que sabemos acerca de la vida de Cristo en este capitulo? 8. ¿Por qué es que algunas personas dicen necesitar ver a un milagro para creer? 9. De los que estaban en la boda, ¿quién fue transformado por el milagro de Cristo? 10. Una vez que los milagros son indicadores, ¿qué es lo que este indicaba? 11. ¿Cuál era la señal de las tinajas que Cristo llenó de vino nuevo? 12. ¿Por qué dijo Cristo que su hora no había llegado? 13. Al leer acerca de un milagro en la evangelios, ¿dónde debemos poner más interés?

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